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Introducción
Todos los pueblos humanos tienen historia, pero la manera en que cada uno la
concibe es inherente a su cultura. Existe aún hoy pueblos que conciben la historia de
manera cíclica, otros con complejas interpretaciones mitológicas y muchas con un
fuerte sentido religioso, incluso algunos de estos rasgos son apreciables en el
imaginario de occidente. La concepción de Historia para el mundo de occidente ha
pasado un largo proceso de transformación. Escritores griegos y romanos, la fuerte
influencia del cristianismo, la razón y los procesos históricos que ha sufrido occidente
han configurado una forma de concebir y escribir la historia muy compleja.
Existe un antecedente claro a los que propondrá Ranke. Lo que se va a conocer como
el “método histórico crítico”, se cree se reveló por primera vez en la obra de Barthold
Georg Niebuhr (1776-1831). Profesor desde 1810 en la Universidad de Berlín, Niebuhr
fue conocido por el riguroso examen y análisis, filológico y documental, de fuentes
históricas escritas, dándoles luego una sistemática utilización como base de una
narración histórica. Ranke será claro heredero de esta metodología.
Leopold Von Ranke nació en Wiehe, hoy Unstrut, del estado de Thuringia, Alemania,
pero entonces perteneciente al reino de Prusia. Educado en casa y en el Instituto de
Schulpforta, se interesó desde temprano por las culturas clásicas, al Griego, al Latín,
pero además también por la Iglesia Luterana. En 1814, Ranke entra a la Universidad
de Leipzig, donde estudia a los Clásicos y Teología, se convierte en experto de la
filología y en la traducción de autores clásicos al latín.
Las novelas históricas de Walter Scott fueron para Ranke un punto crucial de
inspiración y acercamiento a la historia, pues se dice que en sus edades tempranas
manifiesta un desprecio por esta. Scott escribe en 1814, al final de las Guerras
Napoleónicas, y en su obra la historia no es mero escenario en el que se desarrolla
una narración, sino la protagonista misma. Walter Scott pretendía recrear el pasado, lo
que le dió mucha popularidad en su época. Ranke queda fascinado con las novelas de
Scott, y se cuestiona si el pasado era realmente así, es necesario aclarar los hechos,
pues en ellos se verá un pasado aún más fascinante que las mismas historias ficticias.
"Geschichten der romanischen und germanischen volker, von 1494 bis 1514" (Historia
de los pueblos latinos y germánicos de 1494 a 1514), ve la luz en el año de 1824,
siendo esta la primera obra de Ranke. Si bien se sabe que desde esta, las ideas
fundamentales del método rankiano son esbozadas, estas no tendrán un desarrollo
efectivo. A diferencia de Historia de los Papas (publicada en 1837), en esta obra las
fuentes secundarias serán el sostén de la argumentación. A pesar de ello, la fuente
escrita marcará toda la obra de Ranke.
Hoy sorprende que si bien en todos los tratados sobre la historia de la Historia que
mencionan a Ranke hacen alusión a dicha obra, pocos de ellos verdaderamente la
citan directamente. La idea que aquí se desarrolla, la de una necesidad de análisis de
dicho libro, nació precisamente de la lectura de muchas obras de ese tipo.
Al momento de hacer el rastreo de la primera obra de Ranke, lo primero que hay que
decir es que hoy es imposible encontrar una edición traducida al español y la primera
edición a la que se tuvo acceso, una en idioma ingles1, se fundamenta en la tercera
edición del libro, e ignora la reproducción y traducción del prólogo. Fue en el prólogo
donde Ranke escribe los planteamientos que transformaran la disciplina histórica y
guiarán sus trabajos posteriores. Para accedera la lectura de dicho prólogo se hizo
necesario recurrir a la segunda edición en alemán de la obra, pues a pesar de que allí
se plasma una escritura complicada y de un alemán antiguo que dificulta mucho el
trabajo, fue dicho ejemplar el único que se pudo consultar.
1
Ranke, Leopold Von, "History of the Latin and Teutonic Nations, from 1494 to 1514". London, George
Bell and Sons, York Street, Covnt Garden, 1887. Translated from the German by Philip A. Ashworth
2
Ranke, Leopold Von, "History of the Latin and Teutonic Nations, from 1494 to 1514"... ïbid. Pg. 2
Explica el autor que la historia condujo a la unidad de estas naciones, pues se aprecia
en ella que proceden de un mismo tronco o muestran estrecha afinidad de origen,
profesan costumbres análogas, y se rigen por instituciones en muchos aspectos
iguales, sus historias interiores se hallan íntimamente relacionadas y comparten una
serie de grandes empresas históricas; participan del mismo destino y tienen una
historia común. Entre ellos se había establecido una afinidad de sangre, de religión, de
instituciones de costumbres, de modo de pensar y de sentir. Tres procesos serán
fundamentales para que dicha unidad se desarrolle, la migración de naciones, las
Cruzadas y la colonización de países extranjeros.3
Una idea es el eje principal y aporte mayúsculo de la obra, es por dicha idea que tal
pasará a la historia de la Historia, y es a partir de la misma, que se construye todo el
edificio teórico-metodológico de Leopold Von Ranke.
“Man hat der historie das Umt, die Bergangenheit zu richten, die mitwelt zum
Rußen zufünstiger yahre zu belhren, beigmessen: so hoher Vemter unterwident
sich gegenwärtiger Bersuch nicht: er will blos zeigen, wie es eigentlich
gewesen.” (Se le ha atribuido a la historia la necesidad de enjuiciar el pasado, de
instruir al presente bebiendo de los fructíferos años del pasado: el presente ensayo
no se pretende un grado tan elevado: simplemente quiere mostrar cómo sucedieron
4
las cosas realmente)
3
Ranke, Leopold Von, "History of the Latin and Teutonic Nations, from 1494 to 1514"... ïbid. Pg.2
4
Ranke, Leopold von, "Geschichten der romanischen und germanischen volker, von 1494 bis 1514",
Leipzig, Berlag Von Dunder & Humbolt, 1885 (Segunda edición), pg. VII
5
Hayden White llama a este tipo de pretensión, realismo doctrinal, porque Ranke pretende conocer
la realidad de forma realista sin derivar sus puntos de vista de ningún preconcepto específico
sobre la naturaleza del mundo y sus procesos.
En esta obra, como en casi todas las obras de Ranke está presente, “la idea de que
los Estados y sus gobernantes son los agentes principales del devenir histórico y sus
relaciones, conflictos y negociaciones constituían la materia esencial de la
6
investigación histórica. Para Ranke sólo mediante las Iglesias y los Estados, las
instituciones, que puede una población podría conducir sus energías físicas y
espirituales para constituir una nación. La explicación histórica se integra a partir de un
conjunto de hechos aparentemente dispersos que orientan la historia hacia un fin que
debe alcanzarse y por el que han pasado las naciones de Europa. Si bien Ranke no
tiene como finalidad establecer a la historia como instructora o maestra del presente,
parece poder rastrearse una concepción de sentido de la historia, parece que esta se
mueve hacia una dirección precisa, a pesar que esto es desconocido, al menos no
conocido en su totalidad por el hombre.
Posiblemente fue la resucitación del sentimiento de unidad alemana, después del final
de las guerras napoleónicas, lo que despertó en él el deseo de mostrar cómo la
energía y la independencia del carácter nacional alemán se afirmaron a sí mismas en
las edades intermedias. En un contexto de reforma por reacción en Prusia, de exaltado
nacionalismo de las clases medias y cultivadas en favor de la unificación de Alemania,
de cambios socio-políticos vertiginosos e increíbles (Napoleón eliminó el Sacro Imperio
Romano Germánico y redujo los cientos de estados alemanes a una cuarentena), se
7
consolidan las ideas de Ranke. De igual modo, el privilegio otorgado por Ranke y sus
discípulos a la investigación en archivos diplomáticos y estatales no era ajeno a la
convicción general entre los historiadores, de que su tarea era contribuir a la
construcción de un Estado nacional alemán y que dicha tarea era esencialmente un
8
asunto de orden político y diplomático. Incluso Heinrich von Treitschke (1834-1896),
heredero de la cátedra berlinesa de Ranke, manifestaba que la la labor esencial del
historiador alemán era «sentir en sí mismo y saber cómo excitar en el corazón de sus
9
lectores [...] el gozo de la Patria».
6
Moradiellos, Enrique. “Las caras de Clío: una introducción a la historia” (2a. ed.). Madrid, Siglo XXI de
España Editores, S.A., 2009. Pg. 155
7
Moradiellos, Enrique. Las caras de Clío: una introducción a la historia… 2009. ïbid, Pg. 153
8
Moradiellos, Enrique. El oficio de historiador, Siglo XXI de España Editores, S.A., 2010. Pg. 54
9
Moradiellos, Enrique...2010. ïbid, Pg. 161
empresa. Los documentos tomarán un papel central en la legitimación del poder. En el
siglo en el que el hombre asumia que era capaz de captar y retratar toda la realidad
-cosa que antes era solo posible por un dios-, los documentos continuarán bajo la línea
de una cultura de lo escrito, superponiendose al papel que jugó por mucho tiempo la
biblia. “La objetividad que buscaba Ranke se apoya en el convencimiento de que los
hechos se manifiestan por sí solos, pero a final de cuentas lo que verdaderamente
sucedió era aquello que tenía significado histórico de acuerdo con las fuentes y los
testigos”10.
Los documentos son los que revelan los hechos de la historia. Se ha asumido que tal
como sucedió con su obra sobre el Papado, desde el principio Ranke considerará a las
fuentes primarias o los testimonios contemporáneos como el eje necesario para
escribir la historia, en realidad esta obra demuestra que tal supuesto no puede
pensarse así. Evidentemente Ranke descubrió que lo que hoy se conoce como fuentes
primarias permiten escribir una historia irrefutable, a pesar de ello no siempre son
indispensables para escribir la historia. La historia escrita con fuentes secundarias es
posible, pero debe procurar una limpieza de elementos que perturban la verdad,
limitarse a establecer los hechos fundamentales para la historia.
Conclusiones
Entender cómo se concibe para occidente la Historia, se plantea como casi una
analogía a entender como Ranke concibió la Historia en el siglo XIX. Por supuesto,
como cabe aclarar, esta concepción actual de la historia se ha transformado, pero se
fundamenta sobre las mismas ideas, la fuente documental (de múltiples tipos) como
camino único para conocer los hechos de la historia, y una historia escrita a partir de
los hechos. Los hechos no son cada uno de los acontecimientos históricos, sino
aquellos capaces de iluminar un sentido en la historia.
En esta primer obra de Ranke, si bien se pretende escribir una historia de “lo que
realmente sucedió”, se ha entendido mal dicha afirmación debido a la poca lectura que
10
Bonilla, Heraclio. “La construcción del conocimiento histórico: errata y bricolaje de la historia” (2a.
ed.), IEP Ediciones, 2017. Pg. 40
se hace realmente sobre esta obra. “If fiction must be built upon facts, facts should
never be contorted to meet the ends of the novelist.11 A esto verdaderamente apuntaba
Ranke, ha alejar a la historia de las herramientas retóricas que buscaban embellecer
una narración, con propósitos tales como engrandecer a un héroe o nación, o de
sugerir juicios sobre los actores.
Finalmente quiero concluir con pensando que el propósito final de este ensayo
se cumplirá, al menos de cierta forma. El pequeño análisis de esta obra
fundamental para la Historia moderna, plantea la clara necesidad una lectura
verdadera y extendida de la primera obra de Ranke, para ello las traducciones
se hacen un asunto indispensable para resolver. La lectura de esta obra
permitirá entender verdaderamente a Leopold Von Ranke y a su propuesta,
permitirá en últimas conocer con mucha más claridad ¿Qué representa la
Historia para occidente?
Bibliografía:
- Moradiellos, Enrique. “Las caras de Clío: una introducción a la historia” (2a. ed.).
Madrid, Siglo XXI de España Editores, S.A., 2009.
- Moradiellos, Enrique. “El oficio de historiador”, Siglo XXI de España Editores, S.A.,
2010.
11
Ranke, Leopold Von, "History of the Latin and Teutonic Nations, from 1494 to 1514". London, George
Bell and Sons, York Street, Covent Garden, 1887. Translated from the German by Philip A. Ashworth