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RESUMEN ABSTRACT
El autor analiza si desde el punto de vista The author analyzes whether from the
histórico y a partir de las caracterizaciones historical point of view and from the cha-
que, de ordinario, se asocian al sistema racterizations that are usually associated
procesal penal inquisitivo (vale decir: tor- with the inquisitive criminal procedure
tura, confesión, carencias en cuanto a los system (ie, torture, confession, deficiencies
derechos a la defensa y al contradictorio in the rights to defense and contradictory
y, por último, recurso a la prueba tasada and, for last, recourse to the test assessed
como método de valoración de la prueba) as a method of evaluating the test) it is
es posible señalar que se haya orientado a possible to point out that this system was
la búsqueda de la verdad. oriented to the search for the truth.
* El presente texto, con las modificaciones pertinentes, constituye parte del capítulo ii de la tesis Más
allá de toda duda razonable. Crítica a las concreciones actuales del estándar de prueba penal, con la que
obtuve el título profesional de abogado en julio del 2017.
** Abogado por la Universidad Católica San Pablo, Arequipa. Defensor particular y docente asistente
de los cursos: Seminario de Tesis, Introducción al Derecho Procesal, Derecho Penal General y Cien-
cia Política en la misma casa superior de estudios. Extrabajador de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa y exconsultor de la Cooperación Alemana al Desarrollo - Agencia de la GIZ en el Perú.
que el sistema procesal penal acusatorio to, sí eran acusados o convocados para
(o, incluso, el actual adversary system rendir testimonio y, además, podían
en su versión norteamericana) nunca ser (y con toda probabilidad lo eran)
haya conocido ni, menos, empleado la “torturados”. Por ello, la tortura fue
tortura como medio para obtener una considerada medio de prueba ordinario
confesión. en aquel sistema acusatorio “puro”7.
Es que, desde el punto de vista his- Asimismo, recientemente Ambos
tórico, el primer sistema procesal penal demostró que el proceso penal refor-
conocido en la historia, el acusatorio mado de Worms, de 1498, pese a ser
“puro”5, era sumamente injusto, pues eminentemente “acusatorio”, también
el proceso se reservaba exclusivamente conoció y empleó la tortura8. Por su
para los “ciudadanos” o sus familiares, parte, Ormazabal Sánchez también
de modo que cualquiera de estos, con ha demostrado que, en efecto, la práctica
su accusatio —de ahí toma el nombre—, del tormento tampoco era desconocida
eran los únicos que podían iniciarlo; no en el common law. En efecto, el autor
podían hacerlo, en cambio, los esclavos, en mención escribe que en el tormen-
ya que no tenían el estatus para acusar to podía hacerse padecer al reo, así lo
(no podían, pues, pretender ninguna ha indicado en las siguientes líneas:
clase de “venganza”6), aunque, en efec- “[Q]ue rehusase declarar si era culpable
o no […] o para forzarlo mediante
5 Cfr. Ambos, Kai, “El principio acusatorio y el la denominada peine forte et dure a
proceso acusatorio: un intento de compren- consentir ser juzgado por un jurado,
der su significado actual desde la perspectiva consentimiento esencial en el sistema
histórica”, en Donna, Edgardo (dir.), La
prueba en el proceso penal, vol. ii, Santa Fe: de enjuiciamiento inglés”9. Para cerrar
Rubinzal-Culzoni, 2010, p. 590. Armenta
Deu, por su parte, se refiere a él como la
“versión originaria” del sistema acusatorio. Ambos, “El principio acusatorio y el proceso
Cfr. Armenta Deu, Teresa, Sistemas procesales acusatorio: un intento de comprender su sig-
penales. La justicia penal en Europa y América nificado actual desde la perspectiva histórica”,
¿Un camino de ida y vuelta?, Madrid: Marcial art. cit., p. 595.
Pons, 2012, p. 21. 7 Cfr. para el caso de Grecia: Levene, Ricardo,
6 Y este era, quizá, el único derecho perseguible Manual de derecho procesal penal, p. 28, citado
y, por qué no, el primigenio objeto del proceso por Víctor Arbulú Martínez, Derecho pro-
penal en occidente. Cfr., sobre lo primero, cesal penal, t. i, Lima: Legales, 2013, p. 14;
Cuello Iriarte, Gustavo, Derecho probatorio para Roma, y sobre la extensión de la tortura a
y pruebas penales, Bogotá: Legis, 2008, p. 584; cualquier testigo: Falcone, Roberto, El juicio
lo segundo es conjetura del autor apoyada, en oral, 1.ª reimp., Buenos Aires: Ad-Hoc, 2014,
parte, en las reflexiones sobre la “pena” que p. 51.
hacen Jescheck y Weigend. Cfr. Jescheck, 8 Cfr. Ambos, “El principio acusatorio y el
Hans-Heinrich y Thomas Weigend, Tratado proceso acusatorio: un intento de compren-
de derecho penal. Parte general, vol. i, traducido der su significado actual desde la perspectiva
por M. Olmedo Cardenete, Lima: Instituto histórica”, art. cit., pp. 605 y 606.
Pacífico, 2014, pp. 95 y 96. Cfr., también 9 Ormazabal Sánchez, Guillermo, El dere-
sobre esto, aunque de modo más general; cho a no incriminarse, Pamplona: Aranzadi,
este punto, conviene señalar también lo vale decir: asistencia letrada, no incrimi-
paradigmático que resulta que en pleno nación y contradictorio12.
siglo xxi y en la que sería la “cuna” del Los derechos a la asistencia letra-
adversary system, haya surgido “el debate da y a la no autoincriminación (nemo
[…] acerca de la conveniencia de auto- tenetur), de evidente e indiscutible
rizar interrogatorios más ‘duros’ en los valor para el cabal ejercicio del derecho
procesos penales por terrorismo […]”10. a la defensa, ya eran conocidos desde
1234 —con la Glossa ordinaria de las
IMPORTANTE decretales del papa Gregorio ix—, en el
derecho continental. De hecho, según
Es muy difícil —sino imposible— Ormazabal Sánchez, estos derechos
sostener que el sistema procesal pe- recién se conocieron en Inglaterra en el
nal acusatorio (o, incluso, el actual siglo xviii. Antes de ello, la Star Chamber
adversary system en su versión nor- de Westminster, un tribunal especial con
teamericana) nunca haya conocido
competencia en lo civil y en lo criminal
ni, menos, empleado la tortura como
medio para obtener una confesión. y que rigió desde el siglo xv hasta 1641
—deplorado, precisamente, por ser un
tribunal al servicio de la tiranía del poder
2.2. ¿La imposibilidad de ejercer el de- regio—, se caracterizó, de acuerdo con
recho de defensa y el contradictorio el referido autor, por “el secreto o falta
únicamente se dio en el sistema de publicidad de sus actuaciones, el
inquisitivo? hecho de actuar sin necesidad de previa
acusación formal (indictment) y la falta
He de referir, con Nieva Fenoll,
de inmediación y oralidad en el enjui-
que no es cierto que, entre otros as-
ciamiento, todo ello junto con […] el
pectos, todos los procesos penales del
juramento ex officio”13.
sistema inquisitivo hayan sido escritos,
secretos —por ende, carentes de cual-
Tratado de derecho procesal penal, t. i, Lima:
quier forma de publicidad— y sin po- Idemsa, 2015, p. 40.
sibilidades de ejercicio del derecho a la 12 Cfr., sobre la oralidad y publicidad en los
defensa11, con todo lo que este implica, procedimientos de los pueblos primitivos,
Cuello Iriarte, Derecho probatorio y pruebas
penales, ob. cit., p. 576.
2015, p. 30. 13 Ormazabal Sánchez, El derecho a no incri-
10 Ambos, “El principio acusatorio y el proceso minarse, ob. cit., p. 33. Allí mismo el men-
acusatorio: un intento de comprender su sig- cionado autor se refiere también a la High Co-
nificado actual desde la perspectiva histórica”, mission, un tribunal eclesiástico caracterizado
art. cit., p. 606. Para contextualizar la cita, por las mismas notas. (Cfr., para el desarrollo
corresponde señalar que la referencia es hecha durante los siglos xvi y xvii, Ibid., pp. 33-
a propósito del atentado del 11 de septiembre 36; y, para notas posteriores a la Revolución
del 2001. francesa, Andrés Ibáñez, Perfecto, Justicia
11 Cfr. Nieva Fenoll, Jordi, La valoración de la penal, derechos y garantías, Lima-Bogotá:
prueba, p. 2, citado por José Neyra Flores, Palestra-Temis, 2007, pp. 294-296).
libre convicción”29, pues tanto por el así, el tránsito hacia la libre valoración
carácter admonitivo de dichas reglas, al de la prueba en el sistema inquisitivo no
que aludí precedentemente, así como parece haber sido algo tan traumático
porque tal libre convicción siguió estan- como podría uno pensar; de hecho, en
do salvaguardada en algunos supuestos, algunas latitudes —del sur de Europa,
toda vez que las reglas de prueba legal, principalmente— esta podría no ha-
por muy legales que fueran —incluso ber sido lo desconocida que, hoy, uno
en la época codificada de las mismas—, creería.
no cubrían todos los casos y, además, En ese sentido, podría apuntarse
sobre ellas se expresaban numerosas que el sistema de la libre apreciación o
opiniones contrarias de los doctrinarios valoración de la prueba (actualmente
de la época que, como refiere Baldus de conocida como sana crítica racional) no
Ubaldis, dejaban al juez cierto margen correspondió, sin más, al sistema procesal
de discrecionalidad para optar por una penal acusatorio. De hecho, de acuerdo
u otra interpretación (esto, como es con Arocena32, Damaška33 y Taruffo34,
fácil de advertir, es de actualidad30). En este es el sistema probatorio que tras
resumen, en tanto más particularizada algunas variantes que iniciaron con la
era la regla de prueba legal, mayor era íntima convicción, que históricamente sí
el margen de maniobra del juez31. Visto caracterizó al sistema acusatorio “puro”35,
29 Taruffo, Michele, La prueba de los hechos,
traducido por J. Ferrer Beltrán, Madrid: 32 Cfr. Arocena, Gustavo, “La valoración
Trotta, 2002, p. 402. de la prueba (con especial referencia a la
30 Sobre casos actuales similares a los referidos en reconstrucción del hecho, las pericias y las
cuanto al incremento del margen discrecional interpretaciones)”, en Donna, Edgardo (dir.),
del juez como producto de las opiniones La prueba en el proceso penal, vol. i, Santa Fe:
contrarias de los juristas y, en particular, a Rubinzal-Culzoni, 2009, pp. 285-290.
propósito del nivel de corroboración que 33 Cfr. Damaška, El derecho probatorio a la deri-
exigiría el estándar probatorio aplicado al va, ob. cit., pp. 37-39.
reconocimiento en rueda. Cfr. Miranda 34 Cfr. Taruffo, “Contra la verifobia. Ob-
Estrampes, Manuel, “Licitud, regularidad y servaciones disperas en respuesta a Bruno
suficiencia probatoria de las identificaciones Cavallone”, ob. cit., p. 58.
visuales”, en AA. VV., Identificaciones fotográ- 35 Cfr. Neyra Flores, Tratado de derecho pro-
ficas y en rueda de reconocimiento. Un análisis cesal, ob. cit., p. 55. Armenta Deu, Sistemas
desde el derecho procesal penal y la psicología del procesales penales. La justicia penal en Europa y
testimonio, Madrid: Marcial Pons, 2014, pp. América ¿Un camino de ida y vuelta?, ob. cit., p.
117-154; y, Álvarez Dávila, Francisco, “Los 22. Aunque Silva Melero refiere que la prueba
testigos oculares del delito. Apuntes sobre documental tuvo valor pleno (Cfr. Silva Me-
la naturaleza jurídica y presupuestos para la lero, V., “La prueba procesal”, pp. 3-5, citado
validez probatoria del reconocimiento de im- por Elías Polanco Braga, La dinámica de las
putados”, en Herrera Guerrero, Mercedes pruebas en el procedimiento penal, México D.F.:
y Elky Villegas Paiva (coords.), La prueba Porrúa, 2012, p. 3, nota 7), lo que encontraría
en el proceso penal, Lima: Instituto Pacífico, explicación —sin mellar la libre valoración
2015, pp. 181-198. que realizaba el jurado— en razón a que otras
31 Taruffo, La prueba de los hechos, ob. cit., pp. culturas, de data bastante anterior a Grecia o a
393 y 394. Roma, dejaron rastro escrito de limitaciones a
se instituyó —solo formalmente, pues, mismo no hay nadie que pueda objetar
se reitera, ya era conocido desde antes en las caracterizaciones que, de ordinario,
el derecho continental— en el proceso se asocian al sistema procesal inquisitivo,
penal “moderno”, esto es, el diseñado tras resta analizar un último aspecto, cual es
la Revolución francesa (¡paradójicamente definir si, siendo válida la diferenciación
en Francia, donde los jueces, como se y siendo ciertas tales caracterizaciones, es
indicó, no se hallaban preparados para posible señalar cómo un proceso penal
ejercer tan honorable cargo!). adscrito a un sistema procesal penal de
corte inquisitivo puede aspirar, todavía,
¿SABÍA USTED QUE? a la búsqueda de la verdad.
Para ser breve, estimo que si en el
Desde el punto de vista histórico,
el primer sistema procesal penal co- saco del sistema procesal penal llamado
nocido en la historia, el acusatorio inquisitivo se suman tortura, confesión
“puro”, era sumamente injusto, pues obtenida y —además— empleada como
el proceso se reservaba exclusiva- prueba, nulas posibilidades de ejercer los
mente para los “ciudadanos” o sus fa- derechos a la defensa, al contradictorio
miliares, de modo que cualquiera de y a la no incriminación y si se considera
estos, con su accusatio —de ahí toma
el nombre—, eran los únicos que po- también el empleo de la prueba legal
dían iniciarlo; no podían hacerlo, en aplicado a rajatabla, esto es, aplicado en
cambio, los esclavos, ya que no te- su versión más degenerada36 por parte
nían el estatus para acusar, aunque, del juez, no existe posibilidad alguna
en efecto, sí eran acusados o convoca- de decir que un proceso penal con tales
dos para rendir testimonio y, además, ribetes se haya orientado, jamás, a la
podían ser (y con toda probabilidad
lo eran) “torturados”. búsqueda de la verdad (con o sin califi-
cativos, y en mayúsculas o minúsculas).
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