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La biomasa es la cantidad de materia acumulada en un individuo, un

nivel trófico, una población o un ecosistema, tiene dos acepciones:


La primera acepción se utiliza habitualmente, La segunda acepción, más
restringida, se refiere a la biomasa «útil» en términos energéticos
formales: las plantas transforman la energía radiante del Sol en energía
química a través de la fotosíntesis, y parte de esa energía química queda
almacenada en forma de materia orgánica; la energía química de la
biomasa puede recuperarse quemándola directamente o transformándola
en combustible.
Un equívoco muy común es confundir «materia orgánica» con «materia
viva», pero basta considerar un árbol, en el que la mayor parte de la
masa está muerta, para deshacer el equívoco; de hecho, es
precisamente la biomasa «muerta» la que en el árbol resulta más útil en
términos energéticos. Se trata de un debate importante en ecología,
como muestra esta apreciación.
Biomasa natural
La biomasa natural es la que se produce en ecosistemas naturales. La explotación
intensiva de este recurso no es compatible con la protección del medio ambiente,
aunque sea una de las principales fuentes energéticas en los países
subdesarrollados.

La biomasa natural se produce sin la intervención del hombre para potenciarla o


para modificarla. Se trata fundamentalmente de residuos forestales:

¾ Derivados de limpieza de bosques y de restos de plantaciones

¾ Leñas y ramas

¾ Coníferas

¾ Frondosas

Biomasa residual
La biomasa residual es la que generada en las actividades humanas que utilizan
materia orgánica. Su eliminación en muchos casos supone un problema. Este tipo
de biomasa tiene asociadas unas ventajas en su utilización:

¾ Reduce la contaminación y riesgos de incendios.

¾ Reduce el espacio en vertederos.

¾ Los costes de producción pueden ser bajos.

¾ Los costes de transporte pueden ser bajos.

¾ Evita emisiones de CO2.

¾ Genera puestos de trabajo.

¾ Contribuye al desarrollo rural.


FORMAS PARA APROVECHAR LA BIOMASA
Se calcula que el 10% de la energía primaria mundial procede de los recursos
asociados a la biomasa.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), “algunos países pobres obtienen el 90% de su energía de la
leña y otros biocombustibles”.
En África, Asia y América del Sur representa la tercera parte del consumo
energético y para más de dos mil millones de personas es la principal fuente de
energía en el ámbito doméstico.
Este organismo reconoce que “la mejora del uso eficiente de los recursos de la
energía de la biomasa - incluidos los residuos agrícolas y las plantaciones de
materiales energéticos.
Hay diferentes formas de aprovechar la biomasa

1. Combustión directa: consiste en quemar la biomasa sin hacer ningún cambio a su


estado, se usa para la biomasa en estado sólido o líquido para generar calor o
vapor respectivamente.
2. Termo-químicos: La biomasa se convierte en un producto combustible a
través de un proceso de pirólisis o carbonización. El producto final tiene
más densidad y valor calorífico, lo cual hace más conveniente su utilización
y transporte.

3. Bio-químicos: Utiliza biomasa humedecida con bacterias en un ambiente


anaeróbico para producir biogás, un gas combustible que se obtiene
mediante un biodigestor.

CONCLUSIONES:
Dentro del sistema energética emergente que estamos viviendo y un
cambio climático debemos aprovechar esta forma de obtención de
energía, este tipo de proceso energético no solo nos conlleva a mejorar
nuestro medio ambiente, sino que también nos ayuda a realizar empresa
por medio de este sistema.

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