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Estudio Jurídico Reyes & Asociado

ABOGADOS

EXPEDIENTE No.: 3655-2016


(Acum. Exp. No. 1800-2017)
ESPECIALISTA:
CUADERNO: Principal
SUMILLA : Contesta Demanda de
Declaración Judicial de Unión de
Hecho y RECONVIENE para que se
emita la Declaración Judicial de
Unión de Hecho a su favor.- - - - - - - - -

SEÑORA JUEZ DEL JUZGADO ESPECIALIZADO DE FAMILIA


TRANSITORIO DE ATE – SEDE PARIACHI II – CORTE
SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA ESTE.-

Carmen Rosa JARA ROSADO, identificada con DNI No. …………………….,


señalando domicilio real en………………………………….. y domicilio procesal
en ----------------------------------------------, en el proceso sobre Declaración Judicial
de Unión de Hecho interpuesto por Marisol ESPINOZA CHAMORRO y Melina
Doris SOTO SAMANIEGO, cada una por derecho propio, que se sigue contra
la Sucesión de Wilder Rómulo ORE LODTMAN, ante Ud. respetuosamente
digo:

I. PETITORIOS.
Que, habiendo sido notificada con fecha……………………….. de la
Resolución Nº TRECE de fecha 03 de setiembre de 2018, mediante el cual
se resuelve notificar a la recurrente de las demandas sobre Declaración
Judicial de UNION DE HECHO con Wilder Rómulo ORE LODTMAN y su
admisión a trámite, por DENUNCIA CIVIL, a efectos de que asuma
obligaciones o responsabilidades que surjan del derecho discutido, hago
conocer las posiciones jurídicas en dicho sentido en el plazo de 10 días
estipulado por el artículo 103 del Código Procesal Civil asumiendo el rol de
litisconsorte facultativo coadyuvando con la defensa de la Sucesión de
Wilder Rómulo ORE LODTMAN, como actuando por derecho propio a
presentar pretensiones, procediendo en resumen a:

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A. CONTESTAR DEMANDA SOBRE DECLARACION JUDICIAL DE


UNION DE HECHO PLANTEADA POR MARISOL ESPINOZA
CHAMORRO.-

Cumplo con RECHAZAR Y NEGAR DICHA PRETENSION, en tanto la


misma se sustenta en medias verdades y trata de aprovecharse, en el
mejor de los casos, de una esporádica relación con mi señor padre y de
su fallecimiento; procediendo a absolverla en el plazo de ley,

B. CONTESTAR DEMANDA SOBRE DECLARACION JUDICIAL DE


UNION DE HECHO PLANTEADA POR Melina Doris SOTO
SAMANIEGO.-

Cumplo con RECHAZAR Y NEGAR DICHA PRETENSION, en tanto la


misma se sustenta en medias verdades y trata de aprovecharse, en el
mejor de los casos, de una relación eventual con mi señor padre y de su
fallecimiento; procediendo a absolverla

C. PLANTEAR RECONVENCION SOBRE DECLARACION JUDICIAL DE


UNION DE HECHO QUE SE MANTUVO ENTRE LA RECURRENTE Y
Wilder Rómulo ORE LODTMAN.-

PRETENSION PRINCIPAL: La recurrente solicita al órgano jurisdiccional


por intermedio de la presente acción, por vía reconvencional, en ejercicio
de su derecho a tutela procesal efectiva y a un debido proceso, previstos
en el artículo 25.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos y
el artículo 139 de la Constitución Política del Estado, se emita la
DECLARACION JUDICIAL DE UNION DE HECHO entre la accionante y
don Wilder Rómulo ORE LODTMAN.

PRETENSION ACCESORIA: Se declare los siguientes bienes como


parte de la sociedad de gananciales derivados de la presente unión de
hecho:

1. Llll

2. Lllll
3. Llllll
4. Lllllll
5. Llllllll

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EMPLAZAMIENTO.- A fin de que se establezca válidamente la relación


jurídica procesal debe emplazarse por tener interés en la materia de
discusión a la Sucesión de Wilder Rómulo ORE LODTMAN, conformado por
Daniel Sebastián ORE JARA y Claudio David ORE SOTO, a quienes se les
deberá notificar en los domicilios que ya tienen consignado en autos, así
como a las personas de Marisol ESPINOZA CHAMORRO y Melina Doris
SOTO SAMANIEGO, quienes también tienen señalados sus domicilios para
notificársele en el presente proceso, respectivamente; asimismo deberá
notificarse al MINISTERIO PUBLICO para su conocimiento. Para tales
efectos solicito se considere a la recurrente como litisconsorte facultativo
pasivo, en tanto coadyuvara con la Sucesión de Wilder Rómulo ORE
LODTMAN en la oposición de las pretensiones planteadas por Marisol
ESPINOZA CHAMORRO y Melina Doris SOTO SAMANIEGO, y por derecho
propio planteara via reconvencional demanda de declaración judicial de
unión de hecho entre la recurrente y quien fuera su esposo don Wilder
Rómulo ORE LODTMAN, existiendo en el caso una acumulación objetiva-
subjetiva sucesiva

II. ANTECEDENTES
F A C T I C O.-

1. La relación entre la actora y su amado esposo inicio en el año 1982, cuando ella
tenía 21 años y él contaba 25 años, ambos eran estudiantes de medicina de la
Universidad de San Marcos, conociéndose sus familias desde un inicio, en esa
época mi madre vivía en San Juan de Miraflores en casa familiar y mi padre en
Jesús María, en la casa de sus padres.

2. En el año 1986 ambos se hicieron novios y contrajeron matrimonio religioso el 30


de diciembre de 1988 en Huaycan, la boda se realizó en el Comedor Popular de
Huaycan de ese entonces, donde actualmente funciona el Policlínico Parroquial.
Este hecho se corrobora con documento del matrimonio religioso, fotos y parte de
matrimonio.
3. A raíz del matrimonio religioso se estableció como domicilio conyugal el inmueble
ubicado en San Juan de Miraflores, sito en …….. Juan Castilla 460, distrito de
…….., provincia y departamento de Lima. De dicho domicilio se tienen los reportes
de la AFP Profuturo de Wilder Rómulo ORE LODTMAN, que han llegado siempre a
esa dirección hasta la actualidad. Además llegaban también a su nombre los
recibos de cable mágico.
4. En cuanto al matrimonio civil, se hicieron los trámites pertinentes, llegándose a
publicar un edicto en el diario El Peruano, pero se venció la fecha de uno de los

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trámites porque ambos tenían muchas ocupaciones y tenían familiares muy


enfermos, y no se pudo concretar dicho vínculo civil, a pesar de que era deseo de
ambos.

Como hechos relevantes que sucedieron durante la relación de


CONCUBINATO, se pueden mencionar las reuniones familiares siguientes:

5. Ambos se titularon como médicos, la actora en el año 1991 y su fallecido esposo


aproximadamente un par de años antes, 1989; lo que se puede corroborar con
fotos aparejadas en la presente.

6. El fallecimiento de los padres y hermana mayor de mi esposo y fallecimiento del


abuelo de la actora, en donde concurrieron juntos, lo cual se corrobora con fotos.
7. Ambos fueron padrinos de bautizo de Laura DAVILA ORE (sobrina del esposo de
la actora, hija de su hermana); Wilder Rómulo ORE LODTMAN fue padrino de
bautizo del sobrino de la actora, Luis JARA LLANOS (hijo del hermano de la
recurrente); el esposo de la actora fue padrino de Primera Comunión del sobrino
de esta última, José DE LA TORRE JARA (hijo de la hermana de la actora). Todos
estos hechos se acreditan con las correspondientes fotos.
8. Nacimiento de Daniel Sebastián ORE JARA, el 25 de diciembre de 1995;
fallecimiento de la prima del esposo de la actora, Carmen RODRIGUEZ, el año
2015; fallecimiento del abuelo de José DE LA TORRE (Wilder Rómulo ORE
LODTMAN era su padrino) mayo 2016; matrimonio de Hambert MATTOS JARA
(sobrino de la actora, hijo de su hermana) y Graciela Santos, noviembre 2013.
Dichos actos se corroboran con las correspondientes fotos y video.
9. Múltiples celebraciones familiares, la pareja estuvo presente en todos los
cumpleaños, celebración de las bodas de oro de los tíos de Wilder Rómulo ORE
LODTMAN, Manuel y Luz RODRIGUEZ, navidades, años nuevos en todos esos
años. Múltiples salidas en familia hasta la actualidad. En todas estas reuniones,
que se acreditan con videos y fotos, asistieron siempre en calidad de esposos
reconocidos como tales por ambas familias y amistades, hasta hace más o menos
4 años, donde si bien era evidente que teníamos algunas diferencias, sin embargo
seguimos con la intención de sacar adelante nuestra relación matrimonial y
saliendo con toda la familia.
10. Hay que relevar que los días 24 de diciembre de todos estos años, Wilder Rómulo
ORE LODTMAN siempre lo pasó con la recurrente y su hijo en común, debido a
que el cumpleaños de nuestro hijo es el 25 de diciembre, y por ese motivo siempre
estábamos juntos, en ese sentido, es imposible que se diga que el recibía las
fiestas de navidad con otra persona, porque nunca dejo de estar al lado de su
familia; además celebramos todos el ingreso a la Universidad de nuestro hijo,
como siempre en familia, en abril 2013; todo lo cual se puede corroborar con fotos
y videos.

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11. La relación de matrimonio que conllevaron siempre la actora y su esposo Wilder


Rómulo ORE LODTMAN, en compañía de su hijo Daniel Sebastian ORE JARA, se
sigue evidenciando con diversos eventos: así por ejemplo tenemos continuos
viajes a Huancayo (2004), Trujillo (2003), Cuzco (2011), Paracas, Chincha,
Lunahuana, Supe, Huaral (en tres oportunidades, la primera aproximadamente
1998, la segunda el año 2015 en verano y la tercera fue con la hermana y la
sobrina de mi esposo). Además visitamos Las Lomas de Lachay, Villa Natalia
Santa Eulalia, Tour Arequipa, Cuzco y Puno (1992), Cerro Azul, Pucusana,
Huacho, varios viajes de pesca al muelle de Chorrillos (uno de las aficiones
favoritas de mi esposo). Todo ello corroborado con fotos, videos y testigos.
12. Como pareja de enamorados, ambos hemos empezado el proyecto del Policlínico
San Antonio, participando activamente, inclusive se pernocto muchas veces en el
local entre esteras y luego de casados han seguido hacia adelante con el proyecto.
Esas fechas deben corresponder aproximadamente al año 1987, lo cual se
corrobora con fotos y testigos.
13. En noviembre del 2003, por Escritura Pública, ante el Notario JOSE BARRETO
BOGGIANO, fue constituido el Policlínico San Antonio S.R.L. ante SUNARP, en la
cual se decidió la sociedad comercial de responsabilidad limitada, y en ella Wilder
ORE LODTMAN (mi esposo) tiene 7947 participaciones, mientras Carmen JARA
ROSADO (la demandante), 5497 participaciones, y Norma ORE LODTMAN
(hermana de mi esposo), 1444 participaciones. Partida Nro. 11637103. ADJUNTO
ESCRITURA EN SUNARP, Dicha empresa tiene como sede el bien inmueble
adquirido por mis padres, que está ubicada en el lote 11 Zona E, José Carlos
Mariátegui, Huaycan, Ate Vitarte.
14. Es necesario recalcar que los ambientes del Policlínico San Antonio fueron
proyectados para brindar exclusivamente atención médica, y que el domicilio
conyugal se fijo en San Juan de Miraflores, calle Juan Castilla 460, provincia y
departamento de Lima, empero el Policlínico un tiempo antes de su muerte
también era usado por mi esposo Wilder Rómulo ORE LODTMAN como vivienda,
lugar en donde residía, en tanto existían algunas diferencias con la actora, empero
ello de forma alguna impedía que cumplieran con sus demás obligaciones como
matrimonio.
15. Desde el año 2012, aproximadamente, la demandante retorno a trabajar al
Policlínico San Antonio, en donde labora tres veces por semana hasta la fecha. El
lavado de la ropa de mi esposo, inclusive la ropa interior, estaba a cargo de un
personal específico en el Policlínico San Antonio, hasta el día de su fallecimiento.
Por motivos de salud (diabetes), mi esposo tenía una alimentación especial que le
era proporcionada en el comedor del policlínico por una cocinera encargada, por
un largo periodo de tiempo.
16. En honor a la verdad, se reconoce que mi señor padre tuvo, al parecer, algunas
relaciones casuales con la Señora Melina Doris SOTO SAMANIEGO, cuando esta
se desempeñaba de secretaria desde los primeros años del Policlínico San
Antonio, y por ello esta persona conocía perfectamente del estado matrimonial
entre mis padres; a pesar de ello esta persona tuvo un hijo con mi esposo Wilder
Rómulo ORE LODTMAN, lo cual recién me enteró en el año 2011, pues este le
confeso tal hecho, sin precisar quién era la madre y circunstancias de su

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nacimiento. Recién el año 2016 mi esposo me conto que el hijo que había tenido
era de la señora Melina Soto.
17. Es un hecho que, estas relaciones casuales que tenía mi Sr. Padre ahora se
evidencian en toda su plenitud, después de su muerte, justamente para tratar
de aprovecharse mediante acciones de los bienes materiales que tenía a su
nombre, ello porque existen otros proceso de declaración judicial de unión
de hecho presentados por la señora antes mencionada y además por otra
fémina identificada como Marisol ESPINOZA CHAMORRO (vienen exigiendo
lo mismo ante el Juez de Familia de Ate de la Corte Superior de Justicia de
Lima Este expediente número 1800-2017 y el Primer Juzgado Especializado
de Familia de Ate mediante el expediente número 3655-2016,
respectivamente, inventando fantasiosas historias.
18. BIENES ADQUIRIDOS DURANTE LA UNIÓN CON MI ESPOSO.- Puedo señalar
los siguientes: (Hay que agregar los que correspondan, faltan por ejemplo
los bienes inmuebles y derechos y acciones en el Policlínico)
a. Compra de 3 automóviles, los dos primeros usados, el tercero fue del año
l2010, ESTE ULTIMO AUTOMOVIL ES EL QUE EL RECURRENTE
MANEJA EN LA ACTUALIDAD, AUNQUE SIGUE A NOMBRE DE MI
PADRE. Los dos anteriores fueron vendidos.
b. Artefactos eléctricos: 4 televisores, 1 refrigeradora, una lavadora, 1
microondas, juegos de ollas y vajilla de cocina, 1 cocina, 1 VHS, 1 blue-ray,
1 equipo de sonido, play station 2 y 3, una guitarra, un violin, un órgano,
NO SE TIENE FACTURAS DE TODOS ESTOS ARTEFACTOS, PERO MIS
PADRES LO COMPRARON PARA SU HOGAR.
c. 3 camas, 1 cuna, 1 ropero, 2 cómodas, 2 libreros, 1 escritorio con
archivador, y módulo de computo.
d. Adquisición de 4 nichos en CAMPOFE, se acordó que sería para mi abuelo
paterno, para mi padre, para mi madre y para el recurrente, lográndose
cancelar el contrato.
e. Varios celulares para mi padre, para mi madre y el recurrente, habiendo
pagado siempre mi progenitor el celular de mi madre, porque lo incluyó
como teléfono corporativo al ser parte de la empresa San Antonio, hasta la
actualidad.

J U R I D I C O – P R O C E S A L.-

19. Tomando en cuenta la especial situación en la que ha sido emplazada la


actora, conviene recordar las figuras del litisconsorcio facultativo y la
denuncia civil, aplicables al caso, y la acumulación de pretensiones.

20. Asi tenemos que mencionar que el litisconsorcio facultativo, o


también llamado litisconsorcio voluntario, se encuentra regulado en el

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artículo 94 del CPC y constituye un supuesto de acumulación objetiva –


subjetiva y de legitimación originaria y/o eventual.

La denominación de litisconsorcio facultativo es errónea ya que sugiere que


una pretensión única y una comunidad de suerte de las partes que lo
conforman, lo cual es falso. El litisconsorcio facultativo implica la
pluralidad de objetos procesales (pretensiones) que conllevarán a una
sentencia con tantos pronunciamientos como pretensiones existan
entre varios demandantes y/o demandados. Conforme señala Montero
Aroca “en este pretendido litisconsorcio no existe ni litigio único ni
comunidad de suerte para los litigantes. No existe litigio único, sino tantos
como pretensiones se han ejercitado, y no hay comunidad de suerte porque
los pretendidos litisconsorcios no precisan desarrollar una actividad
procesal unitaria, sino tantas como pretensiones, aunque ellos se
contengan en una sentencia formalmente única” 1.

21. Cada integrante del litisconsorcio facultativo debe acreditar legitimación


procesal autónoma. Sobre el particular, Ledesma Narváez, citando a Rivas,
señala: “solamente podrán configurar un litisconsorcio facultativo quienes
estuviesen legitimados para discutir (entiéndase también para oponerse)
por sí e independientemente de los otros litisconsorcios, la relación jurídico
sustancial que hiciera al litigio”2.

Cada pretensión acumulada en este proceso es totalmente independiente


de las demás. Por ello el artículo 94 del CPC establece que cada sujeto
será considerado como litigante independiente y que los actos que cada
uno realice no favorecen ni perjudican a los demás. La independencia con
que actúa cada sujeto que es parte del litisconsorcio facultativo implica que
de manera independiente deben de fundamentar y probar su posición en los
alegatos que realicen en el desarrollo del proceso. Cada sujeto deberá
utilizar los medios impugnatorios de manera autónoma. Si alguno de ellos
no impugna un acto procesal o la sentencia, se entenderá que respecto a él,
el acto procesal o la sentencia se encuentra consentida.

La autonomía implica también que cada demandante y/o demandado pueda


realizar actos de disposición al interior del proceso (desistimiento,
allanamiento, reconocimiento, transacción, conciliación), afectándose
únicamente a quien lo haya realizado.

1
Juan Montero Aroca, De la legitimación en el proceso civil (Madrid: Bosch, 2007), 216.
2
Rivas en Ledesma Narváez, Comentarios al Código Procesal Civil, Tom. I, 228

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22. Respecto a la sentencia, esta no es idéntica para todos los sujetos, variará
en la medida que debe pronunciarse en torno a cada pretensión de manera
independiente, inclusive puede ser inhibitoria para algunos y sobre el fondo
para otros. Por último conviene mencionar que la actuación independiente
de cada sujeto encuentra su límite en la no afectación de la unidad del
proceso. Esta limitación se refiere principalmente a la apreciación conjunta
de las alegaciones referidas a hechos comunes y a la prueba de ellos, en la
medida que “conforme al principio de comunidad o de adquisición en
materia probatoria, cuando se acumulan varios proceso o procedimientos
los medios probatorios aportados en uno de ellos sirve también para los
demás, pues si el juzgador adquiere convicción sobre un hecho conexo o
común a todos ellos sería absurdo que los efectos de esa convicción
dejarán de aplicarse a alguno de ellos, a pesar de que se resuelvan por una
sola resolución o por una sola sentencia.”3.

23. En el caso, resulta evidente que se da el litisconsorcio facultativo, pues el


derecho en discusión (DECLARACION JUDICIAL DE UNION DE HECHO
CON WILDER ROMULO ORE LODTMAN) indudablemente es de interés de
la recurrente, pues en la realidad es la titular de tal derecho, mismo que
pretende ser usurpado por fines patrimoniales por personas inescrupulosas
para afectar a la Sucesión de mi esposo y a la recurrente, lo que la obliga a
la defensa en contra de las acciones ilegalmente interpuestas por las
demandantes Marisol Espinoza Chamorro y Melina Doris Soto Samaniego,
coadyuvar en la oposición a las mismas con la Sucesión de Wilder Rómulo
ORE LODTMAN, y actuar por derecho propio para reclamar el derecho
formal a ser reconocida legalmente como CONCUBINA de su esposo
fallecido, pues en la realidad y en la práctica quien administra los derechos
patrimoniales del CONCUBINATO es la recurrente, siempre reconociendo
los derechos de los hijos de su señor esposo.

24. La denuncia civil, o también llamada litis denuntiatio se encuentra


regulada en el artículo 102 del CPC y constituye un supuesto que puede dar
origen a una legitimación originaria o sobrevendía y un supuesto de
intervención provocada. La legitimación a producirse a través de la presente
figura dependerá del tipo del sujeto que intervenga al proceso. Es una
intervención provocada ya que la intervención de un sujeto se produce por
la iniciativa de una parte, constituye un mecanismo procesal “a través del
cual una parte integra a un tercero al proceso, respecto de quien tiene un
determinado interés (presente o futuro), respecto de la misma relación

3
Bustamante Alarcón, El derecho a probar como elemento esencial de un proceso justo, 275

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sustantiva o de otra, conectada jurídicamente esta última con la que se


discute en el proceso”4.

25. El artículo 103 del Código Procesal Civil, establece en forma expresa que
“una vez emplazado, el denunciado será considerado como
litisconsorcio del denunciante y tendrá las mismas facultades de
este”. En el caso, resulta evidente, que existen los elementos objetivos e
indispensables que la intervención de la recurrente en el proceso constituye
un caso de litisconsorcio facultativo, con la parte que realizó la denuncia
civil, pues indudablemente el derecho en litis no solo afectara a la Sucesión
de mi esposo, sino a la suscrita como titular del derecho en cuestión,
porque es la única que en la realidad tuvo una relación de UNION DE
HECHO con mi esposo Wilder Rómulo ORE LODTMAN, quien actualmente
administra y respeta los bienes de tal sucesión, como los bienes propios de
la actora, originándose un caso de litisconsorcio o de acumulación objetiva
subjetiva; de todo ello se evidencia las facultades de la recurrente no solo
para contestar las demandas planteadas sino además para RECONVENIR.

III. FUNDAMENTACION FACTICO - JURIDICA


A. CONTESTACION DE DEMANDA SOBRE DECLARACION
JUDICIAL DE UNION DE HECHO PLANTEADA POR
MARISOL ESPINOZA CHAMORRO

FUNDAMENTACION FACTICA:

A.1 Sobre los hechos carentes de sustento que se han señalado en el


escrito de demanda.

PRIMERO: Respecto a los fundamentos de hecho de la demanda signados


con los numerales 1, 2 y 3, debemos señalar que la actora incurre en graves
contradicciones al relatar una historia que solamente existe en su fantasiosa mente, y
que tiene como principal objetivo dañar el patrimonio de terceros y apropiarse
indebidamente de patrimonio ajeno. Afirma que mantenía una relación de amistad con
mi difunta pareja, Wilder Rómulo ORE LODTMAN, desde el año 1996 y que fueron
desarrollando un afecto de ambas partes, en la que inclusive salían a reuniones con
amigos, hasta mayo de 2007, fecha en la que deciden constituir un hogar convivencial.

4
Monroy Gálvez, Partes, acumulación, intervención y sucesión procesal en el Código Procesal Civil, 47.

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Lo que no toma en cuenta este afiebrado relato es que existen frondosas pruebas,
comenzando por el cumplimiento de principio de prueba escrita acreditada con partida
de matrimonio religioso de fecha 30 de diciembre de 1988 celebrado entre la
recurrente y mi conviviente Wilder Rómulo ORE LODTMAN, además de la partida de
nacimiento de mi hijo que tiene fecha 25 de diciembre de 1995, y abundante material
fotográfico, de video y testimoniales, que demuestran indubitablemente que LA
RELACION DE CONCUBINATO ENTRE EL CAUSANTE Y LA ACTORA ERA DE
ANTIGUA DATA Y QUE LA MISMA HA PROSEGUIDO HASTA EL FALLECIMIENTO
DE MI CONVIVIENTE, aunque claro hay que reconocer que en los últimos cuatro años
existían muchas diferencias entre nosotros, justamente porque siempre existían
personas que se acercaban a mi pareja con otros intereses, empero lo que parece que
desconocen es que siempre se mantuvo su presencia y atención al hogar que
conformo, y si bien el solía dormir en la Clínica que habíamos constituido, siempre se
mantuvo esa convivencia, aunque ahora recién conocemos de esta relación casual
que presuntamente sostenía, como esporádicamente sostuvo en el año 2002 con la
Sra. Melisa Soto.

Lo certero y objetivo es que la trama elaborada por la demandante no tiene ni pies ni


cabeza, pues aunque indica que sostuvo una relación amical desde el año 1996 con
mi finado conviviente, no presenta absolutamente ningún elemento probatorio idóneo o
que cumpla con el principio de prueba escrita establecido en el artículo 326 del Código
Civil que corrobore ello, y menos que hayan desarrollado afectos y hayan constituido
un hogar convivencial durante la década del año 2000, más allá del hecho objetivo de
que nuestra legislación no acepta que una persona que vive en CONCUBINATO tenga
otra concubina, pues en tal caso esa segunda mujer adquiriría otra denominación (la
cual por cierto, nosotros como personas respetuosas de la mujer como genero nos
negamos a señalar). Esta historia sin sentido que se pretende hacer pasar al órgano
jurisdiccional solo tiene como asidero el hecho de que en los últimos dos o tres años al
parecer existirían fotos y videos de una presunta relación casual, que solo quedaría en
dicho nivel, en un vínculo eventual que de forma alguna puede quitar relevancia al
estado que tenía con mi conviviente, quien con todos sus problemas seguían
vinculados como matrimonio.

SEGUNDO: En cuanto a los fundamentos de hecho de la demanda signados con


los numerales 4, 5 y 6, seguimos encontrando que la argumentación se refiere a citas
sobre los elementos necesarios para que se de una UNION DE HECHO, pero estas se
dan en abstracto y de forma alguna inciden en cuales son los hechos con datos,
detalle y descripción de la realidad que corroboran el cumplimiento del deber de
cohabitación, del deber de asistencia, de manejar una economía del hogar, por
ejemplo en este último caso la indicada señora no indica cuál era su aporte y como se
manejaba la economía para así poder adquirir bienes o ahorros, lo único que refiere es
algo que todo el mundo conoce en Huaycan, que es que mi finado esposo era medico
conocido en la comunidad, y para demostrar que su relación era publica solo atina a
presentar como testigos a SUS AMIGOS, pero no menciona a ningún familiar de mi
finado pareja, como seria creíble una historia de concubinato con la Señora

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demandante cuando esta ni siquiera fue presentada como una relación seria a la
familia de mi pareja, a su propio hijo, esto es algo realmente increíble.

Por último, debe observarse que la actora se llena la boca indicando que constituyo
domicilio conyugal en un inmueble en el Distrito de Ate, en el numeral 2 de sus
fundamentos de hecho indica que este queda en la ASOCIACION LOS FICUS, pero
después contradictoriamente en el numeral 6 de los fundamentos de hecho indica que
domiciliaban en CONDOMINIO PASEO EL SOL, y para rematar lo evidente del mal
constructo factico que se realiza no observa que en su DNI figura como domicilio uno
que se encuentra en el Distrito de San Luis, y que inclusive en el domicilio señalado en
el EUROREPS y EUROAMERICAN ASISSTANCE la indicada señora consigna un
domicilio en el cual nunca residió, como es en la Av. José Carlos Mariátegui UCV Lote
11 Zona E Ate Vitarte, lugar en donde se sitúa el POLICLINICO de la recurrente con mi
finado esposo, pues ambos somos medicos; lo que de cierta forma explica la manera
tan ligera que utilizaban los datos solo para beneficiarse de determinados servicios,
como el Sparza Club y Calango Country Club, lo que por cierto de forma alguna puede
conllevar a suponer un vínculo convivencial, sino más bien una relación para divertirse
juntos y nada más.

TERCERO: En relación a los fundamentos de hecho de la demanda signados con


los numerales 7, 8, 9 y 10, se verifica la continuación de una fantasía que solamente
puede darse en una afiebrada mente, pues no observa que existen frondosas pruebas
que informaran al órgano jurisdiccional que la indicada señora demandante no realizó
ninguna actividad laboral para el bienestar de Huaycan, todo lo contrario, la comunidad
y el personal de la Clínica mía y de mi conviviente podrán hacer conocer
sobradamente como es que se erigió tal institución en beneficio de dicha colectividad,
y respecto a que asistió al funeral de mi finado conviviente, ello es verdad, empero
incurre en falsedad en cuanto señala que lo hizo en determinada condición, lo cierto
es que en ningún momento de la enfermedad de mi señor esposo esta persona se
hizo presente y en forma calculadora y creando una gran incomodidad en mis
familiares se tuvo que soportar su presencia en su velorio para no brindar un
espectáculo penoso en tan triste momento.

En cuanto a los dichosos viajes, fiestas y reuniones, como datos que hubiera podido
manifestar mi finado esposo, sin duda alguna en el peor de los escenarios ello se debe
a una calenturienta cabeza.

CUARTO: En cuanto a los fundamentos de hecho de la demanda signados de los


numerales 11 al 15, debemos manifestar la forma burda de crear una fantasía y
vender una historia que no tiene el más mínimo asidero, cuando se insiste en la
existencia de una relación convivencial de larga data presentando solo presuntos
elementos indicadores de los últimos dos o tres años a lo sumo, y que inclusive
resultan que deben ser observados con reserva, porque se presenta testigos que
resultan solo amigos de la demandante y datos de viajes y centros de diversión que en
todo caso solo conllevan a pensar que solamente se reunían para divertirse pero no

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existe material probatorio idóneo y suficiente que conlleve a pensar que se reúnen los
elementos configurativos para que se una relación de CONCUBINATO, primero porque
ello no podría ser jamás por la existencia de una verdadera CONCUBINA, y segundo
porque no se presenta pruebas fehacientes que corroboren que se hayan compartido
habitación, lecho y techo en un clima de fidelidad y exclusividad, que demuestre que
se trate de una unión estable por más de dos años, en forma continua e
ininterrumpida, debiendo mostrarse una apariencia de vida conyugal pública y notoria.

Asimismo, se verifica que torpemente se mencionan bienes y cuentas bancarias, pero


no indican ni prueban en qué periodo de tiempo se adquirieron o aperturaron,
respectivamente, y de donde provenían los fondos para que estos formaran parte del
patrimonio de mi finado padre y la señora demandante.

A.2 Nuestros fundamentos por los cuales debe desestimarse la demanda

QUINTO: Un elemento esencial que debe observarse en la historia fantasiosa de


la demandante es que la fundamentación de hecho de su demanda se centra en
detallar alegaciones abstractas sobre los elementos que configuran una relación
convivencial, empero no incide con detallar con hechos de la realidad para verificar
como es que se cumplían tales requisitos.

SEXTO: Por otro lado, tampoco se corrobora con hechos y pruebas como es que se
determinó el domicilio convivencial, como es que cumplían con sus obligaciones en
dicho hogar y sus deberes como pareja, atinando solo a presentar declaraciones
juradas y emails que en nada coadyuvan a demostrar la presencia de los elementos
configurativos de la UNION DE HECHO, sobre todo si se pretende utilizar formatos
preestablecidos y se pretende presentar como testigos a personas que ni siquiera eran
vecinos del lugar en donde presuntamente residían, además que los correos
electrónicos tampoco informan sobre la existencia de los requisitos para que se tome
esa presunta vinculación como una de concubinato.

SETIMO: Debe advertirse que la historia sostenida por la demandante se encuentra


tan mal sostenida que ni siquiera puede alegar en detalle cómo es que se fue
evolucionando su relación desde el año 1996, y como es que se llegó a la
determinación de la formación de un presunto hogar, y como consecuencia tampoco
se aporta material probatorio alguno en dicho sentido, salvo fotos que lo único que
hacen es informar a lo sumo que las personas habían acudido a una reunión social y
nada más. Tan endeble es el constructo que se creado que el material probatorio solo
incide en los últimos años de todo el periodo de presunta convivencia que se aduce, y
no observa que el mismo lo máximo que puede probar es que esos adultos les
gustaba la diversión en común y nada más.

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OCTAVO: Analizada con detenimiento el sustento de la demanda y los medios


probatorios presentados por la parte demandante en el presente proceso se puede
concluir que no existen los ELEMENTOS INTEGRANTES DEL CONCUBINATO:

 Cohabitación, comunidad de vida y de lecho.- el rasgo que distingue una


unión concubinaria de una mera relación circunstancial, es el de la
cohabitación. Si los sujetos carecen de un domicilio común, no es posible
sostener la existencia de un concubinato para los diversos efectos que este
puede invocarse en el ámbito jurídico. Esta cohabitación implica, la comunidad
de vida, es decir, posibilita que la pareja, en mayor o menor medida, comparta
la vida en todos esos aspectos que determinan situaciones que exigen
consideración y solución por parte del derecho. El hablar de comunidad de vida
implica lo que atañe a ese aspecto intimo que, en el ámbito matrimonial, es
común a los cónyuges. Cohabitación debe conllevar la comunidad de lecho,
es decir, la existencia entre los sujetos de relaciones sexuales o, al menos, la
apariencia de ellas, dado el modo intimo en que comparten la vida.
Careciéndose de este elemento, la cohabitación puede implicar otras
situaciones muy distintas. La relación sexual es un elemento que está presente
en un matrimonio normalmente constituido. Y de la semejanza que con el
matrimonio, considerada la figura en su normalidad, presenta el concubinato,
es de donde este obtiene, en gran parte, su trascendencia jurídica.
En el presente caso, resulta obvio que no basta con alegar que se señaló
un domicilio común, y no existen material probatorio idóneo y suficiente
que conlleve a siquiera pensar con certeza que ello sucedió, y que se
haya cumplido con el deber de cohabitación, comunidad de vida y lecho
de manera constante y como pareja matrimonial.
 Notoriedad.- la unión del hombre y la mujer consiste en una comunidad de
hecho, de habitación y de vida, debe ser susceptible de público conocimiento;
es decir, no debe ser ocultada por los sujetos. La carencia de este requisito
incidirá en el plano de los efectos que interesan a terceros así por ejemplo, la
situación de los proveedores del hogar común que no podrán invocar la
apariencia del estado matrimonial.

En la presente acción tampoco existen elementos probatorios idóneos y


suficientes que informen adecuadamente que el presunto lazo
convivencial era de conocimiento público, en tanto ni siquiera se ha
presentado testigos que sean familiares directos del concubino, o
terceros que lo hayan rodeado en sus actividades laborales como médico
en su Policlínico o inclusive vecinos del lugar en donde supuestamente
vivían, esto es que no existe ni el más mínimo indicio razonable que este
requisito haya existido, salvo los testigos de favor que deben observarse
con las reservas del caso.

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 Singularidad.- Entre los elementos constitutivos del concubinato tiene que


figurar la singularidad. Este concepto implica que la totalidad de los elementos
que constituyen el concubinato debe darse solamente entre los dos sujetos;
pero no se destruye la singularidad por el hecho de que alguno de dichos
elementos se de entre uno de los concubinos y otro sujeto, en la medida en
que ello resulte posible.

En el caso sub examine, resulta objetivo que la totalidad de los elementos


que constituyen la UNION DE HECHO no se dan entre mi finado
conviviente y la demandante, se advierte entonces el burdo montaje con
un claro objetivo: el aprovechamiento patrimonial. Lo que resulta certero
es que en el caso de la recurrente y mi esposo, los frondosos medios
probatorios que se aparejan a la presente contestación corroboran
indubitablemente que nosotros si reuníamos los requisitos para
demostrar la existencia de una UNION DE HECHO que data desde 1988,
fecha en que nos casamos por religioso, cumpliéndose con el principio
de prueba escrita, y que esta unión prosiguió hasta el día de su muerte,
pues los lazos y deberes con el hogar y la familia seguían manteniéndose,
aunque en los últimos dos o tres años los ratos de divertimento y de
dedicación a su profesión de mi finado esposo lo hizo pernoctar en el
Policlínico de propiedad de ambos y de la hermana de mi esposo, de lo
cual dan fe los propios empleados de dicho centro médico, lo cual
evidencia que solo en la afiebrada mente de la actora pudo haber
cohabitado en forma notoria, publica y permanente con mi fallecido
conviviente, y en el mejor de los escenarios para la demandante el solo
compartir esporádicamente el lecho con el no hace que se pueda dar una
UNION DE HECHO porque no se cumple con la singularidad.

 Permanencia.- La relación de los concubinos no puede ser momentánea, ni


accidental. Debe ser duradera. A tal punto que, faltando esta modalidad,
resultaría inaplicables la casi totalidad de los efectos que cabe adjudicar al
concubinato. En algunos fallos se ha dicho que el concubinato requiere
"carácter de permanencia". Así como en el matrimonio, también en el
concubinato puede haber breves rupturas, momentáneas separaciones
seguidas de pronta reconciliación, sin que ello afecte el carácter de
permanencia que la relación presente.

Se observa que no existe el material probatorio idóneo y suficiente que


corrobore la permanencia de la presunta relación convivencial, todo lo
contrario se evidencia del caudal de pruebas presentadas que lo objetivo
era que se sostenía una relación amical, que en todo caso bien pudo
pasar como una relación accidental, porque se evidencia que eran los
ratos de esparcimiento y relax en la cual buscaba una compañera
disponible los que trataba de aprovechar a mis espaldas mi finado
esposo. Como ya mencione, si bien en los últimos años de la relación

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matrimonial de nosotros existieron diferencias entre ambos, que hicieron


que pernoctaran en lugares diferentes, se continuaban cumpliendo con
todos los deberes y obligaciones como matrimonio, y tal es así que ya
coincidíamos en normalizar sus deberes de lecho en el mismo lugar.

A.3 Hechos que demuestran que jamás existió relación de convivencia


entre la demandante y mi esposo

NOVENO: Existen abundante material probatorio que corrobora que la historia


relatada por la demandante carece de todo sentido, y en todo caso no pasa de una
relación temporal que se ubica en el marco de algo pasajero, pues está probado que
mi esposo y yo desde el año 1988 hacíamos vida conyugal desde que nos casamos
por religioso hasta el momento en el que falleció, y si bien en los últimos dos o tres
años existieron diferencias entre nosotros, ahora entendemos que por relaciones
casuales, lo cierto es que dicho vinculo se mantuvo con todos sus problemas.

DECIMO: También se encuentra probado la asistencia de la recurrente con mi esposo


a reuniones familiares y sociales, entre ambas familias, inclusive salidas a
restaurantes y viaje familiar con nuestro hijo.

DECIMO PRIMERO: En el Policlínico San Antonio, lugar en donde en los últimos dos o
tres dormía mi finado esposo, la señora de la limpieza era la encargada de lavar toda
su ropa, inclusive la ropa interior, y lo venía haciendo desde hace varios años;
asimismo, habían dos señoras en la cocina, que trabajaron consecutivamente y se
encargaban de sus alimentos ya que el era diabético, el almorzaba y cenaba todos los
días. De lo cual se coliga que la actora inventa al decir que asistía a mi finado esposo
y que manejaban una economía del hogar, cuando ni el deber de asistencia ni deber
de habitación y deber de lecho eran continuos y permanentes. Esto se evidencia con
el hecho objetivo de que mi finado esposo estuvo 15 días enfermo de una celulitis en
la pierna, hace algunos meses, internado en el Policlínico San Antonio, donde lo
visitamos sus familiares, y durante ese tiempo nunca acudió la demandante a visitarlo
o cuidarlo como debería hacerlo una conviviente.

DECIMO SEGUNDO: Por otro lado, en el año 2003 mi esposo y yo constituimos la


empresa San Antonio SRL, de la cual es accionista la recurrente, situación que se
mantiene hasta el día de hoy, sin haber mi esposo nunca propuesto mi retiro del
accionariado en ningún momento. Asimismo, tan cierto es que todavía se hacía vida
en familia que viajamos mi esposo, la recurrente y nuestro hijos al Cuzco en el año
2011,de ese viaje tenemos varias fotos, y también viajamos en familia a Supe en el
año 2012, con un sobrino mío y ahijado de mi esposo, Luis Jara Llanos, alojándonos
en el hotel de un amigo suyo.

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DECIMO TERCERO: En las largas conversaciones como amigos, que tuvo con
nuestro hijo, en los últimos años, jamás, en ningún momento, dijo que tenía otra pareja
y menos que dicha relación sea seria y estable, como tampoco se lo hizo conocer a la
familia cercana, es más mi esposo y yo queríamos tener la posibilidad de volver a
normalizar nuestra relación.

DECIMO CUARTO: La organización del sepelio y del entierro de mi finado esposo fue
llevado a cabo por la suscrita y mi hijo, no hubo ninguna intervención ni
responsabilidad de la demandante, porque dicha señora no tenía ningún papel serio
en la vida de mi progenitor, esa era la realidad; lo cual se corrobora con la probanza de
que los familiares directos de mi esposo no conocieron nunca a la demandante como
su conviviente, nunca fue llevada por el a ninguna reunión familiar. Durante las
exequias, fui yo, acompañado de mi hijo quienes encabezamos los actos fúnebres,
acompañados de todos nuestros familiares por parte mío y de mi finado esposo, de
manera natural. Fuimos reconocidos como la familia de mi finado esposo por casi toda
la población y sus dirigentes habiendo mantenido con él hasta sus últimos días de
vida, una comunicación fluida e intensa hacia mí y mi hijo diariamente, durante todo el
tiempo, de tal manera que nos parece increíble que la actora pretenda crear una
fantasiosa relación que va más allá de lo que realmente paso, una relación eventual en
el mejor de los casos.

FUNDAMENTACION JURIDICA.-
De la Unión de Hecho.-

La Constitución reconoce una realidad pero al mismo tiempo, la encausa dentro de los
valores constitucionales a fin de hacerla compatible con el resto del ordenamiento. En
tal sentido, a fin de evitar que el aporte realizado por la pareja durante la convivencia
sea apropiado por uno de ellos, en desmedro del otro, la Constitución reconoció
expresamente el régimen de gananciales a estas uniones, en cuanto les sea aplicable.
Con esto, fenómenos como el comentado se verían refrenados, brindando una
dimensión de equidad a las uniones fácticas.

Fuente constitucional.- Dicho esto, es pertinente analizar el artículo 5.° de la


Carta fundamental que recoge la unión de hecho de la siguiente manera;

“La unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento


matrimonial, que forman un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de
bienes sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea
aplicable.”

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Importante doctrina ha considerado que la unión de hecho puede distinguirse de la


siguiente manera; concubinato en sentido estricto (propio o puro) y concubinato en
sentido amplio (impropio o concubinato adulterino). El primero de ellos supone que los
individuos que conforman las uniones de hecho no tienen impedimento alguno para
contraer matrimonio. Es decir, se encuentran aptos para asumir el matrimonio. En
cambio, el segundo caso abarca a aquellas parejas que no podrían contraer nupcias
debido a que uno de ellos o los dos tiene ya un vínculo matrimonial con tercera
persona, o se encuentran impedidos de casarse por cualquier otra causal. Estando a
lo expuesto por la Constitución es claro que en dicho presupuesto nos encontramos
ante un concubinato en sentido estricto, puro o propio.

De igual forma se observa, que se trata de una unión monogámica heterosexual,


con vocación de habitualidad y permanencia, que conforma un hogar de hecho.
Efecto de esta situación jurídica es que, como ya se expuso, se reconozca una
comunidad de bienes concubinarios, que deberá sujetarse a la regulación de la
sociedad de gananciales.

Ahora bien, el formar un hogar de hecho comprende compartir habitación, lecho


y techo. Esto es, que las parejas de hecho lleven su vida tal como si fuesen cónyuges,
compartiendo intimidad y vida sexual en un contexto de un fuerte lazo afectivo. Las
implicancias de ello se verán reflejadas en el desarrollo de la convivencia, que deberá
basarse en un clima de fidelidad y exclusividad. Se excluye por lo tanto, que alguno
de los convivientes estén casado o tenga otra unión de hecho.

La estabilidad mencionada en la Constitución debe traducirse en la


permanencia, que es otro elemento esencial de la unión de hecho. Siendo ello así,
la unión de hecho, debe extenderse por un período prolongado, además de ser
continua e ininterrumpida. Si bien la Constitución no especifica la extensión del
período, el artículo 326° del CC sí lo hace, disponiendo como tiempo mínimo 2 años
de convivencia. La permanencia estable evidencia su relevancia en cuanto es solo a
partir de ella que se puede brindar la seguridad necesaria para el desarrollo adecuado
de la familia.

De otro lado, la apariencia de vida conyugal debe ser pública y notoria. No se


concibe amparar la situación en donde uno o ambos integrantes de la unión

Regulación legal.- De conformidad con las disposiciones del Código Civil el


surgimiento de la unión de hecho se da “siempre que dicha unión haya durado por lo
menos dos años continuos” (artículo 326º, primer párrafo, in fine). Precisa el citado
dispositivo: “La posesión constante de estado a partir de fecha aproximada puede
probarse con cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre que
exista un principio de prueba escrita”. Por consiguiente, de los dispositivos citados se
concluye que la existencia de una unión de hecho sujeta al régimen de sociedad de
gananciales, se halla supeditada, primero, a un requisito de temporalidad mínima de
permanencia de la unión (dos años) y, segundo, que ese estado (posesión constante

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de estado) requiere ser acreditado “con cualquiera de los medios admitidos por la ley
procesal, siempre que exista un principio de prueba escrita”.

Si bien diversas sentencias del Poder Judicial han establecido que se requiere de una
sentencia judicial para acreditar la convivencia [Casación 312-94-Callao, del 1 de julio
de 1996, Casación 1824-96-Huaura, del 4 de junio de 1998], es de recordarse que el
Tribunal Constitucional estableció que, por ejemplo, una partida de matrimonio
religioso también podía constituir prueba suficiente para acreditar una situación de
convivencia [STC 0498-1999-AA/TC, fundamento 5]. De ahí que deba inferirse que es
factible recurrir a otros medios probatorios para acreditar la convivencia. Así, cualquier
documento o testimonio por el que se acredite o pueda inferirse claramente el acuerdo
de voluntades sobre la convivencia podrá ser utilizado y validado, siempre que cause
convicción al juez.

De la aplicación del caso concreto.-


En el presente caso no se presentan los elementos configurativos de una
Unión de Hecho:

 En conclusión, observamos que la norma constitucional consagra la protección de


la unión de hecho, otorgándole, además, efectos legales similares a los del
matrimonio. Con este reconocimiento constitucional se tutela a las parejas de
hecho al reconocérseles un régimen de sociedad de bienes, en cuanto sea
aplicable. Esto en parte a las injusticias en las que incurría uno de los convivientes
(generalmente el hombre) al efectuar apropiaciones ilícitas de los bienes
generados o adquiridos durante el periodo convivencial al término del mismo,
afectando los derechos que la conviviente abandonada había obtenido. Al amparo
del anterior marco constitucional, el legislador sustantivó dicha institución en el
Código Civil de 1984 dentro del Capítulo de Sociedad de Gananciales en el Título
correspondiente al Régimen Patrimonial del Libro de Derecho de Familia. En su
artículo 326°, en lo atinente, prevé que: “[l]a unión de hecho, voluntariamente
realizada y mantenida por un varón y una mujer, libres de impedimento
matrimonial, para alcanzar las finalidades y cumplir deberes semejantes a los del
matrimonio, origina una sociedad de bienes que se sujeta al régimen de Sociedad
de Gananciales, en cuanto le fuere aplicable siempre que dicha unión haya durado
por lo menos dos años continuos. (…)”.

 De esta forma, teniendo como sustento la Constitución del 79 y el Código Civil


vigente, se reconoció a la unión de hecho como una institución que conllevaría las
mismas consecuencias jurídico-económicas que el matrimonio: el origen del
régimen de sociedad de gananciales5 , es decir, equipara la sociedad de hecho a la

5
En ese sentido véase el fundamento 7 de la STC N° 04777-2006-PA/TC de 13/10/2008.

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sociedad legal, en cuanto sea compatible, con lo que el patrimonio adquirido


durante la unión de hecho pertenecen a los dos convivientes 6. Para ello tendría
que cumplir con determinados requisitos, cuales son:

o Unión sexual libre y voluntaria entre en un varón y una mujer. Implica que la
convivencia no debe ser forzada y debe tratarse de una relación
monogámica heterosexual, dejando de lado a las parejas homosexuales 7.
En el caso no existe medios probatorios que conlleven a determinar
indubitablemente que esta unión sexual libre y voluntaria se daba
entre la actora y mi finado esposo.

o Deben estar libres de todo impedimento matrimonial. Es decir, los que


forman una unión de hecho no deben tener los impedimentos matrimoniales
establecidos por los artículos 241, 242 y 243 del Código Civil 8, vale decir
pueden ser solteros, viudos, divorciados o aquellos cuyo matrimonio ha
sido declarado nulo judicialmente, en general deben encontrarse aptos para
contraer matrimonio9. Este requisito le otorga al concubinato el carácter de
propio o estricto, distinguiéndolo del impropio o amplio. Este último supone
que una pareja convivencial o ambos a la vez se encuentran unido en
vínculo matrimonial con tercera persona, y en general se encuentran en
6
Conforme al Código Civil la sociedad concubinaria de bienes sujeta al régimen de sociedad de
gananciales, tendría las siguientes connotaciones (solo enumeraremos algunas): a) puede haber bienes
propios de cada conviviente o bienes de la sociedad (artículo 301); b) los bienes propios pueden
disponerse y gravarse libremente (artículo 309); c) los bienes de la sociedad se disponen y gravan por
común acuerdo de los convivientes (artículo 315); d) la administración de la sociedad corresponde a
ambos convivientes (artículo 308); e) existe la facultad de que uno de los convivientes administre los
bienes propios del otro (artículo 306); f) los bienes propios no responden por las deudas personales del
otro (artículo 308); g) fenece la sociedad concubinaria de bienes por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o
decisión unilateral (artículo 326); entre otros.
7
BIGIO CHREM se pregunta si quedan excluidas las parejas conformadas por un transexual y un
heterosexual si este último ha logrado modificar su nombre y sexo en su propia partida de nacimiento. En
ese sentido BIGIO CHREM, Jack. “El Concubinato en el Civil Código de 1984”, en Libro Homenaje a
Carlos Rodríguez Pastor, Cultural Cuzco, Lima, 1992, p. 154.
8
Estos impedimentos matrimoniales determinados expresamente son los casados, los que adolecen de
enfermedad crónica, contagiosa y transmisible o vicio que constituya para la prole, los enfermos mentales
crónicos, los sordomudos, ciego sordos y ciego mudos, los adolescentes, salvo dispensa correspondiente,
la consanguinidad en línea recta, el adoptante y el adoptado, el raptor con la raptada, el tutor con el menor
o el curador con el incapaz, entre otros.
9
“Por cierto, el que uno de los concubinos hubiera procreado hijos en una relación distinta a la
concubinaria no implica que tenga impedimento matrimonial, como lo ha resuelto la Corte Suprema
mediante fallo del 9 de octubre de 1996, en el que una tercera pretendió demostrar que el concubino se
encontraba incurso en tal impedimento por haber exhibido una partida de nacimiento en la que el
conviviente –que había fallecido- figuraba como el padre de una menor”. VEGA MERE, Yuri:
“Consideraciones Jurídicas sobre la Unión de Hecho. (De la ceremonia a la convivencia; de la forma a la
sustancia; del silencio a la declaración de derechos y deberes entre convivientes)”. En las Nuevas
Fronteras del Derecho de Familia. Familias de hecho, ensambladas y homosexuales. 1ra edición, Editora
Normas Legales, Lima, 2003, pp. 175-176.

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cualquiera de los supuestos de los artículos antes señalados. En el caso,


está demostrado que toda la data de la relación fantasiosa que ha
argumentado la actora es irreal, en tanto existe abundante material
probatorio que informa sobre un verdadero CONCUBINATO existente
entre mi esposo y yo desde 1988 hasta su fallecimiento, reconociendo
si que en los últimos dos o tres años este durmió en el Policlínico de
ambos por diferencias que estábamos tratando de solucionar, pues a
pesar de todos los problemas seguíamos sacando el hogar adelante.

o Unión que alcance fines y cumpla deberes semejantes al matrimonio. Lo


cual no es otra cosa que hacer vida en común, compartir habitación, lecho y
techo, que se comporten como si fueran cónyuges, que intimen, se asistan
mutuamente y se deban fidelidad. En el caso de las alegaciones de la
actora se pueden corroborar objetivamente lo endeble de estas porque
ni siquiera informa detalles y datos de la vida real que conlleven a
pensar que se cumplía con todos estos deberes, lo único que presenta
es la diversión que al parecer disfrutaban ambos, pues hablamos de
viajes al extranjero y centros de esparcimiento, y sabemos que el
considerar que se viva en un estado matrimonial implica más que eso.
o Dos años continuos de convivencia. Supone habitualidad y permanencia en
el tiempo, en el que los concubinos se comportan como marido y mujer. No
cabe la admisión de relaciones circunstanciales, pasajeras u ocasionales.
Como se ha mencionado en forma repetida, se corrobora
probatoriamente que mi finado esposo si tenía una relación de estado
matrimonial con la recurrente, con todos sus problemas, lo seguíamos
manteniendo, y de ninguna forma se puede probar que la actora por
ratos de esparcimiento que le haya dado a mi finado esposo pueda
surgir una relación de CONCUBINATO, puesto que en el peor de los
escenarios dicho vinculo no pasaba de una relación circunstancial,
pasajera u ocasional.
o Debe ser pública y notoria. La convivencia debe ser conocida por terceros,
por parientes, vecinos y por aquellos relacionados con la pareja
convivencial. No cabe que uno de ellos o ambos pretendan materializar su
convivencia de manera secreta. Tampoco este elementos se encontraba
presente en el presunto vínculo que indica la actora como real, pues
definitivamente el hecho de que la relación debe ser pública y notoria
va más allá del círculo de amigos de la demandante, sino que también
se debería haber probado el conocimiento como relación seria,
continua y estable en el círculo de amigos de mi finado esposo,
además del circulo laboral en el cual se desempeñaba e inclusive de
vecinos del lugar donde residía y donde trabajaba, empero nada de
ello ha sido demostrado en el presente proceso.

 Por su parte, la actual Constitución, al tratar sobre los Derechos Sociales y


Económicos, reconoce el estado convivencial, otorgándole los mismos efectos

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legales que la Constitución precedente, pero obviando el requisito de


temporalidad dispuesto por aquélla. Justamente, según su artículo 5: “[l]a unión
estable de un varón y una mujer, libre de impedimento matrimonial, que forman
un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de
la sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable”. De esta manera, hoy por
hoy no solo se reconoce con una norma de máximo rango la existencia de esta
institución, sino que con ello se legitima y salvaguarda la dignidad de aquellas
personas que habían optado por la convivencia, antes ignorada y rechazada,
pero que tanta aceptación tenía de una gran sector de la sociedad.
 De igual modo cabe mencionar que el Tribunal Constitucional ha definido la
unión de hecho como: “una unión monogámica heterosexual, con vocación de
habitualidad y permanencia, que conforma un hogar de hecho. Efecto de esta
situación jurídica es que (…) se reconozca una comunidad de bienes
concubinarios, que deberá sujetarse a la regulación de la sociedad de
gananciales”. Así se lee en la STC N° 6572-2006- PA/TC, fundamento 16.

 Entonces, de lo indicado hasta aquí se advierte que tanto las Constituciones


del 79 y del 93, el Código Civil del 84, como el propio Tribunal Constitucional
han reconocido la unión de hecho en sentido estricto o restringido, en tanto
cumple con los requisitos indicados, sin ninguna concesión adicional, pues la
no observancia de alguno o algunos de ellos supondría la calificación de lo que
la norma los viene a llamar concubinatos impropios o imperfectos, cuyos
efectos son muy distintos10. En el caso, está demostrado que los elementos
configurativos para que se dé un reconocimiento judicial de una UNION
DE HECHO no se encuentran presentes, pues lo cierto y objetivo es que
las pruebas presentadas por la parte demandante, más allá de antojadizas
elucubraciones e interpretaciones, en el peor de los escenarios no pasa
de solo demostrar una relación casual enfocada en la diversión que se
pueden dar dos personas adultas, empero en ningún escenario eso puede
ser visto como una relación de CONCUBINATO, por lo menos no el
PROPIO, el que reconoce la Constitución y la Ley.

El derecho a la Prueba como derecho fundamental tiene que ser


observado en el presente proceso, y no existe material probatorio que
corrobore indubitablemente que la tesis sostenida por la parte
demandante sea creíble en su parte esencial:

10
El propio artículo 326 del Código Civil en su parte final expresa que si la unión de hecho no cumple
con los requisitos establecidos en ese artículo (que ya lo hemos visto), a su término el interesado tiene
expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento indebido, el cual debe entenderse no solo como una
ventaja o incremento patrimonial obtenido, sino como el ahorro de gastos o la preservación de una
patrimonio. Es decir, debe haber una relación entre el enriquecimiento de uno y el empobrecimiento del
otro.

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 El derecho al debido proceso está regulado en el artículo 139, inciso 3 de la


Constitución, es un derecho complejo que comprende una serie de derechos
procesales, entre ellos el derecho a la prueba, el mismo que está conformado
por otros derechos orientados a la defensa del debido proceso. “…está
compuesto por el derecho a ofrecer medios probatorios que se consideren
necesarios, a que estos sean admitidos, adecuadamente actuados, que se
asegure la producción o conservación de la prueba a partir de la actuación
anticipada de los medios probatorios y que estos sean valorados de manera
adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio
que tenga en la sentencia. La valoración de la prueba debe estar debidamente
motivada por escrito, con la finalidad de que el justiciable pueda comprobar si
dicho mérito ha sido efectiva y adecuadamente realizado”.

 En este sentido, puede reconocerse una doble dimensión a este derecho:


subjetiva y objetiva. La primera, se relaciona con el derecho fundamental de los
justiciables o de un tercero con legítimo interés de presentar, en un proceso o
procedimiento, los medios probatorios pertinentes para acreditar su pretensión
o defensa. La segunda, por otro lado, comporta el deber del juez de causa de
solicitar los medios de prueba necesarios, y de darles mérito jurídico, bajo
motivación razonada y objetiva.

 El medio que tiene el Juez para comprobar si los hechos descritos por las
partes ha tenido lugar son las prueba de los hechos, razón por la cual los
jueces para dar por probados determinados hechos suelen ser un
razonamiento hacia atrás, en el que a partir de los medios de prueba se trata
de llegar a una conclusión acerca de otros hechos ocurridos con anterioridad.

 Los hechos que se deben probar son todos aquellos que son relevantes para
establecer la verdad procesal acerca de los hechos del caso, quedando
excluidos de probar los hechos que no son controvertidos, los hechos notorios,
los hechos que se deducen de una regla de presunción. La finalidad de la
prueba es determinar si las afirmaciones sobre determinados hechos son
probablemente verdaderas, es decir que la prueba es un procedimiento cuya
finalidad es averiguar la verdad sobre ciertos hechos, si ocurrieron de una u
otra manera.

 El artículo 326, segundo párrafo del Código Civil señala que la posesión
constante de estado a partir de fecha aproximada de la unión de hecho puede
probarse con cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre
que exista un principio de prueba escrita. Asimismo, el artículo 238, inciso 1 del
mismo cuerpo normativo indica que cuando un escrito no produce en el juez
convicción por sí mismo, por el principio de prueba escrita, debe ser
complementado por otros medios probatorios siempre que el escrito emane de
la persona a quien se opone, o a quien representa, o haya representado.

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 Las reglas que establece el Código Civil y el Código Procesal Civil con
respecto al principio de prueba escrita en la unión de hecho son supuestos en
donde el juez puede valorar medios de prueba en función al principio de la
prueba escrita de su existencia en los casos donde se puede probar con
documentos o reconocimientos notariales como actualmente lo regula la ley;
pero en los supuestos donde la existencia de la unión de hecho se caracteriza
por la oralidad y por la concurrencia de una unión de hecho material, no se
puede acreditar con documentos ciertos; razón por la cual, el juez, teniendo en
cuanta el derecho a la unión de hecho de uno de los convivientes, en el
supuesto que el otro falleció, y el derecho a la prueba, éste debe valorar los
otros medios de prueba verificando que todos sean congruentes con la
finalidad de probar la unión de hecho en los casos planteados.

 En el presente caso, el órgano jurisdiccional debe valorar coherentemente los


medios de prueba presentados por las partes, que lleva a concluir que NO
HUBO UNA RELACION CONVIVENCIAL entre la demandante y mi finado
esposo:

o Hechos no probados: La demandante se ha limitado a explicar


elementos abstractos que son necesarios para que se configure el
CONCUBIINATO, pero no ha alegado siquiera información necesaria
sobre hechos reales que informen el cumplimiento de esos elementos
configurativos, menos ha probado con material idóneo y suficiente la
situación fáctica de estado matrimonial que presuntamente sostenía,
con el cumplimiento de deberes y obligaciones que conllevan dicho
estado.

o En cuanto a la no mención de concubina en formatos para ser


atendidos en centro de esparcimientos, debe señalarse que ello no
prueba absolutamente nada, en tanto era necesaria asignar una
vinculación a la acompañante para que reciba los servicios que le son
inherentes al titular y asi poder disfrutar sus eventuales y ocasionales
encuentros a plenitud, siendo lo mismo que pasaba cuando realizaban
sus esporádicos viajes.

o Hechos que no son controvertidos: Tanto la demandante como el


demandado pueden estar de acuerdo en algo, y ello es que el material
probatorio aportado por la actora habla claramente del objetivo esencial
de disfrutar de la diversión y relajarse que tenían, en el mejor de los
casos, los encuentros esporádicos que sostenían la actora y mi finado
esposo.

o Hechos notorios: En todo el material probatorio que se ha aparejado a


la presente contestación se aprecia el cumplimiento del principio de
prueba escrita y además de abundante prueba que informa del estado

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matrimonial que sostenían la recurrente desde el año 1988 hasta la


fecha de fallecimiento de mi finado padre, como la relación pública y
notoria, además del cumplimiento de deberes inherentes al matrimonio,
frente a terceros y familiares.

o Las regla de presunción: La vida en común con mi esposo por más


de 25 años en el mismo domicilio, las fotos que demuestra que ambos
se desenvolvían en un estado matrimonial, mas viajes y reuniones,
además de empresas constituidas y bienes adquiridos. Todas estas
pruebas evidencian una relación existente y duradera en el tiempo entre
ambos, con altibajos propios de un matrimonio.

Por lo tanto, si se tiene en claro que en la declaraciones de unión de hecho, en donde


no se puede probar con pruebas escritas y directas tales uniones por la propia
naturaleza de su formaciones, se debe recurrir, invocando al derecho a la prueba, a
otros medios de prueba que ayuden, a través de un razonamiento lógico, coherente y
racional, a llegar a una conclusión justa; en el presente caso, nos encontramos ante
un escenario que se pretende construir en base a constructos abstractos, sin
utilizar siquiera el mínimo de información de la realidad, y por ende sin mayores
elementos probatorios, que además sean idóneos y suficientes, para sostener
indubitablemente que nos encontramos ante una UNION DE HECHO. La falta de
detalle y de informar de buena fe toda la información disponible para convencer
a la Judicatura demuestran claramente el objetivo de una persona inescrupulosa
de aprovecharse de una situación funesta con intenciones de enriquecerse
indebidamente y de pretender despojar del patrimonio a sus legítimos
propietarios, por lo cual solicitamos se tenga en cuenta dicha conducta procesal
negativa.

B. CONTESTACION DE DEMANDA SOBRE DECLARACION


JUDICIAL DE UNION DE HECHO PLANTEADA POR MELINA
DORIS SOTO SAMANIEGO

FUNDAMENTACION FACTICA:
B.1 Sobre los hechos carentes de sustento que se han señalado en el escrito de
demanda.

PRIMERO: Respecto a los fundamentos de hecho de la demanda signados


con los numerales 2 y 3, debemos señalar que, tal como lo reconoce la propia actora
que señala la justificación de su pedido en la parte que ha denominado

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FUNDAMENTOS ABSTRACTOS QUE SUSTENTAN MI PRETENSION, sus


argumentos son justamente abstractos pues los mismos no tienen existencia física
propia, sólo existen en la concepción de la mente de la actora que incurre en graves
contradicciones al relatar una historia que solamente existe en su fantasiosa mente, y
que tiene como principal objetivo dañar el patrimonio de terceros y apropiarse
indebidamente de patrimonio ajeno. Afirma que mantenía una relación de convivencia
con mi difunto padre, Wilder Rómulo ORE LODTMAN, desde enero del año 1995 y
que fruto de ello tuvieron un hijo, Claudio David ORE SOTO que nació el 26 de
diciembre de 1999, pero esto último es lo único cierto de esa fantasiosa historia.

Lo que no toma en cuenta este afiebrado relato es que existen frondosas pruebas,
comenzando por el cumplimiento de principio de prueba escrita acreditada con partida
de matrimonio religioso de fecha 30 de diciembre de 1988 celebrado entre la
recurrente y mi esposo, Wilder Rómulo ORE LODTMAN, además de la partida de
nacimiento de nuestro hijo que tiene fecha 25 de diciembre de 1995, y abundante
material fotográfico, de video y testimoniales, que demuestran indubitablemente que
LA RELACION DE CONCUBINATO ENTRE MI ESPOSO Y YO ERA DE ANTIGUA
DATA Y QUE LA MISMA HA PROSEGUIDO HASTA EL FALLECIMIENTO DE EL,
aunque claro hay que reconocer que en los últimos años existían muchas diferencias
entre nosotros, justamente porque siempre existían personas que se acercaban a mi
pareja con otros intereses, empero lo que parece que desconocen es que siempre se
mantuvo su presencia y atención al hogar que conformo, y si bien en los últimos años
el solía dormir en la Clínica que habían constituido conmigo, siempre se mantuvo esa
convivencia, aunque ahora recién conocemos de la relación casual que presuntamente
sostenía con Marisol ESPINOZA CHAMORRO, como esporádicamente sostuvo en el
año 1999 con la Sra. Melisa SOTO SAMANIEGO.

Lo certero y objetivo es que la trama elaborada por la demandante no tiene ni pies ni


cabeza, pues aunque indica que sostuvo una relación de convivencia desde enero de
1995 con mi finado conviviente, no presenta absolutamente ningún elemento
probatorio idóneo o que cumpla con el principio de prueba escrita establecido en el
artículo 326 del Código Civil que corrobore ello, y menos que hayan desarrollado
afectos y hayan constituido un hogar convivencial durante la década del año 2000,
más allá del hecho objetivo de que nuestra legislación no acepta que una persona que
vive en CONCUBINATO tenga otra concubina, pues en tal caso esa segunda mujer
adquiriría otra denominación (la cual por cierto, nosotros como personas respetuosas
de la mujer como genero nos negamos a señalar). Esta historia sin sentido que se
pretende hacer pasar al órgano jurisdiccional solo tiene como asidero el hecho de que
al parecer asistían en común a algunos eventos que lo único que daría como hecho
probado es una presunta relación casual o la relación de cordialidad que tiene todo
padre con la madre de su hijo, que solo quedaría en dicho nivel, en todo caso resulta
evidente un vínculo eventual que de forma alguna puede quitar relevancia al estado de
mi esposo y yo, quien con todos nuestros problemas seguíamos vinculados como
matrimonio. Se debe hacer denotar inclusive que algunas fotos deben ser sometidas a

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peritaje porque se evidencia una falta de consistencia de algunas imágenes que


parecerían insertadas en fotos preexistentes.

SEGUNDO: En cuanto a los fundamentos de hecho de la demanda signados con


los numerales 4 y 5, seguimos encontrando que la argumentación si bien se basa en
un hecho verdadero, como es el hecho de un hijo en común, todo lo demás es
creación de una mente fantasiosa, empero no existe material probatorio idóneo y
suficiente sobre los elementos necesarios para que se dé una UNION DE HECHO, de
lo cual se coliga que tales aseveraciones se dan en abstracto y de forma alguna
inciden en cuales son los hechos con datos, detalle y descripción de la realidad que
corroboran el cumplimiento del deber de cohabitación, del deber de asistencia, de
manejar una economía del hogar, por ejemplo en este último caso la indicada señora
no indica cuál era su aporte y como se manejaba la economía para así poder adquirir
bienes o ahorros, lo único que refiere es algo que todo el mundo conoce en Huaycan,
que es que mi finado padre era medico conocido en la comunidad, y para demostrar
que su relación era publica solo atina a presentar como testigos a SUS AMIGOS, pero
no menciona a ningún familiar de mi finado esposo, como seria creíble una historia de
concubinato con la Señora demandante cuando esta ni siquiera fue presentada como
una relación seria a la familia de mi esposo, a su propio hijo, esto es algo realmente
increíble.

Por último, debe observarse que la actora ni siquiera ha informado al órgano


jurisdiccional donde constituyo domicilio conyugal y tampoco puede explicar porque si
dice ahora que es propietaria del Policlínico como permitió que dicho lugar este a
nombre de mi esposo y la recurrente, de lo que se evidencia que es un relato
absolutamente antojadizo y sin sustento alguno, y todo el material probatorio no incide
de forma alguna indubitablemente a suponer un vínculo convivencial, sino más bien
una relación cordial entre dos personas que tienen un hijo en común y nada más.

TERCERO: Se verifica entonces la continuación de una fantasía que solamente puede


darse en una afiebrada mente, pues no observa que existen frondosas pruebas que
informaran al órgano jurisdiccional que la indicada señora demandante no realizó
ninguna actividad que tenga que ver con el patrimonio de mi esposo y mio, como
convivientes, todo lo contrario, la comunidad y el personal de la Clínica de mis padres
podrán hacer conocer sobradamente como es que se erigió tal institución en beneficio
de dicha colectividad, y respecto a que asistió al funeral de mi finado esposo, ello es
verdad, empero incurre en falsedad en cuanto señala que lo hizo en determinada
condición, lo cierto es que en ningún momento de la enfermedad de mi señor esposo
esta persona se hizo presente.

CUARTO: Debemos manifestar nuestra sorpresa en la forma burda de crear una


fantasía y vender una historia que no tiene el más mínimo asidero, cuando se insiste
en la existencia de una relación convivencial de larga data presentando solo presuntos
elementos indicadores que lo único que informan es sobre una relación cordial entre
dos personas que tienen un hijo en común pero no son pareja, material probatorio que

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inclusive resultan que deben ser observados con reserva, porque se presenta fotos
que parecen montadas y testigos que resultan solo amigos de la demandante, pero no
existe material probatorio idóneo y suficiente que conlleve a pensar que se reúnen los
elementos configurativos para que se dé por cierta la existencia de una relación de
CONCUBINATO, primero porque ello no podría ser jamás por la existencia de una
verdadera CONCUBINA, y segundo porque no se presenta pruebas fehacientes que
corroboren que se hayan compartido habitación, lecho y techo en un clima de fidelidad
y exclusividad, que demuestre que se trate de una unión estable por más de dos años,
en forma continua e ininterrumpida, debiendo mostrarse una apariencia de vida
conyugal pública y notoria.

Asimismo, se verifica que torpemente se mencionan bienes y cuentas bancarias, pero


no indican ni prueban en qué periodo de tiempo se adquirieron o aperturaron,
respectivamente, y de donde provenían los fondos para que estos formaran parte del
patrimonio de mi finado esposo y la señora demandante. La historia no tiene pies ni
cabeza.

B.2 Nuestros fundamentos por los cuales debe desestimarse la demanda

QUINTO: Un elemento esencial que debe observarse en la historia fantasiosa de


la demandante es que la fundamentación de hecho de su demanda se centra en
detallar alegaciones abstractas sobre los elementos que configuran una relación
convivencial, empero no incide con detallar con hechos de la realidad para verificar
como es que se cumplían tales requisitos.

SEXTO: Por otro lado, tampoco se corrobora con hechos y pruebas como es que se
determinó el domicilio convivencial, como es que cumplían con sus obligaciones en
dicho hogar y sus deberes como pareja, atinando solo a presentar documentos y fotos
que en nada coadyuvan a demostrar la presencia de los elementos configurativos de
la UNION DE HECHO, sobre todo si se pretende presentar como testigos a personas
que ni siquiera eran vecinos del lugar en donde presuntamente residían.

SETIMO: Debe advertirse que la historia sostenida por la demandante se encuentra


tan mal sostenida que ni siquiera puede alegar en detalle cómo es que se fue
evolucionando su relación para finalmente llevar a convivir el año 1995, o es que solo
hicieron CLIP y convivieron, y como es que se llegó a la determinación de la formación
de un presunto hogar, y como consecuencia tampoco se aporta material probatorio
alguno en dicho sentido, salvo fotos que lo único que hacen es informar a lo sumo que
las personas habían acudido a una reunión social, el trato cordial por el hijo en común
y nada más. Tan endeble es el constructo que se creado que el material probatorio no
incide en fechas y para nada los ubica en todo el periodo de presunta convivencia que
se aduce, y no observa que dicho material lo máximo que puede probar es la
cordialidad entre dos personas que tienen un hijo en común y nada más.

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OCTAVO: Analizada con detenimiento el sustento de la demanda y los medios


probatorios presentados por la parte demandante en el presente proceso se puede
concluir que no existen los ELEMENTOS INTEGRANTES DEL CONCUBINATO:

 Cohabitación, comunidad de vida y de lecho.- el rasgo que distingue una


unión concubinaria de una mera relación circunstancial, es el de la
cohabitación. Si los sujetos carecen de un domicilio común, no es posible
sostener la existencia de un concubinato para los diversos efectos que este
puede invocarse en el ámbito jurídico. Esta cohabitación implica, la comunidad
de vida, es decir, posibilita que la pareja, en mayor o menor medida, comparta
la vida en todos esos aspectos que determinan situaciones que exigen
consideración y solución por parte del derecho. El hablar de comunidad de vida
implica lo que atañe a ese aspecto intimo que, en el ámbito matrimonial, es
común a los cónyuges. Cohabitación debe conllevar la comunidad de lecho,
es decir, la existencia entre los sujetos de relaciones sexuales o, al menos, la
apariencia de ellas, dado el modo intimo en que comparten la vida.
Careciéndose de este elemento, la cohabitación puede implicar otras
situaciones muy distintas. La relación sexual es un elemento que está presente
en un matrimonio normalmente constituido. Y de la semejanza que con el
matrimonio, considerada la figura en su normalidad, presenta el concubinato,
es de donde este obtiene, en gran parte, su trascendencia jurídica.
En el presente caso, resulta obvio que ni siquiera se alega que se señaló
un domicilio común, y no existen material probatorio idóneo y suficiente
que conlleve a siquiera pensar con certeza que ello sucedió, y que se
haya cumplido con el deber de cohabitación, comunidad de vida y lecho
de manera constante y como pareja matrimonial.
 Notoriedad.- la unión del hombre y la mujer consiste en una comunidad de
hecho, de habitación y de vida, debe ser susceptible de público conocimiento;
es decir, no debe ser ocultada por los sujetos. La carencia de este requisito
incidirá en el plano de los efectos que interesan a terceros así por ejemplo, la
situación de los proveedores del hogar común que no podrán invocar la
apariencia del estado matrimonial.

En la presente acción tampoco existen elementos probatorios idóneos y


suficientes que informen adecuadamente que el presunto lazo
convivencial era de conocimiento público, en tanto ni siquiera se ha
presentado testigos que sean familiares directos del concubino, o
terceros que lo hayan rodeado en sus actividades laborales como médico
en su Policlínico o inclusive vecinos del lugar en donde supuestamente
vivían, esto es que no existe ni el más mínimo indicio razonable que este
requisito haya existido, salvo los testigos de favor que deben observarse
con las reservas del caso.

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 Singularidad.- Entre los elementos constitutivos del concubinato tiene que


figurar la singularidad. Este concepto implica que la totalidad de los elementos
que constituyen el concubinato debe darse solamente entre los dos sujetos;
pero no se destruye la singularidad por el hecho de que alguno de dichos
elementos se de entre uno de los concubinos y otro sujeto, en la medida en
que ello resulte posible.

En el caso sub examine, resulta objetivo que la totalidad de los elementos


que constituyen la UNION DE HECHO no se dan entre mi finado esposo y
la demandante, se advierte entonces el burdo montaje con un claro
objetivo: el aprovechamiento patrimonial. Lo que resulta certero es que
en el caso de la recurrente con mi esposo, los frondosos medios
probatorios que se aparejan a la presente contestación corroboran
indubitablemente que ambos reuníamos los requisitos para demostrar la
existencia de una UNION DE HECHO que data desde 1988, fecha en que
nos casamos por religioso, cumpliéndose con el principio de prueba
escrita, y que esta unión prosiguió hasta el día de su muerte, pues los
lazos y deberes con el hogar y la familia seguían manteniéndose, aunque
en los últimos dos o tres años los ratos de divertimento y de dedicación a
su profesión de mi finado esposo lo hizo pernoctar en el Policlínico de
propiedad de ambos y de mi cuñada, de lo cual dan fe los propios
empleados de dicho centro médico, lo cual evidencia que solo en la
afiebrada mente de la actora pudo haber cohabitado en forma notoria,
publica y permanente con mi fallecido progenitor, y en el mejor de los
escenarios para la demandante el solo compartir esporádicamente el
lecho con el no hace que se pueda dar una UNION DE HECHO porque no
se cumple con la singularidad.

 Permanencia.- La relación de los concubinos no puede ser momentánea, ni


accidental. Debe ser duradera. A tal punto que, faltando esta modalidad,
resultaría inaplicables la casi totalidad de los efectos que cabe adjudicar al
concubinato. En algunos fallos se ha dicho que el concubinato requiere
"carácter de permanencia". Así como en el matrimonio, también en el
concubinato puede haber breves rupturas, momentáneas separaciones
seguidas de pronta reconciliación, sin que ello afecte el carácter de
permanencia que la relación presente.

Se observa que no existe el material probatorio idóneo y suficiente que


corrobore la permanencia de la presunta relación convivencial, todo lo
contrario se evidencia del caudal de pruebas presentadas que lo objetivo
era que se sostenía una relación cordial de mi esposo con la madre de su
hijo, un hijo que se dio de una relación accidental.. Como ya mencione, si
bien en los últimos años de la relación matrimonial existieron diferencias
entre ambos, que hicieron que pernoctaran en lugares diferentes, se
continuaban cumpliendo con todos los deberes y obligaciones como

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matrimonio, y tal es así que ellos ya deslizaban normalizar sus deberes de


lecho en el mismo lugar.

B.3 Hechos que demuestran que jamás existió relación de convivencia


entre la demandante y mi esposo

NOVENO: Existen abundante material probatorio que corrobora que la historia


relatada por la demandante carece de todo sentido, y en todo caso no pasa de una
relación temporal que se ubica en el marco de algo pasajero, pues está probado que
mi esposo y yo desde el año 1988 hacíamos vida conyugal, desde que nos casamos
por religioso hasta el momento en el que falleció, y si bien en los últimos dos o tres
años existieron diferencias entre ambos, ahora entiendo que por cabeza caliente y
relaciones casuales, lo cierto es que dicho vinculo se mantuvo con todos sus
problemas.

DECIMO: También se encuentra probado la asistencia de mi esposo y la recurrente a


reuniones familiares y sociales, entre ambas familias, inclusive salidas a restaurantes y
viaje familiar con nuestro hijo.

DECIMO PRIMERO: En el Policlínico San Antonio, lugar en donde en los últimos dos o
tres años dormía mi finado esposo, las empleadas de nuestro negocio familiar de
ocupaban de el, esto es, la señora de la limpieza era la encargada de lavar toda su
ropa, inclusive la ropa interior, y lo venía haciendo desde hace varios años; asimismo,
habían dos señoras en la cocina, que trabajaron consecutivamente y se encargaban
de sus alimentos ya que el era diabético, el almorzaba y cenaba todos los días. De lo
cual se coliga que la actora inventa al decir que asistía a mi finado esposo y que
manejaban una economía del hogar, cuando ni el deber de asistencia ni deber de
habitación y deber de lecho eran continuos y permanentes, si realmente existían.
Esto se evidencia con el hecho objetivo de que finado esposo estuvo 15 días enfermo
de una celulitis en la pierna, hace algunos meses, internado en el Policlínico San
Antonio, donde lo visitamos sus familiares, y durante ese tiempo nunca acudió la
demandante a visitarlo o cuidarlo como debería hacerlo una concubina.

DECIMO SEGUNDO: Por otro lado, en el año 2003 la recurrente y mi esposo


constituimos la empresa San Antonio SRL, de la cual somos accionistas, situación que
se mantiene hasta el día de hoy, sin haber mi esposo jamás propuesto su retiro del
accionariado en ningún momento. Asimismo, tan cierto es que todavía se hacía vida
en familia que viajamos como pareja y nuestro hijo al Cuzco en el año 2011, de ese
viaje tenemos varias fotos, y también viajamos en familia a Supe en el año 2012, con
un sobrino mío y ahijado de mi esposo, Luis Jara Llanos, alojándonos en el hotel de
un amigo suyo.

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DECIMO TERCERO: En las largas conversaciones como amigos que tenia mi esposo
con nuestro hijo, y con toda la confianza del mundo en los últimos años, jamás, en
ningún momento, dijo que tenía otra pareja y menos que dicha relación sea seria y
estable, como tampoco se lo hizo conocer a la familia cercana, es mas a veces
nosotros queríamos tener la posibilidad de volver a normalizar por completo nuestra
relación.

DECIMO CUARTO: La organización del sepelio y del entierro de mi finado esposo fue
llevado a cabo por la suscrito y nuestro hijo, no hubo ninguna intervención ni
responsabilidad de la demandante, porque dicha señora no tenía ningún papel como
pareja en la vida de mi progenitor, esa era la realidad; lo cual se corrobora con la
probanza de que los familiares directos de mi esposo no conocieron nunca a la
demandante como su conviviente, nunca fue llevada por el a ninguna reunión familiar.
Durante las exequias, fui yo, acompañado de mi hijo quienes encabezamos los actos
fúnebres, acompañados de mis familiares y los de mí esposo, de manera natural.
Fuimos reconocidos como la familia de mi finado esposo por casi toda la población de
Huaycan y sus dirigentes, habiendo mantenido con él hasta sus últimos días de vida,
una comunicación fluida e intensa hacia mí y nuestro hijo diariamente, durante todo el
tiempo, de tal manera que nos parece increíble que la actora pretenda crear una
fantasiosa relación que va más allá de lo que realmente paso, una relación eventual.

FUNDAMENTACION JURIDICA.-
Regulación legal.- De conformidad con las disposiciones del Código Civil el
surgimiento de la unión de hecho se da “siempre que dicha unión haya durado por lo
menos dos años continuos” (artículo 326º, primer párrafo, in fine). Precisa el citado
dispositivo: “La posesión constante de estado a partir de fecha aproximada puede
probarse con cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre que
exista un principio de prueba escrita”. Por consiguiente, de los dispositivos citados se
concluye que la existencia de una unión de hecho sujeta al régimen de sociedad de
gananciales, se halla supeditada, primero, a un requisito de temporalidad mínima de
permanencia de la unión (dos años) y, segundo, que ese estado (posesión constante
de estado) requiere ser acreditado “con cualquiera de los medios admitidos por la ley
procesal, siempre que exista un principio de prueba escrita”.

Si bien diversas sentencias del Poder Judicial han establecido que se requiere de una
sentencia judicial para acreditar la convivencia [Casación 312-94-Callao, del 1 de julio
de 1996, Casación 1824-96-Huaura, del 4 de junio de 1998], es de recordarse que el
Tribunal Constitucional estableció que, por ejemplo, una partida de matrimonio
religioso también podía constituir prueba suficiente para acreditar una situación de

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convivencia [STC 0498-1999-AA/TC, fundamento 5]. De ahí que deba inferirse que es
factible recurrir a otros medios probatorios para acreditar la convivencia. Así, cualquier
documento o testimonio por el que se acredite o pueda inferirse claramente el acuerdo
de voluntades sobre la convivencia podrá ser utilizado y validado, siempre que cause
convicción al juez.

De la aplicación del caso concreto.-


En el presente caso no se presentan los elementos configurativos de una
Unión de Hecho:

 En conclusión, observamos que la norma constitucional consagra la protección de


la unión de hecho, otorgándole, además, efectos legales similares a los del
matrimonio. Con este reconocimiento constitucional se tutela a las parejas de
hecho al reconocérseles un régimen de sociedad de bienes, en cuanto sea
aplicable. Esto en parte a las injusticias en las que incurría uno de los convivientes
(generalmente el hombre) al efectuar apropiaciones ilícitas de los bienes
generados o adquiridos durante el periodo convivencial al término del mismo,
afectando los derechos que la conviviente abandonada había obtenido. Al amparo
del anterior marco constitucional, el legislador sustantivó dicha institución en el
Código Civil de 1984 dentro del Capítulo de Sociedad de Gananciales en el Título
correspondiente al Régimen Patrimonial del Libro de Derecho de Familia. En su
artículo 326°, en lo atinente, prevé que: “[l]a unión de hecho, voluntariamente
realizada y mantenida por un varón y una mujer, libres de impedimento
matrimonial, para alcanzar las finalidades y cumplir deberes semejantes a los del
matrimonio, origina una sociedad de bienes que se sujeta al régimen de Sociedad
de Gananciales, en cuanto le fuere aplicable siempre que dicha unión haya durado
por lo menos dos años continuos. (…)”.

 De esta forma, teniendo como sustento la Constitución del 79 y el Código Civil


vigente, se reconoció a la unión de hecho como una institución que conllevaría las
mismas consecuencias jurídico-económicas que el matrimonio: el origen del
régimen de sociedad de gananciales11 , es decir, equipara la sociedad de hecho a
la sociedad legal, en cuanto sea compatible, con lo que el patrimonio adquirido

11
En ese sentido véase el fundamento 7 de la STC N° 04777-2006-PA/TC de 13/10/2008.

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durante la unión de hecho pertenecen a los dos convivientes 12. Para ello tendría
que cumplir con determinados requisitos, cuales son:

o Unión sexual libre y voluntaria entre en un varón y una mujer. Implica que la
convivencia no debe ser forzada y debe tratarse de una relación
monogámica heterosexual, dejando de lado a las parejas homosexuales13.
En el caso no existe medios probatorios que conlleven a determinar
indubitablemente que esta unión sexual libre y voluntaria se daba
entre la actora y mi finado esposo.

o Deben estar libres de todo impedimento matrimonial. Es decir, los que


forman una unión de hecho no deben tener los impedimentos matrimoniales
establecidos por los artículos 241, 242 y 243 del Código Civil14, vale decir
pueden ser solteros, viudos, divorciados o aquellos cuyo matrimonio ha
sido declarado nulo judicialmente, en general deben encontrarse aptos para
contraer matrimonio15. Este requisito le otorga al concubinato el carácter de
propio o estricto, distinguiéndolo del impropio o amplio. Este último supone
que una pareja convivencial o ambos a la vez se encuentran unido en
vínculo matrimonial con tercera persona, y en general se encuentran en
cualquiera de los supuestos de los artículos antes señalados. En el caso,
12
Conforme al Código Civil la sociedad concubinaria de bienes sujeta al régimen de sociedad de
gananciales, tendría las siguientes connotaciones (solo enumeraremos algunas): a) puede haber bienes
propios de cada conviviente o bienes de la sociedad (artículo 301); b) los bienes propios pueden
disponerse y gravarse libremente (artículo 309); c) los bienes de la sociedad se disponen y gravan por
común acuerdo de los convivientes (artículo 315); d) la administración de la sociedad corresponde a
ambos convivientes (artículo 308); e) existe la facultad de que uno de los convivientes administre los
bienes propios del otro (artículo 306); f) los bienes propios no responden por las deudas personales del
otro (artículo 308); g) fenece la sociedad concubinaria de bienes por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o
decisión unilateral (artículo 326); entre otros.
13
BIGIO CHREM se pregunta si quedan excluidas las parejas conformadas por un transexual y un
heterosexual si este último ha logrado modificar su nombre y sexo en su propia partida de nacimiento. En
ese sentido BIGIO CHREM, Jack. “El Concubinato en el Civil Código de 1984”, en Libro Homenaje a
Carlos Rodríguez Pastor, Cultural Cuzco, Lima, 1992, p. 154.
14
Estos impedimentos matrimoniales determinados expresamente son los casados, los que adolecen de
enfermedad crónica, contagiosa y transmisible o vicio que constituya para la prole, los enfermos mentales
crónicos, los sordomudos, ciego sordos y ciego mudos, los adolescentes, salvo dispensa correspondiente,
la consanguinidad en línea recta, el adoptante y el adoptado, el raptor con la raptada, el tutor con el menor
o el curador con el incapaz, entre otros.
15
“Por cierto, el que uno de los concubinos hubiera procreado hijos en una relación distinta a la
concubinaria no implica que tenga impedimento matrimonial, como lo ha resuelto la Corte Suprema
mediante fallo del 9 de octubre de 1996, en el que una tercera pretendió demostrar que el concubino se
encontraba incurso en tal impedimento por haber exhibido una partida de nacimiento en la que el
conviviente –que había fallecido- figuraba como el padre de una menor”. VEGA MERE, Yuri:
“Consideraciones Jurídicas sobre la Unión de Hecho. (De la ceremonia a la convivencia; de la forma a la
sustancia; del silencio a la declaración de derechos y deberes entre convivientes)”. En las Nuevas
Fronteras del Derecho de Familia. Familias de hecho, ensambladas y homosexuales. 1ra edición, Editora
Normas Legales, Lima, 2003, pp. 175-176.

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está demostrado que toda la data de la relación fantasiosa que ha


argumentado la actora es irreal, en tanto existe abundante material
probatorio que informa sobre un verdadero CONCUBINATO existente
entre mi esposo y yo desde 1988 hasta su fallecimiento, reconociendo
si que en los últimos dos o tres años este durmió en el Policlínico de
ambos por diferencias que estábamos tratando de solucionar, pues a
pesar de todos los problemas seguíamos sacando el hogar adelante.

o Unión que alcance fines y cumpla deberes semejantes al matrimonio. Lo


cual no es otra cosa que hacer vida en común, compartir habitación, lecho y
techo, que se comporten como si fueran cónyuges, que intimen, se asistan
mutuamente y se deban fidelidad. En el caso de las alegaciones de la
actora se pueden corroborar objetivamente lo endeble de estas porque
ni siquiera informa detalles y datos de la vida real que conlleven a
pensar que se cumplía con todos estos deberes, lo único que presenta
es la diversión que al parecer disfrutaban ambos, pues hablamos de
viajes al extranjero y centros de esparcimiento, y sabemos que el
considerar que se viva en un estado matrimonial implica más que eso.
o Dos años continuos de convivencia. Supone habitualidad y permanencia en
el tiempo, en el que los concubinos se comportan como marido y mujer. No
cabe la admisión de relaciones circunstanciales, pasajeras u ocasionales.
Como se ha mencionado en forma repetida, se corrobora
probatoriamente que mi finado esposo si tenía una relación de estado
matrimonial conmigo, con todos sus problemas, lo seguían
manteniendo, y de ninguna forma se puede probar que la actora por
ratos de esparcimiento que le haya dado a mi estimado esposo, pueda
surgir una relación de CONCUBINATO, puesto que en el peor de los
escenarios dicho vinculo no pasaba de una relación circunstancial,
pasajera u ocasional.
o Debe ser pública y notoria. La convivencia debe ser conocida por terceros,
por parientes, vecinos y por aquellos relacionados con la pareja
convivencial. No cabe que uno de ellos o ambos pretendan materializar su
convivencia de manera secreta. Tampoco este elementos se encontraba
presente en el presunto vínculo que indica la actora como real, pues
definitivamente el hecho de que la relación debe ser pública y notoria
va más allá del círculo de amigos de la demandante, sino que también
se debería haber probado el conocimiento como relación seria,
continua y estable en el círculo de amigos de mi finado esposo,
además del circulo laboral en el cual se desempeñaba e inclusive de
vecinos del lugar donde residían y donde trabajaban, empero nada de
ello ha sido demostrado en el presente proceso.

 Por su parte, la actual Constitución, al tratar sobre los Derechos Sociales y


Económicos, reconoce el estado convivencial, otorgándole los mismos efectos
legales que la Constitución precedente, pero obviando el requisito de

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temporalidad dispuesto por aquélla. Justamente, según su artículo 5: “[l]a unión


estable de un varón y una mujer, libre de impedimento matrimonial, que forman
un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de
la sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable”. De esta manera, hoy por
hoy no solo se reconoce con una norma de máximo rango la existencia de esta
institución, sino que con ello se legitima y salvaguarda la dignidad de aquellas
personas que habían optado por la convivencia, antes ignorada y rechazada,
pero que tanta aceptación tenía de una gran sector de la sociedad.
 De igual modo cabe mencionar que el Tribunal Constitucional ha definido la
unión de hecho como: “una unión monogámica heterosexual, con vocación de
habitualidad y permanencia, que conforma un hogar de hecho. Efecto de esta
situación jurídica es que (…) se reconozca una comunidad de bienes
concubinarios, que deberá sujetarse a la regulación de la sociedad de
gananciales”. Así se lee en la STC N° 6572-2006- PA/TC, fundamento 16.

 Entonces, de lo indicado hasta aquí se advierte que tanto las Constituciones


del 79 y del 93, el Código Civil del 84, como el propio Tribunal Constitucional
han reconocido la unión de hecho en sentido estricto o restringido, en tanto
cumple con los requisitos indicados, sin ninguna concesión adicional, pues la
no observancia de alguno o algunos de ellos supondría la calificación de lo que
la norma los viene a llamar concubinatos impropios o imperfectos, cuyos
efectos son muy distintos16. En el caso, está demostrado que los elementos
configurativos para que se dé un reconocimiento judicial de una UNION
DE HECHO no se encuentran presentes, pues lo cierto y objetivo es que
las pruebas presentadas por la parte demandante, más allá de antojadizas
elucubraciones e interpretaciones, en el peor de los escenarios no pasa
de solo demostrar una relación casual enfocada en la diversión que se
pueden dar dos personas adultas, empero en ningún escenario eso puede
ser visto como una relación de CONCUBINATO, por lo menos no el
PROPIO, el que reconoce la Constitución y la Ley.

El derecho a la Prueba como derecho fundamental tiene que ser observado


en el presente proceso, y no existe material probatorio que corrobore
indubitablemente que la tesis sostenida por la parte demandante sea creíble
en su parte esencial:

16
El propio artículo 326 del Código Civil en su parte final expresa que si la unión de hecho no cumple
con los requisitos establecidos en ese artículo (que ya lo hemos visto), a su término el interesado tiene
expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento indebido, el cual debe entenderse no solo como una
ventaja o incremento patrimonial obtenido, sino como el ahorro de gastos o la preservación de una
patrimonio. Es decir, debe haber una relación entre el enriquecimiento de uno y el empobrecimiento del
otro.

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 El derecho al debido proceso está regulado en el artículo 139, inciso 3 de la


Constitución, es un derecho complejo que comprende una serie de derechos
procesales, entre ellos el derecho a la prueba, el mismo que está conformado
por otros derechos orientados a la defensa del debido proceso. “…está
compuesto por el derecho a ofrecer medios probatorios que se consideren
necesarios, a que estos sean admitidos, adecuadamente actuados, que se
asegure la producción o conservación de la prueba a partir de la actuación
anticipada de los medios probatorios y que estos sean valorados de manera
adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio
que tenga en la sentencia. La valoración de la prueba debe estar debidamente
motivada por escrito, con la finalidad de que el justiciable pueda comprobar si
dicho mérito ha sido efectiva y adecuadamente realizado”.

 En este sentido, puede reconocerse una doble dimensión a este derecho:


subjetiva y objetiva. La primera, se relaciona con el derecho fundamental de los
justiciables o de un tercero con legítimo interés de presentar, en un proceso o
procedimiento, los medios probatorios pertinentes para acreditar su pretensión
o defensa. La segunda, por otro lado, comporta el deber del juez de causa de
solicitar los medios de prueba necesarios, y de darles mérito jurídico, bajo
motivación razonada y objetiva.

 El medio que tiene el Juez para comprobar si los hechos descritos por las
partes ha tenido lugar son las prueba de los hechos, razón por la cual los
jueces para dar por probados determinados hechos suelen ser un
razonamiento hacia atrás, en el que a partir de los medios de prueba se trata
de llegar a una conclusión acerca de otros hechos ocurridos con anterioridad.

 Los hechos que se deben probar son todos aquellos que son relevantes para
establecer la verdad procesal acerca de los hechos del caso, quedando
excluidos de probar los hechos que no son controvertidos, los hechos notorios,
los hechos que se deducen de una regla de presunción. La finalidad de la
prueba es determinar si las afirmaciones sobre determinados hechos son
probablemente verdaderas, es decir que la prueba es un procedimiento cuya
finalidad es averiguar la verdad sobre ciertos hechos, si ocurrieron de una u
otra manera.

 El artículo 326, segundo párrafo del Código Civil señala que la posesión
constante de estado a partir de fecha aproximada de la unión de hecho puede
probarse con cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre
que exista un principio de prueba escrita. Asimismo, el artículo 238, inciso 1 del
mismo cuerpo normativo indica que cuando un escrito no produce en el juez
convicción por sí mismo, por el principio de prueba escrita, debe ser
complementado por otros medios probatorios siempre que el escrito emane de
la persona a quien se opone, o a quien representa, o haya representado.

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 Las reglas que establece el Código Civil y el Código Procesal Civil con
respecto al principio de prueba escrita en la unión de hecho son supuestos en
donde el juez puede valorar medios de prueba en función al principio de la
prueba escrita de su existencia en los casos donde se puede probar con
documentos o reconocimientos notariales como actualmente lo regula la ley;
pero en los supuestos donde la existencia de la unión de hecho se caracteriza
por la oralidad y por la concurrencia de una unión de hecho material, no se
puede acreditar con documentos ciertos; razón por la cual, el juez, teniendo en
cuanta el derecho a la unión de hecho de uno de los convivientes, en el
supuesto que el otro falleció, y el derecho a la prueba, éste debe valorar los
otros medios de prueba verificando que todos sean congruentes con la
finalidad de probar la unión de hecho en los casos planteados.

 En el presente caso, el órgano jurisdiccional debe valorar coherentemente los


medios de prueba presentados por las partes, que lleva a concluir que NO
HUBO UNA RELACION CONVIVENCIAL entre la demandante y mi finado
padre:

o Hechos no probados: La demandante se ha limitado a explicar


elementos abstractos que son necesarios para que se configure el
CONCUBIINATO, pero no ha alegado siquiera información necesaria
sobre hechos reales que informen el cumplimiento de esos elementos
configurativos, menos ha probado con material idóneo y suficiente la
situación fáctica de estado matrimonial que presuntamente sostenía,
con el cumplimiento de deberes y obligaciones que conllevan dicho
estado.

o La demandante ni siquiera ha alegado y menos probado donde se ubicó


el presunto domicilio convivencial, tampoco ha demostrado ninguna
relación de intimidad o de pareja con mi padre, en tanto el material
probatorio solo incide en el trato cordial que tenían la actora y mi
esposo como padres de un hijo en común, empero para nada
demuestra la existencia de los elementos que configuran la unión de
hecho.

o Hechos que no son controvertidos: Tanto la demandante como el


demandado pueden estar de acuerdo en algo, y ello es que el material
probatorio aportado por la actora habla claramente del objetivo esencial
de relación cordial existente entre dos personas que no son pareja y
que tienen un hijo en común.

o Hechos notorios: En todo el material probatorio que se ha aparejado a


la presente contestación se aprecia el cumplimiento del principio de
prueba escrita y además de abundante prueba que informa del estado
matrimonial que sosteníamos mi esposo y la suscrita desde el año 1988

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hasta la fecha de fallecimiento de mi finado esposo, como la relación


pública y notoria, además del cumplimiento de deberes inherentes al
matrimonio, frente a terceros y familiares.

o Las regla de presunción: La vida en común de la recurrente y mi


esposo por más de 25 años en el mismo domicilio, las fotos que
demuestra que ambos nos desenvolvíamos en un estado matrimonial,
mas viajes y reuniones, además de empresas constituidas y bienes
adquiridos. Todas estas pruebas evidencian una relación existente entre
ambos.

 Por lo tanto, si se tiene en claro que en la declaraciones de unión de hecho, en


donde no se puede probar con pruebas escritas y directas tales uniones por la
propia naturaleza de su formaciones, se debe recurrir, invocando al derecho a
la prueba, a otros medios de prueba que ayuden, a través de un razonamiento
lógico, coherente y racional, a llegar a una conclusión justa; en el presente
caso, nos encontramos ante un escenario que se pretende construir en
base a constructos abstractos, utilizando un hecho objetivo, como es el
hijo en común de la actora con mi esposo, para crear una fantasía de la
existencia de una presunta relación convivencial sin siquiera el mínimo
de información de la realidad, y por ende sin mayores elementos
probatorios, que además sean idóneos y suficientes, para sostener
indubitablemente que nos encontramos ante una UNION DE HECHO. La
falta de detalle y de informar de buena fe toda la información disponible
para convencer a la Judicatura demuestran claramente el objetivo de una
persona inescrupulosa de aprovecharse de una situación funesta con
intenciones de enriquecerse indebidamente y de pretender despojar del
patrimonio a sus legítimos propietarios, por lo cual solicitamos se tenga
en cuenta dicha conducta procesal negativa.

C. RECONVENCION SOBRE DECLARACION JUDICIAL DE


UNION DE HECHO ENTRE LA RECURRENTE, CARMEN
ROSA JARA ROSADO, y WILDER ROMULO ORE LODTMAN

FUNDAMENTACION FACTICA:

PRIMERO: Teniendo en cuenta los antecedentes, que son la base fáctica


de estos fundamentos de hecho, teniendo en cuenta con detenimiento el
sustento de hechos de la demanda y los medios probatorios presentados por la

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parte demandante en el presente proceso se puede concluir que existen los


ELEMENTOS INTEGRANTES DEL CONCUBINATO:

 Cohabitación, comunidad de vida y de lecho.- el rasgo que distingue


una unión concubinaria de una mera relación circunstancial, es el de la
cohabitación. Si los sujetos carecen de un domicilio común, no es
posible sostener la existencia de un concubinato para los diversos
efectos que este puede invocarse en el ámbito jurídico. Esta
cohabitación implica, la comunidad de vida, es decir, posibilita que la
pareja, en mayor o menor medida, comparta la vida en todos esos
aspectos que determinan situaciones que exigen consideración y
solución por parte del derecho. El hablar de comunidad de vida implica
lo que atañe a ese aspecto íntimo que, en el ámbito matrimonial, es
común a los cónyuges. Cohabitación debe conllevar la comunidad de
lecho, es decir, la existencia entre los sujetos de relaciones sexuales o,
al menos, la apariencia de ellas, dado el modo intimo en que comparten
la vida. Careciéndose de este elemento, la cohabitación puede implicar
otras situaciones muy distintas. La relación sexual es un elemento que
está presente en un matrimonio normalmente constituido. Y de la
semejanza que con el matrimonio, considerada la figura en su
normalidad, presenta el concubinato, es de donde este obtiene, en gran
parte, su trascendencia jurídica.
En el presente caso, resulta obvio que a partir de que la actora y su
esposo Wilder Rómulo ORE LODTMAN decidieron unirse en
matrimonio establecieron un domicilio común, y existen material
probatorio idóneo y suficiente que en forma concreta demuestra
eso, y que se haya cumplido con el deber de cohabitación,
comunidad de vida y lecho de manera constante y como pareja
matrimonial.

 Notoriedad.- la unión del hombre y la mujer consiste en una comunidad


de hecho, de habitación y de vida, debe ser susceptible de público
conocimiento; es decir, no debe ser ocultada por los sujetos. La carencia
de este requisito incidirá en el plano de los efectos que interesan a
terceros así por ejemplo, la situación de los proveedores del hogar
común que no podrán invocar la apariencia del estado matrimonial.

En la presente acción también existen elementos probatorios


idóneos y suficientes que informan adecuadamente que el lazo
matrimonial era de conocimiento público, en tanto se ha
presentado testigos que son familiares directos de mi esposo, y

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terceros que lo han rodeado en sus actividades laborales como


médico en su Policlínico e inclusive vecinos del lugar en donde
vivían, esto es que existe elemento indubitable que este requisito
ha existido.

 Singularidad.- Entre los elementos constitutivos del concubinato tiene


que figurar la singularidad. Este concepto implica que la totalidad de los
elementos que constituyen el concubinato debe darse solamente entre
los dos sujetos; pero no se destruye la singularidad por el hecho de que
alguno de dichos elementos se de entre uno de los concubinos y otro
sujeto, en la medida en que ello resulte posible.

En el caso sub examine, resulta objetivo que la totalidad de los


elementos que constituyen la UNION DE HECHO se dan entre la
actora y su esposo Wilder Rómulo ORE LODTMAN. Lo que resulta
certero es que los frondosos medios probatorios que se aparejan a
la presente demanda corroboran indubitablemente que la
demandante y su esposo si reunían los requisitos para demostrar la
existencia de una UNION DE HECHO que data desde 1988, fecha en
que se casaron por religioso, cumpliéndose con el principio de
prueba escrita, y que esta unión prosiguió hasta el día de su
muerte, pues los lazos y deberes con el hogar y la familia seguían
manteniéndose, aunque en los últimos dos o tres años los ratos de
divertimento y de dedicación a su profesión de mi finado padre lo
hizo pernoctar en el Policlínico de propiedad del matrimonio y la
hermana de mi esposo, de lo cual dan fe los propios empleados de
dicho centro médico, lo que evidencia entonces la cohabitación en
forma notoria, publica y permanente entre la actora y su esposo
Wilder Rómulo ORE LODTMAN, y si bien se conoce de algunas
canitas al aire del finado esposo de la actora, en el mejor de los
escenarios, el solo compartir esporádicamente el lecho con alguien
no hace que se pueda aplicar la figura de la UNION DE HECHO
porque no se cumple con la singularidad.

 Permanencia.- La relación de los concubinos no puede ser


momentánea, ni accidental. Debe ser duradera. A tal punto que, faltando
esta modalidad, resultaría inaplicables la casi totalidad de los efectos
que cabe adjudicar al concubinato. En algunos fallos se ha dicho que el
concubinato requiere "carácter de permanencia". Así como en el
matrimonio, también en el concubinato puede haber breves rupturas,
momentáneas separaciones seguidas de pronta reconciliación, sin que
ello afecte el carácter de permanencia que la relación presente.

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Se observa que existe el material probatorio idóneo y suficiente que


corrobore la permanencia de la relación convivencial, ello se
evidencia del caudal de pruebas presentadas que en forma objetiva
informan que entre la actora y su esposo se continuaban
cumpliendo con todos los deberes y obligaciones como
matrimonio.

Hechos que demuestran que existió relación de convivencia


entre la demandante y Wilder Rómulo ORE LODTMAN

SEGUNDO: Se encuentra probado la asistencia de la actora y su esposo, junto


con su hijo, a reuniones familiares y sociales, entre ambas familias, inclusive
salidas a restaurantes y viaje familiar con su hijo.

TERCERO: En el Policlínico San Antonio, lugar en donde en los últimos dos o


tres dormía mi esposo porque la pareja se disgusto justamente por las canitas
al aire que se había descubierto, la señora de la limpieza era la encargada de
lavar toda su ropa, inclusive la ropa interior, y lo venía haciendo desde hace
varios años; asimismo, habían dos señoras en la cocina, que trabajaron
consecutivamente y se encargaban de sus alimentos ya que él era diabético, el
almorzaba y cenaba todos los días; empero, el siempre continuaba
compartiendo el domicilio conyugal y asumiendo sus obligaciones como esposo
y cabeza de familia.

CUARTO: Por otro lado, en el año 2003 la actora y su esposo constituyeron la


empresa San Antonio SRL, de la cual ambos son accionistas, situación que se
mantiene hasta el día de su fallecimiento, sin haber mi esposo nunca propuesto
ningún retiro del accionariado en ningún momento. Asimismo, tan cierto es que
todavía se hacía vida en familia que viajaron junto con su hijo al Cuzco en el
año 2011, de ese viaje tenemos varias fotos, y también viajamos en familia a
Supe en el año 2012, con un sobrino de mi madre y ahijado de mi esposo, Luis
Jara Llanos, alojándonos en el hotel de un amigo suyo.

QUINTO: En nuestras largas conversaciones como amigos, que teníamos mi


finado esposo y yo, como el con su hijo, en los últimos años, jamás, en ningún
momento, señalo que tenga interés en no mantener la relación matrimonial, y ni
por asomo menciono alguna fémina que lo atienda y menos que dicha relación
sea seria y estable, como tampoco se lo hizo conocer a la familia cercana, es

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mas a veces mis padres querían tener la posibilidad de volver a normalizar su


relación.

SEXTO: La organización del sepelio y del entierro del esposo de la actora fue
llevado a cabo por la recurrente y nuestro hijo, no hubo ninguna intervención ni
responsabilidad de nadie más; lo cual se corrobora con la probanza de que los
familiares directos de mi padre nunca conocieron a persona ajena a la actora
como su esposa y conviviente, eso nunca fue denotado por el en ninguna
reunión familiar. Durante las exequias, justamente la actora, en su calidad de
esposa, y su hijo, quienes encabezaron los actos fúnebres, acompañados de
los familiares por parte de ambos integrantes de la pareja, de manera natural.
Fuimos reconocidos siempre como la familia de mi finado esposo por casi toda
la población y sus dirigentes, habiendo mantenido con él hasta sus últimos días
de vida, una comunicación fluida e intensa hacia la actora y su hijo como lo
hace una familia bien constituida, con nuestros problemas pero familia al fin,
de tal manera que parece increíble que ahora salgan dos personas, solamente
por intereses patrimoniales, pretendan crear una fantasiosa relación que va
más allá de lo que realmente paso, una relación eventual.

FUNDAMENTACION JURIDICA.-

Fuente constitucional.- Dicho esto, es pertinente analizar el artículo 5.° de la


Carta fundamental que recoge la unión de hecho de la siguiente manera;

“La unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento


matrimonial, que forman un hogar de hecho, da lugar a una
comunidad de bienes sujeta al régimen de la sociedad de gananciales
en cuanto sea aplicable.”

Importante doctrina ha considerado que la unión de hecho puede distinguirse


de la siguiente manera; concubinato en sentido estricto (propio o puro) y
concubinato en sentido amplio (impropio o concubinato adulterino). El primero
de ellos supone que los individuos que conforman las uniones de hecho no
tienen impedimento alguno para contraer matrimonio. Es decir, se encuentran
aptos para asumir el matrimonio. En cambio, el segundo caso abarca a
aquellas parejas que no podrían contraer nupcias debido a que uno de ellos o
los dos tiene ya un vínculo matrimonial con tercera persona, o se encuentran
impedidos de casarse por cualquier otra causal. Estando a lo expuesto por la

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Constitución es claro que en dicho presupuesto nos encontramos ante


un concubinato en sentido estricto, puro o propio.

De igual forma se observa, que se trata de una unión monogámica


heterosexual, con vocación de habitualidad y permanencia, que conforma
un hogar de hecho. Efecto de esta situación jurídica es que, como ya se
expuso, se reconozca una comunidad de bienes concubinarios, que deberá
sujetarse a la regulación de la sociedad de gananciales.

Ahora bien, el formar un hogar de hecho comprende compartir habitación,


lecho y techo. Esto es, que las parejas de hecho lleven su vida tal como si
fuesen cónyuges, compartiendo intimidad y vida sexual en un contexto de un
fuerte lazo afectivo. Las implicancias de ello se verán reflejadas en el desarrollo
de la convivencia, que deberá basarse en un clima de fidelidad y exclusividad.
Se excluye por lo tanto, que alguno de los convivientes estén casado o
tenga otra unión de hecho.

La estabilidad mencionada en la Constitución debe traducirse en la


permanencia, que es otro elemento esencial de la unión de hecho. Siendo
ello así, la unión de hecho, debe extenderse por un período prolongado,
además de ser continua e ininterrumpida. Si bien la Constitución no especifica
la extensión del período, el artículo 326° del CC sí lo hace, disponiendo como
tiempo mínimo 2 años de convivencia. La permanencia estable evidencia su
relevancia en cuanto es solo a partir de ella que se puede brindar la seguridad
necesaria para el desarrollo adecuado de la familia.

De otro lado, la apariencia de vida conyugal debe ser pública y notoria. No


se concibe amparar la situación en donde uno o ambos integrantes de la unión

Regulación legal.- De conformidad con las disposiciones del Código Civil el


surgimiento de la unión de hecho se da “siempre que dicha unión haya durado
por lo menos dos años continuos” (artículo 326º, primer párrafo, in fine).
Precisa el citado dispositivo: “La posesión constante de estado a partir de fecha
aproximada puede probarse con cualquiera de los medios admitidos por la ley
procesal, siempre que exista un principio de prueba escrita”. Por consiguiente,
de los dispositivos citados se concluye que la existencia de una unión de hecho
sujeta al régimen de sociedad de gananciales, se halla supeditada, primero, a
un requisito de temporalidad mínima de permanencia de la unión (dos años) y,
segundo, que ese estado (posesión constante de estado) requiere ser
acreditado “con cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre
que exista un principio de prueba escrita”.

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Si bien diversas sentencias del Poder Judicial han establecido que se requiere
de una sentencia judicial para acreditar la convivencia [Casación 312-94-
Callao, del 1 de julio de 1996, Casación 1824-96-Huaura, del 4 de junio de
1998], es de recordarse que el Tribunal Constitucional estableció que, por
ejemplo, una partida de matrimonio religioso también podía constituir prueba
suficiente para acreditar una situación de convivencia [STC 0498-1999-AA/TC,
fundamento 5]. De ahí que deba inferirse que es factible recurrir a otros medios
probatorios para acreditar la convivencia. Así, cualquier documento o
testimonio por el que se acredite o pueda inferirse claramente el acuerdo de
voluntades sobre la convivencia podrá ser utilizado y validado, siempre que
cause convicción al juez.

De la aplicación del caso concreto.-

En el presente caso se presentan los elementos configurativos de una


Unión de Hecho:

 En conclusión, observamos que la norma constitucional consagra la


protección de la unión de hecho, otorgándole, además, efectos legales
similares a los del matrimonio. Con este reconocimiento constitucional se
tutela a las parejas de hecho al reconocérseles un régimen de sociedad de
bienes, en cuanto sea aplicable. Esto en parte a las injusticias en las que
incurría uno de los convivientes (generalmente el hombre) al efectuar
apropiaciones ilícitas de los bienes generados o adquiridos durante el
periodo convivencial al término del mismo, afectando los derechos que la
conviviente abandonada había obtenido. Al amparo del anterior marco
constitucional, el legislador sustantivó dicha institución en el Código Civil de
1984 dentro del Capítulo de Sociedad de Gananciales en el Título
correspondiente al Régimen Patrimonial del Libro de Derecho de Familia.
En su artículo 326°, en lo atinente, prevé que: “[l]a unión de hecho,
voluntariamente realizada y mantenida por un varón y una mujer, libres de
impedimento matrimonial, para alcanzar las finalidades y cumplir deberes
semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de bienes que se
sujeta al régimen de Sociedad de Gananciales, en cuanto le fuere aplicable
siempre que dicha unión haya durado por lo menos dos años continuos.
(…)”.

 De esta forma, teniendo como sustento la Constitución del 79 y el Código


Civil vigente, se reconoció a la unión de hecho como una institución que

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conllevaría las mismas consecuencias jurídico-económicas que el


matrimonio: el origen del régimen de sociedad de gananciales 17 , es decir,
equipara la sociedad de hecho a la sociedad legal, en cuanto sea
compatible, con lo que el patrimonio adquirido durante la unión de hecho
pertenecen a los dos convivientes 18. Para ello tendría que cumplir con
determinados requisitos, cuales son:

o Unión sexual libre y voluntaria entre en un varón y una mujer. Implica


que la convivencia no debe ser forzada y debe tratarse de una
relación monogámica heterosexual, dejando de lado a las parejas
homosexuales19. En el caso existen medios probatorios
abundante que conllevan a determinar indubitablemente que
esta unión sexual libre y voluntaria se daba entre la actora y mi
finado esposo.

o Deben estar libres de todo impedimento matrimonial. Es decir, los


que forman una unión de hecho no deben tener los impedimentos
matrimoniales establecidos por los artículos 241, 242 y 243 del
Código Civil20, vale decir pueden ser solteros, viudos, divorciados o
aquellos cuyo matrimonio ha sido declarado nulo judicialmente, en
general deben encontrarse aptos para contraer matrimonio 21. Este
17
En ese sentido véase el fundamento 7 de la STC N° 04777-2006-PA/TC de 13/10/2008.
18
Conforme al Código Civil la sociedad concubinaria de bienes sujeta al régimen de sociedad de
gananciales, tendría las siguientes connotaciones (solo enumeraremos algunas): a) puede haber bienes
propios de cada conviviente o bienes de la sociedad (artículo 301); b) los bienes propios pueden
disponerse y gravarse libremente (artículo 309); c) los bienes de la sociedad se disponen y gravan por
común acuerdo de los convivientes (artículo 315); d) la administración de la sociedad corresponde a
ambos convivientes (artículo 308); e) existe la facultad de que uno de los convivientes administre los
bienes propios del otro (artículo 306); f) los bienes propios no responden por las deudas personales del
otro (artículo 308); g) fenece la sociedad concubinaria de bienes por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o
decisión unilateral (artículo 326); entre otros.
19
BIGIO CHREM se pregunta si quedan excluidas las parejas conformadas por un transexual y un
heterosexual si este último ha logrado modificar su nombre y sexo en su propia partida de nacimiento. En
ese sentido BIGIO CHREM, Jack. “El Concubinato en el Civil Código de 1984”, en Libro Homenaje a
Carlos Rodríguez Pastor, Cultural Cuzco, Lima, 1992, p. 154.
20
Estos impedimentos matrimoniales determinados expresamente son los casados, los que adolecen de
enfermedad crónica, contagiosa y transmisible o vicio que constituya para la prole, los enfermos mentales
crónicos, los sordomudos, ciego sordos y ciego mudos, los adolescentes, salvo dispensa correspondiente,
la consanguinidad en línea recta, el adoptante y el adoptado, el raptor con la raptada, el tutor con el menor
o el curador con el incapaz, entre otros.
21
“Por cierto, el que uno de los concubinos hubiera procreado hijos en una relación distinta a la
concubinaria no implica que tenga impedimento matrimonial, como lo ha resuelto la Corte Suprema
mediante fallo del 9 de octubre de 1996, en el que una tercera pretendió demostrar que el concubino se
encontraba incurso en tal impedimento por haber exhibido una partida de nacimiento en la que el
conviviente –que había fallecido- figuraba como el padre de una menor”. VEGA MERE, Yuri:

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requisito le otorga al concubinato el carácter de propio o estricto,


distinguiéndolo del impropio o amplio. Este último supone que una
pareja convivencial o ambos a la vez se encuentran unido en vínculo
matrimonial con tercera persona, y en general se encuentran en
cualquiera de los supuestos de los artículos antes señalados. En el
caso, está demostrado que toda la data de la relación que ha
argumentado la actora es absolutamente real, en tanto existe
abundante material probatorio que informa sobre un verdadero
CONCUBINATO existente entre mis la actora y su finado esposo
desde 1988 hasta su fallecimiento, reconociendo si que en los
últimos dos o tres años este durmió en el Policlínico de mis
padres por diferencias que estaban tratando de solucionar,
empero continuaba perviviendo en el hogar conyugal, pues a
pesar de todos los problemas seguían sacando el hogar
adelante.

o Unión que alcance fines y cumpla deberes semejantes al matrimonio.


Lo cual no es otra cosa que hacer vida en común, compartir
habitación, lecho y techo, que se comporten como si fueran
cónyuges, que intimen, se asistan mutuamente y se deban fidelidad.
En el caso de las alegaciones de la actora se pueden corroborar
objetivamente la solidez de sus argumentos en tanto se informa
detalles y datos de la vida real que conllevan a demostrar que se
cumplía con todos estos deberes.
o Dos años continuos de convivencia. Supone habitualidad y
permanencia en el tiempo, en el que los concubinos se comportan
como marido y mujer. No cabe la admisión de relaciones
circunstanciales, pasajeras u ocasionales. Como se ha
mencionado en forma repetida, se corrobora probatoriamente
que la actora y su finado esposo si tenían una relación de estado
matrimonial, con todos sus problemas, empero lo seguían
manteniendo, y de ninguna forma se puede probar que unos
simples ratos de esparcimiento que le hayan dado algunas
féminas a mi venerable esposo (cosa que por cierto se hizo a
espaldas mías) pueda surgir una relación de CONCUBINATO,
puesto que en el peor de los escenarios dicho vinculo no pasaba
de una relación circunstancial, pasajera u ocasional.

“Consideraciones Jurídicas sobre la Unión de Hecho. (De la ceremonia a la convivencia; de la forma a la


sustancia; del silencio a la declaración de derechos y deberes entre convivientes)”. En las Nuevas
Fronteras del Derecho de Familia. Familias de hecho, ensambladas y homosexuales. 1ra edición, Editora
Normas Legales, Lima, 2003, pp. 175-176.

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o Debe ser pública y notoria. La convivencia debe ser conocida por


terceros, por parientes, vecinos y por aquellos relacionados con la
pareja convivencial. No cabe que uno de ellos o ambos pretendan
materializar su convivencia de manera secreta. Este elementos se
encontraba presente en el vínculo que indica la actora como
real, pues definitivamente el hecho de que la relación debe ser
pública y notoria va más allá del círculo de amigos de solo uno
de ellos, sino que también se ha probado el conocimiento como
relación seria, continua y estable en el círculo de amigos de la
actora como la de mi finado esposo, además del circulo laboral
en el cual se desempeñaba e inclusive de vecinos del lugar
donde residían y donde trabajaban, todo lo cual ha sido
demostrado en el presente proceso.

 Por su parte, la actual Constitución, al tratar sobre los Derechos Sociales


y Económicos, reconoce el estado convivencial, otorgándole los mismos
efectos legales que la Constitución precedente, pero obviando el
requisito de temporalidad dispuesto por aquélla. Justamente, según su
artículo 5: “[l]a unión estable de un varón y una mujer, libre de
impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, da lugar a una
comunidad de bienes sujeta al régimen de la sociedad de gananciales
en cuanto sea aplicable”. De esta manera, hoy por hoy no solo se
reconoce con una norma de máximo rango la existencia de esta
institución, sino que con ello se legitima y salvaguarda la dignidad de
aquellas personas que habían optado por la convivencia, antes ignorada
y rechazada, pero que tanta aceptación tenía de una gran sector de la
sociedad.
 De igual modo cabe mencionar que el Tribunal Constitucional ha definido
la unión de hecho como: “una unión monogámica heterosexual, con
vocación de habitualidad y permanencia, que conforma un hogar de
hecho. Efecto de esta situación jurídica es que (…) se reconozca una
comunidad de bienes concubinarios, que deberá sujetarse a la
regulación de la sociedad de gananciales”. Así se lee en la STC N°
6572-2006- PA/TC, fundamento 16.

 Entonces, de lo indicado hasta aquí se advierte que tanto las


Constituciones del 79 y del 93, el Código Civil del 84, como el propio
Tribunal Constitucional han reconocido la unión de hecho en sentido
estricto o restringido, en tanto cumple con los requisitos indicados, sin
ninguna concesión adicional, pues la no observancia de alguno o
algunos de ellos supondría la calificación de lo que la norma los viene a
llamar concubinatos impropios o imperfectos, cuyos efectos son muy

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distintos22. En el caso, está demostrado que los elementos


configurativos para que se dé un reconocimiento judicial de una
UNION DE HECHO se encuentran presentes, pues lo cierto y
objetivo es que las abundantes pruebas presentadas por la parte
demandante, más allá de antojadizas elucubraciones e
interpretaciones de algunas féminas, corroboran indubitablemente
que nos encontramos ante un escenario que solamente puede
conllevar a aceptarlo como una relación de CONCUBINATO, el
PROPIO, el que reconoce la Constitución y la Ley.

El derecho a la Prueba como derecho fundamental tiene que ser


observado en el presente proceso, y no existe material probatorio que
corrobore indubitablemente que la tesis sostenida por la parte
demandante sea creíble en su parte esencial:

 Las reglas que establece el Código Civil y el Código Procesal Civil con
respecto al principio de prueba escrita en la unión de hecho son
supuestos en donde el juez puede valorar medios de prueba en función
al principio de la prueba escrita de su existencia en los casos donde se
puede probar con documentos o reconocimientos notariales como
actualmente lo regula la ley; pero en los supuestos donde la existencia
de la unión de hecho se caracteriza por la oralidad y por la concurrencia
de una unión de hecho material, no se puede acreditar con documentos
ciertos; razón por la cual, el juez, teniendo en cuanta el derecho a la
unión de hecho de uno de los convivientes, en el supuesto que el otro
falleció, y el derecho a la prueba, éste debe valorar los otros medios de
prueba verificando que todos sean congruentes con la finalidad de
probar la unión de hecho en los casos planteados.

 En el presente caso, el órgano jurisdiccional debe valorar


coherentemente los medios de prueba presentados por las partes, que
lleva a concluir que NO HUBO UNA RELACION CONVIVENCIAL entre
la demandante y mi finado padre:

22
El propio artículo 326 del Código Civil en su parte final expresa que si la unión de hecho no cumple
con los requisitos establecidos en ese artículo (que ya lo hemos visto), a su término el interesado tiene
expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento indebido, el cual debe entenderse no solo como una
ventaja o incremento patrimonial obtenido, sino como el ahorro de gastos o la preservación de una
patrimonio. Es decir, debe haber una relación entre el enriquecimiento de uno y el empobrecimiento del
otro.

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o Hechos probados: La demandante no se ha limitado a explicar


elementos abstractos que son necesarios para que se configure
el CONCUBIINATO, también ha brindado información necesaria
sobre hechos reales que informan el cumplimiento de esos
elementos configurativos, asimismo ha probado con material
idóneo y suficiente la situación fáctica de estado matrimonial que
se sostenía, con el cumplimiento de deberes y obligaciones que
conllevan dicho estado.

o La demandante ha alegado y probado donde se ubica el domicilio


convivencial, y ha demostrado la relación de intimidad o de pareja
con su finado esposo, en tanto el material probatorio incide en la
relación de estado matrimonial que tenían la actora y mi finado
esposo Wilder Rómulo ORE LODTMAN, que además eran
padres de un hijo en común, por lo que se demuestra la
existencia de los elementos que configuran la unión de hecho.

o Hechos que no son controvertidos: Tanto la demandante como


el demandado pueden estar de acuerdo en algo, y ello es que el
material probatorio aportado por la actora habla claramente del
objetivo esencial de la relación existente entre dos personas que
viven en estado matrimonial (por eso se casaron por religioso) y
que tienen un hijo en común.

o Hechos notorios: En todo el material probatorio que se ha


aparejado a la presente contestación se aprecia el cumplimiento
del principio de prueba escrita y además de abundante prueba
que informa del estado matrimonial que sostenían la actora,
desde el año 1988 hasta la fecha de fallecimiento de su finado
esposo, como la relación pública y notoria, además del
cumplimiento de deberes inherentes al matrimonio, frente a
terceros y familiares.

o Las regla de presunción: La vida en común de mi familia,


constituida por la actora y su finado esposo Wilder Rómulo ORE
LODTMAN, padres de un hijo en común, por más de 25 años en
el mismo domicilio, las fotos que demuestra que ambos se
desenvolvían en un estado matrimonial, mas viajes y reuniones,
además de empresas constituidas y bienes adquiridos. Todas
estas pruebas evidencian la clase de relación existente entre
ambos.

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 Por lo tanto, si se tiene en claro que en la declaraciones de unión de


hecho, en donde no se puede probar con pruebas escritas y directas
tales uniones por la propia naturaleza de su formaciones, se debe
recurrir, invocando al derecho a la prueba, a otros medios de prueba que
ayuden, a través de un razonamiento lógico, coherente y racional, a
llegar a una conclusión justa; en el presente caso, nos encontramos
ante un escenario que SI SE TIENEN PRUEBAS ESCRITAS Y
DIRECTAS QUE INFORMAN DEL ESTADO MATRIMONIAL QUE
DECIDIERON LA ACTORA Y SU FINADO ESPOSO, no nos valemos
de constructos abstractos, sino que además las afirmaciones con
las pruebas presentadas tienen vínculo con la realidad, así esta
corroborada la existencia de estado matrimonial por voluntad de
los esposos, con la partida de matrimonio religioso, la familia que
constituyeron con el hijo en común de ambos, además de haber
constituido una empresa familiar como el POLICLINICO MEDICO,
junto con la cuñada de la actora, además de otras abundantes
pruebas, que corroboran el material probatorio idóneo y suficiente,
para sostener indubitablemente que nos encontramos ante una
UNION DE HECHO. Existe detalle y voluntad de informar de buena
fe toda la información disponible para convencer a la Judicatura lo
que demuestra claramente el afán de colaboración con el Sistema
de Administración de Justicia, por lo cual solicitamos se tenga en
cuenta dicha conducta procesal positiva.

IV. MEDIOS PROBATORIOS:


LOS MEDIOS PROBATORIOS PRESENTADOS SON COMUNES A LOS
PETITORIOS PLANTEADOS:

A. CONTESTACION DE DEMANDA SOBRE DECLARACION JUDICIAL DE


UNION DE HECHO PLANTEADA POR MARISOL ESPINOZA CHAMORRO

B. CONTESTACION DE DEMANDA SOBRE DECLARACION JUDICIAL DE


UNION DE HECHO PLANTEADA POR MELINA DORIS SOTO SAMANIEGO
C. RECONVENCION SOBRE DECLARACION JUDICIAL DE UNION DE
HECHO SOSTENIDO ENTRE CARMEN ROSA JARA ROSADO Y WILDER
ROMULO ORE LODTMAN

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4.1 Documentales.-

1. (Señalar cuales son los documentos y que van a probar)

4.2 Material Fotográfico y Video.-

2. (Señalar cuales son estos y que van a probar)

4.3 Testigos.-

Que conocían de la relación como matrimonio entre las actoras y el


causante.-

3. René Allcca Huamani, vecina del barrio de San Juan de Miraflores,


de la calle Juan Castilla, donde vivíamos. Es amiga de la infancia de
mi madre y conoció a mi padre cuando él empezó a vivir en San Juan
(1988), y compartieron con ella muchas reuniones familiares.

4. Vilma Bendezu Valverde, vecina del barrio de San Juan de Miraflores,


de la calle Juan Castilla, donde vivíamos. Es amiga de la infancia de
mi madre y conoció a mi padre cuando él empezó a vivir en San Juan
(1988), y comparteron con ella muchas reuniones familiares.
5. Maritza Inga, vecina del barrio de San Juan de Miraflores, de la calle
Juan Castilla, donde vivíamos. Es amiga de la infancia de mi madre y
conoció a mi padre cuando él empezó a vivir en San Juan (1988), y
compartieron con ella muchas reuniones familiares.
6. Silvia Rosado Pinto, tía de mi madre, vive junto a la casa de San
Juan, también conoció a mi padre cuando empezó con mi madre su
relación de enamorados.
7. Ludmir Pacheco, amiga vecina del barrio de San Juan de Miraflores,
de la calle Juan Castilla, donde vivíamos. Es amiga de hace muchos
años de mi madre y conoció a mi padre cuando él empezó a vivir en
San Juan (1988), y compartieron con ella muchas reuniones
familiares.
8. Dr. Pedro Perez, colega de mis padres, es compañero de promoción
de mi progenitor, y conoce desde los inicios su relación, asistió a su
matrimonio y ha mantenido una buena relación de amistad.
9. Dr. José Castro, también colega promocional de mi padre, también
conoce desde los inicios de la relación de mis padres
10. Dr. Andres Alcántara, colega y amigo de mis padres, nos conocemos
desde hace muchos años

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11. Dr. Segundo Chavez, colega y amigo de mis padres, conoce su


relación desde hace muchos años.
12. Sergio Montoya, amigo de mis padres desde hace mas o menos 15
años, habiendo viajado a su casa en Huaral.
13. Dr. Luis Agüero, amigo de mis padres, también lo conocemos desde
hace muchos años.

Amigos íntimos de mi marido que atestiguaran que jamás tuvieron


conocimiento de la presunta relación de concubina entre él y las
demandantes

14. Dr. Miguel Romero, amigo promocional de mi padre, trabaja con él


desde hace muchos años, acude a San Antonio todos los días y era
un amigo muy cercano a el.

15. Sergio Montoya, amigo muy cercano, conoce a mi padre hace mas
de 15 años.
16. Dr. Luis Agüero, amigo muy cercano de mi padrer desde hace mas
de 20 años.
17. Personal del Policlinico San Antonio que atestiguaran que en los
últimos tiempos mi padre tenía como residencia dicho lugar, en
donde inclusive pernoctaba, no conociendo relación de pareja con la
actora:

Sra. Yanira (técnica de enfermería)

Sra. Juana (limpieza)

Sr. Pacheco (mantenimiento)

Sra. Julia (cocina)

18. Sr. Walter Ortega, amigo íntimo de mi padre, dirigente vecinal de


Huaycan.

19. Dr. Pedro Pérez, amigo íntimo y confidente de mi padre.

Familiares de mi esposo que puedan dar testimonio que jamás


conocieron de la presunta relación de concubinato entre este y las
demandantes.

20. Norma Oré Lodtman (hermana).

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21. Laura Dávila Oré (sobrina)


22. Walter Rosas Echevarría
23. Richard Rosas Echevarría
24. Luis Rosas Echevarría
25. Rafael Rosas Echevarría
26. Manuel Rodríguez (tío)
27. Luz Martínez (tía)
28. Jorge Rodríguez Martínez (primo)
29. Jorge Jara Rosado (compadre)
30. Javier De la Torre (compadre)

V. A N E X O S:
1. Lllll

2. Llll
3. Lll
4. lllll

POR LO EXPUESTO:
SOLICITO a Vuestro Despacho que se tenga en cuenta la calidad de
litisconsorte facultativo de la recurrente, con las mismas facultades de las
partes en el proceso, la acumulación objetiva subjetiva sucesiva de
pretensiones, por contestada las demandas sobre declaración judicial de unión
de hecho de doñas Marisol ESPINOZA CHAMORRO y Melina Doris SOTO
SAMANIEGO, negarlas por falaces y coadyuvar en su oposición a la sucesión
de mi marido Wilder Rómulo ORE LODTMAN, y se tenga además presente mi
pretensión vía reconvencional, debiendo proceder a admitirla, debiéndose tener
en cuenta lo expuesto, como los medios probatorios aparejados, y en su

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oportunidad declararla fundada por tener una tesis con solido basamento
factico jurídico. Sírvase tener presente y resolver conforme a ley.

Otrosí digo.- El letrado que autoriza hace uso de las facultades conferidas por
el artículo 290º de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Lima, 13 de noviembre de 2018.

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