Las armas químicas utilizan propiedades tóxicas de elementos químicos
con el fin de herir, incapacitar e inclusive matar. Pueden "quemar la piel, lesionar las vías nasofaríngea y gastrointestinal y cerrar el sistema nervioso" de las personas que se han estado expuestos a estas armas.
La fuerza de este tipo de municiones no radica en el poder explosivo de
las mismas sino que en los elementos que componen el coctel químico.
Entre las posibles CW se encuentran los químicos radiactivos, producto
del tipo de radiación que emiten imposibilitan al vida humana; el Gas VX, estable y de tardía evaporación afecta directamente al sistema nervioso; y el famoso gas Sarín, al igual que el anterior afecta al sistema nervioso, pero su propagación es menos estable, su peligrosidad radica en su fácil producción ya que en un comienzo fue creado como pesticida.
Desechos químicos en los océanos
Antes que el tema ambiental fuera una preocupación para la comunidad
internacional, los países se desasían de sus armas nucleares arrojándolas a los océanos. "Según los informes del Departamento de Defensa de Estados Unidos, los militares estadounidenses descargaron agentes y municiones de armas químicas en océanos en todo el mundo en al menos 74 ocasiones entre 1918 y 1970″, según cita la CNS.
Rusia ha admitido que 'al menos 160.000 toneladas de armas químicas
pueden ser asentadas en el fondo marino de los mares rusos, lo que representa una grave amenaza para la ecología y la salud del hombre". Del mismo modo, 302.857 toneladas de municiones de armas químicas fueron dejadas en Alemania y el Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los cuales fueron finalmente vertidos en los océanos", agrega la institución.
Cabe destacar que la información disponible respecto a los vertederos
solo constituye "entre 40% y 50% del número total de sitios".
Los agentes químicos alojados en el fondo marino suponen tres tipos de
peligros según la CNS: "explosivos que pueden detonarse sin previo aviso", "algunas actividades humanas (pesca, el dragado y la colocación de tuberías en áreas cargadas de agentes desprendidos) pueden resultar en que los seres humanos estén expuestos" a estos agentes y "daños directos e indirectos al medio" oceánico. El Centro de Estudios afirma que "hay pocos datos concretos sobre cómo y hasta qué punto los agentes de armas químicas pueden causar daño ambiental. Sin embargo, es factible que los daños a los productores primarios en el medio marino, así como las redes alimenticias de las que son miembros, puedan ser sustanciales".