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Aportes para Un Analisis de La Etapa Historica Actual PDF
Aportes para Un Analisis de La Etapa Historica Actual PDF
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INTRODUCCION
El objetivo del análisis que se desarrollará a continuación es el de proveer
una aproximación a algunos procesos centrales de la historia reciente tanto
mundial, regional como local. Entendemos que como militantes anarquistas
debemos tener claro cuál es el contexto en el que vivimos para poder
intervenir en las luchas sociales en sintonía con el mismo y potenciar así
nuestras prácticas. Será pertinente entonces aclarar que todo el desarrollo
analítico siguiente es elaborado en función de la militancia y que como tal
no pretende ser un análisis acabado ni un punto de llegada, sino que
entendemos que se nutrirá de críticas y aportes que otros compañeros y
compañeras puedan hacer. En consonancia con esto, cabe aclarar que este
análisis no es únicamente un esfuerzo teórico si no que parte de la
necesidad de comprender tanto las estrategias de los sectores dominantes
como los diferentes procesos de resistencia que los de abajo venimos
llevando adelante, todo esto desde una perspectiva anarquista.
Vale aclarar, además, que el presente análisis fue elaborado entre los meses
de Marzo y Abril de 2015 a instancias del I Congreso de la Federación
Anarquista de Rosario (ex Columna Libertaria Joaquín Penina), en donde
dicho trabajo sirvió como insumo fundamental a la hora de interpretar los
principales acontecimientos de la historia reciente.
Como herramienta analítica principal utilizaremos la categoría etapa
histórica entendida como un período que se caracteriza por cambios en
algunas estructuras sociales, pero que no llega a alterar al modelo de poder
en su conjunto1. Así, al examinar las últimas décadas consideramos que es
posible demarcar una etapa histórica que las comprende y que tiene rasgos
que le son propios e identificables a nivel mundial. Concretamente, desde
fines de la década del ´80 podemos vislumbrar el comienzo de una nueva
etapa marcada por la caída del bloque soviético, la emergencia de un
sistema unipolar y la implementación del neoliberalismo a nivel mundial; y
el paso de las dictaduras militares a democracias tuteladas en el caso de
Latinoamérica.
Vemos que si bien es posible establecer una continuidad hasta nuestros
días, es pertinente dividir la etapa en dos períodos diferentes, tanto en el
plano mundial, como latinoamericano y argentino. Esto es así porque
creemos que con el cambio de siglo se presentan características novedosas
que deberán ser profundizadas singularmente vinculadas tanto a un
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Bruno Lima Rocha “Categorías fundamentales para el análisis e incidencia de la organización política
propuesta”.
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PRIMER PERÍODO DE LA ETAPA
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MUNDIAL
El primer período de esta etapa está caracterizado por la configuración de
un contexto unipolar, luego de la caída del bloque soviético, con la
preeminencia del proyecto imperialista de Estados Unidos, única
superpotencia que reunió durante más de una década todas las condiciones
de dominio político, económico, militar, cultural y jurídico a nivel global. En
este contexto se puede pensar que las condiciones señaladas permitieron a
la potencia hegemónica la disposición geopolítica de grandes zonas del
mundo en función de su estrategia de dominio. Logrando entonces la
permanencia de su proyecto a lo largo de los años mediante la invasión de
territorios, la promoción de guerras internas, la creación de inestabilidades
políticas y económicas, la generación de mayor dependencia de las regiones
y el sojuzgamiento de los pueblos del mundo.
Ya habiendo transcurrido un cuarto de siglo desde el fin de la última etapa
de la guerra fría, entre EEUU y la URSS hacia fines de la década del ´80, a la
distancia podemos descubrir las numerosas consecuencias que trajo
aparejada la finalización de la disputa entre las dos grandes potencias y sus
Estados satélites. Sus consecuencias marcaron la situación mundial desde
aquel momento hasta la actualidad.
El ocaso de los proyectos social‐estatistas2 significó sin duda una avanzada
importante del proyecto imperialista de los EEUU a escala global con
repercusiones de distinta índole en las diferentes regiones del planeta,
configurando lo que sería un nuevo orden mundial, que en el plano político
podríamos llamar unipolar con los EEUU ‐como potencia imperial
vencedora de la guerra fría‐ y la Unión Europea como aliada para intervenir
de acuerdo a sus intereses. Estos sectores dominantes a nivel mundial
aprovecharán estas condiciones de avanzada para imponer nuevas reglas de
funcionamiento a los pueblos sometidos en las diferentes partes del
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La denominación de estos países como de “socialismos reales” creemos que es incorrecta. Partiendo de
nuestra matriz de análisis podemos caracterizar por un lado a dichos países como enmarcados en
proyectos netamente estatistas, es decir tendientes a la cristalización de las instituciones del Estado a la
hora de proyectar la forma de administración de una sociedad supuestamente libre. Paradójicamente con
las tesis iniciales del marxismo‐leninismo que suponían un inverosímil período de transición (Karl Marx,
"Carta a Joseph Weydemeyer", Londres, 5 de marzo de 1852; Karl Marx, "Crítica del programa de Gotha",
texto de Marx y Engels, Obras Completas, volumen XIX, pág. 28; y V. I. Lenin, "Tesis e informe sobre la
democracia burguesa y la dictadura del proletariado", Presentado al I Congreso de la III Internacional, 4
de marzo de 1919), el sostenimiento del Estado para la permanencia del Estado mismo, llegó a convertirse
en un factor ideológico preponderante luego del desenlace de los primeros años de la Revolución Rusa de
1917. Por otro lado es real que en estos países llegaron a implantarse ‐al menos durante un lapso de
tiempo‐ reivindicaciones sociales impulsadas por los sectores populares. La institucionalización de los
diferentes procesos revolucionarios con el paso de los años se encargó de ir disolviendo aquellas
conquistas no sin resistencias de las fuerzas sociales. Retomando lo que expresábamos anteriormente
proponemos designar dichos países como proyectos social‐estatistas.
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mundo.
En el lado de los Estados perdedores, la implosión de los regímenes social‐
estatistas no supuso en modo alguno la desaparición de las diferentes élites
gobernantes de aquellos países3. Muy por el contrario hubo de alguna
manera un reacomodamiento de la clase política de los viejos Partidos
Comunistas para continuar ejerciendo relaciones de dominio en todos los
niveles, readaptando el esquema de poder a los nuevos tiempos. Tal fue el
caso de la URSS, Polonia, la RDA (República Democrática Alemana), Albania,
Yugoslavia, Hungría, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria, Angola y
Mozambique entre otros.
En paralelo el final de la guerra fría supuso un declive definitivo de la
mayoría de los proyectos políticos revolucionarios que habían tenido su
punto más alto allá por las décadas de los 60´ y 70´ en prácticamente todos
los continentes.
Multipolaridad económica
En el plano económico este nuevo orden mundial dejó en el centro de la
escena un sistema multipolar con potencias como EEUU, la Unión Europea
y en menor medida Japón administrando la economía mundial. Los grupos
de capitales concentrados hegemónicos de los EEUU profundizaron la
presión económica al resto del mundo luego del llamado Consenso de
Washington, como veremos más adelante. Organismos como el Fondo
Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento del
Tesoro de los Estados Unidos, Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
Comisión Europea, Banco Central Europeo fueron logrando imponer en la
mayoría de las regiones la liberalización de los mercados a los capitales
inversores y financiero‐especulativos, derribando las barreras arancelarias
de las economías locales. El BM y el FMI, creados originalmente en la
posguerra reorientan sus políticas hacia el ajuste, no solo financiero sino en
cuanto a los patrones de acumulación y desarrollo.
En América Latina, África y algunos países de Asia esto significó casi
inmediatamente una progresiva recesión, un mayor endeudamiento
externo, desempleo, inflación e hiperinflación, aumento de la precarización
de la vida, hambrunas crónicas y enfermedades endémicas
(particularmente en África).
De este modo el poder económico financiero comenzó a determinar la
estabilidad e inestabilidad en algunas regiones de acuerdo al flujo de sus
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Más allá de algún magnicidio (como en Rumania) o proceso legal (como en Alemania Oriental), esto se
registra en la mayoría de los países.
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de los ejércitos en disputa durante estas incursiones armadas a partir de
fusilamientos masivos, migraciones forzadas e inclusive violaciones
sistemáticas a mujeres y niños.
A partir del cambio de etapa marcado por el fin de la guerra fría hubo una
transformación del objetivo militar del proyecto imperialista. El “enemigo
externo” de los EEUU pasó de ser comunista a ser el “terrorismo islámico”
o el narcotráfico de acuerdo al contexto.
A la hora de pensar las intervenciones militares que necesitaba el proyecto
imperialista en esta nueva etapa, los EEUU prepararon incursiones con
pretextos falsos bajo el paraguas de organismos y alianzas internacionales,
según la ocasión, para no quedar solos en el centro de la escena bélica. Así
ocurrió durante la Guerra del Golfo (1990‐1991) y la invasión a Somalía
(1992) donde la ONU (Organización de las Naciones Unidas) auspició de
alianza militar. Durante la Guerra de Bosnia (1995) y la Guerra de Kosovo
(1999) la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) fue la que
auspició de escudo militar ante los intereses de control geopolítico de EEUU
y las potencias europeas.
En el resto de las regiones donde los EEUU y sus aliados europeos tenían
algún tipo de interés, pero que evaluaban que no ameritaba una invasión
militar, se desarrollaron intervenciones político‐militares de baja
intensidad.5 Esto implicó desde un trabajo conjunto con los sectores
dominantes locales librando campañas mediáticas de acusaciones y
calumnias contra los grupos insurgentes hasta la utilización de grupos
mercenarios o paramilitares, como fue el caso de Afganistán, Colombia,
Perú y México entre otros. Esta oleada de intervenciones fue acompañada
por operaciones de contra inteligencia y la instalación de bases militares por
doquier.
Por último cabe mencionar la llamada revolución delas comunicaciones
que a través del acceso masivo a la Internet, el celular, la televisión por cable
entre otras cosas, coincidió con el fin de la década de los 90.Permitió un
mayor flujo de información y comunicación entre las personas, generó
nuevos patrones de consumo y control social, acceso a la información e
inclusive cambió la dinámica en que se plantean las tácticas de resistencia.
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Ya en 1985 el Pentágono inició un Proyecto sobre la Guerra de Baja Intensidad con el objetivo de
“ensayarlo” en los siguientes años. Así arrancaría en los ’80 principalmente en los países del llamado
“tercer mundo”, buscando asegurar el control regional, presencia en el terreno y control antes de que los
conflictos estallen. En líneas generales los objetivos de estas guerras de baja intensidad podrían ser tres:
contrainsurgencia (derrota a movimientos de rebelión popular), reversión (derrocar gobiernos
“revolucionarios”) y prevención (ayudar a gobiernos aliados a EEUU a evitar desestabilización).
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LATINOAMERICA
Pensar la década del 90 en América Latina nos encuentra con el
denominador común que es la aplicación rigurosa del programa neoliberal,
que en mayor o menor medida fue implementado por los diferentes Estados
de la región en un lapso temporal que arranca en los 80 y se extiende hasta
comienzos del siglo XXI. De manera provisoría podemos identificar con el
programa neoliberal una serie de transformaciones económicas, políticas,
sociales e ideológicas: un Estado con menos funciones de
aprovisionamiento de servicios sociales y un rol administrativo de la
exclusión, desregulación de la economía, privatizaciones, mayor
dependencia del capital financiero y de los organismos de crédito
internacionales, individualismo y fragmentación social, lógica de mercado
en las relaciones sociales, aumento de la pobreza y la desigualdad.
Como mencionamos anteriormente cuando hablamos de un
“achicamiento” del Estado, nos referimos a una serie de transformaciones
que vienen a contrastar con políticas generalizadas desde antes
demediados del siglo XX ligadas al llamado Estado de Bienestar, preocupado
superficialmente por la “justicia social y la redistribución de la riqueza”. En
cambio, el Estado neoliberal prefiere conceder a los intereses privados la
administración del sector público. Someramente podemos decir que los
Estados latinoamericanos optan por el “dejar hacer”, que no debe
confundirse con una menor responsabilidad para con las políticas
implementadas en estas décadas, convirtiéndose, una vez más, en garantes
de los intereses de los ricos y poderosos.
En las políticas económicas latinoamericanas es visible la importancia que
cobran los organismos financieros internacionales en la implantación del
programa neoliberal. Uno de los procesos generados es el creciente
endeudamiento externo de América Latina, en donde las instituciones
financieras actuaron a favor de los acreedores, facilitando el drenaje
financiero permanente de la región hacia zonas centrales en materia
económica. El endeudamiento fue usado como arma disciplinaria, de la
mano de recetas de ajuste fiscal y “achicamiento” del Estado. Esto vino
acompañado de la implementación de diferentes políticas focalizadas en
función de la fragmentación social, patrocinadas por los mismos organismos
internacionales como paliativos a la creciente desigualdad y teniendo como
resultado un mayor endeudamiento y dependencia del flujo de capitales
extranjeros para sostenerlas.
El punto más importante de esta tendencia está marcado por el llamado
Consenso de Washington (1989), donde los Estados Latinoamericanos
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acordaron someterse a reformas estructurales y ajustes del sector público
que acotaron sus márgenes de maniobra. Es así que los lineamientos
generales de la política económica del período son definidos por esas
instancias supra‐nacionales (FMI, BM y Tesoro de EEUU) y en función del
cumplimiento de pago de la deuda.
Democracias tuteladas
Otro punto importante a mencionar es que los procesos analizados pueden
enmarcarse en líneas generales en la transición de las dictaduras a
gobiernos democráticos, este proceso tiene su propia periodización pero
nos encontramos con que en los años ´90 los últimos gobiernos militares
van dando paso a gobiernos democráticos, con una suerte de “democracia
tutelada” por sectores de la clase dominante ligada a la dictadura, como es
el caso de Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile.
En el plano geopolítico y militar, la injerencia de los EEUU fue
acrecentándose a la par de su interés por las regiones poseedoras de
recursos naturales estratégicos. Por un lado, fue mediante la instalación de
bases militares en territorio latinoamericano, como es el caso de Manta
(Ecuador), Tres Esquinas y Leticia (Colombia), Iquitos (Perú), Hato (Curazao),
entre otras y por otro, llevando adelante lo que se conoce como una guerra
de baja intensidad, como mencionamos anteriormente. Uno de los aspectos
más importantes de la guerra de baja intensidad en Latinoamérica ha sido
las guerras encubiertas con utilización de mercenarios contra gobiernos
“hostiles” (los sandinistas en Nicaragua en la década del 80) o de
contrainsurgencia (El Salvador y Guatemala) apoyando o financiando el
ejército de esos países y sus escuadrones paramilitares. En los 90 la guerra
de baja intensidad siguió afianzándose como el proyecto estratégico de
seguridad de los EEUU para la región. Por último vale mencionar los
ejercicios de entrenamiento militares entre el ejército de EEUU y los
latinoamericanos con el objetivo de influir ideológicamente a los militares
de los países del continente y adiestrarlos bajo las doctrinas generadas en
Washington. Unos de los más emblemáticos fueron los llamados “Cabañas”,
que se concretaron en Panamá, Puerto Rico y dos provincias Argentinas
(Córdoba y Salta) entre 1996 y 2001.
Hacia una nueva división internacional del trabajo
Sumado a lo anterior la experiencia neoliberal potenció la re‐primarización
de la economía latinoamericana. La alta dependencia de la exportación de
productos primarios y de baja elaboración comenzó un ciclo continuo. Esto
responde, en términos geopolíticos, a una nueva división territorial y global
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del trabajo, que se basa en la apropiación descarada de recursos naturales
(renovables o no) dando lugar a asimetrías económicas, políticas,
ambientales y sociales entre los diferentes actores a nivel global.
Este proceso se pone en evidencia a través de numerosos acuerdos
bilaterales y regionales para la liberalización comercial y especialmente
frente a la iniciativa norteamericana de la creación de un Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA). Este se originó en 1994 para reducir
gradualmente las barreras arancelarias y de inversión en los 34 países que
la integraban. Y en correlato con esto, los países latinoamericanos
comenzarían a estructurarse en conformaciones económicas para abordar
mejor los mercados globales, como es el caso de MERCOSUR, TLAMN
(tratado de libre comercio de América del Norte), CAFTA (Tratado de Libre
Comercio entre EEUU, Centro América y República Dominicana) o la CAN
(Comunidad Andina de Naciones).
Esquemáticamente podemos dividir el devenir del neoliberalismo
latinoamericano del siglo XX en dos períodos diferentes: En los 80
prevalecieron las reformas de primera generación con prioridades de
ajustes anti‐inflación (en el caso Boliviano) o autoritarias y de lucha contra
la organización de los de abajo (como el caso Chileno) y en la década del 90
predominó la influencia del Consenso de Washington con transformaciones
complementarias de apertura comercial, privatizaciones y flexibilización
laboral. Aquí los casos son bien conocidos México, Argentina, Venezuela y
Perú son los más emblemáticos, sumándose más tarde la experiencia de
Brasil.
Resistencia al neoliberalismo
La aplicación de estas políticas tuvo como respuesta muchas resistencias y
protestas en la región. Sin embargo, en una perspectiva global, las
resistencias a la aplicación del recetario neoliberal presentaron una
configuración mucho más fragmentada en términos sociales y más
localizadas en términos sectoriales y territoriales que las precedentes; al
tiempo que en la mayoría de los casos resultaron incapaces de obstaculizar
la implementación de dichas políticas. Sin embargo, hacia el final de la
década la realidad social latinoamericana aparece nuevamente signada por
el incremento sostenido de la conflictividad social. Esto da cuenta del
surgimiento de un nuevo ciclo de protesta social, que emerge como
respuestas a las transformaciones generadas por las políticas neoliberales.
En cuanto a organizaciones, a nivel latinoamericano encontramosuna
diversidad de experiencias: por un lado el levantamiento zapatista que la
mañana del 1° de Enero de 1994 salió a la luz como una fuerza guerrillera
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desocupados en Argentina y las protestas de los trabajadores del sector
público en la segunda mitad de la década del ‘90 convergerán con la
movilización de amplios sectores urbanos de capas medias para
desencadenar la renuncia del gobierno del presidente De La Rua a finales
de 2001. En el caso de Brasil vale resaltar la constitución de la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT, 1983) y del Movimiento de Trabajadores
Rurales Sin Tierra (MST, 1984). En la misma dirección, las movilizaciones
campesinas en Paraguay, que habrían de jugar un rol importante en la crisis
que deriva en la caída del presidente Cubas Grau (1999), se prolongarán en
la confrontación con las políticas neoliberales impulsadas por los gobiernos
posteriores. Así también, las intensas protestas sociales en Perú
(particularmente la experiencia de los Frentes Cívicos regionales y las
movilizaciones de los trabajadores de Magisterio) que signarán el fin del
régimen de Fujimori (2000) habrán de continuarse en las resistencias a las
políticas privatistas impulsadas por el gobierno del presidente Toledo
(2002/2003).
Algunos autores argumentan que como resultado del proceso de
concentración del ingreso, la riqueza y los recursos naturales que signa a las
políticas neoliberales, nuevos movimientos sociales (NMS) han emergido en
el escenario latinoamericano constituyéndose, por ejemplo, en relación a
su identidad étnico‐cultural (los movimientos indígenas) o en referencia a
su carencia (los llamados “movimientos sin”, por ejemplo los sin tierra, sin
techo o sin trabajo) o en relación a su hábitat de vida compartido (por
ejemplo los movimientos de pobladores, territoriales o
piqueteros).Nosotros entendemos que en estos movimientos sociales de
fines del siglo XX hay continuidades con procesos históricos de lucha y
organización de los de abajo, y que hay teorías que en busca de la novedad
pierden de vista sus vínculos con experiencias pasadas, con el problema del
poder y con el cambio social6.
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Román Maximiliano “Las tomas de tierra en el origen y desarrollo del Movimiento de Trabajadores
Desocupados del Chaco” en: De Prácticas y discursos/Universidad Nacional del Nordeste/ Centro de
Estudios Sociales. Año 1, número 1, 2012.
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ARGENTINA
En Argentina este período estuvo caracterizado principalmente por
unareconfiguración de la estructura económico‐productivapropiciada por la
clase política local en función de intereses económicos y políticos del
proyecto imperialista norteamericano y las trasnacionales europeas. El país,
ahora bajo una matriz de dominio financiero, terminaría abandonando lo
poco que quedaba de un modelo de incipienteindustrialización para pasar
a extranjerizar y desmantelar las empresas productivas y de servicios. Al
mismo tiempo se expulsaría a los sectores populares de los lugares de
trabajo,acelerando la precarización de las condiciones de vida, en el marco
de una pérdida significativa de conquistas sociales de décadas anteriores.
Este avance de los de arriba acompañado de una política de creciente
endeudamiento externo, generaría sin dudas un renacer de los fenómenos
de resistencias, que culminará en el estallido popular de 2001.
Alfonsinismo e influencia militar
Como punto de partida podemos mencionar el tránsito de la última
dictadura a la democracia en Argentina, que no se dio sin grandes
sobresaltos. Si bien se recuperaron las garantías democráticas en el año
1983, fue una democracia “tutelada”, es decir que en los años posteriores,
sectores del ejército demostraron que no estaban dispuestos a ser juzgados
por delitos de lesa humanidad, como las desapariciones, las torturas, los
asesinatos y las detenciones de luchadores y militantes populares
cometidos por aquellos entre 1976 y 1983. Este reclamo de justicia se
originó en los años de resistencia a la dictadura, donde las madres,
familiares y compañeros de los detenidos‐desaparecidos comenzaron a
juntarse y organizarse en torno al reclamo de aparición con vida de los
mismos.
En 1984, con el informe de la CONADEP(Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas) un tribunal civil condena a los jefes de las juntas
militares. La CONADEP creada en 1983 (e integrada por diferentes
personalidades), lejos de haber sido independiente representó en realidad
un organismo indispensable para la democracia vigilada por la institución
militar. En este sentido fue una de las impulsoras de la “Teoría de los dos
Demonios” que intentaba ubicar en un mismo plano a la implementación
del terrorismo de Estado y a las acciones de resistencia armada a la
dictadura militar. En los años posteriores del Juicio a las Juntas, un grupo de
oficiales del ejército, autodenominados carapintadas,con estrecha
vinculación a sectores reaccionarios y nacionalistas, encabezarían varias
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Para este momento ya había emergido en la escena política nacional Carlos
Saúl Menem,candidato presidencial peronista que había salido victorioso en
las elecciones de mayo de 1989. Durante la campaña pre‐electoral Menem
había salido a la escena vestido como caudillo provinciano11,además de
utilizar un discurso neo‐desarrollista y popular –a raíz de máximas como la
del “salariazo” o la “revolución productiva”‐. Así fue como en medio de
operaciones políticas y una situación social insostenible Menem asumela
presidencia en forma anticipada.
Para controlar la inflación se sancionó la Ley de Convertibilidad en 1991. La
misma establecía una paridad entre la moneda local y el dólar (1 peso = 1
dólar). Para sostener este valor cambiario el Estado recurrió a organismos
internacionales crediticios con los cuales contrajo grandes deudas12. Como
contraparte, se fomentaron políticas de ajuste económico y desregulación
del sector público por parte del Estado, como por ejemplo la educación, la
salud y la previsión social entre otros. De forma paralela, se implementan
políticas sociales focalizadas, que apuntarán a la eficacia del gasto social,
atendiendo a aquellos sectores selectivamente elegidos, por su necesidad y
urgencia. A partir de aquí el Estado comienza a prefigurar la existencia de
un sector que estaría quedando fuera del sistema de beneficio de los
derechos sociales (conquistado décadas atrás). Este sector crecería
paulatinamente y se convertiría en beneficiario de insuficientes políticas
públicas concernientes a contenerlo al menor costo político y económico
posible.
En el ámbito de la salud, el recorte del presupuesto y la desregulación, trajo
aparejado un proceso de selectividad y la consecuente exclusión de ciertos
sectores sociales: al focalizar su atención en los sectores más necesitados,
el resto solo encontró como opción recurrir al sector privado, lo cual se
percibe como una política estatal de incentivo al crecimiento de la
producción privada de servicios en salud. En este sentido, no es casual que
en los años ´90 haya una emergencia de las prepaga de salud, y clínicas y
sanatorios privados.
De este modo, las prestadoras privadas también se vieron beneficiadas por
la modalidad del sistema de salud de las obras sociales, ya que las mismas
brindaban atención a sus beneficiarios, ya sea con servicios propios o
11
Incluso llegó a mostrarse montando a caballo, con poncho y patillas, utilizando en todo momento un
estética que hacían clara referencia a una identificación con el viejo caudillo federalista riojano Facundo
Quiroga.
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Cuando asumió Cavallo en enero de 1991 la deuda pública era de 61.400 millones de dólares, y cuando
fue reemplazado por Roque Fernández, aquella se había elevado a 90.471,80 millones de la misma
moneda. Ese incremento se produjo a pesar de haber ingresado por recaudación de privatizaciones 23.948
millones de dólares, de los cuales 11.440,8 millones fueron obtenidos en efectivo y 12.507,8 millones por
rescate de títulos públicos.
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contratando la capacidad instalada del sector privado.
Por otra parte, el ajuste presupuestario y la disparidad entre los salarios que
ofrecía el sector público y privado, acarreó una fuerte reducción del
personal de la salud, con la consecuente caída en la calidad del servicio.
Es de destacar el papel jugado por la burocracia sindical en este sector:
conservar el control sobre las obras sociales se convirtió en prenda de
negociación frente a otras cuestiones más conflictivas para el proceso de
reforma estatal, ejemplo de ello fue el Bono de consolidación de las deudas
de las obras sociales a cargo del Estado, a cambio de obtener apoyo de la
burocracia sindical para sancionar la Ley de Contrato de Trabajo (ver más
adelante). Muchos dirigentes sindicales aprovechando la situación de
privatización y desregulación comenzaron a incorporar funciones
empresariales a sus actividades tradicionales. Dada la relación entre el
gobierno y algunos sectores del sindicalismo, llegó a hablarse del “club de
amigos”.
Este proceso de “desregulación” del sector público también afectó al
sistema educativo.El Estado en primer término redujo el gasto público en
ese ámbito, re‐direccionándolo hacia instituciones educativas del sector
privadovinculadas a grupos empresariales y religiosos. Para 1993 el Estado
pone en práctica la Ley Federal de Educación (LFE). Entre otras cosas la LFE
se encargaba de profundizar la flexibilización laboral de los maestros a
través de la implementación de numerosas materias curriculares en el
marco de programas confusos. Otro de los objetivos de la LFE fue el de
disolver prácticamente la enseñanza técnica y poner a la educación en clara
disposición a las demandas del nuevo mercado laboral bajo una lógica
financiera. En este sentido los artículos 15º y 17º de la Ley entregan al
estudiantado como mano de obra gratuita a través de la implementación de
convenios de pasantías no remunerativas y “contratos de aprendizaje” con
empresas y sectores privados de la economía.
A esta legislación se suma la Ley de Educación Superior (1995) como señal
importante de subordinación a los organismos de crédito internacionales,
en la búsqueda de préstamos para el sector. Una vez sancionada la norma,
se firma con el Banco Mundial un convenio para financiar programas de
mejoramiento de la calidad del sistema universitario. Paralelo a ello se crea
la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria),
que debilita órganos ya existentes y limitan la autonomía universitaria en la
medida en que esta se torna en un órgano de control político. A pesar de
que la intención de los organismos internacionales era la privatización de la
educación en general, fueron las resistencias de estudiantes y docentes las
que permitieron que sólo los posgrados sean arancelados. Si bien el Estado
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se desliga de una parte del gasto en educación pública, por otro lado, no
escatimaba recursos para el financiamiento del sector privado.
La lucha más conocida y prolongada fue la Carpa Blanca de docentes de
CTERA (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República
Argentina) frente al Congreso Nacional en demanda de la sanción de la ley
de financiamiento educativo y la derogación de la Ley Federal de Educación,
desde el 2 de abril de 1997 hasta el año 1999, permaneciendo 1003 días.
En este marco de reformas estatales, cabe mencionar también la creación
de las AFJP (Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones) en el
año 1993. Las mismas operaron como empresas privadas con fines de lucro
destinadas a administrar los fondos generados con los aportes jubilatorios
realizado por los trabajadores en el régimen de capitalización individual. Las
AFJP percibían una comisión del aporte previsional obligatorio de los
afiliados, y administraba el capital acumulado, inyectando fondos en el
mercado de capitales y obteniendo una rentabilidad para los ahorristas y
para sí misma. Una vez alcanzada la edad jubilatoria, la AFJP debía entregar
al afiliado el capital acumulado en cuotas mensuales hasta su agotamiento.
Al privatizar el régimen de previsión social, los ingresos de los que en ese
momento eran jubilados o pensionados se vieron seriamente afectados, ya
que el Estado contaba con menos ingresos al sistema de reparto. La
resistencia de los jubilados tuvo como figura principal a Norma Pla, quien
encabezó protestas por un haber jubilatorio mínimo y para que PAMI
(Programa de Atención Médica Integral) sea conducida por sus
beneficiarios.
Por su parte el gobierno de Menem continuó con el proceso de
privatizaciones, entre ellas la de Gas del Estado, la de SEGBA (Servicio de
Electricidad de Gran Buenos Aires), Obras Sanitarias, Agua y Energía, entre
otras. Además se privatizaron las telecomunicaciones, con la venta del ENTel
(Empresa Nacional de Telecomunicaciones), ENCoTel (Empresa Nacional de
Correos y Telégrafos) y medios de comunicación como las radios y canales
de aire. Otros servicios públicos, como el transporte, corrieron la misma
suerte, como ser Aerolíneas Argentina y los ferrocarriles. Por último la
oleada de privatizaciones alcanzó al sector energético con el vaciamiento y
remate de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales).
Flexibilidad laboral, respuesta de los de abajo y represión estatal
Dentro del ajuste económico se sancionaron diferentes leyes a los largo de
la década que contribuyeron a lo que se conoce como “flexibilidad laboral”:
contrataciones flexibles de trabajo, a plazo determinado y sin
indemnización, se cercenó el derecho a la huelga en algunas actividades, se
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ajuste, peligrando en algunos casos su fuente de subsistencia. Así surgen los
primeros piquetes de los '90 que tuvieron como epicentro las ciudades de
Cutral‐Co y Plaza Huincul en la provincia de Neuquén y en las localidades de
General Mosconi y Tartagal en la provincia de Salta. En estas dos regiones,
la vida social se había estructurado a partir de las actividades que
desarrollaba YPF. En 1992, la empresa había sido vendida a capitales
extranjeros con el fin de deshacerse, como ya se mencionó, de aquellos
sectores que produjeran déficit para el Estado. La totalidad de los gobiernos
provinciales (como fue el caso de Santa Cruz y su gobernador Néstor
Kirchner) saludaron la iniciativa privatista del menemismo. El proceso de
privatizaciones significó un pase administrativo de un monopolio estatal a
un oligopolio extranjero. Este proceso no trajo inversiones de ningún tipo y,
por el contrario, abrió la economía a capitales europeos que giraron las
ganancias a otros países.
Otra modalidad de resistencia social se da en año 1993 cuando se produce
el llamado santiagazo(Santiago del Estero), en el que una multitud formada
por trabajadores estatales y los sectores más pobres de la población toman,
incendian y saquean los edificios de los tres poderes del Estado provincial,
así como las casas de los principales dirigentes políticos locales. Este
levantamiento da cuenta del descontento generalizado de los oprimidos con
las instituciones del Estado y la clase política. También hubo levantamientos
similares en La Rioja, San Juan, FiskeMenuko (General Roca), Bariloche,
Cipolletti, Salta y Jujuy.
Por otro lado, en los ´90 se registran numerosas ocupaciones de lugares de
trabajo, de dependencias oficiales, de escuelas y facultades, entre otros.
Entre las ocupaciones más prolongadas pueden mencionarse la de
Continental Fueguina y Aurora Grundig en Tierra del Fuego en 1995 y 1997
respectivamente, y la de la Cervecería Córdoba en 1998.
Además de los procesos de resistencia antes mencionados, podemos hacer
referencia a los apagones voluntarios. Uno de los más prolongados y
relevantes se dio en el año 1996 contra la política económica del gobierno
nacional. Y en el marco del mismo los vecinos de las principales ciudades
del país salieron a las calles, golpeando cacerolas y en algunos lugares
concentrándose en plazas o cortando calles, mientras los automovilistas
hacían sonar sus bocinas.
Un ejemplo altisonante de resistencia se dio en la provincia de Catamarca
ante elfemicidio de María Soledad Morales perpetrado por los “hijos del
poder” provincial. Si bien la institución judicial, la clase política y los medios
de comunicación se encargaron de garantizar impunidad a los autores
intelectuales y materiales del asesinato, el pueblo entero salió a las calles a
24
manifestarse en “marchas de silencio”.
En materia de derechos humanos, cabe destacar una continuidad en la
política de impunidad de la clase dominante al momento en que el gobierno
de Menem otorga indultos a los genocidas (1990), que junto con las leyes
de Obediencia de Vida y Punto Final, generaron como resistencia la
metodología del “escrache”. Los escraches fueron llevados a cabo
principalmente por militantes de organizaciones de derechos humanos
(sobre todo HIJOS y Familiares de detenidos y desaparecidos) denunciando
a represores. Gran parte de los genocidas se encontraban aun en actividad
como servicio de inteligencia y fueron descubiertos gracias al accionar de
estas organizaciones. Esta práctica de acción directa –pionera a nivel
mundial‐ permitió buscar una alternativa al sistema legal estatal, garante de
impunidad, a la par de desarrollar formas de justicia popular alternativas.
Cuando hablamos de democracia vigilada en la pos‐dictadura militar no nos
referimos solamente a los sucesivos llamados de atención del ejército
argentino a través de sus alzamientos. También hacemos alusión a la
vigencia institucional y la herencia político‐ideológica de la estructura
represiva interna del Estado expresada en las llamadas fuerzas de
seguridad. Con la aplicación de las políticas neoliberales se estaba dejando
excluido a un sector importante de la población, que ya no podría acceder
ni siquiera a un puesto laboral, por lo que la clase dominante era consciente
desde un inicio que había millones de personas que estaban“sobrando”.
Teniendo en cuenta esta hipótesis de descarte social, la clase política no
duda en extender las garantías al accionar del aparato represivo, ante el
agravamiento de la situación social heredada del ensanchamiento de la
brecha entre ricos y pobres. Nuevas leyes, avales del sistema judicial y una
mayor articulación de discursos de “mano dura” o “tolerancia cero” a través
de los medios masivos de comunicación fueron algunas de las maniobras de
los de arriba para llevar a cabo asesinatos por gatillo fácil y torturas, e
inclusive desapariciones. Desde ya que el aval alcanzaría el accionar frente
a la protesta social pero no sería en esta etapa su principal destinatario. Las
fuerzas policiales federales y provinciales14 –y en menor medida la
Gendarmería y la Prefectura‐ son en esta etapa las más preparadas para
llevar a cabo el “descarte social”. De este modo en la pos‐dictadura
podemos avizorar cómo los diferentes gobiernos constitucionales fueron
institucionalizando la impunidad, el control social, la represión y el
14
Recordemos que la institución policial además de ser por naturaleza una corporación creada para la
represión de la población, ha sido desde sus orígenes una de las mayores redes dedicadas al delito y al
crimen organizado, regulando históricamente su dinámica, estableciendo metodologías y pautando
márgenes de ganancias por su desarrollo.
25
silenciamiento de los sectores más pobres de este nuevo orden social.15
Alineamiento con EEUU y“Pacto de Olivos”
En el ámbito de la política exterior argentina, el gobierno menemista
profundiza el alineamiento político con los EEUU, que queda de manifiesto
en el envío de tropas a Irak en1990. Parte de la condescendencia de la clase
política tenía que ver con que EEUU financiaba al país a través de
empréstitos.
Para garantizar la continuidad de las políticas de ajuste neoliberal, la clase
política acuerda en el año 1993 el llamado “Pacto de Olivos” que reformaría
la constitución en el año 1994. La Reforma constitucional de 1994 tuvo
como punto nodal la posibilidad de reelección presidencial y el
acortamiento del mandato. Como concesiones a la figura del mismo se
crearon el Consejo de la Magistratura, el Jefe de Gabinete y reglas para
sancionar decretos‐leyes. Además se incorporaron tratados internacionales
de derechos humanos, leyes medioambientales y del consumidor, entre
otras. Se incorporó también la coparticipación tributaria entre la nación y
las provincias y la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Con este pacto
los partidos tradicionales cerraban filas para garantizar la gobernabilidad en
la Argentina en tiempos de avances sobre las clases oprimidas. Como
resultado de esto Menem fue nuevamente electo en 1995.
A nivel ideológico‐cultural podemos decir que la década de los ´90 se
caracterizó por una “farandulización” de la política, donde los nuevos ricos
ostentaban el despilfarro, hecho que se sintetizaba en la frase “pizza con
champagne”. Durante estos años de empobrecimiento acelerado, las
políticas del menemismo fueron acompañadas por un bombardeo cultural
de parte de los medios de comunicación recientemente privatizados, cuyo
objetivo apuntaba al ocultamiento de la realidad social.
Estos años se caracterizaron también por una alevosía de corrupción en la
clase política y empresarial. Por citar algunos ejemplos, cabe mencionar el
caso Cabezas ‐periodista asesinado tras investigar casos de corrupción entre
el empresariado y la clase política‐; la venta de armas a Ecuador y Croacia y
su causa asociada, la explosión de Rio Tercero; el saqueo de María Julia
Alzogaray en la Secretaría de Recursos Naturales –luego de ser interventora
en la liquidación de ENTel y SOMISA‐; el caso IBM‐Banco Nación, entre
otros.
Al inicio de la década menemista también se registraron hechos de violencia
derivados de la disputa entre sectores de la clase dominantes, como fueron
15
Recomendamos los sucesivos informes elaborados por la CORREPI entre ellos la Ponencia en la X
Conferencia de la Asociación Interamericana de Juristas ‐Santiago de Chile, septiembre de 1994‐ y en el II
Encuentro Internacional sobre Ciencias Penales ‐La Habana, Cuba, noviembre de 1994.
26
la bomba a la Embajada de Israel y el atentado a la mutual judía AMIA.
Ambos casos no han podido esclarecerse al día de hoy gracias a la
complicidad del Estado y sectores poderosos, entre otros.
Como saldo de la década, nos encontramos con un índice de desocupación,
pobreza e indigencia sin precedentes, una amplia brecha entre ricos y
pobres, una reducción de la inversión en el sector público y la seguridad
social, políticas focalizadas y fragmentación del tejido social.Continuó
además a lo largo de la década una migración interna, del campo a la ciudad,
incrementando los asentamientos irregulares en las periferias de las
grandes urbes, con condiciones de vida precarias.
Para 1999 el Partido Justicialista le pasa el poder a la “Alianza” entre
radicales y progresistas.
27
SEGUNDO PERÍODO DE LA ETAPA
28
29
MUNDIAL
Podemos caracterizar el último período de la etapa actual por la continuidad
del proceso de resistencia de los de abajo en el marco de un esquema de
reconfiguración global del poder en el sistema de dominación capitalista.
Este período está signado en los primeros años por una continuidad con
respecto a la tendencia de la década anterior: un sistema unipolar
expresado por la hegemonía del proyecto imperialista de Estados Unidos,
única superpotencia que hasta hoy reúne todas las condiciones de dominio
político, económico, militar, cultural y jurídico entre otros. Sin embargo, con
el trascurrir de la última década podemos empezar a ver
resquebrajamientos en este esquema de dominación global, expresados
por la aparición en primer plano de otros bloques o potencias. En el plano
geopolítico, podemos advertir en primer lugar un viraje deliberado hacia el
intervencionismo –de reminiscencias colonialistas‐ en la política exterior de
varios países europeos como Francia e Inglaterra y en menor medida España
e Italia. Vale mencionar también la irrupción en los últimos años de un
Estado ruso con una mayor injerencia en las regiones donde se propone
reestablecer zonas de influencia en función de recomponer su viejo
proyecto expansivo capitalista.
Economía: multipolaridad, recesión y nuevas potencias emergentes
Analizando la esfera económica aquí empezamos a ver una multipolaridad
determinada por la disputa de mercados y zonas de influencia entre
sectores concentrados de la economía estadounidense y un capitalismo
chino que se expande a pasos acelerados. El tambaleo de la Unión Europea
(UE) operando desde un continente en clara recesión y la permanencia de
una economía japonesa con altibajos contrasta con el paulatino ascenso de
importantes bloques económicos regionales encabezados por India, Brasil,
Rusia y Sudáfrica (los BRICS) entre otros. En medio de esta reconfiguración
global estalló una profunda crisis en el sector financiero caracterizada por
vaciamientos especulativos y un inédito plan de salvataje por parte de las
instituciones políticas y económicas norteamericanas y europeas. A su vez
desde una perspectiva socioeconómica pudimos observar a nivel global la
profundización de una crisis alimentaria sin precedentes, lo que sin dudas
ha aportado a una mayor precarización de la vida enamplias regiones del
planeta. A esta se le sumaron una serie de catástrofes naturales y
pandemias que afectaron sobre todo la supervivencia de sectores
populares.
En cuanto a los procesos de resistencia llevados adelante por las clases
30
oprimidas en este período de la etapa, podemos ver que los mismos no
están ajenos a la dinámica de esta reconfiguración en las relaciones de
dominación a nivel mundial. Así, si bien es observable una variación en
metodologías e intensidades, podemos ver una diversidad de respuestas a
las arremetidas de los sectores dominantes, procesos como la “primavera
árabe”, la lucha de los kurdos, la vigencia del proceso zapatista, las revueltas
en algunos países de Europa y la lucha contra el intervencionismo a
nivelglobal, solo por mencionar algunos dan cuenta de esto.
Estrategia intervencionista
A la hora de explicar lo que mencionamos más arriba como tendencia
hegemónica del proyecto imperialista norteamericano debemos
detenernos en la proyección de una política exterior intervencionista
llevada a cabo en conjunto por el propio Estado, sus instituciones militares,
los grupos económicos más poderosos y un marco de alianzas estratégicas
que han marcado la agenda de inicios del siglo XXI.
El perfil que adoptó la continuidad de esta dictadura mundial fue discutido
a finales de la década de los 90`, hacia el interior de la clase dominante
norteamericana. Entre otras cosas se intentó considerar cuál debía ser el
papel de la política exterior norteamericana en este mundo unipolar, qué
modalidades de intervención se debía tener para las diferentes regiones del
mundo a los inicios de un nuevo siglo, cuáles eran aquellas regiones
prioritarias para los intereses geopolíticos del proyecto imperialista y qué
tipo de financiación se debía destinar al ejército y a la industria
armamentista entre otras cosas. Por otro lado, para ese momento los
grupos empresarios más poderosos de EEUU ya habían anunciado con
preocupación los límites de la capacidad energética norteamericana,
estimando un agotamiento a mediano plazo de las reservas de petróleo y
gas que posee el país del norte. Finalmente, al no existir más el enemigo
soviético, estos sectores establecieron una serie de hipótesis de conflictos
posibles que les permitiera mantenerse bien posicionados en el esquema
de dominación mundial. Esta nueva lógica de dominio global fue de alguna
manera anticipada por Bill Clinton allá por 1997 con la frase “…los Estados
Unidos tienen derecho a usar la fuerza militar para asegurar el acceso
irrestricto a los mercados clave, suministros de energía y recursos
estratégicos.”16
Hacia fines de 2001 el atentado a las torres gemelas, de Nueva York, fue tan
extravagante como funcional a los intereses de la política exterior
norteamericana. El hecho en sí precipitó una profundización en la política
16
Quadrennial Defense Review (QDR), U.S. Department of Defense, 1997.
31
intervencionista ensayada a fines de siglo XX. Al enemigo establecido por el
proyecto imperialista en la década anterior, el “terrorismo islámico”, se le
sumaron algunos gobiernos díscolosdenominados como el “eje del mal”.17
Esta línea intervencionista contó con el apoyo de la OTAN (Organización del
Tratado del Atlántico Norte) y se garantizó una neutralidad cómplice por
parte de la ONU, a esta altura ya convertida en un instrumento de
legitimación global de los intereses de las potencias hegemónicas. A pesar
de que se hayan realizado grandes movilizaciones de los sectores populares
que expresaron un fuerte rechazo a nivel mundial, la coalición militar
terminó invadiendo Afganistán (junto a Pakistán) en 2001 e Irak en 2003.
De este modo el proyecto imperialista fue consiguiendo reactivar la
industria de la guerra, trasladando el conflicto a la zona de Medio Oriente y
África (en particular el Magreb y África Central), en donde se logró desechar
los regímenes que ya no servían a sus intereses a la vez que se fue
actualizando el marco de lealtad de otras élites dominantes de la región. En
paralelo desembarcaron en la región los sectores capitalistas más
poderosos de EEUU y Europa para garantizar un control efectivo de los
recursos de la región. En Afganistán a partir de 2002 se llevó a cabo la
construcción del gasoducto TAP (Turkmenistán‐Afganistán‐Pakistán) junto al
inicio de la exploración petrolífera y mineral de la zona. En Irak un grupo de
empresas extranjeras trasnacionales tomó posesión del circuito de
exploración, explotación y comercialización del sexto mayor exportador de
petróleo del mundo.
La clase oprimida, lejos de verse beneficiada, fue sin dudas la más afectada
en estas guerras impuestas por las potencias extranjeras signadas por el
genocidio de pueblos enteros y una práctica sistemática de violación a los
derechos humanos. A esto se sumó la persecución política a aquellos
sectores organizados en resistencia, a los que les fue deparada la muerte o
la cárcel.18 La iniciativa intervencionista dejó como corolario al día de hoy
17
Aquellos grupos islámicos responsables del atentado entre los que se encontraban los Muyahidines
agrupados en Al Qaeda, eran los mismos que décadas atrás, durante la Guerra Fría, habían sido apoyados
y financiados por la CIA y los EEUU –y por monarquías funcionales al imperio como Arabia Saudita‐ para
combatir la influencia de los regímenes social‐estatistas (principalmente de la URSS) y otros Estados
enemigos en Medio Oriente y África.
Además en este marco de establecimiento de nuevas hipótesis de conflicto, el gobierno norteamericano
identificó una serie de gobiernos ‐“eje del mal”‐ opositores a sus intereses geopolíticos
responsabilizándolos de permitir la proliferación de grupos terroristas en sus territorios, como fueron los
casos de los Talibanes en Afganistán, o por poseer la capacidad de fabricación o tenencia de armas de
destrucción masiva, como fueron los casos del Irak (también apoyado por Washington en otros tiempos),
el gobierno de Corea del Norte o el iraní que recientemente se ha convertido en aliado de Washington en
la lucha contra el islamismo sunita. A éstos, podemos agregar el caso de Venezuela.
18
Según diferentes relatos uno de los peores lugares de detención ha sido sin dudas la prisión de
Guantánamo. La FAU (Federación Anarquista Uruguaya) describió a la perfección este sistema de
detención “…que viola todas las normativas internacionales en la materia, que ha servido de depósito de
32
un catastrófico saldo de muertos, heridos, refugiados y una descomposición
social calamitosa en toda la región.19
Sumado a lo anterior, el plan de intervenciones militares en Afganistán e Irak
ha tenido un costo por demás de negativo en varios aspectos hacia dentro
del imperio. En EEUU a nivel interno se han generado importantes críticas
desde organizaciones antibelicistas hasta grupos de veteranos de guerra, a
raíz del costo social y humano pagado no solo por la condición de retorno
de los soldados sino por las atrocidades llevadas a cabo por los marines, que
han estado saliendo a la luz en los últimos años. A nivel económico es una
de las intervenciones militares más costosas en la historia de la política
exterior norteamericana llegando a calcularse entre 4 a 6 billones de
dólares.20
Durante los últimos 5 años esta modalidad de intervención dio paso a
nuevas iniciativas por parte de las potencias hegemónicas. Esto llevó a que
se agregara un nuevo objetivo en aquel intento de establecer un control
geopolítico de la región. Mediante la continuidad del despliegue militar se
intentó poner un techo al estallido de la primavera árabe –proceso que nos
detendremos a explicar más abajo‐.
Así fue que a comienzos de 2011 en un contexto de crecientes revueltas,
sectores políticos y organizaciones populares disidentes con el gobierno que
MuamarKhadafi ejercía desde 1969 en Libia comenzaron a generar focos de
resistencia contra el régimen. Aprovechando la inestabilidad de la región y
la debilidad en la que se encontraba el gobierno del “Coronel”, el proyecto
imperialista se lanzó a la invasión de Libia, un país repleto de petróleo.21 Al
igual que en Irak y Afganistán, la intervención dejó como saldo un escenario
de exterminio y descomposición social con el inicio de una guerra civil entre
sectores tribales. Inmediatamente la producción de petróleo del 10º mayor
exportador del mundo estaba en manos de capitales trasnacionales.
En el marco de esta línea intervencionista Francia decidió incursionar hacia
2013 en la República de Mali, la República Centroafricana y la República de
cientos de seres humanos que han sido detenidos, torturados y trasladados a través de toda Europa,
haciendo uso de una vasta red de centros clandestinos de detención, con la connivencia de los gobiernos
europeos y sus servicios de inteligencia.” Comunicado de la Federación Anarquista Uruguaya"; 9 de Marzo
de 2007.
19
Según diferentes estudios se estima que murieron entre 225 mil (Instituto Watson para Estudios
Internacionales de la Universidad de Brown), un millón (OpinionResearch Business) y hasta 1.455.590 de
muertos (Irakbodycount.org). Además se estima que en total hubieron más de 7,8 millones de refugiados
a raíz de estas invasiones militares. Si bien ambas operaciones en Irak y Afganistán formalmente finalizaron
en 2011 y 2014 respectivamente, en ambos casos las potencias dejaron miles de soldados en el país para
“asesorar a las tropas locales”.
20
BILMES, Linda. Informe para la Universidad de Harvard; publicado en commondreams.org, 30/3/2013.
21
Aquel régimen que fueron a derrocar las potencias intervencionistas había sido el mismo al que años
atrás estuvieron aliadas comercialmente en el marco de acuerdos petroleros.
33
Níger bajo el amparo del Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas y con
el aval de sectores dominantes locales con la excusa de frenar el avance de
remanentes de Al Qaeda. Expresando reminiscencias colonialistas, la clase
dominante francesa se abalanzó sobre la cuantiosa explotación de uranio
de la región para contrarrestar su déficit energético.22
Aprovechando esta oleada intervencionista Israel, una potencia de la región
y un Estado tradicionalmente genocida, reinició en 2014 –con el
beneplácito de EEUU y Europa‐ una campaña de bombardeos en la Franja
de Gaza contra población civil, en continuidad con una política de
exterminio hacia el pueblo Palestino, que sostiene una heroica resistencia.23
Vale destacar además el reciente intervencionismo ruso en la crisis
ucraniana de 2014, en donde el paneuropeísmo24 de un sector dominante
intentó defender la geopolíticamente estratégica península de Crimea de
manos anexionistas que buscaban incorporarla a Rusia. Finalmente, luego
de varios enfrentamientos y muertes, los anexionistas apoyados por el
gobierno y el ejército ruso consiguieron separar esa región de Ucrania. Esta
no será la única jugada de un posible despertar intervencionista de Rusia en
función de intereses hegemónicos en la región. Más abajo veremos cómo
desde hace algunos años se viene desarrollando la política exterior de
Moscú en la conflictividad de Medio Oriente, más precisamente en Siria.
Pero en medio de todo este avance del intervencionismo militar, las
relaciones diplomáticas entre sectores dominantes de las principales
potencias comenzaron a verse resentidas a raíz de una serie de denuncias
realizadas por el sitio de filtración de información WikiLeaks a partir de 2010
y por el ex CIA Edward Snowden desde 2013, dejando al desnudo
operaciones e infiltraciones de la política exterior norteamericana y su
proyecto hegemónico global.
La primavera árabe y la resistencia en Medio Oriente
Retomando la cuestión geopolítica vemos que a raíz de la interacción de
varios factores en el último período de la etapa, se generó un mayor
protagonismo por parte de fuerzas de resistencia provenientes de sectores
nacionalistas e islamistas, que cuentan con cierta capacidad de acción
política y militar y con un fuerte arraigo popular. Esta resistencia al plan de
hegemonía imperialista viene demostrado sin dudas una incapacidad de las
potencias invasoras para controlar plenamente la región.
Pero a la par de esta genuina resistencia comenzaron a proliferar sectores
22
Un 80% de la electricidad de Francia es producida por sus 59 plantas atómicas.
23
En solo dos meses el Estado de Israel asesinó a más de 2 mil personas, en su mayoría niños y jóvenes.
24
Tendencia o doctrina que aspira a la aproximación o a la unidad política,económica y cultural de los
países europeos.
34
musulmanes integristas como nunca antes había sucedido.25Dentro de las
razones por las que se da este fenómeno podemos ver una situación de
precariedad y exclusión social, ya estructural, heredada de la intervención
imperialista en Medio Oriente y África;una cotidianidad marcada por la
violencia extrema, producto de la intervención de la dictadura mundial
norteamericana y un crecimiento extraordinario en toda Europa –un
continente con fuertes índices de inmigración‐ de una ola de xenofobia
puntualizada en la población africana, árabe y musulmana, en un contexto
de crecimiento del desempleo y la marginación social para los “últimos
ciudadanos” del continente. Podemos pensar que todos estos factores
empujaron recientemente a miles de jóvenes –principalmente de estos tres
continentes‐ a canalizar esa situación de injusticia a través del
involucramiento en proyectos políticos reaccionarios de organizaciones
pertenecientes al integrismo islámico que no promueven otro camino que
el enfrentamiento fratricida. Aquí debemos destacar la continuidad de Al
Qaeda y su plan de constitución de células para atacar objetivos civiles
dentro del continente europeo, africano y asiático.26 También debemos
marcar como fenómeno la conformación de organizaciones como
BokoHaram27 en Nigeria o el Estado Islámico (ISIS) en el oeste de Siria y
noreste de Irak, que han conseguido un control territorial efectivo en
algunas zonas que carecían de una presencia real de la autoridad central.28
El ISIS inclusive ha llegado a instaurar un Califato–similar a la representación
de un Estado teocrático‐ adjudicándose el dominio ecuménico del Islam.
La intervención de estos grupos está dejando un importante saldo de
asesinatos y secuestros de civiles kurdos, cristianos y asirios entre otras
minorías. Alimentando una falsa dicotomía oriente‐occidente, estas
expresiones reaccionarias del islamismo terminan siendo completamente
funcionales al sostenimiento de una política intervencionista de las
potencias hegemónicas en todo el mundo. Inclusive la acción de estos
25
El integrismo refiere a formas fundamentalistas religiosas donde la doctrina originaria – escrita en otro
momento histórico‐ es tomada al pie de la letra. El término fue acuñado inicialmente para describir
corrientes de la doctrina católica. En definitiva representa una forma burda de establecer un sistema de
creencias. En el caso del Islam el integrismo está muy relacionado con interpretaciones reaccionarias de
la fe. Uno de los principales preceptos es la aplicación estricta de la Shariao Ley Islámica contra la
población. Este cuerpo de leyes desprendidas de la religión musulmana, apunta a orientar la vida y la
moral de la sociedad mediante la aplicación de sistemas de convivencia jerárquicos, patriarcales y
homofóbicos.
26
Vale destacar la realización de varios atentados contra la población civil que han dejado ya miles de
muertos en toda África, Medio Oriente, Sudeste Asiático y Europa.
27
Nombre con el que se conoce a la organización yihadista nigeriana que intenta expandir la Sharia a toda
el África Occidental, para lo cual viene realizando numerosas acciones de violencia contra la población
civil.
28
En estos territorios se viene aplicando estrictamente la Sharia, evidenciada en las ejecuciones masivas
contra la población juzgada como “infiel” a la doctrina del profeta Mahoma.
35
durante el proceso de las redes sociales como fenómenos de comunicación
y propaganda política. En este panorama, las principales fuerzas sociales
lograron dar impulso a un importante proceso de conflictividad social y
agitación política inédito para la historia de la región.
Pero la complejidad de lo acontecido también llega a mostrar que por
debajo del mismo existieron intereses políticos de sectores de la clase
dominante opositores a los gobiernos32, e incluso un apoyo deliberado en
algunos casos de potencias intervencionistas. En este último punto será
notable la injerencia y el control regional que comenzaron a ejercer Turquía
y Arabia Saudita como fieles aliados al proyecto imperialista.
Si bien se lograron derrocamientos emblemáticos como los de Ben Alí
(Tunez), Khadafi (Libia), Mubarak (Egipto) o Ali Saleh en Yemen, y se hicieron
intentos de presión para la implementación de reformas democráticas en
Bahréin, Kuwait, Líbano, Omán, Argelia, Marruecos, Turquía, Jordania,
Arabia Saudita y Qatar entre otros, el saldo de la “primavera árabe” en la
mayoría de los países se tradujo en meros reacomodamientos de la clase
política y sectores dominantes hacia nuevos esquemas de dominación
social. Más allá de haberse conseguido sostener comités populares durante
un cierto tiempo y de lograrse generar, en algunos casos, una intensa
práctica de acción y democracia directa, en general el proceso culminó en
el ascenso al gobierno de sectores islamistas moderados (Egipto y Túnez) o
reaccionarios (Libia, Yemen o zonas de Siria donde gobierna el ISIS). En
ningún país se ha modificado la situación de explotación y marginalidad ni
mucho menos la estructura económica productiva. En la mayoría de los
casos las instituciones militares siguen siendo determinantes en el
sostenimiento del sistema de dominio regional y las principales familias de
la clase dominante siguen a cargo de la administración de la sociedad. Al
tiempo que la prensa occidental dejó de seguir el proceso, la represión
sobre las fuerzas en resistencia y sectores populares comenzó a ser una
constante –al día de hoy‐
En consonancia con el proceso regional, Siria también vivió en un primer
momento la “primavera árabe” allá por 2011. No obstante, a medida que
fueron pasando los meses (y que fue debilitándose el poder central del
régimen de Bashar al‐Assad) el país se convirtió en un complejo escenario
de disputa entre grandes potencias hegemónicas y regionales, sectores
dominantes de la región, organizaciones armadas y fuerzas revolucionarias.
Este teatro de operaciones encontró por un lado al aparato político y
32
Aquí por ejemplo es interesante destacar el rol impulsor de lo que Felipe Ramírez denomina como “eje
chiita” (Estado iraní y Hezbollah), los partidos islámicos moderados y las organizaciones radicales sunitas
en el impulso de las protestas, de acuerdo a la correlación de fuerza en cada zona. ("La “primavera árabe”:
reconfiguración del mapa del Norte de África y Oriente Medio", Felipe Ramírez, 28 de Agosto de 2013).
37
castrense del gobierno de Assad apoyado militarmente por Rusia, Irán y el
partido Hezbollah(de fuerte influencia en la región). Por el otro, se
encuentran las insurgencias del islamismo reaccionario representado por
ISIS y otras organizaciones sunitas, que contarían con un apoyo
armamentístico por parte de Qatar, Arabia Saudita, Turquía e incluso de los
EEUU (hasta hace dos años).33Numerosos análisis sugieren que el proyecto
imperialista ha estado apostando a un desgaste de los actores en el conflicto
sirio. En este sentido un proceso de descomposición social prolongado en la
región permitiría a EEUU intervenir en el momento justo en que las
diferentes fuerzas se encuentren ya debilitadas.34
Por último debemos resaltar la aparición en el conflicto de fuerzas kurdas35
organizadas en torno a las milicias Unidades de Defensa del Pueblo (YPG) y
Unidades de Defensa de la Mujer (YPJ), estructuras militares impulsadas por
el Partido de la Unión Democrática (PYD), organización hermana del
histórico Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Estas fuerzas
revolucionarias se encuentran llevando a cabo un original proceso de
transformación social de aristas libertarias en el Kurdistán occidental
(Rojava), al norte y noroeste de Siria. Aprovechando un contexto de
ingobernabilidad y debilitamiento de poder estatal, estas organizaciones
pudieron salir en la búsqueda de autodeterminación a través de las armas
y el impulso de un proyecto político revolucionario con potencialidad real
en la construcción de una sociedad que podríamos caracterizar como
libertaria. De forma progresiva desde los inicios de la “primavera árabe” en
Siria en 2011, las fuerzas guerrilleras kurdas fueron tomando uno a uno
territorios dominados por el integrismo sunita y por el Estado sirio,
controlando pozos petroleros y varios pasos fronterizos hacia Irak y Turquía.
Revolución social en Kurdistan Occidental
Para explicar la aparición de este inédito proceso revolucionario es
necesario señalar la confluencia de factores históricos y coyunturales. Uno
de ellos es la situación de persecución y exterminio sistemático que ha
33
Ver: "Obama authorizes secret U.S. support for Syrian rebels", Mark Hosenball para agencia Reuters,
Washington 01/08/2012; "C.I.A. Said to Aid in Steering Arms to Syrian Opposition", Eric Schmitt para The
New York Times, 21/06/2012; "U.S.‐Approved Arms for Libya Rebels Fell Into Jihadis’ Hands", J.Risen,
M.Mazzetti y M.Schmidt para New York Times 05/12/2012 y "Rivalries complicate arms pipeline to Syria
rebels" Sarah el Deeb para San Jose Mercury News, 20/06/2013.
34
Esta nueva estrategia de promover una conflictividad entre los mismos actores de la región –expresada
no solo en Medio Oriente sino también en África y Latinoamérica‐ se ha manifestado como característica
de la nueva política exterior a partir de la gestión de Obama.
35
El pueblo kurdo esun pueblo indoeuropeo de 40 millones de personas, que habita en la región
montañosa del Kurdistán, al suroeste de Asia, repartida principalmente entre
los Estados de Siria, Irak, Turquía, Irán y Armenia.
38
sufrido el pueblo kurdo a lo largo de la historia. Ante la debilidad
institucional de los Estados de la región el pueblo kurdo debió aprovechar
la situación favorable antes de que las condiciones cambien y el contexto
se torne nuevamente desventajoso.
Otro factor de importancia es la alarma que se encendió a raíz del avance
regional de sectores sunitas reaccionarios como el Estado Islámico hacia
zonas kurdas. Una hegemonía del Daesh ‐como también se lo conoce al
ISIS‐ supondría la inmediata continuidad del genocidio kurdo a manos de
estos sectores integristas.
Sumado a esto una serie de factores ideológico‐políticos han determinado
el impulso de este proceso de transformación social tan particular, en
tiempos en que la mayoría de la izquierda mundial ha resignado la
revolución a cambio de tomar posesión de espacios institucionales
regulados por el sistema de dominación capitalista. Este punto se
corresponde con el carácter amplio y profundo desde donde es pensada e
implementada esta revolución.
Hace más de una década el PKK, principal organización política del pueblo
kurdo, estableció un viraje de ciento ochenta grados en su estrategia
revolucionaria. Influidos principalmente por la teoría anarquista del
“municipalismo libertario” de Murray Bookchin, y por la vigencia de la
insurgencia zapatista del EZLN, los y las revolucionarias kurdas deciden
abandonar los postulados marxistas‐leninistas. Fue para ese momento
que declaran unilateralmente un alto al fuego al Estado turco para
comenzar a concentrar sus esfuerzos en el desarrollo de estructuras
democráticas en territorios controlados por la guerrilla kurda, en ese
momento algunas zonas de Siria e Irak. Esta nueva estrategia conocida
como “Confederalismo Democrático”, propone crear comunidades libres e
independientes, bajo el principio de la democracia directa.36 De esta
manera, evidenciando quizás alguna influencia bakuniniana, los sectores
populares irían consiguiendo una “unidad equitativa y voluntaria” de los
pueblos de la región hasta establecer “una paz estable en el Medio
Oriente”.37 El “Confederalismo Democrático” comprende en principio la
práctica de una auténtica democracia, una economía cooperativa, y la
disolución gradual del Estado‐nación.38
Además de la marcada tendencia anti‐estatista y anti‐capitalista en los
postulados ideológicos de esta estrategia de cambio, uno de los ejes de
36
Öcalan, Abdullah, "Declaration of Democratic Confederalism in Kurdistan"; 20/03/2005.
37
NilüferKoç, “Menschensind in der Lage, ihreOrganisierungselbstzuschaffen”; KurdistanReport nº133;
Septiembre/Octubre 2007.
38
Graeber, David, "¿Por qué el mundo está ignorando a los kurdos revolucionarios en Siria?"; publicado en
TheGuardian08/10/2014.
39
mayor importancia que fueron trabajando las fuerzas kurdas es el papel
de las mujeres en la construcción de una sociedad libre e igualitaria. El
histórico sometimiento de la mujer en la región empujó a las militantes
del PKK/PYD a plantear la cuestión de la igualdad de género como una de
las bases imprescindibles de la revolución social “confederalista y
democrática”. Esto irá a expresarse fuertemente en la conformación de la
YPJ y el protagonismo femenino en el proceso revolucionario del Kurdistán
occidental.
Inmersas en este nuevo proyecto revolucionario, las fuerzas kurdas
formalizaron en 2011 un “contrato social” que estableció en la Región
Autónoma de Rojava la existencia de tres distritos administrativos
antiestatales y anticapitalistas.39 La conformación de concejos y milicias
populares –cuyos comandantes son elegidos por democracia directa‐, y la
socialización de las propiedades del régimen sirio entre las cooperativas
obreras fueron algunas de las principales reivindicaciones llevadas a
cabos por los/as revolucionarios. Al momento en que la guerrilla kurda iba
liberando zonas, la mayoría de los terratenientes y élites dominantes
locales se dieron a la fuga junto con la clase política, trayendo aparejada
la disolución de las instituciones del régimen. En los hechos no hubo
grandes disputas con las Fuerzas Armadas del régimen baathista. En un
marco plenamente comunitario y con la participación de las diferentes
etnias y minorías (kurdos, árabes, sirios, yazidíes, turcomanos, asirios,
khirgizianos, armenios y chechenos entre otros) se establecieron
libertades religiosas y autonomías culturales para todos los habitantes de
Rojava. Aunque subsistan en el proceso instituciones burocráticas que se
asemejan al viejo Estado (y a pesar de algunas excepciones40), se vienen
forjando espacios de democracia directa al calor del levantamiento con la
participación de todos los grupos étnicos y religiosos. Uno de estos
espacios es el Movimiento de la Sociedad Democrática (TEV) que
establece un sistema federal organizativo de abajo hacia arriba como
herramienta administrativa. Las YPG e YPJ representan una especie de
garantía de este funcionamiento.
Otro de los principios fundamentales del Confederalismo Democrático
tiene que ver con el ecologismo. Partiendo de que el sistema de
dominación capitalista genera una devastación del medio ambiente, la
cuestión del ecologismo se torna fundamental en el proceso de cambio
social. El Confederalismo Democrático entiende que el equilibrio ecológico
solo podrá ser alcanzado dentro de un sistema socialista.
39
Graeber, David, "La de Rojava es una verdadera revolución"; Periódico Diagonal, 13/01/2015.
40
En los inicios del proceso revolucionario algunas comunidades árabes referenciadas en el Partido Baath
se negaron a compartir la resistencia y el armado administrativo de la Región Autónoma.
40
A la hora de analizar el momento de esta revolución, que se viene llevando
a cabo en medio de un asedio del Estado Islámico –con apoyo de potencias
de la región‐, existen numerosos desafíos que se van presentando a
medida que avanza y se extiende el conflicto general. Uno de ellos tiene
que ver con el intento desde las fuerzas revolucionarias de encontrar
soluciones en el plano jurídico y económico para el funcionamiento del
modelo de autonomía democrática y el reconocimiento a la
autodeterminación en la región. Un conflicto prolongado, es decir sin
treguas, con todos los sectores dominantes de la región y las potencias
extranjeras no ofrecen un panorama alentador para el sostenimiento del
proceso. A esto debemos sumarle el embargo que el Estado turco ejerce
sobre la región para intentar asfixiar a las fuerzas kurdas.
Otro gran desafío es de índole interno y tiene que ver con la dificultad de
levantar una sociedad igualitaria, democrática y federal impulsada por
una militancia que en menos de una década tuvo que ayudar a construir
antagónicas formas organizativas al marxismo‐leninismo. El lastre
verticalista de aquellas propuestas de organización social sin dudas
supone vestigios de autoritarismo y personalismo en torno a la figura de
AbdullahOcallan, a la hora de generar nuevas estructuras de poder
autogestivo.
En definitiva, los diferentes desafíos que se irán presentando en Rojava y
la región, deberán no solo ser resueltos por la propia experiencia que
vayan haciendo las comunidades locales sino que necesariamente
deberán tener el acompañamiento de los movimientos, fuerzas sociales y
organizaciones revolucionarias de todo el mundo, en búsqueda de la
trascendencia de una inédita revolución social anti‐estatista, anti‐
capitalista y anti‐patriarcal.
Crisis alimentaria mundial y el “boom de las materias primas”
Retomando la esfera de las relaciones económicas y sociales de dominación
en el marco del sistema capitalista mundial, podemos ver que se registra
una continuidad desde hace más de una década de una crisis alimentaria
sin precedentes. En este sentido marcamos que el aumento de los precios
en los alimentos y productos agrícolas fuecausado principalmente por el
crecimientosostenido en los precios del petróleo y derivados del mismo, lo
que devino en un incremento en el transporte y productos del agro. Además
una creciente demanda de biocombustibles empeoró sin dudas la situación.
En este punto es importante identificar el plan usurero de las trasnacionales
y Estados productores de petróleo y biocombustible a la hora de determinar
un aumento en el precio de los mismos. Amparados en el supuesto
41
agotamiento de las reservas de petróleo a escala mundial ‐algo por demás
de discutible‐ y en el derecho a la propiedad privada, los sectores poderosos
resolvieron acopiar la producción y especular con el precio para exprimir la
ganancia a cualquier costo social. Además podemos identificar como factor
asociado a la crisis alimentaria el nivel de consumo de la población en los
países más ricos, el shock de especulación financiera (que intentaremos
explicar más abajo) de parte de los grupos financieros más poderosos del
mundo lo que agravó directamente la situación.
Por consiguiente la crisis alimentaria viene teniendo consecuencias nefastas
para la clase oprimida en todo el mundo, expresadas en grandes
hambrunas, un desempleo descomunal, un mayor empobrecimiento en
países ya excluidos del reparto de las riquezas globales, así comolas
represiones a civiles, guerras e invasiones en diferentes regiones del
planeta. Podemos decir entonces que los “reacomodamientos” en el
sistema de dominación llevaron consigo la pérdida de vidas humanas de las
clases populares como variable de ajuste y un mayor empobrecimiento de
los pueblos.41
Este contexto de demanda creciente de los mercados internacionales de
bienes comunes y productos agrícolas ‐conocido como el “boom de las
materias primas”‐ profundizó el proceso extractivista en varias regiones del
mundo, entre las que se encontraron Medio Oriente, Latinoamérica y África,
lugares donde el territorio y sus recursos continuaron siendo el elemento
de disputa, en algunos casos transformados en guerras e intervenciones
imperialistas. En este sentido, se puede visualizar una reestructuración en
la división internacional del trabajo, en donde varias regiones por voluntad
de los sectores dominantes locales y trasnacionales accedieron a este nuevo
esquema mundial. En el marco de estas nuevas adecuaciones en el sistema
de dominación mundial, las principales potencias económicas de la última
década del siglo XX –EEUU, Europa (con Alemania a la cabeza) y Japón‐
tienen ahora que disputar los principales mercados y economías regionales,
en principio, con el cada vez más poderoso capitalismo chino ‐de fuertes
inversiones en Asia, África y Latinoamérica‐42, y con sectores económicos en
ascenso provenientes de Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Turquía e
Indonesia entre otros. Lejos de plantear mayores conflictos entre sectores
41
En algunas regiones estas condiciones de precariedad se vieron agravadas periódicamente por
catástrofes naturales de gran envergadura o por grandes epidemias. Tales fueron los casos de los tsunamis
en Indonesia y otros países en 2004, los terremotos en Haiti y Chile en 2010, y la epidemia de Ebola en
Africa en 2014‐2015. Estos fenómenos calamitosos afectaron sin duda con mayor crudeza a los sectores
oprimidos.
42
China, lejos de ser una sociedad en transición al comunismo, ha basado su éxito capitalista en un sistema
de clases altamente jerárquico, centralizado y burocrático, una acelerada industrialización, una
modernización productiva y un sistema de acumulación extensivo.
42
económicos poderosos, este nuevo escenario estrechó relaciones entre las
nuevas potencias y organismos usureros internacionales como el Banco
Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y posibilitó el ingreso de
las mismas al G‐20 en el marco de la nueva reestructuración capitalista
mundial.43
Crisis financiera del 2008
Como mencionamos anteriormente, en este contexto de reconfiguración
mundial del esquema de dominio, un sector importante de grupos
financieros norteamericanos y europeos efectuó un golpe a los últimos
resquicios de estabilidad económica mundial.
Para 2008 una serie de factores recesivos hicieron impacto al interior de la
economía estadounidense –centro del capitalismo mundial‐. A la ya
señalada subida especulativa de los precios del petróleo se le suman ahora
un fuerte estancamiento del crédito bancario y un colapso de la burbuja
inmobiliaria a raíz de un déficit en el sector financiero por la falta de pagos
en la mayoría de las hipotecas norteamericanas. Al igual que Europa, en los
Estados Unidos la gran mayoría de los sectores populares que habían
podido sacar créditos para acceder entre otras cosas a una vivienda propia,
pronto se vieron imposibilitados de pagar la hipoteca establecida con una
alta tasa de interés aplicada por las entidades usureras. Sumado a esto la
población afectada era víctima de una recesión que atacaba salvajemente
los estándares de vida de la clase trabajadora. Producto de la gran velocidad
de circulación de las transacciones financieras, y tomando en cuenta que en
dichas transacciones estas entidades tomaban las deudas o hipotecas como
activos (en forma de bonos o títulos), se generó al poco tiempo una especie
de burbuja financiera –por la que nadie iría a responder‐ cuya explosión
terminó impactando en la liquidez de los principales bancos y grupos
financieros.
Este vertiginoso shock financiero en medio de una contracción en la
economía norteamericana generó una crisis bursátil local y mundial a
principios y finales de 2008 respectivamente. Los principales grupos
especuladores del capital financiero estadounidense y europeo
comenzaron a quedar en la bancarrota, por lo que el Banco Federal
Norteamericano y el Banco Central Europeo debieron salir al rescate,
43
El G20 o Grupo de los 20 países más industrializados, es un foro que reúne a representantes de la clase
dominante y sectores más poderosos de las potencias mundiales. En el mismo conviven agentes del
Estado, banqueros y tecnócratas del sistema financiero. Es un instrumento trasnacional pensado para
hacer lobby sobre estabilidad del capitalismo, la economía de libre mercado y el sistema financiero.
Además los sectores poderosos de las potencias van midiendo el nivel de aceptación de cada una de las
economías.
43
efectuando créditos accesibles a las entidades. En este contexto los bancos
de inversión en todo el mundo sufrieron cuantiosas pérdidas.
Sin embargo, a pesar de esta inyección de liquidez numerosos bancos
continuaron yendo a la quiebra al no recomponerse la confianza entre las
entidades financieras –los créditos entre instituciones bancarias estaban
frenados‐. Numerosas industrias a su vez comenzaron a verse afectadas
ante la falta de crédito, lo que agravó aún más la situación social del país.44
Para ese momento una ola de despidos dejaba en la calle a cerca de 800 mil
trabajadores/as sólo en EEUU.45 La clase oprimida norteamericana comenzó
a absorber una crisis generada por los sectores más ricos del planeta.
Millones de familias perdieron sus hogares al tiempo que aumentaba
considerablemente el costo de vida.
Pero la clase política de EEUU solo fueal rescate del sector financiero. Las
pérdidas de algunos bancos fueron solventadas por el Estado y la Reserva
Federal en una especie de nacionalización de la deuda privada, mientras
que otras entidades fueron adquiridas o rescatadas por algunos de los
grupos financieros más poderosos en el marco de operaciones de salvataje
auspiciadas por el gobierno estadounidense.46 En este marco el dólar
estadounidense sufrió un continuo proceso de depreciación y el déficit en
la balanza comercial siguió aumentando a pasos agigantados.
Al otro lado del Atlántico la crisis golpearía aún con más fuerza en la
economía europea. Pero debemos detenernos primero a hacer un
pantallazo sobre lo que estaba pasando en Europa en materias económica
y social.
El inicio del siglo XXI encuentra a la Unión Europea con la clase dominante
alemana y francesa como reguladoras de una dinámica de ajuste,
flexibilización laboral (el llamado plan de austeridad) y una política
monetaria favorable a las potencias del continente, generando diferentes
zonas en un sistema de dependencia económica de los países más pobres,
obligándolos (con la venia de las élites locales) a proveer a sus mercados
internos con productos manufacturados en los países más poderosos.
En este esquema de dependencia y dominación, países como Irlanda,
44
Un ejemplo de ello fue la crisis en la industria automotriz, particularmente en Detroit donde el Bank of
America y la JPMorgan Chase (las entidades financieras más grandes de EEUU) provocaron el cierre de
algunas plantas de General Motors, Ford y Chrysler (que no dudaron en despedir a decenas de miles de
personas).
45
AbayomiAzikiwe, “Detroit financial crisis continues” para Workers.org; 18/7/2012.
46
La Reserva Federal efectuó préstamos millonarios a bajas tasas por ejemplo al Northern Rock Bank o a
Freddie Mac y FannieMae (las dos sociedades hipotecarias más grandes del país). El mismo gobierno
efectuó operaciones de rescates para que por ejemplo la JP Morgan Chase se haga cargo de la deuda del
banco de inversión Bear Stearns. Otro ejemplo notorio fue la quiebra de los bancos de inversión
LehmanBrothers y Merryl Lynch que terminaron siendo adquiridos en su totalidad por el grupo Barclays y
el Bank of America respectivamente.
44
Portugal, España y Grecia, entre otros, comenzaron a endeudarse con la UE
a raíz del desequilibrio producido en sus balanzas comerciales (la
importación superaba ampliamente la exportación). Para suplir ese déficit
estos países fueron obligados a endeudarse nuevamente ‐pidiendo créditos
al Banco Central Europeo‐ para seguir comprando productos alemanes
vitales para el consumo interno del país, cual metáfora del peón de estancia
quien se endeuda en bonos para comprarle víveres al patrón, quien le sigue
pagando el salario en bonos insuficientes.47 Bajo este esquema de
dominación, donde las clases populares europeas se fueron empobreciendo
más y más, Alemania y Rusia fueron estrechando vínculos a través de un
intercambio comercial beneficioso: gas y petróleo ruso por maquinaria
germana.
De este modo, para el año 2008 la crisis financiera global, originada en
EEUU, iría a empeorar significativamente la situación europea. En esos
países endeudados, recién mencionados, la recesión impactó con mayor
dureza agudizando los niveles de desempleo y pobreza. El Banco Central
Europeo salió nuevamente al “rescate” de estas economías. Un ejemplo de
la magnitud del proceso se da en Francia e Islandia donde el Estado tuvo
que salir a decretar la nacionalización de bancos y grupos financieros.
Inmediatamente se profundizó la resistencia –con distinta intensidad‐ de los
sectores oprimidos del continente. Trabajadores, desempleados, victimas
del desahucio, estudiantes e inclusive inmigrantes, entre otras fuerzas
sociales, comenzaron a impulsar multitudinarias movilizaciones y planes de
lucha en rechazo a la política de “austeridad”. Sin embargo, se agregaron
nuevos ejes de lucha como el rechazo al sistema político representativo, a
la usura financiera, a la especulación inmobiliaria entre otros. Esto devino a
corto plazo en importantes crisis institucionales en España, Italia, Grecia,
Islandia, Chipre y Portugal entre otros, a medida que se multiplicaban los
estallidos sociales.48
A su vez, esta política global de ajustes y flexibilización laboral, disfrazada
de recesión, comenzó a golpear las economías de otros continentes. Para
2010 en China, gigante de la economía mundial, se intensificó una oleada
de huelgas en las fábricas más populosas del mundo –Honda, Foxconn,
47
Como dato sobresaliente podemos observar que entre 2003 y 2008 Alemania fue el mayor exportador
global de bienes. (ARANCON, Fernando, "Alemania, de país dividido a la hegemonía europea"; publicado
en Elordenmundial.com, 03/12/2014.)
48
Como fenómeno actual, en algunos países europeos sectores de la izquierda marxista han decidido
definitivamente acercarse a la vía electoral en detrimento de la acción directa, lo que comprende de algún
modo una estrategia de disputa dentro de un marco regulatorio estatal con mecanismos y dispositivos
ofrecidos por el propio esquema de dominación continental en el marco del sistema capitalista global. Una
expresión de ello son el partido Podemos en España, el Syriza en Grecia (que ha conseguido un importante
triunfo electoral) así como también el Sinn Fein irlandés y la izquierda abertzale en EuskalHerria.
45
Toyota y Yu Yuan entre otras‐, en donde se llegó a paralizar la producción de
cientos de miles de trabajadores/as de un momento a otro. Los trabajadores
de otros países del sudeste asiático también siguieron el mismo camino,
como fueron los casos de Corea del Sur, Indonesia y Vietnam, entre otros.
Asimismo, recordemos que para estos años la “primavera árabe” iría a
recoger entre sus reivindicaciones un rechazo de parte de los trabajadores
a asumir los costos de la recesión mundial. También, en algunas regiones de
África, un continente netamente extractivista, los ajustes patronales por la
crisis generaron importantes huelgas del sector minero. Algunas de las más
notorias han sido las huelgas de los trabajadores del uranio en Niger, del
cobre en Zambia, del oro en Mauritania y del Platino en Sudáfrica entre
otras. La respuesta que encontraron estos sectores oprimidos ha sido en
algunos casos la represión, tal como sucediera en 2012 en Lonmin
(Sudáfrica) donde el Estado directamente asesinó a 34 trabajadores.
A la hora de pensar porquéeste período de la etapa ha estado signado entre
otras cosas por una crisis alimentaria crónica y un desenfrenado saqueo de
recursos naturales y energéticos de parte de las principales potencias del
planeta, debemos detenernos además a analizar distintos agravantes que
respondieron a estas nuevas estrategias de control y dominio global de
parte de los sectores dominantes. Un ejemplo de ello representa elactual
sistema de patentamiento y la relación de este con el proceso extractivista.
Desde un principio podemos decir que el desarrollo de la ingeniería
genética y la biotecnología se habían puesto en función de los intereses
trasnacionales allá por las últimas décadas del siglo XX. Esto fue
acompañado en el transcurrir de los primeros años del siglo XXIpor un
diagrama de legislaciones que lespermitiríaa las principales trasnacionales
poseer la propiedad intelectual sobre diferentes formas de vida y derivados
de ella.Además podemos ver como este proceso de enajenación de la
biodiversidad vino siendo acompañado por el beneplácito de las élites y
gobiernos locales en función del esquema de dependencia global.
Las primeras consecuencias de esto hicieron impacto en gran parte de los
sectores agropecuarios, quienes tuvieron que pagar cada vez más regalías
por las semillas patentadas al tiempo que se les fue impidiendo por ejemplo
“guardar una sola semilla de su cosecha para sembrarla en la zafra siguiente,
como se hace en la agricultura tradicional”.49 Otra metodología para legislar
y legalizar el saqueo ha tenido que ver con la“exploración” de la
biodiversidad que realizan estas empresas, quienes mandan a “científicos”
a la búsqueda de conocimientos propios de las comunidades autóctonas ‐
49
CARAVANTES, Marta; “Patentes: la apropiación ilícita de la biodiversidad”; Agencia de Información
Solidaria, 30/12/2003 en http://www.rebelion.org/hemeroteca/ecologia/031230patentes.htm.
46
muchas veces ancestrales‐ sobre animales y plantas para luego patentarlos
como propios. Este proceso avalado por la normativa de la Organización
Mundial de Comercio (OMC),permitió a gigantes trasnacionales como la
British, Exxon, Shell, Monsanto, Cargill, Nidera, Pfizer, Gilead,Glaxo,
AstraZéneca, Bayer, DuPont y Phillips entre otras, acceder a la propiedad de
las patentes de diversas plantas, microorganismos, animales, procesos
biológicos universales o segmentos genéticos procedentes de seres
humanos.
La industria farmacéutica mundial tampoco ha escapado a estas nuevas
lógicas de expoliación y empobrecimiento de los sectores oprimidos del
planeta, con el agravante de haber atentado contra el bienestar, la salud y
la vida de los mismos. Estas empresas capitalistas que se han dedicado
históricamente a imponer el consumo de medicamentos inservibles y hasta
nocivos para la vida, han llegado a lo largo del siglo XX a establecer
legislaciones locales e internacionales en función de generar mayor
demanda en el mercado. Lejos de un interés por estudiar las enfermedades
que vienen matando a las poblaciones más pobres del planeta, estos
monopolios farmacéuticos vienen controlando “…no sólo la investigación,
sino también la docencia médica… [generando] un sistema sanitario basado
en la enfermedad en lugar de la salud, que cronifica las enfermedades y
mantiene a los ciudadanos dependientes de este sistema.”50
Así en los últimos años pudimos ver cómo se han ido generado globalmente
operaciones mediáticas en torno a una enfermedad real (Gripe Aviar en
2005, Gripe A en 2009 y el Ebola en 2014). Inmediatamente esto
desembocóen un clima generalizado de pánico y preocupación de toda la
población.Como último acto, y luego de la muerte de personas, aparecen
las trasnacionales farmacéuticas para “salvaguardar la supervivencia”
ofreciendo grandes producciones de medicamentos a todos los gobiernos
para frenar una psicosis generalizada capaz de generar costos políticos
locales. Algunas de las trasnacionales que vienen impulsando este sistema
de extorsión de la salud son la británica GlaxoSmithKline, la suiza Novartis
las norteamericanas TAP Pharmaceuticals y Abbott y la alemana Bayer.
Cambios en la política exterior norteamericana
Como adelantamos ya en parte, a nivel global se comienza a evidenciar por
un lado una desconfianza hacia la economía estadounidense, reflejada más
que nada en la pérdida de influencia en regiones donde antes poseía
dominio comercial: Medio Oriente, África y Latinoamérica. Por otro lado, las
50
ANGELL, Marcia; “The Truth About the Drug Companies: How They Deceive Us and What to Do About
It” ; Paperback, publicado el 09/08/2005 por Random House Trade Paperbacks
47
En otro orden este acercamiento desde ya no solo no supondría el retiro de
la Base Naval de Guantánamo, al este de la isla, sino que la nueva relación
diplomática antepondría la razón de Estado, expresada en la cooperación
de las fuerzas de seguridad de ambos, por sobre la vieja causa ideológica
del socialismo.
El desafío de las fuerzas sociales en Cuba será la de enfrentar las políticas
de ajuste, defender las conquistas de la revolución y enfrentar a la clase
dominante cubana en la búsqueda de nuevas reivindicaciones de clase en
pos de fortalecer el espíritu de lucha de los de abajo.
49
LATINOAMERICA
Retomando el período anterior podemos ver que la implementación del
recetario neoliberal en América Latina significó la acentuación de las
desigualdades preexistentes y la emergencia de nuevas brechas políticas,
económicas, sociales y culturales. Este proceso, poseedor de su propia
dinámica se dio de modo diverso en los diferentes países, en un lapso que
va desde fines de los ´70 hasta el cambio de siglo y en correlato con el final
de los últimos gobiernos militares y el advenimiento de “democracias
tuteladas”. Como hemos visto la acción de los de abajo fue sobre todo
defensiva dado que las políticas de ajuste los tenían como principales
destinatarios. Pero sobre el fin del período se fueron catalizando algunas
características novedosas para el momento, como el rechazo a la
representatividad institucional y la búsqueda de mayor democracia directa
en manos de las propias organizaciones populares, marcando una nueva
estrategia clasista. El Argentinazo en 2001 con el “que se vayan todos”, las
guerras del gas y el agua en Bolivia, los levantamientos de los pueblos
originarios en Ecuador, entre otros procesos dan cuenta del momento
regional.
De la deslegitimación estatal al “socialismo del siglo XXI”
Se puede decir, entonces, que en gran parte del continente empezó a
impactar un proceso de deslegitimación de las instituciones estatales, una
profundización de la crisis de gobernabilidad, una descomposición de la
democracia representativa y del bipartidismo y un agotamiento de la
aplicación de recetas económicas de ajuste y privatizaciones. El nuevo
escenario regional se encuentra así marcado por la circulación de discursos
anti‐neoliberales e incluso anti‐institucionales. Sin embargo, reconocer la
crisis del consenso neoliberal no significó la entrada a una etapa posterior
al mismo o que se haya instalado una nueva agenda, pese a la retórica de
los proyectos del “Socialismo del siglo XXI”. El objetivo del momento es
reconstruir la gobernabilidad, mejorando la legitimidad institucional y
logrando así profundizar el modelo neoliberal pero en su fase extractivo‐
exportador. Así la función de los Estados latinoamericanos ya no es
meramente la de ajustar y privatizar sino su rol fundamental es la de
flexibilizar las condiciones de explotación desmedida de los suelos,
extracción y expoliación lasciva de cuanto recurso energético y mineral
exista en Latinoamérica, garantizando los bajos costos y la eficiencia en el
traslado.
En este marco, el objetivo de los gobiernos de la región fue apaciguar el
50
clima de conflictividad social y buscar la manera de generar consenso en
parte de la población en pos de sus intereses y los de su clase. En este
sentido el sostenimiento del status quo estuvo signado por el
mantenimiento intacto de la brecha entre ricos y pobres en toda la región a
lo largo de los años. Así los Estados identificados con el llamado “Socialismo
del siglo XXI” levantaron las banderas de la “Soberanía Nacional”, la “Re‐
industrialización”, el “desarrollismo” y la “soberanía energética”, no siendo
más que la representación de un sector de la clase dominante que poco o
nada intenta confrontar con el proceso extractivista que se viene llevando
adelante en la región. Estos gobiernos y los sectores dominantes a los que
representan cuentan con un proyecto político propio, que mediante una
retórica nacionalista, izquierdista y antiimperialista, logra reinsertar la figura
del caudillo como referencia de gobernabilidad, creando un imaginario de
que es posible transformar la sociedad desde arriba hacia abajo. Estos
proyectos políticos intentaron dar respuesta a la demanda de mayor
participación popular de los años anteriores. Fueron generando espacios de
participación controlados desde arriba que luego fueron
institucionalizándose en función de los intereses de la clase política o en su
mayoría desapareciendo. Así surgieron por ejemplo las instancias del
armado de la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, los Concejos
Consultivos de la Ley de Medios en Argentina, los concejos Comunales en
Venezuela o los Presupuestos Participativos de Porto Alegre (Brasil) y
Montevideo (Uruguay), todas instancias que en definitiva legitimaron en un
primer momento a los diferentes gobiernos que lo implementaron.
En el plano social estos gobiernos aplicaron unaserie de políticas públicas
cuya ínfima redistribución del ingreso fue enmarcándolasen la continuidad
de las políticas focalizadas auspiciadas por organismos internacionales en el
período anterior.
El concepto de Socialismo del siglo XXI52 cobró envergadura al ser utilizado
por Hugo Chávez, presidente de Venezuela en 2005 y luego retomado por
Evo Morales, presidente de Bolivia, en 2006 y Rafael Correa, presidente de
Ecuador, en 2007. Los lineamientos esenciales que le dan unidad ya habían
sido esbozados en 2003, en el manifiesto constitutivo de la ULDP (Unión
Latinoamericana por la Democracia Participativa). Para pensarlas en una
perspectiva global las políticas de los Estados latinoamericanos deben ser
analizadas también a la luz de un conjunto de factores internacionales que
habían traído efectos favorables para la mayoría de las economías locales.
Así estos procesos se inscriben en un momento de “bonanza” económica
52
Este concepto entra en la escena mundial en 1996, a través del sociólogo y analista político alemán
Heinz Dieterich.
51
la definición de una agenda pos neoliberal son mucho mayores que en
otros, en los cuales los moldes de dominación están muchos más presentes
o señalan mayores continuidades, pese a la retórica anti‐neoliberal que
predomina. Los casos más representativos de lo anterior son Chile,
Colombia y México donde prevaleció sin titubeos la posición de mantener
esas políticas de ajuste y sostener el control social principalmente a través
de represión y militarización abierta. Los casos de Uruguay, Paraguay, Perú,
Argentina y Brasil (estos dos últimos que analizaremos más abajo) tienen
también peculiaridades que les son propias. En Uruguay el gobierno del
Frente Amplio, que viene a romper la tradicional disputa entre el Partido
Colorado y el Partido Nacional, representa a una coalición de izquierda,
dirigida por ex‐militantes guerrilleros de los años ’70, pero que sin embargo
ha construido un proyecto político enmarcado en el sistema institucional
vigente y mucho peor, se convierte en garante de la impunidad de los
represores de la última dictadura (1973 – 1985) manteniendo vigente la Ley
de Caducidad. Por su parte en el caso paraguayo, a pesar de las intenciones
ligadas al Socialismo del siglo XXI enunciadas durante el gobierno de Lugo
(2008‐2012), una pugna dentro de los mismos sectores dominantes atentó
contra su gobierno,el que fue rápidamente obligado a declinar. Actualmente
el país se encuentra gobernado por el tradicional Partido Colorado,
representante entre otros de los sectores más reaccionarios de Paraguay,
con el narco‐presidente Horacio Cartes a la cabeza, cumpliendo a rajatabla
todos los mandatos del proyecto imperialista estadounidense cuya
injerencia en los estratos de poder local es más que notoria.54 Por último el
caso Peruano, donde el post‐fujimorismo si bien adoptó señales de ruptura
y puntualmente Ollanta Humala (2011‐) ha tomado retóricas propias del
Socialismo del siglo XXI, en última instancia el camino político y económico
se encuentra alineado con el eje andino de Chile ‐ Colombia en consonancia
con la hegemonía regional estadounidense.
Los límites del anti‐imperialismo de los de arriba
Si bien hubo una serie de medidas y posiciones anti‐
imperialistasacompañada de una fuerte retórica anti‐norteamericana
departe de varios gobiernos latinoamericanos, la presencia de EEUU en la
región marca una continuidad en el período, expresada de diferentes
maneras en todo el territorio. Por un lado, continúa la política militarista:
implantando bases militares camufladas de asistencia social y gestiones de
paz, fronteras militarizadas, ejercicios militares conjuntos, adiestramiento
54
Tanto el gobierno de Lugo como el actual del Partido Colorado se encargaron de perseguir al
campesinado paraguayo y a la guerrilla del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo).
53
de militares y policías de fuerzas de seguridad y ejército en la región y
avance en leyes anti‐terroristas, promulgadas o reforzadas bajo presión de
EEUU. Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos tuvo un rol fundamental
en el golpe de estado de Honduras en 2009, como salió a aclarar hace poco
la exsecretaria de estado Hillary Clinton. En ese momento, un comando de
militares desalojó al presidente constitucional Zelaya de su vivienda y lo
secuestró y trasladó a Costa Rica. El gobierno estadounidense actuó
impidiendo que Zelaya retornara a Honduras más allá de que el discurso por
entonces de los organismos internacionales de intervención
estadounidense como la OEA, el BID y el Banco Mundial condenara
públicamente el golpe. Fruto de ese gobierno de facto se decretó el estado
de sitio, se suspendieron las garantías democráticas constitucionales y se
registraron víctimas fatales en movilizaciones populares. Vale mencionar la
situación particular de México, vecino inmediato de EEUU, que arrastra
desde el siglo pasado una dependencia de la economía, la tecnología, la
ideología, el modo de vida estadounidense que lo termina constituyendo en
su “patio trasero” donde deposita sus “sobrantes y desechos”. La influencia
del proyecto imperialista genera un condicionamiento en las decisiones
comerciales, las inversiones y los proyectos de explotación de recursos
naturales llevados adelante en México, así como también condicionael
devenir de cada uno de los gobiernos y las políticas de los grupos
empresariales. Por último, otra metodología empleada militarmente por los
Estados Unidos se escenificó luego del terremoto que en 2010 sacudió la
isla de Haití, dejando a Puerto Príncipe casi totalmente destruido. A raíz de
esto EEUU desplegó un operativo de guerra y se ocupó mucho más de
controlar que de apoyar, se hizo cargo de las comunicaciones controlando
el aeropuerto y los movimientos costeros. De esta manera, a partir de una
catástrofe natural, EEUU dio una muestra clara de su capacidad de reacción
inmediata posibilitándole ubicarse en un punto central del Caribe con un
número colosal de militares a sus órdenes.
Paralelamente a las propuestas económicas norteamericanas (TLC, ALCA) y
al rol de integración política identificado con la OEA, los gobiernos de doce
países sudamericanos decidieron construir en 2008 la UNASUR (Unión de
Naciones Sudamericanas), correlato político‐jurídico del sistema de
dominio regional. En esta instancia se logró la convivencia plena y
armoniosa de los llamados gobiernos de “izquierda” (con retorica más anti‐
neoliberal) y los modelos conservadores de los países adherentes al TLC. La
finalidad última de este conglomerado de Estados fue siempre el
mantenimiento del status quo y una eventual neutralización del
54
enfrentamiento de clases en la región55 y además generar un terreno común
para los proyectos extractivitas garantizando los beneficios para las clases
dominantes y neutralizar las resistencias. Entonces dentro de sus intereses
principales se encuentran por un lado los de orden político‐económico con
orientación extractivista, es decir en la integración mediante mejora en las
comunicaciones, que favorezcan la mejor circulación de bienes comunes –
gasoductos, anillo energético, poliductos‐, representado en el plan IIRSA, y
los de orden de seguridad (cooperación militar y defensa regional, métodos
comunes para la lucha contra el narcotráfico, etc.).
El plan IIRSA (Integración de la Infraestructura Regional Suramericana) es un
megaproyecto continental que ya lleva casi 15 años de implementación
sigilosa. Dirigido por el gobierno estadounidense, fue impulsado para
fomentar y organizar la inversión en infraestructura y logística con el fin de
interconectar la región sudamericana al comercio internacional controlado
por las principales multinacionales del planeta.
La creciente relación de Latinoamérica con China y Rusia
De forma paralela a lo anterior, es interesante mencionar la importancia
creciente a nivel económico e incluso político de los vínculos de la región
con los gobiernos (y sectores empresariales) chino, ruso e indio
principalmente. Los negocios del capitalismo chino en la región crecen a
pasos acelerados, vinculándose de forma importante con las economías
brasileña, argentina, venezolana, entre otras. Esto se efectiviza tanto
mediante acuerdos comerciales como a través de la inversión directa de
empresas chinas en diferentes áreas de su interés, principalmente
petroleras, mineras y agrícolas. Muestra de esto es que en el año 2014 el
volumen de comercio de China con Brasil, Chile y Perú superó al de Estados
Unidos56. Por su parte la ampliación de la presencia de Rusia estuvo
favorecida por la búsqueda de algunos países de un relacionamiento
económico por fuera del éjido estadounidense, esto es claro en el caso de
Venezuela, pero también Argentina y Brasil han ampliado su “cooperación”
con Rusia. Entre 2004 y 2012 el comercio entre América Latina y Moscú
triplicó su valor. Sumado a lo anterior también hubo un acercamiento en el
ámbito militar, a partir del envió continuo de armamento ruso a la región,
principalmente a Venezuela.
Por otro lado es necesario hacer mención a la presencia de compañías
transnacionales que se hacen presentes, en las últimas décadas, en nuestra
55
“Aproximación a la coyuntura latinoamericana desde una perspectiva anarquista” Columna Libertaria
Joaquín Penina. 2014
56
“El contrapeso de EE UU en América Latina”. En:
http://es.rbth.com/opinion/2014/07/11/el_contrapeso_de_ee_uu_en_america_latina_41687.html
55
primera etapa del gobierno Bolivariano no solo se reprimían las huelgas de
la Mitsubishi sino que en nombre de la “razón de Estado”, Chávez le
entregaba extraditados al gobierno reaccionario de Colombia a militantes
guerrilleros de las FARC y el ELN. En este sentido el caudillo lejos de
posicionarse del lado de los sectores en lucha, llevó adelante una afrentaa
la trayectoria de resistencia del pueblo colombiano a las sucesivas narco‐
dictaduras pro‐imperialistas que se continúan hasta el día de
hoy.Recientemente tras la muerte del “Comandante”, la crisis económica y
social avanzóaceleradamente y el gobierno de Nicolás Maduro es
duramente cuestionado por amplias movilizaciones que van desde planteos
reaccionarios de grupos vinculados a los sectores poderosos a denuncias de
algunos sectores populares por la violación a los derechos humanos, la falta
de libertad de expresión, la creciente inflación y el desabastecimiento. Sólo
por mencionar otro ejemplo podemos ver que pocos días antes de jurar su
tercer mandato presidencial Evo Morales presidente de Bolivia ordenó que
tres dirigentes cocaleros de la Federación Única de Centrales Unidas (FUCU)
con sede en Shinahota, fueron detenidos, acusados entre otros cargos de
atentar contra la integridad del Jefe de Estado. Los imputados además
enfrentan acusaciones por instigación pública a delinquir, organización
criminal y asociación delictuosa; los productores de coca aseguran que se
trata de un “juicio político” por parte del mismo Evo que surgió de la lucha
y resistencia cocalera. Y no hay que olvidar que estos se suman a los
centenares de procesados y detenidos entre los pueblos originarios por
defender el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional IsiboroSécure).
Aumento paulatino de la conflictividad social
En cuanto a las resistencias de este período hay procesos muy diversos. En
México, pero estableciéndose como una importante referencia hacia
América Latina y el mundo, debemos referirnos a la vigencia de más de 20
años de levantamiento zapatista en el estado de Chiapas. Los Municipios
Autónomos Zapatistas representan en la actualidad un sistema organizativo
federalista en donde sus comunidades desarrollan estructuras
administrativas democráticas para la vida social en la región, teniendo en
cuenta la propia relación entre las comunidades, la relación de estas con el
EZLN y la relación de estas con el mundo exterior. El proceso zapatista viene
dando muestras claras de ser un proyecto genuino de transición hacia una
sociedad libertaria, como se observa ya en la Sexta Declaración de la Selva
Lacandona en 2005 donde el EZLN como ejército admite no deber seguir
siendo portavoz de los Municipios Autónomos ya que “…su parte político‐
militar se estaba metiendo en las decisiones que le tocaban a las
57
autoridades democráticas”.58 En la comunidad zapatista con el correr de los
años se ha instaurado la lógica de la responsabilidad colectiva para cubrir
las necesidades colectivas, generando un sistema propio de salud y
educación basado en el respeto y la igualdad social. La resistencia frente a
los embates del gobierno provincial de Chiapas y el estado nacional
mexicano viene siendo sin dudas un ejemplo de lucha revolucionaria y
coherencia ideológica con el paso del tiempo. Si bien el acceso en
profundidad al entramado social de las comunidades zapatistas es
complicado naturalmente por encontrarse estas últimas en plena
resistencia armada, el proceso zapatista se ha dado una política de
propaganda y difusión de grandes proporciones lo que ha llevado a
referenciar la firmeza y perseverancia de sus luchas y la búsqueda constante
de nuevas formas de organización anti‐jerárquicas, marcando sin dudas una
referencia actual de construcción de poder popular. Esto último, se
contrapone a proyectos de otras corrientes ideológicas que siguen
postulando el acceso a las instituciones de poder dominante ‐ahora por la
vía electoral‐ para luego establecer un esquema paulatino de humanización
del capitalismo.
Extracto de la Declaración del Subcomandante Insurgente Moisés.
“SOBRE LAS ELECCIONES: ORGANIZARSE”
Abril del 2015.
A l@s compas de la Sexta:
A l@s que están leyendo porque les interesa aunque no sean de la Sexta:
En estos días, como de por sí cada que hay esa cosa que llaman “proceso
electoral”, escuchamos y miramos que salen con que el EZLN llama a la
abstención, o sea que el EZLN dice que no hay que votar. Eso y otras
tonterías dicen, que de balde tienen cabeza grande, que ni estudian
siquiera la historia, ni siquiera buscan. Y eso que hasta hacen libros de
historia y biografías y cobran por esos libros. O sea que cobran por decir
mentiras. Como los políticos.
Claro que ustedes lo saben que a nosotr@s ni nos interesan esas cosas que
hacen los de arriba para tratar de convencer a la gente de abajo de que la
toman en cuenta.
Como zapatistas que somos no llamamos a no votar ni tampoco a votar.
Como zapatistas que somos lo que hacemos, cada que se puede, es decirle
58
“Sexta Declaración de la Selva Lacandona”; Desde las montañas del Sureste Mexicano, Comité
Clandestino Revolucionario Indígena ‐ Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional,
México, Junio de 2005.
58
a la gente que se organice para resistir, para luchar, para tener lo que se
necesita.
….
Entonces viene el hermano partidista todo triste y nos pregunta que qué
hace, que está cabrón.
Bueno, pues sépanlo lo que le respondemos:
No le decimos que se cambie de partido por otro que ahora sí es el menos
peor.
No le decimos que vote.
Tampoco le decimos que no vote.
No le decimos que se entre en zapatista, porque bien lo sabemos, por
nuestra historia, que no cualquiera tiene la fuerza de corazón para ser
zapatista.
No lo burlamos.
Simple y sencillamente le decimos que se organice.
….
Y pues lo que hacen los de arriba es engañar a la gente. Eso es su trabajo,
de eso viven.
Y pues lo vemos que de por sí hay gente que lo cree, que sí, que ahora va
a estar mejor la situación, que este dirigente sí lo va a resolver el
problema, que sí se va a portar bien, que no va a robar mucho, sólo un
poco va a transar, que hay que probar.
Entonces nosotros decimos que son pedazos de pequeñas historias que
tienen que pasar. Que mismo en su ojo se tienen que dar cuenta de que no
es que alguien va a resolver el problema, sino que lo tenemos que resolver
nosotros mismos, mismas, como colectivos organizados.
Las soluciones las hace el pueblo, no los líderes, no los partidistas.
Y no es que lo estamos diciendo porque se escucha bonito. Es porque ya lo
vimos en la realidad, es porque ya lo hacemos.
…
Nosotr@s zapatistas decimos que no se le debe tener miedo a que el
pueblo manda. Es lo más sano y juicioso. Porque el pueblo mismo va a
hacer los cambios que verdaderamente necesita. Y sólo así va a existir un
nuevo sistema de gobernar.
No es que no entendemos qué es lo quiere decir elegir o elección.
Nosotras, nosotros los zapatistas, tenemos otro calendario y geografía de
cómo hacer elecciones en territorio rebelde, con resistencia.
Ya lo tenemos lo nuestro como pueblos que en verdad eligen, y no hay
millonadas que se gastan y mucho menos toneladas de basura de
plásticos, de lonas de sus fotografías de rateros y criminales.
59
Cierto que apenas llevamos 20 años que estamos caminando con elegir
nuestras autoridades autónomas, con democracia verdadera. Con eso
hemos caminado, con la Libertad que conquistamos y con la otra Justicia
del pueblo organizado. Donde se involucran los miles de mujeres y de
hombres para elegir. Donde todas y todos quedan de acuerdo y se
organizan para su vigilancia que cumplan su mandato de los pueblos.
Donde los pueblos se organizan para ver cuál va ser sus trabajos de los
autoridades.
O sea cómo manda el pueblo a su gobierno.
Los pueblos se organizan en asambleas, donde empiezan a opinar y de ahí
empiezan a salir las propuestas y las estudian las propuestas, sus ventajas
y desventajas, y las analizan cuál es las mejor. Y antes de decidir las llevan
a todos los pueblos para su aprobación y vuelta la asamblea para la toma
de decisión según la mayoría de la decisión de los pueblos.
Ésta es ya la vida zapatista en los pueblos. Ya es una cultura de verdad.
¿Les parece que es muy lento? Por eso decimos que es según nuestro
calendario.
¿Les parece que es porque somos pueblos originarios? Por eso decimos
que es según nuestra geografía.
Cierto que hemos tenido muchos errores, muchas fallas. Cierto que
tendremos más.
Pero son nuestras fallas.
Nosotr@s las cometemos. Nosotr@s las pagamos.
No como en los partidistas que los dirigentes hacen la falla y además
cobran, y los de abajo son los que la pagan.
Por eso de lo que viene de elecciones en el mes de junio, ni nos va, ni nos
viene.
Ni llamamos a votar, ni llamamos a no votar. No nos interesa.
Es más, ni nos preocupa.
A nosotras, nosotros, zapatistas, lo que nos interesa es conocer más de
cómo resistimos y enfrentamos las muchas cabezas del sistema capitalista
que nos explota, nos reprime, nos desprecia y nos roba.
Porque no es sólo por un lado y de una forma que el capitalismo oprime.
Oprime si mujer. Oprime si empleado. Oprime si obrero. Oprime si
campesino. Oprime si joven. Oprime si niña o niño. Oprime si maestro.
Oprime si estudiante. Oprime si artista. Oprime si piensas. Oprime si eres
humano, o planta, o agua, o tierra, o aire, o animal.
No importa qué tanto lo perfumen y laven, el sistema capitalista “chorrea
sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies” (ahí lo
vean quién lo escribió así y dónde).
60
…
En resumen: como dijimos antes, como decimos ahora: votes o no votes,
organízate.
Y pues nosotras, nosotros, zapatistas, pensamos que hay que tener buen
pensamiento para organizarnos. O sea que se necesita la teoría, el
pensamiento crítico.
Con el pensamiento crítico lo analizamos sus modos del enemigo, de quien
nos oprime, nos explota, nos reprime, nos desprecia, nos roba.
Pero también con el pensamiento crítico vamos viendo cómo es nuestro
camino, cómo son nuestros pasos.
Por eso estamos llamando a toda la Sexta para que hagan reuniones de
pensamiento, de análisis, de teoría, de cómo ven su mundo, su lucha, su
historia.
Los llamamos a que hagan sus propios semilleros y nos compartan lo que
ahí siembren.
Nosotr@s como zapatistas vamos a seguir como ya estamos
gobernándonos con el pueblo manda y gobierno obedece.
Como dicen las y los compañeros zapatistas: Hay lum tujbil vitil ayotik.
Quiere decir: está muy bonito como estamos.
Otra: Nunca ya kikitaybajtic bitilon zapatista. Quiere decir: nunca nos
dejaremos de ser zapatista.
Una más: Jatoj kalal yax chamon te yax voon sok viil zapatista. Quiere
decir: Hasta que me muera pero aun llevo mi nombre de ser zapatista.
Desde las montañas del sureste mexicano.
A nombre de todo el EZLN, de los hombres, mujeres, niños y ancianos del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Subcomandante Insurgente Moisés.
México, Abril‐Mayo del 2015.
Por otro lado, podemos mencionar una ola de resistencias y conflictividad
social de las clases oprimidas de Latinoamérica relacionada estrechamente
con luchas abiertas por el territorio, en el marco de los proyectos extractivo‐
exportadores, expresado en la movilización y organización de la población
afectada directamente por el saqueo de recursos y sus consecuencias
ambientales. Este es el caso de los ambientalistas en Argentina (Esquel,
Gualeguaychu, Famatina, Tinogasta, entre otras), los espacios
multisectoriales de Uruguay, los campesinos sin tierra paraguayos y
brasileros que enfrentan al latifundio sojero, los pueblos originarios del
61
TIPNIS boliviano, los del Parque Yasuní‐ITT ecuatoriano, los de la reserva
Vaca Muerta en Argentina, entre otros59.
Otra experiencia de movilización ligada al proceso extractivista fue la que se
dio en 2012 en Panamá, cuando una multitud se movilizó en rechazo a una
ley que autorizaba la venta de tierras en la principal zona franca de
Latinoamérica, asentada en esa región. Finalmente el gobierno de Martinelli
derogó la ley no sin antes provocar la muerte de 4 manifestantes y dejar un
tendal de heridos. Por su parte en Colombia, en el año 2013, los campesinos
comienzan un paro agrario nacional, que cuenta con la participación de
organizaciones campesinas, los mineros artesanales, los transportadores,
los trabajadores de la salud y educación, los estudiantes, entre otros. El paro
era en repudio a la prohibición del gobierno colombiano del uso de semillas
nacionales, para potenciar la compra de semillas extranjeras vendidas por
los Estados Unidos, esta restricción correspondía a un acuerdo de Libre
Comercio con ese país.
Afectados también por la re‐primarización de la economía y la recesión
mundial se encuentra la resistencia de los sectores de trabajadores de
América Latina, donde una oleada de ajustes, flexibilización laboral, mayor
informalidad del empleo, suspensiones y despidos generaron por ejemplo
la resistencia del sector público en Argentina y Perú, entre otros, y del sector
industrial particularmente en el caso de Brasil, Argentina y Venezuela en
menor medida.
Un caso paradigmático de lo anterior ocurrió en mayo de 2006 cuando
estallaron en Oaxaca (México), protestas generalizadas iniciadas porque el
sindicato de la educación convocó a una huelga en apoyo a las
negociaciones anuales sobre salarios y condiciones laborales. Cuando el
gobierno comenzó a presionar a los docentes para que vuelvan a sus
puestos, la tensión aumentó desembocando en un recrudecimiento de las
protestas y una creciente represión policial y detención arbitraria de
referentes sindicales. A raíz de esto se conformó una heterogénea coalición
de apoyo a los trabajadores de la educación, compuesta por docentes,
organizaciones políticas, organizaciones sociales y estudiantes que recibió
el nombre de Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
En otras regiones del continente se han desarrollado una serie de procesos
de resistencia anti‐sistémicos, no necesariamente ligados al proceso
extractivista, pero sí con el avance de los Estados latinoamericanos contra
las clases populares, algunos ejemplos son:
La lucha de estudiantes chilenos tanto secundarios como universitarios que
59
“Aproximación a la coyuntura latinoamericana desde una perspectiva anarquista” Columna Libertaria
Joaquín Penina. 2014
62
desde 2007 son protagonistas de masivas movilizaciones en repudio del
sistema educativo chileno. Éste fue creado durante la dictadura pinochetista
siendo el capital privado central y aquellos que logran acceder a una
educación superior cargan con importantísimas deudas. En la actualidad el
problema de la educación chilena se encuentra en debate, y si finalmente
el resultado es una reforma educativa que incluya a los de abajo y se aleje
de la lógica empresarial, será gracias a estas grandes movilizaciones y no al
beneplácito del establishment chileno.
Más recientemente, desde el año 2013 y hasta la actualidad Brasil fue el
escenario de masivas protestas en el marco de la Copa de las
Confederaciones, el Mundial de Futbol y la previa a las Olimpiadas de Río
de Janeiro. En un primer momento las protestas aumentaron en las grandes
ciudades de Brasil donde el reclamo fue el desmedido incremento en el
costo del transporte público y luego de intensas movilizaciones dejaron
como saldo la baja del precio del transporte al vigente anteriormente. La
consecuencia a un plazo más largo fue que el Estado brasileño se preocupe
por garantizar la “tranquilidad” durante el periodo de la Copa. Lo que, en la
práctica, se expresó en mecanismos jurídicos contra los derechos civiles y
las libertades democráticas, en la intensificación de la represión y la
criminalización de la protesta y la pobreza, en el aumento de los efectivos
policiales y militares en los centros urbanos y en sus periferias y favelas, así
como en los gastos en tecnologías represivas. Sumado a lo anterior también
se registró un aumento de la persecución política a militantes sociales y
organizaciones políticas, como es el caso de la FAG (Federación Anarquista
Gaucha) del Estado de Río Grande do Sul.
Vale mencionar también la reciente desaparición de los 43 estudiantes
normalistas de Ayotzinapa (estado de Guerrero), el pasado mes de
Septiembre de 2014, dejando al desnudo la colaboración del Estado
mexicano con las redes de narcotráfico. Como consecuencia del hecho se
realizó una campaña internacional y se sucedieron marchas multitudinarias
en las principales ciudades de México, convocadas por una multiplicidad de
sectores y organizaciones.
En numerosos episodios de resistencias masivas que mencionamos
podemos destacar quizás que, casos como el de Guerrero en 2014, así como
también las protestas de Brasil que se vienen sucediendo desde 2013, no
son ni fueron expresiones puras de un enfrentamiento de clases aunque sí
expresen de alguna forma un hastíode los de abajo frente a la impunidad
de una clase política cada vez más desgastada.
Como hemos comentado anteriormente, la situación de exclusión y
pobreza en Latinoamérica no ha variado en tanto se ha mantenido la brecha
63
entre ricos y pobres, incluso durante la permanencia de los gobiernos
“redistributivos”. Esta situación de precariedad crónica derivó en algunos
lugares en fragmentación y disputas entre los sectores populares,
aprovechadas por agentes de la clase dominante ligados al narcotráfico, la
trata de personas o la delincuencia. Este escenario complejo determinó un
aumento en la violencia social a todos los niveles. En algunos lugares como
Centroamérica, principalmente en El Salvador, Guatemala y Honduras,
proliferaron pandillas o “maras” dedicadas al narcotráfico y al crimen
organizado bajo el reclutamiento de jóvenes en condiciones de
marginalidad. En Colombia, México, Brasil y en menor medida Perú,
podemos ver cómo cárteles del narcotráfico, paramilitares y grupos de
autodefensa reaccionarios administran y controlan barrios, localidades y
hasta regiones extensas. Argentina en los últimos años viene siendo teatro
de operaciones de diferentes cárteles para la tercerización de la producción
de drogas y el tránsito y distribución hacia el resto del mundo a través de
sus puertos. Debemos agregar con respecto a la estructuraeconómica,
jurídica y política para el despliegue en la región del narcotráfico y otras
actividades que atacan el entramado social de los de abajo, se ha hecho
cada vez más evidente la cooperación de la clase política, la corporación
judicial, empresarios, policías, militares y demás instituciones represivas.
64
ARGENTINA
Como ya habíamos desarrollado más atrás el cambio de siglo encontró una
Argentina fuertemente azotada por las políticas de endeudamiento y ajuste
neoliberal aplicadas durante la década del ‘90. Si bien el impacto de dichas
políticas se hizo notorio a lo largo de la implementación del ajuste, la crisis
económica, social y política decantó en el estallido del 19 y 20 de diciembre
de 2001. A partir de ese quiebre institucional marcado por la efervescencia
social, la clase política local llevó a cabo un proceso de relegitimación hacia
las instituciones del Estado. Además la clase dominante en concordancia
con los intereses del poder económico trasnacional, comenzó un período de
reconfiguración de la matriz productiva local hacia los requerimientos de la
división internacional del trabajo. En este sentido Argentina pasó de un
proceso de des‐industrialización y preeminencia del capital financiero a un
nuevo proceso de re‐primarización de la economía en el marco de un
proyecto político de retóricas nacionalistas y de justicia social. Estos
cambios no revistieron una transformación profunda en el esquema de
concentración de poder económico en la región, ni desaceleraron la política
de endeudamiento externo de una economía dependiente, sino que
pusieron en evidencia la profundización del saqueo de los recursos
energéticos y bienes comunesen el marco de una continuidad en el proceso
de precarización de la vida de los sectores oprimidos.
Camino al 2001 y al “que se vayan todos”
Como punto de partida podemos ver que durante el corto mandato de la
“Alianza” (1999‐2001) hubo una continuidad en la política de ajuste y
endeudamiento. Los casos de corrupción en torno a la sanción de leyes de
flexibilidad laboral, fueron síntoma de un escenario de crisis institucional,
hambre y desempleo.
Medidas económicas como el mega‐canje, el corralito y la emisión de bonos
de emergencia (monedas paralelas al peso argentino como ser patacón,
lecop, federal, etc.), fueron impulsadas desde los sectores gobernantes para
proteger a los capitales financieros ‐que estaban fugando sistemáticamente
depósitos del país ya hacía tiempo‐ especulando así con una salida de la
convertibilidad. Esto generó un descontento generalizado en diversos
sectores sociales donde se encontraban por un lado, sectores medios
trabajadores y jubiladosque se vieron imposibilitados de disponer de sus
ahorros, y por otro lado, sectores populares ligados a la economía informal
que no alcanzaban a satisfacer sus necesidades básicas. Además existía una
sensación de hastío con el sistema democrático representativo que hacía
65
años estimulaba el bipartidismo y la impunidad de la clase política. Una gran
demostración del descontento popular se dio allá por octubre de 2001 en
las elecciones legislativas donde un alto nivel de abstencionismo, votos
blancos y nulos (en total 10.594.668, por arriba de un 40%) arrasaron con
los 4.605.169 votos del PJ (Partido Justicialista) y los 3.120.848 de votos de
la Alianza.
Además de esto, la situación de descontento y repudio generalizado alcanzó
una magnitud tal que se tradujoen “cacerolazos” espontáneos mientras se
anunciaban por medios masivos de comunicación más medidas de ajuste y
“austeridad”. Se generó también un desgaste de la figura presidencial no
solo por la crisis que atravesaba el país sino también por la ridiculización del
mismo en los medios masivo de comunicación.
Para ese momento sectores de la clase dominante conspiraban desde los
ámbitos de poder para desestabilizar al debilitado gobierno radical que ya
no podía garantizar la “paz social”. Operadores políticos provenientes del PJ,
servicios de inteligencia, empresarios y periodistas estaban intentando
generar una especie de golpe institucional antes de que la situación se fuera
de las manos (de los de arriba).
A mediados de diciembre de 2001, sectores excluidos durante décadas, se
concentraban frente a los supermercados exigiendo la entrega de
mercadería. Se produjeron saqueos en todas las grandes ciudades del país
denunciando la situación de hambre y desocupación, a lo cual la clase
política respondió ordenando el Estado de Sitio. A pesar de ello y debido al
fuerte descontento popular, la gente salió masivamente a las calles a
manifestarse en contra de las políticas de gobierno pero con una consigna
que claramente ampliaba el repudio a toda la clase política: ¡que se vayan
todos!. Esta expresión representaba sin dudas una pérdida de legitimidad
de las instituciones estatales.
El 19 y 20 de diciembre se sucedieron protestas en numerosas plazas del
país, las cuales fueron duramente reprimidas.60 En horas de la tarde del 20,
los intentos del gobierno por recomponerse y salvarse fallaron y De La Rúa
debió abandonar la Casa Rosada en helicóptero. Durante los días del
Argentinazo ‐además de los muertos a causa de hambre‐ el accionar
represivo (selectivo) del Estado se cobró la vida de 39 personas, entre ellos
menores. Fue la mayor represión luego del retorno a la democracia en 1983,
y la impunidad de las responsabilidades políticas por esas muertes continuó
siendo garantizada por los gobernantes de turno61.
60
Estos hechos suscitaron la renuncia de personajes del menemismo como Domingo Cavallo, Ministro de
Economía de De La Rua.
61
Fernando De La Rua fue sobreseído por la justicia en 2010 y 2012 en las causas que lo incriminaba como
responsable político de la represión el 19 y 20 de diciembre del 2001.
66
La crisis institucional y de legitimidad de la clase política era alta al punto de
que llegaron a sucederse cuatro presidentes en tan solo una semana. La
demanda del ¡que se vayan todos! fue acompañada por diversos procesos
de resistencia tales como la multiplicación de asambleas barriales, las tomas
de fábricas y los movimientos de desocupados, que ya venían cobrando un
creciente protagonismo desde la década anterior.
Podemos afirmar que estas expresiones de sociabilidad pre‐figurativas
entre los sectores populares llegaron a ensayar diferentes formas de
autogestión, señalando a las asambleas barriales como formas de decidir
directamente, a la experiencia piquetera como forma efectiva de acción
directa y la toma de algunas fábricas y espacios laborales como forma de
trabajo sin patrón. En paralelo se fue consolidando una nueva generación
militante, la del 2001, articulada sobre la territorialidad, el activismo
asambleario, la demanda de autonomía y mayor democracia directa en los
lazos políticos.
Las asambleas barriales, tras las privatizaciones de los años 90 y el
descreimiento en la clase política, surgieron como una forma de
reapropiación de los espacios públicos y como demanda de participación
directa en los asuntos de la comunidad. Por otro lado, el surgimiento del
movimiento de desocupados estuvo más ligado a los primeros despidos de
trabajadores allá por los años 90 y pasó a consolidarse en el 2001 como un
polo aglutinador de sectores excluidos del mercado de trabajo con una
fuerte impronta de acción directa atravesada de una lógica territorial. Las
fábricas recuperadas constituyeron formas de resistencia al vaciamiento por
parte de los empresarios capitalistas –amparados por la clase política‐, así
como también a los desalojos de fábrica ordenados por las clases
dominantes a través de los sectores judiciales. “Ocupar, resistir, producir”,
se transformó en la consigna de quienes vieron peligrar sus fuentes de
trabajo. De esta manera muchos de los trabajadores se constituyeron en
cooperativistas y se hicieron cargo de la producción.62Entre estas
experiencias autogestivas, cabe destacar el surgimiento de los trueques
como forma de intercambio. Los mismos permitían a los sectores más
golpeados por la crisis, atender a necesidades básicas –como alimentación
y vestimenta‐ a través del intercambio de bienes sin mediación del dinero,
en sus orígenes.
Este auge de movilización social que las clases políticas intentaron
neutralizar tuvo uno de sus puntos de inflexión con la Masacre de
Avellaneda ocurrida el 26 de junio de 200263. Este hecho, si bien acarreó
62
Algunos casos emblemáticos fueron la ceramista Zanon (hoy FaSinPat), la textil Brukman, la fábrica de
pastas Mil Hojas, el Hotel Bahuen, el supermercado Tigre (hoy La Toma), entre otros.
63
Ese día cuando las columnas de manifestante llegaron a la ex estación Avellaneda se encontraron con el
67
una cierta necesidad de repliegue de las organizaciones sociales, por otro
lado, también fue un duro golpe para los sectores de poder ya que reveló el
entramado de complicidades entre la clase política, las fuerzas de
seguridad, el Servicio de Inteligencia y los medios de comunicación.
Particularmente el Grupo Clarín se encargó de realizar una operación
mediática encubriendo a los responsables de la masacre al no publicar
desde un principio las fotos de los asesinos policiales. Si bien los autores
materiales de la masacre fueron condenados, los responsables políticos aun
gozan de impunidad. Este repliegue de las organizaciones sociales se vio
reforzado por una campaña de desprestigio a las mismas acusándolas de
clientelismo y estigmatizando principalmente a la figura del piquetero
desde los sectores de poder y a través de los medios de comunicación.
Kirchnerismo: salvataje de la gubernamentalidad estatal y profundización
del centralismo argentino.
Un sector de peso del peronismopresentó a un candidato poco conocido
pero que respondía a los intereses del mismo. De este modo, Duhalde pone
todo su aparato político en torno a la figura de Néstor Kirchner. Así ascendió
al gobierno el proyecto Kirchnerista: un armado político que –
reivindicándose como nuevo‐ reunió lo más rancio de la política tradicional.
Autoproclamada progresista, la gestión encarada por Néstor Kirchner –
junto a un círculo de dirigentes del PJ santacruceño y porteño‐ logró
instalarse institucionalmente mediante alianzas con el duhaldismo64, los
barones del conurbano bonaerense, los gobernadores “feudales” y la
burocracia sindical y piquetera entre otras fuerzas. El autodenominado
modelo Nacional y Popular –en alusión al viejo peronismo‐ también se
alineó al bloque regional latinoamericano con los llamados Gobiernos
“Populares” o del “Socialismo del Siglo XXI”‐.
Un primer aspecto a destacar de este último período tiene que ver con la
continuidad de ciertos elementos estructurales que han configurado el
mapa de poder en Argentina al día de hoy. En este histórico esquema
centralista, que determinó que el Estado nacional con sede en Buenos Aires
decida y controle los destinos del resto del territorio, el kirchnerismo, lejos
de cualquier planteo federal, no hizo más que reforzar esta política de
dependencia de los pueblos de las provincias hacia el centro político del
país. Este aspecto estructural de la etapa es posible explicarlo en base a dos
factores interrelacionados. Por un lado, el kirchnerismo utilizó un esquema
operativo de las fuerzas de seguridad que desató una cacería que le costó la vida a Darío Santillán y
Maximiliano Kosteki, dos militantes del movimiento de desocupados.
64
Más adelante, Eduardo Duhalde se alejará del Kirchnerismo a diferencia de la mayoría de sus antiguos
aliados políticos.
68
heredado principalmente de la gestión anterior, donde los sectores políticos
estratégicos para acceder al control institucional del país se encontraban
geográficamente en torno a la capital, es decir en los tres cinturones del
conurbano bonaerense, principal polo productivo del país. En este sentido
un pacto con los poderosos intendentes del conurbano bonaerense –
conocidos como “barones”‐ se traduciría en caudal electoral y estabilidad
para gobernar. Esta política fue perfeccionada una década atrás por Duhalde
cuando accedió a la gobernación de Buenos Aires siendo vicepresidente de
Menem. Duhalde al momento de ser candidato a Gobernador le exigió a
Menem recursos ‐antes destinados a las provincias‐ en favor del conurbano
como forma de retribuir su apoyo a la candidatura tres años antes. A partir
de ahí Duhalde tuvo 600 millones de pesos anuales (actualmente es de
4.500) para repartir estratégicamente en el Gran Buenos Aires65. Una
característica de los “barones” es que gobiernan municipios con gran
concentración de pobreza que representan, el 40% de los votos del total
del padrón electoral nacional. Estos jefes políticos controlan extensos
aparatos clientelares por medio de concejales y punteros, y se encuentran
en relación estrecha con el gobierno Nacional y Provincial a través de
convenios de obras públicas y la implementación de políticas focalizadas ‐
para mantener a raya la conflictividad social de la pobreza del conurbano‐.
Vale recordar que en el Gran Buenos Aires habita casi un cuarto de la
población del país, cerca de 10 millones de personas66, lo que supondría que
el control político y social del conurbano es más significativo que el de
cualquier provincia por separada67.
Sin embargo, una política de alianzas concentrada sólo en los barones del
conurbano bonaerense no bastaría para darle continuidad a ningún
proyecto hegemónico de la clase dominante. En este sentido el
kirchnerismo sostuvo a rajatabla el esquema de dependencia estructural de
las provincias hacia el poder central manteniendo el sistema de
“coparticipación”. La llamada Ley de Coparticipación Federal de los
Impuestos Nacionales ‐entre la Nación y las Provincias‐estipulada en el
artículo 75 de la constitución, determina que a través de los impuestos
nacionales recaudados, el Estado Nacional debe distribuir equitativamente
esos ingresos para garantizar la igualdad de oportunidades en todo el
territorio nacional. Obviamente a lo largo de la historia los diferentes
gobiernos nacionales ‐centralizados en Buenos Aires‐ han ido modificando
65
“La maquinaria de Duhalde”. Eh: http://www.lanacion.com.ar/202438‐la‐maquinaria‐de‐duhalde
66
INDEC (2010). “Provincia de Buenos Aires, 24 partidos del Gran Buenos Aires. Población total por sexo e
índice de masculinidad, según edad en años simples y grupos quinquenales de edad”.
67
Claro ejemplo de ello es la candidatura presidencial de Sergio Massa, cuya carrera política se inició como
intendente del Municipio de Tigre.
69
ínfimo en referencia a la cantidad de Centros Clandestinos de Detención
(CCD) y Grupos de Tarea (GT) que circulaban en aquel momento.70 Se estima
que de un total de 40 mil personas implicadas directamente en la ejecución
del terrorismo de Estado (se calcula que aún vive un 75% de ese número)
solo se han condenado a prisión poco más de 450 represores. De ese
número cerca de 50 solamente cumplen prisión efectiva ya que el resto se
encuentra cumpliendo prisión domiciliaria. En dicho informe también se
observa una ralentización cada vez mayor en los tiempos de juzgamiento.71
A esta situación se le sumó la designación de Milani como jefe del ejército
(2013). Cesar Milani, quien participó activamente en la “Unidad de
Operaciones Antiterroristas” del Operativo Independencia en la Tucumán
de Bussi y Menéndez, se encuentra fuertemente involucrado en los casos
por la desaparición del conscripto Ledo y la muerte de tres soldados y un
suboficial que formaban parte del Batallón de Ingenieros de
Construcciones141 ‐donde Milani se desempeñaba como subteniente‐. Uno
de los intereses del kirchnerismo para que éste acusado por delitos de lesa
humanidad esté al mando de las Fuerzas Armadas se encuentra en el vasto
trabajo de la red de inteligencia del ejército desarrollado por él. Esto refleja
la reaparición de la injerencia de las instituciones militares en la vida política
de este país.72
Esta nueva política de derechos humanos demostró además ser insuficiente
ante graves hechos relacionados con testigos en los juicios contra los
genocidas: desaparición de Jorge Julio López (2006)73; no esclarecimiento
ante las desapariciones temporarias de Luis Gerez (2006), Juan Puthod
70
A la hora de precisar la cantidad de personal implicado en el genocidio debemos disgregar en cuanto a
las funciones ocupadas en la máquina de matar. En la misma contamos desde altas jerarquías y
funcionarios militares, efectivos intermedios y personal policial, empresarios entregadores y
financiadores, civiles y curas que participaban de las actividades represivas, agentes de inteligencia e
inclusive “negociantes” (es decir comerciantes de inmuebles, vehículos y hasta niños sustraídos a los
detenidos/desaparecidos). La mayoría del personal de los CCD y los GT (27 mil efectivos
aproximadamente) tenían entre 25 y 40 años en aquel momento. Miles de ellos se encuentran activos
ocupando cargos jerárquicos en las tres fuerzas como tenientes coroneles, coroneles, mayores y generales.
Otro sector importante se encuentra a cargo de empresas de seguridad privadas contratadas por
multinacionales, bancos y demás corporaciones de la clase dominante. Por último, cientos de agentes de
la dictadura se encuentran empleados como servicios de inteligencia del Estado hasta el día de hoy,
realizando tareas de espionaje para los diferentes gobiernos de turno.
71
Informe de agrupación HIJOS de La Plata; "Más justicia a cuentagotas";
http://hijosprensa.blogspot.com.ar, Enero de 2014.
72
Una de las teorías de este más que polémico ascenso es la del interés del Gobierno por contrarrestar el
nivel de intervención de la inteligencia de la SI (ex SIDE), alejada de la influencia política de aquel durante
los últimos años.
73
Jorge Julio López, había estado detenido durante casi 3 años en la última dictadura cívico‐militar. Cuando
en el 2005 la Corte Suprema de Justicia declara inconstitucionales a las Leyes de Obediencia Debida y
Punto final, López se convirtió en querellante y testigo clave en el juicio contra Miguel Etchecolatz, quien
fuera Director de Investigaciones de la Provincia de Buenos Aires, encargado de uno de los centros de
detención clandestinos y mano derecha del ex General Ramón Camps en los años de la dictadura.
71
(2008) y Alfonso Severo (2012); asesinato de la querellante Silvia Suppo
(2010)74.
Por otro lado, el kirchnerismo continuó garantizando la impunidad en la
persecución y criminalización de la pobreza por parte de las fuerzas
policiales. La desaparición de Luciano Arruga (2009)75fue quizás el caso más
notorio de este avance del aparato represivo que logró resonancia nacional
debido a la movilización de numerosas organizaciones sociales, políticas y
de derechos humanos. El último informe de la CORREPI es esclarecedor para
analizar la política de derechos humanos del kirchnerismo con respecto a la
continuidad del gatillo fácil, la tortura y la desaparición de jóvenes
marginados y miembros de comunidades originarias pertenecientes a los
sectores sociales más pobres del país. En dicho informe se toma como base
las 4278 muertes en estos casi 32 años de democracia. Del total el 63,31%
de los casos se produjo bajo los tres gobiernos K.76
En el marco de la construcción de un nuevo discurso de “igualdad”, el
gobierno kirchnerista sancionó además algunas leyes a favor de la equidad
de géneros. Algunas de ellas fueron la del Matrimonio Igualitario (2010), Ley
de Identidad de Género (2012), leyes que agravaron la pena para los delitos
de violencia de género (2012), la prohibición de la publicación de oferta
sexual en medio gráficos (2011) y la implementación efectiva en 2015 de la
Ley contra la Trata, entre otras. Sin embargo asistimos a un crecimiento de
las estadísticas de mujeres muertas a manos de la violencia machista, por
abortos clandestinos y mujeres secuestradas para redes de trata y
prostitución. Los gestos de obsecuencia de Cristina con el Papa Francisco,
sumado a su expreso rechazo a la legalización del aborto, deja entrever que
la lucha por la legalización del mismo será ardua, y que los abortos
clandestinos seguirán cobrándose la vida de mujeres pobres. En lo que a la
red de trata refiere, podemos decir que con el crecimiento de los agro‐
negocios vinculados a la soja y otros cultivos en todo el país, proliferaron
prostíbulos y whiskerías en toda la región en cuestión con complicidades de
policías y políticos de la zona. Este crecimiento se sintetizó en la frase “La
ruta de la soja es la ruta de la trata”. Sin embargo no debemos identificar la
74
Todos estos casos dan cuenta del poder real de las instituciones militares, policiales y de servicios de
inteligencia heredadas de la dictadura, muchas de las cuales el kirchnerismo y los anteriores gobiernos
decidieron dejar hacer.
75
Joven desaparecido en el año 2009, cuyos restos fueron encontrados recientemente enterrados en el
cementerio de la Chacarita como NN en el 2014. La autopsia “’determinó” que murió en un accidente de
tránsito allá por el 2009, versión que es desestimada por la familia y organizaciones sociales y de derechos
humanos. Luciano Arruga se había negado a robar para la policía Bonaerense de Scioli, testigos aseguran
haberlo visto cuando la policía lo golpeó y subió al patrullero y luego en la Comisaría 8va de Lomas del
Mirador lo llegaron a ver golpeado.
76
“CORREPI presentó informe anual sobre la represión”; La Izquierda diario, 29/11/ 2014,
http://izquierdadiario.com/CORREPI‐presento‐informe‐anual‐sobre‐la‐represion.
72
prostitución, la trata y la violencia machista como meros reflejos de la esfera
económica sino más bien fruto de un sistema de dominación patriarcal
regido por un mandato hetero‐normativo defendido por la clase política y
los sectores dominantes. El caso Marita Verón77 que se convirtió en el caso
de trata de mayor resonancia, despertó el repudio social luego de que los
jueces absolvieran a todos los acusados a pesar de las testigos que los
incriminaban. Luego de la movilización popular en todo el país, se revisó el
proceso judicial sentenciando a su mayoría con grandes penas.
En el plano social el gobierno kirchnerista también apeló a reconstruir la
credibilidad en el Estado y la clase política manteniendo una retórica
progresista y adjudicándose la implementación de políticas que fueron
reclamos históricos de las organizaciones de los de abajo. Ejemplo de ello
es la estatización de los fondos jubilatorios en manos de las AFJP (2008), la
Asignación Universal por Hijo (2009), el Plan ProCreAr (2012) y el Plan
PROGRESAR (2014) entre otros. Sin embargo la creciente inflación que
hubo en el país en los últimos años, que más abajo nos detendremos a
analizar, dejó muy desfasados los ingresos de los sectores populares. Para
mitigar esto el kirchnerismo puso en práctica un sistema de falsificación de
índices sociales a través del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos), lo que generó un encubrimiento ‐más que obvio‐ de la situación de
empobrecimiento estructural y coyuntural en la que se encuentra el país
actualmente. De este modo una inflación “baja” y un “estancamiento” en
los precios de la canasta básica fijó un techo a cualquier iniciativa de
reactualización de sueldos de los trabajadores, y obturó el reclamo de
aumento de planes sociales del sector desocupado, sin embargo no puso en
discusión los sucesivos y abultados aumentos remunerativos de toda la
clase política y funcionarios del Estado. Un ejemplo de esto es que el INDEC
a lo largo de la década publicó cifras que siempre fueron la mitad o menos
que las obtenidas por organismos privados u organizaciones sociales.
Además el gobierno tomó los índices de beneficiarios de proyectos de
emprendimientos comunitarios que no son otra cosa que precarios planes
sociales‐ como población ocupada para bajar el índice de desempleo
estructural.
Podemos señalar que uno de los sectores más castigados por las políticas
del gobierno es el que vive en las barriadas más pobres de la Argentina, en
gran parte desorganizado por una política de control social de parte del
Estado nacional a través de los referentes territoriales o “punteros”. Dentro
de las organizaciones en lucha otrora independientes que persisten en este
77
Joven tucumana, en el año 2002 salió de su casa a un control ginecológico en la ciudad de San Miguel
de Tucumán y nunca más regresó. Testigos mujeres declararon haberla visto en diferentes whiskerías y
prostíbulos donde la obligaban a ejercer la prostitución.
73
sector podemos ver que en los últimos años hubo un viraje de algunas de
ellas hacia la estrategia electoral y la institucionalización de la política en el
marco del esquema estatista. Así como también continúan movilizadas
actualmente organizaciones vinculadas a partidos políticos de izquierda. Sin
embargo hoy en día aún quedan algunos sectores que no solo continúan
adoptando prácticas de resistencia que datan de aquella gesta piquetera de
fines de los 90, sino que se encuentran en un constante ensayo y
reinvención de formas organizativas transversales a las problemáticas
laborales, habitacionales, educativas y territoriales, entre otras. En este
contexto social, las organizaciones movilizadas no han podido arrancarle al
Estado ni soluciones reales al flagelo de la desocupación crónica, ni tampoco
la equiparación de los planes sociales a la canasta básica del INDEC.
La situación en el sector de trabajadores formales e informales tampoco
deja entrever un panorama alentador. En lo concerniente al ingreso no sólo
hay un desfasaje con respecto a la inflación, sino que el ya conocido
Impuesto a la Ganancia ‐aplicado al salario‐ ha fijado un techo a la
remuneración de bolsillo de los trabajadores. De más está decir que la gran
mayoría de los trabajadores del país encuentran su salario muy por debajo
de la Canasta Básica y el Mínimo Vital y Móvil78. Además se está viviendo en
este período con tendencia recesiva, el fenómeno de la suspensión masiva
de trabajadores y despidos. Toda esta situación potenció necesariamente
un crecimiento significativo del empleo informal y un aumento en la tasa de
desocupación, no reconocida al día de hoy por el Estado y los empresarios.
Dentro del esquema de trabajo informal, la aplicación sistemática de
“contrato basura” se ha multiplicado exponencialmente tanto en el sector
público como en el sector privado.79
Fragmentación en las luchas de la clase oprimida
Ante este escenario el contexto organizativo y de resistencia de los sectores
trabajadores no es para nada alentador a la hora de pensar la herramienta
organizativa de estos sectores sociales. La actualidad encuentra a casi la
totalidad del sindicalismo argentino institucionalizado a través de los
mecanismos de regulación estatal y de la estrecha relación entre
burocracias obreras y sectores patronales. La actual estructura sindical,
78
Si bien según el ente oficialista Consejo Nacional del Salario Mínimo Vital y Móvil estipula al mismo en
$3600, las mediciones privadas y alternativas como la de la CTA marcan una realidad de alrededor de
$12500 el monto del salario. Con respecto al índice de la Canasta Básica llamativamente el INDEC dejó de
publicar los datos en diciembre de 2013 cuando se había estancado el índice en $1700.
79
Contratos de Locación, Honorarios, Pasantías, Tercerización, son algunas de las formas de relación
laboral que avalan bajos salarios, y la quita de derechos como vacaciones pagas, horas extras, aguinaldo,
obra social, aportes previsionales y otro tipo de beneficios sociales. Mucho menos se encuentra
garantizada la continuidad laboral.
74
forjada desde hace décadas, refleja un esquema organizativo heredado de
la fuerte influencia partidaria del peronismo y su sistema político ultra‐
verticalista, además de expresar una orientación clara hacia la conciliación
de clases. Los derechos y reivindicaciones obreras son por lo general
relegados ante los negociados de los “jefes” sindicales en función de sus
propios intereses como burocracia. La política que se dieron todos los
gobiernos –incluyendo el kirchnerismo– fue la de mantener un sistema de
representación sindical único adicto a la clase política de turno, frenando
cualquier reclamo de democracia y libertad sindical a fines de no promover
la proliferación organizativa de sectores combativos del movimiento obrero.
Otro factor importante que expresa la complicada situación de la lucha
sindical en Argentina es el fraccionamiento producido durante la última
década, expresado en la existencia de 5 centrales sindicales y un importante
número de gremios no alineados. Por un lado se encuentra la CGT
(Confederación General del Trabajo) Balcarce –o de Caló‐, que nuclea
principalmente a viejas burocracias obreras alineadas políticamente al
gobierno con quien se sientan a negociar sin recurrir a ninguna medidas de
fuerza.80 En la misma dirección pero con menos representatividad legal se
encuentra la CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) de Yasky, que
representa a nuevas burocracias obreras provenientes del sindicalismo
combativo de los 90 de la CTA originaria.81 Enfrentados al gobierno
recientemente por internas políticas referentes a la disputa de cargos
electorales y espacios de poder dentro del Estado, se encuentra la CGT
Azopardo ‐o de Moyano‐, que nuclea a viejas y nuevas burocracias
obreras.82 Enfrentados desde la primera hora con el kirchnerismo está la
CGT Azul y Blanca, vinculada a dirigentes abiertamente reaccionarios del
peronismo como Luis Barrionuevo.83 Por último se encuentra la CTA
Autónoma –o de Micheli‐, aglutinante de nuevas burocracias así como
también sectores democráticos y en lucha del movimiento obrero
80
Esta central aglutina cerca de 90 gremios aproximadamente ‐1.700.000 afiliados‐, entre los que se
encuentran la UOM, UOCRA, SMATA, Obras Sanitarias, UPCN, Empleados de Comercio, Sanidad, Luz y
Fuerza y Taxistas entre otros. Posee un sistema de elección indirecta, decidensolo los Secretarios
Generaleslas autoridades de la Central.
81
Esta central aglutina cerca de 15 gremios o regionales aproximadamente ‐200.000 afiliados‐, entre los
que se encuentran Maestros, ATE, Neumáticos, Metrodelegados del Subte entre otros. Tiene sistema de
elección directa: 1 afiliado 1 voto para elegir autoridades de la Central.
82
Esta CGT aglutina cerca de 100 gremios aproximadamente ‐920.000 afiliados‐, entre ellos a Camioneros,
Peajes, Canillitas, Dragado y Balizamiento, Judiciales, Textiles, Pilotos de avión, Estaciones de servicio,
Técnicos Aeronáuticos y UATRE, entre otros. Tiene sistema de elección indirecta, deciden solo los
Secretarios Generales las autoridades de la Central.
83
La CGT Azul y Blanca es aglutinante de casi 30 gremios aproximadamente con casi 200 mil afiliados, entre
los que se encuentran los Gastronómicos, Papeleros, Juegos de Azar, Plásticos, Químicos, Viajantes,
Seguridad, Vidrio, Tabaco entre otros. Posee sistema de elección indirecta, deciden solo los Secretarios
Generales las autoridades de la Central.
75
provenientes del sindicalismo combativo de los 90´ (nucleados en aquella
CTA originaria) y algunos sectores clasistas de la izquierda partidaria y la
izquierda independiente.84 También existen una serie de gremios copados
por las burocracias, escindidos de las centrales sindicales, con una fuerza
considerable.85Por último debemos mencionar la existencia de unos pocos
gremios o fracciones sindicales escindidas que sostienen prácticas
democráticas y clasistas de organización y acción directa en defensa de sus
reivindicaciones.86
En esta complicada realidad, sin embargo, los trabajadores han venido
estableciendo estrategias de resistencias básicas presionando a priori a las
dirigencias sindicales para salir a pelear una recuperación del poder
adquisitivo. Esto generó un impacto diverso en las cinco centrales obreras.
En la CTA de Yasky ‐la más obsecuente con el kirchnerismo‐ las bases
docentes obligaron a principios de 2014 a extender un paro a 17 días en la
Provincia de Buenos Aires.87En los sucesivos paros generales de 2014 y el de
marzo de 2015, confluyeron la CGT de Moyano y la Azul y Blanca, la CTA de
Micheli, las burocracias autónomas, sectores combativos sueltos y
organizaciones territoriales inclusive. Esto expresó una ola de descontento
generalizado ante las condiciones que se estaban viviendo, sobrepasando
los intereses corporativos que hicieron jugar las burocracias sindicales.88
Además de estos paros generales, acciones puntuales organizadas por
sectores combativos del movimiento obrero son un claro termómetro de la
situación. Los cortes en Panamericana y otras rutas por parte de los
trabajadores de Kraft, Pepsico, Fate y Donnelley en Buenos Aires, los
piquetes de los trabajadores de las fábricas del cordón industrial de San
Lorenzo y Gran Rosario, los paros de las autopartistas, metalúrgicas, subtes
y ferrocarriles porteños, y las medidas de fuerza del sector de
telecomunicaciones (call centers) son algunas de las expresiones de
conflictividad social que se están dando desde estos sectores.
Es interesante profundizar la situación de los sectores de trabajadores de
84
Esta central aglutina a más de 15 gremios aproximadamente ‐250.000 afiliados‐ entre los que se
encuentran ATE, Maestros, Portuarios, sectores de Luz y Fuerza, Visitadores Médicos entre otros. Tiene
sistema de elección directa: 1 afiliado 1 voto para elegir autoridades de la Central.
85
La Bancaria, la UTA, y La Fraternidad entre otros
86
Un ejemplo de ello son la línea B del subte porteño, la línea 60 de colectivos del conurbano bonaerense,
la línea Sarmiento de la Unión Ferroviaria de Buenos Aires (Pollo Sobrero), los Municipales de Jujuy, SiTraIC,
la FOETRA de Buenos Aires, los Ceramistas de Neuquén, la Comisión Interna de Donnelley, Kraft y Lear,
entre otros.
87
Al final de la medida la dirección resolvió levantar el paro a contramano de las decisiones de asamblea.
Pero las bases ya desgastadas por las dos semanas y media de medida no pudieron hacer saltar los fusibles
en el sindicato.
88
Los sectores más combativos incluso intentaron poner en agenda el reclamo por la liberación y
desprocesamiento de los presos petroleros y estatales de Santa Cruz.
76
autopartes, uno de los tantos afectados por la recesión local y regional. La
caída en la producción local de las automotrices encuentra explicación en
varios factores, entre ellos, la restricciones a la importación de autopartes,
el impuesto a la compra de algunos automotores, el incremento de los
precios a raíz de la devaluación que impactaron en la demanda interna, y
una menor demanda de Brasil, principal destino de la producción
automotriz. A pesar del intento del gobierno por mitigar los efectos de la
crisis a las empresas automotrices con el ProCreAuto ‐programa que
fomentaría el consumo interno‐ las mismas utilizaron la variable de ajuste
habitual en momentos como estos: los trabajadores. El reclamo y la presión
de los trabajadores obligaron a las conducciones de UOM y SMATA a
reconocer una cifra de entre 14000 y 15000 suspensiones y miles de
despidos, principalmente en plantas ubicadas en las provincias de Córdoba,
Buenos Aires, Santa Fe, San Luis y Tierra del Fuego. Además de estas
medidas de recorte patronal abalado por el Estado, otras maniobras como
el anticipo jubilatorio y las vacaciones adelantadas fueron alguna de las
estrategias de los capitalistas para afrontar la disminución de la demanda.
Inmediatamente sectores de obreros fabriles de Volkswagen y Ford
iniciaron medidas de fuerza en respuesta al ajuste. Algunas plantas fueron
tomadas como el caso de Gestamp ‐donde 69 trabajadores fueron
despedidos‐ intentando el Estado desalojar a los mismos con la Policía
Federal. Es de destacar el hecho de que la policía permaneció dentro de la
fábrica haciendo rondas y controlando a los trabajadores, situación que los
empleados denunciaron como homologable a los años de la dictadura
donde se “militarizaron” los lugares de trabajo. Otro caso significativo fue el
de la autopartista LEAR en Buenos Aires, que suspendió a más de 300
trabajadores y despidió alrededor de 100 más. La resistencia a este
avasallamiento de la patronal también fue duramente reprimida por las
fuerzas de choque del Estado Nacional. Ante las suspensiones y despidos, y
la falta de amparo de la conducción de estos sindicatos burocráticos, los
trabajadores recurrieron a hacer cortes en Panamericana que son a la
actualidad frecuentemente reprimidos por la Gendarmería o la Federal89.
Aquí se evidenciaron por un lado nuevas modalidades de lucha de los
sectores oprimidos así como también nuevas modalidades de persecución
89
En este conflicto inclusive un gendarme simuló un accidente tirándose arriba del capot del auto de uno
de los manifestantes. Así también se justificó la detención del conductor, produciéndose forcejeos y golpes
con otros manifestantes. Tiempo después salió a la luz que este “gendarme carancho”, como se lo empezó
a llamar en los medios, habría operado bajo las órdenes directas de Roberto Galeano, un coronel retirado
que venía siendo denunciado como infiltrado en las manifestaciones de los trabajadores de LEAR. Este ex
coronel fue defendido por el Secretario de Seguridad Sergio Berni desde un principio como asesor suyo,
pero al tiempo fue despedido. Como dato relevante vale mencionar que una de las detenidas en el marco
de las protestas en LEAR fue una hija de desaparecidos, nacida en cautiverio
77
y criminalización de la protesta.
En el sector público también hubo importantes expresiones de resistencia
al ajuste y la inflación. Sólo durante el último año se registraron cientos de
paros, movilizaciones y cortes en todas las provincias del país, por parte de
los empleados estatales nacionales, provinciales y municipales así como del
sector salud, los maestros y docentes entre otros. Algunas de estas medidas
terminaron en represión y encarcelamiento de militantes gremiales tal
como sucedió en Río Gallegos, Santa Cruz en octubre de 2013 donde 5
estatales de ATE de Río Gallegos fueron detenidos bajo una causa armada
por el Estado cuando luchaban justamente por aumento salarial y contra la
precarización laboral. Los estatales fueron finalmente liberados, pero ya
habiendo cumplido un tercio de la pena en prisión en el marco de un juicio
plagado de arbitrariedades.
En la misma provincia otros conflictos sindicales habían ya terminado en
infiltración, represión y cárcel, como fue el caso de los petroleros de la
localidad de Las Heras. Los mismos fueron encarcelados falsamente
acusados de haber matado a un policía en el marco de una movilización de
trabajadores y desocupados en 200690. También en otros puntos de la
Patagonia se dieron situaciones de represión como fue el asesinato del
docente Fuentealba en la provincia de Neuquén (2007) a manos de la policía
provincial de Sobisch durante un reclamo sindical.
Durante los últimos años en Resistencia, Chaco, el armado de una
multisectorial (sindical, territorial y de pueblos originarios) fue reprimido
tantas veces como salieron a la calle por la policía provincial de Capitanich
y Bassilef. Sumado a este contexto de conflictividad social, en el marco de
las numerosas medidas de fuerza de sectores combativos de la Unión
Ferroviaria en Buenos Aires, se dio en 2012 el impactante asesinato de
Mariano Ferreyra, un joven militante del Partido Obrero que apoyaba el
conflicto en solidaridad. Este asesinato destapó las complicidades entre la
conducción del sindicato ferroviario, las patotas, empresarios y miembros
del gobierno Kirchenerista.
Otro tipo de resistencias que se han generado durante la última década son
aquellas manifestaciones populares organizadas contra episodios
catastróficos desprendidos de la precariedad en la que actualmente están
sumidos los sectores populares en todo el país. El incendio del local bailable
Cromañon (2004), decenas de accidentes de trenes como la Tragedia de
Once (2012), la inundación de la ciudad de La Plata (2013), la explosión de
gas que derrumbó un edificio en Rosario (2013)y los incendios forestales en
90
De los acusados, tres fueron condenados a cadena perpetua a pesar de que se constató que los testigos
sufrieron brutales torturas para declarar en contra de los trabajadores.
78
la Patagonia (2015) son algunos de los hechos que movilizaron a centenares
de familiares a denunciar la desidia y complicidad de la clase política y los
empresarios.
El gobierno acentúa su cara represiva
Como hemos observado hasta aquí, en Argentina cuando hablamos del
aumento de la conflictividad social en los últimos años debemos remitirnos
inmediatamente a la represión y la criminalización de la protesta por parte
del Estado. Las modalidades represivas han variado en su intensidad y en la
forma en que fueron implementadas, de acuerdo al nivel de legitimidad que
el Estado ha gozado. Hablando de los últimos años podemos decir que de
forma progresiva la represión ha ido cobrando una metodología más
explícita. Por un lado continuaron los asesinatos de militantes con motivo
de represión policial a la protesta social. En total se contabilizan al menos
20 muertos en procesos de resistencia durante los tres gobiernos
kirchneristas.91 A esto se suma el avance sostenido del proceso de
judicialización de los conflictos, ampliación y endurecimiento de las figuras
penales. Aquí se registra en número cada vez más alarmante de
encausamientos y persecuciones judiciales a militantes populares, que ha
incluido desde las organizaciones de desocupados, sindicatos, comunidades
originarias, organizaciones de derechos humanos, asambleas y grupos
ambientalistas, partidos políticos, organizaciones territoriales,
estudiantiles, entre otros.
En cuanto a la ampliación y el endurecimiento de las figuras penales, una
situación emblemática es la Ley Antiterrorista de 2011, que viene a ampliar
a las anteriores de 2003 y 2009, también obra del gobierno kirchnerista.
Estas leyes antiterroristas son sin dudas herramientas destinadas a
disciplinar a sectores y organizaciones que resisten y combaten el sistema.
Lejos de ser una novedad son una actualización del esquema represivo de
los sectores dominantes. Esta ley muestra la intención del Estado, en un
contexto de ajuste y mayor conflictividad social, de resguardar sus
privilegios, dotando al aparato institucional de mejores y más eficaces
herramientas para criminalizar a la protesta social y perseguir a los
luchadores (o a cualquier opositor que ponga en riesgo su proyecto político
de dominación).
En sintonía con lo anterior, también nos encontramos con el proyecto de ley
de regulación de la protesta social, “anti‐piquete”, que fue en un principio
91
Dos muertos durante el gobierno de Néstor Kirchner y 18 durante el gobierno de Cristina. Según lo que
muestra este informe elaborado por la CORREPI, bajos los tres gobiernos kirchneristas, además de la
represión a la protesta social, hubo un incremento notable de los casos de violencia institucional y casos
de gatillo fácil. “CORREPI presentó informe anual sobre la represión”, La Izquierda Diario; 29/11/2014.
79
Crecimiento limitado de la economía basada en el extractivismo
Enfocándonos ahora en el plano económico podemos ver que el
kirchnerismo intentó aprovechar un contexto mundial y regional favorable,
con el fin de fortalecer la matriz productiva local y los intereses de la clase
dominante generando las condiciones de continuidad al proyecto
Kirchnerista. En este sentido a lo largo de la presidencia de los Kirchner, las
tasas de crecimiento económico y el superávit fiscal estuvieron
directamente relacionadas con la expansión del modelo extractivo‐
exportador, y una consecuente reprimarización de la economía, que entre
otras cosas fue consolidando un nuevo modelo agropecuario. Este nuevo
esquema económico productivo deja atrás las viejas recetas del Consenso
de Washington, dando paso a la explotación y exportación de bienes
primarios a gran escala, lo que fue generando un ascendente idilio
asociativo entre el capitalismo extractivista (transnacional y nacional) y el
Gobierno.
Los beneficios que dio la asociación entre empresas extractivitas y el
gobierno “nacional y popular” fueron múltiples: por un lado, habilitó modos
de financiación de la política pública –incluyendo prebendas de la misma
clase política‐ y a la par permitió a los capitales trasnacionales la estabilidad
necesaria en la región a bajos costos para la exploración, explotación y
exportación de los recursos locales (favorecidos por el proyecto regional
IIRSA).
Vale puntualizar que en el transcurso de este proceso extractivista no sólo
no se han generado nuevos puestos de trabajo sino que al arruinar suelos y
reservas de agua potable se obligó a las poblaciones aledañas a migrar a
centros urbanos debido al riesgo ambiental que se ha generado en todo el
ecosistema del lugar. La clase dominante así supo articular un discurso de
que la actual dinámica extractivista es irreversible (como en los 90 se fue
generando un discurso en torno a la inoperancia del Estado como
administrador que legitimó el proceso de las privatizaciones). Este discurso
además de generar consenso en torno al extractivismo operó
desacreditando a aquellos sectores que vienen resistiendo al modelo.
Pero las clases dominantes no solo recurrieron al consenso ideológico, sino
que también optaron por la represión y asesinato de los sectores en
resistencia. En Argentina, luego de diez años de conflictos en diferentes
provincias, el levantamiento popular de Famatina, en enero de 2012, logró
colocar en la agenda nacional el problema de la mega‐minería. Sin embargo,
luego de que el gobierno nacional hiciera explícito su apoyo a dicha
actividad, la problemática minera fue segregada a la violencia estatal de las
fuerzas de seguridad provinciales, esto llevó una oleada represiva en
81
Catamarca y La Rioja.Se registra, no obstante, una diferencia en las
provincias de Mendoza y Córdoba donde la resistencia fue más persistente.
Así, en 2007, presionada por las movilizaciones socio‐ambientales, la
legislatura provincial de Mendoza aprobó una ley contra la minería tóxica.
El caso de Córdoba donde vecinos de la localidad de Malvinas Argentina
viene realizando un histórico acampe que ya lleva muchos meses, evitando
la instalación de una de las plantas más grandes procesadoras de soja de la
empresa Monsanto.
En sintonía con lo anterior, es el caso de Esquel, y posteriormente las
provincias de Río Negro y La Pampa, que rápidamente se plegaron a
sancionar una normativa que prohíbe el desarrollo de este tipo minería.
Asimismo, la política de hostigamientos y asesinatos, ligada a la expansión
de la frontera sojera y al proceso de acaparamiento de tierras, afecta de
modo recurrente a las comunidades campesinas y pueblos originarios. Un
caso emblemático fue el asesinato del campesino Cristian Ferreyra,
militante del MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero),
muerto en el 2011 a manos de sicarios enviados por un gran empresario
agropecuario de la zona. En este proceso de resistencia al latifundio sojero
es importante mencionar el llevado adelante por los pueblos originarios en
todo el país. Al igual que en el resto de Latinoamérica, la defensa de los
territorios de las comunidades frente al avance de los empresarios ,
terratenientes y el Estado nacional (histórico genocida de los pueblos
indígenas) continúa profundizándose frente a la estrategia regional de los
sectores dominantes de revalorizar los recursos primarios a cualquier costo.
Algunos ejemplos de esta histórica resistencia son las del pueblo Wichi y
Mocoví en Formosa y Salta, el pueblo Qom en Chaco, el Guaraní en Misiones
y el Mapuche en toda la Patagonia entre otros.
Crisis energética y nuevas alianzas económicas
Entonces, el modelo de re‐primarización en la economía local en esta
“Década Ganada” comenzó a evidenciar desde hace un tiempo un
panorama realmente crítico para los sectores oprimidos. Las cinco
cerealeras más grandes del país –y la región‐ (Cargill, AGD, Bunge, Molinos,
Vicentín y Dreyfus) concentran hoy en día más del 75% de las exportaciones
de granos. A esto se suma la situación general del sistema de producción
agrícola local que tiene una dependencia total de los productos de la
trasnacional Monsanto.93 Otro caso es el de las transnacionales mineras La
Lumbrera, Barrick Gold y Meridian Gold que se han llevado inimaginables
93
Las únicas semillas aptas para la siembra directa, modificadas genéticamente son vendidas por la
trasnacional y solo sirven para una cosecha. Los agrotóxicos utilizados también son propiedad
de Monsanto.
82
extractivistas, es interesante el uso que ha hecho el gobierno del tema Islas
Malvinas. Si bien por un lado no es para nada positivo tener instaladas bases
del proyecto imperialista británico a escasos kilómetros de nuestro
continente, fue innegable la puesta en agenda de esta temática que ha
hecho el gobierno cada vez que surgen denuncias o episodios de resistencia
frente al saqueo de las transnacionales mineras.
Volviendo al análisis de la matriz económico‐productiva sobre la que se
apoyó el kirchnerismo, una de las cuestiones más emblemáticas y
determinantes que ha empezado a generar un importante desgaste
institucional ha sido la cuestión de los recursos energéticos. Durante los
últimos 12 años de gestión de los Kirchner, Repsol –multinacional de
capitales españoles‐ se encargó, con la venia del Ministerio de Planificación
de Julio De Vido, de distribuir entre sus socios externos casi la totalidad de
la ganancia de la extracción y venta de petróleo y gas del suelo local. En este
proceso de reparto de la torta, no solo el beneficio salió del país sino que se
“olvidaron” de responder a la creciente demanda local energética, lo que se
traduce en que la inversión en exploración y desarrollo de yacimientos fue
prácticamente nula de parte del grupo inversor.96 A raíz de esto la
producción de hidrocarburos disminuyó considerablemente y el Estado tuvo
que empezar a importar energía de países vecinos. Como dijimos
anteriormente el precio internacional de los hidrocarburos –y
principalmente el gas y el petróleo‐ ha estado aumentando de manera
considerable, por lo que el Estado argentino empezó a evidenciar una gran
pérdida de divisas al entrar en la dinámica de la importación de energía, y
como ya sabemos en el sistema capitalista toda pérdida se hace pagar a los
de abajo.
El costo de la importación de gas y petróleo en el último tiempo ha revestido
una magnitud tal que el Gobierno echó mano a las reservas del Banco
Central de la República Argentina (BCRA), es decir al dinero del pueblo que
“ahorra” el Estado para mostrar seriedad frente a banqueros y financieras
internacionales. Estos costos que se sumaron a la fuga por el pago de los
créditos al Club de París disminuyeron las reservas del BCRA a un poco más
de la mitad en los últimos cuatro años. Este proceso fue acrecentando la
96
Particularmente lo sucedido en el sector del transporte tendría plena similitud con la política energética
del gobierno. Más allá de la re‐nacionalización de la deficitaria Aerolíneas Argentinas y la compra de
vagones de tren a China en el último año, el modelo kirchnerista no ha podido ocultar una continuidad del
abandono estructural del Estado con respecto al transporte y una falta de control sobre la no inversión de
las empresas amigas del gobierno. Los accidentes de San Miguel en 2011, de Flores el mismo año, los dos
ocurridos en Once en 2012 y 2013 y el de Castelar en el mismo año (todos en Buenos Aires) entre otros,
dieron cuenta de la complicidad del gobierno con los empresarios del transporte no solo en los negociados
de las concesiones sino en la garantía de la impunidad ante los siniestros donde fallecieron más de 60
personas y resultaron heridas arriba de mil.
84
escasez de dinero circulante y la depreciación ‐o pérdida‐ de valor del peso,
por lo que el Estado optó por la emisión indiscriminada de billetes,
generando una inflación creciente.Medidas como el cepo cambiario, el
freno a las importaciones o el blanqueo de dólares a cambio de bonos
(CEDINES) poco pudieron revertir la tendencia. En un intento de dar señales
de estabilidad al sistema financiero y cumplir con más énfasis las exigencias
de los organismos de crédito internacionales97 el Estado Nacional tuvo que
reconocer la crítica situación inflacionaria anunciando, a principios de 2014,
una devaluación de la moneda.
En medio de esta inestabilidad económica, sectores empresariales para
seguir enriqueciéndose fueron acordando a puertas cerradas con el
gobierno aumentos sucesivos de precios.98 Posteriormente se irían
sucediendo hasta hoy ficticios congelamientos de precios (“cuidados”), para
nada reflejados en la realidad. Y es así como en todo el 2014 en el marco de
una inflación pronunciada, se han ido produciendo sucesivos aumentos de
precios en combustibles, pasaje de transporte, alimentos, materiales de la
construcción y otros bienes y servicios.
Pero uno de los últimos capítulos en la crisis de la economía argentina tiene
que ver con un agravamiento de la situación de endeudamiento del país. La
deuda contraída por la clase dominante local a lo largo de la historia
(profundizada luego de la dictadura del ´76) fue reforzada por la clase
política en su conjunto en este período. La falta de liquidez y reservas del
BCRA, sumado al creciente déficit fiscal impulsó al Estado nacional a seguir
con la lógica de dependencia, no solo contrayendo más deudas con la usura
internacional99, sino estableciendo un marco de legalidad en los
compromisos de pago con los llamados “Fondos Buitres” de Nueva York y el
Club de Paris.100 El objetivo coyuntural del proyecto kirchnerista es acceder
a mayores créditos e inversiones externas de los capitales privados de las
principales potencias mundiales. Esta legalización, que reconoce la
nacionalización anterior de la deuda, no solo estaba lejos de plantear una
97
Ver Acuerdo de crédito de 1000 millones de dólares entre el gobierno y la Goldman Sachs, "Llegan
refuerzos para las reservas del Central", 30/03/2014, Página 12.
98
Tal como ocurriera por ejemplo dos días después de las elecciones del 27 de octubre de 2013 con los
supermercadistas. “Moreno autorizó subas de hasta 12% en limpieza, alimentos y bebidas”, Radio
Continental 29/10/2013.
99
El total de la deuda actual es de 320.300 millones de dólares compuesto por 196.100 millones de Deuda
Pública, 18 mil millones de Pagos pendientes de Cupón PBI, 3 mil millones de intereses al Club de Paris,
11.100 millones fuera del canje con los "Fondos Buitres", 13 mil millones de juicios en el Ciadi, 10 mil
millones de deudas provinciales y 68.500 mil millones en deuda externa privada. (GIULIANO, Héctor Luis,
"Una deuda que nos aplasta"; Plazademayo.com)
100
Se le llama “Fondos Buitres” a los sectores especuladores financieros que se dedican a comprar títulos
de deuda pública a bajo precio a economías en situación de crisis, para luego accionar judicialmente para
el cobro total de los mismos por los años adeudados.
85
disputa soberana denunciando la ilegalidad de la misma sino que
comprendía por ejemplo aceptar la jurisdicción de los tribunales
norteamericanos para el régimen de pago. De este modo, el esquema
político local en el marco del sistema de dominación global cierra un círculo
vicioso de dependencia y endeudamiento promovido por la clase
dominante argentina, donde los costos sin dudas los están pagando y los
pagarán las siguientes generaciones de los sectores oprimidos.
Disputas dentro de la clase dominante
Por otro lado, rasgo distintivo de este período es la posibilidad de comenzar
a ver rupturas significativasen el marco de unidad de la clase dominante
local. Aquí es necesario remontarnos hacia 2007‐2008 cuando un sector
importante de terratenientes disfrazados de “pequeños productores
agrarios“, aglutinados en torno a la Mesa de Enlace, comenzó a cuestionarle
al gobierno kirchnerista la política agropecuaria de retenciones a las
exportaciones. Estos enfrentamientos expresaron una batalla desaforada
por los márgenes de la excesiva renta agraria producida por la especulación
sojera, lo que le venía permitiendo a algunos –los llamados “productores”‐
la acumulación desenfrenada de capitales, y a otros –los sectores políticos‐
disfrutar de las retenciones.101Esta disputa generó inmediatamente una
escalada en los precios de los alimentos para consumo interno, generando
focos de desabastecimiento. Este conflicto entre los de arriba fue utilizado
por el gobierno para montar una polarización ficticia entre sectores
“oligarcas” y sectores que “representan al pueblo”.
Lo particular de este momento, fue que la disputa entre sectores de la clase
dominante se trasladó inmediatamente al terreno de los medios masivos de
comunicación. Si bien ya existían antecedentes de disputa entre sectores
políticos y empresarios de medios monopólicos (principalmente durante la
gestión alfonsinista), a partir del conflicto agrario se reavivaron los
bombardeos de opinión y los intentos de instalación de discursos
hegemónicos. En este enfrentamiento el Grupo Clarín, principal grupo
multimedios del país que gracias a Néstor Kirchner había obtenido una
extensión de sus licencias de TV y radio por diez años y había logrado formar
el mayor operador de cable de Argentina, pasó a convertirse a partir de
2008 en el enemigo simbólico número uno del gobierno. El abierto apoyo
de Clarín a los intereses de sectores dominantes vinculados al campo dio
pie a una batalla entre el multimedio y el kirchnerismo que tiene
importantes repercusiones hasta la actualidad.
101
El conflicto se desató por la resolución 125 que establecía un nuevo sistema de retenciones móviles a
la exportación, sujetando su aumento o disminución a la evolución de los precios internacionales, de modo
que, a mayor aumento del precio internacional, menor fuera su impacto en los precios internos.
86
Así a mediados de la década de gestión kirchnerista se comienza a
evidenciar un proceso de resquebrajamiento dentro de la clase dominante,
visible a partir de una serie de procesos de disputa de poder. Para 2009 en
el marco de la continuidad de esta disputa, el kirchnerismo aprobó la Ley de
Medios con la excusa de ir por la democratización de los medios de
comunicación, intentando trasladar dicho enfrentamiento a los ámbitos
cultural‐comunicacional‐ideológico. No solo no hubo un mayor acceso de
las organizaciones sociales a los medios comunitarios como argumentaba
originalmente la ley102, sino que la supuesta ley anti‐monopólica permitió la
subsistencia y la reconfiguración de entramados empresariales
monopólicos ‐sean o no oficialistas‐.103
La disputa entre los sectores dominantes además se evidenció en otros
terrenos como el de las instituciones de la tradicional burguesía nacional,
como son la UIA (Unión Industrial Argentina), la Sociedad Rural (SRA) y la
Asociación de Bancos Privados (ADEBA) entre otras. Lejos de intentar atacar
la concentración económica estructural del país, el proyecto kirchnerista,
aliado a grupos económicos importantes, llevó adelante medidas como la
modificación a la Ley de Abastecimiento, con el objetivo de establecer
mayores controles sobre aquellas empresas alejadas del esquema de
alianzas.
Otro sector de disputa entre poderosos fue el que se trasladó al ámbito de
las instituciones judiciales. Así el gobierno fue por un recambio en la Corte
Suprema de Justicia, una renovación de todos los cargos intermedios
introduciendo profesionales leales al proyecto e inclusive una
transformación en el sistema de designación de jueces. Cada una de estas
medidas representan en sí movimientos tácticos del proyecto gobernante
frente a la disputa inter‐clase dominante, cuyo proceso de profundización
comenzó a sacar a la luz hechos de corrupción (inherentes al Estado y la
clase política) que dan cuenta de una continuidad con los niveles de la
década del ‘90.104
102
El 33% de las licencias serían destinadas a medios comunitarios. Sin embargo las organizaciones sociales
tienen que disputarle ese porcentaje a la poderosa Iglesia Católica y a un sinfín de ONG´s vinculadas más
que nada a sectores de poder, ambos con más capacidad real de acceder a la licencia.
103
El enfrentamiento Gobierno ‐ Clarín tuvo otro escenario: la pelea por el control de Papel Prensa, la única
productora de papel para periódicos del país, que pertenece mayoritariamente a ese multimedio y al
diario La Nación, y minoritariamente al Estado. A fines de 2011, el kirchnerismo aprobó una polémica ley
que declaró de interés público la fabricación, comercialización y distribución del papel de diario y reguló
el funcionamiento de Papel Prensa. En 2013 el kirchnerismo también presentó un proyecto de ley para
expropiar parte de la empresa y convertir al Estado en el principal accionista.
104
Caso Skanska, caso Chiconne, manejos en Futbol Para Todos, caso Hotesur, caso Antonini Wilson, el
escándalo de Lázaro Báez y obras del Ministro De Vido, caso de Felisa Micheli –cuando era Ministra de
Economía‐, caso Declaración Patrimonial de Cristina entre otros.
87
Sumado a lo anterior, esta disputa entre sectores de la clase dominante en
los últimos años fue incorporando nuevos actores, a la par de ir
complejizando el escenario y los episodios de la misma. Un ejemplo fue el
de los saqueos pre navideños de 2012 y 2013 (éstos últimos precipitados
por los acuartelamientos policiales), en donde sectores reaccionarios
opositores aprovecharon un contexto de importante crecimiento de la
pobreza para impulsar a punteros políticos a iniciar estas acciones. Las
víctimas volvieron a ser los excluidos (principalmente jóvenes), en muchos
casos encarcelados y muertos durante estos episodios. Esta complejidad en
el enfrentamiento de los sectores dominantes se ha visto también
expresada en el amotinamiento de Gendarmería y Prefectura a finales de
2012 y los acuartelamientos policiales en todo el país a fines de 2013. Más
allá del descabezamiento formal de las instituciones militares y policiales,
la respuesta del Estado y la clase política fue el reconocimiento de
necesidad de dichos actores para mantener el orden social, traducido en un
aumento significativo en las remuneraciones de las diferentes fuerzas
represivas. Además de este modo no solo se evidenció cómo la clase política
viene protegiendo estas matrices institucionales heredadas de las sucesivas
dictaduras en Argentina, sino también como la misma viene jugando
internas en las fuerzas represivas. Estas internas que expresan sin dudas ese
enfrentamiento entre los de arriba, vienen teniendo mucha trascendencia
desde hace algunos años hasta la actualidad. Basta recordar el escándalo
por las escuchas de los servicios de inteligencia que responden al aparato
de Macri. También debemos traer a colación el momento en que el
kirchnerismo comenzó a forzar el ascenso de Milani, experto en
inteligencia, a raíz de haber perdido influencia en la cúpula de la ex SIDE
(Secretaría de Inteligencia del Estado) para llevar a cabo operaciones de
espionaje e intervenciones favorables a la política del gobierno. Esta disputa
dentro de la ex SIDE comenzó a evidenciarse con la muerte del servicio
“lauchón” Viale a manos del Grupo Halcón de la policía bonaerense allá por
2013. A fines de 2014 el conflicto estalló cuando se descubrió que un sector
de inteligencia estaba operando deliberadamente para grupos opositores,
lo que llevó a Cristina a descabezar la cúpula de esta estructura. Este
entramado de disputas en el terreno de la inteligencia llevó al fiscal
Nisman105 a realizar denuncias contra el Gobierno Nacional –su viejo aliado‐
vinculándolo a la impunidad del atentado a la AMIA a raíz de un acuerdo
entre estados con Irán (que nunca llegó a prosperar). Acto seguido el fiscal
105
Alberto Nissman no solo tenía relaciones estrechas con sectores de la inteligencia opositores al
gobierno sino que además poseía fuerte relacionamiento con la CIA y el Mossad. Además fue uno de los
encargados de garantizar la impunidad ante la desaparición de guerrilleros durante el asalto al cuartel de
La Tablada a principios del 89´.
88
denunciante aparece muerto en su departamento. Se han tejido varias
hipótesis hasta el momento, aunque en todas ellas se expresa claramente
ese enfrentamiento entre sectores de la clase dominante que estamos
analizando. Guiándose en sondeos de opinión pública, una de las salidas del
proyecto kirchnerista a esta situación fue la de aparentar un
desmantelamiento del viejo aparato de inteligencia para que, acabada esta
crisis, vuelva al funcionamiento tradicional bajo una nueva
denominación.106Por otro lado, un fenómeno que no podemos ignorar,
porque también responde a una incorporación de nuevos actores de poder
dentro de las clases dominantes, es el crecimiento de los narco‐
empresarios. En correlato con América Latina, sectores de poder con la
complicidad de jueces, políticos, empresarios y fuerzas de seguridad se han
constituido en importantes grupos de presión en el marco del
empobrecimiento estructural del país y la marginalidad creciente en los
grandes centros urbanos. Un síntoma de esto es la creciente violencia
armada entre los pobres y el aumento de la mortalidad juvenil, tanto por el
consumo de drogas como, mucho más, por el enfrentamiento entre bandas.
La estructura organizativa del narcotráfico se complejizó de tal manera que
los verdaderos responsables viven en el lujo y la opulencia mientras los
escalones más bajos constituidos por sectores marginales son la variable de
ajuste.
Esta situación de marginación, precariedad y desigualad social con la
consecuente violencia social que vive gran parte de la población en
Argentina, se condice con un contexto de descomposición del tejido social
de los sectores populares, quienes sin capacidad de acción o iniciativa han
quedado en su mayoría a merced de los intereses de los de arriba, lo que
supone un claro triunfo del neoliberalismo. Esto explica a las claras, como
pudimos observar en este análisis, no solo la proliferación de redes del
narcotráfico y enfrentamientos de bandas armadas, sino también la
permanencia de sistemas clientelares de administración de la pobreza en
las barriadas más marginales del país.
106
De SIDE pasó a llamarse Secretaría de Inteligencia (SI). Actualmente se propuso refundarla bajo el
nombre de AFI, Agencia Federal de Inteligencia. Así, como corolario del proceso de “renovación” de la
Secretaria de Inteligencia, nos encontramos con un ingreso de organizaciones afines al gobierno, como La
Cámpora, en organismos de espionaje estatal.
89
A MODO DE SÍNTESIS
Entendemos a este contexto histórico como de resistencia para los de
abajo, al mismo tiempo que caracterizamos que en la etapa actual
encontramos al sistema de dominación capitalista en su fase neoliberal. Así
podemos ver cómo en la búsqueda de un perfeccionamiento, este modelo
de poder de dominación se transforma condicionado tanto por los diversos
procesos de resistencia de los de abajo como por las disputas internas de la
propia clase dominante. Estableciendo, entonces, reconfiguraciones en su
estrategia de opresión política, cultural, social, económica, ideológica,
jurídica y militar. A partir del análisis desarrollado anteriormente podemos
ver que algunas características fundamentales de este modelo de poder
son:
• Intervencionismo de proyectos imperialistas como una de las estrategias
principales, expresado en la invasión de territorios, la promoción de
guerras civiles y el estímulo de inestabilidades políticas y económicas en
países dependientes.
• Disposición geopolítica de grandes zonas del mundo en función de la
estrategia de dominación de las diferentes potencias hegemónicas y la
división internacional del trabajo. Regionalización política‐económica a
partir de bloques.
• Preeminencia del modelo extractivista luego de un período de dominio
del capital financiero que dejó a las élites de los países más pobres en un
grado de mayor dependencia frente a las potencias, generando un efecto
devastador para las clases oprimidas.
• Especulación y control del capital extractivista al punto que ha generado
una crisis alimentaria sin precedentes a nivel global, provocando un período
recesivo.
• Mayor injerencia de los organismos de créditos internacionales sobre los
países dependientes.
90
• Ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, aumento de la pobreza
y la precariedad de la vida.
• En Latinoamérica la clase política garantizó esta nueva fase del modelo de
poder capitalista a través de una reprimarización de las economías en
función de la división internacional del trabajo, ya sea a través de una
continuidad de proyectos conservadores de las élites de la región, o de un
viraje hacia proyectos de sectores políticos locales de retórica nacionalista
y socialista. Esto último, en función de un reacomodamiento institucional
del Estado como respuesta a diversos estallidos populares.
• Nuevas formas de control social entre las que se destacan las políticas
focalizadas que agudizan la fragmentación social y consolidan la exclusión
de gran parte de la población del mundo, tanto del trabajo como del acceso
a servicios básicos.
• En Argentina, preeminencia de la injerencia de capitales extractivistas y
potencias extranjeras luego del control y vaciamiento del capital financiero
que terminó marginando a gran parte de los sectores populares.
• Profundización en la configuración de un mapa de poder centralista
montado en elementos histórico‐estructurales que generaron una mayor
dependencia de las provincias hacia el Estado Nacional.
• Enfrentamiento entre sectores populares en el marco de una creciente
violencia social producto de la desigualdad persistente, la precariedad de la
vida y el aumento del narcotráfico como factor catalizador.
Por otra parte podemos observar que, salvo algunas excepciones, existe
una discontinuidad en el proceso de acumulación de la resistencia de los
sectores oprimidos frente al modelo de poder. Esto se expresa en una
mayor fragmentación y regionalización de las mismas. Si bien durante esta
etapa se sucedieron y se suceden con diferentes intensidades, oleadas de
estallidos populares por regiones, puebladas locales así como también
luchas sectoriales, estas experiencias no llegan a constituirse en
catalizadores de resistencias más generales espacial o temporalmente.
Como excepción a lo anterior, existen algunos procesos de resistencia que
han tenido importantes grados de acumulación y poseen cierta
potencialidad que podría permitir pasar a una ofensiva contra los sectores
dominantes. Entre los mismos se destacan las dos décadas de
levantamiento indígena‐campesino de los zapatistas en Chiapas y el
reciente proceso revolucionario iniciado por sectores del pueblo kurdo en
Rojava luego de años de lucha emancipadora contra los Estados de la
región. Resaltan en dichos procesos elementos articuladores en función de
la etnicidad, la multiculturalidad y la lucha contra el patriarcado, entre
otros. Ambos procesos de enfrentamiento con el sistema de dominio local
renuevan la esperanza en la posibilidad de construcción de una sociedad
autogestiva.
92
93
ÍNDICE
Introducción………………………………………………………………………………………… 3
Primer Período de la Etapa………………………………………………………………….. 5
Mundial……………………………………………………………………………………………….. 7
Multipolaridad económica
Conflictos étnicos y el “terrorismo islámico”, las nuevas amenazas
Latinoamericana……………………………………………………………………………….. 12
Democracias tuteladas
Hacia una nueva división internacional del trabajo
Resistencias al neoliberalismo
Argentina…………………………………………………………………………………………… 17
Alfonsinismo e influencia militar
El surgimiento del menemismo
Flexibilidad laboral, respuesta de los de abajo y represión estatal
Alineamiento con EEUU y “Pacto de Olivos”
Segundo Período de la Etapa……………………………………………..…………….27
Mundial………………………………………………………………………………………….29
Economía: multipolaridad, recesión y nuevas potencias emergentes
Estrategia intervencionista
La primavera árabe y la resistencia en Medio Oriente
Crisis alimentaria mundial y el “boom de las materias primas”
Crisis financiera del 2008
Cambios en la política exterior norteamericana
Latinoamericana………………………………………………………………………………49
94
De la deslegitimación estatal al “socialismo del siglo XXI”
Los límites del anti‐imperialismo de los de arriba
La creciente relación de Latinoamérica con China y Rusia
Aumento paulatino de la conflictividad social
Argentina……………………………………………………………………………………..64
Camino al 2001 y al “que se vayan todos”
Kirchnerismo: salvataje de la gubernamentalidad estatal y
profundización del centralismo argentino.
Derechos humanos y sociales selectivos
Fragmentación en las luchas de la clase oprimida
El gobierno acentúa su cara represiva
Crecimiento limitado de la economía basada en el extractivismo
Crisis energética y nuevas alianzas económicas
Disputas dentro de la clase dominante
A modo de síntesis ………………………………………………………………………. .89