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Historia de la Edad Media Ariel Historia TEMA 9 LOS CAROLINGIOS. FORMACION ¥ DECADENCIA DE UN IMPERIO. SOCIEDAD Y ECONOMIA DEL MUNDO CAROLINGIO por ERMELINDG PORTELA Gigante de los pies de barro, padre de Europa, iiltimo emperador romano, primer monarca de la Edad Media...; los juicios sumarisimos sobre Carlos e] Magno personalizan las valoraciones sintéticas que los historiadores han formulado acerca de Ia historia del Oc- cidente latino durante los dos siglos que tienen como quicio el aio 800. Sintesis de los ele~ mentos —viejos y nuevos— que continuaron articulando Ia vida social en la parte occidental del Imperio romano cuando éste dejé de existir alli, el mundo carolingio se contempla, al mirar hacia atrés, como el encuentro profundo, capaz ya de suscitar creaciones bien acaba- das, de las herencias germanica y romanocristiana. Esta vinculacién con los tiempos que le antecedieron no provoca divergencias; su proyeccién hacia el futuro resulta, por ¢! con- trario, mucho més polémica. ;Final de una época © comicnzo de otra? Los argumentos, de uno y otro signo, se buscan en todos los planos de la actividad humana Quienes defienden la segunda opcién se preguntan cémo es posible olvidar, en el nivel de la teoria politica, que el referente carolingio es base indispensable para la compren- sidn de las concepciones hierocraticas gregorianas y posgregorianas, y que, desde cl punto de vista de la préctica politica y por encima del aparente y répido fracaso de la construccién franca, las relaciones entre Pontificado ¢ Imperio, entonces anudadas, se continian en la reconstruccién germénica y Henan muchas paginas de la historia de os siglos centrales de Ia Edad Media. En ef plano de las relaciones sociales, zes posible afirmar que el estimulo y la difusién de las costumbres vasallaticas propias de la época carolingia carece de futuro? Descle el punto: de vista econdmico, se subraya la preocupacidn por el orden y el buen fun- cionamiento de los dominios rurales, que demuestran las mis caractcristicas fuentes del pe- riodo, y no se olvidan tampoco los esfuerzos por poner en pic un sistema monetario unifor= me y eficaz, asi como los claros indicios de reactivacién comercial de una economia que ha dejado definitivamente de ser mediterranea para comenzar a ser europea. En otra pers- pectiva diferente, el funcionamiento de los dominios reales, aristocraticos y eclesidsticos de esta época, no ha sido sefialado con frecuencia como paradigma del modo de produccién feudal? A pesar de esas aparentes evidencias, la historiografia reciente, al profundizar en cl andlisis del punto de partida del despegue europeo en los siglos Xx y Xi, ha puesto al descu- bierto las rupturas, las diferencias sustanciales con respecto al periodo histérico anterior. 76 HISTORIA DE LA EDAD MEDIA La evolucién positiva de la poblacién y la economia carolingias, cuando no es claramente negada, se presenta como una tendencia que carecié de continuidad. De la explicacién de la economia agraria a partir del modelo reserva-mansos-prestaciones en trabajo que descri- ben los polipticos carolingios, se ha pasado a la constatacién de su escasa difusién espacial y, de modo particular, de las diferencias radicales entre el mundo det norte y el ambito mediterréneo. En lo que se refiere a la evolucién de los poderes, s¢ seftala que su nueva articulacién —la que corresponde al feudalismo— surgié del fracaso de la construccién ca- rolingia y que, al margen 0 por debajo de la subsistencia de un imperio en Europa, el futuro politico quedé en manos de los principados y de las monarquias feudales. Sea como fucre, lo que ciertamente nadie pone en duda es que la originalidad, la Fiqueza y el interés que en si mismo posee el mundo carolingio hacen de él un punto de referencia indispensable de la historia medieval y de la historia europea. 1, EL Imperio, una construccién teérica En el invierno de los afios 753 y 754, el papa Esteban II viajé al reino de los francos. Fue aquél un viaje cargado de muy diversas consecuencias; pera, tal vez en primer lugar, simbotizaba el encuentro de dos corrientes de pensamiento, de dos tradiciones de reflexién acerca de los poderes en el mundo. Esteban II representaba Ia que, en torno al obispo de Roma y desde hacia siglos, se esforzaba en perfilar los fundamentos tedricos de un imperio cristiano universal en cuya ctispide debia ser regulada Ia relacién entre el jefe espiritual. el pupa, y el jefe temporal, el emperador de Oriente, de una realidad omaicomprensiva, fa comunidad de los cristianos, Ia Iplesia, de la que la nocién de Estado habia de tardar mucho tiempo atin en desgajarse. Su anfitri6n, el nuevo rey de los francos y primero de a familia carolingia, Pipino IIL, era el depositario de una tradicién distinta, més cercana a la prdctica y menos rica en elaboraciones tedricas, forjada en la historia de las monarquias germénicas y, de modo particular, en el ya largo y fecundo contacto de la sociedad galorro- mana, de la que los obispos eran los mas cualificados representantes, y de la sociedad franca encabezada por su rey-jefe guerrero, a la que, en esta época, se aaden atin las influencias visigodas empujadas por la marea iskimica y las corrientes de retorno de la cristianizacion anglosajona. Los frutos de este encuentro fecundo madurarian, no sin ambigiiedades e inde- cisiones, en los afios posteriores. La relacién del papado y los francos venia ya de antes. El prestigio de que gozab= la sede de San Pedro era suficiente para que el todavia mayordomo de palacio, Pipino, buscara alli justificacién para el golpe de Estado que le convirti6 en rey tras la deposicié= del joven Childerico II, iltimo representante de la dinastia merovingia. En 742, habia ex- viado legados al papa Zacarias para plantearle la famosa consulta sobre si debia darse titulo de rey a quien de hecho tenia el poder o a quien, aun gozando de aquel titulo, careciz totalmente de éte. La respuesta del papa fue que més valia lamar rey al que tenia el pode real que al que no lo tenia. Parece que, ademés, Zacarias afladid, fuera realmente de los limites de la consulta, que él, en virtud de su autoridad apostélica, ordenaba que Pipine fuese rey. El acercamiento de los pontifices al nicleo dirigente de los francos tenia tambiée sus razones concretas ¢ inmediatas. Los objetivos del viaje de Esteban JI consistian en bas car el apoyo de la monarquia franca con una doble finalidad: emancipar el papado come instituci6n del marco de la constitucién del Imperio de Oriente y encontrar una proteccise

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