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Las transferencias intersectoriales se centran en los valores, características y movimientos de

aquellos que integran la PEA (población económicamente activa). Si partimos de que la PEA
AGRO en todos los periodos tratados tuvo una tasa de crecimiento anual (TAC) negativa y según
la distribución por sectores (cuadro 5.1) pasó de representar el 26,6% del total al 13% entre 1947
y 1980 respectivamente, podemos afirmar que hay una transferencia de población que incide en
la estructura productiva ya que transfiere volumen poblacional (migración rural-urbana) e incide
en el crecimiento vegetativo. A su vez, esta masa migrante proviene de sectores modestos, lo que
incidirá en parte al contingente de obreros asalariados y calificados de los sectores urbanos.

Para otorgar sustancia al proceso descripto, Torrado1 caracteriza aquél empleo urbano en
ascenso; y segmenta según el perfil ocupacional, a aquellos que viven esa transformación según
la composición de la PEA (su volumen y tasa de crecimiento); cómo compone a los grandes
sectores productivos (industrial, construcción y terciario) y cuáles son los valores que tienen éstos
en Absorción del Crecimiento Intercensal (ACI) y distribución. El objetivo es ver éstos valores
en los distintos periodos para marcar conclusiones y caracterizar la estructura social de la fuerza
de trabajo visibles en los cuadros 5.5 y 5.6 (clase media u obrera, autónomo o asalariado, etc.).

Las actividades urbanas en términos generales (INDUS, TERC y CONST) crecen en los
periodos analizados y superan la TAC anual promedio. Si se las suma a todas, vemos en los 4
periodos censados un ascenso en la PEA total de 73,7%, 80,5%, 84,1% y 86,9%,
respectivamente. Si describimos cada sector vemos que:

- La actividad de INDUS tiene su mayor expansión en el primer periodo 1947-60 cuya ACI
fue de 42,6% y su TAC de 22,6% (estas dos variables irán bajando en los otros dos
periodos tratados). Su distribución con respecto a la PEA total en los cuatro periodos
censados tuvo su pico con 26, 9% en 1960 y su piso con 22,7% en 1980.
- El sector de la CONST es el que más se expande en los tres periodos intercensales con
una TAC de 50,1% en 1960-70 que triplica el promedio de esa etapa (16,8%), pero tiene
un volumen escaso en su inicio. En cuanto a la PEA total, pasa del primer al último
periodo de 4,8% en 1947 a 10,7% en 1980, respectivamente.
- La rama TERC, tiene un TAC siempre superior al promedio pero que nunca alcanza los
números de CONST. Pero es el que más valor de ACI tiene de todas las ramas en todos
las etapas (su techo fue en 1960-70 un 75,1%). Con respecto a la PEA total, desde la
primera a la última etapa pasó de 45% en 1947 a 53,5% en 1980.

1
Los cuadros analizados son del Capítulo 5 pp. 123-142.
En el cuadro 5.2 tenemos solo datos referidos a lo urbano, aunque le agregamos el factor social.
Es decir que mantiene los índices marcados arriba, pero observa más de cerca las diferencias para
dar las siguientes precisiones:

- La INDUS tiene una magra expansión del empleo desde los ´60. Si vemos que la
distribución de la PEA NOAGRO total, de su máximo 33,4% en 1960 baja a 26,1% en
1980. Dando importancia a la clase social, lo que ascendió entre 1947-60 la clase obrera
(54%) y la clase media (46%, de mayoría administrativa) en su conjunto (ambas de
mayoría asalariada) cambia entre 1960-70, porque disminuye el empleo industrial, caen
los pequeños empresarios y artesanos, para solo crecer la clase media asalariada
(triplicando el valor promedio) caracterizada por profesionales y técnicos. En el último
tramo 1970-80, se benefician los obreros asalariados y aumentan los pequeños
empresarios y artesanos, revirtiéndose la etapa precedente.
- La rama CONST es la única de las 3 ramas que duplica dos de sus valores censados. La
ACI (en este caso es no-agropecuario, porque solo toma lo urbano) que pasa de 11,1% a
24,2% entre los periodos 1947-60 y 1970-80, respectivamente; y la distribución en la
PEA NOAGRO total, que del 6,6% asciende a 12,3% entre 1947 y 1980, respectivamente.
No olvidemos, que a pesar de ello, empezó con un volumen bajo y es considerada
dinámica pero no con peso considerable en cuanto a productividad. En términos de clase,
en los primeros dos periodos (1947-60 y 1960-70) integra mayoritariamente a la clase
obrera asalariada, mientras que el último período de 1970-80 los nuevos obreros más que
nada están en trabajo autónomo.
- El TERC tuvo un valor cercano al 60%-rama más alta- en la distribución de la PEA
NOAGRO total (en las 4 etapas censadas) lo que indica la importancia de la terciarización
en la economía y como incidió desde su gran expansión del periodo 1960-70, donde
supera la TAC promedio y tiene una ACI de 72,2%. Desde la perspectiva de clase, entre
1947-60 el empleo tiene relación de 60/40 (clase media y obreros, respectivamente) donde
en ambas prevalece el empleo asalariado. En la etapa 1960-70 aquella relación es
parecida, pero hay una inversión en la clase obrera donde prevalece el empleo autónomo.
Por último, entre 1970-80 la clase media absorbe el 90% del empleo terciario, con
predominio de asalariados; la clase obrera asalariada tiene números negativos (-6,3%) con
un crecimiento de la clase obrera autónoma.

La actividad TERC es muy heterogénea, por ello desde el cuadro 5.3 se muestran los ritmos de
las distintas ramas de aquella, porque lo que en rasgos generales puede descender, no sucede lo
mismo con ramas particulares donde los valores siguen altos.
El primer periodo 1947-60 tiene la actividad TERC en ascenso, pero las que más crecen son
TRANS (donde prima el obrero asalariado y, aunque en menor media, la clase media asalariada)
y ADMIN, con un TAC que supera el promedio, siendo una rama asalariada con predominio de
clase media; lo mismo con SESOC (cercano al 90% su cantidad de empleados clase media) hasta
que en los ’60 comienza la privatización paulatina; y COMUN, de poco volumen pero cuyo TAC
cuadruplica el promedio. Todas son mayormente públicas. Por otro lado, las que más volumen
tienen (COMER y SPHOG) están lejos del TAC promedio, aunque en términos de clase en la
primera se expande el estrato autónomo de la clase media.

Entre 1960-70 el crecimiento del sector se debe a la ocupación privada, ya que la pública no
crece como la etapa anterior. De hecho quien atribuye un 60% del crecimiento del sector son las
grandes ramas COMER (crece en empleo autónomo, en clase media y obrera) y SPHOG (donde
crece el empleo orero autónomo). Otras de la misma índole como FINAN y SEMBI también
crecen a valores superiores al TAC promedio. Por su parte, la rama TRANS tiene saldos
negativos aunque crecen ramas autónomas cuentapropistas (se relaciona el descenso de
asalariados a la reducción de personal en los trenes)

La última etapa entre 1970-80, aquellas ramas de gran crecimiento en el primer período ahora
caen abruptamente: ADMIN, con disminución absoluta de sus asalariados que afecta a un 75% de
empleados clase media; TRANS que desde el ’60 desciende, para luego predominar el
cuentrapropismo obrero; y COMUN, de los más bajos en la distribución total. Por el contrario
SESOC, que dijimos estaba privatizándose, tiene un TAC que duplica el promedio (32,5% sobre
15,5%, respectivamente). Sin embargo el mayor crecimiento de empleo se atribuye la gran rama
de COMER y a otras dos pequeñas y privadas, FINAN y SEMBI (la primera duplica fácilmente
el TAC promedio y la segunda lo triplica). Es una etapa de grandísima reducción del sector
público y expansión del componente privado.

En términos generales, la composición social de la fuerza de trabajo tuvo en ascenso a la clase


media (incluso en la etapa donde hubo un gran apoyo al sector obrero). El estrato autónomo de la
clase media bajó entre 1960-70 comparativamente a las otras dos etapas. Por otra parte, la
terciarización de la economía afectó el volumen de los obreros asalariados generando
cuentapropismo en este sector más que nada en la última etapa 1970-80.
Los modelos de acumulación (dirigidas desde el Estado Nacional) y las transformaciones y
desplazamientos de quienes conformarían la estructura social de la fuerza de trabajo, se centraron
en la Región Pampeana, a pesar de que una política nacional no se dirija solo allí. Es por ello que
de los cuadros 9.1 y 9.2 se concluyen tipologías sobre las características en común que nos ofrece
una dimensión regional.

A nivel nacional los valores de empleo agropecuario, terciarización urbana y de asalarización


global y de clase media son bajos entre 1960-80, aunque es un promedio de las regiones donde se
nivelan las más con las menos pobladas y urbanizadas. Las regiones observadas tienen
disparidades que se acortan y otras que se expanden. Hay 5 “tipos” a distinguir:

1- Gran Buenos Aires (además de C.A.B.A y provincia de Bs. As): con moderados niveles
de terciarización y altos niveles de asalarización con una expansión de clase media con
bajo componente en empleo público.

2- Córdoba y Santa Fe: con aquellos tres factores mencionados en el primer tipo hay
semejanza, pero con una rápida urbanización y niveles bajos del sector agropecuario. En
esta división se agregaría la Región Cuyana, aunque tiene un mayor componente de
empleo público.

3- Regiones Comahue y Patagónica: con rápida urbanización; asalarización; formación de


clase media; y moderada terciarización.

4- Entre Ríos y La Pampa y el NOA: ambas de moderada urbanización ocupacional; elevada


terciarización del empleo urbano; moderada asalarización; y clase media que tiene alta
asalarización y dependencia del Estado.

5- NEA: elevados niveles de empleo agropecuario y de terciarización urbana; lento avance


en la asalarización global y de su clase media que tiene también dependencia del Estado.

Si afirmamos que el alto empleo urbano; la baja terciarización; y la alta asalarización de clase
media con baja dependencia del Estado son “valores de modernización” en la estructura social, el
(1) toma distancia de los demás, por lejos; le sigue el (2) pero con una Región Cuyana que va
alcanzando valores más “modernos”. Por último, el (3) que acorta disparidades respecto al
comienzo del periodo (con la advertencia de que el alto empleo público puede ser un crecimiento
moderno no genuino). Las regiones del NOA (con niveles altos de terciarización y empleo
público) y NEA (con una estructura urbana poco modernizada) expanden su disparidad inicial
respecto a esa “modernidad” donde prima el empleo agropecuario, en la segunda más que en la
primera.

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