La técnica de inmovilización en alginato de sodio es relativamente simple.
Se disuelve el alginato de sodio en un poco de agua caliente, se mezcla bien, y cuando ya está frío se agregan las levaduras. Se deja caer la mezcla final, gota a gota, en una solución de cloruro de calcio. Con el intercambio de iones calcio (del medio) y sodio (del alginato) se forma una matriz de alginato de calcio que retiene las levaduras. A pesar de tener consistencia sólida, dicha matriz permite la circulación de sustancias, de modo que los agentes biológicos conservan su actividad metabólica. Una vez finalizadas las reacciones químicas esperadas, las bolitas de alginato y la levadura se recuperan fácilmente.