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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DEL CHOCO

“DIEGO LUIS CORDOBA”

Asignatura:
Filosofía Política

La Voluntad General en Rousseau

Presenta
Anny Milena Mosquera Mosquera.
Anyi Zaray Hurtado Mosquera
Yanil Alexander Rivas Rivas
Yirsa Lenis Rentería Domínguez
Noreydi Mosquera Mosquera.

Docente
José Alirio Hinestroza

Istmina – Chocó febrero 23 de 2018


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El contrato social

Libro escrito por Rousseau y publicado en 1762. Es una obra sobre filosofía política y trata

principalmente sobre la libertad e igualdad de los hombres bajo un estado instituido por medio de

un contrato social, se dice que este libro fue uno de los muchos insitadores de la Revolución

Francesa por sus ideas políticas. Bajo la teoría del contrato social se fundamenta buena parte de

la filosofía liberal en el especial el liberalismo clásico.

La sociedad corrompe así al hombre, pero Rousseau es consciente de que no se trata de volver a

su estado primitivo, que ni siquiera se puede demostrar que existió, sino hay que analizar esta

sociedad, que produce esa infelicidad y egoísmo en el ser humano, para ver ¿Cuál es su causa y

reformarla de forma tal que pueda ser una comunidad que haga felices a los hombres? Y para

realizar esta tarea seguirá dos pasos:

En primer lugar, situar el origen del mal social.

En segundo, proponer una serie de reformas para cambiar esta sociedad.

1) Para Rousseau el origen del mal en la sociedad es la desigualdad. Esta es fruto de la

propiedad que al surgir produjo que los hombres acabaran siendo socialmente desiguales

pues unos empezaron a atesorar privilegios frente a otros.

Además, esto produjo un permanente enfrentamiento social donde lo que primaba era el

egoísmo y no la cooperación, pues el deseo era poseer más y por tanto se fomentaba el

egoísmo de cada uno frente a los demás. Así, la sociedad actual es injusta y además

impide la realización plena de los seres humanos pues no les lleva a la felicidad.
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2) Para reformarla, Rousseau propone un contrato social. Se debe pues reformar la sociedad,

pero no se puede volver al estado de naturaleza, sino que la idea del estado natural debe

servir para crear las bases de una sociedad justa, legítima de acuerdo al ser humano. El

estado de la naturaleza no es más que un mito ideal desde el que critica la injusta

situación actual. Se trata de establecer las bases para un pacto social justo, donde se

puede armonizar libertad, igualdad y poder político

La voluntad general

Se define como la voluntad que surge de la unión de todos los individuos estableciendo leyes que

han de ser aplicadas por igual a todos. Es decir, las leyes deben considerar a los súbditos y a las

acciones de un modo abstracto y no estar dirigidas, por lo tanto, a ningún individuo ni acción en

particular. De ese modo, al apoyar cada contraste unas leyes que sabe que van a regir sobre sí

mismo igual que sobre cualquier otros, los intereses particulares se desvanecen y se instaura el

bien común.

La voluntad general no debe ser confundida:

 Con la voluntad de la mayoría, porque la mayoría podría decidir aplicar leyes que afecten

a unos individuos concretos. En este momento ya no sería una voluntad general sino la

voluntad particular (por muy mayoritaria que fuese) de un grupo defendiendo sus

intereses frente a otro (con la cual este otro también estaría legitimando para

desobediencia en cuanto pudiese hacerlo)


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 Con la unanimidad, pues si fuese necesario esperar a que todos estuviesen de acuerdo en

las mismas leyes para empezar a legislar tal cosa sería imposible.

 Con la voluntad de todos, que es la suma de las voluntades con los individuos, movidos

cada uno por sus intereses, con lo que no se establecerán el bien común, sino una

yuxtaposición de intereses particulares.

Además, dado que la voluntad general es una (de lo contrario no estaríamos ante la voluntad

general, sino ante voluntades particulares, aun cuando representa son a una mayoría de

individuos), la soberanía es indivisible.

Por esta razón, Rousseau, frente Locke y a Montesquieu, rechaza la división de poderes. El

poder legislativo y el poder ejecutivo no pueden ser independientes. El poder legislativo es el

único poder soberano. El poder ejecutivo que reside en el gobierno, debe limitarse a

administrar lo establecido por el legislativo; esto es hacer cumplir la ley.

La voluntad general hace las leyes, pero no puede ejecutarlas, ya que ejecutarlas consiste en

una serie de disposiciones que afectan a individuos o acciones concretas, mientras que las

leyes son, operan por igual sobre todo el cuerpo político. Es necesario, pues una institución

que encarne el poder ejecutivo: El Gobierno. Al gobierno le compete una función meramente

administrativa, al servicio del soberano. Y así como no es tarea del poder legislativo

gobernar, tampoco es tarea del ejecutivo crear leyes, sino acatarlas y hacerlas cumplir.

Rousseau da el nombre de príncipe al cuerpo entero del gobierno y el de magistrados a los

miembros individuales de ese cuerpo.

Rousseau diferencia entre tres tipos posibles de gobiernos:


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1. Democracia: cuando los magistrados designados por el soberano son todos los

ciudadanos o la mayoría.

2. Aristocracia: cuando los magistrados son menos que el número de los ciudadanos

comunes. La aristocracia puede ser:

Natural: cuando los magistrados, lo son en función de alguna cualidad natural (edad,

experiencia)

Electiva: cuando los magistrados son elegidos por los integrantes del cuerpo político.

Esta forma de aristocracia le parece a Rousseau la mejor, la que constituye la

auténtica aristocracia.

Hereditaria: Cuando los miembros del gobierno lo son por sucesión familiar.

3. Monarquía: cuando el soberano concentra todo el poder en manos de un solo

ciudadano magistrado, del que reciben su poder por los demás.

Rousseau sostiene que “en general, el gobierno democrático, conviene a los pequeños

estados, el aristocrático a los medianos y la menarquia a los grandes”. Si bien

encuentra muchos obstáculos para que el gobierno democrático y el monárquico

funcionen bien, por lo que parece destacarse por una aristocracia electiva.

La cuestión de estabilidad.

El interés de Rousseau también muestra por la cuestión de la estabilidad puede

apreciarse en otras de las cosas que dice.


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Por ejemplo: en el CS, comenta “pero si es cierto de un gran príncipe es hombre raro.

¿Cuánto no lo será un gran legislador? El primero no tiene más que seguir el modelo

que el otro debe proponer.

Este es el mecánico que inventa la máquina, aquel no es más que el obrero que la

monta y la hace andar” y añade “En el nacimiento de las sociedades dice

Montesquieu, son los jefes de las repúblicas los que hacen la institución y luego es la

institución la que a los jefes de las repúblicas.

Más adelante, en el CS Rousseau dice “para que un pueblo naciente puede ajustar las sanas

máximas de la política y seguir las reglas fundamentales de la razón de Estado, seria menester

que el efecto pudiera volverse causa, que el espíritu social, que deber ser la obra de la institución,

presida la institución misma y que los hombres fuesen antes de las leyes, lo que deban llegar a

ser por ellas”

Así que “he ahí lo que forzó desde siempre a los padres de las naciones a recurrir a la

intervención del ciclo y a honrar a los dioses con su propia sabiduría”

Rousseau dice que la estabilidad, resulta evidente en cuanto la planteamos en la forma sugerida

por lo anterior, es decir ¿ cómo consiguen las instituciones políticas generar el espíritu social que

sería necesario, en el momento fundacional, para promulgar leyes que instauran esas

instituciones? Y es que si las instituciones logran generar el espíritu que las instituiría en primera

instancia, serán duraderas y estables.

El trascendental alcance del cambio que se produce desde el estado de naturaleza (el estadio

inicial de la historia del segundo discurso) y que es provocado por la obra del legislador se hace

evidente por lo que el propio Rousseau dice algo antes, en el CS.


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Quien se atreve con la empresa de instituir un pueblo debe sentirse en condiciones de cambiar,

por así decir, la naturaleza humana, de transformar cada individuo, que por sí mismo es un lado

perfecto y solitario, en parte de un todo mayor del que ese individuo recibe un cierta forma su

vida y su ser; alterar la constitución del hombre para reforzarla de sustituir por una existencia

parcial y moral la existencia física e independiente que todos hemos recibido de la naturaleza. En

una palabra, tiene que quitar al hombre sus propias fuerzas para darles las que son extrañas y de

las que no puede hacer uso sin la ayuda de las demás. De suerte que, si cada ciudadano no es

nada, ni que pueda nada sino gracias a todos los demás, y si la fuerza adquirida por el todo es

igual o superior a la suma de las fuerzas naturales de todos los individuos, se puede decir que la

legislación está en el más alto grado de perfección que puede adquirir

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