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REFLUJO VESICOURETERAL

Joaquín Escribano Subías(1), Blanca Valenciano Fuentes(2)

(1)
Unidad Nefrología Pediátrica. Hospital Universitario Sant Joan de Reus. Tarragona
Unidad Nefrología Pediátrica. Hospital Universitario Materno-Infantil. Las Palmas de Gran Canaria
(2)

Escribano Subías J, Valenciano Fuentes B. Reflujo vesicoureteral. 2014;1:269-81

RESUMEN

• El reflujo vesicoureteral (RVU) se define como el paso retrógrado no fisiológico de la orina
desde la vejiga al uréter, probablemente debido a una disfunción de la unión ureterovesical.
• La presencia de un síndrome de eliminación disfuncional puede tener un papel importante
en la patogenia del RVU, por lo que es importante investigar siempre el patrón miccional
de los pacientes con RVU.
• El diagnóstico de RVU se realiza mediante la realización de una cistouretrografía miccional
seriada (CUMS). Para el seguimiento se recomienda la utilización de cistografía isotópica.
• La técnica gold standard para el diagnóstico de daño renal es la gammagrafía renal con
ácido dimercaptosuccínico (DMSA).
• El tratamiento inicial debería ser conservador con medidas higiénicas generales. El empleo
de profilaxis antibiótica debe restringirse a grupos de alto riesgo, como son la presencia de
RVU dilatado o la existencia de infección del tracto urinario (ITU) febril recurrente.
• Debe reservarse el tratamiento quirúrgico, en cualquiera de sus modalidades, para pacien-
tes con ITU febril recurrente o alteraciones anatómicas asociadas, o para acortar el tiempo
de resolución, según las preferencias del paciente y/o los familiares. El tratamiento con
procedimiento endoscópico e inyección subureteral se aconseja como primera opción en
estos casos.

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1. INTRODUCCIÓN Tabla 1. Clasificación del RVU primario, según el


International Reflux Study Comité
El reflujo vesicoureteral (RVU) se define como Grados de reflujo
I. El reflujo solo alcanza el uréter, sin dilatarlo
el paso retrógrado no fisiológico de la orina
II. El reflujo alcanza el uréter, la pelvis y los cálices renales,
desde la vejiga al uréter. sin dilatarlos
III. El reflujo produce una ligera dilatación del uréter, la
Se denomina RVU secundario al que está oca- pelvis y los cálices renales, con preservación de los
fórnix
sionado por una clara causa patogénica, como IV. Moderada dilatación ureteropielocalicial con cierto
ocurre en los procesos obstructivos uretrales grado de tortuosidad manteniendo la visualización de
de causa anatómica (válvulas de uretra poste- las impresiones papilares
V. Gran dilatación ureteropielocalicial con tortuosidad
rior) o funcional (vejiga neurógena). Se deno- grave, con pérdida de la morfología calicial normal y de
mina RVU primario cuando no existe una cau- la visualización de las impresiones papilares
sa evidente y se supone que es debido a un
defecto, bien anatómico o funcional, de la pro-
pia unión ureterovesical. En este protocolo nos En general, se acepta que los RVU grados I y II
referiremos exclusivamente al RVU primario. son leves; el grado III es moderado, y los gra-
dos IV y V son graves.
La importancia clínica del RVU en los niños ha
venido determinada por su asociación con la 1.2. Patogenia
presencia de infecciones urinarias de repeti-
ción y el posible establecimiento de un daño La aparición del RVU se debe a una anomalía
renal crónico que conduzca a la progresión a madurativa del mecanismo valvular de la unión
insuficiencia renal. Las malformaciones rena- ureterovesical. La yema ureteral es la responsa-
les, y entre ellas el RVU, siguen siendo la prin- ble del desarrollo del uréter. Si el origen de la
cipal causa de ERC en el niño. Por tanto, el ma- yema ureteral ocurre muy cerca de lo que será la
nejo cuidadoso de estos pacientes a largo futura vejiga, el orificio ureteral estará desplaza-
plazo es una pieza clave en políticas de pre- do lateralmente, dando lugar a que el túnel sub-
vención de la insuficiencia renal terminal. mucoso del uréter en la vejiga sea más corto,
facilitando la aparición del RVU. Dicho túnel se
1.1. Clasificación alarga con la edad, lo que aumenta la compe-
tencia del mecanismo valvular y produce la re-
La clasificación del RVU se fundamenta en la solución espontánea del RVU en la mayoría de
estratificación de la magnitud del paso retró- los niños durante el periodo de crecimiento.
grado de la orina de la vejiga al uréter y de la
capacidad de alterar la estructura anatómica También parecen existir otros factores dife-
de la vía urinaria. rentes a la afectación del mecanismo valvular,
como la presencia de una disfunción vesical o
La clasificación más aceptada es la establecida un síndrome de eliminación disfuncional, que
por el International Reflux Study Committee pueden tener un papel importante en la pato-
en el niño. Según esta clasificación, se estable- genia del RVU, por lo que es importante hacer
cen cinco grados de reflujo (Tabla 1, Figura 1). una valoración de la función vesical.

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Figura 1. Clasificación Internacional del reflujo vesicoureteral

Por otra parte, en pacientes con RVU puede 2. EPIDEMIOLOGÍA


existir daño renal asociado, denominado ne-
fropatía del reflujo (NR) o nefropatía cicatricial 2.1. Prevalencia del RVU
(NC), y que puede tener un origen congénito o
adquirido. La NR congénita está presente al La prevalencia del RVU para el conjunto de
diagnóstico del RVU sin que haya existido un personas en edad pediátrica a nivel poblacio-
episodio de infección del tracto urinario (ITU) nal se estima que es de entre un 1 y un 3%.
previo, lo cual sugiere una alteración de la ne-
frogénesis, generando un cierto grado de hi- En pacientes diagnosticados de hidronefrosis pre-
poplasia-displasia renal. La NR adquirida es natal (HNP), la prevalencia de RVU es del 16% de
una consecuencia de la respuesta inflamatoria los casos. En pacientes diagnosticados de ITU la
a un episodio de ITU localizado en el parénqui- prevalencia de RVU oscila entre un 18 y un 38%.
ma renal que desencadena un proceso cicatri-
cial. En cuanto a la incidencia familiar, el RVU se
encuentra en el 27% de los hermanos y en el
La asociación RVU, ITU y síndrome de elimina- 35,7% de los hijos de los pacientes con RVU. En
ción disfuncional está actualmente bien reco- gemelos monocigotos, la prevalencia del RVU
nocida. Los pacientes con RVU de alto grado y es del 100, y del 50% en gemelos dicigotos.
aquellos con síndrome de eliminación disfun-
cional tienen un alto riesgo de daño renal ad- La prevalencia del RVU va disminuyendo con la
quirido. edad del niño, con una tasa de resolución es-
pontánea del 10-15% por año, a lo largo del
crecimiento.

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2.2. Prevalencia del daño renal asociado • Alteraciones en las pruebas de imagen pre-
vias (ecografía renal o DMSA).
En tres estudios poblacionales realizados en
población pediátrica de países europeos, la • Signos de disfunción del tracto urinario in-
guía de práctica clínica (GPC) del National Ins- ferior.
titute for Health and Clinical Excellence (NICE)
estima una prevalencia de cicatrices renales • Antecedentes familiares de RVU.
en la población general en cada uno de los es-
tudios del 0,14% en ambos sexos; el 0,53% en En el estudio de lactante con HNP se reco-
niñas y el 0,16% en niños; y el 0,18% en muje- mienda realizar CUMS en las siguientes situa-
res y el 0,11% en varones, respectivamente. ciones:

En niños con RVU diagnosticado a partir del • Hidronefrosis dilatadas de grado III-IV (cla-
estudio de HNP se encuentran cicatrices rena- sificación de la Sociedad de Urología Fetal).
les en el 21,8% de los casos. Después de un
primer episodio de ITU se detecta NR en el • Dilatación ureteral.
15% de los pacientes, siendo la prevalencia
mayor en los pacientes con RVU que en los que • Vejiga anómala en el estudio ecográfico.
no tienen RVU (el 41 frente al 15%) y mayor en
los grados III-V de RVU que en los grados I-II (el • Niños y niñas con HNP que, sin cumplir los
53 frente al 25%). criterios previos, desarrollen ITU.

3.2. Diagnóstico radiológico del RVU


3. DIAGNÓSTICO
Las técnicas más utilizadas para detectar el
No existen síntomas clínicos que nos hagan RVU son la CUMS, la cistografía isotópica (CI) y
predecir la presencia de un RVU, por lo tanto la eco-cistografía miccional con contraste.
su diagnóstico se realiza mediante la realiza-
ción de una cistografía. Cada una de estas técnicas presenta ventajas
e inconvenientes.
3.1. Indicaciones de estudio
• La CUMS tiene como ventajas la existencia
En el estudio de niños que han presentado de una clasificación estandarizada interna-
una ITU se recomienda realizar cistouretrogra- cionalmente para graduar el reflujo, permi-
fía miccional seriada (CUMS) si se cumple te visualizar la anatomía de la vía urinaria
cualquiera de los siguientes criterios: y, en el sexo masculino, permite visualizar
la uretra y valorar la presencia de válvulas
• Niño o niña con ITU recurrente, es decir, con de uretra posterior. Sus inconvenientes son
dos episodios de ITU febril, un episodio de que precisa un sondaje vesical, con el riesgo
ITU febril y una o más cistitis, o tres cistitis de producir una ITU posterior y someter a
aisladas. las gónadas a una alta radiación.

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• La CI puede ser directa (CID) o indirecta Actualmente, las técnicas utilizadas son la
(CII). La CID tiene como ventajas su mayor gammagrafía renal con ácido dimercaptosuc-
sensibilidad para detectar el reflujo y una cínico marcado con Tc99m (DMSA), la ecografía
menor radiación sobre las gónadas que la renal y la urorresonancia.
de la CUMS. Sus inconvenientes son que
también precisa sondaje vesical, no ofrece • La DMSA es la técnica considerada gold
información anatómica suficiente para el standard para el diagnóstico de daño renal.
diagnóstico de anomalías ureterovesicales Debe de realizarse al menos seis meses
y no gradúa correctamente el RVU. La cisto- después de un episodio de ITU febril. La NR
grafía isotópica indirecta permite el diag- se define como la presencia de cicatrices o
nóstico del RVU sin sondaje uretral, permi- la contracción global del riñón, consideran-
tiendo estudios dinámicos durante la do una cicatriz renal al defecto en el contor-
micción en condiciones fisiológicas. Puede no renal con reducida captación del radio-
ser la prueba inicial en los niños mayores fármaco. Una función diferencial por
de tres años y continentes en los que no sea debajo del 40% se considera clínicamente
imprescindible la valoración anatómica de relevante de cara al pronóstico. Las cicatri-
la vejiga y la uretra. ces renales se clasifican en cuatro tipos se-
gún Goldraich (Tabla 2 y Figura 2).
• La eco-cistografía miccional con contraste
tiene como ventajas que no precisa utilizar • La ecografía renal es una técnica menos
radiaciones ionizantes y su alta sensibili- sensible que la DMSA para detectar cicatri-
dad y especificidad para detectar RVU. Sus ces renales. Se define la cicatriz como un
inconvenientes son que precisa sondaje área de adelgazamiento de la cortical aso-
vesical, no permite visualizar adecuada- ciada o no a depresión del contorno renal.
mente la uretra, consume mucho tiempo, Puede ser un buen método para valorar el
es una técnica observador-dependiente y tamaño y el crecimiento del riñón.
tiene un coste elevado.
• La urorresonancia es una técnica actual-
Se recomienda la realización de CUMS en el mente emergente para el diagnóstico de
estudio diagnóstico inicial, para valorar la gra-
vedad del RVU y detectar anomalías anatómi-
cas asociadas. La cistografía isotópica puede Tabla 2. Clasificación de Goldraich del daño renal
indicarse para el seguimiento, con el fin de en la gammagrafía renal con DMSA
determinar la persistencia o resolución del Tipo 1. No más de dos áreas de cicatriz
RVU. Tipo 2. Más de dos áreas de cicatriz con áreas de
parénquima normal entre ellas
Tipo 3. Daño generalizado de la totalidad del riñón,
3.3. Modelos para valorar el daño renal similar a la nefropatía obstructiva; por ejemplo,
contracción global del riñón con o sin cicatrices en
El diagnóstico de daño renal se realiza me- su contorno
Tipo 4. Estadio final, riñones muy reducidos con poca o
diante técnicas de imagen. ninguna captación del radiofármaco; por ejemplo,
menos del 10% de la función renal total

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Figura 2. Clasificación de las cicatrices renales de Goldraich

Tipo 1 Tipo 2 Tipo 3 Tipo 4

cicatrices renales. Tiene semejante sensibi- • Bioquímica en plasma incluyendo creatini-


lidad y especificidad que la DMSA, presenta na, urea, ionograma, calcio, fósforo, albú-
mayor acuerdo interobservador y evita el mina, fosfatasa alcalina y gasometría. En
uso de radiaciones ionizantes. Pero precisa niños mayores de un año podemos estimar
la sedación del paciente, tiene un alto coste el filtrado glomerular con una cifra aislada
y no está disponible en la práctica clínica de creatinina plasmática [0,413 x (talla/
habitual. Cr)]. En niños pequeños y en los que tienen
cierto grado de insuficiencia renal podría
Se recomienda el uso de la DMSA para el diag- determinarse la cistatina C.
nóstico de daño renal. La ecografía renal puede
jugar algún papel en el seguimiento (Tabla 3). • Bioquímica en orina de 24 horas o en mues-
tra aislada para el cálculo de cocientes uri-
3.4. Valoración funcional de la nefropatía narios: creatinina, sodio, potasio, cloro, cal-
de reflujo cio, fósforo, proteínas, albúmina y, si es
posible, proteínas de bajo peso molecular
Los pacientes diagnosticados de NR tienen ries- (veáse el capítulo correspondiente).
go de presentar alteraciones funcionales rena-
les y desarrollar hipertensión arterial y enfer-
medad renal crónica, por lo que se recomienda
la determinación de una serie de parámetros Tabla 3. Parámetros utilizados para valorar la
nefropatía de reflujo
que nos permitan establecer el grado de afecta-
•G  ammagrafía renal con ácido dimercaptosuccínico (DMSA)
ción funcional y su progresión (Tabla 3). Los mé-
• E cografía renal para valorar tamaño y crecimiento renal
todos funcionales más utilizados son: • P resión arterial
• A lbuminuria ± proteínas de bajo peso molecular
• Antropométricos: presión arterial, peso y • P rueba de concentración urinaria
• E stimación de la función glomerular, preferentemente
talla. mediante una ecuación de estimación del filtrado
glomerular

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• Osmolaridad en la primera orina de la ma- daño parenquimatoso renal con repercusio-


ñana y, si el resultado es bajo, estudiar la nes funcionales a largo plazo han sido los he-
capacidad de concentración urinaria me- chos básicos sobre los que se ha fundamenta-
diante un test funcional. do el abordaje terapéutico de esta patología
en el niño. El tratamiento de los niños con RVU
3.5. Valoración de la función vesical irá pues orientado a disminuir el número de
infecciones urinarias y a conseguir minimizar
La disfunción del tracto urinario inferior es un fac- la cicatrización renal y la pérdida de funciona-
tor a tener en cuenta cuando tenemos que tratar lismo. El acercamiento a este objetivo se ha
a niños con RVU y, por lo tanto, hay que investigar realizado desde dos vertientes: la corrección
síntomas y signos clínicos de dicha disfunción. anatómico-funcional del reflujo mediante téc-
nicas quirúrgicas, o bien el tratamiento con-
Los síntomas que pueden acompañar a las al- servador basado en medidas higiénicas gene-
teraciones funcionales del tracto urinario infe- rales y profilaxis antibiótica en espera de la
rior son: aumento o disminución de la fre- resolución espontánea del problema.
cuencia miccional, incontinencia diurna y/o
nocturna, urgencia miccional, nicturia, dificul- La eficacia real de los diferentes planteamien-
tad para iniciar la micción o esfuerzo, chorro tos terapéuticos sigue abierta al debate, y no
miccional débil o intermitente, goteo postmic- existe un acuerdo generalizado de cómo abor-
cional y maniobras destinadas a retrasar o dar el problema. Seguramente, diferentes es-
posponer la micción. trategias pueden llegar a obtener resultados
muy similares en cuanto a los dos objetivos
La historia clínica debe de ir dirigida a la bús- principales de evitar infecciones urinarias fe-
queda de los síntomas referidos así como a la briles y progresión del daño renal. Nuestra
presencia de estreñimiento y/o encopresis. Así propuesta terapéutica, contrastada con las re-
mismo, debe ser completada con la elabora- comendaciones de diferentes sociedades cien-
ción de un diario miccional que registre los tíficas, intenta acercarse a un planteamiento
síntomas miccionales en el domicilio bajo con- mínimamente intervencionista, pero evitando
diciones normales. correr riesgos innecesarios.

La indicación de estudios radiológicos así De acuerdo con este planteamiento, el trata-


como la realización de un estudio urodinámi- miento del niño con RVU puede establecerse
co debe de ser individualizado y no se reco- de forma secuencial, dependiendo de dos va-
miendan como exploración inicial en los pa- riables básicas: el grado de reflujo y la apari-
cientes con RVU. ción de infecciones urinarias febriles (Figura 3).

4.1. Tratamiento conservador. Medidas


4. TRATAMIENTO higiénicas generales

La asociación del RVU con la existencia de in- Las medidas higiénicas generales van encami-
fecciones urinarias y el riesgo de producir nadas prioritariamente a disminuir el número

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Figura 3. Esquema general de tratamiento

Medidas higiénicas generales


Micciones frecuentes
Control del estreñimiento
Ingesta abundante de líquidos
Control ITU

Conducta expectante→ Profilaxis antibiótica


RVU I-III RVU IV-V ♂
RVU I-II ♀ RVU III-V ♀

Valorar daño renal


DMSA
MAU, UOsm, eFG

Si NR
Seguimiento
específico

INFECCIÓN URINARIA FEBRIL

Profilaxis antibiótica Corrección endoscópica o quirúrgica

eFG: filtrado glomerular estimado; DMSA: gammagrafía renal con ácido dimercaptosuccínico; ITU: infección del tracto urinario;
MAU: microalbuminuria; NR: nefropatía de reflujo; RVU: reflujo vesicoureteral; UOsm: prueba de concentración urinaria.

de infecciones urinarias, así como a mejorar • Revisión periódica de fimosis. En niños con
los hábitos de vaciamiento vesical para que no RVU dilatado y fimosis, que hayan sido
enmascaren problemas reales de disfunción diagnosticados previamente de ITU, se va-
vesical que requerirían un abordaje específico lorará la corrección de la fimosis con el uso
conductual o farmacológico. de pomadas con corticoides tópicas y/o co-
rrección quirúrgica.
Las medidas propuestas serían:
• Ingesta abundante y frecuente de líqui-
• Mantenimiento de lactancia natural en lac- dos, para estimular el frecuente vaciado
tantes. de la vejiga y conseguir una orina hipotó-

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nica en la que los gérmenes sean más vul- específicos de alto riesgo de daño renal, en
nerables. espera de nuevos estudios que nos permitan
realmente establecer la seguridad de un ma-
• Hábitos miccionales correctos, estimulan- nejo únicamente observacional de los niños
do la realización de micciones frecuentes y con reflujo dilatado.
completas, evitando la retención urinaria
que favorezca el sobrecrecimiento bacte- Indicaciones
riano.
Las recomendaciones actuales podrían resu-
• Normas para combatir estreñimiento, para mirse en:
evitar una disfunción vesical secundaria
que entorpezca el vaciado y favorezca las • En niños con RVU de grados I y III, y niñas de
infecciones. grados I-II, uni- o bilateral, diagnosticados
tras una primera ITU o tras un estudio por
• Pautas a la familia para reconocer de forma dilatación de la vía urinaria en época prena-
precoz la aparición de nuevas infecciones tal, no se recomienda ningún tratamiento
urinarias, como la presencia de fiebre sin de profilaxis. Si en la evolución tienen ITU
foco en el lactante, o la aparición de sínto- recurrente febril, iniciar profilaxis durante
mas miccionales en niños continentes. un año. Pasado este periodo, se valorará de
nuevo si mantener la profilaxis o suprimir-
4.2. Tratamiento conservador. Profilaxis la. En caso de nuevas recurrencias febriles y
antibiótica persistencia del RVU, valorar tratamiento
quirúrgico.
Dentro de la estrategia de manejo conserva-
dor de los niños con RVU, además de la aplica- • Profilaxis antibiótica nocturna en los reflu-
ción de las medidas higiénicas generales pro- jos vesicoureterales, uni- o bilaterales, gra-
puestas y del tratamiento enérgico y precoz de dos III a V en niñas, y grados IV-V en niños,
los episodios de infección urinaria intercurren- con una duración mínima de un año. Tras
tes, el empleo de dosis bajas repetidas de an- repetir el estudio cistográfico, si no ha habi-
tibiótico diario, en pauta única nocturna, se ha do ninguna nueva ITU en este tiempo, se
utilizado de forma extensa para prevenir la puede suprimir la profilaxis. Se puede valo-
aparición de infecciones urinarias recurrentes. rar la corrección quirúrgica.

El uso prolongado de antibióticos se ha rela- Antimicrobianos


cionado con la aparición de resistencias bacte-
rianas y su eficacia para disminuir el número Los antimicrobianos usados en profilaxis de-
de infecciones o de aparición de nuevas cica- berán adecuarse a las sensibilidades bacteria-
trices ha estado cuestionada en múltiples es- nas locales e irlos cambiando de forma perió-
tudios recientes. Estos hechos han provocado dica para evitar la aparición de resistencias. La
que el empleo general de profilaxis haya que- dosis puede calcularse administrando un ter-
dado delimitado en la actualidad a subgrupos cio o una cuarta parte de la dosis habitual del

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tratamiento de una ITU (Tabla 4). El fármaco se de forma individualizada. La mayoría de los
administrará preferentemente por la noche, estudios realizados combinan el tratamiento
en niños continentes. Si un niño padece una quirúrgico con la profilaxis antibiótica, por lo
ITU estando con profilaxis, al terminar el trata- que resulta complejo saber la eficacia real de
miento, se aconseja modificar el medicamen- la cirugía aislada. Se ha mostrado eficaz en
to que tomaba. disminuir el número de infecciones febriles
(hay que operar hasta ocho pacientes con RVU
Unas normas básicas para la selección del an- para evitar una sola pielonefritis), pero no ha
tibiótico pueden ser: mostrado ventajas en la protección de la fun-
ción renal a largo plazo.
• Lactantes menores de dos meses: amoxici-
lina asociada o no a ácido clavulánico, aun- Existen dos modalidades básicas:
que hay que tener presente que la asocia-
ción tiene un amplio espectro bacteriano y • Técnica endoscópica con la inyección de
puede generar resistencias. macrosustancias bajo el orificio ureteral.
Pueden requerir repetir el procedimien-
• Lactantes mayores de dos meses: trimetro- to, pero en general consiguen tasas de
prim o cotrimoxazol. éxito muy elevadas en manos experi-
mentadas. Este tratamiento ha ido susti-
• Niños que puedan ingerir comprimidos: fu- tuyendo progresivamente al tratamiento
rantoína. quirúrgico a cielo abierto, más resoluti-
vo, pero con mayor morbilidad y coste,
• Si fracasan los anteriores pueden usarse solo indicado ya cuando fracasa el prime-
como segunda opción la fosfomicina o una ro o en determinados casos de patología
cefalosporina de segunda generación. asociada.

4.3. Tratamiento quirúrgico • Técnica quirúrgica estándar de reimplante


ureteral con la técnica transtrigonal de Co-
El tratamiento quirúrgico se fundamenta en la hen o la intra-extravesical de Leadbetter-
corrección anatómica del RVU y se planteará Politano, ambas con excelentes resultados
incluso para RVU muy dilatados. De elec-
ción en casos de patología asociada.
Tabla 4. Fármacos utilizados en la profilaxis
antibiótica
Las indicaciones para realizar una corrección
Antimicrobiano Dosis nocturna
quirúrgica-endoscópica del RVU, serían funda-
Nitrofurantoina 1-2 mg/kg/día
mentalmente:
Amoxicilina o amoxicilina-clavulánico 10 mg/kg/día
Trimetroprim 2 mg/kg/día • Presencia de ITU febriles recurrentes, pues-
Cotrimoxazol 2/10 mg/kg/día to que la corrección quirúrgica disminuye el
Fosfomicina 50 mg/kg/día número de pielonefritis.
Cefaclor 10 mg/kg/día

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• Presencia de patología asociada al RVU corrigen el RVU y no presentan daño renal


(ureterocele, duplicidad renal) que dificulta asociado, no requieren controles posterio-
la corrección espontánea del reflujo. res de seguimiento.

• Preferencia de los padres, pacientes o cui- • El control de las infecciones solo estará in-
dadores legales, que prefieren acortar el dicado en presencia de sintomatología es-
periodo de incertidumbre y de seguimiento pecífica; por tanto, no se aconseja realizar
del proceso. Para ello debe darse una infor- urocultivos seriados. En caso de infección
mación veraz y objetiva que les ayude a la urinaria febril se recomienda ingreso hospi-
toma de decisiones. talario para tratamiento antibiótico endo-
venoso.

5. CONTROLES Y SEGUIMIENTO • Se valorará la existencia de una nefropatía


de reflujo, con las pruebas de imagen y fun-
Los controles de los niños con RVU van dirigi- cionales que se sintetizan en la Tabla 3.
dos a comprobar la corrección del reflujo, la Una vez delimitada la extensión y gravedad
presencia de infecciones urinarias intercurren- de la nefropatía se recomiendan realizar
tes y el seguimiento de los pacientes que ha- una serie de controles funcionales para
yan desarrollado nefropatía de reflujo por sus monitorizar la pérdida de función renal y
posibles repercusiones sobre la función renal. tratar las posibles complicaciones.

• Para valorar la resolución del RVU se pro- En los niños con nefropatía de reflujo estable-
gramaran cistografías de control. El objeti- cida, los controles se realizaran aunque el RVU
vo es minimizar el número de exploracio- se haya corregido. Una aproximación al con-
nes para evitar una radiación innecesaria y trol clínico de estos pacientes puede ser:
efectuar solo las necesarias para modificar
la conducta terapéutica. En la Tabla 5 apa- • Nefropatía unilateral sin modificación del
recen resumidas las indicaciones de las cis- grado de función en DMSA (>40%): control
tografías de control. En los pacientes que anual o bianual de albuminuria y PA. DMSA

Tabla 5. Indicaciones de realización de cistografías de seguimiento


RVU grados I-III sin cicatrices No controles cistográficos salvo que presente ITU recurrente
RVU grados I-III con cicatrices Cada tres años. Pacientes con ITU recurrente valorar individualmente según decisión de
cambio a tratamiento quirúrgico
RVU grados IV-V En pacientes en los que se ha iniciado tratamiento profiláctico hacer control cistográfico
al año. Si persiste el RVU pero el paciente está asintomático sin profilaxis, repetir cada
tres años
Pacientes con corrección mediante No es necesario realizar controles postoperatorios, salvo en reflujos muy dilatados
procedimiento quirúrgico clásico
Pacientes con corrección endoscópica Control cistográfico unos tres meses después de la inyección subureteral

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Protocolos • Reflujo vesicoureteral

en dependencia de ITU recurrente. Valorar abdominal anual para monitorizar el creci-


ecografía abdominal para monitorizar cre- miento renal. Valorar realizar Holter de PA.
cimiento renal. DMSA en dependencia de ITU recurrente.
Proseguir controles en Servicios de Nefrolo-
• Nefropatía unilateral con modificación del gía de adultos.
grado de función en DMSA (<40%): control
anual de albuminuria y PA. Función renal y
capacidad de concentración cada dos años. Mención especial al Dr. César Loris Pablo,
Ecografía abdominal anual para monitori- que ha realizado la revisión externa
zar el crecimiento renal. DMSA en depen- de este capítulo.
dencia de ITU recurrente. Se aconseja pro-
seguir controles en Servicios de Nefrología Los criterios y opiniones que aparecen en este
de adultos. capítulo son una ayuda a la toma de decisiones
en la atención sanitaria, sin ser de obligado
• Nefropatía bilateral: controles semestrales cumplimiento, y no sustituyen al juicio clínico
de albuminuria y PA. Función renal y capa- del personal sanitario.
cidad de concentración cada año. Ecografía

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