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Participante, espacio para realizar, la actividad sugerida que consiste en:

1. Realización de un diario de doble entrada donde resalte los siguientes:


a) Evolución del desarrollo humano.

Para entender sobre la evolución del desarrollo humano, teóricamente debemos de saber
y entender sobre la psicología del desarrollo:

Es una rama de la psicología que estudia los cambios conductuales y psicológicos de las
personas, durante el periodo que se extiende desde su concepción hasta su muerte, y en
todo tipo de ambientes, tratando de describirlos y explicarlos en relación con el propio
sujeto, así como en relación con las diferencias que existen entre ellos; a fin de poder
llegar a predecir los comportamientos y, como dirían los teóricos del ciclo vital,
"optimizar el desarrollo".

La evolución humana u hominización es el proceso de evolución biológica de la especie


humana desde sus ancestros hasta el estado actual. El estudio de dicho proceso requiere
un análisis interdisciplinar en el que se asume conocimientos procedentes de ciencias
como la genética, la antropología física, la paleontología, la estratigrafía, la geo
cronología, la arqueología y la lingüística.

El término humano, en el contexto de su evolución, se refiere a los individuos del


género Homo. Sin embargo, los estudios de la evolución humana incluyen
otros homínidos, como Ardipithecus, Australopitecos, etc. Los científicos han estimado
que las líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se separaron hace 5 a
7 millones de años. A partir de esta separación, la estirpe humana siguió ramificándose,
originando nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción del Homo sapiens.

Los primeros posibles homínidos bípedos (homínidos) son Sahelanthropus


tchadiensis (con una antigüedad de 7 millones de años y encontrado en el Chad, pero que
genera muchas dudas acerca de su adscripción a nuestra línea evolutiva), Orrorin
tugenensis (con unos 6 millones de años y hallado en África Oriental)
y Ardipithecus (entre 5,5-4,5 millones de años y encontrado en la misma región).

Los fósiles de estos homínidos son escasos y fragmentarios y no hay acuerdo general
sobre si eran totalmente bípedos. No obstante, tras el descubrimiento del esqueleto casi
completo apodado Ardi, se han podido resolver algunas dudas al respecto; así, la forma
de la parte superior de la pelvis indica que era bípedo y que caminaba con la espalda recta,
pero la forma del pie, con el dedo gordo dirigido hacia adentro (como en las manos) en
vez de ser paralelo a los demás, indica que debía caminar apoyándose sobre la parte
externa de los pies y que no podía recorrer grandes distancias.

Los primeros homínidos de los que se tiene la seguridad de que fueron completamente
bípedos son los miembros del género Australopithecus, de los que se han conservado
esqueletos muy completos (como el de la famosa Lucy).
Este tipo de homininos prosperó en las sabanas arboladas del este de África entre 4 y 2,5
millones de años atrás con notable éxito ecológico, como lo demuestra la radiación que
experimentó, con al menos cinco especies diferentes esparcidas desde Etiopía y
el Chad hasta Sudáfrica.

La psicología del desarrollo o evolutiva estudia cuatro campos en el desarrollo y cambios


de conducta que sufre el individuo a lo largo de toda su vida. Estos cuatro campos están
en constante interacción y se estudian indisolublemente. Campo biológico: desarrollo
físico del cerebro y del cuerpo. Campo cognitivo: evolución de los procesos mentales y
capacidades para aprender y solucionar problemas por parte del individuo. La motivación
y la curiosidad forman parte de dicho campo. Campo psicosocial: relaciones e
interacciones del individuo con sus padres, familia, amigos, entre otros, así como el
desarrollo de principios morales y éticos o filosóficos culturales.

Influencias para que una persona sea distinta a las demás.

Para empezar, debemos recordarnos que el ser humano es un animal gregario, es decir,
vivimos en grupo, nos necesitamos unos a otros para obtener comida, darnos
seguridad y construir conocimiento. Así, creer que sea posible no recibir influencia
de los demás es imaginar lo improbable.

El problema está en saber cómo construir una personalidad capaz de filtrar los
estímulos exteriores recibiendo los buenos, bloqueando los malos y diferenciarlos
entre sí.

Lo ideal es empezar este entrenamiento desde la infancia, con la construcción del


pensamiento lógico y de la inteligencia emocional, que pueden ser enseñados y
aprendidos. La dificultad radica en que este entrenamiento depende de los padres que,
en la mayoría de las veces, no son expertos en educación y psicología infantil.

El ser humano es un ser racional y por lo tanto no todas las personas se comportan del
mismo modo ya que lo que diferencia a una persona de la otra es su forma de
expresarse y comportarse con los demás individuos que lo rodean.

Por lo mismo tenemos que aclarar que en la vida de todo ser humano existen muchas
conductas que el mismo se forma o le forman cuando es todavía un niño y que a través
de los años estas conductas van creciendo y desarrollándose a través de su vida
afectándole para bien o para mal, afectando todo esto de alguna manera en la
personalidad y comportamiento de la persona. Para muestra, puedo decir de dos
conductas de todo ser humano que le pueden llegar a afectar de una manera positiva
o negativa en su vida, según sea esta la que el individuo domine más.

Conducta pasiva:

Son socialmente pasivas las personas que transgreden sus propios derechos al no ser
capaces de expresar sentimientos y opiniones o hacerlo con falta de confianza, de
modo que los demás pueden no hacerle caso. Esta actitud muestra falta de respeto
hacia las propias necesidades.
Su objetivo es evitar conflictos a toda costa. Quien es objeto de esta conducta tiene
que adivinar constantemente lo que realmente está diciendo la otra persona, lo cual
puede generar frustración e incluso ira hacia la persona pasiva.

Conducta agresiva:

Esta conducta se da cuando se defienden los derechos personales de manera


inapropiada e impositiva. La conducta agresiva puede expresarse de manera directa o
indirecta. La agresión verbal directa incluye ofensas verbales, insultos, amenazas y
comentarios humillantes.

El componente no verbal incluye gestos hostiles o amenazantes, como puños


apretados, miradas intensas y ataques físicos. La agresión verbal indirecta se da con
comentarios sarcásticos y murmuraciones. Las víctimas de personas agresivas acaban
por sentir resentimiento y evitarlas.

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