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que soy: Quiere encontrar el cuadro cuando sea grande y su hijo tenga la edad
que ella tiene ahora para mostrárselo. El cuadro, o sea yo, es sobre la
intervención del humano en el proceso natural, por eso soy un acrílico y una
maceta y un cuadro. Ni que hablar de la técnica o la crítica en sí que son claras
reflexiones arquetípicas. Es entretenido, recorre un sendero y se preocupa y
carga con una pala y piensa el tiempo como una constante, algo ridículo sabiendo
lo que sabe y pintando lo que pinta, o sea yo. Cree que las cosas son una
sumatoria de otras cosas, como si estuviera hecho de materia y fuera solo un
cuadro. Y ella no es sino una niña, ¿cómo podría no serlo? Saberlo es el problema
que le tortura los sueños, cree, y ahí está. Somos meros actos, ella, yo, la maceta,
la pala, la técnica. Fenómenos mentales, místicos, no rituales. Lo sutil es visto
como sólido por los ojos del homo y por eso entiendo de qué va todo esto del
entierro. No hay ninguna diferencia entre colgar un cuadro y sepultarlo, podría
mostrarme a su hijo ahora mismo y de todas formas lo vería en quince años. Lo
que ella cree es lo que cree que entiende y lo que se le escapa es que ya me vio,
o mejor dicho, nos estamos viendo. Sé quién es su hijo (y lo sabré) lo quiera o
no, por más tierra que me eche encima. No somos un secreto sino una narración,
siquiera contamos una historia por nuestra condición comunicativa que encharca
y le pone nombres a las cosas, que dice esto es oeste y esto, como si existiera el
movimiento, es descender.
Nacido en Santa Fe, mil ocho noventicuatro.
Estoy cansado de las descripciones y los giros que hay que darles la vuelta para
ver por dónde va, para entendidos. No me gustan y no las quiero. Protesto en
contra de las personas adentro de las habitaciones y lo que comen al desayuno
porque uno no vive así, más bien se tiene hambre y se hace el pan y se le pone
el dulce y se come, no se piensa en la habitación ni en el se decorado. La de los
entendidos es mentirosa y no dice nada, es una cuestión de belleza, si no no me
explico que se le pongan lámparas o yuyos a las pinturas o no le sobre ninguna
ese, y convencerse es fácil cuando uno ve que hay un rechazo fuerte entre lo
que dice y lo que hace, entre ir a poner el agua y poner el agua. Detalles que
son entendidos: un barómetro como prueba de la existencia de los barómetros,
citar a cuanta persona dijo alguna vez molleja. Yo se lo quise mostrar con unas
papas y como le hacía ruido la panza pensé que teníamos que comer porque no
se puede andar sin fuerzas y eso viene comiendo. Entonces me distraje en una
lectura repetitiva y se me pasó de punto la comida y después vimos lo difícil que
era perseguir papas quemadas, no las podíamos pinchar aunque ella aseguró que
le gustaban las más negras, pero no le pude creer, y yo también le aseguré que
era la primera vez que me pasaba; no te preocupés, no me preocupo, no pasa
nada, ya lo sé, tenés más papas, tengo, y pude hacer otra tanda que a esas las
cuidé excelentemente. El otro día fui a ver a un nene que tenía cinco años de
vivo y vimos un poco de la tele, que a los de cinco les parece fenomenal. Entendí
que ya se acostumbró a hablarle a la pared como los linyeras, el de la tele decía
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digan verde y él decía verde y el de la tele muy bien ahora el árbol es verde,
gracias por tu ayuda amiguito. No me gustó. Le dije que lo cambiara pero no
quiso, le dije que si cambiaba y decía cambio iba a ver, que si me daba el control
mejor así sucedía la magia. Me dio y le dije decí cambio y lo dijo y yo cambié y
se contentó pero tuvimos otra pelea porque no le di las gracias, entonces me
quitó el control y apagó la tele y ahí pude decírselo. La mamá vino y quiso que
dejáramos de jugar a la televisión, que eso hace mal y mejor si pintan, dijo, vos
sabés pintar. He visto listas que duran días y no se cumplen. Una vez un tipo hizo
una y eso que le advirtieron, pero, señor, tenga cuidado porque no lo va a
cumplir, la gente las hace cuando se va a morir si al final si siempre falta lo
mismo, unas cosas que van es su lugar y cuando se acaban hay que reponerlas
o se genera un vacío en la sala y hay que ver como se aguanta porque las
coincidencias no existen, pero que las hay las hay.
La señora está lavando y acá juera llueve. No me lo esplico.
Más, luego de la mención, trató de invocarlo. Consentido pecó e hizo que
apareciera en el cristal, y el reflejo le costó la vida, pues no se vio a sí mismo.
Sintió que le acometía ferocidad, atravesó arenas con la mano y extrajo al único
ser que le significaba. No le fallaron las piernas, no tuvo la decencia de hablar o
soltar el llanto, ya se encontraba muerto en vida. El vestido le rebasaba la palma
y debajo de las telas quedaba lo que había sido una reina. Hubo de aplastarla,
ya no poseía rostro y no lo recordaba, siquiera el planeta le era familiar. Miró
alrededor y supo que debería destronar al mando del mando, cuando el cristal se
despedazara ya se habría ganado el don de Dios de la Guerra y el universo entero
yacería a sus pies.
Como hizo el solo con la boca no le costó mantener el ritmo pandereta, si bien a
veces se le corría por la incomodidad de la silla o por pisar demasiado fuerte, yo
la vi cuando hacía todo eso junto y me pareció muy lindo y me acordé de cuando
tocó una chica y yo estaba ahí para escucharla pero me daba vergüenza porque
era muy pero muy linda, y ella tocó y yo la vi pero no cuando me miraba. Ese día
no llovía, ahí abajo al menos parecía que no, y me fui por la hora y no pude
decirle que me gustaba aunque supongo que lo sabía. De las que piensan que
recitar es entretenimiento y de bufón nunca tuvo un pelo, tocó hasta los de Luis.
Tuve que verla a lo mandala, no como un dibujo sino que había algo adentro
suyo que emanaba para afuera y volvía a metérsele, volvía a entrar siendo otra
ya hecha también de mis ojos contra sus dedos y otras cosas como que no llovía,
por ejemplo, y yo volví a un lugar que no conocía pero que era bastante parecido
a los demás lugares donde se unen las personas, esa cara a Buenos Aires de
salón de fiesta y museo contemporáneo y galería de plantas para regar cortar,
fui mandala por las lapiceras que traía en el bolsillo y otras personas que
compartían sus ideas y las sillas. Una de las sillas era de barbería y eso trajo una
serie de ocurrencias para ganársela, entonces cuando teníamos que cambiar
botellas se complicaba bastante por culpa de la silla, y yo pensé en instalarle
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unas ruedas para ir con ella a todos lados y como las herramientas sobraban y
un amigo llevó un carrito viejo, nos pusimos a injertar una cosa en la otra y
quedó.
-/-/asf,_ un jiró.n muhlc;olor flamea.do (goteante) para
la paz_.
Como una pelea entre dos exagerados.
Lo único que sé es que no sé quién soy, pensó interviniendo a Sócrates con clase.
Trató de ahogarse en las veredas, iba de acá para allá esquivando enumeraciones
y caras conocidas, aprovechaba para sumergirse en las lecturas que todavía le
rondaban. Apuraba el paso en las avenidas y frente a los pancheros, más que
nada por el olor pero también por los taburetes, había tenido un taburete y
conocía su valor, servían únicamente para tocar la guitarra, cualquier otro uso
era un insulto. Ah, sí. ¿Quién come tranquilo con las patas colgando? Le daba
miedo la máscara de la niñez, otra cara que no podía usar porque se estaba
achicando, la edad, la nostalgia, todo eso lo hacía más chico y le daba miedo. Vio
unos taburetes amuchados contra una barra y no pudo dejar de imaginarse el
vértigo de estar ahí arriba con una salchicha bajo un chorro de mostaza, y tropezó
levemente contra una piedra invisible de la calle. Cuando llegó a la vereda se
calmó, la avenida le quedaba en la espalda tanto como la panchería y no se le
cruzó ningún niño. No que no le gustaran, en realidad quería ser uno de ellos
pero su estructura física impedía varias cosas y una de ellas era parecerse a los
niños. Y también la sospecha constante con la que los otros sospechaban
(inmaduro o pervertido o psicótico), pero adentro suyo era simplemente un niño.
Le llamaban la atención los carteles aunque muy bien no los entendía y recelaba
la maldad de las cosas brillantes. Meritocracia, indirecto libre, comunicación,
todas cosas que no podía por chico y
Llevaba un tiempo sin mudarse o cambiar de novia, tenía una buena verdulería
cerca, no le gustaba ese barrio pero tampoco le gustaban los otros, entonces le
veía el lado positivo. Bah, pensó, pienso en decir y termino siempre con la boca
cerrada. Y el chorro a punto, a factura de manteca y para el fondo, al estómago,
pasa dos meses (doscientos treinta-idos años) la bola ahí y hasta me termino
encariñando, al final no quiero que se vaya. Tampoco es para tanto, son torpes
ensayos de la voz. Una vez leyó algo de Meschonnic, que le recomendaron de la
academia, y le pareció acorde la comparativa. Ensayo de la voz. Ah, sí. Voz
Poética vs. Voz Antropológica. No iba a inclinarse por las obvias Biológica o
Anatómica porque estaba segurísimo que la voz venía de otra parte, que el
cuerpo rugía y nada más y veía ese otro algo que subraya las cosas, lo único que
las puede subducir y sacarlas al aire como cualquier clase de vicio. Se
decepcionaba seguido con las imágenes de cosas presentadas sin más, prefería
sus acrílicos estampados contra cartulinas negras y después tener que remendar
el embrollo. Se sentó en el banquito y miró los colores. Elegía a su manera porque
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pintaba lo que veía, pintaba cuadros vistos en los paseos, siempre había algo que
le llamaba la atención y se atascaba en la garganta y tenía
Vos no buscás nada, corazón, lo que te hace falta es método y no lo vas a
encontrar acá. Acá está. En la pulsión, lo indómito, en el acto mismo del presente
que no tenga un solo pensamiento atravesándolo y caracterizando y endo indo
ando. El sentido vulgar que hace que tires palabras en cadena y se hagan unos
chorizos, hermano, vos y el otro que te habita también. Pasa que son una manga
de cagones. Lo que hacen es esconderse, buscan excusas, se justifican con libros
que brotan de la mesa, que sostienen la mesa, tienen mesas de libros y se los
meten en el orto, de qué te sirve leer si no podés hablar. Con toda esa vibración
en las palmas la gastás contra las tapas, sos un estereotipo, hermano, no pasás
de la ropa que tenés puesta. De y seguir como las gárgolas, agazapado, con la
lengua afuera y una sonrisa maléfica; eso sí, de quejas nos tenés a todos llenos
pero que te quedás plantado te quedás. ¿Por qué siempre hay alguien que se
tiene que ir? Además de todo, las construcciones se basan en materiales, es lo
único que tenemos. De acá en adelante es posible hacerle caso al ese de no sé,
de frente a los aplausos y las tapas sugestivas o directamente agarrar todos los
materiales y meterlos en la caja de vacío. Tirás el mate, la bombilla, la yerba y el
agua, y tenés un mate. No importa que esté cebado, lo elementos existen. De lo
demás se ocuparon brillantemente, sobran doscientas hojas en Anna Karenina o
quizás quinientas. Por eso abrite a la no-búsqueda, eso ya lo conocés, abrite al
método. Cada cosa tiene su lugar pero cada cosa debe descubrir su lugar. Eso es
el lenguaje te guste o no y si no le das vueltas al asunto es porque te gana el
sillón y la propaganda filosófica, te dejás lamer por la meritocracia y el blanco
que se sale de la hoja para ahogarte. A las patadas c
Gente de nombre y apellido. Qué ni soy acuario
La desarmo en cuatro y sumerjo alcohol. Tenía que limpiarla, dos días que estoy
solo. Bah es una forma de decir. Data mis amigos se maltratan el hígado a unos
kilómetros. Tomo una hoja de papel de cocina (que la heladera) y procedo. La
boquilla, el filtro, la carcasa y la tapa donde va la ganja. Moliendo, saco la pava
del fuego me siento, mate en mano, encendedor. Juancito. Hace un calor.
¿Qué es mejor: admitir que hace dos meses que no ves el chaleco del perro
encima del freezer o admitir que vos lo dejaste encima del freezer y hace dos
meses que no le contás?
Pintar, necesito guita lo posible. Todavía pido y fortuna, cosas no menores. Voy
a comprar a que he de dejarlo. ¡Ponerme la remera! ¿Y los ángeles? Serán para
otra ocasión, no puedo con todo al mismo tiempo. Hay que hacer lo que a uno
le hace (dicen), es mi filosofía. Si no es porque algo mal adentro. Es más corto
de lo esperado, el de a la vuelta está y ahorro el viaje hasta hospital. La ciudad
sucia zonda, parkour de cigarro nervioso. Es en mucho tiempo que no me pasa
algo así, poder meter el gol pero patear afuera. Quizás suene patético pero
cuando uno se pierde deja de tener en claro que es lo que quiere y también las
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ganas de saberlo. Pero eso no va a meterse en el medio. Ahora veo más allá.
Cambiar el mundo. Pega fuertísimo.
Insertar una ficción aquí. La que más beneficio le cause. Sigue:
Yo andaba por ahí rengo de ideas y con pocas ganas de saber que iba a pasar y
así se dieron las cosas. Florecieron otros dedos en mis manos, unos que sabían
lo que hacían, soñé con el león por primera vez. Dejamos de odiar, de creer en
banderas y soportar la plata, el hambre de gloria desmedida, renacimiento etílico
que fumamos en la adolescencia. Y la cosecha (se esperaba) duró poco. Según
el mensajero llegará cuando tenga que llegar. Según yo, un poco menos
optimista, llegará cuando me alcance la guita. El sol, la brisa dorada de sorna
como si también durmiera la siesta. Hablé primero, dijo que no era un recuerdo
de una vida pasada ni un amigo o demonio. Era yo. Era cómo había sabido dar
forma a mi propia hambre de violencia. El ángel. El ego, por qué estas
representaciones, la sabiduría no del balance sino todo lo contrario. Anoche hice
algo que hacía mucho no hacía: ir a un resto-bar de buena reputación. A veces
me auto impongo recuerdos y ecos de felicidad. Pero es: ¿Debería cambiar? El
traedor de agua, Acuario, the water bearer. Shield, mi auto protección. Nirvana
extra sensorial. Los bombardeos de información son brutales y todavía no
entiendo lo que me muestra, átomos. La Bruja y el Guerrero. El miedo.
Me gustaría dejarla ir.
Luna nació de su padre, nunca tuvo mamá ni fue producto de un embarazo. Un
día su papá caminaba por el jardín y sintió una presencia embargante, cayó sin
fuerzas al suelo y ya la tenía entre las manos. Cuando alzó la vista vio la luna de
la tarde y no resistió la coincidencia. Lloró por el milagro y lloró aún más cuando
ella dio sus primeros pasos en ese mismo jardín. Jugaban entre los girasoles
gigantes, ninguna persona fue tan hábil como Luna para cazar conejos. Lo hacía
con sus propias manos y sin la ayuda de trampas, simplemente corría con todas
sus fuerzas, conocía hasta el último centímetro del prado. Su habilidad le sirvió
enormemente cuando apareció el lobo a darles caza a ella y sus conejos. Luna
creció en el juego de la guerra y se hizo tan fuerte que pudo luchar contra el lobo
frente a frente y luego de varios días de batalla se hicieron amigos.
Cuarta proposición en la nota pedantísima: Una luna de Cheshire con este frío
lacerante (olor a pelos quemados de pierna contra estufa), véase la pauta de no
escribir para lector alguno, ni provocación ni orden ni autorretrato ni candela.
Dejar de lado el esoterismo y la respuesta, darle el carácter intransitivo intrusivo
e incomunicativo que se merece el lenguaje pero que nunca tuvo porque siempre
hubo alguno queriendo decir algo. Me repulsa la idea de pararme en algún lado
con el método, eso sirve para los que pintan cuadros o hacen obras o son artistas,
a mí (alien enajenado de su propia mothership) (en su propia mothership) no me
queda la arista ni la finalidad, más bien me basta con la pulsión. Pintar sin el
pincel pero sin imaginar que pinto; una proeza, no. Nada más alejado de la
utopía. Sé dónde queda la utopía por más horizonte sé dónde está porque la
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sola palabra, dele una patada al balde. Peleesé, yo ya me cansé de las patadas
al vidrio y me ando divirtiendo pintando paisajes enteros en un solo color, yendo
y viniendo con el pincel con una impunidad extrema. Ya no me importan las cosas
que se opinen sobre las cosas ni me quedo con las sentencias, lo que se haya
dicho se dijo ya y se está diciendo, valga la mísera redundancia. Ahora bien, si le
cuesta entenderse con el cuadro y mira el nombre encima de la fecha que
claramente explicita “cuadro”, hágase un tiempito para escribirme, mándeme una
carta-reproche como se hacía en los tiempos de gloria y déjeme adelantarle que
no voy a contestar más que sandeces. Sería terapéutico para ambos, podremos
apreciar el cuadro una vez más y quizás incluso escribir un poema pésimo e
hilarante, algún sin sentido que acompañe el vino o la mera reflexión. Permítame
jugarle alguna broma y permítase echarse una siesta en el verde del patio (verá
la coincidencia de los verdes en el cuadro, al final uno siempre está pintando el
presente).
Ya me siento un poco mejor aunque no tenga que ver con Buenos Aires. Estoy
cansado también de eso, de darle la cara de ciudad a las personas que la caminan
y sus árboles a las plazas enjauladas. Porque en Palermo los árboles son
estacionarios: uno pasa en invierno y no queda una sola hoja, pero en el centro
la cosa cambia. El centro es verde. Ay, Buenos Aires, por eso te llaman la Reina
del Plata. Ciertamente me cansó el tópico, como la distancia supuestamente
gigante entre el lenguaje intelectual y el marginal, como si no fueran la misma
cosa. Como este falo, que para mí es un falo porque me dice qué hacer. Si lo veo
como falo es mi decisión, es lo que pasa también cuando creo que el número
cuatro del disco es la balada y no era más que otro tema más de rock. Pero que
hay dicotomías las hay. Fijarse en el binomio sexual o en el binomio bien y mal
o el binomio pimienta y sal, que son todos binomios bien distintos entre sí, o
como el falo y Buenos Aires. Quizás sea que hice el camino entre reflexiones y
todas me llevaban hasta donde no quería ir, a pensarme como me piensan los
otros, que no pasan de pretensiones porque es imposible verse, uno puede
reflejarse, como dijo Lacan y otros que se dedican a ser muebles de consultorio.
No caer en el modo despectivo de creerme algo más que un mueble, ni mucho
menos en salas tan lindas y bien decoradas como son los consultorios. Veo que
la decoración también forma parte, Buenos Aires tiene árboles de muchos tipos
y así se viste de ella misma y yo a veces pienso cosas y eso me hace ser quien
soy.
Vicio: Estado del texto en el que se mantiene. Sonido inaudible e ineludible, tono
famosísimo para la academia. Vicio: Astringencia de las letras. Vicio: Cuando uno
quiere fumar no piensa en un cilindro de tabaco, más bien no se piensa, hay una
vibración que uno identifica por costumbre. Vicio: Eso que subyace en el texto.
Vicio: Eso que trasciende el lenguaje para que las letras amontonadas se
transformen en arte. (Guardi cichón que acá sale).
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Cuando camino por lugares de los que desconfío suelo tener a mano una lapicera
que se le secó la punta. Me serviría para defenderme y no me trae problemas si
me para la policía, que en esta época pasa seguido. Un día entre los días pasé
por la estación a la media noche, fui a comprar bizcochitos y turrones y me
pararon para registrarme. Eran dos policías (o militares. Ahora todos tienen letras
para distinguirse como en Estados Unidos de Norteamérica) y uno me dijo,
señalando que pare con la palma derecha: Disculpe, señor ¿Qué lleva ahí? Y tuve
que mostrarle la bolsa pero eso no lo convenció mucho, así que me pidió los
documentos y me hizo una serie de preguntas mientras el otro oficial me
escrutaba como si estuviera a punto de sacar un arma para dispararles, hasta
sostuvo la mano sobre la funda. Casi que le digo: Oficial, no tiene sentido que
saque un arma si usted está listo para disparar porque me dispararía primero,
pero con esa gente es muy difícil entenderse. Cuando vieron la lapicera les
expliqué para qué servía y me dejaron ir, como si mi confesión hubiera abierto
un vínculo basado en la desconfianza.
-Le tiene miedo a las escobas.
-Ah, ¿sí?
Efectivamente, Lagata les temía. Golpeamos el suelo con baldes de pintura y
como tampoco funcionó y forjamos una alianza de caza. El patio tenía paredes
de cemento, una cubierta de pintura, nueve puertas y una terraza bloqueada
porque una mujer había querido tirarse, aunque Lagata no iba nunca ahí.
Cerramos el paso a medias. De ahí que estuvo a las corridas entre nuestras
piernas, divertida. Nosotros queríamos atraparla, pero tampoco jugar al gato y al
ratón.
-Me dan miedo porque vos me pegás.
-¿Cómo que le pegás?
-Nunca le pegué.
-Sí me pegás.
-¡Nunca te pegué!
La discusión continuó por tres días hasta que descubrimos que Lagata sabía
mentir.
Loana me mira y yo le miro las tetas, son bárbaras. Cualquier conversación me
viene bien, tengo una birra en la mano y ella está sin corpiño y de musculosa.
Acá es donde me quejo de la suerte de cogerme a la mejor amiga, etc. Traté de
que se cumpla la del trío pero no y casi se me escapa el pan. Che, y ahí está la
pileta y hace un calor... Obviamente me saqué la remera pero ya se
acostumbraron, las muy hijas de puta. Al principio me tocaban la espalda. El pan
anda de gira y nosotros acá con la birra en la mano, metámonos. Dale. Sacate la
remera que se te va a mojar. ¡Ni en pedo! Me importa tres carajos, se te va a
mojar y es más porno. Sí, dale que dale vos. Es joda, ya sabés. Me saco el lompa
y acerco la mesa para apoyar la fresca. ¿Me estás jodiendo? ¿Vos qué te pensás,
que voy a tener el culo mojado toda la noche? Andá… Además el bóxer es lo
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mismo que una malla de nadador. Acá no podés nadar, gil, tiene dos metros la
pileta. Qué no. Hasta hago el tiburón. Cagaste. ¡No seas boludo, la remera! Es la
idea. ¡Pará! Sos un gil. ¿Te sirvo? Voy a buscar otra. Siempre que uno tira de la
soga hay que dejarlas que se enfríen solas. Tardo un rato en la cocina y apago
la música, que no se crea que me la voy a culear. Bue, ¿adónde te fuiste a buscar
la cerveza, a Quilmes, boludo? Sí. Juego a la mancha con los aviones. Dejo la
birra en la mesa. Loa. ¿Qué? Nada. Decime, bolas. Pasa que me pasan cosas.
Con vos. Ya sé que no da y eso y que yo tengo algo y vos también, pero me
pasan cosas. Qué querés que le haga. Se queda quieta y me mira. No sé, ahora
nos vemos seguido y al final tengo mucho más en común con vos que con ella y
no te diste cuenta pero a mí me parece que hay una química fuerte. No me
pasaba hacía mucho. Y es una pija la situación, me viene a pasar ahora y con
vos. Acaricia el agua. Bueno, pero, ¿qué querés que haga? Vos estas con. Ya sé,
por eso te digo. Me lo quería sacar, nada más. Perdón. No, boludo, no me pidas
perdón. O sea, es un garrón, pero está bueno que lo hables. No te tenía, además.
Vos parecés de los otros. Sí, pero ahora es distinto. Dejo el vaso. Loa. Me acerco.
¿Qué? Y, ¿vos? Me acerco. Yo, nada. Entre nosotros no va a pasar nada. Le
agarro el borde de la remera. Me busca la mirada y abre un poco la boca. Loa.
Me acerco. No va a pasar nada entre nosotros, gil. Sonríe. Date por culiada.
Cousin Mary. El balance estaba implícito. La alegría se confunde con la razón y
tuerce el trazo a propósito, ahora tiene vida propia. El bolseado cobra sentido,
los instrumentos llueven como acuarela, el marco también es objeto de arte. All
along the watchtower. Las nubes permiten las texturas, el sol realza los colores,
la lluvia tiene nombre y apellido. Tiene. La belleza de las coincidencias pide una
hora de reflexión, de análisis. My guitar wants to kill your momma. El tallado en
madera aporta la cuota de pertenencia a la nada misma, es el arte por el arte sin
más, mero esteticismo. Ni siquiera, es pura pulsión. Tallar, pintar, tallar, té,
pintar, tallar, café, pintar, pizza, barnizar. El taller rebalsa de olores, el piso
evidencia la locura del pincel. When the levee brakes. Tiene. La televisión yace
derrotada con la computadora y el celular. Las ideas no dejan de pulsar y cuando
son, cuando toman su propia forma, otras ideas empujan y relegan a las viejas.
El hambre ataca con violencia. Los dedos se acalambran. La vista falla. Es
exquisito. Starship trooper. Eruption. Machine Gun. Another brick in the Wall. Tin
pin alley. Fat bottomed girls. Cortez the killer. Barro tal vez. Lucille. La expedición
termina, la arritmia ataca, las piernas ya no pueden mantenerse, las sábanas
parecen olas, los párpados son de todos colores excepto negro, las sienes se
solidifican. Tiene. Little red rooster. Monage daydream. Corregir es imperativo.
Wenesday nigth prayer mee
Despertar encima de diarios.
El drama se instala en el mandala, vástago de la racionalización irracional RRR.
Historicista, plagado de certezas yace junto a los conceptos que profesa la
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con gira programada y todo. Nos dejamos de ver. Lin me pidió unos marcos para
enviar a China y empecé a vendérselos uno detrás de otro.
La lata de jugo como cuando estaba en cana con los pinta en maya a la sombra.
Los tatuajes de tinta, los de carne, las limas, el tráfico de broches. No tiro la toalla
ni saliendo de la ducha.
Hay formas de no dejar pincelada alguna. Lo descubrí con la nariz en el maldito
libro de técnicas. Bla bla blá, clave: imprimatura. -¿Cómo pensar una vanguardia
(aunque sea post-vanguardia) en el Século Veinchium? Imprimatura, base, creta.
Hasta aquí llegamos los que vemos la piel debajo del trapo. -Imprimatura- me
susurra el susurro que grita detrás de mis ojos. -¿Qué con ella?- le grito también
susurrando. -Dibuja la imprimatura, haz el cuadro de creta y ni siquiera harás un
cuadro. -Y, ¿qué es lo que haré?
-Una maldita pintura.
-Vení, ¿a ver, que hiciste?
-Esa soy yo, y ese es papá y esa sos vos.
-Ay, me muero. ¿Esa es Lassie?
-Sí.
-Qué lindo.
-Para vos.
-¡Gracias! Lo vamos a pegar en la heladera.
Estoy aprendiendo. Llevo puestos los murales en los pliegues del pantalón.
Camino con el peso arraigado a ningún lugar terráqueo como un yugo de
trascendencia, la estela que repercute y flamea. Estoy aprendiendo de mis
propios errores, ahora los veo con tanto amor que no puedo sentir apego, sería
mentirme y quiero quererme. Me quiero en los errores, cuando el enchastre es
irreversible y parece un tajo o una rajadura en la tabla. No importa el tipo de, la
calidad de, el color de, la dificultad de, sino el amor con que veo el desastre
impreso ahí y en el pantalón. Salgo de la ducha apurado para admirar el trapo
que me viste y que también es una obra digna, ahí está lo que realmente soy,
entre los pliegues, en el daño irreparable, en la crítica que me constituye día a
día. No creo ya en el aval o la perseverancia, sin la catástrofe tendría adornos y
en cambio tengo ropas manchadas que no puedo lavar porque sería un sacrilegio,
y las lavo para poderlas ensuciar nuevamente. La estela, el rastro existe porque
existo y hago y puedo hacer. Hago y soy y el error cuenta lo que quiero decir.
Sin intermediarios, sin vanidades o egos. Tengo tanto por aprender. Estoy
aprendiendo. Me quiero tanto y tengo tanto por aprender.
¿De qué se queja el calentador de mierda éste?, pensaba con odio al chirrido que
largaba la pantalla de la garrafa. Necesitaba enojarse con algo y al clima no le
podía recriminar, por filosofía pensaba que eso era de ser humano corriente.
Llovía a baldazos y solo paraba de madrugada, cuando hacía mucho frío y no le
convenía salir del taller. Dormía, comía y etcéteras ahí, que más que casa era su
refugio.
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Not even drunk writing works with these fifty pages excess. Can’t be represented
by silence, it’s worthless. At the end of the day the tale is far enough to charm
readers, public, audience. Pathetic.
All attempt to comes with an enormous ego, a mere intention. Still an excess and
still gross; no poetry, no singularity.
2031. El año primero de la era de ellas.
No soy bueno para el arte, nunca lo he sido. Cabeza dura, metódico. Así dominé
las técnicas y así lo haré en el futuro. No tengo ninguna virtud o habilidad artística
en especial pero me divierte hacerlo, me libera de la real pulsión que reprimo día
a día. No soy un buen pintor, soy un buen asesino. Esa es mi verdadera destreza.
El vidrio es un gran aliado, ¿sabías? Cuando quieras matar personas dentro de
una casa o edificio, puedes volar los cimientos, envenenar el agua o simplemente
explotar las ventanas, que es más fácil y eficiente. ¿Drogadicto? Muele vidrio y
deposítalo en bolsas, lucirá como cocaína y no hará falta veneno. ¿Político? Las
ventanillas de los autos, calienta la base de los vasos, triza la tapa de sus hornos.
No necesitas más que piedras.
Ahora, dentro tuyo hay átomos y partículas mucho más pequeñas que esas.
Quarks, seguro las oíste, las demás son similares. Reflejan o deflectan la luz y
sin luz no hay espacio y sin espacio no hay tiempo. Eso es todo lo que podemos
percibir, es todo nuestro universo. ¿A qué suena el término “quarks”? ¿Qué le
sucede al vidrio cuando se calienta? 2031. Harán cincuenta grados centígrados
en la faz de la tierra. Funcionamos tal y como lo hace el universo, la misma
naturaleza. El desarrollo de una conciencia que las plantas tienen y este pedazo
de suelo tiene, lo creas o no. Sesentaicinco en verano y treintaicinco en invierno,
más que suficiente para irse a vivir a las cavernas. Todas las partículas tienen
cristales dentro, solo hace falta cruzar el umbral de radiación para que se
desintegren. Las máquinas serán programadas para la substitución de sus partes
y no percibirán el tiempo sino el espacio. Ninguna entidad dependiente del
carbono las sobrevivió y dieron lugar a este increíble mundo basado en oxígeno.
Conmigo no tendrás hijos, probablemente ni siquiera sea apto para eso. Las
plantas también tienen estructura subatómica, no sobrevivirán. No habrá refugio
más que el subterráneo y tampoco valdrá de mucho. ¿Doce, trece años? Prefiero
pasarlos sin el yugo de la responsabilidad. No traeré una carga a un mundo
convaleciente.
Renuncio.
Se enteró de su fama cuando menos la buscaba. Le pedían consejos sobre la
escritura, rítmica y hasta melodía. Veía las piezas como si fueran una gran
constelación. Planetas eran melodías. Átomos, micro afinaciones. El bosón,
armonía. Condición aleatoria de ordenamiento.
Dentro de la ebullición se fusionan las frecuencias y el oído promedio está ahí
para apreciarlo.
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Catyara L
Hay quablar de lo que uno no sabe, señora, dígalo así, facilón. Después se pone
a revisar los libros de la vanguardia, ¿maqué vanguardia, maqué? resivienta de
prestir nel omio traecto, destili bus dest esas horil a. Gue fe térrun nel ciu, na lo
siu, ije te voila sabrosísimo. Aparece por aquí y nada por allá, facilón facilín. Hága
lo mismo, hagalé que le cae derecho a los tobillos y los tipos pin pan se caen
como moscas cuando cae el paquete de las mediterráneo, no la pone más nadie
La diferencia entre un buen pintor y uno malo es la capacidad de terminar la
obra, piensa, y ahí tiene el problema. El círculo impulsa a crear obras que él llama
pequeñas y pide consumarlas; no está bien visto el cuadro por la mitad. Pero no
puede concentrarse, no encuentra un balance que frene sus impulsos creativos
de comenzar y recomenzar sin terminar la obra. Todos sus cuadros están por la
mitad y lo peor es que no le molesta, más bien lo entristece que nadie quiera
apreciar su capacidad explosiva, se siente bastante solo y le gustaría que alguno
de sus pares hiciera lo que quisiera con las pinturas, ya no le importan demasiado,
se desapega, podría donarlas. La condición bastarda, estos cuadros no saben qué
son y por eso no encajan. No son representaciones, no pertenecen a un estilo
definido. Al menos son únicos, piensa, tomando una hoja y destapando una
témpera sentado en la sillita del cuarto de su sobrina.
-No hay ningún mundo correcto, Lala. Si a vos te dicen que esto es así o asá,
sacales la lengua.
-Bueno. ¿Qué estás haciendo?
-Una pintura. ¿Te gusta?
-Más o menos. Yo no te presté mis colores.
-¿Y si te la regalo?
-Bueno.
-¿Me dejás usarte los colores?
-Sí. Allá hay naranja, en la caja.
-No había pensado en el naranja.
-Si le ponés naranja te va a quedar bonito.
-¿Te gusta el naranja?
-Es mi favorito.
-La puta madre, le tienen miedo a la trivialidades.
-¡Mamá, el tío está insultando!
Conocí al chamán-cacique el primer día en la aldea. Me senté en las afueras hasta
que me hizo señas desde su casa. Entré, sirvió maíz y conversamos. Dijo que las
hojas de coca no eran verdes, sino azules. Discutimos, aunque tuve que darle la
razón.
¿Por qué pintor y no poeta? Fácil: no necesito explicar cada puta pincelada.
La ciencia es la catástrofe secuela del entendimiento y el lenguaje. Desapegarse
de todo concepto es tan necesario como inútil y lo será hasta que el primero de
nosotros lo logre.
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Catyara L
Goodman en la Concha de dios: “¿No deberíamos, tal vez, abandonar esta loca
proliferación de mundos y retornar a la cordura? ¿No deberíamos dejar de hablar
de versiones correctas, como si cada una fuera o tuviera su propio mundo, y no
sería mejor, acaso, reconocerlas a todas como versiones distintas de un mismo
mundo neutral que las subyace a todas? El mundo así recuperado, como antes
comentamos, sería un mundo sin géneros, sin orden ni movimiento, sin reposo o
sin esquema, un mundo, en suma, contra el cual, ni a favor del cual, valdría la
pena luchar”
Respuesta: Querido Goodman y compañía, le dejo este presente a efectos de la
distancia que nos separa sin la cual le culiaría la esposa. La loca proliferación y
la cordura son conceptos que no entiende, ni usted ni yo, y estaría mejor dejarlo
así, no aporta al caso. Su segunda pregunta es tan pelotuda como la primera, un
no-análisis no conlleva estudio ¿Mundo sin géneros, eso le parece malo? ¿Acaso
no lee muchas cosas y es un intelectual? ¿No ve que los géneros son el problema?
La distinción entre las cualidades entre los seres humanos debieran ser técnicas,
quizás, o creativas. Los géneros son las diferenciaciones que impulsaron a las
guerras, la potestad, la propiedad y todo eso que hace que nuestras vidas sigan
siendo miserables. Un mundo sin géneros sería un mundo sin problemas. ¿Qué
es eso del orden, movimiento, reposo y esquema? ¿De dónde sacó la idea que
sin análisis eso pasaría? ¿Alguna vez lo intentó, usted o alguien más? Es una
conclusión especulativa y con ninguna base analítica (de la que claramente se
jacta, mucho más cuando se defiende de no-ser-el-super-científico-que-se-las-
sabe-todas). Finalmente en el final caracteriza un mundo por el que no vale la
pena luchar. ¿Lucha usted a menudo, intelectual de quinta sentado en una silla
burguesa? ¿Por qué hay que luchar por el mundo? ¿Quién le dijo que eso es lo
correcto y por qué lo repite?
¿QUÉ CARAJO LES PASA?
Leia princesa
dame tu fortaleza de hija sayayina Skywalker
tómame en tu brazos de realeza brava y combativa
enséñame a ser como tu ametralladora
láser, como tu espíritu
jedi, del lado claro de la fuerza
santísima trinidad, hermana, hija y madre
amada del huraño Han Solo
recelosa de Chewbacca y
compincha de Arturito
¿QuieeeeeeeEE-eén
sehatomadotodoelvino
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Catyara L
vale mucho más la reacción porque es cuando aprendo, cuando salgo de las
cuatro paredes (que llevo a todas partes), cuando quiero verla y aparece y no le
hablo y no sé por qué, ni qué busco o si me busca y nos desencontramos. Juego
con los perros, mira las alhajas, la miro, juega. Vamos al cine y vemos la película,
sé su nombre, está su madre en la sala y mi buso chorrea sendero. Pienso en
enviarle una carta y por supuesto que no lo haré, no, querida Bianca, de qué
podríamos hablar. Siendo tan distintos.
Estoy muriendo de cáncer de cuerpo. Es incurable. Me dijeron que tenía solo un
tres por ciento de probabilidad salvarme con quimioterapia así que nunca la tomé,
pero ahora vivo la vida.
Belén salió de su casa y subió al auto de sus papás. Belén tomó la palanca de
cambios y recordó su primera vez. A Belén le pasaba siempre lo mismo. Belén
manejó veintitrés minutos hasta Vistalba donde se daba el curso. Belén bajó,
puso el seguro y se retó. ¿Qué puede pasar acá?, pensó Belén refiriéndose a la
zona y la hora. Belén entró, saludó a sus amigas y le presentaron al profesor de
bio-decodificación. Belén ordenó sus cosas, abrazó a las demás alumnas y
elongó. Belén pudo seguir las visualizaciones sin problema, aprendió los
conceptos nuevos y relacionó todo lo que pudo con lo que ya sabía; Belén nunca
se dejaba estar. Belén puso una mano en la cartera y con la otra buscó el teléfono
que había olvidado en el auto. Belén caminó por el pasto pensando en sus amigas
nuevas y el profesor, cuando estuvo cerca vio que la puerta estaba abierta. La
putísima madre que lo parió, pensó Belén.
Estoy cagando sangre, mamá, estoy cagando sangre.
Entonces miramos al cielo. Bruna estaba en la pileta y señaló las estrellas fugaces.
“Olha”, dijo. Yo sabía que eran meteoritos (muchos meteoritos) contra la
atmósfera, pero se hicieron cada vez más grandes y me dio miedo que alguno
pasara y cayera en la Tierra, y lo peor fue que uno pasó. Se hizo casi de día, cayó
en la pileta. “Salí”, grité y salió justo antes que el agua se calentara demasiado y
supimos que nos teníamos que ir. Había un camión con acoplado que podíamos
usar, entonces nos subimos, lo encendí y manejé por la playa de
estacionamiento. Descargué el semi en la puerta para que no nos persigan los
de la fábrica, “¿qué botón es?”, le pregunté, “el treinta y uno”.
Oiga, que se me acaba de ocurrir una teoría. Si uno escribe hasta donde le dan
las ganas y no sigue y sigue y sigue como un quaker atrás de la idea tratando de
cerrarla, le quedaría más bien un texto incoherente, inconexo, quizás, pero
marcado en el compás de los umbrales. ¿Que a qué le llamo umbrales? A saber:
Eso que lo engancha, que le muestra un mundo y uno dice “ah, claro, este tipo
es así o asá, hace esto y ahora quiere hacer lo otro”, y ya está, uno quiere saber
qué pasa después. Lo podríamos bautizar como “escritura abstracta”, en obvia
alusión a la pintura. Bueno, acorde a mi teoría, lo que pasa después es problema
del lector. Yo escribo hasta donde se me dan las ganas.
Puto.
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A Betty le dio mucho placer el disco “Crisis”, era fanática de Las Pastillas del
Abuelo y se alegraba que ese álbum fuera tan bueno. Le daba una excusa para
hablar de la banda con sus amigas, con conocidos, con transeúntes; cualquiera
que le anduviera cerca era víctima de los halagos y su fanatismo y, por primera
vez en mucho tiempo, los demás podían ver las cosas a su modo.
También defendía los viejitos de la banda, mayoritariamente conocidos por la
interpretación solista del Piti, cantante y guitarrista. Esa era otra quimera a
vencer, puesto que la calidad de la música era claramente inferior. Pero –pensaba
Betty- , lo que importa es el sentimiento, lo que trasmite. Y quería trasmitir algo
así de fuerte también. Había aprendido a tocar la guitarra por ellos y cantaba sus
temas todos los días desde hacía cuatro años, estaba convencida que lo seguiría
haciendo en el futuro.
Con mala fortuna era de Mendoza, un lugar lejos del arte masivo y la clase de
bandas como Las Pastillas del Abuelo. Iban a la ciudad cada dos o tres años y
tocaban dos o tres veces seguidas en distintos lugares. Conseguía asistir
puntualmente, pero eso nunca le permitió conocerlos en persona o hablar con
ellos más que para el autógrafo (con la respectiva foto). Eso pasa –pensaba
Betty- por fiera. Si no fuera tan fiera me dejarían entrar al camarín y estaría con
ellos haciendo la porquería. AHORA BIEN:
¿Quién dejará de hundir su mano en busca del tributo para la pequeña olvidada?
El frío pagará. Pagará el viento. La lluvia pagará. Pagará el trueno.
El otro día lo caché al gordo metalero para preguntarle si quería venirse a escribir
conmigo en la post vanguardia. Le mandó saludos a mi vieja.
Es un tema todo esto del arte. No sé qué haría sin él pero nunca tuve muy claro
qué es lo que hago o estoy haciendo. Sé que sino pudiera escribir me mataría.
Pensandoló, tengo veintisiete, entraría al club más prestigioso del mundo. Lo
único que tendría que hacer es morirme de sobredosis o ahogado en vómito
como un campeón en una king size, una bañera o algo que parezca un ataúd.
Una crítica a la sociedad mugrienta en la que estoy inmerso.
Sí, inmerso. Tendría que ser una bañera. O una pileta como en Sunset Boulevard,
con un tiro en el pecho de una puta vieja loca.
¡ARO, ARO, AAAROOO! Te voa decí algo importante. Es importante
Lo más probable es que la Betty tuviera toda la razón.
Y esa fue la historia de otro formalista ruso más. En siglo veintiuno.
-Las espadas cortas no cortan acero- bromeó.
Solo lo hacía antes de luchar. Sonreímos. Tenzen recordaba los experimentos
mejor que yo.
Los primeros impactos dieron de lleno a estribor y la Tortuga respondió el fuego.
-¿Debajo del agua?
-También. Fue lo último que aprendí en Koga- respondí.
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Parte II
Sobre el lenguaje
níveo sobre un ascético blanco, con destellos violáceos y azules de todos los
tipos, cielo tapado, texturas, un bálsamo para el espíritu las olas que cruzan el
barco gestionan un cosquilleo en el plexo, un dedo concentrado por el momento,
más que fijo y cruje el nervio empuja lejos, moja mis pies, guarecidos debajo de
un traje llamado zapato (especializado ascenso hasta el alcanfor, olor a madre
tierra seca, empolvada, poco por el paso del tiempo, mitad y atontamiento por el
golpe, zapateo a tiro de legua, un brazo que no baja sobre el respaldo del asiento
pero su calor cerca, de perfil, atenta, mano cristalina reprimido por el miedo del
fracaso, tiemblo, le imagino forzosamente la ropa puesta, del tramo entre los
pastos, pantano y fértil sangre, las tazas recién ojos contra el filo describir sería
imposible, una única representación sin el tono remendista de Tolstoi o el
realismo mítico de Kafka visión periférica absoluta, acompañada de nada
representada fielmente por vez olas, el cloro, un cuerpo flotante en estado de
reposo y falta de ropita interior, bombachita, no mano en el borde se despega,
después explica que hay que girar y meterse por entre los caños, dar una
voltereta poética sin el modelo de comunicación, a tientas quizás pero serena y,
¿de qué valdría el signo? es como sábanas por el piso, todo es libertad de acción,
las puertas abiertas al verano aplastante vestido el termo, agua hervida más dosis
excelsa de azúcar que aprieta las mandíbulas, una desazón tierra, polo sur,
eureka, agujas congeladas por hurgándose los bolsillos encuentra que le falta el
ticket del viaje del vidrio que separa los dedos; su reflejo en las uñas de Eru
podría ser el nombre si se prestara a la confusión que, que líneas de los batallones
en formación
que me parta un rayo a la mitad, dejar de estar pendiente de la paja a las nueve
a eme que no cuadra con ninguna existencia digna, dignificante almenos, si se
pudiera ver que no que de tanta esperanza en seguir vivo, plantearse las mismas
dudas que Julio pero con poca eficiencia, porque él nado de la tortuga me dijo
en el sueño cuando le pregunté qué hacer para no decir más nada: Narrá, pibe,
que te va a ir bien pero me aburre el mundo cierra, los personajes cierran, las
ideas cierran, el libro cierra y mirá que contratapa, pero si se luce la editorial
pinto y los vendo en La Boca sentado en el piso con el mate armado, le regalo
un cuadro a la de los churros y me trae el agüita a punto y no mandarme al arco
por gordo, me cansé de cumplirle los caprichos al petiso orejudo tartamudo y
pito corto, y pelado por herencia, Eru es más que una secuencia porque podría
en otra cosa, como dejar de usar esmaltes y pasar de una a la tiza a lo Steiner
con sus pizarrones I’s Ocampo a los relatos, crudos pero lisos, y vibrantes, tiene
un tigre que parece un tigre de verdad y qué fijación con eso, che, cuanta mentira
de extranjerización burocrática, el hacer un circo argentum como si eso fuera
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Catyara L
posible no tiene buena historia, pasan tantas cosas que uno no sabe que es lo
más importante, incluso: el más bueno se hace malo, o sea,
hiperrecontramalísimoqueterecontra, el simpático se hace líder, el bueno-malo
conquista la Tierra, pelean, gana el simpático, entre los dos salvan la Tierra,
punto
día agachado mirando el teléfono (que ahora cabe en un bolsillo trasero de joggin
I-pants que te lee la mente y envía los comentarios hilarantes por pared de
corbatas, ¿de dónde sacaron? me pregunto en obvia alusión a los objetos frente
mío, a las correcciones que ya no me interesan; si tengo un fantasy qué?, si
pongo signos qué? si no los drano, me bajo y pregunto en un kiosko que para
dónde le meto y me dice acá dos cuadras, pá, y hay un festichón que promete lo
que nunca irá a cumplir, eso de comerse a la jipona que sostiene la pared que
sostengo con el culo y el bruxismo, estás sola? andá, deciseló, go es cinco y el
nombre del juego pero no tienen el mismo ideograma, se pronuncian igual
nomás, cinco es wu en chino pasa que flasheé que preguntabas y se me cayó un
poema con eso, si, bueno, que querés, estás más buena, te escribo por las dudas,
no vaya no quiero rendir y a la mierda, se los voy a decir en la jeta, a tirar la
bronca porque ya no aprendo un sorete de nadie, dejen a Borges en paz si
tampoco lo entienden, se quedan trabados en palabritas (fíjate cómo usa el
término—zi zeñoda) y al final leen lo mismo que lee Piglia y después me lo
repiten, y yo leo más o menos lo mismo que Piglia, entonces: yo más Piglia =
dos lecturas; yo más Piglia más vos = me quedo en mi casa punto
stop, stop, ocho Sorozcos
de cocina y en los espacios muertos meter las ficciones, pero siempre
manteniendo el eje de la receta (barato, fácil y rico, para lumpenes pobres como
yo) (lumpen = vago), en los segmentos simplemente plantear una situación
absurda; hacer un chiste o comentario incómodo, generar un encadenamiento
que incluya música específica, que cante manuelita se tomó un cajón Santaolalla
pero en un tres cuartos de gato valseado y sacar de ahí alguna otra digresión,
que lo audiovisual opere según sus mejores características, a saber: la
representación del flujo de pensamientos, fíjate que uno piensa una cosa y
después otra que no tiene nada que ver pero sí, ahí está el segredo, abandonar
el melodrama viejo y conocido de los no correspondidos y el culebrón novela todo
lo que actualmente pasa a las tres de la tarde en la televisión, en la interné, entre
la calor y la estepa (había que ser un genio, che, pero mirá vos como ando de
despierto a estas horas del dosmildiezysiete me perdonaré a mí mismo por
haberlo escrito? siento que hablo con los demás acerca mío y es una mera ilusión,
tiene que ver con el volumen de la música, los susurros al oído, hay gente que
escribe sobre susurrar pero nunca le susurraron, es un arte hermano, hay que
cruzar el umbral y retirarse don’t really care if you’re a sort of angel or demon, a
least you’re not a walking dead I can tell just by looking at your legs which are
deliciously curvy and hand calling you blond as blond as can be habría que
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blend sino, ochenta por ciento abertura de estilos, aporta mitología al sello propio
de los acordes en secuencia, es también una fusión un fondo blanco e inclina la
copa, bordes lágrimas sedimentos claridad, luego un olor primario la nota madre,
algo que suena mejor que todo lo demás, en mi caso es un La natural en la tercer
cuerda, con un bending trémolo del olor secundario y boca, enjuagar retrogusto
frutas maderas especias cueros, cuerpo astringencia manteca segunda
convincentemente aplicado en las escalas (todas) de Do Re Mi Sol La Si, con
algunas excepciones y también recurrencias en los bemoles, como el Fa sostenido
y una buena tabla de quesos, café en grano, tacos y deck, el blanco violeta al
oeste, el verde selva en los ojos reflejo de oro sonrisa cliché me encanta que te
guste lo que hago, simplemente dejo que pasen las cosas, es como lo disfruto lo
más primario lo vuelto único, la fuerza de fusionarse a los cabos desatados,
escuchar por primera vez a Hendrix, pimienta y frambuesa y clavo de olor y pelo
de conejo, un Guglienminprieto sin el eructo correspondiente, especie de
esperanza sol en el medio de la calva doble piso estación espacial, pastelería
indica postres que salen de cosas de las que se hacen los postres unos halos y
personalidades gigantes, ah! le histoirie(s) du cinèma! recién la veo por vez
primera que fantástico que Godard piense en imágenes, comprende la ligadura
de los cronos y las caras, ningún primer plano ningún artificio ninguna
comunicación, aquí se intenta la réplica de tales expresiones en cuenta que el
texto se conforma en la escritura y ella es un mero lenguaje (que trascienden los
que pueden) creado por y para el hombre con el propósito de comunicar el arte
tiene fin en sí hacer por hacer es crear, hacer por deber es construir verá cuantos
disparan con el fratacho y la lijita, acá tiro piedras a la acequia y después las voy
a buscar abajo del puente con el barro podrido y las arañas, más que piedras son
bolitas trompos figuritas galletitas ópera lo que tenga a mano, le pego una lamida
primero y después a la puta que lo parió meta Tool y Cortázar, Hitchcock,
Salgado, Pollock y todo me sale como me llega por el tubo hace un suck! reviento
la bolita contra el agua o uso las figus de shuriken y ni te digo si ando con un
palo, me pongo a dibujar con fuego lanza espada jo-jutsu fierro fierro voy yo
guacho, soy solo y tengo la diez gil una re casaca en el verosímil, mágicamente,
constituido, por aquella ficción que denominamos realidad o “realidad”,
altamente burlada por el pop y su versión de lo real; también el cubismo y su
versión. Y el dadaísmo. Y el daltonismo. Etcétera. Etcétera. Se entiende. La
cuestión va dentro de los límites puestos por el azar y la anarquía del universo:
lo que la sociedad pelea a capa y espada con sus relojes presidentes teorías
lenguajes y lea tres líneas más arriba, justo aquí. El verosímil, ¡ah, vieja putona
de gorra y bigote! Me corren con el alquiler cada tres meses un aumento, paremo
la mano amigo, si acá lo gile no se bañan todo fierro fierro, pero más importante
todavía hablar sobre lo que no se dice, qué vamos a decir? ¿Cómo? el carácter
intransitivo del lenguaje es el estado presente, la única manera de ser escritor es
escribir pintor y pintar y otros binomios más, véase que no se aclara más el
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Parte II-b
Ficcionalización
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El virus brama
envuelve a la bestia bruta
va vertiéndola
la envilece
desviste
enviado divino objeto volador verificado
predica valor y calores
hipérbola
mágica voluntad
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rimbombancias
merodean las vertientes de las manos
las descargas de tu dedo de mi dedo
rumores, ruidos, truenos
la postura afectada del café
tener el piso en el techo
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Parte III
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O acá.
O no.
Quizás sí pero no.
Acá sí.
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Parte IV
Sobre El Aleph
Ya perdí las razones que me impulsan a dejar un Eru inconcluso, quizás la tela
encuentre motivación íntima y sea el mundo el tajo del velo.
A fuerzas mayores a la condición de asceta y artista fui rendido a esa misma
condición, podría internarme en la mentira de la nada (sería recaer, retrotraerse)
o en la del todo, valga destacar que hay más que materia y energía, no solo
rueda y símbolo.
Maldigo la hora en la que Roland explicó (para todos) la maldición de la lectura,
pues ya no hago más que obedecerle. Los espejos son laberintos y monedas
forzosamente acuchilladas prestas a la caña y alguno que otro robo oblicuo,
diagonal. Y me transfigura la distancia entre los cascos y la costa, quizás
solucionada por los árabes y adelantados dueños de perros salados y barcos de
a pie.
Las coincidencias abundan. Las runas son los nombres de Odín, el Ragnarok, la
misma moneda con que el todo paga el ahorque de los dioses con caras; ni hablar
de las calabazas cazadoras en Guanacache o los hongos fruto del compost natural
de los hormigueros. De lo cierto refiero a los patos causantes del pathos, el ergo
del sendero de las fórmicas, los dragones sulfúricos del Gobi y la imprenta sumisa
de Gutenberg, pues la reproducción permite el paso del tiempo y se hizo medible
por la sangre a fuerza de lazos y colaboraciones. El problema se hizo explicable
y por eso problema. Entonces pido el bienentendido, el lugar común en la fábrica
de sueños, la toma de los pechos (turgentes) de la novicia rebelde o la funda del
pistolón del cawboy.
Tampoco recuerdo mi rostro en las mañanas pero sí un canal entre dos cordilleras
echo a herida de pala. Noto con cuanta fuerza el impulso cava y el símil entre las
palabras Pala y Palabra ya se me hace ineludible. No logro soltar el hacer para
pensar y el pensar para el hacer, y desde entonces, el ascetismo se alza como
un espejismo en la ciudad y se vuelve real entre diarreas y vides (solo algunos
meses después) disfrazado de álgebra artística, el Mi séptima bemol de Machine
Gun.
Ya no podré dormir, me lo indica la potencia inagotable de mis hombros y el
hambre que me acosa. Concluirá más nada tras el cielo del desierto, perderé la
virtud del camino y el olfato gladiador que me caracteriza (otra coincidencia:
Espada, Asada, Pala y Arpón). Luchar será un acto simbólico y en estado de alerta
y reposo no podré sostener la justa. Ser el mejor traerá la muerte en vida y
todavía otras catástrofes, como la lengua castellana y el prodigio criollo, y más
aún tras la siesta; ya ningún frío lacerante pero sí la sonrisa de Cheshire impresa
en el sol eclipsado por la presencia del humano. La inconstancia como constante,
la retórica al servicio de la poética, la reversión en la duplicidad aristotélico-
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Parte V
El Tratado
Perspectiva
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nuevo, los escritores también tienen maestros, pero solemos basarnos en sus
trabajos y desde ahí aportar (o no) con alguna caracterización propia, a pesar de
la impresionante fuerza de la intertextualidad.
Es ésta mi taza. La famosa “muerte del autor” es simplemente muerte en tanto
a firmas y en muy raras ocasiones.
La propuesta: ¿Por qué no dejar las categorizaciones y arrancar de cero para una
nueva vanguardia? ¿Cuánto costaría que un texto fuera una obra colectiva?
Me gustaría aprovechar el increíble momento histórico del que soy parte. Ya no
quedan Freuds ni Cortázars, se volvieron nuestra carne, peleamos por hacer lo
mismo que ellos pero con una marca propia. ¿Por qué no construir a partir de
tales construcciones ya que tenemos licenciatura en escritura? Y no solo eso, nos
sabemos individuos colectivos (admítanlon). Ya entendimos que está todo en el
aire porque solo buscamos aprender de vos a vos, cuando quizás sea conveniente
un poco más de shinden (transmisión del corazón).
Cómo lograrlo
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que les parecía conveniente y ocho artistas plásticos también. Se recopilaron los
textos con las fotos o dibujos de las obras plásticas, conformando así el libro con
sesenta y cuatro textos e imágenes.
El alcance es brutal. Son sesenta y cuatro estilos diferentes de artes diferentes
en sesenta y cuatro páginas. ¿Qué estilo es, si los textos son prosaicos y poéticos?
¿Es una obra plástica y/o literaria? ¿Cómo lo analizamos?
No se puede. Hace años que las conceptualizaciones de las artes se tornaron
vagas y se volvió dificilísimo distinguir incluso las unidades básicas. Solamente
dentro de la literatura hay posturas sobre los monemas, fonemas, estilos, sintaxis
fraseos, objetos, el texto como todo y otros veinte mil etcéteras. Ya no sabemos
dónde pararnos para meter la cantidad desbordante de información.
¿Qué pasaría si al mezclar no solo distintas artes como también distintos artistas,
logramos dar con una respuesta? ¿Qué pasaría, si al contrario, la cosa se vuelve
más compleja y no damos con más que preguntas?
Como buen científico amateur y mal informado, creo que vale la pena intentarlo.
El problema de ésta hipótesis es su comprobación, ya que necesitamos de la
mayor cantidad de artistas posible.
El segundo problema lo aporta la Crítica (Shift + C), que se ocupa de realizar una
segunda lectura de las obras y cae en redundancias haciendo aportes
irrelevantes, como lecturas biográficas o políticas, que parecen ser los únicos
disparadores creativos. No propongo eliminar a la Crítica sino, al igual que a las
obras, expandirla: Que la lectura de dichas obras pueda encontrarse en la misma
pieza. Esta es una manera de incluir más artistas a los conjuntos de ejecutores
anónimos.
El acierto
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¿Será el sentido del gusto (gracias Bourdieu) la única crítica posible, la que logre
estudiar el arte sin desnaturalizarlo? ¿Tendrá sentido la acumulación de teoría
que supuestamente condiciona la “magnitud” de las obras después de gente
como Hendrix?
Bienvenidos al Tratado.
Anarquismo
La manera de retratar al mundo que pretendemos como artistas, tanto como los
estudios que precisan llevar adelante aquellos investigadores sociales, solo
pueden darse de una manera efectiva a través de la falta de gobierno. Eso es el
famoso anarquismo. No es el caos (nadie sabe qué es el caos), no es la guerra
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Libertad
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El Arte
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El Mercado
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Dinero
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El comunismo propone una igualdad virtual que sería efímera. Si todos tienen el
mismo valor, en cuanto comience el intercambio existirá alguno influyendo sobre
otro. Pasó y volverá a pasar. En la anarquía no existe el valor. No hay razón para
que exista.
El valor supone influencia en todo su espectro, “esto no lo podés tirar porque te
lo regalé”, “vale tanto porque invertí veinte horas por día en hacerlo”, “valgo
porque soy tu papá”. No hace falta apreciar los objetos, personas, obras, ideas o
lo que sea bajo éste concepto.
Cuando uno se valoriza es cuando encaja como un engranaje en el sistema. ¿Por
qué vale el engranaje? Porque alguien plantó una bandera y dijo “todo esto es
mío y por eso tiene valor”; “ah, entonces yo trabajo y también valgo pero mucho
menos que usted, oh, honorable empresario. Me gustaría que me esclavice por
papeles puesto que no resisto la rectitud de su bigote macerado”.
El trabajo dignifica, ¿cierto?, afirmación colectiva por consenso.
Quizás cabría hablar sobre el Proyecto Venus. Vale la pena investigarlo, aquí no
se tratará por ahora. Sería demasiado extenso y la información se encuentra en
formato audiovisual (verlo es mucho más interesante que leerlo).
Acá hay un odio tremendo entre la ciencia (la magnánima e indestructible ciencia
todopoderosa) y el sentido común (las apreciaciones de los ignorantes sobre
cosas irrelevantes).
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Los críticos (científicos de todo tipo, en realidad), también son atravesados por
todos estos Campos interminables de información. No son seres objetivos. Ser
objetivo es imposible, no forma parte de las características del ser humano y no
lo hará en el futuro.
¿Por qué entonces la relación entre el arte y la anarquía? Acá es donde cobra
sentido.
El proceso social es anárquico, verlo de otra forma sería tratar de darle
importancia a conceptos irrelevantes o incluso a mentiras, como es el caso de las
religiones y su propuesta sobre seres trascendentales, mágicos y creadores.
¿No es la creación/transformación parte del universo? Sería fantástico no verse
(como creador) limitado por las presiones políticas, económicas y religiosas.
Tendríamos la capacidad de fomentar toda clase de expresión, y también, de
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Anarquía es igual a falta de gobierno y esto importa porque las clases dominantes
todavía consideran que debemos ser gobernados. Pero no hay ninguna otra
criatura, materia, energía, combinaciones entre ambas o lo que sea que uno
pueda imaginar que esté gobernada por algo, excepto por el universo en sí, o
sea la física. ¿Por qué el ser humano se ve en la necesidad de tener una supuesta
guía? ¿No será que estamos simplemente convencidos que debe ser así? ¿Acaso
somos de otro universo?
Un texto universal no es aquel planteado por Bourdie (con toda la carga histórica
de la sociedad) sino aquel en que la sociedad decidiera descargar toda su
información potencial en un continuo espacio-tiempo. El proceso colectivo
aparejaría que, dentro de un mismo texto, existiera una constante virtual infinita.
Podríamos crear una ficción crítica y poética. ¿Habrase visto antes (eh, oswal, te
shaman…)? Ni siquiera haría falta la unificación de las voces, sería más práctico
simplemente combinarlas y crear así un nuevo post-post-post-estructuralismo
(para darle un nombre ridículo) o como a mí me gusta, Neo Pastoso.
Esta idea es positivista, sí, ya sé. Conviene que la gente que sabe escriba sobre
lo que sabe. No es afán avalador o valorativo, es trasmisión de conocimiento.
Ejemplo: ¿Para qué leer toda la obra de Lacan si quiero hablar de psicoanálisis
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del siglo veinte? Me conviene que lo haga un analista. Mejor dicho, apoyado en
la enseñanza, nos conviene que lo haga un analista. Y de eso se trata el Tratado,
que la marca de la nueva vanguardia sea la potencia infinita, la utopía, el
horizonte inalcanzable.
Sabemos que no lograremos la literatura perfecta, pero ya es hora que
empecemos a intentarlo. No hace falta que aparezcan los nombres de los
colaboradores en la tapa, no somos dueños de lo que sabemos, simplemente lo
transformamos. Esa sería una verdadera obra colectiva. Ah, y citar es de ñoño.
No se incline tampoco por los ejemplos compilatorios más arriba, ya no queda
espacio en McOndo para la ludopatía. El Tratado es un ensayo, una crítica, nada
más.
¿Cómo publicarla o trabajarla a posteriori, o traducirla, si no tenemos derechos
de autor? Acá hay una trampa, mejor dicho, otro círculo del mercado. Ésta clase
de obras no se pueden concebir en el sistema, ya que cualquiera podría
apropiársela y tratar de generar lucro. Bueno, una solución pedorrísima sería
generar nuevas clases de patentes que no le pertenezcan a nadie en particular,
que sea patrimonio de la humanidad. ¿Se ha hecho antes con alguna pieza de
arte? No lo sé, todavía no soy grande. La otra opción sería retratar el proceso en
etapas e ir plasmándolo o publicándolo de a pedazos, de esa forma, en caso de
apropiación, existiría evidencia que la obra no tiene un real propietario.
Pero, ¿se terminaría alguna vez? No es posible saberlo y lo ideal sería que no
terminara nunca, que los siete mil millones de personas puedan poner un dedo
en el texto de alguna manera. Aportes de todo tipo puede ser realizados por todo
tipo de personas; nuevamente, los ejemplos abundan. De todas formas, lo más
inteligente sería sentarse a escribir.
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PARTE VI
Literatura no-ficcional
Maté a uno. Recién me subí y dije: listo, lo escribo. Armé una lanza con un cuchillo
y un palo de escoba, lo até con una media y salí como los indios a chusear a los
pumas. Cuando abrí la puerta agarré desprevenido a uno y lo ensarté. Cómo no
tener un mate, la puta que lo parió, qué bien me vendría.
Me siento como Monzón.
Ahí ya saqué cagando a casi todos, pero se vuelven los hijos de puta, saben que
me tengo que quedar acá.
Maté a otro. Se me rompió la lanza, voy a hacer unos palos, tengo más cuchillos.
Se fueron las hembras con los cachorros.
Ahí volvió el viejo hijo de puta ese, cuando zafe de los pumas lo ensarto también
a él, por golpeador y soberano hijo de una gran puta. Encima es de noche y me
re cago en la putísima madre de todo el mundo y lo pumas también la re putísima
madre que me parió a mí también.
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Que feo que escribo. No voy a cambiar nada, que quede así. Es una historia
increíble, a bancarse la puteada.
Estoy hecho un ninja asesino, maté a dos más. Están los cuerpos ahí afuera, los
otros no se los comen, la mayoría se fueron.
Quedan dos, pero si salgo con los palos seguro que la hago.
Dios te pone donde te tiene que poner y fíjate vos. Me recibí de campeón de los
campeones, contra pumas encima, eh, ningún boludo terminó siendo el pelado.
Estoy seguro que la nafta que me falta se la robó el viejo, lo voy a ir ensartar. Si
alguien ve esto es que me cagó matando, sino, lo borro y cuento todo en la radio.
Me encantó escribir. Le dejo un beso a mi tía Lala, que es la única persona que
quiero.
Catyara.
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volts, pero lo que tiene sí o sí es una escoba y elementos básicos de cocina, que
es lo que usa para pelear.
El personaje representa una amenaza para el casero, es verosímil que no reciba
ayuda de él o la familia, que obviamente se encuentra oprimida. Los vecinos
pueden ser inexistentes también, para lo que sabemos el personaje solo pasa
una noche en el campo.
Segundo párrafo: Mata a un puma ayudado por el azar. ¿Es posible? Sí, poco
creíble, pero posible al fin. Tradicionalmente se peleaba (todavía se hace pero
muy raramente) solo a facón. Una lanza brinda mayores posibilidades por la
distancia.
La escritura se vuelve importante para el personaje conforme avanza el texto.
Cuida los espacios, tiene poca batería. Utiliza una sintaxis rara, hay malas
conjugaciones y repeticiones, entre otras marcas. Se señala como mal narrador
por los insultos y no por la narratología; no es un escritor, no puede ver los
errores pero por las dudas se justifica.
Frases hechas (Dios te pone…), redundancias (ninja asesino), la falta de
descripciones (pasa de contar lo que hay a contar lo que pasa y nada más; eso
agrega vértigo pero pierde escenario), las referencias (Monzón, la tía Lala), son
planteos que haría un narrador que justamente no es escritor (ilusión referencial).
El último párrafo plantea que (posiblemente) el personaje narrador y el viejo se
matan entre ellos. No tiene sentido un texto que circula si alguno de los dos
queda vivo, y de esa forma se plantea una posible extensión diegética fuera del
texto en sí.
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