Está en la página 1de 5

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es…" 2 Corintios 5:17

Consagración

Hemos estado estudiando todas las cosas maravillosas que Dios ha hecho por nosotros en
Cristo. Hemos visto cómo Dios nos puso en Cristo, cómo nos libró del reino de las tinieblas, cómo
nos ha librado del poder del pecado, del Yo, de la carne, del mundo y de Satanás. Hemos visto
cómo Cristo volvió para vivir en nosotros a fin de que cumpliéramos los requisitos justos de la ley.

TODAS ESTAS COSAS MARAVILLOSAS SON "las misericordias de Dios". Merecemos nada menos
que la muerte, pero Dios nos ha dado gratuitamente todas estas grandes bendiciones. Ahora Dios
nos pide que hagamos algo por Él.

¿QUÉ NOS PIDE DIOS QUE HAGAMOS? Dios pide que nos consagremos a Él. Escuchemos lo que
Dios nos dice por medio de Su siervo Pablo:

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional (Romanos 12:1).

¿QUÉ ES CONSAGRACIÓN? ¿Cuál es la base de la consagración? ¿Cuál es su motivo? ¿Cuál es el


resultado de la consagración? Estas son preguntas importantes, y vamos a encontrar las
respuestas en esta lección.

Lo que significa la consagración

¿Qué es la consagración? La consagración es dar mi vida a Dios para que Él haga Su voluntad en
vez de la mía. Significa que presente mi cuerpo como un "sacrificio vivo" a Él. Los animales que se
ofrecían a Dios en el Antiguo Testamento eran matados. Eran sacrificios muertos. Dios no me pide
poner mi cuerpo sobre un altar para ser matado. En vez de eso, Él pide que me convierta
en "sacrificio vivo". Esto quiere decir que Él desea que yo viva para Él. Pero, veamos más acerca
del significado de la consagración.

LOS SACRIFICIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO eran símbolos del Señor Jesús. Por ejemplo,
cuando se ofrecía un cordero como expiación por el pecado, era un símbolo o figura del Señor
Jesús muriendo en la cruz por nuestros pecados.

Pero había otro sacrificio que no tenía nada que ver con el pecado. Este sacrificio se
llamaba "holocausto".

1
El Holocausto

¿Qué representaba el holocausto? Representaba al Señor Jesús ofreciendo Su vida al Padre para
hacer Su voluntad. Este sacrificio era de gran valor para Dios, y de el podemos aprender muchas
cosas acerca de la consagración.

Señor, ¿qué quieres que yo haga?

La consagración es voluntaria

En cuanto al holocausto, la Biblia dice:

Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda a Jehová… de su voluntad lo ofrecerá… (Levítico
1:2-3).

Esto nos dice que la consagración es "a Jehová", y que debe ser voluntaria. Dios no me obliga a
que consagre mi vida a Él; en vez de eso, dice: "Te ruego". Dios quiere que le dé mi vida, no porque
tenga que hacerlo, sino porque le amo y deseo servirle.

Consagración es al Señor

Cuando me consagro al Señor, ¿quiere eso decir que estoy dando mi vida para convertirme en
predicador o en misionero? No, no me consagro para ser ni predicador ni misionero. Me
consagro al Señor, para hacer Su voluntad dondequiera que esté, en la escuela, en el hogar, en el
trabajo o a cualquier parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde
quiere que le sirva, y lo que Él escoja para mí seguramente será lo mejor.

La consagración es la ofrenda de una vida entera a Dios

Dios permitía que se usaran cuatro clases de animales como sacrificios en el holocausto. Los ricos
llevaban un animal caro tal como un buey; los que eran menos ricos llevaban una oveja y los que
no podían comprar ninguno de éstos, llevaban palomas o tórtolas. Pero, en cada caso, consistía en
ofrecer una vida entera a Dios. Dios no podía aceptar menos que eso.

¿Qué nos dice esto acerca de la consagración? Nos dice que la consagración es ofrecer una vida
entera a Dios. No puedo dar a Dios una parte de mi vida y guardar una parte para mí mismo. Esto
no satisfacería a Dios, y tampoco a satisfacería mí. Todo el gozo y la bendición en la vida cristiana
dependen de que nosotros no retengamos nada de Dios.

La consagración es final

Una vez que un animal era colocado en el altar como un holocausto a Dios, ya no se quitaba. Era
santo a Dios. La Biblia dice:

…todo lo consagrado será cosa santísima a Jehová (Levítico 27:28).

Una vez que yo haya consagrado mi vida a Dios, ya no podré tomarla de nuevo. Dios espera que mi
consagración a Él sea una sola vez para siempre.

2
¿Qué pasa si caigo en pecado? ¿Quiere decir eso que debo "rededicar" mi vida a Dios? No, no
quiere decir eso. Si he pecado, debo confesar mis pecados a Dios para que pueda gozarme de Su
comunión otra vez, pero no es necesario "rededicar" a Dios algo que ya se le ha dado.

La consagración es continua

El holocausto era ofrecido a Dios cada mañana y cada tarde, día a día, continuamente. ¿Qué nos
dice esto en cuanto a la consagración?

Esto nos dice que nuestra consagración debe ser continua. Mi consagración se inicia con el hecho
de entregarme al Señor, pero no termina ahí. Debo vivir continuamente mi consaconsagración. Día
a día me ofrezco al Señor para hacer Su voluntad en lugar de la mía. Esto es lo que el Señor Jesús
quiso decir cuando dijo:

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame (Lucas
9:23).

¿Por qué debo consagrarme al Señor?

Porque yo pertenezco a Él. La Biblia dice:

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo… y que no sois vuestros? Porque
habéis sido comprados por precio… (1 Corintios 6:19-20).

…que vivamos, o que muramos, del Señor somos (Romanos 14:8).

Estos versículos me dicen claramente que yo no me pertenezco. Pertenezco al Señor. He sido


comprado por un precio.

¿CUÁL FUE EL PRECIO que el Señor Jesús pagó por mí? ¡Su propia sangre preciosa! La Biblia dice:

sabiendo que fuisteis rescatados… no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo… (1 Pedro 1:18-19).

El Señor Jesucristo me ha redimido; Él es mi Señor y Amo; pertenezco a Él. Ya que pertenezco al


Señor, es justo que me entregue a Él. La pregunta no es si pertenezco al Señor, sino si, "¿He
entregado al Señor lo que ya le pertenece?"

La consagración es sencillamente reconocer que Cristo es mi dueño y decirle a Él: "Señor, soy tuyo
por derecho, y deseo ser tuyo porque así lo elijo".

La Biblia aclara que este es el "culto racional" de cada persona que ha nacido de nuevo.

El motivo de la consagración

Yo sé que debo entregarme al Señor, pero, ¿qué es lo que me hace desear hacerlo? Es el amor de
Cristo. La Biblia dice:

3
El amor de Cristo nos constriñe (2 Corintios 5:14).

CUANDO EL AMOR DE CRISTO toca mi corazón, no puedo hacer más que postrarme ante Él y
ofrecerle toda mi vida. Digo con el compositor del himno:

La cruz excelsa al contemplar


Do Cristo allí por mí murió,
De todo cuanto estimo aquí,
Lo más precioso es su amor.

El mundo entero no será


Dádiva digna de ofrecer.
Amor tan grande y sin igual
En cambio exige
TODO EL SER

¿Cuál es el propósito de la consagración?

El propósito de la consagración es que se haga la voluntad de Dios en mi vida. En realidad es el


Señor Jesús quien hace la voluntad de Dios en mí. La Biblia dice:

Y el Dios de paz… os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en
vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo… (Hebreos 13:20-21).

Los Evangelios nos dicen cómo el Señor Jesús hizo la voluntad de Su Padre cuando Él vivió aquí en
la tierra. El libro de los Hechos nos cuenta cómo continuaba haciendo la voluntad del Padre por
medio de los apóstoles y discípulos de esa época. Ahora el Señor Jesucristo quiere obrar mediante
nosotros para hacer la voluntad de Dios. Para hacer eso, Él necesita que le ofrezcamos nuestros
cuerpos como sacrificio vivo.

EL SEÑOR JESÚS NO TIENE MANOS para hacer la obra de Dios aquí en la tierra, a excepción de
nuestras manos. Él no tiene pies para llevar el mensaje de Dios a los perdidos, excepto nuestros
pies. No tiene labios para hablar a los hombres de la salvación de Dios excepto nuestros labios. Esa
es la razón porque la Biblia dice:

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional (Romanos 12:1).

Cuando nos entreguemos completamente al Señor Jesús, Él obrará por medio de nosotros en la
misma forma como el Padre obró por medio de Él.

¿Cómo me consagro a Dios?

La Biblia nos dice que debemos presentarnos a Dios "como vivos de los muertos". Dios no quiere
que yo le ofrezca mi vida antigua de egoísmo. Es la nueva vida en Cristo la que Dios quiere que le
presente. La Biblia dice:

4
…presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos… (Romanos 6:13).

DIOS NO PUEDE USAR NADA de la vida vieja. Solamente los que son "vivos de los
muertos" pueden servirle. Es sólo cuando veo que he sido crucificado juntamente con Cristo,
sepultado con Él y resucitado con Él, que puedo verdaderamente consagrar mi vida a Dios.

EL RESULTADO DE LA CONSAGRACIÓN es que yo muero a mis propios planes y aspiraciones; y que


vivo para hacer la voluntad de Dios.

EL SEÑOR JESÚS ES NUESTRO EJEMPLO.Él no vino al mundo para hacer Su propia voluntad o para
ser grande ante los ojos de los hombres. Él vino para hacer la voluntad de Su Padre. Aunque era
Dios, se humilló a Sí Mismo y tomó forma de siervo. Fue obediente a la voluntad de Dios, hasta en
la propia muerte de cruz. Ahora Dios nos dice a nosotros:

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús… (Filipenses 2:5).

No pienses que si consagras tu vida al Señor, llegarás a ser un predicador famoso o un evangelista
mundial. Nuestro Salvador fue despreciado y rechazado por los hombres. Somos Sus siervos, y la
Biblia dice:

El siervo no es mayor que su señor… (Juan 13:16).

No, no seremos grandes ante los ojos de los hombres, pero hay una gran bendición en la
consagración. ¿Cuál es?

LA BENDICIÓN DE LA CONSAGRACIÓN está en hallar la voluntad perfecta de Dios para mi vida.


Dios tiene un trabajo para cada uno de Sus hijos. La Biblia dice:

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10).

CUANDO YO CONSAGRE MI VIDA al Señor, Él me puede mostrar el trabajo que tiene para mí. Mi
mayor satisfacción llega cuando encuentro la voluntad de Dios para mi vida, y la hago. Piensa en el
gozo de encontrar al Señor en la gloria y oírle decir:

Bien, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu señor (Mateo 25:21).

También podría gustarte