Está en la página 1de 1

LEGALIZAR LAS DROGAS, UNA FORMA DE ARRODILLARSE ANTE EL ADVERSARIO.

Desde tiempos remotos, es el narcotráfico; aquel que empezó en la bonanza marimbera, uno de
los enemigos más grandes que ha tenido la institucionalidad, el ordenamiento jurídico y en general
todo el estado colombiano. Este fenómeno se empezó a conocer en el gobierno del presidente
Alfonso López Michelsen, desde ese entonces, ha sido el protagonista de la más grande violencia
que he vivido Colombia.

Hoy en día, bajo la excusa de la evolución de la humanidad, se han puesto en marcha leyes,
movimientos, que apoyan desmedidamente la legalización de estas sustancias, empezando por la
llamada dosis personal, olvidando todo el daño que causa esta adicción desde el individuo hasta la
colectividad. Se han arraigado paradigmas que sostienen que la legalización y la libertad de
consumo, sería un golpe fuerte a esa economía subterránea, dado que al tener control sobre una
parte del mercado, se disminuiría la rentabilidad del negocio, se respetaría la libre personalidad y
sería mucho más fácil controlar al microtrafico.

De acuerdo con la anterior, es irrisorio; pensar que utilizar medidas que apoyan el consumo de la
marihuana y cocaína va lograr amainar la problemática social, económica que este fenómeno
genera al país. Anteriormente, el gran problema que existía era la exportación de cocaína, pero
los últimos años por causa de algunas libertades que se concedieron, Colombia aparte de ser una
potencia en la economía de la coca, ahora se ha tornado un gran consumidor, circunstancia que
influyen a la degradación social que ha venido sufriendo este pobre país.

También podría gustarte