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DECRETO SUPREMO N° 28701

EVO MORALES AYMA


PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA
“HEROES DEL CHACO”
CONSIDER ANDO:
Que en históricas jornadas de lucha, el pueblo ha conquistado a costa de su
sangre, el derecho de que nuestra riqueza hidrocarburífera vuelva a manos de la
nación y sea utilizada en beneficio del país.
Que en el Referéndum Vinculante de 18 de julio de 2004, a través de la
contundente respuesta a la pregunta 2, el pueblo ha decidido, de manera soberana,
que el Estado Nacional recupere la propiedad de todos los hidrocarburos producidos
en el país.
Que de acuerdo a lo expresamente dispuesto en los Artículos 136, 137 y 139
de la Constitución Política del Estado, los hidrocarburos son bienes nacionales de
dominio originario, directo, inalienables e imprescriptibles del Estado, razón por la
que constituyen propiedad pública inviolable.
Que por mandato del inciso 5 del Artículo 59 de la Constitución Política del
Estado, los contratos de explotación de riquezas nacionales deben ser autorizados y
aprobados por el Poder Legislativo, criterio reiterado en la sentencia del Tribunal
Constitucional N° 0019/2005 de 7 de marzo de 2005.
Que esta autorización y aprobación legislativa constituye fundamento del
contrato de explotación de riquezas nacionales por tratarse del consentimiento que
otorga la nación, como propietaria de estas riquezas, a través de sus representantes.
Que las actividades de exploración y producción de hidrocarburos se están
llevando adelante mediante contratos que no han cumplido con los requisitos
constitucionales y que violan expresamente los mandatos de la Carta Magna al
entregar la propiedad de nuestra riqueza hidrocarburífera a manos extranjeras.
Que ha expirado el plazo de 180 días, señalado por el Artículo 5 de la Ley Nº
3058 de 17 de mayo de 2005 – Ley de Hidrocarburos, para la suscripción obligatoria
de nuevos contratos.
Que el llamado proceso de capitalización y privatización de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos - YPFB ha significado no sólo un grave daño
económico al Estado, sino además un acto de traición a la patria al entregar a manos
extranjeras el control y la dirección de un sector estratégico, vulnerando la soberanía
y la dignidad nacionales. Que de acuerdo a los Artículos 24 y 135 de la Constitución Política del
Estado, todas las empresas establecidas en el país se consideran nacionales y están
sometidas a la soberanía, leyes y autoridades de la República.
Que es voluntad y deber del Estado y del Gobierno Nacional, nacionalizar y
recuperar la propiedad de los hidrocarburos, en aplicación a lo dispuesto por la Ley
de Hidrocarburos. Que el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, como también
el Pacto de los Derechos Económicos y Culturales, suscritos el 16 de diciembre de
1966, determinan que: “... todos los pueblos pueden disponer libremente de sus
riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la
cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco,
así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus
propios medios de subsistencia”.
Que Bolivia ha sido el primer país del Continente en nacionalizar sus
hidrocarburos, en el año 1937 a la Standar Oil Co., medida heroica, que se tomó
nuevamente en el año 1969 afectando a la Gulf Oil, correspondiendo a la generación
presente llevar adelante la tercera y definitiva nacionalización de su gas y su petróleo.
Que esta medida se inscribe en la lucha histórica de las naciones,
movimientos sociales y pueblos originarios por reconquistar nuestras riquezas como
base fundamental para recuperar nuestra soberanía.
Que por lo expuesto corresponde emitir la presente disposición, para llevar
adelante la nacionalización de los recursos hidrocarburíferos del país
CONSIDERACION 11: Pactos Internacionales de 1966
Presentación
El 16 de diciembre de 1966 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó dos pactos en su resolución 2200 A (XXI): el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
Estos pactos son un refuerzo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

¿Qué son los derechos civiles y políticos?


Los Derechos Civiles y Políticos son derechos humanos, considerados también como “derechos de libertad”. Asimismo, estos derechos
implican una abstención de la intervención del Estado en la libertad de todo ser humano.
Históricamente, estos derechos permitieron el reconocimiento del ser humano y sus libertades, especialmente con los derechos a la
ciudadanía y a la protección de la integridad física. Además existen la libertad individual, la libertad de expresión y pensamiento, la
prohibición de la tortura y la esclavitud, el derecho a votar.
¿Qué son los Derechos Económicos, Sociales y Culturales?
Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales son derechos humanos considerados como “obligaciones de deuda”, lo que significa que
el Estado tiene que intervenir y tomar las medidas adecuadas para garantizar su aplicación (contrario a los derechos civiles y políticos).
Estos derechos garantizan a todo ser humano un nivel de vida adecuado y promueven la mejora continua de las condiciones de vida.
Incluyen también los derechos a la salud, la educación, el trabajo, la seguridad social.
La adopción de los pactos
Desde el 10 de diciembre de 1948, con la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Asamblea General pidió al
Comité de Derechos Humanos preparar un proyecto de pacto.
El objetivo era escribir un texto que tuviera fuerza jurídica para completar y reforzar la Declaración, que sólo tenía un valor declaratorio.
Este texto debería reunir todos los derechos humanos (económicos, civiles, políticos, sociales y culturales) y la igualdad de género para
el usufructo de estos derechos.
El desarrollo de este proyecto se caracterizó por un profundo desacuerdo entre los Estados, reflejando los debates ideológicos de la
época. Mientras que los Estados capitalistas promovían los derechos de libertad, los Estados comunistas insistieron en los derechos
económicos, sociales y culturales.
Esta escisión entre los Estados obligó a que en 1951 la Asamblea General pidiera la redacción de dos pactos diferentes. Seguidamente, la
comisión elaboró un pacto de Derechos Civiles y Políticos y otro sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
A pesar de la persistencia de los desacuerdos entre los Estados, ambos pactos fueron aprobados el 16 de diciembre de 1966.
Después de una espera de 10 años, ambos pactos entraron en vigor en 1976. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales el 3 de enero, y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos el 23 de marzo.
El contenido de los pactos
Estos pactos conforman, junto con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la “Carta de los Derechos Humanos”. Estos son los
tres textos fundamentales que protegen los derechos humanos.
Ambos pactos tienen disposiciones colaborativas, en particular el preámbulo, que establece que los dos pactos de derechos son
indivisibles.
El principio de indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos sería solemnemente establecido en la Declaración y en el
Programa de Acción de Viena, adoptados el 25 de junio de 1993 en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos.
Ambos pactos promueven el derecho a la autodeterminación y la equidad de género en cuanto al acceso a los derechos humanos
fundamentales (artículo 3).
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos protege especialmente:
El derecho a la vida (artículo 6);
La prohibición de la tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes (artículo 7);
La prohibición de la esclavitud (artículo 8);
El derecho a la libertad y a la seguridad de la persona, en la forma de protección contra el arresto y la detención arbitraria (artículo 9);
La equidad procesal ante la ley, en la forma de los derechos al debido proceso (artículo 14);
La libertad individual, en la forma de libertad de movimiento, pensamiento, expresión, conciencia y religión (artículo 18);
El derecho a elegir y ser elegido por sufragio universal directo (artículo 25).
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales protege especialmente:

El derecho al trabajo (artículo 6);


El derecho a un adecuado nivel de vida (artículo 11);
El derecho a la buena salud (artículo 12);
El derecho a la educación (artículo 13);
El derecho a la educación primaria universal gratuita (artículo 14)
Los derechos culturales (artículo 15).
La participación de los pactos en los Derechos del Niño
Los dos pactos internacionales también se refieren a los Derechos del Niño, derechos que han sido promulgados en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de Ginebra en 1924 y la Declaración de los Derechos del Niño en 1959:
El artículo 24 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos mantiene los derechos del niño a la protección, a tener un nombre
y una nacionalidad.
“Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, posición
económica o nacimiento, a las medidas de protección que su condición de menor requiere”.

El artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales mantiene el derecho de los niños a beneficiarse
de una protección contra toda victimización, y la obligación del Estado para fijar una edad mínima para trabajar.

El artículo 12 de este mismo pacto mantiene el derecho de los niños a ser atendidos en caso de enfermedad.

Por último, el artículo 13 mantiene el derecho a la educación y la gratuidad de la enseñanza primaria universal para todos los niños.

“[…] la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer
el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

La reafirmación de estos derechos es un salto importante en la protección de los Derechos del Niño. De hecho, el derecho a la
protección, el derecho a la identidad, el derecho a una educación digna y el derecho a la protección contra la victimización son los
derechos más fundamentales de los niños.

Antes de la aprobación de estos Pactos internacionales, estos derechos habían sido aprobados sólo por declaraciones. Los pactos
dieron un valor restrictivo a estos derechos. Desde entonces, todos los Estados que firman la Declaración están legalmente obligados
a respetar estos derechos para todos los niños bajo su jurisdicción.

Mecanismos de control
Ambos pactos establecieron mecanismos de control para supervisar a los Estados que están obligados a respetar estos derechos.

El Comité de Derechos Humanos


El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se creó a partir del artículo 28 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles
y Políticos, y se puso en marcha en 1976, justo después de la adopción del Pacto.

Compuesto por 18 expertos independientes, este comité es el encargado de supervisar la aplicación de las disposiciones del pacto por
parte de los Estados.

El comité celebra tres sesiones al año, bien sea en Ginebra o en Nueva York, y se encarga de supervisar a los Estados en sus esfuerzos
en la aplicación del Pacto. Los Estados Miembros están obligados a presentar informes periódicos cada cuatro años. Además, tan
pronto como un Estado se hace miembro, tiene que dar al comité un informe inicial sobre su situación nacional.

De acuerdo con el artículo 41, la comisión es competente para recibir comunicaciones sobre violaciones a los derechos humanos
escritas por Estados Miembros en relación a otros Estados. El primer protocolo de facilitación del pacto también hace a la comisión
competente para examinar comunicaciones relacionadas con una violación de la disposición por parte de algún Estado y que
provengan de personas privadas (artículo 14).

El segundo protocolo de facilitación del pacto establece la abolición de la pena de muerte para los Estados firmantes.

Por último, el comité también puede formular observaciones generales que permiten aclarar sus disposiciones y asesorar a los Estados
sobre la aplicación del pacto.

El Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales


El Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales no ha sido creado por el Pacto Internacional sobre los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, sino por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, en su resolución 1985/17 del 28
mayo de 1985.

En efecto, de acuerdo con la cuarta parte del Pacto, es el Consejo quien tiene la capacidad de controlar su aplicación. Pero el consejo,
a cargo ya de muchas actividades, decidió en 1985 crear el comité como un punto de control para la aplicación del Pacto.
El comité está integrado por 18 expertos independientes y celebra dos sesiones al año en Ginebra.

Como en el Consejo de Derechos Humanos, los Estados están obligados a rendir informes periódicos cada 5 años. Igualmente, cada
nuevo Estado debe presentar un informe preliminar dos años después de su adhesión al Pacto. Este informe también puede formular
sus observaciones generales.

Además, el comité también tiene la capacidad de examinar las comunicaciones estatales. En cuanto a las comunicaciones individuales,
la Asamblea General aprobó un protocolo de facilitación (resolución A/RES/63/117 GA) que permitió esta posibilidad. Este protocolo
fue aprobado por el Consejo de Derechos Humanos en junio de 2008 y fue presentado para a la firma de los Estados en septiembre de
2009.
RESUMEN ARTICULO 4
ARTICULO 4. I. Durante el período de transición, para los campos cuya producción certificada
promedio de gas natural del año 2005 haya sido superior a los 100 millones de
pies cúbicos diarios, el valor de la producción se distribuirá de la siguiente
forma: 82% para el Estado (18% de regalías y participaciones, 32% de Impuesto
Directo a los Hidrocarburos – IDH y 32% a través de una participación adicional
para YPFB), y 18% para las compañías (que cubre costos de operación,
amortización de inversiones y utilidades). II. Para los campos cuya producción certificada promedi
o de gas natural del año
2005 haya sido menor a 100 millones de píes cúbicos diarios, durante el período
de transición, se mantendrá la actual distribución del valor de la producción de hidrocarburos.
III. El Ministerio de Hidrocarburos y Energía determinará, caso por caso y mediante
auditorias, las inversiones realizadas por las compañías, así como sus
amortizaciones, costos de operación y rentabilidad obtenida en cada campo. Los 4
resultados de las auditorias servirán de base a YPFB para determinar la
retribución o participación definitiva correspondiente a las compañías en los
contratos a ser firmados de acuerdo a lo establecido en el Artículo 3 del presente
Decreto Supremo.
Análisis crítico del decreto de nacionalización de
hidrocarburos
La prensa boliviana e internacional informa que el gobierno boliviano nacionalizó los hidrocarburos. ¿El
Decreto Supremo 28701 - D.S. 28701 – promulgado por el Presidente Evo Morales nacionaliza
verdaderamente la industria petrolera en Bolivia? El jurista Eduardo Novoa Monreal, define la nacionalización
como "un acto gubernativo de alto nivel destinado a un mejor manejo de la economía nacional o su
reestructuración, por el cual la propiedad privada sobre empresas de importancia es transformada, de
manera general e impersonal, en propiedad colectiva y queda en el dominio del Estado…

La nacionalización permite alcanzar por su propio efecto y mediante un solo acto integral los complejos
procesos y resultados necesarios para que un área de la actividad económica nacional, en actual explotación
por empresarios particulares: a) quede sustraída a la posibilidad jurídica de ser realizada por particulares; b)
pasen en dominio al Estado los bienes y elementos con que los empresarios privados la llevaban a cabo
anteriormente; y c) corresponda al Estado la futura explotación de ella". En primer lugar, el D.S. 28701 se
inscribe - tal como anunció el Presidente de la República y el Ministro de Hidrocarburos y Energía – dentro
del denominado "proceso de nacionalización".

Sin embargo, la nacionalización es un solo acto integral, por lo que no es posible un proceso de
nacionalización, es decir una nacionalización llevada por etapas. En efecto, la naturaleza de la
nacionalización se diferencia de la expropiación, el monopolio estatal y otras formas de participación del
Estado en la economía, en que se trata de un solo acto integral que abarca todos los procesos necesarios
para convertir la propiedad privada de las empresas en propiedad colectiva de dominio del Estado.Por esta
razón, es impropio hablar de un "proceso de nacionalización".

En segundo lugar, el D.S. 28701 no imposibilita a los empresarios particulares la explotación de los
hidrocarburos; sino, por el contrario, mantiene vigente la posibilidad que éstos realicen todas las actividades
de la cadena productiva, ya sea individualmente o por medio de convenios de asociación con el Estado
boliviano.

En tercer lugar, mediante la indicada norma jurídica no pasan al dominio del Estado los bienes de las
empresas petroleras que operan en el país - plantas, maquinarias y otros activos -. A pesar de que se infiere
del art. 7 num. II que YPFB controlaría el 50% más 1 de las acciones de las empresas capitalizadas, las
demás acciones de las empresas petroleras quedarían vigentes, así como sus bienes. Por estas tres razones,
la llamada nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia no es tal.

Además, el texto del D.S . 28701 presenta una cantidad considerable de imprecisiones jurídicas y
ambigüedades: El art. 1 indica que se "nacionalizan los recursos naturales hidrocarburíferos del país".
Cualquier nacionalización afectaría a la industria del sector que explota un recurso natural, pero no así a los
recursos naturales que son, constitucionalmente, de dominio inalienable e imprescriptible del Estado. El art.
7 num. II prescribe que "se nacionalizan las acciones necesarias para que YPFB controle como mínimo el
50% más 1 en las empresas Chaco S.A., Andina S.A., Transredes S.A., Petrobrás Bolivia Refinación S.A. y
Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia S.A" .

A simple vista podría pensarse que YPFB sería, bajo la nueva norma jurídica, propietaria del 50% más 1 de
las acciones de las empresas capitalizadas. Sin embargo, esto no es muy claro: el texto refiere el "control"
de las acciones y no así la titularidad o la propiedad del 50% más 1 de las acciones. Tampoco queda claro si
el Estado debería o no indemnizar a las empresas capitalizadas. El art. 4 indica que para ciertos campos se
crea una participación adicional de 32% para YPFB, con lo que el Estado incrementaría su renta petrolera
hasta alcanzar un 82% del valor de la producción.

Esta nueva participación adicional es un tributo: son tributos las obligaciones en dinero que el Estado, en
ejercicio de su poder de imperio, impone con el objeto de obtener recursos para el cumplimiento de sus fines
(art. 9 Código Tributario). Según el art. 6 del Código Tributario, en concordancia con la Constitución
boliviana, sólo la ley – entiéndase la ley aprobada por el Poder Legislativo - puede crear, modificar y suprimir
tributos, definir el hecho generador de la obligación tributaria; fijar la base imponible y alícuota o el límite
máximo y mínimo de la misma; y designar al sujeto pasivo. Por lo tanto la creación de este nuevo tributo
mediante decreto supremo es completamente ilegal. Pero las mayores ambigüedades e imprecisiones de
este decreto se presentan en el art. 3 y en el art. 9. El art. 3 otorga un plazo de 180 días a las empresas
petroleras para suscribir nuevos contratos; caso contrario instruye al Ministerio de Hidrocarburos y Energía a
tomar a su cargo la operación de los campos. El art. 9 indica que se mantienen vigentes los reglamentos y
normas vigentes hasta que sean modificados de acuerdo a ley. Esto significa que la plena vigencia del
decreto promulgado por el Presidente Evo Morales está subordinado a la suscripción de nuevos contratos con
las empresas petroleras.

Ahora bien, según el art. 450 del código civil boliviano "hay contrato cuando dos o más personas se ponen
de acuerdo para constituir, modificar o extinguir entre sí una relación jurídica". Uno de los requisitos para la
formación de los contratos es el consentimiento de las partes. Según el art. 473 de la norma civil sustantiva
"no es válido el consentimiento prestado por error, o con violencia o dolo". En otras palabras, el Estado y las
empresas petroleras, al momento de suscribir nuevos contratos, pueden introducir los términos que vean
convenientes, pero en ningún caso pueden ser obligados a firmar contratos que sean lesivos a sus intereses,
porque ello sería causal de anulación de los mismos.

El art. 3 y el art. 9 no definen en qué condiciones se llevaría a cabo esta toma de control de los campos en
caso de que el Estado y las empresas petroleras no llegasen a un acuerdo para la suscripción de los nuevos
contratos. ¿Serían los campos petroleros ocupados por la fuerza pública?, ¿Cuál sería la situación laboral de
los trabajadores de estas empresas?. En el régimen jurídico actual los campos petrolíferos son de propiedad
de las empresas petroleras, por lo que el Estado sólo podría tomar a su cargo la operación de los campos si
existe una norma jurídica que regule la nacionalización de la industria petrolera, o la expropiación de las
empresas petroleras.

¿Cuál fue el verdadero motivo del Presidente Evo Morales para promulgar este decreto supremo que no
nacionaliza los hidrocarburos y subordina la participación del Estado en este sector de la economía a la
suscripción de nuevos contratos?. La primera hipótesis es que el Presidente pretende con esta norma jurídica
– y toda la parafernalia de discursos, vítores y aplausos - presionar a las empresas petroleras para mejorar
las rentas petroleras. La segunda hipótesis es que desea desquitarse de manera burda de una de sus
principales promesas electorales para preservar su todavía elevada popularidad en vísperas a la Asamblea
Constituyente. En ciento ochenta días – o antes - lo sabremos. Por el momento, la nacionalización de la
industria petrolera ha sido desechada por el nuevo gobierno.

DECRETO SUPREMO Nº 24463


GONZALO SANCHEZ DE LOZADA
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA
CONSIDERANDO:
Que, la Ley No 1606 de 22 de diciembre de 1994 ha introducido modificaciones en el Régimen Tributario
Nacional y Municipal, encargando al Poder Ejecutivo, en su Artículo 4o, reglamentar la aplicación de los
impuestos para el sector agropecuario;
Que, como resultado de esas modificaciones, es necesario introducir ajustes en el régimen unificado de
tributación que, en aplicación del Decreto Supremo N 22148 de 3 de marzo de 1989, regía para el sector
agropecuario.
Que, para la aplicación de la indicada Ley, es necesario dictar las normas legales respectivas atendiendo las
dificultades técnicas, administrativas, culturales, diversos grados de desarrollo intrasectorial, limitaciones
tecnológicas, financieras y de mercados, que caracterizan al sector agropecuario nacional, particularmente a
nivel de los pequeños y medianos productores.
EN CONSEJO DE MINISTROS,
DECRETA:
REGIMEN AGROPECUARIO UNIFICADO
ARTICULO 1.- De conformidad con los artículos 17º y 33º de la Ley N 843 (Texto Ordenado vigente) y 4 de
la Ley N 1606 de 22 de diciembre de 1994, se establece un Régimen Agropecuario Unificado (RAU) para la
liquidación y pago anual simplificado de los impuestos al Valor Agregado, a las Transacciones, sobre las
Utilidades de las Empresas y Régimen Complementario al Impuesto al Valor Agregado, por parte de los sujetos
pasivos señalados en los artículos siguientes de este Decreto.
SUJETOS PASIVOS
ARTICULO 2.- Son sujetos pasivos del RAU las personas naturales y sucesiones indivisas que realicen
actividades agrícolas o pecuarias en predios cuya superficie esté comprendida dentro de los límites establecidos
para pertenecer a este régimen consignados en el Anexo I del presente Decreto Supremo.
La tabla contenida en el Anexo I del presente Decreto Supremo deberá ser adecuada, mediante
Resolución Ministerial del Ministerio de Hacienda, a las extensiones de la propiedad agraria que se dispongan
en aplicación del parágrafo II del Artículo 41 y Disposición Transitoria Décima de la Ley del Servicio Nacional
de Reforma Agraria N1715 de 18 de octubre de 1996.
ARTICULO 3.- Son también sujetos pasivos del RAU todas las personas naturales y sucesiones indivisas
propietarias de tierras cuya extensión no sea superior a los límites máximos establecidos para pertenecer a este
régimen, inclusive cuando dicha extensión esté comprendida dentro de la Pequeña Propiedad a que se refiere el
Artículo 10 de esta norma legal, que estén dedicadas parcial o totalmente a actividades de avicultura,
apicultura, floricultura, cunicultura y pisicultura.
ARTICULO 4.- También pertenecen al RAU las Cooperativas que se dediquen a actividades agrícolas o
pecuarias, incluidas las señaladas en el Artículo precedente, debiendo cumplir sus obligaciones tributarias
conforme a las previsiones que se establecen en el Artículo 16 del presente Decreto.
ARTICULO 5.- En cada gestión, el carácter de sujeto pasivo del RAU se atribuirá al obligado a pagar el
Impuesto a la Propiedad de Bienes Inmuebles de la misma gestión -según resulte de la aplicación de las normas
que rigen dicho impuesto- correspondiente al predio en que se realicen las actividades agrícolas o pecuarias a
que se refieren los artículos precedentes.
EXCLUSIONES
ARTICULO 6.- Están excluidos del RAU las Cooperativas, a excepción de las Cooperativas Agropecuarias, y
los propietarios que se hallen calificados jurídicamente como empresa, independientemente de la actividad que
realicen y de la superficie de sus propiedades.
ARTICULO 7.- También quedan excluidas las personas naturales, sucesiones indivisas y Cooperativas
Agropecuarias, independientemente de la superficie de sus propiedades, que presten servicios a terceros
realizando total o parcialmente una o varias de las actividades que se detallan a continuación: plantas de
beneficio, mataderos, ceba intensiva, plantas de incubación, molinos, ingenios, frigoríficos, almacenes, silos,
plantas de tratamiento de leche, talleres, maestranzas o cualquier otra clase de explotación industrial, comercial
o de servicios, vinculada o no a la actividad agropecuaria. La anterior relación de actividades es simplemente
enunciativa y no limitativa.
La simple tenencia de las plantas e instrumentos citados precedentemente, para uso exclusivo del propietario,
es decir no afectadas a servicios a terceros, no está alcanzada por esta exclusión, pudiendo sus propietarios
acogerse al RAU siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos en el presente Decreto Supremo.
ARTICULO 8.- Asímismo, están excluidas las personas naturales y sucesiones indivisas, independientemente
de su actividad, cuya propiedad rural supere los límites de superficie máxima establecidos para pertenecer a
este régimen consignados en el Anexo I del presente Decreto Supremo, así como las Cooperativas
Agropecuarias constituidas o que se constituyan con el aporte de una o más propiedades agrícolas o pecuarias
que superen en su extensión individual a los límites establecidos para pertenecer al RAU.
ARTICULO 9.- Los sujetos excluidos del RAU quedan sometidos al régimen general de tributación.
La Dirección General de Impuestos Internos podrá excluir de este régimen impositivo especial a determinados
sectores de contribuyentes cuando su inclusión resulte incompatible con las características del mismo.
PEQUEÑA PROPIEDAD
ARTICULO 10.- La Pequeña Propiedad es la establecida por la legislación agraria, a los efectos de este
régimen tiene las extensiones máximas que se señalan en la primera columna numérica del Anexo I de la
presente norma legal y constituye el máximo no imponible del RAU, salvo que en ella se practiquen parcial o
totalmente las actividades señaladas en el Artículo 3o del presente Decreto, caso en el que el RAU se pagará
sobre la superficie total del predio.
Los titulares de estas propiedades deberán gestionar ante el ente recaudador, su correspondiente certificación
legal de no imponibilidad, conforme a lo que disponga la norma administrativa.
Las extensiones no imponibles no son deducibles para los efectos de determinar la base imponible de los predios
gravados.
SUJETO ACTIVO
ARTICULO 11.- La aplicación y fiscalización del Régimen Agropecuario Unificado (RAU) estará a cargo de
la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
Previa delegación expresa de la DGII, estas labores podrán ser realizadas por los Gobiernos Municipales del
país -respecto de los sujetos alcanzados por el RAU cuyas propiedades se encuentren dentro de sus respectivas
jurisdicciones- que hayan demostrado capacidad técnico-operativa para recaudar y administrar el Impuesto a la
Propiedad de Bienes Inmuebles. Para cubrir los gastos administrativos que estas labores demanden, incluídos
los procesos administrativos, contencioso-judiciales y las acciones coactivas, estos Gobiernos Municipales
percibirán un porcentaje del total recaudado por este régimen, porcentaje cuyo valor no podrá ser superior al
costo de administración en que incurra la Dirección General de Impuestos Internos por tareas similares y sobre
el saldo resultante obtendrán una comisión del 5% (cinco por ciento) por servicios.
ARTICULO 12.- La Dirección General de Impuestos Internos será la responsable de reglamentar y evaluar las
condiciones técnicas para la delegación de la recaudación de este régimen a los Gobiernos Municipales y
fiscalizará su correcta aplicación, pudiendo intervenir para asegurar la eficacia del proceso recaudatorio.
BASE IMPONIBLE
ARTICULO 13.- La Base Imponible de este régimen es la superficie de la propiedad afectada a la actividad
agrícola o pecuaria gravada por el RAU, expresada en Hectáreas.
Para determinar la Base Imponible de este régimen, en cada caso, se tomará la misma superficie gravada por el
Impuesto a la Propiedad de Bienes Inmuebles.
ARTICULO 14.- En caso de ocurrir la delegación a que se refieren los Artículos 11 y 12 del presente Decreto
Supremo, cuando una propiedad agropecuaria se halle comprendida en dos o más jurisdicciones municipales,
el sujeto pasivo deberá efectuar su declaración y correspondiente pago del impuesto en aquella jurisdicción
donde se encuentre comprendida la mayor extensión de su predio, de acuerdo a la certificación de sus
documentos de propiedad. Si la jurisdicción municipal donde se halla comprendida la mayor extensión del
predio no corresponde a un Gobierno Municipal autorizado a aplicar y fiscalizar el RAU, el pago se sujetará a
las disposiciones de la DGII.
CUOTA FIJA POR HECTAREA
ARTICULO 15.- A la Base Imponible determinada de acuerdo a lo previsto en el Artículo 13º de esta norma
legal, se aplicará una cuota fija, expresada en Bolivianos, establecida en función de la tabla que se contiene en
el Anexo II del presente Decreto.
Los valores de estas cuotas serán actualizados anualmente por la Dirección General de Impuestos Internos, con
carácter general a nivel nacional, en función de la variación de la cotización del Dólar Estadounidense con
relación al Boliviano producida entre el 1 de enero de 1997 y treinta (30) días antes de la fecha del vencimiento
general establecido para cada gestión. Estas actualizaciones se practicarán, como máximo, dentro de los cinco
(5) días posteriores a la emisión de la Resolución Suprema a que se refiere el Artículo 12 del Decreto Supremo
N 24204 de 23 de diciembre de 1995.
Cuando un mismo predio esté dedicado a actividades tanto agrícolas como pecuarias, se aplicará a cada parte
del predio la cuota fija por hectárea que corresponda según su uso. Las tierras dedicadas a actividades de
avicultura, apicultura, floricultura, cunicultura y pisicultura tributarán como tierras agrícolas.
A partir del segundo ejercicio fiscal de aplicación de este régimen, además de la actualización que corresponda
de conformidad con lo dispuesto en el párrafo anterior, los valores indicados en el Anexo II del presente
Decreto, podrán ser modificados por el Poder Ejecutivo a propuesta de las Secretarías Nacionales de Hacienda
y de Agricultura y Ganadería, en función de los estudios agrotécnicos, de mercado o de otra índole que pudiesen
efectuarse. Estas modificaciones deberán ser aprobadas mediante Resolución Bi-Ministerial.
La zona, subzona y la clase de tierra que corresponde a la propiedad agropecuaria son las que aparecen en el
respectivo título de propiedad o en la documentación legal pertinente o, a falta de éstos, las que le sean aplicables
en razón de la ubicación geográfica y uso potencial de la tierra.
COOPERATIVAS AGRICOLAS Y PECUARIAS
ARTICULO 16.- Las Cooperativas que se dediquen a actividades agrícolas o pecuarias se sujetarán a las
normas del RAU de la manera siguiente:
A. Las cooperativas organizadas por individuos para obtener la adjudicación de tierras, de
conformidad con los incisos a) y c) del artículo 10 de la Ley de Reforma Agraria, determinarán
la base imponible y calcularán el tributo anual que les corresponda, de acuerdo al siguiente
procedimiento:
1. La superficie total de la propiedad agropecuaria, sin deducción alguna,
se dividirá en partes iguales entre el número de socios de la
cooperativa, a fin de determinar la "base imponible individual" del
RAU.
La superficie total de la propiedad agropecuaria se establecerá según la información
contenida en el título de propiedad o en los documentos legales pertinentes. Se
declararán como un solo predio las tierras de uso común o proindivisas.
El prorrateo o división en partes iguales, que se dispone en el primer párrafo de este
numeral, tiene únicamente alcance impositivo y su cumplimiento por consiguiente,
no altera, no modifica ni afecta los derechos u obligaciones de los cooperativistas, ni
las relaciones internas existentes en la cooperativa.
2. En caso que la "base imponible individual" estuviese dentro de los
límites de superficie establecidos para la Pequeña Propiedad, la
cooperativa quedará fuera de los alcances del RAU, salvo el caso del
Artículo 3 del presente Decreto, en que el tributo será pagado sobre
la superficie total del predio, aplicando la reglas generales establecidas
en esta norma legal.
3. Si la "base imponible individual" fuese igual o mayor a la superficie
máxima establecida para pertenecer al RAU, el tributo será pagado
sobre la superficie total del predio, aplicando las reglas generales
establecidas en el presente Decreto.
B. Las cooperativas organizadas de conformidad al inciso b) del Artículo 10 de la Ley de Reforma
Agraria, cuyo capital social haya sido constituido o se constituya con el aporte de propiedades
rurales calificadas como pequeñas y con propiedades que no superen las superficies establecidas
para pertenecer al RAU, aunque el total consolidado exceda dichos límites, calcularán y pagarán
el tributo anual correspondiente sobre la superficie total del predio, aplicando las normas generales
que establece este Decreto.
Si las propiedades aportadas continúan bajo registro individual del derecho propietario, el pago
del RAU se efectuará también en forma individual por cada predio aplicando las reglas generales
que establece este Decreto. En caso de estar la propiedad del socio cooperativista dentro de los
límites de la Pequeña Propiedad y estar la cooperativa dedicada total o parcialmente a alguna de
las actividades a que se refiere el Artículo 3 del presente Decreto, el tributo se pagará sobre la
superficie total del predio, aplicando las normas generales que establece este Decreto.
C. Las normas que se establecen en este Artículo no son aplicables a las cooperativas que se dediquen
a alguna de las actividades comprendidas en el Artículo 7 del presente Decreto, ni a las
constituidas con el aporte de uno o más predios rurales que superen los límites máximos
establecidos para pertenecer al RAU. En tales casos, estas cooperativas estarán comprendidas en
el régimen tributario general.
DECLARACION JURADA
ARTICULO 17.- Los sujetos alcanzados por el RAU presentarán una Declaración Jurada anual por cada
propiedad agrícola y/o pecuaria, en el sistema bancario o en las entidades de recaudación autorizadas de la
jurisdicción municipal donde está ubicada la propiedad, en el plazo a que se refiere el Artículo 20 del presente
Decreto Supremo.
ARTICULO 18.- Los sujetos pasivos de este régimen impositivo están obligados a inscribirse en el registro de
contribuyentes que el ente recaudador disponga, para lo cual deberán constituir domicilio ubicado dentro del
radio urbano de alguna de las ciudades o poblaciones del país, para todos los efectos fiscales.
ARTICULO 19.- La Declaración Jurada contendrá la información que se señala en los formularios que el ente
recaudador proporcione para este fin. La Dirección General de Impuestos Internos, autorizará un formato único
a nivel nacional para el formulario que se utilice para el cobro del RAU.
En concordancia con lo establecido en el último párrafo del Artículo 15 del Decreto Supremo
N 24204 de 23 de diciembre de 1995, la Declaración Jurada será firmada por el sujeto pasivo, su representante
o apoderado. En los casos en que las personas obligadas no supieren firmar, estamparán en presencia de testigo
la impresión digital de su pulgar derecho o en su defecto del siguiente dedo de la misma mano, conforme a su
orden natural o a falta de la mano derecha, los de la mano izquierda en igual orden, anotándose de qué mano y
dedo se trata.
FORMA DE PAGO
ARTICULO 20.- El RAU se pagará en forma anual, en una sola cuota, en las entidades recaudadoras
autorizadas, dentro del mismo plazo establecido para el pago del Impuesto a la Propiedad de Bienes Inmuebles
en la respectiva Resolución Suprema.
ARTICULO 21.- La presentación de las Declaraciones Juradas y pago del tributo efectuados con posterioridad
al vencimiento del plazo, dará lugar a la actualización de valor del monto del tributo, intereses, recargos y a la
imposición de la sanción que corresponda, según lo establecido en el Código Tributario.
CAMBIO DE REGIMEN
ARTICULO 22.- En caso de dejarse de cumplir con los requisitos establecidos para pertenecer al RAU, el
sujeto pasivo deberá comunicar este hecho al ente recaudador, en la forma y plazos que disponga la Dirección
General de Impuestos Internos, siempre antes del 31 de diciembre de la gestión en que ocurrió el cambio de
condiciones. Consiguientemente, a partir del ejercicio fiscal anual siguiente al del inicio de las nuevas
actividades, será responsable por las obligaciones establecidas en la Ley N 843 (Texto Ordenado vigente) y
sus decretos reglamentarios.
La falta de comunicación al ente recaudador dará lugar a la imposición de las sanciones establecidas
en el Código Tributario.
El cambio de régimen es irreversible y, en consecuencia, quienes cambien al régimen impositivo
general, no podrán solicitar, posteriormente, su reincorporación al RAU.
OPCION
ARTICULO 23.- Cuando los sujetos pasivos del RAU consideren que este régimen no se adecúa a la realidad
económica de su actividad o a la modalidad de sus operaciones comerciales, podrán optar por el régimen
impositivo general. El ejercicio de esta opción es irreversible y, en consecuencia, quienes optaren por acogerse
al régimen impositivo general, no podrán solicitar, posteriormente, su reincorporación al RAU.
ARTICULO 24.- Para el ejercicio de la opción establecida en el Artículo anterior, los sujetos pasivos deberán
comunicar este hecho al ente recaudador en la forma y plazos que disponga la Dirección General de Impuestos
Internos, siempre antes del 31 de diciembre de la gestión anterior a aquella en que el interesado pretenda tributar
en el régimen impositivo general. Consecuentemente serán responsables a partir del ejercicio fiscal anual
siguiente, por las obligaciones establecidas en la Ley N 843 (Texto Ordenado vigente) y sus decretos
reglamentarios. La falta de comunicación al ente recaudador antes de la fecha indicada dará lugar a que el sujeto
pasivo continúe en el RAU durante la siguiente gestión.
PROHIBICION DE EMITIR NOTAS FISCALES
ARTICULO 25.- Los sujetos pasivos del presente régimen unificado no pueden emitir facturas, notas fiscales
o documentos equivalentes. Toda infracción a este artículo constituye delito de defraudación previsto en el
Artículo 98del Código Tributario. Las notas fiscales emitidas en infracción no podrán ser utilizadas por quien
las reciba para el cómputo del crédito fiscal para el Impuesto al Valor Agregado, Régimen Complementario al
IVA ni del Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas.
ARTICULO 26.- En toda operación de venta de sus productos, los sujetos pasivos del RAU están obligados a
exhibir el certificado de inscripción en el registro de contribuyentes dispuesto por el ente recaudador y el
comprobante de pago de este tributo correspondiente a la última gestión, y facilitar, si así lo requiere el
comprador, el fotocopiado de estos documentos.
OBLIGACION DE EXIGIR FACTURAS A LOS PROVEEDORES
ARTICULO 27.- Por las compras de insumos, materiales y productos nacionales o importados, los sujetos
alcanzados por el RAU deben exigir a sus proveedores del Régimen General facturas, notas fiscales o
documentos equivalentes emitidos a su nombre y con su respectivo número de inscripción en el registro de
constribuyentes y, bajo sanción por Incumplimiento de Deberes Formales, mantenerlas permanentemente por
el período de prescripción en el lugar de sus actividades, debiendo estar disponibles en el acto ante el
requerimiento de la autoridad tributaria.
A partir de la vigencia del presente Decreto Supremo, la tenencia de insumos, herramientas y materiales
sin las correspondientes facturas de compra o póliza de importación hará presumir, salvo prueba en contrario,
la existencia de defraudación o contrabando y será penada según lo establecido en el Código Tributario.
Las operaciones de importación directa que realicen los sujetos pasivos del RAU están sujetas al pago
de los tributos de importación que correspondan.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
ARTICULO 28.- Para el otorgamiento de cualquier instrumento público o privado que concierne a predios
agropecuarios objeto de este régimen, los Notarios exigirán fotocopia legalizada de la Declaración Jurada del
tributo, o el respectivo Certificado de No Imponibilidad, correspondientes a la gestión fiscal inmediata anterior
a la fecha de otorgamiento del instrumento, a efectos de insertarlos en la escritura respectiva.
El incumplimiento de este deber dará lugar a responsabilidad solidaria del Notario respecto de este
tributo, sin perjuicio de las sanciones y recargos previstos en el Código Tributario.
ARTICULO 29.- No se inscribirán en la Oficina de Derechos Reales los contratos u otros actos jurídicos
relacionados con inmuebles gravados de acuerdo con el presente Decreto, cuando en el instrumento público
correspondiente no esté insertado el texto de la Declaración Jurada o Certificado señalados en el artículo
anterior. El Registrador de la indicada repartición, bajo responsabilidad, informará la omisión detectada a la
Corte Superior de Distrito correspondiente para que proceda a sancionar al Notario que omitió cumplir con las
obligaciones establecidas en el artículo precedente, y al ente recaudador de la respectiva jurisdicción, para que
proceda a la liquidación y cobranza del tributo impago, más los accesorios de Ley, a los que resulten sujetos
pasivos o responsables solidarios.
ARTICULO 30.- Toda demanda de desahucio, incumplimiento de contrato, división y partición,
independización, acumulación, tercería o cualquier otra acción de dominio sobre inmuebles gravados con el
presente Régimen, debe estar acompañada de las copias legalizadas de las declaraciones juradas y pago del
tributo correspondiente a los períodos fiscales no prescritos o de los respectivos Certificados de No
Imponibilidad. Los Jueces no admitirán los trámites que incumplan lo dispuesto en este artículo, bajo
responsabilidad.
ARTICULO 31.- La Dirección General de Impuestos Internos queda encargada de emitir las normas
complementarias que sean necesarias para la eficaz administración, recaudación y fiscalización de este régimen.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
ARTICULO 32.- Mediante norma administrativa de carácter general, la Dirección General de Impuestos
Internos establecerá la forma y plazo para el pago del RAU correspondiente a la Gestión 1996.
VIGENCIA
ARTICULO 33.- Están sujetas al RAU las personas que, cumpliendo los requisitos establecidos en el presente
reglamento, posean al 31 de diciembre de cada año, a partir del 31 de diciembre de 1996, propiedades afectadas
a actividades agrícolas o pecuarias gravadas por este régimen.
Las personas naturales que durante la Gestión 1995 hubieran cumplido con los requisitos establecidos en esta
norma legal, podrán regularizar hasta el 30 de septiembre de 1997 el pago de los impuestos que abarca el RAU
correspondientes a dicha Gestión aplicando las normas del presente Decreto Supremo, de acuerdo a las
disposiciones que al efecto dicte la Dirección General de Impuestos Internos.
ARTICULO 34.- Sustitúyese la expresión "Régimen Rural Unificado" contenida en el numeral 13 del Artículo
1 del Decreto Supremo N 24052 de 29 de junio de 1995 y en el Artículo 10 del Decreto Supremo N 21532
(Texto Ordenado vigente), por la expresión "Régimen Agropecuario Unificado"
DOMINIO TRIBUTARIO
ARTICULO 35.- Los impuestos cuyo pago se unifica en el RAU son de Dominio Tributario Nacional, por lo
que el producto de su recaudación, previa deducción de los conceptos señalados en el Artículo 11 de este
Decreto, está sujeto a las reglas de coparticipación establecidas en la Ley N 1551 de 20 de abril de 1994.
DEROGACIONES
ARTICULO 36.- Quedan derogadas todas las disposiciones legales contrarias al presente Decreto Supremo.
Los señores Ministros de Hacienda y de Desarrollo Económico, quedan encargados de la ejecución del presente
Decreto Supremo.
Es dado en el Palacio de Gobierno de la ciudad de La Paz, a los veintisiete días del mes de diciembre de mil
novecientos noventa y seís años.
FDO. GONZALO SANCHEZ DE LOZADA, Antonio Aranibar Quiroga, Franklin Anaya Vásquez,
Alfonso Erwin Kreidler Guillaux, Rudy Araujo Medinacelli, MINISTRO SUPLENTE DE LA PRESIDENCIA,
Raúl España Smith, Gonzalo Afcha de la Parra, MINISTRO SUPLENTE DE HACIENDA, Oscar Sandoval
Morón, MINISTRO SUPLENTE DE DESARROLLO HUMANO, Moisés Jarmúsz Levy, Hugo San Martín
Arzabe, Mauricio Balcazar G., Edgar Saravia Durnick, MINISTRO SUPLENTE SIN CARTERA,
RESPONSABLE DE CAPITALIZACION,

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