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Las últimas ejecuciones llevadas a cabo en España datan de septiembre de 1975, cuando
fueron fusilados Jon Paredes, Ángel Otaegi, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz
y Humberto Baena. Con la Constitución de 1978 quedó abolida la pena de muerte, excepto
en los casos que la legislación militar establecía en tiempo de guerra. El Código Penal
Militar la preveía como pena máxima para casos de traición, rebelión militar, espionaje,
sabotaje o crímenes de guerra.
Argumentos a favor:
El 76,5 por ciento de los españoles se muestra partidario de la cadena perpetua para delitos
especialmente graves, según un sondeo de Simple Lógica recogido por Europa Press. Este
porcentaje ha crecido 9 puntos respecto a 2015, cuando era del 67,7 por ciento. Los
mayores partidarios de esta medida penal son los votantes del PP y de Cs, seguidos de los
del PSOE y Unidos Podemos. Mientras que sólo el 25,6 por ciento de los españoles se
declaran a favor de la pena de muerte.
Argumentos en contra:
● No disuade contra el crimen. Los países que mantienen la pena de muerte suelen
afirmar que es una forma de disuasión contra la delincuencia. Esta postura ha sido
desacreditada en repetidas ocasiones. No hay pruebas que demuestren que es más
eficaz que la cárcel a la hora de reducir el crimen.
● Suele emplearse en sistemas de justicia sesgados. Algunos de los países que más
personas ejecutan tienen sistemas judiciales profundamente injustos. Los tres
países que más usan la pena capital (China, Irán y Arabia Saudí) lo hacen en
circunstancias turbias y poco claras. Muchas condenas de muerte se basan en
"confesiones" obtenidas mediante tortura.
● Se usa como herramienta política. Las autoridades de algunos países usan la pena
de muerte para castigar a los opositores políticos.