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Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano

Representación de la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789.

La Declaración de los Derechos del Hombre aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de
1789 es uno de los documentos fundamentales de la Revolución francesa (1789-1799) en cuanto a definir los derechos
personales y colectivos como universales. Influenciada por la doctrina de los derechos naturales, los derechos del Hombre se
entienden como universales, válidos en todo momento y ocasión al pertenecer a la naturaleza humana. Aun cuando establece
los derechos fundamentales de los ciudadanos franceses y de todos los hombres sin excepción, no se refiere a la condición de
las mujeres o la esclavitud, aunque ésta será abolida por la Convención el 4 de febrero de 1794. Sin embargo es considerado
un documento precursor de los derechos humanos a nivel nacional e internacional. No fue hasta que Olympe de Gouges, en
1791, proclamó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que las mujeres entraron, por lo menos a través de
un documento no oficial, en la historia de los derechos humanos.

La Declaración fue el prefacio a la Constitución de 1791. La primera traducción americana completa de sus 17 artículos al
castellano es obra de Antonio Nariño, publicada en Bogotá, capital de Colombia, en 1793.

Una segunda versión ampliada, conocida como Declaración de los Derechos del Hombre de 1793 fue aprobada
posteriormente e incorporada a la Constitución francesa de 1793, ambas de muy breve aplicación. Seguida de la Declaración
de los Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano de 1795 en la Constitución de 1795 que establece el Directorio.

En el derecho constitucional francés, la Declaración de 1789 es parte de la Constitución francesa de 1946, que agrega los
derechos sociales en su preámbulo, y de la Constitución francesa de 1958 que reitera los mismos derechos de la Declaración
y el preámbulo de 1946.

Contenido

Patente real del rey Luis XVI, promulgando los textos aprobados por la Asamblea Nacional a partir del 4 de agosto de 1789,
entre ellos la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Por el Juramento del Juego de Pelota, el 20 de junio de 1789, los diputados franceses de la Asamblea Nacional se habían
fijado como misión principal la de dar por primera vez una Constitución a Francia, y crearon con este fin un comité que
preparase el "orden de trabajo sobre la constitución del reino". El mismo día que la Asamblea adoptó el nombre de
Asamblea Nacional Constituyente, el 9 de julio de 1789, Mounier presentó ante la Asamblea el informe del comité, en el que
se recomendaba redactar un preámbulo que enumerase los derechos fundamentales que la Constitución debía respetar.1 Se
llegaron a leer 21 proyectos de declaración, incluido uno de La Fayette y otro de la ciudad de París.2 El 19 de agosto, la
Asamblea acordó que la declaración sería debatida por los diputados a partir del proyecto de 24 artículos propuesto por el
6º Bureau, que fue el proyecto más votado por delante del presentado por el Abad Sieyès.3 Los artículos fueron debatidos,
redactados y votados uno por uno en los días siguientes (del 20 al 26 de agosto), modificándose sustancialmente el contenido
de la declaración que quedó en 17 artículos. Se aprobó el último artículo, el 17 relativo al derecho a la propiedad, el 26 de
agosto de 1789.4 5

La Declaración fue promulgada por patente real el 3 de noviembre de 1789, junto con otros textos aprobados por la
Asamblea Nacional desde el 4 de agosto de 1789. Aquella noche se había aprobado la abolición de los privilegios en los que se
basaba la sociedad del Antiguo Régimen, poniendo fin al sistema feudal.

] Contenido

La Declaración establece los principios de la alegria que serán la base de la legitimidad de la nueva sociedad, acabando con
los principios, las instituciones y las prácticas del Antiguo Régimen: "El principio de toda soberanía reside esencialmente en
la nación". La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano considera legítima la revuelta de los diputados en
contra de la monarquía absoluta, al declarar como derecho imprescindible del hombre la "resistencia a la opresión".

La Declaración tiene un alcance general y orientado hacia el futuro. Los Constituyentes enumeran los "derechos inherentes
a la naturaleza humana", que no son derechos creados por los revolucionarios, sino que son derechos constatados. Es la
consecución de la filosofía del Siglo de las Luces. El artículo 2 enumera los derechos naturales e imprescriptibles del hombre,
que son anteriores a los poderes establecidos y son considerados como aplicables en cualquier lugar y cualquier época:

 la libertad
 la propiedad
 la seguridad
 la resistencia a la opresión

Muchos artículos son dedicados a la libertad:


 Artículo 1: "Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos";
 Los artículos 4 y 5 intentan definir y circunscribir la libertad. Es definida como "lo que no perjudica a nadie" y
sólo la ley le puede poner límites;
 Los artículos 7, 8 y 9 precisan las características de la libertad individual: presunción de inocencia e
irretroactividad de la ley;
 Los artículos 10 y 11 se refieren a la libertad de opinión, de prensa y de consciencia.

El principio de igualdad es establecido en el artículo primero, la igualdad ante la Hacienda Pública en el artículo 13 (en
respuesta a la reivindicación más repetida en los Cuadernos de quejas), y la igualdad frente a la ley en el artículo 6 (igualdad
para acceder a los cargos públicos sólo con base en las capacidades individuales).

La propiedad es un derecho inviolable y sagrado (artículo 17). Según este artículo "Nadie puede ser privado de ella, excepto
cuando la necesidad pública, legalmente constatada, lo exige con evidencia y con la condición de una indemnización previa y
justa."

Los artículos que definen al ciudadano dentro de la organización del sistema político son menos precisos y son condicionados
por el recelo hacia el Antiguo Régimen. El artículo 6 afirma que la ley es la expresión de la voluntad general, la expresión de
la soberanía y la fuente de los poderes públicos. Según el artículo 15, los agentes públicos son responsables de su gestión y la
sociedad tiene el derecho de pedirles que rindan cuenta de ella. No se mencionan sin embargo los derechos sociales, que
proceden de una definición distinta de la palabra "derecho": la Declaración determina la legitimidad de los actos, mientras
que los derechos sociales definen garantías materiales.

El artículo 16 es el precepto en el cual están consagrados los fundamentos de todo Estado que se jacte de tener Constitución;
el artículo en comento señala que un Estado que no garantice los derechos humanos y no establezca la división de poderes,
carece de Constitución.

Los miembros de la Asamblea Constituyente manejaban ideas generales y conceptos teóricos, pero no definieron las
condiciones concretas en las que se debía de establecer el gobierno del pueblo, dado que se trataba de un preámbulo a una
Constitución. Plantearon principios trascendentales cuya aplicación concreta quedó definida en la propia Constitución. Este
texto servirá de base a todos los regímenes que se inscriben dentro de una tradición republicana.

La Declaración de 1789 ha inspirado un gran número de textos similares en Europa y América Latina. La tradición
heredada de la Revolución francesa está también presente en la Convención Europea de los Derechos Humanos, firmada en
Roma el 4 de noviembre de 1950.

[editar] Artículos

Los Artículos de La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano son los siguientes:

I. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en cuanto a sus derechos. Las distinciones civiles sólo podrán fundarse
en la utilidad pública.

II. La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Esos
derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.

III. La fuente de toda soberanía reside esencialmente en la Nación; ningún individuo ni ninguna corporación pueden ser
revestidos de autoridad alguna que no emane directamente de ella.

IV. La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio a los demás. El ejercicio de los derechos
naturales de cada hombre, no tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el disfrute de
los mismos derechos. Estos límites sólo pueden ser determinados por la ley.

V. La ley sólo puede prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo que no está prohibido por la ley no puede
ser impedido. Nadie puede verse obligado a aquello que la ley no ordena.

VI. La ley es expresión de la voluntad de la comunidad. Todos los ciudadanos tienen derecho a colaborar en su formación,
sea personalmente, sea por medio de sus representantes. Debe ser igual para todos, sea para proteger o para castigar. Siendo
todos los ciudadanos iguales ante ella, todos son igualmente elegibles para todos los honores, colocaciones y empleos,
conforme a sus distintas capacidades, sin ninguna otra distinción que la creada por sus virtudes y conocimientos.

VII. Ningún hombre puede ser acusado, arrestado y mantenido en confinamiento, excepto en los casos determinados por la
ley, y de acuerdo con las formas por ésta prescritas. Todo aquél que promueva, solicite, ejecute o haga que sean ejecutadas
órdenes arbitrarias, debe ser castigado, y todo ciudadano requerido o aprehendido por virtud de la ley debe obedecer
inmediatamente, y se hace culpable si ofrece resistencia.
VIII. La ley no debe imponer otras penas que aquéllas que son estrictamente y evidentemente necesarias; y nadie puede ser
castigado sino en virtud de una ley promulgada con anterioridad a la ofensa y legalmente aplicada.

IX. Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido declarado convicto. Si se estima que su arresto es indispensable,
cualquier rigor mayor del indispensable para asegurar su persona ha de ser severamente reprimido por la ley.

X. Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aun por sus ideas religiosas, siempre que al
manifestarlas no se causen trastornos del orden público establecido por la ley.

XI. Puesto que la libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre, todo
ciudadano puede hablar, escribir y publicar libremente, excepto cuando tenga que responder del abuso de esta libertad en
los casos determinados por la ley.

XII. Siendo necesaria una fuerza pública para garantizar los derechos del hombre y del ciudadano, se constituirá esta fuerza
en beneficio de la comunidad, y no para el provecho particular de las personas a las que ha sido confiada.

XIII. Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los gastos de administración, una contribución común,
ésta debe ser distribuida equitativamente entre los ciudadanos, de acuerdo con sus facultades.

XIV. Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a constatar la necesidad de la contribución
pública, a consentirla libremente, a comprobar su adjudicación y a determinar su cuantía, su modo de amillaramiento, su
recaudación y su duración.

XV. La sociedad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su administración.

XVI. Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de poderes definida, no tiene
Constitución.

XVII. Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie podrá ser privado de él, excepto cuando la necesidad
pública, legalmente comprobada, lo exige de manera evidente, y a la condición de una indemnización previa y justa.

[editar] Efectos en el derecho constitucional francés

De acuerdo al preámbulo de la Constitución de la Quinta República de Francia (adoptada el 4 de octubre de 1950, y actual
constitución), se establece que:

 Las legislaciones de impuestos o prácticas que parezcan hacer alguna innecesaria diferencia entre ciudadanos son
desechadas como anticonstitucionales.
 Las propuestas de clara discriminación con bases étnicas son descartadas porque infringen el principio de
igualdad, ya que deberían estar en igualdad.

[editar] Memoria del Mundo

Desde 2003, el conjunto de los textos y documentos referentes a la proclamación de la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano ha sido seleccionado por la UNESCO para integrar la lista del registro de la Memoria del Mundo.
Este registro recopila el patrimonio documental de interés universal, con el propósito de asegurar su preservación

Declaración Universal de los Derechos humanos

Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración
Universal de Derechos Humanos, cuyo texto completo figura en las páginas siguientes. Tras este acto
histórico, la Asamblea pidió a todos los Países Miembros que publicaran el texto de la Declaración y
dispusieran que fuera "distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos
de enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios".

Preámbulo

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de
los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes
para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento
de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la
libertad de creencias;

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se
vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del
hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han
declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la
libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las
Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y

Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno
cumplimiento de dicho compromiso;

La Asamblea General

proclama la presente

Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a
fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la
enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional
e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros
como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2

1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color,
sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición.

2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de
cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración
fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.


Artículo 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual
protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal
independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación
contra ella en materia penal.

Artículo 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad,
conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho
nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su
honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Artículo 13

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Artículo 14

1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.

2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos
opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 15

1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Artículo 16

1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad
o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y
en caso de disolución del matrimonio.

2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.

3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 17

1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.

2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de
cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto
en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de
sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión.

Artículo 20

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21

1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente
escogidos.

2. Toda persona tiene el derecho de accceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.

3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones
auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento
equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22

Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y
la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos
económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y
a la protección contra el desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su
familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros
medios de protección social.

4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a
vacaciones periódicas pagadas.

Artículo 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en
especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho
a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de
subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o
fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción
elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el
mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 27

1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar
en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.

2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las
producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados
en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

Artículo 29

1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su
personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones
establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y
de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las
Naciones Unidas.

Artículo 30

Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una
persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración.

REAL DECRETO 2011/1997, 26 de diciembre, DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS

("BOE" núm. 17, de 20 de Enero 1998)

Artículo 1. Creación del Comité Nacional Español para el Cincuentenario de la Declaración Universal de
Derechos Humanos.
1. Se crea el Comité Nacional Español para el Cincuentenario de la Declaración Universal de Derechos Humanos
(en adelante «el Comité»), encargado de estudiar, programar, estimular y encauzar las actividades que se lleven a
cabo para conmemorar el Cincuentenario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
2. El Comité queda adscrito a la Secretaría General de Política Exterior y para la Unión Europea del Ministerio
de Asuntos Exteriores.
Artículo 2. Fines y funciones del Comité.
El Comité tendrá las siguientes funciones:
1. Difundir el conocimiento de la Declaración Universal, y de los derechos y libertades en ella enunciados, así
como el papel que la misma ha tenido en el desarrollo, codificación y promoción de los derechos humanos en el
mundo, y las perspectivas de su conocimiento y aplicación en el futuro.
2. Estimular y encauzar la participación de las Administraciones públicas, organizaciones no gubernamentales y
otras entidades públicas y privadas en la preparación de las actividades conmemorativas del Cincuentenario.
3. Elaborar y desarrollar un programa nacional de actividades conmemorativas del Cincuentenario.
Artículo 3. Composición del Comité.
1. El Comité tendrá la siguiente composición:
a) Presidencia de Honor: Sus Majestades los Reyes de España.
b) Presidente: el Ministro de Asuntos Exteriores.
c) Vicepresidente Primero: el Defensor del Pueblo.
d) Vicepresidente Segundo: el Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.
e) Vocales:
-El Secretario de Estado de Política Exterior y para la Unión Europea.
-El Secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica.
Un representante de cada uno de los siguientes Departamentos con rango mínimo de Subsecretario o equivalente:
Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
Ministerio de Justicia.
Ministerio del Interior.
Ministerio de Educación y Cultura.
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Ministerio de Sanidad y Consumo.
Ministerio de Medio Ambiente.
El Director general para las Naciones Unidas la Seguridad y el Desarme, del Ministerio de Asuntos Exteriores.
-El Director de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores.
-Un representante del Congreso de los Diputados.
-Un representante del Senado.
-Un representante de cada una de las Comunidades Autónomas que lo soliciten.
-Un representante de cada una de las Ciudades de Ceuta y Melilla si así lo solicitan.
-Tres representantes de la asociación de entidades locales de ámbito estatal con mayor implantación.
2. El Presidente del Comité podrá nombrar hasta un máximo de quince Vocales entre personalidades con especial
vinculación y relevancia en la esfera de los derechos humanos, así como entre representantes de organizaciones no
gubernamentales, sindicales y patronales, que desarrollen sus actividades en defensa de los mismos.
3. Actuará como Secretario Ejecutivo del Comité, el Presidente de la Comisión Permanente.
Artículo 4. Régimen de funcionamiento del Comité.
1. El Comité en Pleno se reunirá tres veces al año con carácter ordinario y cuantas veces sea convocado por su
Presidente o, en su nombre, por uno de los Vicepresidentes, a iniciativa propia o a propuesta de, al menos, una
tercera parte de los Vocales.
2. El seguimiento y coordinación de las actividades aprobadas por el Comité se encomendará a la Comisión
Permanente.
3. La Comisión Permanente estará integrada por los siguientes miembros:
a) Presidente: un representante designado por el Presidente del Comité.
b) Vocales:
-El Director de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores.
-Un representante del Gabinete de la Presidencia del Gobierno y de cada uno de los Departamentos que forman
parte del Comité, con nivel de Subdirector general o equivalente.
-Uno de los representantes de las Comunidades Autónomas y de las Ciudades de Ceuta y Melilla.
-Uno de los representantes de la asociación de entidades locales de ámbito estatal con mayor implantación.
-Hasta cinco representantes de los Vocales mencionados en el artículo 3.2.
4. El Secretario de la Comisión Permanente será un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, adscrito a
la Oficina de Derechos Humanos.
5. La Comisión Permanente se reunirá cuantas veces sea necesario para realizar el seguimiento de las actividades
programadas por el Pleno, previa convocatoria de su Presidente.
6. Podrán crearse otros equipos de trabajo y desarrollo de las funciones del Comité que se consideren necesarias.
Artículo 5. Vigencia del Comité.
El Comité se disolverá el 31 de diciembre de 1998, una vez finalizados los actos conmemorativos del Cincuenta
Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Disposición adicional única. Incidencia en el gasto público.
La creación del Comité no supondrá incremento del gasto público, debiéndose financiar todas las actividades con
cargo a los presupuestos ordinarios de los Departamentos afectados.
Disposición final primera. Normativa aplicable.
Sin perjuicio de las peculiaridades previstas en el presente Real Decreto, el funcionamiento del Comité se
acomodará a las normas contenidas en la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
Disposición final segunda. Entrada en vigor.
El presente Real Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
“UTOPÍA” TOMAS MORO
El relato trata de una República en la que todos sus habitantes han alcanzado la felicidad. Esta la alcanzan por
la organización, que creen que es la mejor y única, del Estado. Es un país en el que no existe nada privado,
todo es común y por lo que nadie teme carecer de nada. Sus habitantes son ricos aunque nada posean. En
resumen, el bien público está por encima del particular.
1. RESUMEN DE LA OBRA POR PARTES
Descripción de la Isla
Utopía recibe su nombre de su conquistador Utopo ya que su anterior nombre era Abraxa.
En realidad Abraxa no era una isla natural, sino que Utopo la primera medida que tomó tras la conquista fue
cortar el istmo de quince millas que la unía al continente, trabajo que hicieron al unísono todos los habitantes
de la isla y todos los soldados de su ejército.
La isla tiene cincuenta y cuatro ciudades todas iguales y separadas unas de otras de tal manera que nunca se
tarde en llegar a la más cercana más de un día.
Su capital es Amauroto, situada en el centro de la isla, y aunque todas las ciudades son iguales Amauroto se
distingue porque en ella está el Senado.
Las ciudades también son iguales en lengua, costumbres, instituciones y leyes; además la distribución del
terreno es prácticamente igual para todas, y ninguna de ellas siente el deseo de ensanchar sus confines, ya
que sus habitantes se consideran cultivadores de las tierras y no sus dueños. Para el cultivo de las tierras
intervienen todos sus habitantes. Lo hacen por turnos y por familias, ocupando unas casas que el Estado tiene
distribuidas y equipadas con los instrumentos necesarios. El tiempo exacto de permanecer en el campo es de
dos años, y después regresan a la ciudad, por lo que todos los habitantes conocen las tareas del campo. Los
agricultores a su vez crían los animales y transportan a la ciudad sus productos. Cada familia tiene cuarenta
miembros y a cada treinta familias se le señala un Filarca.
Las ciudades
En Utopía conociendo una ciudad se conocen todas, por lo que haré una pequeña descripción de su capital,
Amauroto.
Se extiende en la ribera de un gran río navegable hasta el mar, por lo que el puente que la une a la otra orilla es
alto para que los barcos pasen sin peligro. Hay otro pequeño río que nace en el mismo monte donde está la
ciudad, del que se canalizan sus aguas a todas las zonas bajas de la ciudad; que además también aprovecha el
agua de lluvia recogida en grandes cisternas.
La ciudad esta rodeada de una muralla alta y maciza, y por un foso seco y profundo. Pero lo que más llama la
atención a cualquier visitante extranjero son las casas y concretamente sus puertas que no se cierran nunca,
para que pueda entrar todo el que lo desee ya que no existe propiedad privada, y se cambian por sorteo cada
diez años tambien cabe decir que cada casa tiene su huerto.
Los magistrados
Cada treinta familias eligen un magistrado al que denominan Filarca o Sifogrante. Cada diez Filarcas eligen un
Jefe entre cuatro candidatos elegidos por el pueblo. El cargo de Jefe es vitalicio, a menos que sea depuesto
por intento de tiranía, el que solicite un cargo público jamás llegara a conseguirlo. Ningún magistrado se
muestra terrible ni orgulloso, se le rinden honores, aunque nadie esta obligado a tributárselos.
Cada tres días se reúne el Senado para tratar asuntos de Estado, nada se decreta si no ha sido discutido en el
Senado con tres días de antelación (ningún problema se discute en el día de su presentación, se demora hasta
la reunión siguiente) “ Primero se medita, después se habla”.
Es delito deliberar cuestiones de Estado fuera del Senado, para evitar conjuros. De algunos problemas se
discuten en todas las familias con el Sifogrante que los representa, por lo que todos los ciudadanos participan
en las deliberaciones.
Oficios
Como ya he explicado anteriormente la ocupación común es la agricultura, aparte se instruye a cada uno para
una profesión propia, las únicas profesiones son: el cultivo y tratamiento de la lana, el arte de trabajar el lino,
los oficios de cantera, herrero o carpintero, las mujeres se encargan de los dos primeros y los hombres de los
restantes.
Los trajes son uniformes en toda la isla, solamente se diferencian según el sexo y la condición de soltero o
casado. Cada familia se fabrica sus propios trajes.
Por lo común cada uno aprende la profesión de su padre, pero si por algún motivo alguien tiene otra afición, es
adoptado por la familia que tenga ese oficio.
Nadie puede estar ocioso, ni fatigarse por un trabajo excesivo, para no provocar la infelicidad.
Dedican seis horas al trabajo, tres por la mañana, antes de comer y tres por la tarde antes de cenar, se
acuestan a las ocho y duermen ocho horas, otra cosa a destacar sería que las horas de ocio tienen que ser
ocupadas por otras aficiones, como por ejemplo las letras, la música o el cuidado de los huertos, ya que los
juegos de azar están prohibidos.
Al amanecer todos los habitantes reciben clases públicas.
Se podría caer en el error de pensar que con sólo seis horas de trabajo no se llegaran a cubrir todas las
necesidades, pero eso no es así, ya que los Utópicos trabajan todos los hombres y mujeres. En otras naciones
hay mucha gente que no produce como son: mujeres, sacerdotes y religiosos, ricos propietarios de tierras y
sus servidores, mendigos y otros hombres dedicados trabajos "útiles" como los relacionados con el dinero, el
lujo y el placer. Se calcula que en toda la isla sólo quinientos están exentos de trabajo.
Relaciones mutuas
La ciudad se compone de familias y estas se forman por parentesco. Las mujeres cuando se casan van a casa
del marido, donde permanecen los hijos varones y los nietos bajo la obediencia del mas anciano, siempre que
su inteligencia no se hubiera debilitado por los años, la organización de la convivencia esta hecha para que los
jóvenes sirvan a los mayores.
Para que la población no aumente o disminuya cada familia debe tener entre diez y dieciséis chicos jóvenes
solteros. Si una familia tiene exceso de hijos, se transfiere a otra con escasez, lo mismo ocurre entre las
ciudades, cada ciudad se divide en cuatro zonas, en el centro de cada cual hay un mercado provisto de todo,
las familias llevan al mercado el producto de su trabajo, los cabezas de familia piden lo que necesitan y se lo
llevan sin entregar dinero ni otra compensación.
Cada barrio tiene unos grandes edificios en los que viven los Sifograntes, a cada uno hay adscritas treinta
familias, que comen allí.
En los comedores, de los menesteres más bajos y trabajosos se encargan los esclavos, estos también se
encargan de matar y limpiar la sangre de los animales.
De cocinar se encargan las mujeres de las familias, alternándose en ello. Las comidas son muy cortas, porque
hay que seguir trabajando, las cenas son mas largas y durante la cena hay música, y dulces como postres,
aquellos niños que no han alcanzado la edad de trabajar sirven las mesas y comen lo que les ofrecen los
comensales cabe decir que en esta sociedad los mejores manjares son para los ancianos, que se sientan y
comparten en las mesas con los mas jóvenes para controlarlos y transferirles sus conocimientos.
Existen cuatro hospitales, algo extramuros, son edificios muy amplios y los enfermos no sufren estrecheces,
ni por tanto posibilidades de ser atacados por enfermedades contagiosas de los demás.
Nadie va los hospitales contra su voluntad, sólo van los que creen que serán atendidos mejor que en sus
propias casas, los enfermos son los primeros en recibir comida.
A los incurables se les acompañan continuamente y se les proporcionan medicamentos cuanto sea
susceptible para aliviarles el dolor e incluso se les indica a través de los sacerdotes que si su vida es un
tormento no vacile en morir, ya que la muerte será el termino de sus súplicas.
Cada madre se encarga de su hijo (en caso de fallecimiento de la madre los Sifograntes se encargan de
buscarles una nodriza).
Las mujeres no se casan antes de los dieciocho años y los hombres hasta los veintidós, si tienen en secreto
trato carnal antes de esa edad se les prohíbe el casamiento, a menos que el príncipe les perdone esa falta.
En la elección de cónyuge se sigue la siguiente practica: la prometida virgen o viuda es expuesta desnuda a
los ojos del pretendiente, a la vez el novio es presentado ante la muchacha igualmente desnudo.
Los Utópicos son monógamos y solo se separan por la muerte, excepto cuando hay adulterio o insufrible
incompatibilidad, y en ambos casos el Senado concede al inocente permiso para volverse a casar y al culpable
el perpetuo celibato.
Reputan los aceites, aunque consideran pereza el no cuidar la belleza natural, consideran que los encantos de
una mujer influyen menos en el marido que la honradez y el respeto.
El príncipe se distingue del resto de los ciudadanos por llevar un manojo de espigas. El distintivo del pontífice
es un cirio que le precede.
Viajes de los Utópicos
Para ir de una ciudad a otra hay que pedir permiso a los Sifograntes estos organizan un viaje de un
determinado grupo de personas llevando una carta del príncipe en la que consta la concesión del permiso y la
fecha del regreso, para el viaje no llevan nada, pero nada les falta, si se detienen mas de un día en un lugar,
cada cual practica su oficio para obtener comida.
Riquezas
Cuando todas las ciudades han equilibrado sus abundancias con sus escaseces, y consideran que tienen
suficientes provisiones para un bienio, aportan a otros países el sobrante, importando a cambio materias de
que carecen, como el hierro y gran cantidad de oro y plata.
Conservan las riquezas sin considerarlas como tales, ya que los Utópicos no conocen la moneda. aunque
parezca increíble el oro y la plata los conservan en forma de bacinillas y otros recipientes de uso íntimo, tanto
en los edificios públicos como particulares.
Otro uso es como castigo para alguien que ha cometido un crimen, se le cuelga de las orejas aros, se le llenan
los dedos de anillos y se les rodea la garganta de collares, todo ello de oro al igual que a los criminales,
también a los esclavos se les retiene con cadenas y grilletes de estos preciosos metales, es por todo esto que
los Utópicos no les dan ningún valor a los metales preciosos.
Conocimientos
Son expertos en conocimientos del curso de los astros y movimientos de los mundos celestes, han inventado
instrumentos para determinar con exactitud los movimientos y situación del Sol, la Luna y otros astros que se
divisan en su horizonte.
Predicen las lluvias y los vientos, y demás cambios del tiempo valiéndose de su experiencia con la naturaleza.
Su principal controversia filosófica es como se puede llegar a la felicidad, y se inclinan mas de lo justo en
ligarla con el placer conseguido de forma justa y honesta: Afirman los Utópicos que la naturaleza nos
prescribe el placer como meta de todas nuestras acciones y definen la virtud como la vida ordenada de
acuerdo a los dictados de la naturaleza y todo ello se debe buscar conjuntamente “Hay que buscar el bien
personal sin destruir el bienestar ajeno”.
Los placeres se dividen en dos: espirituales y corporales, a los primeros pertenece la inteligencia y a los
segundos se dividen en dos clases: los que impresionan gratamente los sentidos (comida y bebida) y las
expulsiones de materias que ocupan el cuerpo con su exceso (limpieza del intestino o la practica del acto de
generación).
Los Utópicos son de cuerpo ágil y vigoroso, son amables, ingeniosos y activos, acogen con benevolencia a
quien les visita, siempre que este sepa hacerse apreciar por sus conocimientos y dotes de ingenio.
Los esclavos
Son esclavos los que por algún delito han merecido este castigo, o un condenado a muerte en una ciudad
extranjera. No sólo les hacen trabajar de continuo sino que les retienen presos, son tratados con mayor dureza
los conciudadanos reducidos a esclavos que a los otros.
También son esclavos los trabajadores pobres de otros países que se ofrecen a trabajar en Utopía, aunque
estos son tratados con bondad y la única diferencia con los conciudadanos es que les hacen trabajar más un
dato a su favor es que si quieren les dejan marcharse.
Leyes
Tienen pocas leyes y de fácil interpretación, sólo existen las necesarias para su gobierno, han suprimido a los
abogados y cada cual defiende su propio pleito, ya que como hay pocas leyes todos las conocen todas.
Las penas siempre las decide el Senado y la pena más grave es la esclavitud, si los condenados se muestran
rebeldes o recalcitrantes se les mata como a bestias, sin embargo, si se muestran arrepentidos y amansados
por el largo castigo, pueden obtener el perdón.
Nunca pactan con otra nación esos tratados que a menudo se rompen, están convencidos de que un pacto no
estrecha la amistad de los pueblos, pues un descuido en su redacción deja la posibilidad de no cumplirlos.
Creen que el vínculo creado por la naturaleza sustituye cualquier alianza, y que los hombres están más unidos
por el espíritu que por las palabras.
De la guerra
Abominan de la guerra, y consideran que nada hay menos glorioso que la fama que en ella se obtiene. Nunca
declaran la guerra sin necesidad, sólo para preservar sus fronteras o expulsar de sus tierras al invasor.
Sus hombres y mujeres se ejercitan con asiduidad en las disciplinas militares, para no encontrarse torpes en
caso necesario.
A veces suelen ayudar a los amigos tratándose de guerras destinadas a la satisfacción y venganza de una
injuria defienden con menos ahínco si algún país despoja de sus bienes a sus propios súbditos, ya que
consideran que el mal es muy pequeño, porque la pérdida es del acervo común, y no de un determinado
súbdito.
Sólo celebran una victoria, si derrotan al enemigo sin derramamiento de sangre, si solamente lo hacen a fuerza
de astucia y engaños, ya que sólo esto y no la fuerza les distingue del resto de los animales.
Cuando declaran la guerra intentan resolverla rápidamente, primero ofreciendo grandes cantidades de oro, que
ellos desprecian, entre sus enemigos para que les entreguen a ser posible vivos y si no muertos al príncipe y
demás personas responsables de la guerra, si no da resultado, levantan rencillas entre sus enemigos y otros
pueblos para que sean ellos los que luchen. Si todo esto no les da el éxito ambicionado contratan mercenarios
que son espléndidamente recompensados para que nunca luchen a favor de su enemigo. Estos mercenarios
los exponen al peligro delante de sus propios soldados, que actúan en último caso. Sus soldados siempre son
voluntarios, y pueden ser acompañados por sus mujeres y toda su familia, con el fin de que su lucha sea más
interesada.
Religiones
Diversas son sus religiones a lo largo de toda la isla, varían en cada ciudad. Adoran al Sol, la Luna o cualquier
estrella errante, incluso consideran un dios a algún hombre que haya destacado en algún tiempo por sus
virtudes. Pero la mayoría reconocen a un solo dios llamado "padre" y le atribuyen el origen, desarrollo,
progreso y término de todo lo existente y sólo a él tributan honores divinos.
Cada vez se van apartando los Utópicos de tan diversas religiones, para coincidir en una religión única; es por
esto que al conocer la religión de Cristo muchos la abrazaron y recibieron el bautismo.
Lo único que tienen en común todas las religiones es la creencia que el alma es inmortal y nacida por voluntad
divina para ser feliz; y que después de esta vida hay premios para la virtud y castigos para los pecados.
Como gran enseñanza para todos nosotros es la tolerancia y el respeto a cualquier religión, sin que nadie se
sienta perseguido por ella una regla suya es que nadie puede resaltar su religión despreciando a las demás,
bajo pena de destierro.
Los sacerdotes son de gran santidad y por ello en poco número, sólo hay trece y el mismo número de templos
en cada ciudad, los sacerdotes son elegidos por el pueblo, igual que los magistrados, uno de ellos preside a
los demás y es el Pontífice. Tienen a su cargo la educación de los niños y jóvenes. El fondo de su enseñanza
es inculcar ideas sanas y útiles a la conservación del Estado.
Reservan para los sacerdotes las esposas más escogidas. Las mujeres sólo pueden ser sacerdotes si son
viudas o ancianas.
Los templos son muy grandes y sirven para todas las religiones, y en ellos se exige un gran recogimiento.
Calendario
Cada año se divide en meses lunares y se regula por el movimiento del Sol.
Son días festivos los primeros y últimos de cada mes, y el primero y último del año.
2.Biografía del autor
Tomás Moro, Santo (1478-1535), político y escritor inglés, conocido por su postura religiosa contraria a la del
rey Enrique VIII, que le costó la vida. Moro nació en Londres el 7 de febrero de 1478 y se formó en la
Universidad de Oxford. Estudió derecho después de dejar Oxford, pero su interés se centró en la ciencia, la
teología y la literatura. Durante su adolescencia escribió comedias y dedicó mucho tiempo al estudio de la
literatura griega y latina. En 1499 decidió hacerse monje y se sometió a la disciplina de los cartujos. Cuatro
años más tarde, Moro abandonó esta idea y en 1504 ingresó en el Parlamento. Una de sus primeras
actuaciones fue la de requerir una disminución en la asignación propuesta para el rey Enrique VII. En
venganza, el Rey encarceló al padre de Moro y no le liberó hasta que se pagó una fianza, y el propio Moro se
retiró de la vida pública. Después de la muerte del Rey, en 1509, Moro volvió a la actividad pública. En 1510 fue
nombrado representante de la Corona en Londres.
Durante la siguiente década, Moro atrajo la atención del rey Enrique VIII y llevó a cabo frecuentes misiones
diplomáticas en los Países Bajos. En 1518, llegó a ser miembro del Consejo Privado; en 1521 le fue concedido
el título de sir. Dos años después, Moro fue designado presidente de la Cámara de los Comunes. Durante este
periodo Enrique VIII convirtió a Moro en uno de sus favoritos y con frecuencia requirió su compañía para
mantener con él conversaciones filosóficas. Moro pasó a ser presidente de la Cámara de los Lores en 1529; fue
el primer seglar que ostentó ese cargo. Sin embargo, su suerte cambió cuando se negó a apoyar la petición de
Enrique para divorciarse de Catalina de Aragón. Los escrúpulos religiosos de Moro hicieron que se negara a
sancionar cualquier tipo de desafío a la autoridad papal. Renunció a su cargo en 1532 y se retiró de la vida
pública. El rey se ofendió por la actitud de su antiguo amigo y le mandó encarcelar en 1534. Moro fue juzgado
al año siguiente; se negó a prestar juramento de supremacía, afirmando que el Parlamento no tenía derecho a
usurpar la autoridad papal en favor del rey. Moro fue condenado por su postura y fue decapitado el 7 de julio
de 1535. En 1935 fue canonizado por la Iglesia católica.
3.OPINIÓN
La situación histórica de Inglaterra y de Europa en la época de fines de los años cuatrocientos y principios de
los quinientos está estrictamente relacionada con la creación literaria de Tomás Moro, es más, la obra de Moro
es una consecuencia del período histórico que él vivió. A mi parecer el autor de “Utopía” fue, en cierta forma,
una herramienta a través de la cual una cultura pudo satisfacer su necesidad de expresión.
Lo anterior se fundamenta en que no hubiera sido posible que Tomás Moro sintiera, en un momento
determinado, la inspiración literaria para crear una obra como “Utopía” si él no hubiese estado en la posición
tanto social y cultural como política y económica en las que estuvo en ese momento. Lo digo recordando que
en aquella época Moro, siendo un hombre culto y letrado, desempeñaba importantes labores diplomáticas al
servicio de Enrique VIII, quién en aquel momento fuera su amigo*.
Es importante destacar que de esta cultura Tomás Moro enfatizó en lo malo. Se puede decir que, ciertamente,
“Utopía” es una crítica satírica a la organización político-social de la Europa de la época.
Es una crítica simplemente porque cuando describe la república ideal está describiendo una nación de
características diametralmente opuestas a las de su propia nación. Cuando Moro habla en su libro del absurdo
del gran valor que llegan a adquirir los metales como el oro fuera de Utopía, él está, en el fondo, refiriéndose a
su propio reino y a los otros reinos europeos que, en ese sentido no se diferencian de Inglaterra.
Al efectuar una comparación entre Inglaterra y Utopía podemos observar que si en Inglaterra todos buscan el
enriquecimiento y la satisfacción personal, en Utopía los intereses de los individuos se encuentran
subordinados a los de una sociedad como conjunto.
Si en la Inglaterra del siglo XVI los hombres más poderosos y adinerados son los que menos trabajan, en la
república de Utopía todos los individuos deben desempeñar un trabajo que le sea útil a la comunidad.
Si el dinero y la propiedad constituyen la base del honor y el reconocimiento personal en la sociedad europea,
para los utopianos el mayor deseo era solo satisfacer estrictamente sus necesidades.
Si en el tiempo de Enrique VIII “para los pobres de nuestras tierras el trabajo reporta muy poco provecho, pues
siempre están espoleados por el temor de una senectud miserable”, para los hombres de Utopía el trabajo
constituía una satisfacción, luego de la cual podían dedicarse a la entretención y a cultivar su espíritu.
Creo que la última pero no por esto menos importante característica de la obra en relación al contexto histórico
en que fue escrita es el hecho de que ha tenido la capacidad de trascender a través del tiempo. “Utopía” es una
de esas obras que, por haber sido escritas por un hombre con sensibilidad social, no dejan nunca de
adaptarse a la experiencia personal de vida de las distintas personas.

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