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ENFOQUES DE LA GESTION EDUCATIVA:

A. Enfoques en la gestión educativa


ENFOQUE BUROCRÁTICO Fundamentos teóricos
El concepto de burocracia, según Weber
Es una forma de organización humana basada en la racionalidad, es decir, en la adecuación
de los medios a los fines, para garantizar la máxima eficiencia posible en el logro de los
objetivos de dicha organización.
Para establecer las consecuencias de este enfoque en la gestión educativa hemos
considerado necesario resumir previamente algunos de sus fundamentos teóricos:
Resaltamos en primer lugar que la burocracia como organización se consolida mediante
normas escritas, llegándose incluso a su profusión (“papeleo" =burocratismo).
Se basa en la división sistemática del trabajo, es decir, fija anticipa-damente los mínimos
detalles de cómo deben hacerse las tareas.
Se establecen los cargos según el principio de la jerarquía, determi-nándose con precisión
las atribuciones de cada uno de sus integrantes.
El manejo de las personas (selección /ascenso) se funda en la com-petencia técnica y la
meritocracia.
Preconiza, particularmente, la especialización de sus principales di-rectivos en
administración (gerencia), diferenciándola o separándola de la propiedad (promotoría, en el
caso de la educación). En éstos se distinguen las características siguientes:- El directivo es
especialista.- El directivo es asalariado.- El cargo es su actividad principal.- Es nombrado
por un superior jerárquico.- Su mandato es por tiempo indefinido.- Hace carrera en la
organización.- Administra en nombre de los propietarios.- Es fiel al cargo y se identifica con
los objetivos de la empresa.
Otra característica básica radica en la impersonalidad de las relaciones y de la
administración en general.
Finalmente, si se establecen reglas, Normas técnicas y procedimientos estándar, es
posible prever plenamente el funcionamiento de la organización, tanto n la realización de
las tareas como en el comportamiento de sus miembros.
Ventajas y desventajas
La serie (le ventajas que ofrece este enfoque hace que siga teniendo vigencia, entre éstas:
La eficiencia, en base a la rapidez en las decisiones puesto que cada uno conoce lo que
debe hacer y las comunicaciones tienen canales claramente definidos.
La precisión en la definición del cargo, las operaciones y atribuciones, además ningún
cargo queda fuera de control o supervisión.
La univocidad de interpretación, garantizada por las Normas y regla-mentos escritos,
impide distorsiones en la aplicación.
La uniformidad de rutinas y procedimientos que favorece la estanda-rización, la reducción
de costos y de errores.
La continuidad de la organización en base a la rotación de las personas y a la permanencia
de los cargos y las funciones.
La reducción de fricciones entre el personal, puesto que la distribución de autoridad y la
asignación específica de responsabilidades evita interferencias y súper posiciones que casi
siempre originan roces.
La racionalidad, puesto que toda la organización se estructura y fun-ciona para alcanzar
sus objetivos.

QUE ES GESTIÓN EDUCATIVA


La gestión educativa es un proceso orientado al fortalecimiento de los Proyectos Educativos
de las Instituciones, que ayuda a mantener la autonomía institucional, en el marco de las
políticas públicas, y que enriquece los procesos pedagógicos con el fin de responder a las
necesidades educativas locales, regionales.
Desde lo pedagógico, promueve el aprendizaje de los estudiantes, los docentes y la
comunidad educativa en su conjunto, por medio de la creación de una comunidad de
aprendizaje donde se reconozca los establecimientos educativos como un conjunto de
personas en interacción continua que tienen la responsabilidad del mejoramiento
permanente de los aprendizajes de los estudiantes, con el fin de formarlos integralmente
para ser miembros de una sociedad. Todo esto ayuda a favorecer su calidad de vida y
prepararlos para su vida en el mundo laboral.
La gestión educativa consiste en:
Presentar un perfil integral, coherente y unificado de decisiones.
Definir los objetivos institucionales, las propuestas de acción y las prioridades en la
administración de recursos.
Definir acciones para extraer ventajas a futuro; se consideran tanto las oportunidades y
amenazas del medio en el que está inserta, como los logros y problemas de la misma
organización.
Comprometer a todos los actores institucionales.
Definir el tipo de servicio educativo que se ofrece.
El desarrollo del proceso es responsabilidad del director (pero no es el que realiza todas las
tareas), debe:
Planificar
Controlar
Definir de objetivos
Decisiones para solucionar problemas
La comunicación
Capacitación del personal
La influencia del poder.
Podemos observar dos dimensiones, Las establecidas en el contrato de trabajo y
normativas institucionales, y las de su función en una dimensión no-tradicionista
(dimensiones no formalizadas) lo que va más allá de las normas escritas, las que circulan
en los pasillos de la escuela o fuera de la misma.
La noción de autoridad es un concepto necesario comprender en la relación directivo-
institución. Este liderazgo puede tener base en el saber y sus habilidades, en la continencia
de situaciones afectivas, etc.
El rol directivo implica la gestión de los procesos formales de la institución, aquellos
formulados y planificados, pero a su vez acciones sobre situaciones no planificadas como
son las relacionadas con las actitudes de los actores institucionales.
El rol del director en una escuela con necesidad de cambio, en transformación educativa,
pensando este proceso como una necesidad de reflexión, análisis, y cuestionamientos de
sus propuestas, que orientan y reorientan la marcha institucional, con objeto de acomodarse
a las necesidades de las demandas sociales de su territorio, y como también de tomar una
perspectiva critica para poder modificar en función del desarrollo positivo de la sociedad
que la sostiene. Lo que implica cambios tales que se modifiquen radicalmente las
configuraciones institucionales.
Pueden estar en el orden de lo manifiesto o lo implícitos. Por ejemplo con las recompensas,
gratificaciones sanciones, devoluciones, señalamientos de los docentes, implicando una
modificación en su conducta, llevándolas a la satisfacción, la frustración o el desaliento
posterior.
Un error muy común en los directivos es de no mantener relaciones con sus subordinados,
con el miedo de perder autoridad. Con esa distancia van perdiendo noción de la realidad
cotidiana de los docentes y empleados, con la posible consecuencia de hacer lecturas
erróneas para la toma de decisiones.
Los equipos de trabajo pueden perder operatividad, ya que los manejos o conducciones a
distancias son cubiertos comúnmente por la burocracia de los papeles, informes y
memorándums, sin obviar los registros en la organización que son de suma importancia
porque permiten el seguimiento "objetivo" de historicidad de las gestiones y que se
transforman en herramientas que entorpezcan las instituciones.
Cuantas veces nos encontramos con situaciones en las cuales hay grandes brechas entre
lo que se pensó, lo que se transmitió, y lo que fue comprendido.
Solo un seguimiento explicitado en los informes y las evaluaciones escritas, nos permiten
tener un punto de anclaje un tanto más objetivo.
Un director debe tener un grado importante de estabilidad emocional, ya que en un mundo
de cambios permanente, que exige una reestructuración permanente de la institución, para
que esta no quede caduca en su estructura, esta evolución cultural genera grandes
ansiedades en sus actores, dando cuadros de presunciones que pueden desembocar en
conflictos internos, con el consecuente deterioro de la tarea institucional.
El rol del director es el de calmar las ansiedades o dar un marco contenedor de cambio,
que permita restablecer los equilibrios correspondientes, quizás una solución es la de ir
pensando, anticipando en equipo las posibles variables de cambio que implican cada
reestructuración.
Es de suma importancia que el director organice su tiempo y esfuerzo dosificando la
direccionalidad de su hacer cotidiano.
Una herramienta muy eficaz es el utilizar racionalmente las agendas de trabajo, no como
una suma de citas, compromisos, de ayuda memoria, de registros personales mezclados
con los del trabajo, sino como un lugar de organización funcional. Una forma es la de darle
prioridad a unas tareas sobre otras, previa evaluación de los requerimientos de las mismas.

CONCEPTO Y ENFOQUES ADMINISTRATIVOS


Concepto de gestión educativa.
La palabra gestión es muy amplia y hablar de ella se involucra toda un estructura jerárquica
como educativa; que es sistemática, está orientado al fortalecimiento de las instituciones
educativas con el fin de enriquecer los procesos pedagógicos, directivos, comunitarios y
administrativos, pero para poder llevar acabo, se necesita del apoyo de los tres fases; así
también existe la institucional que es la que se encarga de la estructura de la escuela como
de la administración; la escolar, juega un papel importante en las instituciones educativas
porque prácticamente se centra en todos los actores de la comunidad educativa (director,
maestros, personal de apoyo, padres de familia y alumnos) y por último la pedagógica, es
la que logra la calidad educativa enfocándose en el aula y la integración docente alumno.
Lo que se pretende en este ensayo es dar a conocer todo lo que engloba una gestión y los
procesos que se debe cumplir para una mejor educación, así mismo dar a conocer algunos
actores que hacen referencia a la gestión educativa y contrastándolas con experiencias
vividas por medio de la práctica, analizando si en verdad se lleva acabo todo lo que
conforma una gestión dentro de una institución.
De igual forma se hace una crítica constructiva acerca de la reforma educativa, ésta ley
aplicada a impactado en la sociedad, Cabe mencionar que es necesario cuestionarse si en
verdad se le está dando la importancia que se merece para lograr instituciones de la calidad
externa e internamente.

Enfoques administrativos gestión educativa


Para Casassus (2000:2) "La gestión educativa busca aplicar los principios generales de la
gestión al campo específico de la educación. El objeto de la disciplina, es el estudio de la
organización del trabajo en el campo de la educación. Por lo tanto, está determinada por el
desarrollo de las teorías generales de la gestión y los de la educación".
Una perspectiva reciente le da un contexto más amplio a la gestión educativa entendiéndola
como "un proceso que se establece de manera deliberada para construir nuevas formas de
relación, colaboración y organización entre los diversos actores que intervienen para
implementar y evaluar las propuestas educativas que surgen de la sociedad" (Chacón,
2013:51).
En cualquier caso, tras la gestión educativa existe un sustrato teórico que proviene de los
avances conceptuales de la gestión y la administración como disciplinas. Inicialmente la
escuela, en cuanto organización, fue asimilada al concepto de empresa y se trató de
aplicarle los preceptos teóricos de la administración científica taylorista (Ball, 1994); este
paradigma se caracteriza por la búsqueda de la eficiencia y la productividad, haciendo
énfasis en las tareas, en la dimensión económica del ser humano y en la racionalidad como
factor determinante del proceso.
El sector público educativo adoptó esta filosofía en la segunda mitad del siglo XX y se le
conoció como administración tecno-burocrática; la cual según Sander (1996) tiene una
orientación positivista y funcionalista cuyo objetivo es alcanzar el orden y el progreso
racional, la reproducción estructural y cultural, la cohesión social y la integración funcional
en la escuela y en la sociedad. Este tipo de administración tiene componentes autoritarios
y, como tal, limita el espacio para la promoción de la libertad individual y la equidad social.
Su carácter normativo y jerárquico inhibe la creatividad y dificulta la participación ciudadana
en la escuela. En la presente investigación a esta perspectiva se le denomina enfoque
administrativo clásico y recoge diferentes denominaciones, entre otras, enfoque taylorista,
administración científica, tecno-burocracia.
Los cambios en el entorno y en las exigencias de la sociedad hacia las organizaciones
también conllevaron transformaciones en el pensamiento administrativo. Las
organizaciones se tienen que concebir como sistemas abiertos y dinámicos, en los que la
estructura y los recursos físicos y financieros no son suficientes para alcanzar una buena
gestión; la planeación, los procesos de comunicación, la solución a los problemas y la toma
de decisiones se convierten en aliados de la dirección, focalizando la gestión alrededor de
la dirección estratégica para alcanzar los objetivos misionales.
La principal manifestación de este paradigma en la educación se refleja en la importancia
dada al proyecto educativo institucional (PEI) como orientador de todas las actividades
escolares; la gestión se centra en el trabajo cooperativo, la actualización permanente y el
desarrollo de los docentes, la autonomía en la gestión local, el control organizativo de los
alumnos, el reconocimiento de diversos grupos de interés, la evaluación y la rendición de
cuentas; en esencia se pasa de la eficiencia a la eficacia escolar (Ortega, 2008). Esta
perspectiva se denomina, en este estudio enfoque administrativo estratégico.
Por último, los avances conceptuales y la necesidad de legitimación de la administración
en un contexto moderno, llevan a que este campo del conocimiento reconozca al individuo
y a los grupos que se forman dentro de la organización como su razón de ser:
[la organización se concibe como] un conjunto de individuos y grupos, que define como
relevantes los objetivos y la autorrealización individual, el comportamiento y las
interacciones grupales así como la organización informal. Se da énfasis a la relación del
individuo con el trabajo, resaltando los factores de la motivación, liderazgo y psicosociales
(Motta, 2001:85).

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