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Ensayo Argumentativo “Una copa en el escritorio”

Por: Luis Alberto Montesinos Villalobos

Asignatura: Legislación Laboral

Encomendado por: Aida Gamboa

Institución: Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco

En el artículo “Una copa en el escritorio” redactado por la revista Semana el 5 de marzo del

presente año, se habló del fallo que impide despedir a quienes llegan borrachos o drogados a su

lugar de trabajo, fallo que tumba lo escrito en el numeral 2 del artículo 60 del código sustantivo de

trabajo, por lo que se encendió el debate alrededor este curioso y muy de cuidado hecho, por lo

que en este ensayo argumentaremos la situación en torno a este tema, que a pesar de ser muy

controversial, si de hecho tiene que ver mucho con las realidades dentro del lugar de trabajo.

Según el artículo de la revista semana publicado el 5 de marzo del presente año, dos estudiantes

de la universidad Uniciencia de Bucaramanga , demandaron el susodicho numeral 2 del artículo 60

del código sustantivo del trabajo, alegando que este vulnera los derechos de los adictos, esto

definitivamente es de leer atentamente, evidentemente la corte concluye que es inconstitucional

este apartado debido a que “generaliza” a todos los consumidores de psicoactivos, sin tener en

cuenta siquiera si afecta de una u otra manera el oficio que desempeñan. Claro, luego de este

alegato se tomó prudencia al respecto y se mantuvo su naturaleza preventiva debido a que era un

tema de mucho cuidado, tomando en cuenta que a pesar de haber muchos, sigue siendo una

minoría, increíblemente. Hay que tener en cuenta algo, en el artículo de “El individuo y la ley”, nos
proporcionan una visión clara sobre lo que son las leyes en nuestra vida y la manera en la que

influyen en esta, queramos o no de una u otra manera las leyes son parte de nuestra vida, desde

que nacimos hasta que morimos estas nos protegen y nos generan deberes para con nuestra

sociedad, al cruzar la calle, al manejar, al ir de compras, en cada aspecto de nuestra humanidad

existe ese compromiso con la sociedad, por lo que se crean las leyes, y claro, estas están prestas a

cambios, pues nuestra realidad es cambiante, por lo que no podemos vivir con leyes cavernícolas.

Todo sujeto está en su libertad de cumplir las leyes o desobedecerlas, claro está que por

obedecerlas será bien visto por la sociedad como un hombre de bien, pero si no es el caso, será

mal visto y podrá tener sanciones morales y/o legales, todo depende de su decisión. Ya sabiendo

esto, un individuo que labora normalmente, pero que también normalmente “se mete su porrito”

antes de llegar a su lugar de trabajo es alguien que se debe, o más bien, se ve visto de manera

distinta, ¿pero es bueno o es malo?, según el observatorio de Drogas de Colombia no, ya que las

drogas pueden descontrolar al individuo y generar torpeza en sus acciones, deteriorar su

capacidad de juicio y producir alucinaciones que causen inevitablemente accidentes, cosa que por

cierto acarrea para una empresa por accidentes laborales no convenientes para la misma. Ahora,

existen personajes que no están de acuerdo con estas alegaciones, un ejemplo de estos es la

psicóloga Claudia Peralta la cual predica que “el uso de maquinaria, el manejo de detalles como la

contabilidad, la conducción, pilotar un avión requieren de atención extrema y cuidadosa y una

falla en sus responsabilidades afecta a muchas personas”, por lo que podemos inferir que esta

experta nos hace alusión a algo parecido a “depende el trabajo”, lo cual más adelante en el mismo

artículo lo constatamos, con trabajos pesados, trabajos con químicos, que requieran de mayor

atención y cuidado no merecen un porrito “antes de”, mientras que trabajos de oficina, que no

requieran mucho movimiento no serán afectados drásticamente, ¡vaya que cosa!, es como si fuese
algo salido del código del menor, pero no podemos poner en tela de juicio la madures mental de

estos trabajadores, es de tener en cuenta que se les trata parecido, mas no son.

Al fin de cuentas es cuestión de derechos dicen, al parecer no se puede tener en cuenta lo que

dentro de la intimidad del trabajador se haga, sin embargo, es de tomar en cuenta que la OMS y la

ley 1566 de 2012 consideran el consumo patológico del alcohol y alucinógenos como una

enfermedad mental. Ya lo dicho, probablemente en nuestro subconsciente haiga aún un tanto de

inmadurez e irresponsabilidad que nos haga poner en riesgo nuestra vida y la integridad de

nuestros compañeros del trabajo pero la diferencia está en quienes se dan cuenta de las

realidades mundiales y los altos índices de accidentes laborales por descuidos ocasionados a la

influencia del alcohol y los alucinógenos, en un país donde pasamos de cultivadores a creadores y

luego a consumidores, cualquier cosa al respecto se puede esperar.

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