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A partir de Maquiavelo la ciencia política es una reflexión sobre el poder, palabra que
tiene variados matices:
En primer lugar existe el poder de hacer algo y éste se extiende a todos los aspectos de
la realidad. Segundo, existe un poder con derecho a hacer algo y este está limitado por
un ordenamiento jurídico de la fuerza. Al primero le llamamos poder a secas y al
segundo potestad , indica Calderón-Bouchet.
“El poder, sigue Labourdette,”es una entidad política compleja, enigmática y paradójica.
Es compleja pues se compone de diferentes elementos que abarcan todas las posibles
actividades de la sociedad: población, espacio, recursos y tecnologías, estructuras
simbólicas, etc. Es enigmático pues con frecuencia es más lo que oculta que lo que
muestra, lo que se desconoce que lo que se descubre, lo que escamotea, que lo que
presenta y ofrece. Además el poder se mimetiza fácilmente en las más sofisticadas
formas del No-Poder, tales como por ejemplo “ amor desinteresado”, educación
generosa, saber científico aséptíco, sacrificio solidario etc. Además el poder se disfraza
del no poder en todas las manifestaciones de la manipulación y del ocultamiento de
intereses medios y propósitos considerados no ostensibles – inconfesables. (…) Luego
hay más poder diseminado por todo el territorio social que el que somos capaces de
descubrir y describir”.
La Política Nacional, tiene como Objetivo Permanente la búsqueda y conquista del Bien
Común. Éste es una entidad que no es simplemente el bienestar general, cuya búsqueda
como objetivo final de la Política proclaman tanto la ideología liberal como la marxista.
En ese sentido, conviene indagar algo más sobre el concepto. Para ello leemos en el
inicio de una ponencia de Sanguinetti ( Congreso Mundial de Filosofía Cristiana 1981):
El Creador ha constituido un universo ordenado, poniendo límite a la cantidad y a las
dimensiones de las cosas y asignado cada una un valor determinado. La ley divina en
el mundo es una ley de orden; todo lo que es, está ordenado por Dios.
Al respecto, en su libro ”Sobre las causas de Orden Político”, dice Calderón Bouchet
El orden connota multiplicidad de entes referidos a un principio de cuya naturaleza
participan según prioridad o posterioridad. En la referencia de muchos distintos y
desiguales a un bien común radica el fundamento de la participación social.
La sociedad política es un orden de muchas personas distintas y desiguales, unidas por
un principio primero: el bien común, en función del cual se distribuyen las prioridades y
las posterioridades.
El bien común social implica bienes materiales cuantitativamente participados por sus
componentes pero el esfuerzo mancomunado de los miembros de una sociedad tiende a
la promoción de bienes espirituales cuya participación es cualitativa e incide en la
perfección de todos y cada uno de los participantes.
La noción del bien común es análoga y con analogía de proporcionalidad. Su mayor o
menor perfección depende del grado de participación del análogo (bien común natural)
con el analogado principal, Dios.
El bien común político no es otra cosa que el bien y perfección de la polis es decir, la
bondad o calidad de la vida común en la polis, de la vida política.
Es un bien plural e inclusivo: es la integración y ordenación de una pluralidad de bienes.
El bien es fin y por lo tanto solo pude ser común si lo es como fin.
La sociabilidad humana implica que el hombre alcanza su actualización o perfección en
sociedad. El bien humano es un bien común.
Un aspecto central en la búsqueda del Bien Común es el de la pobreza.
En un estudio sobre “Variables e indicadores en la operacionalización para la
medición de las pobrezas en el Paraguay actual” que se publicó en la Revista de la
Sociedad Científica del Paraguay , se plantea como “ejercicio de acompañar otro
modelo de abordaje”, asociar la producción de la pobreza con la desigualdad en la
apropiación del excedente económico y las clases sociales. Para ello, se agrupa a la
población del Paraguay en conjuntos o estratos, definidos por compartir niveles de
ingresos similares, pero con “marcadas” diferencias entre cada uno de ellos en cuanto a
sus niveles de vida.
El escenario 1 , que sería el real, atribuye a la clase alta y media alta un per cápita de
USD 9.400 lo que en países desarrollados como EEUU las ubicarían en la franja de la
pobreza. En moneda nacional corresponde a un salario mensual de ~ Gs.3.760.000, algo
más que el doble del salario (minino vigente en 2009).
Ciertamente no es la gran cosa. En cuánto a la clase baja, la cifra ronda los
Gs.458.000/mes.
Se acepta que una persona rica es aquella que tiene capacidad de hacer trabajar a
otros para su propio provecho: genera trabajo. La riqueza no está en la acumulación de
bienes sino en la generación de trabajo que redunde en mayor riqueza para el que lo
promueve.
El enfoque funciona de manera similar con respecto a las naciones: un país no es rico
sólo por tener vastos recursos naturales sino por la capacidad de su población,
dirigentes y dirigidos, de utilizarlos de modo sustentable, racional, solidario.
Es sabido que tal acervo no puede servir al hombre, sino es mediante el trabajo y todo
progreso, en sus etapas sucesivas se logra siempre por el trabajo (Populorum
Progressio, Laborem Excercens). La inteligencia y experiencia humanas son la causa
eficiente del desarrollo de la ciencia y de la técnica que así se integran como
constituyentes esenciales de dicho patrimonio nacional, y lo enriquecen.
Se trata entonces de obtener de dichos bienes, el mayor provecho personal y social: es
decir el provecho que se atribuye a la persona humana, sujeta a los valores
éticos/morales “informando” el medio social esto es, dándole vida subsistente y
evitando perjudicar el bien común. Sin esos valores, incluso las mejores estructuras
claudican (Card. Dulles SJ).
Es evidente que no bastan los recursos naturales: son imprescindibles los recursos
intelectuales y morales para generar/incrementar riqueza. El trabajo es de esta manera,
un medio y un fin, la educación su fundamental sustento.
Este ejercicio es semi cuantitativo pero es de valor indicativo importante con relación a
la pobreza en nuestra Patria . Existen desde luego varios otros aspectos que están fuera
del objeto de este ejercicio.
Para cerrar el mismo, se debe enfatizar que la actividad económica es importante, pero
es un medio que debe proporcionar los bienes materiales necesarios para asuntos aún
más importantes: el desarrollo físico, ético y noético (intelectual) de la persona humana
y su relacionamiento afectivo, social y espiritual.
Finalmente, si un país con recursos naturales, como por ejemplo el nuestro, no ingresa
en el círculo virtuoso del desarrollo, se infiere que el capital intelectual y moral del
mismo es débil y necesita ser fortalecido.
No importa tanto la liberación lo que vale es la conversión. Eso nos enseña el Génesis:
Adán fue la persona hiper liberada, rico en bienes de todo tipo, sin las presiones de las
“estructuras del pecado” y sin embargo claudicó.