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La composición de una imagen,

reglas
Entre dichas normas están las relativas a profundidad o perspectiva, detalle, punto de vista,
tamaño y escala, textura, forma y situación. Factores que forman un todo en la foto. No todos
tienen que estar presentes en cada fotografía, pero los que participen en cada una concreta,
deben hacerlo de manera conjunta.

Lo expresivo de una foto, no son los detalles, sinó su efectismo, el cual no puede tener el
mismo significado para todo el mundo, porque las personas no son todas iguales, pero si es
efectiva, siempre encontrará personas que sabrán valorarla en su significado.

Otro de los factores más importantes que conforman el conjunto de la fotografía, es la


composición, selección y disposición de sujetos, en el área de la imagen fotográfica, dando
como resultado la capacidad para comunicar algo.

Componer es crear
Componer es igual a crear. La mayor parte de las buenas fotografías han sido creadas, por
tanto, si se quieren crear fotografías hay que familiarizarse con algunos principios de la
composición.

La verdadera fuerza de una buena imagen radica en la combinación de un motivo y una


composición vigorosa; lo que se decide dejar fuera de la imagen es tan importante como lo que
se incluye en ella.

En esencia la composición es, como se ha indicado, la selección y colocación de objetos en el


área fotografiada. Pero la experiencia enseña muchas cosas al respecto, cuando mire a través
del visor, procure ver la fotografía que hay realmente y no otra que haya visto antes. En
cambio, intente seguir experiencias nuevas y buscar las formas más expresivas de mostrarlas a
los demás.

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El encuadre

Ver y fotografiar el motivo.

El ojo humano observa un espacio sin límites, pero en la cámara el encuadre está limitado por
cuatro lados. Por lo tanto es necesario elegir lo que se quiere incluir y lo que vamos a excluir
desde nuestro marco fotográfico, es decir dentro de nuestro fotograma, y tomar la posición
respecto de los demas. Para acercar y aumentar un motivo, hay que usar un teleobjetivo. Pero
si en cambio se desea ampliar el campo de visión, utilizaremos un gran angular. Este es útil al
mismo tiempo cuando se necesita mucha profundidad del campo

Encuadre simple: Podemos añadir un elemento extra en una composición, encuadrando el


tema principal dentro de una forma del primer plano o del fondo. Un buen procedimiento, es
disparar nuestra cámara a través de una ventana o similar, lo que aumenta la profundidad y el
equilibrio de la composición, llegando a eliminar detalles innecesarios y cubrir cielos o primeros
planos vacíos. Otra forma o posibilidad, sería colocar el elemento principal en el primer plano
de forma que, exponiendo para un fondo mucho más luminoso se forme una silueta. Estos
encuadres, suelen exigir unos cuidados de alineación entre un primer plano y el fondo.

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Encuadre compuesto: Este tipo de encuadre fotográfico, trata de ilustrar una imagen dentro
de otra. Es decir, en la misma composición un elemento se encuadra con otro dentro de la
misma fotografía, haciéndola destacar dentro de la misma.

El recorte del encuadre

El corte del encuadre: También el formato de la foto condiciona la imagen. Un encuadre


horizontal, resalta el espacio, uno vertical, la magnificencia.

Angulación del encuadre


Un motivo puede encuadrarse desde diversos ángulos, acercándose o alejándose de éstos,
desde arriba o desde abajo, las proporciones y el fondo modifican la composición.

Buscar un buen ángulo para la toma fotográfica, consiste en acechar a nuestra presa gráfica, y
estar alerta de que cualquier pequeño desplazamiento de poca distancia, puede generar
composiciones diferentes que serán más o menos afortunadas. En consecuencia, nos
moveremos en torno a ella acercándonos y alejándonos si es posible, hasta conseguir un punto
de vista adecuado y obtener en la mayor medida posible las siguientes cuatro características:

El sujeto principal de la escena debe mostrar hacia la cámara el lado que nos interesa tomar,
el cual puede ser según la intención del fotógrafo, cualquiera de los muchos frentes que el
tenga.

Debemos buscar el ángulo de incidencia de la luz más pertinente para el concepto que
deseamos comunicar, siendo con alguna frecuencia la iluminación más apreciada, la semi-
lateral, pero pudiendo ser también cualquier otra.

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Los planos anteriores al motivo que queremos destacar, deben de estar limpios de cualquier
otro elemento sobrante que interfieran en su visualización, u ocupados por cuerpos que más
bien suplementen o resalten a este.

Y finalmente, los planos más lejanos del encuadre, deben de ser concordantes, o por lo menos,
neutros, con relación a la idea que queremos expresar.

Ahora bien, al margen de lo dicho y sin entrar en contradicción con ello, los ángulos de toma se
dividen en cuatro tipos, según el nivel de altura con respecto al motivo desde el cual se
realicen, teniendo cada uno de estos, su connotación particular que debe ser conocida por el
fotógrafo, para su utilización consciente.

Toma a nivel y en picado


Toma a Nivel

Es cuando la fotografía se realiza desde el mismo


nivel del objeto tomado, ni por encima ni por debajo
de él.
Sirve para mostrar o describir algo de manera
"natural" u "objetiva".

Toma en Picado

Es cuando la imagen se toma desde una posición


más alta que el objeto fotografiado, de arriba hacia
abajo.
Debido a la perspectiva que se produce el motivo,
se ve disminuido en tamaño cuando se utilice
sobre personas puede connotar en algunos casos
poca importancia, debilidad o humillación.

Toma contrapicado y toma en cenital


Toma en Contrapicado

Es cuando la fotografía se realiza desde un lugar más bajo que


el motivo tomado, quedando este más alto que la cámara.

Debido a la perspectiva que se genera, el objeto se aprecia


engrandecido visualmente, puede en algunos casos connotar
enaltecimiento, importancia o poder.

Toma en Cenital

Es cuando la imagen se toma en un ángulo totalmente de arriba


hacia abajo, en posición perpendicular con respecto al suelo, es
decir, lo más extremo posible de una toma en picado.

Produce una gráfica sin perspectiva, que puede ser muy


descriptiva si se aplica a objetos pequeños, e inusual e
interesante si se usa con elementos grandes.

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La regla de oro y sus tres leyes
Estos principios formales de composición visual fueron
utilizados de manera elemental desde la más lejana
antigüedad, tanto en el Viejo Mundo como en América, como
puede observarse en los murales egipcios, mesopotámicos y
aztecas, entre otras culturas.

Sin embargo, las informaciones más lejanas que tenemos


hoy en día sobre su teorización y sistematización se las
debemos a los griegos de la edad clásica, entre los siglos V y
III antes de Cristo, quienes los usaron en pintura, escultura y
arquitectura.

Posteriormente, durante el Renacimiento Europeo, en los


siglos XV y XVI, los grandes maestros de esa época hicieron
bastante uso de estos parámetros, legándonos algunas de
las más bellas imágenes que tiene el patrimonio mundial.

En los tiempos modernos han sido criticados en varias


oportunidades debido al surgimiento de corrientes artísticas muy cuestionadoras, pero nunca
han perdido su vigencia, siendo actualmente de uso común no solo en las artes gráficas sino
también en los medios de comunicación social como la fotografía, el cine, la televisión y la
publicidad.

Ley del horizonte, de la mirada y tres tercios

Pero estas leyes no son para seguirlas al pie de la letra, son normas que nos pueden ser muy
útiles para comenzar a componer partiendo de ellas, y que podemos emplearlas o no según
nuestro criterio y su adecuación al tema que se esta trabajando. Una buena práctica, es
realizar varias versiones de una misma imagen, respetando estas leyes en unos casos y en
otros no, para luego comparar los resultados.

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La ley del horizonte la primera regla
fotográfica

La Ley del Horizonte

Se indica, que en el recuadro fotográfico deben trazarse, imaginariamente y con una afinidad,
tres líneas horizontales de igual anchura, tanto si se esta trabajando en posición horizontal o
vertical, y en la gran mayoría de las ocasiones, darle alrededor de dos bandas a la zona donde
se encuentra el motivo principal, y más o menos una banda a la zona secundaria.

Generalmente, la amplitud de ambos espacios dependerá de la mayor o menor importancia de


cada uno de estos, pudiendo ser casi iguales si la relación entre el motivo principal y el
secundario no es tan desequilibrado nuestro fotograma, hasta reducirse la zona secundaria a
solo un pequeño borde si el motivo principal es muy destacado.

Es importante destacar, que esta regla no solo se aplica cuando esta presente el horizonte,
sino en toda imagen que tenga una línea más o menos horizontal que divida a la composición
en dos espacios significativamente diferenciados.

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La ley de la mirada, segunda regla
fotográfica

La Ley de la Mirada

Es aquella ley en que toda persona, animal o cosa, dentro del recuadro fotográfico debe de
tener más espacio libre hacia su parte frontal que lo que ocupa su parte trasera,
independientemente de la amplitud de lo abarcado en el encuadre de la toma. Incluso podemos
recortar el borde del recuadro fotográfico, la parte del elemento gráfico en cuestión por su parte
posterior, si este se encuentra en un plano cercano a la cámara o es de dimensiones muy
grandes.

Siguiendo la pauta de estas leyes, concederemos mas o menos espacio a nuestro objetivo
principal, ( el individuo, personaje o plano) según la importancia del campo que tengamos
delante, siempre que sea directamente proporcional entre el valor de lo mostrado y el espacio
que nos ocupa.

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Regla de los tres tercios, tercera
regla fotográfica
La denominada regla de los tercios divide la escena en tres partes, tanto horizontal como
verticalmente. Las líneas que determinan estos tercios se cortan en puntos estéticamente
adecuados para situar el centro de interés, con lo que evitamos que éste, al estar situado en el
centro de la imagen resulte estático.

La Ley de los Tercios: Se marca, en el recuadro fotográfico deben trazarse, imaginariamente,


dos líneas equidistantes verticales y dos horizontales, siendo en torno a alguno de los cuatro
puntos donde se cruzan las cuatro líneas, en donde debe colocarse el motivo que deseamos
resaltar dentro de la composición.

Esto ocasiona un arreglo asimétrico de la imagen, con el polo de máximo interés visual
encontrándose relativamente cerca de alguna de las cuatro esquinas del recuadro, y el área
central de la gráfica ocupada por elementos secundarios.

Es posible y hasta recomendable, cuando se pueda hacer, cumplir las tres leyes de La Regla
de Oro en una misma fotografía, pues estas no solo son perfectamente compatibles entre sí,
sino también complementarias.

Los puntos fuertes

Según la división por tercios de una escena, la confluencia de los tercios marcan unos puntos
donde se hacen llamativos los objetos, llamados puntos fuertes. El centro es un punto fuerte.
Es recomendable hacer coincidir los objetos con estos puntos.

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El campo. Primer plano

El campo, es el espacio que abarca nuestro objetivo. El campo es largo cuando el objeto, o
bien el motivo principal está muy lejos respecto al punto de toma.

Sin embargo, es medio cuando el motivo pincipal ocupa aproximadamente la mitat de la altura
del fotograma y está situado cerca de la cámara.

Los planos fotográficos se dividen en profundiad en relación a la distancia del objeto o motivo
principal.

Segundo plano

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Desenfoque del fondo
En un segundo plano la imagen suele estar compuesta
de un primer plano, un segundo plano y un fondo.

La separación de diversos planos se realiza


considerando las diferencias tonales.

Para atraer la atención sobre algún elemento en primer


plano, sólo hay que desenfocar el fondo abriendo
mucho el diafragma.

Las líneas

Las líneas dominantes deben centrar la atención, no desviarla. Se puede hallar una línea casi
en cualquier cosa, como en un camino o en una sombra.
Una de las normas más populares de la composición se basa en la repetición de las líneas y
objetos, especialmente cuando el tema es una estructura.

Las líneas pueden ser, horizontales, verticales, curvas u oblicuas.

Las líneas horizontales, suelen expresar armonía y profundidad, paz y


tranquiliadad, mientras que las verticales limitan la profundidad y
actúan como barreras entre la fotografía y la vista, es dedir subrayan
la grandiosidad del motivo.
Las líneas curvas y amplias dan una sensación de belleza y gracia,
aportando movimiento a la composición. La vista recorre la línea de
manera pausada y natural. Producen una sensación de paz y
tranquilidad.

Las curvas en S, son otra forma de composición bella y armónica, y


también una de las más comunes. La vista sigue suavemente la curva
hasta alcanzar el principal centro de interés, centro que debemos asegurarnos que exista.

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Las formas, resaltar el volumen
La imagen fotográfica, es bidimensional, pero la iluminación,
el contraste tonal y cromático resaltan los volúmenes.

La luz puede aplanar o crear fuertes sombras, llegando a


fundir formas entre sí. La forma viene también modificada por
el punto de la toma.

Un fondo monocromático contrastante, resalta la forma del


motivo.

Los objetos que se reflejan en el agua, duplican su volumen


llegando a formar imágenes espectaculares. Las formas
pueden utilizarse para marcar un encuadre dentro de otro.

El mosaico
El mosaico se encuentra compuesto por la sucesión de líneas y formas.

Para evitar que nos cause monotonía, hay que incluir elementos secundarios. Debemos jugar
con los tonos, luces y sombras para resaltar la composición del conjunto fotográfico.

Si el mosaico ocupa todo el encuadre, el impacto se acentúa. Los mosaicos se encuentran en


todo nuestro alrededor, entre las personas, observando paisajes, sombras etc.

El pattern
El denominado efecto pattern, consiste en la repetición de
elementos gráficos que a través de un conjunto y juego de
volúmenes, conforman una imagen armoniosa.

Para realizar este tipo de toma, es preciso tener mucha


atención y visualizar atentamente, tanto el encuadre como
a la iluminación.

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Las repeticiones de formas se encuentran en la propia naturaleza, animales, árboles, objetos,
etc.

Donde se encuentra una repetición de elementos pattern, es en el campo de la arquitectura, en


ventanas, tejados, ladrillos...

La textura
En conceptos fotográficos, la palabra textura nos define la estructura de una superfície. Áspera
e irregular o suave y brillante. La textura revelada por una fotografía, nos dice lo que se sentiría
si la supefície se pudiese tocar.

El motivo debe transmitir una sensación táctil y de profundidad, como por ejemplo la rugosidad
de una corteza o la suavidad del terciopelo.

La luz, es la clave para fotografiar la textura. La mejor suele ser oblicua, dependiendo de la
calidad de textura. Las superficies compuestas de muchos detalles se iluminan con luz
direccional y difusa. La luz dura en cambio destaca las superficies irregulares.

El momento idóneo para realizar fotografías con texturas interesantes, es al amanecer o al


anochecer.

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Exposición y enfoque

La exposición correcta depende de la combinación del tiempo de obturación. El obturador limita


el tiempo que el rayo de luz penetra en la cámara y expone la película o el sensor digital.
Mediante el obturador se controla el tiempo necesario para que la imagen se exponga y quede
reflejada en la película o el sensor digital) y la abertura del diafragma.

El diafragma y el tiempo son directamente proporcionales, cuanto más abierto se encuentre el


diafragma, más rápido será el tiempo de obturación. Por ejemplo en valores numéricos (f22)
corresponden diafragmas cerrados y con valores más bajos f4 el diagrama abierto.

Con diafragma cerrado se obtiene mayor profundiad del campo. Con el diafragma abierto se
obtiene menos profundidad del campo.

Enfoque, distancia focal


El enfoque permite hacer nítido a un sujeto. En las cámaras compactas el
enfoque es fijo, no hay que enfocar. En las SLR manuales, se enfoca
mediante una rueda que hay en el objetivo. En las SLR con autofocus el
enfoque se hace apuntando con el centro, al sujeto y pulsando el botón de
disparo suavemente. Apretando más se realiza el disparo.
Cada objetivo tiene una distancia mínima entre el objetivo y el sujeto, por
debajo de la cual no es capaz de enfocar.

Los zooms de largo alcance (p.ej. 70-300) tienen una distancia mínima
mayor, aproximadamente 1,5 metros, que los objetivos de menor alcance
(p.ej. 28-80), aproximadamente 40 cm.

La distancia mínima puede reducirse para fotografías de cerca con lentes de


acercamiento.

Para evitar sorpresas, se recomienda que antes de hacer una fotografía se


tenga claro cuál es el sujeto que se quiere enfocar, y que ese enfoque se
encuentre apuntando directamente sobre él y posteriormente se haga el
encuadre de la escena. Realmente, cuando enfocamos un sujeto lo que
hacemos es enfocar una distancia.
Primer punto se enfoca, después se compone la escena (encuadrando) y
finalmente se dispara.

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La cámara fotográfica, permite congelar motivos en movimiento, gracias a la velocidad del
obturador.
Para detener un movimiento es necesario tener en cuenta la velocidad con que se mueve el
sujeto.

Congelar el motivo

Efecto pannig: Consiste en seguir con la cámara el motivo en movimiento durante el disparo. El
fondo queda movido.

Resulta esencial elegir un tiempo de obturación que permita expesar la idea del movimiento.

Tipos de perspectiva: lineal


La perspectiva, es el mejor procedimiento para crear una
sensación tridimensional en una fotografía.

El ojo estima la distancia en base a la disminución de


tamaño de los objetos y al ángulo de convergencia de las
líneas (perspectiva lineal). Del objetivo y de la distancia
dependerá el que la imagen resulte con mucha o poca
profundidad. La sensación de profundidad es puramente
ilusoria, pero constituye una técnica de composición muy
importante.

Líneas dinámicas: Las formas más dinámicas de


composición, hace uso de líneas diagonales. Escogiendo
un punto de toma, un objetivo que provoque líneas
convergentes o radiales, se puede obtener una fuerte
impresión de perspectiva

Perspectiva aérea
Aérea, las condiciones climáticas y atmosféricas ( humo, neblina) proporcionan una sensación
de profundidad, ya que los colores y la tonalidad de la imagen se amortiguan según aumenta la
distancia. Los diferentes cambios cromáticos facilitan a que la perspectiva aérea sobresalga y
destaque.

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El retrato
No pueden hacerse retratos sin tener en cuenta el
carácter ni el aspecto del individuo o sujeto. Un buen
retrato debe transmitir el estado de ánimo del sujeto en
el momento del disparo. Es importantísimo observar a la
persona que se pretende retratar.

Las imperfecciones del


acercamiento
Al fotografiar a personas es muy importante que se les
vea bien. Hay muchas formas de resaltar la fisonomía
del personaje jugando con la luz, el fondo, la
perspectiva y la composición.

En el caso de la luz, es importante que el sujeto tenga


sombras en la cara que resalten sus facciones, si no es
así, aparecerá una cara "plana" sin relieve. Una luz
lateral puede ayudar.

En el caso del fondo, es recomendable quitarle importancia haciéndolo borroso. De esta forma
se resaltará al sujeto. Para ello hay que contar con una profundidad de campo pequeña. Hay
dos formas de disminuir la profundidad de campo, aumentar la apertura de diafragma (número f
bajo), y aumentar la distancia focal (zoom alto).

Aumentando la distancia focal con el zoom modificamos también la perspectiva, acercando el


fondo y haciendo la imagen más plana. De esta forma evitamos deformar la cara del sujeto.

En cuanto a la composición, depende de si se quiere hacer un primer plano o no. En cualquier


caso hay que tratar de que el sujeto ocupe buena parte de la imagen.

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El objetivo perfecto para el retrato del rostro es de longitud focal igual al doble de la diagonal
del formato del fotograma, (80-100mm para el formato 24x36). El objetivo focal larga, evita las
distorsiones de la perspectiva ( la nariz o mentón pronunciados) provocadas por el
acercamiento excesivo de la cámara fotográfica hacia el rostro.

En los primeros planos una nitidez acentuada puede poner en relieve posibles defectos de la
piel del sujeto.

Para suavizar la imagen se puede colocar un filtro difusor, que aporta al retrato, un aire
romántico permitiendo disimular las imperfecciones del rostro.

En los retratos la cara ocupará casi toda la escena. Es recomendable que se vean al menos los
hombros de la persona.

El fondo del retrato


Es muy importante escoger y elegir con cuidado el fondo
de la imagen, tanto si se trabaja en estudio, como si se
hace en casa del sujeto. En el retrato no deben aparecer
elementos que disturben o líneas que atraviesen el
fotograma. El fondo debe ser neutro, para que no se
confunda el motivo principal.

En las fotografías exteriores se recomienda, muros, el


cielo o fondos monocromáticos. El individuo no debe
permanecer muy cerca del fondo para evitar que se
formen sombras innecesarias y violentas.

Ambiente de trabajo
El retrato ambientado

El fondo debe ser reconocible, y crear una composición


armoniosa con el sujeto principal. El espacio que rodea al personaje oprime plano, debe
permitir comprender el momento que está viviendo, dentro del ambiente elegido.

Los objetivos que mejor se prestan para el retrato ambientado son los normales o gran
angulares. Con el gran angular quedan enfocados todos los planos y se dispone de una gran
profundidad de campo.

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