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Francisco Javier Castañeda Villagran

La ciencia de los científicos locos

“Trata de no convertirte en un hombre de éxito, mejor conviértete en un hombre de valor”.


(Einstein, A. s.f.). Sabias palabras de quien, en opinión de la mayoría, ha sido el científico
más grande en la historia humana, ayudando a nuestra civilización a desarrollar logros
deslumbrantes, casi siempre rigiendo toda investigación de manera ética. La biotecnología
no es diferente a cualquier ciencia, en el sentido de que nos ayuda a lograr cosas que antes
habríamos pensado imposibles. Sin embargo, su buena fe ha sido puesta en duda incontables
veces por su carácter exótico y desconocido. Es importante mencionar que ha habido casos
que hacen dudar de la ética de la biotecnología, en los cuales la moral poco ha importado y
han generado mala fama para la rama entera. Este texto está dedicado a evaluar un caso en
particular en el cual nos enfocaremos y evaluaremos como se pudo haber evitado.

Permítanme preguntarles: ¿qué ha pasado con la ética y la ciencia? Durante mucho tiempo
nos hemos acostumbrado a que cada vez que decimos ciencia, se nos vienen a la mente típicas
imágenes de científicos locos conduciendo experimentos inmorales y peligrosos que
afectarían para mal a nuestra sociedad. Tendemos a vilipendiar a empresas grandes que se
dedican tanto a la farmacéutica como a la modificación genética, sin tomar en cuenta el
trasfondo de sus investigaciones o los objetivos que dichas compañías intentan cumplir. En
cuanto al caso específico de la biotecnología, esta es una de las ramas ingenieriles más
vilificadas, siendo empresas famosas como Monsanto, objeto de rechazo de diversas
comunidades a lo largo del mundo. Esto se debe principalmente a la naturaleza de la materia
misma, siendo difícil de entender por un amplio sector de la población. De acuerdo con la
presidenta de la Sociedad Española de Biotecnología: “Mucha gente piensa que los alimentos
modificados genéticamente son malos sin plantearse el porqué, cuando se han producido
millones de toneladas y millones de animales se han alimentado de ellos y no se ha reportado
ni un solo problema”. Sin embargo, ¿existe algún caso en el cuál la biotecnología haya
participado de manera poco ética? A continuación, evaluaremos un caso particular ocurrido
en 2014.

Hace cuatro años, un jardinero en California se enteró de que padecía cáncer terminal y que
le quedaba poco tiempo de vida. Este hombre llevaba una vida saludable y está de más decir
que el diagnóstico que recibió lo tomó por sorpresa. Sin embargo, pronto relacionó su estado
de salud con el herbicida que utilizaba cada doce días, el cual Monsanto comercializa. Pronto,
el jardinero se organizo con su abogado para demandar que se investigaran los ingredientes
de aquel herbicida y en dado caso de encontrarse algún compuesto nocivo para la salud, la
empresa pagara una indemnización como castigo a vender productos peligrosos. Se realizó
una búsqueda de compuestos que pudieran ser catalogados como dañinos, entre los que
destacó el glifosato. Esta molécula es el ingrediente activo de muchos herbicidas,
especialmente los de Monsanto y ha estado en el mercado desde 1974. No solo se emplea en
la jardinería, sino que también es ampliamente usado en la silvicultura y la agricultura para
controlar la maleza. Al ser un herbicida no selectivo, mata a todas las plantas que son rociadas
con este componente, por lo que su aplicación debe ser hecha con extremo cuidado. Su uso
ha sido limitado en áreas públicas como parques en Vancouver, Portugal e Italia, pues de
acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (2015) es “probablemente carcinogénica para
los humanos”.

La empresa Monsanto fue defendida en su momento por el gigante de la química Bayer, que
calificó como falsas las acusaciones del jardinero. No obstante, la corte de Estados Unidos
dictaminó que la empresa debió de informarle al hombre sobre los riesgos del uso del
glifosato y, en palabras de la propia juez, “había pruebas claras y contundentes de que la
empresa había actuado con malicia”. Aunado a esto, las declaraciones de Bayer se pusieron
en duda dado que Bayer pensaba adquirir a Monsanto. Sin duda, este caso debió de manejarse
con mayor ética e integridad, poniendo los intereses del afectado primero y no los de la
empresa. Monsanto debió de admitir la culpa y ayudar al hombre a pagar sus deudas.

Toda empresa que trabaje con químicos que podrían representar un riesgo para la salud
debería de declararlo fuerte y claro ante los compradores, pues es de vital importancia que se
manejen siempre con ética y empatía. Estas compañías deberían implementar programas de
concientización sobre que es la biotecnología, porque es buena y los beneficios de utilizarla.
Además, esto serviría para borrar el estigma que la biotecnología tiene con la sociedad,
permitiendo así un avance significativo para encontrar una armonía entre la comunidad
biotecnológica y la población en general.
Referencias:

Anónimo. (2018). El jardinero con cáncer terminal que ganó a Monsanto una
demanda por US$289 millones. 20/11/2018, de BBC Sitio web:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45153467

Anónimo. (2018). Qué es el glifosato, la sustancia presente en los herbicidas más


usados del mundo por la cual Monsanto fue demandada. 20/11/2018, de BBC Sitio web:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45158658

Bergel S.. (2017). El impacto ético de las nuevas tecnologías de edición genética.
20/11/2018, de Scielo Sitio web: http://www.scielo.br/pdf/bioet/v25n3/1983-8042-bioet-25-
03-0454.pdf

Rojas E.. (2016). Bayer y Monsanto: un negocio “tóxico”. 20/11/2018, de Deutsche


Welle Sitio web: https://www.dw.com/es/bayer-y-monsanto-un-negocio-t%C3%B3xico/a-
19273871

Zamora A.. (2011). El miedo de los políticos ante la Biotecnología influye en la mala
fama de los alimentos transgénicos. 20/11/2018, de Fundación Antama Sitio web:
http://fundacion-antama.org/el-miedo-de-los-politicos-ante-la-biotecnologia-influye-en-la-
mala-fama-de-los-alimentos-transgenicos/

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