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DERECHOS HUMANOS

Consciente de la excepcional capacidad que posee el ser humano para


reflexionar sobre su propia existencia y su entorno, así como para percibir la
injusticia, evitar el peligro, asumir responsabilidades, buscar la cooperación y
dar muestras de un sentido moral que dé expresión a principios éticos,

Teniendo en cuenta los rápidos adelantos de la ciencia y la tecnología, que


afectan cada vez más a nuestra concepción de la vida y a la vida propiamente
dicha, y que han traído consigo una fuerte demanda para que se dé una
respuesta universal a los problemas éticos que plantean esos adelantos,

Reconociendo que los problemas éticos suscitados por los rápidos adelantos
de la ciencia y de sus aplicaciones tecnológicas deben examinarse teniendo en
cuenta no sólo el respeto debido a la dignidad de la persona humana, sino
también el respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las
libertades fundamentales,

Resolviendo que es necesario y conveniente que la comunidad internacional


establezca principios universales que sirvan de fundamento para una respuesta
de la humanidad a los dilemas y controversias cada vez numerosos que la
ciencia y la tecnología plantean a la especie humana y al medio ambiente,

Recordandola Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de


diciembre de 1948, la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los
Derechos Humanos aprobada por la Conferencia General de la UNESCO el 11
de noviembre de 1997 y la Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos
Humanos aprobada por la Conferencia General de la UNESCO el 16 de
octubre de 2003,

Tomando notadel Pacto International de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos adoptados
el 16 de diciembre de 1966, la Convención Internacional de las Naciones
Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial del
21 de diciembre de 1965, la Convención de las Naciones Unidas sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer del 18 de
diciembre de 1979, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos
del Niño del 20 de noviembre de 1989, el Convenio de las Naciones Unidas
sobre la Diversidad Biológica del 5 de junio de 1992, las Normas uniformes de
las Naciones Unidas sobre la igualdad de oportunidades para las personas con
discapacidad aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas en
1993, la Recomendación de la UNESCO relativa a la situación de los
investigadores científicos del 20 de noviembre de 1974, la Declaración de la
UNESCO sobre la Raza y los Prejuicios Raciales del 27 de noviembre de 1978.
DESARROLLO CIENTIFICO
A partir de la segunda mitad del siglo XX las Ciencias Médicas han
experimentado avances superiores a todos los que habían tenido lugar en la
Medicina en los dos milenios anteriores. A medida que se acrecientan los
conocimientos científicos y aumenta el poderío técnico de que dispone el ser
humano, sus responsabilidades crecen de manera directamente proporcional a
dicho incremento. Esos avances pueden generar la inversión o deterioro en la
escala de valores en el mundo contemporáneo, creando una situación en la
cual escape al control humano la aplicación de los resultados científicos y
tecnológicos. Esto hace que se cuestione si todo lo técnica y científicamente
posible es moralmente admisible.

El compromiso de modelar el factor humano desde la Universidad Médica


tiene en la Bioética un importante baluarte debido a que la misma reorienta los
conocimientos científicos hacia los componentes subjetivos, interpreta las
necesidades del conocimiento emanadas de la práctica social como
necesidades de los sujetos actuantes, reconoce las conductas éticas que guían
las aplicaciones de los conocimientos científicos, contribuye a identificar los
problemas éticos que se derivan de la aplicación de la ciencia e incrementa el
sentido de la responsabilidad en la práctica médica. La Bioética propicia el
rescate y redimensionamiento de las nociones según las cuales el valor
supremo es el ser humano en sí mismo.

La fundamentación teórica de la Bioética que evidencie su contribución,


mediante un programa, a la formación de pre y postgrado de profesionales en
Ciencias Médicas, puede favorecer el empeño de que la ética devenga
principal arma diagnóstica y terapéutica de la práctica médica.

En esta dirección encontramos los principios bioéticos que se relacionan con el


cuidado de la vida y la salud, tales como la no maleficencia y la beneficencia, la
justicia y la autonomía, y también el fomento de los llamados valores
instrumentales como la capacidad de diálogo, la participación activa y la
facultad de tomar decisiones autónomas, entre otros. La Bioética contribuye a
superar las viejas nociones basadas en la racionalidad clásica, que presuponía
que los valores resultan externos con relación a la ciencia.

Aunque no puede olvidarse que la Medicina tiene una larga historia de


conceptos morales privativos de esta esfera, los cuales han exigido al
profesional situar el diagnóstico y tratamiento dentro del contexto de ciertos
deberes éticos, actualmente la conveniencia de integrar las dimensiones
culturales, éticas y espirituales en el abordaje de los procesos diagnósticos y
terapéuticos resulta una realidad innegable.
FLUJO DE INFORMACION

La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer los principios para la


conducta más apropiada del ser humano con respecto a la vida, tanto de la
vida humana como del resto de seres vivos, así como al ambiente en el que
pueden darse condiciones aceptables para la misma.

Se trata de una disciplina relativamente nueva, y el origen del término


corresponde al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz
Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación
ética del ser humano con las plantas y los animales.1 Más adelante, en 1970, el
bioquímico estadounidense dedicado a la oncología Van Rensselaer Potter
utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre «la ciencia de la
supervivencia»234 y posteriormente en 1971 en su libro Bioética un puente
hacia el futuro.

En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia de la ética médica, no se


limita al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen
que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera su campo a
cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.
Se han formulado una serie de definiciones respecto a la disciplina de la
Bioética, siendo una de ellas la adoptada por la Unidad Regional de Bioética de
la OPS (Organización Panamericana de la Salud), con sede en Santiago de
Chile y que, modificada por el S. J. Alfonso Llano Escobar en una revista de la
especialidad, define a la Bioética como «el uso creativo del diálogo inter y
transdisciplinar entre ciencias de la vida y valores humanos para formular,
articular y, en la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas
planteados por la investigación y la intervención sobre la vida, el medio
ambiente y el planeta Tierra».5 Sin embargo, cabe destacar, que ya en 1978, el
Kennedy Institute de la Universidad jesuita de Georgetown en Estados Unidos,
había publicado la primera Enciclopedia de Bioética en cuatro volúmenes,
dirigida por Warren Reich, un teólogo católico, donde se define a la Bioética
como el "estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias
de la vida y la salud, examinado a la luz de los valores y principios morales

La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las
relaciones entre biología, nutrición, medicina, química, política (no debe
confundirse con la "biopolítica"),7 derecho, filosofía, sociología, antropología,
teología, etc. Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la
aplicación de la ética en temas biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir
el ámbito de la ética a lo relacionado con los tratamientos médicos o con la
innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que la ética debe incluir lo
relativo a todas las acciones que puedan ayudar o dañar organismos capaces
de sentir miedo y dolor.
En el ámbito de la ética, la bioética se ocupa de examinar y definir aquellos
principios que proporcionen una óptima conducta humana con relación a la
vida, ya sea ésta la referida al hombre, a la vida animal o vegetal, así como del
medio en el que pueden darse las condiciones aceptables para la existencia..

La bioética, por tanto, no se limita al ámbito estrictamente médico, sino que


además incorpora conflictos y problemas éticos que tienen que ver con la vida
en su sentido más extenso, ampliando con ello su campo a cuestiones
vinculadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.

En la actualidad y en relación con la bioética de la práctica científica, se


definen cuatro ámbitos de actuación:

1. Investigación con humanos, muestras humanas y/o datos procedentes


de población humana que requieran protección
2. Investigación con animales y/o muestras animales
3. Investigación con Organismos Modificados Genéticamente (OMGs)
4. Investigación con agentes biológicos (AB) de riesgo para humanos,
plantas y/o medio ambiente
5. investigación con HUMANOS, muestras humanas y/o datos
procedentes de problación humana que requieran protección
6. Este tipo de investigación se relaciona frecuentemente con la
biomedicina, sin embargo, este tipo de experimentación, concretamente
la que implica el empleo de datos procedentes de población humana,
también es frecuente en otras áreas científicas en las que el análisis de
datos poblacionales para realizar análisis estadísticos es frecuente.
7. En este sentido, los progresos del conocimiento científico y tecnológico y
sus aplicaciones en la investigación provocaron ya en la segunda mitad
del siglo pasado la necesidad de elaboración de unos códigos éticos y
normativas legales, con el fin de evitar abusos y atentados contra la
dignidad humana, a pesar de lo cual todos somos testigos en la
actualidad de este tipo de abusos (ensayos de medicamentos,
extracción y empleo ilegal de muestras humanas, empleo de datos
personales sin consentimiento, etc.).
8. La Ética aplicada a la experimentación humana incluye una gran
variedad de temas, desde aquellos relacionados con la práctica médica
(principio y final de la vida, aborto, etc.) hasta los relacionados con
investigación aplicada (terapia génica, clonación, experimentación con
células troncales, experimentación con muestras humanas, ensayos de
investigación en humanos, análisis de datos poblacionales, etc.).
Igualdad de la bioetica

Lograr la equidad en salud es uno de los más importantes desafíos éticos a


nivel mundial. Sin embargo, la bioética ha dedicado escasa atención a estos
tópicos. El interés se ha centrado en la equidad en el acceso a los servicios de
atención de salud, pese a que se ha demostrado que la salud depende de una
diversidad de factores, entre ellos, los servicios de atención de salud. En este
documento pretendo mostrar la relevancia que el tema de equidad en salud
tiene para la bioética, y presentar algunas de las discusiones e interrogantes
pendientes en esta área.

El artículo está dividido en dos partes. En la primera, discuto la necesidad y


pertinencia que tiene para la bioética abordar el tema de las inequidades en
salud como un área de trabajo sustantiva. Para ello me refiero a algunas
circunstancias del desarrollo histórico y conceptual de la disciplina, las que
explicarían en gran medida el desinterés por los temas de justicia en salud.
Luego, analizo estas mismas circunstancias como fundamentos para la
incorporación de tales temas, considerando tanto los avances en el
conocimiento sobre los determinantes de la salud, como el rol de los principios
de autonomía y justicia. En la segunda parte, presento algunas de las que
podríamos llamar “certezas” y algunas de las preguntas pendientes en los
análisis actuales sobre justicia1 en salud. Para ello, discuto la preponderancia
de los macrodeterminantes de la salud por sobre los estilos de vida; las
tensiones éticas de las políticas de promoción de “estilos de vida saludables”;
la inexistencia de consenso respecto de las desigualdades injustas en salud –o
lo que se conoce como “inequidades” en salud–; las alternativas de acción en
el plano de las políticas públicas, y la ambigüedad que rodea lo que
entendemos por “salud”. Lejos de mis pretensiones está dar cuenta cabal de
las discusiones actuales sobre estos temas. Me interesa más bien mostrar su
pertinencia para la bioética, identificar algunas de las preguntas relevantes y
motivar el desarrollo de una línea de trabajo que pareciera estar comenzando a
cobrar fuerza al interior de la disciplina.

La identificación de la salud como un fenómeno multidimensional, que no


depende exclusiva ni mayoritariamente del acceso a los servicios de atención
de salud, ha permitido importantes avances en el campo de los análisis y las
acciones en el ámbito de la salud, entre ellos la legitimación del trabajo
interdisciplinario; la desmitificación de la tecnología como la panacea para la
resolución de todos los males; la valoración de las disciplinas distintas de la
medicina en su contribución a la salud; el reconocimiento de la necesidad de
abordar las “interrelaciones” de los distintos sectores o componentes de lo que
podría entenderse como “condiciones de vida”; el análisis de las relaciones –
más bien confusas– entre “calidad de vida” y “salud”.

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