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Legislacion Laboral
Legislacion Laboral
FACULTAD : INGENIERIA
SEMESTRE : 2017-I
UNIDAD I
CONTENIDO TEMÁTICO I
MAYO - 2017
LEGISLACION LABORAL
EL TRABAJO
I.- ASPECTOS GENERALES
Existían una buena cantidad de campesinos libres cuya explotación lograba
mejores resultados que la mano de obra esclava, pero que no prosperó debido al
nulo costo de producción que significaba un esclavo, y su posibilidad de
explotación. Por otra parte, los artesanos dependían de la nobleza y los
comerciantes para poder subsistir, de otra forma devenían en desocupados y
esclavos.
Los grandes territorios conformados gracias a guerras e invasiones, y controlados
por monarquías y otras formas de nobleza, se fueron construyendo alrededor de
los castillos y bajo la protección de poderosos cuerpos de caballeros. Ahora, el
señor feudal en lugar de someter a los pobres a base de látigos y cadenas, lo
hacía de manera encubierta. Los plebeyos vivían en los alrededores de los
castillos, y estaba bajo las órdenes de los terratenientes, se le permitía cultivar una
parcela de tierra para mantener a su familia pero debía estar dispuesto a realizar
cualquier servicio que ordenara el señor feudal, aunque fuera en el castillo, la
hacienda o el ejército; su vida estaba dedicada al señor feudal y en el tiempo que
le sobraba cultivaba para sí mismo y para el sustento económico de su familia, y
para pagar tributos, diezmos y otras solicitudes de los nobles.
A medida que las sociedades se hicieron más complejas en cuanto a
su organización, la variedad de actividades humanas se ha multiplicado y la
división y especialización del trabajo ha aumentado notablemente. Un ejemplo de
esto es que también fueron apareciendo divisiones jerárquicas entre trabajadores
que realizaban una misma labor, como en los gremios de artesanos medievales,
en los que comenzaron las diferenciaciones entre maestros, oficiales y aprendices.
El importante incremento del comercio, las rutas comerciales (y sus consecuentes
peligros) y la especialización, como así también la necesidad de obtener un
permiso para el ejercicio de su actividad y privilegios de mercado, fueron los
hechos que sentaron una base para el comienzo de las agrupaciones de
mercaderes y artesanos, es decir, los gremios.
En sus comienzos los gremios eran igualitarios y solidarios entre sus miembros, y
su finalidad original era obtener protección por parte de las autoridades para sus
actividades y el derecho a regularlas detalladamente. Defendían el derecho de sus
miembros a ejercer su oficio y regulaban la duración de la jornada de trabajo,
los precios y la calidad de los productos, entre otras cosas. Además, algunos
gremios desalentaban e incluso penalizaban el enriquecimiento personal. No
permitían a sus miembros adelantarse y vender antes de determinada hora ni
después de otra, competir con los precios, disminuir la calidad ni la solidez
del producto a cambio de un precio inferior, ni tampoco comprar barato para luego
vender caro.
En los talleres convivían maestros, oficiales y aprendices, pero sin embargo en un
principio no existía una estricta división de tareas, puesto que cada uno fabricaba
piezas únicas completas, una por una y pedidas por encargo. El objetivo de los
gremios era obtener una justicia social igualitaria para todos sus miembros. A todo
aquel que trabajara le correspondía un sustento.
Los gremios poseían personalidad jurídica, mediante una reglamentación otorgada
por la autoridad municipal. Dicha personalidad jurídica obligaba a respetar los
estatutos y la licencia de algunos privilegios. Por otra parte, otorgaba a la
corporación gremial el privilegio de regular su propio oficio, y la posibilidad de
ejercer funciones de policía. Los gremios más antiguos de los que se tiene
constancia son el de panaderos de Pontoise, en 1162, y el de curtidores de Ruan,
en 1163. Sin embargo, ya desde el primer cuarto del siglo XII (aproximadamente
en el año 1121) surgió la hansa parisina, una agrupación de mercaderes que se
atribuyó poderes municipales. Poseía exclusividad sobre el comercio fluvial en
París y derechos sobre el tráfico entre Normandía y Borgoña.
Las corporaciones contaban con una organización interna bastante rígida, y
poseían una jerarquización muy marcada. En primer lugar estaban los maestros,
ellos debían demostrar competencia y capacidad financiera. En algunos gremios
debían realizar una "obra maestra" para conseguir dicha maestría y además pagar
una matrícula. Eran los únicos que tenían la facultad para votar los estatutos y
elegir a los procuradores y jefes del gremio. Posteriormente se adoptó la práctica
de que los hijos de los maestros (hijos aprendices) fueran los que luego
adquirieran la maestría, de esta forma este título paso a ser
de carácter hereditario, disminuyendo casi por completo la posibilidad de lograrlo.
En segundo lugar venían los oficiales, quienes originalmente eran potenciales
maestros. Accedían a la maestría según el estatuto de cada miembro, pero
generalmente era muy difícil que lo consiguieran. Tenían el derecho de recibir
formación, alojamiento, alimentación y salario. Por último estaban los criados
aprendices, éstos poseían bajísimos salarios y no tenían posibilidad de
crecimiento profesional. Muchas veces debían conformarse sólo con ser alojados
y alimentados por un maestro. Sus condiciones de trabajo y de contratación
variaron según el gremio y de acuerdo al tiempo.
El desarrollo de los gremios creció a la par de la intensificación de la competencia
industrial y comercial. Nacidos con fines solidarios, paulatinamente fueron
mutando sus intereses por fines monopólicos. De organismos profesionales que
englobaban a todos los trabajadores agremiados pasaron a ser un organismo de
defensa de los intereses de los maestros exclusivamente. Además, las
limitaciones impuestas para ingresar a los gremios formaron un mecanismo que
repelió a muchos potenciales agremiados hacia las filas de los trabajadores
asalariados, engrosando de esta forma la lista de obreros carentes de derechos,
protección y seguridad laboral.
El gremio local (artesanal –panaderos, herreros-) se va a separar de forma muy
notoria con los gremios más desarrollados, que son los que se crean en torno a
la exportación. En los gremios locales artesanales, tanto las herramientas, como el
taller y la materia prima pertenecen al artesano, como así también el producto que
vende. Por el contrario en la industria de la exportación, el trabajo y el capital se
separaron. El obrero apartado del mercado sólo conoce al empresario que le
paga, separándose del intermediario que se encargará de vender sus productos.
La diferencia con los obreros actuales es que en vez de reunirse en grandes
fábricas, todavía se repartían en varios talleres con pequeñas cantidades de
obreros. El maestro se transformó entonces en un trabajador a domicilio,
asalariado por un mercader capitalista. A pesar de las difíciles condiciones de
vida, este obrero trabajaba todavía en su casa, y organizaba su tiempo con
cierta libertad. En las ciudades más manufactureras del mundo medieval, los
obreros comenzaron a manifestar una gran hostilidad hacia los capitalistas,
quienes no atendían sus reclamos.
Durante un largo tiempo los tres sistemas productivos (el taller artesanal, el taller
manufacturero y el trabajo a domicilio) convivieron. Pero, desde fines del siglo
XVIII, fueron absorbidos por un nuevo modo de organizar el trabajo: la fábrica
industrial. Esta forma de producción nació en Inglaterra. Allí se daban una serie de
condiciones que hicieron posible que, en poco tiempo, se transformara en
una nación industrial; lo que permitió impulsar la tecnología y aplicarla a la
producción. Surgieron entonces los telares mecánicos, que multiplicaban
notablemente la cantidad y la calidad de los productos, y los ferrocarriles y los
barcos de vapor que trasladaban los productos de Inglaterra, como así también un
gran avance en las comunicaciones. Estos avances tecnológicos, conocidos como
Primera Revolución Industrial, tuvieron un gran impacto en la economía y
fundamentalmente, en el desarrollo del trabajo. La modificación más significativa
que introdujo la 1ª Revolución industrial fue el desarrollo de la producción en
masa. Para poder subsistir en el nuevo modelo económico, los empresarios
debían ser capaces de realizar la mayor cantidad de productos en el menor tiempo
posible y al precio más bajo. La mejor forma de hacerlo era utilizando nuevas
tecnologías y organizando el trabajo, de manera tal que aumente la producción.
Una de las industrias que más se desarrolló en este período fue la industria textil.
Este desarrollo fue posible en gran parte gracias a la invención de la máquina
hiladora y el telar mecánico. Estas invenciones comenzaron con una verdadera
revolución en el mundo del trabajo, el cual ya no se realizaba a mano o con
instrumentos manuales, sino que se comenzaron a utilizar máquinas que
reemplazaban el trabajo de varios obreros y que no interrumpían su producción. El
trabajo que antes se realizaba en una gran cantidad de talleres y casas se empezó
a hacer en un solo lugar, las grandes fábricas industriales. En ellas se unían una
inmensa cantidad de máquinas y trabajadores y, mediante un trabajo organizado,
realizaban grandes cantidades de un mismo producto. Los artesanos, al no tener
forma de competir con esta producción en masa, terminaban convirtiéndose en
obreros asalariados por las fábricas. De forma paulatina fueron desapareciendo
los talleres y trabajadores a domicilio, y por contrapartida, fue aumentando la
producción industrial.
La jornada laboral hasta mediados del siglo diecinueve es de doce a catorce horas
y debido a la demanda explosiva de mano de obra, se llegó a utilizar menores y
mujeres en la realización de tareas peligrosas y penosas. En las hilanderías
inglesas se trabajaba normalmente entre doce y diecisiete horas diarias. La
concentración poblacional y la vida en las ciudades son modificaciones sociales
que impuso la Revolución Industrial que se caracterizó, además de los horarios
prolongados, por malas condiciones de trabajo, insalubridad, inseguridad y bajo
nivel de las remuneraciones siendo los peores pagos los menores y las mujeres.
No existía tampoco legislación laboral que ordenara el caótico sistema.
La explotación de los obreros, originada por los métodos empleados al inicio de la
industrialización, aunada al afán de lucro excesivo de los patrones, fueron las
raíces del movimiento asociacionista de los trabajadores, que buscaron homologar
fuerzas respecto de los patrones por medio de la aglutinación de individualidades
laborales, para reclamar condiciones salariales más justas, jornadas de trabaja
más cortas y, en general, llegar a establecer un estado social más equitativo para
la clase trabajadora. La transformación industrial, que operó primero en los países
europeos, prohibió terminantemente el derecho de asociación de los trabajadores,
pues el régimen individualista no veía justificación para que los trabajadores se
asociaran en defensa de sus intereses laborales e incluso se tipificó como
un delito en los códigos penales: esta etapa de prohibición de dio entre 1776 y
1810.Con el tiempo, los esfuerzos del Estado para prohibir el derecho de
asociación fueron infructuosos, porque los sindicatos seguían existiendo. Por ello
en los diversos países se inició una etapa llamada de tolerancia, en la cual, sin
otorgar reconocimiento alguno al derecho sindical, se admitía de hecho, sin
establecer nada respecto en las leyes dictadas por el Estado. A la época de la
tolerancia siguió una de reconocimiento absoluto del derecho sindical. Esto
sucedió a finales del siglo XIX, ante las acciones de los sindicatos lograron que el
estado variara su criterio al respecto y dictara leyes que reconocían a los
trabajadores, de manera abierta, el derecho a integrarse en sindicatos. Inglaterra
fue el primer país que dio el primer paso en este aspecto, con el reconocimiento
del derecho de coalición en 1824, que otorgaba la legalidad a un intenso
movimiento asociacionista que existía en la clandestinidad. Dentro
del proceso histórico del sindicalismo también se tiene que tomar en cuenta las
internacionales, las cuales eran convocatorias de organizaciones sindicales. En
1862 se celebró en Londres la Exposición Internacional, la cual tuvo la
participación de ingleses, franceses y alemanes; en total se reunieron más de 300
líderes obreros en la llamada Fiesta de la Fraternidad. En esta se pactó
la solidaridad entre los sindicalitas de estas naciones para buscar una unificación
formal que les permitiera adquirir una gran fuerza. Hacia 1867, la Internacional
demostró su fuerza cuando los sindicalistas ingleses sostuvieron económicamente
las huelgas de los trabajadores franceses. La visión de esta primera Internacional
se puede resumir en lo siguiente: "La emancipación económica del trabajador
debe ser el objetivo de toda política. No es éste un problema local ni nacional, se
trata de un problema social" La primera Internacional desapareció en 1870
por conflictos armados en Europa. En 1889 surgió la Segunda Internacional.
Uno de los aspectos determinantes de su acción fue que desde un principio
pidieron asesoría política a partidos socialistas, y esta asesoría fue tan importante
que dominó más la fase política del socialismo que los intereses gremiales de los
afiliados. Esta organización llegó a tener hasta 12 millones de afiliados en todo el
mundo. No obstante, el estallido de la Primera Guerra Mundial sometió a dura
prueba a la organización obrera, porque a pesar de sus sentimientos unionistas se
dividieron con sentimiento nacionalista y se dispusieron a apoyar a sus respectivos
países en la contienda; lo que provocó la desintegración de la Segunda
Internacional. Concluida la guerra, al instaurarse la paz se puso en marcha un
notable intento de los sindicalistas para integrar de nuevo la Internacional y se
logró hasta 1919 en Moscú en donde la organización tuvo un corte comunista. Se
consiguió la afiliación de sindicalistas de 23 países. Su característica principal fue
que era de tendencia abiertamente revolucionaria, y su acción primaria consistía
en fomentar el descontento popular y la violencia con el propósito de transformar,
según la teoría en una lucha de clases, al conflicto armado que había terminado.
A medida que aumentaba la concentración de obreros en las grandes fábricas, los
empresarios se vieron forzados a organizar de mejor manera el trabajo, para así
también mejorar la productividad. Para lograr esto, implementaron una serie de
transformaciones que llevaron a una tajante división de las tareas de dirección de
las de ejecución. El aumento de la productividad trajo consigo una gran
aceleración en el proceso de la división del trabajo. Así, el producto final dejó de
ser obra personal del trabajador. A medida que crecía la producción, y la
competencia exigía nuevas aplicaciones tecnológicas, la división del trabajo fue
haciéndose más y más compleja.
A causa de la permanente competencia entre las empresas, era necesaria la
permanente búsqueda de nuevas tecnologías y de mejoras en la organización del
trabajo. Por eso, a principios del siglo XX se realizaron experiencias
e investigaciones para intentar mejorar las condiciones de producción.
Los dueños de las fábricas buscaban la manera de bajar sus costos y aumentar
las ganancias, y encontraron en las ideas del ingeniero estadounidense
Frederick Taylor una ayuda invalorable. Algunos llamaron a
este método "organización científica del trabajo" y otros, simplemente taylorismo.
El método de Taylor consistía en calcular el tiempo promedio para producir un
determinado producto o una parte de él y obligar al obrero a acelerar el ritmo de
trabajo asimilándolo a una máquina.
Esto se lograba a través de tres métodos fundamentales: 1) aislando a cada
trabajador del resto de sus compañeros bajo el estricto control del personal
directivo de la empresa, que le indicaba qué tenía que hacer y en cuanto tiempo;
2) haciendo que cada trabajador produjera una parte del producto, perdiendo la
idea de totalidad y automatizando su trabajo y por último, 3) pagando distintos
salarios a cada obrero de acuerdo con la cantidad de piezas producidas o con su
rendimiento laboral. Esto fomentaba la competencia entre los propios compañeros
y aceleraba, aun más, los ritmos de producción.
La máquina establecía la intensidad del trabajo y, a su vez, cada obrero requería
saber menos, pues para realizar una tarea mecánica y rutinaria (ajustar un tornillo,
por ejemplo), lo único que necesitaba saber era obedecer. De esa forma, el
empresario ya no dependía ni de la buena voluntad del trabajador para realizar su
tarea eficazmente (la máquina le marcaba el ritmo) ni de sus conocimientos. El
obrero era, según Taylor, un buen "gorila amaestrado" que hacía lo que otro había
pensado y, al mismo tiempo siguiendo el esquema de Adam Smith, producía más
en menos tiempo, pues reducía el costo y aumentaba la ganancia. Una de las
primeras empresas que aplicó los métodos de Taylor fue la Ford Motors Company,
de Detroit. Allí se puso en práctica la "cadena de montaje", una cinta
transportadora que movía las piezas para que los obreros trabajaran sobre ellas
en un tiempo determinado y en una actividad. Al final de la cadena el auto
quedaba terminado. A este novedoso modo de producir se lo llamó fordismo.
La obsesión de los nuevos industriales de la ciencia de la dominación laboral fue
la de subordinar definitivamente el trabajo vivo del obrero al ritmo de la máquina
industrial, que desde entonces se convirtió en el verdadero ordenador de la vida
laboral y en la principal garantía de la disciplina obrera. La imagen de las nuevas
fábricas no exageraba la que ofrecía Charles Chaplin, en Tiempos Modernos.
Cada operario especializado en una única actividad realizaba su tarea al ritmo que
marcaba la cinta transportadora. Un sofisticado código de reglamentaciones
laborales regulaba cada momento de la vida del trabajador en la empresa, en un
feliz reencuentro con las formas de dominación burocráticas, que se manifestaba
obscenamente en el hecho de que tras la categoría de los no cualificados,
el componente laboral más importante de cualquier fábrica fuese el de los
supervisores de trabajo y los técnicos de producción.
El trabajador sometido a la disciplina del cronómetro empezó, además, a ser
pagado mediante un sistema de primas de producción que individualizaban su
trabajo y su salario de acuerdo con su productividad. La nueva conciencia patronal
tan obstinadamente empeñada en la racionalización probaba el hecho de que la
alienación del trabajo es un factor consustancial en la acumulación de capital
cuando los encargados de realizarlo no se avienen a aceptarlo sin resistencia. La
era de la producción en masa, por tanto, no supuso un progreso en la
emancipación de la fuerza de trabajo sino un agravamiento de las condiciones que
lo conformaban como actividad alienada: pérdida de control sobre el proceso de
producción, burocratización de la actividad en la industria, división de los
trabajadores mediante los sistemas de primas. Se trataba de convertir
definitivamente al obrero en aquel "orangután amaestrado" con el que Taylor
soñaba como futuro habitante de las fábricas científicas. La fábrica fordista nació
más para garantizar el control de la mano obra sin la cual carecía de sentido todo
el edificio industrial que para asegurar la producción.
Una tendencia en el desarrollo de la civilización industrial ha sido la aplicación
creciente de la ciencia y la tecnología al proceso productivo. Las transformaciones
económicas y organizativas que caracterizan la nueva fase de la economía
mundial están estrechamente asociadas a un profundo cambio científico y
tecnológico. Este cambio tiene su núcleo en las tecnologías de la información —
microelectrónica, informática, telecomunicaciones—.
Estas nuevas tecnologías tienen un doble efecto. Por una parte, abren nuevos
sectores industriales, como la industria de la computación. Pero, además,
desencadenan grandes transformaciones en un conjunto muy amplio de
actividades económicas.
Estos cambios son acompañados en las sociedades capitalistas avanzadas por
una importancia creciente de las actividades de procesamiento de información,
tanto en el producto bruto como en la estructura ocupacional. La organización de
la producción y el trabajo también se ha visto profundamente modificada.
Así como el fordismo caracterizó la organización productiva desde los primeros
años del siglo XX, desde el último tercio del siglo creció en importancia un nuevo
modelo de organización del trabajo y de la producción. Este modelo suele
denominarse toyotismo (porque fue desarrollado en la fábrica japonesa de
automóviles Toyota) u ohnismo
(Porque su concepción y diseño fueron realizadas por Taiichi Ohno, ingeniero jefe
de Toyota). Las nuevas formas organizativas se caracterizan por la flexibilidad de
la producción y de la gestión empresaria, no sólo en la estructura interna de las
empresas sino también en relación con sus sistemas de proveedores y su
demanda. La economía contemporánea es cada vez más una economía global, en
la que, como señala Manuel Castells, "el capital, la producción, la gestión,
los mercados, la fuerza de trabajo, la información y la tecnología se organizan en
flujos que atraviesan las fronteras nacionales". No se trata simplemente de que "la
economía tenga una dimensión mundial (lo cual es cierto desde el siglo XVII, sino
que el sistema económico funciona cotidianamente como una unidad en el ámbito
mundial".
La primera fase de la Revolución Industrial estuvo estrechamente identificada con
el ascenso de Inglaterra; la segunda, con el avance de los Estados
Unidos y Alemania. La tercera fase muestra el ascenso de Japón, que durante las
décadas de 1970 y 1980 supo sacar el mayor provecho de las posibilidades
productivas de las tecnologías de la información. Esto no significa que los Estados
Unidos y los países de Europa occidental hayan quedado marginados de este
proceso, sino más bien que hay nuevos y poderosos actores en el escenario
económico internacional.
En la actualidad se emplea la sigla BRIC para referirse conjuntamente
a Brasil, Rusia, India y China, que tienen en común una enorme población (Rusia
y Brasil por encima de los cien millones, China e India por encima de los mil
millones), un enorme territorio, lo que les proporciona dimensiones estratégicas
continentales y gigante cantidad de recursos naturales, y lo que es más
importante, que en los últimos años han presentado cifras de crecimiento de
su PIB y de participación en el comercio mundial enormes, lo que les hace
atractivos como destino de inversiones.
Existían una buena cantidad de campesinos libres cuya explotación lograba
mejores resultados que la mano de obra esclava, pero que no prosperó debido al
nulo costo de producción que significaba un esclavo, y su posibilidad de
explotación. Por otra parte, los artesanos dependían de la nobleza y los
comerciantes para poder subsistir, de otra forma devenían en desocupados y
esclavos.
Los grandes territorios conformados gracias a guerras e invasiones, y controlados
por monarquías y otras formas de nobleza, se fueron construyendo alrededor de
los castillos y bajo la protección de poderosos cuerpos de caballeros. Ahora, el
señor feudal en lugar de someter a los pobres a base de látigos y cadenas, lo
hacía de manera encubierta. Los plebeyos vivían en los alrededores de los
castillos, y estaba bajo las órdenes de los terratenientes, se le permitía cultivar una
parcela de tierra para mantener a su familia pero debía estar dispuesto a realizar
cualquier servicio que ordenara el señor feudal, aunque fuera en el castillo, la
hacienda o el ejército; su vida estaba dedicada al señor feudal y en el tiempo que
le sobraba cultivaba para sí mismo y para el sustento económico de su familia, y
para pagar tributos, diezmos y otras solicitudes de los nobles.
A medida que las sociedades se hicieron más complejas en cuanto a
su organización, la variedad de actividades humanas se ha multiplicado y la
división y especialización del trabajo ha aumentado notablemente. Un ejemplo de
esto es que también fueron apareciendo divisiones jerárquicas entre trabajadores
que realizaban una misma labor, como en los gremios de artesanos medievales,
en los que comenzaron las diferenciaciones entre maestros, oficiales y aprendices.
El importante incremento del comercio, las rutas comerciales (y sus consecuentes
peligros) y la especialización, como así también la necesidad de obtener un
permiso para el ejercicio de su actividad y privilegios de mercado, fueron los
hechos que sentaron una base para el comienzo de las agrupaciones de
mercaderes y artesanos, es decir, los gremios.
En sus comienzos los gremios eran igualitarios y solidarios entre sus miembros, y
su finalidad original era obtener protección por parte de las autoridades para sus
actividades y el derecho a regularlas detalladamente. Defendían el derecho de sus
miembros a ejercer su oficio y regulaban la duración de la jornada de trabajo,
los precios y la calidad de los productos, entre otras cosas. Además, algunos
gremios desalentaban e incluso penalizaban el enriquecimiento personal. No
permitían a sus miembros adelantarse y vender antes de determinada hora ni
después de otra, competir con los precios, disminuir la calidad ni la solidez
del producto a cambio de un precio inferior, ni tampoco comprar barato para luego
vender caro.
En los talleres convivían maestros, oficiales y aprendices, pero sin embargo en un
principio no existía una estricta división de tareas, puesto que cada uno fabricaba
piezas únicas completas, una por una y pedidas por encargo. El objetivo de los
gremios era obtener una justicia social igualitaria para todos sus miembros. A todo
aquel que trabajara le correspondía un sustento.
Los gremios poseían personalidad jurídica, mediante una reglamentación otorgada
por la autoridad municipal. Dicha personalidad jurídica obligaba a respetar los
estatutos y la licencia de algunos privilegios. Por otra parte, otorgaba a la
corporación gremial el privilegio de regular su propio oficio, y la posibilidad de
ejercer funciones de policía. Los gremios más antiguos de los que se tiene
constancia son el de panaderos de Pontoise, en 1162, y el de curtidores de Ruan,
en 1163. Sin embargo, ya desde el primer cuarto del siglo XII (aproximadamente
en el año 1121) surgió la hansa parisina, una agrupación de mercaderes que se
atribuyó poderes municipales. Poseía exclusividad sobre el comercio fluvial en
París y derechos sobre el tráfico entre Normandía y Borgoña.
Las corporaciones contaban con una organización interna bastante rígida, y
poseían una jerarquización muy marcada. En primer lugar estaban los maestros,
ellos debían demostrar competencia y capacidad financiera. En algunos gremios
debían realizar una "obra maestra" para conseguir dicha maestría y además pagar
una matrícula. Eran los únicos que tenían la facultad para votar los estatutos y
elegir a los procuradores y jefes del gremio. Posteriormente se adoptó la práctica
de que los hijos de los maestros (hijos aprendices) fueran los que luego
adquirieran la maestría, de esta forma este título paso a ser
de carácter hereditario, disminuyendo casi por completo la posibilidad de lograrlo.
En segundo lugar venían los oficiales, quienes originalmente eran potenciales
maestros. Accedían a la maestría según el estatuto de cada miembro, pero
generalmente era muy difícil que lo consiguieran. Tenían el derecho de recibir
formación, alojamiento, alimentación y salario. Por último estaban los criados
aprendices, éstos poseían bajísimos salarios y no tenían posibilidad de
crecimiento profesional. Muchas veces debían conformarse sólo con ser alojados
y alimentados por un maestro. Sus condiciones de trabajo y de contratación
variaron según el gremio y de acuerdo al tiempo.
El desarrollo de los gremios creció a la par de la intensificación de la competencia
industrial y comercial. Nacidos con fines solidarios, paulatinamente fueron
mutando sus intereses por fines monopólicos. De organismos profesionales que
englobaban a todos los trabajadores agremiados pasaron a ser un organismo de
defensa de los intereses de los maestros exclusivamente. Además, las
limitaciones impuestas para ingresar a los gremios formaron un mecanismo que
repelió a muchos potenciales agremiados hacia las filas de los trabajadores
asalariados, engrosando de esta forma la lista de obreros carentes de derechos,
protección y seguridad laboral.
El gremio local (artesanal –panaderos, herreros-) se va a separar de forma muy
notoria con los gremios más desarrollados, que son los que se crean en torno a
la exportación. En los gremios locales artesanales, tanto las herramientas, como el
taller y la materia prima pertenecen al artesano, como así también el producto que
vende. Por el contrario en la industria de la exportación, el trabajo y el capital se
separaron. El obrero apartado del mercado sólo conoce al empresario que le
paga, separándose del intermediario que se encargará de vender sus productos.
La diferencia con los obreros actuales es que en vez de reunirse en grandes
fábricas, todavía se repartían en varios talleres con pequeñas cantidades de
obreros. El maestro se transformó entonces en un trabajador a domicilio,
asalariado por un mercader capitalista. A pesar de las difíciles condiciones de
vida, este obrero trabajaba todavía en su casa, y organizaba su tiempo con
cierta libertad. En las ciudades más manufactureras del mundo medieval, los
obreros comenzaron a manifestar una gran hostilidad hacia los capitalistas,
quienes no atendían sus reclamos.
Durante un largo tiempo los tres sistemas productivos (el taller artesanal, el taller
manufacturero y el trabajo a domicilio) convivieron. Pero, desde fines del siglo
XVIII, fueron absorbidos por un nuevo modo de organizar el trabajo: la fábrica
industrial. Esta forma de producción nació en Inglaterra. Allí se daban una serie de
condiciones que hicieron posible que, en poco tiempo, se transformara en
una nación industrial; lo que permitió impulsar la tecnología y aplicarla a la
producción. Surgieron entonces los telares mecánicos, que multiplicaban
notablemente la cantidad y la calidad de los productos, y los ferrocarriles y los
barcos de vapor que trasladaban los productos de Inglaterra, como así también un
gran avance en las comunicaciones. Estos avances tecnológicos, conocidos como
Primera Revolución Industrial, tuvieron un gran impacto en la economía y
fundamentalmente, en el desarrollo del trabajo. La modificación más significativa
que introdujo la 1ª Revolución industrial fue el desarrollo de la producción en
masa. Para poder subsistir en el nuevo modelo económico, los empresarios
debían ser capaces de realizar la mayor cantidad de productos en el menor tiempo
posible y al precio más bajo. La mejor forma de hacerlo era utilizando nuevas
tecnologías y organizando el trabajo, de manera tal que aumente la producción.
Una de las industrias que más se desarrolló en este período fue la industria textil.
Este desarrollo fue posible en gran parte gracias a la invención de la máquina
hiladora y el telar mecánico. Estas invenciones comenzaron con una verdadera
revolución en el mundo del trabajo, el cual ya no se realizaba a mano o con
instrumentos manuales, sino que se comenzaron a utilizar máquinas que
reemplazaban el trabajo de varios obreros y que no interrumpían su producción. El
trabajo que antes se realizaba en una gran cantidad de talleres y casas se empezó
a hacer en un solo lugar, las grandes fábricas industriales. En ellas se unían una
inmensa cantidad de máquinas y trabajadores y, mediante un trabajo organizado,
realizaban grandes cantidades de un mismo producto. Los artesanos, al no tener
forma de competir con esta producción en masa, terminaban convirtiéndose en
obreros asalariados por las fábricas. De forma paulatina fueron desapareciendo
los talleres y trabajadores a domicilio, y por contrapartida, fue aumentando la
producción industrial.
La jornada laboral hasta mediados del siglo diecinueve es de doce a catorce horas
y debido a la demanda explosiva de mano de obra, se llegó a utilizar menores y
mujeres en la realización de tareas peligrosas y penosas. En las hilanderías
inglesas se trabajaba normalmente entre doce y diecisiete horas diarias. La
concentración poblacional y la vida en las ciudades son modificaciones sociales
que impuso la Revolución Industrial que se caracterizó, además de los horarios
prolongados, por malas condiciones de trabajo, insalubridad, inseguridad y bajo
nivel de las remuneraciones siendo los peores pagos los menores y las mujeres.
No existía tampoco legislación laboral que ordenara el caótico sistema.
La explotación de los obreros, originada por los métodos empleados al inicio de la
industrialización, aunada al afán de lucro excesivo de los patrones, fueron las
raíces del movimiento asociacionista de los trabajadores, que buscaron homologar
fuerzas respecto de los patrones por medio de la aglutinación de individualidades
laborales, para reclamar condiciones salariales más justas, jornadas de trabaja
más cortas y, en general, llegar a establecer un estado social más equitativo para
la clase trabajadora. La transformación industrial, que operó primero en los países
europeos, prohibió terminantemente el derecho de asociación de los trabajadores,
pues el régimen individualista no veía justificación para que los trabajadores se
asociaran en defensa de sus intereses laborales e incluso se tipificó como
un delito en los códigos penales: esta etapa de prohibición de dio entre 1776 y
1810.Con el tiempo, los esfuerzos del Estado para prohibir el derecho de
asociación fueron infructuosos, porque los sindicatos seguían existiendo. Por ello
en los diversos países se inició una etapa llamada de tolerancia, en la cual, sin
otorgar reconocimiento alguno al derecho sindical, se admitía de hecho, sin
establecer nada respecto en las leyes dictadas por el Estado. A la época de la
tolerancia siguió una de reconocimiento absoluto del derecho sindical. Esto
sucedió a finales del siglo XIX, ante las acciones de los sindicatos lograron que el
estado variara su criterio al respecto y dictara leyes que reconocían a los
trabajadores, de manera abierta, el derecho a integrarse en sindicatos. Inglaterra
fue el primer país que dio el primer paso en este aspecto, con el reconocimiento
del derecho de coalición en 1824, que otorgaba la legalidad a un intenso
movimiento asociacionista que existía en la clandestinidad. Dentro
del proceso histórico del sindicalismo también se tiene que tomar en cuenta las
internacionales, las cuales eran convocatorias de organizaciones sindicales. En
1862 se celebró en Londres la Exposición Internacional, la cual tuvo la
participación de ingleses, franceses y alemanes; en total se reunieron más de 300
líderes obreros en la llamada Fiesta de la Fraternidad. En esta se pactó
la solidaridad entre los sindicalitas de estas naciones para buscar una unificación
formal que les permitiera adquirir una gran fuerza. Hacia 1867, la Internacional
demostró su fuerza cuando los sindicalistas ingleses sostuvieron económicamente
las huelgas de los trabajadores franceses. La visión de esta primera Internacional
se puede resumir en lo siguiente: "La emancipación económica del trabajador
debe ser el objetivo de toda política. No es éste un problema local ni nacional, se
trata de un problema social" La primera Internacional desapareció en 1870
por conflictos armados en Europa. En 1889 surgió la Segunda Internacional.
Uno de los aspectos determinantes de su acción fue que desde un principio
pidieron asesoría política a partidos socialistas, y esta asesoría fue tan importante
que dominó más la fase política del socialismo que los intereses gremiales de los
afiliados. Esta organización llegó a tener hasta 12 millones de afiliados en todo el
mundo. No obstante, el estallido de la Primera Guerra Mundial sometió a dura
prueba a la organización obrera, porque a pesar de sus sentimientos unionistas se
dividieron con sentimiento nacionalista y se dispusieron a apoyar a sus respectivos
países en la contienda; lo que provocó la desintegración de la Segunda
Internacional. Concluida la guerra, al instaurarse la paz se puso en marcha un
notable intento de los sindicalistas para integrar de nuevo la Internacional y se
logró hasta 1919 en Moscú en donde la organización tuvo un corte comunista. Se
consiguió la afiliación de sindicalistas de 23 países. Su característica principal fue
que era de tendencia abiertamente revolucionaria, y su acción primaria consistía
en fomentar el descontento popular y la violencia con el propósito de transformar,
según la teoría en una lucha de clases, al conflicto armado que había terminado.
A medida que aumentaba la concentración de obreros en las grandes fábricas, los
empresarios se vieron forzados a organizar de mejor manera el trabajo, para así
también mejorar la productividad. Para lograr esto, implementaron una serie de
transformaciones que llevaron a una tajante división de las tareas de dirección de
las de ejecución. El aumento de la productividad trajo consigo una gran
aceleración en el proceso de la división del trabajo. Así, el producto final dejó de
ser obra personal del trabajador. A medida que crecía la producción, y la
competencia exigía nuevas aplicaciones tecnológicas, la división del trabajo fue
haciéndose más y más compleja.
A causa de la permanente competencia entre las empresas, era necesaria la
permanente búsqueda de nuevas tecnologías y de mejoras en la organización del
trabajo. Por eso, a principios del siglo XX se realizaron experiencias
e investigaciones para intentar mejorar las condiciones de producción.
Los dueños de las fábricas buscaban la manera de bajar sus costos y aumentar
las ganancias, y encontraron en las ideas del ingeniero estadounidense
Frederick Taylor una ayuda invalorable. Algunos llamaron a
este método "organización científica del trabajo" y otros, simplemente taylorismo.
El método de Taylor consistía en calcular el tiempo promedio para producir un
determinado producto o una parte de él y obligar al obrero a acelerar el ritmo de
trabajo asimilándolo a una máquina.
Esto se lograba a través de tres métodos fundamentales: 1) aislando a cada
trabajador del resto de sus compañeros bajo el estricto control del personal
directivo de la empresa, que le indicaba qué tenía que hacer y en cuanto tiempo;
2) haciendo que cada trabajador produjera una parte del producto, perdiendo la
idea de totalidad y automatizando su trabajo y por último, 3) pagando distintos
salarios a cada obrero de acuerdo con la cantidad de piezas producidas o con su
rendimiento laboral. Esto fomentaba la competencia entre los propios compañeros
y aceleraba, aun más, los ritmos de producción.
La máquina establecía la intensidad del trabajo y, a su vez, cada obrero requería
saber menos, pues para realizar una tarea mecánica y rutinaria (ajustar un tornillo,
por ejemplo), lo único que necesitaba saber era obedecer. De esa forma, el
empresario ya no dependía ni de la buena voluntad del trabajador para realizar su
tarea eficazmente (la máquina le marcaba el ritmo) ni de sus conocimientos. El
obrero era, según Taylor, un buen "gorila amaestrado" que hacía lo que otro había
pensado y, al mismo tiempo siguiendo el esquema de Adam Smith, producía más
en menos tiempo, pues reducía el costo y aumentaba la ganancia. Una de las
primeras empresas que aplicó los métodos de Taylor fue la Ford Motors Company,
de Detroit. Allí se puso en práctica la "cadena de montaje", una cinta
transportadora que movía las piezas para que los obreros trabajaran sobre ellas
en un tiempo determinado y en una actividad. Al final de la cadena el auto
quedaba terminado. A este novedoso modo de producir se lo llamó fordismo.
La obsesión de los nuevos industriales de la ciencia de la dominación laboral fue
la de subordinar definitivamente el trabajo vivo del obrero al ritmo de la máquina
industrial, que desde entonces se convirtió en el verdadero ordenador de la vida
laboral y en la principal garantía de la disciplina obrera. La imagen de las nuevas
fábricas no exageraba la que ofrecía Charles Chaplin, en Tiempos Modernos.
Cada operario especializado en una única actividad realizaba su tarea al ritmo que
marcaba la cinta transportadora. Un sofisticado código de reglamentaciones
laborales regulaba cada momento de la vida del trabajador en la empresa, en un
feliz reencuentro con las formas de dominación burocráticas, que se manifestaba
obscenamente en el hecho de que tras la categoría de los no cualificados,
el componente laboral más importante de cualquier fábrica fuese el de los
supervisores de trabajo y los técnicos de producción.
El trabajador sometido a la disciplina del cronómetro empezó, además, a ser
pagado mediante un sistema de primas de producción que individualizaban su
trabajo y su salario de acuerdo con su productividad. La nueva conciencia patronal
tan obstinadamente empeñada en la racionalización probaba el hecho de que la
alienación del trabajo es un factor consustancial en la acumulación de capital
cuando los encargados de realizarlo no se avienen a aceptarlo sin resistencia. La
era de la producción en masa, por tanto, no supuso un progreso en la
emancipación de la fuerza de trabajo sino un agravamiento de las condiciones que
lo conformaban como actividad alienada: pérdida de control sobre el proceso de
producción, burocratización de la actividad en la industria, división de los
trabajadores mediante los sistemas de primas. Se trataba de convertir
definitivamente al obrero en aquel "orangután amaestrado" con el que Taylor
soñaba como futuro habitante de las fábricas científicas. La fábrica fordista nació
más para garantizar el control de la mano obra sin la cual carecía de sentido todo
el edificio industrial que para asegurar la producción.
Una tendencia en el desarrollo de la civilización industrial ha sido la aplicación
creciente de la ciencia y la tecnología al proceso productivo. Las transformaciones
económicas y organizativas que caracterizan la nueva fase de la economía
mundial están estrechamente asociadas a un profundo cambio científico y
tecnológico. Este cambio tiene su núcleo en las tecnologías de la información —
microelectrónica, informática, telecomunicaciones—.
Estas nuevas tecnologías tienen un doble efecto. Por una parte, abren nuevos
sectores industriales, como la industria de la computación. Pero, además,
desencadenan grandes transformaciones en un conjunto muy amplio de
actividades económicas.
Estos cambios son acompañados en las sociedades capitalistas avanzadas por
una importancia creciente de las actividades de procesamiento de información,
tanto en el producto bruto como en la estructura ocupacional. La organización de
la producción y el trabajo también se ha visto profundamente modificada.
Así como el fordismo caracterizó la organización productiva desde los primeros
años del siglo XX, desde el último tercio del siglo creció en importancia un nuevo
modelo de organización del trabajo y de la producción. Este modelo suele
denominarse toyotismo (porque fue desarrollado en la fábrica japonesa de
automóviles Toyota) u ohnismo
(Porque su concepción y diseño fueron realizadas por Taiichi Ohno, ingeniero jefe
de Toyota). Las nuevas formas organizativas se caracterizan por la flexibilidad de
la producción y de la gestión empresaria, no sólo en la estructura interna de las
empresas sino también en relación con sus sistemas de proveedores y su
demanda. La economía contemporánea es cada vez más una economía global, en
la que, como señala Manuel Castells, "el capital, la producción, la gestión,
los mercados, la fuerza de trabajo, la información y la tecnología se organizan en
flujos que atraviesan las fronteras nacionales". No se trata simplemente de que "la
economía tenga una dimensión mundial (lo cual es cierto desde el siglo XVII, sino
que el sistema económico funciona cotidianamente como una unidad en el ámbito
mundial".
La primera fase de la Revolución Industrial estuvo estrechamente identificada con
el ascenso de Inglaterra; la segunda, con el avance de los Estados
Unidos y Alemania. La tercera fase muestra el ascenso de Japón, que durante las
décadas de 1970 y 1980 supo sacar el mayor provecho de las posibilidades
productivas de las tecnologías de la información. Esto no significa que los Estados
Unidos y los países de Europa occidental hayan quedado marginados de este
proceso, sino más bien que hay nuevos y poderosos actores en el escenario
económico internacional.
En la actualidad se emplea la sigla BRIC para referirse conjuntamente
a Brasil, Rusia, India y China, que tienen en común una enorme población (Rusia
y Brasil por encima de los cien millones, China e India por encima de los mil
millones), un enorme territorio, lo que les proporciona dimensiones estratégicas
continentales y gigante cantidad de recursos naturales, y lo que es más
importante, que en los últimos años han presentado cifras de crecimiento de
su PIB y de participación en el comercio mundial enormes, lo que les hace
atractivos como destino de inversiones.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL TRABAJO
El Derecho del Trabajo no es muy antiguo, pero el trabajo existe desde que el
hombre ocupa el mundo e incluso se habla en la Biblia específicamente en
el libro del Génesis del trabajo pero como castigo, no era una norma jurídica si no
una manera de disciplinar a nuestros primeros padres por desobediencias a Dios,
eso hizo que naciera el trabajo como un castigo y en realidad no existía legislación
sobre la actividad laboral, no se sabía lo que significaba pacto entre trabajador y
empleador; en los primeros años no existía una sociedad de consumo como la que
conocemos hoy en día, el hombre se dedicaba a subsistir y no se colocaba en
relación a la subordinación respecto a alguien, sólo tomaba lo que necesitaba de
la naturaleza, pero como el hombre necesitaba agruparse para su sobre vivencia,
comenzó a organizar el trabajo de su producción el excedente para intercambiarlo
por otro (trueque), así se interrelacionaba con los demás y a la vez satisfacía sus
otras necesidades. No existe un detalle en la historia que nos muestre cuál ha sido
la evolución del trabajo, lo único que tenemos son las instituciones que quedaron
plasmadas y que nosotros la interpretamos de determinadas formas, ejemplo el
Código Humarabi, donde encontramos algunas muestras basadas en hechos
naturales y religiosos que posteriormente pasaron a ser limitaciones del derecho
del trabajador.
Las leyes de Marcu surgieron posteriormente y de ella concluimos que el hombre
hizo una limitación a la jornada de trabajo, no precisamente para que el trabajador
descansara sino porque se dio cuenta que hay un tiempo de luz y un tiempo de
sombra y en el primero la mayoría de los animales trabaja para poder descansar
en el segundo, así se pensó que el hombre debería hacer lo mismo, trabajar en
tiempo de luz y descansar en tiempo de sombra, esto implica de un recuento
formal debe empezar de la Roma antigua o Roma Clásica, no hay necesidad de
empezar desde Grecia porque toda la concesión de Grecia la vamos a tener en
Roma.
Roma Clásica: Se consideraba que el trabajo no era para las personas sino para
los animales y las cosas, dentro de las cuales se encontraban ciertas categorías
de la especie humana que tenían condición de esclavo. El trabajo era en esos
tiempos denigrante y despreciativo, la condición de esclavo en Roma se adquiría
por ejemplo por el hecho de perder una guerra, así el ganador de la misma tenía
dos opciones matar o no al perdedor si lo hacía allí todo quedaba, pero en el caso
que decidiera no hacerlo la persona pasaba a ser de su propiedad, pero como el
hecho de mantenerlo le ocasionaba un costo, pues eso gastos debían reintegrarse
de alguna manera, por ello debía trabajar para este y así se consideraba su
esclavo. No existía en Roma el Derecho al trabajo en el sentido técnico de la
expresión por la tanto no era regulado, no había Derecho del trabajo.
Los romanos se preocupaban por desarrollar el Derecho Civil pero no la de las
demás ramas del Derecho, en todo caso la actividad principal que desarrollaban
en Roma era la agricultura pero habían otras tales como el transporte, el comercio,
las llamadas profesiones liberales (jurisconsultos, ingenieros, médicos, etc) pero
en muchos casos las personas que desarrollaban esta actividad no eran
ciudadanos romanos por eso no podía ser sujetos a una relación de trabajo
además ellos no eran retribuidos por prestar esa actividad sólo se reconocían
ciertos honores públicos, de allí viene la idea de lo que conocemos hoy en día
como defensor Ad-Litem, con una carta Ad honorem y lógicamente la expresión
honorario.
Edad Media: Efectivamente comienza con la caída del Imperio Romano con la
invasión de los monjes católicos romanos, escondieron toda la información y los
conocimientos, por lo tanto eran los únicos que tenían acceso a la cultura; hubo
una época en que no pasó nada, el hombre se dedico a pasar el tiempo, no
progresó la ciencia ni la cultura, luego que los monjes comienzan a mostrar la
cultura surge una nueva concepción de trabajo, ya no es considerado como
denigrante peyorativo para el esclavo, surge una nueva concepción moral de
trabajo llegando incluso a la concepción de la cualidad humana, esto gracias a una
expresión salida de los monasterios portugueses "El ocio es el enemigo del alma"
es muy importante pues esto quiere decir que el hombre tiene necesidad de
subsistir, sostener a su familia, perfeccionar el grupo social y dedicarse al cultivo
de su alma, surge una idea muy interesante "Todos debemos trabajar en la
medida de sus posibilidades"el fenómeno social que se caracterizó en la edad
media es el feudalismo que son mini-estados con grandes extensiones de tierra en
manos de un mismo Estado, este fenómeno hace que se muestre el
atesoramiento del poder a través de dos formas:
BENEFICIOS REMUNERATIVOS
Gratificaciones Legales
Son aquellas sumas de dinero (aguinaldos) que el empleador otorga al trabajador
en forma adicional a la remuneración que percibe mensualmente, y siempre que
se cumpla con los requisitos correspondientes. en este sentido, los trabajadores
sujetos al régimen laboral de la actividad privada tienen derecho a percibir dos
gratificaciones, equivalentes a una remuneración mensual, una con motivo de
fiestas patrias y otra con motivo de navidad.
las gratificaciones deberán ser abonadas en la primera quincena de los meses de
julio y diciembre.
para que el trabajador tenga derecho a las gratificaciones es necesario que se
encuentre efectivamente trabajando en el mes en que corresponde percibir el
beneficio, durante la quincena de julio y diciembre o estar en uso del descanso
vacacional, de licencia con goce de remuneraciones o percibiendo subsidios de
la seguridad social o por accidentes de trabajo y en aquello casos dispuesto por
norma expresa.
en el caso que el trabajador cuente con menos de seis meses, percibirá la
gratificación en forma proporcional a los meses laborados, debiendo abonarse
ésta en la quincena de julio y diciembre, que es la oportunidad en la que el
trabajador debe percibir el beneficio.
de otro lado en caso que el trabajador cese antes de la oportunidad de pago de las
gratificaciones, podrá percibir una gratificación trunca, la cual será proporcional al
tiempo laborado hasta el cese.
La Asignación Familiar
la asignación familiar es un beneficio mensual otorgado a los trabajadores del
régimen laboral de la actividad privada cuyas remuneraciones no se regulan por
negociación colectiva, cualquiera fuere su fecha de ingreso, su finalidad es
contribuir a la manutención de los hijos menores, con independencia del número
de hijos. este beneficio asciende al diez por ciento mensual de la remuneración
mínima vital vigente en la oportunidad que corresponda percibir.
tienen derecho a percibir este beneficio los trabajadores que tengan a su
cargo uno o más hijos menores de dieciocho años y de manera excepcional
aquellos trabajadores que tengan hijos que al cumplir la mayoría de edad se
encuentren efectuando estudios superiores o universitarios, en este último caso, el
beneficio se extenderá hasta que concluya dichos estudios, hasta un máximo de
seis años posteriores al cumplimiento de dicha mayoría de edad.
para poder percibir este beneficio, el trabajador debe contar con vínculo laboral
vigente y además debe acreditar la existencia de hijos.
Bonificación Por Tiempo De Servicios
es un beneficio laboral que recompensa el mayor tiempo de servicios prestados
por los trabajadores empleados u obreros comprendidos en el régimen laboral de
la actividad privada. esta bonificación es un reconocimiento a la antigüedad laboral
de los servicios prestados para una sola empresa.
CONTRATO DE TRABAJO
DEFINICIÓN: es contrato de trabajo aquel por el cual
una persona física (trabajador) compromete su trabajo personal a favor de otra
persona, física o jurídica (empleador), por cuenta y riesgo de esta última, que
organiza y dirige la prestación y aprovecha sus beneficios mediante el pago de
una retribución.
Este concepto amplio comprende todo tipo de vinculación contractual laboral,
incluso las que se desarrollan en el ámbito familiar (servicio doméstico) y
cualesquiera que sean las modalidades de la relación respecto de su duración
(por tiempo determinado o indeterminado) o de la frecuencia de
las prestaciones (continuas o discontinuas).
Sobre esta definición, podemos establecer las siguientes precisiones:
estamos en presencia de un contrato de cambio y no de un contrato
asociativo, pues las partes persiguen intereses económicos y jurídicamente
contrapuestos.
El objeto de ese contrato se descompone en dos prestaciones que se
denominan típicas (el trabajo personal y la remuneración)
Los servicios se prestan por cuenta y a riesgo de otro -Los servicios se
prestan dentro del ámbito de organización y dirección del empleador.
CARACTERES: El contrato de trabajo es
Consensual
Bilateral
Oneroso
Conmutativo
De ejecución continuada o periódica
Autónomo
Nominado y Típico
No formal
De administración
Ámbito de aplicación: esta cuestión en el derecho del trabajo es de igual solución
que en el derecho civil, rigiendo como principio que la norma que estructura un
régimen legal sea aplicable a las situaciones que se producen con posterioridad a
su vigencia.
El principio es el de irretroactividad de las normas (no alcanza a una situación
jurídica creada o extinguida enteramente en el viejo régimen) y es de aplicación
inmediata (es decir que regula no sólo las situaciones jurídicas futuras, sino
también los efectos de una situación jurídica creada con anterioridad, pero cuyos
efectos se producen después de la entrada en vigor de la nueva norma)
Elementos del Contrato de Trabajo
Los elementos del contrato de trabajo son:
CAPACIDAD: donde la edad mínima para el trabajador se establece a los
14 años. Los menores entre 14 y 18 años, son incapaces relativos de hecho, por
lo tanto a su voluntad es necesario acompañarla de la autorización de los
representantes legales. A partir de los 18 años los menores gozan de plena
capacidad laboral. En cuanto al empleador rigen en plenitud las normas de
derecho común (civil o comercial, según el caso)
CONSENTIMIENTO.
FORMA, el contrato de trabajo no requiere en general de una forma
determinada y muchas veces se celebra verbalmente. La la libertad de formas,
salvo en los casos de contratos a plazo fijo o contrato eventual
OBJETO, como el contrato de trabajo es bilateral tiene un doble objeto por
parte del trabajador, la prestación de servicios, la cual debe hacer en forma
personal y debe ser posible, lícita y determinada. Por parte del empleador, el
objeto es la remuneración.
CAUSA, es la finalidad económico-social que cumple el contrato de trabajo,
la cual es reconocida por el ordenamiento jurídico.
SUJETOS DEL CONTRATO
En el contrato de trabajo los sujetos son, naturalmente:
a. EL TRABAJADOR: es la persona física que libremente presta su trabajo
personal, bajo la dependencia de otra, por cuenta y riesgo de esta última, a
cambio de una remuneración
b. EL EMPLEADOR: es una persona física o jurídica que organiza y dirige la
prestación del trabajador, beneficiándose con ella, a cambio de una
remuneración, al tiempo que asume los riesgos de la explotación.
INTERMEDIARIO: puede tratarse de contratistas o empresas proveedoras de
mano de obra, cuya actividad consiste en contratar por su cuenta a trabajadores
para suministrárselos a otras empresas que requieran personal, por lo general
con carácter temporario.
Se establece así una relación de carácter triangular, entre el trabajador,
el empresario que utiliza y dirige los servicios y el intermediario que contrata al
trabajador y paga su remuneración.
Estas empresas no son agencias de colocación, y deben estar habilitadas por el
Ministerio de Trabajo
PRUEBA DEL CONTRATO DE TRABAJO
La Ley adopta el principio de la libertad de pruebas pues permite la acreditación
del contrato de trabajo, por todos los medios autorizados por las leyes procesales.
"El hecho de la prestación de servicios hace presumir la existencia de un contrato
de trabajo, salvo por las circunstancias, las relaciones o causas que lo motiven
demostrándose lo contrario"
MODALIDADES DE LA RELACIÓN DE TRABAJO
La relación laboral comprende distintas modalidades atinentes a la duración y a
los sujetos:
a. En cuanto a la duración: En el derecho laboral encontramos relaciones
de empleo,
Permanentes
De duración determinada.
Esta duración puede ser fijada en,
unidades de tiempo (contrato a plazo fijo)
o por la naturaleza de los servicios (contrato eventual)
conflictos laborales.
proscripción de prácticas desleales, esto es, que los dirigentes sindicales cuentan
con una especial protección para garantizar el desempeño de sus funciones y el
cumplimiento del mandato para el que fueron elegidos.
003); y,
artición pública sobre el número de servidores públicos
que laboran en la misma, con derecho a sindicarse en la fecha en que se realizó la
asamblea de constitución del sindicato (sólo para las organizaciones de
funcionarios públicos). LA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL DE LA LIBERTAD
SINDICAL:
El proceso de amparo como derecho fundamental consagrado en la constitución,
la libertad sindical ha podido y todavía puede defenderse a través del proceso de
amparo previsto en su artículo 200. Y comenzamos de esta manera nuestro
acercamiento a este tema, porque desde la entrada en vigencia del Código
Procesal Constitucional, a finales de 2004, el amparo perdió su carácter de vía
alternativa para la defensa de los derechos constitucionales, transformándose en
vía subsidiaria o residual respecto de las vías procedimentales específicas,
igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional
amenazado o vulnerado.
LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL DE LA LIBERTAD SINDICAL
La libertad sindical ha sido el primer derecho fundamental en contar con
específicos mecanismos internacionales para su protección, como no podía ser de
otra manera, estos mecanismos han surgido en el seno de la OIT, puesto que para
una institución que dirige su actividad al campo laboral y se construye sobre una
estructura tripartita, la libertad sindical tiene una importancia superlativa, que lleva
a que imponga el respeto de este derecho incluso a los países que no han
ratificado los convenios internacionales de trabajo sobre el particular; en la medida
en que tal obligación se deriva del respeto a la Constitución de la OIT que se
impone a los países que la integran.
Por ello, en el seno de la OIT, al lado de los mecanismos regulares de control,
dirigidos a promover y verificar la aplicación de los convenios que adopta la
Conferencia, incluyendo, por supuesto, los referidos a la libertad sindical, se
crearon complementariamente en 1950 la Comisión de Investigación y
Conciliación en materia de libertad sindical, el Comité de Libertad Sindical (de
integración tripartita), que examina las quejas sobre violación de la libertad, sin
requerir para ello de autorización alguna del gobierno en cuestión. fueren
necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades» (cursivas nuestras).
Un último aspecto que hemos analizado de manera breve, es la protección que
ofrece el fuero sindical a los dirigentes sindicales para que estén protegidos de
actos lesivos por parte de los empleadores que les impidan ejercer sus funciones
de defensa de los trabajadores. En este sentido, el fuero sindical no protege
únicamente los traslados, sino que el TC analiza otras medidas que pueden
acompañar un traslado de centro de trabajo que pueden estar aparentemente
justificadas, como por ejemplo, una «sobrecarga de trabajo» o una «disminución
de categoría». Así, es por todo lo antes expuesto que el supremo intérprete es el
llamado a dotar de contenido el derecho a la libertad sindical según sea el caso
concreto. A través de precedentes ha determinado criterios y definiciones que son
el marco de referencia para casos futuros, manteniendo una línea argumentativa
que creemos se mantiene coherente en el tiempo.
Como advertimos al inicio, creemos que gracias al TC, la libertad sindical no tiene
un mero reconocimiento escueto constitucional, sino que representa una piedra
angular en el desarrollo de las relaciones laborales y que, cuando ha sido
vulnerado, ha encontrado en el TC una instancia no solo de reconocimiento sino
de promoción.
EL DERECHO SINDICAL
Es la rama del Derecho del Trabajo o Derecho Laboral que regula la constitución y
actividad de los sindicatos y de las organizaciones empresariales, así como el
ejercicio del derecho de huelga. Sin embargo, el Derecho Sindical no es una rama
autónoma, porque sus normas relativas a la organización sindical, caen dentro
del Derecho del Trabajo y dentro de este del Derecho Colectivo de Trabajo.
ARTÍCULO 8º:
A. Los estados partes en el presente pacto se comprometen a garantizar:
El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su
elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización
correspondiente, para promover y proteger sus intereses económicos y
sociales. No podrán imponerse otras restricciones al ejercicio de este
derecho que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una
sociedad democrática en intereses de la seguridad nacional o del orden
público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos.
El derecho de los sindicatos a formar federaciones o confederaciones
nacionales y el de estas a fundar organizaciones sindicales
internacionales o afiliarse a las mismas.
El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculo y sin otras
limitaciones que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una
sociedad democrática en intereses de la seguridad nacional o del orden
público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos.
El derecho de huelga, ejercicio de conformidad con las leyes de cada
país.
El presente artículo no impedirá someter a restricciones legales el ejercicio
de tales derechos por los miembros de las fuerzas armadas, de la policía o
de la administración del estado.
Nada de los dispuesto en este artículo autoriza a los estados partes en el
convenio de la organización internacional del trabajo de 1948, relativo a la
libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación, a adoptar
medidas legislativas que menoscaben las garantías previstas en dicho
convenio a aplicar la ley en forma que menoscabe dichas garantías.
BILBIOGRAFIA
Estudió primaria(1956 - 1960) en la escuela pre-vocacional 1606 en
morropón.
Secundaria (1961 - 1965) en el colegio ignacio escudero de chulucanas.
Superior en la universidad nacional mayor de san marcos, lima(1969 -
1976), recibiéndose de abogado en 1978.
Maestría (2005) en la universidad nacional hermilio valdizán de huánuco,
con mención en derecho civil y comercial.
Tiene 4 diplomados en diversos temas sobre derecho, uno de ellos en
derecho laboral
Ex-secretario general y secretario de defensa del sindicato de trabajadores
de p. Y
J. Hartínger s.a.(1974 - 1977) y como representante de los trabajadores de
la industria del
Vidrio, participó integrando el comando unitario de lucha ( cul ) que realizó
el 19 de julio
De 1977, el paro nacional unitario, que posibilitó que en octubre de 1977, se
convocara
A las elecciones para la constituyente de 1978, que hizo la constitución del
año de 1979,
Volviendo la democracia en el país a partir del año 1980, con lo que se
terminó el oncenio
Militar del gral. Juan velasco alvarado y morales bermúdez.
Especialista en derecho del trabajo, catedrático de derecho laboral en la
universidad nacional de ucayali, nombrado desde abril del 2005,
continuando a la fecha, está a cargo de los cursos laborales en la facultad
de derecho y ciencias políticas de la unu que son los siguientes:
Derecho laboral i - derecho laboral ii - derecho procesal de trabajo - práctica
procesal laboral.
Miembro de la asociación iberoamericana de derecho del trabajo de lima.
Llegó a pucallpa desde setiembre de1979 y participó en el pucallpaso de
ese año, radicando en ésta hasta la fecha, manteniendo su consultorio
jurídico.
Fue regidor en la municipalidad provincial de coronel portillo – pucallpa -
ucayali en los años 1985 a 1989, por izquierda unida y un grupo
independiente.
Ex responsable regional de transparencia en ucayali en el control de las
elecciones generales de 1990 - 1995 y 2000. Este año se alejó de
transparencia, para luchar contra la dictadura fujimontesinista y contra
el fraude electoral de la re-reelección en el 2000, apoyando la elección de
toledo, siendo su personero legal en ucayali, al ser éste candidato a la
presidencia, en ese momento, la expresión más clara de recuperación
Democrática nacional.
Ex- asesor legal de la universidad nacional de ucayali de 1981 a 1992, este
año renunció al cargo por estar contra la dictadura del rector victor chávez
vásquez, que se apoderó de la unu en 1986 y que se mantuvo en
el dominio de esta universidad, hasta el 30 de noviembre del 2001, que
terminó trágicamente su gestión, con un muerto y varios heridos, cuando
fue expulsada de pucallpa por el pueblo en lucha, que tomó la universidad
en medio de una huelga general indefinida.
Ex miembro de la mesa de concertación y lucha contra la pobreza de
ucayali 2001 - 2004.
Ex-director regional de trabajo de ucayali desde el mes de diciembre del
2001 al mes de marzo del 2002, renunciando al cargo, por discrepancias
con el presidente del ctar-ucayali, feliciano paredes, que no apoyó el
servicio inspectivo con personal.
Personero legal del mapu(movimiento agrario popular ucayalino), en las
elecciones del 2006, que ganó las elecciones municipales del 2006, en la
municipalidad provincial de coronel portillo y participante también en las
elecciones complementarias del 2007.
Es miembro de los colegios de abogados de lima y ucayalí.
Ha escrito más de 40 artículos libres en el periódico ahora de pucallpa.
MAYO - 2017