Está en la página 1de 12

Maternidad, feminidad, sociedad

Juan Carlos Lotero (Universidad de San Buenaventura)

Carolina Estrada Gil (Universidad de San Buenaventura)

Nydia Elena Valencia Alzate (Universidad de San Buenaventura)

Resumen:

Maternidad y feminidad, dos fenómenos correspondientes a la mujer que son

mediados por la libre elección, y que permite el conocimiento y el disfrute de

dos fases que aunque distintas pueden ir de la mano. Ambos conceptos parten

de un hecho aparentemente simple, el primero del embarazo y el segundo del

Ser mujer; sin embargo, son conceptos que, de decidirlo, harán parte de la

vida, y otorgaran una transformación no sólo física sino también psíquica; de la

forma de ver y vivir el mundo y en esta medida la transformación será también

a nivel de sociedad.

Algunas de las experiencias vividas, que no están mediadas por la libre

elección, van determinando el desarrollo de estos conceptos en la vida de cada

mujer; y estos si ya están presentes en ella se manifiestan en la forma cómo

sortea cada una de estas situaciones mediada por la feminidad y la maternidad.

Palabras claves: Maternidad, embarazo, feminidad, mujer, familia


Introducción

La maternidad más que un embarazo es un camino de acompañamiento

incondicional por esa persona que una vez llegó y se quedó para siempre. Este

camino lleva consigo varios cambios que desde el momento de la concepción

acompañaran la vida de la mujer.

La feminidad es un sin número de características propias de la mujer que están

presentes en cada una de ellas como potencial y que sólo de quererlo las

desarrollará en pleno.

Hablar de estos dos fenómenos permite cuestionar sobre el papel de la mujer-

madre y de la mujer-femenina dentro de la sociedad actual, pues al ser ella la

encargada de la procreación, la forma en la que vivencie este proceso es un

eje fundamental para el desarrollo de ese Ser y en esa medida para el

comportamiento de este a nivel social; es importante que los profesionales de

la salud acompañemos estas dos decisiones de una manera consciente y libre

que permita que la familia sea construida bajo los valores necesarios para que

la sociedad se desenvuelva dentro de un marco de respeto y amor del que

tanto carece actualmente.

Material y métodos:

Para el desarrollo de este escrito se realizó una revisión bibliográfica sobre los

temas maternidad y feminidad, para así lograr una conceptualización clara que
permitiera posteriormente realizar un complemento teórico de las historias

escuchadas y casos llevados dentro del espacio de prácticas.

Conceptualización:

Maternidad

Para describir el concepto de maternidad es necesario mencionar uno de los

eventos más importantes dentro de este proceso, el embarazo; este se inicia

con la fecundación del espermatozoide al óvulo y durante los nueve meses

siguientes dentro del vientre de la mujer crece el nuevo ser que si ella desea

acompañará el resto de la vida, y comenzará a recorrer el camino interminable

de la maternidad. Dentro de este fenómeno está presente un interjuego de

cambios no sólo físicos sino también psíquicos y sociales que la mujer deberá

sortear.

Ahora bien es importante mencionar una de las descripciones existentes de

maternidad, la Real Academia de la lengua española la describe como “estado

o cualidad de ser madre”, esta definición, que a primera vista puede ser

catalogada de simple tiene consigo implícito otras características, como por

ejemplo que una de las cualidades de ser mujer es ser madre o que es un

estado de la vida que como los demás pasa después de cierto tiempo. La

maternidad es un hecho eminentemente femenino , es decir, que le

corresponde a la mujer, pero no por esto, se suguiere que toda mujer es

madre, pues gracias a una serie de eventos como la liberación femenina y la

planificación familiar la mujer de hoy puede decidir vivirla o no.


“El concepto de maternidad a lo largo de la historia, aparece como un conjunto

de creencias y significados en permanente evolución, influidos por factores

culturales y sociales, que han ido apoyándose en ideas en torno a la mujer, a la

procreación y a la crianza ” (Molina, 2006); en nuestra cultura la maternidad

aparece como una elección, que muchas veces es tomada libremente por la

mujer, sin embargo esta decisión se ve mediada por diferentes situaciones que

la llevan a desarrollarse en esta etapa. Actualmente no se les exige de forma

explícita ser madre; hace algunos años ellas estaban dispuestas en su totalidad

a la educación de los hijos y al cuidado del hogar, pues como muy bien lo

expresa un dicho popular la que más o menos a los 30 años no estuviera

encaminada a esta situación se “quedaba para vestir santos” , es decir, para

tomar los hábitos; esas eran las dos opciones que tenia la mujer, Fernández

(1982) sustenta que “la maternidad es la función de la mujer y a través de ella

la mujer alcanza su realización y su adultez. Desde esta perspectiva la

maternidad da sentido a la feminidad”; sin embargo, hoy en día la mujer aparte

de tener la posibilidad de elegir ser o no madre, también puede ser profesional

y si lo desea desempeñarse en ambos roles.

La maternidad se presenta como un hecho inicialmente físico, pues durante el

embarazo la mujer debe vivir una serie de cambios de esta índole que de una

u otra forma afectan la visión que ella tenía de sí, pues su forma de ver el

mundo y de ver las cosas se irá poco a poco convirtiendo en la de una mujer-

madre, que como propone Woodman y cols (1993) “La madre es suave, cálida,
amorosa, amable, sensible, receptiva, nutridora y sustentadora”, en este punto

es importante hacer la siguiente distinción “muy diferente es decir que para ser

madres se necesita ser mujer, que para ser mujer se necesita ser madre”

Fernández (1982), por lo tanto cuando una mujer decide desarrollar su mujer-

madre y comienza a vivir-se como tal, la forma de experienciar el mundo estará

mediada por este aspecto.

Feminidad:

La feminidad es un término que gracias a sus diferentes apreciaciones, su

descripción se torna compleja; sin embargo en lo que hay consenso es en que

esta hace referencia al conjunto de características inherentes a la mujer; es

preciso aclarar que estas características están dispuestas como un potencial y

el pleno desarrollo de estas responde netamente a una construcción que varía

de una en otra, es decir, cada mujer elige el desarrollar o no sus características

femeninas.

Dentro de estas características que encierra lo femenino nos encontramos con

la delicadeza, la sensibilidad, la sensualidad, también como lo plantea

Woodman (1993) estas van más allá de referirse a órganos sexuales; es una

estructura de conciencia, que tiene que ver con la manera de caminar la vida,

de hacer las cosas, de expresarse, de sentir, de pensar, de recibir, es decir es

una forma particular de vivir.


Al hablar de feminidad es casi inevitable no hacer alusión a la masculinidad,

pues la mujer es apenas ahora donde está tomando las riendas de sí, y está

comenzando a hablar por ella misma como Ser independiente al hombre; es

por esto que Woodman y Cols (1993) al hablar de feminidad describen “La

naturaleza de lo Femenino es la de reconocer, experimentar, recibir y nutrir la

totalidad. Mientras que lo Masculino diferencia los opuestos, lo Femenino

fomenta la relación entre ellos tal como viven y se manifiestan en cada nivel de

existencia (…) Mientras que lo Masculino separa, discrimina, controla,

conquista, aguanta, supera, lucha y crea, lo Femenino recibe, permite, transige,

absorbe, disuelve, une, conecta y gesta”.

Ahora bien, cuando se aborda el tema de la feminidad se debe hacer alusión a

la intuición, que es ese sexto sentido que desarrollan las mujeres que les

permite conectarse intrínsecamente con ellas mismas, conexión que permite

anticiparse a los hechos de una manera casi verídica; sin embargo el desarrollo

de este se encuentra a disposición y elección de la mujer, pues este está

presente de manera tacita en cada una pero sólo la que desea puede

comprender lo que este quiere expresar.

En conclusión la feminidad es una elección, del mismo modo que la

maternidad, es decir, toda mujer tiene la capacidad de desarrollarse como

madre y como mujer femenina pues el simple hecho de ser mujer no lo


asegura; como afirma De Beauvoir (Citado en Leebeeck, 1972 p 112) "la mujer

no nace, si no que se hace".

Discusión

Luego de la conceptualización anterior, es preciso aclarar un aspecto que en

este punto toma relevancia y es que maternidad no es igual a ser madre;

Fernández (1982) afirma que: “es importante que se diferencia desde el inicio

reproducción de maternidad. La reproducción está referida al orden de la

especie; la maternidad entra en el orden de la cultura. Si bien esta delimitación

es bastante relativa, ya que la especie humana inscribe todos sus actos (…)

como hechos culturales, habrá que pensar la maternidad como una función

social que como un fenómeno natural inherente a las mujeres y adscripto a su

sexo biológico”. Se podría decir que la maternidad es el camino interminable

de acompañar un hijo la reproducción como tal es el hecho de dar a luz, no

toda mujer que tiene un hijo decide emprender el camino de la maternidad, es

decir, recibir la noticia de un embarazo conlleva a que la mujer comience a

tomar una serie de decisiones que generalmente van de la mano con la

situación de su nuevo estado; si este es deseado y planeado, si es deseado

pero no planeado, si es una sorpresa pero se recibe con amor, o si la madre

definitivamente no desea serlo y su hijo no es querido. Como se ha

mencionado anteriormente la maternidad es una decisión a pesar de que ser

madre no lo sea, pues quedar en embarazo y dar a luz algunas veces no está

mediado por la libre elección, sin embargo, el camino de la maternidad es una


opción pues existen madres que no acompañan a sus hijos, que deciden darlos

en adopción o lo dejan a cargo de un conocido, familiar y en algunos casos

ninguna de las dos situaciones.

Las experiencias escuchadas dentro del periodo de práctica relacionadas a la

maternidad permiten destacar que en algunas situaciones la feminidad para

estas mujeres se convierte en un fenómeno de segundo nivel, es decir, para las

mujeres que deciden ser madres y acompañar a sus hijos su ser mujer

femenina ya no es importante y es debido a esto que generalmente su

comportamiento con relación a otras personas como sus esposos, novios o

familiares cambien pues existen mujeres que optan por la maternidad pero no

por la feminidad.

Al hablar de maternidad en la actualidad no se puede dejar de lado que ahora

los embarazos que se presentan son de madres algunas veces adolescentes

(14 a 16 años) o mujeres muy jóvenes (20 a 24 años), quienes no deseaban

ser madres o dentro de su proyecto de vida a corto plazo no lo planeaban; esta

sorpresiva situación media en la manera en la que ella va a vivir su embarazo y

su maternidad, ya que al no estar preparada para este evento todos y cada uno

de los cambios y eventos físicos, psíquicos y sociales que conlleva el

embarazo serán rechazados o en el mejor de los casos vividos sin conciencia.

Algunas veces el embarazo y la maternidad se presentan dentro de un medio

donde está presente el consumo de sustancias psicoactivas antes, durante y


después, no sólo del embarazo sino también en las etapas posteriores, estas

mujeres se desenvuelven en ambientes donde las drogas son su hogar y todo

lo que alrededor de estas se teje su familia, el consumo de sustancias

psicoactivas en el embarazo no sólo impide que ella viva conscientemente este

proceso sino que también favorece a que la criatura que está en su vientre

reciba los efectos del consumo y deba sufrir del síndrome de abstinencia o en

el peor de los casos muera dentro de su madre.

La maternidad es un evento maravilloso que sólo la mujer esta fisiológicamente

preparada para vivir, pero debido a un sin número de situaciones que la

sociedad actual implícitamente exige a la mujer, este rol se ha deteriorado y ha

pasado, de ser uno de los eventos más importantes en la mujer a ser uno de

los obstáculos más evidentes dentro del desarrollo de esta, es importante

aclarar que lo anteriormente mencionado no es una regla general, pues como

existen mujeres que sienten la maternidad como un inconveniente existen otras

que sienten este evento como una oportunidad de desarrollarse en otro rol.

La familia y los valores que se inculcan en ésta son la base de la sociedad,

pues es en ésta donde se aprenden las primeras reglas y las primeras

valoraciones del mundo y de las situaciones de éste; entonces ¿Qué podemos

esperar de una familia que es conformada por equivocación? , ¿Cómo serán

los adultos del futuro, si los niños del presente no son amados?.
En este punto es importante recordar que según Woodman y cols (1993), “La

madre es suave, cálida, amorosa, amable, sensible, receptiva, nutridora y

sustentadora” y “La naturaleza de lo Femenino es la de reconocer,

experimentar, recibir y nutrir la totalidad” ; teniendo en cuenta que, como se ha

mencionado reiteradamente, la maternidad y la feminidad están mediadas por

la elección de la mujer, si la mujer decide ser madre y ser femenina adoptará

como suyas las características anteriormente descritas y como si fuera una

regla causa efecto los hijos recibirán de sus madres el amor, las normas y los

valores necesarios para poder caminar en la vida con una actitud y conciencia

propias de un SER HUMANO.

Para finalizar se genera la cuestión de ¿Que pueden hacer los profesionales de

la salud mental, para favorecer todo esta proceso anteriormente descrito?, la

respuesta podría ser acompañar y promover las elecciones consientes de las

mujeres, favorecer por medio de su trabajo que tanto la mujer como la familia

en general decidan libre, amorosa y conscientemente emprender el camino de

la maternidad-femenina.

Conclusiones:

La maternidad y la feminidad son fenómenos que como se ha mencionado

anteriormente le pertenecen a la mujer, sin embargo, esto no sugiere que por el

hecho de nacer mujeres estas dos condiciones estén presentes; por el


contrario cada mujer decidirá vivir-se como mujer-madre o como mujer-

femenina o como ninguna.

La maternidad es un camino de acompañamiento incondicional que permite a

la mujer ver y vivir el mundo de una manera más cálida y más cuidadora, pues

el hecho de escoger vivir la maternidad va otorgándole a ella una serie de

cambios que paulatinamente van marcando la visión de la vida.

La familia es el eje sobre el que se desenvuelve la sociedad y en esa medida si

esta es formada inicialmente bajo la libre elección y no por un error, los valores

que se inculcarán en esta permitirá el desarrollo de seres verdaderamente

humanos.

La forma en la que es vivenciado el embarazo tendrá influencia de una u otra

forma en la elección de vivir o no la maternidad, de Ser o no ese alguien que

esté dispuesto sin condiciones a velar por el bienestar de la persona que

durante nueve meses permaneció en su vientre.

Bibliografía:

1. Molina, M. (2006) Transformaciones Histórico Culturales del Concepto de

Maternidad y sus Repercusiones en la Identidad de la Mujer. Revista

Psykhe v.15 n.2 Santiago


2. Woodman, M., Shinoda, J., Eisler, R., Jonson, R., Singer, J., Metzger, D.,

Young-Eisendrath, P., Whitmont, E. y cols. (1993) Ser Mujer. Editorial

Kairos: Barcelona.

3. Sin autor. (2001) Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Recuperado de: www.rae.es

4. Leebeeck, M. (1972). Ser mujer, destino o decisión. Ediciones Sígueme:

Salamanca.

5. Hammer, V. (1981). Las mujeres y la maternidad. Revista Salud mundial.

Ene/Dic.

6. González, C. (1994) La feminidad. Revista de extensión cultural. Nº 32/33

7. Fernández, A (1982) Madres en más, mujeres en menos. Los mitos sociales

de la maternidad. Capítulo 7 de La mujer de la ilusión. Ed. Paidos. Buenos

Aires.

También podría gustarte