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CIUDADANÍA AMBIENTAL Y TEMAS CONVERGENTES.

Carolina Pacheco Espinosa

Expongo a su consideración el presente ensayo realizado a partir de la lectura y


reflexión de los textos propuestos en el Primer módulo del Curso Propedéutico de
ingreso a la Maestría en Educación para la Ciudadanía, en el cual se aborda el
tema de Ciudadanía Ambiental analizado desde distintas aristas e intereses de los
respectivos autores. Este tema ha aportado interesantes reflexiones sobre la
concepción de la cultura de la sustentabilidad, su origen, situación actual, retos y
temas convergentes, perspectivas que han hecho eco con las experiencias
personales en la Educación Artística y que permiten imaginar posibles caminos de
interdisciplina entre el arte y la Educación para la Ciudadanía ambiental.

CONCEPTO DE CIUDADANÍA EN LOS AUTORES

Los autores y textos propuestos comparten el estudio de la Ciudadanía Ambiental


desde distintas perspectivas y necesidades:

González Gaudiano posterior al análisis de las primeras definiciones empleadas


sobre todo en los países angloparlantes, determina que el concepto de
Ciudadanía Ambiental además de que no es usado comúnmente en castellano, no
está definido propiamente, lo relaciona a una seria de disposiciones para
concientizar y actuar de acuerdo a los lineamientos del Fondo Ambiental Global,
cuyos fondos se destinan a proyectos relacionados con la diversidad biológica,
cambio climático, aguas internacionales, degradación de la tierra, agotamiento de
la capa de ozono y contaminantes.

La Ciudadanía Ambiental no es un concepto establecido de forma concreta, es un


tema que se ha fomentado hasta muy recientemente en la sociedad debido a los
problemas ambientales que se han provocado por la poca consciencia de la
humanidad y a pesar de que se nutre de valores que son inherentes a todo
humano, existe una gran complejidad en cuanto a que existen diversos factores
que determinan el desempeño de un individuo a nivel personal y colectivo.
Por lo tanto todos somos ciudadanos ambientales en potencia, capaces de
tomar consciencia, responsabilidad y compromiso con nuestro entorno, sin
embargo no es posible determinar en qué medida esos valores serán puestos en
práctica ya que los seres humanos poseen un libre albedrío, cierta educación y
cultura personal que pueden o no estar enfocados al bienestar común. Este
panorama nos coloca como una sociedad en formación/construcción hacia la
Ciudadanía ambiental, de acuerdo a González Gaudiano, a partir de un proceso
complejo donde la educación, las políticas ambientales y culturales son factores
clave, es posible que como sociedad se aspire a formar, no sujetos estrictamente
ecológicos, “sino apenas ciudadanos comprometidos con un conjunto de reglas,
escritas y no escritas, que nos permiten mejorar nuestra calidad de vida pública”
(González Gaudiano, 2003).

Por su parte Ricardo Castro no menciona el concepto de Ciudadanía Ambiental


como tal, sin embargo hace una retrospectiva de los orígenes del voluntariado
ambiental, así como un estudios sobre altruismo y conducta prosocial,; menciona
Castro (2002) que el voluntariado “es una de las perspectivas más activas y
profundas de participación ciudadana en nuestra sociedad contemporánea y nace
de la asunción libre y desinteresada de la responsabilidad personal y social en la
intervención para la mejora y el avance comunitario” esta forma de organización
complementa las necesidades sociales que las instituciones no son capaces de
solventar, generando la acción del tercer sector, iniciativas de carácter privado con
fines públicos.

De acuerdo con Castro, en el voluntariado ambiental se identifican amplios


beneficios en tres vertientes: el voluntario toma conciencia y actúa en beneficio de
su entorno, fortalece sus valores como persona y es capaz de influir a otros; a
partir del voluntariado es posible entablar una actitud altruista y prosocial,
comprendiendo altruismo el uso de la conciencia para ayudar a otra persona y
actitud prosocial como la intención de propiciar un beneficio social sin esperar
bienes económicos o materiales.
El voluntariado, así como el altruismo y la conducta prosocial, son temas
que indudablemente guardan estrecha relación con la Ciudadanía Ambiental, esto
testifica que, si bien no poseemos una plena cultura por el cuidado del medio
ambiente, entre la sociedad ya existen valores y prácticas que nos hacen ver
más allá de nuestras necesidades individuales, sin embargo no sucede en todos
los sectores de la sociedad, Castro expone la propuesta del postmaterialismo de
Inglehart, donde describe que las prácticas altruistas van a depender en gran
medida del nivel de seguridad personal, es decir de un determinado espectro de
necesidades cubiertas y estabilidad en un ser humano, lo cual le permitirá tener
mayor oportunidad de tomar partido por las necesidades del entorno.

De igual manera menciona Maslow en la Pirámide de las necesidades humanas,


que después de satisfacer las necesidades básicas, de seguridad y protección, se
procede a cumplir con la necesidad de afiliación y afecto, donde un ser humano
busca relacionarse y sociabilizar, en dicho rubro se pueden ubicar prácticas como
el voluntariado y la conducta prosocial; sin embargo la realidad logra superar las
teorías en algunas ocasiones, en la experiencia personal se ha sido testigo de
ejemplos de personas que a pesar de no vivir en los niveles de seguridad
personal, son capaces de tener una actitud altruista, sobrepasando sus intereses
individuales por el bienestar común, estos casos puedes proponerse como una
sublimación de la humanidad.

En el texto La comprensión de los adolescentes sobre el desarrollo sostenible…


de Evelyn Diez-Martínez se encuentra el concepto de educación ambiental como
un proceso educativo que requiere muchas revisiones y aportaciones para lograr
construir una Ciudadanía ambienta, su propuesta parte de un análisis de la
percepción de dos grupos de adolescentes en cuanto a desarrollo sostenible se
refiere y su relación con factores socioeconómicos.

Este estudio se interesa por aspectos muy importantes, como los procesos
cognitivos de los educandos en sus diferentes etapas, así como su relación con la
naturaleza y coincide con otros autores al resaltar la importancia de fomentar a
temprana edad el desarrollo de hábitos ambientales, lo cual es un tema complejo
ya que la educación, escolar y familiar sobre todo en contextos urbanos no
contempla a la naturaleza como un ente integrado a la vida del ser humano, sino
como un medio externo el cual es explotado por otros sectores de la sociedad
para satisfacer las necesidades de la población, colocando así una barrera entre el
ser humano y el medio ambiente, por lo tanto la naturaleza es invisible cuando se
realizan las compras del hogar en las grandes cadenas comerciales, el
consumismo le da continuidad a una cultura de la comodidad donde todo se
compra empacado, se consume y se desecha el empaque, un ciclo que se repite
día con día y que está tan alejado de la conciencia por el entorno en el que se
vive.

Diez- Martínez hace evidente que a pesar del creciente interés por la cultura del
medio ambiente que ha surgido en las sociedades en las últimas décadas, la
educación ambiental está desfasada de las necesidades y situaciones reales de la
población, por lo que es importante la propuesta que ella hace, es decir tener un
acercamiento con sectores de la población, conocer sus percepciones, sentires y
preocupaciones en torno al tema para poder partir de un diagnóstico y hacer las
propuestas adecuadas a través de programas educativos y políticas públicas que
fomenten la construcción de una Ciudadanía Ambiental.
ASPECTOS EN COMÚN EN LOS TEXTOS

Los principales aspectos en común en los tres autores son los siguientes:

 Que la Ciudadanía ambiental no es un concepto ya establecido y puesto en


práctica, sino un tema que está en formación y que demanda la realidad a
toda la humanidad al ser responsables del deterioro del planeta.

 Que la clave para formar sociedades de ciudadanos ambientales es la


educación, ya sea en contextos formales y no formales, así como a través
de estrategias pedagógicas sociales, es vital ir generando iniciativas que
fortalezcan el compromiso y la relación del ser humano con su entorno.

 Que la ciudadanía ambiental no es sólo un tema para especialistas o


sectores comprometidos con la naturaleza, sino que es una realidad que
compete a la humanidad, en el converge con otros temas sociales que no
parecen guardar relación como política, migración, educación, religión, etc.

 Que el ejercicio de la ciudadanía ambiental es un tema complejo, subjetivo


y que requiere de la voluntad y la conciencia humana para ser posible, así
mismo demanda que también cada individuo procure su bienestar para
poder hacerse consciente de las necesidades colectivas.
PROPUESTA

A partir de la reflexión de los textos se presenta el siguiente proyecto/propuesta

Problemática

La falta de reconocimiento de la naturaleza como un ente innato al ser humano.

Hipótesis

El Anáhuac nuestra cultura raíz, sigue viva en los pueblos originarios que aún
conservan los conocimientos que nos legaron nuestros abuelos, los que le dieron
rostro y corazón a nuestro pasado, donde grandes hombres y mujeres se
entregaron al conocimiento de la naturaleza, la ciencia, las artes, la filosofía, entre
otros conocimientos.

La cultura urbana ha perdido el vínculo humano-naturaleza, por lo que es


necesario voltear a nuestro pasado, regresar a nuestras raíces, porque ahí se
encuentra la conexión con la naturaleza y es un camino para reencontrar ese
vínculo que estamos buscando en la construcción de la ciudadanía ambiental.

Propuesta.

A partir de las necesidades detectadas en las lecturas, propongo el acercamiento


con las comunidades Mixes, que se denominan en su lengua materna como
Ayuujk, dicha cultura posee una estructura social original y vive bajo su
cosmovisión en práctica. Los Ayuujk, como otros grupos originarios poseen una
gran conexión con la naturaleza, incluso tiene una palabra dentro de su lengua
para denominar la relación recíproca humano-naturaleza- naturaleza- humano,
concepto que ellos llaman Ëtnäjxwinyït, que se compone de los vocablos y
significados: Ët/naturaleza, näjx/ tierra y winyït/ mundo. Este concepto forma
parte de cada comunero desde que nacen, es un vínculo que se va sembrando de
generación en generación y literalmente representa la relación que existe entre los
seres humanos y la tierra, para un ayuujk significa la vida misma, comunidad,
territorio, bien común y cosmovisión.

Mi propuesta se basa en establecer una relación con la comunidad, no desde una


visión colonialista, sino situando a la cultura Ayuujk como los transmisores de
conocimiento y en este caso, los beneficiarios serán individuos de la urbe. Con el
permiso de la comunidad se realizaría un estudio de la conexión que ellos tienen
con la naturaleza y las prácticas que realizan para construir el Ëtnäjxwinyït.

La idea no es que un individuo de la urbe se convierta en un comunero Ayuujk,


pero si de extraer parte de sus conocimientos y realizar una propuesta de
Ëtnäjxwinyït que se pueda replicar en contextos urbanos, adecuada a las
necesidades de la vida en la ciudad.
BIBLIOGRAFÍA

González Gaudiano, Edgar. (2003). Educación para la ciudadanía ambiental. Ensayos


28(10), 611-615. Recuperado 10 de abril de 2018, de
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-
18442003001000011&lng=es&tlng=es.

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