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Componente curricular: ANT0012 – Debates antropológicos contemporáneos

Profesor: W. R.

Nombres: L. B. A. D.

Fecha: 07 de noviembre de 2018

Evaluación 2

Abordagem crítica que Marilyn Strathern e de Marshall Sahlins elaboram sobre


antropologia clássica

En las narrativas de Marilyn Strathern y Marshall Sahlins es visible encontrar una


crítica a la práctica y narrativa antropológica clásica, así como a la herencia conceptual
que continúa formando parte de trabajos académicos contemporáneos. El presente trabajo
tiene como objetivo hacer una breve descripción de los cuestionamientos y propuestas de
estos intelectuales para visibilizar los retos que enfrentamos los y las iniciantes en este
campo de conocimiento.

En el libro O Gênero da Dádiva de Strathern, en base a sus estudios en colectivos


milaneses e investigaciones en construcciones de género, realiza una reflexión sobre las
producciones antropológicas que fueron pensadas como ejemplos de trabajos
etnográficos para las producciones intelectuales posteriores. La autora comienza
destacando que muchos antropólogos y antropólogas iniciaron sus pesquisas en base a las
significaciones que internalizaron sobre sociedades occidentales, para luego
transponerlas en colectivos diferentes1; entre las problemáticas que esto condujo están las
tentativas de explicar: los papeles sexuales de los individuos no occidentales2, formas de
organización, relaciones de poder, etc.; los cuales a su parecer solo podrían estar operando
en colectivos humanos entendidos (y formados bajo deferentes contextos) como
“sociedades”.

Es importante destacar que la crítica efectuada por Strathern está elaborada desde
una postura feminista, la cual tiene entre sus propuestas incentivar relatos antropológicos

1Principalmente indígenas.
2Tema también tratado por la antropóloga Margaret Mead, quien en base a sus estudios realizado en Nueva
Guinea determina que la correlación entre el sexo del cuerpo y la conducta social de hombres y mujeres no
existe.
de colectividades no occidentales utilizando una ficción controlada, dejando de lado la
búsqueda de soluciones a problemáticas metafísicas3 occidentales4 en ellas. Tales
iniciativas sistematizadoras y generadoras de términos particulares que solo pueden
adquirir significado en colectivos específicos estarían generando una lejanía a la
compresión de sus formas de vida en vez de su proximidad. Por ejemplo, es común que
los antropólogos y las antropólogas hayan transformado en seres “sociales” a individuos
indígenas que participan en eventos colectivos, situación que Strathern repensó a partir
de su trabajo con la colectividad Hagen, los cuales no hacen la distinción entre lo plural
e individual del “individuo”; además, esta última explicación ajudaría a la comprensión
de papel de género, exteriorizada “a través de la eliminación de lo que las diferencia”.
Aunque pueda ser causa de debate, la postura de esta antropóloga no debe ser considerada,
como ella afirma, incuestionable.

Con relación a lo anterior, el hecho de que otras corrientes de pensamiento hayan


alimentado a la antropología, intentando explicar relaciones como las de individuo-
sociedad o cultura-naturaleza en colectivos humanos, fue motivo para que Marshall
Sahlins también forme una crítica a estudios antropológicos clásicos, direccionando su
reflexión principalmente a aquellos trabajos que reflejaban corrientes explicativas del
orden cultural históricamente ligadas y aparentemente inseparables: ecologismo y
estructuralismo5. Entendiéndose a la primera como una concepción utilitarista de la
cultura, en cuanto a la segunda como una lógica significativa del esquema conceptual;
ambos eliminadores del concepto de cultura por a su tentativa de apropiación de
realidades significativas ajenas mediante disciplinas “racionales”.

En sus primeros análisis Sahlins manifiesta que Morgan, quien remite la cultura a
un organismo, utiliza ventajas biológicas para la “representación en términos sociales de
una lógica exterior a esos téminos”; por su lado Boas, considera la lógica cultural bajo
una forma mitificada para satisfacer una demanda de justificación; en tanto Malinowski
entiende la cultura como la realización instrumental de las necesidades biológicas. De
estos casos Salhins expone que la cualidad simbólica de la cultura desaparece debido al
intento de otorgar un sentido funcional a colectivos no occidentales.

3 U ontológicas, si nos referimos a posturas autorales filosóficas como el de Béla Weissmahr.


4 Como por ejemplo el debate actual de género.
5 Que Salhins denomina como concepciones empobrecidas de simbolización.
Para finalizar, sobre la posición de ambos autores, pienso que los principales retos que
podrían ayudarnos a formar nuestra actividad etnográfica y narrativa antropológica serian
utilizar y cuestionar posiciones como la feminista o llevar ontologías no occidentales al
mismo nivel del pensamiento racional6 a través de un trabajo arduo, contextualizado e
interdisciplinar. Reconociendo y estimulando el papel regulador de la academia como
apropiador de conocimiento.7

6
Como lo propone Bruno Latour y es ejemplificada con el trabajo de Viveiros de Castro.
7
Es decir que estoy a favor del trabajo en conjunto entre la academia y colectivos no occidentales.

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