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redes
Revista
de psicoterapia
relacional e
intervenciones
sociales

Segunda época
Julio 2010

Juan Luis Linares


Paseo por el amor y el odio: la conyugalidad desde una perspectiva evolutiva
Gonzalo Bacigalupe
Una guía para la consultoría transparente en situaciones
complejas con equipos de salud y servicios sociales
Lia Mastropaolo
La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia
José Antonio Soriano Pacheco
Cronicidad y depresión. Una aproximación sistémica a los transtornos afectivos
R. Almirall, M. Martín, L. Salat, S. Sánchez.
Transtornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares.
Estudio de un caso
Josep Vila Miravent
Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas:
un estudio de observación sistemática de personas con demencia
Ester Fabregó y Anna Viñas
Las emociones del terapeuta sistémico en juego
redes
Revista
de psicoterapia
relacional e
intervenciones
sociales

Segunda época

Julio 2010

E.T.F.
SANT PAU
EVNTF
Escuela Vasco Navarra de
Terapia Familiar
RELATES
Red española
y latinoamericana
de escuelas sistémicas
© de todas las ediciones en castellano,
REDES
Mallorca , 489 entr. 2ª
08013 Barcelona

ISSN 1135-2793

Depósito Legal: B-5463-1996


B-7979-2003

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REVISTA DE PSICOTERAPIA RELACIONAL
E INTERVENCIONES SOCIALES

Julio 2010

SUMARIO

EDITORIAL ......................................................................................................... 09

PASEO POR EL AMOR Y EL ODIO: LA CONYUGALIDAD


DESDE UNA PERSPECTIVA EVOLUTIVA ...................................................... 11
JUAN LUIS LINARES

UNA GUÍA PARA LA CONSULTORÍA TRANSPARENTE


EN SITUACIONES COMPLEJAS CON EQUIPOS DE SALUD
Y SERVICIOS SOCIALES .................................................................................. 23
GONZALO BACIGALUPE

LA VIOLENCIA FAMILIAR EN LA ENCRUCIJADA


ENTRE TERAPIA, MEDIACIÓN Y JUSTICIA ................................................. 39
LIA MASTROPAOLO

CRONICIDAD Y DEPRESIÓN. UNA APROXIMACIÓN SISTÉMICA


A LOS TRANSTORNOS AFECTIVOS............................................................... 63
JOSÉ ANTONIO SORIANO PACHECO

TRANSTORNOS DE CONDUCTA EN LA ADOLESCENCIA


Y RELACIONES FAMILIARES. ESTUDIO DE UN CASO ............................. 77
ALMIRALL, R.,MARTÍN, M., SALAT, L., SÁNCHEZ, S.

UN ABORDAJE SISTÉMICO-RELACIONAL EN RESIDENCIAS


GERIÁTRICAS: UN ESTUDIO DE OBSERVACIÓN SISTEMÁTICA
DE PERSONAS CON DEMENCIA .................................................................. 109
JOSEP VILA MIRAVENT

LAS EMOCIONES DEL TERAPEUTA SISTÉMICO EN JUEGO .................. 135


ESTER FABREGÓ Y ANNA VIÑAS
9

Editorial

Diagnóstico y Psicopatología

L
a mente humana no es simple, por mucho que los simplificadores de
cualquier signo se empeñen en defender lo contrario. Por eso, desde que
el tiempo es tiempo, los humanos realizamos movimientos intelectuales
de muy diverso sentido, de entre los que destacaremos los que se inscriben en la
dimensión (bipolaridad semántica, le llamaría Valeria Ugazio) objetivación/sub-
jetivación. Adelantemos que nos pasamos la vida transitando ese camino.
Cada vez que nuestra mirada, o cualquiera de nuestros sentidos, se fija en un
estímulo externo, desarrollamos una conducta objetivadota: “¿Qué es esto?” Y,
por supuesto, muchas otras preguntas: “¿De qué se compone? ¿De dónde viene?...
¿Se podrá comer?” Pero, a continuación, nos apresuramos a afirmar nuestra sub-
jetividad, que incluye ciertamente claves éticas, estéticas y hasta eróticas: “¿Qué
debo hacer? ¿Me gustará? ¿Le gustaré?” Naturalmente las respuestas también
forman parte de esa danza de la vida, que cuenta en las opciones objetivadoras y
subjetivadotas con uno de sus más fascinantes pasos de baile.
Apliquemos estas reflexiones a la actividad terapéutica y llegaremos a la conclu-
sión de que difícilmente podría escapar a la lógica en cuestión. Ante un paciente
o una familia, experimentaremos primero un legítimo deseo de saber cuáles son
sus problemas para, a renglón seguido, desplegar de la manera más creativa po-
sible nuestras habilidades ayudadoras. Un paso diagnóstico fundamentalmente
objetivador a la derecha, media vuelta, y un paso subjetivador a la izquierda, al
servicio de la intervención.
“Pero…”, el simplificador de turno no renuncia a su objeción, “…el diagnóstico
es causalidad lineal.”
Bueno, no necesariamente, pero si así fuera, ¿qué habría de malo en ello? Los
nuevos paradigmas no cancelan a los antiguos, sino que los integran en propues-
tas de complejidad superior, capaces de dar respuesta a cuestiones más sutiles. A
pesar de la cosmología de Copérnico, la tierra sigue siendo plana para distancias
cortas y aún decimos que “el sol sale y se pone.” Y, si te roban la cartera, lo denun-
ciarás linealmente a la policía antes de hacer un discurso circular sobre la injusta
distribución de la riqueza, que estimula la delincuencia.
10

La circularidad está presente en las complejas relaciones que mantienen la víc-


tima y el victimario, pero la linealidad exige interrumpir cuanto antes cualquier
situación de maltrato, incluido el psicológico, que no otra cosa son las pautas re-
lacionales disfuncionales subyacentes a la psicopatología.
Mas el entusiasmo cuestionador de nuestro simplificador no decae: “el diag-
nóstico no es sino etiquetaje clasificatorio y marginador:”
Pues mira, no. Puede ser eso, pero también muchas cosas más. ¿Quién puede
negar la existencia en todo ser humano de indicios de cualquier psicopatología?
Los conflictos nos angustian, intentamos evitar algunos objetos o situaciones
que nos resultan desagradables y dudamos obsesivamente ante ciertas opciones
comprometidas. Nos comportamos depresivamente si sufrimos determinadas
pérdidas y nos paranoidizamos si imaginamos una reacción hostil en un audito-
rio desconocido. ¿Y podemos afirmar que no nos psicopatizamos nunca porque
jamás experimentamos placer ante el dolor ajeno?
Poseemos los gérmenes de todos los diagnósticos psicopatológicos; las etique-
tas están en nosotros en estado potencial, y vale la pena intentar comprender los
mecanismos psicológicos y relacionales subyacentes, capaces de forzar su desarro-
llo hasta hacerlos alcanzar la condición de auténticos trastornos.
Porque, desengañémonos, las etiquetas diagnósticas clasificatorias y margi-
nadoras de la conducta desviada no desaparecen a golpe de panfleto contra la
psicopatología, sino explorando minuciosamente sus bases relacionales y, de esta
forma, avanzando en su comprensión. La reconstrucción del diagnóstico en la
peor de sus acepciones llega, así, de la mano de un proceso comprensivo y com-
plejificador que, sin abominar de pasos objetivadores y lineales, conduce a la cir-
cularidad en que se enlazan las subjetividades del terapeuta, del paciente y de la
familia.

Juan Luis Linares


Redes, Julio 2010
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Paseo por el amor y el odio:


la conyugalidad desde
una perspectiva evolutiva
Juan Luis Linares1

RESUMEN

Se propone una visión evolutiva del amor complejo de pareja, con sus
componentes cognitivos, emocionales y pragmáticos, a través de las cuatro
etapas que son el enamoramiento, el amor, y, eventualmente, el desamor y
los litigios. También se describe una tipología de parejas, en función del cruce
de dos dimensiones relacionales: la organización y la mitología. Finalmente,
se sugieren algunas correspondencias entre la tipología y la perspectiva
evolutiva.

Palabras clave: amor complejo de pareja, nutrición relacional,


enamoramiento, amor, desamor, litigios, reconocimiento, valoración, estado
afectivo de base, pasiones, deseo, sexo, gestión cotidiana, organización,
mitología, igualdad, diferencia.

SUMMARY

An evolutive view of complex couples love is proposed, with its cognitive,


emotional and pragmatic components, and through the four stages that are:
in love, love, and eventually, disaffection and litigation. It also describes a
typology of couples based on the intersection of two relational dimensions:
organization and mythology. Finally, some correlation between typology
and evolutionary perspective is suggested.

1. Psiquiatra y psicólogo. Profesor Titular de Psiquiatría de la Universitat Autònoma de Barcelona.


Director de la Unidad de Psicoterapia y de la Escuela de Terapia Familiar del Hospital de la Sta.
Cruz y San Pablo de Barcelona (España).
12 Introduccion tión de la vida cotidiana, entre otros).
De manera más simple y operativa, la

L
a ciencia moderna ha estableci- conyugalidad equivaldría a la capaci-
do que los primates pre-homí- dad de resolver los conflictos surgidos
nidos fueron los inventores de en el ámbito de la pareja.
las relaciones de pareja (Cela y Ayala, Existe otra versión del amor com-
2001). Cuando los cambios climáticos plejo-nutrición relacional en la fami-
empezaron a hacer clarear en exceso a lia de origen, que hace referencia a
la selva centro-africana, nuestros an- la forma como los padres tratan a los
tepasados decidieron arriesgarse a ba- hijos (o a la vivencia subjetiva de los
jar de los árboles, poniendo textual- hijos sobre cómo son tratados por los
mente los pies en el suelo para buscar padres), que es la parentalidad. Am-
su alimento de forma más eficaz. Pero bas dimensiones relacionales, conyu-
lo que aquí nos interesa es que, gra- galidad y parentalidad, son de gran
cias a la bipedestración, y a los cam- importancia para definir la atmósfera
bios morfológicos que comportó, se relacional de la familia de origen y, en
desbrozó el camino para que los hu- consecuencia, la personalidad y la sa-
manos se aproximaran al amor con- lud mental de los hijos. Sin embargo,
yugal desde unas relaciones sexuales aquí vamos a focalizar más específica-
aptas para adoptar la revolucionaria mente la conyugalidad, en tanto que
posición ventro-ventral. Una postu- eje vertebrador de la pareja.
ra, dicho sea de paso, injustamente
desacreditada como la posición del El Ciclo Vital de la Pareja
misionero, que permite, sin embargo
una comunicación mucho más rica Pero la pareja no está exenta de servi-
y, sobre todo, el inequívoco reconoci- dumbres con respecto al ciclo vital, así
miento individualizado del partener que la comprensión de las complejida-
sexual. Así nació la pareja, e incluso des de su dinámica relacional exige la
la familia, puesto que también esa si- introducción de una perspectiva evo-
tuación novedosa permitió empezar a lutiva. Distinguiremos cuatro etapas,
reconocer la paternidad. de las cuales dos, el enamoramiento
La conyugalidad puede ser definida y el amor, son prácticamente inevi-
de diversas formas. Una remitiría al tables, mientras que las otras dos, el
amor complejo o nutrición relacio- desamor y el litigio, pueden o no pre-
nal, aplicado a la relación entre los sentarse. Ocurre, sin embargo, que la
dos miembros de la pareja parental. enorme importancia clínica de estas
Según esta visión, la conyugalidad últimas aconseja su contemplación
nacería de la vivencia subjetiva de ser desde una óptica terapéutica.
complejamente amado o amada por el El enamoramiento puede ser defi-
otro o la otra. Y la complejidad residi- nido como un estado psico-relacional
ría en la existencia, en dicha vivencia, que conjuga alegría con deseo, excita-
de componentes cognitivos (como, por ción y una sensación de bienestar, todo
ejemplo, reconocimiento y valoración), ello en presencia de la persona que lo
Redes, Julio 2010

componentes emocionales (pasión provoca o evocado por su representa-


amorosa, cariño, ternura…) y compo- ción mental. Como fenómeno psico-
nentes pragmáticos (deseo, sexo y ges- lógico, está teñido fundamentalmen-
te de emociones positivas, aunque la teriza como especie haya duplicado el 13
amenaza de la pérdida, y más aún su promedio de vida no puede sino tener
materialización, puede generar afec- consecuencias sobre el desarrollo de
tos negativos de gran destructividad, la pareja. ¿Cómo evolucionará la per-
como agresividad o depresión. En cepción de cada cónyuge por el otro
tanto que fenómeno relacional, suele en esos 40 años de bonificación que
presentarse en los primeros momen- tocaría convivir ahora?
tos del ciclo vital de la pareja, aunque En cualquier caso, la separación y
existen excepciones de enamoramien- el divorcio, consecuencias naturales
tos tardíos de relaciones preexistentes. del desamor, deben ser contemplados
Algunas descripciones enfatizan los por los terapeutas de pareja, y por la
aspectos físicos, que pueden incluir sociedad en general, como etapas del
el aumento de la frecuencia cardíaca ciclo vital de la pareja: nacemos, cre-
y respiratoria o del tono muscular, la cemos y maduramos, nos enamora-
rubefacción, etc., aunque no es cierta- mos, hacemos y deshacemos parejas,
mente esa dimensión la que aquí nos y morimos. Mientras menos carga de
interesa. culpa o de fracaso conlleve el proceso,
El amor propiamente dicho es la menos doloroso será. Y menos graves
etapa de plenitud y madurez de la las consecuencias para la salud mental
relación de pareja, en la que ésta se de los cónyuges y de sus hijos.
consolida y se hace compatible con la Si la relación hace crisis y el des-
vida en sociedad y con las actividades amor se instaura, la preparación de
creativas. Una prolongación excesi- la separación y el divorcio debería
va del enamoramiento no permitiría conllevar una reconversión de la con-
mucho más que la consagración en yugalidad en post-conyugalidad, con
cuerpo y alma al ser amado, por no un predominio de los componen-
hablar del obstáculo que supondría tes pragmáticos del amor complejo,

Juan Luis Linares. Paseo por el amor y el odio: la conyugalidad desde una perspectiva evolutiva.
para el ejercicio de la parentalidad. adecuadamente reformulados hacia
Por eso es comprensible que las tor- cuestiones como la división del patri-
mentas emocionales cedan el paso a monio común y la adecuada gestión
un predominio de los componentes de los hijos.
cognitivos del amor. Pero, si la relación de pareja no se
El desamor, como resultado de una reformula armoniosamente como
evolución negativa del amor, ha exis- post-conyugal, es probable que se en-
tido seguramente siempre, pero en los tre en la etapa de litigio, definida por
últimos tiempos ha adquirido carta la confrontación. En ella predomi-
de naturaleza, a caballo de la generali- nan de nuevo los componentes emo-
zación de fenómenos como la separa- cionales, aunque ahora de signo ne-
ción y el divorcio. Y es probable que en gativo, configurando una especie de
ello influya el espectacular incremen- enamoramiento a la inversa. En ese
to de la longevidad. Hay que tener en caldo de cultivo proliferan fenóme-
cuenta que, hasta hace pocos años, nos como el mal llamado “Síndrome
los humanos estábamos programados de Alienación Parental” (Giovanazzi
para vivir no mucho más de la edad y Linares, 2007), que entretienen du-
fértil de la mujer. Que el continuo rante años a magistrados, mediado-
desafío a la naturaleza que nos carac- res y terapeutas.
14 A efectos de entender mejor los conocimiento de la existencia física
múltiples avatares del amor complejo, del otro es obvia y no plantea mayores
vale la pena repasar separadamente problemas. Pero, a nivel relacional, la
la evolución de algunos de sus prin- existencia del otro comporta una ple-
cipales componentes a través de las na autonomía, con sus propias nece-
etapas que acabamos de describir. Es, sidades distintas de las mías, cuyo re-
evidentemente, un artificio con fines conocimiento resulta imprescindible
didácticos, puesto que en realidad no como ingrediente cognitivo del amor
existen soluciones de continuidad en- complejo. El reconocimiento supone
tre tales componentes. la confirmación del otro, y por eso su
ausencia o fracaso recibe el nombre de
La Evolución desconfirmación.
del “Pensar” Amoroso En la etapa del enamoramiento
(Cuadro nº 1), la conciencia está tal-
El reconocimiento es un componente mente polarizada en el ser amado, que
cognitivo del amor complejo que im- se produce un verdadero exceso de re-
plica la aceptación, en términos rela- conocimiento o híper-confirmación.
cionales, de la existencia del otro. Es El lenguaje popular posee expresiones
difícil de definir y de entender, porque, altamente significativas de esta situa-
en el contexto de la pareja (y aún más ción, como “sólo veo por sus ojos” o “no
en el de la familia de origen), parece existe otra persona que él o ella”, que
que la existencia del otro se imponga ponen de manifiesto una inversión
por sí sola. ¿Cómo no voy a aceptar la de la relación con el otro que llega a
existencia de alguien a quien he ele- la negación de sí mismo. En algunos
gido para acompañarme en la vida, casos extremos, este peculiar estado
con quien hago el amor y con quien anímico equivale a una cierta locura
tengo hijos? Y, efectivamente, ese re- de amor.
Redes, Julio 2010

Cuadro nº 1
Calmados los excesos del enamo- cionalmente en la literatura sistémica 15
ramiento, la etapa del amor permite la el nombre de descalificación.
confirmación serena del otro, en una En cualquier caso, el difícil ejerci-
aceptación plena y equilibrada de su cio de valorar al otro en sus cualidades
existencia relacional. Ya no hace falta y en su manera de ser, se hipertrofia
que el resto del mundo desaparezca en el enamoramiento hasta alcanzar
para que la persona del ser amado des- niveles de mitificación. El otro, idea-
taque sobre él en nuestra apreciación lizado, se convierte en un dechado de
subjetiva. virtudes sin mezcla de defecto alguno.
Pero, si en un determinado momen- Y, cuando se alcanza la calma amoro-
to se impone la lógica del desamor, sa, el balance de la valoración positiva
será el tiempo de la desconfirmación. se mantiene, aunque desaparezca el
Pequeños indicios pueden estar pre- idealizado monolitismo previo.
sentes ya en etapas anteriores, bajo el El desamor es terreno abonado
signo indiscutido del amor: olvidar para la descalificación. El otro ya no
fechas de aniversarios, no reparar en gusta, e incluso lo que antes lo dis-
un nuevo peinado, o hasta necesitar tinguía favorablemente de los demás,
momentos de intimidad sin la presen- ahora se convierte en marca negativa.
cia del otro. Pero cuando esa dinámi- Lo que inicialmente era percibido
ca adquiere carácter predominante, como originalidad pasa a ser califica-
se convierte en desconfirmadora, do de histrionismo, y si antes me gus-
poniendo de manifiesto un serio de- taba su delgadez, ahora la veo canija.
terioro de la pareja. Si, además, se alcanza el estadío liti-
Por último, si ésta se instala en el gante, la hipercrítica se hará desmesu-
litigio, se asistirá a un paradójico pro- rada, alcanzando todas y cada una de
ceso de reconfirmación, aunque de las cualidades del otro.
signo negativo. La existencia del otro

Juan Luis Linares. Paseo por el amor y el odio: la conyugalidad desde una perspectiva evolutiva.
puede hacerse obsesivamente omni-
presente desde su condición satánica,
compendiadora de todos los males. Se
ha convertido en el enemigo y, para
combatirlo, no se le puede ignorar.
El otro gran componente cogniti-
vo del amor complejo es la valoración,
consistente en apreciar las cualidades
del otro, aunque sean (o hasta preci-
samente porque sean) diferentes de
las propias. En la pareja heterosexual
estándar, el género es una primera
fuente de valoración: me gusta su piel
suave, tan distinta de la mía, o sus
brazos musculosos, que yo no poseo.
Y, sea cual sea el sesgo sexual de la pa-
reja, el otro debe sentirse valorado si
se pretende que se sienta amado. La
ausencia de valoración recibe tradi-
16 La Evolución
del “Sentir” Amoroso

Los componentes emocionales del pondientes al estado afectivo de base,


amor complejo pueden ser clasifica- y las pasiones.
dos en dos grandes grupos: los corres

El Cuadro nº 2 muestra cómo, en revés. El odio lo invade todo y arras-


el enamoramiento, predominan las tra cualquier otra vivencia.
pasiones de signo positivo, que, en
su exaltación, tiñen el estado afecti- La Evolución
vo de base. En el período de plenitud del “Hacer” Amoroso
amorosa, las pasiones retroceden,
limitando su presencia a algunos Los componentes pragmáticos del
momentos ocasionales, mientras amor complejo de pareja que desta-
que el escenario afectivo básico está camos como más importantes son el
presidido por la ternura y el cariño. deseo, el sexo y la gestión de la coti-
Son emociones serenas, que quizás dianeidad. El deseo es la antesala del
no inspiran grandes gestas literarias, sexo, aunque a veces puede haber
pero que garantizan un buen nivel de cierta disociación entre ellos, por lo
nutrición relacional. que vale la pena considerarlos sepa-
Si se instaura el desamor, el estado radamente. En cuanto a la gestión
afectivo de base va virando hacia emo- de la cotidianeidad, siendo una cues-
ciones de signo negativo, principal- tión aparentemente banal, posee un
mente la irritación y el aburrimiento, potencial definitorio de la relación
mientras que las pasiones mantienen conyugal insospechadamente gran-
un perfil bajo, limitadas a esporádicas de. Una pareja puede arruinarse por
irrupciones. Éstas tienden a ser pro- el enconamiento de un desacuerdo
gresivamente negativas, aunque a ve- sobre quién, cómo y cuándo debe
ces aparecen picos positivos en episo- fregar los platos. Y, por el contrario,
dios de reconciliación. Si, finalmente, un acuerdo en esos temas brinda un
Redes, Julio 2010

se instala una dinámica pleitista, se margen de maniobra extra que puede


produce un regreso al clima pasional, ayudar a amortiguar los conflictos de
en una especie de enamoramiento al forma muy significativa.
17

En el enamoramiento el deseo sue- miento, aunque existen múltiples ex-


le ser acuciante, y su plena realización cepciones. Algunas parejas continúan
sexual conlleva experiencias de máxi- teniendo una vida sexual rica hasta la
mo placer, rayano en el éxtasis. Una víspera de la separación, y tampoco
pareja puede hacer el amor durante son raros los episodios de apasiona-
días, sin apenas más interrupciones miento postrero, que prolongan la
que las imprescindibles para las nece- agonía de la relación en espejismos de
sidades primarias, y sin reparar en lo eventuales reconciliaciones. Las cosas
que sucede a su alrededor. En cuanto se complican aún más cuando, como
a la gestión de la vida cotidiana, la dis- resultado de esos ardores tardíos, se
ponibilidad de ambos miembros suele produce un embarazo asumido por la

Juan Luis Linares. Paseo por el amor y el odio: la conyugalidad desde una perspectiva evolutiva.
ser total, produciéndose una entrega pareja. Por regla general, ello no hace
mutua solidaria de gran generosidad sino retrasar el desenlace en forma de
(Cuadro nº 3). ruptura, generando además dinámi-
El amor estabilizado estabiliza cas bastante destructivas. Aunque,
también el deseo y el sexo. Lo con- desde luego, tampoco en esta evolu-
trario sería insostenible en términos ción negativa cabe descartar excep-
evolutivos, puesto que, a plazo medio, ciones. Por ejemplo, estimulados por
resultaría incompatible con cualquier la nueva parentalidad, una pareja
actividad productiva. Además, ése es puede buscar recursos (v.g., una tera-
el momento de negociar la gestión de pia) para consolidarse.
la cotidianeidad, es decir, el reparto de Si se da un paso más hacia la eta-
las responsabilidades económicas y la pa de litigios, el deseo se convierte
distribución de las tareas domésticas. en rechazo y la sola mención del sexo
Resulta obvio que, si se entra en la como posibilidad provoca malestar.
fase de desamor, esa negociación se En el plano de la gestión cotidiana,
deteriore, generándose múltiples re- la economía ostenta el protagonismo,
proches que impregnan la conviven- puesto que los ex-cónyuges suelen sa-
cia. A su vez, el deseo y el sexo se ven botearse mutuamente en lucha por el
afectados en el sentido del empobreci- patrimonio común.
18 Acerca de la Relación porque el mundo relacional en ese
con los Hijos momento está tan limitado a la pro-
pia pareja, que los hijos se las verían y
Aunque el tema de estas reflexiones se las desearían para hacerse percibir
es la conyugalidad, no hay duda de por sus padres. De hecho, es lo que
que existen importantes influencias ocurre en las situaciones especiales
recíprocas entre ésta y la parentali- en que sí existen hijos de padres “ena-
dad. Por ello vale la pena detenerse morados”: reconciliaciones de gran
brevemente en algunos aspectos evo- intensidad pasional o nuevos enamo-
lutivos de la relación con los hijos a lo ramientos en familias reconstituidas
largo de las etapas que estamos con- (Cuadro nº 4). En tales circunstan-
siderando. cias, los hijos, o al menos alguno de
En la fase de enamoramiento, por ellos, pueden sentirse olvidados por
regla general, aún no existen hijos sus padres, acumulando vivencias de
de la pareja. Y menos mal que es así, desconfirmación.

La etapa del amor reúne las con- (Linares y Campo, 2000) puede fa-
diciones idóneas para la crianza de cilitar el desarrollo de fenómenos de-
los hijos: una buena y serena relación presivos o de problemáticas “límite”.
conyugal, exenta de turbulencias po- Si la pareja se desliza hacia el
sitivas o negativas, que permite des- desamor, cosa que puede ocurrir de
plegar la parentalidad atendiendo a forma lenta y solapada, el deterioro
los hijos conforme a sus necesidades. de la conyugalidad se convierte en
Sin embargo, también ese amor sere- un poderoso acicate para conseguir
Redes, Julio 2010

no puede entrañar peligros para los aliados, y los hijos son, en tales cir-
hijos, si los excluye demasiado rotun- cunstancias, los candidatos idóneos.
damente. La deprivación así generada Ciertamente que pueden defender-
se, sobre todo si cuentan con figuras sarrolladas en otros lugares (Campo 19
potentes en su entorno relacional y Linares, 2002) (Gottman, 1995) o
portadoras de funciones parentales que quedan por describir, dependen
delegadas (léase abuelos, tíos, etc.), en mayor o menor medida del tipo de
pero si sucumben a las presiones en pareja de que se trate. Por eso vale la
el juego de alianzas y contra-alian- pena proponer una tipología de pare-
zas, quedarán triangulados. jas que aporte una dimensión com-
Por último, si la pareja parental se plementaria con lo ya expuesto.
instala en los litigios, los hijos pue- La pareja humana se constituye de
den vivir todo tipo de situaciones acuerdo a complejas ecuaciones, en
disfuncionales, en un contexto rela- las que suele jugar un papel prepon-
cional caótico en el que el deterioro de derante el equilibrio entre igualdad
la parentalidad puede correr parejo y diferencia. Y en el Cuadro nº 5 se
con el de la conyugalidad. No es raro muestra el resultado del cruce de dos
que aparezcan entonces fenómenos dimensiones, la organización y la mi-
como el “Síndrome del Juicio de Salo- tología, susceptibles de sugerir igual-
món” (Giovanazzi y Linares, 2007) o dad o diferencia en el imaginario de
dinámicas de “alienación parental” los dos miembros de la pareja.
(Gardner, 1992). Por organización entendemos la
dimensión diacrónica de la estructu-
… Y una tipología de Parejas ra de un sistema, es decir, lo que per-
manece de dicha estructura a lo largo
Algunas de las muchas eventua- de las etapas del ciclo vital. Algunas
lidades evolutivas que acaban de ser cualidades de la organización son la
descritas en estas páginas, así como cohesión, la adaptabilidad y la jerar-
otras, muchas más, que han sido de- quía.

Juan Luis Linares. Paseo por el amor y el odio: la conyugalidad desde una perspectiva evolutiva.
20 La jerarquía nos interesa aquí es- demasiado fuerte. El principal riesgo,
pecialmente, ya que una de las dos si llega el desamor, es de ruptura por
dimensiones que se van a manejar a confrontación.
efectos clasificatorios es el grado de
igualitarismo o de diferencia en la or- Tipo II.
ganización del “sistema pareja”, que Los inicios de la pareja suelen estar
coincide con los clásicos parámetros marcados por una fuerte excitación y
sistémicos de simetría y complemen- una arrebatadora sensación de aven-
tariedad (Bateson, 1936). La otra tura. Se trata, probablemente, del
hace referencia a las mitologías, que enamoramiento más apasionado que
son los espacios de consenso, en el se pueda imaginar. Pero los códigos
sistema, de las narrativas individuales son tan diferentes, que no es raro que
de sus miembros (Linares, 1996). En se instaure la incomprensión recípro-
concreto, las parejas se pueden dividir ca, en el contexto de las más tempes-
en aquéllas cuyos miembros poseen tuosas escaladas simétricas. Existe un
narrativas individuales inscritas en marcado riesgo de violencia, que pue-
mitologías familiares (de origen) si- de desembocar en desenlaces trágicos
milares y compatibles, y aquéllas en (Cárdenas y Ortiz, 2005).
las que, al contrario, las narrativas
individuales de sus miembros son di- Tipo III.
vergentes, por proceder de mitologías La organización complementaria y
familiares diferentes e incompatibles. la similitud y compatibilidad de las
En el primer caso será fácil consensuar narrativas propician unos inicios de
una nueva mitología de la pareja y de gran paz y tranquilidad. Por regla ge-
la familia creada, mientras que en el neral uno protege al otro, a la vez que
segundo resultará arduo y conflictivo. éste depende del primero, aceptando
Del cruce de estas dos dimensiones se ambos que la definición de la natu-
generan cuatro tipos de pareja, que a raleza de la relación sea responsabili-
continuación se describen. dad de uno de ellos. Todos transitan
terrenos conocidos y previsibles, por
Tipo I. lo que existe poco riesgo de confron-
La igualdad y la compatibilidad de tación y, en cambio, sí de aburrimien-
las mitologías que cada uno aporta to y desmotivación. Si se produce la
desde sus familias de origen facilitan separación, será más por abandono
una gran seguridad en la exploración de uno de los cónyuges que no por
mutua en los primeros momentos. ruptura confrontadora.
Sin embargo, pronto se pone de ma-
nifiesto una tendencia a las peleas y Tipo IV.
los enfrentamientos, de la mano de Las diferencias son tan grandes, tan-
la organización simétrica. Se com- to a nivel organizacional como mito-
parten valores y creencias, se cons- lógico, que estas parejas suelen ser el
truyen fácilmente rituales comunes resultado de una relación instrumen-
y no se aprecian incompatibilidades tal o política. Se trata a menudo de
Redes, Julio 2010

para respirar la misma atmósfera matrimonios concertados, cuya ten-


emocional, pero la pugna por definir dencia en el desamor (que puede ser
la naturaleza de la relación puede ser la primera etapa del ciclo de la pareja,
en ausencia de enamoramiento y de 21
amor) es a la distanciación. El riesgo
de ruptura por escaso compromiso
relacional es alto, dándose de acuer-
do con una lógica de repudio.

Conclusiones

El paseo por el amor y el odio ha


permitido revisar algunas de las más
importantes características del amor
complejo de pareja, reflexionando so-
bre la evolución de sus componentes
cognitivos, emocionales y pragmáticos
a lo largo de las cuatro grandes etapas
del ciclo vital conyugal: enamora-
miento, amor, desamor y litigios.
La inclusión de una tipología de
parejas basada en el cruce de dos di-
mensiones, la organización y la mito-
logía, ayuda a comprender algunas de
las infinitas variaciones del panora-
ma de las relaciones conyugales. Así,
por ejemplo, el tipo II es la fórmula
que aporta los casos más floridos y
brillantes de enamoramiento, aun-
que puede desembocar en situacio-

Juan Luis Linares. Paseo por el amor y el odio: la conyugalidad desde una perspectiva evolutiva.
nes tormentosas y violentas y, even-
tualmente, en intensísimos litigios.
El tipo IV es el que con más facilidad
conduce al desamor, hasta el punto
de que puede ser ésa su única etapa
evolutiva significativa. En cuanto a
los tipos I y III, quizás los más fre-
cuentes, representan los ejemplos
más característicos de desarrollos si-
métricos y complementarios, y, como
tales, ilustran bien los modelos más
conocidos de amor y desamor.
En definitiva, algunas ideas nece-
sariamente parciales a propósito de
un tema inagotable, sobre el que ha-
brá que volver una y otra vez.
22
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Redes, Julio 2010
23

Una guía para la consultoría transparente


en situaciones complejas con equipos de
salud y servicios sociales
Gonzalo Bacigalupe, EdD, MPH1
Universidad de Massachusetts Boston

RESUMEN

El papel de consultor sistémico es diferente al del supervisor o del


terapeuta, a pesar que en el rol de consultor con equipos de profesionales
se utilizan habilidades similares a las del terapeuta relacional.
Este breve artículo ofrece un esquema para organizar una forma de
colaboración, participativa y transparente, de consultoría en situaciones
y organizaciones complejas—servicios de protección infantil y de salud
primaria o atención comunitaria. Se ofrece este modelo no como un
proceso normativo para el proceso de consulta. Al ofrecer una secuencia
de etapas que se pueden producir en una consulta de colaboración, el
autor espera que los consultores sean más responsables en sus prácticas
y, por tanto, es un aporte a la evaluación y desarrollo de evidencia
sistemática de las actividades de consultoría.

Las etapas descritas en este breve intento de sistematización de la


práctica de consulta con los equipos de trabajo son:
(I) Presentaciones → (II) Elaboración de Significado → (III) Resonancias
→ (IV) Significados Alternativos → (V) Alternativas de Planificación
y Ejecución → (VI) Evaluación.

1. Nota del Autor:


Gonzalo Bacigalupe, EdD, MPH, es Profesor Investigador Ikerbasque en el Departamento de
Psicología, Universidad de Deusto, Bilbao y es Profesor Asociado y Director Programa de Terapia
Familiar, Universidad de Massachusetts de Boston E-mail: gonzalo.bacigalupe@umb.edu.
Este artículo es un versión modificada y abreviada de Mapping transparent consultations with
health and protective services (2009), Journal of Systemic Therapies, 28(3), 77-88. El autor
agradece el apoyo de la Fundación Fulbright por el apoyo prestado durante la preparación de este
manuscrito.
24

ABSTRACT

Consultants have a different role from supervisors or therapists


even though relational consultants use similar skills. Experienced
psychotherapists have the privilege of consulting with teams of
professionals. This article offers a scaffolding model to organize a
collaborative, participatory, and transparent form of consultation in
complex institutional settings—child protective services and community
health care agencies. The scaffolding is not a normative process to the
consultation process. However, offering a clear sense of the stages that occur
in a collaborative consultation may make interviewers more accountable
to the consultation practice and thus start construing evidence about these
activities.

The stages described in this brief attempt at systematizing the consultation


practice with teams working with families are:
Introductions → Meaning-Making → Resonances → Alternatives Meaning
→ Planning and Implementation → Evaluating.

P
or lo general, al comenzar la Actuar de modo transparente en
consulta, el diálogo entre los la consultoría es central en un enfo-
participantes se ha detenido, que colaborativo. Exige del consultor
los miembros del sistema se encuen- explicar sus intenciones durante la
tran atrapados en monólogos repetiti- entrevista, implica hacer evidente los
vos de reafirmación de sus posiciones supuestos que informan las hipótesis
(Anderson & Goolishian, 1988). La del consultor y en el cual los procedi-
diversidad de ideas es inexistente en mientos de consultoría se sustentan:
este contexto, cada parte tiende a tener las preguntas, el contexto de las re-
una visión estereotipada del otro, y no uniones, etc. Los terapeutas narrati-
existe una forma aparente de meta- vos llaman a este proceso: situar a la
conversar de modo productivo acerca persona del profesional en la intersec-
de estas dificultades. Los terapeutas, ción de los contextos políticos, insti-
en esas situaciones, hemos sido me- tucionales y culturales (Freedman y
tódicamente entrenados en provocar Combs, 1996; Madigan, 1991).
e invitar a una mayor variedad en el La transparencia incluye un es-
pensamiento de los miembros del sis- pectro amplio de discursos relacio-
tema, no por medio de dirimir quién nales desde los modelos pragmáticos
tiene la razón o sugiriendo alternati- al de los de intenciones discursivas
vas, sino preguntando a las personas (Roberts, 2005). El acercamiento
para centrar su atención en construc- transparente, en la práctica, sin mie-
Redes, Julio 2010

ciones que pueden haber recibido es- do a compartir con aquellos con los
casa atención antes de la agudización cuales estamos conversando, requiere
del conflicto (Real, 1990). escuchar y hacer transparente nues-
tro flujo de pensamientos evocado te a la escuela primaria en un barrio 25
por la situación-problema. Sin em- urbano y pobre de Massachusetts.
bargo, los expertos profesionales en Margarita es derivada por dificulta-
servicios humanos y de atención de des de aprendizaje y emocionales en la
salud tienden a tener dificultades en escuela por un trabajador de servicios
comprender las prácticas de transpa- de protección infantil que ha estado
rencia. Pero desde la perspectiva del trabajando con la familia después que
terapeuta situado, hacerle el quite a un profesor denunció a la familia a las
los procesos de transparencia pone autoridades por sospecha de negligen-
en jaque la colaboración real con los cia. El terapeuta le cuenta al consultor
que solicitan la ayuda del consultor que los diferentes profesionales en los
(Monk & Gehart, 2003). servicios de protección y de otras ins-
Acentuar los procesos de transpa- tituciones como la escuela no se comu-
rencia es particularmente esencial en nican bien. El consultor le sugiere al
el caso de la consulta con los equipos terapeuta familiar que, como primera
de profesionales que trabajan dentro medida, cite a una reunión en la que
de los servicios sociales o sistemas todos los profesionales envueltos en la
de servicios de salud complejos. En situación estén presentes. Cuando la
su mayor parte, el enfoque colabora- reunión se lleva a cabo, se incluye a los
tivo de los terapeutas del lenguaje ha trabajadores sociales, sus supervisores,

Gonzalo Bacigalupe. Una guía para la consultoría transparente en situaciones complejas con equipos de salud y servicios sociales.
acentuado la capacidad de “disolver el equipo de la escuela (maestros, con-
el problema” a través de la conversa- sejeros escolares, el personal de edu-
ción con las familias y los profesio- cación especial), el abogado asignado
nales (Anderson & Gehart, 2007), a la familia, y el terapeuta. La orga-
pero no con las redes institucionales, nización de la reunión en sí fue una
énfasis al cual se le presta atención en tarea compleja debido a los conflictos
este artículo. En un enfoque de co- de horario, el espacio de reunión, y la
laboración, la eficacia clínica se basa agenda a negociar. La primera tarea
en la actitud, la postura o posturas del consultor es reconocer la posición
emocionales “que adoptamos en rela- privilegiada en que se encuentra y las
ción a los clientes’ y no en una técnica tensiones que evoca al no tener una
específica (Madsen, 2007). Cuando larga historia de lealtades institucio-
hacemos una pregunta, no situando nales o en relación al caso. La mayor
sus premisas subyacentes, la pregun- parte de las veces se le percibe como
ta del consultor se transforma en una un intruso, pero también como al-
forma de asesoramiento escondido guien que tiene la oportunidad de
en una pregunta (Bacigalupe, 2000, posicionarse de modo “neutral”. Al
2003b). La transparencia, entonces, comenzar a hacer preguntar, el con-
exige un intercambio honesto de lo sultor debe estar atento a la percep-
que el consultor está pensando, más ción de los participantes que ven mi
que una estrategia “curiosa” o un in- posición de consultante como “fácil”,
terrogatorio que debe conducir a un ya que no tenía que experimentar las
resultado estudiado. limitaciones de los roles institucio-
Margarita es una niña de ocho nales impuestas vis-à-vis. en el caso.
años de edad, hija de una familia de Ser un extraño, en consecuencia, es
inmigrantes salvadoreños, que asis- fuente de dificultades y privilegios,
26 que surgen en particular a partir de po que relativizamos su aplicabilidad
la falta de conocimiento acerca de la al contexto y situación específica. Sin
situación e historia institucional. embargo, la integración de la noción
de “no saber” y las experiencias de un
El Escenario consultor experto provee mayor fle-
de las Consultas Complejas. xibilidad y una mayor probabilidad
de satisfacer las necesidades del siste-
Las consultas complejas ocurren en ma en cuestión o en la disolución del
grandes organizaciones burocráticas problema/sistema per se. El papel del
como los servicios de protección in- consultor consiste en reforzar y ali-
fantil, así como en pequeños equipos mentar los elementos salutogénicos
de profesionales que trabajan con relacionales, y reconocer las habilida-
familias interactuando con institu- des y capacidades de cambio en el sis-
ciones de salud o protección social. tema. Excelentes ejemplos de formas
Es en estas organizaciones donde es de colaboración y participación en
común que se impongan los objetivos contextos institucionales difíciles y
y resultados a las familias y sus redes complejos se pueden encontrar en la
de apoyo, y donde es difícil garanti- literatura de la terapia familiar (Mad-
zar un proceso dialógico (Moore y sen, 2007; McGoldrick & Hardy,
McDonald, 2000). Como consultor 2008). Intento en este trabajo desa-
sistémico, me enfrento a mis propios rrollar un esquema para el desarrollo
supuestos acerca de lo que se debe de la sesión de entrevista de consulta
hacer o cómo se deben resolver los de equipo en similares contextos ins-
problemas para los cuales consulta titucionales complejos.
la familia o la organización. Funcio-
nar como un tecnólogo experto que Un Escenario Perpetuo.
resuelve los aspectos disfuncionales
del sistema es tentador, ya que este Todos los participantes en la consul-
es el discurso predominante sobre el toría tienen una historia significativa
rol del profesional sistémico. Desde o determinante que contar y que in-
la perspectiva de la colaboración, mi forma sus preocupaciones. Un traba-
desafío como consultor es “no saber” jador social se queja a su supervisor
(Anderson, 2001) e invitar a los dis- acerca del funcionamiento de la orga-
tintos participantes a un diálogo des- nización. Entre sus quejas se encuen-
de el conocimiento local de los que tra la falta de tiempo que se le dedica
consultan. No saber implica partir de a su supervisión, los bajos sueldos, los
entender el mundo desde la perspec- siempre cambiantes y difíciles requi-
tiva del otro, entender cómo el otro sitos burocráticos, las rígidas reglas
construye ese entendimiento y, por que dictan cómo se debe ayudar a las
ende, cómo diseña soluciones. Por su- familias, la falta de buenos servicios a
puesto que los consultores traemos a los cuales referir las familias, etc. No
la mano paradigmas empíricos, clíni- es difícil empatizar con sus preocupa-
cos, e interpretativos, que pueden ser ciones porque reflejan una evaluación
Redes, Julio 2010

simplemente distintos “prejuicios”. precisa de lo que frecuentemente los


Una actitud participativa nos obliga a profesionales encuentran en las gran-
compartir ese conocimiento, al tiem- des burocracias públicas.
Si el consultor conversa con el su- a menudo, inevitable. Es difícil que 27
pervisor del trabajador social, la con- los participantes interpreten su par-
versación se mueve hacia el exceso de ticipación como parte del problema
trabajo, el estrés que se sufre al tener y fundamental para cambiar la situa-
que estar disponible para llamadas ción y/o contexto. Los individuos con
de emergencia durante los fines de menos ingerencia en la situación, las
semana, la innumerable cantidad de familias y los profesionales de aten-
reuniones, la dificultad de mantener ción directa, se encuentran en una
o contratar a personal calificado, el situación insostenible en estas inte-
miedo a enfrentar a un caso que pue- racciones repetidas y frustrantes. Para
da aparecer en los medios de comu- las personas con más responsabilidad
nicación, y una sensación general de y poder en la jerarquía organizacio-
sentirse atrapado por las exigencias nal, la percepción predominante es
provenientes de los superiores y sub- frecuentemente que los demás deben
alternos. En palabras simples, este hacer “su trabajo y ser responsables” y
profesional “se siente en el medio de las posibilidades de cooperar parecen
un sándwich” o desgarrado por las lejanas e imposibles. La paradoja es
demandas múltiples y contradicto- que el consultor no sólo se enfrenta
rias de la institución. Si el consultor a la pregunta explícita que original-
tiene la oportunidad de hablar con mente lo trajo a la consultoría, sino

Gonzalo Bacigalupe. Una guía para la consultoría transparente en situaciones complejas con equipos de salud y servicios sociales.
representantes de la administración, también con una estructura institu-
las preocupaciones fundamentales cional y cultura organizacional que
que emergen son la productividad, los se enfrenta a fracasos constantes. El
resultados, el presupuesto, y las rela- papel del consultor en esta situación
ciones públicas. es la de investigar y poner de relieve
Los consumidores o clientes, por cómo, en el plano de las interacciones
otra parte, se encuentran en una re- interpersonales, existe un desarrollo
lación paradójica con las organiza- isomórfico de las limitaciones que
ciones destinadas a servirlos. Esto es reflejan la posición individual y las
especialmente cierto si un juez ordena limitaciones institucionales (Giaco-
la persona o familia asistir a terapia, mo & Weissmark, 1986; Liddle &
o si la organización es una más entre Schwartz, 1983). Los conceptos cen-
las muchas que se supone están dise- trales de la terapia sistémica nos ayu-
ñadas para ayudarlos a través de una dan a entender estos procesos sistémi-
crisis o la resolución de problemas. cos viciosos estables, y a informar un
Las familias necesitan a los servicios diagnóstico más allá del mecanismo
sociales, pero también desean que de las culpas mutuas.
desaparezcan de sus vidas. Las fami-
lias están, además, constantemente Las Etapas de Consulta.
bajo la vigilancia y demanda de otros
agentes de control social, terapeutas, Después de analizar varias sesiones
profesionales de la salud, etc. de consulta y observar a otros consul-
Cada uno de estos posibles parti- tores, ha sido útil definir las distintas
cipantes en la consulta considera que etapas en las cuales se estructura y
el problema reside en el otro. Un ci- evoluciona una entrevista de consul-
clo de culpas mutuas (Paul, 1997) es, toría. Es tentador, pero también pue-
28 de ser engañoso, ofrecer descripciones mación sirve al consultor, más tarde,
ordenadas o esquemáticas de instan- para preguntar cómo se imaginan que
cias que son, fundamentalmente, serían las respuestas de aquellos no
contextuales. Sin embargo, ser capaz presentes. Similar al enfoque de Gru-
de proporcionar a los participantes po de Conferencia Familiar (Burford
un esquema orientador antes de la & Hudson, 2000; Pennell & Ander-
reunión de consulta refuerza los pro- son, 2005), el consultor profundiza su
cesos de colaboración. Los estudian- conocimiento del otro en el momento
tes en formación, los profesionales, de introducción, intentando que la
los profesores, y supervisores clíni- escucha de cada participante no sólo
cos también pueden beneficiarse de se remita a las experiencias problemá-
la utilización de un esquema similar ticas, sino también a las salutogénicas.
en la organización de las sesiones de Un componente importante de esta
consulta. Finalmente, la utilización etapa introductoria es identificar a un
de un esquema evolutivo tiene como “líder natural”, una persona conside-
objetivo final evaluar y monitorear la rada por todos los participantes como
efectividad del proceso de consulto- alguien de confianza y con la cual
ría. El esquema que se sugiere aquí es continuarían trabajando en el futuro.
sólo un mapa y no el territorio, una Durante las presentaciones, además
verdadera colaboración dará lugar al de describir el papel que han desem-
abandono de este esquema y la crea- peñado hasta ese momento, a los pro-
ción de un proceso que satisface nece- fesionales se les pregunta cuáles son
sidades contextuales y locales. sus preocupaciones, independiente
del rol específico que les toca cumplir
I. Presentaciones. en relación a la familia o la institu-
ción a la que pertenecen. Se les invita
En la primera etapa de una consulta, también a compartir una historia que
los participantes y el consultor son puede sorprender a los demás y que
invitados a aprender de modo res- quizás ellos vean sólo marginalmente
petuoso acerca de sí mismos. A cada relacionada con el caso. Varios de los
participante se le pide que se presente participantes comparten historias de
con nombres, funciones profesiona- inmigración y las historias intergene-
les, y cualquier otra información que racionales de sus familias. En el caso
puede ser pertinente en ese momento de Margarita, cuando el terapeuta
en particular o en esas circunstancias. familiar se pregunta acerca de quién
Es también la ocasión para investigar puede ser un recurso potencial pero
quiénes son los que no atendieron la que está ausente, nos enteramos que
entrevista. Incluir la voz de los au- el hermano mayor de Margarita, fue
sentes desarrolla confianza y permite detenido en su lugar de trabajo cuatro
al grupo planificar futuras acciones, meses antes, acusado de no tener do-
incorporando a todos los potenciales cumentos migratorios para residir en
participantes. Al preguntar quién más los Estados Unidos. Varios de los par-
podría haber asistido y que podría ha- ticipantes cuentan de sus experiencias
Redes, Julio 2010

ber sido una voz de apoyo a los pre- de emigración.


sentes, es útil combatir sentimientos El consultor también se presenta y
de aislamiento y soledad. Esta infor- se da paso una síntesis de por qué el
consultor ha sido invitado a facilitar hipótesis o añadir otras complemen- 29
esta conversación. De modo automá- tarias, deteniéndose la exploración de
tico, en las presentaciones los parti- historias alternativas o explicaciones
cipantes comienzan a hablar sobre distintas a la que comienzan a do-
el problema o problemas (Andersen, minar la conversación. En esta situa-
1990, 1992) y el tipo de preguntas ción, la hipótesis se centra a menudo
que son útiles en el inicio para fomen- en un sistema o un grupo de sujetos
tar responsabilidades de los partici- que no están presentes en la reunión.
pantes influyen: ¿Cómo le gustaría Un segundo escenario, en esta etapa,
utilizar la sesión de hoy? ¿Qué espe- es el choque de significados, y el con-
ran lograr en la reunión de hoy? ¿Han secuente silencio de aquellos con me-
considerado alguna otra manera de nos control, poder, o agencia. Es en
discutir el problema? ¿Tienen algún estas situaciones donde el consultor
comentario sobre lo que se ha dicho? interviene para facilitar el continuo
Las preguntas en esta etapa son parte desarrollo de hipótesis alternativas.
de la construcción de confianza, más Cuando la conversación se estanca,
que el acopio de información acerca esta paralización sirve para dar pistas
de cada participante. Similar al obje- sobre lo que mantiene las interaccio-
tivo de el primer encuentro con una nes no productivas entre los partici-
familia en terapia, lo que espero es pantes o lo que impide la disolución

Gonzalo Bacigalupe. Una guía para la consultoría transparente en situaciones complejas con equipos de salud y servicios sociales.
que cada participante se sienta escu- del problema a través del diálogo.
chado, entendido y apoyado. Para transformar estos intentos de
cierre prematuro o desacuerdo polari-
II. Elaboración zado, el consultor suavemente puede
de Significado. alentar a los participantes a continuar
verbalizando sus ideas sin necesidad
La exploración de la hipótesis y los de esperar a llegar a una hipótesis de-
significados es la segunda fase. La finitiva que es aparentemente fácil de
situación problema puede haberse corroborar. El consultor sostiene, en
mencionado en la etapa anterior o ser la medida de lo posible, una forma de
parte de un informe por escrito, o uno posición curiosa e irreverente (Cec-
o varios de los asistentes han narrado chin, 1987; Cecchin, Lane & Ray,
versiones de ella. En este momento 1993) en la que el objetivo es especu-
se revisan estas narrativas. Es una lar tanto como sea posible sin cerrar la
etapa de la conversación en la que el conversación.
consultor no solicita consensuar qué El trabajador social y su supervisor
hipótesis o significado puede ser más en la oficina de protección al menor
preciso y útil. Dos clases de conversa- están preocupados por los informes
ción surgen a menudo en esta etapa. sobre negligencia que ha enviado la
El error más común en esta etapa de profesora de Margarita. La niña ha
la conversación es apresurarse a un estado llegando tarde a clase, a me-
cierre prematuro del significado de nudo usando la misma ropa todos los
estas narrativas. En este caso, después días, parece aletargada y bostezando
de escuchar un par de hipótesis o sig- en clase, y se aísla de las actividades de
nificados, la conversación comienza sus compañeras. Los informes que los
a canalizarse hacia corroborar una maestros han escrito y los mensajes
30 telefónicos no han sido respondidos sea el que comience a abrirse y com-
por la familia. Los malentendidos so- partir sus propios sentimientos pro-
bre el papel de los padres en relación voca una reacción de contagio. Esta
con el sistema escolar se exploran en etapa en sí misma no necesariamente
la entrevista con el consultor contan- genera nuevas ideas que directamente
do algunas de las experiencias de los ayudan a resolver los problemas plan-
emigrantes latinos en el contexto del teados por el caso. Es, sin embargo,
sistema escolar estadounidense. una etapa significativa ya que permite
El consultor, en esta etapa, ayuda enfrentar de modo colaborativo los
al grupo a escuchar la mayor cantidad sesgos y prejuicios de los participan-
de información posible sin necesidad tes y reconocerlos como una reacción
de crear una hipótesis unitaria o un “natural” y que es posible reencuadrar
significado consensuado. En un con- al servicio de los objetivos que tiene el
texto de respeto mutuo y con humor, conjunto de participantes. Siempre es
el consultor facilita una apreciación sorprendente escuchar que hay simi-
inquisitiva y una auténtica relación litudes en las reacciones entre partici-
de escucha activa de las ideas o prác- pantes que pueden haber tenido una
ticas de los participantes, que no debe posición opuesta sobre el caso.
quedar en puras formalidades o apa- El caso de Margarita movilizó entre
riencias de respeto. los miembros del equipo un profun-
do sentimiento de frustración acerca
III. Resonancias. de las restricciones que imponen las
leyes de emigración recientemente
Cuando los participantes y el consul- instauradas por el gobierno federal, y
tor concuerdan en que se ha llegado a que se oponen a una respuesta flexible
un nivel de saturación en el desarrollo y humanitaria con la cual todos los
de nuevas ideas (Ej. las ideas se repi- participantes parecían identificarse.
ten, no emergen nuevos significados), Por un lado, la niña necesita un apo-
el consultor pide a los participantes yo social y emocional en su casa, pero
que compartan sus intuiciones o “co- la persona que proporcionaba este
razonadas.” Se explora cómo el caso o apoyo estaba agobiada por las exigen-
situación resuena (Casement, 1991; cias de trabajo, que se intensificaron
Elkaim, 1990) con la vida personal después de la detención del provee-
o profesional o una situación actual dor. Lo que ofrecían las organizacio-
o pasada que ha experimentado cada nes de protección al menor requería
participante. Esta etapa a menudo condiciones familiares insostenibles
genera los cambios más notorios en debido a la acción de otras fuerzas de
el tono de la conversación. La gente control social. Cualquiera de las solu-
tiende a esperar su turno, a hablar con ciones obvias situaba a la familia y la
más lentitud, y hay menos interrup- niña en una situación emocionalmen-
ciones. A veces, es difícil hacer parti- te dolorosa. El consultor proporciona
cipar o que se inicie un diálogo de re- al equipo, el tiempo necesario para
sonancias entre aquellos que ocupan explorar estos dilemas antes de conti-
Redes, Julio 2010

un papel superior en la institución o nuar adelante.


tienen responsabilidades de supervi- Este proceso es a menudo más
sión. En mi experiencia, cualquiera breve que el anterior y conduce a los
participantes a reconocer en la prác- nales. El descubrimiento de ideas de 31
tica la compleja idea de que el obser- “desviación positiva” (Bradley y col.,
vador crea realidades. Es una suerte 2009; Cameron, Dutton, y Quinn,
de intenso curso práctico en teorías 2003; Pulido, et al., 2002) son fáciles
socio-construccionistas. Este es un de entender y adoptar en esta etapa, si
aspecto importante, porque la inten- los participantes han sido alentados a
ción de la consultoría es examinar pensar en las excepciones al problema
conjuntamente con los participantes o en personas que podrían orientar a
los múltiples contextos y los sistemas la familia en una dirección diferente.
de definición de la situación actual. El consultor disuade de pensar única-
Usualmente la constatación de que el mente en términos psicológicos e indi-
dilema paradojal en que se encuentra vidualistas, y busca que todos puedan
la familia es similar al que se encuen- ver su propia participación como ele-
tran los profesionales que intentan mento intrínseco de las posibilidades
ayudarla, genera una reacción emo- y dificultades del caso. También es un
cional que posibilita la colaboración momento en que los diálogos sobre la
real entre todas las partes. Es una eta- interacción de raza, sexo, y otros indi-
pa en la que los individuos compren- cadores sociales y culturales se ponen
den su posición dentro de un contex- sobre la mesa de modo explícito (Ta-
to más amplio, que también contiene masase & Waldegrave, 1993). A par-

Gonzalo Bacigalupe. Una guía para la consultoría transparente en situaciones complejas con equipos de salud y servicios sociales.
la institución de ayuda (s) como parte tir de este momento, los participantes
del problema. comienzan a hablar, casi de forma es-
pontánea, acerca de otras maneras de
IV. Significados relacionarse con la familia.
Alternativos. En la medida que el equipo ha de-
batido el contexto socio-político en el
La cuarta etapa es una sorpresa para que caso de Margarita se encuentra
los que no han sido formados den- y cómo ha afectado a su trabajo, la
tro de una perspectiva sistémica. Se mayor parte del diálogo en esta etapa
pide a los participantes reestructurar incluye una revisión de cómo las posi-
y evocar de manera positiva la situa- bles intervenciones de los profesiona-
ción y las acciones de las personas les puede ser iatrogénicas o limitantes
(Boscolo, Cecchin, Hoffman y Penn, de las opciones que la familia puede
1987; Campbell, Draper, y Crutchley, elegir.
1991). La consultoría aquí alienta un Las prácticas de colaboración se
proceso de colaboración en el que producen en un dominio intercultu-
todos se ven involucrados en la cons- ral que es constitutivo de cualquier
trucción de descripciones, connota- consulta. El marco intercultural,
ciones y significados, construidos de como constitutivo de una consulta,
un modo alternativo y positivo. La proporciona una rica metáfora para
conversación moviliza la restructu- describir la naturaleza del encuen-
ración y connotación positiva de los tro entre consultores y participantes.
significados compartidos y las hipó- Las funciones más complejas de los
tesis anteriores. Como resultado, se consultores, su interacción con las
elaboran nuevas hipótesis que son instituciones, y las dinámicas que
culturalmente consonantes y relacio- emergen en el proceso de consultoría
32 puede ser mejor entendidas dentro de El equipo utilizó la última parte de
un marco intercultural (Bacigalupe, la consulta para delinear un informe
2003a; Bacigalupe, 2003b). Si se defi- que establecía qué tipo de apoyo re-
ne la interacción de consultoría como quería tener la familia para que Mar-
encuentros culturales, podemos pen- garita se reuniere con ellos en el corto
sar en nuestra posición vis.-a-vis., los plazo. El equipo también estuvo de
clientes y sus “lugares” y “posiciones:” acuerdo en que el apoyo a la familia
sus experiencias de ser dinámicamen- implicaba apoyar a los hijos adultos
te aquí, allá, o en el intersticio de am- encarcelados, lo cual también se tra-
bas posiciones. En esta etapa, los gru- duciría en una mejor relación con la
pos difieren en cómo quieren manejar familia, además de avanzar en el caso
el resto de la conversación o proceso. en el tribunal de inmigración.
Si los participantes creen que pueden No importa qué tan pragmático
empezar a aplicar algunas de las so- sea el plan, esta es una ocasión en
luciones conversadas en este encuen- que el equipo trabaja para apreciar
tro, el consultor puede planificar una las innovaciones que han ocurrido o
breve evaluación en lugar de avanzar con las que el grupo de profesionales
hacia la fase de planificación y ejecu- y la familia están dispuestos a com-
ción. Cabe enfatizar que un consultor prometerse (Cooperrider, Whitney,
desarrolla un estilo que es fácilmente y Stavros, 2008; Hammond, 1996).
reconocible por los que participan en Es, también, un momento en el que
el proceso de consulta y, sin embargo, el consultor puede compartir algunas
no deja de ser un producto único en de sus preocupaciones, algunas no
cada ocasión. En otras palabras, cada necesariamente originadas solamen-
consultoría produciría un consultor te en el contexto de la conversación,
con características diferentes. sino a partir de experiencias previas
del consultor en situaciones similares.
V. Alternativas de Por ejemplo, puede ser el momento
Planificación y Ejecución. para plantear algunas preocupacio-
nes acerca de cómo un discurso o
En las etapas finales, el consultor in- persona no fue escuchada o cómo un
vita a un diálogo sobre las diversas grupo o contexto social puede haber
alternativas que existen para el futu- impedido que expresen ciertas ideas o
ro, y de qué manera aplicar lo que el pensamientos. Estos comentarios son
grupo imagina como posibles solucio- a menudo sobre cuestiones relaciona-
nes o formas de disolver el problema. das con la desigualdad de género, la
En los escenarios más tradicionales, raza, la clase social, discapacidades,
los participantes desarrollan un plan acceso, etc. En esta etapa, se consulta
específico para superar los obstácu- con los participantes acerca de cómo
los que originaron la consulta y, en se debiera documentar la reunión, de
esos casos, la programación de otra modo que sirva a los objetivos que el
reunión podrán referirse a la revisión grupo ha definido. El reporte puede
periódica de las situaciones difíciles, tener la forma de un informe, una
Redes, Julio 2010

de los casos, o compromisos entre carta, o una invitación. Este escrito


profesionales y consumidores, pacien- puede resumir los resultados, invitar a
tes, o clientes. otros posibles participantes, servir de
referencia o como un “informe foren- talinos en los cuales los participantes 33
se” para la familia, un reporte clínico encuentran reflejadas de modo neu-
para otro profesional, o de abogacía tro sus experiencias. Somos parte de
comunitaria. (Bacigalupe, 1996). esa actividad y, como tales, responsa-
bles de su curso tanto como los demás
VI. Evaluación. participantes lo son: la consulta no es
una construcción de la realidad para
Por último, los participantes y consul- el otro. El espacio de consulta debería
tor deben evaluar lo que se ha logrado. proporcionar a los participantes nue-
El proceso del grupo y el contenido vas formas de concebir sus relaciones
de la información (oral y escrita) son tanto como nuevas herramientas para
ambos considerados en esta parte de remodelar los contextos sociales e ins-
la conversación. Es un examen franco titucionales que impiden el estableci-
y honesto de la labor y actitud general miento de relaciones positivas.
del consultor, así como una valoración Un consultor está constantemen-
positiva de los esfuerzos de los parti- te cuestionando su papel, re-signifi-
cipantes por parte del consultor. En cando su identidad en lo que a veces
esta etapa se toman decisiones acerca parece una situación insostenible, y
de si es necesario tener más reuniones diagnosticando cuál es su posición en
para discutir estas cuestiones y quién relación los participantes. A veces se

Gonzalo Bacigalupe. Una guía para la consultoría transparente en situaciones complejas con equipos de salud y servicios sociales.
más es imprescindible que participe trata de un lugar en el borde, a veces
de la conversación. Si los participan- en el centro, o como un puente en-
tes mencionaron en la reunión quié- tre distintas posiciones, personas, o
nes no estaban allí, este es el momen- territorios institucionales. Esta bús-
to para discutir cómo se incluirán en queda o posicionamiento es similar a
las siguientes reuniones. Esta es una los esfuerzos del inmigrante cuando
sugerencia que a menudo surge de la intenta comprender la sociedad de
conversación misma más que de una acogida y la búsqueda constante de
directriz del consultor. una identidad única y plástica. Ser un
consultor ha sido una tarea profesio-
Conclusión: nal mía, pero también es mi propia
la Transparencia experiencia como inmigrante la que
y la Interseccionalidad. me ha sido muy útil en el contexto
de una consulta, especialmente en el
¿Cómo aprenden a actuar los profe- ejercicio de una posición reflexiva.
sionales como consultores dentro de El posicionamiento es, de hecho, la
un marco de colaboración? “Consul- base epistemológica de varios modelos
ting” es, como muchos oficios pro- teóricos que son útiles para alejarnos
fesionales, un proceso reflexivo en de la primacía de las teorías que insis-
evolución (Schön, 1987) que requiere ten en las agrupaciones de individuos
un proceso iterativo entre la práctica dentro de un conjunto particular de
y la reflexión sobre esa práctica. La características estáticas. Este enfoque
consultoría requiere un alto nivel de ha cobrado sentido en mi interacción
transparencia sobre las metodologías profesional con las familias de inmi-
y nuestras posiciones epistemológicas grantes afectados por el trauma y la
y axiológicas. No somos espejos cris- violencia ejercida desde dentro y fuera
34 de sus casas y los clínicos individua- formas abiertas de discriminación
les y de servicios humanos de las or- y racismo. En las formas más benig-
ganizaciones que trabajan con ellos. nas de la socialización profesional,
A menudo, estas son las familias que la sensibilidad y, en ocasiones, la ce-
han vivido formas crónicas de abuso, lebración de la diferencia no es sufi-
negligencia, y amenazas de ruina eco- ciente, porque esconde la negación o
nómica, cultural y política. En estos el silencio acerca de las desigualdades
casos, el dominio intercultural suele y el impacto pernicioso de los enfo-
ser evidente para los profesionales ques paternalistas hacia estas fami-
que interactúan con estas familias, lias. La consultoría en el sistema de
pero no necesariamente debido a que protección del niño y en los sistemas
la competencia cultural no emerge de salud, por ejemplo, requiere de una
simplemente en función de obvias evaluación continua de estas dimen-
diferencias culturales o la adscripción siones realizada por el consultor. En
racial étnica de un profesional al mis- mi trabajo como consultor he des-
mo grupo étnico o racial de la familia. cubierto que en mi propia evolución
Sin embargo, el papel que juega la in- como inmigrante y en una identidad
tersección de esas diferencias y la des- multicultural se encuentra una rica
igualdad es a menudo no examinado, fuente de herramientas que sirve para
es boicoteado, y evaluado con lentes entender las trampas en las cuales se
psicopatológicos. En su forma más encuentran las familias y las institu-
brutal, cuando los profesionales han ciones, pero también las posibles pre-
sido entrenados para analizar las defi- guntas que impulsen la resolución o
ciencias, las habilidades profesionales disolución del problema que los trae a
sirven de modo sutil para condonar la consultoría.
Redes, Julio 2010
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38
Redes, Julio 2010
39

La violencia familiar en la encrucijada


entre terapia, mediación y justicia
Lia Mastropaolo1

RESUMEN

La autora relata su experiencia como terapeuta y mediadora en el servicio


público, y, a través de un caso extremo, destaca la importancia para
los técnicos de no perpetuar la “espiral de violencia” con intervenciones
reductivas, y por el contrario, analizar la complejidad de las relaciones:
no intervenir sobre problemas relacionales que están en el origen de
comportamientos violentos, genera el riesgo de alimentar un epicentro de
violencia que se reproduce de otras formas.

Refleja con una óptica circular sobre el origen del comportamiento violento
y sobre cuales intervenciones realizar alrededor de la problematicidad y
del sufrimiento de los actores del evento violento, pasando de la linealidad
víctima-culpable a la complejidad relacional de lo acaecido.

La autora ofrece una relectura sistémica del fenómeno de la violencia y


describe las dos intervenciones formalizadas por la Escuela Genovesa:

a) “Intervención para el cambio” para casos con una medida de custodia


para el servicio. Se trata de una metodología específica desarrollada durante
años de experiencia con los tribunales y las familias, que partiendo de
una “ derivación forzosa” hecha por el Juez al Servicio o a un perito de
situaciones judiciales, actúa para transformar un contexto de peritaje en un
recorrido hacia el cambio de las relaciones, afrontando las problemáticas que
han determinado la violencia.

1 Psicóloga, psicoterapeuta, directora de la Scuola Genovese di Mediazione e Counselling Sistémico


y codirectora del Centro Genovese di Terapia della Famiglia. Es miembro SIPPR, SIIRTS, EFTA.
Socia fundadora del S.I.M.E.F. y del Forum Europeo. Docente de la UNED (Universidad a Dis-
tancia de Madrid), Universidad Autónoma de Barcelona -Hospital de Sant Pau en el Master de
Coaching Sistémico, profesor responsable de Mediación Familiar Università di Genova Specialis-
tica “Direzione Sociale”-Giurisprudenza. Desde 1975 a 2002 ha trabajado en el Servicio Público;
responsable del Centro Specialistico di Terapia della Famiglia y del Centro di Mediazione, consultora
del Ayuntamiento en el Centro histórico de Genova. liamastro@tin.it; www.scuolagenovese.org
Es autora y co-autora de publicaciones en italiano, español e inglés. Agradecimientos a Juan Luis
Linares y a Gabriela Gaspari con quienes he compartido en los últimos años un estimulante y vivaz
debate sobre las reflexiones teóricas.
40

b) “Intervención preventiva” cuando todavía no hay una denuncia, pero el


Servicio tiene conocimiento de una situación de violencia, presunta o no, y el
problema es decidir qué hacer. Nos centramos en una cuidadosa evaluación
y en un diagnóstico y pronóstico específicos del riesgo de violencia y de las
intervenciones menos dañinas. Se evalúa si el riesgo de violencia puede
ser contenido y si en un clima más liberado de la autoridad judicial, sería
posible trabajar sobre la patología de la relación y hacer un tratamiento al
maltratante y al núcleo familiar.

A través del relato de dos casos, la autora ilustra la metodología de la


escuela genovesa

ABSTRACT

The author relates her own experience as therapist and mediator in


the public service, and, through a borderline case, she emphasizes how
important is for the technicians not to perpetuate the “spiral of violence”
with reductive participations but, to analyze the complexity of the relations:
by not to taking part on relational problema, that are to the origin of violent
behaviors, will risk to feed a “fire” that will take other forms.

It reflects with a circular optical on the origin of the violent behavior and on
which intervention to act about the problematic problem and the suffering
of the actors in the violent event, passing from the linearity guilty-victim
to the relational complexity of the event. The author gives to a sistemic re
reading of the phenomenon violence and describes the two interventions
according to the Genovese School:

a) “ intervention for the change” for cases in wich the service is taking in
charge the family. It is a methodology elaborated through years of experience
with Courts and families who, starting from a ” forced sending” of the Judge
to the Service or to a Expert survey of legal situations, it acts in order to
transform the export survey in a path of change by facing the problematic
relation that caused violence.

b) “precautionary intervention” when there’s no legal report but the Service


notices a situation of violence, presumed or not, and the problem is to decide
what to make. Diagnosis and prognosis of the risk of smaller violence and
the damage are focused us on a careful appraisal and a detail. Estimating
if the risk of violence is manageable and, in a easier mood, free from legal
authority, is possible a job focused on the pathology of the relation and a
Redes, Julio 2010

treatment of the violent person and his family. Through the history of two
cases the author illustrates the methodology of the Genovese School.
¿La Elección del relación terapéutica con ellos, no se 41
Alejamiento es una “Medida ha desactivado, sino que se ha dejado
Única y Resolutiva”? explotar este complejo “dispositivo de
relojería”, ya presente en la familia y

C
uento las trágicas vicisitudes destinado antes o después a golpear.
de la familia Brà, atendida La violencia se perpetúa en una es-
por mí hace muchos años, calada que “presenta como candida-
como “psicóloga novata”, junto con tos a nuevas víctimas”.
una asistente social. En aquella época,
el tribunal nos remitió a dos niños in- “¿Qué es la Violencia?
gresados en un hospital, por golpes y ¿Cómo se Puede Intervenir
maltratos sufridos a manos de sus pa- para que no se Perpetúe
dres, que presentaban graves proble- como una Espiral sin Fin?”
máticas de tipo psicológico y social.
El Servicio, después de profundizar La no intervención sobre los proble-
en el caso y de poner en evidencia su mas de relación que están en el origen
gravedad, decidió efectuar una inter- de los comportamientos violentos,
vención de tutela con el inmediato corre el riesgo de alimentar un foco
alejamiento de los niños, que fueron que se reproduce de otras formas. En
confiados a una familia del programa el caso de la familia Brà, los padres
de adopción. acabaron expresando su violencia con
Entre tanto, conseguimos mante- el tercer hijo. En otros casos, los hijos
ner las relaciones con los chiquillos y que, de pequeños, han sufrido malos
con la familia tutora, pero no con los tratos, de adultos se han convertido
padres naturales, que nunca se pre- en padres maltratadores.
sentaban a los encuentros fijados, sino Parece evidente entonces que, para
que irrumpían ocasionalmente en el detener esta espiral de violencia, no

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


Servicio amenazándonos de palabra y podemos limitarnos a separar al cul-
hecho. Después de algún tiempo, los pable de la víctima, porque esta medi-
periódicos locales publicaron la noti- da no es en absoluto resolutiva, e iden-
cia de que el tercer hijo de los señores tificar el problema de la violencia con
Brà, nacido en el ínterin, había sido las medidas de protección del menor
hallado muerto a causa de la desidia es extremadamente reduccionista. A
de los padres. menudo, todas las vicisitudes y sus
Propongo este caso límite por sus protagonistas son enmarcados en una
características extremas, para demos- óptica lineal y dicotómica: el foco se
trar que la elección del alejamiento, centra, por una parte, sobre quien ha
necesaria y compartible, ha protegi- sufrido la violencia, por la otra, sobre
do de la violencia a los dos hermanos, quien la ha provocado. De este modo,
pero la intervención, en su conjunto, se crea una inmediata fractura en
ha resultado ineficaz y reduccionis- el sistema y se identifican dos polos,
ta al interrumpir el mecanismo de que no deben volver a encontrarse
la violencia de “aquella familia”. En absolutamente y que seguirán reco-
efecto, al no abordar las problemáti- rridos paralelos, caracterizados por
cas subyacentes a los comportamien- intervenciones separadas, dirigidas al
tos de los padres y no plantear una “violento”, con la activación del siste-
42 ma judicial, dirigidas al “violentado”, tos y de las relaciones que continúan
con la activación del sistema de pro- incluso cuando hay una fractura re-
tección y apoyo. presentada por la violencia.
En cambio, según una óptica cir- Entiendo la violencia doméstica
cular, que hace referencia a la teoría como una manifestación de una de-
de la complejidad y de los sistemas, sazón que une a víctima y agresor,
reflexionar sobre qué intervenciones expresión de un malestar que carac-
realizar sobre la problematicidad y el teriza a algunos contextos familiares,
sufrimiento que presentan los actores donde la violencia se convierte en la
del hecho violento permite pasar de la única manera de comunicarse y rela-
linealidad víctima-culpable a la com- cionarse.
plejidad relacional de lo ocurrido. También los técnicos, en su actua-
Es evidente que hay diferencia en- ción, reflejan el modo de entender
tre la relación violenta ocasional, en y de conceptualizar la violencia, y,
que la víctima y el agresor entran en según la epistemología que los guía,
contacto durante un tiempo limitado, amplifican medidas de protección y
y la relación violenta en el interior de de control o medidas de curación y de
la familia, que es el lugar de los afec- cambio.

LA ESPIRAL DE LA VIOLENCIA

La espiral de la violencia
Juicio negativo
Aumento del miedo
Miedo
Comportamiento violento

La Espiral de la Violencia: do de las propias experiencias, cons-


el Miedo. truidas y repetidas en el tiempo, la
percepción de “sentirse amenazado”,
La representación de la relación vio- aunque no siempre esta sensación co-
lenta que me parece más adecuada di- rresponde a una experiencia realmen-
buja una espiral, es como el ojo de un te vivida.
ciclón en cuyo centro está el “miedo”. El miedo es la otra cara de la vio-
El miedo desencadena un “comporta- lencia, el uso de la violencia calma
miento violento” que induce un “jui- cualquier miedo. Por ejemplo, el mie-
cio negativo” y acaba por determinar do a ser engañados hace que se nos
un “aumento del miedo”. imponga el miedo de ser incapaces,
Redes, Julio 2010

Detrás de la expresión violenta está aquél a no saber manejar las situacio-


el miedo. Una persona violenta es una nes hace que ejercitemos por la fuerza
persona espantada, que ha deduci- el propio poder: el padre es violento
cuando teme no ser un buen padre, la comprensión y al conocimiento, e 43
el marido cuando tiene miedo de ser interrumpir la espiral de la violencia.
abandonado y los celos se convierten El violento está convencido de que se
en agresión. halla en lo correcto; al contrario, es él
Sorprende cómo la persona vio- quien se siente amenazado y atacado.
lenta, el abusador, cuando está con la Situándonos como jueces inflexibles,
espalda en la pared y no puede negar nunca llegaremos a trabajar sobre un
haber cometido una violencia, se de- proyecto de recuperación.
fiende afirmando que fue su víctima El agresor se cuenta una historia
quien lo sedujo: “Es lo que quería”. El que desplaza la responsabilidad sobre
violento y el abusador leen en el otro la víctima y, al hacerlo, se preserva de
un comportamiento provocador, has- la posibilidad de tomar en considera-
ta el punto de sostener que su gesto ha ción el propio miedo y de afrontarlo,
sido instigado por la víctima. Nuestra y evita los espacios para el proceso de
inmediata reacción es la de sentir ho- elaboración.
rror y desconcierto, pensamos que nos Por eso, mi objetivo es precisamen-
encontramos ante un “delincuente”: te aquel de hacer que estas personas
entramos comprensiblemente en la lleguen a elaborar una historia en la
lógica del juicio. Si, por el contrario, que esté incluido su miedo.
decidimos tomar en consideración Por otra parte, estos fenómenos,
cuanto sostiene el violento, nos perca- fuertes y comprometedores, a menu-
tamos de que cree en lo que dice. do suscitan también en los técnicos
reacciones emocionales intensas, que
La Espiral de la Violencia: tocan sentimientos profundos y, para
el Juicio. salir de una visión lineal, es necesario
un mayor esfuerzo que en otras te-
El nudo del problema es lograr com- máticas. Por eso es fundamental que

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


prender las motivaciones que indu- los operadores reconozcan sus senti-
cen al violento a no darse cuenta de mientos sobre la violencia y ajusten
lo que ha cometido; al sostener que el las cuentas con sus prejuicios, tanto
culpable es el otro, parece referirse a los individuales y culturales como
una construcción distorsionada de con aquellos que están en la base de
la realidad, en la cual, no obstante, su elección profesional.
cree con firmeza y convicción. Si nos
mantenemos en la posición de juicio La Espiral de la Violencia:
y castigo perpetuamos la violencia, el la Atracción de los Opuestos.
juicio negativo no lleva al violento a
entender qué hay de equivocado en En el trabajo con personas violentas
su comportamiento, sino qué lo hace es necesario tener en cuenta varias
sentirse atacado y malinterpretado. versiones a la vez. (Hago referencia
Es precisamente sobre esta construc- a la “doble descripción” de Bateson
ción de la realidad que edifica su au- o a la “imbricación entre niveles” de
todefensa. Varela para rediseñar el sistema bajo
Sólo la elaboración del significado una nueva luz.) Si el técnico no es
profundo de ese comportamiento consciente de que se encuentra jugan-
permite abrir, en cambio, el camino a do con los opuestos y se “pega” a una
44 sola verdad, considerándola absoluta, acción, niega aquel comportamiento
se convierte también él en violento. que ha sido perjudicial para sí mismo
Considerar ambas posiciones es un y para los demás, y tampoco está en
modo de no ser violentos, compren- condiciones de sentir compasión por
derlas sin necesariamente elegir lleva sí mismo.
a buscar una tercera solución. Es relevante darse cuenta y aceptar
Adherirse a una verdad es la base que ninguno de nosotros está libre de
del prejuicio, pero es “un modo de la posibilidad de poner en práctica un
masacrarse a sí mismos y de masacrar comportamiento violento y todos no-
a los demás”. No es posible no tener sotros, en determinadas circunstan-
prejuicios: permiten una economía de cias, podemos tener potencialmente
pensamiento, representan un modo un comportamiento violento: así se
de categorizar hechos, situaciones e echa por tierra la convicción de que el
individuos similares, poseen una fun- mundo está dividido entre personas
ción social. La obstinada rigidez y un violentas y no violentas. Todos tene-
uso del prejuicio como única modali- mos un umbral: hay quien lo tiene
dad de razonamiento, lo hacen dele- más alto y sólido; quien más bajo y
téreo y peligroso. frágil, pero todos más allá de ese um-
Trabajando con fenómenos de vio- bral podemos volvernos violentos. El
lencia, suspender durante un momen- punto nodal está en la percepción del
to el juicio, concediendo un igual mar- límite, identificando a tiempo aque-
gen de credibilidad a ambos opuestos, llo que para el umbral representa una
es el modo de no volvernos, a nuestra amenaza. Cuando la violencia está
vez, violentos. Para buscar una tercera circunscrita a un episodio, la perso-
solución y abrir el camino a la com- na reconoce la propia agresividad y
prensión es preciso evitar elegir entre toma distancia de ella. Otros tipos de
uno y otro polo. comportamiento violento, en cam-
bio, exigen que quien los lleva a cabo
La Espiral de la Violencia: detente un cierto poder. Cualquiera
Contexto Social, Poder que haya cometido actos de violencia
y Control. advierte dentro de sí la necesidad de
estar “del lado correcto”. Es así que
Un contexto social rígido se convierte “poder” y “control” se convierten en
en juzgante y maneja el prejuicio a tra- los “protagonistas” de sus historias y
vés del control, impidiendo que el vio- dan a sus ojos un sentido de su actua-
lento tenga la percepción del “meollo” ción: es un poco como si fueran los
de su problema. También el violento “garantes” de la manera de contarse
comparte los prejuicios sociales. Se de los violentos.
activa así un mecanismo por el que el Las dinámicas de poder, leídas
control social cierra las vías de acceso de manera lineal, se presentan con
a los recorridos de conocimiento para el rostro de realidades inaccesibles e
quien tiene un problema de manejo inaceptables. Su lectura se convierte,
de la agresividad, y refuerza su incapa- en cambio, en portadora de sentido
Redes, Julio 2010

cidad para percibir la parte espantada si es introducida en un proceso cir-


de sí mismo. El violento que no toma cular, que tiene en cuenta el tiempo
conciencia de sí mismo y de la propia (presente, pasado, futuro), los hechos,
la historia y la dirección emprendida En los campos de exterminio, du- 45
por los sujetos que eligen formar par- rante la Segunda Guerra Mundial, los
te de ellos, técnicos incluidos. nazis eran sostenidos por ideología y
Contexto, roles y cultura: todo re- poder. Si no hubieran tenido el apoyo
leíble en términos de relación circular. de semejante contexto, con toda pro-
Esta óptica amplía la mirada a nuevas babilidad se habrían comportado de
profundidades, a diversas perspecti- otra manera. Habrían sido violentos,
vas a través de las cuales conseguimos pero no a semejante escala. Testimo-
acercarnos al poder y asistir al surgi- nios de los hijos sobre la vida privada
miento de nuevas facetas. de los jerarcas nazis parecen dar valor
Lo que hace difícil trabajar con or- a esta hipótesis: en el contexto fami-
ganizaciones, sean empresas o fami- liar eran consideradas por sus hijos
lias, es tocar la estructura organizativa “personas normales”, muy alejados de
del poder y verificar que, de costum- esos “monstruos” en los que se con-
bre, quien más se enfada es quien no vertían dentro de los campos de con-
tiene poder. Estas dinámicas aparecen centración.
claras en las sociedades de estructura El juicio respecto de la violencia
patriarcal en la relación varón/mujer está indudablemente influido por el
donde, por ejemplo en los países islá- impacto emocional suscitado por ella
micos, quien más se opone a un dis- (es mayor, por ejemplo, en sujetos ex-
curso feminista son precisamente las tremadamente sensibles).
mujeres, porque pierden las ventajas El riesgo subyacente es dar un jui-
del harén, que es su estructura de refe- cio invalidado por el prejuicio. Para
rencia. Así el infanticidio de las niñas evitar que esto suceda, es preciso re-
en China es cometido sobre todo por cordar que el agresivo es aquel que en-
las madres, porque para ellas el varón tra en la espiral de la violencia. La falta
es garante de “quien se ocupará de de reconocimiento de los propios pre-

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


ellas”, mientras que las mujeres, que juicios nos arrastrará inevitablemente
irán a formar parte de otra estructura también a nosotros, los operadores, a
familiar, no tendrán esta posibilidad. la misma espiral.
Trabajando con redes sociales que
presentan vínculos de poder y, en Relectura de la Violencia
consecuencia, áreas críticas en las en Clave Sistémica.
relaciones, es preciso obrar sobre los
procesos de reconocimiento para ¿Qué es la violencia, el denominado
pasar a las relaciones afectivas, a las “mal”?
emociones y a las dinámicas entre las Esta pregunta nos devuelve a la
personas, para definir la relación de elección entre las dos posiciones ideo-
una manera auténtica. En cierto sen- lógicas que han atravesado la historia
tido se puede resumir este concepto del pensamiento sobre la violencia, y
con la ecuación: que han determinado la actitud y las
intervenciones respecto de él.
crisis: contexto ¿Debemos concebir la violencia
= como algo inherente y propio de la
poder: relación naturaleza humana, como el mítico
pecado original, o como algo que se
46 origina de una deformación de las na- violencia no está necesariamente liga-
turales inclinaciones humanas? da al género; une a ambos, hombres y
Linares lo define como un fenóme- mujeres, porque de ella forman parte
no típicamente humano, retomando también modalidades como desidia,
un concepto de Maturana, que consi- negligencia y, justamente, maltrato
dera: “Los seres humanos son animales psicológico.
amorosos hasta el punto de enfermarse El maltrato es un fenómeno inte-
cuando se quedan sin amor”. “El mal- ractivo; encuentra sus raíces en la re-
trato es la primera y más directa con- lación entre el uno y el otro. La violen-
secuencia de la interferencia del poder cia adquiere significado y se convierte
sobre el amor. El ser humano maltrata en explicable sólo comprendiendo el
cuando no se siente amado y cuando contexto y este “juego de las partes”.
está más interesado en dominar que Es posible que, restableciendo una si-
en amar, estableciendo una cadena sin tuación de amor, cese la violencia.
fin, en la cual la víctima de hoy es el El maltrato no debe ser identifica-
maltratador de mañana.” Todos po- do, pues, como una dimensión de lo
demos encontrarnos en la condición “satánico”, no como masculino o bes-
de maltratar o de ser violentos con los tial, sino como parte de la condición
demás. Ser un “animal maltratador” humana cuando se interrumpe el
tiene como corolario la idea de que, amor. El maltratador es una persona
antes o después, todos incurriremos que se siente débil y sin poder: el ejer-
en semejantes modalidades, sobre cicio del poder de otros sobre él, aun-
todo respecto de las personas más cer- que se trate de quien debería ocuparse
canas a nosotros, aquellas que forman de ellos, tiene como único resultado
parte de nuestra vida. Algunos pue- el reforzamiento de su problema.
den haberse manchado con delitos, Desde esta óptica se vuelve fun-
pero “todos, al ser responsables de damental, para los operadores que
las propias acciones, son protagonis- trabajan con estas personas, liberarse
tas de los dramas humanos y por eso del prejuicio de tener que vérselas con
merecen consideración y respeto. Es unos “monstruos”, para no excluir de
en este plano donde debe situarse el inmediato cualquier posibilidad de
terapeuta”. reconstruir la relación. Sólo si se tie-
Aceptar la violencia no quiere decir nen en consideración las dos hipóte-
legitimarla, sino reconocer sus presu- sis, “Los violentos no son monstruos”
puestos. y “La relación puede ser modificada”,
A menudo se hace una distinción es posible razonar sobre la posibilidad
entre maltrato físico y psicológico, o no de alejar a los hijos.
pero en la realidad esta distinción Esto es lo que quiero decir: cuando
resulta efímera. En efecto, las dos ti- hablo de “hacer una diagnosis sobre
pologías están estrechamente conec- la viabilidad de una intervención te-
tadas: el maltrato físico encuentra su rapéutica”, hablo de transformación
posibilidad de existir sólo en el con- de la relación.
cepto de maltrato psicológico. Como sostiene Selvini-Palazzoli
Redes, Julio 2010

Alguien ha connotado la violencia et al.,2“los padres que no son satani-


sexual como una forma agresiva tí- zados y animalizados o perseguidos
picamente masculina; en cambio, la como delincuentes, a menudo pueden
aceptar sus errores y trabajar para re- La Inflexión Sobre 47
mediarlos”. la Violencia.

La Epistemología de la En el artículo de 1989, publicado en


Escuela Genovesa sobre la revista “Ecologia della mente”4, es-
la Violencia. cribía: “En los casos de remisión al Ser-
vicio de niños maltratados, a menudo
En la construcción de mi modo de en- se trata de situaciones de violencia sólo
tender y de trabajar sobre la violencia presunta, pero aún no comprobada.
fue determinante la experiencia en el Esto da una marca de contexto distinta
Servicio Público de Génova, donde, respecto de la remisión coactiva con de-
ya desde finales de los años setenta, nuncia, porque da al técnico un espacio
dedicada a la integración de los ser- que puede usar, no tanto para compro-
vicios sociales y sanitarios para la fa- bar la credibilidad de las sospechas,
milia, me ocupaba no sólo de terapia, sino como tiempo intermedio que uti-
sino también de los casos remitidos lizar más constructivamente para em-
por el Tribunal: del muchacho delin- peñar a la familia, ayudándola a su-
cuente, a la madre drogodependiente, perar las dificultades relacionales que
hasta situaciones altamente conflicti- están en el origen del trastorno y de la
vas de parejas en crisis y de violencia crisis. Se tienen, por tanto, un espacio y
familiar. La utilización de la óptica un tiempo en que considerar la violen-
sistémica ha funcionado de fondo, cia, sí, como síntoma grave, pero en el
como lente, como metateoría, y me fondo no diferente de la anorexia o de
ha hecho llevar a término algunas in- la esquizofrenia o del suicidio (aunque
vestigaciones específicas sobre “cómo este síntoma nos repele más que otros
trabajar en contextos no estricta- precisamente porque está abiertamente
mente terapéuticos” con perspectiva contra otros).

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


circular. Una primera investigación “Darse un tiempo de evolución” sig-
sobre los contextos institucionales y nifica “ darse un tiempo terapéutico” en
una segunda investigación, en la que que, o se alcanza un fin, o se sanciona
formalizaba una nueva metodología a la incapacidad del binomio terapeuta/
la que he llamado “intervención para familia, más allá del cual al operador
el cambio”, que tiene la finalidad de no le queda más que “tirar la toalla” y
transformar el encargo de peritaje y aceptar el fracaso. A partir de aquí en-
de diagnosis en un recorrido de cam- tra la ley.”
bio de las relaciones familiares y de Respecto de estos presupuestos, so-
superación de los conflictos o de los bre la temática del maltrato y el abu-
malestares, a pesar de los vínculos ini- so, mi elección no fue construir
ciales de la remisión “coactiva”3. un centro superespecializado que se

2. Ragazze anoressiche e bulimiche. La terapia familiare, Raffaele Cortina, Milán, 1998.


3. L. Mastropaolo, “Ridefinire la coazione: terapeuta sistemico e tribunale”, en “Ecologia della
mente”, nº34, de 1989.
4. L. Mastropaolo, ““Ridefinire la coazione: terapeuta sistemico e tribunale”.
48 ocupara de la violencia, el maltrato y se estructura a su alrededor, porque
el abuso, sino más bien construir una expresa un malestar mucho más com-
intervención superespecializada que plejo de cuanto parece en una valora-
permaneciera en el ámbito del territo- ción superficial:
rio y que aprovechara la riqueza de los
diversos servicios, capaz de coordinar > Los niños a menudo viven como
las múltiples competencias y las pro- una culpa el maltrato sufrido,
fesionalidades a disposición e integrar del que, por tanto, se sienten
en un único proyecto orientado inter- responsables, dando un vuelco,
venciones complejas y diversificadas. así, al rol de los padres, únicos
Así, se ha definido cada vez más el responsables reales.
modelo de la Escuela Genovesa, que > Los padres o los familiares
utiliza una clave de lectura sistémica y maltratadores a menudo han
que se centra en la función del técnico sufrido, a su vez, en el pasado, esta
y el terapeuta, identificando campos modalidad relacional, que no
de competencia y de aproximación están en condiciones de evitar
diferentes de aquellos que necesaria- proponer de nuevo a sus hijos.
mente la Ley, con sus órganos, debe > Los familiares que callan, que
proteger; desgranando la mezcla, se no se percatan y que consienten
puede salvar una fructífera autono- el maltrato son responsables de la
mía que concreta y especifica cada dinámica de la violencia.
una de las dos intervenciones.
Entonces, desde nuestro punto de En estos términos, se hace evidente
vista, consideramos el maltrato o la cómo la complejidad de las relaciones
violencia sobre niños y adolescentes humanas hace del maltrato, como
como la expresión de una desazón, también de otras manifestaciones de
como una modalidad comunicativa desazón, un enredo de responsabili-
que, en algunas familias, se convier- dades. Si éstas son abordadas única-
te en el único modo de relacionarse mente como identificación del cul-
y revela la imposibilidad de utilizar pable, fracasan, porque no alteran la
canales comunicativos diferentes y estructura de las relaciones mismas.
evolutivos respecto de las relaciones. ¿Cuál es el rol y la tarea del tera-
En otras palabras, es la expresión de peuta que se mueve sobre este delica-
un malestar que une a la víctima y al do terreno? Desde luego, es distinto
agresor, equiparando roles y respon- de aquel de quien es garante de la ley
sabilidades. Estos presupuestos reco- y de quien tiene la misión de juzgar.
locan al niño maltratado, violentado El terapeuta es, más bien, el res-
o abusado en su contexto relacional e ponsable de una intervención que se
intentan superar esa lógica lineal que, plantea como finalidad la prevención
debatiéndose entre víctima y agresor, y la curación del malestar. Pero quien
bloquea los posibles cambios de las re- expresa malestar no es exclusivamen-
laciones familiares. te la “víctima de hoy”, sino también
Es reduccionista e inmovilizador el maltratador, es decir, la “víctima
Redes, Julio 2010

concentrarse sobre el niño en el rol de de ayer”. Es por esta razón que, para
víctima pasiva y unívoca; más bien, ayudar al niño, puede no ser sufi-
debe ser considerado el sistema que ciente el alejamiento de su persegui-
dor. Al contrario, es preciso trabajar Depende también del contexto 49
con el niño o el adolescente sobre su institucional que ofrece el marco de
experiencia no resuelta de víctima y referencia de la situación y del tipo
sobre su relación con el agresor, sobre de Entidades o de agencias que son
todo si se trata de una persona signi- llamadas a intervenir, en primer
ficativa, que pertenece a su contexto término: es distinto si, en primera
vital. Para alcanzar estos objetivos, el instancia, se encarga un Servicio que
terapeuta también puede valorar que se ocupa de adultos o un Servicio que
es mejor no separar al maltratado del se ocupa de niños porque éste da una
maltratador. Por supuesto, se trata de marca de contexto que diferencia
una decisión delicada, que presupone la intervención, como también es
una pesada carga de responsabilidad, distinto si está implicada o no la
pero no es muy distinta de aquella Autoridad judicial.
que el terapeuta asume cuando traba-
ja con un paciente con riesgo de sui- A/ “Intervención
cidio. Si, con Linares, leo la violencia para el Cambio”:
como una desazón que surge de una para los casos indicados por el
interrupción del amor, el terapeuta Servicio o por el Tribunal con
entonces debe ocuparse del violento otorgamiento de tutela al Servicio.
como de otras patologías de un pa-
ciente designado. Se trata de casos en los que el maltrato
se ha vuelto casi crónico en el tiempo,
Las Intervenciones no es un episodio agudo y en estado
Diferenciadas de la Escuela inicial. En general, hay una providen-
Genovesa. cia del Juez del Tribunal de Menores
o de la Fiscalía o del Tribunal de Ape-
En los casos de violencia, abuso y mal- lación. En estas situaciones, hay una

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


trato, nuestra metodología no prevé remisión al Servicio con providencia
una respuesta única, sino algunas in- que define ya la frecuentación o el ale-
tervenciones diferentes, que utilizar jamiento de los hijos de uno o ambos
según la gravedad y las modalidades padres.
con que se manifiestan los comporta- La ya producida implicación de
mientos violentos. Hay casos en que la autoridad judicial, en los casos de
es necesaria, en primera instancia, violencia, maltrato o abuso, es signifi-
una derivación y un alejamiento, pero cativa de una red institucional que ha
hay situaciones en que se puede abrir detectado la culpabilidad y puesto en
un espacio de intervención distinto. práctica mecanismos de juicio.
La construcción de la intervención Estos casos, al final de los años se-
depende de una serie de variables: tenta, eran tratados con una interven-
ción de tipo diagnóstico y de asesora-
> La gravedad del caso; miento al Juez.
> El tiempo durante el cual se Desde entonces, las reflexiones del
prolonga la manifestación de Grupo Genovés sobre esta problemá-
malestar; tica han determinado una investiga-
> La valoración de las posibilidades ción sobre los sistemas implicados,
de cambio del sistema-familia. de análisis de los contextos institu-
50 cionales, Tribunales-Servicio, y aná- de aquella que, en general, proporcio-
lisis de la relación Servicio-Familias, nan los servicios. Además, nos permi-
que se basa en la necesidad de centrar te tanto a nosotros como a ellos salir
la atención en la aceptación de una de la dicotomía servicio-perseguidor,
“remisión coactiva” del Juez y de su usuario-víctima. En general, las fami-
superación, más que en la “terapia lias aceptan el pacto y se involucran
coactiva” como en otras experiencias, sacando a la luz los problemas. A esta
también significativas, que nacían en intervención la he llamado “interven-
Italia en el mismo período, pero que ción para el cambio”. (Véanse artícu-
no nacían en servicios territoriales y los en la bibliografía.)
que privilegiaban una forma centra- El Tribunal ha identificado en ésta
lizada, una estructura de Centro su- una metodología útil para transfor-
perespecializado que se ocupaba de la mar el envío del Juez de la familia en
Violencia, el Maltrato y el Abuso. crisis de forma obligada, en una po-
La investigación de la Escuela Ge- tencialidad para la familia misma de
novesa ha llevado a la construcción de retomar un diálogo constructivo para
una intervención específica, estructu- superar malestares y conflictos en
rada y articulada que aprovecha, a la función de un rol paterno.
vez, los recursos territoriales y espe-
cializados, típicos de la riqueza de los La “Intervención para
Servicios, y que, aceptando la marca el Cambio”: el Caso de la
de contexto de “remisión obligada Familia Malibú.
por el Juez”, redefine la relación con la
familia, con el agresor y con la vícti- Cuando la familia Malibú llegó a los
ma. A través de una especie de “pacto Servicios, el Tribunal de menores les
con el diablo”: “¿Cómo es que un juez había quitado la tutela de la más pe-
ha decidido quitaros la patria potes- queña de sus tres hijas, recién nacida,
tad?”, se procede (hayan sido los hijos encargando al Servicio que verificara
alejados o no de los padres), incluso si esta medida era necesaria también
en un contexto claro, proponiendo para las otras dos hijas, de 9 y 10 años,
un recorrido a las familias para uti- por golpes y comportamientos vio-
lizar el tiempo dado por el juez, en lentos del padre y por problemáticas
vez de para una diagnosis del padre psicológicas de la madre. Los padres
maltratador, para abordar juntos las se presentaron en el Servicio, irrum-
problemáticas que han determinado piendo con prepotencia y arrogancia,
el maltrato, para superar la relación expresando toda su rabia y agresividad
patológica y recobrar la propia capaci- hacia las instituciones. El padre en
dad paterna. A través de un enganche particular, con la actitud de quien ha
introducimos la idea de que las perso- sufrido una afrenta atroz, se proponía
nas pueden cambiar y que, si aceptan como “un camorrista que debe hacer-
el proyecto, pueden intentar cambiar se respetar”, nos atacaba a nosotros,
sus relaciones, pero también aceptan los operadores, y creía realmente en
el riesgo de que, si fracasan, no pueden la historia que contaba: “Él, un buen
Redes, Julio 2010

más que compartir la intervención de padre, ha visto que le retiraban a sus


la ley. Es una idea fuerte y poderosa, tres hijas, una del todo y dos enviadas
que da al usuario una imagen distinta a una institución”. El Juez le había
sido hostil y se había equivocado en al juez, terminado el trabajo, una diag- 51
su valoración: “Nos ha juzgado unos nosis sobre su capacidad de atender a
pésimos padres, cuando nuestras hi- sus hijos o trabajamos juntos para que
jas son la luz de nuestros ojos”. La superen los problemas que han induci-
madre, que hacía tiempo sufría de de- do al juez a valorar que era mejor qui-
presión, mostraba una actitud teme- tarles la patria potestad. Si al final del
rosa y sometida a su marido, a la vez se recorrido podemos demostrar al Juez
animaba apoyándolo contra nosotros que sus modalidades relacionales han
y el juez. Su relación era oscilante: un cambiado y están en condiciones de
grave conflicto entre ellos los llevaba a manejar a las hijas restantes, “en la se-
menudo a golpearse violentamente, la gunda vuelta”, enviaremos al Tribunal
mujer se alejaba durante breves perío- un informe sobre los cambios ocurri-
dos, pero a pesar del esfuerzo de los dos y sobre el recorrido hecho en vez
servicios precedentes, como la asocia- de un peritaje. De momento, no entra-
ción de “Mujeres Maltratadas”, que le mos en la cuestión de los comporta-
ofrecía hospitalidad en la comunidad, mientos violentos sobre sus hijas, por
“siempre volvía con su hombre”. ahora están seguras, sino que tratamos
El primer paso fue tratar de salir de hacer un “pacto” de alianza con los
del pulso entre los padres y el Tribu- padres (“Si estáis de acuerdo aborda-
nal-Servicio, considerado como “sua remos los problemas de la relación con
longa manus”, es decir, desde la lógica vuestras hijas procurando entender por
“¿quién es el culpable, quién es más qué se instaura este mecanismo de vio-
violento, el padre o la institución?” lencia y abordaremos los problemas re-
La asistente social y yo nos remiti- lativos a vuestro conflicto de pareja que
mos a un dato de hecho: la tercera hija influye sobre todo el contexto. Si todo
ya había sido entregada en adopción sigue como ahora volveremos a enviar
y ya no habrían podido hacer nada al un peritaje al juez”) valiéndonos del

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


respecto, sería inútil catalizar su aten- poder de una “remisión coactiva” tan
ción sobre la afrenta sufrida por las prestigiosa de un juez que nos da po-
Instituciones (falsa o real), más bien der y sólo gracias a este poder podemos
tendría sentido beneficiarse de la po- cambiar las cartas sobre la mesa, no
sibilidad de aprovechar sus energías acusar, comprender y estar dispuestos a
para demostrar al Juez la capacidad entrar en contacto con el “monstruo”,
de ser padres adecuados respecto de por más agresivo que sea con nosotros.
las otras dos hijas. Obviamente, en este proyecto se defi-
Aquí entra la propuesta de “inter- ne un tiempo limitado dentro del cual
vención para el cambio”: les leemos la se verifica un empeño, un cambio, o se
providencia del Juez, señalo que hay vuelve al marco anterior.
una “remisión coactiva”: ellos están Los cónyuges Malibú atenúan su
tan obligados a venir al Servicio, como tono y deciden aceptar el proyecto.
nosotros, los técnicos, a ocuparnos de Sobre tales presupuestos se cons-
ellos. Estamos todos constreñidos a truye el enganche con la pareja pater-
encontrarnos (aunque nosotros pre- na, se trabaja sobre su alta conflictivi-
ferimos trabajar con familias que se dad y sobre la relación con las hijas.
dirigen a nosotros espontáneamente), En particular el padre, en el momen-
tenemos dos opciones: o entregamos to en que no conseguía manejarlas, se
52 volvía agresivo y maltratador, la ma- 2. diagnosis y prognosis del
dre se volvía ausente. daño menor.

B/ Intervención Preventiva. No se trata de una diagnosis de la per-


sona violenta, sino más bien de una
Nos referimos a esas situaciones en “diagnosis” de las relaciones familia-
que aún no hay una denuncia o una res, en particular aquella entre mal-
remisión del Tribunal, pero llega a tratador-maltratado; es una atenta
conocimiento del Servicio un males- valoración del beneficio/daño de una
tar, una situación de violencia o de remisión al Tribunal, comparada con
maltrato, presunto o no, que se puede el riesgo de la permanencia del hijo en
manifestar con diversos síntomas en casa, comparada también con la prog-
casa, en la escuela, entre grupos juve- nosis sobre la posibilidad por parte de
niles, etc… En estos casos, el proble- la familia de modificar las modalida-
ma es decidir qué hacer. des de interacción si acepta trabajar
Si un vecino, un profesor o un fa- sobre las problemáticas individuales y
miliar tienen una sospecha y hacen relacionales que han determinado la
una remisión al Servicio, ante todo violencia o el maltrato.
debe valorarse el riesgo que corren los En la práctica, esta fase apunta
hijos. Por tanto, deben analizarse las a dar un espacio de valoración so-
dinámicas familiares, para verificar si bre la utilidad de hacer o no hacer
es posible intervenir sobre las relacio- una remisión al juez que inmedia-
nes que han llevado a la sintomatolo- tamente proyecta en un contexto de
gía del maltrato. acusación-defensa y pone a Servicio
y familia en clara contraposición, y
En estos casos, el proyecto inicial en obvia simetría, volviendo así más
se basa en una atenta valoración y en compleja la posibilidad de trabajar
una particular diagnosis: con quien tiende a justificar las pro-
pias acciones. De este modo, se crea
1. diagnosis y prognosis un contexto en que nos convertimos
inicial del riesgo de en “los remisores” y el juez vuelve a
violencia. hacer el encargo, con una providen-
cia que quita la patria potestad, a los
> Si el riesgo de violencia detectado mismos remisores ya desviados de
es alto, se procede, para esa un contexto espontáneo a uno de re-
específica familia, a una remisión misión. Estos operadores emplearán
al juez; mucho tiempo en recuperar una rela-
> Si, en esa familia, el riesgo de ción con el maltratador que viene al
violencia es contenible y se valora Servicio como imputado, obligado y
que es posible introducir, en un en posición adversa a quien lo ha de-
clima más libre de la autoridad nunciado.
judicial, un trabajo sobre la En cambio, cuando aún no se ha
patología de la relación, se procede presentado el problema del juicio y de
Redes, Julio 2010

a través de un enganche, a un la culpa, se tiene un más amplio mar-


tratamiento del maltratador y de gen para trabajar con la familia en tér-
todo el núcleo familiar. minos terapéuticos.
En estos casos, la valoración es he- padre la posibilidad de abandonar la 53
cha sobre la posibilidad y la viabilidad sesión, si de verdad piensa que alguien
de mantenerse fuera de un contexto está tramando algo en su contra. El
judicial. hombre decide permanecer. Hugo,
en este clima de sobrentendidos, de
3. intervención de ambigüedades y de tensión entre sus
psicoterapia familiar padres, de supuestas acusaciones, far-
e individual. fulla algo sobre pellizcos que le da
Valoración de la capacidad de la su padre, pero no añade nada más,
familia de sostener un trabajo se pone inquieto, no consigue estar
sobre las relaciones. parado, gira como un peonza por la
habitación. Cuando pregunto: “¿Qué
La decisión de cómo intervenir de- hacéis, en general, cuando Hugo está
pende, por tanto, de una valoración tan agitado?”. El padre, por toda res-
del riesgo o del daño menor, pero, puesta, se levanta de golpe, lo coge por
aún más y aún antes, debe valorarse la fuerza y “lo sienta con rudeza en la
si y cuánto los operadores pueden sos- caja de madera de los juegos”. Valoro
tener semejante responsabilidad, sin esto como un gesto de violencia, pero
recurrir a la delegación (de responsa- acepto la designación del niño como
bilidades) al juez. único problemático y decido hacer
tres encuentros próximos en el tiem-
Intervención Preventiva: po: dos con Hugo, a solas, que defi-
el Caso de Hugo. no como de observación a través del
juego, y uno con los padres. El padre
Este caso llega espontáneamente al comunica que volverá al encuentro
Consultorio. La solicitud es presen- siguiente para saber qué problemas
tada a la asistente social por la señora tiene su hijo. Parece tener curiosidad

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


Rosa, que tímidamente alude a mal por la sesión y por los motivos de re-
identificados pero graves problemas flexión surgidos sobre la relación con
con su marido (ya atendido por un su mujer y su hijo.
psiquiatra), pero, durante su primer
encuentro conmigo, como psicólo- La Elección: el Dilema del
ga, extrañamente no hace referencia Operador entre la Asunción
a estos problemas. Balbucea sobre de Responsabilidades y el
la dificultad de manejar a su hijo, Enganche.
Hugo, parece espantada y atemori-
zada. Cuando pregunto el motivo De inmediato, se evidencia una situa-
de la solicitud de consulta, el padre ción de violencia y maltrato familiar
se pone nervioso y agresivo, se levan- que merecería una remisión al Tribu-
ta y amenaza con marcharse, luego, nal (la madre sometida y atemorizada
con una carcajada histérica, dice que evita hablar, el padre se siente perse-
se siente engañado y burlado por su guido en el trabajo, es atendido por el
mujer: “Con el pretexto de llevar al Servicio de Salud mental, el niño está
niño donde la psicóloga, lo ha lleva- agitado y tímidamente introduce el
do a él, para hacerlo tratar”. Consigo tema de los golpes). La remisión, por
mantener la neutralidad dando al otra parte, nos pondría frente a esta
54 misma familia en posición adversa y su agresión? El padre me dice que co-
no colaboradora. Me pregunto qué mienza jugando, pero cuando la rela-
hacer: si hago una remisión al tribu- ción con su hijo se vuelve inmaneja-
nal me siento aliviada y me quito una ble, pierde el rol de padre, no sabe qué
responsabilidad, pero el juez volverá a hacer y le pega. (También su padre
enviármelo a mí y a la asistente social siempre lo ha golpeado.) Entonces
con una providencia y este señor se el problema es cómo hacerse respetar
sentirá acusado de ser un mal padre, por su hijo, cómo puede convertirse
volverá al Servicio agresivo y huidizo, en un padre que educa, que maneja.
intentará por todos los medios de- A través de una “terapia fluctuante”5,
mostrarnos su no culpabilidad, per- hemos trabajado fluctuando del siste-
deremos mucho tiempo en recuperar ma a los subsistemas. En un largo re-
una relación con él, la mujer está es- corrido de tres años, he trabajado con
pantada y no tiene los recursos para la familia y con el hijo, a solas. Con la
oponerse a él, pero ha dado la idea de pareja se ha afrontado su conflicto: la
defender a su hijo. Valoro que, en su mujer se debatía entre dejarse maltra-
conjunto, aún existe la posibilidad de tar por su marido y su imposibilidad
“darse un tiempo”, que cuantifico en de dejarlo; luego pasé, siempre dentro
un período muy breve, para engan- de la terapia familiar, de este marco al
char al padre e iniciar junto a él y al individual, con marido y mujer por
resto de la familia un trabajo de recu- separado, en que cada uno reflexio-
peración de la paternidad y de supera- na sobre sí mismo teniendo cada vez
ción de la modalidad violenta de rela- más conciencia de los problemas, de
cionarse. Si dentro de este plazo no se los propios límites y de los propios
ha alcanzado el objetivo, entonces se recursos. Alterno encuentros con la
procederá con una denuncia. Decido pareja en los momentos en que tratan
no hacer la remisión. En los encuen- de definir su posición. Después de la
tros sucesivos se pasa de la negación decisión de separarse, trabajé con los
de las actitudes violentas a la posibi- tres a la vez, con la madre y el hijo, el
lidad de hablar de ellas, discutirlas y padre y el hijo. El padre ha salido de
darles una explicación. Padre e hijo la relación violenta, ha afrontado sus
se hacen “retruécanos”, se golpean miedos, el problema del juicio ajeno,
y se muerden hasta hacerse sangre. ha encontrado una nueva modali-
La madre no comparte esta manera dad de relación con su hijo, consigue
de jugar de su marido, que se vuelve hacerse obedecer sin pegarle, juega,
violento, pero no logra imponerse, ni monta en bicicleta con él. La madre
hacerse respetar. ya no está espantada, se vuelve cada
Aludo a los miedos del padre, defi- vez más consciente y determinada:
no su actitud como “la única manera ya no tiene miedo de su marido ni de
que conoce de poder estar cerca de su que Hugo salga solo con él. Hugo, por
hijo”, pero ¿qué sucede, por qué un su lado, está mucho más sereno, y sabe
juego se vuelve violento? ¿Qué teme? qué puede pedir afectivamente a uno
¿Qué sentimiento de miedo esconde y a otro de sus padres, va mejor en la
Redes, Julio 2010

5. Véase el artículo en “Connessioni”, nº 20, abril de 2008.


escuela y consigue mantener relacio- cimiento de la paternidad, entonces se 55
nes con sus coetáneos. También la continuará apoyando el proyecto. Si,
manera de proceder en la separación en cambio, la valoración es negativa,
es muy particular: la solicita al tribu- estarán dados los presupuestos, veri-
nal, pero permanece en casa con su ficados en una intervención que ya no
marido y su hijo; maneja gradualmen- permite recriminaciones, para iniciar
te la situación en primera persona. “Si un procedimiento de adopción.
me hubiera ido antes del acto oficial, él
se habría enfadado y se habría vuelto El Trabajo de Red a través
otra vez violento”. del Caso de la Familia
En este punto, de hecho, el pro- Malibú.
yecto tal como había sido pensado
inicialmente puede considerarse con- Implicación de Diversos
cluido. Ha cesado la condición de Servicios y Coordinación
peligrosidad para Hugo, que efecti- de Intervenciones.
vamente está mejor. El trabajo con los
padres ha favorecido la construcción Retomo el caso de la familia Malibú
de una realidad nueva, más “sana”, para explicar cómo, según nuestra
sin que haya sido necesaria la inter- metodología, “la intervención para
vención de la autoridad judicial o el el cambio” es útil, pero, por sí sola,
inicio de prácticas que habrían resul- no exhaustiva. En éste, como en mu-
tado mucho más traumáticas y proba- chos otros casos, nos hemos hecho
blemente menos provechosas que las promotores de un proyecto que prevé
descritas. la implicación de otros Servicios, ac-
tivando la red de colaboración entre
C/ Casos de Valoración profesionales. Para una intervención
de la Paternidad. orientada, hemos puesto en movi-

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


miento y coordinado encuentros con
En los casos en que, ya desde el naci- los operadores del Servicio de Salud
miento, el juez confía los niños al Ser- mental, y con los educadores del Ins-
vicio por problemáticas de drogode- tituto y de la escuela. Hemos identi-
pendencia u otras de los padres, pero ficado las respectivas competencias y
sin decretar su condición de adop- modalidades de integración. En base
table, se procede con un proyecto a nuestra propuesta, se ha llegado a
acordado entre los distintos Servicios un proyecto común, compartido por
implicados (SERT, Servicio de Salud todos, y que, en un segundo tiempo,
mental, etc.), con la puesta a punto de hemos ilustrado a la familia en un en-
una “intervención para el cambio”: en cuentro multidisciplinar, en presencia
un tiempo determinado, cada Servi- de todos los operadores involucrados.
cio deberá apoyar con su propia com- Nuestro Servicio de asesoramien-
petencia a padre y madre, a fin de que to, formado por la asistente social y
recuperen su capacidad paterna. por mí, como psicóloga, se ocupaba
Si al final del tiempo acordado la de mantener el contacto con los de-
valoración es positiva, es decir, si se ha más Servicios (para actualizarnos
conseguido realizar un recorrido evo- sobre lo que cada uno había hecho y
lutivo funcional respecto del restable- cómo redefinir de vez en vez los nue-
56 vos objetivos, compartiéndolos) y de plazado el foco de la inicial solicitud
tratar a la familia. Los encuentros es- de valoración diagnóstica sobre la
taban articulados así: adecuación de los padres a un cambio
de las modalidades relacionales y a
> Con toda la familia; una transformación de las relaciones
> Sólo con los padres, para abordar familiares.
los problemas de pareja;
> Con las hijas, a solas. Cómo Superar en el Trabajo
> Con el Servicio de Salud Mental, de Red el “Riesgo de
que seguía individualmente a la Simetría” entre Servicios.
madre y al padre;
> Con los operadores del Instituto En general, en este trabajo de red
(director, educadores, psicólogo) pienso que los puntos nodales de ma-
para discutir el manejo de las yor dificultad están representados
chicas y su permanencia en el por el compartimiento del proyecto y
Instituto. por el mantenimiento de un hilo que
conecta a los operadores y que perma-
Así fue posible pasar de los encuen- nece siempre fuera de la simetría.
tros protegidos en el consultorio, es A menudo, al principio, cada ope-
decir, de la observación de la relación rador parece cristalizado en su pro-
padres-hijas, al gradual regreso de las pio rol institucional y en la propia
hijas a casa en los fines de semana, función, listo para entrar en simetría
con la presencia de un educador que con el colega del otro servicio, para
no debía sustituir a los padres, sino demostrar las razones de su usuario.
que tenía la función de ayudarlos y Desde una óptica circular es posible
apoyarlos paso a paso en las nuevas ampliar las mallas de la red movili-
modalidades de manejo, reforzando zada en apoyo de la familia, para in-
su paternidad. tegrar las intervenciones de manera
Ha sido fundamental la colabora- global y multidisciplinar, en el respe-
ción con el sistema judicial, que ha to de los diferentes roles y las profe-
compartido esta propuesta de trabajo siones, acogiendo las necesidades de
aceptando la dilatación de los tiem- cada componente, pero también del
pos, con vistas a un recorrido terapéu- sistema en su conjunto.
tico complejo. El Juez era informado Para contener el daño de la sime-
de los progresivos pasos a través de un tría, el Servicio proponente debe estar
informe conjunto, que incluía todo dispuesto a renunciar al plan de tra-
cuanto había desarrollado cada Servi- bajo que tenía en mente (articulado e
cio; luego esperaba el final del recorri- interesante), si no es compartido por
do para tener un informe completo. los demás operadores: el proyecto ini-
Al término de este trabajo se pudo cial puede sufrir grandes reducciones,
entregar al Juez un recorrido com- pero esto es irrelevante respecto del
plejo, que llevó, en unos dos años, peso que adquiere un proyecto com-
a la vuelta de las chicas a la familia, partido por la red de los Servicios.
Redes, Julio 2010

además de a la superación de las pro- Para mantener una posición com-


blemáticas individuales y relacionales plementaria con los demás profesio-
de todo el núcleo. Todo esto ha des- nales puede ser útil calibrar los en-
cuentros alternando aquellos con la Se propone a los operadores una 57
familia y aquellos con los operadores: lectura sistémica de la violencia,
ningún operador debe apasionarse el maltrato y el abuso que permita
demasiado con su usuario, a riesgo de afrontar el malestar, la patología que
tomar partido. El encuentro, la con- determina la violencia, trabajar sobre
frontación y el debate son garantes la relación saliendo de la lógica “víc-
de la presentificación de los diversos tima-agresor”, a través de una “inter-
puntos de vista que luego son dis- vención de cambio” o una “interven-
cutidos con la familia en la reunión ción preventiva”, no para dar, donde
conjunta, con la asistencia de los pro- es posible, sólo una diagnosis, sino
fesionales de los diversos Servicios. para trabajar sobre las relaciones sal-
Esto garantiza que los operadores vaguardando el principio, por ejem-
mantengan la visión de conjunto del plo, de que es importante para un hijo
sistema, escuchen a los miembros de no perder a su padre si, cambiando la
la familia, que no son el propio usua- relación, el padre supera el problema
rio, y reequilibren el propio trabajo de ser maltratador.
recuperando la neutralidad y la curio- A tal fin, se hace inevitable cons-
sidad por el sistema ampliado. truir una red de servicios, implicar
a operadores y profesiones distintas,
La Formación. para articular, aprovechando la espe-
cificidad de cada uno, intervenciones
Del mismo modo que he decidido diversificadas (sociales, psicotera-
no crear un centro especializado so- péuticas, farmacológicas, educativas,
bre la violencia, sino mantener una etc.) que mantienen la trama común
intervención superespecializada en de la urdimbre final. Una red utiliza
el servicio territorial, también la diferentes roles relacionales e institu-
formación se ha visto afectada por cionales (ej., terapéuticos, de acom-

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


estos presupuestos epistemológicos pañamiento, de verificación y, si es
y, en estos años, nuestra Escuela se necesario, de juicio) que tienen como
ha orientado hacia la construcción único fin el de ser útiles a los niños y
de recorridos formativos integrados a sus familias para la superación de la
y diferenciados, que vuelven a pro- violencia y el inicio de modalidades
poner el esquema general ilustrado relacionales más funcionales.
hasta aquí (desde la manera de leer La complejidad de los servicios exi-
la violencia hasta las intervenciones ge coordinación y conexiones.
diferenciadas, al trabajo de red esti- Por eso realizamos un recorrido de
mulando un proyecto común, a las Formación que se articula a través de
“terapias fluctuantes”, etc.). Como si fases comunes y diferenciadas por ser-
las dos consignas que unen nuestro vicio y por profesiones, según las es-
trabajo sobre esta temática fueran: pecificidades, pero que mantiene una
“Integrar competencias e interven- base y un fundamento epistemológico
ciones” y “Moverse en el espacio de común entre todos los operadores de
los técnicos, en el espacio terapéuti- los Servicios de ese ámbito territorial.
co” como en un calidoscopio cuyas En la experiencia de formación efec-
piezas se distinguen, pero luego se tuada en el Servicio público hemos
reúnen en el diseño final. identificado las siguientes fases.
58 > Coordinación y de riesgo con eventual remisión
Constitución de un Grupo al Servicio. A los educadores
de Trabajo Integrado, se les darán instrumentos para
Interdisciplinar y manejar las relaciones con niños
Especializado Formado y adolescentes maltratados en
por los Operadores de los los distintos momentos y en
Diversos servicios las diversas situaciones vitales,
que, con distinto título, se ocupan apoyándolos en la relación con los
del maltrato a fin de que asuman otros y con la familia.
una común epistemología y
cultura sobre la temática, una El caso, pues, no debe ser valorado
base para programar, manejar por sí solo, sino en el interior del más
e integrar las intervenciones amplio marco en que está inserta-
que verificar en las actividades. do, y de este marco formamos parte
Para los operadores, implicados también nosotros, que nos ocupamos
en contextos diversos, que se de él, con cometidos y modalidades
ponen a prueba con este tipo de diferentes. Los operadores deben
responsabilidad sobre el tema aprender a integrarse en el campo y
de la violencia, es indispensable a moverse de manera coordinada en
tener una formación común y su interior. Debe haber, por tanto, un
beneficiarse de una coordinación paso, de la actuación singular y sin in-
entre diversas agencias pero, aún tercambios, a la coordinación con los
más, es importante que se cree un demás operadores del propio servicio
pensamiento común, difuso sobre y de las otras agencias, comunicán-
el territorio, sobre cómo abordar dose informaciones, construyendo
estas temáticas saliendo de la y compartiendo un proyecto que in-
dicotomía víctima-carnicero. cluya la aportación de todos. Quien
remite determina la intervención,
> Constitucción de Grupos pero el operador elige entre posibles
de Trabajo por Servicio intervenciones.
sobre las competencias específicas Un servicio territorial debe saber
de cada servicio. leer los informes y valorar los riesgos
o las ventajas de una denuncia; debe,
> Constitución de Grupos en pocas palabras, saber qué es más
de Trabajo por Profesión, útil hacer, para proyectar un reco-
en modo de aprender, según rrido de intervención que sepa tener
las diversas profesiones, la constantemente en cuenta las distin-
intervención específica. Con los tas necesidades del usuario y de los
psicoterapeutas se profundizaran servicios, y que sea suficientemente
los aspectos clínicos y de flexible como para poder adaptarse a
tratamiento de los maltratados y los cambios de contexto, de demanda
de sus familias. A los asistentes y de recursos a lo largo del camino.
sociales se les darán instrumentos Es fundamental el análisis de la de-
Redes, Julio 2010

para afinar intervenciones manda y de las necesidades, tanto del


de toma a cargo, valoración e niño/de la niña como de la familia, el
individualización de los elementos análisis del contexto, tanto familiar
como social, para decodificar necesi- prejuicios y entrar en la complejidad. 59
dades y demandas, y para construir Por otra parte, mientras los Servicios
respuestas idóneas. se ocupen de realidades separadas y
Es precisamente basándose en la troceadas no pueden restituir a las fa-
riqueza representada por los servicios milias una imagen de composición de
públicos, diversificados por función la realidad a un nivel más complejo y
y por competencia, que se puede es- unitario.
tructurar una metodología de trabajo Si el servicio tiene una epistemolo-
compleja, pero eficaz, es decir, com- gía fuerte y quiere dar una imagen de
puesta por intervenciones distintas e asunción de responsabilidades, debe
integradas a varios niveles. funcionar de manera inversa, es decir,
Por estas razones, en la formación debe introducir algunas perturbacio-
de los operadores es oportuno partir nes que consigan romper la rigidez de
de la construcción de una epistemo- las formas relacionales y comunica-
logía común, que permita el diálo- tivas que se han estructurado con el
go entre diversos modos de pensar tiempo.
y actuar, construyendo una base de
intercambio e integración de compe-
tencias entre servicios, elaborando in-
tervenciones que utilicen los diferen-
tes recursos del territorio, para una
mayor colaboración y coordinación,
que permita identificar los recursos
de cambio para la familia.
Si, cuando se produce una situación
problemática, el operador usa como
intervención de rutina la denuncia

Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


al Juez y asume sólo una función de
control, introduce él mismo “el paso
a la acción” típico de algunas familias
multiproblemáticas, y se sitúa especu-
larmente respecto de la realidad sobre
la que querría incidir y provocar un
cambio. Si los operadores reproducen
esta estructura, nada cambiará; las dos
realidades sólo podrán “enfrentarse”,
disponiéndose de manera simétrica la
una respecto de la otra, reafirmando
la imposibilidad de evolucionar y la
interrupción de un vínculo que existe
sólo en términos de control social.
Para evitar el riesgo de que el equi-
po asuma esta posición respecto de la
realidad que nos ocupa (familias mul-
tiproblemáticas), es provechoso utili-
zar una lectura capaz de salir de los
60
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Lia Mastropaolo. La violencia familiar en la encrucijada entre terapia, mediación y justicia.


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Redes, Julio 2010
63

Cronicidad y Depresion.
Una aproximación sistémica a los
trastornos afectivos
José Antonio Soriano Pacheco1

RESUMEN

El campo de los trastornos afectivos constituye uno de los principales


escenarios de las políticas de salud mental. Junto a la investigación de
factores biológicos de diversa índole implicados en su etiopatogenia,
los factores psicosociales (o ambientales) siguen constituyendo un
elemento indispensable para poder entender el fenómeno depresivo. El
presente artículo constituye un extracto de la tesis doctoral “Marcadores
relacionales en la depresión mayor y la distimia” y se centra en el papel
de dichos factores psicosociales en el curso de la depresión, incorporando
parte de los resultados obtenidos. Se analiza el papel de la familia
creada y la familia de origen en la cronicidad de la depresión.

ABSTRACT

The field of affective disorders is one of the stages of mental health


policies. Along with the research of biological factors of various kinds
involved in etiology, psychosocial (or environmental) factors remain
an indispensable element for understanding the phenomenon of
depression. This article is an excerpt of the doctoral thesis “Relational
markers in major depression and dysthymia” and focuses on the role of
these psychosocial factors in the course of depression, incorporating part
of the results. We analyze the possible role of the created family and the
original family in the chronicity of depression.

1. Psiquiatra y terapeuta familiar. Hospital de San Pablo. Barcelona.


64 Introduccion. sión mayor y trastorno bipolar que las
personas casadas. En el estudio ECA

C
ualquier aproximación a la (Epidemiologic Catchment Area), la
nosología y etiopatogenia de prevalencia de la depresión mayor fue
los trastornos afectivos debe el doble en las personas que vivían so-
tener muy presente el potencial factor las en comparación con las que vivían
distorsionador de los factores psico- con otras personas, lo que puede indi-
sociales intervinientes. En aproxi- car que el aislamiento social es un fac-
madamente un 75% de los casos de tor de riesgo (Weissman y cols 1991).
depresión existe un acontecimiento De cualquier forma, parece que el
vital precipitante (Brown y Harris, factor de riesgo clave es la ruptura de
1975; Frank y cols., 1994). una relación matrimonial o de pareja
Las evidencias que sustentan el estable y no el aislamiento social en sí
aumento de la prevalencia de los tras- mismo. Superar de forma simultánea
tornos del estado de ánimo en el siglo una pérdida y la soledad parecen so-
XX refuerzan la hipótesis de que es- brepasar los mecanismos adaptativos
tos factores ambientales han jugado de muchos sujetos. La cuestión del
y juegan un papel muy importante. duelo como fenómeno adaptativo o
(Kasen y cols. 2003). La hipótesis más enfermedad que precisa tratamiento
verosímil que responde a este incre- es un tema polémico y abierto a deba-
mento epidemiológico es la de algún te. Asistimos a una “medicalización”
cambio en los factores ambientales, de los procesos de duelo que parece
mucho más creíble que posibles cam- obedecer a una consigna social: “se
bios genéticos subyacentes. debe evitar todo sufrimiento”. (Maj,
Resulta muy difícil interpretar la 2008). Posiblemente los avances en la
dirección causal de las relaciones entre terapia del dolor “físico” que preconi-
riesgo de un trastorno afectivo y facto- zan la erradicación de dicho dolor de
res sociales o ambientales. En muchos forma absoluta hayan podido influir
casos las influencias son bidirecciona- en el deseo de erradicación del dolor
les, por ejemplo, un trastorno depre- anímico o psicológico que acompaña
sivo puede conducir a la pérdida de de forma indisoluble una gran canti-
empleo que, a su vez, contribuye a un dad de situaciones vitales.
empeoramiento del estado anímico.
Lo mismo podríamos decir respecto Género:
a otros factores ambientales destaca- Existe una prevalencia, incidencia y
dos como el nivel socioeconómico, el morbilidad más elevada en mujeres
estado civil, la relación de pareja, etc. para depresión mayor y distimia, no
Sin embargo, el análisis de algunos de así para el trastorno bipolar. Estudios
los principales factores de riesgo psi- biológicos apuntan al probable papel
cosocial implicados en el fenómeno de los estrógenos y sus cambios cícli-
depresivo nos puede aportar datos de cos en la mujer como responsables
interés que admiten discusión: parciales de esta situación.
Kendler (2001) encontró que las
Redes, Julio 2010

Estado Civil: mujeres eran más sensibles a los efec-


Las personas viudas, separadas y di- tos depresógenos de los problemas re-
vorciadas tienen más riesgo de depre- lacionales, mientras que los hombres
eran más sensibles a los problemas vital estresante poco antes del 65
laborales. inicio de su depresión, mientras
Un reciente metaanálisis (Tolin y que la mayoría de personas que
Foa, 2006) concluye que los estudios experimentan acontecimientos
no apoyan la idea de que las mujeres vitales no se deprimen.
estén más expuestas a los traumas ni
que existan diferencias de género en Factores Sociales y
los traumas infantiles. En general las Evolución de los
mujeres serían más proclives a de- Trastornos Afectivos.
sarrollar depresión al enfrentarse a
acontecimientos vitales significativos. Al parecer, los principales factores
En este apartado del género un implicados en la cronicidad de las
apunte de los resultados de nuestro depresiones son los llamados factores
trabajo en el que resultaba interesante del desarrollo (Riso y cols. 2002), en-
constatar cómo los hijos varones atra- tre los que se sitúan el abuso sexual o
pados en juegos triangulares (aliados físico en la infancia (Kendall-Tackett,
de la madre y rechazados por el padre) 2002), las malas relaciones con los pa-
tienen menos tendencia a desarrollar dres en las etapas iniciales de la vida
trastornos depresivos que las hijas y el neuroticismo elevado (este últi-
(mayoritariamente distimias), aunque, mo no puede considerarse como un
ciertamente, no sean inmunes a ellos. factor del desarrollo, sino como una
Quizás juegue un papel importante cualidad inherente de la persona). La
la identificación con la progenitora calidad de las relaciones matrimonia-
aliada, también distímica a menudo, les o de pareja constituye también un

José Antonio Soriano Pacheco. Cronicidad y depresión. Una aproximación sistémica a los transtornos afectivos.
que resultaría más fácil a las hijas que buen predictor, tanto de la gravedad
a los hijos. El papel del género y roles como de la evolución de los trastornos
predestinados a cada uno de ellos, así afectivos (Lewis 1998).
como los valores asociados deben de El papel de la familia de origen y
ser la explicación más plausible a estas las relaciones intrafamiliares duran-
diferencias epidemiológicas. te el desarrollo constituye un evento
de capital importancia en el posible
Estrés: desarrollo de una mayor o menor vul-
Existen múltiples investigaciones en nerabilidad frente al estrés, así como
torno a esta relación. Pueden ser re- los estilos de afrontamiento. Existen
levantes las conclusiones de Kessler multitud de estudios sobre las posi-
(1997): bles repercusiones de padres depresi-
vos sobre el carácter y desarrollo de
1. Existe una asociación sistemática los hijos, todos ellos con resultados
entre exposición a acontecimientos en la línea de mayores dificultades
vitales e inicio de depresión mayor. psicológica para los hijos (Hops 1987;
2. La magnitud de dicha asociación Lee y Gotlib 1989; Hammen 1987).
varía en función de la evaluación La presencia de algún tipo de pato-
de los acontecimientos vitales, con logía psiquiátrica parece evidente en
una relación dosis-respuesta. la posible repercusión sobre los hijos,
3. La mayoría de los pacientes pero no lo es tanto ante la existencia
deprimidos viven una experiencia de conflictiva conyugal o paterno-
66 filial. Posiblemente, los conflictos gía depresiva. Diferentes estudios han
paterno-filiales sean consustanciales puesto de manifiesto la correlación
a la propia existencia de las familias y entre depresión y conflictos de pareja.
al proceso evolutivo de hijos y padres, La relación que establecen el deprimi-
por lo que no deberíamos esperar re- do y su cónyuge adquiere ciertas pe-
percusiones destacadas. Pero no es la culiaridades de interacción.
misma situación el caso de conflictos Tan sólo señalaremos algunas re-
conyugales sin patología psiquiátrica, ferencias de los últimos años, como
clarísimos en casos de separación o los estudios de Crowther (1985), que
divorcio sin acuerdo, pero presentes mostraron una correlación estadísti-
en multitud de parejas que no llegan camente significativa entre depresión
a separarse y hacen pagar un “peaje” y desacuerdo matrimonial. En la in-
doloroso a algunos o todos los hi- vestigación se observaba una mayor
jos. (Brown 2002; Linares y Campo sensibilidad al desacuerdo conyugal
2000) por parte de las mujeres en compara-
ción con los hombres y, por tanto, una
Familia y Depresión manifestación más frecuente de la
desde el Modelo Sistémico. sintomatología depresiva en la mujer
en relación a este tipo de situaciones.
Tras este sucinto repaso al papel de Manfrida y Melosi (1996) hablan
los factores psicosociales en la croni- de las depresiones integrando los ni-
cidad de la depresión, nuestro foco de veles bioquímico, intrapsíquico, cog-
atención se sitúa en el papel de la fa- nitivo y relacional. Intentan recoger
milia. Las situaciones anteriormente un fondo común para las diversas
referidas de conflictos conyugales sin depresiones. Entienden la depresión
patología psiquiátrica son muy difíci- como “el producto conjunto de algunos
les de evaluar, aunque la observación factores de base predisponentes, de cier-
empírica de pacientes en interacción tos vínculos sociales y de las estrategias
con sus familias (creadas o de origen) de diversos jugadores”.
revela una gran complejidad y poten- Vella y Loriedo (1993) plantean la
ciales repercusiones. hipótesis de la competencia transge-
Las aproximaciones desde el cam- neracional para explicar la dinámica
po familiar relacional de los últimos familiar del trastorno depresivo. Exis-
años indican una clara relación entre tiría una competición (generalmente
los trastornos depresivos y los conflic- sin vencedores, dada la absoluta falta
tos de pareja, y reconocen no única- de resultados) entre el cónyuge sano y
mente los efectos que las relaciones un padre sano en el cuidado del fami-
significativas tienen sobre la depre- liar enfermo. Esta competición sufre
sión, sino también los efectos que la un drástico cambio cuando el hijo
depresión tiene sobre las relaciones elige para sí una pareja depresiva. El
significativas. En general, del análi- fracaso en la tarea de curar al cónyuge
sis de la literatura sobre los aspectos les une y permite, tal vez, reconciliar
relacionales de la depresión, surge la al cónyuge sano con el propio padre
Redes, Julio 2010

tendencia a considerar la relación de sano. La hipótesis subyacente podría


pareja como el ambiente privilegiado ser: ”Un matrimonio depresivo sería el
para que se manifieste la sintomatolo- surgimiento de una competición trans-
generacional de larga duración con res- sión mayor recurrente), evaluando de 67
pecto al progenitor del mismo sexo”. forma minuciosa variables relaciona-
Una propuesta cercana a la de Vella les en familia creada y en familia de
y Loriedo es la de Linares y Campo origen y factores intercurrentes.
(1996, 2000), que centran su interés
en algunas características de las fa- Papel de la Pareja.
milias de origen de los pacientes de-
presivos y de sus familias creadas. Sus El hallazgo de una sola familia con
fundamentos teóricos contribuyen diagnóstico de trastorno afectivo
a las hipótesis que sustentan nuestro en ambos miembros de la pareja es
trabajo. significativo y podría conducirnos
Cancrini y Cecilia la Rosa (1996) a reflexionar sobre el posible papel
atribuyeron también un papel impor- “protector” de la depresión sobre el
tante a los acontecimientos estresan- miembro de la pareja sano. Un ele-
tes como desencadenantes de las crisis mento común en esta pareja con do-
maníaco depresivas. Ellos ponen én- ble diagnóstico era el del sacrificio, la
fasis en los momentos de desvincu- entrega hasta el límite sobre todo en
lación de la familia de origen, como el tema de los hijos.
una de las situaciones que producen En las entrevistas se evaluaba ex-
un aumento de tensión, la cual con- haustivamente los antecedentes psi-
tribuye a la aparición de sintomato- quiátricos del cónyuge y también
logía depresiva. Los ciclos en que se la posible sintomatología depresiva
presentan estas crisis estarán también actual, destacando más el papel pro-
en estrecha relación con el aumento y tector, cuidador o de “reto” frente a

José Antonio Soriano Pacheco. Cronicidad y depresión. Una aproximación sistémica a los transtornos afectivos.
la disminución de la tensión emotiva situaciones de abatimiento o desespe-
del sistema familiar en su totalidad, ranza. Sólo en algunos casos algunas
influyendo a su vez en los posibles parejas explicitaban un cierto can-
cambios de su organización interna. sancio cuando la depresión clínica se
prolongaba mucho en el tiempo o los
Marcadores Relacionales episodios se repetían con una cierta
en la Depresión Mayor frecuencia.
(TDM) y la Distimia (TD).
Conflictos en la Pareja:
La parte central de nuestra investiga- Tiempo de Convivencia/
ción se focalizó en el análisis del tipo Tiempo de Evolución.
de relación que el paciente depresivo
mantenía con su familia de origen y La relación del tiempo de matrimonio
con su familia creada. Parte de nues- (o convivencia estable) y tiempo de
tros resultados aparecen reflejados a evolución del trastorno afectivo aporta
continuación, soslayando el aparta- un resultado digno de analizar. Los de-
do de metodología que combinaba presivos mayores de género femenino
técnicas de análisis cualitativas y inician un conflicto de pareja mucho
cuantitativas. antes del inicio del trastorno afectivo
Hemos analizado 41 casos de per- y también mucho antes que los varo-
sonas diagnosticas de algún tipo de nes, diferencias también presentes en
trastorno depresivo (distimia o depre- el caso del grupo TD aunque no tan
68 acentuadas. El inicio de la depresión puedan serlo los conflictos laborales
(ya sea distimia o TDM) en las muje- (por exceso o por defecto, pero siem-
res de nuestra muestra viene antecedi- pre con un contenido relacional inne-
do por un conflicto explícito de pareja gable) los que se hacen más presentes
(en forma normalmente de decepción en el inicio del trastorno afectivo.
o desengaño). (Figura 1) En nuestras La mujer depresiva (TDM) tendría
hipótesis iniciales no barajábamos es- una mayor dependencia de su pareja
tas diferencias entre sexos, aunque los (vuelca sus necesidades relacionales
datos apuntan a una mayor relevancia en ella), mientras el hombre depresivo
de los conflictos de pareja para el even- (TDM) presentaría más frentes rela-
tual desarrollo de trastornos afectivos cionales, con mayor relevancia del ám-
en la mujer, mientras que para el varón bito laboral y de la familia de origen.

Orden en la Fratria. picio. Nuestra muestra sólo destaca


por la baja frecuencia de últimos hijos
Una variable que ha sido estudiada (sólo 13 para un total de 82 personas)
con relativa frecuencia entre las ca- entre pacientes y cónyuges, que sue-
racterísticas familiares es el “orden len ser primogénitos o situarse entre
dentro de la fratría” o el hecho de ser varios hermanos. Resulta sugerente el
hijo único como factor predisponente resultado aunque también arriesgada
para diversas problemáticas de índole su interpretación. ¿Puede ser protec-
psicológico (especialmente referido a tora la presencia de hermanos y ayu-
patologías como la anorexia nerviosa, dar a la maduración psicológica de los
la personalidad narcisista o dificulta- individuos que en el futuro permita
des adaptativas varias) (Amato, 2001; aumentar su resiliencia? En un plano
Bauserman, 2002) absolutamente teórico, la presencia de
También la posición de hijo mayor esos hermanos debería contribuir a
dentro de la fratría supone un cierto un aumento del número y calidad de
factor de riesgo por la “hiperresponsa- las interacciones del individuo, lo que
bilidad” que lleva asociada en algunos desde el modelo sistémico supondría
casos. De acuerdo con nuestras hipó- un factor favorable en el crecimiento
tesis, podrían ser estos hijos mayores individual y colectivo (Watzlawick,
Redes, Julio 2010

o hijos únicos, “candidatos” a desa- 1981; Bateson 1984). Evidentemente,


rrollar problemas depresivos del tipo otros muchos factores podrían incidir
TDM en el ambiente familiar pro- en cada situación individual, pero po-
siblemente la familia numerosa de an- les, salvo los de cariz marcadamente 69
taño tenga ventajas frente a la exigua negativo (como pueda ser el alcoho-
familia postmoderna (en ocasiones de lismo, la situación de pobreza o inca-
sólo dos miembros). pacidad, etc.) (Bostwick, 2000). Pen-
samos que indagar en el estado de las
La Ideación Suicida. relaciones e interacciones del sujeto
puede conducir no sólo a clarificar la
En un análisis cualitativo de los an- situación, sino a abrir puertas para la
tecedentes de ideación o tentativa prevención de eventuales conductas
autolítica sí encontramos aspectos suicidas (Richman, 2004).
a comentar, no significativos por su
baja frecuencia en nuestra muestra. El Tratamiento
La mayoría de pacientes distímicos de Farmacológico.
nuestra muestra que refieren ideación
suicida o antecedente de una tenta- Un aspecto no evaluado en nuestro
tiva, reflejan un componente finalis- estudio es el papel del tratamiento
ta o movilizador, habitualmente de farmacológico (presente en el 100%
la pareja o la familia de origen. Por de los pacientes de nuestra muestra
el contrario, los depresivos mayores y en algunos de sus cónyuges) en la
suelen presentar un componente de relación conyugal y familiar, con im-
desesperanza o vacío más claro, des- plicaciones a diferentes niveles (re-
encadenante aparente de la ideación percusiones en la esfera sexual, física,
suicida. Aunque parezca clara la con- etc.). A pesar de que en la definición
notación relacional en el caso de la del problema un porcentaje relativa-

José Antonio Soriano Pacheco. Cronicidad y depresión. Una aproximación sistémica a los transtornos afectivos.
distimia, también pensamos que la mente elevado de familias lo sitúa en
crisis suicida en la depresión mayor el ámbito relacional, la aceptación
tiene muy frecuentemente connota- “universal” del tratamiento farmaco-
ciones semejantes. No serían eviden- lógico nos puede hacer reflexionar en
temente iguales, pero el sentimiento varias direcciones. Por un lado, y de
de fracaso y carga resultante de una forma coherente, contemplamos la
relación de pareja complementaria y plena aceptación del modelo médico
no siempre protectora puede facilitar en un entorno hospitalario. ¿Hasta
la aparición, en la mente del depresivo qué punto esta posición puede con-
mayor, de la idea del suicidio como es- ducir a “olvidar” o relegar conflictos
capatoria para todos. eventualmente trascendentes en el
El componente de crisis familiar inicio y curso de la depresión? Qui-
inherente a cualquier tentativa auto- zás la respuesta la encontramos en
lítica no merece ser despreciado, y un el hecho de que nuestras familias no
detallado análisis puede conducirnos buscaban ayuda a nivel familiar o de
a diferenciar tipologías relacionales y, pareja, sino que acudieron a un es-
ocasionalmente, facilitar diagnósti- tudio exploratorio de sus relaciones
cos e intervenciones terapéuticas. La familiares (evidentemente es impo-
mayor parte de estudios se centran en sible llegar a conocer las motivacio-
aspectos genéticos de la conducta sui- nes últimas de cada caso). También
cida y en la prevención, sin prestar ex- es cierto que posiblemente falten en
cesiva atención a factores psicosocia- nuestra muestra pacientes depresivos
70 “curados” por la medicación (en el ser la definición más extendida so-
sentido de remisión completa con cialmente. El considerar la depresión
medicación mantenida) al visitarse como una enfermedad médica ac-
de forma mucho más espaciada o, túa como” efecto amortiguador”, en
incluso, haber recibido el alta, por lo el sentido que tanto los familiares
que difícilmente hayan podido ser como los propios pacientes adoptan
entrevistados. una actitud pasiva esperando que los
médicos y los psicofármacos actúen y
La Definición del Problema. “curen”.

La variable “ definición del proble- Conflictos con la Familia


ma” nos introduce en la epistemolo- de Origen.
gía familiar y/o de la pareja, elemento
trascendental a la hora de entender los Especial atención nos merecen los
procesos y de plantear la intervención problemas con las familias de ori-
terapéutica. gen que se reactivan cíclicamente y
Aunque no permita diferenciar los aparecen relacionados con recaídas
grupos diagnósticos, sí ofrece un pa- y agravamientos de la sintomatolo-
norama revelador donde casi el 50% de gía depresiva cuando hacemos una
nuestras parejas definen su problema cronología exhaustiva de la historia
de salud como secundario o derivado de la enfermedad depresiva en nues-
de un conflicto relacional. Se podría tros pacientes. Este fenómeno es co-
discutir si sujetos no profesionales de mún a distimia y TDM, pero mucho
la salud mental son capaces de discer- más frecuente entre las mujeres que
nir estos asuntos, pero en la situación entre los hombres, y tanto referido
actual de completa medicalización de a la propia familia de origen como
situaciones cotidianas, esta valora- a la del cónyuge (con situaciones de
ción nos parece especialmente signi- rechazo inicial o de fracaso de las ex-
ficativa y reveladora. Abundando en pectativas generadas por la relación,
esta línea, las pocas discrepancias al una especie de “trampa” emocio-
respecto entre los miembros de la pa- nal, donde tras la inicial y aparente
reja refuerza la tesis de la importancia aceptación por la familia política se
del conflicto relacional (al menos en produce un desengaño, con rechazo
la mente de los sujetos implicados en más o menos explícito y no cumpli-
primera persona). miento de las expectativas). Resulta
Estrechamente ligada a esta varia- muy difícil poder cuantificar el papel
ble estaba otra, denominada “unani- de estos conflictos como el del resto
midad en la definición del problema” de factores externos negativos inter-
que no permitía obtener resultados currentes, aunque el análisis crono-
concluyentes. En esta variable cree- lógico (hasta donde la memoria de
mos importante reflexionar sobre la los sujetos lo permite) nos reafirma
incidencia que puede tener, en aque- en nuestra tesis de un papel desta-
llos que definen el trastorno como cado de dichos conflictos. Inclusive
Redes, Julio 2010

una enfermedad, el hecho de que la desde la óptica comunicacional, no


depresión esté siendo tratada en un es infrecuente la minimización ex-
contexto hospitalario y el hecho de plícita de dichos conflictos cuando
la repercusión emocional y anímica Papel del Estrés. 71
ha sido extraordinaria. Los depresi-
vos mayores, especialmente, no son a Respecto a los acontecimientos es-
veces conscientes de la importancia tresantes, la situación laboral se ma-
sobre sus vidas de estos fenómenos, nifiesta como un factor importante
pudiendo llegar a ser negadores de tanto en el inicio de la sintomatología
conflictos como mecanismo pseudo- depresiva como en la evolución. Al-
protector. gunos pacientes han reflejado a través
La aparición de estos conflictos, de su excesiva dedicación al trabajo
mayoritariamente en el caso de mu- el nivel de exigencia personal, ante-
jeres, tiene similares connotaciones poniéndolo a sus propias necesidades
a las ya comentadas en otros aparta- personales. Cuando la situación se
dos de los resultados y contribuyen a vuelve insostenible, los síntomas de-
los datos epidemiológicos de mayor presivos, la consecuente baja laboral
incidencia de trastornos afectivos en y la tramitación de la invalidez, su-
mujeres. Aparentemente, la tendencia pondrán una manera de acabar con
negadora de conflictos de los varones dicha situación, salvando de alguna
con sus familias de origen o con la de manera su “honorabilidad “como
los cónyuges no tiene la misma inten- persona. Esta situación podría ser un
sidad que en el caso de las mujeres y obstáculo en el proceso terapéutico ya
la reactivación de conflictos no tiene que actuaría como “mantenedor” de
tantas repercusiones. No hemos en- los síntomas.
contrado investigaciones que estudien Incidir en la relevancia que podría
específicamente esta cuestión, pero sí tener, para el conocimiento de los

José Antonio Soriano Pacheco. Cronicidad y depresión. Una aproximación sistémica a los transtornos afectivos.
muchas referencias que pueden arro- cuadros depresivos, la observación ya
jar luz. Un estudio con parejas que apuntada en esta exposición referente
habían compartido la experiencia de a que en algunas pacientes que se de-
un acontecimiento estresante gra- finen como amas de casa, nos hemos
ve revelaba que no había diferencias encontrado que su situación como tal
en la aparición de depresión para el no ha sido fruto de una decisión to-
pequeño número de varones que se mada por sí mismas, sino que les ha
encargaban de las tareas domésticas venido impuesta por las circunstan-
(Brown, 2002). Parece que las dife- cias del mercado laboral o bien por
rencias epidemiológicas por sexos se imposición del rol asumido o por una
acortan cuando se invierten los roles situación de agravio.
tradicionales de hombre y mujer (Ro- La situación de duelo por la muer-
senfield, 1999). te de los padres u otras personas cer-
El trabajo de Brown ilustra el des- canas puede verse complicada con la
tacado papel de los factores de vulne- aparición de sentimientos de culpabi-
rabilidad en el inicio de la depresión a lidad, que podrían estar relacionados
un nivel muy complejo. Así, la calidad con experiencias de triangulación,
de los vínculos sociales básicos en la aunque su análisis excede a nuestros
vida adulta ejerce una importante in- propósitos.
fluencia en la autoestima actual, algo
constatado también en el estudio de
Paykel (1994).
72 La Separación o la Tipo de Relación Conyugal.
Imposibilidad de Ruptura.
El tipo de relación conyugal mostró
Dos variables también de segundo ni- diferencias significativas que apo-
vel dentro de nuestro estudio fueron yaban nuestras hipótesis de partida.
el “deseo de separación” y la “impo- Los pacientes distímicos se decantan
sibilidad de ruptura de la relación”. mayoritariamente por relaciones si-
A pesar de no diferenciar tampoco métricas con sus parejas, mientras los
los grupos diagnósticos, creemos depresivos mayores tienen más ten-
que son variables a desarrollar y es- dencia a la complementariedad. Este
tudiar en muestras más amplias por resultado se ve corroborado por los
su cercanía conceptual y epistemo- de las variables “fracaso de la igual-
lógica a nuestras hipótesis centrales. dad” y “fracaso de la protección”, más
El mayor deseo de separación parece presente el primero en los distímicos
conceptualmente más ligado a rela- y el segundo en los TDM de nuestra
ciones conflictuadas y simétricas, tí- muestra.
picas de la distimia, mientras que la En el caso de la distimia la evolu-
imposibilidad para separarse debiera ción de la nueva pareja bajo el signo
aparecer más frecuentemente en una de la simetría conocerá suertes diver-
relación complementaria como la de sas, dependiendo de múltiples fac-
la depresión mayor. Algunos autores tores, internos y externos a la propia
describen unas interacciones de pa- relación conyugal. El cambio de signo
reja en situaciones de depresión (sin en la relación suele presentarse en for-
especificar el tipo de trastorno afecti- ma de un desequilibrio en la relación
vo) caracterizadas por la tensión y la simétrica. Era clásica la situación en
hostilidad (Kahn, 1985), incluso con que, en una pareja equilibrada profe-
tasas de divorcio 9 veces mayor que sionalmente, el abandono del trabajo
la población general tras un ingreso por uno de los miembros (general-
psiquiátrico (Merikangas, 1984). mente la mujer, a raíz de la boda o del
En nuestra muestra no objetivamos nacimiento de los hijos) o la pérdida
dichos niveles de tensión (algo más del empleo, actúan como factores
presentes en las interacciones si- precipitantes de la crisis. Se crea una
métricas de pacientes distímicos, situación de simetría inestable en una
pero habitualmente inexistentes en pareja cuando la conservación del
TDM), aunque varias de las parejas equilibrio pasa por la inclusión de los
siguieron algún tipo de proceso tera- síntomas en el conjunto de recursos
péutico a la finalización del estudio que definen la situación. Ésta conti-
con tasas de divorcio o separación núa siendo simétrica porque se man-
bajas en el seguimiento a 5 años. Es- tiene el igualitarismo básico en los
tas diferencias pueden atribuirse a la juegos de poder o, en términos bate-
menor gravedad de nuestra muestra sonianos, en la capacidad de definir la
y a la inclusión restringida de TDM naturaleza de la relación. Sin embar-
y TD, frente a otros trastornos afec- go, la simetría es inestable porque los
Redes, Julio 2010

tivos de mayor gravedad. efectos de las pérdidas relacionales,


paradójicamente compensados por
los síntomas que inducen, generan
una continua oscilación entre posi- su evolución y tratamiento. Ningún 73
ciones de igualdad, de inferioridad y factor por sí solo puede explicar ade-
de superioridad. cuadamente la amplia gama de fenó-
El juego relacional distímico es, de menos asociados a la depresión. Por
por sí, potencialmente cronificador, tanto, hay múltiples oportunidades
pero existen diversos factores que pue- para que las intervenciones psicote-
den intensificar esa tendencia, espe- rapéuticas reduzcan potencialmente
cialmente el peso inexorable del ciclo las tasas de los trastornos afectivos y
vital, con las pérdidas que comporta. la carga de discapacidad que producen
en la sociedad. Son necesarias más in-
Parentalidad en vestigaciones que permitan delinear
la Familia Creada. tanto los factores psicosociales pato-
génicos como aquellos otros potencia-
Un resultado estadísticamente sig- dores de la salud, así como los proce-
nificativo fue la mayor presencia de sos por los que operan. Creemos que
triangulaciones manipulatorias en la búsqueda de marcadores relaciona-
las familias creadas por pacientes les (o interaccionales) de los diferentes
distímicos, algo muy poco frecuente trastornos afectivos (y posiblemente
en las familias de los depresivos ma- de otros trastornos mentales) puede
yores. Dichas triangulaciones repiten complementar los ya existentes a nivel
las experimentadas en sus propias biológico y psicológico.
familias de origen y, eventualmen- El análisis cualitativo de nuestra
te, podrían facilitar el desarrollo de muestra ha reflejado de forma incues-
cuadros de la estirpe neurótica en los tionable la presencia de múltiples fac-

José Antonio Soriano Pacheco. Cronicidad y depresión. Una aproximación sistémica a los transtornos afectivos.
hijos triangulados. Serían necesarios tores ambientales presentes en las re-
estudios de seguimiento de estos hijos caídas de estos cuadros. Entre dichos
triangulados para confirmar nuestras factores ambientales destacan los del
hipótesis. Por el contrario, la variable ámbito familiar (tanto familia creada
“parentalización en la familia creada” como familia de origen) en el caso de
refleja unos valores mínimos en am- mujeres depresivas, y los del ámbito
bas muestras. Aunque esperábamos laboral en el caso de varones depresi-
encontrar una mayor incidencia en vos.
el grupo TDM, posiblemente la gra- Queda patente la importancia
vedad moderada de nuestra muestra de la relación interpersonal (en sus
no permite asistir a estas situaciones ámbitos cognitivos, pragmáticos y
de sustitución del rol de uno de los emocionales) a la hora de determinar
progenitores por parte de un hijo, estados de ánimo. La relación puede
propias de situaciones de abandono o nutrir psicológicamente, fortalecien-
patologías psiquiátricas graves. do a la mente y defendiéndola frente
a erosiones y traumas, o puede, por el
Recapitulacion Final. contrario, debilitarla o hacerla añicos.
Reconocer estos fenómenos y tenerlos
Existen suficientes evidencias a fa- presente a la hora de planificar la in-
vor de que los factores sociales (en su tervención o cuidados que el sistema
acepción más amplia) afecten al riesgo sanitario presta al ciudadano se nos
de presentar un trastorno afectivo y a antoja imprescindible.
74
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Redes, Julio 2010
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Trastornos de conducta en la adolescencia
y relaciones familiares.
Estudio de un caso
Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu,
Laia Salat i Foix, Sònia Sànchez Bartolomé

RESUMEN

Este artículo es el resultado de una investigación en la que se ha analizado


la parentalidad y las relaciones familiares en una familia con un hijo
adolescente que presenta Trastorno de Conducta (TC). Tras una introducción
teórica que enmarca el estudio en la perspectiva relacional sistémica y que
define los conceptos de nutrición relacional, funciones normativas, cohesión
y adaptabilidad familiar sobre los que gira la investigación, se presentan los
resultados obtenidos después del análisis cualitativo del contenido de cuatro
entrevistas semiestructuradas y de la administración de la Escala de Cohesión
y Adaptación Familiar (CAF). En la discusión se relacionan minuciosamente
los resultados con la literatura de referencia, y finalmente en la conclusión,
se sintetizan los hallazgos más relevantes del estudio y se proponen nuevos
planteamientos para futuras investigaciones.

Palabras clave: Trastorno de conducta, Nutrición relacional, Cohesión


familiar, Adaptabilidad familiar.

ABSTRACT

This article is the result of a research project in which parenthood and family
relations have been analyzed in a family with a teenage child that exhibits
behavioral disorder (BD). Following a theoretical introduction that frames
the research in the relational systemic perspective and that defines the concepts
of relational nutrition, regulatory functions, cohesion and family adaptation
around which the project verses, the results after the qualitative analysis
of the contents of four semi-structured interviews and the administration
of the Family Adaptability and Cohesion Evaluation Scales (FACES) are
presented.
In the discussion, results and references are meticulously related, and finally,
in the conclusion, the most relevant findings of the research are summarized,
and new approaches for future research projects are proposed.

Key words: Behavioral Disorder, Relational nutrition, Family


cohesion, Family adaptability.
78 Marco Teórico. mento histórico determinados (Abio
y Vilaragut, 2006; Castejón y Prieto,

L
os problemas relacionados con 2007; Wood, 1998).
las conductas disruptivas en la Más allá de esta definición inicial,
infancia y en la adolescencia también coincidimos con Castejón y
son motivo de preocupación en la Prieto (2007) cuando han destaca-
sociedad actual, tanto en los centros do que los TC, a pesar de no ser una
educativos que escolarizan a dichos entidad clínica definida, pueden ser
niños y adolescentes, como también considerados la manifestación plural
para sus familias. Así mismo, en el y compleja de la dificultad emocional
ámbito clínico son cada vez más fre- y relacional para ajustar la conducta a
cuentes las demandas relacionadas las convenciones educativas y sociales
con este tipo de dificultades, que han de la época y, a menudo, resultan ser
acabado denominándose Trastornos el signo emergente de un desarrollo
de Conducta (TC). conflictivo.
Aunque hasta hoy no se dispone A efectos de este estudio, diferen-
de una definición interdisciplinaria ciamos los TC de las entidades clí-
consensuada sobre las características nicas con cuadros que incluyen tras-
de los chicos y chicas afectados por tornos de acción y motilidad. Así, se
un TC, ni tampoco de una definición entiende que los Trastornos Generali-
totalmente compartida de lo que se ha zados del Desarrollo que incluyen pa-
dado en llamar TC, poco a poco pare- tologías del espectro autista, así como
ce asentarse una definición coinciden- las psicosis infantiles, si bien pueden
te, que será necesario, no obstante, presentar trastornos de comporta-
explicitar y justificar suficientemente. miento de forma secundaria, tienen
Este estudio ha indagado sobre as- sus problemas psicopatológicos prin-
pectos del ambiente familiar del ado- cipales centrados en la no integración
lescente con problemas de conducta. de las esferas psicomotora y cognitiva,
Concretamente, se ha pretendido y en la falta de diferenciación del yo
conocer el tipo de dinámica familiar respeto a los otros (Castejón y Prie-
entre los progenitores y los hijos ado- to, 2007). Asimismo, y pese a que se
lescentes que desarrollan estas dis- pueden encontrar también importan-
funciones. tes trastornos en el comportamien-
En el presente trabajo, cuando se to, tampoco consideramos objeto de
habla de adolescentes con TC se hace estudio en este caso las psicosis de la
referencia a personas que, aunque no segunda infancia y de la adolescencia
se puedan agrupar en determinadas con presencia de experiencias alucina-
entidades clínicas definidas, tienen torias y pensamientos delirantes.
en común el hecho de mostrar, de for- La clínica con adolescentes con
ma repetida y continuada, compor- TC ha puesto de manifiesto que pue-
tamientos socialmente disruptivos, de establecerse alguna relación entre
generadores de molestia y malestar las disfuncionalidades presentes en la
en otras personas, que habitualmen- familia de estos adolescentes y el de-
Redes, Julio 2010

te van acompañados de una ruptura sarrollo de un TC, mostrando que,


destacable de las normas socialmente tanto la conyugalidad disarmónica
aceptadas en una cultura y un mo- como la parentalidad deteriorada,
pueden ser factores favorecedores de considera que los problemas de con- 79
la emergencia de TC (Linares, 2006; ducta actúan como un mecanismo re-
Micucci, 2005; Nardone, Giannotti y gulador del equilibrio familiar, como
Rocchi, 2003). una solución adoptada por el sistema
Este estudio adopta como marco familiar por evitar enfrentarse con
de referencia la perspectiva relacio- una situación de crisis o caos, cuan-
nal-sistémica, la cual propone que la do se produce el paso de una etapa a
familia es un sistema dinámico en el otra en el ciclo vital familiar (Abio,

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
cual la actuación o el comportamien- 2007).
to de uno de los miembros debe ser Por su parte, Linares (1996, 2006)
visto atendiendo a la actuación de los habla de nutrición relacional refirién-
otros y, sobre todo, como fruto de sus dose a las actuaciones de los padres
interacciones. Partimos de la defini- en relación a los hijos, a través de las
ción de familia adoptada por Andolfi cuales, en diferentes planos (cogniti-
(2001) cuando dice que la familia es vo, emocional y pragmático), pueden
un conjunto organizado e interdepen- garantizarles el reconocimiento, la
diente de unidades relacionadas entre estimación y la valoración necesarios
ellas por reglas de comportamiento y para su desarrollo.
por funciones dinámicas en constan- El mismo autor se refiere a los as-
te interacción entre sí y en intercam- pectos normativos como las funcio-
bio permanente con el exterior. nes socializantes, mediante las cuales
Describir la familia como sistema, los padres controlan el contacto de
nos lleva a considerar la importancia sus hijos con la sociedad en un doble
de las influencias mutuas en su inte- sentido: por una parte, ayudándolos
rior como un elemento definidor de la a defenderse de las agresiones del en-
evolución de cada uno de sus miem- torno (funciones protectoras) y por
bros: lo que hace uno de los miembros otra, orientándolos sobre como tratar
está condicionado y, a su vez, condi- a los demás a través de la enseñanza
ciona lo que hacen los otros. de las normas esenciales por vivir en
Además, a diferencia de otras pers- sociedad (funciones normativas). Se
pectivas psicológicas, en la tradición trata de una dimensión parental que
sistémica se habla de sistema adoles- hace confluir los aspectos protectores
cente cuando se estudian familias con y los normativos que contribuyen a la
un hijo o hija adolescente, atendien- socialización de los hijos.
do al hecho que tanto el hijo como El mismo Linares (1996) habla de
sus familiares viven una etapa común doble parentalidad para referirse al
del ciclo familiar (Abio y Vilaragut, comportamiento parental propio de
2006; Garrido y Fernández-Santos, una pareja de progenitores, enzarza-
1995). Desde esta perspectiva, un dos en una relación simétrica poco
foco fundamental de interés se sitúa equilibrada, y con muchas dificulta-
en la dinámica del adolescente con su des para armonizar y unificar sus pro-
propia familia. puestas relacionales a los hijos. La do-
Así, desde la orientación relacio- ble parentalidad puede traducirse en
nal-sistémica, los TC se entienden la busca de alianzas con los diferentes
como la expresión sintomática de una hijos que, si obtienen la acogida de
disfunción en el sistema familiar. Se estos, generarán triangulaciones ma-
80 nipulatorias, ya sea en forma de evi- y/o consolidación de TC. Estas au-
dentes alineamientos preferenciales toras, remitiéndose a los trabajos de
hacia un hijo o hija, o de coaliciones Maccoby y Martin (1983, en More-
continuadas entre uno de los progeni- no y Cubero, 1990) y de Baumrind
tores y uno de los hijos. Las criaturas (1971, en Moreno y Cubero, 1990),
trianguladas de este modo, reciben describen diferentes estilos de socia-
continuamente mensajes contradic- lización parental que denominan: de-
torios en los aspectos esenciales de mocrático o autorizativo cuando los
las funciones socializantes, relativos a progenitores ejercen control-guía y se
cómo tratar las personas significativas muestran sensibles y comunicativos;
de su entorno y a cómo interpretar el autoritario, cuando ejercen control
trato recibido. impositivo y se muestran poco sensi-
También desde una perspectiva bles y limitadamente comunicativos;
sistémica, autores como Estalayo y permisivo-indulgente cuando hay
Romero (2005) han propuesto con- alto nivel de comunicación y afecto,
siderar diferentes aspectos y dimen- unidos a la ausencia de control y a la
siones no exclusivamente relativos al exigencia anticipada de madurez; y fi-
sistema familiar, como por ejemplo la nalmente, indiferente-negligente, ca-
existencia de ambientes invalidantes, racterizado por los niveles más bajos
especialmente nocivos para los chicos de control, y también de implicación
con una alta vulnerabilidad emocio- afectiva y comunicación, con escasa
nal, refiriéndose a aquellos ambientes responsabilización en las tareas de
que tienden a responder de manera crianza. Estas investigaciones desta-
inapropiada y siempre exagerada (por can el predominio de problemas de
exceso o por defecto) y poco sensibles comportamiento y TC entre los ado-
a los sentimientos particulares del in- lescentes criados en entornos familia-
dividuo, cuando estos son, además, res indulgentes y negligentes.
poco compartidos por el grupo. Otros autores han desarrollado
Patterson (1982), en cambio, des- investigaciones en las cuales tienen
tacó que las familias de adolescentes en consideración la Teoría del apego
con TC siguen un patrón de interac- (TA) de Bowlby (1989) y, a la vez, pre-
ción característico. Según este autor, supuestos desarrollados desde la Te-
aparece un patrón circular, en el cual rapia Familiar en relación a la emer-
los padres ignoran las exigencias del gencia de TC en los adolescentes. Así,
niño cuando se producen en un ni- Donley (1993), destaca que los hijos
vel bajo, pero se inhiben, o respon- que desarrollan un vínculo seguro en
den con castigos desproporcionados, la primera infancia, que genera segu-
cuando esta conducta se incrementa. ridad con la figura cuidadora, tienen
Desde otra perspectiva, Moreno mayores posibilidades de devenir ado-
y Cubero (1990) han destacado que lescentes y adultos sanos, añadiendo a
los diferentes tipos y grados de con- la vez, que el vínculo va mucho más
trol ejercidos por los padres, así como allá de la relación madre-hijo, puesto
las formas de expresar el afecto o de que hay una transmisión generacional
Redes, Julio 2010

comunicar entre los miembros de la del mismo y, además, las circunstan-


familia, pueden resultar factores fuer- cias de la vida y las relaciones entre las
temente influyentes en la emergencia personas afectan también al vínculo.
Buist, Deković, Meeus y VanAken infantil a la combinación de la baja 81
(2002), adoptando la perspectiva del parentalidad y a la inclusión del me-
ciclo vital, amplían la TA a otros pe- nor en dinámicas disfuncionales de
riodos de la vida y hablan de dos di- los adultos. Cuando, más tarde, el
mensiones del vínculo: la comporta- adolescente busca el reconocimiento
mental y la afectiva/cognitiva. Desde de sus iguales, el sufrimiento puede
esta consideración, indican que en la convertirse en tragedia y el padeci-
adolescencia disminuye la proximi- miento infantil escondido emerge en

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
dad y aumenta la conflictividad y la forma de adolescente problemático.
distancia emocional. Asimismo, su Byng-Hall (2002) muestra cómo la
investigación los lleva a destacar que parentalización puede ser consecuen-
en la adolescencia, por una parte el cia de un vínculo inseguro durante la
vínculo con la madre disminuye si se niñez, el cual, además, puede tener sus
trata de una hija y se mantiene si se orígenes en experiencias parecidas de
trata de un hijo y, por otra parte, el apego de las anteriores generaciones.
vínculo con el padre se mantiene igual Se observan, así, encadenamientos de
si se trata de una hija y disminuye si se expectativas familiares que hacen que
trata de un hijo. Contrariamente, el los progenitores de la nueva familia
vínculo entre los hermanos en la ado- esperen que alguno de los hijos asu-
lescencia dependerá mucho del género ma el rol parentalizado que les tocó a
de los hermanos: en general aumenta ellos mismos.
si son del mismo género y disminuye Elgar, Knight, Worrall y Sher-
si son de géneros distintos. man (2003) explican que el vínculo
Alegret (2008) ha puesto a su vez inseguro favorece, al llegar la adoles-
de manifiesto la incidencia de los dife- cencia, los problemas de conducta,
rentes tipos de apego y la emergencia el consumo de sustancias y un pobre
de conflictos de lealtades en el seno de funcionamiento familiar. Los adoles-
la familia, como elementos influyen- centes de ambiente urbano presentan
tes en la aparición de TC. Esta autora, más problemas de comportamiento
habiendo descrito tipologías diferen- externalizante disfuncional: más con-
tes de niños en el curso del afianza- sumo de sustancias, más problemas
miento de la base segura a lo largo de de conducta, más problemas de salud
su vinculación temprana, ha desta- y más bajo rendimiento académico.
cado, además, que los bebés pueden También aumenta el riesgo de hiper-
devenir niños y adultos exitosos si las vigilancia, de inhibición, de respues-
reacciones de las personas que cuidan tas ambivalentes y de sociabilidad in-
de ellos se adaptan a su originalidad, discriminada. Se pone de manifiesto
respetándola y modulando los aspec- también, que una mala relación entre
tos más extremos. Por su parte, La- padres e hijos y una disciplina inapro-
mas (2007), también desde la terapia piada son precursores de comporta-
familiar relacional-sistémica, propone miento inadecuado.
una mirada a los adolescentes proble- Fishman (1990) habla de una au-
máticos como niños sufrientes que, al toridad parental débil en familias
crecer, evidencian su malestar y sus con un hijo con trastorno grave de
rígidas estrategias de supervivencia. conducta y expone, como posibles ex-
Atribuye el mencionado sufrimiento plicaciones a esta situación familiar, o
82 bien la ausencia de una figura paren- to de manifiesto un vínculo evitativo
tal, generalmente el padre o, en otros en los hijos. Finalmente, la alta cohe-
casos, un patrón crónico de desacuer- sión, adaptabilidad y expresión obser-
do parental con respecto a los límites vadas en la familia, que conviven sin
y las normas familiares. embargo con conflicto, harían prever
Mikulincer y Florian (1999) en un vínculo inseguro/ambivalente en
una investigación fundamentada en los hijos.
el modelo de Bowlby (1989) y en los Haley (1995) describe como tras-
estilos de apego seguro, evitativo y tornos de la emancipación juvenil las
ansioso-ambivalente descritos por alteraciones y actitudes problemáti-
Ainsworth (1978, en Mikulincer y cas que aparecen en el momento de
Florian, 1999), confirman también su emancipación del hogar familiar,
que la experiencia durante la infan- identificando su origen en la inestabi-
cia en cuanto a la atención y cuidado lidad de la familia y la falta de organi-
por parte de los progenitores, marca zación doméstica familiar. El mismo
los antecedentes para el posterior de- Haley (1995) destaca el hecho de que,
sarrollo del estilo de apego durante cuando en el proceso de emancipa-
la vida adulta. Esta investigación in- ción el joven abandona el triángulo
tenta llenar algunos vacíos que otros formado con los progenitores, estos
estudios habían dejado. Así, por una se encuentran enfrentándose a pro-
parte, focaliza la indagación en el ape- blemas propios de la pareja, que hasta
go en la vida adulta, mientras otras se entonces habían sido amortiguados
habían centrado en el estilo de apego por la presencia del hijo. En esta si-
en la niñez. Por otra parte, analiza tuación, la permanencia de un hijo
la contribución del padre al estilo de sintomático puede ayudar a mantener
apego, más allá del estilo de apego la homeostasis familiar.
materno habitualmente analizado. Cancrini (1996, en Abio, 2007)
Finalmente, analiza también otros señala la posibilidad de que las con-
factores del ambiente familiar menos ductas provocadoras de los compor-
frecuentes en investigaciones anterio- tamientos de desvinculación estén
res como son la cohesión, la adaptabi- sostenidas, favorecidas y/o reforzadas
lidad, la comunicación y la conflicti- por uno de los dos progenitores. Ade-
vidad en el seno de la familia. más, el autor considera que el TC en
Estos investigadores observan el adolescente se da a menudo en tér-
que existe la relación esperada entre minos de trastorno de la socialización
el estilo de apego parental y el de la o sociopatía, entendidos como la difi-
descendencia y que existe correlación cultad al establecer límites y adoptar
de género: madre-hija y padre-hijo a comportamientos funcionales en la
este respeto. Concluyen, asimismo, relación con los otros. Nuevamente,
que cuando se observa alta expresi- estas dificultades remiten a carencias
vidad en la familia y un bajo nivel de en la organización familiar y a caren-
conflicto, se puede esperar encontrar cias en el afecto en la relación paren-
vínculo seguro en los hijos. De lo con- to-filial.
Redes, Julio 2010

trario, cuando se han observado bajos Micucci (2005), desarrolla una


niveles de cohesión, adaptabilidad y teoría propia, sólidamente funda-
expresividad en la familia, se ha pues- mentada en su práctica clínica, y en
contraste con otros pronunciamien- tantes de la relación entre ellos, como 83
tos teóricos, con la cual describe lo por ejemplo el cuidado mutuo entre
que denomina el ciclo sintomático. los miembros de la pareja, la atención
Su tesis central es que los síntomas a los demás hijos o las muestras de
familiares surgen en un contexto de afecto entre los diferentes miembros
aislamiento interpersonal, caracteri- de la familia.
zado por la aceptación condicional De este modo, cuanto más se cen-
y los intentos de controlar al otro. tran los integrantes de la familia en

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
Mientras los miembros de la familia la conducta sintomática del adoles-
están concentrados en el control de cente, más tenderán a considerar éste
los síntomas (por ejemplo, los proble- como el problema, lo cual hace que el
mas conductuales del adolescente), la adolescente se sienta, a su vez, cada
preocupación que esto genera los lleva vez más incomprendido y aislado del
a pasar por alto otros aspectos impor- resto de la familia (ver Figura 1).

Figura 1. Ciclo sintomático (adaptado de Micucci, 2005)


El mismo Micucci (2005), descri- te valorado, lo cual genera a menudo
be también un patrón de comporta- que el adolescente reciba un mensaje
miento entre los adolescentes, que de aceptación condicional, que hace
denomina bajo rendimiento pasivo- depender la valía personal de los re-
agresivo, caracterizado por la hostili- sultados académicos.
dad encubierta hacia los padres (que Cyrulnik (2005, en Pereira y Berti-
no se ha podido manifestar de forma no, 2009) destaca que en muchas oca-
directa), por la preocupación y por siones los adolescentes tiranos han sido
la rivalidad con los padres y herma- antes niños conformistas ansiosos,
nos, que ha intensificado el temor con dificultades para experimentar la
al fracaso, así como también por la separación respecto a uno de los pro-
preferencia por los medios pasivos - genitores. En la misma dirección, Pe-
agresivos para afrontar las situaciones reira y Bertino (2009) explican como
difíciles. Este patrón es especialmente la conducta violenta adolescente ha ve-
frecuente en familias en las cuales el nido precedida, en ocasiones, por una
buen rendimiento escolar es altamen- fusión emocional intensa entre hijo
84 y progenitor, que durante un tiempo reglas de relación, para dar respuesta
ha convenido a ambos, pero que pos- a las necesidades surgidas en el seno
teriormente entra en crisis al inicio de de la familia y/o entre sus miembros.
la adolescencia, generando comporta- La hipótesis de los autores es que un
mientos disfuncionales y alteraciones sistema adaptado y equilibrado re-
conductuales ante la dificultad del quiere el equilibrio entre la morfogé-
adolescente para salir de la fusión. nesis (cambio) y la homeostasis (esta-
Finalmente, nos referiremos bilidad). Dentro de esta dimensión,
también a la aportación de Olson, el continuum de situaciones posibles
Sprenkle y Rusell (1979) conocida es igualmente segmentado en cuatro
como el Modelo Circumplejo de Ol- partes que, desde la máxima a la mí-
son. Este modelo describe la conducta nima adaptabilidad, denominan res-
familiar a través de tres dimensiones: pectivamente: rígida, estructurada,
la cohesión, la adaptabilidad y la co- flexible y caótica. Del mismo modo
municación. que en la dimensión anterior, se prevé
La Cohesión Familiar se define disfuncionalidad en los extremos, de
atendiendo al vínculo emocional forma que cuando la adaptabilidad es
existente entre los diferentes miem- extremadamente alta (de tipo caótico)
bros de la familia y el nivel de auto- el control parental, el liderazgo y la
nomía individual que cada persona disciplina tienden a ser inexistentes,
experimenta en el ámbito de la propia mientras que en el extremo contrario,
familia. Esta dimensión incluye dife- de tipo rígido, el control es autorita-
rentes conceptos: vínculo emocional, rio, los roles rígidamente definidos
límites, coaliciones, tiempos, espacio, y las negociaciones inexistentes. La
amigos, toma de decisiones e intereses adaptabilidad flexible y estructurada,
y ocio, que dan lugar a un continuum por el contrario, se caracterizan por
de aspectos de la cohesión familiar, ofrecer perfiles más equilibrados en
que los autores segmentan en cuatro los aspectos señalados, diferencián-
partes. En el extremo de máxima dose entre ellas por moderadas dife-
cohesión se sitúa el tipo de cohesión rencias de grado (Olson y col.,1983;
denominada enredada, y en el otro Polaino-Lorente y Martínez, 1998b).
extremo la desvinculada o suelta, ca- Finalmente, la Comunicación
racterizada, contrariamente, por la Familiar ha sido descrita como una
mínima cohesión y la máxima auto- dimensión que dinamiza y facilita el
nomía de los miembros. En el centro movimiento de las otras dos y que re-
de la dimensión, se sitúan dos modali- mite a habilidades positivas entre los
dades de cohesión más equilibradas y miembros (del tipo empatía, comen-
con un mayor equilibrio entre los pe- tarios de apoyo, escucha activa...), y a
ríodos de actividad compartida o in- habilidades negativas para la comu-
dependiente, que se han denominado nicación (del tipo dobles mensajes,
unida y separada (Olson y col.,1983; críticas destructivas...). A diferencia
Polaino-Lorente y Martínez, 1998b). de las anteriores, esta dimensión no
La Adaptabilidad Familiar ha ha sido incluida por los autores en su
Redes, Julio 2010

sido definida por los autores como la propuesta de análisis de tipologías fa-
habilidad del sistema familiar para miliares (Olson y col.,1983; Polaino-
cambiar su estructura, los roles y las Lorente y Martínez, 1998b ).
A partir de considerar los diferen- logías familiares, resultantes del cruce 85
tes niveles de cohesión y adaptabili- de las categorías creadas con respecto
dad familiares, Olson y col. (1979) a la cohesión y a la adaptabilidad, tal
crean una estructura que las relacio- como se ve a la Figura 2.
na, dando lugar a 16 diferentes tipo-

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
Estas tipologías familiares han sido cuenta, especialmente, los matices
posteriormente agrupadas por los au- aplicables a los diferentes momentos
tores en tres modalidades que han del ciclo vital individual y familiar. Si
denominado: equilibrada, moderada bien es cierto que, en términos gene-
y extrema. Los tipos de familias equi- rales, las zonas centrales representan
libradas, situadas en el círculo central tipologías familiares más funciona-
de la figura (por ejemplo el tipo sepa- les, esto no excluye, por ejemplo, que
rado-flexible o el unido flexible...), se la cohesión extrema pueda resultar
caracterizan por la habilidad de sus funcional justo después de una si-
miembros para conseguir el equili- tuación de crisis, como la pérdida de
brio entre la independencia y la unión un miembro de la familia, o después
familiar y, a la vez, por un considera- de un cambio en la estructura fami-
ble nivel adaptativo que les permite liar, como el nacimiento de un nuevo
afrontar funcionalmente los retos miembro. Los mismos autores aler-
cotidianos y, en particular, las transi- tan también sobre el hecho de que es
ciones vitales de sus miembros. En el la permanencia prolongada de estos
extremo opuesto se situaría la moda- patrones extremos la que puede de-
lidad extrema, situada en las esquinas terminar disfuncionalidad, cuando
de la figura, donde pueden esperarse menos en alguno de los miembros del
las situaciones más disfuncionales a sistema familiar.
nivel individual y familiar. El resto A partir del mencionado Modelo,
representan los tipos intermedios. Olson y col.(1983) crearon la escala
Polaino-Lorente y Martínez (1998a) Familly Adaptability and Cohesion
han destacado, sin embargo, la conve- Evaluation Scales (FACES), que per-
niencia de leer esta clasificación con mitió categorizar estas dimensiones y
la prudencia necesaria, teniendo en observar las tipologías familiares que
86 resultan. Esta escala ha sido adaptada OBJETIVOS
al contexto español por Polaino -Lo-
rente y Martínez (1998b) con el nom- El estudio que el grupo investigador
bre de Escala de cohesión y adaptación se propuso llevar a cabo ha tenido
familiar (CAF). como objetivo analizar la parenta-
Las diferentes investigaciones que lidad y las relaciones familiares en
han profundizado en la cohesión y la una familia con un hijo o hija adoles-
adaptabilidad familiar y, en particu- cente que presenta TC. En especial,
lar, en el modelo presentado por Ol- se ha hecho referencia a la nutrición
son y col. (1983), han resultado parti- relacional y a los aspectos normativos,
cularmente útiles para el abordaje de según las definiciones adoptadas de
estudios como el presente. Linares (1996, 2006) y a la cohesión
Abio (2007) cita varias de estas y adaptabilidad familiares, según las
investigaciones (como las de Gor- definiciones adoptadas de Olson y
man-Smith y col., 1998; Ary, Dun- col.(1979), tal como se han expresado
can, Duncan y Hops, 1999; Barber, en el epígrafe anterior.
Belitho y Bertrand, 2001; Torrente, Este objetivo general se concretó
2002) que ponen de manifiesto que en seis objetivos específicos:
las dinámicas familiares caracteri- Primero, detectar y analizar las
zadas por altos niveles de conflicto expresiones de nutrición relacional
familiar, por niveles bajos de cohe- presentes en las relaciones familiares,
sión familiar y por una adaptabilidad a partir de observar las muestras de
caótica resultan favorecedoras de la afecto, las valoraciones positivas en-
emergencia de problemática conduc- tre los miembros y la preocupación
tual entre los hijos adolescentes. e implicación de los progenitores en
La literatura consultada, así como relación a los hijos.
el marco teórico de referencia adop- Segundo, detectar y analizar la
tado por el grupo investigador, que presencia de signos y expresiones con-
como se ha destacado anteriormente trarias a la nutrición relacional, mos-
se sitúa dentro del enfoque relacional trados en forma de descalificaciones,
sistémico, han conducido a plantear desconfirmaciones y agresiones, en el
los objetivos de investigación que se seno de las relaciones familiares.
presentan en el próximo apartado. En Tercero, detectar y analizar la ex-
estos objetivos destacan algunos con- presión y formas de gestión de los as-
ceptos claves como son la nutrición pectos normativos por parte de los
relacional y los aspectos normativos progenitores, expresados a través de la
en el seno de la familia, al respecto de gestión doméstica, el establecimiento
los que se ha adoptado la definición de de normas y reglas familiares, las es-
Linares (1996, 2006), presentada an- trategias disciplinarias utilizadas por
teriormente en este trabajo. También los padres y la transgresión de normas
resultan claves los conceptos de cohe- por parte de los hijos.
sión y adaptabilidad familiar, en rela- Cuarto, analizar las características
ción a los cuales se han adoptado las de la cohesión familiar en relación a los
Redes, Julio 2010

definiciones presentadas por Olson y aspectos siguientes: vínculo emocio-


col.(1983), que han sido igualmente nal entre los miembros, utilización de
citadas en este mismo apartado. los tiempos y espacios individuales y
compartidos, presencia de coaliciones ruptivas tanto en el domicilio como 87
entre los miembros y desafíos expresa- en la escuela del hijo mayor, las cuales
dos por los hijos hacia los padres. no parecían poder enmendarse única-
Quinto, analizar las características mente desde el ámbito familiar. La fa-
de la adaptabilidad familiar expresa- milia reside en dicha ciudad y consta
das a través de la flexibilidad/rigidez de cuatro miembros: padre (P) de 40
familiar, control parental, la modifi- años, con estudios secundarios y con
cación de estrategias disciplinarias y un cargo en una empresa de servicios;

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
la distribución de roles. madre (M) de 40 años, con estudios
Sexto y último, analizar las expre- superiores y funcionaria de la admi-
siones y muestras del legado familiar nistración pública; hijo (H1) de 13
transmitido por parte de las familias años y estudiante de 1r curso de ESO;
de origen (FO) de los progenitores, hija (H2) de 10 años y estudiante de
en forma de expectativas y creencias 5º de Primaria.
de las respectivas FO, de valoraciones
hechas por las FO, de apoyos ofreci- Instrumentos.
dos por parte del las FO y de obliga-
ciones y responsabilidades de los pro- Para la recogida de datos se han uti-
genitores de la familia creada respeto lizado dos instrumentos: Entrevistas
a las FO. diagnósticas semiestructuradas y Es-
cala de cohesión y adaptación familiar
METODOLOGÍA (CAF) (Polaino-Lorente y Martínez,
1996).
Diseño. Las entrevistas diagnósticas han
sido realizadas por el equipo de tera-
Este estudio se encuadra dentro de un peutas / investigadores que se ha he-
diseño de caso único. Se trata de una cho cargo de la terapia con la familia.
investigación cualitativa, puesto que Se ha adoptado el protocolo de entre-
pretende analizar el fenómeno del vistas diagnósticas de Linares y Cam-
TC en su contexto, así como el sig- po (2000), el cual propone tres fases
nificado que este tiene para los dife- de entrevistas (análisis de la demanda
rentes miembros de la familia. Es una de terapia, familia de origen y histo-
investigación descriptiva, porque no ria de pareja), con el objetivo de poder
se manipulan los rasgos estudiados, hacer un diagnóstico relacional.
sino que se analizan tal como existen
en la realidad. La Escala de cohesión y adaptación
familiar (CAF) es una adaptación
Sujetos participantes. española de la “Familly Adaptability
and Cohesion Evaluation Scales III “
El estudio se ha llevado a cabo con (FACES) de Olson y col. (1979). Los
una familia que hizo demanda de te- estudios de traducción, adaptación,
rapia en la Escuela de Terapia Fami- validación y normalización han sido
liar (ETF) del Servicio de Psiquiatría realizados por Polaino-Lorente y
de l’Hospital de la Santa Creu i Sant Martínez (1996).
Pau de Barcelona, a partir de sentirse La CAF, que consta de 20 ítems
desbordados por las conductas dis- tipos Likert con cinco alternativas,
88 pretende evaluar las dos dimensiones proceso terapéutico incluyó todas las
principales del “Modelo Circumple- fases. Y por otra parte, se recogieron
jo” -la cohesión y la adaptabilidad fa- los resultados de la CAF obtenidos
miliares-, con el objetivo de clasificar con las respuestas de cada uno de los
las familias en 16 tipos específicos de miembros de la familia.
dinámica familiar. Una vez obtenidos todos estos da-
tos, se efectuó el análisis del contenido
Procedimiento. de las entrevistas, siguiendo el modelo
de Feixas y Villegas (1990), utilizan-
A partir de las diferentes solicitudes do el software NVIVO. El equipo de
recibidas en la ETF, se seleccionó una investigación se dividió en dos grupos
familia que cumpliera con los criterios de dos personas, para llevar a cabo di-
de inclusión del estudio. Con respec- cho análisis. Cada pareja analizó indi-
to al adolescente: (a) edad comprendi- vidualmente las entrevistas asignadas
da entre 12 y 16 años; (b) que iniciara y posteriormente las puso en común
tratamiento de terapia familiar en con su compañero/a. En una última
el momento de iniciar el estudio; (c) fase del análisis, se hizo una revisión
que no tuviera ningún otro diagnós- de todas las entrevistas por parte de
tico psicopatológico según CIE 10 o todos los miembros del equipo.
DSM-IV; (d) que conviviera con los Se elaboraron unas categorías pro-
dos progenitores; y (e) se desestima- visionales, previas a los análisis de las
ron parentalidades adoptivas. entrevistas, partiendo de los objeti-
Con respecto a los progenitores: (a) vos específicos de la investigación.
no estar diagnosticados de ninguna De este modo se obtuvieron cuatro
psicopatología según CIE 10 o DSM- bloques de categorías (Nutrición rela-
IV; y (b) que ambos progenitores con- cional, Aspectos normativos, Cohesión
vivan con el hijo diagnosticado con familiar y Adaptabilidad familiar),
TC. los cuales se desglosaron en diferen-
Una vez seleccionada la familia, tes dimensiones para cada una de
por una parte se inició el proceso ellas. A partir de éstas, se hizo el pri-
terapéutico con una periodicidad mer análisis, del cual se desprendió la
primero semanal y después quince- necesidad de ampliar el número de
nal, con el objetivo de poder hacer bloques de categorías e incluir tres
la recogida de información necesaria más: Signos contrarios a la nutrición
para la investigación, al tiempo que se relacional, Muestras de transmisión
respetaba el proceso terapéutico. Por del legado familiar y Otros). En los
limitaciones de tiempo, a partir de la siguientes análisis, una vez estable-
grabación de las sesiones, únicamente cidos los siete bloques de categorías
se pudieron transcribir las 4 prime- y las diferentes dimensiones de cada
ras entrevistas, las cuales incluyen las uno, se optó por personalizar aque-
dos primeras fases de las entrevistas llas categorías dónde se hacía impres-
diagnósticas propuestas por Linares y cindible saber quién decía o hacía la
Campo (2000) (motivo de la deman- acción y hacia quién iba dirigida. De
Redes, Julio 2010

da desde el punto de vista de todos los esta forma, se llegó a un tercer nivel
miembros de la familia y historia de la de desglose que dio lugar a las catego-
FO de ambos progenitores), aunque el rías definitivas.
En la Tabla 1 se observan los blo- puede encontrarse el detalle comple- 89
ques de categorías y dimensiones uti- to de categorías utilizadas dentro de
lizados. Asimismo, en los documentos cada dimensión, con un total de 114
anexos de la memoria de investigación categorías.

Tabla 1.
Bloques de categorías y dimensiones.

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
BLOQUES DE CATEGORÍAS DIMENSIONES
(Nodos NVIVO) (Nodos ramificados 1 NVIVO)
Presencia de nutrición relacional muestras de afecto
→ NR SI calificación - valoración positiva
preocupación por los hijos
creencias y expectativas positivas en relación
a la familia
implicación de los padres
interés por los sentimientos - pensamientos hijos
apoyo-confidencia
(Signos) Contrarios a la nutrición relacional
→ NR NO descalificación
desconfirmación
negligencia en el cuidado del hijo/a
agresiones físicas
agresiones verbales
Expresión y gestión de los Aspectos normativos por parte de los padres.
→ AN horarios
normas-reglas
gestión doméstica – responsabilidades
estrategias disciplinarias 1
trasgresión de las normas
Cohesión familiar
→ CF vínculo emocional
límites
coaliciones
desafíos
tiempo y espacio
amigos – intereses – ocio
Adaptabilidad familiar
→ AF flexibilidad ante el cambio
rigidez ante el cambio
control parental
roles
estrategias disciplinarias 2
expectativas i creencias de la FO
90 Muestras de la transmisión
del Legado familiar proveniente
de la familia de origen de
los progenitores→ LF valoraciones por parte de la FO
apoyo de la FO
obligaciones y responsabilidades respecto a FO
OTROS → O
autoconcepto positivo
autoconcepto negativo
sentimientos negativos
agravios y quejas
expectativas varias

Con respecto al análisis de resul- miliar por parte de cada uno de ellos.
tados, por una parte, se ha realizado Así, a partir de los factores 2 y 3 se
efectuando un vaciado de cada una puede calcular la percepción de la co-
de las categorías, donde aparecen hesión y a partir de los factores 4, 5 y
los fragmentos literales de las trans- 6 la adaptabilidad. En los resultados
cripciones de las cuatro primeras de la CAF los datos correspondientes
entrevistas de la terapia familiar al Factor 1 se consideran indepen-
con la familia investigada. Utili- dientemente, y quedan al margen de
zando el programa NVIVO, estos estas dos dimensiones.
fragmentos (“referencias” en el soft-
ware NVIVO), se han clasificado de RESULTADOS.
acuerdo con cada una de las catego-
rías de análisis. Posteriormente, con La exposición de resultados se hará
el mismo programa, se han generado en dos partes. En la primera parte, los
listados de las referencias para cada resultados se presentan en forma de
una de las categorías y se ha proce- resumen cualitativo de acuerdo con
dido al análisis de cada uno de los los objetivos de investigación, deta-
bloques de categorías y dimensiones, llando, además, algunos datos cuan-
con el propósito de efectuar la pre- titativos en forma de gráficas, cuando
sentación de resultados. Se ha aña- se considera oportuno para facilitar la
dido el bloque de categorías “otras”, lectura de resultados. En la segunda
que agrupa dimensiones y categorías parte, se presentan los resultados ob-
aparecidas que resultaban de difícil tenidos en la aplicación de la CAF a
clasificación en los bloques creados. los diferentes miembros de la familia
Por otra parte, se han obtenido los investigada. Se presentan igualmente
resultados de la aplicación de la CAF en forma de resumen cualitativo. El
a los diferentes miembros de la fami- detalle cuantitativo de dichos datos
lia investigada. está disponible en la memoria de esta
Los resultados totales obtenidos investigación.
por los miembros de la familia en los
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diferentes factores de la CAF, permi- Primera parte: resultados cualita-


ten calcular el índice de percepción tivos de acuerdo con los objetivos
de la cohesión y la adaptabilidad fa- de la investigación.
El primer objetivo es detectar y relacional es el siguiente: 91
analizar las expresiones de nutrición Con respecto a la dimensión mues-
relacional presentes en las relaciones tras de afecto, se puede observar que
familiares, a partir de observar las P es el progenitor que expresa más
muestras de afecto, las valoraciones muestras de afecto, en contraste con
positivas entre los miembros y la pre- M, la cual expresa pocas, como puede
ocupación e implicación de los proge- verse en la Figura 3. Entre los herma-
nitores en relación a los hijos. nos existen también pocas muestras

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
El resumen de los resultados obte- de afecto. Aún así, las muestras de
nidos para cada una de las dimensio- afecto en los saludos entre padres e
nes del bloque de categorías nutrición hijos están preservadas.

Figura 3. Resultados de la dimensión muestras de afecto.


También se ha podido ver que apa- mientras que P realiza tantas respecto
recen algunas valoraciones positivas a un hijo como hacia el otro, siendo
entre los padres. Cuando estas valo- moderadamente más frecuentes res-
raciones se dirigen a los hijos, existen peto a H2. Se observa también que
diferencias según cada uno de los pro- H1 es el destinatario principal de ex-
genitores: M hace pocas valoraciones presiones de valoración positiva (ver
positivas de H2 y hace muchas de H1, Figura 4).

Figura 4. Resultados de la dimensión valoración positiva.


92 Con respecto al contenido de estas dades del resto de la familia, en parti-
valoraciones, los dos progenitores cular de H1 y de M.
coinciden en que H2 es una niña No han aparecido referencias a las
“generosa” y “se entrega mucho a los muestras de interés por los sentimien-
demás”, así como en que tiene mucha tos y/o pensamientos de los hijos. En
admiración por su hermano. Con res- cambio, han aparecido muestras de
pecto a H1 los dos valoran que es “un confidencia y apoyo entre los padres,
niño muy sensible”, aunque la madre pero no de hijos a padres, ni de padres
habla al respecto en tiempo pasado. a hijos.
Entre los hermanos se pueden apre- Los resultados en relación al se-
ciar diferencias en esta dimensión: gundo objetivo, detectar y analizar la
H1 hace pocas valoraciones positivas presencia de signos y expresiones con-
hacia el resto de la familia; en cambio, trarias a la nutrición relacional, mos-
H2 hace valoraciones positivas de los trados en forma de descalificaciones,
padres y, sobre todo, de H1. desconfirmaciones y agresiones, en el
Respecto a las muestras de preocu- seno de las relaciones familiares, son
pación por los hijos y entre los hijos, los siguientes:
se constata que los dos progenitores Del análisis de las entrevistas se
coinciden en mostrarse preocupados desprende que P descalifica a ambos
por la relación entre sus hijos, por la hijos por las constantes peleas que
de sus hijos con ellos y, en especial, tienen. A nivel individual descalifica
por las dificultades de comunica- la actitud, comportamiento y rendi-
ción. Por separado, a P le preocupa miento de H1 en la escuela (“desde
la actitud y comportamiento de H1 que ha entrado en el IES tiene el record
tanto en la escuela como en casa, así guiness de las notas de mal compor-
como que no les explique sus proble- tamiento”), así como las imitaciones
mas, y a M le preocupan los “dolores que H2 hace de la actitud rebelde de
imaginarios” de H2, a la vez que su H1. Con respecto a M, esta identifica
comportamiento y rendimiento en la sus hijos como la causa de su malestar
escuela. y hace muchas atribuciones negativas
Atendiendo a las creencias y expec- a H2 (“complicada, difícil,...”; “no ra-
tativas positivas en relación a la fami- zona”; “tiene dolores imaginarios”).
lia, los padres expresan el deseo de no Los hijos hacen algunas, pero pocas,
discutir tanto con sus hijos y que estos descalificaciones a sus padres y H2
cumplan las normas que ellos estable- expresa no poder hacer ninguna atri-
cen. Los hijos coinciden en no querer bución positiva a H1. (Ver Figura 5).
discutir tanto con los padres como lo Los hermanos expresan que se pe-
hacen. Por su parte, H2 expresa que- lean y se pegan entre ellos, pero no
rer que H1 no se meta con ella, ni se aparece ninguna muestra de agresión
ría tanto de ella. física de padres a hijos. Si que apare-
Con respecto a la implicación en la cen, en cambio, muchas referencias a
organización y actividad diaria, am- agresiones verbales entre hermanos
bos progenitores expresan estar im- (gritos, insultos), aun cuando en nin-
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plicados por igual con los dos hijos, gún caso se dieron durante las sesio-
aunque algo más con H2. Destaca nes. También aparecen referencias a
que H2 conoce los horarios y activi- agresiones verbales entre padres e hi-
93

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
Figura 5. Resultados de la dimensión descalificaciones.
jos (regaños en forma de bronca de pa- Comparando los resultados totales
dres a hijos, faltas de respecto de hijos de los bloques signos de nutrición rela-
a padres, etc.). Más específicamente, cional y signos contrarios a la nutrición
H2 se queja de continúas agresiones relacional, se observa un porcentaje
verbales de H1 hacia ella. casi igual del total de expresiones de
No ha aparecido ninguna muestra valoración positiva y del total de ex-
de desconfirmación ni de desatención presiones de descalificación, como
en el cuidado de los hijos. puede verse en las Figuras 6 y 7.

Figura 6. Resultados del bloque de categorías Nutrición Relacional.

Figura 7. Resultados del bloque de categorías signos


Contrarios a Nutrición Relacional.
94 En relación al tercer objetivo, detec- recurrente por las continuas peleas
tar y analizar la expresión y formas de de sus hijos (“nadie ha empezado,
gestión de los aspectos normativos por nadie sabe, bueno pues dices ‘tengo
parte de los progenitores, expresados a que castigar a los dos’, así de claro”),
través de la gestión doméstica, el esta- así como por el comportamiento y las
blecimiento de normas y reglas fami- calificaciones de H1 en la escuela (“le
liares, las estrategias disciplinarias uti- hemos castigado, hoy, ahora mismo
lizadas por los padres y la transgresión tendría que estar esquiando con el co-
de normas por parte de los hijos, los legio...”). Existen diferencias entre los
resultados obtenidos para cada una de dos progenitores, puesto que mien-
las dimensiones son los siguientes: tras el padre hace referencia a castigos
Aparecen muestras de la existencia específicos ante lo que él considera un
de horarios establecidos en el funcio- incumplimiento de las normas, la ma-
namiento doméstico, de trabajo, de dre se refiere más a intentar conversar
escuela y de actividades extraescola- y hacer razonar a sus hijos, pero a la
res, así como el conocimiento de estos vez alude a su sentimiento de incapa-
por parte de todos los miembros de la cidad para hacer cumplir las normas.
familia. Con respecto a la presencia de
Los hijos expresan entender que transgresiones, H1 y H2 reconocen
sus padres son los que ponen las reglas no cumplir, en muchas ocasiones,
y normas. Los padres usan una plani- con las tareas cotidianas y diarias
ficación de tareas diarias con sus hijos que les piden sus padres (“hacerse la
y esperan que estos las cumplan sin cama que nunca lo hacemos, barrer
ponerlas en entredicho. Los hijos con- que nunca lo hacemos...”). Asimismo,
sideran que el no cumplimiento de las ambos progenitores expresan que H1
normas comporta malestar y discu- y H2 transgreden la norma discutien-
siones con sus padres, aun cuando H2 do y peleándose entre ellos, así como
expresa que, en algunas ocasiones, sus con faltas de respeto hacia ellos (“úl-
padres son flexibles con las normas. timamente también, falta al respeto,
Según el padre, el no cumplimiento levanta el tono de voz...”). Se referen-
por parte de sus hijos de las normas es cian más expresiones de transgresio-
la causa de la mala comunicación que nes por parte de F.
hay entre padres e hijos. Respeto al cuarto objetivo, ana-
Los padres están involucrados en lizar las características de la cohesión
la gestión doméstica de sus hijos y familiar en relación a los aspectos si-
usan la mencionada planificación de guientes: vínculo emocional entre los
tareas diarias para organizar el fun- miembros, utilización de los tiempos
cionamiento familiar. P expresa tener y espacios individuales y comparti-
dificultades para que sus hijos cum- dos, presencia de coaliciones entre los
plan con las tareas domésticas asigna- miembros y desafíos expresados por
das y se queja a este respeto (“yo creo los hijos hacia los padres, los resulta-
que es bastante fácil recordar que si dos obtenidos para cada una de las
yo he puesto la mesa ayer, a mí no me dimensiones del bloque de categorías
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toca hoy”). es el siguiente:


A nivel disciplinario los padres Se observan muestras de vínculo
expresan poner castigos de forma emocional unido entre P y M, en espe-
cial con expresiones de aval y confir- ción (“Si, se lo digo, ‘pues vale, me da 95
mación por parte de P de lo que dice igual...’”). H2 desafía a M replicando
M respecto a diferentes situaciones los castigos que le impone o discu-
de dificultad familiar. Entre H1 y H2 tiendo todo lo que esta le dice (“dice
aparecen algunas expresiones de vín- siempre la última palabra”).
culo emocional unido, particularmen- Aparece más tiempo y espacio com-
te a través de afirmar como un valor partido entre los miembros de la fa-
positivo el hecho de ser hermanos. milia que tiempo y espacio individual,

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
Los padres hacen referencia a las imi- puesto que en relación a este último
taciones que H2 hace de su hermano, únicamente se hacen referencias rela-
tanto a nivel de comportamientos, tivas a cuando H1 y H2 practican sus
como de querer pasar por las mismas actividades extraescolares. Se hace re-
experiencias que él pasa. ferencia al espacio y tiempo compar-
Con respecto al vínculo emocional tido en situaciones del tipo: H1 y H2
separado, se observan varias referen- juegan juntos los fines de semana a la
cias de M expresando no sentirse tan consola, o cuando ven juntos progra-
unida emocionalmente a H1 como se mas de televisión.
sentía antes (“conmigo ya no es cari- Respeto al tiempo y espacio com-
ñoso como lo era...”), y refiriéndose a partido parento-filial, destaca que
él como la causa de que cambien mu- H2 y P comparten tiempo y espacio
cho las cosas entre ellos. cuando cada día P acompaña a H2
En relación a los límites familiares, a la escuela. H2 comparte también,
destaca el hecho que P y M convivie- tiempo y espacio con M cuando ésta
ron varios años, de mutuo acuerdo, la va a buscar cada día a la salida de la
con el padre de M hasta la muerte de escuela (ver Figura 8).
éste. Ambos coinciden en afirmar que
la relación que H1 pudo tener con su
abuelo, fue positiva para él. Se hace
referencia en diferentes ocasiones a
tener relación próxima con los tíos y
sobrinos de M.
Se observa coalición entre P y M,
especialmente de apoyo mutuo en la
descripción o valoración de hechos
familiares (“corroborar todo lo que Figura 8. Resultados totales de la
está diciendo ella...”; “la niña, tal y dimensión Tiempo y Espacio.
como ha dicho M, es todo...”). Tam-
bién se observan cuando P y M expre- En relación al ocio individual, P
san compartir la visión problemática explica que dedica su tiempo libre a
en relación a sus hijos y cuando coin- ver la televisión, a escuchar música y a
ciden en situar el problema actual en descansar en el sofá de su casa. M, en
sus hijos, descartando cualquier difi- cambio, explica que le gustaría hacer
cultad en ellos como pareja. muchas cosas, pero no hace nada por
En cuanto al desafío, se explicitan falta de tiempo, aun cuando dedica el
desafíos de H1 a P y M en las oca- poco tiempo que le queda a leer o a
siones que estos le llaman la aten- navegar por Internet. A H1 le gusta
96 dedicar su tiempo libre a jugar a fút- parte, P y M muestran rigidez ante el
bol y al ordenador, mientras que H2 cambio cuando califican el cambio de
hace referencias a la guitarra. actitud y de comportamiento de H1
En cuanto al ocio compartido, M lo como problema o cuando dicen que
dedica a salir con un grupo de madres actualmente no reconocen a H1 (“an-
de la escuela de sus hijos, y P explica tes era muy..., en cambio ahora no sé
que una vez al mes sale con un grupo como es”; “está cambiando y no pare-
de compañeros del trabajo. H1 expli- ce él”).
ca que comparte el tiempo de ocio En relación al control ejercido,
con sus amigos de la escuela y también aparecen más referencias de control
bastantes ocasiones jugando con H2. autoritario (ver Figura 10). Aún así,
Tanto H1 como H2 hacen referencia aparece un estilo de control permisi-
a los muchos amigos que tienen en la vo cuando H2 explica que se produ-
escuela (ver Figura 9). cen cambios en las normas o castigos
establecidos (“...pero a veces nos per-
dona, le digo ‘¿me puedo poner en el
ordenador?’ y me dice que sí”) y un
estilo democrático cuando M o P dan
explicaciones a H1 o H2.

Figura 9. Resultados totales de la


dimensión Ocio.

En cuanto al quinto objetivo, ana-


lizar las características de la adapta-
bilidad familiar expresadas a través Figura 10. Resultados totales de la
de la flexibilidad/rigidez familiar, dimensión Control.
control parental, la modificación de
estrategias disciplinarias y la distribu- En cuanto a los roles familiares,
ción de roles, el resumen de los resul- tanto H1 como H2 opinan que los
tados obtenidos es el siguiente: padres ponen las normas de casa, aun
Por una parte, encontramos mues- cuando H1 considera que M es quien
tras de flexibilidad ante el cambio por las hace cumplir y H2 opina que las
parte de P y M cuando expresan haber hacen cumplir los dos por igual. H1
cambiado varias veces de trabajo con y H2 coinciden en decir que P castiga
el propósito de mejorar su situación más que M, y H2 añade que P reac-
laboral, cuando M explica que ha visi- ciona más rápido ante el incumpli-
tado un psicólogo en el momento que miento de una norma (“No, porque
ha creído necesitarlo o cuando P re- mamá, no sé, papá lo dice enseguida,
cuerda haber apoyado a M ante de pe- dice ‘te quedas sin ordenador’”). M
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ríodos más difíciles (“Y evidentemen- explica haber asumido el rol de cui-
te, toda la carga la llevaba ella... yo la dadora dentro de su familia de origen
ayudaba, pero bueno...”). Por otra (“Bueno, sí, cuando enfermó mi ma-
dre tuve que cuidar de mi madre...”) . (“Bueno, ahora, según cómo, he cum- 97
En cuanto al tipo de estrategias dis- plido con su deseo”). A la vez, tanto P
ciplinarias que creen más convenien- como M sienten haber tenido el apoyo
tes, P opina que las normas de casa se de sus familias respectivas en los mo-
deben cumplir sin discutir y que a ve- mentos que lo han necesitado. Coinci-
ces se ve en la necesidad de gritar para den también en considerar que M ha
que H1 y H2 las cumplan. M desea asumido muchas obligaciones y res-
que H1 y H2 arreglen ellos sus discre- ponsabilidades de su familia de origen

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
pancias, pero siente no poderlos dejar (“Bueno sí, cuando enfermó, tuve que
solos porque teme que se puedan aca- cuidar de mi madre”; “Si, era la peque-
bar haciendo daño (“...pienso déjalos, ña y (la madre) decía que era la única
pero es que me da miedo dejarlos”). que no le hacía daño, que los demás le
Se observa un número muy superior hacían daño cuando la tocaban”).
de referencias por parte de P, respeto Finalmente, en cuanto a los resul-
a las de M, como se puede ver a la Fi- tados en relación al bloque de catego-
gura 11. rías que hemos denominado “otras”,
el resumen de los resultados obteni-
dos para cada una de las dimensiones
es el siguiente:
Se observa la presencia de agravios
expresados por parte de toda la fami-
lia. P y M se quejan de las peleas entre
H1 y H2, de las transgresiones cons-
tantes de H1 y H2 y del cambio en la
actitud y el comportamiento de H1.
Figura 11. Resultados totales de la Particularmente, M se queja de que
dimensión Estrategias Disciplinarias. H1 ya no es tan afectuoso como antes
y de las provocaciones de H2 y, final-
En relación al sexto objetivo, ana- mente, H1 y H2 creen que su com-
lizar las expresiones y muestras del le- portamiento no es tan grave como sus
gado familiar transmitido por parte de padres dicen.
las familias de origen de los progenito- P y H1 muestran un autoconcepto
res, en forma de expectativas y creen- positivo cuando el primero se consi-
cias de las respectivas FO (familias de dera impulsivo en relación a la mues-
origen), de valoraciones hechas por tra de sentimientos hacia los demás
las FO, de apoyos ofrecidos por parte (“Pues si una persona me gusta, pues
de las FO y de obligaciones y respon- le demuestro...”) y el segundo cree
sabilidades de los progenitores de la que puede mejorar su rendimiento
familia creada respeto a las FO, el re- académico.
sumen de los resultados obtenidos es M muestra un autoconcepto nega-
el siguiente: tivo al considerarse más débil que P
P expresa que siente que decepcio- en relación a la crianza de los hijos (...
nó a su familia de origen cuando no pero conmigo... no sé, supongo por-
continuó con los estudios, mientras que yo soy más, más...débil o lo que
que M cree que ha logrado las expec- sea,...”), o cuando dice que le cuesta
tativas que su familia depositó en ella expresar los sentimientos. H1 y H2
98 también muestran un autoconcepto
negativo cuando H1 expresa ser cons-
ciente de su cambio de actitud y de
comportamiento tanto en casa como
en el instituto y cuando H2 conside-
ra que el problema de la familia es el
comportamiento tanto de ella como
de su hermano. Asimismo, M de-
muestra tener sentimientos negativos
cuando percibe que H2 la desautori- Figura 12. Resultados del Factor 1 de
za al desafiarla (“O sea, sabes, aquella la CAF: “Sobre los hijos”
sensación de decir, es que no la he cas-
tigado, se ha puesto de cara a la pared, En relación al Factor 2 (“Sobre la
sabes aquello que dices... o sea...”). unión como sentimiento”), se obser-
Con respecto a la dimensión de ex- va que P y M coinciden de nuevo en
pectativas varias, se observa que P se la puntuación obtenida (15), mien-
queja del funcionamiento del sistema tras H1 y H2 obtienen puntuaciones
educativo y que H1 y H2 creen que diferentes uno respeto al otro (8 y 9
sus padres esperan que se comporten respectivamente), aunque esto no los
tan bien como los hijos de sus amigos. sitúa en rangos diferentes y ambos
coinciden en el rango 3-11. Destaca la
Segunda parte: resultados obte- diferencia de puntuación total entre
nidos de la aplicación de la escala padres e hijos, tal y como puede verse
CAF a cada uno de los miembros de en la Figura 13, lo que los sitúa en dos
la familia. extremos opuestos en cuanto a la per-
cepción de la unidad afectiva: padres
En relación al Factor 1 (“Sobre los con una percepción de proximidad
hijos”) destaca que P y M obtienen la emocional e hijos con una percepción
misma puntuación (14) y por lo tanto de separación emocional extrema.
se sitúan en el mismo rango de pun-
tuaciones (14-17), según la gradación
de rangos establecida en la CAF. Por
su parte, H1 y H2 coinciden en el
mismo rango de puntuaciones (10-
13), aunque sus puntuaciones no son
iguales (13 y 11 respectivamente), tal
y como se puede observar a la Figu-
ra 12. Aunque padres e hijos están
situados en diferentes rangos, ambos
Figura 13. Resultados del Factor 2
hacen referencia a límites claros entre
de la CAF: “Sobre la unión como
generaciones, aun cuando difieren en
sentimiento”
el grado de proximidad entre padres e
hijos. Con respecto al Factor 3 (“Sobre
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el compromiso familiar”), destaca la


diferencia de puntuaciones obtenidas
por M (12) y las del resto de la familia
(P=18, H1=17, H2=19), tal y como 99
puede verse en la Figura 14. Estas
puntuaciones sitúan a los miembros
de la familia en diferentes rangos de
puntuación: M en el rango 5-14, aso-
ciado a un compromiso de interac-
ción muy baja; H1 a 15-17, asociado a
un compromiso aceptable, con prefe-

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
rencias por la distancia emocional; P
y H2 a 18-20, asociado a un compro- Figura 15. Resultados del Factor 4 de la
miso personal óptimo en relación a la CAF: “Sobre la creatividad familiar”
distancia emocional que existe entre
sus miembros. En relación al Factor 5 (“Sobre
la responsabilidad”), se observa que
existe una dispersión de puntuacio-
nes entre los diferentes miembros
de la familia, lo cual los sitúa a cada
uno de ellos en un rango diferente de
puntuaciones. P obtiene una puntua-
ción de 2, lo que se corresponde con el
rango 2-3 y con una percepción de un
repertorio de roles limitados impues-
tos por los padres; M puntúa 6 en este
Figura 14. Muestra de resultados del
factor, lo que la sitúa en el rango 6-7
Factor 3 de la CAF: “Sobre el
asociado a una percepción de roles
compromiso familiar”
compartidos y elaborados de forma
En cuanto al Factor 4 (“Sobre la conjunta; H1 obtiene una puntua-
creatividad familiar”), tal y cómo ción de 5, lo que se corresponde con
puede verse en la Figura 15, las pun- el rango 4-5 donde la percepción es
tuaciones obtenidas por P y H1 (12 de estabilidad en el establecimiento
y 11 respectivamente) se acercan y de roles; H2 puntúa 8 en este factor
los hacen estar situados en el mismo y por lo tanto se sitúa al rango 8-10
rango de puntuaciones (11-13), coin- asociado a una percepción de carencia
cidiendo en la percepción del estilo de de claridad en los roles, con cambios
negociación familiar como flexible. frecuentes (ver Figura 16).
Por su parte, M y H2 también están
próximas (puntuaciones de 10 y 9 res-
pectivamente), situándose también en
un mismo rango (8-10), lo cual hace
referencia a una visión de negociacio-
nes estructuradas y decisiones toma-
das por los padres, sin que aparezcan
muchos cambios en la aplicación de
las normas.
Figura 16. Resultados del Factor 5 de
la CAF: “Sobre la responsabilidad”
100 Finalmente, en cuanto al Factor 6 Una vez calculados los resultados
(Sobre la adaptación a los problemas”), con los criterios definidos a la CAF
se observa que, por una parte, P, H1 en relación a las dimensiones Cohe-
y H2 obtienen unas puntuaciones sión y Adaptabilidad, se obtuvieron
(9, 10 y 11 respectivamente) que los los resultados globales que se exponen
sitúan en el mismo rango de puntua- a continuación.
ciones (9-11). Por lo tanto, comparten Con respecto a la cohesión se pue-
la percepción de un estilo de lideraz- de observar cómo únicamente M y
go igualitario dónde la disciplina se H2 coinciden en el mismo rango (27-
aplica de forma democrática y nego- 31), siendo 27 y 28 sus puntuaciones
ciada. Por otra parte, M obtiene una respectivamente. P se sitúa al rango
puntuación de 12 y se sitúa al rango 32-36, obteniendo una puntuación
12-15 asociado a una percepción de de 33 en esta dimensión. Por último,
liderazgo limitado y errático, donde H1 puntúa 25 en esta dimensión, y
la disciplina no es siempre consistente por lo tanto se sitúa él solo en el rango
(ver Figura 17). 8-26.
En cuanto a la adaptabilidad, des-
taca que M, H1 y H2 se sitúan en el
rango 25-32, aun cuando H1 puntúa
26 y M y H2 coinciden en obtener una
puntuación de 28. Por su parte, P se
sitúa él solo en el rango 17-24, habien-
do obtenido una puntuación de 23.
La combinación de las puntuacio-
nes obtenidas en estas dos dimensio-
Figura 17. Resultados del Factor 6 nes sitúan a la familia en las diferen-
de la CAF: “Sobre la adaptación a los tes posiciones del gráfico propuesto
problemas” por Olson y col.(1983) que aparece en
la Figura 18.
Redes, Julio 2010

Figura 18. Muestra de resultados globales familiares de la CAF.


DISCUSIÓN. tores favorecedores de violencia filio 101
parental.
Basándonos en la bibliografía revisa- Las peleas entre los hermanos
da y comentada a lo largo del marco apuntan en la misma dirección que
teórico con el que hemos iniciado las presentadas por Buist y col. (2002)
este artículo, a continuación expon- cuando las describe como conductas
dremos las reflexiones que se han rea- esperables en las fratrías preadoles-
lizado de los resultados obtenidos en centes de diferente sexo.

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
nuestro estudio; en otras palabras, el Mientras que en este estudio apa-
significado que se otorga a estos resul- rece, aunque sólo parcialmente, un
tados respecto de los objetivos de la bajo nivel de comunicación y afecto,
investigación. que Moreno y Cubero (1990) des-
Con respecto a la Nutrición relacio- criben como precursores de TC, no
nal en el seno de la familia, en el caso se han podido encontrar en cambio,
investigado se ha podido observar, ni negligencia parental, ni actitudes
por una parte, la presencia de valora- desconfirmadoras hacia los hijos,
ciones positivas de los padres hacia los aun cuando sí se observan descali-
hijos - y en particular de M en rela- ficaciones. Todas estas dimensiones
ción a H1 - y por otra, que las mues- han sido señaladas por Linares (1996,
tras de afecto entre los miembros de 2006) como indicadores destacados
la familia, aparecen moderadamente de falta de nutrición relacional y posi-
preservadas, aun cuando a menudo bles generadores de disfuncionalidad
se muestren desajustadas. En los re- en la actuación parental, y considera-
sultados del estudio no se han encon- das por Maccoby y Martin (1983, a
trado pues, los aspectos que Cancrini Moreno y Cubero,1990) como favo-
(1996, en Abio, 2007) y Elgar (2003) recedoras de la emergencia de TC en
han descrito como precursores de la adolescentes.
emergencia de TC en adolescentes. Aunque hay una alta implicación
De lo contrario, el hecho de que en el cuidado de los hijos, no aparece
M hable de las muestras de afecto de en cambio preocupación por los in-
parte de H1 en tiempo pasado, in- tereses o sentimientos de estos. Este
sistiendo en la diferencia respeto a la hecho concuerda con lo que expresa
situación actual, aparece como un in- Miccuci (2005) respeto a que los pro-
dicador de lo que Buist y col. (2002) genitores con hijos con TC tienden a
han descrito como las dificultades de centrarse tanto en el ciclo sintomático,
adaptación del sistema familiar a los que desatienden otros aspectos de la
cambios en la expresión de los víncu- relación.
los emocionales por parte de los hijos La ausencia de muestras de interés
adolescentes. Este mismo hecho, am- por los sentimientos o preocupacio-
pliado con otras expresiones referen- nes de los hijos, puede haber favoreci-
ciadas, que muestran una fuerte vin- do también los problemas de conduc-
culación entre M y H1, hacen visible ta escolar, que podrían aparecer como
un escenario de fusión entre ambos respuesta del adolescente para evitar
miembros de la familia, aspecto que la visualización de los problemas de
ha sido descrito por Pereira y Bertino aprendizaje que pueden haber aumen-
(2009) como uno de los posibles fac- tado al pasar a la Educación Secunda-
102 ria. Este resultado coincidiría con lo revelador asimismo, que P sea quien
que Miccuci (2005) describe como tiene una visión de mayor cohesión,
bajo rendimiento pasivo-agresivo. cuando es el miembro de la fami-
En relación a los Aspectos Norma- lia que por motivos laborales más se
tivos, tanto los resultados de las en- ausenta de la vida cotidiana familiar
trevistas como los de la CAF, ponen desvelando un contraste, frecuente en
de manifiesto que, con respecto a las el caso investigado, entre los ideales
normas, P es más normativo y M me- familiares y las muestras de la activi-
nos, pese a que declaran expectativas dad cotidiana.
familiares parecidas. Esta diferencia Con respecto a la Adaptabilidad,
se traduce, además, en incoherencia nuevamente concuerdan los resul-
parental en el ejercicio de la discipli- tados de las entrevistas con los de la
na y tiene especial incidencia en el CAF, mostrando ciertos márgenes
momento que M, la progenitora que de flexibilidad por parte de los dos
expresa tener más dificultades para progenitores en relación a varios ám-
hacer cumplir los límites definidos bitos de la vida cotidiana. Este hecho
por los propios progenitores, es quien contrasta sin embargo, con la rigidez
debe supervisar las normas, y expresa aparecida en relación a la definición
sentirse más débil que P en relación a de normas y en la aplicación de es-
la crianza. Estos resultados relativos trategias disciplinarias. La rigidez en
a la incoherencia parental, o doble las normas y la disciplina resulta es-
parentalidad, coinciden con lo que pecialmente significativa por el mo-
han descrito Fishman (1990), Linares mento del ciclo vital familiar, cuando
(1996), Moreno y Cubero (1990) y la incorporación de uno de los hijos
Pereira y Bertino (2009), en relación en la adolescencia entra en especial
a su papel precursor de la emergencia colisión con las dificultades adapta-
de TC. tivas familiares. Estos resultados se
Con respecto a la Cohesión fami- pueden relacionar con lo que han des-
liar, la percepción de cohesión separa- crito Abio y Vilaregut (2006), Buist
da-desprendida - en los términos uti- (2002), Garrido y Fernández Sánchez
lizados por la CAF - observada en M, (1995) y Haley (1995) con respecto a
H1 y H2, contrasta con la percepción la incidencia de la rigidez parental y a
de P, que expresa que hay cohesión la falta de adaptabilidad familiar en la
familiar unida. Esta discrepancia, aparición de TC en los sistemas fami-
pese a que no ha sido considerada lo liares con adolescentes.
suficiente significativa en los estudios Añadiéndose a lo que se acaba de
de Olson y col (1979), ni en los de mencionar la presencia de castigos
Polaino-Lorente y Martínez (1998a), desmesurados, en forma de sanciones
como indicador de disfuncionalidad – de las que a veces los padres olvidan
importante, sí que resulta informado- por qué estuvieron puestas –, junto
ra de una diferencia de percepciones con la falta de atención por los senti-
entre los progenitores a tener en cuen- mientos y preocupaciones de los hijos
ta, mostrándose, además, como un antes mencionada, mostrarían lo que
Redes, Julio 2010

dato que correlaciona bien con el TC Patterson (1982) describe como un


moderado observado en el adolescen- patrón circular disfuncional de res-
te de la familia investigada. Resulta puesta parental presente en los siste-
mas familiares con adolescentes con CONCLUSIONES. 103
TC.
Con respecto a la incidencia del A partir del estudio de caso realizado
legado de la familia de origen de los se han puesto de manifiesto algunos
progenitores en las creencias sobre aspectos relevantes, entre los cuales
la familia creada y las formas de re- podemos destacar que la presencia
lación actuales, se han podido ob- de rigidez en la adaptación a los cam-
servar algunos rasgos especialmente bios, y todavía más en la definición de

Ramon Almirall Ferran, Maria Martín Santacreu, Laia Salat i Foix y Sònia Sànchez Bartolomé. Trastornos de conducta en la adolescencia y relaciones familiares. Estudio de un caso.z
significativos en la herencia relacional normas y estrategias disciplinarias,
aportada por M a la nueva familia. puede tener un papel altamente favo-
La experiencia biográfica de M como recedor en la emergencia de TC. Es
responsable y cuidadora de su propia decir, aun cuando se confirma la ne-
familia desde la infancia, parece tener cesidad de una estructura normativa
fuerte relación con sus expectativas clara, la carencia de flexibilidad actúa
en relación a la función de los hijos en dirección contraria a la adaptación
hacia los padres, esperando por ello necesaria en el ciclo vital de familia
respuestas de los propios hijos muy con un hijo adolescente.
diferentes de las que efectivamente A su vez, la fusión entre uno de los
encuentra. Asimismo, se observan progenitores y el hijo adolescente, apa-
indicadores, en la relación con el hijo, rece como un importante obstáculo al
de formas de apego que tenderían a proceso de separación y emancipación
reproducir las anteriormente vividas de este hijo adolescente, favoreciendo
por ella. Ambos resultados apuntan la emergencia de respuestas disfun-
en la misma dirección que el que han cionales por parte de éste, como por
descrito Mikulincer y Florian (1999) ejemplo el TC, en un intento de con-
en relación a la reproducción del vín- quistar la separación. Esta dificultad
culo, y Byng-Hall (2002) sobre esque- de separación resulta especialmente
mas de reproducción de la parentali- dificultosa cuando concurre, además,
zación vivida. con una fuerte insensibilidad por
parte de los progenitores respecto a
los sentimientos reales del hijo.
La incoherencia parental y la in-
consistencia en las conductas relacio-
nales y en las estrategias disciplinarias
han dado muestras, en el caso inves-
tigado, de ser fuertemente favorece-
doras del desconcierto en la respuesta
del adolescente y de la emergencia de
respuestas conductuales con disfun-
cionalitad creciente.
Así mismo, el legado relacional he-
redado de la familia de origen de los
progenitores ha actuado, en el caso
investigado, como un factor activa-
dor de los intentos de parentalización
por parte de uno de los progenitores,
104 así como de la presencia de valores y tigación, permita adentrarse en otras
la puesta en práctica de estrategias nuevas dimensiones relacionales. De
disciplinarias que reproducían de esta manera, tal y como exponían
forma rígida modelos vividos por los Cecchin, Lane y Ray (1992):
progenitores en su infancia. Los pro-
genitores han tendido a esperar de los “Así se obtendrían indicios sobre qué
propios hijos aquello que se esperaba aspectos del sistema familiar convie-
de ellos en su infancia. ne fortalecer. De esta manera se estu-
Finalmente, la actitud disruptiva diaría lo que en teoría sistémica se ha
del hijo adolescente en la escuela se llamado ‘multifinalidad y equifina-
ha podido desvelar como un posible lidad’: ¿cómo es que personas con an-
encubrimiento de las dificultades de tecedentes parecidos terminan siendo
aprendizaje del adolescente o del mie- distintas? ¿Cómo es que otras de an-
do a evidenciarlas ante sus padres, tecedentes diferentes desarrollan los
en tanto que éstos resultaban para mismos problemas? (p. 90).
el adolescente poco receptivos a una
noticia decepcionante sobre él. Según
esto el adolescente de la familia estu-
diada preferiría ser visto como malo a
ser visto como incapaz.
Para terminar nos parece oportuno
sugerir posibles líneas de continuidad
a la investigación presentada. En pri-
mer lugar, nos parece interesante abor-
dar un estudio parecido al presentado
escogiendo un caso en el que se pueda
contar con un TC en un momento
más avanzado de su manifestación,
para contrastar, en una situación de
disfuncionalidad más grave, la presen-
cia o ausencia de los distintos aspectos
analizados en el caso presentado.
Para futuras investigaciones, cree-
mos que pueden ser útiles las dimen-
siones y categorías empleadas en este
estudio, ampliando en algunos casos
la concreción de categorías, sobre
todo en el sentido de especificar en
mayor grado la direccionalidad del
fenómeno observado en todas las in-
teracciones analizadas.
También nos parecería positiva la
ampliación de los objetivos en estu-
Redes, Julio 2010

dios futuros, abordando un análisis


de discurso que, más allá del análisis
de contenidos abordado en esta inves-
105
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108
109
Un abordaje sistémico-relacional en
residencias geriátricas: un estudio de
observación sistemática de personas con
demencia.
Josep Vila Miravent

RESUMEN

Este estudio de observación sistemática tiene el objetivo de confirmar la


existencia de la psicología social maligna en una residencia geriátrica
usando el Dementia Care Mapping, y valorar la formulación de
emergencias sistémicas con los resultados obtenidos. Para la observación se
dispone de una muestra de 5 personas con demencia, seleccionadas en su
ambiente natural. Los resultados más relevantes son la confirmación de los
indicadores de la psicología social maligna y el DCM como un instrumento
que permite plantear formulaciones sistémicas. Se concluye que el modelo
de la atención centrada en la persona y el modelo sistémico-relacional
comparten muchos ámbitos de conocimiento.

Palabras clave: modelo sistémico relacional, modelo de la atención


centrada en la persona, demencia

ABSTRACT

The aim of this systematic observation research is to confirm the existence


of malignant social psychology in a nursing home using Dementia
Care Mapping, as well as to assess the formulation of systemic therapy
emergencies with the results obtained. Sample consists of 5 people with
dementia, selected in their natural ambience. More relevant results are the
presence of malignant social psychology has been confirmed and DCM as
a tool that supports the formulation of systemic therapy emergencies. It is
concluded that person centred care and the systemic therapy approach share
basic knowledge fields.

Key words: systemic therapy approach, person centred care approach,


dementia
110 Introducción. mayores de 65 años (SEGG, 2000).
En el proceso de la enfermedad sue-

S
egún los estudios de epidemio- len producirse un tipo de alteraciones
logía, las enfermedades identi- de conducta que deterioran la convi-
ficadas como síndrome de de- vencia y desbordan el entorno fami-
mencia afectan entre un 5% y un 10% liar, precipitando la demanda de un
de las personas mayores de 65 años. recurso asistencial y posterior ingreso
(Llinàs, 2005). La edad, es decir, el en alguna residencia geriátrica (Toba-
hecho de envejecer, se considera un ruela, 2004). Actualmente, en las re-
factor de riesgo. En nuestro país hay sidencias geriátricas de nuestro país el
estudios de prevalencia e incidencia 53% de sus usuarios sufren algún tipo
de la demencia que confirman que de deterioro cognitivo o sospecha de
el número de personas afectadas au- demencia (Tobaruela, 2002).
menta con la edad y puede alcanzar Tradicionalmente, el modelo bio-
entre un 25% o 30% en el caso de las médico ha sido el predominante en
personas mayores de 80 años. (Llinàs, la atención a las personas mayores
2005). Se trata de unas enfermedades con enfermedades orgánicas como la
orgánicas y crónicas, que causan un demencia. Desde este modelo la per-
deterioro de las capacidades cogniti- sona mayor es un sujeto pasivo, recep-
vas y funcionales, que irrumpen en tor de atención y apoyo, y su familia
la vida de las personas interfiriendo su interlocutor y cuidador principal.
su proyecto vital y provocando una Disponemos de una extensa literatu-
situación de pérdida de autonomía ra sobre el impacto psicológico en el
personal que obliga a buscar apoyo entorno cuidador, principalmente la
en otras personas, con frecuencia la familia, y las dificultades para mante-
familia, o en una red de apoyo más ner la autonomía de la persona afecta-
amplia, los recursos sociales y sanita- da (Zarit y Edwards, 2008). También
rios, preferentemente las residencias disponemos de unos pocos estudios
geriátricas. que, desde un modelo sistémico, han
Aunque existe una gran diversidad abordado el impacto de la enfermedad
de tipos de demencia, los estudios en las relaciones familiares, así como
epidemiológicos concluyen que las la interacción entre la demencia, el rol
más frecuentes son la enfermedad de de cuidar y las relaciones de pareja, y
Alzheimer, la demencia vascular o las el rol de los amigos en la red de apoyo
manifestaciones mixtas de Alzheimer de una persona con demencia (Curtis
y vascular. (Llinàs, 2005). Se trata de y Dixon, 2005). A pesar de tratarse de
enfermedades de larga evolución, de una problemática que tiene un gran
un proceso lento pero insidioso, que impacto en la familia y los entornos
necesita de un continuum de recur- cuidadores, el número de estudios
sos de apoyo desde la manifestación siguiendo un modelo sistémico es
de los primeros síntomas y la elabo- muy bajo. En una revisión sistemática
ración del diagnóstico diferencial, de literatura realizada entre los años
hasta el exitus. En España, la familia 1986 y 1994 tan sólo se identificaron
Redes, Julio 2010

es el entrono cuidador mayoritario y un 3% de artículos sobre el envejeci-


se calcula que existen 3,19 plazas re- miento y sus principales problemas
sidenciales por cada 100 ciudadanos (Mitrani y Czaja, 2000). El concepto
de enfermedad crónica ha recibido de especialmente significativo es la 111
más atención y se han planteado más institucionalización del anciano en
propuestas de intervención donde se un centro residencial. Hay factores,
confirma la efectividad de un abor- y no únicamente la condición médi-
daje sistémico para disminuir la carga ca de la persona mayor, que causan
emocional de la familia (Carr, 2009). la alteración del equilibrio familiar,
La gerontología es la disciplina que y determinan la institucionalización
tiene por objeto de estudio el proceso (Herr y Weakland, 1982). Obser-
de envejecimiento y se ha alimenta- varon que, en muchos casos de ins-
do de muchas otras disciplinas para titucionalización, los miembros del
entender en su globalidad los fenó- personal se podían convertir en inte-
menos bio-psico-sociales de la vejez grantes de la familia por extensión y
y del proceso de envejecimiento. La eran arrastrados a interactuar como
práctica gerontológica también se ha si fueran parte del sistema familiar.
enriquecido enormemente del mode- Su planteamiento representa una de
lo sistémico-relacional. Un ejemplo las primeras miradas sistémicas de las
son los trabajos de Herr y Weakland residencias geriátricas.

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
(1982) publicados en Terapia interac- Está claro que los términos que
cional y tercera edad: Asesorando la han sido prominentes en la literatura
familia del geronte donde se concep- sistémica como el constructivismo, la
tualizó un modelo de terapia breve narrativa y los vínculos han influen-
sistémica para atender las necesidades ciado la práctica gerontológica, (Cur-
de las familias que afrontaban el en- tis y Dixon, 2005). En el sector de
vejecimiento de alguno de sus miem- servicios para mayores, esta influencia
bros. Desde aquellos inicios hasta la ha llevado a reconocer la importan-
actualidad ha habido algunas nuevas cia del entorno social del anciano. La
experiencias de servicios y propuestas aplicación del constructivismo social
de intervención, usando esta orien- ha sido determinante al estudiar el
tación y específicamente dirigidos impacto de las interacciones y interre-
a personas mayores (Benbow et al, laciones del anciano con los demás y,
1990; Benbow et al, 1993; Benbow y más concretamente, del entorno social
Marriott, 1997). de la persona con demencia (Curtis y
De acuerdo con Herr y Weakland Dixon, 2005). Esta influencia ha par-
(1982), las personas mayores, de igual ticipado en la generación de nuevos
forma que las personas con esquizo- modelos complementarios y, a veces
frenia, tiene que soportar la visión cuestionadores, del modelo bio-médi-
de que sus problemas cursen de for- co. Entre éstos destacaríamos el mo-
ma descendente, irreversible y pro- delo de atención centrada en la perso-
gresivamente. Los problemas están na con demencia (Kitwood y Bredin,
dentro de la persona, y por lo tanto, 1992). Todas estas nuevas propuestas
se la excluye de la sociedad común, han ayudado a que, actualmente, se
ubicándola en una institución donde observe una mayor aceptación de la
una asistencia especial podrá com- capacidad de las personas mayores,
pensar sus deficiencias. En su trabajo, incluso en las que sufren demencia, de
identifican diversos temas muy fre- beneficiarse de la psicoterapia o de las
cuentes en este grupo de edad; uno intervenciones psicoterapéuticas.
112 Actualmente son muchas las pers- persona mayor, han de tener presente,
pectivas que reconocen la importan- incluir y colaborar con esta red de apo-
cia de analizar, comprender e inter- yo. La práctica sistémica ha desarro-
venir en el contexto psicosocial de llado un gran conocimiento sobre la
las personas mayores para mejorar su interrelación entre el paciente identi-
bienestar emocional. En el caso de las ficado y la familia, y entre las familias
personas con demencia, se sabe que y los sistemas amplios (Imber-Black,
no todo lo que hacen, ni todas sus 2000). El terapeuta familiar sabe que
conductas, se explican por el daño cuando el paciente identificado, las
neurológico que sufren (Kitwood, familias y la red social extensa tienen
2003). Sin embargo, aún predomina que interactuar, suelen aparecer cier-
el modelo bio-médico y una visión in- tos temas comunes. Uno de los más
completa de la demencia, donde todo frecuentes es el uso de etiquetas, éstas
es debido a la enfermedad orgánica, pueden determinar las relaciones, y a
y sus cuidadores son los principales menudo, la derivación desde otro sis-
representantes de la persona enferma. tema se hace adjudicando una etique-
En este modelo, se deja de lado la ex- ta que puede jugar a favor o en contra
periencia subjetiva del propio afecta- de la persona (Imber-Black, 2000). La
do y la importancia de sus relaciones demencia puede ser una etiqueta que
y del entorno psicosocial que atiende se convierta en una nueva identidad
sus necesidades psicológicas. para la persona, y todo aquello que la
Se considera que la excelencia en la identifica y la individualiza queda en
atención a las personas con demencia un segundo nivel de importancia.
ha de tomar, como punto de partida, La construcción social de la de-
la experiencia subjetiva y nos hemos mencia y el significado que se le otor-
de poder preguntar cómo debe ser ga al deterioro cognitivo depende, en
vivir con demencia. Si aquello que gran parte, del contexto social que la
queremos es estimular las fortalezas y cuida (Clare, 2004). Es por eso que la
las habilidades que mantiene, será ne- práctica sistémica es muy relevante en
cesario escuchar su percepción y el re- el día a día de los servicios pensados
lato en primera persona de lo que les para personas mayores. Las residen-
acontece (Phinney, 2008). Histórica- cias geriátricas son sistemas complejos
mente se ha pensado que las personas donde el personal de atención directa
con demencia no eran fiables cuando tiene que atender a personas mayores
narraban su propia experiencia. El muy dependientes y en situación de
reto profesional es transformar este dificultad emocional, pero con muy
marco de referencia y permitir que la poca formación y entrenamiento en
voz de las personas con demencia sea cómo atender las necesidades psicoló-
escuchada sin intermediarios y con el gicas de los enfermos (Curtis y Dixon,
mismo valor que del resto de interlo- 2005).
cutores (Phinney, 2008). Jeffery (1986), pionero en el uso
El proceso de envejecer se entiende de un abordaje sistémico en residen-
mejor si se estudia a la persona mayor cias geriátricas, identifica un cúmu-
Redes, Julio 2010

y a su red de apoyo social. Muchos lo de factores que tienen un fuerte


profesionales del ámbito social y sani- impacto sobre la calidad de atención
tario, cuando han de intervenir con la en una residencia; los más relevantes
son la moral y la actitud del personal, que los planteamientos teóricos vi- 113
el entorno físico, la organización del gentes no podían explicar. A pesar
trabajo, el estilo de dirección, la co- de que no hay una teoría unificada,
municación entre propio personal y se considera que Von Bertalanffy en
entre los usuarios y el personal. Pearce la obra del año 1968 General Systems
(2002) aconseja un abordaje sistémi- Theory, y Buckey en la obra del año
co para residencias geriátricas donde 1967 titulada Sociology and Modern
se incluya al personal, a la familia y a Systems Theory, fueron los precurso-
la persona con demencia, aunque las res del corpus teórico de este concep-
dificultades cognitivas sean evidentes. to. Tradicionalmente, la psicología ha
Finalmente, Milton y Martin (2003) conceptualizado el individuo como
proponen un modelo de consulta para una unidad y ha considerado que los
residencias geriátricas donde el foco procesos de desarrollo del individuo
de análisis sea el sistema de la persona son una parte de esta unidad. Simon,
y no el individuo en sí. Su propuesta Stierlin y Wayne (2002), constatan la
recomienda la creación de un equipo aportación del modelo sistémico, al
reflexivo, donde se discutan y analicen conceptualizar el individuo como una

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
las diversas perspectivas del personal parte del gran sistema que constituye
de atención directa; y, especialmente, la familia. Esto permite explicar me-
las relaciones e interacciones entre el jor la conducta humana. “La conducta
personal y los residentes, y el personal no es independiente de las condiciones
entre sí. Uno de los objetivos princi- ambientales ni el producto de procesos
pales del equipo reflexivo es identifi- intra-psíquicos, sino el resultado del in-
car los propios recursos y fuerzas del terjuego de procesos recíprocos entre las
personal para producir una mejora en partes interactuantes” ( Simon, Stier-
la calidad de atención. lin y Wayne, 2002: 338).
En el abordaje sistémico-relacio- La conducta del sistema en su con-
nal, sabemos que un cambio en un junto viene determinada por las re-
miembro del sistema afecta o puede glas de comunicación, interacción y
afectar al resto de los miembros. La relaciones recíprocas entre los miem-
patología o el sufrimiento psicoló- bros del sistema. En el caso de las
gico se explican y se conceptualizan personas con demencia, las conductas
transcendiendo al propio individuo consideradas inapropiadas tienen un
y explorando la función que forma valor de conducta comunicativa; son
el síntoma, es decir, la manifestación un fragmento de conducta que tiene
del sufrimiento, dentro de un sistema unos efectos profundos sobre todos
del cual el individuo forma parte. La los que le rodean. El síntoma o alte-
patología psicológica no se considera ración de la conducta tiene la función
como un conflicto del individuo, sino de mantener el equilibrio del sistema;
una patología de la relación. la intervención psicoterapéutica quie-
El estudio y desarrollo del concep- re incidir activamente en el sistema,
to de sistema ha sido una de las prin- para modificar las secuencias comu-
cipales aportaciones al conocimiento nicativas defectuosas.
psicológico. El concepto se empieza a De las distintas escuelas que han
desarrollar en los años 40, para poder enriquecido el corpus teórico del mo-
entender mejor fenómenos humanos delo sistémico-relacional, la escuela
114 desarrollada en el Mental Research se. Actividad o inactividad, palabras
Institute (MRI) de Palo Alto, Cali- o silencio, siempre tienen el valor de
fornia, es la que conceptualizó el pa- mensaje: tienen una influencia sobre
pel de la comunicación como un fe- los demás, y estos, a su vez, no pueden
nómeno crucial para comprender las dejar de responder y, por tanto, tam-
interacciones y las relaciones dentro bién comunican. El intento de no co-
de los sistemas. La teoría de la comu- municarse puede existir en cualquier
nicación humana (Watzlawick, Bea- contexto donde se desea evitar el com-
vin y Jackson, 1967) establece cinco promiso propio a toda comunicación.
propiedades simples de la comunica- Si consideramos que una persona
ción que tiene consecuencias inter- no puede abandonar el espacio físico
personales: -pensamos en el caso de las personas
con demencia y los que les cuidan en
Primera: un centro residencial -, podemos anti-
En las relaciones no es posible no co- cipar las posibles reacciones que puede
municarse . tener si, en realidad, no desea comuni-
carse. Como, por ejemplo, el rechazo
Segunda: a la comunicación. Se puede transmi-
Toda acción comunicativa contiene tir al otro que no interesa mantener
un aspecto de contenido o referencial, una conversación. También se puede
y un aspecto relacional o conativo de dar una descalificación de la comuni-
tal forma que el segundo modifica al cación. Es decir, la persona se puede
primero y por lo tanto es una metaco- comunicar de tal manera que la pro-
municación. pia comunicación, o la del otro, que-
den invalidadas. Las descalificaciones
Tercera: cubren una amplia gama de fenóme-
La naturaleza de una relación depende nos comunicacionales; algunos ejem-
de la puntuación de la secuencia de co- plos son las autocontradicciones, las
municación entre los comunicantes. incongruencias, los cambios de tema,
salir por la tangente, interpretaciones
Cuarta: literales de la metáfora o interpreta-
Los seres humanos se comunican tan- ciones metafóricas de las expresiones
to digital como analógicamente. literales…. A menudo se utilizan es-
tos ejemplos de comunicación cuan-
Quinta: do alguien se siente atrapado en una
Todos los intercambios comunicacio- situación en la que se ve obligado a
nales son simétricos o complementa- comunicarse pero, al mismo tiempo,
rios, según se basen en la igualdad o se desea evitar el compromiso inhe-
en la diferencia. rente a toda comunicación. Fenóme-
nos de la comunicación que también
Para Watzalawick et al (1967), en se observan en las relaciones de las
una situación de interacción, toda personas con demencia. De acuerdo
conducta tiene un valor de mensaje, con Watzlawick et al (1967), desde
Redes, Julio 2010

es decir, de comunicación; en otras este punto de vista comunicacional,


palabras, por más que alguien lo in- no hay diferencia entre la conducta
tente, no puede dejar de comunicar- de un individuo llamado normal o la
de un individuo mentalmente enfer- Hagamos el siguiente ejercicio: la 115
mo. Los dos están delante del mismo persona con demencia puede ofrecer a
dilema, no pueden no comunicarse un miembro del personal una defini-
pero desean no hacerlo. La conduc- ción de sí misma. Éste puede respon-
ta o comunicación “alienada” no es der a la definición con confirmación o
necesariamente la manifestación de desconfirmación. La desconfirmación
una mente enferma, sino que puede no se refiere a la verdad o falsedad de
ser la única reacción posible ante un la definición que la persona con de-
contexto de comunicación absurdo o mencia hace de sí misma, sino que el
insostenible. personal niega la realidad de la perso-
La comunicación transmite infor- na con demencia como fuente de tal
mación e impone conductas. Aquello definición. No le está diciendo única-
referencial está relacionado con la mente que está equivocada, también
información de un mensaje y, por lo le niega la existencia. Otra posible res-
tanto, con su contenido. Aquello co- puesta del personal ante la definición
nativo hace referencia a qué tipo de que la persona con demencia propone
mensaje se debe entender y, en con- de sí misma es rechazarla. A pesar del

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
secuencia, a la relación entre comuni- dolor que implica el rechazo, como
cantes. Es decir, el primero transmi- mínimo presupone un reconocimien-
te los datos de la comunicación y el to limitado de lo que se rechaza y, por
segundo cómo debe entenderse esta lo tanto, no niega necesariamente la
comunicación en concreto. En una si- realidad de la imagen que la persona
tuación relacional puede ser que haya tiene de sí misma.
desacuerdo a nivel relacional, pero los El ser humano se comunica de ma-
implicados tratan de resolverlo a nivel nera digital y analógica. Aquello que
de contenido, donde realmente no se ha conseguido durante la historia
hay desacuerdo, y esto puede acarrear de la humanidad no se podría enten-
la aparición de conflictos. der sin el desarrollo del lenguaje digi-
La persona con demencia, de la tal. Resulta muy importante cuando
misma manera que los que no la tie- se trata de compartir información
nen, es incapaz de mantener su esta- sobre los objetos. Sin embargo, se ha
bilidad emocional durante períodos desarrollado un gran campo de co-
prolongados en que sólo se comunica nocimiento donde se identifica que,
consigo misma. La persona con de- cuando se trata de la relación, la co-
mencia también construye una na- municación analógica se convierte
rrativa de su identidad y necesita a las en la más importante. La comuni-
personas que le rodean para hacerlo. cación analógica coincidiría con la
La residencia geriátrica es un contex- comunicación no verbal, es decir: los
to social y comunicacional reducido, movimientos corporales, la postura,
si lo comparamos con la sociedad en la gestualidad, la expresión facial, el
general. Para muchas personas con ritmo, la cadencia de las palabras y
demencia que viven en las residencias, los indicadores comunicacionales que
el interlocutor principal - a veces el aparecen en el contexto.
único- con el que pueden construir la Ricci (1986) nos alerta de analizar
narrativa de quién son, es el personal estos conceptos de la comunicación
de atención directa. de manera simplista y únicamente ba-
116 sándose en la díada emisor-receptor les sitúa ante un dilema, tienen que
y formula una propuesta de actua- modificar la definición de sí mismos
lización de los conceptos definidos de manera que complemente y corro-
en la teoría de la comunicación de bore la del personal. Sabemos que en
Watzlawick. La escuela de Milán las relaciones complementarias una
plantea que la comunicación debe es- definición de sí mismo sólo se puede
tudiarse desde un “modelo explicati- mantener si el otro participante rea-
vo basado en la complejidad llamado liza el rol específico complementario.
“Sistema Extenso de la Comunica- Se debe recordar que no puede haber
ción (S.E.C.)” (Ricci, 1986:251). Se un enfermo de demencia en una resi-
trata de un sistema interactivo que dencia sin un cuidador, en este caso
contempla que toda comunicación, sin un auxiliar u otro profesional de
aunque aparentemente sea entre un la atención directa.
emisor y un receptor, inevitablemen- Además, Bateson (1972) definió
te comporta relaciones múltiples don- que en una relación complementaria
de el emisor se coloca ante todos los hay dos posiciones diferentes. Un
participantes del sistema. Su premisa participante ocupa lo que se ha des-
es que la comunicación interpersonal crito como la posición superior, mien-
es un fenómeno muy complejo en el tras que el otro ocupa la posición co-
cual hay distintos niveles de realidad rrespondiente inferior. Una relación
y estos niveles se pueden “combinar, complementaria puede ser estable-
aunque conserven sus diferencias o cida por el contexto social o cultu-
pueden fundirse, mezclarse, hallando ral (como en los casos de auxiliar de
la armonía en su contradicción o bien geriatría - o cualquier otro miembro
en su incompatibilidad, formando una del personal de atención directa – y
mezcla explosiva” (Ricci, 1986:266). paciente de demencia). En cualquier
Bateson (1972) introdujo los con- caso, destaca el carácter de encaje mu-
ceptos de complementariedad y sime- tuo de la relación de ambas conduc-
tría en referencia a dos categorías bási- tas, distintas pero interrelacionadas,
cas en las que se pueden dividir todos y tienden a favorecerse. Ninguno de
los intercambios comunicacionales. los participantes impone al otro una
Las dos tienen funciones importantes relación complementaria, sino que
y, por lo que se sabe de las relaciones cada uno se comporta de una manera
sanas, es necesaria la presencia de las que presupone la conducta del otro,
dos, aunque en alternancia mutua o al mismo tiempo que ofrece defini-
actuando en distintas áreas. Que se ciones que encajan. Son posiciones
relacionan simétricamente en algu- jerárquicas en un marco de relaciones
nas áreas y de forma complementaria complementarias. Los patrones de
en otras. relación se modifican a lo largo del
En el caso de las personas con de- tiempo y, según el contexto, el mis-
mencia, un problema característico mo patrón puede ser marcadamente
de las relaciones complementarias confirmador del self en un momento,
aparece cuando exigen al personal que y desconfirmador en otra etapa de la
Redes, Julio 2010

confirme una definición que hacen historia de la relación.


de sí mismos y que no coincide con la Otra de las grandes aportaciones
forma en que el personal les ve. Esto teóricas y pertinentes al objeto de
nuestro estudio, fue el desarrollo de por la presencia de una PSM en la que 117
la teoría del doble vínculo. Se trata de las relaciones interpersonales no fa-
una situación en la que “ haga lo que vorecen el mantenimiento del estatus
haga, la persona no puede ganar” (Ba- de “ser persona”. Afirman que en su
teson, Jackson, Haley y Weakland, experiencia, en muchas ocasiones, las
1956: 251). No se trata de una situa- personas con demencia sufren porque
ción relacional entre una víctima y un se las atiende de una manera que per-
verdugo, sino de “personas atrapadas judica su persona y definen el concep-
en un sistema que produce definiciones to de la siguiente manera:
conflictivas de la relación y la consi- “Se trata de una categoría o estatus
guiente perturbación subjetiva” (Bate- otorgado a un ser humano por otros en
son et al, 1962: 157) el contexto social y de relaciones del ser.
De acuerdo con Bateson (1972), es Implica reconocimiento, respeto y con-
obvio que muchos sistemas de rela- fianza. Tanto la aceptación como la no
ción, sean entre individuos o grupos aceptación de la condición de persona
de individuos, manifiestan una ten- tiene consecuencias que se pueden de-
dencia hacia el cambio progresivo. Si mostrar de forma empírica” (Kitwood,

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
una de las pautas de la conducta del 2003:27).
contexto, considerada adecuada para
un individuo, está culturalmente Si esta posición o estatus se con-
concebida como pauta de autoridad, serva, la persona con demencia puede
en cuanto se espera que el otro indivi- mantenerse en un estado de bien-
duo responda a ella, con lo que en este estar emocional. Es muy frecuente
contexto se considera sometimiento, observar que el personal de atención
es probable que este sometimiento directa de las residencias ha de hacer
promueva una nueva conducta auto- frente a conductas de agresividad, ac-
ritaria y que ésta última exija un nue- titudes desafiantes, intentos de huida,
vo sometimiento. estados de angustia y de agitación.
Kitwood (2003) fue uno de los En muchas ocasiones se consideran
primeros psicólogos que definió todo conductas propias de la enfermedad
aquello que las personas con demencia y como consecuencia del daño neu-
necesitan recibir de aquellos que les rológico, sin considerar su significado
rodean para poder existir como perso- relacional y sin tener en cuenta las
nas, y desarrolló un marco teórico de agresiones que pueden suponer para
trabajo llamado atención centrada en una persona enferma determinadas
la persona y la psicología social malig- actitudes profesionales.
na (PSM)1. Su grupo de investigación Según el abordaje de la atención
de la Universidad de Bradford, en el centrada en la persona (Kitwood,
Reino Unido, creó un instrumento, 2003), la psicología social de la resi-
el Dementia Care Mapping (DCM)2 dencia puede favorecer o perjudicar el
(Bradford Dementia Group, 2005), estatus de la persona. A medida que la
que permite objetivar cómo la per- enfermedad deteriora las capacidades
sona con demencia se ve perjudicada verbales, la importancia de un con-

1. Psicología Social Maligna, a partir de ahora PSM.


2. Dementia Care Mapping, a partir de ahora DCM.
118 tacto auténtico, respetuoso y de acep- cierto impacto sobre el mundo y las
tación mediante canales no verbales personas que les rodean.
adquiere más importancia que antes.
Con la irrupción de la demencia, las Inclusión:
defensas psicológicas de la persona se Formar parte de un grupo es im-
vuelven muy vulnerables. Cuando el portante para la supervivencia de la
self o la integridad del yo se desestruc- especie humana. Las personas con
tura, es muy importante que se pueda demencia corren el riesgo de hallarse
mantener mediante las relaciones que socialmente aisladas, incluso cuando
se experimentan. viven en un entorno comunitario.
En este modelo se definen cinco
necesidades psicológicas básicas, que La atención y satisfacción de estas
se satisfacen mediante la relación so- necesidades psicológicas ayuda a las
cial y las interacciones con otras per- personas con demencia a sentirse rela-
sonas (Brooker y Surr, 2005) jados, seguros, cómodos, valorados y
útiles. Las personas con demencia, sin
Confort: embargo, suelen tener menos capaci-
Todo lo que tiene relación con mos- dad para actuar de forma autónoma
trarnos cálidos y próximos a los de- y de manera que les permita satisfacer
más. El confort se asocia a demostrar estas necesidades y por lo tanto su
ternura, proximidad y ofrecer ayuda. bienestar es más dependiente de las
atenciones que reciben del personal
Identidad: de atención directa.
Saber quién eres en relación a cómo te La PSM se puede identificar, es
sientes contigo mismo y cómo pien- decir, todo el personal y el equipo de
sas. La identidad es cada vez más algo trabajo de una residencia pueden crear
que proviene de aquellos que rodean los indicadores que ayuden a hacer-
la persona con demencia. La iden- la visible. El personal no lo hace con
tidad tiene relación con el hecho de voluntad expresa de perjudicar, al con-
saber quién es cada uno y con tener trario, los episodios de PSM nunca se
un sentimiento de continuidad con el cuestionan, han acabado por ser parte
pasado. integrante del entramado de la cultu-
ra de la atención y, por lo tanto, de la
Apego: organización. La perversidad de estas
Los humanos son una especie mar- actitudes se basa en el hecho que pasan
cadamente social y necesitan sentirse de uno a otro miembro del personal de
cercanos a otros, especialmente en atención con mucha facilidad. Cuan-
momentos de profunda angustia o de do alguien empieza a trabajar en una
cambio. La estima tiene relación con residencia, aprende a comunicarse a
los lazos, las conexiones, la educación, partir de lo que hacen sus compañeros
la confianza y las relaciones. de trabajo. “Si el estilo de comunicación
tiende a la infantilización, al paterna-
Ocupación: lismo o a la desautorización, el personal
Redes, Julio 2010

Sentirse implicado en el proceso de la recién llegado lo adoptará” (Kitwood,


vida. Satisface la profunda necesidad 2003:87). Se puede evidenciar empí-
que tienen los individuos de tener un ricamente que los episodios frecuentes
de PSM perjudican a la persona, reba- erradicar. El éxito de la intervención 119
jan el bienestar y aumentan el grado psicológica para mejorar el bienestar
de malestar y, en el peor de los casos, de las personas con demencia depen-
provocan una radical despersonaliza- derá del proceso que se planifique
ción de las personas con demencia y para introducir cambios en la organi-
refuerzan la percepción de la sociedad zación, es decir, en el sistema.
de que éstas no son del todo humanas Roper-Hall (2008) nos habla de la
(Brooker y Surr, 2005). Identificarlo adaptación y variación de las técni-
resulta el elemento indispensable para cas sistémicas cuando interviene con
transformarlo y conseguir que las rela- mayores y también del uso de otros
ciones sean personalizadoras y refuer- instrumentos como los genogramas
cen todo aquello que otorga estatus a multigeneracionales, los mapas rela-
la persona. cionales, los sociogramas en el caso de
Considero que el modelo de la las residencias geriátricas y los ecoma-
atención centrada en la persona de pas cuando la persona mayor interac-
Kitwood tiene muchas áreas de cono- túa con los sistemas más amplios de
cimiento compartidas con el modelo soporte socio-sanitario. Esta autora ha

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
sistémico aunque no ha sido concep- desarrollado un instrumento llama-
tualizado como tal. La atención cen- do ideograma donde, gráficamente,
trada en la persona propone respon- se representan las personas, las ideas,
der al contenido emocional y al uso los acontecimientos, los diagnósticos
de la comunicación analógica cuando y todo aquello construido en el len-
la digital no es clara; el retorno de la guaje que tiene un significado en la
persona al mundo de las relaciones conversación terapéutica. Comparti-
sociales, respondiendo a su presencia ríamos la afirmación de que el uso de
en el sistema usando el principio de estos instrumentos facilitan la emer-
la neutralidad y la adaptación de la gencia de una formulación sistémica
comunicación a un ritmo y estructu- del problema que queremos abordar.
ras adecuadas a sus posibilidades. La Otro concepto compartido en-
conceptualización de la PSM se apo- tre el modelo sistémico y la atención
ya en el hecho de que las residencias centrada en la persona es el reconoci-
son sistemas interactivos que están miento de las necesidades psicológi-
gobernados por muchas normas ex- cas del personal de atención directa.
plícitas e implícitas, y que como en Los equipos de trabajo tienen que
todo sistema, hay jerarquías formales apoyarse en sus posibilidades para
e informales, y diversos subsistemas transformar los aspectos malignos de
de personal. Cada nueva incorpora- la psicología social de la residencia. La
ción al equipo de atención directa se definición de la atención centrada en
adaptará rápidamente a las normas la persona con demencia (Brooker,
imperantes. Si algún miembro del 2007) también se puede aplicar en
personal cuestiona alguna de estas el caso del personal (Brooker 2008),
normas, como por ejemplo el tipo de hay que valorar y tener en cuenta a
relación que se establece con los resi- cada miembro del personal, hay que
dentes, se arriesga a tener problemas valorar la individualidad de cada
con sus compañeros. Por eso, la psico- miembro, el punto de partida para
logía social maligna es tan difícil de el equipo ha de ser la perspectiva del
120 personal y la promoción de un entor- ligna, el grado de implicación pasiva;
no psicológico de soporte para poder es decir, cuando el entorno no ofrece
trabajar. Así, defienden la posibilidad suficientes estímulos para sentirse
de que las residencias se conviertan en implicado activamente, y, finalmente,
organizaciones centradas en todas las los niveles de agitación y angustia, y
personas: las que viven y las que tra- los niveles de abandonamiento, es de-
bajan en ellas. Se trata de desarrollar cir la completa desvinculación y des-
una cultura organizativa y de aten- conexión del entorno.
ción de la cual se valora a todas las El tercero y cuarto ámbito son la
personas como a individuos únicos, presencia de detractores o potencia-
que intenta ver las cosas desde el pun- dores personales observados en las in-
to de vista del otro, y que reconoce la terrelaciones entre el personal y los re-
interdependencia que todos tenemos sidentes, y se registra escogiendo uno
los unos de los otros. de los 17 detractores o potenciadores
El DCM es un instrumento de ob- descritos y agrupados según necesida-
servación sistémica que se utiliza para des psicológicas. Los detractores per-
hacer evaluaciones de progreso, don- sonales y los potenciadores personales
de se valora el desarrollo de prácticas son episodios en que los miembros del
asistenciales centradas en las personas personal interactúan con una persona
en centros asistenciales para personas con demencia de una manera tal que
con demencia. Pensamos que, además, tiene el potencial de reafirmar o per-
recoge unos datos que pueden hacer judicar la persona en una o más de las
emerger una formulación sistémica necesidades psicológicas. El análisis
que ayude a trabajar mejor al equipo. de los detractores y los potenciadores
La observación permite confec- también puede hacerse desde el pun-
cionar un mapa donde registramos to de vista de sus tipos y del grado de
información de cuatro ámbitos. El importancia en su capacidad de po-
primer ámbito es el nivel de bienestar tenciar o perjudicar la persona. Uno
o malestar emocional de los partici- puede calcular cuántos detractores y
pantes, se observan las expresiones de cuantos potenciadores de cada tipo
estado de ánimo tanto verbales como han sido observados y determinar su
no verbales y el nivel de implicación importancia. Vincular los detractores
personal en el entorno; la codifica- y los potenciadores a mejorar o em-
ción va de -5 máximo malestar a +5 peorar las necesidades psicosociales
máximo bienestar. ayudas al personal a captar el motivo
El segundo ámbito es el grado y por el que son tan importantes y tan
tipo de diversidad ocupacional que significativos en la atención a perso-
ofrece el entorno asistencial, y se regis- nas con demencia.
tra escogiendo una de las 23 posibles Los potenciadores personales ofre-
ocupaciones, actividades o comporta- cen un registro de trabajo positivo
mientos más frecuentes en un centro para la persona observada en un cen-
residencial. Esta codificación permi- tro determinado; en particular, de las
te identificar, además del grado de destrezas, los talentos y la creatividad
Redes, Julio 2010

diversidad ocupacional, el potencial del personal. Es muy importante no


para una implicación positiva; y para olvidar que el equipo de atención di-
el ámbito de la psicología social ma- recta generalmente aprende y se de-
sarrolla construyendo, sobre todo a ciones relacionales, sobre todo cuan- 121
partir de sus puntos fuertes, no de sus do los protagonistas activos de estas
debilidades y de sus errores. interacciones consideran que ofrecen
El registro de los potenciadores el mejor trato posible al otro. No se
permite al personal ver como sus acti- trata de situaciones de maltrato o
tudes, acciones y respuestas tienen el abuso, sino de prácticas asistenciales
potencial de: bien intencionadas de las que ni se co-
noce ni se valora el impacto que una
r 3FDPOPDFSZBQPZBSFMDBSÃDUFSEF relación despersonalizadora puede
ser persona; tener sobre el estado emocional de la
r 4BUJTGBDFSMBTOFDFTJEBEFT persona receptora de estas prácticas.
psicológicas de una persona con
demencia; Objetivos generales y específicos.
r %FTQFSUBSBQUJUVEFTFOVOB
persona con demencia; Este estudio se plantea un primer ob-
r 5SBOTGPSNBSVOBTJUVBDJÓOFO jetivo general: confirmar la existencia
la que la conducta de la persona de la psicología social maligna en una

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
con demencia es señalada como residencia prototipo de nuestro país,
un problema; y un segundo objetivo: confirmar que
r %BSMBWVFMUBBVOBTJUVBDJÓONVZ el DCM puede llevar a emerger una
deteriorada; formulación sistémica sobre la cali-
r 'BDJMJUBSRVF EFOUSPEFMHSVQP  dad asistencial que se ofrece; y unos
ocurran cosas positivas y se objetivos específicos: determinar el
transmitan buenos sentimientos nivel de bienestar y malestar emocio-
de una persona a otra … nal de los participantes; medir el gra-
do de diversidad ocupacional del en-
Los 17 detractores y potenciadores torno asistencial e identificar el tipo
descritos en el DCM representan la de psicología social maligna y trabajo
dimensión más relacional y comuni- positivo del entorno asistencial.
cacional de este instrumento. La des-
cripción de los detractores está llena Hipótesis.
de acciones comunicativas descalifi-
cativas y desconfirmadoras. Es como Partimos de la hipótesis de que todos
si el trato que recibe la persona con los participantes observados serán ob-
demencia sólo le permitiera ser un jeto de psicología social maligna.
demente. La única manera de recibir Para comprobar esta hipótesis he-
atenciones es comportándose como mos escogido un centro asistencial
un demente. Por otro lado, como público de nuestro país, donde hemos
persona, se le ignora. Es un trato des- realizado una observación de 6 horas
personalizador, que se manifiesta en de 5 personas con demencia, usando
las relaciones y que podríamos llamar como metodología el Dementia Care
despersonalización relacional. Mapping.
La despersonalización relacional El centro residencial escogido ofre-
es un fenómeno difícil de evidenciar. ce servicios a ofrece servicios a menos
Consiste en menoscabar el carácter o de 100 personas dependientes mayo-
estatus de ser persona en las interac- res de 65 años, de las cuales el 65%
122 sufre algún tipo de demencia. Las demencias hospitalario (UDyTD).
condiciones de admisión son: tener 2. Estar valorado según la Escala de
65 años o más, sufrir algún tipo de estadios (GDS) Gobal
dependencia y tener residencia legal Deterioration Scale de Reisberg
en Cataluña. El personal que trabaja con una puntuación de 6 ( Déficit
en ella y que va a ser observado, tiene cognitivo grave-demencia inicial
el nivel formativo de enseñanza gene- (ver anexo 3).
ral básica (EGB) y una formación no 3. Haber residido en la residencia un
reglada de auxiliar de geriatría. En to- tiempo superior a 12 meses.
dos los casos, la experiencia de trabajo
en este sector es de 5 años o más. La Participantes según criterios de in-
observación se realizó el 13 de mayo clusión3: Participantes: edad, Género,
del 2009, de las 9,50 h a las 15,45 h y Meses de usuario, GDS y diagnóstico.
las zonas observadas fueron la sala de
estar, la sala de actividades y el come- Sujeto 1 - Lina: 85 a, mujer, 20
dor de la 1ª planta para 20 personas. meses, GDS:6. Demencia mixta.
Sujeto 2 - Carola: 85 a, mujer, 63
METODO: meses, GDS:6. Demencia vascular.
Sujeto 3 - Carles: 72 a, hombre,
Diseño: 14 meses, GDS:6. Demencia tipo
Estudio de observación sistemática Alzheimer.
transversal de 5 personas con demen- Sujeto 4 - Lola: 77 a, mujer, 31 meses,
cia en una residencia geriátrica. GDS:6. Demencia vascular.
Sujeto 5 - Joana: 85 a, 25 meses,
Participantes: GDS:6. Demencia tipo Alzheimer.
Grupo seleccionado en su ambiente
natural. 5 personas diagnosticadas de Instrumento:
demencia: 2 participantes diagnosti- DEMENTIA CARE MAPPING
cados de demencia tipo Alzheimer, (DCM) 8ª edición. Bradford De-
probable; 2 participantes diagnostica- mentia Group de la Universidad de
dos de demencia tipo vascular y 1 par- Bradford, Reino Unido. Versión4 en
ticipante diagnosticado de demencia lengua catalana de Alzheimer Cata-
mixta, Alzheimer y Vascular. lunya Fundació.

Criterios de inclusión: Procedimiento:


1. Tener un diagnóstico elaborado El observador ha sido entrenado en
por su equipo médico de el uso de este método observacional y
referencia: Centro de asistencia certificado por la Universidad de Bra-
primaria (CAP) y/o Unidad dford del Reino Unido. La observa-
de diagnóstico y tratamiento de ción sistemática se realiza en las zonas
Redes, Julio 2010

3. Confidencialidad: Todos los nombres que identifican a las personas observadas y al centro
residencial han sido modificadas y no corresponden a la realidad, tanto en este apartado como en
el de resultados.
4. Este instrumento también dispone de una versión en español.
públicas del centro residencial duran- sentimiento para firmar a: 123
te 6 horas, donde cada 5 minutos se 1 El personal de atención directa que
registran las codificaciones estableci- trabajaba el día de la observación.
das en el instrumento. Para la realización de este estudio
El procedimiento seguido previo al experimental de observación sistemá-
inicio de la observación ha sido: tica se ha solicitado el consentimien-
1. Reunión de presentación de la to verbal a: Las cinco personas con de-
finalidad y objetivos de este estudio mencia observadas. Un miembro del
al personal de atención directa. personal ha acompañado al observador
2. Reunión de presentación de la y ha sido testigo de la obtención del con-
finalidad y objetivos de este estudio sentimiento.
a todos los usuarios del centro.
3. Consenso con el equipo de trabajo Análisis de datos.
sobre las 5 personas con demencia Los datos resultantes de 6 horas de
que serán observadas. observación y registro en un intervalo
4. Obtención del consentimiento: temporal de 5 minutos, se analizan
Se han realizado 2 sesiones según la metodología establecida en el

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
informativas de 15 minutos: DCM. Se ha utilizado el programario
1 sesión dirigida a todo el personal EXCEL para el cálculo de los datos y
1 sesión dirigida a las personas con la representación en figuras.
demencia y sus familias.
Se ha proporcionado el papel de con- RESULTADOS.
Redes, Julio 2010

124
125

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
126 DISCUSIÓN. entre el personal y los participantes
puede tener una incidencia y conse-
El primer y segundo objetivo general guir que disminuya tanto tiempo en
de este estudio se dirigía a confirmar un estado emocional neutro.
la existencia de la psicología social Respecto a los datos de las catego-
maligna en una residencia prototipo rías del comportamiento (ver figura2)
de nuestro país, y confirmar que el los participantes han pasado un 28%
DCM puede hacer emerger una for- del tiempo durmiendo y un 20% del
mulación sistémica sobre la calidad tiempo en una implicación pasiva, es
asistencial que se ofrece. Lo que los decir, sentados, observando, conecta-
datos obtenidos, tanto grupales como dos con la mirada pero sin participar
individuales, nos indican en sus di- activamente en lo que estuviera pa-
versas dimensiones es: sando. Este 48% del tiempo refuerza
Respecto a los datos del estado de la idea de un entorno asistencial falto
ánimo e implicación (ver figura1), de vida y estímulos suficientemente
los participantes han pasado el 90% interesantes cómo para que despier-
de su tiempo en un estado de ánimo ten el deseo de hacer algo de prove-
neutro, es decir, en ausencia de indi- cho. Un 13% del tiempo ha quedado
cios perceptibles de ánimo positivo o muy repartido entre unas categorías
negativo, aunque atentos y conscien- que identifican un ritmo predomi-
tes del entorno donde viven. Está cla- nantemente asistencial: (F) 6%; (P)
ro que este equipo consigue mantener 4% y (X) 3%. La pauta de hidratación
un entorno asistencial con muy pocos de media mañana y la comida a me-
signos de malestar pero, a la vez, sin dio día, la administración de la me-
estímulos que generen situaciones dicación y la pauta de incontinencia
de bienestar. Lo podríamos calificar con los acompañamientos al baño.
de un entorno aburrido, donde el Sin duda, una atención indispensable
tiempo pasa sin ningún objetivo con- para el mantenimiento físico de las
creto. El riesgo de este entorno, para personas. El riesgo es que estas pautas
los participantes, es que las horas del asistenciales sean casi la única cosa
día se hagan muy largas, difíciles de interesante que les ha pasado a estos
pasar sin tender al aislamiento, ence- participantes durante toda la mañana
rrándose en sí mismos, y finalmente y medio día.
desvinculándose del propio entorno. Sin embargo, aún queda un 39%
El equipo consigue evitar el malestar del tiempo por interpretar. Respecto
emocional y esto es una fortaleza que a los indicadores de potencial para
se debe aprovechar para pensar accio- una implicación positiva (ver figura3),
nes concretas que generen días más diversidad ocupacional (ver figura 4),
estimulantes. Si pensamos en cómo agitación y angustia (ver figura 5),
los seres humanos generamos nuestro abandono (ver figura 6) y implicación
bienestar emocional de manera coti- pasiva (ver figura 7), observamos que
diana, entenderemos que las relacio- los estados de agitación y angustia
nes e interacciones diarias con los que son inexistentes para todos los par-
Redes, Julio 2010

compartimos espacios de vida es su ticipantes. El resto de indicadores


principal fuente. La mejora en la ca- identifican dos subgrupos de parti-
lidad y autenticidad de las relaciones cipantes: los que pasan este tiempo
sumidos en una implicación pasiva y entre las personas afectadas. Algunas, 127
en un estado de abandono, es decir, ante el fracaso de sus capacidades,
totalmente desconectados, aislados tienden a aislarse, a encerrarse en un
en sí mismos y/o durmiendo; y los que mundo que les resulta más seguro y a
pasan este tiempo con un buen po- mostrarse muy pasivas. Por el contra-
tencial para una implicación positiva rio, a otras el mantenimiento del con-
y en una alta diversidad ocupacional. trol de la situación y probar activa-
Se considera que un alto porcentaje mente sus capacidades es una fórmula
de implicación positiva es un elemen- para compensar el malestar. Mostrar-
to clave para la calidad de vida de las se activo o pasivo puede generar una
personas con demencia. Se interpreta etiqueta que condicione la manera en
como un entorno asistencial que ge- que el personal se relacionará.
nera oportunidades para relacionarse Las experiencias revisadas en la
e interrelacionar positivamente con literatura sobre el abordaje sistémi-
personas significativas. La diversidad co en las residencias geriátricas nos
ocupacional quiere decir que las per- confirman que los factores que tiene
sonas encuentran oportunidades en un fuerte impacto en la calidad de la

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
ocupar su tiempo en aquello que les atención son: la actitud del personal,
da sentido y se adapta a su gusto y pre- la organización del trabajo y la comu-
ferencia. La atención centrada en la nicación del personal entre ellos y con
persona considera que la implicación los residentes (Jeffery,1986). Todos
activa en aquello que te pasa en la vida ellos, temas que el DCM pude ayudar
es una señal de bienestar psicológico. a identificar. Sin embargo, se trata de
Será necesario que el equipo re- temas que, al trabajarlos, generan un
flexione sobre el hecho de tener dos impacto emocional en el equipo. La
subgrupos tan claramente diferen- creación del equipo reflexivo, como
ciados. El hecho de que haya partici- metodología de trabajo que genera
pantes que pueden implicarse activa- seguridad y confianza, y el hecho de
mente y pueden hallar tiempo para centrar el análisis en el sistema, más
una ocupación con sentido y signifi- que en los individuos (Milton y Mar-
cado, señala una fortaleza que debe tin, 2003), facilita la comprensión,
generarse para el grupo que, en estos desde la vivencia, de temas que con-
momentos, no dispone de ella. Re- dicionan maneras de trabajar y actuar
flexionar sobre la manera en que las pero que no están identificadas.
etiquetas condicionan el trabajo de Respecto a los datos de los poten-
los equipos, y muy especialmente el ciadores y los detractores personales
tipo de relaciones que se establece con (ver tablas 1 y 2), observamos una
el paciente identificado (Imber-Black, fuerte presencia de detractores per-
2000), puede ayudar al entorno asis- sonales, puntuación normalizada de
tencial que hemos observado a tener 0,27 frente a los potenciadores, pun-
pistas sobre los dos subgrupos que se tuación normalizada de 0,05. La aten-
han identificado. La forma en que las ción centrada en la persona considera
personas con demencia expresan el a los detractores personales el núcleo
malestar o compensan las limitacio- duro de la psicología social maligna.
nes que les causa el deterioro de las Se trata de interacciones entre los par-
capacidades cognitivas es muy diversa ticipantes y el personal de atención
128 directa bien intencionadas. Es decir, todos los participantes observados se-
el personal las considera correctas y rían objeto de detractores personales
lo tiene internalizado como la úni- ha quedado confirmada.
ca manera de tratar a estas personas. En el entorno observado, se ha de-
Este resultado señala uno de los pun- tectado una supremacía de las catego-
tos más críticos de este equipo, que re- rías del comportamiento que identi-
querirá un plan de intervención a lar- fican tareas asistenciales relacionadas
go plazo para ir transformando estas con actividades de la vida diaria. Sa-
acciones. Una vez más, la fortaleza del bemos que son tareas propias y ne-
equipo recae en el hecho de que hay cesarias de los entornos asistenciales,
ejemplos de potenciadores en cuatro pero el hecho que sean las únicas que
de las cinco necesidades psicológicas. marcan el ritmo de vida nos remite a
Los potenciadores demuestran que el la implantación de un modelo única-
equipo también tiene las actitudes y mente bio-médico. La construcción
habilidades que refuerzan el estatus social de la demencia y el significado
de “ser persona”. Estas actitudes y que se le otorga al deterioro cognitivo
habilidades tienen que practicarse en depende, en gran parte, del contexto
un mayor grado, y serán la guía para social que lo cuida (Clare, 2004). En
transformar los detractores. Resulta un contexto marcadamente bio-mé-
interesante observar que casi la mitad dico, las personas con demencia son
de los detractores se sitúan en la nece- consideradas sujetos pasivos y recep-
sidad psicológica de ocupación. Una tores de atención y apoyo. En el entor-
necesidad que recoge la calidad de no observado, la presencia de catego-
agente, es decir, la sensación de que se rías comportamentales de agitación y
tiene control sobre el mundo, de po- angustia es nula. Algo muy bien va-
der hacer que pasen cosas, y de poder lorado en un modelo bio-médico. Sin
tener un efecto y un impacto sobre lo embargo, si la construcción social de
que se hace. la demencia que estos entornos hacen
En resumen, en respuesta al primer no valora la actividad, la propia ini-
objetivo general, los datos confirman ciativa, la individualidad en la expre-
la existencia de una psicología social sión de deseos y la individualidad en
maligna, identificada principalmente la ocupación del tiempo de maneras
en el hecho de que los detractores su- significativas, será difícil permitir un
peran a los potenciadores, pero tam- cierto aumento de la agitación en be-
bién a través del nivel de estado emo- neficio de otros índices de un conte-
cional, nivel de implicación y nivel de nido más relacional.
ocupación. Todos ellos han resultado Está claro que el personal de aten-
muy bajos y ejemplifican un entorno ción directa del entorno observado
asistencial empobrecido, donde los ha sido entrenado para atender las
participantes son atendidos en aque- necesidades de las actividades bási-
llas necesidades básicas de la vida cas de la vida diaria. Estaríamos de
diaria, es decir, se prioriza el cumpli- acuerdo con Curtis y Dixon (2005)
miento de las tareas asistenciales, pero en que se trata de personal que tiene
Redes, Julio 2010

sin unas relaciones interpersonales que atender a personas mayores muy


ricas que generen reconocimiento de dependientes y en situación de difi-
la individualidad. La hipótesis de que cultad emocional, pero con muy poca
formación y preparación de cómo camente a nivel grupal, sino también 129
atender las necesidades psicológicas. el registro individual donde hay una
En respuesta al segundo objetivo breve descripción del suceso obser-
general, pensamos que de la misma vado, hallaremos muchos episodios
forma que los genogramas, los ma- de infantilización, cosificación, im-
pas relacionales, los sociogramas y posición e interrupción. Desde el
los idiogramas (Roper-Hall, 2008), modelo de atención centrada en la
el DCM ha recogido unos datos sig- persona, son acciones despersonali-
nificativos de la calidad del entorno zadoras. Desde el abordaje sistémico,
asistencial de este centro, y por lo son episodios de comunicación e in-
tanto, permite generar pensamiento terrelación donde podemos detectar
e identificar áreas concretas de inter- muchos de los fenómenos descritos
vención, es decir, facilita la emergen- en la teoría general de comunicación
cia de una formulación sistémica. de Watzlawick et al (1967), de los
Está claro que, en sí mismos, sólo conceptos de complementariedad y
son datos. Transformar los datos en simetría, así como de la teoría del do-
un movimiento hacia la mejora de la ble vínculo (Bateson, 1972). En las

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
calidad de atención necesita formula- descripciones de detractores de in-
ciones y conceptualizaciones concre- fantilización, imposición e interrup-
tas. El resultado obtenido puede pro- ción hallaremos descalificaciones en
ducir un fuerte impacto emocional forma de: mensajes contradictorios,
al equipo de este centro. Un equipo mensajes incongruentes, cambios de
que puede comprobar que realiza una tema o interpretaciones metafóricas
buena tarea asistencial, y que consi- de las expresiones literales. Si además
gue atender todas las necesidades bá- tenemos en cuenta que a nivel relacio-
sicas de la vida diaria identificadas y nal de estas acciones comunicativas,
acordadas en los planes de atención, el personal está convencido de que lo
y al que no le será fácil aceptar que hace por el bien de la persona atendi-
la calidad relacional es pobre y, con da, tendremos dos personas “atrapa-
algún participante en concreto, casi das en un sistema que produce defini-
inexistente. La comprensión de este ciones conflictivas de la relación y la
resultado requiere llevar al equipo a consiguiente perturbación subjetiva”
una posición de seguridad que les per- (Bateson et al, 1962:157).
mita pensar sin sentirse descalificados “Haga lo que haga la persona con
como profesionales. La creación de demencia no puede ganar” (Bateson et
un equipo reflexivo puede enrique- al, 1956:251).
cer el DCM, no como instrumento, La mirada sistémica enriquece la
sino como proceso en el cambio de propuesta de la atención centrada en
cultura organizativa. Uno de los obje- la persona, redimensionando los de-
tivos principales del equipo reflexivo tractores identificados, no únicamen-
es identificar los propios recursos y te como acciones entre un emisor y un
fortalezas del personal para producir receptor, sino también como parte de
una mejora en la calidad de la aten- un sistema de comunicación más am-
ción (Milton y Martin, 2003). plio y complejo (Ricci, 1986). Cada
Si revisamos los datos obtenidos acción comunicativa entre un miem-
de los detractores personales no úni- bro del personal y una persona con
130 demencia se produce ante muchos sobre cuántas horas de sueño se con-
otros participantes del sistema de co- sideran apropiadas en una persona y,
municación. Los otros miembros del más concretamente, en el caso de Ca-
personal y el resto de personas con rola. Sabemos que el ser humano, y la
demencia presentes también son par- persona con demencia no es ninguna
te del sistema de comunicación y, por excepción, es incapaz de mantener su
lo tanto, lo pueden influenciar. Com- estabilidad emocional durante perío-
prender los fenómenos de la comuni- dos prolongados en que sólo se comu-
cación humana y el impacto psicoló- nica con sí misma. Además del por-
gico de las acciones comunicativas centaje identificado, si leemos la breve
descalificadoras o desconfirmadoras descripción de detractores y poten-
puede ayudar a un equipo a transfor- ciadores de las 14:55, el observador ha
marlas. En cada sistema extenso de la anotado un detractor: cosificación. El
comunicación (S.E.C.) (Ricci,1986) personal se la lleva sin darle ninguna
hay distintos niveles de realidad. A explicación, cumpliendo el protoco-
veces, estos distintos niveles hallan la lo asistencial acordado de encamar a
armonía en su contradicción, o bien, ciertos residentes a la hora de la siesta.
en su incompatibilidad y forman una El equipo no ha podido detectar que
mezcla explosiva (Ricci, 1986:266). esta residente ha estado durmiendo
No es el objetivo de este artículo casi toda la mañana y sería bueno re-
redactar un informe completo de los flexionar si en este caso la siesta sigue
resultados del DCM de cada partici- siendo necesaria.
pante. La observación realizada ha
permitido perfilar un ejemplo real de CONCLUSIÓN.
cómo pasan el tiempo en este centro
residencial cada participante obser- Como conclusión general de los re-
vado y obtener datos individuales de sultados de la observación usando
su nivel de bienestar, nivel individual el DCM, se desprende que los datos
de la diversidad ocupacional y poten- obtenidos permiten elaborar emer-
cial individual para implicarse activa- gencias sistémicas para ayudar a un
mente en el entorno. La posibilidad equipo asistencial a mejorar la calidad
de individualizar los datos permite de atención. El modelo de la atención
marcarse objetivos específicos en el centrada en la persona con demencia y
plan de atención de aquella persona, el abordaje sistémico comparten mu-
o bien, detectar alguna incidencia es- chos aspectos sobre las necesidades
pecífica que afecta a un participante psicológicas relacionales y su impacto
y que no se está detectando. A modo en el mantenimiento del bienestar.
de ejemplo, queremos comentar el Los fenómenos de la comunicación
caso de la sujeto número 2: Carola, también son aplicables en el caso de
que ha pasado el 68% del tiempo ob- las personas con demencia, más con-
servado en un estado de abandono, es cretamente en un sistema como la
decir, durmiendo o completamente residencia geriátrica. La atención cen-
desvinculada del entorno. Un dato trada en la persona y el modelo sisté-
Redes, Julio 2010

que puede ser una señal de alarma so- mico-relacional se pueden enriquecer
bre el estado físico y psíquico de una mutuamente; y el DCM puede me-
persona. El equipo puede reflexionar jorar ciertos ámbitos de evaluación
si incorpora conceptos básicos de la 131
teoría sistémica. Una cuestión para
plantearse, y que no se ha desarrolla-
do plenamente en este artículo, es la
mejora de la conceptualización de la
despersonalización relacional, y más
concretamente, la definición de de-
tractores y potenciadores personales
con la incorporación de los fenóme-
nos de la comunicación estudiados
por el modelo sistémico-relacional.
Finalmente, cabe señalar que una
observación de un centro es una li-
mitación importante para extraer
conclusiones generalizables a todo el
sector de las personas con demencia.

Josep Vila Miravent. Un abordaje sistémico-relacional en residencias geriátricas: un estudio de observación sistemática de personas con demencia.
132
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Redes, Julio 2010
135
Las emociones del terapeuta sistémico
en juego
Ester Fabregó Claparols
Anna Viñas Millán

ABSTRACT

Este trabajo pretende ser una reflexión sobre la importancia de las


emociones del terapeuta y su uso en el proceso terapéutico. Los conceptos
clave son: la definición de las emociones y su funcionamiento desde el punto
de vista neuropsicológico; el papel clave de las emociones en la construcción
de la realidad, y de su relación circular con las cogniciones y las conductas;
las emociones como elemento básico para la conducción de la relación
terapéutica, y las herramientas que puede utilizar el terapeuta para
gestionarlas.
La investigación plantea una entrevista en profundidad estructurada
a una muestra de doce terapeutas sistémicos expertos (más de 16 años de
experiencia) con el objetivo de conocer su “realidad”: qué opinión tienen
sobre estos temas y, sobre todo, cómo los trabajan en su día a día. La idea
es poder articular la parte teórica con la práctica clínica de terapeutas
expertos y ver si se podrían abrir nuevas líneas de investigación. Nosotras,
como terapeutas principiantes e investigadoras, hemos querido entrar
en un área poco investigada desde la práctica: la vivencia de los propios
terapeutas que llevan muchos años trabajando.

Palabras clave: emociones, terapeuta familiar sistémico/a, marcador


somático.

ABSTRACT
This work intends to be a reflection on the importance of the therapist
emotions and their use in the therapeutic process. The key concepts are:
definition of emotions and their functioning from a neuropsychological
point of view; the key role of emotions when constructing reality, and their
circular relationship with cognitions and behaviours; the emotions as a
basic element in conducting the therapeutic relation, and the tools that the
therapist may use in order to manage them.
136

This investigation proposes a deeply structured interview to twelve expert


systemic therapists (more than 16 years of experience), the objective is to
know their reality: which opinion do they have on these issues, and above
all, how do they work them in their everyday practice. The aim is to
articulate theory with the clinical practice of expert therapists and to see
if new investigation lines can be opened. We, beginners as therapists and
investigators, have wanted to get into an area not too investigated from the
practical point of view: the experience of the own therapists that have been
a lot of years working.

Key words: emotions, family or systemic therapist, somatic marker,


therapeutic relation.

INTRODUCCIÓN realidad como una co-construcción


Y PUNTO DE PARTIDA. conjunta que se articula dentro del
sistema terapéutico y que está recí-

E
ste trabajo tiene su origen en procamente influenciada ( por el tera-
el año 2004, en una comuni- peuta, por la familia y por la relación
cación que dimos las alumnas que se establece entre ellos). En pala-
que en aquel momento cursábamos bras de Elkaïm (1995):
segundo de formación básica en el “se vuelve imposible de describir
Centre d’Estudis Sistèmics de Giro- una situación terapéutica cualquiera
na en las Relates de Bilbao. “Meta- sin aceptar que se está incluido en ella;
bolizando emociones” era el título de lo que sucede en esta situación es siem-
aquel trabajo, que intentaba ser una pre circular, y construyo lo que digo de
primera exploración sobre las emo- una familia mientras ella misma me
ciones en el proceso de aprendizaje construye, en el mismo proceso”.
como terapeutas. Después de aquel,
hubo otra aproximación al tema de las MARCO TEÓRICO.
emociones. Y, ahora, éste, que parte
de los “descubrimientos” anteriores, Las emociones.
pero, sobre todo de la curiosidad del
niño que quiere saber cómo serán las Según Damasio (1996), la emoción
cosas cuando sea mayor, del interés de es el conjunto de cambios que tienen
combinar aquello que le han explica- lugar a la vez en el cerebro y en el cuer-
do en la escuela con la experiencia de po, normalmente producidos por un
aquel que ya hace tiempo que sabe. determinado contenido mental. Es
Los elementos clave de los que par- una combinación de un proceso eva-
timos son: el constructivismo, la ci- luador mental, simple o complejo, con
bernética de segundo orden, las emo- respuestas predisposicionales a dicho
ciones y la relación. Los dos primeros proceso, la mayoría dirigidas hacia el
Redes, Julio 2010

(constructivismo y cibernética), como cuerpo propiamente dicho, que pro-


elementos teóricos básicos en la tera- ducen un estado corporal emocional,
pia familiar sistémica que conciben la pero también hacia el mismo cerebro,
que producen cambios mentales adi- atribución y el mantenimiento de la 137
cionales. En definitiva, “las emociones atención y la memoria funcional es-
son una “dinámica biológica” que de- tán motivadas, en primer lugar, por
termina las acciones. Puede estimar- preferencias inherentes al organismo,
se que implican afecto, sentimiento, y, después, por preferencias y obje-
cognición y conducta” (Maturana y tivos adquiridos sobre la base de los
Varela, citados por Lipnick 2004). inherentes. Por lo tanto, la señal emo-
Según el mismo Damasio (1996), cional puede producir alteraciones
las emociones están ubicadas en dife- en la memoria funcional, la atención
rentes zonas del cerebro relacionadas y el razonamiento, de forma que el
con los sentimientos y la razón; no proceso de toma de decisiones resulte
se encuentran en una zona exclusi- sesgado hacia la selección de la acción
va. Parece que en el cerebro humano que, con más probabilidad, conducirá
existen una serie de sistemas dedica- a la mejor consecuencia posible, dada
dos de forma consistente al proceso la experiencia previa. En estas con-
de pensamiento, orientado a un fin diciones, intuimos una decisión y la
que llamamos razonamiento, y a la ejecutamos, sin conocer todos estos
selección de respuestas que nos per- pasos intermedios. Así pues, emocio-
miten tomar decisiones, con un én- nes, cogniciones y conductas, forman
fasis especial en el dominio personal parte de un mismo todo y se influyen
y social. Esta misma serie de sistemas mutuamente.
está implicada en la emoción y el sen-
timiento, y se dedica, en parte, al pro- Las emociones en la relación.
cesamiento de las señales procedentes Las emociones en el sistema
del cuerpo. Por lo tanto, emoción y terapéutico.
razón están intrínseca y neurológica-
mente relacionadas. En el sistema terapéutico, las emocio-

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
Las emociones nos proporcionan nes se ponen en juego en la relación
información sobre nuestras propias que se establece. Las emociones de
reacciones frente a las diferentes situa- cada uno de los miembros del sistema
ciones con las que nos encontramos. influyen en los otros y están influidas
Constituyen una guía para la acción, por los otros; a la vez, unas y otras es-
y por esta razón tomar conciencia de tán influenciadas por cogniciones y
ellas nos ofrece flexibilidad de res- conductas. Tal y como lo describen
puesta, basada en la historia particu- Ceberio y Linares (2005): “Los pla-
lar de nuestras interacciones con el nos cognitivo, emocional y pragmático
ambiente. La hipótesis del marcador pueden ser considerados los ejes que
somático (Damasio, 1996) corrobora enmarcan la vida relacional humana
esta idea. El autor defiende que un y, por tanto, también la psicoterapia.
estado somático, positivo o negativo, Ejes que se sinergizan, se potencian y
causado por la aparición de una de- se entrelazan de acuerdo a las circuns-
terminada representación, opera no tancias que se construyan, pero estando
sólo como un marcador por el valor siempre los tres presentes”. Por lo tan-
que representa, sino también como to, teniendo en cuenta esta coreogra-
un amplificador para la atención y la fía, podemos decir que las actitudes
memoria funcional continuadas. La relacionales de terapeutas y pacientes
138 se ponen en juego, generando diver- co-construcción del sistema terapéu-
sas emociones y cogniciones en todos tico se convierten en herramientas
los miembros del sistema, y que esto de conexión que facilitan el camino
influirá en todo aquello que suceda para establecer puentes específicos
dentro del sistema, y, por lo tanto, en entre los miembros de la familia y el
la praxis del terapeuta. La relación se terapeuta dentro del sistema. Estos
puede entender como un todo, don- puentes pueden posibilitar el acopla-
de, las conductas del terapeuta y las de miento del sistema y la aparición de
la familia se influencian mutuamente momentos únicos en la terapia, de
(Ceberio y Linares, 2005). momentos potencialmente traumáti-
En la construcción de esta relación cos, en el sentido de facilitadores del
hay que contemplar aspectos funda- cambio. Son los momentos que Pak-
mentales como el vínculo, el clima man (2007) llama punctum3.
que se genere, la confianza, la empa- Existen numerosos aspectos que pue-
tía, la definición de la relación, etc. En den condicionar la creación de este
definitiva, todo aquello que favorezca sistema terapéutico y que es necesario
una buena alianza terapéutica. que el terapeuta tenga en mente:
El terapeuta no puede separarse > la “mochila” del terapeuta:
de la situación que describe, y, por lo relacionado con el concepto de
tanto, en la relación que establece tie- autoreferencia. Incluye aspectos
ne que afrontar la cuestión de la auto- como las creencias, el modelo
referencia (recordemos la famosa fra- escogido, el propio estilo
se de Maturana y Varela “todo lo dicho relacional, la historia personal, el
es dicho por alguien”, “todo conocer momento evolutivo, etc.
depende de la estructura del que co- > El contexto: el tipo de institución,
noce”, 1984). Según Elkaïm (1995) lo el rol del terapeuta en ella, etc.
que siente el terapeuta remite, en par- > El equipo: como elemento que
te, a su historia personal y, en parte, forma parte del sistema
al sistema en el que este sentimiento terapéutico también tiene una
emerge. El sentido y la función de esta influencia importante (clima,
experiencia vivida se convierten en he- relación entre miembros, etc.)
rramientas de análisis e intervención El terapeuta puede disponer de dife-
al servicio del mismo sistema terapéu- rentes herramientas para gestionar sus
tico. En este sentido las resonancias1 propias emociones y utilizarlas estraté-
y los ensamblajes2 , que nacen en la gicamente en beneficio del sistema:

1. “Las resonancias son elementos redundantes que ligan los universos más dispares, mientras que
las singularidades, aunque autoreferenciadas permanecen únicas” “Las resonancias están
constituidas por elementos semejantes, comunes a diferentes sistemas en intersección” Elkaïm, 1995.
2. “Un ensamblaje terapéutico puede estar constituido por elementos a los cuales se aplican leyes
generales, por elementos ligados a reglas intrínsecas propias de este sistema terapéutico particular,
pero también por singularidades que pueden ser tanto significantes como asignificantes” Elkaïm,
Redes, Julio 2010

1995.
3. Concepto extraído del seminario que Pakman impartió en Barcelona (Escola de Terapia familiar
Hospital Sant Pau) el 9 y 10 de noviembre de 2007, titulado: “Entrando en el castillo: palabras
que permanecen, palabras por venir. Poética y micropolítica del cambio”.
a. Formación: f.Autocuidado: 139

nos aporta tres elementos funda- estar atentos a nosotros mismos y


mentales: los conocimientos teóricos cuidar el resto de áreas de nuestra
necesarios para desarrollar nuestra vida (potenciarlas, buscar espacios de
tarea, el entrenamiento en el rol, y la “descontaminación”, etc.).
toma de conciencia del propio mundo
interno (Cancrini, 2007). En defini- PLANTEAMIENTO
tiva, la formación tiene que enseñar DE LA INVESTIGACIÓN.
al futuro terapeuta a utilizar efectiva-
mente todas sus posibilidades (Apon- Hipótesis.
te i Winter, 1988).
Las emociones, como elementos in-
b. Supervisión: herentes al ser humano y como con-
dicionantes de nuestra realidad, están
la intervención de una tercera per- impregnando el sistema terapéutico.
sona que trabaja sobre el equipo de Por lo tanto pueden convertirse en un
profesionales aumentando sus capa- elemento clave y un importante ve-
cidades. Cancrini (2007) afirma que hículo para el cambio dentro de este
la supervisión consigue el retorno a sistema.
una visión más integrada y reabre el El terapeuta, por su formación y
camino hacia un desarrollo positivo por el rol que ocupa dentro del siste-
del trabajo terapéutico. ma, podría hacer un uso diferenciado
de sus propias emociones que permiti-
c. Trabajo en equipo y/o co-terapia: ría favorecer este cambio. Para hacer-
lo tendría que tener claras cuáles son
disminuye el aislamiento del terapeu- las emociones que se generan dentro

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
ta (Whitaker, 1992), permite relati- del sistema (tomar conciencia), y qué
vizar, disminuye el desbordamiento aspectos pueden estar condicionando
de afecto fuera de las sesiones, se estas emociones (derivación, aspectos
equilibran los posibles puntos ciegos personales del terapeuta, historia fa-
y los posibles aspectos patológicos del miliar, etc.).
terapeuta (Garrido, 1996), etc.
Hipótesis complementarias:
d. Auto-observación
y auto- reflexión: > Los terapeutas expertos utilizan
más sus emociones porqué, a
capacidad de observarnos a nosotros partir de los años de experiencia
mismos y de reflexionar sobre el uso y de sus conocimientos, han
de lo que estamos observando. desarrollado la capacidad de
auto-observación al mismo
e. Uso estratégico de las emociones: tiempo que observan a la familia.
a través de la neutralidad y la equidis- Pensamos que un terapeuta con
tancia, la metacomunicación y el len- menos experiencia puede tener
guaje analógico. más dificultades para hacer las dos
cosas a la vez, y esto puede facilitar
140 que no tenga en cuenta el efecto los temas y los matices de cada uno,
de las emociones de la familia etc.). La entrevista (ver anexo) se ha
sobre él. estructurado en diferentes apartados.
> La formación personal del
terapeuta facilita la toma de Muestra.
conciencia de las propias
emociones durante el proceso La selección de la muestra se ha hecho
terapéutico. a partir del muestreo no probabilísti-
> La utilización de las propias co (Visauta, 1989; y Taylor y Bogdan,
emociones por parte del terapeuta 1992). Es decir, hemos cogido una par-
puede ser un factor determinante te de la población de terapeutas que
en los resultados conseguidos en nos eran más fácilmente accesibles.
la terapia. Creemos que si pone Las dos características que debían
en juego sus emociones durante el tener los terapeutas para formar parte
proceso de una forma consciente de la muestra eran: trabajar desde el
puede favorecer cambios más modelo de terapia familiar sistémica,
significativos. y ser expertos, llevar más de 15 años
trabajando como terapeutas.
Objetivos de la investigación. La muestra está formada por 12
terapeutas, 8 mujeres y 4 hombres.
- Comprobar si el terapeuta Del total de terapeutas entrevistados,
sistémico utiliza sus emociones 10 llevan más de 20 años trabajando,
en su trabajo terapéutico con la otro 16 y, finalmente, incluimos una
familia y/o paciente. persona que llevaba 10 años trabajan-
- Analizar qué herramientas y do. La media global de años de expe-
técnicas utiliza cada terapeuta riencia como terapeutas es de 24,4.
para incorporar y gestionar sus En relación a la edad, tenemos
emociones. a una persona entre 30 y 40 años, 3
- Provocar con la propia entrevista personas entre 41 y 49, y el resto de la
de investigación un espacio de muestra tienen entre 50 y 60 años. La
reflexión hacia este tema. mediana de edad de la muestra es de
- Abrir nuevas líneas de 52 años.
investigación relativas a la Del total de personas de la mues-
utilización de las emociones del tra, 8 son psicólogos, 3 psiquiatras y
terapeuta en el modelo sistémico. una persona tiene las dos formaciones.
Nueve de los doce terapeutas entrevis-
Técnica utilizada. tados afirman haber realizado algún
tipo de trabajo personal específico (seis
La técnica escogida para esta in- de ellos de orientación psicoanalítica).
vestigación ha sido la entrevista en Los contextos de trabajo actuales de
profundidad estructurada (Visauta, las personas de la muestra son muy va-
1989; y Taylor y Bogdan, 1992), dado riados y la mayoría trabajan simultánea-
que era la que tenía más ventajas para mente en más de uno. Dos terapeutas
Redes, Julio 2010

conseguir nuestros objetivos (acceder trabajan exclusivamente en el contexto


directamente a los entrevistados, in- privado (consulta, docencia, supervi-
teractuar con ellos, profundizar en sión), dos exclusivamente en el contexto
público (salud mental, adicciones, vio- rapeutas, de forma coherente con lo 141
lencia, etc.), y el resto combinan los dos. que habían respondido en el anterior,
La mitad de la muestra se dedica tam- se colocan en desacuerdo con la afir-
bién a la docencia, y una tercera parte mación “para mí no es imprescindible
trabajan como supervisores. porque creo que el modelo sistémico en-
foca la terapia en conceptos teóricos más
ANALISIS DE RESULTADOS. centrales”. La media de puntuación es
de 0,63 (las puntuaciones oscilan en-
Para el análisis de resultados segui- tre el 0 y el 1).
mos los mismos subtemas que en la En la segunda afirmación “me gus-
entrevista, introduciendo alguna mo- ta identificarlas porque creo que son
dificación en el orden para facilitar la indicadores importantes pero no rea-
comprensión y la coherencia interna. lizo un trabajo específico con ellas”, la
media de puntuación es de 3,31, es
A. Relación entre el modelo decir, la muestra se sitúa en un térmi-
sistémico y las emociones. no medio.
La tercera afirmación “las identifi-
Todos los entrevistados responden co e intento trabajarlas desde diferen-
afirmativamente a la pregunta “¿crees tes puntos. Creo que son importantes
que el terapeuta sistémico debe traba- para el proceso terapéutico”, la media
jar con sus propias emociones?”. Las de puntuaciones es de 4,85, es decir,
principales aportaciones que hacen la muestra expresa su acuerdo, aun-
en relación a esta respuesta son: que hay dos personas que no puntúan
este ítem.
> Las emociones son inherentes al
hecho de vivir y de interaccionar B. El proceso terapéutico
con el otro, por lo tanto, no y las emociones.

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
pueden ser obviadas en el trabajo
terapéutico. Todos los terapeutas entrevistados
> El trabajo con las propias afirman que realizan algún tipo de
emociones hace la terapia más trabajo con las propias emociones
consistente. durante el proceso terapéutico. Del
> Las emociones, que pueden resultado de las respuestas de cada
ser manejadas de diferentes uno de ellos podríamos sintetizar este
maneras, son una herramienta de trabajo en los siguientes pasos:
conocimiento: de uno mismo, del
otro y de la relación que se 1. Conectar con uno mismo/a
establece. (3 respuestas).
> Las emociones permiten 2. Observarse (2 respuestas).
al terapeuta estar “dentro” 3. Identificar las emociones
(observándose a sí mismo) y (4 respuestas).
“fuera” (observando al otro y a la 4. Ponerles nombre, dotarlas
relación) a la vez. de significado (2 respuestas).

En relación al segundo bloque de


este primer apartado, todos los te-
142

A partir de este proceso básico de la relación terapéutica, por lo tanto,


reconocimiento, los matices se apre- actúan continuamente. Algunos afir-
cian a través del uso que cada uno hace man que existen momentos especial-
de aquello que ha reconocido. Las res- mente fecundos para la aparición de
puestas van desde aquellos que finali- las emociones o para la intensidad de
zan el proceso con este reconocimien- éstas, pero que tienen mucho que ver
to y no hacen nada más (1 respuesta), con un momento singular de esta te-
hasta los que las incorporan en el con- rapia concreta, con el momento único
texto de trabajo transformándolas en que se está dando en este sistema tera-
una herramienta útil para la relación péutico particular.
terapéutica (4 respuestas). En relación a la pregunta “¿crees que
Lo más significativo que hemos existen aspectos emocionales previos a
detectado en relación a esta pregunta, la terapia que te pueden condicionar
es que, casi la mitad de la muestra (5 en el momento de recibir a la fami-
respuestas), manifiesta que utiliza las lia?”, todos los terapeutas responden
emociones como índice, como indi- afirmativamente, y casi todos ellos
cador del momento del proceso tera- mencionan más de un aspecto como
péutico y de la evolución del proceso, condicionante.
de las relaciones dentro del sistema
terapéutico. Los dos aspectos más destacados son:
Otras respuestas que hemos encon- > El momento del terapeuta:
trado son: las emociones te permiten haciendo referencia tanto al
calibrar el tipo de relación que puedes momento del ciclo vital como
establecer con el otro, sirven para em- a aspectos más cotidianos ( qué
patizar, no se tienen que esconder, etc. acontecimientos le han ocurrido
Los terapeutas de la muestra, ante antes de llegar a la sesión, etc.).
la pregunta “¿crees que existe un mo- Nueve personas responden que
mento idóneo para utilizar las emo- esto les condiciona.
ciones en la terapia? Están de acuerdo > La derivación: institución que
Redes, Julio 2010

en afirmar que no, sino que se han de deriva, derivante, relación previa
trabajar en el momento en que apa- con este, etc. (8 terapeutas de la
recen. Las emociones están bañando muestra).
El resto de las respuestas han teni- herramienta que permite al terapeuta 143
do que ver con el tipo de familia (2), el trabajo con sus propias emociones.
el tipo de problemática, los prejuicios, Otras herramientas y técnicas que
la impresión del primer contacto, la han salido mediante las entrevistas
incertidumbre ante un nuevo caso y son las siguientes:
el encargo que se hace el terapeuta a sí
mismo. a. El autoconocimiento:
(4 respuestas) vinculada también a
C.Herramientas y técnicas que la experiencia.
permiten al terapeuta trabajar con b. La distancia:
las propias emociones. (3 respuestas) en relación a la
familia y en relación a las propias
Por un lado, las personas de la mues- emociones. Una adecuada gestión
tra refuerzan lo que ya se había evi- de esta distancia, por parte del
denciado en el apartado anterior del terapeuta, puede facilitar un buen
proceso terapéutico y las emociones. trabajo con las emociones.
Es decir, destacan como herramientas c. Expresar las emociones a alguien:
fundamentales, todas aquellas que (3 respuestas) se habla tanto de
tienen que ver con el reconocimiento expresarlas a algún compañero
de las emociones (estar en el presen- de trabajo, al equipo, en la
te, conectar, observarse, identificarlas supervisión e, incluso a alguien
y dotarlas de significado). De hecho, ajeno al contexto en ocasiones
este sería el primer paso para poder excepcionales (ej. familiares).
utilizarlas de una u otra manera. Lo d. Saber manejarse:
que sería necesario después es una (3 respuestas) gestionar las propias
gestión estratégica de estas emocio- emociones.
nes. Tres personas afirman que esto se e. Expresar las emociones

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
adquiere a través de la formación y de a la familia:
los años de experiencia, y, por tanto, (3 respuestas) metacomunicarlas.
consideran la experiencia como una
144 Las siguientes herramientas y téc- zarla. Manifiestan que es una técnica
nicas han estado mencionadas sólo que sirve para desencallar situaciones,
por una persona de la muestra: el para tomar distancia de lo que uno
uso de cartas, grabaciones del relato está sintiendo en ese momento, etc.
del terapeuta una vez finalizadas las Se utiliza pensando que será útil para
sesiones, grabaciones de las sesiones el sistema, y no con la única finalidad
en vídeo, preparar las sesiones y, por de tranquilizar al terapeuta.
último la connotación positiva de los
sentimientos negativos que genera la D. Actitudes y aptitudes necesarias.
familia en el terapeuta.
Hemos incluido también en el aná- Algunas personas de la muestra afir-
lisis de este apartado las preguntas man que no son imprescindibles unas
relativas al uso del lenguaje analógico actitudes y aptitudes concretas para
por parte del terapeuta, y de la meta- trabajar con las propias emociones,
comunicación en relación a la familia. que no existe una definición única
Las respuestas han sido las siguientes: de cómo ha de ser un terapeuta para
poder trabajar a este nivel, que los te-
“¿Cómo utilizas tu cuerpo y el lenguaje rapeutas son personas “normales y co-
no verbal en el proceso terapéutico? rrientes”. Lo que sí reconocen todos,
son actitudes y aptitudes facilitadoras
El uso del cuerpo (acercamiento, le- de este trabajo.
janía, la posición), el contacto físico,
la mirada, los gestos, el tono de voz, 1. Actitudes:
etc., llegan a ser herramientas que
permiten al terapeuta expresar y uti- a. Humildad, modestia y
lizar sus emociones. Todos reconocen flexibilidad:
utilizarlo, pero aparecen dos posturas (4 respuestas) en el sentido que es
interesantes a tener en cuenta, que se favorable que el terapeuta tome
repiten también en otros apartados una actitud de no pensar que
de la entrevista: el uso de las emocio- su opción es la mejor, la única.
nes (en este caso a través del lenguaje También es positivo tener claro
analógico) desde una perspectiva de que los cambios que se producen
genuinidad o desde una perspectiva en la familia no son solo fruto de
estratégica, no necesariamente cohe- su intervención, los terapeutas
rente con lo que el terapeuta está sin- tenemos una responsabilidad
tiendo en este momento. dentro de las sesiones pero no
somos responsables de la familia.
“¿Utilizas tus propias emociones en
algún momento del proceso metacomu- b. Apertura:
nicándolas a la familia? (4 respuestas) estar abierto a las
emociones, a mirar hacia el propio
Aparece un acuerdo unánime sobre el mundo interior.
reconocimiento de la metacomunica-
Redes, Julio 2010

ción como una técnica útil para tra- c. Otras actitudes que obtienen
bajar con las emociones del terapeuta. una respuesta, son: perder el
Todos los entrevistados afirman utili- miedo hacia nuestras propias
emociones, mostrarse motivador y E. Las emociones del terapeuta. 145
aventurero, y la compasión.
El reconocimiento de estas emocio-
2. Aptitudes: nes en la propia persona y de cómo se
ven afectadas por la interacción con la
a. Formación y experiencia: familia, según lo que hemos recogido,
(4 respuestas ) se hace a partir de estar atento a uno
b. Autoconocimiento: mismo (4 respuestas) y de la lectura
(3 respuestas) Capacidad de de las sensaciones internas del propio
autoobservarse. cuerpo (6 respuestas) que, general-
c. Capacidad de elaboración: mente, se dan en forma de malestar e
(3 respuestas) de lo que va incomodidad. Algunos tienen iden-
emergiendo. tificados, claramente, los momentos
d. Capacidad de adaptarse: “emocionales” con una respuesta es-
(1 respuesta) a la realidad que pecífica de su cuerpo (calor interno,
aporta el otro, el momento boca seca y movimientos repetitivos
presente, etc. de la pierna). Según hemos recogido,
la experiencia (2 respuestas), una vez
más, y la intuición (1 respuesta) son
dos herramientas complementarias
que ayudan al reconocimiento de es-
tas emociones en uno mismo.

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.

Las emociones que más reconfor- - La sensación de estar ante un


tan a los terapeutas entrevistados son momento único, un momento
las siguientes: de cambio, un momento en que
- Agradecimiento, alago, la familia ha hecho un “clic” (2
reconocimiento: (4 respuestas) respuestas).
bajo diferentes conceptos, la - La satisfacción: (2 respuestas) de la
mayoría de los terapeutas destacan familia, de ver como una situación
el reconocimiento de la familia, se desencalla, etc.
como la emoción que más les
reconforta.
146 A parte de estas, que de una for- gestionar las emociones dentro de la
ma u otra, casi todos manifiestan, sesión, aparecen elementos nuevos
aparecen otras como: la emoción como: intentar reconducir la sesión,
que el terapeuta siente cuando pue- acortarla, hacer una pausa, convocar a
de “dar la vuelta” a un sentimiento otros miembros de la familia, espaciar
negativo respecto a un miembro de las sesiones, darse tiempo, suspender
la familia o a una relación concreta, la terapia, etc.
la expresión de amor y la emoción de También en relación a la gestión de
la reparación, la compasión (enten- las emociones, aparecen dos elemen-
dida como la capacidad de aceptar al tos importantes en la terapia familiar
otro y de conectar con él a un nivel sistémica: la co-terapia y la supervi-
profundo), la observación del atrevi- sión (en dos entrevistas se habla de
miento de la familia por cambiar, la supervisión y en una de co-terapia). A
admiración hacia sus miembros, y la parte de estas, los terapeutas mencio-
emoción cuando observas que el sis- nan formulas personales para dejar
tema familiar es capaz de reconocer las emociones atrás cuando salen de
a sus individuos. la terapia: leer textos teóricos, pasear,
Por otro lado, preguntando por meditar, ir a buscar espárragos, bai-
las emociones que más incomodan a lar,... Diferentes terapeutas hablan del
los terapeutas, dos personas respon- camino de retorno a casa después de
den que son las que tienen que ver la jornada laboral como una metáfora
con no haber podido conseguir los de ir dejando atrás las emociones del
objetivos o con la sensación que se día.
iba por buen camino y, de repente, la El último aspecto que hemos con-
terapia no funciona. El resto hablan siderado dentro de este apartado es el
de emociones que identifican en la fa- de los caminos que han permitido a
milia que les generan incomodidad. los terapeutas de nuestra muestra dar
Estas emociones son, según palabras importancia a las propias emociones
de los propios entrevistados: actitud dentro del trabajo terapéutico. Estos
de la familia de instalación en el no caminos han sido, básicamente, tres:
cambio (tres terapeutas lo han desta-
cado), enfado, queja constante, bron- > la formación: (5 respuestas) los
ca incontrolable, rechazo, violencia, conocimientos teóricos, las
machismo, miedo, ansiedad de ori- prácticas vivenciales dentro de la
gen desconocido, tristeza profunda e formación, etc.
irritación. > la experiencia: (4 respuestas)
En cuanto a la gestión de estas por un lado, darse cuenta que
emociones tanto dentro de la sesión han tenido experiencias en las
como fuera, se repiten muchos de los sesiones en que la incorporación
elementos analizados en el apartado de las propias emociones ha sido
de herramientas y técnicas. Concre- importante; y, por otro lado,
tamente, se repiten la escritura, el el hecho de ser más expertos y
hablar con los compañeros, trabajar- no tener que preocuparse tanto
Redes, Julio 2010

las dentro de la sesión y, la experien- por la técnica, les permite poner


cia como herramientas de gestión de atención en otros aspectos como
las emociones. En relación a cómo las emociones.
> la historia personal y familiar: Otras respuestas que aparecen son: 147
(2 respuestas) las experiencias en la la experiencia como docente, la evo-
propia familia de origen, la forma lución del modelo y los feedbacks re-
de ser de cada uno, etc. cibidos.

F. Las emociones dentro del pueden integrarse en la sesión, y que


sistema terapéutico. éstas son de gran importancia para el
desarrollo del proceso. Las respuestas
En este apartado, de cara al análisis se centran, básicamente, en el traba-
de resultados, hemos incluido tam- jo en co-terapia. De entrada, expre-
bién la pregunta relativa al recono- san la necesidad de tener presente al
cimiento, por parte del terapeuta, otro y la disposición a escucharlo y a
de las emociones de la familia. Esta compartir con él (tanto dentro como
lectura del otro se basa, según nos fuera de la terapia). La relación entre
comentan los entrevistados (5 res- terapeuta y coterapeuta es importan-

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
puestas), en una observación tran- te para los entrevistados, y destacan
quila del otro a partir del cuerpo, de diferentes puntos a tener en cuenta
los gestos, del tono de voz, del ritmo, en relación al tema que nos ocupa:
de quién toma la palabra y quién no,
de la rapidez de la respuesta, etc. Esta > Predisposición a recibir feedback
descodificación de las emociones del y evitar posiciones defensivas (
otro se aprende con la experiencia del 5 respuestas).
terapeuta (2 respuestas), pero, sobre- > La jerarquía (3 respuestas),
todo, con nuestro bagaje como per- sobre todo en relación a como se
sonas, con la cultura. Se trata de un gestiona la asimetría entre ellos,
conocimiento intuitivo que hemos tanto por lo que tiene que ver
ido adquiriendo en nuestro vivir (3 con aspectos competitivos como
respuestas). Uno de los terapeutas con las emociones positivas que
destaca como forma de reconocer las pueden dificultar el trabajo (ej.
emociones del otro, el sentimiento La admiración) .
que reconoce en sí mismo. > Si el trabajo de la pareja
Todas las personas de la muestra terapéutica es continuado en
afirman que tanto las emociones el tiempo y, por lo tanto, hay
del coterapeuta como las del equipo una confianza y un conocimiento
148 mutuo, o bien si el trabajo es importancia del uso de las emociones
puntual (3 respuestas). del terapeuta sobre los resultados de
> Importancia de hacer la pre-sesión la terapia: la persona del terapeuta
y la post-sesión conjuntamente es su propia herramienta de traba-
(2 respuestas), como factor jo, las emociones forman parte de la
favorecedor para incorporar las relación, el paciente necesita sentir
emociones del co-terapeuta. la empatía del terapeuta, la emoción
refuerza el cambio y lo hace más pro-
Una sola persona de la muestra fundo porque interactúa con los nive-
afirma que integrar las emociones del les cognitivo y pragmático, la terapia
equipo, en general, genera confusión. es más coherente con la sensación de
El resto lo valoran como un potencial tener dominio sobre el proceso y de
a tener en cuenta por diferentes razo- canalizarlo hacia dónde tiene que ir.
nes: para aportar más miradas sobre
la situación, para utilizarlo estratégi- CONCLUSIONES Y NUEVAS
camente jugando con las característi- LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN.
cas del equipo, etc.
Los terapeutas expertos entrevista-
G. Efectos sobre los resultados dos afirman que el terapeuta sisté-
de la terapia. mico debe trabajar con las propias
emociones. Aún así, hay terapeutas
La mayoría de personas de la muestra que lo consideran imprescindible y
(9 respuestas) opinan que el trabajo claramente esencial, y otros que de-
con las propias emociones del tera- terminan que las emociones son un
peuta puede afectar el resultado de la elemento más. Su vivencia confirma
terapia. Tres personas mantienen una lo que hemos encontrado en la teoría:
posición diferenciada: las emociones son inherentes al ser
humano, condicionan nuestra racio-
> Una defiende que no todas nalidad y, por lo tanto, impregnan el
las terapias tienen la misma sistema terapéutico. Así pues, la toma
complejidad ni la misma de conciencia de las propias emocio-
intensidad y, por lo tanto, hay nes, por parte del terapeuta, puede
terapias en que las emociones acontecer un elemento importante
tienen un papel poco relevante. para introducir elementos nuevos en
> Otra persona responde que el sistema terapéutico. Esta toma de
las emociones son importantes conciencia estaría condicionada por
y necesarias, pero no decisivas muchos aspectos (tal y como encon-
para el buen funcionamiento de tramos en la teoría y queda confir-
una terapia. mado por las respuestas). Entre ellos,
> Y una última, responde diciendo destacaríamos los conceptos del mar-
que es una cuestión ideológica y, cador somático, la capacidad del tera-
por lo tanto, depende del valor peuta para autoobservarse y conocer
que le dé cada cual. sus propios patrones relacionales.
Redes, Julio 2010

Todas estas capacidades, según nos


El resto de terapeutas utilizan dife- comentan, vienen determinadas por
rentes argumentos para defender la los años de experiencia y por un buen
proceso formativo. Este hecho nos presente investigación nos ha aporta- 149
llevaría a abrir nuevas investigaciones do poco en esta dirección. La mayoría
para confirmar una de las hipótesis de terapeutas de la muestra afirman
complementarias que planteábamos: que los dos aspectos están relaciona-
ver en qué medida se diferencian los dos y algunos apuntaban pistas sobre
terapeutas expertos de los que no lo la posible dirección de esta relación
son en cuanto al uso de las emocio- (coherencia del proceso, cambios más
nes. En relación a la hipótesis que vin- profundos, facilitar la empatía...).
cula la formación personal y el uso de Uno de los elementos que nosotros
las emociones, podríamos decir que destacaríamos es el de la consistencia
el hecho de conocer los patrones re- de la terapia, entendiendo el término
lacionales y emocionales propios po- consistencia desde el punto de vista
dría facilitar la ubicación en el rol de de la no contradicción. ¿La emoción
terapeuta. ¿Quizás los terapeutas que refuerza el cambio y lo hace más pro-
han dado más importancia a la for- fundo? No podemos hacer una afir-
mación y la exploración de la historia mación taxativa en relación a esto,
personal, han dado más importancia pero podemos apuntar el hecho que
al tema de las emociones? La muestra la terapia es diferente si se ponen en
no ha sido suficientemente signifi- juego las emociones o no. De todas
cativa para confirmar este plantea- maneras, para avanzar en este cami-
miento. Lo que sí podemos concluir no haría falta un nuevo abordaje de
en este sentido, es que el concepto de investigación que permitiera una ob-
formación personal puede ser mucho servación in situ del terapeuta y que
más amplio de lo que pensábamos y también pudiera incluir a la familia.
que no siempre se debe partir de un Teoría y práctica quedan bien arti-
proceso formal, que hay muchas ma- culadas en este trabajo, en el sentido
neras de llegar al mismo lugar, y que que aquellas cosas que hemos descu-

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
el trabajo en equipo, la co-terapia, el bierto en los libros también han sido
uso de técnicas escritas, la grabación contrastadas desde la práctica clínica
de las sesiones y otras muchas herra- de los terapeutas entrevistados. Los
mientas pueden facilitar la toma de elementos más importantes que des-
conciencia de las propias emociones. tacaríamos en este sentido son:
Según las entrevistas mantenidas
con los terapeutas de la muestra, seria, > La idea de las emociones como
precisamente, esta toma de concien- guía. La mitad de la muestra
cia el primer paso que permitiría un lo destaca como elemento para
uso estratégico de estas emociones. Y, calibrar lo que está pasando
por lo tanto, nuestra hipótesis princi- dentro el sistema terapéutico,
pal quedaría confirmada, teniendo en como elemento evaluador del
cuenta que la muestra no es suficien- proceso. Y como guía también nos
temente significativa. pueden ayudar a construir puentes
El último aspecto que planteába- con la familia, puntos clave,
mos como hipótesis complementaria momentos únicos.
es la incidencia en el resultado de la > Las emociones vienen
terapia vinculado al uso de las emo- condicionadas por diferentes
ciones del terapeuta en el proceso. La aspectos: los que tienen que ver
150 con el propio terapeuta (en las la orientación sistémica y que
respuestas se han evidenciado nosotras hemos considerado una
muchas referencias en este buena herramienta para gestionar
sentido, sobre todo, con respecto las emociones).
a la historia personal y familiar),
y también relativos al contexto Por otro lado, aparecen concep-
y al equipo (Aunque estas tos en las entrevistas que nosotros
respuestas han aparecido muy no habíamos recogido en la teoría.
poco porque los terapeutas Estos aspectos tienen que ver, sobre
entrevistados no trabajan todo, con la conducción de las sesio-
en equipo). Hemos podido nes (convocatoria, hacer la pausa en
constatar que ninguno de los un momento determinado, acortar
terapeutas entrevistados trabaja la sesión, etc.), y con el enfoque del
de forma habitual en equipo o en uso de las emociones. Se da una dife-
co-terapia. Esto nos ha llevado a rencia de criterio respeto a hacer un
plantearnos nuevas preguntas: uso puramente estratégico o bien un
¿Hay elementos propios de la uso genuino en la terapia. Una posi-
orientación familiar sistémica ción hace referencia a ser auténtico
que favorecen especialmente la y genuino durante toda la relación
gestión de las emociones por terapéutica. Y la otra, tiene que ver
parte del terapeuta?( ej. Las con entender el uso de las emocio-
grabaciones, el equipo, la co- nes de forma estratégica; es decir,
terapia, etc.) ¿Se podría establecer aun cuando el terapeuta no lo sienta
una comparativa entre diferentes profundamente, puede utilizar estos
modelos en relación a los aspectos estados emocionales en favor de la
facilitadores para la gestión de las terapia.
emociones del terapeuta? Esta investigación nos ha apor-
> Prácticamente todas las tado un enriquecimiento personal
herramientas destacadas importante y, por lo tanto, mucha
en la teoría han aparecido satisfacción. Hemos logrado los ob-
en las entrevistas como jetivos planteados, de entre los cua-
herramientas que los les queremos destacar que el clima
terapeutas utilizan (formación, de apertura y empatía creado en la
supervisión, autoobservación, mayoría de encuentros, ha converti-
metacomunicación, lenguaje do la propia entrevista en un espacio
analógico, distancia, etc.). de reflexión e intercambio sobre este
Ningún terapeuta habla de la tema. Algunos terapeutas han expli-
importancia del autocuidado. citado que, mientras contestaban,
Aún así, algunos hablan de han redescubierto aspectos propios
la humildad de aceptar las poco conscientes.
limitaciones propias y la El enriquecimiento que comen-
humanidad de aceptar que uno tábamos no ha sido en forma de
no sabe lo que es mejor para grandes descubrimientos, pero sí en
Redes, Julio 2010

la familia. Tampoco ningún forma de infinidad de pequeños ma-


terapeuta menciona el concepto tices. Y con estos matices han surgi-
de neutralidad (importante en do nuevas dudas, nuevas preguntas,
nuevos interrogantes para seguir ex- las emociones o con el clima 151
plorando: emocional? Es interesante como
aquello único que nos “toca” no
> ¿Se podría establecer alguna tiene que ver con ningún modelo.
conexión entre un tipo de Esto nos lleva a pensar que
emoción determinada y un tipo podría tener sentido que fuera
de problemática o de dinámica algo de índole emocional. La
familiar concreta? gestión de las resonancias como
> ¿Sería posible establecer si tienen formas de ensamblaje puede tener
alguna influencia el contexto, la un papel decisivo en el puente
institución, y el rol que ocupa el que se establece entre familia y
terapeuta en ella en la gestión de terapeuta.
las propias emociones dentro el
proceso terapéutico?
> ¿Podríamos desgranar qué
aspectos de la experiencia son los
que favorecen una mejor gestión
de las emociones por parte del
terapeuta? ¿Cómo se adquiere
este “saber hacer” a partir de la
práctica clínica? ¿Podría esto
contribuir a introducir algún
cambio en la formación de los
terapeutas?
> Cuando los terapeutas han
hablado de gestionar las propias
emociones, se hablaba casi

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
siempre de emociones negativas.
La sensación de incomodidad
general era la que predominaba
cuando nos hablaban de las
emociones como guía. ¿Qué
pasa cuando la emoción que
nos atrapa es positiva? ¿Existe el
mismo grado de conciencia de
que puede influir en el proceso?
¿Se podrían establecer relaciones
entre emociones positivas
entendidas como confort del
terapeuta y la homeostasis del
sistema terapéutico?
> Cuando hablamos del momento
único dentro el proceso
terapéutico, ¿cuáles son los
factores que lo potencian o
facilitan? ¿Tienen que ver con
152
Annexo 1.
ENTREVISTA A TERAPEUTAS.

CONTEXTO DE TRABAJO:
FORMACIÓN:
TRABAJO PERSONAL DEL TERAPEUTA:
AÑOS DE EXPERIENCIA:
MOMENTO DEL CICLO VITAL:
EDAD:
SEXO :

1. RELACIÓN ENTRE EL MODELO SISTÉMICO


Y LAS EMOCIONES.
 r y$SFFTRVFFMUFSBQFVUBTJTUÊNJDPEFCFUSBCBKBSDPOTVTQSPQJBT
emociones?
 r 1VOUÙBEFMBMMBTTJHVJFOUFTPQDJPOFT TFHÙOUVQPTJDJÓO
(totalmente de acuerdo 5, totalmente en contra 0).
> Para mi no es imprescindible porque creo que el modelo sistémico
enfoca la terapia en conceptos teóricos más centrales.
> Me gusta identificarlas porque creo que son indicadores
importantes pero no realizo un trabajo específico con ellas.
> Las identifico e intento trabajarlas desde diferentes puntos.
Creo que son importantes para el proceso.

2. EL PROCESO TERAPÉUTICO Y LAS EMOCIONES.


 r yõVÊUJQPEFUSBCBKPSFBMJ[BTDPOMBTFNPDJPOFTEVSBOUFFMQSPDFTP
terapéutico?
 r y$SFFTRVFFYJTUFVONPNFOUPJEÓOFPQBSBVUJMJ[BSMBTFNPDJPOFT
en terapia?
 r y$SFFTRVFFYJTUFOBTQFDUPTFNPDJPOBMFTQSFWJPTBMBUFSBQJBRVFUF
condicionan en el momento de recibir a la familia?
 r y$VÃMFTTPOMBTIFSSBNJFOUBTRVFUFQFSNJUFOUSBCBKBSDPOMBT
emociones?
 r y5SBCBKBTDPOUÊDOJDBTFTQFDÎđDBT y$VÃMFT 

3. LAS APTITUDES Y ACTITUDES NECESARIAS.


 r y$SFFTRVFQBSBUSBCBKBSBOJWFMFNPDJPOBMFMUFSBQFVUBOFDFTJUB
determinadas actitudes y aptitudes?
 r y1PSRVÊOP 
 r y1PSRVÊTÎ y$VÃMFT &YQMÎDBMP FKFNQMJGÎDBMP
Redes, Julio 2010

 r y$ÓNPVUJMJ[BTUVDVFSQPZFMMFOHVBKFOPWFSCBMFOFMQSPDFTP
terapéutico?
153
4. LAS EMOCIONES DEL TERAPEUTA.
 r y$ÓNPSFDPOPDFTMBTFNPDJPOFTEFMBGBNJMJB y5JFOFTBMHÙONÊUPEP
que te permita reconocer las propias emociones y cómo éstas se ven
afectadas por la interacción con la familia?
 r y$VÃMFTMBFNPDJÓORVFUFSFDPOGPSUBNÃTEFOUSPEFMBTFTJÓO 
¿Qué tipo de familia o situación te la genera?
¿Cómo sientes que lo gestionas?
 r y$VÃMFTMBFNPDJÓORVFNÃTUFJODPNPEBEFOUSPEFMBTFTJÓO 
¿Qué tipo de familia o situación te la genera?
¿Cómo sientes que lo gestionas?
 r $VBOEPTBMFTEFMBTFTJÓO yRVÊIBDFTDPOMBTFNPDJPOFTDPOTUSVJEBT
surgidas dentro del sistema terapéutico?
 r y6UJMJ[BTUVTQSPQJBTFNPDJPOFTFOBMHÙONPNFOUPEFMQSPDFTP
metacomunicándolas a la familia?
 r y$VÃMFTTFSÎBOMPTDBNJOPTRVFUFIBOQFSNJUJEPEBSMFJNQPSUBODJB
a las emociones en el trabajo terapéutico?

5. LAS EMOCIONES DENTRO DEL SISTEMA TERAPÉUTICO.


 r 4JUSBCBKBTFODPUFSBQJB yDSFFTRVFTFQVFEFOJOUFHSBSMBTFNPDJPOFT
del coterapeuta en la sesión? ¿y las del equipo de detrás del espejo?
¿y las del supervisor? ¿porqué sí? ¿porqué no? ¿cómo?
 r ¿Cómo se trabajan las emociones que surgen entre terapeuta
y coterapeuta?

6. ¿CREES QUE EL TRABAJO CON LAS EMOCIONES PODRIA

Ester Fabregó Claparols y Anna Viñas Millán. Las emociones del terapeuta sistémico en juego.
AFECTAR AL RESULTADO DE LA TERAPIA? ¿PORQUÉ NO?
¿PORQUÉ SI? ¿EN QUÉ MEDIDA?
154
Bibliografía

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Paidós Barcelona.
Redes, Julio 2010
155
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redes
La revista redes pretende seguir profundizando
en su objetivo de divulgar el modelo relacional
sistémico en España y Latinoamérica. Con ese
fin, han unido esfuerzos la Escuela de Terapia
Familiar del Hospital de San Pablo de Barcelona
y la Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar
(EVNTF), de las que la revista redes es su
portavoz y órgano de expresión.

redes es también el órgano de expresión de la


Red Española y latinoamericana de Escuelas
Sistémicas (RELATES), de cuyos objetivos y
finalidades quiere hacerse continuado eco.

Se trata de seguir dotando a los colectivos


profesionales interesados en el modelo relacional
sistémico de un foro de expresión e intercambio
de sus trabajos clínicos y de investigación, en
nuestro idioma, y a la altura de las revistas
internacionales más prestigiosas.

Como parte de la política de internacionalización de redes En el próximo número: redes 24


se sumo como co-editor la Universidad de Guadalajara
(México) a través de sus centros universitarios de la Ciénaga Karin Schlanger
y la Costa.
y Noemí del Prado Sánchez
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Carmen Campo
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