<<Zuleta como lo expone en su texto “Kant y la democracia”, compartía con el
filósofo alemán la gran desconfianza en el hecho de que una revolución pudiera suministrar la emancipación del pensar; lo que al mayoría de las revoluciones han realizado es una transferencia del poder, en la que no se ha cambiado la manera de pensar. Se ha pasado de la dominación de la iglesia a la dominación del partido y la forma de pensar sigue siendo la misma, porque de lo que se trata no es de cambiar de pastor, sino dejar de ser oveja>>
El cambio al vual se refiere Zuleta en la frase anterior, es el cambio al que Kant
llamaba emancipación, la transformación social por medio de la democracia no puede eludir el hecho biológico antropológico fundamental de que el hombre es un ser hecho de millones de seres, un hombre que vive y padece las políticas, un hombre de carne y hueso que goza y sufre. Por eso no es pensable la democracia sin cultura, esto es, sin dignidad y respeto.
La teoría racionalista sobre el Estado falla al considerar al hombre como una
entidad que puede ser planificada. Pues el hombre es un individuo con pasiones esenciales y formadoras, pasiones como el amor, el hombre que no puede amar es un hombre incapaz de transformarse, de cambiar.
La importancia de pensar a fondo la democracia, de pensar una nueva sociedad
pasa necesariamente por dimensionar las posibilidades y limitaciones de la democracia, donde la explotación y la dominación se evidencian más en una sociedad pluralista que en un totalitaria, pues el ejercicio del libre pensamiento y la máxima libertad personal son las bases para edificar una mejor sociedad donde los problemas sociales y políticos se resuelven con acciones concretas y no con actos de buen corazón.
¿Está en la democracia la emancipación nombrada por Kant para no tener el