Antes del feudalismo, debemos retrotraernos en el tiempo para
entender la evolución posterior tras la fragmentación del imperio romano, la unidad política de occidente desapareció, dando paso al control de los distintos pueblos barbaros los musulmanes en el sur de Europa, los suevos y los vikingos en el norte. La máxima expresión de esta descomposición, fue el tratado de Verdún que, en el año 843, divide los territorios entre varios hermanos, acabando con la unidad de la unidad del mundo occidental que había visto en Carlomagno su ultimo gran emperador. Cuando los barbaros invadieron el imperio romano, se establecieron en él, lo desmembraron y sus jefes militares tomaron para si los fragmentos territoriales como recompensa por sus servicios. Estos fueron los feudos. A partir de ese momento los feudatarios, que constituían la naciente” aristocracia militar” reclamaron cada vez mayor autonomía en el gobierno de sus tierras, asumieron el derecho de hacer la guerra, administraron justicia y acuñaron moneda. Pronto los señores feudales se enredaron en conflictos bélicos para mantener sus dominios o para ampliarlos a costa de los vencidos. Así nació y desarrollo el sistema feudal que alcanza su apogeo entre los siglos XII y XIV.