Está en la página 1de 11

Alejandra Benavides Chávez

20102535

El “Hacktivismo”
Wikileaks y los hackers como agentes democratizantes del acceso a la información en
la era del informacionalismo.

El “Hacktivismo” es descrito por los autores Tim Jordan y Paul A. Taylor en su estudio
“Hacktivism and cyberwars: rebels with a cause?”, como la emergencia del accionar
político popular en el ciberespacio. Una combinación de protesta política con el
“hackeo” de computadoras. Los “hacktivistas” operan dentro del ciberespacio,
trabajando sobre lo que es tecnológicamente posible en vidas virtuales y alcanzan
fuera del ciberespacio utilizando poderes virtuales para moldear la vida offline. Según
ellos, los movimientos sociales y la protesta popular son partes integrales de las
sociedades del siglo veintiuno y el “hacktivismo” es activismo en su versión
electrónica. (JORDAN y Taylor, 2004). Dentro de este rubro encontramos a Wikileaks,
una organización cuya trayectoria se inició con el “hackeo” y la posterior publicación
de información sensible escondida de la esfera pública por distintas instituciones
gubernamentales.

Wikileaks, fundado por Julian Assange en el 2007, es una organización mediática sin
fines de lucro cuyo principal objetivo es proveer noticias importantes e información
crítica al conocimiento público. Constituida como una plataforma que provee formas
seguras, innovadoras y anónimas para que fuentes privadas “chorreen” información a
sus periodistas. Una de sus actividades más importantes es publicar información de
fuentes originales junto con historias nuevas para que lectores puedan evidenciar la
verdad (“About”, 2007).

Según los mismos escritores de WikiLeaks, su trabajo se basa en defender el principio


de la libertad de expresión y publicación de medios, el mejoramiento de nuestro record
histórico y el apoyo de los derechos que todas las personas tiene para crear nueva
historia. WikiLeaks, deriva estos principios de la Declaración de Derechos Humanos,
en específico del Artículo 19, que habla del derecho para la libertad de opinión y
expresión. Este derecho incluye la libertad de presentar opiniones sin interferencias y

1
de buscar, recibir y afectar información e ideas a través de cualquier medio sin
importar fronteras (“About”, 2007).

La máxima más importante de Wikileaks es lograr que los lectores sepan la verdad
para que puedan formar sus propias decisiones, concordando de esta manera con el
principio de autonomía como propuesto por Hortal. WikiLeaks se presenta en la
historia de la humanidad como un caso que responde a la problemática de la
comercialización de la información. Como bien lo hemos discutido en clase, la
información hoy en día se ha vuelto una mercancía de mucho valor y los medios se
han vuelto empresas que venden esta información. Esto ha causado que la
información y las fuentes que proveen esta información dejen de ser independientes y,
por lo tanto, esta deje de ser objetiva y totalmente libre. Al volver la información en
poder de control y coacción, esta se vuelve un arma que puede ser usada en contra
del público en vez de ser un beneficio para el mismo. ¿Qué hace WikiLeaks, entonces
para responder a esto? Crear una plataforma de acceso libre a información crucial ya
que presenta noticias y eventos de importancia global para poder asegurar la
democracia y el derecho de todos los ciudadanos a la libertad de información y
opinión.

Cuando se esconde información tan importante del público, se le quita poder a las
personas para poder tomar decisiones individuales e informadas para auto
determinarse, esto va directamente en contra de uno de los principales principios de la
comunicación: el principio de autonomía, el cual es descrito por Hortal como, la
libertad de un individuo de decidir sobre sus acciones, valores y creencias sin la
coacción de ninguna fuerza exterior. Es cuando el valor intrínseco de la libertad y la
autodeterminación se impone sobre los poderes públicos que estamos frente a la
democracia. (HORTAL, 2002). Al esconder información de los ciudadanos se
interfiere con la libertad que tiene el otro para decidir.

Asimismo, uno de los pilares de la deontología del periodismo es la función de


informar acerca de un suceso real de interés para el resto. Al no realizar esta función
en su totalidad, el rol del periodista va en contra del principio de no maleficencia,
descrito por Hortal como no hacer mal el oficio profesional ni perjudicar al cliente al
violar sus derechos ya que se esta cometiendo una injusticia al privarles de lo que les
corresponde como público lector, esto es, la información total y verídica. (HORTAL,
2002). Junto con este principio importante del periodismo de investigación
encontramos también el principio de objetividad, un principio que se ha ido

2
corrompiendo en este ámbito debido a la influencia de intereses económicos y
políticos en el área de la información.

La manera como Wikileaks funciona es que combina tecnologías de seguridad de


última generación con periodismo y principios éticos. Aceptan información anónima, a
través de un buzón fortificado con tecnología criptográficas la cual provee una máxima
protección para sus fuentes. Cuando la información ingresa a WikiLeaks, sus
periodistas analizan la información, la verifican y luego escriben una noticia sobre esta
describiendo su importancia para la sociedad. La noticia es luego publicada de la
mano con la información original de la fuente misma para, de esta manera, permitir
que los lectores analicen la historia en el contexto de la información original. La
información es publicada en un formato simple y digerible (“About”, 2007).

Los principios y el accionar de WikiLeaks se basan en la creencia que la publicación


de información crea transparencia y la transparencia crea una mejor sociedad para
todos. Mientras haya más escrutinio por parte del público, habrá menos corrupción y
se creará una democracia más fuerte en todas las instituciones de la sociedad
incluyendo gobiernos, corporaciones, etc. Un factor muy importante sobre el que
Wikileaks se sostiene es la nueva tecnología que permite su existencia: el internet y la
criptografía ya que estos permiten que los riesgos de proveer información importante
se reduzcan. Su creencia es que no solo las personas de un país mantienen a su
propio gobierno honesto, sino también las personas de otros países que observan ese
gobierno a través de los medios (“About”, 2007).

Según la página web oficial de WikiLeaks, en las últimas décadas los medios
informativos se han ido volviendo menos independientes y ávidos por hacer un
verdadero y profundo periodismo de investigación que indague en los temas realmente
oscuros y difíciles. Es por esto que WikiLeaks propone haber proveído un nuevo
modelo de periodismo ya que no están motivados por generar ingresos, trabajan de la
mano, cooperando con otras organizaciones mediáticas alrededor del mundo, en vez
de competir con ellas, es decir, no guardan su información recelosamente, sino que
ofrecen sus fuentes al público en general y hasta animan que otros medios recojan y
usen esta información. Esto se basa en la creencia de que los medios deberían de
trabajar en conjunto, en la medida de lo posible, para proveer historias a un publico
lector internacional. Asimismo, al publicar los documentos originales con los que se
construye la historia periodística permiten que otras organizaciones periodísticas

3
tengan acceso a esta información lo cual permite más investigación, comentario y
análisis de la misma (“About, 2007).

Peter Ludlow, profesor de filosofía de la Universidad de Northwestern, describe y


profundiza en el tema del “Hacktivismo” y sus principios en su artículo “Wikileaks and a
hacktivist culture”, aquí estipula que esta organización es el producto de décadas de
trabajo colaborativo por personas comprometidas con “hackear” computadoras para
causas políticas respondiendo a la creencia que el acaparamiento de información es
maligno. Establece que el creador Julian Assange no es un poderoso hipnotizador que
lidera a todo este grupo de personas, sino que esta comunidad con un juego de
principios y creencias compartidas acerca del derecho de información para la
democracia ya existían mucho antes de que este empezara su carrera como hacker.
Dentro de su artículo, Ludlow menciona el contenido del libro “Hackers” de Steven
Levy, donde este resume una ética hacker en dos principios: 1. Toda la información
debería de ser libre y 2. Se debe desconfiar de las autoridades y promocionar la
descentralización. El autor pasa a describir el “hacktivismo” como la aplicación de
tecnologías de la información y su “hackeo” para la acción política. Finalmente,
estipula claramente que la acción “hacktivista” no se puede describir en términos de
izquierda en contra de derecha, sino, más bien, tiene un enfoque de individuo versus
institución. Esto puede ser corroborado en lo estipulado por Assange: la verdad y la
creatividad son corrompidas por instituciones jerárquicas y gran parte del poder
ilegítimo es perpetuado por el acaparamiento de información (LUDLOW, 2010).

En el artículo “WikiLeaks are Not Terrorists — A Critical Assessment of the “Hacktivist”


Challenge to the Diplomatic System”, escrito por Robert Saunders, este busca explorar
la naturaleza cambiante de las relaciones internacionales en la era de la información
sin fronteras y de las tecnologías de comunicación. Con este propósito interroga las
respuestas de diplomáticos y otras élites políticas al escándalo de “Cablegate” el cual
resultó en la publicación de miles de documentos diplomáticos que contenían
información sensible en el 2010. Saunders explora la demonización de WikiLeaks y de
su fundador, Julian Assange, como terroristas de alta tecnología enfocados en atacar
a los Estados Unidos y sus aliados. Este artículo habla acerca de la mendacidad
intrínseca en la práctica de la diplomacia y como los diplomáticos, tras el transcurso de
la historia y el desarrollo del imperialismo europeo, emergieron como la vanguardia de
la política extranjera, moldeando el discurso internacional, manejando percepciones y
haciendo recomendaciones. El autor atribuye un solo cambio grande en la práctica de
la diplomacia: mientras que en el pasado los diplomáticos tendían a seducir a sus
compañeros diplomáticos, hoy en día buscan también hacerlo con el respectivo

4
público. Estipula que en esta era post moderna de naciones marca, políticos
celebridades y diplomacia pública globalizada, los diplomáticos ahora se ven forzados
a “proteger” a las masas, al igual que amigos y aliados vulnerables, del contenido real
de los acuerdos y las intenciones diplomáticas. Según esto, en vez de proveer la
verdad completa, el público recibe aforismos y eufemismos para servir el cargo
diplomático de minimizar fricciones a través de las convenciones observadas por el
diplomático para lidiar con oficiales extranjeros. Es esta orientación y sus resultados lo
que WikiLeaks busca minar con el interés de promover la justicia a través de la
transparencia (SAUNDERS, 2011).

El artículo procede a analizar las reacciones diplomáticas tras la publicación de


“Cablegate” utilizando la teoría de relaciones internacionales. Describe como a través
del acceso hegemónico a los medios de información dominantes y el uso de etiquetas
peyorativas y emocionales como “terrorista” “saboteador” “villano”, “al Qaeda”, las
élites políticas, cubiertas por los modos establecidos de diplomacia basados en el
secreto, sistemas de favores mutuos, lenguaje codificado, etc se movieron para
desacreditar y demonizar a Julian Assange. En lo que siguió, el personaje de Assange
se volvió el tema de discusión central, enmudeciendo efectivamente la cobertura de
los documentos publicados. El autor pasa a estipular que en realidad muy poco del
mundo diplomático fue efectivamente removido por estas publicaciones pero un
resultado indirecto como expresado por Assange, sería que, al los diplomáticos y
políticos saber que lo que escriben podría salir a la luz, estos pensarían dos veces lo
que escribían, finalmente comprometiéndose solo con cosas de las que estén
orgullosos. Esto, por ende, refleja el gol declarado de Assange de subvertir la
autoridad ilegítima. En resumidas cuentas, y basado en la teoría de Habermas, el
autor define el accionar de WikiLeaks con el propósito de sacar el debate de la
oscuridad de los ambientes del poder, a la luz de la esfera publica para permitir que un
gobierno más moral, efectivo y justo se pueda desarrollar (SAUNDERS, 2011).

A través de estos dos artículos podemos observar con más claridad el propósito del
“Hacktivismo” como una herramienta para traer democracia y transparencia a la
audiencia global. Abanderados por los derechos humanos de la libertad de
información y la consecuente autonomía que esta brinda, WikiLeaks justifica su
accionar trasgresor como una herramienta para sacar a la luz lo que se viene
escondiendo por razones estratégicas de la esfera pública para lograr un debate,
protesta y opinión de los ciudadanos e involucrarlos en la toma de decisiones de sus

5
gobiernos. De esta manera se busca empoderar al pueblo con información verídica y
darle la herramienta del escrutinio para crear presión sobre la política en vista de una
gestión transparente, inclusiva y democrática.

¿En qué medida este accionar es ético al revelar información clasificada sobre una
base legal? Según el código ético del Colegio de Periodistas del Perú el primer deber
de un periodista es “Buscar la verdad en razón del derecho del pueblo a conocerla,
sean cuales fueran las consecuencias para sí mismo.” Este pedestal sobre el cual se
apoya el periodismo refuerza la noción del hacktivismo de la importancia de la
exposición de la verdad para la democracia, mas este deber se tiene que cumplir
dentro de ciertos parámetros, uno de ellos siendo “No utilizar métodos desleales para
obtener informaciones o documentos”. Dentro de esto, el hackeo se podría considerar
un método desleal de obtención de información.

Según Castells, hoy en día vivimos un paradigma distinto al de la época de la


industrialización, el informacionalismo. Este paradigma esta mediado por la tecnología,
como la época de la revolución industrial fue mediada por la industrialización a través
de la explotación de energía. El informacionalismo plantea el desarrolla de las
tecnologías de la información que da como resultado la capitalización de la
información y la eliminación de fronteras de tiempo y espacio. Esto, al igual que la era
industrial, cambia la manera como las personas entienden el mundo y como se rigen
dentro de la sociedad. Dentro de este paradigma, la productividad y el poder depende
de las tecnologías de creación y procesamiento de las comunicaciones y la
información. (CASTELLS, 1997)

Según Adela Cortina, es importante conocer las características de una sociedad para
poder entender cómo responder a sus exigencias morales. Dentro del caso particular
de la sociedad occidental donde prima la democracia liberal, esto se ve traducido en el
ideal del protagonismo de los ciudadanos en la vida pública. Para fortalecer la
ciudadanía, lo primero y más importante, es el acceso a la información que, hoy en
día, en la era del informacionalismo, se ha vuelto un bien inmaterial de altísimo valor.
(CORTINA, 2004)

Para Cortina, y como bien lo estipula Castells, la información es poder. Los


ciudadanos entienden el mundo a partir de la información que reciben de los medios y
es por esta razón que los que controlan este flujo de información y controlan los
medios tienen un enorme poder e influencia sobre el público. (CORTINA, 2004) Esta

6
responsabilidad debería ser usada para el bien de la comunidad ciudadana, más esto
muchas veces no es el caso, siendo utilizada para el bien de los individuos y
transnacionales que acumulan la información y monopolizan los medios de
comunicación.

Una solución que ofrece Cortina es luchar en contra de la monopolización de los


medios, asegurar una oferta variada de fuentes de información y medios para que, de
esta manera, el ciudadano tenga varias fuentes de información donde pueda
contrastar lo que recibe y verificar su veracidad total. De esta manera, la actividad de
los hackers suma enormemente a este esfuerzo por llegar a una transparencia total de
información. Ellos aseguran una lucha contra el monopolio de la información y la
manipulación del ciudadano a través de la concentración de medios. Democratizan
este espectro y quitan el poder a los más fuertes con grandes intereses para dárselo a
los ciudadanos comunes que buscan entender el mundo que los rodea y las
situaciones sociales de su país y el mundo, cada vez más globalizado.

Es por esta razón que considero que, al igual que la concentración de medios es
profundamente poco ético, la acción de los hackers como modernos Peter Panes de la
información es necesaria y ética ya que, como bien lo dijo Cortina, las leyes a veces
no son suficientes y a veces hasta son negativas dado que la manera como
interpretan los poderosos las leyes pueden ser en detrimento para los débiles, o sea,
los ciudadanos comunes y corrientes. (CORTINA, 2004) Aquí Cortina deja clarísima la
idea de que, si bien la actividad hacker es ilegal, esto no significa que sea anti-ética.

Para dar mas luz acerca de este tema, he buscado profundizar más en el imaginario y
la moral de los hackers como conjunto. En su libro, Hackers: Heroes of the Computer
Revolution, el autor Steven Levy describe el código ético de la comunidad hacker
como el compromiso a la libertad de información y meritocracia, así como la
desconfianza a la autoridad y la firme creencia de que las computadoras pueden ser la
base para un mejor mundo (LEVY, 1984). Por lo general, la literatura que se ha
producido en los años subsiguientes acerca de los hackers muestra una clara
bifurcación en el ámbito de la moral hacker, en donde en algunas literaturas se les
alaba y en otras se les denuncia. Los autores Gabriella Coleman y Alex Golub buscan
cambiar esta visión dicotómica al argumentar que si se quiere entender la diversidad
ética y la importancia cultural del hackeo, se debe examinar cómo la moralidad hacker
existe como géneros múltiples y superpuestos que convergen con procesos políticos y
culturales amplios tales como el liberalismo. (COLEMAN y Golub, 2008)

7
Según estos autores, los hackers revelan sus compromisos éticos a través de una
colección de prácticas y modismos. Estos modismos se encuentran muy cercanos a
asuntos liberales. Algunas de sus visiones morales e implementaciones técnicas
causa críticas políticas al privilegiar algunos principios liberales frente a otros. Por
ejemplo, en el caso de software libre, se valora más la expresión frente a la propiedad
intelectual. Ellos proponen que el hackeo es un ámbito crucial en la cual se le da
nueva vida al carácter fracturado y cultural del liberalismo en esta era digital. Pasan
luego a analizar tres ámbitos distintos de la actividad hacker. Describen el caso de un
hacker de MIT llamado Stallman en relación con los software libres. Stallman veía las
barreras diseñadas para impedir la creación y la propagación de información como
fundamentalmente poco éticas ya que las veía como un mecanismo para privatizar la
información y de esta manera permitir que individuos puedan sacar provecho en
detrimento de la comunidad. El en cambio, perseguía los ideales de el compartir y la
pedagogía. (COLEMAN y Golub, 2008)

Asimismo, analizan la política de transgresión de los hackers: estos ven los ideales del
acceso a la información y la privacidad meramente como eso: ideales que no pueden
ser obtenidos de una manera total y absoluta. Los hackers promulgan su crítica
política primariamente a través de la transgresión. Ellos conciben el hackeo como una
constante carrera de armas entre los que tienen el conocimiento y poder para erigir
barreras y los que tienen el mismo poder, conocimiento y voluntad de desarmarlos.
Los hackers intentan desafiar instituciones de poder consolidado como la CIA, FBI y
AT&T; buscan recordarle a los que tienen poder que hay gente ahí afuera que puede
trastornar el pretendido poder absoluto del establishment. La moralidad codificada en
esta forma de práctica hacker de esta manera valora el proceso de perforar candados,
desarmar seguridad, acceder a los inaccesible y eliminar barreras. (COLEMAN y
Golub, 2008)

Finalmente concluyen que los temas que tocan los hackers continuamente: libertad de
expresión, meritocracia, privacidad, el poder del individuo; sugieren que podemos leer
el material hacker como un caso cultural en el cual ideales liberales antiguos son
reformulados en el contexto de la interacción con sistemas tecnológicos. Esto es
combinado con la aproximación de Charles Taylor y su noción del “yo expresivo”. El
“yo expresivo” significa una subjetividad que descansa en tres puntos: primero, que los
humanos son capaces de exteriorizar nuestro yo interior a través de la acción creativa;
segundo, que esta acción es profundamente moral y tercero, que no es suficiente que

8
el sujeto actúe, sino que sus actos deben ser reconocidos por otros para que
realmente sean expresivos de sí mismos. Es por esto que la tecnología es central para
el “sentido del yo” de los hackers. Haciendo y usando tecnología es como los hackers
crean individualmente y como ellos se crean socialmente. A través de prácticas
rutinarias compartidas y regulares de su vida ordinaria y técnica, los hackers llegan a
personificar colectivamente morales evaluativas y disposiciones estéticas en las
cuales el conocimiento es territorio sagrado y el acceso y control personal sobre los
medios de información es valorado como esencial y la actividad técnica es
experimentada como el vehículo para la expresión creativa del yo. Estos códigos de
moralidad no escritos vienen de sistemas de valor más amplios, de esta manera, para
el hacker, la computadora se revela como el medio para realizar los valores culturales
mas altos: independencia, libertad y educación. (COLEMAN y Golub, 2008)

Todos estos valores liberales que defienden los hackers representan una amenaza
para los poderes que buscan monopolizar la información y data de la comunidad
global. Los hackers amenazan el orden de poder establecido ya que son como
vigilantes anónimos, muchas veces inubicables, indiferentes a los intereses
económicos y de poder. Sus valores son románticos y su ganancia es la misma
experiencia del hackeo, como lo describe Pekka Himanen de UC Berkeley en su libro
The Hacker Ethic, el valor final y más importante de los hackers es la creatividad: el
uso imaginativo de las habilidades de uno, la superación continua de uno mismo y el
dar al mundo una contribución genuinamente nueva y valiosa (HIMANEN, 2010).

9
Bibliografía

About. (s.f) Recuperado el 1 de Octubre de 2015, de wikileaks.org/About.html

Castells, M. (1997). La era de la información. Tomo 1: economía, sociedad y


cultura. Madrid, Alianza. Representar la comunidad: la teoría sociológica clásica y la
perspectiva de.

Código de Ética Periodística. (s.f) Recuperado el 1 de Diciembre, de


es.scribd.com/doc/60915089/codigo-de-etica-periodistica

Coleman, E. G., & Golub, A. (2008). Hacker practice Moral genres and the cultural
articulation of liberalism. Anthropological Theory, 8(3), 255-277.

Cortina, A. (2004). Ciudadanía activa en una sociedad mediática. Ética de los medios.
Una apuesta por la ciudadanía audiovisual. Barcelona: Gedisa, 11-31.

Himanen, P. (2010). The hacker ethic. Random House.

Hortal, A. (2002). Ética general de las profesiones. Desclée de Brouwer.

Jordan, T., & Taylor, P. A. (2004). Hacktivism and cyberwars: rebels with a cause?.
Psychology Press.

Levy, S. (2001). Hackers: Heroes of the computer revolution (Vol. 4). New York:
Penguin Books.

Ludlow, P. (2010). Wikileaks and hacktivist culture. The Nation, 4, 25-26.

Saunders, R. A. (2011). WikiLeaks are not terrorists: A critical assessment of the


Hacktivist challenge to the diplomatic system. Globality Studies Journal, 25.

Zanotti, A. (2011). EXPLORANDO EL INFORMACIONALISMO: NUEVOS


ESCENARIOS DE DOMINACIÓN, NUEVOS ESCENARIOS DE DISPUTA.Astrolabio,
(7).

10
11

También podría gustarte