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TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALACIVIL

Auto Supremo: 472/2017


Sucre: 09 de mayo 2017
Expediente: T-38-16-S
Partes: Juan Fernando Saucedo Avilés. c/ Gonzalo Aguirre Mercado y otros.
Proceso: Resarcimiento de daño civil.
Distrito: Tarija.
VISTOS: los recursos de casación de fs. 668 a 670 vta., interpuesto por
Sabina Bustillos Vda. de Garnica; y de fs. 675 a 676 interpuesto por Rómulo
Méndez Altamirano contra el Auto de Vista Nº 16/2016 de 25 de enero de fs.
658 a 665, pronunciado por la Sala Civil Primera Comercial, Contenciosa y
Contenciosa Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija,
en el proceso de Resarcimiento de daño civil seguido por Juan Fernando
Saucedo Avilés contra Gonzalo Aguirre Mercado, Sabina Bustillos Vda. de
Garnica y Rómulo Méndez Altamirano, la concesión de fs. 683 y vta., Auto de
Admisión de fs. 689 a 690, y:
I.- ANTECEDENTES DEL PROCESO:
Que tramitado el proceso, la Juez Primero de Partido en lo Civil de la ciudad
de Tarija, pronunció Sentencia de 22/2015 de 27 de mayo cursante de fs. 589
a 601 vta., declarando: PROBADA en parte la demanda de resarcimiento civil
por hechos ilícitos interpuesta a fs. 156-160 y 164 de obrados; e improbadas
la excepciones de falta de acción y derecho y pago interpuestas a fs. 211-215 y
de falta de acción y derecho interpuestas a fs. 216-219. Disponiendo en
consecuencia condenar a Gonzalo Aguirre Mercado, Sabina Bustillos Vda. de
Garnica y Rómulo Méndez Altamirano al resarcimiento de daños de forma
solidaria a favor de Juan Fernando Saucedo Avilés por el daño físico, moral y
psicológico sufrido por su hija menor como consecuencia del accidente de
transido consistente en el pago de Bs. 120.000.- por concepto de gastos
médicos, medicamentos, análisis, exámenes de laboratorio,
fisioterapia pasajes de avión y alimentación efectuados por el actor para la
intervención quirúrgica de su hija sea en el plazo de 15 días desde la
ejecutoria, así como el pago de Bs. 100.- por cada una de la 20 sesiones
psicológicas a favor de la hija del actor que deberán ser pagados en forma
mensual por los demandados y el pago de controles médicos a que debe
sujetarse la menor así como el tratamiento de fisioterapia.
Deducido recurso de apelación por los demandados y remitidos los mismos
ante la instancia competente, Sala Civil Primera Comercial, Contenciosa y
Contenciosa Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija,
mediante Auto de Vista Nº 16/2016, confirmo totalmente el Auto de fs. 511
vta. – 512 vta., y confirmo parcialmente la Sentencia apelada, señalando que
según consta del informe técnico de 29 de junio de 2012, atribuye
responsabilidad a ambos conductores tipificándolo como accidente culposo,
pero al fallecimiento del señor Garnica queda como civilmente responsable la
recurrente Sabina Bustillos esposa de Desiderio Garnica y también
responsable, el propietario de la volqueta Rómulo Méndez; si bien existe solo
una Sentencia condenatoria contra Gonzalo Aguirre, empero hay un Informe
Técnico Policial en el cual se atribuye responsabilidad a ambos conductores,
por otra parte, se tiene que los responsables civiles no han cubierto en su
totalidad los gastos erogados por el demandante, quien reconoce y toma en
cuenta los montos cubiertos por el seguro contratado que asciende a la suma
de Bs. 28.177,41.- habiendo en consecuencia la Juez Valorado correctamente
las pruebas; en cuanto a los pasajes aéreos de toda la familia, se tiene que en
el parágrafo sexto del considerando V de la Sentencia se ha
valorado correctamente todos los billetes electrónicos o pasajes aéreo, en
cambio con acierto no se ha valorado aquellos de fs. 79 y 80 por no estar
justificados lo que indica que la Sentencia si se encuentra debidamente
motivada y fundamentada.
En conocimiento de la determinación de segunda instancia los demandados
interpusieron recurso de casación, mismos que se pasan a analizar:
II.- DEL CONTENIDO DEL RECURSO DE CASACIÓN:
Del recurso de casación de Sabina Bustillos Vda. de Garnica.
Que el Auto de Vista objeto del presente recurso no habría tomado en cuenta
el agravio invocado por su persona en su recurso de apelación, pese que la
misma prueba presentada por el demandante habría demostrado que su
esposo Desiderio Garnica (+) era también víctima del lamentable accidente y
que debería existir una Sentencia condenatoria contra la persona de la que se
pretende el resarcimiento; que todos los gatos habrían sido cubiertos por el
SOAT, y que los gastos no sólo serían de la niña sino de toda la familia;
aspectos que no habría tomado en cuenta el Tribunal de Alzada.
Que existiría mala interpretación de la Ley adjetiva, al no valorar la prueba
presentada en donde consta que su esposo Desiderio Garnica (+) fue víctima
del accidente de tránsito, toda vez que existiría Sentencia ejecutoriada que
declara autor del hecho a Gonzalo Aguirre y su persona como esposa de
Desiderio garnica ha actuado como víctima, y para que exista responsabilidad
civil debería existir Sentencia condenatoria ejecutoriada.
Que se habría configurado causal anulatoria de infracción de formas
esenciales al infringirse el art. 398 del Código Procesal Civil toda vez que se
la demandaría como heredera de su difunto esposo obviando a los otros
herederos existentes y los que podrían existir y al no haberse observado este
aspecto de que la demanda no se inició contra los herederos y presuntos
herederos, no se habría cumplido con la formalidad exigida.
Del Recurso de Casación de Rómulo Méndez Altamirano.
Que los vocales no habrían tomado en cuenta el agravio invocado por su
persona en la valoración de la prueba; pues en el considerando
IV reconocerían que el documento de fs. 93 no es una factura sino un recibo
dado por la clínica donde fue atendida la menor.
Que debieron descontarse el recibo de fs. 93 mismo que ya fue cambiado por
una factura tal cual consta en la mencionada factura de fs. 99 dado por la
misma clínica por lo que se evidencia mala apreciación al valorar la prueba;
más aún darían credibilidad a todas las pruebas o pasajes aéreos, pues si
bien existe resarcimiento civil, solamente siendo afectada la menor afectada y
no así toda la familia en su conjunto.
De la respuesta al recurso de casación.-
El demandante señaló que los vocales tomaron en cuenta todos los agravios, y
que el demandante tiene la calidad de damnificado porque su hija menor es la
que ha sufrido daños y perjuicios, pues en esa calidad goza de la facultad de
iniciar la demanda de resarcimiento de daños, con relación a la causal
anulatoria se tiene claramente establecido que Sabina Bustillos Vda. de
Garnica se constituye en calidad de heredera al fallecimiento de su esposo
para el cobro de la indemnización del Seguro a su favor y el de los otros
herederos, por lo que conforme señala el art. 1025 y 1330 le
corresponde hacerse cargo de la responsabilidad Civil de manera solidaria.
En razón a dichos antecedentes diremos que:
III.- DOCTRINA APLICABLE AL CASO:
III.1.- De la Incongruencia Omisiva y el art. 265-I del Código Procesal
Civil.-
En mérito al principio de congruencia, toda resolución debe reunir la
coherencia procesal necesaria, que en el caso de la apelación, encuentra su
fuente normativa en el art. 265-I del Código Procesal Civil, que se sintetiza en
el aforismo “tantum devolutum quantum appellatum”, que significa es devuelto
cuanto se apela, con esto se establece el límite formal de la apelación en la
medida de los agravios propuestos en la impugnación, en otras palabras, la
función jurisdiccional del órgano de revisión en doble instancia se ve
contenido a lo formulado en la apelación por el impugnante.
En este antecedente, el Tribunal de casación a momento de realizar el análisis
sobre los reclamos de incongruencia omisiva en que habría incurrido el
Tribunal de Alzada respecto a los puntos acusados en apelación, se debe tener
presente que al ser un aspecto que acusa un vicio de forma como es la
incongruencia omisiva que afecta la estructura de la resolución, el análisis
debe limitarse a contrastar en el contenido de la resolución la existencia o no
de dicha omisión, razonamiento compartido por el Tribunal Constitucional
Plurinacional que en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº 1083/2014
de 10 de junio, ha interpretado los alcances del recurso de casación en la
forma en relación a la falta de respuesta a los puntos de agravio del recurso de
apelación, conforme desarrolla: “…En ese contexto, cabe recalcar que, la Sala
Civil del Tribunal Supremo de Justicia, ante el planteamiento de un recurso de
casación en la forma, debe limitar sus consideraciones a las causales
establecidas en el art. 254 del CPC. En el presente caso, al estar extrañada la
falta de respuesta a los puntos de agravio identificados en el recurso de
apelación, el Tribunal de casación debe limitar su consideración
únicamente para establecer si hubo o no respuesta a los reclamos del
recurrente, lo contrario implicaría ingresar a cuestiones que atingen a
la impugnación en el fondo; así, los Magistrados demandados, luego de
efectuar un examen de los antecedentes del legajo procesal, concluyeron que el
Tribunal de apelación, otorgó la respuesta extrañada, inclusive extrayendo citas
textuales que ellos consideraron como respuestas a la apelación contra la
Sentencia; por lo tanto, el Auto Supremo Nº 434/2013, no incurre en
incongruencia omisiva ni carece de la debida motivación, ya que la labor del
Tribunal de casación estaba restringida a efectuar el control para determinar si
hubo o no respuesta a los reclamos del recurrente y, fue ésa la misión que
cumplieron los Magistrados demandados; por lo tanto, cumple con el debido
proceso” (las negrillas y subrayado son nuestras).
En este sentido, este Supremo Tribunal de Justicia a través de sus diversos
fallos (Autos Supremos Nros. 651/2014, 254/2016) ha orientado que la
congruencia de las resoluciones judiciales orienta su comprensión desde dos
acepciones; primero, relativo a la congruencia externa, la cual se debe
entender como el principio rector de toda determinación judicial, que exige la
plena correspondencia o coincidencia entre el planteamiento de las partes
(demanda, respuesta e impugnación y resolución) y lo resuelto por las
autoridades judiciales, en definitiva, es una prohibición para el juzgador
considerar aspectos ajenos a la controversia, limitando su consideración a
cuestionamientos únicamente deducidos por las partes; y, segundo, la
congruencia interna, referido a que, si la resolución es comprendida como una
unidad congruente, en ella se debe cuidar un hilo conductor que le dote de
orden y racionalidad, desde la parte considerativa de los hechos, la
identificación de los agravios, la valoración de los mismos, la interpretación de
las normas y los efectos de la parte dispositiva; es decir, se pretenden evitar
que, en una misma resolución no existan consideraciones contradictorias
entre sí o con el punto de la misma decisión.
La Jurisprudencia Constitucional ha desarrollado asimismo el principio de
congruencia en la Sentencia Constitucional Nº 0486/2010-R de 5 de julio,
donde ha razonado que: "El principio de congruencia, responde a la pretensión
jurídica o la expresión de agravios formulada por las partes; la falta de relación
entre lo solicitado y lo resuelto, contradice el principio procesal de congruencia;
la Resolución de primera y/o segunda instancia, debe responder a la petición de
las partes y de la expresión de agravios, constituyendo la pretensión jurídica de
primera y/o segunda instancia…". Razonamiento que es reiterado por
el Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de las Sentencias
Constitucionales Plurinacionales Nº 0255/2014 y Nº 0704/2014. De donde se
deduce que en segunda instancia, pueden darse casos de incongruencia “ultra
petita”, que se produce al otorgar más de lo pedido; extra petita, al extender el
pronunciamiento a cuestiones no sometidas a la decisión del Tribunal; y
cuando omite decidir cuestiones que son materia de expresión de agravios por
el apelante (citra petita).
Es en este entendido que a través del Auto Supremo Nº 254/2014 se ha
orientado que: “La inobservancia de estas reglas conllevan incongruencia, que a
decir de la doctrina se diferencian en: Incongruencia positiva, que es aquella en
la que el juzgador extiende su decisión más allá de los límites del problema
judicial que le fue sometido a su consideración; e Incongruencia negativa,
cuando el juzgador omite el debido pronunciamiento sobre alguno de los
términos del problema judicial. En ésta última, encontramos la denominada
“citra petita”, que resulta de la omisión de alguna de las pretensiones deducidas
en proceso…
Es de importancia considerar que el principio de congruencia procesal, si bien
pondera el derecho al debido proceso, sin embargo “no es absoluto”, en la
medida de la afectación de otros derechos, garantías y principios
fundamentales que emergen en procura de brindar la tutela judicial efectiva a
las partes.
En el recurso de casación en la forma y en relación al principio de congruencia,
la trascendencia y la afectación del agravio debe gravitar indefectiblemente
para suponer la nulidad de obrados, previendo siempre la garantía al debido
proceso, a la defensa y a la justicia pronta, oportuna y sin dilaciones que
sustenta el art. 115 de la Constitución Política del Estado.
De donde se tiene que el Juez no puede simple y llanamente aplicar la nulidad,
que es restrictiva, sino que debe ponderar la omisión frente a los otros principios
y derecho constitucionales fundamentales para llegar a una decisión judicial
que esté acorde con la nueva dogmática de la nulidad que se afianzó con la
Constitución Política del Estado Plurinacional en su art. 115 y los art. 16 y 17 de
la Ley 025, pues sólo será posible la nulidad si existe afectación del derecho a
la defensa.”.
III.2.- Sobre la obligación de agotar la solicitud de complementación y
enmienda.-
Primeramente se debe tener presente que el art. 270-I del Código Procesal Civil
expresaba: “el recurso de casación procede para impugnar autos de vista
dictados en procesos ordinarios y en los casos expresamente señalados por
ley. Asi también el art 271 del mismo compilado legal, dispone: III. En cuanto a
las normas procesales, solo constituirá causal la infracción o la errónea
aplicación de aquellas que fueren esenciales para la garantía del debido
proceso y reclamadas oportunamente ante juezas, jueces o tribunales
inferiores.”.
Por lo que al ser aplicable a cuestiones para subsanar cuestiones formales de
las resoluciones como errores en la estructura de la resolución u omisiones
que pudieren existir en la misma y entendiendo que los reclamos de forma
tienen por finalidad anular obrado, Art. 17-III de la Ley 025 normativa que rige
dicho instituto procesal ha establecido lo siguiente: “III. La nulidad sólo
procede ante irregularidades procesales reclamadas oportunamente en la
tramitación de los procesos.”.
En este marco, se concluye que cuando se alegue incongruencia omisiva en la
resolución impugnada, la falta de pronunciamiento, por la falta de
pronunciamiento de algún reclamo, corresponde al afectado previamente a
utilizar el recurso de apelación o casación, hacer uso de la facultad establecida
en el art. 226 del Código Procesal Civil, precepto normativo procesal que en
su parágrafo III de manera clara señala que con esta facultad se puede: “…las
partes podrán solicitar la aclaración sobre algún concepto oscuro, corrección de
cualquier error material o subsanación de omisión en que se habría incurrido en
sentencia, auto de vista o auto supremo…”, facultad que permite subsanar la
falta de pronunciamiento por los Tribunales o jueces de instancia, caso
contrario en aplicación del principio de convalidación, al no utilizar el
mecanismo para su corrección, implica una aceptación tácita de la omisión
acusada, precluyendo por simple consecuencia su derecho de reclamar
aspectos de nulidad no reclamados en su oportunidad, conforme determinan
las normas citadas supra.
Entendimiento orientado por este Supremo Tribunal en diversos fallos entre
ellos el Auto Supremo Nº 32/2015 donde señaló: “Respecto a la falta de
pronunciamiento del segundo punto apelado, se debe indicar que, el Ad quem,
de forma genérica arribó a la conclusión de que el Auto de 10 de junio de 2003
que resolvió las excepciones no se las puede revisar en vía del recurso de
apelación porque dicha resolución hubiera causado ejecutoria, esa es una
respuesta de forma general a las acusaciones relativas a la forma de resolución
de las excepciones formuladas por los recurrentes.
Ahora si dicha respuesta, no satisfacía las expectativas deducidas por los
recurrentes debieron formular la petición de complementación y aclaración en
base al art. 239 del Código de Procedimiento Civil, el no haberlo hecho implica
que los recurrentes no agotaron el mecanismo de protección oportuno para la
satisfacción del reclamo que ahora se traen en casación, consiguientemente se
advierte no haberse dado cumplimiento a la premisa establecida en el art. 17
parágrafo III de la Ley Nº 025 del Órgano Judicial.”.
III.3.- Respecto a que para la Procedencia del Resarcimiento por
Responsabilidad Civil, no Resulta Necesario Sentencia Penal
Ejecutoriada.-
Corresponde precisar que el art. 984 del CC, dispone que “Quien con un hecho
doloso o culposo ocasione a alguien un daño injusto, queda obligado al
resarcimiento.”, es decir, que cuando se ocasiona el hecho ilícito que en
materia civil en esencia hace alusión a una conducta o acto contrario al
ordenamiento jurídico vigente generado por la imprudencia, impericia,
negligencia, mala fe, abuso de confianza -por parte de una persona- en los que
va acompañado el elemento de dolo y culpa, genera un daño en otra persona;
por lo que emergente de dicha conducta, quien ocasiono daño, se obliga a
resarcir por el daño causado, ya que su conducta contiene el dolo o la culpa
elementos de análisis en el proceso civil, que de ser evidente alguno de ellos,
genera indefectiblemente responsabilidad de resarcimiento para con la
persona que sufrió el daño.
En consecuencia no resulta necesario que para la interposición de la demanda
de resarcimiento por responsabilidad civil, sea necesaria una Sentencia Penal
ejecutoriada, conforme ya se orientó en el Auto Supremo Nº 273/2012 de 20
de agosto, que al respecto señalo: “Respecto al fundamento expuesto en sentido
de que para la procedencia de la reparación del daño ocasionado debió
previamente tramitarse la correspondiente acción recriminatoria, corresponde
precisar que la presente demanda no está orientada a la imposición de una
sanción penal sino simplemente al resarcimiento de daños y perjuicios que se
habrían ocasionado como consecuencia de actos indebidos realizados por la
parte demandada incluyendo entre ellos el haber promovido injustificadamente
una acción penal en contra del ahora demandante; pretensión que así expuesta
encuentra plena justificación legal en la previsión del art. 984 del Código Civil,
que contiene el principio general según el cual todo el que ejecuta un hecho que
por dolo, culpa o negligencia y ocasiona un daño a otro, está obligado a la
reparación del perjuicio.
En ese marco a los efectos de hacer nacer la acción de daños y perjuicios
ocasionados por una denuncia o procesamiento penal indebido o injustificado,
será suficiente que el demandante acredite que el autor de la denuncia o
querella procedió con dolo, culpa o negligencia al efectuar la imputación, no
siendo necesario que previamente se sustancie en la vía penal la acción
recriminatoria. Toda vez que será en la causa civil en la que el demandante
asumirá la carga de demostrar que el obrar del demandado cuando efectuó la
denuncia resultó negligente, ligero, desaprensivo y, en su caso, intencional, es
decir, que acredite la existencia de culpa o dolo en su proceder, para así hacer
procedente la aplicación del citado art. 984 del Código Civil que dispone que:
"Quien con un hecho doloso o culposo, ocasiona a alguien un daño injusto,
queda obligado al resarcimiento".”, razonamiento reiterado en el Auto Supremo
Nº 295/2012 de 22 de agosto.
III.4.- De la Valoración de la Prueba:
José Decker Morales en su obra Código de Procedimiento Civil comentarios y
concordancia señala que: “…producida la prueba, el juez comienza a
examinarla, tratando de encontrar la existencia del hecho o hechos afirmados
por las partes. Finalmente de ese examen puede salir la verdad, cuando
encuentre conformidad de los hechos afirmados, con la prueba producida;
también puede suceder lo contrario, “todo depende de la eficacia de los
elementos que se hayan utilizado en la investigación”. Este proceso mental –
Couture- llama “la prueba como convicción”.
Así también, Víctor De Santo, en su obra “La Prueba Judicial” (Teoría y
Práctica), indica: Con relación al principio de unidad de la prueba, “El
conjunto probatorio del proceso forma una unidad y, como tal, debe ser
examinado y merituado por el órgano jurisdiccional, confrontando las diversas
pruebas (documentos, testimonios, etc.), señalar su concordancia o discordancia
y concluir sobre el convencimiento que de ellas globalmente se forme”.
El principio de comunidad de la prueba es: “La prueba no pertenece a quien
la suministra; por ende, es inadmisible pretender que sólo beneficie al que la
allega al proceso. Una vez incorporada legalmente a los autos debe tenérsela en
cuenta para determinar la existencia o la inexistencia del hecho sobre el cual
versa, sea que resulte favorable a quien la propuso o al adversario, quien bien
puede invocarla.
Principios que rigen en materia civil, y orientan a los juzgadores en la labor
valorativa del universo probatorio introducido al proceso en el sentido de que
toda prueba una vez ofrecida por las partes y admitida por el Juez conforme a
procedimiento, se convierte en prueba del proceso y no de una sola de las
partes, esto con la finalidad de llegar a la verdad real de los hechos, en cuya
valoración simultáneamente también se aplica el principio de unidad o
valoración conjunta de la prueba y no de manera aislada, y que el juzgador
debe tomar en cuenta, pues está en la obligación de apreciar y valorar las
todas las pruebas en su conjunto que deben ser integradas y contrastadas,
conforme mandan los arts. 1286 del CC, y 397 del Código de Procedimiento
Civil.
En este marco este supremo Tribunal a través de diversos fallos entre ellos el
Auto Supremo N° 240/2015 a orientado que: “…respecto a la valoración de la
prueba, resulta loable destacar que es una facultad privativa de los Jueces de
grado, el apreciar la prueba de acuerdo a la valoración que les otorga la ley y
cuando ésta no determina otra cosa, podrán hacerlo conforme a su prudente
criterio o sana crítica, según dispone el art. 1286 del Código Civil concordante
con el art. 397 parágrafo I de su procedimiento. Ésta Tarea encomendada al
Juez es de todo el universo probatorio producido en proceso (principio de unidad
de la prueba), siendo obligación del Juez el de valorar en la Sentencia las
pruebas esenciales y decisivas, conforme cita el art. 397 parágrafo II del código
adjetivo de la materia, ponderando unas por sobre las otras; constituyendo la
prueba un instrumento de convicción del Juez, porque él decide los hechos en
razón de principios de lógica probatoria, en consideración al interés general por
los fines mismos del derecho, como remarca Eduardo Couture”.
IV.- FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:
Del recurso de casación de Sabina Bustillos Vda. de Garnica.
Previamente a resolver los reclamos del recurso de casación, se debe aclarar
que a efectos de dar un orden lógico a la presente Resolución, primero se
consideraran los reclamos de forma, toda vez que de ser evidentes podrían
generar una nulidad de obrados que impediría ingresar a considerar el fondo;
en tal entendido diremos que:
En cuanto a que el Auto de Vista recurrido no habría tomado en cuenta el
agravio invocado por su persona en su recurso de apelación, respecto a que la
misma prueba presentada por el demandante habría demostrado que su
esposo Desiderio Garnica (+) era también víctima del lamentable accidente y
que debería existir una Sentencia condenatoria contra la persona de la que se
pretende el resarcimiento; que todos los gatos habrían sido cubiertos por el
SOAT, y que los gastos no sólo serían de la niña sino de toda la familia;
aspectos que no habría tomado en cuenta el Tribunal de Alzada.
Al respecto se debe señalar que tomando en cuenta lo desarrollado en el punto
III.1 de la doctrina aplicable, del análisis del Auto de Vista recurrido se tiene
que este en su considerando III otorga una amplia respuesta respecto al
reclamo referente a que Desiderio Garnica seria Victima y no existirá
Sentencia Penal ejecutoria en su contra, donde el Tribunal de Alzada hace
referencia a que la responsabilidad civil por parte de la ahora recurrente nace
del informe técnico de 29 de junio de 2012; asimismo en el numeral 3 del
considerando III considera lo referente a que todos los gatos habrían sido
cubiertos por el SOAT, razón por la que resuelve ordenado se descuente la
suma de Bs. 28.177,14.- al monto que le corresponde pagar a la ahora
recurrente, finalmente en el considerando V resuelve los reclamos referentes a
los pasajes aéreos de toda la familia; no siendo evidente que el Tribunal de
Alzada no se haya pronunciado respecto a los puntos señalados por la
recurrente. Por otra parte si la recurrente consideraba que existía una
supuesta omisión a sus agravios de apelación, conforme lo desarrollado en el
punto III.2 de la doctrina aplicable tenía a su alcance la complementación y
enmienda, para reclamar dicho aspecto, consiguientemente se advierte no
haberse dado cumplimiento a la premisa establecida en el art. 17 parágrafo III
de la Ley Nº 025 del Órgano Judicial.
En cuanto a que se habría configurado causal anulatoria de infracción de
formas esenciales al infringirse el art. 398 del Código Procesal Civil, toda vez
que se la demandaría como heredera de su difunto esposo obviando a los otros
herederos existentes y los que podrían existir y al no haberse observado este
aspecto, respecto a que la demanda no se inició contra los herederos y
presuntos herederos, no se habría cumplido con la formalidad exigida.
En este marco resulta necesario precisar que de la revisión de obrados se tiene
que la recurrente en su memorial de respuesta de fs. 211 a 215 hace
referencia a que cubrió los gastos de curación con los montos otorgados por
los seguros del SOAT y el FOCATT SAN CRISTOBAL, que fueron entregados al
demandante, actuando la ahora recurrente como representante de los
herederos de Desiderio Garnica para realizar el cobro de dichos seguros
(FOCATT) conforme se tiene acreditado a través del documento privado de fs.
541 y vta., y la solicitud de pago de indemnización de fs. 542, y testificales de
fs. 475 y vta., 476 vta., pruebas que conforme ya se señaló supra, demuestran
que la ahora recurrente cobro el seguro de indemnización de su esposo
Desiderio Garnica (+) y pago parte de las curaciones de la menor hija del
demandante, actuando en representación de los herederos (fs. 541 y vta.)
razón por la que incluso el Tribunal de Segunda instancia dispuso que se
descuente la suma de Bs. 28.177,41.- del monto que le corresponde pagar a
Sabina Bustillos Vda. de Garnica; en consecuencia no se observa disposición
alguna en las resoluciones de instancia que afecte derechos de los demás
herederos de Desiderio Garnica para integrarlos a la litis; ahora, si la
recurrente considera que se le estaría vulnerando algún derecho, ante la
disposición de pago de resarcimiento de su parte con la menor afectada,
cuando esta por sí y en representación de los demás herederos, cubrió parte
de los gastos de la menor con los seguros antes analizados; y toda vez que a
partir del informe técnico de fs. 18 a 19 se atribuye culpa a ambos
conductores, de donde emerge la responsabilidad del causante (Desiderio
Garnica) tiene a su alcance lo dispuesto en el art. 999.II del CC, que establece
que quien ha indemnizado todo el daño, tiene derecho a repetir contra cada
uno de los otros en la medida de su responsabilidad, y en el caso de autos al
haberse determinado la responsabilidad de Desiderio Garnica, los herederos
están con la carga de asumir la obligación en la parte que les corresponde,
pudiendo ser objeto de repetición de pago en la suma que corresponda si la
recurrente así lo considera necesario; deviniendo en infundado lo acusado en
este punto.
En cuanto a que existiría mala interpretación de la Ley adjetiva, al no valorar
la prueba presentada donde consta que su esposo Desiderio Garnica (+) fue
víctima del accidente de tránsito, pues existiría Sentencia ejecutoriada que
declaró autor del hecho a Gonzalo Aguirre, por lo que en dicho proceso su
persona como esposa de Desiderio Garnica habría actuado como víctima y
denunciante; en este sentido, para que exista responsabilidad civil en el caso
presente debería existir Sentencia penal condenatoria ejecutoriada contra su
esposo (+).
Al respecto corresponde precisar que conforme se desarrolló en el punto III.3
de la doctrina aplicable; en el caso de autos la demanda de resarcimiento de
daño por responsabilidad civil no está orientada a la imposición de una
sanción penal sino simplemente al resarcimiento de daños y perjuicios que se
habrían ocasionado como consecuencia de actos indebidos que ocasionaron
daño en la menor hija del demandante, emergiendo dicha responsabilidad del
informe técnico de fs. 18 a 19, donde se atribuyó culpa a ambos conductores,
en el accidente, generando en consecuencia la responsabilidad civil para
ambos conductores, con la niña afectada; en consecuencia, se debe tener
presente que en el proceso civil de resarcimiento por responsabilidad civil, es
suficiente que el demandante acredite que los demandados actuaron con dolo,
culpa o negligencia en el accidente, no siendo necesario que previamente se
sustancie en la vía penal o exista una Sentencia penal ejecutoriada conforme
refiere la recurrente. Toda vez que de ser evidente el dolo o la culpa en la
conducta de los demandados, indefectiblemente emerge la responsabilidad de
resarcimiento en favor de la persona que sufrió el daño; por lo que más allá de
que Desiderio Garnica haya actuado en el proceso penal como víctima, en el
presente proceso Civil, conforme ya se expuso supra se tiene que a tiempo
del accidente existió culpa en su conducta que genero el daño en la menor
(fs.18 a 19); no siendo evidente lo acusado en este punto. Deviniendo en
infundado el recurso de casación interpuesto por Sabina Bustillos Vda. de
Garnica
Del Recurso de Casación de Rómulo Méndez Altamirano.
El recurrente acusa que los vocales no habrían tomado en cuenta el agravio
invocado por su persona en la valoración de la prueba; pues en el
considerando IV reconocerían que el documento de fs. 93 no es una factura
sino un recibo dado por la clínica donde fue atendida la menor.
Al respecto se debe señalar que tomando en cuenta lo desarrollado en el punto
III.1 de la doctrina aplicable, del análisis del Auto de Vista recurrido se tiene
que este en su considerando IV otorga una respuesta respecto al documento
de fs. 93 señalando que: “…evidentemente no se trata de una factura, sino de
un recibo, el cual claramente establece que este podrá ser cambiado por factura
una vez proporcionado el NIT y nombre del beneficiario lo cual no significa que
no tenga valor, toda vez que se trata de un recibo emitido por la clínica donde
fue atendida la menor…”, no siendo evidente que los vocales no se habrían
pronunciado al respecto; por otra parte conforme ya se expuso supra y en el
punto III.2 de la doctrina aplicable, si el recurrente consideraba que existía
una supuesta omisión de uno de sus agravios de apelación, tenía a su alcance
la complementación y enmienda, para reclamar dicho aspecto,
consiguientemente, en autos, se advierte no haberse dado cumplimiento a la
premisa establecida en el art. 17.III de la Ley Nº 025 del Órgano Judicial.
En cuanto a que debió descontarse el recibo de fs. 93 mismo que ya fue
cambiado por una factura tal cual consta en la mencionada factura de fs. 99
dado por la misma clínica, se evidencia mala apreciación al valorar la prueba;
al respecto corresponde precisar que del análisis del recibo de fs. 93, hace
referencia al recibo por Bs. 14.000.- emitido por la clínica del Sur por la
atención medica prestada hacia la menor hija del demandante, en dicha
clínica, que conforme se tiene en dicho recibo estuvo a cargo de la Dra.
Patricia Callisperis; recibo firmado por el encargado del departamento de
contabilidad; documento que no tiene relación con la factura que otorga la
Dra. Patricia Callisperis -cursante a fs. 99- como médico Ortopedista,
traumatóloga, pediátrica, particular por la suma de Bs. 5.500.- que hacen
alusión a los honorarios profesionales de la mencionada profesional; en
consecuencia se tiene que dichos documentos fueron emitidos por distintos
gastos; no siendo evidente el error de valoración acusado por el recurrente en
relación a dicha prueba.
Por otra parte, en relación a que darían credibilidad a todas las pruebas o
pasajes aéreos, pues si bien existe resarcimiento civil, este solamente sería en
favor de la menor afectada y no así toda con toda su familia; al respecto
corresponde precisar que los jueces de instancia valoraron los pasajes aéreos
de fs. 43 a 91, descartando las facturas de fs. 79 a 81 por no hallarse
justificados, pasajes aéreos cuyas fechas coinciden con el tiempo de
internación de la menor y tiempo de tratamiento y rehabilitación de la menor
en la ciudad de La Paz, conforme se tiene acreditado por las certificaciones
médicas fs. 40, 41 y 42; ahora, si bien en dichos pasajes se encuentran
consignados los nombres de los padres y de otros familiar en alguno de los
viajes, se debe tener en cuenta, que al ser una menor (niña) la que fue
internada para su curación y el posterior tratamiento de rehabilitación al que
fue sometida, lógicamente debe estar acompañada por sus padres o algún
familiar que además de los cuidados médicos, le brinde la atención y apoyo
moral, que requiere todo niño o niña en dichos momentos; resultando correcta
la valoración efectuada por los jueces de instancia quienes integraron y
contrastaron las pruebas para analizarlas conforme a los lineamientos
desarrollados en el punto III.4 de la doctrina aplicable. Deviniendo en
infundado lo acusado por el recurrente.
Por lo manifestado, corresponde a este Tribunal resolver conforme señala el
art. 220.II del Código procesal Civil.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado
Plurinacional de Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num.1) de la
Ley del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010, en aplicación del art. 220.II
del Código Procesal Civil, declara INFUNDADO los recursos de casación de fs.
668 a 670 vta., interpuesto por Sabina Bustillos Vda. de Garnica; y de fs. 675
a 676 interpuesto por Rómulo Méndez Altamirano contra el Auto de Vista Nº
16/2016 de 25 de enero de fs. 658 a 665 vta. Con costas y costos.
Se regula honorario profesional en la suma de Bs. 1.000.-
Regístrese, comuníquese y devuélvase.
Relatora: Mgda. Dra. Rita Susana Nava Durán.

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