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Poder Judicial
Poder Judicial
1- Administrar justicia:
Como interprete máximo de las leyes internas de una nación, el poder judicial
vela como el guardián de la legislación vigente y debe administrar justicia de
manera equitativa, e impartir y ejecutar normas.
2- Aplicar la ley
El poder judicial es el responsable de aplicar imparcialmente las normas que
expresan la voluntad popular, por lo que una de sus atribuciones es la aplicación
e interpretaciones de las leyes, garantizando así un estado de derecho. La
consecuencia de esto es impartir justicia.
6- Garantizar derechos
Otras de las atribuciones de este estamento es ofrecer a todas las personas,
sobre las que tiene jurisdicción, una tutela y un cuidado efectivo de los derechos
legítimos.
En caso de que alguien esté siendo vulnerado en su libertad y derechos, es el
poder judicial el que debe asegurar un tratamiento justo.
En este sentido, debe aclararse que en sus resoluciones sólo puede hacer
interpretaciones diferentes para casos determinados, pero nunca modificar una
ley general del estado sin el acuerdo con los otros dos poderes.
8- Establecer impuestos
El poder judicial tiene la atribución de regular los impuestos para la importación
y exportación de bienes y servicios entre países, pero también dentro de las
fronteras.
9- Coparticipación
Es el poder judicial el responsable de asegurar la distribución de los fondos del
Estado, obtenidos a través de los impuestos, y su reparto equitativo entre sus
distritos.
Tribunales Inferiores
Son aquellos que, en la respectiva organización jerárquica y piramidal de los
sistemas judiciales, ocupan el grado inferior. Esta clasificación se hace desde un
punto de vista administrativo y no atendiendo al ejercicio de la función
jurisdiccional. Generalmente son tribunales unipersonales.
Tribunales unipersonales: Son aquellos cuyas resoluciones son dictadas por un
solo juez. Se llaman Juzgados
El Consejo está integrado por trece miembros, que se dividen entre jueces,
legisladores (de la mayoría y primera minoría), abogados, un representante del
Ejecutivo, y otro del ámbito académico y científico. De la selección se encarga
la Comisión de Selección de Magistrados, compuesta por 8 de los mencionados
miembros.
Primera Instancia
➢ Ser argentino
➢ Tener veinticinco años de edad como mínimo
➢ Abogado/a con 4 años de graduado/a y especial versación jurídica
➢ Haber nacido en la Cuidad Autónoma de Bs As o acreditar una residencia
inmediata no menor a 3 años
Segunda Instancia (Camara y Tribunal Oral)
➢ Ser argentino/a
➢ Tener treinta años de edad como mínimo
➢ Abogado/a con 6 años de graduado/a y especial versación jurídica
➢ Heber nacido en la ciudad autónoma de Bs As o acreditar una residencia
inmediata no menor a 3 años
Justicia federal
De acuerdo al artículo 116 de la Constitución de la Nación Argentina,
corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el
conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos
por la Constitución, y por las leyes nacionales, salvo los casos que corresponden
a la justicia provincial; y por los tratados internacionales; de las causas
concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; de las
causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que la Nación
Argentina sea parte; de las causas que se susciten entre dos o más provincias;
entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes
provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra
un Estado o ciudadano extranjero.
Dichas causa deben resolverse únicamente ante el foro federal. Actuando, en tal
situación, la Corte Suprema de Justicia como tribunal de apelación, si fuese el
caso.
Justicia Provincial
Cada una de las provincias de Argentina, basándose en la autonomía reconocida
por la Constitución nacional en su artículo 5, establece la administración y
organización de la justicia ordinaria dentro de su territorio. Es por ello que en
Argentina hay una organización judicial distinta en cada una de las provincias.
Dicha organización es creada de acuerdo a cada una de las constituciones
provinciales.
Cada provincia regula su sistema procesal, dictando sus propios códigos de
procedimiento, aunque aplican -con diferencias de criterio adecuadas a las
condiciones sociales, económicas o culturales locales- el mismo derecho de
fondo o material. Así, con veinticuatro diferentes normativas procesales,
siempre se aplica el mismo Código Civil, Comercial, Penal, derecho
Supranacional, Tratados internacionales, etc. Siendo deseable que en la
aplicación lejos de perpetuarse arquetipos o conceptos inducidos por la
industria editorial concentrada en Buenos Aires, se realicen análisis jurídicos que
atiendan la diversidad socio cultural de las regiones de la República Argentina.
Algunas provincias siguen líneas de organización más cercanas a la jurisdicción
federal, otras siguen líneas que suelen calificarse de "más progresistas" como
ser: proceso penal bilateral, investigación a cargo de la Fiscalía, jurados mixtos y
populares -según la gravedad del delito-. Mayor inmediación y simplificación de
las formas para hacer una justicia más accesible al público. Es aleatorio si el
procedimiento es oral o escrito, en todo caso, siempre los valores a los cuales
arribar son la simplicidad para el justiciable y la accesibilidad.
La mayoría de las justicias provinciales están divididas en Juzgados de Paz,
Juzgados de Primera Instancia, Cámaras de Apelaciones y un máximo tribunal
provincial, cuyo nombre varía según la jurisdicción. A modo de ejemplo,
encontramos la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, la Suprema Corte de
Justicia de Buenos Aires o el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos.
En cuanto a accesibilidad, la República Argentina en su jurisdicción nacional -el
ámbito federal- como en sus jurisdicciones locales -cada provincia como entidad
independiente- tienen asegurados sistemas de Defensa Pública gratuita. De
modo tal que, si bien imperfectamente, cuando menos el acceso a la justicia
esté garantizado a pesar de las carencias económicas. A diferencia de otros
países, donde se encarga a abogados particulares como carga pública -turno de
oficio- si no a los más nóveles abogados dentro de empresas jurídicas, los
Ministerios Públicos de la Defensa están formados por profesionales
rigurosamente seleccionados sobre la base de su sapiencia técnica y capacidad
personal para desarrollar el rol -no es suficiente con saber Derecho para ser
litigante, y menos aún Defensor Público-. Esta es una de las mayores notas
democráticas del sistema judicial de la República.
Consejo de la magistratura
El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley especial sancionada por la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara del Congreso,
tiene a su cargo la selección en concurso público de los candidatos a jueces y la
conformación de ternas, de las cuales, el Presidente de la Nación con acuerdo
del Senado, elige al nuevo juez. El Consejo de la Magistratura administra
también el Poder Judicial, supervisa a los jueces y pone en marcha el mecanismo
para su remoción por un Jurado de Enjuiciamiento.
De acuerdo a la Constitución, debe ser integrado periódicamente de modo que
se procure el equilibrio entre la representación de los órganos políticos
resultante de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de
los abogados de la matrícula federal. Debe ser integrado, asimismo, por otras
personas del ámbito académico y científico, en el número y la forma que indique
la ley.
La idea detrás de los jurados es que una persona sea juzgada por sus pares. “En
lugar de que una persona sea juzgada por jueces profesionales, que son en su
gran mayoría hombres de clase media alta, los evalúa un grupo de personas -
que en general incluye igual cantidad de hombres y mujeres- con distintas
trayectorias y sensibilidades”, explicó a Chequeado Andrés Harfuch, miembro
de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y
Sociales (INECIP) y vicepresidente de la Asociación de Juicio por Jurados (AAJJ).
La selección es similar en Neuquén, aunque ese Código agrega también que “se
tratará de que, como mínimo, la mitad del jurado pertenezca al mismo entorno
social y cultural del imputado. Se tratará también, en lo posible, que en el panel
de jurados haya personas mayores, adultas y jóvenes”.
En todos los casos los miembros sorteados pueden excusarse en ciertos casos,
como por ejemplo, problemas de salud.
Los defensores de los juicios por jurados, como Harfuch, destacan laimportancia
de la participación ciudadana en la Justicia y aseguran que “acerca a los
ciudadanos al ver cómo se aplica en la práctica la Justicia”. Y señalan también
que trae un sentido innato de Justicia al sistema judicial. “Un ejemplo claro de
esto -precisó- es el caso de una chica de 19 años en Córdoba que mató a su
bebé recién nacido. El bebé era resultado de una violación de su empleador, que
abusaba de ella desde que tenía nueve años. Antes de decidir el jurado preguntó
si el violador estaba siendo procesado también, y no, no lo estaba. Entonces,
finalmente la absolvieron, argumentando que ya había tenido suficiente pena”.
“Obliga a los abogados y a los actores del sistema judicial a usar un lenguaje
claro para que todos los ciudadanos lo entiendan, lo cual transparenta al
sistema judicial”, señaló Martín Böhmer, profesor de Derecho de la Universidad
de Buenos Aires y en la Universidad de San Andrés. También señaló
a Chequeado que “obliga a los operadores judiciales a estar presentes y a
trabajar sobre los casos; probablemente ponga en blanco sobre negro la
desidia y las demoras de la Justicia argentina”.
Entre los críticos del sistema de juicios por jurados se objeta que ciudadanos
comunes, no preparados para la administración de Justicia podrían ser
presionados más fácilmente. Del otro lado responden que al multiplicar la
cantidad de personas (12 en lugar de uno o tres) es más difícil presionarlos a
todos, y que los jurados, al no tener una carrera que proteger en el sistema
judicial, tienen menos que perder en caso de fallar contra poderosos.
Otra crítica expresada es que los ciudadanos comunes podrían tender hacia la
“mano dura”, sobre todo porque se tratarán bajo esta modalidad los delitos más
violentos. En la misma línea el ex juez de la Corte Suprema Eugenio
Zaffaroni duda de la posibilidad de que los atenuantes puedan ser tenidos en
cuenta por personas sin formación legal.
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