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Aspectos Constitucionales de La Regulación Económica en Chile
Aspectos Constitucionales de La Regulación Económica en Chile
Aspectos Constitucionales de La Regulación Económica en Chile
I. Panorama general.
Así, el modelo económico que impone nuestra carta fundamental, tiene como uno
de los principios fundamentales en el aspecto económico a la libertad de empresa
(art. 19 Nº 21 CPR.), que otorga a los privados el rol principal dentro de la economía.
De esta manera son ellos, a quienes la Constitución entrega la iniciativa en el
desarrollo de las actividades económicas.
1MONTT, Luis. Orden público económico y economía social de mercado: elementos para una formulación
constitucional. Materiales de trabajo, Facultad de Derecho, Universidad de Chile. p. 3
De esta forma, dentro de los principios que podemos destacar en nuestro
ordenamiento jurídico, relativos al trato que hace la Constitución a la regulación
económica podemos señalas:
Por otro lado, como la función del Estado es el promover la iniciativa privada en la
economía, la libre competencia y un mejor funcionamiento de los mercados, es que
éste queda al margen de desarrollar actividades empresariales. Excepcionalmente,
cuando una determinada actividad requiere apoyo del Estado, éste y sus organismos
están obligados a intervenir en virtud del principio de la subsidiariedad consagrado
en el art. 19 Nº 21 CPR. La importancia de este ultimo principio radica en que ayuda
a prevenir la suplencia cuando los particulares sean incapaces de ejercer una
actividad particular o no pueden hacerlo, ya que el Estado actúa de tal manera que
fomenta la actividad que lo requiere. En estos casos en que el Estado desarrolla
actividades empresariales, esto en virtud de una ley de quórum calificado que lo
autorice, aquellas actividades quedan sometidas por regla general a la legislación
común que regule dicha actividad, sin perjuicio de las excepciones que la ley
establezca para casos particulares. Cabe reforzar la idea de que la intervención
estatal resulta justificada sólo “”en la medida que sea indispensable para obtener el
fin perseguido, procurando que su acción sea lo menos lesiva posible a los intereses
y fueros propios de los cuerpos intermedio o de las personas. Eso si, la
subsidiariedad es auxilio, ayuda, pero jamás suplantación, reemplazo o eliminación
por el Estado de los particulares que realizan actividades que primordialmente
corresponden a ellos””2.
2 RIBERA Neumann, Teodoro y VIGUERA Figueroa, Hernán. Reflexiones en Torno a la Libertad de Empresa en
la Constitución de 1980. p 13.
En relación a la inversión extranjera cabe mencionar que sólo excepcionalmente
caben algunas restricciones de dichos capitales, ya que por regla general se
establece una serie de normas en nuestro ordenamiento jurídico que fomenta esta
inversión, en particular cabe destacar el Estatuto de la Inversión Extranjera (Decreto
Ley Nº 600) y una serie de Tratados de Libre Comercio suscritos y ratificados por
Chile.
3 Ibid, p. 19
productivo, sin perjuicio que la ley pueda restringir esta libertad en ciertos casos
como, por ejemplo, en el caso de la venta de alcohol y cigarros a una determinada
distancia de establecimientos de educación. El segundo se refiere a la facultad de
tomar decisiones y competir en un mercado libre, incluyendo libertad de producción,
inversión y de fijar una política o estrategia comercial.
V. Conclusión.
En base a lo expuesto, podemos entender que nuestra actual carta fundamental
está diseñada en base a una organización económica que privilegia la libertad e
iniciativa privada, garantizando un régimen jurídico de protección a la propiedad
como instrumento principal para el desarrollo económico, demostrando así una
conexión entre la constitución y la economía de libre social de mercado.
De esta manera, los principios a los cuales hicimos referencian adquieren una
gran relevancia dentro del modelo económico resguardado por la Constitución,
otorgando gran poder a los privados para el desarrollo de actividades económicas,
restringiendo la capacidad del Estado de desarrollarlas, quedando éste relegado en
aquella función. Por tanto, no existe un equilibrio entre los sujetos privados y el
Estado en el desarrollo de la actividad mercantil, desequilibrio que es consecuencia
del poder subsidiario que entrega la Constitución al Estado. Así, nuestro
ordenamiento jurídico contempla mas bien una declaración de principios a favor de
un orden económico liberal, impulsado por los agentes privados, con ciertas
excepciones que no alcanzan a contrarrestar dicho poder.
BIBLIOGRAFÍA.