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El Decreto

de Jehová
2
Nuestra Misión
«Llamados a traer el poder sobrenatural de Dios a esta generación»

El Decreto de Jehová 2
Edición 2012
ISBN: 978-1-59272-432-1
Todos los derechos están reservados por el
Ministerio Internacional El Rey Jesús.
Esta publicación no puede ser reproducida, alterada parcial o totalmente, archivada
en un sistema electrónico ni transmitida bajo ninguna forma electrónica, mecánica,
fotográfica, grabada o de alguna otra manera, sin el permiso previo, por escrito del au-
tor. Todas la citas bíblicas han sido tomadas de Reina Valera versión 1960, salvo don-
de se indica Nueva Versión Internacional (NVI) y La Biblia de las Américas (LBLA).

Directora del Proyecto: Addilena Torres


Edición: José M. Anhuaman
Contribución Editorial: Alejandro Mújica
Diseño Interior: José M. Anhuaman
Portada: Danielle Cruz
Categoría: Oración

Publicado por:
El Rey Jesús (ERJ) Publicaciones
13651 SW 143 Ct., Suite 101, Miami, FL 33186
Tel: (305) 233-3325 – Fax: (305) 675-5770
Impreso en Estados Unidos de América.
El Decreto
de Jehová
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Índice
Introducción ............................................................. 7

Bienvenido Espíritu de Adoración ..................... 9

Dios Protege a Nuestros Hijos ............................ 27

El Sacerdocio ante el Altar ................................. 43

El Señor me da Fuerza y Salud ............................. 59

Entronando a Dios en Nuestras Vidas .............. 77

Liberando Maldiciones con el poder de la


Sangre ......................................................................... 107

Orando por Sanidad ............................................... 137

Pasión por un Evangelismo Sobrenatural ......... 151

Protegiendo y Levantando las Finanzas ........... 177

Reparando Brechas y Portillos ........................... 209


Introducción

B endiciones del Señor para todos los hermanos,


amigos, pastores, pastoras, ministros y siervos de
Dios. Quiero ante todo darle gracias a Dios por permitirme
escribir este libro que, más que oraciones, contiene decla-
raciones y decretos que servirán como una guía para orar
conforme a la voluntad del Padre. Entendiendo que, sobre
todas las cosas, al orar debemos depender de la guía del
Espíritu Santo.

Yo declaro, en el nombre de Jesús de Nazaret, que la impar-


tición que aquí está contenida tiene un efecto multiplicador
de bendición sobre su vida, su familia, su trabajo y su mi-
nisterio, y llena todo lugar donde estos decretos son leídos
y pronunciados con fe. Declaro que estas oraciones corren
a la presencia de nuestro Padre celestial y, debido a su per-
severancia en la oración y a su declaración constante de la
Palabra de Dios, traen rompimiento y aceleración espiritual
a sus vidas. A través de la oración, Dios también hará volver
el corazón de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia
los padres, trayendo así restauración familiar. Declaro, en

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el nombre de Jesús, que cada oración tocará su vida y la de
una nueva generación; tocará a sus hijos, a sus nietos, y aun
a los niños que se están gestando en el vientre de su madre.
Declaro también que cada oración libertará, fortalecerá y
bendecirá a las familias pastorales, y a las familias alrededor
del mundo..

Oro al Señor para que a cada lector le dé espíritu de revela-


ción y conocimiento sobrenatural. Así como Elías primero
vio en el mundo espiritual, luego lo profetizó y después lo
parió en el espíritu, así queremos Padre Tu intervención so-
brenatural. Gracias Señor porque la unción del Santo está
sobre estas oraciones (1 Juan 2:20).

Que Dios los bendiga rica y abundantemente amados lec-


tores, y que bendiga la vida de los pastores y pastoras, los
ministros del evangelio, los mentores, líderes de Casa de Paz
y todos quienes a diario oran conforme a la Palabra de Dios.

Profeta Ana Maldonado


Ministerio Internacional
El Rey Jesús
Bienvenido
Espíritu de
Adoración
El Decreto de Jehová 2

...Bendito seas tú, oh Jehová... Tuya es, oh Jehová,


la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el
honor; porque todas las cosas que están en los cielos
y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino,
y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria
proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano
está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y
el dar poder a todos. —1 Crónicas 29:10-12

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Bienvenido Espíritu de Adoración

E spíritu Santo de Dios, te damos la bienve-


nida en este día. Orar como conviene no
sabemos, pero Tú nos llevas a orar la perfecta vo-
luntad del Padre. Tal como el ciervo clama por las
corrientes de las aguas, así clama por Ti mi alma. Mi
sangre clama por Ti amado Jesús. Te necesitamos
Señor de los Ejércitos. Te necesitamos Príncipe de
Paz, porque vamos a entrar en batalla contra gober-
nadores, potestades y principados infernales. Sabe-
mos que nuestra lucha no es contra carne ni san-
gre, sino contra huestes espirituales de maldad que
se mueven en las regiones celestes. Te necesitamos
Espíritu de Dios, haznos como ciudad fortificada y
como muro de bronce, para ir contra el mundo, con-
tra el diablo, contra los deseos de la carne y contra
Satanás. Ayúdanos Padre, ayúdanos Jesús, ayúdanos
Espíritu de Dios para arremeter contra las fuerzas de
las tinieblas. Somos Tu ejército Señor, caminamos
bajo autoridad, sometidos a Ti, sujetos a Ti mi Dios.
¡Danos Tu fortaleza! ¡Tuya es la victoria Señor!

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El Decreto de Jehová 2

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores


por medio de aquel que nos amó.  Por lo cual estoy
seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por
venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jesús Señor nuestro. —Romanos 8:37-39

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Bienvenido Espíritu de Adoración

D ice la Palabra de Dios que, “Mayor es el


que está en nosotros que el que está en el
mundo”. Cada vez que levantamos nuestros brazos
para alabar y adorar a Dios, Él nos llena de poder y
autoridad para derrotar todas las obras del enemigo.
Cuando adoramos no hay demonio, no hay hechice-
ro, no hay bruja, ni hay agorero que pueda resistirse.
Nuestra oración tiene tanto poder que mientras ado-
ramos las brujas se arrepienten y buscan de Dios. Los
satanistas pierden su poder maléfico y son penetra-
dos por el infinito poder del único Dios verdadero.
Dice la Palabra que “donde dos o más se reúnen en
el nombre de Jesús, ahí está Él”. El Señor sólo ne-
cesita que dos estemos de acuerdo, porque entonces
Su fuerza se multiplica en nosotros y somos mayoría
aplastante contra el mundo, contra el diablo y sus
demonios, contra las tinieblas y las huestes del in-
fierno. ¡Nada nos puede apartar del amor de Cristo!
¡Cumplamos Su perfecta voluntad!

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El Decreto de Jehová 2

Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará


de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma;
lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced
a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre.
—Salmos 34:1-3

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Bienvenido Espíritu de Adoración

S eñor, en este día yo declaro que el sol no me


fatigará de día ni la luna de noche. Creo que
esta palabra hace “rhema” en mi espíritu, se convierte
en real para mi vida. Por tanto, mi cuerpo no se can-
sará ni se fatigará, porque en Ti he confiado. Señor
mío, Dios mío, esperanza mía, renueva mis fuerzas,
rejuvenéceme, hazme veloz y llena mi cuerpo de
energía divina para servirte cada día de mi vida. Dice
la Escritura: “Todo pasará, pero tu Palabra no pasa-
rá”. Tu Palabra no tiene fecha de expiración, porque
es amor, bondad y caridad, y esa caridad llega a mí
todos los días. ¡Gracias Señor! El salmista escribió:
“Bendice alma mía a Jehová”, lo cual quiere decir:
“bendice alma mía todo lo que corre por mis venas”.
El salmista demandaba a su alma que bendijera a
Jehová, nuestro creador, nuestro hacedor, nuestro Se-
ñor, nuestro Dios, Aquel que nos creó para adorarle.
¡Te alabo y te bendigo Señor!

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El Decreto de Jehová 2

Derribando argumentos y toda altivez que se  levanta


contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo.
—2 Corintios 10:5

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Bienvenido Espíritu de Adoración

N adie puede callar nuestra boca, ¡nadie! Ni


demonio, ni principado, ni gobernador de
las tinieblas, ni potestad de los infiernos, ¡nadie! Pa-
dre, en el nombre de Jesús, castigamos todo espíritu
de desobediencia que se levante para detener que te
conozcamos en la intimidad. Castigamos el espíritu
de divorcio, reprendemos toda disputa matrimonial
y la echamos fuera. Todo espíritu de contienda que
trae división en los matrimonios y en la familia, ¡lo
echamos fuera en el nombre de Jesús! Lo atamos y lo
echamos fuera de nuestra familia, fuera de nuestros
niños, fuera de nuestras escuelas... ¡Dije fuera! ¡Fue-
ra! ¡Lo echamos fuera de las universidades, fuera de
la congregación, fuera de la iglesia de Cristo, fuera de
los trabajos, y fuera de nuestras finanzas! Lo sujeta-
mos, lo atamos de la cabeza a los pies; atamos demo-
nios, atamos hombres y mujeres que se prestan para
hacer el mal, ¡los atamos! Ahora mismo, por el poder
de la sangre de Cristo, los llevamos a la obediencia de
Jesucristo el Hijo de Dios.

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El Decreto de Jehová 2

Bendecirá a los que temen a Jehová, a pequeños y a


grandes. Aumentará Jehová bendición sobre vosotros;
sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
—Salmos 115:13-14

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Bienvenido Espíritu de Adoración

P adre, en este día proclamamos Tu grandeza


y majestad. Somos Tu creación, los peque-
ñitos de Tu Reino, pero te tenemos a Ti Señor, que
eres alto y sublime, portentoso y gigante, eres grande
y temible, eres el Dios Todopoderoso y eterno. En
esta hora, el cielo y la tierra nos unimos para adorar-
te, los ángeles y los hombres nos alineamos para ado-
rarte en espíritu y verdad. La adoración hace que se
unan el cielo con la tierra, lo físico con lo espiritual,
lo visible con lo invisible. Hoy queremos adorarte
Señor; queremos exaltarte y proclamar Tu poderío
y majestad. ¡Eres grande Señor! Tu pueblo reconoce
y alaba Tu grandeza. Nuestra carne se doblega ante
Tu grandeza, nuestro espíritu proclama Tu grande-
za, nuestra alma alaba Tu grandeza. Señor, Tú que
habitas la eternidad, te pedimos que Tu Reino inva-
da la tierra. Amado Jesús, Tú que estás sentado a la
derecha del Padre, gobierna con autoridad e imparte
sobre nuestras vidas el temor de Jehová.

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El Decreto de Jehová 2

Él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y


compasión; él colma de bienes tu vida y
te rejuvenece como a las águilas.
—Salmos 103:4-6 (NVI)

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Bienvenido Espíritu de Adoración

S eñor, en este día te pido que liberes mi en-


tendimiento de mentalidades erróneas, en-
gaño y mentira, porque el engaño y la mentira que
corren por el mundo, que está en la atmósfera, no
deben tocar mi mente ni apoderarse de mi familia.
Espíritu de engaño y mentira te ato y te echo fuera de
mi consciente, subconsciente e inconsciente; te saco
de mi mente y mis pensamientos. Espíritu de engaño
y mentira te echo fuera en el nombre de Jesús. Señor,
tu Palabra me guarda del principado de este siglo.
Tu Santo Espíritu inspiró al salmista para escribir:
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser
su santo nombre. Él es quien perdona todas mis ini-
quidades, el que sana todas mis dolencias”. ¡Oh alma
mía bendice a Jehová y bendiga todo mi ser Su santo
nombre! Porque “Tú eres el que sacia de bien mi boca,
de modo que me rejuvenezca como el águila”. Por eso
el sol no me fatigará de día, ni la luna de noche, y aun
en mi madurez seré vigorizada.

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El Decreto de Jehová 2

Señor, digno eres de recibir la  gloria  y la  honra  y


el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu
voluntad existen y fueron creadas.
—Apocalipsis 4:11

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Bienvenido Espíritu de Adoración

S eñor en Tu nombre secamos todo espíritu


de prostitución que quiera venir contra Tu
iglesia. Todo espíritu de orgullo, arrogancia y sober-
bia, aun el espíritu de Leviatán se seca por el poder
de Tu sangre. Les quitamos todo derecho legal y los
echamos fuera, en el nombre de Jesús. Nuestros cuer-
pos sólo pueden ser llenos de Tu gloria, porque Tu
Palabra dice: “Y la gloria de Jehová ha nacido sobre
ti”. ¡La gloria es solamente Tuya! Que lo escuche el
infierno, que lo escuche el diablo, que lo escuchen
los principados, los gobernadores y las potestades que
habitan en las regiones celestes. Desde el niño hasta el
adulto te damos toda la gloria a Ti. Señor enmudece
toda boca que no te da gloria, toda mente que no
esté alineada a la mente de Cristo, toda lengua que
no confiese Tu nombre. Porque todo lo que respira te
tiene que alabar. ¡La gloria y la honra son Tuyas!

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El Decreto de Jehová 2

Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los


volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré;
los plantaré y no los arrancaré. Y les daré corazón
para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán
por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se
volverán a mí de todo su corazón.
—Jeremías 24:6-7

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Bienvenido Espíritu de Adoración

H oy ponemos demanda sobre los niños, el


fruto de nuestro vientre; los que se están
gestando y los que amamantan, los adolescentes y los
jóvenes. ¡Declaramos que todos Te dan la gloria Se-
ñor! Aquí no idolatramos carne; aquí no hay idolatría
para nadie. En este día declaramos que todo espíritu
de idolatría ¡se seca! Espíritus de hechicería y brujería
¡se secan! ¡Sécate legalismo! ¡Séquense manipulación
y control! Vamos a las raíces de esos espíritus y por
el poder de la sangre de Jesús les ordenamos que ¡se
sequen! Todo árbol que no fue plantado por Jehová
¡se seca! Toda hierba mala ¡se seca de raíz! Toda ho-
jarasca acumulada en nuestras vidas ¡se seca! Todo
lo que no da fruto para el Reino de Dios ¡se seca,
en el nombre de Jesús! ¡Somos plantíos de Jehová!
¡Somos renuevo de Su gloria! Oh, dele gloria a Dios,
porque Él apresura Su Palabra en este día, y prepa-
ra el corazón de nuestros hijos para que le conoz-
can, y sean pueblo adquirido por Dios, lavado con
la sangre de Cristo.

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Dios Protege a
Nuestros Hijos
El Decreto de Jehová 2

Bendecirá a los que temen a Jehová, a pequeños y a


grandes. Aumentará Jehová bendición sobre vosotros;
sobre vosotros y sobre vuestros hijos. Benditos vosotros
de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
—Salmos 115:13-15

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Dios Protege a Nuestros Hijos

G racias mi Dios, porque donde quiera que


estén mis hijos, los declaro protegidos por el
brazo de Jehová de los Ejércitos. La muerte, la enfer-
medad ni la vida mundana pueden alcanzarlos. Hoy
levanto un muro de fuego alrededor de sus vidas,
alrededor de su camino y alrededor de su escuela;
es un muro de fuego que los protege Señor. Declaro
que el espíritu de sabiduría y entendimiento está so-
bre ellos cuando hacen sus tareas y cuando presentan
sus exámenes. Declaro que pasan victoriosos toda
prueba que pongan delante de ellos. Los hago invi-
sibles a las acechanzas del enemigo. Decreto que no
caen en las trampas del diablo, en la vanidad ni en la
vanagloria del mundo. Declaro Señor, que Tu gracia
está sobre ellos frente a sus maestros, y bendigo a las
personas que los cuidan mientras estudian. Padre,
te doy gracias porque Tú has puesto en la tierra án-
geles que caminan alrededor de ellos, con espadas
desenvainadas, para protegerlos.

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El Decreto de Jehová 2

...Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová


te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer
su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová
alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi
nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
—Números 6:23-27

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Dios Protege a Nuestros Hijos

S eñor, en esta hora cubro la mente de mis


hijos, cubro sus ojos y sus oídos, cubro
también sus áreas sexuales y todo su cuerpo. Declaro
que su mente retiene lo bueno y desecha lo malo.
Declaro que ninguna palabra corrompida, tampoco
una palabra sucia puede entrar por sus oídos. De-
claro que la malicia no puede penetrar por sus ojos.
Declaro mi Dios amado que hay pacto en los ojos
de mis hijos para no desear lo ajeno. Señor, te doy
gracias porque ninguna perversa ni ningún perver-
so puede acercarse a mis hijos; ellos están cubiertos
por la sangre de Cristo. Declaro Señor amado que
mis hijos tienen temor de Ti en sus corazones, y
que donde quiera que van, el temor de Jehová va
con ellos. Declaro Padre que ellos pueden lidiar con
las tentaciones y puede ordenar y decir: ¡Vete de mí
Satanás, porque no te quiero en mi vida, yo quie-
ro a Dios! ¡Te quiero primero a Ti Señor! Tú eres el
número uno en mi vida y en la vida de mis hijos.
¡Tú eres mi Señor y mi Dios!

31
El Decreto de Jehová 2

En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada


la palabra de Jehová. Escudo es a todos los que en él
esperan. —2 Samuel 22:31

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Dios Protege a Nuestros Hijos

E spíritus de Dalila y Atalía, en esta hora los


echamos fuera de la vida nuestros hijos.
¡Fuera todo espíritu de Jezabel, fuera todo espíritu
del diablo, ahora mismo! Espíritu de prostitución,
te desarraigamos, te desentrañamos, te extirpamos,
te erradicamos de nuestra casa. ¡Fuera! Fuera todo
espíritu que quiera venir a corromper la mente de
nuestros hijos. ¡Los echamos fuera! Desatamos
el fuego de Dios en las escuelas donde van nues-
tros hijos. Todo lo que no proviene de Dios lo
echamos fuera. Les ordenamos a los maestros que
les dan clases, que no toquen la vida espiritual de
nuestros niños. ¡Se lo prohibimos en el nombre de
Jesús! Somos un pueblo lleno de la presencia del
Dios todopoderoso, y nuestros hijos están llenos de
Su presencia; nuestros hijos están llenos de Su au-
toridad. Los revestimos con escudos de santidad y
con el escudo del temor de Jehová. Los demonios
tienen que huir ante la presencia de nuestros hijos,
¡en el nombre de Jesús!

33
El Decreto de Jehová 2

Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo,


luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La
mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba
que echase fuera de su hija al demonio.
—Marcos 7:25-26

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Dios Protege a Nuestros Hijos

M ujeres, hombres, comiencen a orar por sus


hijos que están en la escuela. En este mis-
mo instante le hablo a todo espíritu del infierno, de
homosexualismo, lesbianismo, prostitución, alcohol,
drogas y otros vicios, y les ordeno que se alejen de
nuestros hijos. ¡No los pueden tocar! ¡Esos espíritus
inmundos se van fuera! ¡Fuera de las escuelas y fuera
de su casa! Espíritus de Grecia, de engaño, mentira,
hechicería, brujería y ocultismo, ¡los echamos fuera
en el nombre de Jesús! ¡Fuera! Ahora echa fuera esos
espíritus. ¡Échalos fuera de los maestros, de las maes-
tras, de los tutores, de los entrenadores deportivos,
de los directivos escolares! Dígales, ¡fuera espíritu de
perversión sexual, fuera espíritu del mundo! Ahora
mismo se van. No pueden tocar a nuestros hijos. En
el nombre poderoso de Jesús de Nazaret, ¡los echa-
mos fuera de la escuela! ¡Fuera de Miami y de cada
ciudad donde brille la luz del evangelio del Reino!
¡Fuera por el poder de la sangre de Jesús!

35
El Decreto de Jehová 2

Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado


y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo
el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Y te
amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el
fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu
mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños
de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te
daría. —Deuteronomio 7:12-13

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Dios Protege a Nuestros Hijos

E mpiece a cubrir a sus hijos con la sangre de


Cristo. Cubra su mente, cubra su sexuali-
dad ahora mismo. En el nombre de Jesús los libera-
mos de toda maldición mundana. Los liberamos de
fornicación, prostitución, lesbianismo y homosexua-
lismo; atamos a los demonios de homosexualismo,
atamos a los demonios de lesbianismo, atamos a los
demonios de prostitución y pornografía, y los des-
truimos. Declaramos que a nuestros hijos se les quita
la venda y que no son persuadidos, seducidos ni en-
cantados por Satanás a través de los medios, como la
televisión, revistas o internet. Declaramos que ésta
es una generación diferente, una generación santa,
una generación consagrada a Jehová; que el fruto de
nuestro vientre es bendito en la entrada y bendito
en la salida, bendito donde quiera que vaya. Le ha-
blamos al fruto de nuestro vientre y lo declaramos
santo, porque escrito está en Tu Palabra Señor que si
te obedecemos, nuestro fruto es bendito.

37
El Decreto de Jehová 2

¡Generación de  víboras! ¿Cómo podéis hablar lo


bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del
corazón habla la boca. —Mateo 12:34

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38
Dios Protege a Nuestros Hijos

S eñor Jesús, en esta hora venimos arran-


cando toda generación de víboras que se
levanta contra nuestros hijos. En el nombre de Jesús,
arranco y destruyo ahora mismo toda serpiente que
venga a tentarlos. Declaro Señor que toda simiente
del diablo que está deteniendo a nuestros niños y
jóvenes, que no les permite pasar para recibir lo que
por herencia les corresponde, ¡en esta hora se aparta!
Apártate culebra del infierno para que los jóvenes y
los niños se levanten. El fuego de la intercesión está
encendido, y ahora mismo le metemos más leña a ese
fuego, para que se quemen las víboras y todas sus ge-
neraciones. En el nombre de Jesús, son exterminadas
en el fuego consumidor del Espíritu de Dios. Toda
asignación del infierno es quemada, toda asignación
de control mental, toda asignación de brujería, ma-
gia blanca y magia negra, toda tentación del mundo
se pudre por el poder de la sangre de Cristo. Genera-
ción de víboras, ¿cómo escaparán de la condenación
eterna del infierno?

39
El Decreto de Jehová 2

Honroso sea en todos el  matrimonio, y el  lecho  sin


mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los
juzgará Dios. —Hebreos 13:4

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40
Dios Protege a Nuestros Hijos

S eñor, en el nombre de Jesús te pedimos


que guardes a nuestros hijos del sistema
corrupto que impera en el mundo. Pedimos hoy
por la inocencia de nuestros hijos e hijas, ellos no
tienen que perder la virginidad a los 13, 14 ni 15
años. Señor, ayúdales a guardarse vírgenes para el
matrimonio. Derrotamos hoy el paradigma que lleva
a nuestros jóvenes a creer que el hombre puede acos-
tarse con varias mujeres antes del matrimonio. El
hombre y la mujer deben mantenerse puros y santos
hasta el matrimonio. Tu Palabra dice que el lecho
matrimonial es santo, y también dice que nuestros
hijos no son inmundos. Señor, ayúdanos a buscar la
santidad, porque sin santidad nadie verá al Padre.
¡Cuánto anatema hay en los matrimonios! Por eso
consideran sucias las relaciones sexuales, y no las dis-
frutan, porque han metido la pornografía en su casa.
Padre, en el nombre de Jesús, ponemos el temor de
Jehová sobre los matrimonios, y decretamos ¡santi-
dad sobre el lecho conyugal!

41
El
Sacerdocio
Ante el Altar
El Decreto de Jehová 2

Y les dijo: Cuando oréis, decid:  Padre  nuestro que


estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga
tu  reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo,
así también en la tierra. —Lucas 11:2

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44
El Sacerdocio Ante el Altar

T ú eres un sacerdote del Dios Altísimo. Cuando


oras por tus hijos, por tu esposa o tu esposo y
por tu casa, cuando adoras a Dios, cuando presentas
ofrendas, estás ejerciendo el sacerdocio en tu hogar.
Como sacerdote, tienes autoridad para destronar todo
espíritu del diablo. Tienes autoridad para pararte y de-
cirle: ¡A ti te hablo Satanás, te has metido con un hijo
de Dios! Por cuanto dice la Palabra “mas vosotros sois
linaje escogido, real sacerdocio y nación santa, pueblo
adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Señor, ayúdanos a mantenernos firmes, a no doblar ro-
dillas ante Baal. ¡No las doblaremos! Seremos leales a Ti
Señor amado, como lo fue Daniel, como Sadrac, Mesac
y Abednego, como Esther y Mardoqueo. ¡Nos manten-
dremos firmes! No venderemos la primogenitura que
Tú nos has dado, por un plato de lentejas; viviremos
de acuerdo a los principios morales del Reino, que nos
enseña Tu Palabra. Practicaremos esos principios todos
los días de nuestra vida. Señor, que venga hoy Tu reino
y se haga Tu voluntad en la tierra.

45
El Decreto de Jehová 2

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espí-


ritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
—Mateo 26:41

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46
El Sacerdocio Ante el Altar

S eñor, me declaro un vaso limpio para esta-


blecer Tu Palabra, para declarar, decretar y
profetizar cada madrugada. Soy libre para implantar
Tu Reino en la tierra. Hermano únase conmigo y
comience a pedirle al Señor que lo libere para que
se levante como rey y sacerdote de su casa. Pídale
que arranque de su mente y su corazón todo espíritu
de lentitud, queja y religiosidad. El Señor no quiere
lentos, religiosos ni quejones. El Señor quiere hom-
bres y mujeres valientes para la batalla. Dele gloria a
Dios y dígale: “Señor, perdóname por las oraciones
de manipulación y hechicería que he hecho”. Pídale
perdón a Dios. Dígale: “Te doy la gloria Señor, te
doy la honra mi Dios”. Obligue a su cuerpo; tal vez
su cuerpo no quiere adorar hoy, pero usted oblígue-
lo, tírelo a tierra ahora mismo y dígale: “Cuerpo, esto
es lo que tú eres, pura tierra, pero mi espíritu viene
de Dios; por eso se levanta a adorar a Jehová”. ¡Te
damos gracias Señor, muchas gracias!

47
El Decreto de Jehová 2

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios;


mas las  reveladas son para nosotros y para nuestros
hijos para siempre, para que cumplamos todas
las palabras de esta ley. —Deuteronomio 29:29

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48
El Sacerdocio Ante el Altar

S eñor, oramos en este día para que nos des


revelación, como se la diste a Pedro cuan-
do le dijiste: “Bienaventurado eres Simón, porque
eso no te lo reveló  carne  ni sangre, sino mi Padre
que está en los cielos”. El Padre es quien nos da re-
velación, y sobre esa revelación se edifica la iglesia;
sobre la roca firme, inconmovible e indestructible
que es Jesucristo. Sobre esa revelación necesitamos
edificar el llamado que tienes para nosotros. Padre,
hoy clamamos para que Tú Señor quites de nuestra
vida el orgullo, la arrogancia, la soberbia y la prepo-
tencia, y en su lugar pongas en nosotros los dones del
Espíritu. Delante de Ti no necesitamos rango ni tí-
tulo alguno; el rango se demuestra cuando peleamos
contra las tinieblas, pero aquí todos somos ejército.
Somos Tu ejército Señor, y vamos a la guerra con
espada de doble filo, que penetra hasta partir el alma
y el espíritu. Declaramos Señor que hoy la revelación
de Tu Palabra, ¡se activa en nuestro espíritu!

49
El Decreto de Jehová 2

Porque he aquí que yo te he puesto en este día


como  ciudad  fortificada, como columna de hierro, y
como muro de bronce contra toda esta tierra, contra
los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el
pueblo de la tierra. —Jeremías 1:18

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50
El Sacerdocio Ante el Altar

S eñor, Tú le dijiste a Jeremías que era como


ciudad fortificada, columna de hierro y
muro de bronce. Hoy nos apropiamos de esa prome-
sa y en esta hora nos ponemos la armadura de Dios,
para que ningún dardo del infierno penetre a nuestra
vida. No pueden tocarnos dardos de envidia, de celo,
de odio ni aun nuestro ego. No puede llegar a nues-
tra vida contaminación de carne y espíritu. Padre en
el nombre de Jesús, hablamos al entendimiento de
los hijos de Dios y declaramos que la Palabra penetra
y nos rodea. Hoy nos declaramos ciudad fortifica-
da contra toda acechanza que Satanás, el mundo y
nuestra propia carne, quiera lanzarnos. Oh mi Dios
poderoso y santo, nos metemos hoy en el arca de la
alianza, la cual no la destruye diluvio ni juicio, que
arremete contra la corriente del mundo, el sistema
religioso, el legalismo, los demonios, potestades y
gobernadores de las tinieblas. Haznos Señor ciudad
fortificada, donde no penetre tempestad, situación
financiera, malicia ni muerte.

51
El Decreto de Jehová 2

Él [Eliseo] le dijo [al criado]: No tengas miedo, porque


más son los que están con nosotros que los que están
con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que
abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió
los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego
alrededor de Eliseo. —2 R eyes 6:16-17

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52
El Sacerdocio Ante el Altar

T e pedimos Señor que abras nuestros ojos


para ver como miran los atalayas. Abre
nuestros ojos como lo hiciste con el criado de Eliseo.
Abre nuestros ojos para ver al enemigo que intenta
venir contra mí; pero ábrelos también para ver lo
que Tú, “el grande, poderoso y temible en batalla”,
haces con los que se atreven a enfrentarte. Señor,
abre mis ojos y oídos espirituales para recibir la Pa-
labra de Dios por boca de mi pastor, pero también
haz que cuando él predique yo pueda ver más allá de
sus palabras. Cuando Eliseo dijo: “Jehová, abre los
ojos de mi criado”, el criado de inmediato oyó y vio.
El criado de Eliseo escuchó la voz en la tierra, pero
miró el poder de Dios en los cielos y en la tierra.
Señor yo quiero ese poder del atalaya para detec-
tar al enemigo cuando viene contra mi familia, mi
matrimonio y mi iglesia. Quiero ese poder para pa-
rarme con firmeza y gritarle al enemigo: ¡Mira bien
Satanás, porque más son los que están con nosotros
que los que están contigo!

53
El Decreto de Jehová 2

Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con


espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre
de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones
de Israel, a quien tú has provocado. —1 Samuel 17:45

NOTAS: ..............................................................................................................................................

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54
El Sacerdocio Ante el Altar

S eñor, en este día los ángeles del gran po-


der de Jehová se mueven al precepto de
Tu Palabra; son ángeles ministradores que vuelan a
ministrar pueblos, naciones y continentes. Tú y yo
hermano y hermana, formamos parte del temible
y poderoso ejército de Jehová. Somos la fuerza élite
que se mueve en la tierra, y en este momento nos
hacemos uno con los ángeles de poder que forman
el ejército élite en los cielos. De la misma forma, la
justicia divina se une a la justicia de la tierra para
atacar todo espíritu de divorcio y los espíritus malig-
nos que planean la destrucción familiar. Liberamos
a cada persona que es cabeza en su casa, liberamos
las mentes de los hombres y mujeres; los liberamos
de todo espíritu de machismo, adulterio, dictadura,
maltrato y abuso físico y mental. Arrancamos de sus
mentes todas esas fortalezas, y plantamos en la mente
de cada uno de ellos un sacerdocio santo.

55
El Decreto de Jehová 2

Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada


de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá
a causa de la unción. —Isaías 10:27

NOTAS: ..............................................................................................................................................

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56
El Sacerdocio Ante el Altar

C on el poder y la autoridad que Dios nos da,


en este día nos declaramos libres del espíritu
de Jezabel que trae manipulación y control; de los
espíritus de Atalía y Dalila que traen seducción y
prostitución, de Atenea la diosa de la falsa sabiduría
que trae un amor desenfrenado por el conocimiento
y engaña a la iglesia con falsas teorías, cortamos los
tentáculos de todo espíritu que trae adulterio, forni-
cación y pornografía. Decretamos en el nombre de
Jesús que ese pulpo infernal suelta las vidas de nues-
tras autoridades, suelta a los pastores y a los líderes
de la Iglesia de Cristo, suelta a los hombres y mujeres
del pueblo de Dios. El fuego profético se levanta con
palabra que liberta, porque el Espíritu de Jehová, el
Señor, está sobre nosotros para destruir todo yugo de
maldad. Tomamos a las multitudes y les ordenamos
que salgan del laberinto, salgan del escondite, salgan
de la cárcel a la libertad del Hijo de Dios. ¡Sé libre!
¡Sé libre en el nombre de Jesús!

57
El Señor
me da
Fuerza y Salud
El Decreto de Jehová 2

Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi


salvación.  Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi
padre, y lo enalteceré. Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre. —Éxodo 15:2-3

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60
El Señor me da Fuerza y Salud

S eñor, hoy te doy gracias porque sólo Tú


me das fuerzas para buscarte. No importa
por quién me tomen ni qué digan de mí. Te voy a
servir cada día con mis oraciones; te serviré cuando
amanezca y aun en la vigilia de la noche, lo haré de
madrugada y hasta que el sol se oculte, te serviré Se-
ñor mientras trabajo y cuando atienda a mi familia;
todo lo haré como un servicio a Ti Señor. Cuando
sirvo a mis hermanos, ese servicio también es para
Ti Señor. Ayúdame a que cada minuto de vida yo te
sirva, que siempre busque una oportunidad para ser-
virte. ¡Gracias Señor! Aun si no me recompensaras
Señor yo quiero servirte. Espíritu Santo, enséñame
a servir a mi Padre celestial. Que mientras camine
en la tierra viva llena de Tu Espíritu. Yo declaro que
la frescura de vida viene de Tu Espíritu a mi espíri-
tu. Padre, recibo hoy la fortaleza física que necesito,
y te doy gracias.

61
El Decreto de Jehová 2

Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos,


y las cenizas de la becerra  rociadas a los inmundos,
santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más
la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno
se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis
al Dios vivo? —Hebreos 9:13-14

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62
El Señor me da Fuerza y Salud

A mado Padre, yo reconozco que necesito a


Jesús. Reconozco que soy carne, que soy
de tierra, que estoy en un cuerpo corruptible. Re-
conozco que necesito ser libre en mi mente, libre de
toda carga falsa, de toda mentira diabólica, de toda
palabra podrida; libre de toda envidia, celo, odio y
desprecio. ¡Señor necesitamos de ti! ¡Libéranos Jesús
por el poder de Tu sangre! Porque esa sangre que nos
redimió habla; Tu sangre habla Jesús. Habla recor-
dando que el acta de los decretos en nuestra contra
fue anulada en la cruz. Padre gracias porque anulaste
el acta que le daba derecho legal a Satanás para inter-
venir en nuestra vida. Gracias Señor porque el poder
de la sangre de Cristo, revoca, anula e invalida todo
mandato del infierno. Gracias Jesús porque el poder
de Tu sangre habla, y nos redime y nos perdona. El
poder de la sangre de Cristo limpia, libera, redi-
me, expía y perdona. La sangre de Jesús disuelve e
invalida toda obra de maldad generacional.

63
El Decreto de Jehová 2

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis;


y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con
el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación
por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros,
sino también por los de todo el mundo.
—1 Juan 2:1-2

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64
El Señor me da Fuerza y Salud

S i tiene problemas en el área sexual póngase


la mano en el vientre y diga conmigo: “Pa-
dre celestial, yo me declaro consagrado(a), me declaro
puro(a), me declaro santo(a), me declaro apartado(a)
para ti”. Diga: “No doy cabida en mi mente a pen-
samientos sexuales de fornicación o adulterio”. “¡No
permito pensamientos que van contra Tu voluntad
Padre del cielo!”. Diga en voz alta: “Señor, libera mis
pensamientos y hazme libre de recuerdos del pasa-
do”. Ahora mismo toda fortaleza mental, espiritual o
física está siendo derribada por el poder de la sangre
de Cristo. Diga: “Creo Señor que Tú me haces libre
y me fortaleces en la unidad del Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo”. Creo que Jesús está a la diestra del
Padre gobernando con autoridad, y los principados,
potestades y gobernadores que habitan en las regio-
nes celestes se tienen que sujetar a Él. ¡El diablo no
puede acusarme más, Jesús es mi abogado!

65
El Decreto de Jehová 2

Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora


ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro
Dios, y la  autoridad de su  Cristo; porque ha sido
lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el
que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
—Apocalipsis 12:10

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66
El Señor me da Fuerza y Salud

S eñor libéranos de toda maldición. Si abri-


mos puertas al enemigo por cansancio, ne-
gligencia, falta de conocimiento o falta de sabiduría,
perdónanos Señor. Si en un momento permitimos
que algo inmundo penetrara nuestras vidas, te pe-
dimos perdón. Pedimos perdón por toda puerta que
abrimos voluntaria o involuntariamente. Hoy pro-
clamamos en la autoridad de Cristo que toda puerta
que abrimos al enemigo ¡se cierra ahora! ¡Satanás,
vete con tus demonios al infierno, donde perteneces!
¡Te echamos fuera de los niños! ¡Fuera de nuestra
casa y nuestras finanzas! Señor, mete Tu mano y
saca todo lo que no provenga de Ti. Mete Tu mano
en mis pulmones, en mis riñones, columna, huesos,
cadera, piernas, coyunturas, ojos, oídos, venas y en
mi corazón; mete Tu mano Señor por todos lados y
¡sana mi cuerpo! Mete Tus manos en mis finanzas.
Mete Tu mano en el gobierno de mi casa. Métete en
todo lo que no provenga del cielo y arranca lo malo
Señor. ¡Libéranos de toda maldición!

67
El Decreto de Jehová 2

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu


Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios,
y que no sois vuestros? —1 Corintios 6:19

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68
El Señor me da Fuerza y Salud

S eñor, nuestra carne no puede acomodar-


se al sistema de pereza, de letargo y sue-
ño profundo que hay en la tierra, a ese espíritu de
ansiedad que hay en el ambiente. Danos Padre el
antídoto, mediante el poder de la sangre de Cristo,
para destruir la ansiedad por comer, la ansiedad por
dormir y la ansiedad por hacer lo que le da la gana
a nuestro cuerpo físico. Señor amado, hay algo que
no es normal, y es que los muchachos quieren co-
mer compulsivamente comida chatarra. Hoy te pe-
dimos Padre que Tu Espíritu Santo tome el control
de nuestro apetito y el de nuestros hijos. Hoy ren-
dimos nuestro deseo descontrolado de comer a Tu
presencia; sabemos que lo que comemos determina
la salud de nuestro cuerpo, que es templo y morada
del Espíritu Santo. Señor, enséñanos a alimentarnos
sanamente. Llénanos Señor de pureza por buscar
Tu santidad, por buscar comida buena y por cuidar
nuestro cuerpo, para vivir una vida saludable.

69
El Decreto de Jehová 2

Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas


enfermedades, y  echó fuera muchos  demonios; y no
dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.
—Marcos 1:34

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70
El Señor me da Fuerza y Salud

S eñor te pedimos perdón por haberle dado


derecho legal a la mentira y haber alimen-
tado el espíritu de muerte. Hoy, en Tu nombre se-
camos las raíces de cáncer, SIDA, diabetes, quistes
o como quiera que se llame la enfermedad que ha
sido diagnosticada sobre Tu pueblo. Por el poder de
la sangre de Jesús echamos fuera todo espíritu de
enfermedad, muerte y luto. Hermano, cuando usted
tiene revelación del poder de la sangre de Jesús, su fe
vence toda enfermedad. ¡Comience ahora a pelear
por su vida! Diga conmigo: “Amado Jesús, quiero ser
un instrumento en tus manos para bendecir fami-
lias. Quiero ser un instrumento que manifieste Tu
gloria para traer multitudes. Quiero ser un instru-
mento que uses para liberar y transformar mentes”.
Ahora, en el nombre de Jesús, todo paradigma, toda
fortaleza mental y toda enfermedad arraigada en tu
vida comienza a salir. Señor, arrancamos la simiente
de Satanás y plantamos la simiente de Jehová sobre
cada ser humano.

71
El Decreto de Jehová 2

Pero respondiendo él [Jesús], dijo: Toda planta que no


plantó mi Padre celestial, será desarraigada.
—Mateo 15:13

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72
El Señor me da Fuerza y Salud

S eñor, en este día sometemos la carne y la


llevamos en cautiverio para que obedezca a
Jesucristo, el Hijo de Dios. Toda mente y todo cuer-
po tienen que obedecerle. Señor, hoy comenzamos
a arrancar árboles de opresión, árboles de hechice-
ría, árboles que fueron regados con malas palabras.
Arrancamos árboles de enfermedad, árboles de en-
gaño, árboles de problemas mentales. Arrancamos
también todo árbol que creció alimentado por las
maldiciones provenientes de la televisión, la radio,
los libros de hechicería, las tradiciones y costumbres
idólatras, y por los mensajes perversos emitidos por
ciertos medios de comunicación. Todo árbol de le-
galismo, religiosidad y paganismo los arrancamos
de raíz. Arrancamos Señor, todo lo que ha planta-
do el diablo mentiroso. Arrancamos todo árbol de
injusticia y plantamos árboles de justicia.

73
El Decreto de Jehová 2

Mas ahora que habéis sido  libertados del pecado


y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la
santificación, y como fin, la vida eterna.
— Romanos 6:22

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74
El Señor me da Fuerza y Salud

P adre celestial, en este día arrancamos todo


árbol de racismo y plantamos árboles de
amor para la viuda, el huérfano y el extranjero.
Arrancamos árboles de enfermedad, de artritis, cán-
cer, SIDA, diabetes, tumores y muerte, y plantamos
en la mente de los hombres árboles de sanidad y sa-
lud divina, de bienestar, paz mental y gozo. Arranca-
mos toda semilla de maldad que fue sembrada en el
consciente, subconsciente e inconsciente de la gente.
Arrancamos toda fortaleza mental y toda convoca-
toria del infierno que une a los brujos, hechiceros
y agentes satánicos. Declaramos que toda práctica
satanista, de control mental y de proyección astral es
atada y echada fuera de nuestras vidas, ¡en el nom-
bre de Jesús! Declaramos que la salvación de Jehová
es para todos, antes que la muerte los sorprenda.
Oramos Señor amado para que salves a esa gente.
Ten misericordia de ellos.

75
Entronando
a Dios en
Nuestras Vidas
El Decreto de Jehová 2

Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados


delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus
rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias,
Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que
has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has
reinado. —Apocalipsis 11:16-17

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78
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

E spíritu Santo de Dios, guíanos a orar como


conviene. Usa nuestra boca para adorar y
alabar al Padre. ¡Alma mía bendice a Jehová! ¡Ben-
diga todo mi ser Su santo nombre! Bendice al Alto,
al Sublime, al Poderoso, al tres veces Santo, al Único
Dios Verdadero. Llévanos a adorar a Jesús el Rey de
Gloria, el Hijo del Dios vivo, al único mediador en-
tre Dios y los hombres, al que intercede ante el Padre
por Su pueblo y por Su iglesia. Señor amado, yo sé
que Tú buscas cada día verdaderos adoradores, gente
que te adore en espíritu y verdad; hombres y mujeres,
adultos, jóvenes y niños, de todas las razas y todas las
naciones dispuestos a adorarte y a servirte. Señor usa
nuestro cuerpo para que Te adoremos, porque en el
cielo los ángeles Te adoran, los querubines Te ado-
ran, los veinticuatro ancianos postrados Te adoran,
pero Tú quieres que también nosotros te adoremos.
Hoy nos conectamos al cielo y nos unimos al coro de
ángeles, querubines y ancianos, para alabar y adorar
Tu santo nombre.

79
El Decreto de Jehová 2

Porque las armas de nuestra milicia no son carnales,


sino poderosas en Dios para la  destrucción de
fortalezas. —2 Corintios 10:4

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80
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

P adre, te damos gracias porque hoy ensan-


chas el sitio de nuestras tiendas y nos llevas
a vivir en un nivel mayor de fe. —Tome un momen-
to para decirle al Señor qué es lo que necesita para
este día, confiésele al Señor cuál es el problema que
le ha mantenido desanimado, cuál es la montaña que
se interpuso en su camino, cuáles son los gigantes
que hoy tiene que derrotar—. Dígale, ¡Señor, en Tu
nombre hoy se cae toda fortaleza! ¡Hoy toda mon-
taña se tiene que mover! ¡Hoy esos gigantes se van
para el suelo! ¡Gracias Señor! Dele gracias a Dios,
dele honra, dígale: “¡Gracias Señor por los recursos
que me has dado! ¡Gracias por darme Tu Palabra,
gracias por la fe, gracias por el nombre y la sangre
de Jesús, gracias por los ángeles que acampan a mi
alrededor, gracias por los intercesores que se paran
en la brecha por mí. ¡Gracias Padre, en el nombre de
Jesús! Amén”.

81
El Decreto de Jehová 2

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha


librado de la ley del pecado y de la muerte.
—Romanos 8:2

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82
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

S eñor, hoy nos ponemos la armadura de


Dios, de modo que cuando el enemigo nos
vea mirará en nosotros la coraza de justicia, el yelmo
de la salvación, el cinturón de la verdad, el apresto
del evangelio, el escudo de la fe y la espada de doble
filo que es Tu Palabra. Declaro Señor que mis pies
aplastan toda víbora que intenta atacarnos. Declaro
Señor que aunque estamos en el mundo, caminamos
armados, y nuestras armas son poderosas en Dios
para la destrucción de fortalezas. Declaramos que el
espíritu de muerte huirá de nuestra presencia. Dígalo
conmigo: Declaramos que la potestad de la muer-
te no puede tocarnos, que huye delante de nuestra
presencia, delante de nuestro camino, delante de
nuestro trabajo, delante de nuestro hogar. ¡Espíritu
de muerte, huye, por el poder que te derrotó en la
cruz del calvario! En el nombre de Jesús yo declaro
que, a cada cristiano que se congrega en esta casa,
Dios le ha dado autoridad sobre la muerte.

83
El Decreto de Jehová 2

Y Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos; porque


yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos
prevalecerá delante de ti.
—Josué 10:8

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84
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

D eclaramos en el nombre de Jesús, que todo


enemigo que se levanta contra el pueblo de
Dios es destruido; que todos los demonios, potes-
tades, gobernadores y principados, quedan paraliza-
dos, los atamos y echamos fuera. Declaramos y de-
cretamos que donde quiera que camine un cristiano
lavado con la sangre de Cristo, lleno del poder de Tu
Palabra y lleno del poder del Espíritu de Dios, Sata-
nás tiene que huir. Declaro que todo espíritu de en-
fermedad huye de nosotros. Nos declaramos sanos,
nos declaramos bendecidos, en el nombre de Jesús.
Declaramos Señor amado que mientras nuestros hi-
jos van por las calles, los ángeles corren a su lado, que
cuando van en sus carros los ángeles están con ellos,
que en la escuela o con sus amigos, los ángeles de Tu
poder van con ellos. Decretamos en el nombre de
Jesús, que todo hombre y mujer, al mirar a nuestros
hijos o a nuestra familia, verán la autoridad de Dios
por encima de ellos, y temerán a Jehová.

85
El Decreto de Jehová 2

Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el


fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron
sobre sus rostros en el pavimento y  adoraron,
y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su
misericordia es para siempre.
—2 Crónicas 7:3

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86
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

H ermanos, digan conmigo: En este día yo


me descontamino de toda contaminación
de carne y espíritu. Descontamíname Señor aun de
los deseos de mi carne, de las cosas que no Te agra-
dan. Si no le gusta someterse a la autoridad, diga:
En este día, yo le ordeno a mi mente que se someta
a la autoridad; le ordeno a mi carne que se someta
a las leyes espirituales. Renuncio en este día a todo
espíritu de rebeldía a la autoridad. Aunque mis auto-
ridades digan cosas que no me agradan, yo le ordeno
a mi mente, a mi voluntad y a mis emociones que se
sometan. El salmista decía: ¡Oh alma mía bendice a
Jehová! De la misma forma, yo también le ordeno a
mi alma: ¡Tienes que bendecir a Jehová, tienes que
adorarlo! No es cuestión de sentimiento, es una deci-
sión. ¡Te sometes a la alabanza y adoración! Señor, te
presento sacrificios de alabanza, fruto de labios que
confiesan Tu nombre. Mi alma te alaba Señor, mi
alma te anhela, mi alma te adora. Díselo hermano:
¡Mi alma te adora, Señor!

87
El Decreto de Jehová 2

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro


de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
salvación mía y Dios mío. —Salmos 42:5

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88
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

A lma mía te doy una orden: ¡Adora al Dios


viviente! Adora al Padre, adora a Su Hijo Je-
sucristo y adora al Espíritu Santo. Adora Su poder y
Su grandeza. Que la tierra lo escuche: No me puede
contaminar el mundo, no me puede contaminar la
carne, no me puede contaminar el hombre perverso
porque mi alma adora al Dios vivo. ¡Mi alma alaba y
adora a Dios! Dígalo con fuerza: Mi alma es tuya, mi
sangre es tuya, mis pensamientos y mi imaginación
son tuyos. Espíritu Santo, entra y ensánchate en mi
alma, ocupa toda mi imaginación, ocupa todo mi ser.
Donde hay adoración y alabanza no hay temor. David
caminaba por el desierto, donde habitan serpientes,
osos, leones y otras bestias, pero él decía: ¡Alma mía
bendice a Jehová! Donde está la presencia de Dios,
aun las bestias del campo se someten. En medio del
peligro desciende la presencia de Dios, en medio de la
crisis desciende la presencia de Dios, en medio de la
depresión desciende la presencia de Dios.

89
El Decreto de Jehová 2

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por


medio de la renovación de vuestro entendimiento, para
que comprobéis cuál sea la buena  voluntad  de Dios,
agradable y perfecta. —Romanos 12:2

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90
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

S eñor, Tu presencia ensancha mi entendi-


miento, ensánchate dentro de mí, Espíritu
de Dios. Ensánchate en mi descernimiento para
entender Tu voluntad, oh Señor. Ensánchate dentro
de mi alma. Como el ciervo brama por el desierto
buscando agua viva, así mi alma te busca, así mi
alma te anhela. Aun en las noches y en las madruga-
das, mi alma te anhela Señor. Aun cuando duermo
mi alma te anhela; incluso cuando descanso en mi
habitación, mi alma te anhela. Mi alma tiene sed del
Dios vivo. ¡Entre hermano en la presencia de Dios!
Invite al Espíritu Santo a que entre en su casa. Dígale
que está dispuesto a renunciar a su voluntad para que
la voluntad de Dios sea hecha en su vida. Eso fue lo
que hizo nuestro amado Jesús de Nazaret; Él jamás
hizo su voluntad. Él hacía Tu voluntad Padre! Vamos
hermano, pídale en este día al Espíritu Santo que
manifieste la voluntad del Padre para su vida, y que
ensanche el misterio de Su voluntad dentro de ti.

91
El Decreto de Jehová 2

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de


Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo
de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de
Dios, el cual sois vosotros, santo es.
—1 Corintios 3:16-17

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92
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

N o clamo por dinero, no clamo por las ri-


quezas de este mundo... Mi alma clama
por Ti Señor. Porque cuando clamo por Ti, las ri-
quezas vienen y vamos a otro nivel. No son las ri-
quezas mundanas las que nos interesan sino hacer
Tu voluntad. Las riquezas las vamos a tomar de los
impíos. Las arrancaremos del norte, del sur, del este
y el oeste, y las usaremos para expandir Tu evangelio;
para ayudar a la viuda, al huérfano y al extranjero.
Las destinaremos a libertar a los cautivos y a arrancar
las almas de las garras del pecado. Renueva nuestra
mente Señor para creer por cosas mayores. Pasamos
Señor del nivel de suficiencia a la abundancia y a la
sobreabundancia del Reino de los cielos; sumérge-
nos en un océano de muchas aguas, donde los ríos
brotan, las cascadas brotan, la adoración brota y la
alabanza brota. Oh Señor, ven y ocupa este edificio
que llamamos cuerpo; que en él more el Espíritu de
Dios, que no sea gobernado por las leyes de este si-
glo, sino que se mueva por el poder sobrenatural de
Tu presencia.

93
El Decreto de Jehová 2

Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá


sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él
una fuente de agua que salte para vida eterna.
—Juan 4:14

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94
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

O h Espíritu de Dios, yo te doy gracias. Gra-


cias Padre, gracias Jesucristo por darnos el
privilegio de tener la medida de Tu Espíritu dentro
de nosotros. Gracias porque donde vive el Espíritu
de Dios no puede vivir el diablo, y las obras de la
carne no pueden prevalecer. En este día Señor, yo
bebo de la fuente, jalo de ese río de agua viva que
trae frescura a mi alma, a mi entendimiento, a mis
pensamientos, a mi sangre, a mis tuétanos y a mis
huesos. Esa es la mejor vitamina, esa es la mejor me-
dicina. Necesitamos Señor que entres allí, porque Tú
eres mi hacedor, Tú eres el que fundaste la tierra, Tú
eres el que fundaste los océanos, el que fundaste los
reinos; Tú eres el que creaste cada hueso, cada tué-
tano, cada célula, cada glóbulo blanco y rojo, cada
cosa que está puesta en mi cuerpo. ¡Tú eres el que
me hiciste! ¡Tú eres el Dios que me creaste! ¡Sólo Tú
tienes derecho de entrar a vivir en mí!

95
El Decreto de Jehová 2

  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu


corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este
es el primero y grande mandamiento. Y el segundo
es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los
profetas. —Mateo 22:37-40

NOTAS: ..............................................................................................................................................

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96
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

S eñor, en este día te doy lo mejor de mis


fuerzas, de mis finanzas, de mis pensa-
mientos, de mi mente, de mi alma, y lo mejor de
mi corazón. Quiero cumplir el gran mandamiento
que anunciaste cuando llegó a tentarte el fariseo, y
te dijo: “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en
la ley?” Y Tú respondiste: “Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con to-
das tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo
como a ti mismo”. Espíritu Santo, que cada día es-
temos conscientes de cumplir el gran mandamiento
del que depende toda la ley y los profetas, y aunque
ahora vivimos bajo la gracia, conforme al Nuevo
Testamento, Tú confirmaste ese gran mandamiento
para los hijos de Dios. Espíritu Santo, enséñanos a
amar a Dios cada minuto, con todo nuestro corazón
y toda nuestra alma. Que en el día y en la noche ame
a Dios, que mi casa ame a Dios, y que todo lo haga
por amor a Tu nombre. Porque si yo te amo Señor,
nuestros hijos también te amarán.

97
El Decreto de Jehová 2

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra


guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y
haremos morada con él. El que no me ama, no guarda
mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía,
sino del Padre que me envió. —Juan 14:23-24

NOTAS: ..............................................................................................................................................

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98
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

A mado Señor, pon en mi alma, en mi cuerpo,


en mis pensamientos, en mi entendimiento
y en mis oraciones, el mandamiento de amar a Dios
y a mi prójimo. Que en la abundancia y la necesidad
te ame Señor, que donde quiera que vaya ame Tus
preceptos y no los olvide. Que con mi conducta y mi
diario vivir te ame, que en el corto y largo plazo te
ame Señor. Amo obedecer Tus mandamientos, aun-
que reconozco que no siempre es fácil. En este día Se-
ñor, le ordeno a mi mente y a mi cuerpo que cuando
Tú digas: “ve al norte”, yo vaya al norte; cuando Tú
digas: “ve al sur”, yo vaya al sur; cuando Tú digas: “ve
al este”, yo vaya al este; y si me envías al oeste, que
hacia allá se dirijan mis pasos. Señor, cada mañana
quiero ser guiado por tu Espíritu Santo, por causa
del amor al Padre, por causa del amor al Hijo y por
causa del amor a Tu Palabra. Gracias Padre por lo que
has hecho en nuestras vidas, dándonos lo que Tú más
amas, Tu Hijo unigénito, Jesús de Nazaret.

99
El Decreto de Jehová 2

Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito


está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El
diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le
servían. —Mateo 4:10-11

NOTAS: ..............................................................................................................................................

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100
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

P adre nuestro que estás en los cielos, santifi-


cado sea tu nombre... Guíanos Señor cada
mañana a adorarte, obedecerte y servirte. Entra Se-
ñor en nuestra casa y llena ese lugar; entra en nuestros
hijos y transforma sus vidas. Haz que en cada rincón
de nuestro hogar podamos sentir Tu presencia. En
este día levantamos un altar de adoración para Ti y
cercamos con nuestras oraciones un territorio santo,
un lugar secreto donde Tú puedas tener intimidad
con nosotros, nuestros hijos y aun los hijos de nues-
tros hijos. Enséñanos Señor a amarte con todo el co-
razón, a santificar cada minuto y cada hora de cada
día, porque Tú los creaste, y lo que Tú creas es santo.
Santificamos y bendecimos todos los años que aún
nos quedan por vivir, porque hemos decidido vivir
para adorarte y para servirte. Que nada nos aparte
de Tus mandamientos Señor amado, porque nuestra
simiente está llamada a seguir aplastando a Satanás,
sus obras y maquinaciones.

101
El Decreto de Jehová 2

Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste


para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni
pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste
para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho
conforme a tus palabras... Y aun también te he dado las
cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera
que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus
días. —1 R eyes 3:11-13

NOTAS: ..............................................................................................................................................

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102
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

S eñor en este día venimos delante de Ti,


como lo hizo Salomón, para pedir sabi-
duría del cielo. Sabiduría para amar a Dios por so-
bre todas las cosas, sabiduría para amar y respetar
a nuestro prójimo, sabiduría para cumplir Tu ley,
sabiduría para vivir sin juzgar ni lastimar a nadie,
sabiduría para honrarte, sabiduría para buscarte cada
mañana y sabiduría para hacer riquezas que no pe-
rezcan. Cuando Jehová se le apareció a Salomón en
Gabaón, el Señor le dijo: “Pide lo que quieras que Yo
te dé”, a lo que el joven rey respondió: No te pido
oro ni plata, sólo te pido sabiduría para gobernar a
Tu pueblo. Y el Señor se lo concedió. Señor, danos
sabiduría y conocimiento, pero sobre todo danos el
amor que todo lo puede, el amor que todo lo sufre, el
amor que da soporte al cónyuge, el verdadero amor,
el amor ágape. Ese amor que nos lleva a luchar por
nuestra casa y nuestra familia, porque como está es-
crito: Todo pasará, pero Tu Palabra no pasará.

103
El Decreto de Jehová 2

La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,


y a ellos hará conocer su pacto.
—Salmos 25:14

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104
Entronando a Dios en Nuestras Vidas

S eñor amado, hoy honramos el pacto de la


sangre de Jesucristo. Te pedimos perdón por
aquellos que han deshonrado ese pacto y también por
quienes han deshonrado el pacto matrimonial y caen
en adulterio, fornicación y pornografía. Tu Palabra
dice en Malaquías que Tú mismo atestiguas contra
los adúlteros. ¡Tú mismo juzgas Señor! Cuántos hoy
en día se casan y caen en adulterio, aun gente que
pertenece a Tu iglesia. Cuántos hombres y mujeres
han deshonrado a sus cónyuges e hijos. Líbranos
Señor a los que estamos casados, y guarda nuestros
ojos. Líbranos Señor de toda deshonra, que la man-
cha del adulterio sea desarraigada en nuestra familia;
que Tu mano Señor arranque la inmundicia en cada
hogar, que arranque la deshonra de sus cuerpos. Es-
píritu Santo ven a morar en nuestro lecho matrimo-
nial, porque es santo y sin mancilla. Guarda Señor
la mente de nuestros jóvenes, guarda su sexualidad y
guárdalos de toda acechanza del enemigo.

105
Liberando
Maldiciones
con el Poder
de la Sangre
El Decreto de Jehová 2

Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y el


fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío;
de violencia me libraste.
—2 Samuel 22:3

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108
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

A mado Señor, en este día nos liberamos de


toda influencia mundana y de toda in-
fluencia diabólica por el poder de la sangre de Je-
sucristo de Nazaret. Hoy, con la autoridad que nos
da usar el poderoso nombre de Jesús, nos liberamos
de todo lo que hay en el ambiente, de aquello que
nos contamina, de toda corrupción de carne y es-
píritu. Liberamos nuestra área mental, liberamos
el consciente, subconsciente e inconsciente. En el
nombre de Jesús liberamos nuestra intuición, nues-
tra comunión, nuestra conciencia y el asiento moral
de nuestro ser. Ahora mismo Señor, en Tu nombre,
liberamos nuestro cuerpo de toda influencia de en-
fermedad, influencia de hechicería e influencias satá-
nicas; nos liberamos de toda maldición y destrucción
que el enemigo quiera lanzarnos. ¡Jesús libéranos!
¡Tú eres nuestra roca firme! ¡Tú eres el Dios de
nuestra salvación!

109
El Decreto de Jehová 2

Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada


de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá
a causa de la unción. —Isaías 10:27

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110
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

D eclaramos amado Jesús, que por el poder


de Tu nombre, hay un cambio radical
en mi vida. Si aún quedan en mí pensamientos de
orgullo, soberbia, arrogancia y prepotencia, en este
mismo instante los arranco de mi vida. Libero la
médula ósea de mi cuerpo, que es la que produce la
sangre que riega todo mi cuerpo, y declaro que por
mis venas corre la sangre de Cristo. Ato al espíritu
de leviatán y al hombre fuerte de la egolatría que
operaban en mí. Les ordeno que se vayan de mi vida.
¡Soy libre! Decreto que la unción de liberación pe-
netra todos mis huesos y cada una de mis vértebras.
Ahora mismo, todo yugo se pudre por causa de la
unción de la sangre de Cristo. Se pudre la carga, se
pudre la depresión, se pudre la soledad, se pudre la
enfermedad y se pudre toda pobreza. El poder de la
sangre de Cristo limpia los tuétanos de nuestros hue-
sos, las coyunturas y cada parte de nuestro cuerpo.
¡La sangre de Jesús trae libertad!

111
El Decreto de Jehová 2

...Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú


desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia
les enviaste libertadores para que los salvasen de
mano de sus enemigos. —Nehemías 9:27

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112
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

E n este día declaramos que nuestros ojos es-


pirituales son abiertos y nuestros oídos se
destapan para escuchar lo que Tú estás diciendo
Señor amado. Ahora mismo arrancamos todo yugo
de opresión, y por el poder de la sangre de Cristo se
activan ángeles liberadores, con espada desenvainada,
que van en contra de toda influencia diabólica, y atan
todo espíritu de enfermedad. Por el poder de Tu Pa-
labra declaramos que las situaciones malignas se van
y los conflictos en el hogar huyen y no vuelven más.
Ahora mismo esos ángeles ministran en el hogar a
nuestros hijos y a nuestro esposo o esposa; ministran
a nuestro jefe y compañeros de trabajo; los ministran
en todas las áreas, en lo físico y en lo espiritual, en
lo natural y en lo sobrenatural. Esos mismos ánge-
les abren prisiones y liberan de cautividad nuestras
casas, limpian los aires, limpian el primer y segundo
cielo; limpian la tierra y debajo de la tierra. Los dar-
dos de fuego del maligno no nos pueden tocar. La
protección de Dios está sobre nosotros.

113
El Decreto de Jehová 2

El que practica el pecado es del diablo, porque el


diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios
se manifestó con este propósito: para destruir las obras
del diablo. —1 Juan 3:8 (LBLA)

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114
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

D eclaramos que en este instante toda fortale-


za satánica se va, toda fortaleza de tinieblas
es echada a la mar, toda fortaleza mental es aplastada
¡ahora, ahora, ahora! Fortalezas de tinieblas y oscu-
ridad se están deshaciendo en lo hondo de la mar,
¡ahora mismo! Están retrocediendo, se tienen que
ir porque el puño de Jehová las está reventando y
aplastando; reventando y aplastando. ¡Es el puño de
Jehová! Declaramos que el puño de Dios destruye las
obras del diablo ¡ahora mismo! ¡Derriba las obras del
diablo por el poder de la sangre de Cristo! Amado
Señor Jesús, declaramos que por el poder de Tu san-
gre preciosa nuestro pueblo hoy se está liberando. Se
liberan nuestra casa, nuestros hijos, nuestros matri-
monios y nuestras propiedades. ¡Se están liberando!
Ore hermano, ore hermano, ¡haga guerra! La sangre
de Cristo tiene poder libertador, y ante el nombre de
Jesús toda rodilla se doblará en los cielos, en la tierra
y debajo de la tierra.

115
El Decreto de Jehová 2

Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido


perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el
hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en
cuyo espíritu no hay engaño. —Salmos 32:1-2

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116
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

S eñor, haz que el poder de Tu sangre penetre


en todo nuestro cuerpo; en el consciente,
subconsciente e inconsciente. Renunciamos hoy a la
falta de perdón y decidimos perdonar a los que nos
han ofendido. Lo hacemos no porque sentimos ha-
cerlo, sino porque es un mandamiento. Obedecemos
a nuestro Dios y perdonamos a todos los que nos
maldicen. Renunciamos a la ofensa, la amargura, el
resentimiento, los recuerdos de dolor y frustración.
Nos declaramos libres de falta de perdón. Además,
echamos fuera el espíritu de rechazo, renunciamos al
auto rechazo, temor al rechazo y raíz de rechazo. ¡Los
desarraigamos por el poder de la sangre de Cristo! Es-
píritu de rechazo, ¡te extirpamos! Temor al rechazo,
¡te arrancamos ahora mismo! Falta de perdón, resen-
timiento y odio, ¡se van fuera! Espíritu de orgullo, ¡te
desarraigamos! Leviatán, ¡te arrancamos! Espíritus de
autosuficiencia, prepotencia, independencia, mani-
pulación y ego, ¡arruinamos sus planes ahora mismo!
Lo creemos en el nombre de Jesús.

117
El Decreto de Jehová 2

Pero al  malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar


de mis leyes, y que tomar mi  pacto  en tu boca?
—Salmos 50:16

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118
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

S eñor en este día nos paramos por nues-


tras casas y por nuestros hijos... Vamos,
empiece a guerrear hermano. Rompemos todo pac-
to que hicimos con el diablo y sus demonios, y te
pedimos Señor que metas Tu mano. ¡Mete mano
Señor! Te damos derecho legal, te abrimos la puerta
de nuestra vida, de par en par, para que arranques
todo espíritu del diablo que está en los aires, que está
en la tierra y debajo de la tierra. Te damos derecho
legal para que los ángeles desciendan a caballo; que
desciendan con espada desenvainada, con lanza y
fuego, y los saquen a todos ¡ahora! Usted mismo,
con el poder de la sangre de Jesús empiece a abrir
la puerta de su casa, de par en par, y declare: diablo
¡te vas fuera! Espíritus de falta de entendimiento, de
mal entendimiento y de confusión, ¡se van fuera!
¡Fuera, fuera! Si hay falta de comunicación en su ho-
gar, diga: Espíritu de falta de comunicación ¡te vas
fuera! ¡Fuera, en el nombre de Jesús!

119
El Decreto de Jehová 2

Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante el


estrado de sus pies; Él es santo.
—Salmos 99:5

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120
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

S eñor oro para que mis oraciones liberten,


que despierten a aquellos que duermen,
que resuciten a aquellos que están muertos en delitos
y pecados. Mi oración llegará y les despertará. Señor,
que mi boca sea Tu boca, mi cuerpo sea Tu cuerpo,
mi mente sea Tu mente, mis pensamientos sean Tus
pensamientos. El Espíritu Santo está dentro de ti
liberando tu imaginación, liberando tus recuerdos,
liberando tu pasado. Limpia Espíritu Santo con esa
agua viviente toda acumulación de pensamientos
mundanos, de noticias del mundo. Todo lo sucio va
a la basura. Libéranos Señor para adorarte y exaltar-
te. Ahora mismo libera nuestro espíritu para entrar
al lugar Santísimo, libera nuestra comunión, nuestro
asiento moral, nuestra integridad; libéranos, para
entrar a adorarte, para adorar al Padre en espíritu y
verdad. En el espíritu, ahora entramos al lugar san-
tísimo, para adorarte y decirte Santo. Hoy nos uni-
mos a los querubines y a los serafines para decirte,
¡Santo, Santo, Santo!

121
El Decreto de Jehová 2

La boca del justo habla sabiduría, y su lengua habla


justicia. La ley de su Dios está en su corazón;
por tanto, sus pies no resbalarán.
—Salmos 37:30-31

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122
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

S eñor, en Tu nombre arranco y destruyo


toda palabra que salió de mi boca dándole
derecho legal al enemigo para afectar mi pasado, mi
presente y mi futuro. Tu Palabra dice que la lengua
“...contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la
creación, y ella misma es inflamada por el infierno”.
Esto quiere decir que los demonios son activados
contra nosotros a causa de nuestra lengua. Señor,
ayúdanos a atar toda lengua de fuego del infierno,
porque Tu Palabra también dice que “...todo lo que
atares en la tierra, será atado en el cielo...”. Por el
poder de Tu Palabra yo declaro que toda potestad
del infierno, todo gobernador de las tinieblas y todo
principado demoníaco son ahora atados, quedan
anulados y desarraigados de nuestra vida. ¡Señor, te
pedimos perdón! Cancelamos toda palabra ofensiva
que dijimos contra nuestros hermanos, aun contra
nuestros enemigos, porque Tu Palabra dice que
bendigamos a los que nos maldicen.

123
El Decreto de Jehová 2

Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y


derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado
de ellos para edificar y plantar, dice Jehová.
—Jeremías 31:28

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124
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

P adre, declaramos que si hemos lanzado mal-


diciones sobre alguna persona, ahora mis-
mo las cancelamos y anulamos. Ayúdanos Señor a
estar conscientes de lo que oímos y lo que hablamos.
Libera Señor nuestro asiento moral, el lugar donde
reposa nuestra integridad. Libera a nuestros hijos de
palabras que los atan a una maldición, aun cuando
solamente hayan dicho: “¡odio los estudios!”. Señor,
la carne siempre odia lo bueno, pero hoy la obliga-
mos y la llevamos a la obediencia del Hijo de Dios.
Señor, Tu Palabra dice que cuando una persona es
liberada “su casa queda limpia”, pero si ésta no es
ocupada por el Espíritu Santo, el demonio que salió
regresa a casa, y si la encuentra vacía, “va y busca
siete peores que él y la ocupan, y el postrer estado
de ese hombre es peor”. Sin embargo, nuestra casa
no está vacía; por el contrario, está llena de Tu Pala-
bra, de Tu presencia y de Tu Santo Espíritu. Ahora
comienzan a crecer árboles de justicia, el plantío de
Jehová en nuestra vida.

125
El Decreto de Jehová 2

Porque también la creación misma será libertada de la


esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los
hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime
a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no
sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos
las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos
dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la
redención de nuestro cuerpo. —Romanos 8:21-23

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126
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

S eñor, en Tu nombre hablo liberación a mi


espíritu y le ordeno que comience a adorar
en la presencia de Dios. Hermano diga conmigo: ¡Mi
alma clama por Ti, oh Dios! En este día libero mi
alma, libero mi cuerpo, libero mi espíritu; apago la
voz del mundo, apago la voz de Satanás, apago la voz
de mi carne, y le ordeno a mis oídos que se destapen,
que mi entendimiento se ensanche para oír a Dios.
Amado Espíritu de Dios, te entrono en mi vida, te
entrono en mis palabras, en mis actitudes, en cada
hora del día... Señor, te entrono el lunes, desde la
primera hora de la mañana; te entrono el martes, te
entrono el miércoles, te entrono el jueves, te entrono
el viernes, te entrono el sábado, y el domingo tam-
bién te entrono; te entrono el lunes de la siguiente
semana; desde el primero hasta el último minuto de
cada día te entrono. Te entrono Espíritu Santo en
mi cuerpo, en mi alma y en mi espíritu. Te entrono
en mi carne y la llevas cautiva a la obediencia del
Hijo de Dios.

127
El Decreto de Jehová 2

Derribando argumentos y toda altivez que se levanta


contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo.
—2 Corintios 10:5

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128
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

D ice el libro de Corintios que debemos llevar


todo pensamiento cautivo a la obedien-
cia del Hijo de Dios. En este día, tomamos todo
pensamiento y argumento que se levantan en con-
tra de la voluntad de Dios y los llevamos cautivos
a la cruz. Todo razonamiento que proviene de una
mente carnal, egocentrista, arrogante y soberbia lo
llevamos cautivo a la cruz. Toda guarida de Sata-
nás en la tierra, en el primer cielo y en el segundo
cielo, es descubierta y desbaratada por el poder de
la sangre de Cristo. Toda artimaña del enemigo en
contra de los hijos de Dios es atada y cancelada en
el nombre de Jesús. Todo afán del mundo se sujeta
hoy a la perfecta voluntad de Dios. En este día nos
unimos a la alabanza y adoración de los ángeles del
poder de Dios y nos hacemos uno con el coro de
los veinticuatro ancianos que adoran al único Dios
verdadero. Adoramos la voluntad del Padre y estable-
cemos la voluntad del Hijo de Dios, con el poder del
Espíritu Santo.

129
El Decreto de Jehová 2

Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si


vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que
tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está
contigo... —Deuteronomio 20:1

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130
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

E n este día ponemos en práctica la Palabra


de Dios, porque quien no la practica sólo
tiene un conocimiento mental. Señor ensancha mi
mente, ensancha mi entendimiento, ensancha mi
corazón, ensancha mi vida. ¡Soy libre para adorar-
te! ¡Alma mía alaba a Jehová! Hoy clamo como el
salmista: Como el  ciervo  brama por las corrientes
de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
¿Sabes una cosa? Tenemos que ser conocidos en el
cielo por orar así, Tenemos que ser conocidos en el
infierno por clamar así. Ahí es donde nuestra voz
tiene que ser conocida. Tenemos que ser conocidos
por aplastar el reino de las tinieblas. Hoy el cielo y la
tierra nos ponemos de acuerdo y las potestades son
aplastadas. Hemos ganado reputación en el infierno,
por eso cuando el diablo oye de nosotros tiembla
y huye junto con sus secuaces. El diablo nos teme,
no nosotros a él. Por eso el salmista decía: Guarda
mi vida del temor del enemigo. El único temor que
tenemos es el temor a Jehová.

131
El Decreto de Jehová 2

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el


reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos. —Mateo 7:21

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132
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

S eñor ayúdanos en este día a lidiar con el


trono de la carne, con querer hacer nuestra
voluntad y cumplir lo que “yo quiero, yo siento y yo
pienso”... Sabemos que lo que nos llevará a alcanzar
el propósito que Tú tienes para nuestra vida, no son
nuestros deseos individuales, sino Tu voluntad que
es buena, agradable y perfecta. Me pongo de acuerdo
con los hombres y mujeres de esta congregación para
que toda agenda personal que nos aparte de Tu pre-
sencia y de hacer Tu voluntad sea removida de nuestro
camino; que todo plan que nos aleje de Ti sea anula-
do, borrado, y sus páginas arrancadas de raíz. Señor,
guía nuestros pensamientos, para que siempre estén
alineados a la forma de pensar del Reino; que nuestra
mente sea transformada de tal manera que deseche
los patrones, valores y forma de pensar mundana, y
por el contrario, adopte los patrones del cielo. En esta
hora liberamos el asiento de nuestras emociones, para
que dejemos de actuar movidos por lo que impresio-
na nuestros sentidos, y podamos tomar decisiones
acertadas guiados por Tu sabiduría divina.

133
El Decreto de Jehová 2

Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;


Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. Por tu
nombre, oh Jehová, me vivificarás; por tu justicia
sacarás mi alma de angustia. —Salmos 143:10-11

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134
Liberando Maldiciones con el Poder de la Sangre

P adre, ayúdanos a obrar Tu perfecta volun-


tad, ayúdanos a oír lo que Tú tienes para
nosotros. Hermano en este día dile al Espíritu San-
to: “Espíritu de Dios, ensancha mi entendimiento,
multiplica mis fuerzas para aguantar, aumenta en
mí Tu misericordia, desarrolla en mí el don de la
paciencia. Préñame Espíritu de Dios de lo que ne-
cesito. Señor, préñame de Tu voluntad para mi vida.
Si el pecado no me permite cumplir Tu voluntad, y
continuamente me veo inducido a pecar, aumenta
mi dominio propio para saber decir ¡no al pecado!
¡Ayúdame Señor! Desarrolla mi vida de oración y
amplía mi entendimiento, guíame a orar como con-
viene. Hermano, necesitamos orar más. Orar es co-
municarse con Dios; es como si tomaras un teléfono
y marcaras el número del cielo y le dijeras al Señor:
“Padre, yo clamo a Ti. ¡Te necesito! Dame dirección,
muéstrame lo que Tú quieres hacer en mi vida. Te
doy gracias Señor, porque sé que siempre me oyes”.

135
Orando
por
Santidad
El Decreto de Jehová 2

Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás


pecados que una persona comete quedan fuera de su
cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales
peca contra su propio cuerpo.
—1 Corintios 6:18 (NVI)

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138
Orando por Santidad

A mado Dios, hoy quiero santificar mi vida


para Ti. En mi vientre está depositada Tu
Palabra, Tu sabiduría y todo Tu consejo. Señor Je-
sús, Tú nos enseñaste “que si un hombre desea a una
mujer en su mente ya pecó en su corazón”. Por eso te
pedimos que nos guardes, y nos ayudes a mantener
nuestro cuerpo limpio y santo. Confesamos al Es-
píritu Santo nuestras necesidades sexuales buscando
fortaleza en medio de la debilidad. Si estás soltero(a)
dile, “Señor, Tú eres suficiente en mi soltería”. Si eres
casado(a) dile, “Señor, el (la) esposo(a) que me diste
me satisface y me hace feliz”. Amado Señor, te ben-
decimos, te adoramos y te exaltamos. Seamos agra-
decidos con Jesús. Dígale, “Señor, gracias, porque
aun mis áreas sexuales Tú las guardas, Tú guardas
mis ojos y los deseos de la carne. Mi soltería Señor
la guardas en santidad. Mi matrimonio, mi casa y
aun mi lecho conyugal son santos”. ¡Gracias Señor!
En este día yo declaro que Tu reino viene sobre mi
vida y Tu voluntad es hecha en mi vida, así como es
hecha en el cielo.

139
El Decreto de Jehová 2

Y el Dios de paz  aplastará en breve a Satanás bajo


vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo
sea con vosotros. —Romanos 16:20

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140
Orando por Santidad

S eñor, Tú y yo somos una mayoría aplastan-


te. Declaramos Señor que viene Tu Reino;
el Reino que opera en el cielo, ese gran Reino, ese
poderoso Reino está invadiendo la tierra. Señor de-
claramos unidad entre el cielo y la tierra para hacer
Tu voluntad. Yo declaro, Dios Padre, Dios Hijo y
Dios Espíritu Santo, que somos mayoría aplastante.
Aplastamos el reino de las tinieblas, y donde quiera
que yo camine, donde quiera que yo vaya, donde
quiera que yo maneje mi carro, donde quiera que yo
trabaje, voy aplastando el reino de las tinieblas, voy
atando el reino de las tinieblas, porque Tú y yo mi
amado Padre celestial somos una mayoría aplastante
en la tierra. Los ángeles de Tu poder se mueven con-
migo, donde quiera que vaya. Vamos atando, some-
tiendo y aplastando al reino de las tinieblas, y toda
mente que está siendo influenciada por el infierno la
llevamos a la obediencia a Jesucristo. Nada pasará
Señor si Tú no lo has escrito.

141
El Decreto de Jehová 2

Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y


hechos siervos de  Dios, tenéis por vuestro  fruto  la
santificación, y como fin, la vida eterna.
—Romanos 6:22

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142
Orando por Santidad

S eñor, en tu nombre arrancamos toda mal-


dición que haya llegado a nosotros, pasan-
do de generación en generación. Por cada árbol de
maldad que hemos arrancado, declaramos con la fe
de Cristo, que son plantados centenares de árboles
cuyos frutos llevan la Palabra de Dios. Creo Señor
amado que Tu Palabra es como espada de dos filos,
que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las co-
yunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón de cada persona. ¡Pene-
tra la mente! Entra por el oído y empieza a arrancar
el sueño profundo, el letargo, la pasividad, el engaño,
el divorcio, la fornicación, el adulterio, la pornografía
y toda forma de brujería, que traen consigo los espíri-
tus de Acab y Jezabel. Declaramos Señor, que desde
hoy somos hechos siervos tuyos, y nuestro fruto es la
santidad que nos lleva a alcanzar la vida eterna.

143
El Decreto de Jehová 2

Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras


que esa mujer Jezabel,  que se dice profetisa, enseñe
y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para
que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su
fornicación. —Apocalipsis 2:20-21

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144
Orando por Santidad

S eñor, guárdanos en Tu sabiduría, guárda-

nos en Tu pureza, guárdanos en Tu santi-

dad; aun en nuestro diario vivir, guárdanos de tener

pensamientos de lascivia, seducción, encantamiento

y coquetería. Líbranos Señor amado de fornicar. A

lo mejor decimos que no fornicamos porque no lo

hacemos físicamente, pero espiritualmente lo esta-

mos haciendo. Señor, ayúdanos a liberar la imagina-

ción de todo encantamiento sexual, de todo pecado

que es afín al espíritu de Jezabel. Dice Tu Palabra

Señor, que en los últimos tiempos ese espíritu va a ser

enjuiciado, desnudado y destruido. Guárdanos Señor

de caer bajo su influencia demoníaca que constan-

temente está expuesta en la televisión, por medio de

las novelas y películas que nos llevan a la idolatría, la

traición, la fornicación, el adulterio y el divorcio.

145
El Decreto de Jehová 2

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de


malos, ni estuvo en camino de pecadores, mi en silla
de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de
Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de
noche. —Salmos 1:1-2

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146
Orando por Santidad

S eñor amado, oro por santidad en el lecho


matrimonial. No permitas que el princi-
pado de Belial, que es un espíritu del diablo, venga
a traernos engaño; no permitas que venga a poner
huevos de áspid en nuestra mente. Dios ama al peca-
dor, pero odia el pecado. En el nombre de Jesucristo
de Nazaret pido en este día que el pueblo de Dios sea
santificado, y que tome la liberación como un estilo
de vida y la practique a diario. ¡Que haya santidad
en esta casa! Señor ten misericordia de nosotros por-
que cuando Tú vengas yo me quiero ir contigo, y
quiero que toda esta congregación se vaya también.
Ayúdanos a seguir evangelizando; no permitas que
deshonremos el evangelio, ayúdanos a mantener
un evangelismo con testimonio genuino. ¡Tú le vas
a demandar a esta congregación, Señor, porque les
hemos enseñado a cuidar su cuerpo y liberarse de
todo yugo de iniquidad!

147
El Decreto de Jehová 2

Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije:


Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste
la maldad de mi pecado. —Salmos 32:5

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148
Orando por Santidad

S eñor, en este día te pido que rompas toda


raíz de iniquidad, y toda maldición gene-
racional que arrastramos desde el comienzo de la
humanidad. Cuando el primer hombre y la primera
mujer desobedecieron a Dios entró la iniquidad al
mundo. Al oír la tentación de Satanás, en vez de
dejarse seducir por el pecado, ellos pudieron haber
dicho: “¡No, no somos rebeldes, no queremos apar-
tarnos de Dios, no lo vamos a desobedecer!”. Muy
bien pudieron haberse negado diciendo: ¡Detente
serpiente! ¡No puedes tocarnos! ¡No puedes inyec-
tarnos tu veneno! Sin embargo, como prefirieron el
pecado, en ese mismo instante entró la iniquidad a
la raza humana. Señor, rompe hoy toda iniquidad en
los ojos, en el corazón y en la sangre de cada hombre
y mujer. Señor, que cada mañana nos lleves a buscar
Tu presencia. Que tengamos la necesidad de buscar
el pan nuestro de cada día, pero que ese pan sea la
santidad en mi vida, en la de mi esposo(a), en la vida
de mis hijos y en la vida de Tu iglesia.

149
Pasión por un
Evangelismo
Sobrenatural
El Decreto de Jehová 2

Jehová derrotará a tus  enemigos que se levantaren


contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete
caminos huirán de delante de ti.
—Deuteronomio 28:7

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152
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

S eñor en Tu nombre declaramos que somos


una mayoría aplastante; que aplastamos el
reinado de Satanás y los principados, gobernadores
y potestades de las tinieblas que han venido sobre la
tierra. En este día Señor te presto mi cuerpo para que
aplastes al enemigo. Mi cuerpo es Tu templo; mis
pies son los tuyos y mis manos son las manos de Dios.
Vamos dígalo conmigo: “Señor, este cuerpo es Tuyo,
y con él aplasto el reino de las tinieblas”. El Señor le
dijo a Jeremías: “Si entresacares lo precioso de lo vil,
serás como mi boca”. Hermano, hoy aplastamos el
reino de las tinieblas, abatimos el reino de Jezabel,
los reinos del diablo y los reinos del anticristo. Señor
hoy declaramos que sobre nosotros está la gracia de
Dios para hacer lo que no podemos hacer en nues-
tras propias fuerzas. Atamos todo espíritu maligno
que ha destruido familias; lo atamos y lo echamos
fuera. El enemigo no podrá avanzar; lo detenemos y
lo echamos fuera, en el nombre de Jesús.

153
El Decreto de Jehová 2

Y daré a mis dos testigos que profeticen... Estos testigos


son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie
delante del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos,
sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos;
y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la
misma manera. —Apocalipsis 11:3-5

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154
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

S eñor amado, por tu misericordia extiende


tu cetro a favor de los evangelistas. Mani-
fiéstate, oh rey de los cielos, mira cómo el enemigo se
está levantando en el mundo, asesinando a quienes
proclaman Tu Palabra. Sabemos que nada pasará si
Tú no lo permites. Lo que está escrito se tiene que
cumplir. Se tienen que cumplir las promesas, se tie-
nen que cumplir las profecías, se tiene que cumplir
el libro de Apocalipsis, se tiene que cumplir Tu evan-
gelio, se tiene que cumplir toda Tu Palabra. Levanta
defensa a favor de Tus generales. Levanta defensa a
favor de los hombres, mujeres, niños y jóvenes que
salen a llevar el mensaje de salvación. Señor, extiende
Tu imperio, haz que se levante la poderosa iglesia de
Jesucristo. Desciende sobre Tu iglesia Señor y sopla
sobre ella el poder de resurrección. La muerte no
puede tocar Tu iglesia, la muerte tiene que huir, en el
nombre de Jesús. Amén.

155
El Decreto de Jehová 2

No os ha sobrevenido ninguna  tentación que no


sea  humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser
tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará
también juntamente con la tentación la salida, para que
podáis soportar. —1 Corintios 10:13

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156
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

S eñor amado, Tú y yo somos mayoría aplas-


tante en la tierra. Donde yo camino Tú
dominas, donde yo oro Tú gobiernas. Aplastamos
las tinieblas, aplastamos el reino de Satanás por don-
dequiera que vamos, y aunque el príncipe de este siglo
se mueve en los aires, declaro que no me puede tocar
porque Tú estás conmigo. No me pueden tocar la
enfermedad, la mentira, el engaño ni la pobreza. No
me puede tocar el príncipe de este mundo, porque
Tú y yo somos mayoría aplastante. En el nombre de
Jesús declaro que mi oración penetra el reino de las
tinieblas y destruye toda obra de maldad. Cuando
yo camino, Señor, el enemigo tiembla porque Tú vas
conmigo; le tiene terror a mis pisadas, huye cuando
abro la boca, y se sujeta al precepto de Tu Palabra.
¡Soy más que vencedor cuando establezco Tu Reino!
¡Todo lo bueno, lo puro, lo perfecto, lo que es de buen
nombre, y la misericordia de Dios me acompañan
todos los días de mi vida!

157
El Decreto de Jehová 2

Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano


derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
—Salmos 121:5-6

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158
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

A mado Señor, en este día hemos decido


avanzar Tu Reino a todos los confines de
la tierra. Oramos mi Dios amado para que Tú for-
talezcas nuestro cuerpo, y nos permitas caminar con
la velocidad, rapidez y decisión con la que caminaba
el profeta Elías. Danos también un fuego como el de
Jeremías, ese fuego que es pasión para realizar todo
aquello que debemos realizar en la tierra. Desata en
nosotros Señor un corazón como el de David, ese
hombre de quien Tú dijiste que tenía un corazón
conforme al Tuyo. Levanta en nosotros Señor amado
un liderazgo como el de Nehemías, ese liderazgo que
no le permitió sentirse fatigado por el sol; el mismo
liderazgo que lo hizo tomar en una mano la espada y
con la otra reconstruir los muros de Jerusalén. Ayú-
danos Señor a levantar la espada contra el mundo y
contra el diablo, y en el nombre de Jesús, arrebatarle
las almas a las potestades, a los gobernadores y a los
principados demoníacos que hasta ahora han regido
sobre la tierra.

159
El Decreto de Jehová 2

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más


cortante que toda  espada  de  dos  filos; y penetra
hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones
del corazón. —Hebreos 4:12

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160
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

S eñor, que el poder de Tu Palabra esté siem-


pre con nosotros, que sea como espada de
dos filos que siempre esté en nuestras manos. Que así
como Nehemías y sus guerreros dormían con espada
en mano, que asimismo durmamos nosotros, con la
seguridad de saber que tenemos a mano el poder de
Tu Palabra, que penetra el alma y el espíritu. Señor,
abre nuestros ojos espirituales para poder discernir
lo que tenemos que cambiar en nuestra vida. Clama-
mos revelación fresca para edificar Tu iglesia, quere-
mos la unción de Nehemías para edificar y pelear.
Que el carácter sostenga la unción, que el llamado
se alinee al don, y que el don y el carácter caminen
juntos. Padre, necesitamos que la revelación venga
y renueve el entendimiento de Tu pueblo. Pon en
nuestra boca palabras genuinas, que provengan de
Tu corazón para el corazón de los hombres y muje-
res de este siglo, y que esa Palabra sea sazonada con
Tu gracia.

161
El Decreto de Jehová 2

Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a


Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta
gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición
de Eliseo. —2 R eyes 6:18

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162
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

E n este día Señor pedimos una unción como


la de Eliseo, porque ciertamente cuando el
criado le dijo que estaban rodeados por el enemigo
Tú abriste los ojos del criado y él pudo ver que era
más numeroso el ejército de Jehová que los que es-
taban con las fuerzas del mal. Y cuando Eliseo dijo:
Señor, pido que hieras con ceguera a mis enemigos,
entonces se activó la unción y les mostraste que es-
taban persiguiendo al hombre de Dios. Padre, ne-
cesitamos la unción, la intercesión y el atrevimiento
que tuvo Eliseo para penetrar esta nación. En este
día Señor queremos oír como Eliseo, porque cuando
el rey de Siria planeaba exterminar a Israel, Eliseo
pudo oír en el espíritu lo que estaban tramando. Y
cuando el rey sirio preguntó, ¿quién está llevando
información a Israel? un soldado le respondió: es que
Eliseo oye lo que tú hablas en tu cámara secreta. Se-
ñor, afina nuestro oído profético. Queremos oír Tu
voz y conocer las estrategias de Satanás para cerrarle
todos los caminos.

163
El Decreto de Jehová 2

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque


me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas
nuevas a los abatidos,  a vendar a los quebrantados
de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de la cárcel. —Isaías 61:1

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164
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

S eñor, en este día te damos gracias por Tu


presencia y Tu respaldo. Sabemos que
nada es imposible para Ti. Te damos toda gloria y
te damos honra. Te pedimos Señor que nos ayudes a
llegar donde están los cautivos espirituales; tenemos
que entrar y rescatarlos. Hoy el Señor está sobre no-
sotros rompiendo todo espíritu de esclavitud, derri-
bando los barrotes de las cárceles y sacando a los que
están oprimidos por el diablo y sus secuaces. Hoy el
Señor nos guía a rescatar al satánico, a la bruja, al
hechicero, a la lesbiana, al homosexual y al droga-
dicto, y traerlos a Sus caminos. Hoy en el nombre de
Jesús, rompemos toda atadura de brujería, de adic-
ciones al alcohol, las drogas y la inmoralidad sexual.
Hoy Señor nos convertimos en instrumentos tuyos y
nos consagramos para Tu uso exclusivo. ¡Espíritu de
Dios, ayúdanos a recibir Tu Palabra y Tu impartición!
¡Gracias amado Padre celestial!

165
El Decreto de Jehová 2

Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo


sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor
Jesús, que se te apareció en el camino por donde
venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas
lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de
los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y
levantándose, fue bautizado. —Hechos 9:17-18

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166
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

H oy en el nombre de Jesús de Nazaret reci-


bimos Tu Palabra y nos apropiamos de la
revelación que ella trae. Señor, te pido que quites de
nuestra vida toda escama, toda venda y toda fortale-
za mental que no nos permite ver lo que tienes para
nosotros. Ahora mismo renunciamos a toda fortale-
za de incredulidad, a toda fortaleza que se mueve por
los aires. Atamos y echamos fuera todo espíritu del
infierno que intenta detener las bendiciones que Tú
tienes para nosotros; todo aquello que no nos deja
avanzar. Pedimos perdón Señor por lo que hemos di-
cho y hemos hecho. Te pedimos Señor que los cielos
se abran, aquí y ahora. Todo espíritu de incredulidad
y religiosidad ha sido derrotado y se tiene que ir. Por
el poder de Tu nombre, por el poder de Tu sangre y
por el poder de Tu Palabra, lo atamos y lo echamos
fuera, en el nombre de Jesús.

167
El Decreto de Jehová 2

Todas tus fortalezas serán cual higueras con brevas,


que si las sacuden, caen en la boca del que las ha de
comer. —Nahúm 3:12

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168
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

E nsancha Señor nuestra fe para creer por


multitudes para Ti. Llamamos en este día
a los creyentes del norte, sur, este y oeste. Creemos
que Tú añades miles de almas que permanecerán en
la iglesia de Cristo. Creemos por finanzas sobrena-
turales para Tu iglesia, y que Tú nos enseñas buena
mayordomía para manejar dichas finanzas. Creemos
por una nueva revelación de Tu Palabra a los siervos
de Dios. Diga conmigo: “Creemos Señor por pala-
bra fresca, creemos por mensajes efectivos, creemos
por mayor unción, creemos por un refrescar para el
cuerpo de Cristo. Creemos Señor que Tú aumentas
el número de servicios que tendremos cada semana.
¡Lo creo Padre en el nombre de Jesús de Nazaret!”.
Levanta tu mano y di conmigo: “¡Lo creo, lo creo!”.
En este día echamos fuera de nuestra vida todo es-
píritu de incredulidad, toda fortaleza de increduli-
dad que se había levantado. ¡Se cae ahora! Dígalo:
“¡Se cayó, se cayó, se cayó!”.

169
El Decreto de Jehová 2

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,


benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley. —Gálatas 5:22-23

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170
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

A mado Padre celestial, oramos en este día


para que mientras caminamos en la tierra
que Tú nos has dado por heredad, nos guíes a reali-
zar también acciones portentosas como los que hicie-
ron los apóstoles en el libro de los Hechos. Pero por
sobre todas las cosas, llévanos a hacer Tu voluntad.
Ayúdanos a ganarle a las horas, a los minutos y a los
segundos, para hacer Tu obra. Empieza hoy Señor
amado a sacudir hombres y mujeres; sacúdelos Señor
para que den fruto conforme a su capacidad. Padre
celestial trae cambios radicales a nuestra vida, para
que viéndolos ellos, podamos ser de influencia y que
eso los mueva a dar fruto. En el nombre de Jesús,
declaramos que esa no será una tarea fastidiosa, sino
que Tú añades el gozo, de alabanza y de victoria a
cada hombre y mujer. Señor, llévanos a ver parejas
dando frutos en sus matrimonios; que los frutos del
Espíritu se manifiesten también en sus negocios,
y en sus familias.

171
El Decreto de Jehová 2

Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que


están con nosotros que los que están con ellos. Y oró
Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus
ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del
criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de
gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de
Eliseo. —2 R eyes 6:16-17

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172
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

S eñor, danos hoy una unción como la de


Elías, Eliseo y de David. Necesitamos
esa unción y ese poder. Necesitamos que abras los
ojos de tu pueblo para que cuando la ciudad pa-
rezca sitiada y el enemigo avance furioso contra
nosotros, podamos ser capaces de ver que son más
los que están de nuestro lado que los que vienen en
contra. Levanta atalayas como Eliseo, que escuchen
al enemigo cuando en secreto concibe estrategias
contra nosotros. Necesitamos Señor en este tiempo
gente como Elías, que no le espante acabar con los
sacerdotes de Baal. Necesitamos Señor gente como
David, que honda en mano no teman enfrentar a
cualquier gigante que se atreva a ponerse delante de
ellos. Señor aumenta nuestra fe para saber que donde
quiera que nos paremos somos embajadores Tuyos,
y que podamos decir como David: Tú vienes a mí
con espada, lanza y jabalina; más yo vengo a ti en
el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los
escuadrones de Israel.

173
El Decreto de Jehová 2

Porque yo sé que después de mi partida entrarán en


medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al
rebaño. —Hechos 20:29

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174
Pasión por un Evangelismo Sobrenatural

S eñor amado, que nuestra oración llegue


delante de Tu presencia y traiga al pueblo
para que te conozca. Ayúdanos Señor a cuidar a los
que ya te conocen, y trae las almas que hoy deben
conocerte como el Cristo vivo, el Salvador del mun-
do, el que gobierna con gloria y majestad. Enséñanos
Señor a cuidar las ovejas que nos has dado y a estar
preparados para cuando las multitudes vengan. En tu
nombre Señor, atamos al enemigo que se infiltra entre
las ovejas, y como lobo rapaz intenta que los nuevos
creyentes se alejen de la cobertura de Tu iglesia para
entonces devorarlos. Declaramos mi Dios amado que
nuestros vecinos, nuestras ciudades, esta nación, y to-
das las naciones de la tierra, vienen al conocimiento
de Tu Palabra. Declaramos que nuestros familiares
y amigos te conocen, que las escuelas donde están
nuestros hijos te adoran, y que nuestras autoridades
tienen el temor de Jehová, porque ése es el principio
de la sabiduría. ¡Gracias te damos Señor!

175
Protegiendo y
Levantando
las Finanzas
El Decreto de Jehová 2

Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho;


pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta
cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás
para ti y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel
ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni
el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que
Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.
—1 R eyes 17:13-14

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178
Protegiendo y Levantando las Finanzas

G racias Señor porque sé que aunque el mun-


do vive tiempos de crisis, para Tus hijos la
harina no escasea ni el aceite disminuye. Gracias
Señor que por Tu misericordia la escasez no llega a
nosotros. Clamamos Dios mío para que Tu pueblo
se levante. ¡Levanta a Tu iglesia Señor! Fortalece la
familia, sigue fortaleciendo el sacerdocio y sigue
fortaleciendo el matrimonio. Hoy tomo autoridad
en la intercesión, porque Tú me has dado poder y
autoridad para interceder, y para desatar liberación.
Espíritu Santo, dame sabiduría, conocimiento y en-
tendimiento para orar como conviene. Me pongo de
acuerdo con mis hermanos, con mi familia y con mis
hijos, por lo cual yo sé que Tú estás aquí, en medio
de nosotros. En el nombre de Jesús, oramos rompi-
miento y estabilidad en nuestras finanzas, sabiendo
que Tú nos escuchas. ¡Gracias Dios!

179
El Decreto de Jehová 2

Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre


para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
—Números 23:19

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180
Protegiendo y Levantando las Finanzas

T e damos gracias Señor por las finanzas de


Tu pueblo. En este día Te pedimos que
quien no tiene empleo Tú le proveas. Tu Palabra
dice Señor que, el impío perece en su maldad, más
el justo vivirá confiado. Señor en este día te damos
gracias porque Tu sangre nos justifica, y como justos
vivimos confiados. No importa lo que diga el mundo
ni lo que diga el sistema, no importa la presión por la
que estemos pasando, ni los aprietos a que somos so-
metidos. ¡Hemos decidido confiar en Ti Señor! Cada
día debemos decirle a Dios: Padre, déjame entrar en
esa vida de fe y confiar solamente en Ti. No importa
mi situación ni mis circunstancias, ¡ayúdame a de-
pender de Ti! No es éste el momento para depender
de un hombre, de un jefe, de un empleo, del banco,
de las inversiones ni de un negocio. Hoy hemos deci-
dido caminar en fe y depender de Dios en todo. Él se
encarga de respaldarnos. Él honra Su Palabra porque
nosotros la respetamos.

181
El Decreto de Jehová 2

Dios hace habitar en familia a los desamparados; saca


a los cautivos a prosperidad; mas los rebeldes habitan
en tierra seca. —Salmos 68:6

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182
Protegiendo y Levantando las Finanzas

S eñor, prepáranos para la intercesión profé-


tica. Declaramos que el fuego de la interce-
sión consume asignaciones de miseria, pobreza, robo
y pérdida de propiedades. Decretamos en este día
Señor que aquellos que han perdido o les han robado
cosas, el diablo les tiene que devolver siete veces todo
lo que robó. La semilla que ellos sembraron no se
perderá, no se perderá. Tu semilla pueblo no se per-
derá. Declaro que toda mentira y todo engaño se pu-
dren. Declaro que hay buenas noticias, porque eso es
el evangelio, ¡buenas noticias! Noticias de salvación,
pero también noticias de prosperidad, de sanidad y
de bendición, noticias de abundancia y sobreabun-
dancia. Declaramos portentosas manifestaciones de
la gloria de Dios en tu vida. Declaramos cuentas de
banco prósperas, inversiones que fructifican, dinero
en las chequeras, propiedades pagadas, porque los
ángeles corren al precepto de Tu Palabra, Señor, para
ponerla por obra. ¡Yo lo creo en el nombre de Jesús!
Gracias Señor.

183
El Decreto de Jehová 2

¿Por qué ha sido  derribada tu  fortaleza? No pudo


mantenerse firme, porque Jehová la empujó.
—Jeremías 46:15

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184
Protegiendo y Levantando las Finanzas

P adre celestial, gracias por darnos el poder de


la liberación a través de Tu Hijo Jesucristo.
En este día nos apropiamos de la unción que pudre
todo yugo para liberarnos de aprietos financieros;
desatamos trabajos nuevos, aumentos de sueldo, pro-
mociones y beneficios. Las puertas de los cielos están
abiertas para trabajos, aumentos y promociones para
los hijos de Dios. En este mismo instante derriba-
mos las fortalezas de miseria y escasez, de tinieblas y
desesperación; destruimos las fortalezas mentales que
arrastramos de nuestro país de origen, que nos hacen
sentir limitados por causa de nuestra raza, idioma o
nuestro sexo. En esta hora, empuñamos la espada de
doble filo que es la Palabra de Dios y vamos contra el
enemigo. ¡Toda maldición se va, se destruye, es arran-
cada de raíz! ¡Las acechanzas del enemigo no pasarán!
Cortamos toda maldición sobre nuestros hijos, y de-
claramos que ¡la sangre de Jesús los cubre, y el ángel
de la muerte no tocará sus vidas!

185
El Decreto de Jehová 2

Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en


sus mandamientos se deleita en gran manera. Su
descendencia será poderosa en la tierra; la generación
de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su
casa, y su justicia permanece para siempre.
—Salmos 112:1-3

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186
Protegiendo y Levantando las Finanzas

S eñor, te bendecimos en este día y te damos


gracias, te damos gloria y honra, porque
Tú abres para Tu pueblo caminos en el desierto y ríos
en la soledad. Te pedimos Señor que guardes a Tu
pueblo del engaño y la mentira. Padre celestial, que
Tu pueblo tenga discernimiento espiritual, que es el
arma contra el engaño, el abuso y la mentira que se
mueven en los aires. Protege a Tu pueblo para que
la semilla que ellos siembren caiga en tierra fértil.
Señor, extiende Tu manto de poder sobre Tu iglesia,
para que cuando veamos la multitud tengamos com-
pasión por las almas, y el temor de Jehová para hacer
lo que Tú nos mandaste. ¡Oh Señor, ten misericor-
dia! En esta temporada necesitamos que traigas a los
“José”, aquellos que guardan para proveer al pueblo
necesitado; requerimos muchos “José” en medio de
Tu pueblo, gente que busque Tu presencia y que ten-
ga un corazón lindo para perdonar y proveer a sus
hermanos necesitados.

187
El Decreto de Jehová 2

Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar


la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda
obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú
no pedirás prestado. —Deuteronomio 28:12

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188
Protegiendo y Levantando las Finanzas

M i Dios amado, haz que Tu pueblo entien-


da que cuando diezma y ofrenda está
haciendo un depósito en el banco del cielo, el cual
nunca cerrará, nunca quebrará ni sufrirá recesión al-
guna. Mientras el mundo cierra puertas de fábricas,
de bancos, de empresas de valores, Tú Señor abres de
par en par las puertas y ventanas de los cielos. La llave
que destraba esas puertas y ventanas se llama diezmos
y ofrendas, y se activa por la obediencia de Tus hijos.
Esa cuenta tiene depósitos a favor de nuestros hijos,
nuestros nietos, nuestros bisnietos y todas sus gene-
raciones. La provisión para ellos está asegurada día a
día. Dice Tu Palabra que en Abraham pagó el diezmo
también Leví, su nieto. Esa ofrenda de Abraham ha-
bla, tal como habla la ofrenda de Abel, que le costó
la vida; esa ofrenda habla aún después de muchas
generaciones. El pueblo tiene que entender que Abel
dejó cuenta abierta. Eso se llama cuenta en fe, que es
la mejor primicia y que nunca se ha cerrado.

189
El Decreto de Jehová 2

Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come,


proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará
los frutos de vuestra justicia. —2 Corintios 9:10

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190
Protegiendo y Levantando las Finanzas

A mado Padre celestial, enséñale a Tu pueblo


a proteger lo que siembra. Muéstrale que
Tu tierra no es seca y árida, sino que es tierra buena y
fértil. Oh mi Señor amado, es tierra roja, enrojecida
por la sangre de Cristo y preñada de toda bendición.
Dios mío enséñale a Tu pueblo, y revélale en su espí-
ritu y su entendimiento, que tiene que buscar tierra
fértil para sembrar; tierra donde las almas se salven
y vengan a Tu conocimiento, tierra de liderazgo y
discipulado, tierra de servicio y compromiso conti-
go. Enséñale Señor que no ponga su dinero donde
no hay fruto, donde su semilla se seque, se pudra
o traiga maldición. Dice tu Palabra que: “la semilla
que cae entre espinos, el mundo la ahoga”. No per-
mitas Señor que nuestra semilla muera ahogada por
la corriente del mundo. Ayúdanos a sembrar nuestra
semilla en tierra buena, donde pueda dar fruto al
ciento por uno. Mi amado Dios, enséñanos a tener
temor y temblor al usar el dinero del pueblo que se
recibe en esta casa.

191
El Decreto de Jehová 2

Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres


saciaré de pan. Asimismo vestiré de salvación a sus
sacerdotes, y sus santos darán voces de júbilo.
—Salmos 132:15-16

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192
Protegiendo y Levantando las Finanzas

S eñor, en este día bendecimos Tu nombre, y


presentamos nuestras finanzas delante de ti.
Hermano, haz un acto de fe; toma en tus manos tu
billetera o tu chequera y háblales. Ordénale al enemi-
go: “No puedes tocar mi dinero, no puedes tocar mis
finanzas, no puedes tocar mi provisión”. Dile: “Dia-
blo, no puedes tocar mi cosecha, lo que he sembrado
no lo puedes tocar. ¡No lo puedes tocar!” Padre, en el
nombre de Jesús presento mis diezmos y mis ofrendas.
(Comienza a preparar tus diezmos y tus ofrendas en
casa). ¡Esto es espiritual! Si tú piensas que las finanzas
no son espirituales estás equivocado. Quiero llevarte a
estirar tu fe para que creas por cosas grandes. Empieza
a comunicarte con Dios orando en lenguas. Si aún no
hablas en lenguas, pídele al Señor que te bautice con
el Espíritu Santo, porque dice la Palabra, en Hechos
1:8 que recibiremos poder cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo. ¡Señor bendice mis finanzas
en el nombre de Jesús!

193
El Decreto de Jehová 2

Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que


andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos,
sus estatutos y sus decretos, para que vivas y
seas  multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la
tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.
—Deuteronomio 30:16

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194
Protegiendo y Levantando las Finanzas

A nulo el idioma de este siglo, ese idioma


que habla de crisis y miseria, de escasez y
tacañería; de guardar para cuando nos enfermemos,
o para cuando algo malo suceda. ¡No empieces a lla-
mar las desgracias a tu vida! Guarda porque quieres
ahorrar, dar, invertir, prosperar y multiplicar. Ahora
mismo Señor vamos contra el enemigo de nuestras
finanzas, lo inhabilitamos, lo atamos y lo echamos
fuera de nuestras vidas. Declaramos que el diablo no
tiene derecho legal sobre nuestra economía. En este
instante, piensa en tu trabajo, piensa en la obra de
tus manos, piensa en esas ideas creativas que Dios
ha puesto en tu mente, piensa en tu cuenta bancaria,
en tu billetera, en tu cartera, y continúa orando en
lenguas del Espíritu. Dile a Dios: “Señor, yo diezmo,
y sé que mi diez por ciento santifica el noventa por
ciento restante. En Tu nombre bendigo mi diezmo y
mis ofrendas, y declaro multiplicación en mis finan-
zas en el poderoso nombre de Jesús”.

195
El Decreto de Jehová 2

...Y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré


hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles,
y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis
oprobio de hambre entre las naciones.
—Ezequiel 36:29-30

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196
Protegiendo y Levantando las Finanzas

G racias Señor por las finanzas que nos provees.


¡Santificamos nuestros diezmos! Padre, yo
declaro que este diez por ciento santifica mi trabajo
y mi negocio. Te doy gracias Señor porque mi dinero
es santo, y lo que Tú santificas nadie lo puede mal-
decir. No hay maldición de hechicero, no hay mal-
dición de brujo, ni de satanista, ni de espiritista. No
hay fuerza demoníaca que pueda tocar mis finanzas
porque ellas son santas. Señor en este día oro por las
finanzas del pueblo de Dios y declaro que, sin im-
portar lo que opine el mundo acerca de la economía,
su harina no escaseará ni su aceite menguará. Como
lo hiciste ayer con la viuda por la mano de Elías, por
haber sembrado con fe el último sustento suyo y el
de su hijo en el profeta, nunca le faltó aceite ni la
harina escaseó en su casa. Todo fue multiplicado por
Dios. Lo creo Señor, lo declaro, y sé que hecho está
en el nombre poderoso de Jesús.

197
El Decreto de Jehová 2

Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no


pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te
multiplicaré grandemente. —Hebreos 6:13-14

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198
Protegiendo y Levantando las Finanzas

S eñor, en este día oramos por milagros creati-


vos en nuestras finanzas, oramos por deudas
pagadas sobrenaturalmente, oramos para que aparez-
ca dinero en las cuentas bancarias y en las carteras de
los hombres y mujeres de Tu pueblo, oramos para que
las hipotecas de las casas y las deudas de carros sean
pagadas de manera inusual. Así como cuando la viuda
vino al profeta Eliseo, para decirle que los acreedores
de su marido querían llevarse a sus hijos como escla-
vos, y el profeta le mandó verter el poquito aceite que
ella tenía en todas las ollas que sus vecinos le pudieron
prestar, y el aceite comenzó a multiplicarse sobrenatu-
ralmente... Así como esa madre no permitió que escla-
vizaran a sus hijos y obedeció al profeta Eliseo, asimis-
mo Señor, yo oro por la unción de multiplicación para
Tu pueblo. Declaro que por nuestra obediencia, Tú
multiplicas nuestras finanzas hasta que sobreabunde.
Echamos fuera el espíritu de esclavitud que trae deu-
das y carencia de dinero, echamos fuera el espíritu de
pobreza y todo lo que produce maldición financiera.
¡Oramos en el nombre de Jesús!

199
El Decreto de Jehová 2

Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado


y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo
el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Y te
amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el
fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu
mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños
de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que
te daría. Bendito serás más que todos los pueblos; no
habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados.
—Deuteronomio 7:12-14

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200
Protegiendo y Levantando las Finanzas

P adre te damos gracias por el aceite, gracias


porque la unción de tu Espíritu Santo es la
que impide que algo malo pueda venir a robarnos lo
que Tú nos has dado. Padre, gracias porque podemos
creer en Tu Palabra. Cuando Jesucristo le dijo a sus
discípulos: “dadle vosotros de comer” a esta multi-
tud, Él puso demanda sobre la fe de ellos; por eso
les preguntó: “¿qué tenéis?” Ellos respondieron: “sólo
tenemos cinco panes y dos peces”. Entonces se acti-
vó el mismo principio de la multiplicación que ya el
Padre había mostrado con los profetas Elías y Eliseo.
Los panes y los peces se multiplicaron y alcanzó para
alimentar a 5 mil hombres, sin contar a las mujeres
y niños, y aun sobreabundó. Señor, en esta hora, cla-
mamos que el principio de la multiplicación venga
sobre nuestras finanzas. Y así como la mayordomía
funcionó en el Antiguo Testamento y la época de
Jesús, de la misma manera nosotros también tenga-
mos para cubrir todo lo que nos haga falta y aun nos
sobre para guardar.

201
El Decreto de Jehová 2

En la casa del justo hay gran provisión; pero turbación


en las ganancias del impío. La boca de los sabios
esparce sabiduría; no así el corazón de los necios.
—Proverbios 15:6-7

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202
Protegiendo y Levantando las Finanzas

S eñor, pido la provisión para este pueblo, y


te pido que nos enseñes mayordomía para
que nuestro dinero sea multiplicado. Ponemos de-
manda sobre el diezmo, la ofrenda y los pactos, y te
pedimos que esos pactos empiecen a florecer. Decla-
ramos que el diablo no puede tocarlos. Oro Señor
por finanzas, por milagros creativos en las casas don-
de el dinero escasea y la cosecha se está perdiendo.
Señor, que esa semilla, que ese dinero pactado mes
a mes no se pierda ni sea robado por el enemigo.
Tú has dicho que “si obedecemos Tu Palabra, Tú
Jehová, mi Dios, nos bendecirás”. También nos has
enseñado que “por un camino vendrá el enemigo,
pero por siete tiene que salir huyendo”. Yo declaro
que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo destruyen al
enemigo que planea hurtar nuestras finanzas. En el
nombre de Jesús declaro que, ¡el dinero de la iglesia
nadie lo puede tocar!

203
El Decreto de Jehová 2

No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás


el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.
—Levítico 19:13

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204
Protegiendo y Levantando las Finanzas

S atanás, a ti te hablo. ¡No me puedes ro-


bar nada! ¡No me puedes robar ovejas, no
me puedes robar propiedades, no me puedes robar
finanzas! Hoy establezco un cerco de fuego alrede-
dor de mi matrimonio y mis propiedades. Declaro
un tiempo de venganza santa, y tendrás que pagar
Satanás todo lo que me has robado. ¡No te vuelvo
a abrir la puerta! Pongo cerrojo a mis bendiciones.
No me puedes robar ni la más mínima cosa. ¡No
puedes tocar a este pueblo porque conoce la ley de
la apropiación! Aprópiese de lo que el diablo le robó:
el alquiler de su casa, el negocio que no prosperó, el
salario que no le pagaron... Recuérdele todo lo que
le ha robado; quíteselo ahora, aprópiese de lo que es
suyo. ¡No se dé por vencido! Declare: Al ciento por
uno me tiene que pagar. Mientras otros no venden yo
vendo; no me da la gana ceder mis derechos porque
son míos. El ladrón es agarrado con las manos en la
masa y tiene que pagar al ciento por uno, ¡porque yo
honro a mi Dios!

205
El Decreto de Jehová 2

Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos


que yo os prescribo hoy... yo daré la lluvia de vuestra
tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás
tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu
campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.
—Deuteronomio 11:13-15

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206
Protegiendo y Levantando las Finanzas

H oy comienzan a llover bendiciones sobre


nuestras finanzas, sobre la paz de nuestra
casa, sobre la unidad familiar, sobre nuestros hijos y
aun sobre los hijos de nuestros hijos. Es la provisión
que viene de la mano de Dios y comienza a llegar del
norte, del sur, del este y del oeste. Cuando oímos la
Palabra de Dios y la obedecemos, algo muy poderoso
comienza a explotar en el cielo, que trae lluvia sobre
la tierra, y la semilla crece. Es la lluvia temprana y
la tardía, el agua de la mano de Dios, del puño que
hizo los cielos y la tierra. Oh Señor, comienza a dar-
nos de Tu lluvia y comienza a regar Tu semilla, y esa
semilla empieza a crecer y dar fruto. Fruto para Tus
hijos y para Tus siervos, fruto para todos los que es-
peran en Ti. Vamos, toma de la lluvia de Dios y riega
la semilla que has sembrado, para que dé fruto en tu
marido, en tu esposa, en tus hijos, en tus finanzas,
en tu ministerio, y para que seas árbol de justicia,
y tu cosecha será grande sobre la tierra, todos los
días de tu vida.

207
Reparando
Brechas y
Portillos
El Decreto de Jehová 2

Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimien-


tos de generación y generación levantarás, y serás
llamado reparador de portillos, restaurador de calza-
das para habitar. —Isaías 58:12

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210
Reparando Brechas y Portillos

A mado Padre celestial, en este día vengo de


Ti pidiendo Tu ayuda, dirección, fortaleza,
gracia y favor para levantarme como un reparador
de portillos. Que pueda pararme en la brecha e in-
terceder por la Iglesia. Que pueda ser un reparador
de portillos en mi casa, en mi familia, en mi ciudad,
en las naciones y donde quiera que vaya. Padre San-
to, ayúdame a ponerme en la brecha por Tu pueblo,
como lo hizo Moisés y como lo hizo Abraham. Pa-
dre, en el nombre de Jesús, y por el poder de Tu
Espíritu Santo, te pido que mi oración traspase el
primero, segundo y tercer cielo, y llegue ante el trono
de Tu gracia. Espíritu Santo, llévame a hacer esto
con entendimiento, con sabiduría, con revelación y
con todo mi corazón. Líbrame Señor de ser un reli-
gioso que te honra sólo de labios, pero que con el co-
razón ama hacer lo malo. Apago en este día toda voz
del mundo que me distrae de llegar a Tu presencia.
Arranco de mi vida todo árbol de injusticia y todo
árbol de deshonra, en el nombre de Jesús.

211
El Decreto de Jehová 2

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra


debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene,
no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles.
—Romanos 8:26

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212
Reparando Brechas y Portillos

S eñor amado, hoy toda desobediencia la lle-


vamos cautiva a la obediencia de Jesucristo,
el Hijo de Dios. Todo aquello que se levanta en mi
mente y que va contra Ti, lo echo fuera de mi vida.
Mi entendimiento y mi discernimiento están claros
para oírte, entenderte, obedecerte y seguirte. Her-
mano empieza a darle gracias al Espíritu Santo. No
necesitas una explicación, no necesitas hablar griego
ni hebreo, simplemente en tu idioma, ama a Dios con
todas tus fuerzas, con toda tu mente y con todo tu
corazón. Adora al Espíritu Santo de Dios y dile: Es-
píritu Santo, necesito que te entrones en mi vida, en
mis pensamientos, en mi voluntad, en lo que digo, en
lo que pienso, en lo que actúo. Espíritu Santo, tú eres
el maestro, tú eres quien me enseña todas las cosas,
tú eres quien me revelas lo que hay en mi Padre, tú
eres quien me dice cómo orar. Tú eres Espíritu de
Dios quien me dirige, quien me lleva a hacer lo que
mi Padre y Jesús de Nazaret ordenan que yo haga.
¡Gracias precioso Espíritu Santo!

213
El Decreto de Jehová 2

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el


orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino
haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín
corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
—Mateo 6:19-20

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214
Reparando Brechas y Portillos

S eñor, protege a Tu pueblo, protege a Tu


iglesia, protege nuestra congregación,
protege a nuestros niños, guarda su corazón y sus
hogares. En este día Señor, clamo protección. Te
pido Señor que nos protejas; protégenos como pre-
dicadores, como hombres y mujeres de Dios. Que
en este tiempo difícil te busquemos de manera dife-
rente. Como ministerio te pedimos que nos libres y
nos guardes, que cada dinero que entra a esta iglesia
sirva para predicar el evangelio, llevar el Reino a las
naciones y que el nombre de Jesús sea exaltado. Te
pido Señor que en esta casa nunca falte provisión,
porque aquí ha sembrado la viuda, el huérfano y
el extranjero. Sabemos que todos ellos tienen una
cuenta en el cielo, por eso cuando alguno de ellos
va delante de Tu presencia, esa cuenta está abierta.
Padre, en el nombre de Jesús de Nazaret, te pedimos
que abras las ventanas de los cielos sobre cada casa,
porque hemos guardado nuestros tesoros donde ni
la polilla ni el orín corrompen.

215
El Decreto de Jehová 2

Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios


mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza
de mi salvación, mi alto refugio. —Salmos 18:2

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216
Reparando Brechas y Portillos

S eñor te damos gracias, te adoramos Padre


amado. Espíritu Santo de Dios revélanos
al Padre. Hoy necesitamos de Ti amado Padre celes-
tial. Nuestra familia necesita de Ti, nuestro pastor
necesita de Ti, los líderes de nuestra iglesia necesitan
de Ti, nuestros hijos necesitan de Ti, en mi trabajo
necesitan de Ti... Así como Moisés subía al monte y
buscaba Tu presencia, así todos necesitamos de Ti
Señor, cada día. Necesitamos estar cara a cara con-
tigo Señor amado. Es cierto que necesitamos a los
profetas, pero más que a los profetas te necesitamos
a Ti Jesús. Tú eres el camino, la verdad, la vida,
la sabiduría, el poder, la grandeza y la gloria... Tú
eres nuestro escudo, nuestra fortaleza, nuestra roca
firme... Tú eres la Palabra viva, el pan que sustenta
la vida del hombre, el pan de vida eterna... Tú eres
nuestro Dios, Tú eres salvación. Por eso necesitamos
Tu presencia Señor amado, cada día.

217
El Decreto de Jehová 2

Yo seré para ella [Jerusalén], dice Jehová, muro de


fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de
ella. —Zacarías 2:5

NOTAS: ..............................................................................................................................................

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218
Reparando Brechas y Portillos

P adre desciende con poder sobre la vida de


nuestro pastor mientras duerme; revélale
Tu Palabra y Tus planes para hoy; aumenta su don
de administrador, pon en él más celo por Tu casa;
acrecienta su don de mayordomía. Como atalayas de
Tu Reino, ayúdanos a levantar los puentes y cerrar
los portones, para que cuando algún incircunciso
quiera venir a atacar este ministerio no pueda pasar
y se estrelle contra los portones de gloria. Cerramos
los portones para que ni la masonería ni el infierno
ni el ocultismo, ni hombre ni mujer puedan venir
a prostituir este ministerio. Construimos muros de
gloria alrededor de esta iglesia y declaramos que todo
hombre y mujer que se pare en este púlpito, tiene que
doblegarse ante Ti y cederte la gloria en público y
en privado; tiene que ir primero a Tu presencia para
conocer Tus diseños gloriosos, para entonces poder
darlos a Tu pueblo.

219
El Decreto de Jehová 2

Y los tuyos reedificarán las ruinas antiguas; levanta-


rás los cimientos de generaciones pasadas, y te llama-
rán reparador de brechas, restaurador de calles donde
habitar. —Isaías 58:12

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220
Reparando Brechas y Portillos

S eñor en Tu nombre ato al espíritu de Le-


viatán, porque la raíz de todos los pecados
se llama orgullo, Leviatán, diablo, Satanás. Hoy nos
paramos en la brecha como reparadores. Usted sim-
plemente hermano vaya y métase en su cuarto, en un
rincón, en su lugar secreto, y ore, porque usted es un
reparador de brechas. Usted es un atalaya del Dios
altísimo, y nosotros los atalayas miramos y oímos en
el espíritu. Así que levántese y repare la brecha. Páre-
se delante del enemigo, y dígale: No puedes tocar a
mi hermano ni a mi hermana, no puedes tocar a mi
esposo ni a mi esposa, no puedes tocar a mis hijos
ni a mi familia, porque aquí hay uno que se para y
repara la brecha, hay uno que pide perdón, hay uno
que dice: ¡Espíritu de muerte, detente! ¡Espíritu del
diablo, no avances! Porque Jesús quien te venció en
la cruz me ha dado poder y autoridad. ¡Te ordeno
que te vayas fuera, en el nombre de Jesús! ¡Aquí no
pasarás! ¡Fuera en el nombre de Jesús!

221
El Decreto de Jehová 2

Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto


mi camino; quien hace mis pies como de ciervas, y me
hace estar firme sobre mis alturas.
— Salmos 18:32-33

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222
Reparando Brechas y Portillos

G racias te doy Padre, en el nombre de Jesús,


porque me has elegido como un reparador
de brechas. ¡Gracias Señor! Glorificamos Tu nombre
amado Dios. Despliega hoy Tu fuerza y Tu poder
sobre mi familia, sobre mi ciudad, sobre esta nación
y sobre todos los pueblos de la tierra. Vamos herma-
no, diga conmigo: Señor despliega Tu fuerza y poder
sobre mi cuerpo, Tu fuerza y poder sobre mi espíritu,
Tu fuerza y poder sobre mi alma. Dame hoy pies
ágiles, como de cierva, porque dice Tu Palabra que,
“El Señor Dios es mi fortaleza; Él ha hecho mis pies
como los de las ciervas, y por las alturas me hace ca-
minar”. Así necesitamos correr nosotros, con veloci-
dad y ligereza; con pies como de cierva. Necesitamos
estar listos para cuando Dios nos llame. Tenemos que
estar dispuestos a decirle, ¡Heme aquí Señor, yo voy!
¡Heme aquí, yo voy por la mañana! ¡Heme aquí, yo
voy por la noche! A cualquier hora del día, cuándo y
dónde me necesites Señor, ¡yo voy!

223
El Decreto de Jehová 2

Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser


como huerto del Edén; y estas ciudades que eran
desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas
y habitadas. Y las naciones que queden en vuestros
alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba
derribado, y planté lo que estaba desolado; yo Jehová
he hablado, y lo haré. —Ezequiel 36:35-36

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224
Reparando Brechas y Portillos

E spíritu Santo, necesitamos reparar brechas


en nuestra familia, en nuestros cónyuges,
en nuestros hijos y en nuestra iglesia. Necesitamos
Espíritu de Dios que nos ayudes a levantar muros de
fuego contra el enemigo, contra Satanás y sus demo-
nios. ¡Te necesitamos Maestro! Necesitamos depen-
der de Ti, necesitamos Tu presencia Padre amado,
necesitamos la manifestación de Tu gloria. Señor, yo
quiero ser ciudad fortificada, como le dijiste al profe-
ta Jeremías: “Mira que te he puesto en este día sobre
naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir,
para arruinar  y para derribar, para edificar y para
plantar”. Espíritu Santo, necesitamos esa fortaleza y
protección, ese fuego y esa presencia la necesitamos
alrededor nuestro. Necesitamos los atalayas con es-
padas de fuego, necesitamos la asistencia de ángeles,
porque los ángeles de Tu poder se mueven al precep-
to de Tu Palabra. ¡Te necesitamos Señor!

225
El Decreto de Jehová 2

Y dijo a los mortales: Temer al Señor: ¡eso es sabiduría!


Apartarse del mal: ¡eso es discernimiento!
—Job 28:28 (NVI)

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226
Reparando Brechas y Portillos

S eñor en este día mis hermanos y yo nos po-


nemos de acuerdo, y te pedimos que abras
nuestros ojos, porque muchas veces por el afán no
miramos lo que realmente el pueblo necesita. Dios
mío, que cada hombre, cada mujer y cada joven
que está aquí sea en el espíritu un atalaya y pueda
decir: “Señor, yo me pongo aquí como un atalaya
para cuidar Tu pueblo”. Padre, que mi oración llegue
delante de Tu presencia, y que sirva para darle dis-
cernimiento a Tu iglesia. Cuando veo hacia dónde
está conduciendo la situación financiera a algunos
hombres de Dios, siento el temor de Jehová. Te pedi-
mos Señor que guardes esta casa. Dios mío protege
a Tu pueblo, protege a Tus hijos, danos sabiduría y
discernimiento. Protégenos de lo que oímos, de lo
que nos vienen a decir; protégenos de las palabras de
destrucción que anuncia el mundo. Ayúdanos Señor
a que cuando hablemos, exhortemos o demos con-
sejería, las palabras provengan de la ternura de Tu
corazón, que siempre edifica.

227
El Decreto de Jehová 2

Yo Pablo os ruego por la  mansedumbre  y  ternura  de


Cristo, yo que estando presente ciertamente soy
humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para
con vosotros. —2 Corintios 10:1

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228
Reparando Brechas y Portillos

M i Dios amado, que haya en nosotros el


mismo espíritu que hubo en el apóstol
Pablo. Que tengamos un corazón para exhortar,
cuidar y abrir los ojos espirituales. Amado Padre ce-
lestial, danos el coraje que Tú le diste a Pablo, quien
pese a que fue apedreado, atacado y difamado, siguió
adelante. Danos el valor para hablar con mansedum-
bre y decir como él dijo: “ruego por la mansedum-
bre y la ternura de Jesucristo”. Pero danos también
el coraje para interceder por Tu iglesia Señor ama-
do. Mira a quién sigue el pueblo, si está buscando
hombres o buscando Tu presencia. Escudriña su
corazón. Añade gente que venga a apoyar, trabajar y
ayudar, pero que sus ojos estén puestos en Ti Señor
Jesús, en el Padre celestial y en el Espíritu Santo.
Trae Señor, hombres y mujeres que cuando alguien
caiga estén prestos a acudir a ayudar no a juzgar; a
levantarlos, ayudarlos y protegerlos; a aportar espiri-
tualmente, a enseñarles la sana doctrina y darles una
visión correcta.

229
El Decreto de Jehová 2

Porque  Cristo  para esto murió y resucitó, y volvió a


vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que
viven. —Romanos 14:9

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230
Reparando Brechas y Portillos

S eñor declaramos en Tu nombre que las fi-


guras de la televisión, la radio, periódicos,
revistas, libros e internet vienen al conocimiento de
Tu Palabra. Declaramos que las redes sociales se lle-
nan con mensajes de sabiduría que vienen de lo alto.
Señor amado, activamos en el poder de Tu Palabra a
toda la gente que trabaja en los medios de comunica-
ción. Decretamos un evangelismo sobrenatural por
todos los medios de comunicación. Decretamos Se-
ñor un evangelismo explosivo, donde el poder tuyo
es desatado para atraer almas. Empezamos a jalar a
Tus hijos y a todo aquél que oye Tu voz, porque la
Palabra dice que, “las ovejas oyen la voz de su pastor
y le siguen”. Y el pastor nuestro se llama Jesucristo
de Nazaret. Él es nuestro Señor, nuestro ayudador,
nuestro proveedor, nuestro sanador, pero sobre todo
Él es nuestro Salvador.

231
El Decreto de Jehová 2

Escóndeme del consejo secreto de los malignos, de la


conspiración de los que hacen iniquidad, que afilan
como espada su lengua; lanzan cual saeta suya, palabra
amarga, para asaetear a escondidas al íntegro; de
repente lo asaetean, y no temen. —Salmos 64:2-4

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232
Reparando Brechas y Portillos

V eo ángeles poderosos con espadas desenvai-


nadas vigilando los medios de comunica-
ción. Al precepto de la Palabra de Dios todo espíritu
y potestad de manipulación y control en los medios
¡se quema! ¡Satanás, has sido descubierto! Los ánge-
les comienzan a limpiar y destruir con sus poderosas
espadas todo lo que no provenga de Dios. Limpian
la atmósfera, limpian papeles y documentos, limpian
grabaciones, limpian las redes sociales. Atamos toda
agenda del diablo, de intimidación, chisme, murmu-
ración, control, falsedad y desprestigio. Toda forma
de entretenimiento ideada por el diablo para distraer
al pueblo y robarle la adoración al único Dios ver-
dadero ¡se quema por el fuego de Dios! Los ojos de
Dios están sobre los contenidos que difundirán hoy
los medios escritos, radiales, audiovisuales y el in-
ternet. ¡Sé libre iglesia! Ahora declaramos liberación
de toda intriga mediática. ¡Todo árbol de iniquidad
en los medios de comunicación se quema hoy en el
nombre de Jesús!

233
Acerca de
la Autora
L a Profeta Ana Maldonado es una mujer de ora-
ción, usada fuertemente por Dios en la inter-
cesión profética, sanidad interior, liberación, y guerra
espiritual. Es co-fundadora del Ministerio Internacio-
nal El Rey Jesús en Miami, FL, reconocida como una
de las iglesias multiculturales de mayor crecimiento en
los Estados Unidos, y con grandes manifestaciones del
poder sobrenatural de Dios.

La Dra. Maldonado tiene un doctorado en estudios


teológicos de Vision International University. Ella es
dada al estudio de la Biblia y es autora de varios libros
dedicados a motivar a los creyentes hacia la oración y
la búsqueda de la presencia de Dios.

Actualmente reside en Miami, FL, junto a su esposo,


el Apóstol Guillermo Maldonado y sus hijos, Bryan y
Ronald.
Otros Libros de
Ana Maldonado

Déboras al Frente de la Batalla

De la Oración a la Guerra

De la Adoración a la Guerra

El Decreto de Jehová te Dice

El Poder de Atar y Desatar

Los Decretos de Jehová te Liberan

Manual de Vida para Intercesores


Para ver el catálogo completo de libros, manuales y prédicas del
apóstol Guillermo Maldonado y la profeta Ana Maldonado, en
Inglés y Español, para encontrar la librería local más cercana o para
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(305) 233-3325

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