Yo Ortiz, Reynolds, Leopoldo

También podría gustarte

Está en la página 1de 3

El periodo que va de 1958 a 1970, denominado desarrollo estabilizador, mostró que era posible crecer y

mantener los precios estables. Durante estos doce años, México logró una tasa de crecimiento anual
promedio de 6.75 por ciento, con una inflación de apenas 2.5 por ciento. Su crecimiento anual fue superior a
economías del tamaño de Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Brasil y Chile.

La planificación estratégica y la habilidad para ejecutar las políticas públicas de crecimiento con estabilidad de
precios, fue dirigida por Don Antonio Ortiz Mena, secretario de hacienda durante 1958 a 1970.

La mayoría de las políticas públicas que impulsaron el crecimiento en el desarrollo estabilizador, hoy o ya no
existen, o su operación tiene objetivos totalmente distintos. En el neoliberalismo económico, la planificación
sólo existe como el resultado de enumerar un conjunto de deseos sin contar con los instrumentos económicos
para su ejecución. La política fiscal y monetaria se encuentran dislocadas del objetivo de crecimiento y
promoción del empleo bien remunerado. Se ha preferido el incremento de la productividad a través de la
liberalización comercial y financiera y se han abandonado al campo y a la industria dejando que el mercado
reasigne los factores de la producción en función de la oferta y la demanda; el resultado, desabasto
alimentario, cierre de empresas, mayor desempleo e incremento de la economía informal. La inflación se ha
controlado por medidas contraccionistas del salario real, y de astringencia crediticia con altas tasas de interés;
estos dos elementos han controlado los precios pero han ido a contracorriente del crecimiento económico.

La estrategia económica ha ido aparejada de una falta de planificación, de un carente liderazgo político que
no ha permitido un pacto político y social para transitar a un estadio de crecimiento con estabilidad de precios
que sea traducido en un mayor nivel de bienestar colectivo. Después de la segunda guerra mundial, las
manufacturas mexicanas así como el efecto de crecimiento ficticio de la economía motivaron a los
gobernantes mexicanos a continuar con tal impulso por medios ficticios que se cubrieron con el financiamiento
deficitario (modernización e industrialización forzada), lo que se tradujo en graves efectos inflacionarios. En
suma el desequilibrio proveniente del déficit de la política fiscal condujo al desequilibrio externo y a la presión
sobre el tipo de cambio.

El crecimiento forzado y ficticio que promovió México no era capaz de sostener una base productiva eficiente
y competitiva con el exterior, sin embargo, durante los cincuentas y sesentas este crecimiento constituyo un
periodo de estabilidad creciente medida por las tasas de inflación y el tipo de cambio. Esta situación y la
capacidad productiva instaurada durante los cuarentas y los cincuentas, permitieron la continuación del
crecimiento en los sesentas con mayor estabilidad de precios, a pesar de esto, las políticas que lo promovían
no eran capaces de asegurar el mantenimiento de estas condiciones; su solución eficaz hubiera requerido
cambios en la política tributaria y gastos públicos así como un equilibrio a largo plazo con el sector externo.

Básicamente las políticas de crecimiento obedecían a dos ejes principales, control del comercio (impulsar la
balanza de pagos) exterior lo que ayudaría a controlar también el tipo de cambio y el favorecimiento a la
inversión privada y externa para mantener el crecimiento (subsidio de ingresos de capital).

Aun que el concepto de desarrollo estabilizador por si mismo se refiere justamente a las medidas que adopta
un gobierno para no entrar en una mayor crisis, estabilizar la economía y dirigir las divisas hacia los sectores
desprotegidos. El desarrollo estabilizador que experimento México, en mi opinión, solo fue una pantalla que
cubría la gestación de la inestabilidad que estaba avecinándose, las decisiones gubernamentales perseguían
un desarrollo notable aun que ficticio y comprometían la estabilidad económica de México a largo plazo. A las
medidas que adopta un gobierno para no entrar en una mayor crisis. Estabilizar la Economía y dirigir las
divisas hacia los sectores desprotegidos.

El largo proceso de industrialización por sustitución de importaciones seguido por México, comprende las
siguientes etapas:
Primera etapa, que va de 1940 a 1956, se sustituyen principalmente bienes de consumo no duradero y se
importan bienes intermedios de origen industrial y bienes de capital. Las divisas para financiar tales
importaciones se obtuvieron mediante las exportaciones agrícolas gracias a la modernización del sector y a
las políticas agropecuarias implementadas durante el cardenismo.
Segunda etapa, que va de 1956 a 1970, se profundiza la producción de bienes intermedios y de consumo
duradero, las divisas para importar los bienes de capital que el proceso demandaba se obtuvieron mediante
préstamos del exterior y de la inversión extranjera directa.
Tercera etapa, que va de 1970 a 1982, se tratan de producir internamente algunos bienes de capital, sobre
todo aquellos ligados a las industrias petrolera y eléctrica. Las divisas necesarias provinieron de las
exportaciones petroleras y de los créditos del exterior.
Se puede afirmar que el proceso de industrialización de México ha sido orientado por las medidas de política
económica, adoptadas en su momento por el gobierno federal. En el caso de la política de sustitución de
importaciones, debe señalarse que ésta surgió como consecuencia de la segunda guerra mundial y, en menor
medida, de la gran depresión, y también surge por los problemas de la balanza de pagos de los países
subdesarrollados y su deseo de industrializarse. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial y particularmente al
finalizar ésta, el gobierno reorientó el proyecto de desarrollo nacional dando lugar a una estrategia de
industrialización que se le conoce como: El modelo de sustitución de importaciones, que trata de sustituir los
artículos manufacturados de procedencia extranjera que hasta ese momento habían satisfecho el consumo
local, por artículos de la misma naturaleza fabricados por la industria nacional. El objetivo, consistió en
convertir la actividad industrial en eje del desarrollo económico y de la acumulación del capital. Así se podía
pasar de una economía basada sobre todo en la agricultura y la minería de exportación a otra en la que la
industria de manufacturas pudiera proveer al mercado interno, además de que las exportaciones
constituyeran una variedad relativamente diversificada de productos agropecuarios e incluso manufacturados
o de consumo intermedio. Dicho modelo también, aceleró la inversión industrial, principalmente para el
mercado doméstico, con control estatal de los precios del mercado y con barreras a la entrada y al acceso al
financiamiento y las importaciones. La expansión del modelo productivo se relacionó directamente con el
comportamiento de la economía mundial.
Las consecuencias de esta nueva política no se hicieron esperar: en corto tiempo se presentó un vertiginoso
desplazamiento de la mano de obra agrícola hacia las zonas urbanas, y una fuerte emigración hacia el vecino
país, con lo que se hicieron evidentes las repercusiones que el cambio de rumbo provocó sobre el empleo
agrícola.
Para fortuna de nuestra economía, durante esos años se firmó un convenio entre los gobiernos de México y
Estados Unidos que permitió la contratación legal de trabajadores mexicanos en el vecino país y fue conocido
como programa de braceros. En cierta forma este convenio sirvió para paliar la demanda nacional de empleo
al permitir la internación legal de miles de mexicanos hacia Estados Unidos.
A fines de los años cincuenta y principios de los sesenta se presentó un fuerte estancamiento de la economía
mexicana, por lo cual se decidió impulsar la industria pesada del país, desplazando a la industria menos
rentable (que era fundamentalmente la nacional). También en este rubro hizo acto de presencia la inversión
extranjera de manera importante.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN
LICENCIATURA EN ECONOMÍA

Martell Garza Juan Eduardo


Contacto: juaneduardomartellgarza@gmail.com
Materia: Taller de Economía Mexicana 2
Profesor: Hugo Víctor Ramírez García

“El desarrollo estabilizador: reflexiones sobre una época, (1998) vs La


realidad económica Mexicana: retrovisión y perspectivas Leopoldo
Solís vs Por qué el desarrollo estabilizador De México Fue en Realidad
Desestabilizador Algunas Consecuencias para eI futuro”

También podría gustarte