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Una vida de Alabanza

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, BUSCAD las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios. 2 PONED LA MIRA en las cosas de arriba, no en las de la
tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él
en gloria.” (Colosenses 3:1-4 DHH).

La Alabanza implica más el vivirla que cantarla. Es simple, vivimos lo que cantamos. Las
canciones expresan dónde está nuestro corazón: En las cosas terrenales, o en las cosas
eternas.

En la filosofía de la música, podríamos decir que cada persona canta o expresa su estilo de
vida*, y también el “lugar espiritual o emocional” por donde está pasando, ya que “de la
abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45 RVR).

Por ejemplo, si a nosotros nos gusta seguir escuchando música secular, es porque de
cierta manera nos sentimos identificados con ese estilo de vida, y nuestra mirada y
corazón no está completamente puesto en las cosas de Dios*.

Y es de suma importancia que nosotros, como ministros de la música de Dios,


practiquemos y estemos claros y consientes, de guardar nuestro corazón de todas las
cosas que nos hacen daño.

La Palabra dice: “Hijo mío, presta ATENCIÓN a lo que te digo. Escucha (BUSCA)
atentamente mis palabras. 21 No las pierdas de vista (PON LA MIRA). DÉJALAS LLEGAR
HASTA LO PROFUNDO DE TU CORAZÓN, 22 pues traen vida a quienes las encuentran y dan
salud a todo el cuerpo. 23 Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este DETERMINA
EL RUMBO DE TU VIDA. 24 Evita toda expresión perversa; aléjate de las palabras
corruptas. 25 Mira hacia adelante y fija los ojos en lo que está frente a ti. 26 Traza un
sendero recto para tus pies; permanece en el camino seguro. 27 No te desvíes, evita que
tus pies sigan el mal” (Proverbios 4:20-27 NTV).

Ante este verso debemos preguntarnos: ¿Qué estamos escuchando y/o buscando?
¿Dónde estamos poniendo la mira? ¿Qué estamos dejando llegar a nuestro corazón?
Debemos tener en cuenta que todas estas cosas determinarán el rumbo de nuestra vida y
nuestra relación con Dios.

Vamos a ver lo que dice la Palabra: “Pero el Señor le dijo: No te fijes en su apariencia ni en
su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el
hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7 DHH).

¿Quién era David? “Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que
toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he
visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de
guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él” (1 Samuel 16:17-18).

El medio secular, y la gente, aún dentro de la iglesia, buscará la mayoría de las veces sólo
nuestro talento, pero nosotros debemos estar conscientes de que no tocamos para la
gente, sino para Dios, y para hacerlo para Él, nuestro corazón es el instrumento que a Él le
importa y lo único que lo sorprende. ¿Dios está con nosotros? ¿Dios está contigo? ¿Dios
está contigo como lo estaba con David?

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