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Debería haber sido ayudado a mí, y lo

más cuidadoso… siento, lo siento


—¿Qué demonios
muchísimo…
pretendes que —¿Por qué no me lo
hagamos? ¿Qué la dijiste? —prosiguió
dejemos aquí tirada? Chubs—. ¿Lo has
—Ruby —dijo Chubs,
sabido todo este
y lo repitió, esta vez
tiempo?
más fuerte—: ¡Ruby!
«Sí», me dije, «eso es
Oh, por el amor de…
justo lo que deberíais
estábamos hablando
hacer». Y empecé a ¿Por qué mentir? ¿De
de Black Betty, no de
arrastrarme para verdad quieres volver
tu trasero Naranja.
pasar a los asientos a casa o…?
intermedios, Me quedé helada.
—¡Charles!
dispuesta a decírselo,
cuando Chubs se
abalanzó hacia —Yo… pensaba…
delante y tiró a Liam al La palabra me salió de
entiendo que queráis
la garganta como un
suelo sin ni siquiera dejarme aquí…
tocarlo. Impertérrito, grito desgarrado. No
Liam cerró la boca me dio la impresión de
hasta formar una línea —¿Qué? —Liam
tensa con los labios, estaba horrorizado—.
levantó la mano y tiró que mi voz sonara
Hemos dejado la radio
literalmente del suelo normal, pero los
encendida por si te
de debajo de los pies chicos la reconocieron
despertabas, para
de su amigo. Chubs al instante. El rostro
que supieras que no
chocó contra el suelo de Chubs perdió parte
te hemos
a la vez que sofocaba de su acaloramiento
abandonado.
un grito, tan pasmado cuando se volvió
que no pudo hacer hacia mí y me vio, Dios mío, oír aquello
otra cosa que inmóvil, apoyada en la solo sirvió para que
quedarse allí carrocería del me echara a llorar con
tumbado. monovolumen, que más fuerza.
conservaba todavía el
calor del sol. Liam se
Liam seguía en el incorporó. Cuando una chica
suelo, tapándose los llora, pocas cosas hay
ojos con los puños más inútiles que un
cerrados. —Me iré, para… para chico. Y tener dos se
que no tengáis que tradujo en que se
seguir peleándoos, quedaron mirando el
—¿Por qué nos haces ¿entendido? —dije—. uno al otro,
esto? —gritó Chubs— Siento haberos impotentes, en lugar
. ¿Quieres que nos mentido. Sé que de mirarme a mí.
capturen? debería haberme Chubs y Liam se
marchado, pero levantaron por fin,
—Lo sé, lo sé —dijo quería ayudaros a incomodísimos, sin
Liam—. Es culpa mía. volver a casa porque saber qué hacer,
vosotros me habíais hasta que Chubs
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finalmente me Dios, tendría que ser movedizas; cuanto
acarició la cabeza malo ser Naranja? más intento salir de
igual que le habría allí, más daño hago.
acariciado la cabeza a
un perro. —No tenéis ni idea…
Chubs iba a decir
«…de lo que soy
algo, pero se calló.
capaz de hacer».
—¿Pensabas que Liam se inclinó hasta
queríamos librarnos poner su rostro a la
de ti porque en altura del mío, tan
realidad no eres una —Exactamente —me cerca que nuestras
Verde? —Me dio la interrumpió Chubs—. frentes casi se
impresión de que a No tenemos ni idea, rozaban.
Liam le costaba pero no veo muy
hacerse a la idea—. probable que en los
próximos tiempos
La verdad, no me —Te queremos —
entusiasma pensar vayamos a recibir un
dijo, deslizándome la
que no confiabas lo premio a la
mano por el pelo
bastante en nosotros normalidad. ¿Así que
hasta llegar a la
como para poder sabes meterte en el
nuca—. Ayer te
contarnos la verdad, cerebro de las
queríamos, te
pero era tu secreto. personas? Pues
queremos hoy y te
nosotros dos somos
querremos mañana. Y
capaces de mover a la
nada puedes hacer
personas como si
—Confío en vosotros, para cambiarlo. Si
fuesen muñecos. Una
de verdad —dije—, tienes miedo y no
vez, Zu hizo estallar
pero no quería que entiendes esas locas
un aparato de aire
pensarais que os facultades tuyas, te
acondicionado con
imponía mi presencia ayudaremos a
solo pasar por su lado.
o que os había entenderlas… pero no
manipulado. No pienses, ni por un solo
quería que me segundo, que
tuvierais miedo. Pero no era lo mismo, podríamos
y no podían abandonarte.
entenderlo.
—Muy bien, en primer
lugar —dijo Liam—, Esperó a que lo mirara
¿por qué tendríamos —No siempre puedo a los ojos antes de
que pensar que nos controlarlo como lo seguir hablando.
hiciste un truco mental conseguís vosotros —
Jedi para que te dije—. Y a veces hago
cosas… cosas malas.
dejáramos quedarte —¿Por eso te
con nosotros? Veo cosas que no
comportaste de
Votamos… decidimos debería ver. Convierto
aquella manera
quedarnos contigo. a los demás en cosas
cuando dije que el
En segundo lugar, que no son. Es
Huidizo podía ser un
¿por qué, en nombre terrible. Cuando me
de la verde tierra de adentro en la cabeza
de otra persona, es
como pisar arenas
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Naranja? ¿Es esa la despertado, tengo —¿Puedes bajar la
verdadera razón por que ver cómo va Zu. voz? Tengo la cabeza
la que quieres Vosotros dos quedaos a punto de estallar.
encontrarlo, o solo por aquí, ¿entendido?
que quieres ir a casa
de tu abuela? Porque —Sí, te está bien
sea como sea, Chubs asintió. Nos empleado por
pequeña, te quedamos asustarnos a todos de
llevaremos hasta él. observando a Liam en esta manera. Ten,
silencio y luego Chubs bebe esto
—Son las dos cosas
se volvió hacia mí.
—dije. ¿Tan mal
estaba querer las dos
cosas? —dijo, mientras me
—Ruby —empezó a daba lo que quedaba
decir, con voz muy de la botella de agua.
seria—. ¿Puedes Me dio lo mismo que
Había dejado de
decirme quién es el el agua estuviera
llorar, pero notaba los
presidente? pasada o caliente; la
pulmones pegajosos y
engullí de un solo
pesados. Inspirar Pestañeé.
trago—. Mi padre
aunque fuera un solo
solía decir que las
gramo de aire me
heridas en la cabeza
exigía un gran —¿Y puedes tú tienen peor pinta de lo
esfuerzo. No sabía decirme por qué me que en realidad son,
por qué mi cerebro haces esta pregunta? pero te digo de verdad
seguía en aquel
—¿Recuerdas lo que que creía estar
estado, pero no
pasó? curando un cadáver.
quería pensar más en
ello. Liam y Chubs me
cogieron cada uno por
un brazo y me ¿Lo recordaba? Era —Gracias por
acompañaron hacia la un recuerdo nebuloso haberme dado esos
hoguera. y distorsionado, como puntos —dije—.
si estuviera Recuerdo un poco a
contemplando el Frankenstein, pero
sueño de otra supongo que es lo
—¿Dónde estamos?
persona. que toca, teniendo en
—pregunté por fin.
cuenta todo lo que ha
pasado.
—Confío que estemos —Un hombre Chubs suspiró, algo
en algún punto entre enfadado —dije—. Un exasperado.
Carolina del Norte y el rifle. La cabeza de
Great Dismal Swamp Ruby. Ay.
—respondió Liam, —¡Vale ya, hablo en —Frankenstein es el
que todavía tenía la serio! nombre del médico
mano en mi espalda y que creó el monstruo,
me la acariciaba en no del monstruo en sí.
círculos—. En el Hice una mueca de
sudeste de Virginia. Y —No dejas pasar ni
dolor al tocarme la una.
ahora que te has sutura de la frente.
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horroroso que fuera, aquella comunidad—
la necesidad de que aceptaba regalos
—No me incordies
prescindir de Betty. en forma de comida
ahora con eso. Eres tú
Los de las FEP y los de los humanos a
la que no sabe de
rastreadores cambio de que los
literatura clásica.
conocían ya su humanos mataran a
—Es gracioso, no existencia. Pero sus algunos de ellos. Los
creo que ese lo palabras contenían conejos habían
tuvieran en la algo más… algo más dejado de luchar
biblioteca de que los enfrentaba. contra el sistema,
Thurmond. porque les resultaba
más fácil aceptar
Tenía la sensación de aquella pérdida de
No era mi intención saber qué era, pero no libertad, olvidar cómo
pronunciar el podía preguntárselo a era todo antes de
comentario de forma Liam. Quería la quedar encerrados
tan brusca, pero no verdad, no una detrás de una valla, y
era una experiencia versión edulcorada de lo preferían a vivir en
agradable que alguien la misma. Necesitaba libertad luchando a
te recordase que tu darme un baño de diario por encontrar
nivel de realidad. Y la alimento y cobijo.
conocimientos era respuesta solo podía Habían decidido que
equivalente al de un dármela Chubs. la pérdida de algunos
niño de diez años. de los suyos
compensaba la
Pero dudé, porque a comodidad temporal
Tuvo la decencia de sus pies, en el suelo de muchos.
poner cara de entre nosotros, estaba
compungido y exhaló el ejemplar de La
un prolongado colina de Watership —¿Será siempre así?
suspiro. —Anda… de Chubs. Y no podía —pregunté, doblando
tómatelo con calma, dejar de pensar en las rodillas contra el
¿de acuerdo? El aquella frase, la que pecho y apoyando la
corazón se me me había hecho cara en ellas—. Aún
acabará resintiendo enfadar tanto la en el caso de que
con primera vez que leí el encontráramos East
libro siendo una niña. River y nos
tanto estrés. ayudaran… siempre
habrá una Lady Jane
«Los conejos a la vuelta de la
Durante todo aquel necesitan dignidad y, esquina, ¿verdad?
rato, mientras Chubs por encima de todo, la ¿Habrá merecido la
y Liam intentaban voluntad de aceptar pena?
tranquilizarme, no su destino».
podía dejar de dar
vueltas a la «La voluntad de
conversación que aceptar su destino».
En el libro, los conejos
había oído por En nuestro caso, ese
se habían tropezado
casualidad. destino era no volver a
con aquella colina —
Comprendía, por muy
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ver nunca a nuestras —¿Si he hecho el
familias. Ser siempre qué?
—¿De modo que así
acosados y
es cómo encontraste
perseguidos hasta el
la pista? —dijo Liam—
último rincón oscuro —¿Te has metido
. ¿Viste un recuerdo
de tierra donde alguna vez en la
de ello?
intentáramos cabeza de alguno de
escondernos. Algo nosotros? —preguntó
había que hacer, no por fin. Su forma de
podíamos vivir de Asentí.
decírmelo me recordó
aquella manera. No —Ahora no parece la de un niño que
estábamos hechos tan impresionante, pregunta el final del
para eso. ¿verdad? cuento al irse

Chubs me apoyó una —No, no, no quería a dormir. Con


mano en la nuca, pero decir eso —dijo Liam, ansiedad. Resultaba
tardó un buen rato en y añadió sorprendente que en
poner en orden sus rápidamente—: Es todas las pesadillas
pensamientos. simplemente que trato que había tenido
de imaginarme cómo sobre lo que ocurriría
sería el interior de la cuando descubrieran
—Es posible que cabeza de ese niño, y la verdad, siempre
nunca llegue a lo mejor que se me había imaginado que
cambiar nada —dijo— ocurre es un cenagal Chubs era el que peor
. ¿Pero no te gustaría lleno de cocodrilos. se lo tomaba.
estar presente por si Debe de haber sido
acaso cambia? terrible.
—Pues claro que está
—No tan terrible como
en nuestra cabeza —
introducirme en la
* * * dijo Liam,
cabeza de alguien
esforzándose por
que me gusta —
abrir la tapa del bote—
reconocí.
No sé si fue el humo . Ruby es ahora uno
de la hoguera lo que de los nuestros.
me tranquilizó, o la
—¿Lo has hecho? —
repentina reaparición
preguntó Chubs
de Zu, que venía de —No me refería a eso
después de casi diez
inspeccionar las —protestó Chubs—.
minutos de silencio.
instalaciones de un Solo quiero saber
Liam estaba ocupado
campamento cercano cómo funciona. Nunca
mirando si podía
para asegurarse de había conocido a un
servirse de la llave de
que no había nadie. Naranja. En
Betty para hacer
Mientras me abrazaba Caledonia no había.
palanca y abrir los
por la cintura, los
botes de fruta y de
chicos empezaron a
sopa.
reunir todas las —Y seguramente era
provisiones que así porque el gobierno
quedaban en Betty. los eliminó a todos —
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dije, dejando caer las que un Naranja le
manos sobre el ordenara a un soldado
—¿Y qué pasó
regazo—. Al menos, de las FEP que
contigo? —preguntó
eso fue lo que pasó abriese fuego contra
Chubs—. ¿Cómo lo
con ellos en todos los demás
hiciste para que no se
Thurmond. soldados que hubiera
te llevaran?
allí. El estómago me
dio un vuelco tan
Liam levantó la violento que percibí
—Me hice pasar por incluso el sabor
cabeza, alarmado.
Verde desde un buen amargo y metálico de
—¿A qué te refieres? principio —dije—. Vi la sangre. Podía
que los de las FEP olerlo. Recordaba
tenían mucho miedo perfectamente bajo
—Durante los dos o de los Naranjas y las uñas la dolorosa
tres primeros años de engañé al científico sensación de
mi estancia allí, había que me hizo la prueba restregar el suelo
chicos de todos los de clasificación. —Me hasta dejarlo
colores, incluso Rojos costó mucho impoluto.
y Naranjas —les continuar—. Aquellos
conté—, pero… nadie niños eran… eran
sabe muy bien por muy conflictivos. A lo
Chubs abrió la boca,
qué o cómo sucedió mejor ya eran así
dispuesto a hablar,
todo. Algunos decían antes de poseer sus
pero Liam levantó una
que se los habían facultades, o se
mano para acallarlo.
llevado porque odiaban a sí mismos
causaban muchos por tenerlas, pero la
problemas, pero verdad es que hacían
—Lo único que sabía
corrían también cosas horribles.
era que tenía que
rumores de que los
protegerme a mí
habían trasladado a
misma.
otro campamento, un —¿Cómo qué? —
lugar nuevo donde insistió Chubs.
poder hacerles más
Y era verdad, porque
pruebas. Una
a mí también me
mañana, nos Dios, no podía ni
daban mucho miedo
despertamos y todos hablar de ello.
los Naranjas. Tenían
los Rojos, Naranjas y Físicamente me
algo muy malo.
Amarillos ya no resultaba imposible
Teníamos. Era aquel
estaban. hablar. No quería
parloteo constante, el
hablar sobre los
torrente de
centenares de juegos
sentimientos y
Pensarlo en ese mentales que les
pensamientos de los
momento me había visto practicar
demás, supongo. Al
resultaba con los soldados de
final uno aprendía a
prácticamente tan las FEP. No quería
bloquearlo en parte,
aterrador como la hablar sobre el
construía un frágil
sensación que me recuerdo de tener que
muro entre su cerebro
había embargado fregar el suelo de la
y el de los demás,
entonces. Cantina después de
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pero no antes de que suerte que hemos La lluvia se había
los pensamientos tenido. condensado en las
venenosos de alguien ventanillas y cubría el
hubieran entrado allí y limpiaparabrisas
mancillado los suyos. CAPÍTULO VEINTE rajado como una
Los había que membranosa capa de
pasaban tanto tiempo encaje. Los goterones
fuera de su propio Aquella noche de lluvia que se
cerebro, que cuando dormimos en el deslizaban por el
por fin regresaban monovolumen, cristal me recordaban
eran incapaces de estirados en los a las lágrimas.
hacerlo funcionar distintos asientos. Le
correctamente. dejé a Zu el de atrás y
yo me instalé en el de Cuando miré hacia el
delante, al lado de bosque, me encontré
—Así que ya veis — Liam. Me sentía con una sensación
dije finalmente—, incómoda inmersa en similar a la que sentía
habéis cometido un aquel silencio y me cada vez que me
error permitiendo que costó conciliar el infiltraba en los
me quede con sueño, aun sueños de otra
vosotros. reclamándolo con persona, una
todas mis fuerzas. sensación
desorientadora e
Zu negó con la inquietante, pero en el
cabeza, afligida por mi Hacia las cinco de la interior del
sugerencia. Chubs se mañana, justo cuando monovolumen reinaba
rascó los ojos para estaba a punto de la nitidez. Los perfiles
disimular. Solo Liam claudicar y de los asientos
tuvo valor para sumergirme en la reclinados, los
mirarme a la cara. Y neblina que ocupaba mandos del
su mirada no era de mi cerebro, noté un salpicadero… podía
repugnancia, ni dedo que me incluso leer las letras
acariciaba con minúsculas de los
suavidad la nuca. Me botones de la camisa
de miedo ni de giré hacia el otro lado de Liam, con el
ninguna de las miles y vi que era Liam, que nombre de la marca.
de emociones estaba medio
desagradables que despierto.
tenía todo el derecho Y veía también a la
a sentir: era solo de perfección los golpes
comprensión. —Estabas hablando y los cortes que tenía
sola —susurró—. en la cara cara;
¿Estás bien? algunos de ellos
—Intenta imaginarte estaban empezando a
dónde estaríamos sin cicatrizar, otros se
ti, cariño —dijo en voz Me incorporé, habían convertido ya
baja—, y entonces tal apoyándome en un en marcas
vez comprendas la codo, y me froté los permanentes. Pero lo
ojos para despejarme. que me llamó la

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atención no fue la «Peligroso. Esto es
magulladura de la muy peligroso». La
—Al menos son
mejilla —la que le alarma fue fugaz y
sueños buenos.
había producido yo pronto quedó
misma hacía ya varios desterrada a los —Sí —reconoció
días o varias vidas—, confines de mi Liam—. Es un
sino el pelo de punta, cerebro, donde no afortunado.
que se le rizaba sin pudiera interrumpir la
embargo alrededor de agradable sensación
las orejas y cerca del de acariciarlo, lo Miré hacia atrás para
cuello. La tormenta le maravilloso que observar la forma
había otorgado un resultaba. acurrucada de Chubs
tono miel algo más y me percaté por vez
oscuro, aunque no por
ello había perdido su —Tarde o temprano
calidez. No por ello me la tendrás que primera del frío que
deseaba yo menos devolver —dije, hacía sin la
acariciárselo. dejando que calefacción de Betty.
condujera mi mano
por la barba incipiente
—¿Qué pasa? — que le cubría la Liam ladeó la cabeza,
musitó—. ¿Por qué barbilla. la apoyó en el otro
sonríes? brazo y entrelazó su
—Una lástima.
mano con la mía.
Estudió la silueta que
Le acaricié el pelo, creaban nuestras
—…galletitas
intentando alisar manos unidas, la
saladas… —dijo una
aquellas puntas. Me di forma en que mi dedo
voz a nuestras
cuenta de lo que pulgar descansaba
espaldas—, sííí…
estaba haciendo con toda naturalidad
pasado un buen rato, sobre el suyo.
cuando vi que Liam
cerraba los ojos y se Nos giramos a la vez. —Si quisieras —
acurrucaba bajo mis Chubs se revolvió en empezó a decir—,
caricias. La turbación su asiento y volvió a ¿podrías ver lo que
me embargó tranquilizarse, está soñando?
entonces, pero Liam profundamente
me cogió la mano dormido.
antes de que pudiera Me llevé la mano a la Respondí con un
retirarla y la condujo boca para no echarme gesto afirmativo.
hacia su barbilla. a reír. Liam puso los —Pero son cosas
ojos en blanco y privadas.

—No —susurró,
cuando intenté sonrió. —¿Lo has hecho
apartarme—. Ahora alguna vez?
es mía. —Sueña con comida
—dijo—. Muchas —Nunca
veces. intencionadamente.

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cuando estoy nuestras manos
cansada o enfadada, entrelazadas.
—¿Conmigo?
capto los
pensamientos de la
otra persona o el —¿Estás bien así?
—Con mis recuerdo en el que
compañeras de está pensando, pero
cabaña en el si no toco a esa —¿Y tú? ¿Estás bien
campamento —dije—. persona puedo evitar tú? —contraataqué.
Con Zu aquella noche meterme en su Reconocí aquella
en el motel. He estado cerebro. Pero tocarla mirada: era casi
también en tu cuando mi cabeza idéntica a su
cabeza… una sola está así… es una expresión de dolor en
vez. Pero no en tus conexión automática. el área de descanso,
sueños.
cuando me había
—Hace dos días — hablado sobre su
dijo Liam, atando —Eso me imaginaba. campamento—. ¿En
cabos—. En el área —Liam suspiró y qué piensas?
de descanso. volvió a cerrar los
ojos—. ¿Sabes?
Cuando nos —Pienso en lo
Aparté la mano por conocimos, me extraño que es que no
instinto, para soltarme evitabas para no hace ni siquiera dos
antes de que él me tocarme. Me semanas que nos
soltara, pero no me preguntaba si en el conocemos y, sin
dejó. campamento te embargo, tengo la
habrían entrenado impresión de que te
—No —dijo—. No para que siempre conozco desde hace
estoy enfadado. actuases así con los mucho más tiempo —
demás, porque cada dijo—. Y pienso que
vez que uno de resulta frustrante
Se acercó a la frente nosotros intentaba tener la sensación de
nuestras manos tocarte o hablar que conozco muy bien
unidas, sin mirarme contigo, saltabas determinadas partes
siquiera cuando me como si te de ti, pero que otras…
preguntó: hubiésemos dado un ni siquiera sé nada de
susto de muerte. tu vida antes del
campamento.
—¿Empeora esto las
cosas? Cuando tocas —No quería haceros
a alguien, me refiero. daño —musité. ¿Y qué podía
¿Se te hace más difícil contarle? ¿Qué podía
controlarlo? contarle sobre lo que
Abrió los ojos de les había hecho a mis
pronto, con una padres y a Sam sin
—A veces —reconocí. mirada más luminosa provocar que se
No sabía cómo que antes. Movió la marchase corriendo?
explicarlo, porque cabeza en dirección a
nunca lo había
querido—. A veces,
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—Aquí no podemos mechones que le
mentirnos —dijo, con caían sobre la oreja.
—No es una
un movimiento que
estupidez —dije—. En
nos abarcaba a
absoluto.
todos—. ¿No fue eso —¿Qué quieres
lo que me dijiste tú? —Y contigo quiero hacer? —susurré.
hablar de todo. De
todo. Pero no sé qué
—¿Lo recuerdas? contarte sobre —Tengo que
Caledonia despertar a los demás
—dijo—. Tenemos
—Por supuesto que lo que ponernos en
recuerdo —dijo—. —dijo—. No sé qué marcha. A pie.
Porque confío en que contarte que no te
Detuve la mano, pero
sea algo que vaya en lleve a odiarme. Fui un
era evidente que él
los dos sentidos. Que estúpido, y estoy
había tomado una
si yo te pregunto por aturdido y
decisión.
qué no quieres volver avergonzado y sé…
a casa con tus padres, sé que Charles y Zu
me cuentes la verdad, me echan la culpa de
o que si te pregunto lo sucedido. Y sé que —¿A qué vienen
cómo era en realidad Cole ya se lo habrá tantas prisas? —
Thurmond, dejes de contado a mi madre y pregunté.
mentir. Pero luego me que ella se lo habrá
doy cuenta de que no contado a Harry… y
es justo, porque yo solo de pensarlo me Y allí, en la comisura
tampoco quiero hablar pongo malo. derecha de su boca,
sobre mi familia. Es allí donde la cicatriz se
como… unía con los labios,
—Hiciste lo que detecté una débil
Me volví para mirarlo, sonrisa.
creíste correcto —
a la espera de que
dije—. Seguro que lo —Creo que
pusiera en orden sus
entenderán. podríamos dejarlos
pensamientos.
dormir, al menos unas
pocas horas más.
Negó con la cabeza y
—No sé cómo
tragó saliva. Alargué
explicarlo —dijo—. Es
complicado traducirlo
la mano que tenía —¿Y después?
libre para retirarle el
a palabras. Esas —Nos pondremos en
pelo de los ojos. Su
cosas… esos marcha.
forma de volver la
recuerdos, son míos,
cara hacia mí, de
¿sabes? Son cosas
cerrar los ojos y ladear
que el campamento * * *
la barbilla, me dio la
no se llevó cuando
valentía necesaria
entré en él, y son
para volver a hacerlo.
cosas que no tengo Pasaron rápidamente
Reseguí con los
por qué compartir si dos horas. Debimos
dedos la onda natural
no quiero. Imagino de quedarnos
de su cabello, los
que es una estupidez.
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dormidos sin darnos justificara, sino Estaba tomando una
cuenta, puesto que porque me servía decisión difícil: qué
cuando abrí de nuevo para esconder la libros llevarse y qué
los ojos, la desagradable mancha libros dejar allí. Al final
condensación del de sangre que cubría se había decidido por
cristal empezaba a la parte delantera de La colina de
esfumarse y los la prenda. Watership, El corazón
primeros rayos de luz es un cazador solitario
se filtraban ya en el y un libro del que
bosque. —Por Dios. —Liam nunca había oído
me miró con hablar titulado
expresión seria Regreso a Howards
Me desperecé, y cuando se inclinó para End. Y había
también Liam. Por un retirarme el pelo que descartado El espía
momento no dijimos ni se me había quedado que surgió del frío y El
hicimos nada aparte enganchado debajo ruido y la furia, que
de tratar de eliminar la del cuello—. ¿Quieres Chubs había
tortícolis y los ponerte la mía? rebautizado como El
calambres. Cuando ronquido y mátame de
llegó por fin el una vez.
momento de soltarle Sonreí y yo misma le
la mano, sentí el subí la cremallera de
contacto del aire frío su sudadera. Aún —Sí —dije—. Se
del exterior. notaba la frente acabó lo de Verde.
sensible al tacto y los
puntos de sutura
—Despierta al equipo tenían un aspecto —¿Listos? —le dijo
—dijo. Le crujió el horroroso, pero me Liam a Zu. Zu le
hombro al estirar el sentía mejor. respondió levantando
brazo para despertar el pulgar y Liam se
—¿Tan malo es?
a Chubs tocándole la colgó su mochila rosa
rodilla—. Hora de de un hombro y la mía
hacer un carpe diem. del otro—. ¿Nos
—Malo como pondremos algún día
Posesión infernal II. en marcha,
—Liam se inclinó para bibliotecaria? Creía
Menos de una hora
meter en mi mochila que eras tú el que
después, estábamos
parte de su ropa. Vi en quería largarse.
todos fuera, delante
su mano algo rojo—.
del monovolumen
Casi me da un ataque
negro. Zu verificó por
al corazón, Verde.
última vez que no A modo de respuesta,
quedara nada debajo Chubs le hizo un
de los asientos. Me grosero gesto con el
abotoné la camisa de —Ya no puedes dedo y se agachó
cuadros hasta el seguir llamándola para utilizar todo su
cuello y le di tres Verde —apuntó peso y poder cerrar de
vueltas a una bufanda Chubs. este modo el maletín.
roja que había cogido, Me incliné para
no porque el frío lo ayudarlo, intentando

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no mirar a Liam a la Betty, con sus
cara mientras agujeros de bala y sus
Zu se liberó del
contemplaba la ventanillas
abrazo de Liam y echó
maltrecha apariencia resquebrajadas, no
a andar en dirección a
de Black Betty. Zu pasaba precisamente
los árboles de su
lloraba sin emitir desapercibida. Y
izquierda. Liam se
sonido alguno y Liam estaba además el
rascó la nuca, sin
la cogió por los hecho de que nos
entender nada.
hombros, tratando de quedaba muy poca
serenarla. Incluso gasolina, y de que no
Chubs contempló el había forma fácil de
coche con una rara encontrar combustible —De acuerdo —
expresión de cariño, excepto extrayéndolo empezó a decir—,
está bien, nos…
mientras jugueteaba de los coches que
con el tejido de los pudiéramos encontrar
pantalones. abandonados por la
autopista. Y por Pero cuando Zu
aquella autopista reapareció, no lo hizo
Ahora entendía por había demasiado con las manos vacías.
qué teníamos que tráfico, demasiados Llevaba cuatro
separarnos de Black ojos que podían florecillas amarillas…
Betty; el rastreador vernos. malas hierbas, por su
que acompañaba a aspecto. Las que
Lady Jane seguía con solíamos arrancar del
vida y existía, Liam nos había jardín de Thurmond
además, la posibilidad acercado lo máximo en primavera.
de que aquella mujer posible a Lake Prince,
hubiera informado de pero ninguno de
los detalles del coche nosotros sabía cuánto Se acercó al
a la red de cazadores tiempo nos llevaría monovolumen, se
de recompensas que llegar a pie hasta allí. puso de puntillas y
utilizaba los levantó el
rastreadores. Pero limpiaparabrisas que
entendía asimismo —Creo que tenía más a mano.
que a Liam le hubiera deberíamos hacer Con mucha
costado dar ese paso. algo con ella —dijo—. delicadeza, colocó las
Lo que sucedía era Como ponerla en una flores en fila, en
que a diferencia de las barcaza en el mar y vertical sobre el
pequeñas ciudades prenderle fuego. resquebrajado cristal.
abandonadas y Despedirla envuelta
marchitas de Virginia en un esplendor de
Occidental por las que gloria. Noté algo frío y
habíamos pasado, las húmedo en las
ciudades de los pestañas. No eran
alrededores y su Chubs enarcó una lágrimas, sino
población seguían ceja. llovizna, de esa que
aguantando, lo que va calándote a un
significaba que las —Es un ritmo lento pero
carreteras estarían monovolumen, no un seguro, que te pone
más concurridas y vikingo. de los nervios y te
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produce escalofríos. Y ahora de él, cuando de vez en cuando y
entonces me di existía la posibilidad los resplandecientes
cuenta de la injusticia de utilizarlos a ellos camiones plateados
de no poder volver a del mismo modo que que circulaban
meternos en el coche; ellos nos habrían ocasionalmente y,
de que incluso en el utilizado. Si caía según nos garantizó
caso de que sobre nosotros un Liam, evitar al mismo
consiguiéramos llegar miembro de las FEP o tiempo que ellos nos
a East River, un rastreador, viesen. Nos contó que
estaríamos siempre podía pulsar así era como había
empapados y aquel botón, y los viajado él cuando
doloridos durante agentes que había huido de los de
muchos días. aparecieran los la Liga, que había
distraerían lo cruzado
suficiente como para prácticamente todo
Aquel coche había que nosotros Virginia de aquella
sido un lugar seguro pudiéramos escapar. manera, y que así era
para ellos. Para como en su día tenía
nosotros. Y ahora pensado volver a su
también lo habíamos Pero, con todo y con casa.
perdido. eso, me avergoncé de
sentirme aliviada al
encontrarlo aún allí, Estábamos
Hundí las manos en de saber que Cate y discutiendo la
los bolsillos, di media sus promesas de posibilidad de que
vuelta y empecé a ocuparse de todo Chubs se hubiera
caminar hacia el seguían allí, que fracturado un dedo del
bosque. Rocé con los acudiría a mí solo con pie al tropezar con la
dedos un objeto duro que pulsara el botón. rama de un árbol,
y suave que estaba en cuando el gemido del
el fondo de un bolsillo, claxon de un camión
y no tuve necesidad * * * rompió de repente el
de sacarlo al exterior silencio. El estruendo
para saber que era el que siguió a aquello
botón del pánico. Al Liam creía que la fue infinitamente peor:
principio, lo había manera más rápida y el retumbar de algo
conservado porque no más sencilla de que pesado al caer de
estaba segura de si nuestro pequeño costado y el rotundo
podría protegerlos yo grupo llegase a East chirrido del metal al
sola, sin la ayuda de River era resquebrajarse.
nadie, y ahora… se desplazándonos por
me pasó por la cabeza las carreteras que
tirarlo y dejar que la habríamos seguido de Saltamos todos…
tierra acabara haber continuado con incluso tiré de la mano
engulléndolo. Liam Betty. Estábamos lo de Zu con la intención
había confirmado bastante cerca de la de taparme los oídos.
todas mis sospechas, carretera para ver El chillido de los
pero me parecía una llegar de lejos a los neumáticos justo
tontería deshacerme coches que pasaban antes del choque

pág. 13
sonó como la señal de si fuese un juguete camiones no volcaban
alarma que precedía abandonado. sin motivo aparente.
el Ruido Blanco. O bien había otro
Nos acercamos,
vehículo con su
agachados, y el olor a
conductor que no
caucho quemado y
Pasado un instante, alcanzábamos a ver
humo me revolvió el
Liam me destapó una desde donde
estómago.
de las orejas para estábamos situados
decirme: o…

Temía que las chispas


que corrían por el
—Ven conmigo un O los gritos y el
asfalto acabaran
segundo. —Se dirigió accidente estaban
convirtiéndose en un
entonces a los otros— relacionados.
muro de fuego.
: Vosotros quedaos
aquí para vigilar las
bolsas. Liam y yo estábamos
Liam se incorporó y
completamente al
antes de que me diera
descubierto cuando
tiempo a sujetarlo por
Y oímos los gritos de entre los árboles
el brazo, ya había
antes de que el que teníamos
alcanzado el arcén.
estrépito se hubiera enfrente empezaron a
acallado. No eran emerger las figuras
gritos desesperados, vestidas de negro.
—¿Pero qué haces? Iban completamente
de los que se oyen
cuando una persona de negro, desde los
está aterrorizada, pasamontañas que
herida o desesperada Me vi obligada a gritar les cubría la cara
de dolor. Aquello era para superar el sonido hasta el calzado. Nos
un grito de guerra. Un del impacto de la separaba de ellos una
grito rebelde que iba lluvia, que golpeaba autopista, pero
in crescendo. Era con fuerza el cuerpo incluso así, agarré a
evidente que ni Zu ni plateado y arrugado Liam por el brazo y se
Chubs podían del tráiler que el lo apreté hasta que
acompañarnos. Se camión arrastraba. supe que le había
quedaron dejado una huella casi
definitivamente permanente de mis
vigilando las bolsas —El conductor… dedos.
mientras Liam y yo
nos acercábamos a
los árboles que nos Necesitaba ayuda, sí, Había al menos dos
separaban del asfalto era consciente de ello, docenas de figuras de
de la autopista, y quizás eso me negro; se movían al
mojado por la lluvia. convirtiese en una unísono, con una
persona mala y facilidad ensayada.
desalmada, pero no Fue extraño, pero
En medio de la estaba dispuesta a verlos ocupar la
calzada había un permitir que Liam carretera y dividirse
camión volcado, como fuera quien se la en dos grupos —uno
proporcionase. Los
pág. 14
de ellos se dirigió arrancarle la oreja. No la piel. Quien quiera
hacia la parte había tiempo para dar que estuviera
delantera del camión, media vuelta y echar a haciéndolo esta vez
el otro hacia la correr. Los disparos no tuvo escrúpulos
trasera, donde se se detuvieron el para hincarme
derramaba el tiempo suficiente además la rodilla en la
contenido del como para que tres de espalda y apoyar en
remolque— me aquellas figuras ella todo su peso. El
recordó un equipo de corrieran hacia cañón del rifle estaba
fútbol que se prepara nosotros, al tiempo gélido y noté que
para iniciar el que gritaban: alguien me cogía del
encuentro. Los cuatro pelo y me daba un
que se habían dirigido tirón. Fue en ese
a la cabina, treparon a —¡De rodillas! ¡La momento cuando
la puerta y tiraron para cabeza contra el desconecté del dolor,
abrirla. Sacaron al suelo! levanté la mano e
conductor, que gritaba intenté voltear el
en un idioma que yo cuerpo para agarrar a
no alcanzaba a Quise echar a correr. quien quiera que
comprender. Liam debió de intuirlo, estuviera
puesto que se inmovilizándome. Yo
abalanzó sobre mí y no era una inútil… y
Una de las figuras de me obligó a no pensaba morir allí.
negro —grande, con permanecer inmóvil,
la espalda del tamaño aplastándome la cara
de Kansas—, extrajo contra el frío y áspero —¡Eso no! —oí que
un cuchillo de su asfalto. La lluvia gritaba Liam. Estaba
cinturón e, indicando empezó a caer con suplicando—. ¡Por
a los otros que más fuerza, y me llenó favor!
sujetaran al la oreja, la nariz y la
conductor, acercó el boca, que abrí en un
filo plateado del arma intento de proferir otro —Vaya, ¿así que no
a la mano del hombre. grito. quieres que se mojen
tus preciosos
—¡No vamos
papeles? —La misma
armados! —oí que
Oí un grito, pero no voz de antes—. ¿Por
decía Liam—.
caí en la cuenta de qué no intentas,
Tranquilos…
que era mío hasta que mejor, preocuparte
¡tranquilos!
vi aquella monstruosa por ti y por la chica,
cabeza negra girarse eh? ¿Eh? —Sonaba
hacia donde como un deportista
estábamos —Cállate, cabrón — dopado por la
escondidos. Liam dijo alguien entre adrenalina del partido.
saltó cuando diez dientes.
cañones de escopeta
empezaron a Alguien me pisó la
descargar sobre Conocía muy bien la mano cuando intenté
nosotros. La primera sensación de tener el alcanzar la piel de mi
bala a punto estuvo de cañón de una
escopeta clavado en
pág. 15
atacante para —¿Lee? ¿Liam
arañarlo. Stewart?
—¿Estás bien? —me
preguntó. Me cogió la
cara entre las
Solté un grito Oí pasos que corrían
manos—. Ruby,
ahogado, ansiosa por hacia nosotros.
mírame… ¿estás
poder girar la cabeza
—¿Mike? ¿Eres tú? bien?
y ver por qué gritaba
—Eso lo dijo Liam.
también Liam.
Acerqué las manos a
—Oh, Dios mío… las suyas. Asentí.
—Doctor Charles
parad, ¡parad! —El
Meriwether —leyó la
cañón de la escopeta
voz—, 2775 Arlington
se apartó por fin de mi De los seis chicos
Court, Alexandria,
mejilla, pero yo seguía reunidos a nuestro
Virginia. George
inmovilizada en el lado, solo dos se
Fields…
suelo—. Lo quitaron el
conozco… ¡es Liam pasamontañas: aquel
Stewart! ¡Parad! chico tan grande —
Las cartas.
¡Suéltalo, Hayes! grande en el sentido
—Para —dijo Liam—. de que parecía un
—¡Lo ha visto; ya
No hemos hecho Hércules—, que
conoces las reglas!
nada, no hemos visto resultó tener la piel
nada, solo… colorada y rayas
pintadas de negro
—¡Por Dios! ¿Estás bajo los ojos, y otro,
sordo o qué? —
—¿Charles de piel aceitunada y
vociferó Mike—. Las pelo castaño
Meriwether? —dijo
reglas se aplican a los desgreñado recogido
otra voz también
adultos… son chicos, en una coleta. Este
masculina, aunque
¡gilipollas! último era Mike. Le
esta con un marcado
acento sureño. La arrancó las cartas de
lluvia apenas me las manos a Hércules
No sé si Liam y se las acercó al
permitía oír nada—.
consiguió por fin pecho.
¿George Fields…
quitárselo de encima
como Jack Fields?
o si fueron las
palabras de Mike las —Lee, tío, lo siento
que lo lograron, pero mucho. Nunca
—¡Sí! —Liam
noté que Liam se pensé… —Mike se
estableció la conexión
levantaba del suelo y atragantó. Liam me
justo un segundo
abrí los ojos justo a soltó una mano para
antes que yo. Eran
tiempo de ver a Liam
una tribu… eran darle unos golpes en
dar un codazo a la la espalda—. ¿Qué
chicos—. Sí, somos
figura negra que me
psi, por favor… demonios haces
mantenía aquí?
¡somos psi, como
inmovilizada. Engullí
vosotros!
una enorme
bocanada de aire.
pág. 16
Liam recuperó las —De Carolina del fruta de vivos colores.
cartas y luego volvió a Norte —dijo Liam, con Se me hizo la boca
cogerme la mano. una malicia agua al ver los
sorprendente. plátanos verdes, a
—No pasa nada —me
punto de madurar.
dijo.
Mike le dio la mano a
Liam. Temblaba de En cuanto iniciaron la
Y daba la impresión
pies a cabeza. retirada hacia la zona
de que tenía razón.
boscosa, vi con
Los demás chicos de
claridad que algunos
negro habían perdido
—Los demás… ¿viste de los chicos
todo su interés en
si alguno de los arrastraban al
nosotros en el
demás lo consiguió? conductor del camión,
momento en que Mike
inconsciente y atado,
había intervenido.
hacia la zanja que
Liam dudó. Adiviné lo había a un lado de la
que estaba pensando carretera.
—Dios, Lee —dijo
y me pregunté si le
Mike, secándose la
contaría a Mike la
cara mojada por la
verdad sobre el —¿Entonces qué? —
lluvia—. Dios mío, no
número real de chicos Liam se rascó la
puedo creer que lo
que consiguió fugarse nuca—. ¿Os dedicáis
hayas conseguido.
aquella noche. a asaltar a cualquiera
que sea lo bastante
imbécil como para
La voz de Liam sonó circular por aquí?
Pero en aquel
tensa.
momento, las alarmas
—Pensaba que de los relojes de los
estabas con Josh seis chicos sonaron —Es un golpe para
cuando… simultáneamente, con conseguir provisiones
un pitido agudo. —dijo Mike—. Solo
intentamos conseguir
—Lo estaba, pero comida, y es la única
conseguí escapar por —Es la hora —dijo manera de lograrlo.
el campo. —Y Hércules a los Tenemos que actuar
añadió—: Gracias a ti. demás—. Coged las con rapidez… hacerlo
provisiones y antes de que alguien
Otro chico, este con la se percate de nuestra
volvamos. Los
piel tan oscura como presencia y pueda
uniformados llegarán
Chubs, levantó el seguirnos de vuelta a
de un momento a otro.
pulgar en dirección a casa.
Liam. —¿De vuelta a casa?
Los chicos de la parte
posterior del camión
—¿Es Liam Stewart? estaban descargando —Sí. ¿Hacia dónde
—preguntó—. ¿El de el contenido del vais? —Mike tuvo que
Caledonia? remolque: cajas y alzar la voz por
cajones repletos de encima de los gritos
pág. 17
de sus compañeros, Como Mike era quien interior de la
que lo llamaban—. había convencido a camiseta. Unos
¡Tendríais que venir sus compañeros de cuantos chicos nos
con nosotros! que debíamos seguían rezagados
acompañarlos, fue él para recoger el
quien se quedó como llamativo sendero de
—Ya tenemos nuestra responsable de fruta que íbamos
propia tribu, gracias vigilarnos durante la dejando a nuestro
—dijo Liam. excursión por el paso. Sin darme
embarrado y cuenta, aquel
Mike frunció sus empinado camino sin apetitoso rastro acabó
oscuras cejas. asfaltar, cargados con distrayendo mi
cajas de fruta que atención en más de
eran casi tan una ocasión.
—Nosotros no somos tentadoras como
una tribu. O al menos pesadas.
no somos como las En un momento en
otras tribus. Estamos que Mike nos dio la
con el Huidizo. ¿Has —Recurrimos a estas espalda, Liam
oído hablar de él? cosas, a lo que sumergió la mano en
llamamos «golpes», la caja superior de su
para abastecer el carga y, con una
CAPÍTULO campamento. Así tímida sonrisa, me
VEINTIUNO conseguimos plantó una naranja en
medicamentos, las narices. La dejó
comida, de todo. De caer luego en el
East River, después vez en cuando bolsillo de mi
de tantas también desvalijamos chaqueta, se inclinó,
especulaciones, no tiendas. retirando con el gesto
era más que una zona la capucha de la
de acampada. sudadera que le
Grande, por supuesto, Liam me había dejado protegía la cabeza, y
pero nada que no su chaqueta para me estampó un besito
hubiera visto una protegerme de la en la magullada
docena de veces en lluvia. Pese a que mejilla. Después de
compañía de mis durante el camino se aquello, las frías gotas
padres. Después de la había convertido en que me empapaban la
propaganda que le una fina llovizna, las piel parecieron
habían hecho Mike y endebles cajas de evaporarse.
los demás, cabría cartón habían sufrido
pensar que nos ya daños irreparables.
dirigíamos a las De vez en cuando, el —Ou, ou, ou —
puertas del Cielo, no a fondo de alguna caja canturreó Chubs por
un antiguo camping cedía por completo y detrás de nosotros—.
que en su vida pasada el chico que cargaba Ou, ou, ou.
era conocido como con ella se veía
Chesapeake Trails. obligado a almacenar
la fruta empapada en —¿Sabéis qué? —
los bolsillos y en el dijo Mike—. Me llena

pág. 18
de esperanza que adivinaba. Iba rollo optimista de
después de todas las cargado de pomelos. «Vamos a
cosas por las que ha conseguirlo, tíos, un
tenido que pasar, día lograremos salir
Chubs siga siendo el Vi en su mirada que de aquí». Y ahora,
mismo Chubs que deseaba con cuando se ha dado
todos conocemos y desesperación cuenta de lo
adoramos. cambiarme su caja complicado que es en
por la mía, aunque realidad todo, ha sido
fuese solo por unos para él como una
—Qué va, eso no es minutos. Pero levantó muerte lenta.
cierto —dijo Liam—. con orgullo la barbilla
Se paró un momento
Este es Chubs 2.0. No por encima del cartón.
para cambiar la caja
ha protestado ni una
—Estoy bien, pero de brazo.
sola vez en todo lo
gracias por preguntar.
que llevamos de
excursión.
—¿Qué quieres que
—Tú dale unos Liam y Mike te cuente? Lee es
minutos más —dijo rompieron a reír a Lee. Todo el mundo le
Mike—. Estoy seguro carcajadas por algo, quería, incluso
de que no nos incluso Zu se volvió algunos soldados de
defraudará. para sonreírles, con el las FEP. Lo
sombrero de Lee escogieron a él de
medio caído sobre los entre todos los Azules
—Oye —dije en voz ojos. Resultaba como recadero del
baja, empleando un asombroso lo mucho centro de control de
tono de advertencia— que había mejorado nuestro campamento.
. Eso no tiene gracia. Liam en solo unas
—¿En serio? ¿Y
Chubs se arrastraba horas; su rostro
cómo eras tú en el
detrás de nosotros, estaba animado con
campamento? —le
pero la distancia se una energía que no
pregunté con una
iba ampliando a cada había visto… nunca,
sonrisa.
mojón la verdad.

—Yo pasaba
kilométrico que —¿Cómo era? —
desapercibido,
superábamos. Me pregunté en voz
prácticamente —
paré a esperarlo, pues baja—. ¿Cuándo
dijo—. Excepto
no quería que estaba en el
cuando estaba con
pensase que campamento?
Lee.
pretendíamos dejarlo
atrás. Y como si hubiese
Chubs exhaló un oído su nombre, Liam
prolongado suspiro. se giró en aquel
—¿Necesitas ayuda? preciso momento.
—le pregunté al ver
que cojeaba—. Mi —Veamos, para
caja no pesa mucho. empezar, era mucho
—Y la suya sí, se más pesado con su
pág. 19
—¡Ánimo, señoras! Huidizo ayudarnos a —¿Y es cierto eso de
Vamos a quedarnos contactar con los que hay aquí cientos
atrás. nuestros? de niños correteando
en total libertad?

Cuando Chubs y yo Mike frunció el


conseguimos por fin entrecejo. —pregunté—. ¿Cómo
ponernos a su altura, se lo ha hecho para
Mike estaba contando permanecer tanto
cómo había logrado —Supongo que sí, tiempo aquí sin que
recorrer a pie la pero normalmente los de las FEP le
distancia entre Ohio y pide a la gente que se hayan echado el
Virginia después de la quede unas semanas guante?
fuga de Caledonia. Zu en el campamento
me tiró de la manga para colaborar.
de la chaqueta y Además, ¿por qué Mike ya había
señaló los árboles que querrías ahora volver explicado el
quedaban a nuestra a casa? Aquí es funcionamiento del
izquierda. mucho más seguro. campamento. Allí
todos los chicos

Yo estaba tan inmersa Adiviné que a Chubs


en la conversación le habría gustado —algunos fugados de
con Chubs que había seguir insistiendo en campamentos o de un
pasado el tema, pero Liam internamiento seguro,
completamente por volvió a la carga con otros capaces de
alto el sedoso lago otra pregunta. esconderse el tiempo
azul que acababa de necesario como para
aparecer de repente. haberlo evitado—
Se habían retirado las —¿Cuánto tiempo tenían
nubes y el sol brillaba hace que el Huidizo responsabilidades.
con fuerza. El agua tiene este montaje?
centelleaba bajo sus
rayos y proyectaba luz —Mira, ahí está la
hacia los árboles que —Unos dos años, gracia de estar bajo la
la rodeaban por todos creo —respondió protección del Huidizo
lados. Entre ellos Mike—. Tío, me —dijo Mike—. Los de
divisé un pequeño muero de ganas de las FEP no pueden
embarcadero en que lo conozcas. Te atacarle porque saben
forma de T y, más allá, va a fascinar. quién es y lo que
varias cabañas de podría llegar a
madera. hacerles. Le teme
Chubs hizo un gesto incluso el viejo Gray.
de impaciencia y tuve —¡Ya sé quién es! —
—Por lo que veo es la clara sensación de
algo más que un exclamó Liam,
que no sentían ningún chasqueando los
simple escondite — cariño el uno por el
estaba diciendo dedos—. ¡Santa
otro. Claus!
Liam—. ¿Podrá el

pág. 20
estaba cubierta de para que os podáis
cortes, magulladuras quedar un tiempo.
Zu rio como una
y barro como
tontuela.
nosotros, sino que
iban vestidas con ropa —¿Necesitamos su
y calzado decentes. permiso? —preguntó
—No andas muy Sin que nadie se lo Chubs—. ¿Y qué
desencaminado —dijo pidiera o indicase, los pasa si dice que no?
Mike—. Te va a niños que —Nunca ha dicho que
parecer supercursi, ganduleaban bajo no hasta la fecha —
así que, con toda unos árboles se dijo Mike.
confianza, puedes levantaron para
mandarme al carajo ayudarnos a cargar
por lo que te digo, con las cajas de fruta, Se cargó la caja al
pero te juro que aquí que transportamos hombro para de este
es como hacia un edificio modo poder pasarle
blanco que aparecía un brazo a Chubs
identificado como sobre los hombros.
si cada día fuese «OFICINA DEL Viendo que había
Navidad. CAMPAMENTO/TIEN captado mi atención,
DA». me sonrió de oreja a
oreja.
Y enseguida
comprendí a qué se La Oficina del
refería. En cuanto campamento/Tienda —Es imposible que
llegamos al claro, que era la estructura más estuvieras en
imaginé que debía de sólida de todas las Caledonia. Me habría
ser el lugar donde los que habíamos visto acordado de una cara
campistas montaban hasta el momento, como la tuya. —Creo
sus tiendas, nos construida con un que debía imaginarse
vimos rodeados por estilo más que estaba ligando
docenas de niños. A permanente que las conmigo, con sus ojos
nuestra derecha, pequeñas cabañas de oscuros y sus
había adolescentes madera con puertas hoyuelos. Miró
jugando al voleibol… de color verde oscuro. entonces a Lee, que
con una red de
reprimía una sonrisa
verdad. Oí unas
al observar mi
cuantas risas y tuve —Aquí es donde reacción—. ¿De
que pararme para guardamos la comida dónde viene, dime, y
dejar pasar a unas —explicó Mike, como dónde podría
niñas que jugaban a si fuese lo más encontrar otra como
pillar. A Zu le llamaron apasionante que ella?
tremendamente la íbamos a oír—. Y el
atención. lugar desde donde el
Huidizo dirige todo el —A esta la recogí en
espectáculo. Os haré una gasolinera de
Parecían felices. En pasar para Virginia Occidental, a
plena forma y presentároslo. Tiene precio de ganga —dijo
sonrientes. Y limpias. que daros permiso Lee—. Aunque era la
Ninguna de ellas
pág. 21
última de la —¿Algún motivo en provisiones, iban
estantería, lo siento. particular para que vestidos de negro de
hayáis decorado este los pies a la cabeza.
bonito lugar con el
Mike volvió a reír, y le símbolo de nuestros
dio un pellizco en el más mortales —El negro es la
hombro a Chubs enemigos? — ausencia de cualquier
antes de empezar a preguntó Liam. color —dijo Mike—.
subir brincando las Aquí no segregamos
escaleras y por color. Todos nos
agacharse para pasar Era la primera vez que respetamos y
por debajo de una Mike alteraba la respetamos nuestras
sábana blanca expresión en todo el distintas facultades, y
colgada sobre el rato que llevábamos nos ayudamos
pequeño porche del con él, ya cerca de mutuamente para
edificio. La miré, y dos horas. Algo se comprenderlas.
tuve que volver a endureció en su Pensaba que si
mirarla. mirada, algo le tensó existía alguien que
los músculos de la pudiera comulgar con
mandíbula. esa idea, serías
Zu se había detenido precisamente tú, Lee.
—Es nuestro símbolo,
en seco al ver el
¿no? Es la psi.
gigantesco signo Ψ
Debería
pintado en la sábana y —Oh, claro, claro,
representarnos a
su rostro había comulgo
nosotros, no a ellos.
adquirido un color absolutamente.
enfermizo. Yo no Vamos, como si fuera
podía moverme, no sagrada —dijo Liam—
—¿Y cómo explicas
podía dejar de mirarlo. . Solo es que… estaba
entonces lo de ir de
Liam tosió para confuso, eso es todo.
negro? —insistió
aclararse la garganta El color absoluto es el
Liam—. ¿Los
y movió la mandíbula, negro. Entendido.
brazaletes, las
como si intentara
camisas…?
liberar palabras que
se negaban a salir. Se abrió entonces la
puerta mosquitera y
Tenía razón. Todo el
Mike puso el pie para
mundo, de una
Bastó al menos para impedir que se
manera u otra, llevaba
dejarnos inmóviles a cerrara. —¿Pasáis?
algo de ese color. En
Zu y a mí. El rostro de
su mayoría, parecían
Zu se iluminó
tener bastante con
entonces como una Me sorprendió sentir
anudarse una banda
vela y Liam miró al entrar una oleada
negra en el brazo,
confuso a su amigo. de calor y vi que las
pero otros, y no solo
luces del techo
—¿Qué pasa? —dijo
estaban encendidas.
Mike al ver nuestra
Electricidad. Recordé
reacción. los que habían dado
que Greg había
el golpe contra el
mencionado que los
camión de
pág. 22
Amarillos habían de la altura de Mike nos guio fuera de
manipulado el sistema nuestras cabezas. la habitación y
para que funcionase, dejamos a Lizzie
¿pero tendrían babeando entre las
también agua Pensé que Chubs piñas y las naranjas.
corriente? acabaría rompiendo a
llorar.
—Subamos. Debería
Las habitaciones de haber terminado ya la
delante estaban Dejamos la fruta en el reunión con el equipo
ocupadas por rincón más oscuro de de seguridad. Hayes
montañas de mantas la habitación, junto a es el responsable de
y ropa de cama, una chica de pelo los golpes, pero Olivia
algunos colchones corto y rubio vestida —ya la conoceréis—
amontonados y varios con una camiseta coordina las guardias
barreños de plástico negra que le dejaba el en todo el perímetro
gris. La habitación de ombligo al aire. Dio del campamento. Si
la parte posterior —la palmas y saltos de queréis, puedo hablar
tienda del conjunto alegría. No tendría con ella para que os
Oficina del más de catorce o asignen ahí.
campamento/Tienda quince años, y debía
— quedaba a la de tener también
derecha de una catorce o quince Miró a Zu.
pequeña cocina con piercings en el
paredes cubiertas de —Aunque por
cartílago de cada
baldosas blancas. desgracia para ti,
oreja.
Mike saludó con la pequeña, los menores
mano a los chicos que de trece años tienen
había dentro, que ir a
—Sabía que te
ocupados removiendo pondrías contenta,
con largas cucharas Lizzie —dijo Mike,
de madera la deliciosa clase.
lanzándole un
receta que estuvieran pomelo. Eso llamó la atención
preparando. de Chubs.

—Hacía años que no


Las viejas estanterías teníamos fruta —dijo —¿Qué tipo de
de la tienda estaban la chica, cuya clases?
pintadas de un entonación iba
austero tono verde, ascendiendo a cada
aunque surtidas con palabra que —Cosas normales del
un arcoíris de comida pronunciaba—. colegio, imagino.
enlatada, bolsas de Confío en que se Matemáticas, algo de
patatas fritas, pasta e conserve en buen ciencias, lectura…
incluso chucherías. estado unas cuantas depende de los libros
Liam soltó un silbido al semanas. que hayamos podido
ver las cajas de gorrear. El jefe
cereales que se considera muy
apilaban por encima importante que todo el
pág. 23
mundo adquiera unos desde Virginia una vieja mesa de
conocimientos Occidental. despacho metálica
básicos. —Mike se con la pintura negra
detuvo al llegar a lo descascarillada.
alto de la escalera y El segundo piso del Delante de la mesa
miró por encima del edificio era más bien había dos sillas
hombro—. Sé que un desván, puesto sencillas y, adosada a
nunca os ha gustado que la totalidad de la la pared de la
utilizarlas, pero se planta estaba izquierda, una mesa
imparten también ocupada por una sola larga con todo tipo de
lecciones sobre cómo habitación. Mike llamó equipos electrónicos.
emplear las distintas a la puerta y esperó a Había una televisión
facultades. escuchar «Adelante» encendida y
antes de atreverse a sintonizada en un
girar el pomo. Oí a canal de noticias. La
Chubs, detrás de mí, Chubs emitir un cara del presidente
tosió para aclararse la graznido nervioso y Gray, flanqueada por
garganta antes de me sorprendí a mí dos banderas de los
hablar. misma con las Estados Unidos,
pulsaciones llenaba la pantalla.
aceleradas. Movía la boca, pero el
—A mí ya me basta volumen estaba
con lo que Jack me apagado. El único
enseñó. La puerta se abría en sonido, a excepción
la parte central de la de la inspiración
habitación. A la profunda que
—Jack… —La derecha había una acababa de hacer
intensidad de la voz cortina blanca, corrida Chubs, era el de los
de Mike se para ocultar lo que dedos de Clancy Gray
desvaneció—. Tío, imaginé que sería la tecleando en un fino
cómo echo de menos zona de vivienda. La ordenador portátil de
a ese chico. ventana que debía de color plateado.
haber detrás de la
cortina dejaba pasar
Durante la excursión, suficiente luz del Lo reconocí. Aun en el
Mike nos había atardecer como para caso de que se
contado que en el adivinar el perfil de hubiera rapado el
campamento del una cama y una grueso pelo negro
Huidizo vivían cinco cómoda. ondulado, se hubiera
chicos y chicas de tatuado las mejillas y
Caledonia. Mike era el se hubiera puesto un
único de la habitación La otra mitad de la piercing en la nariz
de Liam, pero había habitación estaba larga y afilada, lo
además dos chicas montada como habría reconocido
Azules, un chico oficina. Había dos igualmente. Había
Amarillo y un Verde estanterías llenas de pasado seis años
que habían archivadores y libros mirando todos y cada
conseguido llegar allí de toda forma y uno de los retratos de
tamaño. En el centro, Clancy que había en
Thurmond,
pág. 24
memorizando todas muy poco. Decir Clancy dio un paso al
sus pecas, la forma de estado de casi frente, pero Liam lo
sus finos labios… parálisis cerebral, de empujó, con fuerza.
Hasta conocía a la esa que reduce la
—¡Lee! —gritó Mike,
perfección el pico que corriente de
escandalizado.
se le formaba en el pensamientos a la
nacimiento del pelo. velocidad de un
Pero no había nada caracol, sería decir
como verlo en carne y muy poco. No dispuse Clancy levantó los
hueso. Aquellos ni siquiera de un brazos en alto.
retratos no habían segundo para
logrado captar sus recuperarme antes de
ojos oscuros, ni oír las tres palabras —¡Lo siento… lo
habían sido capaces que pronunciaron sus siento! Es culpa mía.
de predecir lo labios a continuación. Debería haberme
atractivo que acabaría Era imposible, puesto dado cuenta de que
siendo con la edad. que Clancy Gray me no podía decirlo así.
miró a los ojos y dijo lo Pero ha sido una
—Solo un seg… sorpresa verte.
último en este mundo
que me esperaba que
dijese:
Levantó la vista de la Se inclinó hacia Liam
pantalla para mirar —Ruby Elizabeth con una sonrisa de
hacia donde Daly. disculpa y yo me
estábamos nosotros y detuve junto a la
de inmediato se hizo puerta, asombrada
evidente que acababa por un momento al ver
de llevarse una lo blancos y bien
Mi reacción fue
sorpresa. colocados que tenía
excesiva tratándose
los dientes.
de algo tan inocente
como mi nombre
—¿Jefe? —dijo
completo. No había
Mike—. ¿Estás bien? —He leído tu ficha
pronunciado tres
tacos ni gritado tantas veces y en
«¡Matadlos ahora tantas redes distintas
El hijo del presidente mismo!» o que tenía la sensación
se levantó muy «¡Encerradlos!». No de que ya nos
despacio y cerró la debería haber conocíamos. Hay
tapa del ordenador. empezado a muchísimas personas
Las mangas retroceder, buscándote.
arremangadas de la tropezando con mis
camisa se les —¿Y a cuál de todas
propias botas, pero ya esas personas tienes
deslizaron por los estaba casi en la
bronceados brazos. pensado entregarla?
puerta cuando me di —le espetó Chubs.
cuenta de que lo
había hecho.
«¿Es este el
Huidizo?», pensé. Zu me pasó un brazo
«¿Él?». Decir por la cintura. A
sorpresa, sería decir Clancy se le encendió
pág. 25
el rostro al escuchar antes que la policía. velozmente hacia mi
aquella acusación y Buena suerte, alguien cerebro. «Es un
volvió de nuevo sus la pifió o tenían otros Naranja. Los rumores
ojos oscuros hacia mí. pequeños a los que eran ciertos. Podría
recoger, porque no se ayudarme».
entretuvieron a
—A nadie. interrogar a tus
Simplemente recopilo padres y, por lo tanto, —¿Pero… no te
información, controlo no te hicieron ningún habían reformado? —
las redes para ver de tipo de clasificación pregunté muy
qué habla la gente. Y previa. Y entonces despacio—. ¿No era
casualmente, todo el llegaste a Thurmond y por eso por lo que te
mundo habla de ti, conseguiste evitar habían soltado?
señorita Daly. —Hizo que detectasen que
una pausa y se rascó eras Naranja…
el hombro, en un —Precisamente tú,
gesto no calculado—. Ruby, deberías saber
Veamos si lo recuerdo —¡Para! que en Thurmond no
todo: nacida en pueden reformar ni
Charlottesville, una mierda —dijo—.
Virginia, pero criada No quería oír ¿Y qué tal está el viejo
en Salem por su aquello… no quería Thurmond, por cierto?
madre, Susan, que nadie lo oyese. Tuve el dudoso honor
maestra, y su padre, de ser su primer
—¿Pero qué haces,
Jacob, agente de interno… los vi
policía. Asististe a la tío? —gritó Liam—.
construir la Cantina
escuela elemental de ¿No ves que la estás
ladrillo a ladrillo. ¿Es
Salem hasta tu agobiando?
cierto lo que dicen de
décimo cumpleaños, que colgaron mi
cuando tu padre llamó fotografía por todas
a su comisaría para Clancy, anticipando partes?
informar de que había tal vez otro empujón,
una niña desconocida se desplazó al otro
en su casa… lado de su mesa de
Pero había otra
despacho.
—Para —murmuré. pregunta mejor: ¿De
verdad creía que
estaba dispuesta a
—Estoy emocionado coger una silla
Liam miró por encima por haberla conocido,
del hombro en un eso es todo. No
intento de repartir su sucede cada día lo de
atención entre mi y estar de palique
encontrar otro
persona y el chico que hasta las tantas
Naranja.
recitaba la sórdida hablando de los viejos
historia de mi vida. tiempos?

Y al instante se
encendió una chispa
—… pero, mala Clancy suspiró.
en mi pecho, la cual
suerte, los de las FEP generó una llama que
llegaron a tu casa se propagó
pág. 26
—Bueno pues… si tú Mike movió levantó primero una
eres Ruby, entonces afirmativamente la comisura de la boca y
tú debes de ser Lee cabeza. luego la otra. Y yo
Stewart. También he noté una cálida y
—Para que quede
leído tu ficha. burbujeante
constancia, a mí no
sensación en algún
me has molestado,
rincón de la cabeza, al
jefe.
—¿Y has encontrado tiempo que se me
algo que valga la aceleraba el pulso. Di
pena? —preguntó media vuelta e
Clancy soltó una interrumpí el contacto
Mike, con una risilla
carcajada, profunda y visual, pero la imagen
nerviosa.
lenta. siguió inundándome
el cerebro,
—Los de las FEP expandiéndose hasta
—De acuerdo, está que pensé que
están siguiendo todos
bien. Gracias por el
tus movimientos — acabaría por
trabajo duro que has ahogarme. Me vi
dijo Clancy,
hecho hoy, por cierto. mentalmente en una
recostándose en su
Por lo visto ha habido habitación, a solas
silla—. Lo que
buena cosecha. con Clancy: él estaba
significa que
necesitas un lugar arrodillado,
donde tratar de pasar ofreciéndome una
inadvertido por una —No te lo vas a creer rosa.
temporada. —dijo Mike,
dirigiéndose ya a la
Liam dudó una puerta. Nos indicó con ¿Disculparle? Su voz
milésima de segundo un gesto que lo me retumbaba en los
antes de asentir. siguiéramos, pero ya oídos, se repetía
no nos miró con la mientras iba bajando
misma calidez de las escaleras.
—Has elegido bien antes—. La cabaña
viniendo aquí. Puedes dieciocho está
quedarte todo el abierta, ¿verdad? ¿Cómo había hecho
tiempo que necesites. aquello? Había
sorteado todas y cada
—Sí, Ty y sus chicos una de mis defensas
—Clancy se llevó una montaron su tribu naturales. ¿Y por qué
mano al pecho—. Y contra nosotros —dijo notaba de repente el
ahora que ya he Clancy—. No tengo cerebro tan lleno de
conseguido molestar noticias de que la vida, ansioso por
a todo el mundo, Mike, hayan limpiado captar a quienquiera
quiero que los después de que se que tuviese más
acompañes a una marcharan, por lo que cerca, quienquiera
cabaña y que los pido disculpas si está que fuese lo bastante
apuntes para los hecha un asco. estúpido como para
turnos de guardia. dejarme entrar?

Y entonces volvió a
mirarme fijamente;
pág. 27
Levanté la cara para algo, preocupados, dejado en mí la voz de
despegarla del pero ignoré sus Clancy Gray.
hombro de Liam, advertencias y seguí
donde la había el olor a barro y hojas
enterrado. ¿Cuándo enmohecidas hasta «Sola», pensé,
me había colocado de que di con el lago tendiéndome sobre la
aquella manera? ¿Al vieja madera, «por fin
salir… había sola».
caminado hasta la que habíamos visto al
cabaña de aquella pasar.
manera?

* * *
Los árboles y los
Liam intentó mirarme arbustos habían
a los ojos cuando me cubierto el camino
aparté. Me dolía la que conducía al Aquella noche
cabeza, me dolía embarcadero de sirvieron la cena a las
físicamente porque madera en forma de siete en punto. En el
ansiaba el cerebro de T, y allí donde no campamento no había
Liam. Era muy había vegetación, me sistema de megafonía
peligroso estar tan tropecé con una ni alarmas, pero sí
cerca de él. cuerda y una señal cencerros. Por lo
que advertía visto, era la llamada
—Ahora no —susurré. universal a comer,
«PROHIBIDO EL
PASO». porque en cuanto se
oyó el primer
Liam frunció el cencerro, los demás
entrecejo y abrió la empezaron a sonar
Pasé por debajo y
boca como si quisiera como un eco,
seguí caminando, sin
decir algo. Pero se diseminando su
detenerme hasta que
limitó a asentir y echó sonido por cabañas y
por fin me senté en el
a andar hacia la senderos, hasta llegar
extremo del viejo
cabaña, subiendo de donde yo seguía
embarcadero, de
un salto los peldaños sentada examinando
madera blanqueada
de acceso. mi reflejo en las aguas
por el sol, y escondí la
oscuras.
cabeza entre las
rodillas. A lo lejos se
Necesitaba alejarme
oían las voces de
lo máximo posible de Fue fácil encontrar el
niños que chillaban y
ellos, al menos hasta lugar donde se
reían, y me pregunté
que se desvaneciera desarrollaba la
cuándo recuperaría
aquel torbellino de acción: un par de
en las piernas la
emociones que centenares de niños
sensibilidad necesaria
reinaba en mi cabeza. reunidos alrededor de
para poder
No seguí ni mapa ni una espléndida
levantarme de nuevo,
plano alguno; me hoguera para cenar
y cuándo se
limité a seguir un no era un encuentro
desvanecería la
sendero. Algunos precisamente sutil.
huella que había
niños, desconocidos Aminoré la marcha a
todos, me gritaron medida que me iba
pág. 28
acercando. Algunos capté parte de su —¿Qué pasa? —le
chicos más mayores respuesta. pregunté.
alimentaban los
abrasadores dedos de
la hoguera con más —Oh, no, gracias. Ya Se encogió de
leña. Tocones de he leído El señor de hombros y esbozó
troncos viejos servían las moscas, y sé de una triste sonrisa.
de improvisados qué va este rollo: todo
asientos para los que —Supongo,
el mundo se pone a
ya tenían su comida y simplemente, que no
bailar en torno a la
no querían comer estoy por la labor esta
hoguera, se pintan la
solos en su cabaña. noche.
cara, veneran la
cabeza de un cerdo
decapitado y
Los niños que entonces alguien Conocía aquel
habíamos visto en la recibe una pedrada y sentimiento. Después
cocina habían se derrumba muerto de estar los cuatro
colocado sobre una en el suelo… y, solos tanto tiempo,
mesa lo que parecían sorpresa, es el gordo vernos de
ollas eléctricas de con gafas. —Liam se
cocción lenta y corrían echó a reír, pero me di
desde el edificio de las cuenta de que Chubs repente rodeados de
oficinas a la hoguera se sentía incómodo tanta gente, aunque
para ir rellenándolas. de verdad—. Creo fueran chicos como
Docenas de niños que voy a ir a lo nosotros, resultaba
esperaban su turno seguro y me iré a leer estresante. Si a
junto a las ollas, un rato… y, mira, ¡ahí Chubs ya no le había
sujetando sus está Ruby! Podéis gustado que una
recipientes de plástico disfrutar juntos de la única persona —yo—
con ansia y rostros degeneración de la hubiera invadido su
famélicos. decencia humana sin universo, no podía ni
mi presencia. imaginarme cómo
afectaría sus nervios
Enseguida vi a Liam, aquella nueva
de pie, más que Liam se volvió tan situación.
sentado, en uno de los rápido que le resbaló
tocones. Tenía un el pie y estuvo a punto
cuenco de chile en de derramar los dos —Bueno, si cambias
cada mano y cuencos sobre la de idea, ya sabes que
examinaba la zona en melena de las chicas puedes encontrarnos
busca de algo. Chubs sentadas a su lado. aquí.
habría pasado de
largo de no haberle
dado Liam un codazo —Que os divirtáis — Chubs me dio unos
para advertirle de su dijo Chubs, mientras cariñosos golpecitos
presencia. Liam le pasaba corriendo por en la cabeza y
preguntó algo a mi lado. Lo pillé por la continuó su camino
Chubs, pero solo manga y lo obligué a hacia la cabaña que
dar media vuelta. nos habían asignado.

pág. 29
—Dios mío —dije, que no era ni un año
atando cabos al mayor que ella.
—¿Qué mosca le ha
instante.
picado? —preguntó
Liam, ofreciéndome el
Zu le dio la mano a la
humeante cuenco de
—¿Qué pasa? otra niña y corrieron
comida.
hacia donde
estábamos nosotros,
—Esa niña estaba en sonriendo.
—Creo que
tu campamento —
simplemente está Se había vuelto a
dije—. La vi en la
cansado —respondí, poner su vestido rosa.
pesadilla de Zu.
y no dije más—.
Acababan
¿Dónde está Zu?
separándose.
Liam movió la cabeza —Hola —dijo Liam,
hacia la izquierda y tendiéndole la mano a
enseguida vi el rostro la niña—. Me llamo
—¿De verdad? —La
sonriente de Zu en Liam y esta es…
expresión de su
rostro, al atar también
cabos, fue realmente
medio de un grupito —Ya sé quiénes sois
adorable—. Supongo
de niños y niñas de su —dijo la niña,
que esto explica por
edad. Me saludó con interrumpiéndolo—.
qué estaban antes
la mano en cuanto me Liam y Ruby. —Se
revolcándose las dos
vio y me pregunté cruzó de brazos—.
por el suelo.
cómo era posible que Suzume me lo ha
su cara desprendiese Me eché a reír. contado todo sobre
tanta luminosidad. La vosotros.
niña asiática sentada
—Contarte…
a su lado movió —¿Eso han hecho?
afirmativamente la contarte, o…
cabeza cuando Zu
hizo un gesto hacia —Sí, las he visto
ella, como si la —Claro, no me lo ha
jugando en la hierba
entendiese a la contado —dijo la niña,
como dos
perfección sin resoplando y
cachorrillos… ¡Zu! —
necesidad de ganándose un codazo
Zu volvió a mirarnos—
palabras. Zu tiró en un costado. Se giró
. Ven un momento.
entonces de la y le dijo algo a Zu en
No, trae también a tu
capucha de la japonés y Zu, a su
amiga…
sudadera de la niña, vez, negó con la
que llevaba escrito el cabeza y le tiró de la
eslogan «Virginia es trenza a su amiga—.
Cuando las dos se ¡De acuerdo, vale! —
para los pusieron de pie, me
enamorados», y La niña se volvió de
sorprendió descubrir nuevo hacia nosotros,
apareció una trenza que la otra niña era al
oscura, larga y con la hoguera como
menos diez telón de fondo—. Me
brillante. centímetros más alta llamo Hina y Suzume
que Zu, aunque por su es mi prima.
aspecto era evidente
pág. 30
dije, dando vueltas y volver a estudiar
con la cuchara a la libros, como en los
—¡Caramba! —
comida del cuenco. viejos tiempos?
exclamé, mirando a
Zu—. ¿Lo dices en
serio? ¡Es
El chile estaba muy —¿Cubículos?
asombroso! La niña
caliente y olía de
daba saltitos sin dejar
maravilla. Llevaba
de sonreír.
casi siete años sin —Lecciones. Colegio.
comer otra cosa que —Me golpeó la nariz
la bazofia que nos con el extremo limpio
—Y estabais juntas en
daban en Thurmond, de su cuchara—. Tú
Caledonia —dijo
y el hecho de que tranquila, Ruby
Liam, hablando muy
alguien hubiera Tuesday, que pronto
despacio—. ¿Por qué
puesto un mínimo de empezarás a pillar la
no lo mencionaste,
esfuerzo en ello… jerga que se lleva
Zu? Podríamos haber
tuve que volver a ahora.
intentado localizarla.
buscar una segunda
¿Eres también
ración, y luego una
Amarilla?
tercera, hasta que Cuando acabamos de
—Soy Verde —dijo físicamente ya fui comer, Liam dejó los
Hina, señalando su incapaz de tragar cuencos en uno de los
mata de pelo—. ¿No nada más. numerosos barreños
se nota? de plástico que
abundaban por allí. El
Estar junto al fuego y Azul que controlaba el
Zu nos miró con el estómago lleno más próximo a
encogiendo los de deliciosa comida nosotros era un niño
hombros, como si me dejó adormilada, flacucho que debía de
quisiera disculparse, y envuelta en una pesar la mitad de lo
tiró de Hina para increíble sensación de que contenía su
llevársela de nuevo seguridad. Me deslicé barreño. Pestañeé un
hacia el círculo de por el tocón hasta par de veces
niños, donde estaba quedar sentada en el preguntándome si
en marcha una partida suelo y recosté la estaría viendo
de algún juego de cabeza en las piernas visiones. Era la
cartas. Liam se volvió de Liam. primera vez que veía
de nuevo hacia mí, niños utilizando sus
asombrado. facultades de una
—Eso me recuerda… manera tan… frívola.
—dijo Liam—. Y contrastaba
—¿Me acaba de ¿Quieres creerte que curiosamente con lo
replicar con descaro Zu se ha puesto antes que, por lo demás, era
una niña de doce a dar saltos y a la pura imagen de la
años? aplaudir cuando le he normalidad. O de lo
dicho que a partir de que yo imaginaba que
ahora tendrá que debía de ser la
—Supongo que le levantarse a las siete normalidad. Había
viene de familia — para ir a los Cubículos también chicos que

pág. 31
tocaban la guitarra o calientes y grandes, campamento que no
utilizaban su tocón a los nudillos acabó bailando, pero
modo de tambor. Pero magullados y repletos disfruté viendo a los
en su mayoría de quebradizas demás, sobre todo a
estaban charlando postillas. Acerqué una Zu, moviendo
tranquilamente y mano a la suya y graciosamente las
jugando a las cartas. entrelazamos los caderas y levantando
dedos. los brazos… hasta
que vino corriendo
Liam se sentó hacia donde
también en el suelo, —Necesitaba estar un estábamos sentados
en el reducido espacio rato sola, pero ya y tiró de nosotros. Yo
entre mi espalda y el estoy bien. conseguí
viejo tocón. El trémulo escabullirme, pero
resplandor de las Liam demostró tener
llamas combinado con —Estupendo — mucha menos fuerza
el delicioso calor que susurró—. Pero la de voluntad.
emitían hizo papilla próxima vez no vayas
mis músculos. Liam donde no pueda
empezó a acariciarme encontrarte. Me relajé No paraban de reír
los mechones de la más que adormilarme. cuando empezó a
nuca. Fui deslizando Me daba la impresión sonar Barbara Ann y
el cuerpo entre sus de que cuanto más después dieron
caricias hasta acabar tiempo vueltas como
recostada contra su
pecho, acunada entre
sus rodillas. pasaba allí sentada, locos al ritmo de Fun,
más tranquila notaba fun, fun. Debería de
la cabeza y más se haberme imaginado
—¿Estás bien ahora, aliviaban los dolores y que se llevaban algo
cariño? —me susurró las tensiones del entre manos cuando
al oído. cuerpo, hasta que ambos se volvieron a
finalmente me acabé la vez hacia mí con
sintiendo tan expresión malévola.
Asentí, mientras esponjosa como la
descubría con los tierra sobre la que
dedos la piel de sus estábamos Liam me hizo señas
antebrazos, mientras descansando. con el dedo para que
reseguía los músculos me acercase. Pero yo
y las prominentes reí y agité las manos
venas. Estaba en Al final, llegó alguien diciéndole claramente
misión de con un radiocasete de «¡No!».
descubrimiento, hace mil años e
buscando algo que incluso los chicos de
hasta aquel momento las guitarras dejaron Sonrió —la primera
ni siquiera sabía que de tocar, como sonrisa de verdad que
deseaba encontrar. deferencia a los le veía en todos
Liam tenía la piel Beach Boys. Creo que aquellos días— y
suave, las manos fui la única en todo el sentí como mariposas

pág. 32
en el estómago. Era Le lancé lo que segura de que mi
una sensación cálida, esperaba que fuese corazón y mi cabeza
un cosquilleo que me una mirada de pudieran resistirlo.
resultaba familiar. incredulidad.
Liam hizo un gesto
como si estuviera De tan cerca, Liam
lanzando una caña de —Confía en mí — resultaba tan cálido y
pescar y tirando de dijo—. Vamos, antes tan guapo, que ya solo
mí, y Zu abandonó por de que termine con eso todo me daba
un momento su nuestra canción. vueltas.
alocado baile para
imitarlo. Estaban —No giraré —dijo,
tranquilizándome.
acalorados y Y en contra de mi
cubiertos por una voluntad, seguí sus
brillante capa de órdenes y puse los
sudor. Puesto que lo Cuando empezamos
pies encima de los de
único que nos a movernos no fue del
él, esperando ver una
separaba era polvo y todo bailando, sino
mueca de dolor al
barro, me deslicé y fui con un encantador
sentir todo mi peso
a parar contra ellos… balanceo. Adelante y
encima. Sus huesos,
justo entre los brazos hacia atrás, fácil y
sin embargo, parecían
extendidos de Liam. agradable. Por una
robustos.
vez, mi cerebro se
sentía satisfecho y no
—No es — quería abarcar más
justo —Un poco más cerca,
gimoteé. de lo que ya tenía. Mis
Verde; no te morderé.
músculos se movían
con lentitud, como si
estuviesen hechos de
—Ven para aquí, Me incliné hacia miel. Primero no
Verde —dijo—. A ver delante hasta seguíamos en
si te enseño a bailar. descansar una mejilla absoluto el ritmo de la
sobre su hombro. canción, y luego
Liam me estrechó la dejamos de movernos
Zu empezó a dar mano con más fuerza por completo.
vueltas a nuestro y, casi sin darme Descansé la mejilla en
alrededor, agitando cuenta, le estrujé la su hombro. La mano
los brazos al ritmo de tela de su camiseta que me sujetaba por
Wouldn’t it be nice. con la otra mano. Me la zona lumbar se
Liam me cogió la sentía muy incómoda, deslizó por debajo de
mano y la colocó consciente de que la camiseta y me
sobre uno de sus debía sentir el latido acarició la piel.
hombros. Me cogió de mi corazón contra
luego la otra y la su pecho.
enlazó con delicadeza
Cuando sonaron de
con la suya.
nuevo los cencerros,
—Y ahora no esta vez para
empieces a girar anunciar que se
—Pon los pies sobre como un loco —dije, apagaba la luz del
los míos. puesto que no estaba campamento, el
pág. 33
público soltó un segundo piso del
lamento edificio de las oficinas,
CAPÍTULO
perfectamente desde donde daba la
VEINTIDÓS
audible, lo bastante impresión de no hacer
ruidoso como para nada y controlarlo
que Liam se pusiera a todo al mismo tiempo.
reír. No me di cuenta Era evidente que a
de lo agotada que Clancy Gray le
estaba hasta que nos gustaba mucho hacer
Mike había
separamos. una cosa:
comentado que todos
observarme.
los mayores de trece
—Hora de acostarse Observarme mientras
años realizaban algún
—dijo, indicándole a yo estaba sentada en
tipo de trabajo, pero lo
Zu que viniera con el porche ayudando a
que yo no sabía era
nosotros. Zu a atarse sus
que el trabajo no lo
nuevas
elegía cada cual. No
me importó que me
Zu se levantó, se
tocara ayudar en la
sacudió la ropa y zapatillas deportivas despensa, organizar y
señaló algo al grupo antes de realizar el inventario
de niños con el que acompañarlas a ella y de las provisiones…
estaba. a Hina a la cabaña aunque hubiera
que hacía las veces preferido estar con
de aula. Chubs en el pequeño
El fuego de la hoguera huerto del
crepitó y perdió fuerza campamento o
bajo el potente chorro Observarme mientras corretear por el
de agua de una bromeaba con Chubs bosque con Liam para
manguera. Me por haber sido el velar por nuestra
recordó el sonido de primero y el único al seguridad. Me
un animal perdiendo que había picado una resultaba raro no
su último soplo de garrapata. pasar el día entero
vida. Y cuando la luz con ellos.
del fuego quedó
finalmente apagada y Observarme mientras
la hoguera reducida a esperaba con Lee, Mis compañeros eran
un desabrido montón junto al círculo de agradables; más que
de ascuas esparcidas piedras de la hoguera, agradables, de hecho.
entre la ceniza, vi que a que llegara Mike En su mayoría nunca
una simple pantalla de para comunicarnos habían estado en un
humo me separaba las responsabilidades campamento,
del lugar donde que tendríamos aunque, por otra
Clancy Gray estaba durante nuestra parte, yo tampoco
sentado, mirándome estancia en East había cocinado en mi
fijamente con sus ojos River. vida, por lo que allí
oscuros.
todo el mundo ganaba
una nueva
Una observación que experiencia. Lo que
llevaba a cabo desde más me gustaba era
la ventana del
pág. 34
el arrojo que tenían. de su círculo. Lizzie realmente
Lizzie, por ejemplo, me comentó que comprometida, y aun
llevaba cerca de dos antes había más en este caso, solo
años escondida en Amarillos, pero que el puedes darle la pista.
East River, donde Huidizo les había Es por la seguridad de
había llegado dado permiso para todos. Se moriría si a
después de escapar marcharse y constituir un chico le pasase
por los pelos de las su propia tribu. algo por culpa suya.
manos de los de las
FEP, que habían
detenido el coche de —¿Que les dio Me tranquilicé un
sus padres en permiso? —repetí, poco. No es que no
Maryland. mientras tomaba nota confiara en las
de las cajas de motivaciones de
cereales que nos Clancy; pero me
—¿Y saliste y huiste quedaban. ponía nerviosa.
corriendo? —le Cuando alguien se
pregunté. interesa tantísimo en
—Sí, y hay además ti, acabas
otros requisitos. preguntándote qué es
—Salí zumbando — lo que
me confirmó—. No
llevaba nada encima, Eso lo dijo Dylan, un
excepto la ropa niño menudo que estará buscando.
puesta. acababa de finalizar
sus clases Cubículo.
Me explicó que eso de —¿Qué estáis
Intenté reunirme de los Cubículos venía haciendo?
nuevo con mis de las estanterías de
padres, pero ellos no madera en forma de
volvieron jamás a cubo que Clancy Los tres giramos la
nuestra antigua casa. había hecho construir cabeza a la vez hacia
para guardar los libros la puerta, donde
y el material escolar. estaba Clancy, rígido
Me encontró una tribu e inmóvil, mirándome
de Verdes y fueron fijamente. El viento
ellos los que me —Tienes que formar que entraba por la
trajeron aquí. un grupo de al menos puerta le alborotaba el
cinco personas — pelo negro. Noté una
prosiguió—. Y luego sensación que se me
Otro detalle: la Clancy tiene que enroscaba por dentro,
mayoría de los chicos decidir si es seguro o pero no era miedo.
de East River eran no, y tienes que jurar
Verdes o Azules, por tu vida que no
además de un revelarás nunca nada —Estamos
reducido y muy sobre el campamento, clasificando —
cohesionado grupo de a menos que el chico respondió Lizzie,
Amarillos que apenas que te lo pida esté en confusa—. ¿Pasa
se socializaban fuera una situación algo?
pág. 35
Clancy despertó de su poderoso del país. Un alguna colonia
aturdimiento. príncipe bastante perfumada,
estadounidense de pero me pareció una
sangre azul, vestido idea ridícula.
—No, lo siento, es con polo de color
solo que… Ruby, ¿te negro por debajo de
importaría venir un un jersey con ochos Me alegré de estar allí
segundo? Creo que de lana también de fuera en el porche, un
ha habido cierta color negro. Llevaba lugar desde donde
confusión en tu incluso un cinturón de podía vernos toda la
asignación de tareas. piel. gente que estaba por
la zona de la hoguera.
No se me ocurrió que
Le pasé la libreta a Me crucé de brazos. fuera a hacerme
Lizzie, daño, ni nada por el
—Soy tan capaz de
preguntándome por estilo… ¿por qué
trabajar como
qué me estaba tendría que hacerlo?
cualquiera.
observando con los Uní las manos delante
ojos entrecerrados. del cuerpo, luego las
dejé caer a los
Bajo la luz del sol costados y luego las
resultaba menos
—Me han asignado a levanté para cruzarme
intimidante que en la
Almacén —le dije de brazos, como si no
penumbra del interior. supiera qué hacer con
cuando salimos al
Era posible que su ellas.
porche.
reputación le hubiera
sumado algunos
centímetros de altura,
—Yo no te he No había olvidado en
pero en realidad solo
asignado a ninguna absoluto el principal
era un poco más alto
parte —dijo él—. Se lo que yo, lo que
objetivo que me había
he dejado bien claro a conducido hasta allí,
significaba que tanto
Mike. Me gustaría pero no me atrevía a
Liam como Chubs le
pensar que no soy del pedirle ayuda. Era
sacaban
tipo de persona que evidente que Clancy
prácticamente una
se deja intimidar dominaba sus
cabeza. Pero no por
fácilmente por los facultades, que se
ello perdía el título de
demás chicos, ni adentraba
«La persona más
siquiera por los más voluntariamente en el
atractiva que había
altos, los más fuertes cerebro de los
visto en mi vida».
o los mejor armados demás… por lo que la
que yo. Así pregunta debería
haber surgido como
Clancy era delgado algo tan natural como
pero no flacucho, respirar.
que no sé muy bien pulcro pero no
por qué me sentí así remilgado, sosegado
cuando empecé a pero no tranquilo.
hablar con Clancy Si todos aquellos
Cuando empezó a
Gray. El hijo del chicos seguían sus
soplar la brisa, pensé
hombre más caprichos y sus
que debía llevar
pág. 36
órdenes, tenía que ser —¿Puedes parar? — —Vamos, ya me has
porque era un buen murmuré, confusa y oído.
tipo, ¿no? La gente no fastidiada a la vez—.
ayuda a los demás Si te digo que te he
simplemente porque perdonado, ¿dejarás Volvió a cogerme un
sí. Clancy poseía una de una vez de hacer brazo y, de repente,
confianza que lo eso? noté como si alguien
convertía en el sol que me hubiera saltado
ocupaba el centro de dentro de la cabeza.
la galaxia de East En sus labios El cerebro empezó a
River. Todo el mundo apareció una atractiva funcionarme a toda
y todas las cosas sonrisa. velocidad y se llenó de
orbitaban alrededor imágenes blancas
de su luz. —No.
como la leche en las
que aparecíamos los
dos sentados delante
¿Y por qué, entonces, Clancy, que por lo de su mesa de
no me armaba de visto no sabía lo que despacho,
valor para pedírselo? era respetar el mirándonos mientras
¿Por qué seguían espacio personal de la el fuego lo devoraba
temblándome las gente, dio un paso al todo a nuestros
manos? frente y yo di un paso alrededor.
atrás, con lo que se
me hundió un pie en el
barro. Pero él, en
—Sé que lo más Eran imágenes que él
lugar de retroceder,
probable es que estaba introduciendo
consideró mi actitud
nunca acabe siendo en mi cerebro.
como un desafío y
de tu agrado después
siguió acercándose. Y
de la presentación
no sé por qué,
que tuvimos —dijo No sé cómo lo hizo,
seguramente por el
él—, pero lo siento. pero era
amasijo de nervios en
No se me ocurrió que tremendamente real.
que me había
pudieras mantener en La imagen me
convertido, le dejé
secreto toda esa quemaba desde
avanzar.
información. dentro, me abrasaba
los pulmones. Notaba
bajo la piel burbujas
—Escúchame —dijo
—No pasa nada — de humo cáustico,
por fin—. El motivo
dije—. ¿Pero qué como si fuesen a
por el que le dije a
tiene esto que ver con estallar. Mi ángulo de
Mike que no te
las responsabilidades visión ardió hasta
asignara ninguna
que se me han volverse negro en los
responsabilidad es
asignado? extremos. De mis
porque espero que
prendas brotaba
Permaneció unos vengas a trabajar
fuego, me
instantes sin decir conmigo.
chamuscaba el pelo.
nada. Simplemente se
quedó… mirándome.
—¿Perdón?

pág. 37
«Esto no es real, esto lidiar con esto? Sé lo para buscarte un poco
no es real, esto NO solo que te sientes de tiempo.
ES REAL…». cuando no puedes
tocar a alguien como
te gustaría tocarlo, lo Cerré la boca con
Clancy debió de aterrador que es tanta fuerza que me
soltarme, o yo debí de sentirse atrapado en mordí la lengua.
encontrar la manera otro cerebro sin
de liberarme de él, conocer la salida.
puesto que con la Ruby, todo lo que yo —Querer averiguar
misma rapidez con sé lo he aprendido cómo utilizar nuestras
que había aparecido, solo, y fue terrible. Me facultades no es malo
el fuego se esfumó y gustaría ahorrarte —añadió Clancy—.
se dispersó en tres todo eso. Puedo Es el único medio que
temblorosas enseñarte cosas, tenemos para poder
expiraciones. trucos… cómo utilizar derrotarlos algún día.
tus talentos tal y como
deben ser utilizados. «¿Derrotar a quién?».
—Veo que no puedes
bloquearme —dijo,
abriendo mucho los Confiaba en que no —Quedamos muy
ojos—. ¿No sabes viera cómo me pocos —dijo—. De
siquiera utilizar tus temblaban las manos. hecho, hasta que tu
facultades? En la Dios mío, se había nombre no apareció
ficha de la Liga se ofrecido, ni siquiera en el sistema, creía
insinuaba que eras había tenido que que era el único.
capaz de controlarlas. pedírselo, y aún así
seguía sin poder decir
ni palabra. —Pues al menos hay
¿Acaso no era uno más. Se llama
evidente? Negué con Martin…
la cabeza. «Por eso Clancy relajó la
estoy aquí», me postura, y cuando
habría gustado decir. volvió a tocarme para —Y está con los de la
«Por eso te necesito». colocar hacia la Liga de los Niños —
espalda la trenza que dijo para terminar mi
me caía por encima frase—. Lo sé. Accedí
Me repasó con la del hombro, al informe elaborado
mirada de la cabeza a comprendí que no por la Liga. Un niño
los pies. Cuando tenía en absoluto espeluznante.
volvió a hablar lo hizo mala intención. Cuando he dicho
empleando un tono nosotros, me refería a
suave. Compasivo. Naranjas que no sean
—Piénsalo, ¿de psicóticos.
acuerdo? Si decides
—Mira, sé cómo te que quieres hacerlo,
sientes. ¿No ven a la oficina. Bufé.
entiendes que yo Consultaré mi agenda —Lo pensaré —dije
también tuve que por fin.
pág. 38
descubierto la tarde —¡Yo lo encontré
anterior. Tenía la primero! —refunfuñé,
Posó de nuevo la
cabeza hecha un lío sentándome a su
mirada en mí y se me
ante las diversas lado.
erizó el vello de los
posibilidades.
brazos, como si me —Lo dudo.
hubiera pasado la
corriente. Di un
Clancy Gray acababa
inconsciente paso —Hace un semana,
de ofrecerme todo lo
hacia él. mientras vosotros
que yo le habría
preparabais la
pedido. Una forma de
cabaña.
evitar que se repitiese
—Haz caso a tu
lo que había sucedido Puso mala cara.
instinto —dijo Clancy,
con mis padres y con
volviendo la cabeza
Sam. Una forma de
hacia el interior del
poder estar con Liam, —Bueno… de
edificio. Un grupo de
de localizar a mi acuerdo. Pero hoy he
niños lo llamó
abuela, de no vivir con llegado yo primero.
entonces desde el
el miedo constante a
lugar próximo al —¿Pero no tenías
hacerles daño. ¿Por
círculo de la hoguera que estar en el
qué, entonces, mi
donde estaban Huerto?
«sí» se mostraba tan
haciendo los
reacio a salir?
preparativos de la
comida y Clancy, —Me he hartado de
como el hijo del escuchar a una niña
Me agaché para pasar
presidente que que no dejaba de
por debajo de la
era, les sonrió y los cuerda que impedía repetir lo inteligente
saludó con la mano en seguir por el camino que es el Huidizo por
un gesto realmente de acceso al lago y hacerles plantar
hermoso. continué recorriendo zanahorias. —Se
el sendero, pero de inclinó hacia atrás—.
repente me di cuenta ¿Y tú no tenías que
«Haz caso a tu de que algo iba mal. estar en el Almacén?
instinto».
—Mierda —dije en
¿Pero por qué mi cuanto lo vi. Bajé la vista hacia las
instinto y mi cerebro manos, cerradas en
seguirían caminos un puño. Viendo que
distintos? —Oh, no… no, no, no no respondía, Chubs
—dijo Chubs. Su dejó a un lado la bolsa
sonrisa dentona se del pan y enderezó la
* * * esfumó de repente y espalda.
dejó de lanzar
cuscurros de pan a los
Necesitaba apaciguar patos—. Este es mi —Oye, ¿estás bien?
un poco los nervios y escondite secreto. —Acercó una fría
me fui derecha hacia Aquí no se permiten mano a la frente—.
el embarcadero de Rubys. Creo que vas a caer
madera que había enferma.
pág. 39
utilizar determinadas imagino que lo
partes del cerebro, primero pasará antes
¿Tienes migrañas o
esas partes del que lo último.
mareos?
cerebro dejan
finalmente de
funcionar. —Pasado Sonó el cencerro de la
Aquello era decir un momento, me comida, dos toques.
poco. Solté una preguntó—: ¿Te ha Chubs se levantó, se
carcajada. ofrecido Clancy la desperezó y tiró al
—Oh. —Retiró la posibilidad de agua lo que le
mano—. Entiendo, enseñarte a utilizar quedaba de pan.
tienes ese tipo de tus facultades?
—¿De verdad piensas
dolor de cabeza.
que encontrarán un
remedio? —le
Asentí.
pregunté.
Me tendí sobre la
madera y me tapé los
ojos con el brazo, —Le dije que me lo
—Mi padre siempre
confiando en que la pensaría.
decía que todo es
oscuridad pudiera
posible cuando pones
amortiguar el dolor.
en ello todo tu
—¿Y por qué tienes
esfuerzo.
que pensártelo? —
—¿Verdad que me Chubs me atizó un Esbozó una sonrisa
contaste que Jack te golpe en el estómago triste. El estómago se
había enseñado a con su libro—. ¿No me encogió al oírle
utilizar tus facultades? dijiste que no sabías hablar de su padre.
controlarlas?
—Bueno, sí, pero…
—Más o menos — —Aún no has tenido la
dijo—. Solo podía oportunidad de poder
aprenderlas de esa enviarles un mensaje.
«Tengo miedo de lo
manera, si otro me las
mucho que
enseñaba. Pero tardé
desconozco».
un tiempo en tomar la —He preguntado,
decisión. —Tienes que saber pero en este lugar
controlarlas pues, de olvidado de Dios solo
—¿Por qué?
lo contrario, siempre hay un ordenador, y
te controlarán ellas a ti solo una persona que
lo utiliza.
—Porque pensaba
que si no las utilizaba, Claro. El ordenador
—dijo—. Tus
acabaría perdiéndolas portátil plateado que
facultades te
—dijo en voz baja había visto en la mesa
atemorizarán y te
Chubs—. Pensaba de Clancy.
manipularán hasta
que de ese modo todo
volverte loca, o hasta
volvería a la
matarte, o hasta que
normalidad. Existen —¿Le has preguntado
encuentren el remedio
pruebas científicas de si te dejaba utilizarlo
para curarnos. E
que si dejamos de unos minutos?
pág. 40
dije— y dejas la encuentro. Corría a su
lengua tranquila? lado, intentando
—Sí —dijo Chubs.
mantenerlo fuera del
Habíamos ido
alcance de los demás.
caminando y ya se
Chubs esperó a que En un momento dado,
veía el círculo de
me acercara a la Liam tuvo el balón a
piedras de la hoguera.
mesa a coger mi escasos centímetros
Me pareció que
bocadillo antes de de distancia, pero
estaban repartiendo
tirar de mí para respondió con lentitud
bocadillos y
llevarme a un lado. y pies trapaceros
manzanas—. Dijo que
Pensé que le cuando lo lanzaron en
no. Por lo visto que lo
apetecería comer en su dirección.
toque cualquiera que
la cabaña, o regresar
no sea él implica un
al embarcadero, pero
«riesgo para nuestra
—¡Mantén los ojos
seguridad».
fijos en el balón,
anduvimos dando dedos de mantequilla!
vueltas hasta que —grité. Liam giró la
Moví la cabeza.
localizamos a Liam. cabeza hacia donde
—Se lo preguntaré estábamos sentados.
mañana. A lo mejor Y en el instante en
consigo convencerlo. Estaba con otros que nuestras miradas
chicos responsables se encontraron, Mike,
de la seguridad, que tenía en aquel
—¿Crees que durante una pausa de momento la posesión
podrías? —Chubs me sus rondas de del balón, le cortó el
cogió por el brazo y se vigilancia, en un paso y llegó a la
le iluminó el rostro—. agradable claro en el improvisada zona de
¿Le dirás que bosque. Era lo anotación.
tenemos una carta bastante espacioso
muy importante que como para poderse
entregar y que dividir en dos Chubs y yo casi nos
necesitamos pequeños equipos y encogimos cuando
averiguar la nueva jugar un partido rápido Liam chocó contra el
dirección del padre de de pelota volada o, lo suelo y se dio un
Jack? Dile que no que es lo mismo, golpe en la cabeza
haremos nada… no, fútbol sin pies. Chus y con la raíz
dile que lameré yo decidimos sobresaliente de un
personalmente todos compartir un viejo árbol.
sus pares de zapatos tocón e ignoramos el
—Caray —dije—. Veo
hasta dejarlos grupito de chicas que
que no bromeaba
impolutos. se había reunido para
cuando hablaba de la
animar a los equipos.
dureza del deporte.

—¿Y qué te parece si


le digo que este es el Un pelirrojo alto con la
—Sería incluso
principal motivo por el cara llena de pecas
divertido si no fuesen
que vinimos aquí — hizo levitar el balón al
tan condenadamente
principio del
malos.
pág. 41
pasito y con cautela. empalagosa. Olivia,
Tal vez estábamos probablemente, si
Los demás chicos se
tan acostumbrados a hablaban de
partían de la risa de tal
estar solos que nos cuestiones de
modo que ni siquiera
habíamos vuelto así… seguridad.
podían mantener el
y tal vez eso tuviera
balón en el aire. Liam
que empezar a
seguía en el suelo,
cambiar. —Comprendo lo que
colorado como un
quieres decirme, Liv,
tomate, pero sin poder
pero sería una lástima
tampoco parar de reír.
* * * desperdiciar esta
Se secó el sudor de la
oportunidad —estaba
cara con la camiseta y
diciendo Clancy—.
las chicas presentes,
Empezamos a andar
incluyéndome a mí,
escasos de
pudieron disfrutar del A la mañana suministros médicos y
espectáculo de ver su siguiente, cada vez circulan
torso al desnudo. exactamente a las menos camiones de
nueve y veintiún Leda Corp por la
minutos, estaba zona.
Y ahora la que se plantada delante del
puso colorada fui yo. despacho de Clancy
Gray, dispuesta a
—¿Piensas
llamar a la puerta con
embarcarte en uno de
Uno de los chicos que una mano. Lo único
tus viajes? —preguntó
no había visto hasta que me lo impedía,
ella, presionándolo—.
entonces corrió además de los nervios
¿No es
finalmente hacia que me removían el
Liam, lo ayudó a estómago como si
incorporarse y le dio jugase al hulahoop,
así como obtienes los
unas palmaditas en la era la conversación
chivatazos sobre los
espalda. Reían como que estaba
envíos?
si se conociesen escuchando al otro
desde tiempos del lado de la puerta.
parvulario.
—¿Por qué lo
preguntas?
—… por supuesto que
Ese era Liam: tenemos los recursos
bromeaba con Zu, necesarios para
hacía amistades en hacerlo. Aun enviando —Es solo que…
un abrir y cerrar de esa cantidad de llevas casi un año sin
ojos, y seguía siendo chicos, aquí hacer ninguno —dijo
a la vez el mismo de quedarían los Olivia—. Y antes eran
siempre. Pero Chubs suficientes para muy frecuentes. Sé
y yo nos seguir montando que no nos han
contentábamos con guardia. faltado suministros,
estar solos, pero tal vez, si te
observando, reunieses con tu
esperando, pero fuente de
Era una voz de chica,
avanzando pasito a información…
suave pero no
pág. 42
denotaba alta y espigada, con
incomodidad. piernas interminables
—No —dijo Clancy
y piel lustrosa y
tajantemente—. No
bronceada.
puedo volver a
—A la gente le costará
abandonar el
aceptar ya de por sí
campamento. No es
que no somos La saludé con un
seguro.
monstruos, y solo falta gesto y me puse de
que andemos además lado para que
dejando lisiados a pudieran pasar Hayes
Se oyó el crujido de
hombres inocentes — y ella. Olivia tendría mi
los tablones del suelo.
dijo Clancy—. Así edad, pero parecía
—¿Ha aparecido algo que, por favor, seguid mucho mayor. Tenía
en el radar de los divulgando lo negro. el aspecto de lo que
FEP? —dijo la voz Seguid utilizando el yo imaginaba una
áspera de Hayes. símbolo. Pero… chica de veinte años.
intentad ser más Cuando volví a
sutiles. levantar la vista,
—Se han enterado de encontré a Clancy
lo del golpe de la fruta, apoyado en el umbral
claro está —dijo —¿Alguien quiere un de la puerta,
Clancy—. Habría sido té?—preguntó Hayes. sonriéndome.
raro que les hubiese
pasado por alto,
teniendo en cuenta —Siento interrumpir la —Has venido.
que dejaste mutilado reunión, pero por lo
al chófer. que veo vosotros lo
tenéis todo controlado Me indicó que pasara
y yo tengo a alguien y me guio hacia su
—¿Por qué tienes que que me espera —dijo mesa. Tomé asiento
decirlo en ese tono? Clancy. Me aparté en una de las sillas y
rápidamente de la vi fugazmente el otro
puerta—. Planea el lado del espacio, con
—Porque deberías golpe, Liv. Yo ya me la cortina medio
haberlo dejado allí preocuparé de los corrida.
como te dije. Aprecio recursos.
mucho que te guste
hacer propaganda de Clancy ocupó su lugar
nuestro símbolo, Descendí unos al otro lado de la mesa
¿pero no podías cuantos peldaños, y balanceó la silla
haber evitado lo de pero no tenía ningún hacia atrás, sin dejar
pintarlo con espray en sentido fingir que no de sonreír.
el camión? había escuchado
parte de la
conversación. Se —¿Qué te ha hecho
—¿Te preocupa que abrió entonces la cambiar de idea?
nos dé mala imagen? puerta y la primera
—Es… lo que tú dijiste
—La voz de Olivia que salió por ella fue
la chica, Olivia. Era —murmuré—.

pág. 43
Quedamos muy programa de Se levantó para
pocos. rehabilitación, rodear la mesa y
sentarse en la otra
silla, a mi lado.
«Y quiero saber cómo sobre todo para gente
poder estar con la como tú y como yo.
gente que quiero y —¿Te ayudaría si te
dejar de tener miedo a cuento primero mi
acabar eliminándome —Tú y yo —repetí. historia? —Lo miré a
a mí misma». los ojos—. Si lo hago,
Clancy se pasó una tienes que
mano por el pelo. prometerme que
—En la red de la Liga quedará entre
leí que no pudieron nosotros.
encontrar más —Lo primero que
debes comprender, Guardar un secreto.
Naranjas con la
Ruby, es que no Eso me veía capaz de
excepción de Martin y
somos como los hacerlo.
tú —dijo Clancy—.
Por lo visto, mataron a demás. Tú y yo…
los Rojos. Eso nos todos los clasificados
como Naranjas. —De acuerdo —
sitúa a la cabeza del
Somos distintos. dijo—, dame la mano.
grupo.
Especiales. No… no, Voy a tener que
espera, veo que mostrártelo.
haces un gesto de
—Supongo —dije. Y
impaciencia, pero
me pasó otra idea por
tienes que * * *
la cabeza—. ¿Cómo
escucharme,
consigues acceder a
¿entendido? Porque
la red de la Liga? ¿Y a
lo segundo que tienes Siempre que me
la de las FEP? —Hice
que comprender es había introducido en
un gesto abarcando la
que todo el mundo, es el cerebro de otra
estancia—. ¿Con algo
decir, mi padre, los persona me había
de esto?
supervisores del asaltado la
campamento, los nauseabunda
científicos, los de las sensación de estar
—Tengo amigos por
FEP, los de la Liga de hundiéndome. Era
todas partes —
los Niños… Te han como si me arrojaran
respondió
estado mintiendo todo a una ciénaga de
simplemente Clancy.
este tiempo. Somos recuerdos
Tamborileó con los
especiales no por lo tenuemente
dedos sobre la
que somos, sino por iluminados y
mesa—. Y mi padre
aquello en lo que no sentimientos
me deja tranquilo
pueden convertirnos. desenfrenados
porque sabe que sería
desprovista por
incapaz de
completo de mapa y
enfrentarse al
—Lo que dices no de linterna, un lugar
escándalo que
tiene sentido —dije. cuya salida no era
supondría revelar que
fácil de encontrar.
no existe ningún

pág. 44
Enfermería. Movía los pared y monitores que
labios en una emitían sonidos.
Pero el cerebro de
silenciosa explicación «¡No!», pensé,
Clancy no daba
y yo dejé deslizar la tratando de liberarme
miedo. Sus recuerdos
memoria hacia el de las correas de
eran luminosos y
ordenado montón de Velcro que me
frescos, llenos de
papeles que tenía sujetaban a una mesa
resplandecientes
delante de él. Seguí metálica. Sabía dónde
imágenes de vivos
deslizando la mirada estaba.
colores. Era como si
hasta la mano que
allí dentro me llevase
reposaba sobre la
también de la mano y
mesa, sujetando una Unas manos
estuviera
hoja de papel, que enguantadas me
conduciéndome hacia
antes debía de estar acercaron un foco a la
su pasado por un
doblada, puesto que cara. En un extremo
larguísimo pasillo con
insistía en recuperar de mi ángulo
ventanas. Y como si
su forma anterior. En
nos detuviéramos
la parte superior de la
delante de cada
hoja… el membrete de visión vi a los
ventana el tiempo
de la Casa Blanca. científicos y a los
suficiente para echar
Enfoqué las palabras, médicos con
un vistazo por ellas.
noté que mis ojos se uniformes de
abalanzaban sobre quirófano de color
ellas, las absorbían blanco, preparando
Me encontré de con incredulidad. máquinas y monitores
repente en un «Muy señores a mi alrededor. La
despacho sencillo, nuestros. Tienen mordaza de cuero
lleno de archivadores ustedes mi permiso atada a la nuca me
de color gris para realizar pruebas impedía mover la
metalizado, y poca y tratamientos mandíbula y un
cosa más. Podría experimentales a mi montón de manos me
estar en cualquier hijo, Clancy James inmovilizaban la
parte; la pintura Beaumont Gray, cabeza mientras
blanca de las paredes siempre y cuando no conectaban cables y
era tan reciente que dejen en él marcas monitores. Me retorcí,
incluso se notaban las visibles». y conseguí girar el
burbujas. Pero
cuello lo suficiente
entonces reconocí al
como para ver una
fondo las formas de
Las luces del mesa llena a rebosar
una máquina en forma
despacho empezaron de bisturíes y
de media luna y un
a ser cada vez más pequeños taladros; vi
hombre que me
potentes, hasta que mi imagen reflejada
miraba desde el otro
dejaron el recuerdo en en las ventanillas de
lado de la mesa de
blanco. Cuando observación del
cartas que hacía las
perdieron intensidad, quirófano: joven,
veces de mesa de
me encontraba en un blanco de puro terror,
despacho. Era rollizo,
lugar muy distinto a la una imagen similar a
tenía entradas y
Enfermería, una la de los numerosos
parecía formar parte
habitación con retratos que
del mobiliario de la
baldosas azules en la
pág. 45
posteriormente exteriores de edificios presidente, lo guio
colgarían por todo el con cúpula en la entre los sofás hacia
campamento. capital del estado, la enorme mesa de
cámaras congregadas despacho de madera
en el centro de oscura. Los rosales
La luz directa del foco pequeñas ciudades. Y reclaman atención al
aumentó de tamaño cada vez me otro lado de las
hasta devorar la entregaban el mismo ventanas, pero yo
escena. Cuando se papel con las notas dirijo su concentración
amortiguó, el que tenía que leer, me hacia la hoja de papel
recuerdo había enfrentaba con las que tiene delante y le
cambiado de nuevo. mismas expresiones convenzo para que
Deslicé la mirada de esperanza y dolor coja la pluma. Cuando
primero hacia mi en la multitud. Y acaba de firmar, se
temblorosa mano, siempre se formaban vuelve hacia mí con la
luego hacia los ojos las mismas palabras mirada desenfocada y
desenfocados del en mis labios: «Me una sonrisa torpe,
científico de antes. llamo Clancy Gray y inconsciente.
Los hombres que estoy aquí para
pululaban por los explicarles cómo me
alrededores tenían ha salvado la vida el Deben de haber
una expresión programa de pasado meses, quizás
tenebrosa: sonrisas rehabilitación del años… noto el
inexpresivas, ojos campamento». cansancio que hace
más inexpresivos aún. mella en mí, me rodea
Me cuadré de como una pesada
hombros: la emoción Otra luz, esta vez el cadena. Está oscuro;
de la victoria me flash de una cámara. no sé qué hora de la
recorría el cuerpo Cuando se va noche es pero veo
entero a medida que apagando el que estoy en una
avanzaba, cruzaba fogonazo, me habitación de hotel,
una verja y me descubro mirando una no especialmente
acercaba al coche cara que es una lujoso. Estoy mirando
negro que estaba versión más vieja y hacia el techo, medio
esperándome. El ajada de mí mismo. El enterrado bajo la
hombre trajeado que fotógrafo gira el colcha, cuando
me dio la bienvenida monitor de la cámara aparece una figura
con una superficial para que vea el que parece emerger
palmadita en la retrato, y ya no me de las sombras del
espalda no era el veo como un niño, armario. Es rápido,
presidente, pero sino como un joven casi más de lo que
aparecía en adulto, un chico de puedo afrontar. El
prácticamente todos quince o dieciséis hombre lleva una
los recuerdos que años. El fotógrafo máscara negra, veo el
empezaron a vuelve a instalar su centelleo metálico de
sucederse a equipo, esta vez al un arma… retiro la
continuación, otro lado de la colcha, extiendo la
llevándome por habitación, y le paso pierna y lanzo una
escenarios de un brazo por los patada que derriba al
auditorios de colegios, hombros al atacante. El disparo
pág. 46
sale del arma como recuperé la voz—.
una combustión de luz ¿Quién?
dejado tirado en la
y escaso sonido. El
silla de la habitación y
olor me abrasa la
salgo corriendo al
nariz. —¿Quién crees tú? —
pasillo, veo vacío el
dijo con sequedad—.
lugar junto a la puerta
Ese hombre era uno
donde debería estar
Caigo de espaldas, el de los agentes del
apostado un hombre
antebrazo del hombre Servicio Secreto que
montando guardia. Y
me aplasta el cuello y supuestamente tenía
sé, sé qué sucede. Sé
los frágiles anillos de que estar
qué pasará si
cartílago. Extiendo las protegiéndome.
amanece y me
manos, palpo la
encuentran aún con
moqueta áspera, la
vida.
mesita de noche, y por —Pero eso no tiene
fin su cara. Ni siquiera sentido. —Me llevé la
el terror que llena mano a la frente y
Bajo corriendo las
hasta el último cerré los ojos con
escaleras del hotel,
centímetro de mi fuerza para evitar la
cruzo las cocinas,
cuerpo me impide sensación de
salgo por la puerta de
irrumpir en su mareo—. Si te
atrás, donde están los
cerebro. llevaban de un lado a
contenedores de
otro y te utilizaban
basura y corro por el
para explicar las
aparcamiento. Sigo
«¡PARA!». Noto que bondades del
corriendo, el pecho
mis labios articulan la programa de
me abrasa, y oigo
palabra, pero no rehabilitación, ¿por
voces que gritan
puedo oírme. qué…?
detrás de mí, botas
«¡PARA!». Y el
que aporrean el
hombre para, con la
asfalto. Corro hacia
mirada vacía de aquel
los árboles, hacia la —Porque habían
a quien acaban de descubierto que no
oscuridad…
abrirle el cráneo para me había rehabilitado
en absoluto —dijo—.
dejarle el cerebro al
Mi padre, por
descubierto. Se sienta —Ruby… ¡Ruby!
supuesto. El único
en el suelo y deja caer
motivo por el que me
el arma.
sacó de Thurmond fue
Regreso poco a poco
porque le hice pensar
a la oficina de Clancy,
que me había curado.
Estoy tosiendo, con un dolor de
Pero fui demasiado
jadeando, intento cabeza tan intenso
ambicioso. Intenté
llenar los pulmones de que me veo obligada a
hacerle el juego a mi
aire. Cojo el arma y la esconder la cara entre
padre, influyéndole,
sujeto en la cintura del las rodillas para no
pero me pillaron. —
pantalón del pijama. vomitar.
Clancy se interrumpió
Me detengo un
—Intentaron matarte un instante—. Le
momento para
—dije cuando por fin preocupaba la
recoger el abrigo que
posibilidad de que
había
pág. 47
saliese a relucir la revelar la verdad —La mujer que te
verdad sobre los sobre mi persona y su ayudó a fugarte de
campamentos, estoy programa de Thurmond… la agente
seguro, pero no podía rehabilitación. Tenía de la Liga. ¿Qué te
alejarme de repente que inventarse alguna contó sobre el Ruido
del ojo público, sobre mentira, como que Blanco de aquel día?
todo después de estaba en la
haber sido él quien me universidad, para que
había convertido en el la prensa no se le —Que los
centro de atención. echara encima. — supervisores del
No, creo que para él Clancy sonrió—. Así campamento habían
era mucho más fácil que ya ves, al final salí incorporado una
eliminarme por ganando. frecuencia que solo
competo antes de que podían detectar
empezara a causarle Naranjas, Rojos y
problemas. Me Se levantó de la silla y Amarillos —le dije.
imagino el rollo que extendió la mano. Se Clancy tenía que
pensaba inventarse la cogí sin ser saberlo, utilizaban el
en torno a mi consciente de ello y mismo método para
asesinato para una sensación de comunicar la
despertar la calma se apoderó de localización del
compasión del pueblo mí cuando me la campamento—. Que
norteamericano. apretó. El silencio se estaban intentando
adueñó de mi cerebro. localizar a los
Noté que me inclinaba elementos peligrosos
Me quedé mirándolo hacia delante. que pudieran
mucho rato, sin permanecer todavía
palabras. escondidos.
—Cuando oí hablar
de ti, comprendí que
«¿Cómo sobreviste a tenía que encontrarte. Clancy me soltó la
esa vida?», me habría Tenía que mano y giró el
gustado preguntarle. asegurarme de que ordenador portátil de
«¿Cómo sigues conocías la verdad cara a nosotros. En la
siendo tú y no el sobre lo que sucedía, pantalla apareció una
monstruo en que para no caer atrapada fotografía de mi cara
querían convertirte?». en el camino oscuro la mañana que llegué
como me sucedió a al campamento, pero
mí. el texto que aparecía
—Después de aquella a mi lado no era mi
noche conocí a historial.
Hayes, luego a Olivia, —¿La verdad? —Lo
y luego a más gente. miré, sorprendida—.
Descubrimos este ¿A qué te refieres? —Lee en voz alta el
lugar y nos pusimos Clancy no me soltó la segundo párrafo.
manos a la obra. Mi mano; se sentó sobre
Lo miré sin entender
padre no podía dar la mesa, delante de
nada, pero hice lo que
una recompensa por mí.
me pedía.
mi cabeza, no sin

pág. 48
Verdes durante su les faltaba una mente
proceso de curiosa capaz de
—«El supervisor del
clasificación unirlas todas. Pero si
campamento Harris
inicial…». me preguntas si te
descubrió la
habrían pillado de no
discrepancia en el —Continúa —dijo
haber incorporado la
Control de Calma a Clancy cuando vio
Liga esa maldita
las 5.23 de la mañana que me interrumpía.
frecuencia…
siguiente, después de
entonces la respuesta
detectar que se había
es no, seguramente
incorporado una —«Los individuos psi no.
frecuencia adicional 3285 y 5312 están
sin su consentimiento. considerados
—Hice una pausa y altamente peligrosos.
—¿Y entonces por
me pasé la lengua por Se han emitido
qué lo hicieron? —le
los labios para órdenes para
pregunté—. Me
humedecerlos—. capturarlos y
parece que corrieron
Después de investigar reprocesarlos». —
un riesgo enorme
detenidamente los ¿Reprocesarlos?
simplemente para
aparatos de grabación Levanté de nuevo la
sacar de allí a un par
de la Cantina, llegó a vista—. Pero por lo
de niños.
la conclusión de que que está escrito…
el estallido de ellos no sabían… no
violencia que provocó sabían… ¿Estás
la utilización del —A un par de niños
intentando decirme
Control de Calma a extremadamente
que en el
las 11.42 fue valiosos y
campamento no
provocado excepcionales —me
tenían ni idea de que
corrigió Clancy—.
directamente por yo era Naranja hasta
agentes secretos del después de que Niños que tendrían
grupo terrorista saliese de allí? que haber sido
conocido como la Liga eliminados.
de los Niños. Cree
que estos mismos Clancy movió
agentes fueron los afirmativamente la Y al ver mi expresión
que incorporaron al cabeza. añadió, con tremendo
Control de Calma una realismo:
frecuencia de
identificación. Se cree —Eso parece.
que los individuos psi —¿No pensarás de
3285 y 5312, que —¿Entonces no
verdad que iban a
cruzaron los límites corría ningún peligro?
permitir vivir a chicos
del campamento ¿No me habrían
como nosotros? A los
aproximadamente a matado?
Naranjas, no. Sí a los
las 3.34, Amarillos, porque su
acompañados por un amenaza puede
agente de la Liga de —Oh, por supuesto
reprimirse, pero a los
los Niños, fueron que corrías peligro —
Naranjas, no.
identificados dijo—. Disponían de
erróneamente como todas las piezas y solo
pág. 49
Me pasé la mano por la cara entre las internados en un
la cara. manos. De todos los campamento, al
menos. —Movió la
cabeza en un gesto
—¿Y los Rojos? ¿Los escenarios que había negativo—. No hay
mataron también? imaginado —de todo que tenerles miedo.
lo que había pensado Llegará el día en que
que podía haberles acaben liberándose
—No —dijo Clancy. ocurrido a esos del control al que los
Bajó el tono de voz, niños—, aquella era tiene sometidos mi
dubitativo—. Los una locura que ni padre.
Rojos tuvieron un siquiera se me había
destino mucho peor. pasado por la cabeza.
«Y no están
Esperé a que muertos», pensé.
continuase,
—¿Y cómo pudo «Algo es algo».
retorciendo una y otra
obligarlos? —
vez las manos sobre
pregunté, con una voz
el regazo.
que sonó hueca—. —Ruby.
¿Por qué aceptaron
Levanté la vista,
los Rojos?
—El programa mientras el frío me
secreto del invadía las entrañas.
presidente. —Clancy
—¿Qué otra opción
se cruzó de brazos y
les quedaba? —dijo
se echó hacia atrás— —Permíteme que te
Clancy—. Les hizo
. El Proyecto enseñe todo lo que sé
creer que si no
Jamboree. Mi querido hacer —susurró,
cooperaban, sus
padre ha estado retirándome con la
familias sufrirían las
entrenando otra mano el pelo que
represalias. Fueron
personalmente un me caía sobre la
sometidos a un
ejército especial mejilla.
programa especial de
integrado por los
acondicionamiento
Rojos que fueron
para meterles en la
identificando en los El estómago, hecho
cabeza que eran
campamentos. Así un amasijo de nervios,
necesarios y que
que ya ves por qué… se me relajó con el
estarían bien
—Tosió para contacto y los recelos
cuidados. Antes de
aclararse la garganta que pudiera albergar
que mi padre y sus
y poder seguir respecto a Clancy
asesores se dieran
hablando—. Ya ves desaparecieron.
cuenta de que
por qué la Liga está Éramos iguales, en
estaban bajo mi
tan interesada en aspectos
influencia, pude
localizar chicos que tremendamente
supervisar el
puedan resultar importantes. Él quería
programa lo bastante
especialmente ayudarme, por mucho
como para garantizar
peligrosos. que yo no tuviera
que estuvieran bien
cuidados… mejor que nada que ofrecerle a
Moví la cabeza de un
cambio.
lado a otro y escondí si hubiesen sido

pág. 50
manera hubiera —Han depositado su
nacido con una confianza en mí —
—Nadie podrá
personalidad capaz respondió, esbozando
hacerte daño ni
de atraer una triste sonrisa—.
cambiarte si eres
naturalmente a la No quiero
capaz de luchar para
gente hacia él. Y lo vi preocuparlos. Tienen
alejarlos de ti —dijo en
con mis propios ojos, que creer que soy
voz baja.
cuando me invitó a capaz de cuidar de
No fue al abatimiento acompañarle a dar ellos, de lo contrario
lo que me hizo dar el una vuelta por el este sistema no
paso, no fue ni campamento. funcionaría.
siquiera la
autocompasión.
Clancy saludó a los Lo del «sistema» era
niños vestidos de un tema más
Fue una corriente negro sentados profundo. Grabar el
pura y destilada de alrededor de la símbolo psi en la
odio que se abría hoguera. Su pared de los edificios
camino dentro de mí. presencia levantaba y colgar carteles en
Había creído que el entusiasmo. A su los porches era una
paso, todo eran cosa, pero interiorizar
sonrisas, y no hubo el mensaje eran
Huidizo podría absolutamente nadie palabras mayores.
ayudarme a recuperar que al vernos no nos
mi antigua vida, pero saludara con la mano
ahora sabía que con o hiciera algún El primer ejemplo
eso no bastaba. comentario, aunque claro que tuve de ello
fuese un rápido fue cuando
«¡Hola!». coincidimos
Lo necesitaba para casualmente con la
proteger mi futuro. chica responsable del
Cuando hablé, mis —¿Has hablado huerto del
palabras abrasaron la alguna vez con campamento, quien le
atmósfera. alguien sobre todo lo pidió a Clancy que
que te ha pasado? — castigara a tres niños
—Enséñame. le pregunté. Me miró que, en su opinión,
por el rabillo del ojo, habían estado
como si la pregunta le robando fruta delante
CAPÍTULO hubiese sorprendido. de sus narices.
VEINTITRÉS Hundió las manos en
los bolsillos
posteriores del Con solo dos
Por muchos poderes pantalón y dejó caer segundos de
que Clancy tuviera, no los hombros, inmerso escuchar el discurso
los utilizaba. Me en sus de Clancy comprendí
resultaba curioso que que la forma de vida
alguien capaz de en East River no
influir en los cavilaciones. estaba construida
pensamientos de los sobre una base de
demás de aquella
pág. 51
reglas duras y contestar a la Pete estaba enfermo
concisas, sino que pregunta recayó en el deberíais habérmelo
descansaba casi por más alto de los tres, el
completo en el buen que estaba sentado
juicio de Clancy, que en el medio. comentado.
todo el mundo
consideraba justo.
—Sí. Lo sentimos —En la última reunión
mucho. de campamento
Los acusados eran dijiste que andamos
Enarqué las cejas.
tres chicos Verdes escasos de material
que hacía tan solo médico.
unos meses que
habían dejado atrás —Gracias por vuestra Pete no quería tomar
los Cubículos. La sinceridad —dijo ningún medicamento
chica responsable del Clancy—. ¿Puedo por si acaso otro lo
huerto los había preguntaros por qué necesitaba de verdad.
dejado sentados en la lo hicisteis?
tierra oscura del
recinto, como patitos —Pero imagino que él
en fila. Todos iban Los chicos guardaron sí los necesitaba, si
vestidos con camiseta silencio durante un tan débil estaba que
negra, pero no todos buen rato. no podía ni salir a
sus pantalones Finalmente, con un comer
vaqueros estaban poco de persuasión,
igual de sucios. Me Clancy consiguió
hice a un lado sonsacarles de nuevo —observó Clancy—.
mientras Clancy se la verdad. Sabéis muy bien que
arrodillaba delante de si cogéis comida del
ellos, sin preocuparle Huerto puede
en absoluto que la —Pete se ha puesto desbaratarse el
tierra húmeda pudiera enfermo y no ha programa de comidas
manchar su pantalón podido estar presente que tenemos pensado
perfectamente a la hora de las para todos.
planchado. comidas. No quería
que nadie lo supiese,
porque pensaba que Los chicos asintieron,
—¿Habéis robado la se metería en completamente
fruta? —les preguntó problemas por no abatidos. Clancy
Clancy con llevar a cabo las levantó la vista hacia
amabilidad—. tareas de limpieza el corrillo de chicos
Decidme la verdad, que le correspondían que se había reunido
por favor. esta semana y Pete a nuestro alrededor y
no quería… fallarte. les preguntó:
Lo sentimos, lo
sentimos mucho. —¿Qué queréis que
Los chicos hagan como castigo
intercambiaron por haberse llevado
miradas. La fruta?
responsabilidad de —Lo comprendo —
dijo Clancy—. Pero si
pág. 52
La chica responsable fuera del huerto—. La a desvalijarlo, nos
del huerto abrió la gente cree que puede enfrentaremos a un
boca dispuesta a venir por aquí y problema grave. Creo
responder, pero un llevarse lo que le que todo el mundo
chico de más edad dio apetezca. ¡El huerto tiene que comprender
un paso al frente y no es una cosa que hasta qué punto está
apoyó el rastrillo que pueda cerrarse con interrelacionada la
llevaba en la mano en llave como el vida en East River.
la sencilla valla que almacén! Oye, ¿te importa si
rodeaba la parcela. paso a hacerle una
visita a Pete?
—Te prometo que
Le sonreí.
—Si están dispuestos pondré el tema en la
a ayudar durante unos agenda de la reunión
días a arrancar las de campamento del
—Por supuesto que
malas hierbas, nos mes que viene —le
no.
turnaremos para dijo Clancy con una de
hacerle compañía a sus sonrisas—. Será
Pete y asegurarnos el primer asunto que
de que come y toma tocaremos. El niño estaba
los medicamentos enterrado bajo una
que necesita. montaña de mantas…
por lo que insinuaban
La respuesta pareció
los colchones
satisfacer a la chica, al
desnudos del resto de
Clancy asintió. menos por el
la cabaña, los demás
momento. Después
—Me parece justo. chicos le habían
de lanzarme una
¿Qué opináis los donado
mirada de curiosidad,
demás? generosamente las
la Emperatriz de las
suyas. Cuando su
Verduras dio media
sofocada cara
vuelta y regresó a su
Cuando todos los emergió por fin bajo
reino.
demás acordaran las mantas, le dije
imponer ese —Caramba —dije—, hola y me presenté.
«castigo», creí que la es una auténtica joya. Clancy pasó más de
chica responsable un cuarto de hora
empezaría a patalear charlando con él,
de rabia. Estaba Clancy se encogió de observando desde la
tremendamente hombros con aire cabaña las idas y
insatisfecha por el distraído y se rascó la venidas del
resultado, a tenor de oreja. campamento. Los
lo coloradas que tenía niños me saludaban y
las mejillas. me sonreían, como si
—Tiene razón. Si en llevase años allí, no
el Almacén tan solo unos días. Yo
—No es la primera empezamos a andar les devolvía el saludo,
vez que tenemos este escasos de comida, pero poco a poco iba
problema, Clancy — tendremos que notando en el pecho
dijo la chica, depender del Huerto, una especie de
acompañándonos y si la gente se dedica opresión. No sé
pág. 53
cuándo caí en la cena y dando su cedió inmediatamente
cuenta, o si había sido parecer sobre si era el puesto de profesor.
algo que me había ido necesario asignar
calando despacio, más personal al
sigilosamente, pero equipo de seguridad. —Vaale, vaale —dijo
estaba empezando a Clancy—. ¿Alguien
comprender que el puede decirme dónde
negro —el color que Cuando llegamos a la lo dejamos la semana
yo había aprendido a cabaña que servía de pasada?
temer y odiar— era aula para los
precisamente lo que Cubículos, yo ya
permitía a esos niños estaba muerta. —¡En los peregrinos!
sentirse orgullosos y Clancy, sin embargo, —dijeron al unísono
solidarios. estaba listo para una docena de voces.
impartir su clase
semanal de historia
—Aquí nunca te de los Estados —¿Los peregrinos?
sentirás sola —dijo Unidos. —dijo Clancy—. ¿Y
Clancy después de quiénes eran? A ver,
cerrar la puerta de la Jamie. ¿Recuerdas
cabaña a Era una sala pequeña quiénes eran los
y abarrotada, pero peregrinos?
bien iluminada y
sus espaldas. decorada con Una niña que tendría
pósteres y dibujos de la edad de Zu se irguió
vivos colores. en su asiento.
Nos dirigimos al Localicé a Zu y sus
edificio de la guantes rosas antes
lavandería y luego de fijarme en la —Los ingleses se
nos paramos en los adolescente que, portaban muy mal con
lavabos para verificar subida al estrado, ellos por culpa de su
el funcionamiento de señalaba el recorrido religión, por lo que
los grifos y del río Misisipí en un tuvieron que emigrar a
asegurarnos de que viejo mapa de los América y
las luces funcionaban Estados Unidos. Zu desembarcaron en
correctamente. De estaba sentada al Plymouth Rock.
vez en cuando, algún lado de Hina,
chico paraba a Clancy naturalmente, y
para formularle una tomaba apuntes como —¿Puede alguien
pregunta o elevarle una loca. A aquellas contarme lo que
una queja, y él nunca alturas ya no tendría hicieron a su llegada?
se mostraba otra cosa que haberme
que no fuese paciente sorprendido, pero
y comprensivo. Lo vi cuando Clancy asomó Se levantaron diez
solucionando un la cabeza por la manos a la vez. De
malentendido entre puerta, los niños lo entre todas, Clancy
compañeros de recibieron con vítores. eligió la de un niño
cabaña, aceptando La adolescente le sentado cerca de
sugerencias para la donde él estaba…
debía de ser Verde,
pág. 54
aunque también podía —Dejó de deambular abandonar la cabaña
perfectamente ser de un lado a otro y fijó entre los lamentos y
Azul o Amarillo. Al sus ojos oscuros en el las quejas de los
estar todos público—. ¿Os Cubículos. Sin dejar
mezclados, mi suena? de reír, nos
método habitual para encaminamos hacia el
distinguirlos ya no círculo de la hoguera,
servía de nada. E, Zu tenía los ojos como donde estaban
imagino, esa era la platos. Estaba lo iniciando los
razón de ser de suficientemente cerca preparativos para la
aquella mezcla. de ella para verle las cena. Percibí
pequitas de la cara y, montones de ojos fijos
lo que es más en nosotros, pero no
—Fundaron una importante, para hice caso. De hecho,
colonia —respondió el percibir la felicidad me sentía orgullosa.
niño. que irradiaba. Me
agrandó el corazón.
Hina se inclinó para —¿Y bien? —dijo
—Muy bien. Fue la susurrarle algo al oído Clancy cuando
segunda colonia y su sonrisa se hizo llegamos al porche de
inglesa, después de la más grande si cabe. las Oficinas y sonaron
que se fundó en los cencerros que
Jamestown, en llamaban a todo el
1607… ¡no muy lejos —¡Es como nosotros! mundo a cenar—.
de aquí, de hecho! — —dijo algún niño ¿Qué opinas?
Clancy cogió el mapa desde el fondo del
—Opino que estoy
que la maestra había aula.
preparada para la
utilizado y señaló
—Acertaste —dijo primera lección —dije.
ambos lugares—. A
Clancy.
bordo del Mayflower
redactaron el Pacto
—Oh, señorita Daly —
del Mayflower, un
Durante la siguiente replicó, esbozando
acuerdo que
hora y media habló una sonrisa—. Ya has
garantizaba que todo
sobre la interacción recibido tu primera
el mundo cooperara y
entre los peregrinos y lección. Solo que no te
actuara en beneficio
las tribus nativas, has dado cuenta de
de la colonia. Cuando
sobre Jamestown, ello.
llegaron aquí,
sufrieron muchas sobre todas las cosas
penurias. Pero que mi madre solía
trabajaron enseñar cuando daba
conjuntamente y clases en el instituto.
* * *
crearon una Y cuando hubo
comunidad agotado su tiempo,
independiente de la saludó a los niños con
una comedida Pasaron dos semanas
Corona británica como si hubiesen sido
donde poder practicar dos páginas
libremente su fe. arrancadas de un libro
reverencia y me indicó
viejo. Pasé tantas
que le siguiera para
pág. 55
horas encerrada en el Seguía viendo a
despacho de Clancy, Chubs algún día a la
Al cabo de unos días,
introduciéndole hora de comer, pero
dejó de llevar
imágenes en el Clancy solía traer la
guantes. Caí en la
comida a la oficina y
cuenta una noche,
comíamos allí juntos.
mientras me cepillaba
cerebro, Me resultaba más
el pelo. Me había
bloqueándole el paso complicado seguirle la
apartado para ir a
cuando él intentaba pista a Zu, porque
encender la luz, pero
hacer lo mismo cuando no estaba en
Zu me sacó ventaja:
conmigo, hablando el aula, estaba con
chasqueó los dedos y
sobre la Liga, Hina o con alguno de
la luz del techo
Thurmond y el Ruido los Amarillos de más
parpadeó.
Blanco, que ambos edad. El único rato
perdimos el ritmo del que pasaba realmente
horario del con ellos era por la
noche, antes de que —Es asombroso —
campamento. Él
apagaran las luces del dije efusivamente.
seguía con sus
reuniones diarias, campamento. Chubs
pero en vez de se comportaba en la
pedirme que me mayoría de las Habría sido una gran
ausentara, me hacía ocasiones como un mentira decir que no
esperar al otro lado de fantasma. Trabajaba sentí una punzada de
la cortina blanca, sin parar o buscaba celos al ver los
donde ahora maneras de llamar la avances que había
llevábamos a cabo atención de Cloncy: hecho Zu. Yo, por mi
nuestras sesiones por ejemplo, parte, solo había
prácticas. cosiéndole unos conseguido bloquear
cuantos puntos de la entrada de Clancy
sutura a una niña que en mi cerebro una
se había partido el única vez, y no antes
Había momentos en
labio o sugiriendo de que descubriera lo
los que Clancy tenía
métodos más eficaces que me había
que salir a
para cultivar el huerto. sucedido con Sam.
inspeccionar las
cabañas, o a El rato más largo que —Interesante —había
solucionar alguna que pasé en su compañía sido su único
otra discusión, pero fue cuando me retiró comentario.
yo casi siempre me mis puntos de sutura.
quedaba en aquella
húmeda y vieja Y mientras que a Zu y
habitación Zu, por su parte, a Chubs los veía a
esperándolo. Había estaba encantada diario, la historia con
libros, música y un enseñándome cada Liam era
televisor a mi día lo que había completamente
disposición, lo que aprendido en clase y distinta. El equipo de
significaba que nunca los trucos que los seguridad le había
tenía oportunidad de demás Amarillos le asignado el segundo
aburrirme. habían enseñado turno de guardia, de
fuera del aula. las cinco de la tarde a

pág. 56
las cinco de la para que dejara de Fue él quien sugirió
mañana, y en el mirar por la ventana, y que nos sentáramos
extremo oeste del de pronto no supe en su estrecha cama.
lago, además. hasta qué punto había Él se instaló en un
Normalmente, cuando sido capaz de dejar extremo y yo en el
acababa la guardia, vagar mis otro. Pero poco a poco
estaba tan cansado pensamientos. Clancy fuimos acercándonos.
que no tenía ni iba vestido con un Sentados en la colcha
fuerzas para regresar polo de color banco roja de cuadros,
a la cabaña y dormía que subrayaba el fuimos minimizando la
en las tiendas brillo natural de su tez distancia que nos
instaladas cerca de morena y pantalones separaba a cada
aquella entrada. Lo vi de algodón de color lección que pasaba,
un par de veces beige enrollados a la hasta que un día me
charlando altura de los tobillos. desperté de repente
Cuando no estaba en de la neblina en la que
su casa, iba siempre me habían sumido los
animadamente con un con la camisa o el polo ojos oscuros de
grupito a la hora del perfectamente Clancy y me di cuenta
desayuno, o yendo a abrochado, la ropa de que estábamos
visitar a Zu en el aula, limpia y planchada… sentados tan cerca el
aunque siempre pero no conmigo. uno del otro que
desde la ventana de la nuestras respectivas
habitación de Clancy. rodillas se rozaban.
Aquí no
—Lo siento —musité,
necesitábamos
mirándolo—.
Lo echaba tanto de guardar las
¿Podemos empezar
menos que a menudo apariencias. Entre
desde el principio?
sentía un dolor que nosotros no era
era incluso físico, pero necesario. Cuando
comprendía que tenía iniciamos las
Todo lo que yo decía
sus lecciones, nos
le resultaba gracioso,
responsabilidades. sentábamos a ambos
por lo visto.
Cuando me quedaba lados de la ridícula
tiempo para pensar mesa de
libremente, mis
—¿Empezar desde el
pensamientos se los
principio? ¿Acaso
dedicaba a él, aunque despacho y me sentía
estamos ensayando
por lo general estaba como si estuviese
para representar una
tan concentrada en plantada delante del
obra de teatro? ¿Le
mis lecciones que me director del colegio,
digo a Mike que
resultaba complicado no siguiendo una
empiece a construir
dedicar tiempo a otra lección psi impartida
los decorados?
cosa que no fuera por mi monstruoso
eso. gurú. Después
probamos en el suelo,
pero al cabo de unas No sé por qué me
horas sentada tenía la eché a reír cuando
Clancy se echó a reír
espalda destrozada. dijo aquello… ni
y me llamó la atención
siquiera tenía gracia.
pág. 57
Tal vez me hubiera lanzándome un cerebro, introducirme
vuelto majara conjuro. una imagen, un
después de pasar sentimiento, un
veinte minutos miedo. Estoy segura
intentando impedir Había puesto a de que en una
que su cerebro prueba diversos ocasión me introdujo
penetrase en el mío. métodos para incluso un sueño. Yo
Lo único que sabía demostrarme cómo lo no quería
con certeza era que hacía. Habíamos decepcionarlo, sobre
cuando me cogía una bajado a la despensa todo teniendo en
mano y me la para que pudiera ver cuenta la gran
apretaba, la suya se cómo se adentraba en cantidad de su valioso
me antojaba grande y el cerebro de Lizzie y, tiempo que estaba
reconfortante. sin otro objetivo que dedicándome… solo
hacerme reír, le había de pensarlo, me
pedido que cloqueara encogía de miedo.
—¿Lo volvemos a como una gallina. Pero el continuaba
intentar? —dijo—. Clancy había diciéndome que me lo
Esta vez trata de intentado enseñarme tomara con
imaginarte que esas lo fácil que era influir tranquilidad, que él
manos invisibles que sobre el estado de había necesitado
me decías son en ánimo de varias años para dominar
realidad cuchillos. personas a la vez todo aquello, pero
Que cortan la neblina. solucionando una entendía que me
discusión entre dos resultara imposible no
niños sin pronunciar tener ganas de
Pero era mucho más palabra. Otro día, se acelerar las lecciones,
fácil decirlo que había sentado en el de conseguir dominar
hacerlo. Asentí y cerré pórtico de la Oficina y rápidamente mis
los ojos, intentando me había leído los facultades. Bajo mi
combatir la oleada de pensamientos de punto de vista, la
calor que notaba en todos los que mejor manera de
las mejillas. Cada vez pasaban por delante, compensarle tanta
que él empleaba mi incluyendo los de la amabilidad no era otra
torpe manera de pobre Hina, que al que conseguir
explicar el parecer estaba dominarme hasta el
funcionamiento de mi locamente punto de estar a su
propio cerebro, me enamorada de lado y sentirme
invadía una gran Clancy. orgullosa, no
turbación e incluso avergonzada, de lo
sentía vergüenza. La que era capaz de
primera vez que había La verdad era que hacer.
hecho aquella podía hacer
comparación él se absolutamente
había reído, había cualquier cosa. Hasta que no fuese
empezado a mover Bloquearme el acceso capaz de desvelar sus
las manos delante de a su secretos, no seríamos
mí como si estuviera iguales. Me había
definido como
«amiga» varias veces,
pág. 58
tanto mientras me oleada muro. Le apreté la
impartía sus lecciones desorientadora de mano, y seguí
como delante de otra pensamientos y apretándosela hasta
gente, y me recuerdos. Era como que comprendí que le
sorprendía la si tuviese una cortina hacía daño, y
reticencia que corrida que le protegía entonces le lancé
despertaba en mí ese el cerebro. Y por aquella daga invisible
término. Clancy tenía mucho que tirase de y se la clavé con toda
centenares de ella, resultaba la velocidad y la
amigos. Pero yo imposible abrirla. fuerza que me fue
quería ser algo más, posible. Y aún así, en
quería que confiara en el instante en que rozó
mí y me hiciese Aunque eso no quería aquel muro blanco,
confidencias. decir que no lo noté que él la cogía y
intentase con todas me la arrojaba a la
mis fuerzas. cara. Clancy suspiró y
A veces, lo único que me soltó la mano.
deseaba era que se
acercase un poco Clancy me sonrió y
más, que me retirara extendió la mano para —Lo siento —dije,
el pelo de la cara para retirarme el pelo hacia odiando aquel
ponérmelo detrás de la espalda. Su mano instante de silencio
la oreja. Pero era un se quedó allí un que siguió.
pensamiento momento y ascendió
repulsivamente hacia mi nuca. Sabía
femenino y no sabía que me miraba —No, el que lo siente
muy bien de qué fijamente, pero no me soy yo. —Clancy hizo
oscuro rincón de mi atrevía a mirarle a los un gesto negativo con
cabeza surgía. A ojos, ni siquiera la cabeza—. Soy un
veces pensaba que el cuando se me acercó profesor malísimo.
cerebro me hacía aún más.
jugarretas, porque —Créeme, el
sabía que en realidad problema de la
ecuación no eres tú.
deseaba que fuese —Puedes hacerlo. Sé
Liam quien me hiciera que puedes.
aquello… y otras
muchas cosas. —Ruby, Ruby, Ruby
—dijo—, esto no es
Apreté los dientes
ninguna ecuación. Es
hasta que me dolió la
Cada vez que imposible que lo
mandíbula y noté una
intentaba adentrarme resuelvas tú sola en
tensión extrema en un
en el cerebro de tres sencillos pasos,
músculo de la mejilla.
Clancy, él me de ser así no habrías
Intenté dibujar
expulsaba. Clancy aceptado mi ayuda,
mentalmente los
controlaba hasta tal ¿no te parece?
centenares y miles de
punto sus poderes dedos unidos, los
que ni siquiera me convertí en un objeto
daba tiempo a percibir Bajé la vista y vi que
afilado y letal, capaz
aquella habitual me estaba
de atravesar aquel
acariciando la palma
pág. 59
de la mano con el «No tengo ni idea de
dedo pulgar, trazando cómo ayudarte». Por
—Pero eso fue antes
un círculo lento, supuesto. Claro que
de que te contara lo
perezoso. Resultaba no podía. Martin
que la Liga había
curiosamente también era un
planeado para ti —
relajante, un gesto Naranja, pero no
dijo—. ¿En qué
casi hipnótico. poseía las mismas
sentido querías que te
facultades que yo. Me
ayudara? No…
pregunté por qué
déjame adivinarlo.
—Es verdad — habría dado por
Algo que tiene que ver
empecé a decir—. supuesto que el
con lo que pasó con
Pero tendrías que Huidizo también las
tus padres, ¿no es
saber que no he sido tendría.
eso?
del todo… sincera.
Eso le llamó la
—Si… si me lo
atención. —Entender por qué
cuentas, si me
borré los recuerdos
explicas cómo crees
que tenían de mí —le
que funciona… tal vez
—Los demás… los confirmé—. Saber
se me ocurra
demás querían dar cómo evitar que eso
contigo porque vuelva a pasar.
pensaban que eras un
algo.
personaje
Clancy cerró los ojos
un instante y cuando
No era exactamente
mágico que podría por fin volvió a
que no pudiera hablar
devolverlos a sus abrirlos, sus ojos me
sobre el tema, sino
hogares. Pero yo te parecieron más
más bien que no
buscaba porque tenía oscuros que antes,
quería hacerlo. No en
mi fe depositada en casi negros. Me
aquel momento. Me
los rumores que incliné hacia él y capté
conocía demasiado
decían que eras un una extraña mezcla
bien como para no
Naranja, y pensaba de tristeza,
predecir mis palabras
que tal vez estarías culpabilidad y algo
entrecortadas y la
dispuesto a más que parecía
lacrimógena
enseñarme. rezumar por sus
explicación que le
poros.
daría a Clancy. Cada
vez que me permitía
Clancy frunció las pensar en lo que
oscuras cejas, pero —Ojalá pudiera
había pasado,
no me soltó la mano. ayudarte en esto —
acababa agotada y
Todo lo contrario, dejó dijo—, pero la verdad
temblorosa,
descansar la otra es que yo no puedo
sintiéndome tan
mano sobre el hacer lo que haces tú.
asustada,
estrecho espacio que No tengo ni idea de
desesperanzada y
quedaba entre cómo ayudarte.
horrorizada como me
nuestras piernas había sentido al
cruzadas.

pág. 60
producirse aquellos —Sí, sé de que
sucesos. hablas. ¿Qué tendría
—¿Por qué lo dices?
que hacer cuando lo
siento?
Me dedicó, desde
—Porque no eres lo
debajo de sus oscuras
bastante malévola
pestañas, una mirada —Tendrías que
como para saber
de comprensión y rechazarlo, expulsarlo
llevar a cabo una
luego acercó el dedo del camino que quiera
buena ofensiva…
pulgar al punto de mi que haya tomado.
créeme, lo que acabo
muñeca donde se Según mi experiencia,
de decirte es un
percibían las las cosas que
cumplido. —Esperó a
pulsaciones. realmente deseamos
que yo sonriera antes
proteger, como los
de proseguir—. Pero
recuerdos y los
eres cautelosa. No
—Ah. Es un sueños, poseen sus
muestras tus cartas a
Benjamin. Debería propias defensas
nadie. Hay momentos
habérmelo imaginado, naturales. Solo
en que resulta
lo siento. —Viendo mi necesitas incorporar
imposible saber lo que
expresión de una pared más.
piensas.
perplejidad, se
explicó—: Benjamin
es el nombre de mi —Cada vez que he
—No es mi intención
antiguo tutor… de mi intentado adentrarme
—dije,
tutor mucho antes de en tu cerebro, ha sido
interrumpiéndolo.
que todo se fuese a como si me
paseo. Murió siendo encontrara una
yo muy pequeño, pero cortina blanca que me
sigo sin poder hablar Clancy agitó una bloquea el paso.
sobre el tema. Sigue mano para restarle
doliéndome. — importancia al
Esbozó una sonrisa comentario.
Clancy asintió.
ladeada y —No es malo —dijo—
compungida—. . De hecho, te
Aunque tal vez no sea ayudará. —Así es como yo lo
necesario que me hago. Cuando percibo
cuentes nada. La verdad es que no
esa sensación, invoco
Podríamos intentar me había ayudado a
la imagen de esa
otra cosa. defenderme de
cortina y no doy
Martin.
—¿Cómo qué? tregua ni aflojo, pase
lo que pase. De modo
que lo que quiero que
—¿Intuyes cuando hagas ahora es que
—Como que esta vez alguien intenta rememores algún
me bloquearas tú el adentrarse en tu secreto o recuerdo,
acceso a tu cerebro, cerebro? — algo que no quieras
no al revés. Seguro preguntó—. ¿Notas que yo vea, que no
que te sería mucho un hormigueo…? quieras que vea
más fácil.
nadie, y entonces

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quiero que corras —Eres un líder justo y hizo sentir la cabeza
también una cortina ecuánime —dije. Y llena de aire,
para protegerlo. añadí—: ¿De verdad dispuesta a
me consideras tu desaparecer flotando
amiga, o lo dices por los aires—, te
Supongo que no simplemente porque considero mucho más
conseguí disimular quieres ver cómo me que eso.
adecuadamente mis partí los cuatro
dudas, puesto que me dientes de arriba
cogió de nuevo intentando jugar al —¿A qué te refieres?
ambas manos entre fútbol?
las suyas y entrelazó
los dedos. —Tal vez tú hayas
Clancy movió la estado buscándome,
cabeza de un lado a pero digamos que yo
—Vamos —dijo—. otro y se echó a reír. estaba esperándote.
¿Qué es lo peor que Sus historias favoritas Hace mucho tiempo
podría pasar? ¿Qué siempre eran aquellas que necesitaba que
viese alguna situación en las que le alguien comprendiera
embarazosa? Creo explicaba mis gustos lo que estoy pasando.
que en estos por las cosas de Ser un Naranja… no
momentos somos tan chico, o los festines en puedes compararlo
buenos amigos que restaurantes de con lo que son los
puedes confiar en mí comida rápida que demás. Ellos no nos
si te digo que no le nos dábamos mi entienden, ni tampoco
comentaré padre y yo cuando mi entienden lo que
absolutamente a madre tenía que somos capaces de
nadie ninguna caída ausentarse de la hacer.
ni vomitera en público. ciudad para asistir a
alguna conferencia de
profesores. Me había «Solo nosotros», dijo
—¿Y qué me dices dado cuenta de que una vocecita en mi
sobre andar por ahí tenían tan poco que interior, «solo lo
desnuda y comer la ver con cualquier comprendemos
arena del parque? experiencia que él nosotros
pudiera haber vivido,
Fingió que se lo que debía de dos».
pensaba un momento parecerle casi una
y me sonrió. extraterrestre.
Le apreté las manos.
—Lo sé.
—Supongo que —Por supuesto que te
podría contener la considero mi amiga…
tentación de de hecho —empezó a
contárselo a todo el Me pareció que
decir con voz grave. desviaba su atención,
campamento a la hora Cuando volvió a
de la cena. que su mirada se
mirarme, le ardían los deslizaba hacia el otro
oscuros ojos con una lado de la habitación,
intensidad que me hacia el ordenador y la
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televisión. Me pareció de las manos lograse erigir por fin
detectar un destello exploradoras de mi algún tipo de defensa.
de tristeza en sus cerebro, porque
ojos, un dolor Clancy era más que
auténtico, pero capaz de mantenerme —Piensa con más
rápidamente alejada de su cabeza. intensidad —me
desapareció y quedó dijo—. Piensa en algo
sustituido por su que no quieres que
habitual expresión de Pero Liam… Liam era nadie sepa. Esos
confianza en sí un objeto precioso, recuerdos serán los
mismo. algo que podía que te provoquen las
romper con un único defensas más fuertes.
paso en falso. Alguien
—¿Estás preparada con quien no podía
para intentarlo? estar, no por el Ya no quedaba nada
momento, no mientras que Clancy no
siguiera siendo así. hubiese visto. Juro
Moví afirmativamente que aquel chico
la cabeza. podría haber sido
Clancy se inclinó perfectamente un
hacia delante para cirujano cerebral por
—Te prometo que lo iniciar su trabajo. lo incisivos y precisos
he estado intentando. Seguí su ejemplo y que eran sus golpes y
Por favor… por favor, me incliné sobre su sus pinchazos. Cada
no desesperes. pecho. Era cálido y vez que yo
olía a pino, a libros rememoraba un
viejos y a un sinfín de recuerdo o un
Me sorprendió sentir posibilidades que pensamiento e
que me soltaba las jamás había llegado a intentaba rodearlo con
manos. Y me quedé conocer. un muro invisible, mis
pasmada cuando noté defensas se
que subía las manos desmoronaban como
por mis brazos * * * si fuesen de papel de
desnudos y me cera. Pero Clancy no
recorría los hombros. se desanimaba.
No se lo impedí. Era No conseguí
algo que formaba bloquearle el paso en
parte de Clancy y que su primer intento… ni —Puedes hacerlo —
yo estaba aceptando siquiera lo conseguí seguía
rápidamente. Con él en el quinto. Fueron repitiéndome—. Sé
no tenía por qué tener necesarios tres días, que puedes. Eres
miedo, no tenía que durante los cuales capaz de mucho más
temer lo que yo Clancy presenció de lo que quieres
pudiera hacer prácticamente todos reconocer.
intencionadamente o los recuerdos más
por error. No tenía que amargos y
levantar todas mis vergonzosos de mi Fue aquella extraña
defensas para cabeza antes de que insistencia por
detener los impulsos encontrar un recuerdo

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jugoso lo que semanas cerezos del final de la
desencadenó por fin apoderándose de mis calle de casa de mis
mi primer éxito. sueños, invadiendo el padres en Salem
poco tiempo que no estaban en flor.
—¿Tiene que ser un
pasaba ocupada Pasábamos por allí a
recuerdo? —le
practicando con mis bordo de Black Betty.
pregunté.
facultades. Liam y yo íbamos
delante, escuchando
una canción de Led
Reflexionó sobre el Zeppelin que tal vez
Todo empezó la
asunto. no fuera real. Enfrente
tercera noche que
—Tal vez podrías pasé en East River, de casa de mis padres
probar con otra cosa. hacia aquella hora había globos blancos,
Algo que imagines. que separa la noche atados a ambos lados
del día. Me desperté de la puerta de la valla
sobresaltada, blanca, flechas
Tal vez fuera mi confusa, mientras flotantes que nos
mente que me estaba Chubs roncaba indicaban la puerta
jugando una mala tranquilamente y Zu principal de la casa,
pasada, pero de daba vueltas en la que estaba abierta.
repente me dio la cama. Un tremendo Liam me cogió la
impresión de que su hormigueo se había mano. Iba vestido
cara estaba mucho apoderado de mí exactamente igual
más cerca de la mía. mientras intentaba que el día que lo
procesar lo que había conocí, y juntos
visto, comprender si entramos en la casa,
—Algo que desees. algo de aquello había caminamos por el
O… ¿alguien? sucedido de verdad… pasillo y llegamos a la
si algo de aquello cocina decorada en
podía acabar tonos amarillos claros.
Lo dijo de una manera sucediendo. Nos detuvimos junto a
que sonó casi como la puerta que daba
una pregunta, una acceso al patio
pregunta seria Era un sueño que trasero, donde nos
escondida bajo un nunca podría esperaba todo el
tono de voz compartir, un sueño mundo.
indiferente y que llevaba escondido
despreocupado. en lo más profundo de
Intenté mantener una mi corazón, oculto tan Todo el mundo. Mis
expresión impasible. dentro de mí que ni padres. Mi abuela. Zu.
siquiera me había Chubs. Sam. Estaban
—De acuerdo — dado cuenta de que sentados alrededor de
dije—. Creo que ya estaba allí hasta que una manta que mis
estoy preparada. salió, completamente padres habían
formado. extendido sobre la
hierba y comiendo lo
Clancy no parecía que mi padre había
estar tan seguro. Pero Soñé que era preparado a la
lo estaba. Era una primavera. Los barbacoa. Mi madre
fantasía que llevaba correteaba por allí,
pág. 64
colocando más globos Clancy se llevó la
blancos, con las mano a la frente.
Le apreté la mano,
manos manchadas
con fuerza, y
aún de tierra después
consagré el resto de
de haberse pasado la —¿Y si descansamos
mi esfuerzo a lanzar
mañana plantando un poco? Me siento
las otras manos de mi
unas flores de color como si me hubieses
interior, como si
claro que inundaban asaltado el cerebro.
quisiera empujarlo.
lo que antes era un Pero Clancy no pudo
simple jardín con descansar. En cuanto
césped. Saludamos a pronunció aquellas
todo el mundo, abracé La estrategia de la
palabras, ambos
a Sam, le señalé a Zu cortina no me había
los pájaros que había funcionado, ¿pero y si
en los árboles y probaba con esta? ¿Y
escuchamos una
presenté a Chubs a mi si utilizaba la ofensiva
señal de advertencia
madre. a modo de defensa?
muy distinta. En el
Pero creo que tal vez
otro lado de la
fue excesivamente
habitación se oía un
efectiva. Noté que
Y entonces, Liam se gemido estridente, un
Clancy daba una
inclinaba hacia mí y sonido que no había
sacudida, que
me besaba, y no oído nunca, parecido
lanzaba un silbido que
había palabras para a la alarma de un
parecía de dolor.
describir mis coche. Clancy hizo
sensaciones. una mueca, agachó la
cabeza para eludir el
—Oh, Dios mío —dije
ruido e incluso se
cuando por fin
La intrusión de Clancy levantó de la cama de
conseguí liberarme de
llegó como siempre, un salto.
la neblina que me
primero con un
oscurecía la mente—.
hormigueo, luego con
¡Lo siento mucho!
un rugido. Estaba tan Corrió hacia su mesa
perdida pensando en Pero cuando Clancy y abrió la tapa del
el sueño que ni levantó la vista, ordenador. Escribió
siquiera me había estaba sonriendo. su contraseña casi a
percatado de que me la velocidad de la luz,
había cogido la mano mientras la pantalla
para iniciar el —Te lo dije. Te dije azulada del portátil
experimento. que conseguirías iluminaba sus pálidas
encontrar la manera. facciones. Llegué a su
lado en el momento
Clancy me gustaba en que abría una
mucho. Más de lo que —¿Podemos volver a aplicación.
me habría imaginado. hacerlo? —
Pero no aparecía en el pregunté—. Quiero
sueño. En el sueño no asegurarme de que —¿Qué está
había nada que no haya sido por pasando? —le
deseara compartir con chiripa. pregunté—. ¿Clance?
él.

pág. 65
Ni siquiera levantó la se oyera el gruñido de
vista. Hayes.
—Gracias… consigue
—Sí, ¿qué pasa? — que retrocedan, ¿lo
se oyó con harás? —dijo Clancy
—Se ha disparado
interferencias a través con cautela, y luego
una de las alarmas del
del micrófono. bajó el volumen de la
perímetro del
radio.
campamento. No te
preocupes… es muy
—Ha saltado la
posible que no sea
alarma perimetral Perímetro
nada. En alguna
sudeste. Estoy viendo sudeste…No era la
ocasión hemos tenido
por pantalla la zona de Liam, por
animales que se
imagen, pero… Creí suerte. Exhalé un
acercan demasiado a
que lo que iba a decir suspiro de
la alambrada.
era «No veo a nadie ni tranquilidad.
nada», pero las
Seguía con los ojos
palabras que
Tardé un minuto en pegados a la pantalla
pronunció a
comprender lo que cuando Clancy cerró
continuación me
veía en pantalla. la tapa del ordenador.
obligaron a meter la
Cuatro vídeos de
cabeza por debajo de
distintos colores, cada
su brazo para poder
uno de los cuales
ver bien la —Volvamos al
ocupaba una esquina trabajo. Siento
de la pantalla; cuatro pantalla. haberte distraído.
puntos de vista
distintos de los límites Creo que mi cara de
sorpresa me traicionó.
del campamento. —Sí, veo a un hombre
Clancy se inclinó y a una mujer. Ambos
hacia delante y situó con ropa de ca…
las manos a ambos hostiles, por su —¿No tienes que ir?
lados del ordenador. aspecto. Y allí —pregunté—. ¿Qué
estaban. Parecían de les hará Hayes?
mediana edad, Clancy hizo un gesto
Clancy cogió aunque era imposible con la mano
entonces la radio asegurarlo. Iban restándole
inalámbrica de color vestidos con lo que importancia. Una vez
negro que se solo podía calificarse más.
encontraba también como vestimenta de
encima de la mesa, cazador, ropa de
sin separar ni un camuflaje de los —No te preocupes
instante los ojos de la por eso, Ruby. Todo
pies a la cabeza.
pantalla. está controlado.
Incluso llevaban la
—Hayes, ¿me cara pintada de un
recibes? color parduzco.
* * *

Hubo un momento de —Entendido. Me


silencio antes de que encargo del tema.
pág. 66
Tal vez una grieta no Una noche monté un que hasta ese
fuera suficiente para lío espectacular a la momento me
derribar las defensas hora de la cena, aterrorizaban estaban
de una fortaleza, pero cuando cogí por mi perfectamente atadas
sí fue suficiente para cuenta a los seis niños y controladas. En
resquebrajarla y crear que estaban todos los aspectos me
dos grietas, luego preparándola y les resultaban cada vez
tres, luego cuatro. implanté seis más sencillas y
Después de aquel manejables.
avance tan
significativo, convertí conceptos muy
en mi misión descubrir distintos sobre lo que Pero el martes
distintas maneras de había que preparar siguiente tuvimos otra
deslizarme en el para la cena… y para interrupción.
interior del cerebro de prepararlo
Clancy. Aunque, claro simultáneamente,
está, nunca además. Convencí Una de las Amarillas
conseguía hasta tal punto a una de más edad, una
permanecer ahí niña de que se chica llamada Kylie,
mucho tiempo antes llamaba Theodore, aporreó de repente la
de ser expulsada de que se ponía a llorar puerta de la oficina de
malas maneras; pero cuando los demás se Clancy. No esperó a
cada pequeña victoria dirigían a ella por otro que nadie le diera
me animaba a nombre. Me resultaba permiso para pasar;
conseguir otra, y tan fácil convencer a de hecho, entró con
luego otra. Conseguía cualquiera de que tanto ímpetu que
sorprenderlo cuando hiciera lo que yo le hasta me caí de la
estaba concentrado pedía, o hacerle creer cama.
en otra cosa, si lo que había hecho una
engañaba para que cosa que en realidad
protegiese un no había hecho, que —¿Qué es esto de
recuerdo cuando en Clancy me dijo que denegar nuestra
realidad yo iba tras había llegado el solicitud para poder
otro. Mi actividad momento de pasar a marcharnos? —Una
sorprendía a Clancy y intentar hacer lo maraña de rizos
creo que también, mismo sin tener que oscuros le cubría casi
aunque no lo decía, lo tocar antes al ingenuo la cara—. Dejaste
entusiasmaba. Lo sujeto del marchar al grupo de
bastante, al menos, experimento. Sarah, dejaste incluso
como para permitirme marchar a Greg y a
empezar a practicar sus compinches, y
con más gente. Estaba llegando a mi tanto tú como yo
objetivo, lentamente y sabemos que
quizá con cierta colectivamente tienen
En cierto sentido era inseguridad, pero el poder cerebral de
como correr cuesta resultaba delicioso una mosca…
abajo; la inercia me saber que aquellas
empujaba hacia todo fenomenales y
tipo de experimentos, poderosas facultades
grandes y pequeños.
pág. 67
Los tablones del suelo de hecho, el pan es
crujieron cuando di un malo para los
El tiempo primaveral
paso atrás para volver
seguía siendo un
a sentarme en la
hecho esporádico, frío
cama. Clancy había patos?
y desapacible un día,
dejado la cortina
cálido el siguiente.
abierta al levantarse
Después de pasar dos
para acudir a Chubs ni siquiera
semanas encerrada
responder a la puerta levantó la vista. Me
con Clancy me
y Kylie podía verme senté a su lado, pero
resultaba más difícil si
perfectamente. Se lo único que conseguí
cabe mantener el
giró hacia Clancy, que con ello fue que se
ritmo de aquellas
había posado las levantara y se
tendencias bipolares.
manos en sus marchase, dejando
Me quité la sudadera y
hombros para incluso allí su mochila
me recogí el pelo en
tranquilizarla. y su libro.
un moño suelto. Mi
primera idea fue ir a —¡Oye! —grité—.
ver qué tal seguía Zu, ¿Qué problema
—¡Oh, Dios mío! ¡Y tú
pero no deseaba tienes?
aquí tonteando! ¿Has
interrumpir sus
mirado siquiera mi No hubo respuesta.
lecciones. Intenté
propuesta? ¡He
localizar a Chubs en
pasado días
los huertos, pero la
trabajando en ella! —Chubs… ¡Charles!
chica responsable me
dijo —con su habitual Se giró por fin.
tono mandón— que
—La he leído tres hacía una semana
veces —dijo Clancy, que no lo veía por allí
indicándome con la —¿Quieres saber qué
y que pensaba problema tengo? ¿Por
mano que me chivárselo a Clancy
acercara. La miró con dónde quieres que
para que le diese el empiece? ¿Qué te
la misma sonrisa castigo que se
tranquilizadora y la merecía.
misma paciencia que
había demostrado parece si te digo que
conmigo desde el ha pasado casi un
—¿Castigo? —repetí, mes y todavía
inicio de las
subiéndome por las seguimos aquí? ¿Qué
lecciones—. Pero
paredes, pero no me te parece si te digo
estaré encantado de
dio más que el hecho de que
comentar contigo el
explicaciones. tú, Lee y Suzume os
porqué de mi decisión
de declinarla. ¿Nos paséis el día haciendo
vemos mañana, amistades y dando
Acabé localizándolo vueltas por ahí no
Ruby?
en el lugar más lógico. tiene nada que ver
—¿Sabes —le dije al con eso de que
Y de repente, me llegar al teníamos que trabajar
encontré de nuevo embarcadero— que, para encontrar la
bajo el sol matutino. manera de volver a
casa?
pág. 68
aquel sol tan
agradable.
—¿Adónde pretendes —Que tus padres no
llegar con todo esto? te quisieran, no
—le pregunté. Tal vez significa que nuestros
* * *
no hubiera encajado padres no nos
tan bien como Liam y quisieran tampoco a
Zu, pero lo había visto nosotros. A lo mejor tú
hablando con otros no tienes prisa por Una hora después,
chicos mientras volver a casa, ¡pero yo me encontraba bajo
trabajaba en el huerto. sí! un chorro de agua
Me parecía que caliente, tapándome
estaba bien, tal vez no la cara con las manos.
feliz, aunque… ¿lo Fue como si me
había visto alguna vez hubiese disparado al
feliz?—Este lugar no pecho. El corazón se Los lavabos del
está tan mal… me quedó sin sangre campamento —unos
cuando levantó una para chicos y otros
mano para tirarse del para chicas— eran
—¡Es horroroso, pelo oscuro. tan glamurosos como
Ruby! —me espetó—. puede serlo cualquier
¡Horroroso! Nos dicen retrete exterior. Los
suelos eran de
cuándo tenemos que —He trabajado
comer, cuándo hormigón con los
muchísimo, lo he
tenemos que dormir, cantos biselados, las
estado intentando y
cómo tenemos que duchas tenían el suelo
tú, tú ni siquiera se lo
vestirnos y nos de planchas de
has preguntado,
obligan a trabajar. ¿Le madera y se
¿verdad?
ves alguna diferencia separaban mediante
con respecto al cortinas de plástico
campamento? repletas de manchas
—¿Preguntarle…? —
negras de moho.
Pero ya sabía a qué
Cada noche íbamos
se refería. En cuanto
allí a cepillarnos los
Respiré hondo. pronuncié aquellas
dientes y lavarnos la
palabras supe
cara y, un par de
exactamente la
veces por semana,
—¡Eras tú el que promesa que había
para ducharnos. Pero
quería venir aquí! hecho y no había
hoy, sin champú floral
Siento que no esté a cumplido. La
ni acondicionador que
la altura de tus sensación de rabia
perfumaran el
elevadas e me dejó por los
ambiente, me di
imponentes suelos—. Lo siento
cuenta de que aquel
expectativas, pero a mucho. He estado tan
lugar que parecía una
nosotros ya nos va liada con las lecciones
cueva olía a serrín.
bien. Si te esforzaras que lo he olvidado.
un poco, podrías ser
feliz aquí. ¡Estamos a
Me quedé allí hasta
salvo! ¿A qué vienen —Pues yo no —dijo
oír los cencerros que
tantas prisas por Chubs, y se largó,
anunciaban el fin de la
marcharte? dejándome sola bajo
pág. 69
hora de la comida. No mirándole fijamente la evitarlo, se me cargó a
tenía ningún plan para mano, mientras la bilis la espalda.
el resto de la jornada y me ascendía por la
cuando salí me garganta con la
tropecé justo con la velocidad y la firmeza Liam no me soltó
persona que, sin ser de un grito. hasta que llegamos a
consciente de ello, la cabaña dieciocho.
«Oh, Dios mío, no»,
deseaba Me dejó caer sobre el
pensé, dando un paso
desesperadamente futón doblado que
atrás. «No, no, no,
ver. compartíamos Zu y
nonono…».
yo, después de
detenerse un
Liam se tambaleó con momento en su cama
—Mira, te pareces
el impacto. Llevaba el para coger una
mucho a una amiga
pelo, mojado y más manta.
mía, Ruby, pero hace
largo de lo que
años que no la veo, de
recordaba, adherido a
modo que… —Se
las mejillas. —No tengo frío —dije,
interrumpió—. Vale, lo
cuando me envolvió
entiendo, ¿pero tan
con ella.
mala era la broma?
—¡Dios mío! —
—¿Y entonces por
exclamé con una
qué tiemblas?
carcajada, mientras
Me giré y me tapé la
me llevaba una mano
cara con la toalla para
al pecho—.
que no me viese las Liam se sentó a mi
lágrimas. lado. Cuando me giré,
apoyé la cara en el
Me has dado un susto
ángulo formado entre
de muerte.
—¿Ruby? —Hizo una su cuello y su hombro,
lazada con su toalla y aspiré su aroma
para enrollármela en limpio y especiado.
—Lo siento. —Sonrió
torno la cintura y tiró
y me tendió la mano—
de mí—. Es la manera
. Hola… creo que no
de Liam Stewart de —Estoy cabreada
hemos tenido
decir «Hola, cariño, te conmigo misma, solo
oportunidad de
he echado un es eso —dije cuando
conocernos. Me llamo
montonazo de por fin descubrí de
Liam.
menos». Vaya, ¿tan nuevo mi voz—. Le
malo es eso como dije a Chubs que le
para que te entren preguntaría a Clancy
ganas de llorar? si le dejaba utilizar su
ordenador, pero me
he distraído y se me
CAPÍTULO Me acarició el cabello. ha olvidado por
VEINTICUATRO completo.

—Tranquila, ya está…
No sé cuánto tiempo —Se inclinó, y sin que —Vaya… —Liam
me quedé allí, me diera tiempo a tenía los dedos
pág. 70
ocupados intentado ya hablar Liam suspiró.
desenredándome el con alguien sobre la
pelo mojado—. No idea de liberar los
creo que esté campamentos? —Nada, lo siento. No
enfadado contigo. era mi intención
Creo que está hablar así. Me parece
enfadado conmigo —He sacado el tema estupendo que seáis
porque no me muevo a colación con tan amigos. —Intenté
de aquí. La situación algunos de los chicos mirarlo, pero él tenía
no hace más que de mi turno de la cabeza vuelta hacia
reforzar sus temores guardia, y con Olivia. el otro lado de la
de no poder volver Va a ver si podemos cabaña, hacia la
nunca a su casa. reunirnos con Clancy pared donde estaba la
para hablar sobre el cajonera que contenía
tema. Creo… creo nuestras cosas—.
—¿Y cómo puedo que será fantástico, ¿Ha estado dándote
hacer las paces con de verdad. Podría clases?
él? funcionar.

—Sí —respondí,
—Para empezar, —Clance comentó preguntándome
podrías preguntar lo que la puerta oeste es cuánto debía
del ordenador —dijo, la que solía darles callarme, si es que
cogiéndome la mano más problemas —dije, debía callarme algo—
con la que tenía moviéndome para . Ha estado
libre—. Aunque no sé poder mirarlo enseñándome cómo
si estás en posición de directamente—. Vas tengo que hacerlo
pedírselo prestado a con cuidado, para evitar que otros
Clancy. Tengo la ¿verdad? fisgoneen en mi
impresión de que cerebro.
hace años que no te
—¿Y te ha enseñado
veo. Liam se quedó muy
trucos para impedir
quieto, tan quieto que
que te adentres en el
fue como si se le
cerebro de los
—Y casi es así — hubiese olvidado que
demás?
dije—. Siempre estás tenía que seguir
de guardia. respirando.
Se echó a reír. —preguntó Liam—.
¿Te está ayudando
—¿Clance? —dijo,
también en ese
con un tono de voz
—Me siento muy solo aspecto?
artificialmente
sentado en lo alto de
tranquilo—. Por lo que
un árbol sin ti a mi
veo, estás en posición
lado. —Lo intenta —dije—.
de pedir favores.
Me ha dicho que si
—¿Qué insinúas con refuerzo el control
—Me gustaría saber esto? sobre mis facultades
qué haces toda la acabará saliéndome
noche —dije—. ¿Has como algo natural.
pág. 71
—Siempre puedes ¿Me había imaginado yo volvíamos a
practicar conmigo — en alguna ocasión quedarnos en estado
dijo, apoyando la capaz de vivir una de shock.
frente en la mía. vida sin él?

Zu. Se marchaba.
Noté un hormigueo en —No quiero perderte.
Se marchaba.
la nuca, la señal de
alarma antes del
aluvión. Clancy me Emitió un sonido de
había dicho que La pillé de camino a
clara frustración y me
cuando lo notara, los cajones y tiré de
habló entonces,
tenía que interrumpir ella para obligarla a
observándome con
de inmediato el sentarse en el futón.
sus ojos claros y
contacto físico e Supongo que no
brillantes.
imaginar que se debía de haber
interponía una cortina —¿Entonces por qué comprendido que nos
blanca entre la eres tú la que siempre habíamos quedado en
persona que estuviera lo deja correr todo? estado de shock,
conmigo y yo. puesto que lucía una
expresión radiante en
Pero no me apetecía No tuve oportunidad el rostro. La miré con
hacer ninguna de de responder. En atención, observé
esas dos cosas. aquel momento, Hina aquella sonrisa que
irrumpió en la puerta realmente parecía
de la cabaña, seguida eléctrica y tuve la
Noté los labios de de Zu, y nos dijeron sensación de haber
Liam desplazándose que se marchaban. sufrido una derrota.
por mi frente,
susurrándome algo al
alcanzar los * * * —Nosotras y tres más
párpados, luego las —dijo Hina, sin aliento
mejillas, la nariz. Me casi. Me pregunté si
acarició con ambos —De acuerdo, de habría venido
pulgares la línea de la acuerdo, tranquilas — corriendo desde el
mandíbula, pero los dijo Liam. aula—. Dos Azules y
dejó inmóviles cuando una Amarilla. Kylie ha
me retiré y me aparté obtenido por fin
de él. Zu correteaba por la permiso para
cabaña recogiendo abandonar el
—¿De qué tienes
sus cosas mientras campamento.
miedo? —susurró,
con voz herida. Hina parloteaba a mil
por hora. Yo no sabía
muy bien a quién Liam se giró hacia Zu
prestar atención, si a para decirle:
¿Era posible que
aquel chico hubiera mi amiga o a la chica —¿E ir… de
sido alguna vez un que, al parecer, excursión?
desconocido para mí? hablaba por ella.
Cada vez que Hina
abría la boca, Liam y
pág. 72
Zu puso una cara propuesta de Kylie — Zu movió
como queriéndole le dije a Hina. afirmativamente la
decir: «¿Me estás cabeza y, de pronto,
—Sí, pero Kylie nos
hablando en serio?». se quedó mirándome.
explicó que al final lo
Intenté ofrecerle una
había convencido.
sonrisa alentadora,
—Ayúdame. Dime pero en realidad me
qué quieres decir. daba miedo echarme
—¿Y qué hay en a llorar. Se puso a
California? — escribir en su libreta y
preguntó Liam, le enseñó su mensaje
Hina se calló y por un
apoyándose en la a Liam.
instante, por un único
pared de la cabaña.
segundo de locura,
creí que Zu iba a abrir
la boca y a hablar. «Ya no tendrás que
—Mis padres tienen preocuparte más por
Liam se puso tenso,
una casa allí —explicó mí. ¿No te gusta la
como si estuviese
Hina—, y están idea?».
esperando lo mismo
esperándonos. El
que yo. Pero Zu se
gobierno de la Costa
limitó a sacar el
Oeste no nos
cuadernillo de la —Me gusta
entregará a ningún
mochila rosa y a preocuparme por ti. —
campamento.
escribir con su Liam se rascó la
esmerada y pulcra —¿Y los padres de cabeza—. ¿Cuándo
caligrafía. Cuando lo Zu? —pregunté—. pensáis marcharos?
giró para mostrarle lo Los padres de Zu…
Hina tuvo al menos la
escrito a Liam, lo hizo
decencia de poner
mirándolo a los ojos.
cara de culpabilidad.
Hay que reconocer
que Hina adivinó lo
«Quiero ir con ellos a que iba a preguntarle
—Tenemos que
California». sin necesidad de que
marcharnos ahora
se lo preguntase.
mismo. Kylie teme
que Clancy pueda
Sabía que debería
cambiar de idea. No
alegrarme por ella. —Mi padre lleva un parecía… satisfecho
Que debería estar tiempo sin hablarse del todo.
celebrando que con mi tío.
pudiera por fin
decirnos lo que —Es un viaje muy
largo, Zu —empezó a —Me parece muy
realmente deseaba.
decir Liam, precipitado —dije,
Solo que nunca me
dubitativo—. ¿Y si os atragantándome
había imaginado que
pasa algo? casi—. ¿De verdad lo
su deseo pudiera ser
habéis pensado bien?
un futuro sin nosotros.

¿Quién más va? ¿Ese


tal Talon? Zu asintió mirándome
—Creía que Clancy
a los ojos. Su
había rechazado la
siguiente nota iba
pág. 73
dirigida a nosotros Liam extendió el
dos. brazo y me acarició la
—¿Y… pensáis ir a
nuca.
«Quiero estar con mi pie hasta California?
familia. No quiero que —¿Le ayudas a hacer —preguntó Chubs,
os enfadéis la maleta? subiendo el tono de
conmigo». voz de volumen a
cada palabra que
—¡Estás loca! —oí pronunciaba—.
—¿Enfadarnos? — que decía Chubs—. ¿Tenéis algún tipo de
Liam negó con la ¡Apenas conoces a plan?
cabeza—. Nunca. esa gente!
Jamás. Tú eres mi
chica, Zu. Lo único —A lo mejor
que queremos es que —Perdona —protestó encontráis una nueva
sigas sana y salva. Me Hina, con las manos Betty —dije, pero en el
moriría si te pasara en las caderas—. Por instante en que
algo. si lo has olvidado, Zu pronuncié aquel
es mi prima. nombre, Zu dejó de
recoger sus cosas y
Llamaron a la puerta. negó con la cabeza.
Talon, un Amarillo ya «Yo también te Tardó un buen rato en
mayor que llevaba el echaré de menos». Zu escribir su siguiente
pelo peinado con dejó por un momento nota.
trenzas estilo rasta, de guardar sus cosas «No, Betty solo hay
fue el primero en en la mochila rosa y una».
aparecer, seguido por arrancó la hoja de
Chubs, que tenía los papel para que Chubs
ojos abiertos como pudiera guardársela.
—Y por lo visto, no fue
platos. Liam se Se dejó caer tan de
suficiente para ti —
adelantó. repente, que casi se
dijo Chubs,
sienta en el suelo en
—Estupendo —dijo—. tremendamente
lugar de en el futón.
Tenía ganas de hablar dolido—.
Pasó un momento sin
contigo.
poder hacer otra cosa Supongo que todo el
que quedarse mundo es sustituible,
mirándola. Comprendí incluso nosotros.
Talon asintió.
lo que sentía.

Zu respiró hondo y se
—Me lo imaginaba.
—¿Os ha dicho Kylie acercó a él
También han venido
por qué tenéis que arrastrando su
Kylie y Lucy. —Las
iros esta misma mochila rosa. Chubs
dos asomaron la
noche? —pregunté, intentó apartar la
cabeza y saludaron
sentándome al lado vista, pero ella se le
con la mano—.
de Chubs. plantó delante y lo
¿Quieres que
abrazó. Chubs no
hablemos fuera? Zu se limitó a
pudo hacer otra cosa
encogerse de
que devolverle el
hombros.
abrazo y esconder la
pág. 74
cara en el tejido de la estilo militar hasta que —Se llevará solo a
chaquetilla de Zu. dio por fin con un cuatro personas con
bolígrafo de tapón ella —dijo, elevando
azul. Liam se arrodilló la voz—. No se
Empezaron a sonar delante de Zu y cortó aceptarán más
los cencerros del por la mitad el papel solicitudes de
campamento, un que Kylie le había abandono hasta que
tañido frenético que dado antes. recuperemos las
no cesó hasta que cifras habituales.
Ojalá pudiera haber
todo el mundo salió al ¿Comprendido?
visto lo que había allí
exterior. Dejé que
escrito, pero no Silencio.
Hina y Zu nos guiaran
estaba destinado a
y se abrieran paso
mis ojos.
entre los chicos
—¿Comprendido?
reunidos allí. Era la
primera vez que las
Cuando Liam terminó
vestimentas negras
de escribir, dobló el Chubs llegó a mi lado
me parecían de lo
papel varias veces y cuando los sonidos y
más apropiado.
se lo entregó. los gritos confirmaban
que sí, que todo el
mundo lo había
Kylie le pasó a Lee un
El cencerro se calló comprendido.
papel y él asintió a lo
por fin. Todo el mundo
que Kylie estaba
miró hacia la derecha,
diciéndole. Lucy
donde Clancy Clancy dio una brusca
estaba a su lado, tan
acababa de hacer su media vuelta sin decir
menuda y callada
aparición. Lo nada más y regresó a
como siempre, pero vi
acompañaba Hayes, su oficina. En cuanto
que levantaba la
que se alzaba como llegó al edificio
mano para darle a
una torre a su lado. Su blanco, todos los
Liam unos
rostro, que solía estar presentes soltaron
tranquilizadores
relajado y orgulloso, colectivamente el aire
golpecitos en el
lucía una mueca que que habían estado
hombro. Pero la
no supe muy bien si conteniendo y
expresión de falsa
era de fastidio o de empezaron a mirarse
alegría se había
rabia. entre ellos y a
esfumado. Su rostro
murmurar.
solo podía calificarse —Kylie ha decidido
de acongojado. fundar una tribu y se
marcha
inmediatamente. —Ha sido extraño.
—¿Me prestas el
bolígrafo? —le dijo
Liam a Talon. Un murmullo de —¿Por qué no les ha
sorpresa recorrió la dado mochilas, como
muchedumbre. hace siempre?
El chico se palpó los
bolsillos de los
pantalones negros de —Le preocupa que
cada vez seamos
pág. 75
menos; al final no La siguiente nota era con su familia. Con su
seremos suficientes para mí y solo para familia de verdad.
para proteger el mí: «¿Vendrás a
perímetro del verme cuando todo
campamento. esto haya acabado? —Debería estar con
Quiero decirte algo, nosotros —dijo Liam,
pero aún no sé cómo mientras movía la
Desvié la mirada decírtelo». cabeza con
hacia el edificio de la preocupación y
oficina, pero antes me respiraba
fijé en Zu, que me Examiné hasta el entrecortadamente.
saludaba con la último centímetro de
—En este caso, tal
mano. su rostro. Era muy
vez deberíamos
distinta a la niña que
seguirla.
había conocido hacía
«No lleva guantes», tan solo unas
pensé cuando dejó semanas. Si había
cambiado tanto en tan Liam y yo nos giramos
caer la mano a un
poco tiempo, ¿cómo a la vez. Chubs
costado. «Ojalá no
la reconocería dentro caminaba detrás de
tenga que volver a
de unos años, cuando nosotros y en aquel
llevarlos nunca».
aquel infierno se momento bajó la vista
hubiera por fin para evitar el reflejo
acabado? del sol en los cristales
—¿De verdad que
de sus gafas.
tenéis que marcharos
ahora mismo? —le
pregunté cuando —Por supuesto que sí
—susurré—. Y te —Sabes que no
llegué junto a Liam y
echaré de menos podemos —dijo
ella.
Liam—. Todavía no.
cada día que pase
hasta entonces. —¿Por qué no?
Varios grupos de
niños revoloteaban en
torno a Kylie y los Y justo antes de que Chubs avanzó hacia
demás, deseándoles tomaran el camino nosotros, mientras su
buena suerte y que les conduciría voz iba perdiendo la
ofreciéndoles mantas hacia el indómito apariencia de
y bolsas de comida. bosque, Zu se volvió tranquilidad que había
para darnos su último mantenido hasta el
Zu esbozó una adiós. A su lado, Hina momento. Consciente
sonrisa de valentía y siguió su ejemplo. Y de que los demás nos
me abrazó por la luego, observaban con
cintura. desaparecieron. curiosidad, les indiqué
a ambos que se
apartaran del camino
—Cuídate, por favor —No le pasará nada principal.
—le dije. —dije—. Cuidarán de
ella. Tiene que estar

pág. 76
—¿Por qué no? — que lo que fuera a salir paso al frente
repitió Chubs—. Es de la boca de Chubs levantando el puño
evidente que aquí no derecho.
encontraremos la
ayuda que no solo sería afilado,
necesitamos para sino también cruel. Jamás lo había visto
localizar a nuestros tan furioso. Una
padres, o a los padres oleada de color
de Jack. Sería mejor —Lo entiendo, lo púrpura empezó a
que nos marcháramos entiendo, Lee, ¿vale? cubrir la piel de Liam,
ahora mismo, antes —Chubs movió la desde el cuello hasta
de que se percaten de cabeza—. Quieres la cara.
nuestra ausencia. Aún volver a ser el héroe.
podríamos atrapar a Quieres que todo el
Zu. mundo te adore, crea —¿No eres capaz de
en ti y te siga. reconocer que haces
esto para sentirte
—¿Y hacer qué? — mejor, no para ayudar
preguntó Liam. Liam se puso tenso. a la gente? —le
Frustrado, se pasó la preguntó Chubs.
mano por el —No es… —empezó
alborotado pelo—. a decir, muy
enfadado.
¿Dar vueltas hasta —¿Crees…? —Liam
que por casualidad casi no podía hablar—
demos con ellos? . ¿Crees que no los
¿Confiar en que no —Bien, ¿y qué me tengo en mi cabeza
nos pillen y acabemos dices de los chicos cada maldito segundo
de nuevo encerrados que te siguieron en su de cada maldito día
en un campamento? día? —Buscó en el que pasa? ¿Crees
Chubs, aquí estamos bolsillo del pantalón que podré llegar a
seguros. Es donde antes de extraer la ya olvidar algún día una
tenemos que estar… conocida hoja de cosa así? —Pero en
desde aquí podemos papel doblada. Chubs lugar de pegar a su
hacer mucho bien. apretujó la carta con amigo, Liam se
tanta fuerza que a castigó a sí mismo,
punto estuvo de dándose puñetazos
Me di cuenta, quizás destrozarla—. ¿Qué en la frente hasta que
incluso antes que me dices de Jack, de conseguí sujetarle el
Liam, de que el Brian, de Andy, de brazo—. ¡Por Dios,
comentario no era en todos ellos? Ellos Charles! —dijo, con
absoluto el más también te siguieron, voz quebrada.
acertado. Cuando vi el pero qué fácil es
movimiento de las olvidarlos cuando ya
no están, ¿verdad?
aletas de la nariz de —Yo solo… —Chubs
Chubs y la mueca echó a andar, pero se
rabiosa de su boca, se detuvo y se volvió de
me dispararon todas —¡Chubs! —exclamé, nuevo hacia
las alarmas. Sabía interponiéndome nosotros—. Sabes
entre ellos cuando vi perfectamente que
que Liam daba un
pág. 77
nunca te creí —dijo hacia un bosquecillo —No hablaba en serio
con voz temblorosa— cercano, en dirección —dije,
cuando hablabas de completamente acompañándolo hacia
fugarnos del opuesta a Chubs. Me un tronco caído.
campamento y volver apoyé en el tronco de
a casa sanos y salvos. un árbol y cerré los
Por eso accedí a ojos. Tenía tanta Liam seguía
redactar mi carta. tensión acumulada en temblando y su
Sabía que la mayoría el pecho que no pude equilibrio era precario.
no lo conseguiría, hacer otra casa que No se sentó, sino que
mientras tú estuvieras respirar de modo se derrumbó
al mando. entrecortado y literalmente sobre el
esperar a ver qué tronco y se inclinó
pasaba. hacia delante para
Di un paso al frente en apoyar los codos en
el mismo momento en las rodillas.
que lo daba Liam, y Era casi oscuro
extendí los brazos cuando Liam
para impedirle hacer reapareció, —Pero eso no hace
algo de lo que luego pasándose la mano que lo que ha dicho
pudiera arrepentirse. por la cara. Tenía la sea menos cierto.
Oí a Chubs salir piel de las manos
corriendo en dirección levantada y
a nuestra cabaña. ensangrentada Estuvimos allí
Liam intentó dar un después de haber sentados mucho rato,
paso más, pero lo estado pegando hasta que el sol
empujé con todas mis puñetazos a algún desapareció, primero
fuerzas para objeto sólido. Pese a por detrás de los
inmovilizarlo. la penumbra, se le árboles y, luego, por el
Respiraba con veía demacrado, horizonte. El silencio y
dificultad, y tenía las como si la sofocación la quietud que nos
manos cerradas en un de la rabia hubiese rodeaban se volvieron
puño a lado y lado del desaparecido para ser insoportables.
cuerpo. reemplazada por un Levanté la mano y
halo grisáceo de acaricié con suavidad
tristeza. Alargué un las protuberancias
—Déjalo —dije—. brazo hacia él y lo óseas entre sus
Necesita rodeé por la cintura. omóplatos.
desahogarse. Y tal Liam me abrazó, me
vez a ti también te iría atrajo hacia su cuerpo Liam se irguió poco a
bien. y enterró la cara en mi poco y me miró.
cabello. Respiré
hondo aquel olor que
Me dio la impresión de tan reconfortante me —¿Crees que estará
que Liam iba a resultaba: humo de bien? —musitó.
replicarme, pero se leña, hierba y cuero. —Creo que
limitó a gruñir con deberíamos ir a
frustración, dar media comprobarlo —dije.
vuelta y echar a andar

pág. 78
No recuerdo ni cómo tema de los de chicos leales que
regresamos a la campamentos. Me no lo abandonaban ni
cabaña, lo único que senté a su lado en a sol ni a sombra.
sé es que cuando más de una ocasión
llegamos durante las reuniones
encontramos a Chubs con Olivia para Chubs y yo habíamos
sentado en el porche. discutir distintas vuelto a coger el ritmo
Lágrimas silenciosas maneras de superar con menos
le rodaban por las las defensas de los entusiasmo. Chubs
mejillas. La disculpa, campamentos, y les me había perdonado,
en forma de profundo ofrecí mis tal vez porque las
sentimiento de culpa, sugerencias sobre personas
estaba escrita en su cómo presentar sus desdichadas son
rostro, y me sorprendí ideas a Clancy. incapaces de soportar
a mí misma al solas su desdicha
descubrir que mi durante mucho
corazón era todavía Lo bueno del tiempo. Nunca volvió
capaz de romperse un entusiasmo —sobre a trabajar en el huerto
poco más. todo el de Liam— es y aquella chica, la
que es contagioso. A mandona, tampoco lo
veces me pasaba delató en ningún
—Se acabó —dijo noches simplemente sentido.
cuando Liam y yo nos sentada, mirándolo,
sentamos junto a él, viendo cómo se iba
uno a cada lado—. animando y cómo Yo retomé mis
Todo se ha acabado. gesticulaba, como si lecciones con Clancy.
intentase dibujar en el O lo intenté.
aire sus ideas para
Y no nos movimos de que todos le
allí en muchísimo comprendiéramos —¿Qué tienes hoy en
rato. mejor. Revestía sus la cabeza?
palabras de un
optimismo tan No invadir la de él, eso
inquebrantable que seguro. Ni siquiera
CAPÍTULO
conseguía incluso intentarlo.
VEINTICINCO
contagiar
visiblemente a todo el
mundo. A finales de la —Muéstrame lo que
No debería haberme
primera semana, el estás pensando —me
cogido por sorpresa
interés por el proyecto dijo cuando abrí la
que Liam se volcara a
había alcanzado boca para
partir de entonces en
niveles tan altos, que responderle—.
su trabajo como
vigilante, y sus nos vimos obligados a No quiero oírlo.
compañeros tuvieron trasladar el lugar de Quiero verlo.
que esforzarse para las reuniones de
convencerlo de que nuestra cabaña al
volviese a círculo de la hoguera. Levanté la vista de la
concentrarse Y siempre se podía piscina de luz que el
plenamente en el encontrar a Liam sol que se filtraba por
rodeado por un grupo
pág. 79
la ventana había —Lo siento —musité. Pero cuando me
proyectado en el planté delante de su
suelo. Clancy me miró mesa, él estaba ya
con una expresión de No tenía ni fuerzas tecleando en el
contrariedad que solo para sentirme portátil. Me tuvo allí,
le había visto en una defraudada. Estaba en silencio,
ocasión, el día en que inmersa en un estado consumida por la
uno de los Amarillos de acobardamiento preocupación,
que quedaban en el extraño, en el que el durante lo que a mí
campamento no pudo más mínimo ruido o me pareció una hora,
devolver a la vida una visión que se hasta que por fin se
de las pocas produjera al otro lado tomó la molestia de
lavadoras de las que de la ventana bastaba levantar la vista de lo
disponía el para distraerme. Me que estaba haciendo.
campamento. sentía cansada. Vi que también él se
Confusa. había cansado de
fingir. El fastidio se
Pero jamás dirigida a había transformado
mí. —Tengo cosas qué en un enfado con
hacer —dijo Clancy, y todas las de la ley.
percibí que detrás de
Cerré los ojos y le cogí aquellas palabras se
la mano. Rememoré estaba gestando —Mira, la verdad es
la imagen de la algo—. Tengo que que creía que si le
mochila de Zu hacer mis rondas por daba permiso a tu
desapareciendo en la el campamento, Amarilla para que se
espesura del bosque. hablar con gente, pero fuera te concentrarías
A lo largo de las intento también mejor, pero supongo
últimas semanas, ayudarte. Estoy aquí que me equivoqué. —
apenas utilizábamos contigo. Clancy movió la
palabras en nuestras cabeza en sentido
conversaciones. negativo—. Por lo
Cuando queríamos Y al oír eso, el visto, me he
comunicar algo, estómago me dio un equivocado en
compartíamos las extraño vuelco. Me muchas cosas.
cosas a nuestra erguí para apoyar la
manera, nos espalda en el cabezal
comunicábamos en de la cama, dispuesta Me mosqueé, aunque
nuestro propio idioma. a disculparme, no sé si fue por su
cuando vi que Clancy forma de decir
abandonaba la cama «Amarilla» o porque
Pero hoy no. Era y se dirigía a la parte me había dado a
como si su cerebro de la habitación que entender que yo era
estuviese encajonado era su oficina. incapaz de dominar
en un cubo de todo lo que él
hormigón y como si el intentaba enseñarme.
mío fuese de gelatina. —Clancy, de verdad
que lo siento.

pág. 80
Tenía que marcharme puerta. Y cuando iba a era la primera vez que
de allí. Si me quedaba abrirla, me dijo deseaba hacerlo.
un segundo más Clancy:
acabaría diciendo
algo que destrozaría
nuestra amistad para —De acuerdo, Ruby,
siempre. Podía decirle * * *
huye de nuevo. ¡Ya
que Zu tenía un veremos hasta dónde
nombre, que me consigues llegar esta
preocupaba que se Tardé unos días en
hubiese marchado y vez! comprender que la
que yo no estuviese a marcha de Zu no era
su lado para el único suceso que
protegerla. Clancy Ni miré atrás ni me había alterado la
tendría que haberse detuve, aunque en rotación de la Tierra.
dado cuenta de que parte reconocía que En cuanto Chubs me
yo podría haber tenía razón, que hizo comprender las
pasado todas estaba alejándome de similitudes entre East
aquellas semanas con mi única oportunidad River y la vida en
ella, pero que en de aprender a nuestros anteriores
cambio había dominar por completo campamentos, no
accedido a trabajar mis facultades. Pero hubo marcha atrás.
con él. A pasar tiempo en los últimos diez Donde antes veía
con él. A consolarle a minutos, mi cerebro chicos y chicas con
él y a darle mi apoyo. se había vaqueros y camisetas
desconectado del negras, ahora veía
terco músculo que me uniformes. Donde
Por muchas cosas latía en el interior del antes veía chicos y
que hubiera pecho y, chicas esperando en
aprendido, por mucho sinceramente, no fila a que les sirvieran
mejor que dominara estaba la comida, ahora veía
ahora mis facultades, completamente la Cantina. Cuando a
me descubrí allí segura de cuál de los las nueve en punto
mirándolo, apretando dos era el que estaba apagaban las luces de
los puños y empujándome a las cabañas y los
temblando, y me alejarme de Clancy. miembros del equipo
resultaba imposible Pero lo que sí sabía, de seguridad miraban
justificarlo. ¿Qué con absoluta certeza, por las ventanas para
sentido tenía estar era que no quería que ver si todo estaba en
todo el día encerrada viese cómo se me orden, volvía a
con alguien que no desmoronaba el sentirme en la
creía en mí cuando rostro, que atisbara Cabaña 27,
fuera había otras siquiera los susurros contemplando las
personas que sí de culpabilidad y tripas del colchón de
creían en mi persona? tristeza que me daban Sam.
vueltas en la cabeza.

Di media vuelta y me Empecé a


encaminé hacia la A Clancy no podía preguntarme si las
esconderle nada, pero supuestamente
pág. 81
estropeadas cámaras —Vuelvo enseguida fuese impecable. La
de seguridad que —le dije a Liam verdad es que iba
había visto en la durante el desayuno, siempre tan puesto
oficina y en otras apretándole la que incluso daba
instalaciones no mano—. Solo llegaré cierto miedo.
estarían en realidad con unos minutos de Imaginaba que en
operativas. retraso. parte tenía que ver
con la educación que
había recibido. Que
Intenté varias veces Pero cuando entré en aun en el caso de que
reunirme con Clancy la oficina de Clancy y su padre no le hubiera
para pedirle vi el estado en que se enseñado
disculpas, pero encontraba todo, me personalmente a
siempre me pregunté si habría acicalarse de aquella
despachaba con un hecho bien manera, debía de
severo «Hoy no tengo acompañándolo. haber tenido una
tiempo para ti». Tenía niñera cascarrabias
—Bueno, pasa… pero dedicada a exaltar las
la sensación de que
vigila dónde pisas. Sí, bondades de meterse
estaba
siento todo este follón. la camisa por dentro
del pantalón, sacar
castigándome, lustre a los zapatos y
¿Follón? ¿Follón? peinarse
aunque no sabía muy
Parecía como si en la correctamente. Pero
bien qué había dicho
oficina hubiese ahora Clancy se
o hecho para ser
estallado una bomba desmoronaba por
merecedora de aquel
y luego una manada todos lados.
castigo. En cualquier
de lobos hubiese
caso, empecé a tener
revuelto los restos
claro que yo le
recuperables. Había —¿Estás bien? —le
necesitaba más a él
montañas de papeles pregunté después de
que él a mí. Y eso,
por todas partes, cerrar la puerta—.
combinado con mi
documentos ¿Qué sucede?
orgullo herido, me
impresos, mapas
hacía sentirme cada
rotos, cajas… Y luego
vez peor.
estaba Clancy: el
—Estamos intentando
cabello le caía sobre
coordinar un golpe
la cara e iba vestido
Era miércoles y para conseguir
con la misma camisa
faltaba solo una hora productos médicos y
blanca, ahora
para que Liam y los farmacéuticos. —
arrugada, que llevaba
demás empezaran la Clancy se instaló en
el día anterior.
reunión para discutir su silla, pero
una nueva estrategia enseguida volvió a
de liberación de levantarse, cuando
En todas las semanas empezó a sonar una
campamentos,
que habían alarma en el
cuando Clancy
transcurrido desde ordenador—. Espera
decidió por fin hablar
que conocía a Clancy, un momento.
conmigo.
nunca lo había visto
con un aspecto que no
pág. 82
Con el pie levanté uno de la pantalla del hubieras estado
de los papeles que portátil, me acordé de esforzándote por
había en el suelo para Chubs—. ¿Puedo aprender.
intentar ver qué ponía. pedirte un favor?
—¿Entonces por qué
—Solo si antes me lo dijiste?
permites disculparme.
—Son informes de la
actividad nocturna
Clancy se pasó la
habitual en un
Me enderecé en el mano por la cara.
aparcamiento de
asiento y bajé la vista.
camiones de las —Porque soy un
cercanías —dijo —¿Podemos olvidar imbécil.
Clancy, como si me lo sucedido?
hubiese leído el
pensamiento. Sus —Eso no es una
dedos volaban sobre —No, esta vez no — respuesta —dije,
el teclado—. E dijo él—. Oye, negando con la
información ¿quieres mirarme? cabeza.
confidencial de la Liga
sobre las FEP en la «Me hiciste daño de
zona. Por lo que se verdad».
Con solo ver la
ve, Leda Corporation expresión de su
ha solicitado ayuda al rostro, el corazón se
gobierno para escoltar —¿No es evidente,
me agrandó hasta
sus transportes. Ruby? —dijo—. Me
alcanzar el doble de
gustas. ¿Y cuánto
su tamaño. Era tan
hace que te conozco?
guapo que resultaba
—¿Y por qué los de ¿Un mes? Supongo
peligroso incluso,
las FEP? que eres la única
pero la cara de pena
amiga de verdad que
de hoy resultaba
tengo desde que
absolutamente letal.
Clancy se encogió de cumplí diez años y
hombros. «Le importas», descubrí lo que era.
susurró una vocecita Soy un imbécil por
en mi cabeza. «Le enfadarme porque
importas». concentras tu
—En estos
atención en otro
momentos, son la
cuando lo que
fuerza militar más
numerosa del —Siento haber desearía es que la
gobierno y, gracias a perdido los nervios — concentrases en mí.
mi querido padre, la dijo—. No era mi
más organizada. intención decir las
cosas que Me quedé tan
pasmada que no
podía ni moverme.
—Supongo que tiene
sentido. —Me recosté dije sobre tu amiga
en mi silla, pero Suzume y, por
cuando fijé la vista en supuesto, en ningún —No dejé marchar a
el reluciente símbolo momento quise dar a Suzume y los demás
entender que no porque creyera que
pág. 83
eso te ayudaría a contacto con sus prepararlo todo para
concentrarte. La dejé padres. marcharse y llevarte
marchar porque creía con él. No intentes
que eso te haría feliz. protegerle, Ruby.
Ni siquiera me detuve Clancy dejó de Siempre es igual. No
a pensar que sí, claro, sonreír. dudo ni por un
que te preocuparías instante que esté tan
por lo que pudiera —¿Tu amigo Liam? desesperado como
pasarle, sobre todo para acabar
después de lo mucho revelando a sus
que te habías —No, Chu… Charles padres el enclave de
esforzado Meriwether. nuestro campamento.
protegiéndola. —¿El que se ha
«Le importas y mucho saltado a la torera sus
obligaciones en el —Nunca lo haría —
más».
huerto? dije, exasperada en
nombre de Chubs—.
De verdad.
Tuve que apartar la
vista. Intentar Entendido, por lo visto
disimular. Mi cerebro la chica sí se había
chivado. —Tú estabas aquí
era pura papilla y mi
cuando hace unas
corazón no estaba Clancy se quedó en semanas detectamos
precisamente en silencio, cerró la tapa la presencia de
mucho mejor estado. del ordenador y se aquellos intrusos.
levantó. Viste lo fácil que
puede ser superar
—Supongo que
nuestras defensas.
podría perdonarte… —Lo siento mucho, ¿Y si no hubiese
Ruby, pero creo que saltado la alarma?
dejé bien claro que no Hubiéramos tenido
—¿Pero solo si te podía marcharse graves problemas. —
hago ese favor? — nadie El rostro de Clancy se
Detecté la sonrisa en oscureció de
su voz—. Por más.
preocupación—. Si
supuesto. ¿De qué se Charles desea
trata? ponerse en contacto
—¡Oh, no! —exclamé,
forzando una con sus padres, dile
carcajada—. Lo único que tendrá que
—Bien… sé que no rellenar un formulario
sueles permitirlo, pero que pretende es
comprobar que sus con instrucciones
confiaba en que en sobre cómo hacerlo,
este caso pudieras padres siguen bien.
como todo el mundo.
hacer una excepción Tengo que basar mis
—dije, armándome decisiones en lo que
por fin de valor para —No —dijo Clancy,
podría suponer una
mirarlo—. Mi amigo… dando la vuelta a la
amenaza para la
necesitaría utilizar tu mesa para sentarse
seguridad del
ordenador para sobre ella, delante de
campamento… por
intentar ponerse en mí—. Su intención es
pág. 84
mucho que me interesaría cosas que yo jamás
gustaría poder ayudar aprenderlo. había comentado con
a tu amigo. nadie. Pero hasta el
—Bueno… supongo
momento había
—dije.
conseguido
Mal asunto. Chubs mantenerlo alejado de
preferiría no ponerse las cosas más
Como si pudiera importantes, de los
en contacto con sus
negárselo después de sueños que deseaba
padres antes que dar
todo lo que había proteger.
acceso a un
hecho por mí. Aunque
desconocido al único
no sabía cómo
medio del que
enseñárselo. De
disponía para No podía dejar de
hecho, ni siquiera
comunicarse con ellos pensar en lo que Liam
sabía cómo lo había
de forma segura. me había dicho un
conseguido yo.
día, cuando me había
contado la historia de
—Aunque —dijo su hermana: «Esos
—Creo que recuerdos son solo
Clancy al cabo de un
comprender cómo lo míos».
rato, sentándose en la
haces me ayudará
otra silla y poniendo
también a averiguar
los pies sobre la
cómo impedir que
mesa—. Hay algo que Pero si aspiraba a
vuelvas a hacerlo sin
quizá podría tener un futuro con mi
querer. ¿Te parece
convencerme. familia —con Liam—,
bien?
tenía que renunciar a
Era incapaz de
mi control sobre
mirarlo.
aquellas cosas. Tenía
Me parecía que permitir que
estupendo, de hecho. Clancy se adentrara
—Quince minutos, en mi cerebro si
Ruby. De que tú me aquello significaba
enseñes a mí. —Si me lo permites — evitar que en el futuro
continuó—, me volviera a repetirse
¿Y qué podía saber yo
gustaría recorrer tus aquello.
que él no supiera?
recuerdos para ver si
encuentro alguna
pista. Solo deseo
—¿Crees que podrías «Puedes confiar en
confirmar una él», dijo la vocecita de
enseñarme a borrar la
sospecha que tengo. siempre en el interior
memoria de una
persona? Sé que no de mi cabeza. «Es tu
es algo de lo que te amigo. Nunca se
Imagino que no se excedería».
sientas precisamente
esperaba que tuviera
orgullosa, y sé que en
que reflexionar sobre
el pasado te ha
aquella petición, pero —De acuerdo —
causado mucho dolor,
lo necesitaba. Clancy dije—. Pero solo
pero me parece un
se había introducido quince minutos y,
truco útil y me
en mi cerebro varias después Charles
veces, había visto
pág. 85
podrá utilizar tu «Vamos», dijo la casi—. Sigue
ordenador. misma vocecita, pensando…
«vamos, Ruby…».

—Hecho. Vi su cara a través de


Tragué saliva e hice lo una neblina brillante,
que me pedía, sus ojos oscuros que
Clancy se arrodilló imaginándome de abrasaban una
delante de mí: me nuevo en el dormitorio atmósfera reluciente.
sujetó la mandíbula de mi casa, con sus Durante unos
con ambas manos y paredes azules y su instantes fugaces solo
me hundió los dedos ventanal. Poco a lo vi a él, era lo único
entre el cabello. poco, la habitación fue que existía en el
Intenté no encogerme cogiendo forma. mundo. Mi cuerpo se
de miedo ante aquella Luego, las paredes volvió lento, caliente,
proximidad y pensé vacías fueron como la miel. Clancy
que él había dicho llenándose con pestañeó una vez,
que todo iría bien. cuadros de punto de luego otra, como si
Habíamos estado cruz bordados por mi pretendiera despejar
muy cerca el uno del abuela, fotografías de su mirada nebulosa,
otro un montón de mis padres y un mapa recordar lo que
veces, pero aquella del metro de supuestamente tenía
ocasión parecía Washington, D. C. Vi que estar haciendo.
distinta. los seis peluches con
los que dormía;
estaban en el suelo, —Sigue…
—Espera un junto al edredón de
momento —dije, color azul. Vi incluso
echándome hacia Y entonces sus
atrás en la silla—. Les labios… sus labios
he dicho a Liam y a los cosas que había estaban muy cerca,
demás que iría a olvidado por completo sonriendo junto a los
reunirme con ellos. ¿Y —la lamparita de mi míos. Sus dedos
si lo dejamos para escritorio; el estante jugaban con mi
más tarde? ¿O central de mi librería, cabello, los pulgares
incluso para mañana? combado—, todo con se deslizaban por mis
clara nitidez. mejillas.

—Será un segundo —
me prometió Clancy —Bien. —La voz de —Tú… —empezó a
con una voz grave y Clancy parecía muy decir con voz ronca—
tranquilizadora—. Tú lejana, pero lo sentía . Eres…
cierra los ojos y cerca, más cerca,
piensa en la mañana más cerca. Noté su
del día de tu décimo aliento cálido en la Hubo una presión
cumpleaños, cuando mejilla, como una mínima y una chispa
te despertaste. caricia inesperada—. caliente y oscura
Sigue… —Jadeaba encendió una oleada
de deseo en lo más
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profundo de mis sus manos luchando venas de hormigón.
entrañas. Clancy para levantarme la No podía moverme,
deslizó las manos por camiseta, dejándome no podía ni siquiera
mi cuello, por los el vientre al cerrar los ojos.
hombros, por los descubierto.
brazos, hacia abajo…
«Para», intenté decir,
«Deseas esto», pero cuando su frente
Y luego la delicadeza susurró una voz, «lo se unió a la mía, el
se esfumó. deseas». dolor que sentí justo
detrás de los ojos fue
suficiente como para
Unió sus labios a los Pero no era mi voz. hacérmelo olvidar
míos con brusquedad, No era yo la que lo todo.
con fuerza suficiente decía… ¿verdad? En
como para aquel instante, un
separármelos, para destello de sus ojos CAPÍTULO
robarme el aliento y el negros cedió paso a VEINTISÉIS
sentido, y la un color azul celeste.
sensación de una Aquello era lo que
cama debajo del deseaba, lo que de El pitido frenético del
cuerpo. Notaba su piel verdad deseaba. Mi ordenador me
suave y fría pegada a cerebro funcionaba despertó de un sueño
la mía, pero yo sentía muy despacio, como inquieto y fue como si
calor… demasiado si los pensamientos lo tirara de mí hasta
calor. La fiebre se hubieran drogado. conseguir que abriera
había apoderado de Liam. Pero aquel era los ojos. Estaba a
mí y me había dejado Clancy. Clancy, que oscuras.
el cuerpo entumecido. me había ayudado,
Me sentí aplastada que era amigo, que
contra la cama, me era hermoso hasta Notaba el cuerpo
sumergí en los cojines eclipsar mis pesado, y aunque
como si estuviera pensamientos, alguien me había
cayendo entre nubes Clancy, que velaba quitado el jersey, una
de algodón. La sangre por mí y mucho más… fina capa de sudor me
dejó de irrigarme el adhería la camiseta a
Que también era un
cerebro y se me la piel. De haber
Naranja.
debilitó el pulso. estado sola, me la
Levanté las manos habría quitado, o
para agarrarme a su como mínimo me
camisa… necesitaba Abrí de repente los
habría quitado los
aferrarme a alguna ojos en el momento en
vaqueros para dejar
parte, sujetarme a que sus manos
que la piel respirase,
algo para no caer. ascendían hacia mi
pero me lo pensé
cuello, en que sus
mejor. Seguía
dedos me oprimían
estando en su
ligeramente la piel.
—Sí —le oí jadear, y habitación, y si yo
Intenté apartarme,
luego volví a notar su estaba ahí, también
pero era como si me
boca pegada a la mía, estaba él.
hubiera llenado las
pág. 87
tienen algún tipo de lado. Clavé la mirada
influencia en la en sus labios, en la
La lámpara que
escena mundial, la espléndida dentadura
descansaba sobre la
verdad es que apenas blanca que asomaba
cómoda de madera
si pueden controlar su entre ellos. ¿Me lo
oscura estaba
grupo terrorista, la habría imaginado, o
encendida y abajo, en
llamada Liga de los me había…?
el círculo de la
Niños…».
hoguera, se oían
voces de niños.
Se me encogió el
¿Sería ya de noche?
El sonido se apagó y estómago.
Era una locura que la
fue sustituido por el
sangre me corriese
silbido de los
por las venas con la
frialdad del invierno
parásitos. Pasos. —¿Has averiguado
mientras el corazón algo? ¿Ha
me latía a toda demostrado tu teoría?
—¿Estás despierta? Clancy se echó hacia
velocidad, presa del
atrás, con una
pánico. —Sí —susurré.
expresión ilegible.
—No.
El crujido del viejo Tenía la garganta
colchón quedó irritada y notaba la
amortiguado por el del lengua inflamada. Se levantó y empezó
televisor. Por un a deambular entre la
instante, me limité a El colchón se hundió
ventana y la cortina
escuchar la voz de cuando Clancy se
blanca, arriba y abajo,
barítono del sentó a mi lado.
una y otra vez. Eché
presidente Gray Intenté no poner mala
un vistazo a la otra
dando su discurso de cara.
parte de la habitación
cada noche. Las y no me sorprendió
piernas parecían ser verla iluminada por la
la última parte de mi —¿Qué ha pasado? luz azulada de la
cuerpo dispuesta a —le pregunté. El pantalla del
despertarse. sonido de las voces ordenador.
de abajo aumentó y
quedó atrapado entre
«… les garantizo que mis oídos.
—No, mira, lo he
la tasa de paro ha repasado
descendido del treinta mentalmente una y
al veinte por ciento en —Te has desmayado otra vez —dijo
el pasado año. Doy mi —dijo—. No me di Clancy—. Pensé que
palabra a los cuenta… No debería tal vez les hubieras
ciudadanos de que es haber forzado tanto. borrado la memoria
un éxito de mi Me incorporé un poco intencionadamente
gobierno que el falso hasta apoyarme en porque estabas
gobierno nunca los codos en un vano enfadada o molesta
podría conseguir. Por intento de alejarme de con ellos, pero el caso
mucho que pretendan su es que no les borraste
hacerles creer que toda la memoria, solo
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lo que tenía que ver… siquiera había mirado niños. Ciento
contigo. Y luego con en mi interior, sino que cuarenta y ocho.
esa chica, Samantha. había hecho que lo ¡Prácticamente la
Samantha Dahl, deseara… había mitad de su
diecisiete años, de hecho que lo besara. campamento! Así que
Bethesda, Maryland. mejor que te olvides
¿Lo había hecho?
Nombre de los de toda esa gilipollez
padres: Ashley y de que es un héroe,
Todd. Verde, memoria porque no se lo
fotográfica… —Se —Es tarde —dije, merece. Eres
interrumpió—. He interrumpiéndolo—. demasiado valiosa
estado pensando, Tengo… tengo que ir para andar pegándote
dándole vueltas y más a buscar a los el lote con él.
vueltas, intentando demás… Clancy me
comprender cómo lo dio la espalda.
haces, pero recorrer Se giró en redondo
tus recuerdos no me justo en el momento
aclara lo que sucede —A buscar a Liam en que yo estaba a
dentro de tu cabeza. Stewart, te refieres. punto de alcanzar la
No hay causa, solo puerta y la cerró de
efecto. golpe.
—Sí, a Lee —dije,
dando lentamente
Me pregunté si era unos pasos hacia la —¿Qué te pasa? —le
consciente de que puerta—. Tenía que grité—. ¿Y qué si es
estaba divagando, o reunirme con él. Azul? ¿No eres tú el
de que yo había Estará preocupado. que anda diciendo
conseguido —Me enganché el que todos somos
pelo en la cortina Negros y que
blanca al pasar por su deberíamos
levantarme de la lado. respetarnos los unos
cama, que mi única Clancy movió la a los otros?
idea era huir corriendo cabeza.
de aquella habitación
y alejarme de él. El La sonrisa que
dolor volvía a —¿Qué sabes tú esbozaban sus labios
asolarme en piezas sobre él, Ruby? Lo era tan arrogante
inconexas. conoces desde como atractiva.
cuándo, ¿qué? ¿Un
mes? ¿Un mes y
«¿Qué me ha medio? ¿Por qué —Tienes que aceptar
hecho?». Me llevé la pierdes el tiempo con el hecho de que eres
mano a la frente. Me él? Es un Azul, y no Naranja y siempre
dolía la cabeza como solo eso, sino que estarás sola debido a
en las otras ocasiones tiene… tiene un ello.
que Clancy se había historial, incluso antes
adentrado en mi del campamento.
cerebro, pero era un Incluso antes de que —La voz de Clancy
dolor más agudo. Ni matara a todos esos había recuperado
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bastante la calma, otorgado esas
pero volvió a agitar las facultades ha sido por
Hizo un gesto de
aletas de la nariz alguna razón.
impaciencia.
cuando vio que yo Estamos los dos aquí.
pretendía alcanzar de Tenemos derecho a
nuevo el pomo de la utilizarlas… tenemos
puerta. Lo agarró con —Muy bien. ¿Estás que utilizarlas para
ambas manos para preparada para recibir mantenernos al
impedirme ir a la lección? Ruby frente, para mantener
ninguna parte y se Elizabeth Daly, estás a los demás en el
acercó más a mí. sola y siempre lo lugar que les
estarás. Si no fueras corresponde.
tan estúpida, lo
habrías averiguado ya Acercó un dedo al
—He visto lo que
a estas alturas, pero cuello desbocado de
quieres —dijo
como veo que no lo mi camiseta y le dio un
Clancy—. Y no es
captas, te lo expondré tirón.
estar con tus padres.
muy claramente:
Ni siquiera es estar
jamás serás capaz de
con tus amigos. Lo
controlar tus —Para.
que deseas es estar
facultades. Jamás
con él, igual que Me sentí orgullosa de
serás capaz de evitar
estuvisteis ayer en la lo firme que sonó mi
sentirte atraída hacia
cabaña, o en ese voz.
el cerebro de los
coche en medio del
demás, porque hay
bosque. «No quiero
una parte de ti que no
perderte», le dijiste. Cuando Clancy se
quiere saber cómo
¿Tan importante es inclinó sobre mí, vi
controlar esas
para ti? una imagen borrosa
facultades. No quieres
porque eso detrás de mis ojos
significaría tener que cerrados: él y yo,
La rabia me hervía en antes de que
aceptarlo. Eres
el estómago y me empezara a recorrer
demasiado inmadura
abrasó la garganta. — mis recuerdos. Se me
y demasiado débil y
¿Cómo te atreves? hizo un nudo en el
cobarde para utilizar
Dijiste que no estómago cuando vi
tus facultades tal y
harías… dijiste… mis ojos abiertos de
como están
Soltó una carcajada. par en par,
concebidas para ser
utilizadas. Tienes aterrorizados, su boca
miedo de aquello en lo pegada a la mía.
—Dios, qué ingenua que podrías llegar a
eres. Supongo que convertirte.
eso explica por qué la —Me alegro tanto de
mujer de la Liga que nos hayamos
consiguió engatusarte
Aparté la vista. encontrado —dijo,
y hacerte pensar que con una voz
no eras ni mucho extrañamente
menos un monstruo. tranquila—. Tú
—¿No lo captas,
puedes ayudarme.
—Dijiste que me Ruby? Odias lo que
ayudarías —susurré. eres, pero si se te han
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Creía saberlo todo, mesas del reparto de implacable con la piel
pero tú… comida. Quería de mi cuerpo que
encontrar a Liam y quedaba al
contarle por qué no descubierto. De
Levanté el codo y se había podido acudir a acuerdo. Ya me iba
lo clavé en la barbilla. la reunión, pero sabía bien. No había nadie.
Clancy se tambaleó que estaba hecha Y ese era mi único
hacia atrás con un unos zorros. criterio.
alarido de dolor y se Necesitaba
llevó ambas manos a tranquilizarme y allí no
la cara. Disponía de podía hacerlo. Mi Anduve hasta que
medio segundo para presencia en aquel desapareció el
salir corriendo y lo estado provocaría un resplandor de la
aproveché, tirando montón de preguntas. hoguera, tirando de la
con tanta fuerza del Necesitaba estar sola. camiseta con ambas
pomo de la puerta que manos como si
saltó incluso la pudiera arrancarla del
cerradura. Y entonces, cuando contacto con la piel.
empezaba a Olía a su habitación.
—¡Ruby! ¡Espera, no
retroceder, tropecé Olía a árboles de hoja
pretendía…!
con Mike. perenne, a especias,
a cosas en estado de
putrefacción. Acabé
Vi aparecer una cara
—¡Uy, hola! — quitándomela y la
abajo en la escalera. arrojé lo más lejos que
Llevaba el pelo
Lizzie. Abrió la boca pude, pero aún así —
recogido en una cola
sorprendida y sus aún así— seguía sin
de caballo y un
numerosos poder quitarme de
pañuelo negro atado
pendientes emitieron encima aquel olor.
alrededor de la
un discordante Estaba por todas
cabeza. Olía a
tintineo cuando pasé partes: en las manos,
gasolina, y también a
corriendo por su lado.
algo metálico—. los vaqueros, el
¿Ruby? ¿Estás bien? sujetador. Debería
haber echado a correr
—Una simple hacia el lago, o incluso
discusión —oí que hacia las duchas.
Salí huyendo, pasé
decía Clancy, Debería haber
por delante de la
débilmente—. No intentado quitarme de
Oficina y bajé
pasa nada, déjala. encima su veneno.
corriendo el camino
Salí de estampía, sin
que conducía hacia
aliento. Los pies me
las cabañas. Al final
guiaban hacia el «Cálmate», pensé.
encontré el sendero
círculo de la hoguera, «¡Cálmate!». Pero no
por el que habíamos
pero lograba identificar qué
acompañado a Zu
para despedirla, pero era lo que palpitaba
resultó que no era en mi interior. Rabia,
me obligué a parar y más que un antiguo seguramente, porque
reflexionar. Había aún camino secundario, me había mentido,
mucha gente lleno de vegetación e porque había caído en
alrededor de las
pág. 91
su trampa. Asco, por Liam negó con la
cómo me había cabeza.
—¡Por favor! —grité—
tocado e invadido
. ¡Vete!
todos los poros de mi
piel. Pero también —Por mucho que
algo más. Sentía un digas no pienso
dolor interior que se —¡No pienso ir a
dejarte aquí sola.
me expandía por las ningún lado hasta que
Tómate todo el tiempo
entrañas y las recorría me expliques qué
que quieras, todo el
en su totalidad, que sucede! —replicó
que necesites, pero tú
me transformaba en Liam. A la distancia
y yo. Vamos a
una piedra. que estaba de mí,
solucionar este
pudo verme mejor y
asunto esta misma
tragó saliva, mientras
noche. Ahora mismo.
su nuez de Adán se
Liam apareció de —Liam se pasó el
movía de arriba
repente delante de mí jersey negro por la
abajo—. ¿Dónde has
y, sin embargo, jamás cabeza y me lo
estado esta mañana?
me había sentido tan lanzó—. Póntelo o
¿Ha pasado algo?
sola. —¿Ruby? pillarás un resfriado.
Chubs me ha dicho
que no se te ha visto
en todo el día, y ahora
Su pelo, rizado y Lo cogí con una mano
te encuentro aquí…
enmarañado como y lo apreté contra mi
así… ¿te ha hecho
era habitual, parecía pecho. Estaba aún
algo?
de plata bajo aquella caliente.
luz. Era imposible Aparté la vista.
Liam se puso a
esconderme. Nunca
deambular de un lado
había sido capaz de
a otro.
hacerlo. —Nada que yo no le
pidiese.
La única respuesta de —¿Es por mí? ¿Es
—Mike ha venido a
Liam fue retroceder por eso por lo que no
buscarme —dijo,
unos pasos. Darme puedes hablarme
dando un cauteloso
espacio para respirar. sobre ello? ¿Quieres
paso hacia mí. Tenía
que vaya a buscar a
las manos extendidas
Chubs?
delante del cuerpo,
como si intentara —No te creo en
convencer a un absoluto —dijo,
animal salvaje de que manteniendo la No tenía valor para
le dejara acercarse—. calma—. Para nada. responderle.
Si quieres librarte de
¿Qué haces aquí? —Ruby, me estás
¿Qué sucede? mí, tendrás que
asustando.
esforzarte un poco
más.
—Vete, por favor —le —Bien. —Hice una
supliqué—. Necesito pelota con el jersey y
estar sola. —No te quiero aquí.
lo lance hacia la
Siguió acercándose.
pág. 92
oscuridad con todas armándose con una tenía un corte reciente
mis fuerzas. carga que enseguida justo debajo del ojo
reconocí. Apreté los izquierdo y que se le
dientes, furiosa con él empezaba a formar
Liam exhaló un por estar un moratón.
tembloroso suspiro y aproximándose de
apoyó la mano en un aquel modo cuando
árbol. sabía perfectamente Dejé en nada la
que yo no podía escasa distancia que
—¿Bien? ¿Qué hay evitarlo. Cuando aún se abría entre
de «bien» en todo sabía perfectamente nosotros, le acaricié
esto? que podía hacerle con una mano el
daño. suave cabello y cerré
la otra en un puño
No había para apresar la tela de
comprendido del todo Intuí que quería su camiseta. Cuando
lo que Clancy había apartarme las manos por fin uní mis labios a
intentado decirme de la cara, pero no los suyos, noté una
aquella noche, no lo estaba dispuesta a extraña sensación
había entendido hasta que se mostrara que me enroscaba en
aquel momento, amable conmigo. Lo las entrañas. No
cuando Liam levantó empujé, había en el mundo
la vista y nuestras abalanzándome sobre nada que no fuera él,
miradas se él con todo el peso de ni siquiera el canto de
encontraron. El goteo mi cuerpo. Liam se las cigarras, ni
de sangre que tambaleó. siquiera las formas
percibía en mis oídos grisáceas de los
se transformó en un árboles. El corazón
rugido. Cerré los ojos
—Ruby… me retumbaba en el
con fuerza y me pecho. Más, más,
apreté las palmas de más… un latido
las manos contra la regular. El cuerpo de
Volví a empujarlo, y
frente.
luego otra vez, con Liam se relajó bajo
más ímpetu, porque mis manos, se
era la única manera estremeció con mis
—¡No puedo volver a caricias. Respirarlo no
de comunicarle lo que
hacer esto! —grité—. me bastaba,
con tanta
¿Por qué no me dejas necesitaba inhalarlo.
desesperación
tranquila? Oler su aroma a
deseaba decirle.
—Porque nunca me lo Empecé a vislumbrar cuero, a humo, su
permitirías. ráfagas de brillantes dulzura. Noté sus
recuerdos. Vi sus dedos, que me iban
luminosos sueños. contando una a una
Aplastó la maleza con Cuando lo empujé las costillas
los pies cuando dio contra un árbol, me di desnudas. Liam me
unos pasos para cuenta de que las enlazó con las piernas
acercarse hacia mí. lágrimas me rodaban para atraerme aún
La atmósfera a mi por las mejillas. Me fijé más hacia él.
alrededor ardía, entonces en que Liam

pág. 93
Estaba de puntillas, mismo que Liam dos estaría respirando
pero perdí el estaba haciendo en con mayor dificultad.
equilibrio. El mundo aquel momento. Intenté escabullirme,
se balanceó Serpenteó en mi avergonzada por lo
peligrosamente bajo cerebro hasta que se que Liam había visto,
mis pies cuando me me hizo imposible temerosa de lo que
recorrió con los labios ignorarlo. Hasta que pudiera pensar de mí.
la mejilla, la lo vi representándose,
mandíbula, el punto luminoso y abrasador,
del cuello donde me como si fuese el Pero cuando Liam
latía el pulso. Se recuerdo de otra habló, lo hizo con voz
mostraba seguro de sí persona, no el mío. calculada, deseosa de
mismo, como si mantener la calma.
hubiera trazado de
antemano ese —¿Qué te ha hecho?
Y entonces caí en la
recorrido. cuenta: no solo era yo
quien lo veía, Liam
también estaba —Nada…
Ni siquiera me di viéndolo. ¿Cómo,
cuenta de que me cómo, cómo? Era
adentraba en su imposible, ¿no? Los —No mientas —me
cerebro. Y aún en el recuerdos fluían hacia suplicó—, no me
caso de que lo hubiera mí, no desde mí. Noté mientas, por favor. Lo
notado, no me que se quedaba he notado… mi
imaginaba poder quieto, que se cuerpo entero, Dios
apartarme de él y apartaba a mío, ha sido como si
separarme de la continuación de mí. Y se transformase en
calidez de su piel en lo supe, supe por la piedra. Tú estabas
aquel momento. Sus asustada… lo he
expresión de su cara, notado, ¡tú estabas
manos eran suaves
que lo había visto. asustada!
como una pluma, sus
caricias Me hundió los dedos
reverenciaban mi piel, en el pelo y acercó de
pero en el instante en El aire me entró de
nuevo en los nuevo mi cara a la
que unió de nuevo su suya.
boca a la mía, un pulmones.
único pensamiento —Dios mío, lo siento,
bastó para yo no quería… él… —Él… —balbuceé—,
arrastrarme lejos de me ha preguntado si
aquella neblina dulce podía ver un recuerdo
como la miel. Liam me cogió por la mío, y le he dejado,
muñeca y me atrajo pero cuando he
de nuevo hacia él, intentado
En mi mente apareció abarcó luego mis apartarme… no
de pronto el recuerdo mejillas con sus podía, no podía
de la cara de Clancy al manos. Me apartó el moverme, y luego he
inclinarse sobre mí pelo que me caía perdido el
para hacer sobre la cara y conocimiento. No sé
exactamente lo pregunté quién de los qué me ha hecho,
pág. 94
pero duele… duele Chubs estaba en la de la cabaña y
mucho. cabaña cuando emergimos a la
llegué, acostado en la oscuridad.
cama leyendo. Solo
Liam se retiró para echarme un vistazo,
estamparme un besito cerró el libro de golpe. El olor a humo de la
en la frente. Los hoguera nos siguió
—¿Qué demonios ha
músculos de sus por el camino mucho
pasado?
brazos estaban más tiempo que las
tensos, temblaban. voces o la luz
procedentes de ella.
—Vete a la cabaña. — —Nos vamos —le
Me di cuenta de que
No me dejó ni dije—. Recoge tus
Chubs miraba por
protestar—. Empieza cosas… ¿pero qué
encima del hombro,
a recogerlo todo. miras? ¡Muévete!
aunque solo una vez,
Saltó de la cama. el lejano resplandor
anaranjado que se
—Lee… reflejaba en los
—¿Te encuentras cristales de sus gafas.
bien? —preguntó—. Sabía que quería
—Voy a buscar a preguntarnos qué
¿Qué pasa?
Chubs —dijo—. Y nos plan teníamos, pero
largaremos los tres de Liam nos animó con
aquí. Esta misma un gesto a acelerar la
Justo acababa de
noche. marcha y nos
explicarle lo que me
había sucedido con adentramos por un
Clancy cuando Liam sendero secundario
—No podemos — por donde no había
entró de estampía por
dije—. Sabes que no pasado nunca.
la puerta. Nos miró y
podemos. —Pero
exhaló un tembloroso
Liam había echado ya
suspiro.
a correr por el oscuro Era un camino trillado,
sendero—. ¡Lee! pero tan estrecho que
—No te encontraba y nos obligó a caminar
me he empezado a en fila india. Mantuve
Fui a buscar el jersey la mirada clavada en
preocupar —le dijo a
allí donde lo había la espalda de Liam
Chubs—. ¿Estás
tirado y me lo puse, hasta que extendió el
preparado?
pero ni siquiera brazo para cogerme la
abrigada logré mano. El camino fue
ahuyentar la gélida oscureciéndose a
Me puse una
sensación que me medida que nos
camiseta holgada y
acompañaba cuando adentrábamos en un
cogí la chaqueta que
empecé también a bosque de árboles
me lanzó Liam. Chubs
correr, de regreso jóvenes.
se ató los zapatos,
hacia la cabaña y la
cerró su maleta y no
hoguera encendida.
dijo ni pío para
protestar cuando Y luego emergimos a
apagamos las luces un claro y había luz…

pág. 95
mucha, y por un ordenador de Clancy. adelantó al grupo,
instante tuve incluso Era el punto por plantándose al lado
que protegerme los donde, hacía unos de Clancy como un
ojos con una mano. días, los rastreadores cañón a la espera de
Percibí la tensión de habían intentado que lo apunten hacia
Liam, que se detuvo superar las el blanco—. Aquí
en seco y me apretó alambradas que tenemos un sistema y
con fuerza la mano rodeaban el perímetro vosotros todavía no
hasta hacerme daño. del campamento y os habéis ganado el
donde después Hayes sustento.
se había «ocupado»
—Ya te lo dije —oí de ellos. De un modo
que decía Hayes—. similar, imaginé, a Las palabras
Ya te dije que como ahora pretendía acababan de salir de
intentaría salir por ocuparse de nosotros. su boca cuando
aquí. oímos voces y pasos
que aplastaban la
—Sí, has tenido una
Los chicos que nos maleza seca de un
buena intuición.
cortaban el paso sendero más ancho,
estaban en el punto justo detrás de donde
donde la alambrada estaba situado el
—Mierda. marcaba los límites de grupo. Olivia fue la
East River. Clancy primera en aparecer,
ocupaba un lugar en seguida por Mike y
Chubs maldijo a mis el centro del grupo, otros cuatro chicos
espaldas, pero yo infinitamente más con los que había
estaba tan aturdida sereno que hacía estado trabajando
que no se me ocurrió escasas horas. Liam durante el último
otra cosa que mes. Reaccionaron
adelantarme a Liam. igual que nosotros:
Clancy, Hayes y los —Creo que tenemos protegiéndose
chicos del turno de que hablar —dijo primero de aquella
vigilancia estaban Clancy, en un tono de enorme cantidad de
delante de nosotros voz agradable—. Me luz, deteniéndose
cerrándonos el paso. da la impresión de que luego en seco,
estaba a punto de pasmados.
ocurrir algo muy
CAPÍTULO peligroso.
VEINTISIETE —¿Qué pasa? —
Durante un instante preguntó Olivia,
nadie hizo ningún —Nos vamos —dijo abriéndose paso entre
movimiento. Liam, sin apenas la fila de chicos de
poder contener la negro hasta llegar
rabia—. Y no delante de Clancy—.
Con la zona iluminada queremos problemas. ¿Por qué no me
por focos y linternas, habéis avisado por
reconocí por fin dónde radio?
estábamos. Lo había —No podéis iros así
visto una vez, en el como así. —Hayes se

pág. 96
—Hayes y yo familiaridad de un estaba dispuesto a
tenemos la situación chico que se tenía por permitírmelo. Chubs
controlada. — mi amigo—. Vamos, me tiró de la mochila.
Clancy se cruzó de ¿no podríamos como En el momento en que
brazos—. mínimo hablar las Liam se plantó
cosas? delante de mí, perdí a
Regresad a vuestros
Clancy de vista y
puestos.
«Sí», me susurró una
voz al oído. «¿No olvidé de repente por
—No hasta que me
sería eso mejor?». La qué me parecía tan
cuentes qué está
rabia que me importante acercarme
pasando… —Se
abrasaba el pecho a él, permitirle que me
volvió hacia nosotros
empezó a devolviera al
y vio entonces las
apaciguarse, campamento.
mochilas—. ¿Os
lentamente primero,
vais? —¡Para! —chilló
luego de forma
Liam—. ¡No sé qué
extraña y precipitada.
demonios estás
Solté el brazo de
—Lee —dijo Mike, Liam. De repente, me
haciéndole, pero para!
atando también parecía que era la
cabos—. ¿Pero qué mejor opción… la
haces? única opción. Estaba —No está
muy enfadada y tenía haciéndole… —
mucho miedo, pero no Empezó a decir Mike,
—Por lo visto, Liam podía olvidar que era mirando a su amigo y
Stewart está Clancy. luego a Olivia. La vi
protagonizando otra por encima de los
fuga —dijo Clancy—, hombros de Liam, su
o al menos esa era su rostro una máscara
Era Clancy.
intención. Por lo que inexorable. Detrás de
parece, tendrá tanto ellos, los demás
éxito como la última. chicos del turno de
Di un paso al frente,
guardia de Liam
—Vete a la mierda — acercándome a su
estaban alborotados,
dije yo, cortándolo. sonrisa. Podía…
sin saber hacia dónde
podía perdonarlo,
¿verdad? Sería fácil. mirar.
Agarré a Liam por el Todo con Clancy era
brazo antes de que mucho más fácil. Mis
arremetiera contra pies avanzaban solos, —No estoy
Clancy. Temblaba de como si supieran haciéndole nada —
rabia, pero nos exactamente dónde dijo Clancy, cuya voz
superaban en tenía que ir yo. Dónde adquirió un matiz
número. ¿Acaso no lo se suponía que tenía gélido—. Eres tú el
veía? que ir. que está celoso de la
relación que existe
entre nosotros.
—Ruby —dijo Clancy Pero Liam no me dejó,
muy despacio, con la y Chubs tampoco

pág. 97
Los chicos que lo a sentirte así. cayó sobre Chubs con
acompañaban Tenemos reglas. toda su fuerza, pero él
asintieron dándole la Ahora ya las conoces continuó su discurso,
razón, con rostros y no volverás a impertérrito—. Hablas
extrañamente quebrantarlas, ¿lo de que todos somos
inexpresivos. entiendes? iguales, como un feliz
arcoíris de paz y todas
—No —replicó Liam
esas pamplinas, pero
con voz ronca.
—Estás intentando todo eso no te lo crees
romper las reglas — ni tú, ¿me equivoco?
prosiguió—. Porque No dejas que nadie se
Me miró fijamente y vi ponga en contacto
existe una regla,
que sus ojos con sus padres y te
¿verdad, Liv? Quién
acababan de adquirir importan un comino
quiere irse, tiene que
esa calidad lechosa los niños que
pedírmelo antes, ¿no
que reconocí al continúan encerrados
es eso?
instante. Y que, por lo en los campamentos
visto, también Chubs que tu padre montó.
reconoció. Chubs Ni siquiera escuchas
Olivia dudó un
entrecerró los ojos y las sugerencias que te
instante, pero acabó
concentró en Clancy han aportado los
asintiendo.
una mirada pura y chicos del cuerpo de
afilada como un Vigilancia. Lo único
cuchillo.
Liam dejó caer que quiero que me
lentamente el brazo. expliques es por qué
Frunció el entrecejo e no podemos
—Déjame que te marcharnos. —Dio un
inclinó la cabeza
cuente lo que opino nuevo paso hacia el
hacia Clancy, como si
sobre tus malditas frente e interrumpió a
estuviese oyendo algo
reglas —dijo Chubs Clancy antes de que
que nadie más podía
adelantándose, con tomara la palabra—.
escuchar. Sentí, más
una voz que ¿Qué sentido tiene
que vi, que la tensión
rezumaba veneno—. este lugar excepto
abandonaba la forma
Vives sentado en tu vanagloriar tu
de sus hombros.
habitación fingiendo grandeza y permitirte
Retrocedió un paso,
que quieres lo mejor jugar con las
luego otro, alejándose
para todo el mundo, personas y sus
de mí, y se llevó
pero tú no trabajas en sentimientos? Sé lo
entonces una mano a
absoluto. No sé si es que le has hecho a
la frente.
porque eres un Ruby.
—Lo siento… yo mimado de mierda o
solo… no pretendía… porque temes
ensuciarte tus manos Los demás
de princesita, pero permanecían en
—Aquí vives feliz, fastidia, eres silencio, pero cuanto
¿verdad? —le asquerosamente más hablaba Chubs,
preguntó Clancy muy asqueroso y ten clara más nítida se volvía
amablemente—. No una cosa, a mí no me su mirada. Vi que
hay motivos por los engañas. —La fría Mike, al liberarse de la
que no puedas volver mirada de Clancy influencia de Clancy,
pág. 98
estaba a punto de Lo que sucedió a decir. Hayes… ¡lo
vomitar. Los otros continuación fue tan matarás!
chicos miraban hacia rápido que la mitad de
un lado y hacia otro, los allí presentes
nerviosos e debieron de pasarlo Una y otra vez, en
inseguros. por alto. Liam levantó cualquier superficie
el puño, dispuesto a de piel que pudiera
lanzarlo contra la cara encontrar, Hayes
Clancy se había engreída de Clancy, continuó pegando
mantenido inmóvil pero su mano no puñetazos a Liam,
mientras Chubs consiguió ir más allá deseoso de descargar
hablaba, pero cuando del hombro de Clancy. toda su rabia sobre él.
el discurso tocó a su De repente se quedó Los golpes no pararon
fin, se inclinó sobre rígido como un palo: hasta que Clancy le
Chubs como si fuera a los músculos, las posó la mano en el
contarle un secreto al articulaciones, los hombro e, incluso
oído. Pero cuando tendones… Se quedó entonces, Hayes tuvo
habló, su voz sonó tan paralizado y, un que dar el puñetazo
fuerte que la instante después, final en plena cara.
escuchamos todos. Liam estaba tendido Incorporó a Liam
en el suelo y Hayes tirándole de la
encima de él camiseta, y cuando
—He jugado con algo machacándole a Clancy le dirigió un
más que con los puñetazos la cara. gesto de
sentimientos de Ruby. asentimiento, Hayes
—Su mirada se clavó dejó caer a Liam en el
en —¡Para! —le suelo y se puso en
supliqué, liberándome pie. Liam quedó
del abrazo de Chubs. tendido bocabajo, con
la cara de Liam—. la cara en carne viva
¿No es verdad, aplastada contra el
Stewart? Sabía lo que Clancy suelo.
acababa de hacerle y
por qué no podía ni
La oleada de rojo siquiera levantar una En el momento en que
rabioso que le subió a mano para protegerse los dos se perdieron
Liam desde el cuello la cara. Cuando vi la de vista, Chubs y yo
hasta abarcarle toda sangre derramándose nos abrimos paso
la cara me bastó para por el suelo, tuve ya entre el círculo de
comprender el tipo de suficiente. chicos que rodeaban
imagen que Clancy a Liam. Y dimos tan
Todos tuvimos
acababa de infiltrarle solo dos pasos más,
suficiente.
en la cabeza. puesto que Mike nos
bloqueó el camino y
—¡No! —chillé, pero no pudimos continuar.
ya era demasiado —Clance —oí que
tarde. decía Olivia—, ya
basta. Ya has dejado
claro lo que querías

pág. 99
—No —dijo—. Solo que lo hiciéramos, hablar, sin movernos,
empeoraréis las pero aquí no tengo sin hacer otra cosa
cosas. ninguna necesidad de que mantener la vista
seguir haciéndolo. clavada en la puerta
—¿Qué le van a
de la cabaña.
hacer? —preguntó
Veíamos caras de
Chubs.
—Me da igual —dijo curiosidad
Chubs—. ¿Crees que observando desde la
me importa? Lo único ventana, tanto
—Volved a la cabaña mirones como
que me importa es lo
—nos dijo Mike—. miembros del equipo
que pueda pasarle a
Nosotros nos
Lee… ¿O acaso no te de seguridad,
ocuparemos de él.
das cuenta de que si intentando averiguar
—No —dije—. Sin él estás aquí es porque qué había sucedido.
no nos movemos de él organizó nuestra Había pasado la hora
aquí. fuga? —Las palabras de apagar las luces,
de Chubs tuvieron el pero era imposible
efecto deseado. Pese que lográramos
Mike pasó por mi lado. a la oscuridad, vi que conciliar el sueño. A
Mike palidecía—. Ya juzgar por las dos
puedes quedarte con figuras de negro
—No sé qué tu Huidizo, pero no plantadas delante de
demonios le has dicho esperes que nosotros la puerta, era evidente
o le has hecho pensar, vayamos a permitirte que tampoco
pero Lee se sentía que te quedes podríamos salir. Sería
feliz aquí. Esto es también con Lee. imposible después de
justo lo que nuestro intento fallido
necesitaba, y ahora de fuga, y sobre todo
está hecho polvo… Nos abalanzamos después de que
para abrirnos paso y Chubs descargará
llegar hasta Liam. aquella granizada
—No te atrevas —le Pero un par de brazos verbal sobre Clancy.
espetó Chubs—. No me aprisionaron el
te atrevas a culparla a pecho, otro par me
ella de lo que ha capturó las piernas, y —¿Dónde aprendiste
sucedido. ¡Tienes la por fuerte que a hablar así? —le
cabeza tan llena de gritáramos y nos pregunté finalmente,
mierda del Huidizo debatiéramos, los pero Chubs se limitó a
que ni siquiera ves chicos lograron encogerse de
todo lo que te rodea! alejarnos de él. hombros.

Mike apretó los —He intentado


dientes. imaginarme qué
* * * habría dicho Lee y a
partir de allí he
—En Caledonia te elaborado.
Chubs y yo nos
aguantábamos sentamos en el
porque Liam nos pidió camastro de Liam, sin
pág. 100
—Chubs se rascó la por un lado del futón,
coronilla—. ¿De lo levanté y se lo
Olivia y otro chico
verdad le he dicho que apoyé sobre el pecho.
traían a Liam, que se
tenía manos de El aliento emergía de
arrastraba con los
princesita? Solté una entre sus labios como
brazos extendidos
carcajada. un silbido inestable.
sobre los hombros del
En la nariz tenía
—Eso y más. uno y la otra. Miraba
sangre coagulada y
hacia el suelo y tenía
pegajosa, también en
la cabeza llena de
la boca, en la barbilla
Los segundos pegotes de barro.
incluso. La luz del día
transcurrían a la mitad Había empezado a
revelaría la extensión
de la velocidad que llover una hora
de los demás golpes.
mis pensamientos. después de que nos
obligaran a
marcharnos de su
—Necesita un
—¿Por qué a ti no te lado.
desinfectante —dijo
ha afectado? —me Chubs—, vendas,
pregunté en voz algo…
alta—. Lo ha —Lee —dijo Chubs,
intentado también intentando
contigo, ¿verdad? despertarlo—. Lee,
—Si me acompañáis
¿me oyes?
—dijo Olivia—, os
llevaré al almacén de
—Lo ha intentado, y lo suministros médicos.
he sentido, que no te Les ayudamos a
No encontraremos a
quepa la menor duda acostarlo en el futón.
nadie por el camino.
de eso. Pero poco se El interior de la
esperaba… —Chubs cabaña estaba tan —No pienso dejarlo
se dio unos golpecitos oscuro que no logré aquí —dije,
en la frente—. Tengo ver el alcance de la arrodillada aún junto a
unas defensas de paliza hasta que Liam.
acero. De aquí no Olivia dejó la linterna
—De acuerdo. —
entra ni sale nada. en el suelo, junto a
Apenas noté la mano
Liam.
de Chubs en mi
—Dios mío —dije. hombro cuando pasó
Tuve la fugaz idea de por mi
que lo que estaba
contándome podía ser
Liam volvió la cabeza
perfectamente cierto,
hacia mí y comprendí lado.
lo que explicaría por
entonces que estaba
qué el suyo era el
despierto, aunque
único cerebro en el
tenía los ojos tan La puerta se abrió
que no me había
hinchados que se veía para cerrarse a
adentrado. Pero en
obligado a continuación; esperé
aquel momento se
mantenerlos a oír alejarse las
oyeron pasos en el
cerrados. Posé con pisadas del chico que
camino y arrinconé
delicadeza la mano en los acompañaba para
mis pensamientos.
el brazo que colgaba volver a mirar a Liam.
pág. 101
Lo acaricié sensible que no podía Lo he echado a perder
delicadamente con los ni tocarla. Me incliné todo.
dedos, para acercar los
labios al lugar donde
acababa de posar las —Dios —dijo,
la caricia de una manos. moviendo la cabeza
pluma. Cuando llegué en sentido negativo,
—No —dijo, abriendo
a la nariz, emitió un mientras esbozaba la
un ojo tan solo una
brusco sonido sombra de una
rendija—. No a menos
parecido a un silbido, sonrisa—. ¿Sabías
que lo quieras de
pero no hizo ademán que… me haces tan
alguno de moverse feliz que a veces me
hasta que le rocé el olvido incluso de
verdad.
labio, partido e respirar? Te miro, y
inflamado. —No deberías noto una tensión tan
haberte abalanzado fuerte en el pecho…
contra él. que es como si el
No sé si en mi vida único pensamiento
había llorado tanto que ocupara mi
como lo había hecho —Tenía que hacerlo cabeza fuera el deseo
en aquel último mes. —consiguió musitar. de abrazarte y
Nunca había sido besarte. —Exhaló un
como las niñas con las —Lo mataré —dije tembloroso suspiro—.
que compartía cabaña rabiosa—. Lo mataré. Así que no me hables
en Thurmond, que de sacarme de aquí
lloraban cada noche, porque no me iré, a
y luego de nuevo cada Liam intentó reír. menos que tú seas
mañana, cuando —Ah… ya está aquí. también parte del
comprendían que su Ya ha llegado Ruby. paquete.
pesadilla había sido
real. Ni siquiera de
pequeña era muy —Te sacaré de aquí, —No puedo ir contigo
llorona. Pero ahora te lo prometo. Os —dije—. No
me resultaba sacaré de aquí a ti y a consentiré que corras
imposible contener las Chubs. Hablaré con un peligro tan grande.
lágrimas. Clancy, haré…
—¿Estoy… tan guapo
—Chorradas —dijo—.
como me parece?
—No —dijo Liam—. Nada sería peor que
Para… solo estar separados.
Hablaba con voz empeorarías la —No lo entiendes…
adormilada, situación.
arrastrando las
palabras. Intenté que —Entonces, házmelo
abriera la boca para —¿Crees que puede entender —dijo
comprobar si ser aún peor? —le Liam—. Dame una
conservaba todos los pregunté—. La he única razón, Ruby,
dientes, pero tenía la cagado por completo. por la que no
mandíbula tan podemos estar juntos,
pág. 102
y yo te daré cientos de en voz alta, le relaté —Ese no dice más
razones por las que que la noche antes del que sandeces —dijo
podemos estarlo. día de mi décimo Liam—. Mira, lo que vi
Podemos ir dónde tú cumpleaños me había en el bosque, cuando
quieras. Yo no soy acostado, que me
tú…
como tus padres. No había despertado
pienso abandonarte ni esperando
mandarte a ninguna encontrarme con los
parte, jamás. típicos panqueques —Cuando te besé.
de mi desayuno de
cumpleaños. Le conté
—Mis padres no me que me habían —Sí. Eso… eso
abandonaron. Lo que encerrado con llave sucedió de verdad,
les pasó fue culpa en el garaje como si ¿no es así? Lo que…
mía. fuese una bestia lo que hizo ese
salvaje. Y cuando gilipollas. Eso te
hube terminado mi sucedió. Te paralizó,
historia, le como antes ha hecho
El secreto salió de mi
conmigo.
interior como un
prolongado suspiro, y
no sé quién de los dos conté lo de Sam. Le
se quedó más conté que yo había Sí, aunque en parte
sorprendido ante sido para Sam lo no. Porque una
aquella revelación. mismo que era Chubs pequeña porción de
para él hasta que dejé mi cerebro había
de serlo, hasta que no deseado que lo
fui nada. hiciese. ¿O era él
Liam se quedó en
quien me había hecho
silencio, a la espera
desearlo, que había
de que continuase. Y
Cuando terminé mi jugado con mis
entonces lo vi.
relato, la garganta me emociones con solo
Comprendí que había
ardía. Liam volvió la tocarme? Asentí,
llegado el momento
cara hacia mí para mientras las entrañas
de perderlo. Y lo único
mirarme. Estábamos se me revolvían aún
que podía pensar era
separados por por la repugnancia
en lo mucho que me
escasos centímetros. que me provocaba el
habría gustado
recuerdo de su piel
besarlo una última vez
—Nunca —dijo al junto a la mía.
antes de que
cabo de un rato—.
empezara a tenerme
Nunca, jamás. Jamás —Ven aquí —dijo
miedo por lo que en Liam en voz baja.
pienso olvidarte.
realidad era.

—No te quedará otro Noté en la coronilla la


Recosté la cabeza en suave caricia de sus
remedio —dije—.
la almohada, a su dedos, la mano que
Clancy me dijo que
lado. En un susurro, descendía para
nunca seré capaz de
ya que no era lo abarcarme la mejilla.
controlarlo.
bastante valiente Me levantó la cara
como para explicarlo hacia él y me besó.
pág. 103
Procuré no rozarle la estado conteniendo
cara, solo tocarle el todo aquel rato.
—¿De verdad no me
hombro y el brazo.
odias? —musité—.
Cuando se retiró, me
¿No me tienes
sentí atraída como un —Vivirá —dijo Chubs
miedo… ni siquiera un
imán, mis labios al ver la cara que yo
poco? Contrajo el
buscaron los suyos. ponía. Guardó en mi
magullado rostro en lo
mochila los
que imaginé pretendía
medicamentos y el
ser una sonrisa.
—¿Quieres estar material que le había
conmigo, no es eso? —Me das un miedo de sobrado—. Por la
—susurró—. muerte, pero por mañana tendrá un
Entonces, ven motivos dolor de cabeza de mil
conmigo. Ya completamente demonios, pero vivirá.
pensaremos cómo distintos.
hacerlo. Para
empezar, confío en ti. Nos turnamos para
Por mucho que —Soy un monstruo, lo dormir, o para fingir
examines mi cerebro, sabes. Y de los que dormíamos. La
eso será lo único que peligrosos. ansiedad y la energía
verás. no consumida me
—No lo eres —me
palpitaban en el
Su cálido aliento se confirmó—. Eres de
cuerpo y oía a Chubs
extendió por mi mejilla los nuestros.
murmurar para sus
como otro beso.
adentros, como si
estuviese repasando
CAPÍTULO los acontecimientos
—Mike lo solucionará. VEINTIOCHO de la noche.
Está intentando
encontrar la manera
de poder sacarnos de Chubs regresó un Y luego se oyeron
aquí sin que nadie se cuarto de hora unos pasos en la
entere, a ti, a mí y a después de que Liam escalera de hormigón
Chubs. Y luego nos se sumiera en un por la que se accedía
pondremos en inquieto sueño. Se a la cabaña, y
marcha. agitó de nuevo dejamos de fingir.
Encontraremos al cuando empezamos a
padre de Jack, limpiarle los cortes y
encontraremos la las magulladuras de la
manera de que Chubs —Lizzie… —oí que
cara y buscó a tientas
pueda ponerse en decía uno de los
mi mano cuando tuvo
contacto con sus chicos que vigilaban
el primer contacto con
padres y luego ya la puerta—. ¿Vas
el escozor del
a…?
hablaremos sobre lo desinfectante.
que queremos hacer. Cuando noté que por
fin relajaba la mano y
Los empujó para
vi que cerraba de
Me incliné para darle pasar y abrió la puerta
nuevo los párpados,
un beso en la frente. con tanta fuerza que
solté el aire que había
rebotó contra la pared
pág. 104
de atrás. Liam se pesar de las protestas
despertó de Chubs. Me giré
—¡Ruby! —exclamó
sobresaltado, más para dirigirme a él—.
Lizzie, como si no
confuso y Tú quédate aquí con
pudiera creer que yo
desorientado que Liam, ¿entendido? —
no hiciese el más
antes. «Tienes que vigilarlo
mínimo movimiento—
porque yo no
. Había mucha
puedo»—. Ya me
sangre… Ruby, por
—¡Ruby! —Lizzie me encargaré yo de todo.
favor, por favor,
miró con cara
¡tienes que ayudarlo!
demacrada. El pelo se
le había enganchado Yo los sacaría de
en la docena de aquí. No Mike, no por
¿Creería Clancy de
piercings que llevaba, un golpe de suerte…
verdad que era una
pero fueron sus yo sería la que
imbécil? ¿O pensaría
manos manchadas de conseguiría que
que su influencia
sangre lo que me dejó saliéramos los tres de
llegaba tan lejos
helada. aquí: ver la cara de
que… que incluso
Clancy flojear bajo mi
sería capaz de olvidar
influencia merecería
lo que le había hecho
—Es Clancy —dijo el esfuerzo de tener
a Liam para acudir
jadeando, mientras que adentrarme en su
corriendo a su lado?
me agarraba por los cerebro. ¿Acaso no
Negué con la cabeza,
brazos—. Se acaba… me había enseñado
mientras la rabia se
se acaba de caer y todo lo necesario para
iba apoderando de mí.
tiembla como un loco, hacerlo?
Demasiado inmadura
y está sangrando. No
y demasiado débil y
sabía qué hacer, pero
cobarde como para
él me ha dicho que —Ruby… —oí que
saber utilizar mis
viniese a buscarte, decía Liam, pero cogí
facultades, ¿no era
porque tú entenderías a Lizzie por el brazo y
eso lo que dijo que
qué pasaba… Ruby, la conduje hacia
era?
por favor, por favor, fuera. Pasamos por
ayúdame. delante de chicos que
nos observaron con
Pues ya lo veríamos.
mirada confusa, por
Le miré las manos, la delante de las
sangre fresca.
Liam se incorporó
—Es una trampa — hasta conseguir
cabañas. En el
gimoteó Liam desde sentarse.
exterior, la
el futón—. Ruby, no te
—Ya lo conoces — temperatura se había
atrevas…
estaba diciendo—, no desplomado casi siete
lo hagas, no lo grados.
hagas…
—Si de verdad está
mal, soy yo quien
Lizzie no podía parar
debería ir —le dijo
—Enséñame dónde de llorar.
Chubs a Lizzie.
está —dije, aun a
pág. 105
—Está en el arrodilló. Palpó el de la estancia, hacia
Almacén… suelo, pero sus el lugar donde Lizzie
estábamos manos temblorosas seguía con la cara
hablando… sobre… solo tocaron aire. pegada al suelo—.
Déjala en paz, ya he
venido. No tienes
—No pasa nada —le —¡Clancy! —gritó—. motivos para
dije, poniéndole con ¿Clancy, puedes continuar
torpeza una mano en oírme? Ha venido torturándola.
la espalda. Ruby… ¡Ruby, ven
Atravesamos aquí! El estómago me
corriendo el huerto y dio un violento vuelco —No estoy
subimos a la oficina y me sorprendió torturándola —dijo
por la escalera de la sentirme tan triste al Clancy—. Juego,
parte de ver mis simplemente. —Y
entonces, como para
ratificar lo que
atrás. Lizzie no peores sospechas acababa de decir,
acertaba a meter la confirmadas. rugió—: ¡Liz, cierra ya
llave en el agujero de el pico!
«¿Por qué tiene que
la cerradura y se le
ser así?», pensé,
atascó. Tuve que abrir
mirándolo. «¿Por
la puerta de un Se quedó
qué?».
puntapié; Lizzie era boquiabierta. Un hilillo
incapaz de hacer otra de sangre le caía del
cosa que no fuera lugar donde se había
entrar corriendo. El —Has venido, has mordido el labio. Le
vestíbulo y la cocina venido de verdad — cogí las manos y les di
estaban vacíos. El dijo Clancy con un la vuelta. La sangre
edificio olía a ajo y tono de voz era de ella, de dos
salsa de tomate. monótono, como si cortes limpios en las
Supuse que la gente estuviese recitando palmas.
estaría fuera un guion—. Gracias,
preparando las mesas Ruby. Aprecio mucho
tu ayuda en
para la cena. —¿Qué pretendes?
momentos de
—pregunté,
necesidad.
girándome en
Allí solo estaba —¿Qué haces ahí sin redondo—. ¡Te lo he
Clancy, de pie en moverte? —gimoteó contado todo, y lo que
medio del almacén, Lizzie—. ¡Ayúdalo! no te he contado, lo
apoyado en una sabes después de
estantería llena de haberte infiltrado en
paquetes de —Estás enfermo — mi cerebro!
macarrones. dije, moviendo la
cabeza de un lado a
otro. Clancy empezó a Solo entonces me fijé
Lizzie corrió hacia la caminar hacia mí, en cómo iba vestido
esquina derecha de la pero yo me desplacé Clancy. Pantalón
habitación y se hacia el lado opuesto negro precioso,

pág. 106
impecablemente «Bien», me dije, «que tendría eso de ser
planchado, camisa crea que me siento Naranja que era
blanca sin una mota impotente. Que crea capaz de convertir a
de polvo encima y que no soy ninguna las personas en
corbata roja, que le amenaza para él». verdaderos
caía sobre el vientre Que pensara eso monstruos?
exactamente igual hasta que se
que la sangre que le descubriera tendido
goteaba a Lizzie de la en el suelo, incapaz —¿Por qué? Si se
barbilla. de recordar ni tan queda no se te pasará
siquiera su nombre. por la cabeza intentar
nada, porque eso
—Solo pretendo significaría hacerle
entretenerte un rato —¿Tienes tú una daño también a ella, o
—dijo—, luego nos oferta mejor? —le algo peor.
iremos. pregunté.

Lo dijo tan a la ligera


—¿Y adónde —¿Y si la tuviese? que por un momento
exactamente nos pensé que bromeaba.
iremos? —Clavé los
ojos en la estantería —Me resultaría difícil
que tenía detrás, llena creerlo —dije, —¿Cómo puedes
de cucharas de acero acercándome un estar tan seguro? —
inoxidable y cuencos. poco, intentando Confié en que mi voz
distraerlo—, teniendo sonará más poderosa
—Donde tú quieras —
en cuenta lo de lo que yo la notaba
dijo—. ¿No es eso lo
poquísimo que te en la garganta—. No
que prometió el Azul?
importo. Si la la conozco tan bien
situación fuera al como eso.
revés, tú no habrías
Intenté mantener la
venido corriendo a
calma, pero su forma
ayudarme, ¿verdad? —He visto tus
de escupir aquella
recuerdos. Eres lo
palabra —Azul— Se encogió de
que los loqueros
zarandeó mis ya hombros.
califican como
frágiles nervios. No sé
«excesivamente
si Lizzie intuyó mi
empática». Nunca
brusco cambio de —Habría ido. Solo
harás nada si eso
humor, pero Clancy que andando.
implica hacer daño a
sí. Sonreía, con
—Deja marchar a otras personas…
aquella sonrisa
perfecta marca Gray, Lizzie, por favor — intencionadamente,
dije. claro.
la que me había
seguido sin cesar por
los terrenos de
Thurmond. Me daba miedo su Lo dijo con tremenda
comportamiento, seguridad, y ello
parecía una niña dulcificó su cara de
pequeña. ¿Qué sorpresa cuando me
pág. 107
abalancé sobre él. Por completamente nueva expulsada de su
una vez, no había con ambas manos. cerebro. La maldita
predicho mi cortina blanca se
respuesta, no me interpuso entre
tenía bajo su —Déjala marchar — nosotros. Intenté
influencia. Le di un dije, presionándole introducirme de
zarpazo en la cara y con fuerza el cuello. nuevo, pero Clancy
lanzó un gruñido consiguió soltarse y
cuando le clavé las agarrarme por la
uñas en la mejilla. Proyecté la imagen de muñeca.
Clancy diciéndole a Absolutamente todos
Lizzie que se fuera y, los músculos de mi
La conexión fue al instante, Clancy cuerpo quedaron
instantánea y potente. murmuró: paralizados, como si
Por lo visto, parte de estuviesen hechos de
lo que me había dicho —Lizzie… vete. piedra.
era cierto. Necesitaba
querer utilizar mis
facultades. Tenía que Lizzie correteó hacia —Buen intento. —
querer controlaras. Y la puerta y sentí un Clancy me dejó caer
ahora lo quería, y escalofrío. Clancy al suelo como si fuese
mucho. Quería temblaba bajo mis una tabla y me pisó
hacerle añicos el manos, pestañeaba, para acercarse a una
cerebro. pero seguía siendo maceta de material
mío. brillante, capaz de
reflejar su imagen,
Las imágenes que se con la intención de
arremolinaron en las —Y ahora —dije—, examinar el arañazo
oscuras aguas de su ahora dejarás también que yo le había hecho
mente no eran muy que nos marchemos en la mejilla—. Ni he
distintas a lo que nosotros. sangrado.
había visto hasta
entonces. Pero en
lugar de ser brillantes Pero en el mismo Ni siquiera podía
y tener los perfiles momento de mover la mandíbula
nítidos y definidos, pronunciar aquellas para mandarlo al
parecían dibujadas palabras, noté que se infierno.
con una especie de deshacían. Presioné
carboncillo aguado. con más fuerza,
Descentradas, hundiéndole los —Me alegra ver que
borrosas. Las caras, dedos en su carne. mis lecciones te han
infladas y «Todavía no», servido de algo —
distorsionadas, supliqué, «todavía no, gruñó Clancy,
afloraban a la turbia necesito… pasándose una mano
superficie. Su cerebro necesito…». por el pelo para
parecía flácido; tenía peinarlo. Se quedó de
la sensación de poder cara a las estanterías,
darle una forma Y con la misma escondiéndome el
rapidez con que me rostro, pero me di
había infiltrado, me vi
pág. 108
cuenta de que cerraba captar nuestra procedentes del
las manos en un puño, atención. Vi a Clancy exterior no parecían
rozando la tela del encogerse también al humanos; eran más
pantalón. No lo había oír el agudo chillido de bien como de
destrozado, pero sí las sirenas, pero se animales
había conseguido enderezó enseguida. despellejados vivos.
ofuscarlo—. Me gusta Una extraña ansiedad Sonaban a dolor,
ver que mis alumnos le iluminó el rostro y terror, desesperación.
son aplicados, pero eso fue lo que más me El gemido metálico
no confundas unas asustó. que traspasaba los
semanas de práctica muros aumentaba de
con años de intensidad a cada
entrenamiento. —Eso es —dijo—. Por minuto que pasaba.
fin llegan.

Me concentré en «Los conejos


intentar No podía ni cerrar los necesitan dignidad y,
desenmarañar el ojos. El aire me los por encima de todo, la
bloqueo mental que abrasaba, y el aire en voluntad de aceptar
me hubiera impuesto. sí era abrasador. Un su destino».
revelador olor a humo
se filtró por las
Empecé con los ventanas abiertas. Percibí, más que oí,
dedos de los pies, Disparos, más gritos, las pisadas que
imaginando que los más peleas. Me resonaban en el
movía, primero uno, imaginé moviéndome, vestíbulo. No sabía
luego otro… nada. de pie y corriendo cuántos eran. Se
hacia la puerta, hacia movían con
los demás, hacia la inmaculada
Tal vez yo fuera capaz seguridad, pero tan uniformidad. Una
de borrar los solo conseguí explosión de humo y
recuerdos de las pestañear. Pero era calor abrió de repente
personas, pero él algo, al menos. Con la puerta del almacén.
podía convertirlas en eso tenía ya por
piedras vivientes. donde empezar.
Jamás en mi vida me
había sentido tan
El primer grito se —¿Estás bien? —me agradecida como
produjo solo un dijo Clancy cuando se cuando vi la cara que
segundo después de sentó en un taburete a puso Clancy en el
que oyera el ronroneo mi lado. Empezó a momento en que
de los motores. Un marcar un ritmo en el irrumpieron los
viento poco natural suelo con el pie—. No soldados de las FEP.
agitó los árboles del dejaré que te pase La expresión de
exterior. Sus ramas nada. expectación cedió
arañaban los muros paso a la
del edificio, de incomprensión, y
manera insistente, La sangre me rugía en finalmente a la rabia
como empeñadas en los oídos. Los gritos pura y dura. No sé a

pág. 109
quién estaría —Maldita sea… lo conocía muy bien,
esperando Clancy, ¡maldita sea! — ni había visto lo que
pero era evidente que Clancy negaba con la era capaz de hacer…
no a unos soldados de cabeza. Estampó un no sabía de él lo
las Fuerzas puñetazo a la primera suficiente como para
Especiales Psi. estantería que encajar todas las
encontró, pero el ruido pistas que sin querer
de los disparos del había ido dándome.
Ni siquiera tuvo que exterior amortiguó el
tocarlos. impacto—. ¿Dónde
están mis Rojos? En el mundo no
—¡Callad! —dijo ¿Por qué los ha existía ni una sola
Clancy entre dientes, enviado? persona que fuera
moviendo una mano
inmune a sus
hacia ellos—. ¡Salid!
facultades, ni siquiera
Se llevó los doloridos el presidente Gray.
nudillos a la boca y
¡Decidle a vuestro empezó a deambular
superior que no de un lado a otro de la Clancy siguió
habéis encontrado a habitación. Respiraba deambulando como
nadie aquí! de forma una pantera
entrecortada, como si enjaulada. Los
la respiración fuera un músculos de la
Uno de los hombres, reflejo del veloz espalda se le erizaban
con el cuerpo oculto remolino de sus a cada nueva ráfaga
bajo capas de tejido y pensamientos. de disparos. De
blindaje, levantó una repente se detuvo y
mano enguantada levantó la vista hacia
hacia el aparato que Mis Rojos. «Sus», la las ventanas y el
llevaba al oído y dijo expresión dejaba humo que se veía a
con voz monótona: completamente claro través de ellas.
—Edificio vacío. lo que implicaba. El
Proyecto Jamboree,
el programa de su —¿Quién te lo ha
La señal que dio a los padre. dicho, cabrón? —dijo,
otros dos soldados en un tono de voz tan
fue un sencillo gesto bajo que no me quedó
mecánico. Cuando «No», pensé. «No es claro si estaba
abandonaron la de su padre». hablando para sus
estancia, comprendí adentros—. ¿Cuál de
que los que habían ellos ha roto mi
provocado la Empecé a ver los influencia y lo ha
humareda eran ellos. distintos fragmentos averiguado? He sido
uniéndose hasta siempre tan
Que los disparos se formar una imagen cuidadoso. Tan
habían iniciado con completa. Cuando condenadamente
ellos. Clancy me había cuidadoso…
contado lo de aquel
programa, todavía no

pág. 110
Dio media vuelta y grave y desprovista enterado y habrá
empezó a caminar de humor. decidido enviar a los
hacia donde yo me soldados de las FEP
había quedado. Vi en su lugar? En estos
toda la verdad escrita —¿Sabes? A veces momentos yo tendría
en su cara. La misma olvido que mi padre no que estar controlando
mano que sangraba es un imbécil. Incluso a mis Rojos… y
ahora por la piel después de que deberíamos haber
recién levantada era descubriera que emprendido la marcha
la misma que había estaba hacia Nueva York
convencido a su manipulándolo, nunca para derrocarlo…
padre, a sus llegó a atar cabos ni a
asesores, a todos los comprender que el
implicados, para que Proyecto Jamboree Clancy se agachó de
pusieran en marcha el era una invención repente, me tiró de la
Proyecto Jamboree. mía. Me aseguré de camiseta y me obligó
¿Acaso no había que así fuera después a levantarme. Me
mencionado Clancy de escapar… incluso zarandeó, con tanta
que antes de que su de vez en cuando he fuerza que casi me
padre se diera cuenta abandonado East muerdo la lengua,
de que él lo River para pero no dijo ni una
controlaba, se había asegurarme de que mi palabra. Las balas y
asegurado de que el influencia sigue los gritos del exterior
programa funcionara presente. Sincronicé no alteraban ni sus
correctamente y de perfectamente el pétreas facciones ni
que los chicos soplo de la sus pensamientos. El
estuvieran bien localización de East humo empezó a
tratados? River con el fin de su arrastrarse por el
programa de suelo, a
entrenamiento. arremolinarse, a
Era evidente que engullirlo todo a su
podría haber hecho paso. Sin previo
mucho más que eso. Se acercó un puño a aviso, Clancy me soltó
Si era capaz de la cabeza y cuando la camiseta y me
dominar de aquel volvió a hablar, lo hizo deslizó las manos por
modo un campamento con voz quebrada. los hombros en una
tan numeroso como caricia de amante; me
East River, ¿no podría rodeó luego el cuello
haber controlado —Me crie con ellas y comprendí,
también un pequeño idolatrándolo, pero con total seguridad,
ejército de Rojos? cuando vi lo que era que pretendía
en realidad, lo que era besarme, o
capaz de hacerle a su
Clancy debió de leer propio hijo… —Se le
en mis ojos que atragantaron las matarme.
estaba descubriendo palabras—. ¿Quién
la verdad, puesto que ha sido? ¿Quién le ha
soltó una carcajada dado el chivatazo? Más pasos, más leves
¿Cómo se habrá que antes, pero no por

pág. 111
ello menos urgentes. torrente interminable Chubs se vio obligado
Clancy levantó la vista de estallidos y a ahuyentar las que
y la contrariedad se explosiones—. amenazaban con
reflejó en las arrugas ¿Puedes moverte? prenderme los
que se le formaron en vaqueros. Refunfuñó,
la frente. y comprendí que
Estaba tan rígida que estaba haciendo un
solo pude mover la verdadero esfuerzo
No vi lo que sucedió a cabeza de un lado a por avanzar a la vez
continuación, solo las otro. que cargaba con todo
consecuencias. mi peso. Quería
Clancy salió volando decirle que me
hacia las estanterías y Chubs apretó los soltara, que cogiera
se estampó contra dientes y me pasó los las cartas de la
ellas con tanta fuerza brazos por debajo de chaqueta de Liam y
que se oyó un crujido las axilas hasta huyera de aquí.
cuando se golpeó la asegurarse de que me
cabeza contra la tenía bien sujeta.
pared de detrás del «Liam. ¿Dónde está
mueble. El impacto de —Aguanta, vamos a Liam?».
su cuerpo hizo caer al salir de aquí. En
suelo las estanterías cuanto puedas,
cargadas de pasta y muévete.
Entre el remolino de
harina, cenizas adiviné las
desparramándolo siluetas de uniforme
todo por el suelo. Lejos ya de la negro que obligaban a
seguridad de la los niños a abandonar
Oficina, era imposible el campamento. Vi a
La cara de Chubs eludir los ruidos. Mi una niña a la que
apareció al revés corazón volvió a la expulsaban de su
encima de mí. Tenía vida y empezó a cabaña, arrojaban al
los cristales de las aporrearme la caja suelo y arrastraban
gafas rallados, la torácica. luego a la fuerza por el
montura torcida y el pelo. Reconocí a dos
rostro y la camiseta chicos del equipo de
manchados de hollín, Espesas capas de seguridad del
pero por lo demás gases lacrimógenos y campamento que
estaba ileso. humo habían vuelto el levantaban sus armas
ambiente irrespirable. contra los soldados,
Había fuego por todas quienes los eliminaron
—¡Ruby! ¿Puedes partes: en el suelo, mediante una lluvia de
oírme, Ruby? consumiendo los disparos.
Tenemos que salir árboles, devorando
corriendo de aquí. — los tejados de las
¿Por qué su voz cabañas… Y era —¡DETENEOS
sonaba tan tranquila? como si me abrasara DONDE ESTÁIS!
Los disparos rugían también la cara y el
sin cesar en mis pecho. El viento
oídos, como un empujaba las llamas
hacia nosotros y
pág. 112
Me quedé destino, los conejos un frenesí de olas y
completamente sin necesitan dignidad y, remolinos. Me
aire en los pulmones por encima de todo, la costaba mantener la
cuando Chubs me voluntad de aceptar cabeza a flote en
lanzó al suelo para su destino, su destino, aquellas movidas y
enviar a aquel su destino…». gélidas aguas, pero
soldado a lo alto de un conseguí estar alerta
árbol. Cuando me para evitar los focos
rodeó de nuevo con El agua estaba helada que danzaban
los brazos, y me engulló por rastreando la
empezamos a completo. El impacto superficie del lago.
avanzar con mayor fue como un bofetón
rapidez. que
Con un brazo me
apoyaba en los
Y de pronto despertó la totalidad hombros de Chubs,
empezamos a caer, a de mis miembros. En así que me serví de la
rodar colina abajo. una lucha contra el mano que me
Con un graznido de agua, agité los brazos quedaba libre para
sorpresa por parte de y logré emerger a la agarrarme a los
Chubs, rodamos superficie. Me recibió resbaladizos postes
llevándonos a nuestro un cielo nocturno cubiertos de algas del
paso arbustos y teñido de naranja. embarcadero. Chubs
brasas. Sufrí un Tosí con fuerza para siguió mi ejemplo, y
rasguño en el dorso expulsar del cuerpo esperó a que el sonido
de la mano al impactar tanto el agua que de las pisadas de
contra un árbol. Era había tragado, como botas y los disparos
imposible ver hacia el aire envenenado. hubieran
dónde íbamos. El desaparecido para
humo me cegaba. murmurar:
Chubs me localizó de
nuevo. Estaba
El descenso terminó a agarrado con una —Oh, Dios mío.
los pies de la colina, mano a un poste de
cuando se me hundió madera, mientras que
la cara en un terreno con la otra trataba de Lo atraje hacia mí y lo
fangoso. Entre fuertes alcanzarme. «El abracé con todas las
convulsiones, noté embarcadero», fuerzas que mis
que las manos y las pensé, «nuestro blandos músculos me
piernas empezaban a embarcadero». Nadé permitían. No nos
recuperar la como pude hacia él y atrevíamos ni a
sensibilidad. dejé que Chubs me hablar, pero vi que
arrastrara bajo la Chubs movía
«Vamos a morir.
protección que nos afirmativamente la
Vamos a morir.
ofrecía la vieja cabeza. Sabía lo que
Vamos a morir».
madera. Los intentaba decirle,
helicópteros agitaban sabía lo que quería
las aguas del lago preguntarle, pero
«Los conejos
hasta convertirlas en ninguno de los dos
necesitan aceptar su
pág. 113
encontraba las al suelo y los —Deberíamos ir a la
palabras, puesto que espantosos vestigios Oficina —dije—.
habían quedado de la terrible tormenta Entrar. Podemos
ahogadas entre el de fuego. recoger provisiones y
humo y los gritos. luego salir en busca
de Lee.
Estaba tan
Chubs aminoró el
CAPÍTULO entumecida que subir
paso y por vez
VEINTINUEVE al embarcadero me
primera vi que tenía
costó el triple de lo
los ojos enrojecidos.
que me habría
Tenía las piernas costado en
medio congeladas condiciones
—Ruby…
cuando por fin nos normales. Chubs se
armamos del valor derrumbó a mi lado.
necesario para salir No podíamos dejar de
temblar cada vez que —No lo digas —le
de allí. Reinaba el
un golpe de viento advertí, empleando un
silencio desde hacía
azotaba nuestras tono cortante. Era una
un buen rato, desde
prendas mojadas. alternativa
que el sol empezara a
inexistente—. No.
caldear el cielo. Los Reptamos hasta el
helicópteros habían camino, pegándonos
sido los primeros en al suelo hasta que
desaparecer, luego lo estuvimos No quería pensar en
había hecho el sonido completamente Lee. No quería pensar
de los disparos. Entre seguros de que en Zu ni en los demás
los dos, solo se oía éramos los últimos niños que habían
nuestra respiración y que quedábamos por abandonado para
los amedrentados allí. siempre el
susurros para campamento.
preguntarnos qué Teníamos que seguir
habría sido de todos La mayoría de las avanzando. Si ahora
los demás… qué cabañas habían me detenía, sabía que
habría sido de Liam. desaparecido y no jamás sería capaz de
quedaba de ellas más volver a empezar.
—No lo sé —dijo
que madera
Chubs—. Nos
chamuscada y piedra.
separamos. Podría Las habitaciones de la
Algunas se mantenían
estar en cualquier parte delantera
todavía en pie,
lado. estaban vacías. Las
calcinadas y vacías, o
desprovistas de cajas y los barreños
tejado. Las cenizas habían desaparecido.
Ya hacía dos horas nos envolvían como Antes de entrar en el
que me habría copos de nieve, se almacén, obligué a
gustado haber salido nos adherían al pelo y Chubs a ponerse
del agua, pero se nos pegaban a la detrás de mí. También
durante todo aquel ropa húmeda. estaba vacío.
tiempo no habíamos
dejado de oír el sonido —A lo mejor lo han
de árboles que caían capturado —dijo
pág. 114
Chubs, rascándose la —Gracias por haber mente infernal —dijo
cabeza. venido a por mí —dije, con cautela—. Pero
cerrando los ojos. creo que simplemente
le gustaba controlarlo
Hice una mueca. todo. Manipular a la
—Eres una tonta — gente le hacía
—¿Alguna vez hemos sentirse poderoso
dijo Chubs
tenido tanta suerte porque sabe que lejos
cariñosamente. Me
como eso? de este lugar es tan
dio unos golpecitos en
la espalda—. vulnerable como
cualquiera de
Arriba, la zona del No paras de meterte nosotros. Hay gente
dormitorio estaba en problemas. así, ¿sabes? Las
intacta. Antes de mentes más
marcharse, Clancy poderosas suelen
había hecho la cama, Viendo que no me esconderse detrás de
había recogido las movía, noté su mano los rostros más
montañas de papeles en el hombro. improbables.
y cajas e, incluso, Representaba bien el
había quitado el papel de líder, pero no
polvo. Abrí la cortina —¿Ruby? era… no era como
para unir las dos Lee, ni como Jack. No
mitades de la quería ayudar a los
habitación mientras —¿Por qué lo haría? niños porque creyera
Chubs toqueteaba el —susurré. Todo en que todos se
televisor, jugando con aquella habitación me merecían sentirse
el botón de apagado y recordaba a Clancy, fuertes y protegidos.
encendido. desde el olor hasta su Clancy solo pensaba
manía de organizar en él. Jamás habría
los libros por colores salido en defensa de
—Han cortado la en las estanterías—. otra persona, del
electricidad —dijo—. Los arrojó a los mismo modo que…
¿Qué te apuestas a lobos… jamás habría recibido
que también han una bala que fuese
cortado el dirigida a otro.
Chubs se agachó a mi
lado y las rodillas le
agua? crujieron como las de Levanté la cabeza
un viejo. Seguía con la cuando le oí decir eso.
Me dejé caer en la
mano apoyada en mi
silla de Clancy y —Tenía entendido
brazo, pero me di
aplasté la cara contra que Jack había
cuenta de que no
la madera oscura de recibido el disparo
sabía cómo expresar
la mesa. cuando se daba a la
lo que quería decir a
continuación. fuga.

Chubs intentó
quitarme la chaqueta Chubs negó con la
—Dios me libre de
mojada de Liam, pero cabeza.
querer intentar
no se lo permití.
desentrañar esa
pág. 115
Antes te he mentido. —Es un cabrón —dije
Habría corrido. furiosa.
—Jack recibió el
disparo para C. G.
protegerme, y me
Chubs movió la
protegía porque… —
cabeza con
Respiró hondo—.
preocupación.
Porque pensaba que
yo era incapaz de —¡Chubs! —grité,
protegerme a mí haciéndole gestos con
mismo. No me había la mano para que se —Siempre es mejor
dado cuenta hasta acercara. El carillón que nada. Mientras
ahora de las muchas del encendido resultó funcione la conexión,
cosas que Jack me curiosamente dulce. podemos intentar
enseñó. Campanillas. averiguar el modo de
salir de aquí.
Podemos incluso
—Lo siento mucho — —¿Lo ha dejado buscar la nueva
dije. Las lágrimas aquí? —preguntó dirección del padre de
Chubs, tamborileando Jack.
luchaban por asomar
en mis ojos—. Por con los dedos sobre el
todo. escritorio—. ¿Sigue
ahí la tarjeta —Y enviar un
inalámbrica? mensaje a tus padres
—dije, mientras me
—Yo también lo
invadía una frágil
siento —dijo al cabo
Estaba allí, pero oleada de felicidad.
de un buen rato, y no
fue necesario que me Clancy se había
girara para saber que encargado de dejar el
también estaba ordenador —Está bien, me
llorando. completamente limpio gustaría utilizar
de información. Solo estos… catorce
quedaba el icono de minutos para localizar
Internet, ocupando el al padre de Jack
centro de la pantalla.
—dijo—. Incluso igual
* * *
podría llamarle, si es
que este ordenador
—¿Por qué marcará
dispone de micrófono.
El ordenador portátil quince el reloj de la
estaba guardado en el esquina? —preguntó
cajón superior del Chubs, tomando
No se atrevía a llamar
escritorio y tenía una asiento. Me incliné
a sus padres.
nota de color amarillo para ver qué
chillón pegada en la señalaba. La vida útil
tapa. de la batería.
Disponíamos tan solo —En serio —dije—.
de Te llevará dos
segundos enviar el
quince minutos. mensaje. ¿Lo
Ruby, recuerdas? —Lo

pág. 116
suficiente para que dé cabeza para charlar ciegamente entre
resultado —dijo. con unos chicos, hojas y ramas. Me vio.
mientras la luz de la Creía lo que veía y, al
hoguera transformaba mismo tiempo, no
Deambulé por la su pelo en oro puro. quería creerlo.
habitación
—¡Oh, Dios mío!
lánguidamente,
escuchándole teclear, Y cuando abrí los
impregnándome del ojos, ya no solo me lo
Lo abracé con tanta
olor a podrido de la imaginé.
fuerza que a punto
estancia. Los pies me
estuvimos los dos de
guiaron hacia la cama
caer al suelo.
de Clancy, donde me Salí corriendo de la
detuve finalmente; la habitación, ignorando —Gracias —
rabia que sentía hacia los gritos de Chubs. susurraba—, gracias,
él superaba incluso la Bajé a toda velocidad gracias…
ansiedad que me las escaleras,
embargaba. intentando saltar un
montón de ellas a la Y empezó a besarme
vez, crucé volando el la cara, hasta el último
La ventana estaba vestíbulo y salí por centímetro de mi
cubierta de hollín y una puerta que rostro que fue capaz
protestó apenas si se sujetaba de cubrir,
amargamente cuando en su marco. limpiándome las
intenté abrirla. lágrimas y el hollín,
Mereció la pena la entonando mi
pelea por la ráfaga de Estaba en el camino nombre.
aire fresco que entró que conducía a las
cuando por fin lo cabañas, luchando
logré; me incliné hacia por abrirse paso entre * * *
delante y apoyé los el laberinto de árboles
brazos en el alféizar. caídos y edificios
El campamento se chamuscados. Su Liam no era el único
extendía ante mí en magullada cara era la que había conseguido
forma de montañas de imagen del dolor y del huir, pero si el único
cenizas y tierra miedo, mientras que había decidido
chamuscada, pero era avanzaba cojeando regresar.
muy fácil imaginarse entre el caos.
dónde hacía apenas
—¡Lee!
unas horas los niños Revivió los
formaban corrillos, acontecimientos de la
dónde hacían cola noche sentado con
para obtener la La palabra emergió de
mí como una nosotros en la oficina
comida. Cerré los ojos de Clancy, mientras
y oí las risas y la radio, explosión. Soltó la
madera chamuscada comíamos lo poco
saboreé el picante del que quedaba en la
chile y olí el humo de que llevaba en la
mano y saltó como despensa. Chubs
la hoguera. Vi a Liam tenía el ordenador a
abajo, inclinando la pudo por encima de
un árbol para avanzar su lado: comprobaba
pág. 117
cada pocos minutos si mano—. Todos en conocíamos lo
recibía un mensaje de mal estado. Liv y Mike bastante bien a las
sus padres o encontraron un coche FEP como para saber
verificaba una y otra que funcionaba y que podían regresar
vez amontonaron en la para verificar si había
parte trasera a los que quedado algún
habían salido peor superviviente. Los
la dirección que había parados con la idea de chicos se pusieron a
encontrado del padre llevarlos a un hospital, trabajar de inmediato
de Jack. pero… en el armario de
suministros con la
intención de reunir el
La contienda se había —¿Y el resto? — máximo de comida
iniciado de un modo pregunté. que pudiéramos
tan sorprendente, que transportar. Por
—Se dividieron. mucho que yo
los chicos del equipo
de Vigilancia no también intentara ser
habían tenido ni de alguna utilidad, mi
Liam se frotó los ojos atención seguía fija en
tiempo de llegar
e hizo una mueca de la planta de arriba, en
corriendo desde las
dolor. Tenía la zona la mesa de Clancy.
puertas exteriores
aún muy sensible, los
hasta las cabañas
ojos morados.
para defenderlas. Los
que no estaban de Cedí por fin a mi
guardia habían malestar y, mientras
irrumpido en nuestra —¿Y tú por qué no? estaban enzarzados
cabaña para obligarlo —preguntó Chubs—. en una discusión
a salir de allí —«para ¿A quién demonios se sobre las latas de
llevarme a cuestas, le ocurre volver aquí comida, aproveché
más sabiendo que todavía para volver a subir.
específicamente», podía haber un retén Palpé el bolsillo
dijo Liam con de soldados de las interior de la chaqueta
amargura— y juntos FEP? de Liam para
habían huido por uno asegurarme de que
de los senderos las todavía húmedas
secundarios secretos, Liam se limitó a cartas de Jack y de
construidos para ese resoplar. Chubs seguían allí.
fin. Habían seguido
andando hasta la
mañana, sin parar —¿Crees que tenía Al ordenador le
hasta llegar al tramo ganas de ir con ellos quedaban dos
de autopista donde en sabiendo que existía minutos de batería. El
su día nos habían una mínima icono parpadeaba
encontrado. posibilidad de que los alertando de que la
dos siguierais aún batería estaba
aquí? agotándose. La
—Seríamos una pantalla empezó a
veintena como mucho perder intensidad y
—dijo, cogiéndome la No disponíamos de las luces del teclado
tiempo que perder;
pág. 118
se apagaron. Tecleé a mundo que todavía se yo era la Ruby que
la mayor velocidad acordaba de mí. seguía viviendo en
posible para buscar Millwood Drive.
en las Páginas
Blancas el nombre de Descolgó. El corazón
Ruby Ann Daly, me subió a la CAPÍTULO TREINTA
Virginia Beach. garganta y cerré los
puños con fuerza.
Horas más tarde,
La voz de mi madre.
Sin resultados. cuando los tres
«Hola, has contactado volvimos a ponernos
con la casa de Jacob, en marcha, tuve por
Volví a intentarlo, solo Susan y Ruby fin la oportunidad de
con el nombre. Daly…». explicarle todo lo que
Apareció un listado, nos había pasado la
pero era de Salem. noche anterior.
Llevaba casi una No sé por qué razón
década sin vivir allí, rompí a llorar. Tal vez
pero reconocí la porque estaba —Fue una suerte que
dirección de mis agotada. Tal vez Chubs te encontrara
padres nada más porque estaba harta —dijo Liam, moviendo
verla. de lo duro que estaba la cabeza con
siendo todo. Me preocupación—.
sentía dichosa por Conocías a Clancy
Un minuto y quince saber que estaban los mejor que cualquiera
segundos. Busqué en tres juntos, por saber de nosotros, y con
el historial de páginas que mi madre y mi todo y con eso
web visitadas la padre habían decidiste ir a verle.
página que había reconstruido la familia
mencionado Chubs, la y sustituido a una
que te permitía —Creía sinceramente
realizar llamadas, y que podría controlarlo
tecleé el número de Ruby por otra. En los —dije, apoyando la
teléfono. Perdí casi últimos días me había cabeza en la fría
dos segundos en dado cuenta de lo ventanilla—. Soy una
cada tono. importante que era idiota.
cuidar los unos de los
otros y permanecer
Supongo que más unidos. Y ellos —Sí, lo eres —
que hablar con ella, lo cuidaban los unos de coincidió Chubs—.
que quería era oír su los otros. Bien. Pero eres nuestra
voz. Volver con ella se idiota, así que la
Bien.
había vuelto inviable. próxima vez ya
Tenía cosas más puedes ir andándote
importantes de qué con más cuidado. Y
ocuparme. Pero Pero eso no
eso va por los dos.
necesitaba saber que significaba que no
seguía ahí, que había pudiera cerrar los ojos
una persona en el y fingir, aunque fuera
por unos minutos, que
pág. 119
—Lo suscribimos autopista —sugirió —Chubs…
conjuntamente —dijo Liam.
Liam, enlazando su
mano con la mía por —No me vengas con
encima del —¡No! —exclamó Chubs —espetó—. Le
reposabrazos. Chubs—. Desde que debo mucho a Jack.
nos hemos Quiero hacerlo.
incorporado a la 64
Habíamos encontrado solo hemos visto dos
un coche abandonado coches, y si salimos La dirección del padre
en una carretera de la autopista de Jack era un motel
secundaria, a escasos necesitaremos el de la cadena Days
kilómetros al oeste de doble de tiempo para Inn, alejada de las
East River, y lo llegar a Annandale. barriadas de
habíamos cogido De todas formas, viviendas
porque tenía aún un estarán buscando a unifamiliares de
cuarto de depósito de Betty, no este coche. Annandale. Liam
combustible. Pero creía que había sido
aquel coche no tenía reconvertido en un
nada que ver con Liam y yo complejo temporal
Betty. Las piernas intercambiamos una para albergar a los
larguiruchas de mirada. obreros que
Chubs se clavaban en trabajaban en la
el respaldo de mi —Cuéntame otra vez
reconstrucción de
asiento y el coche olía lo que decía el
Washington, D. C.,
a comida china. Pero mensaje de tu madre
pero no hubo manera
funcionaba. En poco —dije.
de comprobar su
rato lo sentiríamos teoría hasta que un
como nuestro. desvencijado autobús
—Decía que hiciese estacionó a nuestro
una reserva en el lado en el
—Allí hay otra —dijo restaurante de mi tía y aparcamiento y
Chubs, señalando que los esperásemos descargó una docena
mediante unos en la cocina —explicó de hombres cubiertos
golpecitos en la Chubs—. La hice de polvo y cargados
ventanilla. Abrí los desde East River, de con chalecos
ojos, estiré el cuello modo que podríamos fluorescentes y
hacia atrás y vi de llegar allí esta misma cascos de obra.
refilón el poste blanco. noche. Mi tía nos dará
Tenía en lo alto incluso de comer.
—Pues entonces te —Habitación ciento
una caja blanca, y
dejamos a ti primero tres —dijo Liam,
sobre ella una
—dijo Liam. inclinándose sobre el
pequeña antena.
volante. Entrecerró
Cámaras, por todas
los ojos para aguzar la
partes.
—No —protestó vista—. El de la
Chubs—. Quiero camiseta roja. Sí, es
entregar la carta de él… Jack se le parecía
—Tal vez deberíamos
Jack. mucho.
abandonar la
pág. 120
Chubs abandonó el —Es para mantener
coche y correteó por tu cerebro en forma —
Era un hombre bajito y
el aparcamiento, dijo—. Una vez lo
robusto, con bigote
mirando hayamos dejado en
canoso y nariz
constantemente a su casa, tenemos que
grande.
lado y lado, pensar cómo localizar
asegurándose de que a Zu y a los demás
no había nadie antes de que lo hagan
Chubs alargó el brazo vigilando la habitación los de las FEP.
entre los asientos 103. Miró por encima
delanteros y me del hombro como
arrancó de la mano la queriendo decir: «Lo —¿Y sí…?
arrugada que os dije».
—Perfecto —dijo
Liam—. Realmente La puerta de la
carta.
perfecto. habitación 103 se
abrió una rendija y
apareció la cara del
—Tranquilo, Turbo — señor Fields, con una
dijo Liam, poniendo Le acaricié el hombro.
expresión cansada y
los seguros del —Sabes que lo recelosa. Chubs sacó
coche—. Ni siquiera echarás de menos. la arrugada carta y se
hemos comprobado la entregó. Me habría
que no estén gustado que Chubs se
vigilándolo.
—Es de locos, hubiera colocado en
¿verdad? —dijo—. otro ángulo para
¿Qué voy a hacer sin intentar discernir qué
—Llevamos casi una que Chubs me diga lo decía el padre de
hora aquí… ¿ves peligroso que es abrir Jack. Vi, de todos
acaso a alguien? Los una lata de comida de modos, que el hombre
otros coches manera incorrecta? se ponía
estacionados en el repentinamente
aparcamiento están colorado, de un color
vacíos. Hemos tan subido que
Liam esperó a que
tratado de pasar igualaba casi el tono
Chubs hubiera
desapercibidos, como de su camiseta. Gritó,
levantado la mano y
tú querías, y ha lo bastante fuerte
llamado a la puerta
funcionado. como para que el
antes de
desabrocharse el ocupante de la
cinturón de seguridad habitación contigua
Decidió abrir para inclinarse hacia abriera la cortina para
manualmente la mí y darme un besito. ver qué pasaba.
puerta. Liam lo miró
un instante, y acabó
cediendo. —De —Mal asunto —dijo
—¿Y eso a qué
acuerdo, pero ve con
viene? —dije, riendo. Liam, abriendo la
cuidado, ¿me lo puerta—. Sabía que
prometes? tendría que haber

pág. 121
ensayado antes rodillas al lado de en el gatillo y el rostro
conmigo. Chubs. impasible. El hombre
levantó las manos, en
una de las cuales
El hombre le cerró la Tenía los ojos sostenía un teléfono.
puerta a Chubs en las abiertos, me miraba,
narices y, acto pestañeaba. Estaba
seguido, la abrió por vivo. —Solo estoy
completo. Vi un llamando a urgencias,
destello plateado, vi tranquilo; pediremos
que Chubs levantaba Estaba intentando una ambulancia.
las manos y daba un decirme algo, pero los
paso hacia atrás. gritos procedentes de
la habitación 103 me —No le dejes llamar
El disparo rasgó el
impedían oírlo. —dijo Chubs, con la
silencio del
respiración
crepúsculo y cuando
entrecortada—. No
grité, Chubs estaba ya
en el suelo. —¡Jodidos dejes que se me
monstruos! ¡Largaos lleven. Necesito
de aquí, malditos volver a casa.
monstruos!
Liam miró hacia atrás
por encima del
* * *
hombro.
Justo debajo del
hombro derecho de
Corrimos hacia él, Chubs apareció una
—Cógelo por las
gritando. Los mancha roja que
piernas, Ruby.
residentes del empezó a extenderse
complejo habían por la camiseta en —No lo muevas —dijo
salido ya a ver qué forma de centenares el hombre desde la
pasaba; eran de luminosos dedos. 104—. ¡No podéis
hombres en su Me sentía incapaz de moverlo!
mayoría, algunas
mujeres. Sus caras
eran como hacer nada. Aquello El padre de Jack
monstruosos no parecía real. Liam reapareció detrás de
borrones. había cogido la pistola nosotros, pero el
del hombre y hombre del teléfono lo
apuntaba hacia las empujó de nuevo
El padre de Jack nos habitaciones 104 y hacia su habitación y
apuntó 105. Aquello no era cerró la puerta.
temblorosamente, real.
pero Liam lo empujó
—Tranquilo —dijo
de nuevo hacia la —Cógelo —dijo Liam,
alguien a nuestras
habitación y cerró la guardando el arma en
espaldas.
puerta con llave con la cintura de los
un simple gesto. Me vaqueros.
deslicé en el asfalto
hasta quedar de Liam se giró en
redondo, con el dedo
pág. 122
Pasé los brazos por pecho no debe —Dios —dije—, Dios
debajo de los de hacerse, dificulta la mío, no cierres los
Chubs y lo arrastré respiración… ojos… háblame.
igual que él me había Sigue hablándome,
arrastrado a mí el otro ¡dime qué tengo que
día. Uno de los No fue su balbuceo lo hacer!
hombres dio un paso que encendió la
al frente… tal vez para alarma en mi corazón,
detenernos, tal vez sino el interminable Las ruedas del coche
para ayudarnos. torrente de sangre rechinaron al
que manaba de entre abandonar el
sus manos. Chubs aparcamiento. Liam
—¡No lo toques! — estaba temblando, pisó el acelerador con
grité. pero no lloraba. todas sus fuerzas y
aporreó el volante.
—No dejéis que se me
lleven… —¡Mierda, mierda,
Los hombres
mierda!
retrocedieron, aunque
solo un poco. Chubs
Me monté en el
se llevó la mano a la
asiento trasero y tiré —Llevadme a mi casa
herida, con los ojos
de Chubs. Su sangre —suplicó Chubs—.
abiertos de par en par
caliente me Ruby, haz que me
y sin parpadear. Liam
empapaba ya la parte lleve a casa.
lo cogió por las
delantera de la
piernas y juntos
camiseta.
cargamos con él. Los
hombres gritaban, —Allá es donde
diciéndonos que la vamos… te pondrás
ambulancia llegaría —Mantén… la presión bien —le dije,
en cualquier sobre la herida —me inclinándome sobre él
momento. La dijo Chubs—. Más para que pudiera
ambulancia… y los de fuerte… Ruby, más verme los ojos.
las FEP. Los soldados fuerte. Intentaré…
no harían nada para retenerla con…
salvarlo, ni mucho —Mi padre…
menos. Les —No… Lee, ¡hospital!
encantaría ver muerto Sus facultades,
a otro chico monstruo. imaginé. Me dio la
impresión de que la
hemorragia Yo ya ni formaba
aminoraba, ¿pero frases, tampoco
—No dejéis que se me Chubs. Emitía ahora
lleven —dijo cuánto tiempo podría
aguantar? Uní mis un sonido como si
esforzadamente estuviese
Chubs—. Mantén mis manos a las suyas,
piernas por debajo de pero temblaba tanto
la altura del pecho, que pensé que tal vez
estaba haciéndole chasqueando la
Lee, no las levantes lengua.
más mal que bien.
tanto, cuando hay
heridas en la zona del

pág. 123
Cuando llegaron las camino. Que se La caligrafía era
visiones, lo hicieron muriera allí mismo, en pequeña y compacta.
bañadas con el mismo mi regazo. Después Las letras estaban
rojo luminoso de su de todo lo que envueltas por un halo
sangre. Un hombre habíamos pasado. fantasmagórico como
sentado en un consecuencia del
voluminoso sillón, interminable rato que
leyendo. Una mujer Liam dio un volantazo habíamos pasado
muy guapa al otro tan brusco que tuve sumergidos en el
lado de una mesa de que agarrarme con lago, y algunas de
la cocina. Una labor fuerza al asiento, y ellas incluso habían
de punto de cruz, una agarrar también a desaparecido por
señal que indicaba el Chubs, para no salir completo.
departamento de ambos proyectados
Urgencias. Los hacia delante. Me
extremos oscuros de mordí la lengua para
las visiones no volver a gritar.
empezaban a rizarse. Querido papá:
Alguien había sacado
un cuchillo para —Síguele hablando
clavármelo en el Cuando aquella
—dijo Liam—.
cerebro. mañana me enviaste
Chubs… ¡Charles!
al colegio, creía que
me querías. Pero
—Alexandria está a ahora entiendo lo que
No sé cuándo ni
media hora de aquí — eres. Me llamaste
dónde había perdido
gritó Liam, mirando monstruo y bicho raro.
las gafas. Tenía los
por encima del Pero fuiste tú quien
ojos sanguinolentos y
hombro—. ¡No pienso me crió.
me miraba fijamente.
llevarte hasta allí! Intenté mantener la
mirada el máximo
tiempo posible, pero vi
—Hospital Fairfax — entonces que —Dile que lea… —
suspiró Chubs—. Mi intentaba darme algo. Chubs se pasó la
padre… diles que Chubs levantó la lengua por los labios.
localicen a mi padre mano de su Tuve que agacharme
por el busca… ensangrentada para poder oír su
camiseta. voz—. Dile a Lee que
—¿Dónde está? —
preguntó Liam. lea mi carta. Lo que
escribí… era para él.
Era la carta de Jack.
—Charles —dije.
Los bordes estaban
Me miró, pero yo
empapados de sangre
tampoco tenía ni idea.
húmeda y pegajosa,
Se me pasó por la —Prométemelo…
pero estaba abierta. A
cabeza la posibilidad
la espera de ser leída.
de que tardáramos
tanto en llegar que Tenía algo atorado en
Chubs acabara la garganta que le
desangrándose por el impedía hablar.
pág. 124
Asentí. Asomó entre No cerré los ojos desaparecer mi
nuestras manos hasta que oí el mundo. Lo que una
unidas un borbotón de portazo. Chubs parte de mí había
sangre y la estaba tan quieto y tan sabido todo aquel
hemorragia aumentó pálido, que por mucho tiempo.
de nuevo su que lo zarandeara o
intensidad. gritara me parecía
imposible poder ¿Qué era aquello que
sacarlo de aquel solía decirnos la
—¿Dónde está? — estado. Tenía las señorita Finch? ¿Que
gritó Liam—. ¿Dónde manos empapadas en las segundas
está el hospital, sangre, cuyo rojo oportunidades no
Chubs? Tienes que… intenso contrastaba existían, que nadie
¡tienes que decirme con el cielo regresaba a la vida?
dónde está! encapotado, y pensé Que cuando alguien
en lo que había dicho se marchaba, se iba
la noche que Zu se para siempre. Que las
El coche empezó a había marchado. «Se flores muertas no
temblar, luego a acabó. Se ha acabado florecían, que no
gruñir, parecía más un todo». crecían. Por lo tanto,
animal que una cuando Chubs
máquina. Liam se muriera, ya no
metió sin querer en un Y así era. Eso era volvería a sonreír, ya
bache que lanzó por precisamente lo que no volvería a
los aires el capó y una me transmitía aquella pronunciar sus
nube de humo gris sensación artificial de habituales
azulado empezó a calma que se había divagaciones, ya no
salir del motor. apoderado de mí. haría pucheros, ya no
Avanzamos cinco, Llevaba todo aquel reiría… que Chubs
diez metros más, y el tiempo luchando. muriese era
coche se detuvo por Había estado inimaginable.
completo. luchando desde el
momento en que
había dejado atrás Hurgué en el interior
Levanté la vista y me Thurmond, luchando del bolsillo de la
encontré con la contra las limitaciones chaqueta de Liam y
mirada de Liam. que todo el mundo pulsé el botón del
había querido pánico.
imponerme, Transcurrieron veinte
—Puedo repararlo — pataleando y dando segundos, cada uno
juró Liam, con voz zarpazos contra lo más largo que el
quebrada—. Puedo inevitable. Pero anterior. El botón
repararlo… tú… tú… estaba cansada. Muy emitió una pequeña
sigue hablándole, cansada. Me vibración, una señal
¿entendido? Lo resultaba imposible de recepción de mi
repararé. Podré negar lo que una parte llamada y lo solté.
hacerlo. de mí sabía desde el
instante en que los
soldados de las FEP
habían hecho
pág. 125
En el exterior, Liam más fuerza a Chubs.
aporreaba metal Oí pisadas en el
Había cometido un
contra metal, más asfalto; pero solo olía
error. Aquello era un
enojado y más a humo y a sangre. Y
error. No tendría que
impotente a cada lo único que
haberlos llamado. Me
segundo que pasaba. escuchaba era el
envolvía un sonido
Me habría gustado latido de mi corazón.
terrible, y no fue hasta
llamarlo para que
que vi a Liam, hasta
volviera con nosotros,
que tiró de mí
para que estuviera al Y entonces fue
cogiéndome por los
lado de Chubs, cuando se abrió la
hombros, cuando me
porque estaba segura puerta trasera del lado
di cuenta de que
de que todo había opuesto al que
llevaba todo aquel
acabado. Estaba ocupaba yo y
rato gritando.
segura de que Chubs apareció el rostro de
acabaría muriendo en Cate.
mis brazos, menos de
veinticuatro horas Y entonces fue Tres vehículos
después de haberme cuando rompí a llorar, rodeaban nuestro
salvado la vida. Y no a llorar de verdad. inútil y humeante
podía hacer nada por trasto. Tres
él, excepto tenerlo en todoterrenos.
mis brazos. —Oh, Ruby —dijo,
angustiada—. Ruby.
—Si lo ayudáis,
—Ayúdale, por favor
—No te mueras — iremos con vosotros
—sollocé—. ¡Por
susurré—. No puedes —oí que Liam le decía
favor!
morirte. Tienes que a Cate—. Iremos con
estudiar cálculo, ver vosotros. Haremos
partidos de fútbol, todo lo que queráis.
Aparecieron dos
acudir al baile de final pares de manos
de curso y dispuestas a sacarme
matricularte en la —¡No! —grité—. ¡No!
del coche. Yo seguía
universidad, y no abrazando a Chubs y
puedes morir, de me resultaba
ninguna manera. No Liam me sujetaba,
imposible moverme.
puedes… no pero me di cuenta de
Había muchísima
puedes… que le temblaban los
sangre. Pataleé y di
brazos. Cargaron la
cabezazos contra
figura inmóvil de
quien quiera que
Me distancié por Chubs en la parte
estuviera intentando
completo de la trasera de uno de los
separarnos.
realidad. El todoterrenos y en
entumecimiento se cuanto cerraron la
apoderó de mi cuerpo. puerta, el coche
—Ruby, cariño —dijo
Apenas era arrancó y se incorporó
Cate, sentada de
consciente de los a la autopista. Notaba
repente a mi lado—.
gritos de Liam fuera aún el calor de la
Ruby, ahora tienes
del coche. Abracé con sangre de Chubs en
que soltarlo.
mi piel, enfriándose a
pág. 126
cada segundo que Y luego llegó la superficies brillantes.
pasaba, y la oscuridad de verdad. Una cajonera blanca,
sensación me un papel pintado de
provocó un fuerte color morado claro, un
estremecimiento. CAPÍTULO TREINTA despertador que
Y UNO parpadeaba, un
espejo en la pared de
Fue el agua fría, más
—Por favor —dijo enfrente y nuestra
que la suave voz de la imagen reflejada en
Liam, con voz
mujer, lo que me él.
quebrada—. Intenta
despertó.
calmarte. Tienes que
tranquilizarte. Estoy
contigo. Estoy aquí. —¿Es real? —musité.
—Estás bien —estaba
diciéndome—. Ruby.
Te pondrás bien.
Noté un pinchazo en Cate se sentó en la
la nuca; una cama, igual que
sensación que hiciera en Thurmond,
desapareció en un No sé a quién solo que ahora no
instante, más veloz pretendía engañar sonreía. Detrás de
que una inspiración con sus dulces ella vi a Martin
para coger aire. Los tonterías, pero por apoyado en la pared,
músculos se me supuesto, a mí no. El vestido con pantalón
relajaron al instante. olor a romero volvía a de camuflaje y botas.
Noté que caminaba estar allí y me Su aspecto era muy
arrastrándome, con inundaba con un distinto a lo que yo
las piernas recuerdo que parecía recordaba. No lo
entumecidas, y que la a la vez había reconocido de
imagen de un viejo y novedoso. entrada. La redondez
todoterreno blanco se ¿Qué recuerdo sería? de su cara había
iba desenfocando. desaparecido y tenía
«¿Lee?», quise decir, los ojos más
pero me pesaba la Cuando noté la hundidos. Alguien
lengua. Alguien me presión de su mano había sido lo bastante
cubrió la cara con una sobre la mía, me imbécil como para
capucha oscura, y obligué a abrir los ojos darle un arma.
noté que me y pestañeé,
levantaban… que deslumbrada por la
volaba por los aires, luz del sol. El rostro de —Estamos en un piso
que alguien me Cate flotaba confuso, franco, en las afueras
levantaba igual que lo enfocándose y de Maryland —dijo
hacía mi padre desenfocándose de Cate.
cuando era pequeña. nuevo. Se levantó y
Cuando creía que de —¿Lee?
corrió los visillos. La
mayor sería capaz de situación mejoró, pero
volar. seguía costándome
—Está aquí, sano y
fijar la vista en los
salvo también.
objetos. La luz se
reflejaba en las
pág. 127
«No está a salvo», último Control de que tenía manchas de
pensé, «contigo no Calma, no le servirás sangre en la
puede estar a salvo». de mucho a Liam camiseta. Oscura.
cuando lo cojan y lo Seca.
maten por culpa de tu
El recuerdo volvió
Algo en las entrañas insubordinación.
dolorosamente a mí.
me empujaba a
levantarme y salir
corriendo; era Me aparté
—Chubs… ¿qué le ha
instintivo. El sobresaltada.
pasado a Chubs?
agotamiento y el
—No lo harían…
dolor, sin embargo,
habían anulado todas
las demás Cate bajó la vista y me
sensaciones. Pero por su mirada encogí interiormente
Examiné con detalle adiviné que hablaba de miedo.
la habitación: dos en serio. Lo harían. Lo
ventanas, la única habían arriesgado
salida a excepción de todo para sacarme de —Francamente —
la puerta. Podría Thurmond. Se habían dijo—. No lo sé
romper el cristal. enfrentado con los seguro. No hemos
Podría anular a Cate rastreadores para podido ponernos en
con un simple toque recuperarme. Cuando contacto con los
en su cerebro, buscar me había infiltrado en agentes que se lo
a Liam y fugarnos sin el cerebro de Rob, llevaron, pero sé que
que nadie se diera había visto que a llegaron al hospital. —
cuenta de ello. Podría pesar de la misión que Cate intentó cogerme
funcionar. decían tener, no se las manos, pero no se
andaban con lo permití. El
chiquitas si se veían estómago me dio un
obligados a cargarse vuelco solo de
—Ni lo intentes —dijo
a unos cuantos chicos pensarlo—. Está a
Cate, siguiendo la
para capturar a los salvo. Se asegurarán
dirección de mi
que en realidad les de que esté bien
mirada. Extrajo un
interesaban. cuidado.
pequeño objeto
plateado del bolsillo
trasero de su pantalón
vaquero y me lo —¿Cómo puedes —Eso no lo sabes —
mostró. El lado rugoso siquiera pensar en dije—.Tú misma
del altavoz miraba eso? —dijo Martin acabas de decirlo.
hacia arriba—. entre dientes—.
¿Sabes el tiempo que —Pero lo creo —
Aunque pudieras replicó Cate.
anularme, todos y ha perdido
cada uno de los buscándote?
agentes apostados en Estaba pensando en
la planta baja llevan decirle que lo que ella
encima uno igual que Cate le indicó con un
gesto que cerrara la pensara me traía sin
este. A juzgar por cuidado, cuando dijo:
cómo te afectó el boca. Cuando volvió a
inclinarse sobre mí, vi
pág. 128
—He pasado este los gritos de los cuando cambió de
último mes instructores… Me posición para salir del
buscándote. He agarré a sus ascensor me fijé en
seguido en esta zona, recuerdos más que le temblaban las
confiando en que potentes y dejé que se manos.
acabaras abriesen ante mí.
apareciendo, pero Pretendía echarle un
¿dónde te habías vistazo a nuestro Yo vestía un uniforme
metido, Ruby? futuro. de FedEx; me veía a
¿Dónde fuiste? través de los ojos de
Parecía como si… Martin, reflejada en
como si… La memoria de Martin las puertas plateadas
burbujeaba como del ascensor justo
alquitrán caliente e iba antes de que se
—He estado en East tomando poco a poco abrieran.
River —dije. forma hasta que me
situé justo donde él
Cate inspiró hondo.
estaba. El paquete Estábamos en un
De modo que la Liga
que sujetaba entre edificio de oficinas. En
se había enterado de
sus manos estaba el exterior estaba
lo sucedido.
ahora entre las mías. oscuro, pero
Pesaba tanto que quedaban todavía
sentía incluso un hombres y mujeres
—Oh, estupendo — fuerte hormigueo en trabajando, aislados
observó Martin, los dedos. Tenía la en sus cubículos, con
separándose por fin mirada, sin embargo, los ojos pegados a las
de la pared. Se pasó concentrada en la pantallas. No me paré
la correa del rifle por el numeración en ningún momento, y
hombro y avanzó ascendente de la tampoco lo hizo la
hacia mí—. ¿Con el pantalla del ascensor: chica que seguía a mi
culo sentado y sin 11, 12, 13… La lado. La chica tenía la
pegar brote durante campanilla sonaba cara sudorosa, hasta
semanas? Imagínate cada vez que el tal punto que el
tú. Yo sí que he ascensor superaba un maquillaje empezaba
estado aportando piso más, hasta que a corrérsele y noté
algo. Yo sí que he llegó al 17. una punzada de rabia
formado parte de algo
al darme cuenta de
importante.
ello.
Miré con disimulo a la
chica que tenía al
Me dio la sensación lado, vestida con traje El despacho más
de que pretendía chaqueta y tan grande estaba en la
tocarme la pierna, maquillada que su parte posterior del
pero lo agarré por la rostro joven parecía edificio, en una
muñeca antes de que mucho mayor de lo esquina, y ese era mi
pudiera hacerlo. que en realidad era. destino. La chica
Quería ver por mí Sujetaba el bolso suspiró y la dejé junto
misma todo aquello pegado al cuerpo, a la fuente de agua.
por lo que había como un escudo, y Estaba allí
pasado: la formación,
pág. 129
simplemente a modo No cometió ninguna produjo una lluvia de
de apoyo, puesto que estupidez hasta que cristales y hormigón y
la misión era mía. estuvimos fuera. Bajé la chica desapareció
corriendo las bajo el peso de los
escaleras del exterior escombros.
La puerta del para alcanzar lo antes
despacho estaba posible el furgón de
cerrada, pero detrás FedEx que estaba La mano de Martin
del cristal esmerilado esperándonos, con un seguía a mi lado y
se perfilaba una hombre de pelo había dejado de
forma. Todavía está. oscuro ocupando el moverse. «Esto es lo
Y también, por suerte, asiento del conductor. que significa ser uno
su secretaria. Se Cuando llegué a la de ellos», pensé.
quedó confusa al ver puerta, caí en la «Nos convierten en
el paquete, pero bastó cuenta de que la chica eso». Me había
con un simple roce en no me seguía. Se infiltrado en su
el dorso de su mano. había quedado cerebro para
La mirada de la paralizada en lo alto confirmar mis
secretaria se tornó de la escalinata, con sospechas y estaba
vidriosa, descentrada, los ojos abiertos de sorprendida de lo fácil
y comprendí que ya par en par y la cara que me había
era mía. La mujer, de pálida como el resultado. Semanas
mediana edad, se mármol del suelo. atrás, cuando
levantó de la silla y se habíamos salido de
dirigió a la puerta del Thurmond, no habría
despacho. Dejé el Había echado a correr sido capaz de superar
paquete en su mesa. hacia el interior del sus defensas. Pero
edificio para advertir ahora me había
sobre la presencia del bastado con un simple
Libre por fin de aquel explosivo, para roce para entrar en su
peso, desanduve lo avisarlos. Débil. La cerebro. Un simple
andado entre el palabra me explotó en roce.
laberinto de cubículos la cabeza, tan nítida
Clancy me había
y llamé como si me la
enseñado muy bien.
hubieran taladrado
allí. Deserta y morirás.
la atención a la chica Traiciona a la Liga y
morirás. Miré de nuevo a
que continuaba junto
Martin, sintiendo una
a la fuente de agua.
extraña sensación de
Moví la cabeza en
lástima por él. No por
dirección a los Cogí la pistola que
lo que yo estaba a
ascensores y la chica guardaba debajo del
punto de hacer, ni por
me siguió, desviando asiento y me asomé
cómo pensaba
alternativamente la por la ventanilla
utilizarlo, sino porque
mirada de la zona de abierta del furgón.
Martin creía saber lo
los ascensores al Pero nunca llegué a
que significaba tener
suelo, mordiéndose el disparar. Arriba, en el
poder y controlar la
labio. piso diecisiete del
situación. Creía
edificio, una explosión
sinceramente que era
pág. 130
todavía más fuerte hecho más. Estaba tiempo juntas a partir
que yo. empezando a de ahora.
elaborar un plan que
casi me horrorizaba
Acerqué un dedo al reconocer como mío. El cabello rubio claro
dorso de su mano, le cayó sobre los
solo uno. hombros cuando
—No… —masculló—. inclinó la cabeza, pero
No… Cate no lo negó.
—¿Cómo te llamas? Estábamos atrapados
—Entonces, tal vez
—le pregunté. aquí. Cate había
deberías irte —dije
aceptado el trato de
con voz fría.
Liam.
La reacción que
obtuve era impagable.
Ni siquiera tuve que
En sus mejillas había —Supongo que en
implantarle la imagen
desaparecido todo realidad nunca tuve
para que lo hiciera.
rastro de color y los otra alternativa —
Abandonó la
labios le temblaron, proseguí—. Sabías
habitación y cerró la
cuando intentó que al final
puerta a sus
articular la palabra, conseguirías
espaldas, huyendo
cuando intentó atraerme de nuevo.
del espantoso
reclamar un recuerdo
monstruo.
que ya no estaba allí.
—Eres un activo muy
valioso para la
Cate se quedó
—¿De dónde eres? resistencia. —Cate
mirando la puerta, con
levantó la mano y la
una expresión ilegible
dejó caer antes de
en el rostro.
Ahora vi pánico; los que llegara a tocarme
ojos se le salieron de —Impresionante. la cara. Una mujer
las órbitas. Pero mi muy inteligente. Sabía
trabajo no había lo que yo era capaz de
terminado todavía. —He pensado que un hacer—. Confiaba en
cambio de actitud le que acabaras dándote
—¿Sabes dónde cuenta de ello.
iría bien —dije.
estás?
Mantuve un tono de
voz frío e inalterable,
como imaginé que le —¿Y Lee?
Me sentí casi culpable gustaría a ella. Había
—casi— cuando vi la visto ya suficiente
humedad que se le como para saber el —Es un riesgo para la
empezaba a formar tipo de perversidad seguridad ahora que
en sus ojos. Pero que exigían y ha visto este piso
recordé también lo necesitaba que franco y a los agentes
impotente que me desearan mis que tenemos aquí.
había hecho sentir, el servicios—. Ya que Está más seguro con
miedo que me había por lo que parece nosotros, Ruby. El
inspirado, y me pasaremos mucho presidente lo quiere
arrepentí de no haber
pág. 131
muerto. Estoy segura facultades, o hacer podía ofrecerles y él,
de que acabará experimentos por lo visto, les había
comprendiéndolo. conmigo, os impongo demostrado ya lo
una condición. Tenéis valioso que podía
que dejar en libertad a llegar a ser un
Retorcí las manos Lee. Naranja. Aunque
sobre las sábanas de estos no eran los
color claro. Un arma. términos del trato que
Liam es un arma. —Ruby —empezó a a Cate le habría
Liam, que era incapaz decir Cate, negando gustado elegir.
de perder los nervios con la cabeza—. Es
—De acuerdo —dijo
sin sentirse culpable. demasiado peligroso
por fin—. De acuerdo.
Había luchado con para todos los
Puede marcharse.
todas sus fuerzas implicados.
para huir de esta
violencia, y yo… yo lo
—¿Cómo sabré que
había conducido —Es un Azul. No lo
mantienes tu
directamente a ella. necesitáis. Ni siquiera
promesa? —le
Le habían echado las será nunca un
pregunté.
manos encima y combatiente, y mucho
había salido de la menos del tipo que
experiencia vosotros queréis.
convertido en la Cate se levantó y
criatura oscura que «Y si se queda aquí, lo hundió la mano en el
siempre había mataréis». bolsillo. El dispositivo
intentado no ser. plateado de Control
de Calma, lo único
«Mataréis todo lo que que podía
hay de bueno en él». mantenerme alejada
Respiré hondo,
de su cabeza, estaba
aunque solo para mis
todavía caliente
adentros.
—Ahora sé hacer cuando lo depositó en
Exteriormente estaba
muchas cosas —le mi mano. Cerré la
tan en calma como las
expliqué—, pero no mano en torno a la
aguas del lago de
veréis nada de nada suya.
East River. De
repente, la pieza que hasta que no lo dejéis
me faltaba encajó en libre. Hasta que me
su lugar y supe cuál jures que nunca —Que Dios me ayude
era mi plan. jamás lo perseguirás. —dije muy despacio y
con claridad cuando
Cate levantó la vista
Cate se quedó para mirarme—. Si no
—De acuerdo —
mirándome un cumples tu palabra, te
dije—. Me quedaré y
momento, mientras se haré pedazos. Y no
no me opondré a
tapaba la boca con me detendré, jamás,
vosotros ni os
una mano. Su hasta que haya
manipularé. Pero si
indecisión era destruido tu vida y la
queréis que haga lo
patente. Acababa de vida de todos los
que decís… si queréis
utilizar a Martin para miembros de tu
aprovecharos de mis
demostrarle lo que organización, hasta el
pág. 132
último. Créeme, tal medida que fui la cabeza y a taparse
vez tú no cumplas aproximándome vi los ojos con la mano.
siempre tus que tenía los ojos fijos
promesas, pero yo sí. en un papel arrugado
que tenía en la mano. Hurgué en el interior
del bolsillo de su
Asintió una sola vez, y chaqueta, donde
me pareció ver algo La cama se hundió había guardado la
muy similar al orgullo cuando gateé por ella carta de Chubs hacía
en su mirada. hasta conseguir ya un montón de días.
enlazarlo por la Liam se quedó
cintura. Acerqué la mirándome y se dejó
—Comprendido —dijo mejilla a la suya y dejé caer a mi lado.
Cate, y aquí terminó la vagar las manos por
conversación. su cuerpo hasta
localizar el regular —Me dijo que no la
latido de su corazón. había escrito para sus
* * * Cerró los ojos y se padres —dije—. Que
echó hacia atrás. la había escrito para ti.

—¿Qué miras? —le Que quería que tú la


Tenían a Liam pregunté en un leyeras.
encerrado en un susurro.
dormitorio al otro lado —No quiero.
del recibidor, una Sin decir nada, me
habitación pintada de pasó el papel y me
azul claro. Ese azul senté a su lado. Era la —Sí, hazlo. Porque
que solo se ve en el carta de Jack Field. cuando salgas de
cielo justo antes del aquí, querrás tener
amanecer. Tal vez algo que decir cuando
fuera en su día una —Tenías razón —dijo vuelvas
habitación infantil. En Liam al cabo de un
rato—. Tenías toda la a verle.
el techo había unas
nubes pintadas y el razón. Deberíamos
escaso mobiliario haberla leído. De
parecía haberlo sabido no nos —Ruby. —Su voz
excesivamente habríamos tomado sonó enfadada. Me
pequeño para una tantas molestias. soltó y se levantó—.
persona adulta. ¿De verdad crees que
si sale de esta van a
Fue su tono de voz, dejar que volvamos a
tan mortecino, tan verlo? ¿Crees que
Liam estaba sentado
plano, tan cargado de van a permitir que
en una cama
dolor, lo que me hizo volvamos a estar
minúscula, de
arrugar la carta y todos juntos? Esta
espaldas a la entrada.
arrojarla bien lejos. gente no funciona así.
Al principio, cuando
Liam se limitó a hacer Controlarán todos
cerré la puerta, creí
un gesto negativo con nuestros
que estaba mirando
movimientos, desde lo
por la ventana. Pero a
pág. 133
que vemos hasta lo —No lo entiendo… — De repente, me sentía
que comemos. dije, pasándole el mucho más vieja de la
Créeme, sería una papel a Liam. edad que tenía. No
grandísima suerte como una mujer de
incluso que dieciséis años, ni
llegáramos a No podía ser. ¿Y si como una de sesenta,
averiguar si sigue con había perdido la carta ni siquiera como una
vida, eso en el caso original, o la llevaba centenaria, sino como
de que decidiesen Chubs encima? si tuviese mil años.
traerlo aquí para Cuando levanté la Más vieja, pero no por
entrenarlo. vista, Liam estaba ello más frágil y
llorando. Con una quebradiza. Me sentía
mano estrujó la carta como uno de esos
Liam empezó a hasta destruirla, viejos robles que
recorrer la habitación mientras con la otra se crecen en la autopista
de un lado a otro, una apretaba con fuerza que domina el valle de
vez, dos, tres veces, y los ojos. Y entonces Shenandoah, con
cuando me armé del caí en la cuenta de raíces profundas y
valor suficiente para que conocía la tronco fuerte.
abrir por fin la carta de respuesta.
Chubs, me dio la
sensación de que «Tiene que ir», pensé,
había transcurrido Chubs no había «tiene que volver a
una hora. escrito nada porque casa».
no había creído
necesario hacerlo.
La habitación se Pensaba que iba a Pasé mucho rato
quedó mucho rato en poder contarles simplemente
silencio. personalmente a sus abrazándolo.
padres todo lo que Deseaba memorizar
hubiera querido esos característicos
—¿Qué? —preguntó explicarles. Creía que rizos de las puntas de
finalmente Liam, con iba a volver a casa. su cabello, la cicatriz
una voz impregnada en la comisura de la
de miedo—. ¿Qué boca. Jamás en mi
pone en la carta? Liam se sentó de vida había sentido con
nuevo en la cama y vi tanta intensidad el
que le flojeaban las aguijonazo del paso
Estaba en blanco. En rodillas. Apoyó la del tiempo. ¿Por qué a
el papel no había cabeza en veces parecía como si
nada escrito con la se congelase,
excepción de los mientras que en otras
nombres de los mi hombro y lo avanzaba a una
padres de Chubs y su abracé. «Creía en ti», velocidad de vértigo?
dirección, y me habría gustado
absolutamente nada decirle. «Siempre
más. Ni una mísera creyó en ti». —Lo más loco de la
gota de tinta. situación, es que tenía
un montón de planes

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—musitó Liam—. pecho—. ¿Y qué me
Todo lo que íbamos a cuentas de ti?
Liam tosió para
hacer. Todos los
aclararse la garganta
lugares a los que
antes de continuar y
pensaba llevarte. —¿De mí? —dijo
se volvió para
Deseaba de verdad Liam, retirándome un
quedarse de cara a
que conocieses a mechón de pelo
mí.
Harry. —La ventana detrás de la oreja—.
vibraba con la luz del Yo estoy en
atardecer. Me acarició Wilmington, sufriendo
el brazo—. Tenemos —Es verano y tú estás
otro aburridísimo y
que continuar —dijo en Salem, pasando
caluroso verano,
Liam—. No podemos otro aburridísimo y
trabajando por última
permitir que nos caluroso mes de julio
vez en el taller de
separen. y trabajando a media
Harry antes de acudir
jornada en una
a una elegante
heladería.
universidad… donde,
Naturalmente, no
—No lo harán — podría añadir, mi
tienes ni idea de que
susurré—. Estaba compañero de
los chicos del instituto
pensando… sé que te habitación será un
que se dejan caer por
parecerá una pesado sabelotodo
allí a diario están
cursilada, pero… si con un corazón de oro
mucho más
algo bueno he llamado Charles
interesados en ti que
obtenido de todo esto, Carrington Meriwether
en las treinta y una
es haberte conocido. IV. Pero él no forma
variedades de
Volvería a pasar de parte de esta historia,
helados que vendes.
nuevo por todo… — todavía no. —Me
Tú estás concentrada
Se me llenaron los acarició la cadera y
en tus estudios y en
ojos de lágrimas—. Lo percibí el temblor de
las docenas de clubes
haría, siempre que su mano, pese a que
a los que perteneces,
gracias a ello hubiera su voz se mantenía
porque quieres
podido conocerte. firme—. Para
acceder a una buena
celebrarlo, mi madre
universidad y salvar el
decide que vayamos a
mundo. Y justo
—¿Lo dices de Virginia Beach a
cuando estás
verdad? —Liam se pasar allí una
pensando que te va a
sentó y me besó en la semana. Llevamos
dar algo si tienes que
coronilla—. Porque, solamente un día allí
someterte a un nuevo
francamente, tal y cuando veo una
examen de acceso
como lo veo, esto preciosa chica
universitario, tu padre
entre tú y yo… Era morena paseando por
te pregunta si te
inevitable. Imagínate el pueblo con la nariz
apetece ir a visitar a tu
que no nos hubieran pegada a un libro,
abuela en Virginia
encerrado en esos auriculares y música a
Beach.
horripilantes tope. Pero por mucho
campamentos… no, que lo intento, no
escúchame. Voy a consigo hablar con
—¿Y? —Recosté la ella.
contarte nuestra
frente contra su
asombrosa historia.

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»Entonces, como si lo un helado. Y entonces de vez en cuando. Y
hubiera planeado empiezas a contarme es entonces cuando
nuestro amigo el que en Salem has me cuentas que estás
Destino, justo el estado trabajando en dándole clases
último día de playa, la una heladería, y lo particulares a una
veo de lejos. Tú. Yo frustrada que te niña que se llama
estoy jugando un sientes por que Suzume, que vive
partido de voleibol con todavía te faltan dos cerca de tu casa…
Harry, pero es como si años para entrar en la
todo a mi alrededor universidad. Y de
desapareciera. Tú algún modo, de algún —… que es la niña
estás caminando modo, me las apaño más preciosa de todo
hacia donde estoy yo, para conseguir tu el planeta —conseguí
con unas gafas de sol dirección de correo añadir.
enormes, un vestido electrónico, o tú
verde claro que, no sé nombre de usuario o, —Eso es —dijo
por qué, sé que te si tengo muchísima Liam—. ¿Quieres
hace juego con el suerte, tu número de intentar un final?
color de los teléfono. Y luego
hablamos. Entro en la
universidad y tú Pero ya no pude más.
ojos. Y entonces, ya regresas a Salem, Me tapé la cara con
que, digamos la pero mantenemos el las manos y me apreté
verdad, soy un dios contacto y hablamos los ojos con los dedos.
olímpico en lo que a constantemente, de Tenía que hacerlo
los deportes se todo, y a veces ahora o no sería
refiere, consigo cometemos esa capaz. No podíamos
lanzarte la pelota a la estupidez de permanecer
cara. quedarnos sin más escondidos para
cosas qué decir y siempre en aquel
—¡Ay! —digo, dejamos de hablar y lugar. Podían cambiar
riendo—.Qué daño. escuchamos nuestra de idea sobre la
respiración hasta que marcha de Liam con la
uno de los dos se misma rapidez
—Seguramente queda dormido… con que habían
imaginas cómo
—… y Chubs se ríe de cambiado de idea
reacciono ante esa
ti cuando te pasa eso anteriormente.
situación. Me ofrezco
a acompañarte al —añadí.
puesto de socorrismo,
pero tú pones cara de Me senté, me sequé
querer asesinarme —Oh, sí, las lágrimas y apreté
cuando escuchas mi despiadadamente — los dientes. Liam se
sugerencia. Al final, dice—. Y tu padre me incorporó hasta
gracias a mi tremendo odia porque piensa quedar sentado a mi
encanto e ingenio, y que estoy llevando lado. En sus facciones
porque soy tan por mal camino a su se reflejaba la
patético que acabo preciosa y dulce hijita, preocupación. Por un
dándote lástima, me pero aún así, me da momento tuve miedo
dejas que te invite a permiso para ir a verte
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de que adivinara lo Percibí su sobresalto, conseguido volver a
que pensaba hacer. le oí pronunciar mi casa con sus padres;
nombre, alarmado, no tenía que haber
pero no le dejé ningún motivo que le
Ladeó la cabeza y me escapar. Me arranqué distrajera del objetivo
miró sonriendo. de su mente, día a de regresar a su casa.
Intenté responderle día, retazo a retazo, Se trataba de un
con otra sonrisa, pero recuerdo a recuerdo, arreglo muy sencillo,
estaba hasta que no quedó un parche rápido para
desmoronándome por allí nada de Ruby que un recuerdo
dentro. pudiera agobiarlo ni desagradable…
mantenerlo a mi lado.
—¿Qué? Fue una extraña
sensación de Y finalmente me
liberación, una quedé sin aliento y sin
Cuando nos sensación que no tiempo. Se abrió la
internaron en los había sentido en mi puerta de la
campamentos, nos lo vida, o tal vez una habitación y me
quitaron todo. Nos sensación que no separé de Liam. Él se
despojaron de nuestra había sabido quedó rígido, con las
familia y de nuestros reconocer hasta aquel manos apoyadas en
amigos, nos quitaron momento. las rodillas y los ojos
la ropa, nos robaron el cerrados. Cate se
futuro. Lo único que quedó mirándonos
conservamos fueron Pensé entonces en el con el entrecejo
nuestros recuerdos, y problema de Chubs, y fruncido. Me levanté
ahora estaba a punto tuve que tomar una para ir hacia ella.
de robárselos decisión en una
también. fracción de segundo.
—Cierra los ojos — Si estaba vivo —y Los ojos azules de
susurré—. Voy a tenía que estarlo, no Liam se abrieron en
terminar la historia. me quedaba otra aquel mismo instante
alternativa—, la Liga y me miró. Pero no
acabaría trayéndolo veía a
Noté el hormigueo en aquí. Pero si Liam
estaba al corriente, Ruby.
el fondo de la mente y
dejé que se regresaría para
convirtiera en un encontrar la manera
de liberarlo y todo —¿Qué ha pasado?
rugido. Y cuando le
aquello no habría —preguntó,
besé, cuando uní mis
servido para nada. mirándonos a Cate y a
labios a los de Liam
mí.
por última vez,
deslizarme en el Se tocó la cara, que
interior de su cerebro Yo cuidaría de Chubs. seguía aún inflamada
fue tan fácil como Yo sería quien le y magullada.
darle la mano. ayudara a huir de la
Liga. Liam no tenía
por qué pensar que su —Has sufrido un
amigo no había accidente de coche —
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dije—. Te auxiliaron —no sé si para
los de la Liga. tranquilizarme a mí o
Liam se enderezó,
a sí misma—, pero me
con las piernas aún
aparté.
débiles.
Noté que Cate, a mi
lado, se ponía rígida;
por el rabillo del ojo —¿Te duele todavía
—Dile que vuelva a
capté el repentino la cabeza? —
casa, y que una vez
cambio de sus conseguí decir. Aún
allí ya hablaremos. —
facciones cuando llevaba puesta la
Se dirigió entonces a
comprendió lo que chaqueta de Liam y no
mí—. ¿Y tú? ¿Eres de
había pasado. tenía valor para
verdad una de ellos?
quitármela—. Fue un
—La Liga… —repitió, Se te ve demasiado
golpe muy fuerte.
entrecerrando los sensata como para
ojos. eso.
—Un poco —
reconoció Liam. No
—Sí, pero si ya te Sin decir palabra, cogí
me gustaba nada
sientes con fuerzas, el sobre de manos de
cómo estaba
puedes irte cuando Cate. Cuando lo
mirándome, con las
quieras —dijo Cate deposité en su mano,
cejas unidas en señal
cuando se recuperó no me lo devolvió.
de intensa
de la sorpresa—. Tu
concentración—. ¿Y —Mejor que te
hermano nos ha
los de la Liga permiten marches cuanto
pedido que te demos
que me vaya? antes.
algo de dinero para
que te compres un
billete del autobús de
línea.
Cate asintió y le lanzó —No pienso daros las
desde lejos un sobre. gracias —nos dijo—.
Liam se lo devolvió. No os he pedido que
me ayudarais.
—Claro —refunfuñó —No quiero vuestro
Liam, palpando el dinero. Empezó a bajar por la
suelo en busca de los escalera.
zapatos—. ¿Por qué
no recuerdo nada del —El sobre contiene
accidente? también el —Oye… —grité. Liam
procedimiento a se detuvo y se volvió
seguir para localizar a para mirarme—. Ve
No estoy segura de si tus padres —dijo con cuidado.
Cate era consciente
Cate. Miró primero a Cate
de que no había
conseguido borrar la con sus ojos azules y
expresión de sorpresa luego a mí.
de su cara. Hizo el —No lo quiero —
—Tú también,
ademán de querer replicó Liam—. No lo
preciosa.
ponerme la mano en necesito.
el hombro —¿Qué quieres que
le diga a Cole?
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Lo vi marcharse corres, príncipe con la amoldando a su
desde la ventana que alarma presta». manera de ser. Pero
dominaba la calle y había otra Ruby, una
«Sé astuto e
seguí con la mirada Ruby secreta. Una
ingenioso y tu pueblo
aquella silueta que tan Ruby fina como una
nunca será
bien conocía. Salió y brizna de aire, que
destruido».
cerró la puerta a sus había luchado mucho
espaldas. Sin coche, tiempo para seguir
sin nadie a quien con vida. Esa era la
cuidar, sin nadie a Cate se me acercó por Ruby que Liam
quien ayudar. Era la espalda y me llevaba consigo, aun
completamente libre. acarició el pelo. sin saberlo. La que le
—Con nosotros serás acompañaría siempre
feliz —dijo—. Cuidaré escondida en el
Y parecía feliz. de ti. bolsillo del pantalón,
Seguro de sí mismo, la que le susurraría
al menos. Sus pies palabras de aliento y
adivinaron por instinto Corrí los visillos, le diría que había
la dirección que tenía mientras deslizaba los nacido para perseguir
que seguir para ir dedos por el sedoso la luz.
hacia su casa. Ya tejido. Me quedé un
nada le impedía instante mirándola,
regresar allí. buscando el indicio Por primera vez en
que delatara su muchos meses,
mentira. Me pregunté escuché la voz de
Liam abrió la puerta si pensaría que yo aún Sam susurrarme al
de la valla blanca que era aquella niña que oído: «No tengas
rodeaba la casa y había conseguido miedo. No dejes que
llegó a la acera. Se sacar te vean».
cubrió la cabeza con clandestinamente de Me aparté de la
la capucha de la Thurmond, aquella ventana y no volví la
sudadera y miró en niña que había llorado vista atrás.
ambos sentidos antes al ver las estrellas por
de empezar a caminar primera vez.
por la calle a paso
Nota
ligero. A cada paso
que daba, su figura Porque Cate no sabía
iba haciéndose más que me había
pequeña. convertido en dos
personas; que me [1] Chubs es el
había dividido entre lo nombre con el que
«Todo el mundo será que tanto había vulgarmente se
tu enemigo, Príncipe querido y lo que ahora conoce al bagre, o
con Mil Enemigos», me vería obligada a Leuciscuscephalus,
pensé, «y te matarán ser. Una parte de mí, un pez de agua dulce
si te alcanzan. Pero la más dura, la más que se caracteriza por
antes tendrán que rabiosa, estaría junto su cuerpo robusto y
atraparte, a ti, que a aquellos monstruos que alcanza hasta los
cavas, escuchas y y poco a poco se iría

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ocho kilos de peso.
(N. de la t.)

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