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LA IDEA DE LA HISTORIA

Las ideas básicas que caracterizan a una época señalan la manera como el mundo entero se
configura ante el hombre.
Una vez que se ha vuelto predominante, si algunos empiezan a impugnarla, puede tratarse de
resistencias del pasado o de fenómenos disruptivos pasajeros, pero puede ser anuncio también
del ocaso de la época.

La idea de la historia es una de las más frecuentadas en el pensamiento moderno, ésta comprende
dos ideas principales: el hombre es historia y el transcurso del tiempo histórico tiene un sentido.

SENTIDO DE LA HITORIA DEL HOMBRE EN RELACION A DE OTROS SERES VIVOS


El hombre es el único que tiene historia en el sentido de que solo el hombre puede guiarse por sus
propósitos llevados a la práctica, solo él tiene la capacidad de transformar su realidad.

¿Cómo se obtuvo ésta idea de historia?


Según Marsilio Ficino, es símil a su creador; arbitraria, escurridiza e inestables. Creada por el
hombre (en el sentido de humanidad) para poder conocerse, “para poder tener un espejo en el
cual mirar su rostro” (en un sentido metafórico).

Ésta inicia con la necesidad de transformación del entorno y situaciones sociales, y ha


permanecido así hasta hoy en día pues

“el destino del hombre es transformar con su practica el mundo, en cuanto a que el resultado de
su acción no es sobre la naturaleza sino en la historia” Es decir, que tiene un efecto solo a través
del tiempo.
Bruni reconoce a parte de la historia humana (historia de Florencia) con el desarrollo de la virtud
de un pueblo que dio paso a la edificación de un estado. Con el deseo del restablecimiento de una
libertad que creían dada por perdida.
Tras la caída del imperio romano, el impacto que tuvo este evento sobre los contemporáneos, la
historia se convierte en un campo de estudio dedicado a descubrir las causas y medios que dan
razón al desarrollo de las sociedades. Es decir, la historia tima su sentido en ámbito del desarrollo
evitando reproducir eventos que conlleven a la destrucción de lo ya edificado.
En palabras de Maquiavelo la historia es construcción de la virtud humana confrontada con la
fortuna, donde la fortuna son los hechos que se escapa de nuestras manos. Es decir, es el
resultado de la acción del hombre por querer cambiar las cosas para un bien.
Una derivante un tantocontrovercial de la historia vista desde este punto anterior, es el origen de
las utipías; ideas de borrar todo el desorden y confusión de una época para empezar desde cero y
construir denuevo la sociedad. Estas utipias presentan la idea del progreso aun INDEFINIDO de la
historia el cual se presupone vendrá más adelante en el tiempo.
Durante la época del renacimiento, una de las consecuencias e este tipo de vista de la historia es la
idea del conocimiento como un perpetuo desarrollo histórico hacia la búsqueda de la verdad.
En la actualidad, el significado de la historia no ha cambiado mucho. La historia sigue siendo un
constructo de la actividad humana y herramienta de estudio para el por venir de cada sociedad.
Siembargo, ante un mundo conectado en casi su totalidad, éste significado está empezando a
dejar ser único de cada sociedad y unificarse para el desarrollo y permanencia de la humanidad.

LA IDEA EL ALMA

El hombre se ve como un individuo, fuente libre de actividad, que se enfrenta a los órdenes no
humanos (la naturaleza, la fortuna), los domina y los transforma a su imagen. Pues bien, esa idea
tiene su paralelo en la manera de concebir el alma y sus operaciones de conocimiento.
Se dan mulktiples interpretaciones del alma, sin embargo, todas ellas se resumen en la diualidad
qu se presenta desde platon, en donde el alma es concebida como una sustancia separada del
cuerpo. Por otra parte se resalta la admisión de la inmortalidad como una verdad de fe,
rechazando que pueda ser demostrada racional-mente

Para la fe cristiana era importante mantener la creencia en la inmortalidad del alma individual. Se
concebía como una substancia separada.
Resaltando a Marsilio Ficino, menciona que El alma es, ante todo, actividad y unidad. Es un centro
de actos dirigidos a todo y a cierto modo es un todo en el sentido de que tiene de a concebir todo
sin límites.
La actividad más importante del alma consiste en vincular en un concepto lo dado; esta labor de
síntesis de lo diverso no le está dada por el objeto mismo. El juicio es pues resultado de una
actividad unificadora del alma, que le es propia
La actividad unificadora del alma se revela aún mejor en su facultad superior, el intelecto. El
intelecto no se detiene en ningún objeto, lo trasciende hacia un término absoluto en que descansa
como en un límite su meta sería convertir el universo en intelecto, hacer al todo inteligible

el alma, por el intelecto, tiende al ser y a la verdad infinitos, por el amor, al bien infinito. Es
perpetua trascendencia de todo límite.

Por otra parte, Pomponazzi rechaza la idea de la dualidad entre alma y sujeto. “¿cómo podría ser
que yo que siento sea el mismo que yo que pienso?” Con él Se expresa en una primera noción,
de un yo unitario, que permanece en todos los actos de conocimiento. El alma empieza a verse no
desde afuera, sino desde si mismo. El alma no es vista como una substancia separable, sino como
un foco de actividad que depende de los objetos para ejercitarse.

Tommaso Campanella concibe que El alma puede tomarse como objeto de conocimiento a ella
misma-y auto conocerse. Y símil a Descartes, el alma se conoce a si mismo para después pasar a
conocer los objetos
Desde Platón y Aristóteles el alma era concebida como una substancia separable.
Conocerla implicaba comprender cuál era su lugar en el orden de las substancias.
El alma se veía como un ente entre otros, contenido en el todo del ente.
En el Renacimiento, se conservan estas concepciones. Discuten si el alma es una substancia
dependiente o independiente del cuerpo, si es individual o universal, una o dividida en "partes".
Posteriormente, el alma comienza a verse "desde ella misma", por así decirlo. Entonces
aparece como un punto vacío a partir del cual todos los entes pueden mostrarse como su
correlato. Ya no se concibe el alma desde el todo del ente que la contiene, sino el todo del ente
desde el alma que lo contempla. El alma es ahora un sujeto del cual todo puede ser correlato.
El todo del ente puede concebirse entonces como objeto representable ante el sujeto de
conciencia.

La época que llamamos modernidad se caracteriza porque el hombre se convierte en medida y


centro del ente. El hombre es lo subyacente a todo ente; dicho en términos modernos, lo
subyacente a toda objetivación y representatividad.

LA IDEA DE LA NATURALEZA

La idea de la naturaleza puede resumirse en tres puntos principales:


1. Como la descripción y clasificación de las cosas que perciben los individuos.
2. Como acciones predeterminadas por leyes y ligadas unas con otras.
3. Como cosas constituidas por una materia homogénea. “la materia cósmica”. Que va
moldeándose según las leyes predeterminadas.

En la antigüedad, la idea de la naturaleza radicaba mayor mente en su concepción como un ente,


una esencia con vida y cada cosa con la que se interactuaba no era más que parte de esa esencia.
Más adelante en el tiempo, el hombre toma el centro del universo y la naturaleza, bajo la filosofía
aristorelica pasa a convertirse en un objeto inerte y pasivo de ciertas propiedades que se rige bajo
leyes precisas.
Posteriormente, las leyes naturales dieron un reforzamiento a la idea de que todo evento de un
objeto siempre conlleva repercusiones sobre otros objetos aparentemente no conectado a él,
tomando así más fuerza la idea de que la naturaleza en un ente vivo.
Esta concepción de que los eventos están relacionadas unas con otras, conllevó a la idea de que
todo evento por complejo que parezca siempre tiene principios simples.
La discusión sobre la idea de que si la naturaleza es un ente vivo o inerte es algo que aun hoy en
día se sigue discutiendo. Bajo las premisas, por ejemplo, de que si es inerte entonces ¿Cómo
puede tener un dinamismo? ¿Cómo pueden existir las leyes que rigen l movimiento?
Respondiendo a estas diciendo que son consecuencias de las propiedades de la naturaleza, pero
que no son más allá de eso. Que en su estado más primitivo la naturaleza es inerte.

En el misticismo en el que se tenía a la naturaleza respecto a su aparente vida, Cabe destacar a


Bruno, quien en la critica a Aristóteles menciona que Lo permanente en el cambio es siempre la
materia, las formas son simples accidentes en la materia. En efecto, pues al quitar toda
característica, o accidente, lo único que queda es la materia y es indistinguible una de otra. Ella es
lo universal. En cuanto a que las formas o características no son más que los accidentes de la
materia.
La crítica de la distinción entre materia y formas substanciales conduce a la crítica de la oposición
entre materia inerte o vida.
Sin embargo, ésta discusión puede ser sintetizado en la idea de que la materia es universal,
mientras que las formas pese a ser manifestación de la materia misma, pueden ser únicas.

La materia, por lo tanto, que explicita lo que tiene implicado, ha de ser llamada cosa divina y
excelente progenitora, generatriz y madre de las cosas naturales, o mejor, en suma, la Naturaleza
toda.

En cuanto a Dios, menciona Bruno que es la naturaleza de la naturaleza, es decir, los eventos que
se perciben no son más que la pura manifestación espontánea de la naturaleza misma.

La naturaleza es fuente perpetua de innovación, de actividad y desarrollo, que despliega


incesantemente, a partir de sí misma nuevas formas, según sus propias leyes, dictadas por su
ínsito intelecto.

En el aspecto moderno, en el saber científico de la naturaleza podemos


1. Posibilidad de una síntesis universal en el espacio. La nueva idea de la naturaleza pretende
explicar la conexión e interdependencia de todo con todo.
2. Posibilidad de una síntesis universal en el tiempo. En sentido de que conocer los
comportamientos de la naturaleza permite predecir los comportamientos futuros.
3. Posibilidad de que la síntesis universal en el espacio y en el tiempo se realice conforme a una
necesidad intrínseca a la naturaleza. La razón no está fuera de la naturaleza, ni su fin tampoco.
4. Posibilidad de que el hombre intervenga en la naturaleza y la transforme para su propio
desarrollo.

La nueva imagen de la naturaleza subyace, en efecto tanto a la ciencia como a la magia


renacentista.

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