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Actividad 1 – José Manuel Cordero Martínez

Este artículo sugiere que la geografía debería considerar la espacialidad de lo público como
horizonte de estudio de dicha disciplina para así abordar con éxito los problemas emergentes
de la ciudad contemporánea, problemas donde a menudo el espacio público es centro de
interés. Para ello, el autor del texto propone categorías de análisis como el concepto de
público, espacio público, lugar público y significación del lugar público para proyectarlos en la
teoría geográfica. El lector entiende que las categorías de público y espacialidad se tratan en
geografía, pero que a su vez se pisan con otras disciplinas como la sociología o la antropología
urbana. El objetivo de la reflexión del texto es vincular lo público con lo espacial, la
construcción de lugares y la construcción de experiencias ligadas a lugares.

El texto se divide en dos partes. La primera analiza la esfera pública, el objeto y acción del
espacio público y el uso y apropiación de este, mientras que el resto trata el lugar público
como espacio geográfico, experiencia y espacio urbano, el significado y sentido de lugar y el
significado de lugar público. Acaba con una síntesis como conclusión.

El problema principal que plantea el texto es la definición de dos conceptos: espacio público y
lugar público. El problema radica en que es necesario diferenciarlos y describir qué implica
cada uno para poder incluir dichos términos en la teoría y práctica geográfica. Antes de
profundizar en el espacio y lugar públicos, el autor, a través de la teoría de la filósofa alemana
Hannah Arendt, define el concepto de público. Lo público va ligado con lo social, con la unión
de personas, y es esa condición de central la que actúa como red y pone en contacto a
personas diferentes con un objetivo o propósito en común, ya sea político, de ocio o
comercial. Lo público no se puede dar sin la centralidad ni la participación del ciudadano.

Lo público, como algo común a todos, está compuesto por los objetos que fabrica el ser
humano y los asuntos que estos tienen en común. Estas dos dimensiones del espacio público
funcionan como agentes modeladores de la esfera pública, la cambian y la convierten en un
aspecto más de la vida social y la vida cotidiana. Por un lado, los objetos son un punto crucial
en la construcción del espacio como categoría de pensamiento y de análisis, puesto que
suponen un testimonio de la acción humana y permite ahondar en la vida material del ser
humano. Es por esto por lo que el espacio público y los objetos, como dato social y geográfico,
deben ser un horizonte de estudio más para la geografía.

Por otro lado, el análisis geográfico tendría que tener en cuenta también los asuntos comunes,
ya que forman parte de la condición social y política del ser humano. En el espacio público se
dan encuentro seres que llevan a cabo acciones y labores, que tienen asuntos en común, y así,
en cooperación, construyen un mundo habitado. El ser humano es un animal socialis, un ser
consciente de sus acciones para con otros humanos. Es aquí donde el espacio público se
convierte también en un espacio de tensiones y conflictos producto del encuentro de visiones
y actividades diferentes. La ciudad, como espacio público producto del uso social, genera obras
públicas y lugares significantes para reunir a los ciudadanos con sus objetos y asuntos
comunes.

La conflictividad, que es connatural al espacio natural, da lugar a reflexionar sobre los


conceptos de uso y apropiación. En pocas palabras, el uso hace referencia a la correspondencia
entre los actos y el conjunto de normas y reglas, y la apropiación, al acto de construcción de
significados de un espacio público, incorporando el espacio a la experiencia. En Sevilla, por
ejemplo, se viene usando una parte del Parque de los Príncipes y las dependencias de Lipasam
como botellódromo. Aquí, la correspondencia entre los actos y normas y reglas se da
negativamente. Las normas, que son las acciones esperadas (el parque es un lugar de reunión
Actividad 1 – José Manuel Cordero Martínez

y ocio donde hay que mantener un clima de calma y respetar la naturaleza), y las reglas, que
son las acciones prefiguradas y tipificadas (no se puede beber en la calle, los menores no
pueden beber, debe mantenerse un límite de ruido, etc.), son rechazadas. Los jóvenes,
mediante el uso de este espacio, se apropian de él y de su significado.

Hacia la mitad del texto, el autor cambia el sujeto y pasa a hablar de lugar público. En los
anteriores párrafos ya ha ido dejando caer que un lugar público era un espacio público que
incorpora la experiencia y el significado. Mientras que el espacio público es un campo de
conocimiento y objeto de estudio, el lugar público es algo más concreto, que comprende tanto
una realidad física como la huella que deja la experiencia espacial de la vida cotidiana de las
personas. Luego pasa a definir el significado y sentido de lugar: el sentido es consciencia
individual, pero en contacto con las demás consciencias. El adolescente que bebe en Lipasam
ha aprendido que no se puede beber en espacios públicos, pero al percibir y ser consciente de
que otros individuos lo hacen, junta su experiencia a la de ellos y cambia el sentido del lugar
público.

Para hablar de significado, el autor recurre a Durand, Sánchez y Saussure. Dice que el lugar se
debate entre el situ, el locus y el topos, y para diferenciar unos de otros los analiza desde el
signo, signo arbitrario y signo alegórico. El situ lo forman los signos arbitrarios indicativos. Por
ejemplo, la Plaza de España es, vista desde la perspectiva del situ, una plaza por su gran
espacio libre y abierto que disfrutan los turistas y los sevillanos. Mientras que desde el locus y
el topos, esa plaza estaría definida por el conjunto de acciones, objetos y experiencias que ahí
se desarrollan. Es importante porque fue construida para la Exposición Iberoamericana, y por
todo lo que eso conlleva; puede ser un signo alegórico que representa la unión en harmonía de
todas las provincias de España. Pero también puede ser importante para un individuo porque
se haya enamorado mientras estaba allí, o para los adjuntos a determinado partido político,
porque allí se hayan llevado a cabo mítines o campañas.

Es esta relación entre el lugar público y el individuo lo que caracteriza al significado de lugar
público. El autor se refiere a la relación self, a cómo una persona desarrolla su experiencia vital
en lugares reconocibles. Es la experiencia lo que construye tanto la identidad del lugar como la
identidad de uno mismo en relación con esos lugares. En resumen, el individuo necesita
identificarse con los lugares donde se desarrolla y con la demás gente que también se
desarrolla en esos lugares. La geografía humana tiene que tener en cuenta la significación del
lugar público para entender cómo las personas se desarrollan y socializan en él, y cómo el lugar
y el espacio es cambiado por los usos de las personas, las experiencias vividas y las sensaciones
y emociones producidas allí.

Para concluir, me gustaría hacer una evaluación general del artículo de Castellanos Sepúlveda y
decir que no logra transmitir sus ideas plenamente porque se pierde en la terminología, en la
definición y en las ideas de otros autores. Es un articulo muy teórico y abstracto al que le faltan
referencias específicas. Quizás la lectura de dicho texto se hubiese comprendido mejor
leyendo también el trabajo que el autor hizo y que supone el origen de estas indagaciones y
relaciones conceptuales. A pesar de que figuran imágenes en el texto, en ningún momento
relaciona el autor la teoría con las imágenes, ni con la situación concreta de la Plaza de San
Victorino.

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