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Evolución del Objeto y Método de la Económica Política

Hablar sobre la evolución del objeto y método de la Economía-Política es hablar de la


historia del pensamiento económico, pues ésta combina la reconstrucción racional e
histórica de la misma. Se busca con este trabajo, desplegando en el tiempo a la
economía, desvelar y comprender aquellos supuestos implícitos que en la actualidad se
toman como naturales, es decir, en términos foucaulteanos; la “normalización” de
marcos categoriales enquistados actualmente en las ciencias económicas.

Dicho de otra manera, reconstruir, para luego, en términos de Jacques Derrida,


“deconstrucción”, no en el sentido de disolver o de destruir, sino en el de analizar las
estructuras sedimentadas que forman el elemento discursivo, la discursividad filosófica
en la que pensamos. Este análisis pasa por la lengua, por la cultura occidental, por el
conjunto de lo que define nuestra pertenencia a esta historia de la filosofía.

Aun cuando aquél es un concepto filosófico creo que es perfectamente aplicable al


campo de la economía, ya que ésta se consideraba en sus inicios como parte de la
filosofía moral, pues, la económica era pensada dentro de la ética.

De Aristóteles a Marx

El primer pensador al que se le atribuye la tarea de reflexionar sobre la cuestión


económica es Aristóteles. Para él la economía constituía el arte de la administración del
propio patrimonio. Dicho arte formaba parte de la ética porque la riqueza era un medio
para un fin y, por tanto, estaba limitado por ese fin que se concretaba en el bienestar
valorado en términos de felicidad.

Además planteaba que la polis era anterior al ciudadano y por esta razón la explicación
científica de los fenómenos sociales debía basarse en leyes relacionadas con las
acciones de entidades más amplias que los individuos (holismo metodológico).

Los próximos en reflexionar la cuestión económica fueron los escolásticos, estos


tuvieron un enfoque normativo, es decir, que al igual que Aristóteles tomaron el
problema económico como parte de la ética pero desde su visión religiosa usando una
metodología deductiva, esto es, pasando de premisas generales ciertas a conclusiones
también ciertas sobre casos particulares; utilizando las reglas de la razón lógica
(racionalismo).

A principios del siglo XVII se empezó a formar un nuevo concepto de la economía


denominado mercantilismo que concebía a la economía política como la administración
de los asuntos del Estado. Pero esta concepción no buscaba satisfacer las necesidades de
la población, sino el engrandecimiento del estado.

Ya para el siglo XVIII se venía imponiendo cada vez más la noción de ver este
problema (la economía) como un campo de pensamiento en sí mismo y por esta razón
surge la primera escuela de pensamiento económico denominada “escuela Fisiócrata”.
Estos usaban una metodología deductiva ligada al racionalismo deductivo de Descartes
y definieron la economía política, como la ciencia de la producción y distribución de la
riqueza en el contexto de la administración de los recursos de una nación.

Por otra parte, Adam Smith, catedrático de filosofía moral, seguidor filosófico de
Newton y grandemente influenciado por la metodología de David Hume, estudió el
problema económico desde una rigurosa combinación de deducciones e inducciones
(paso de proposiciones particulares a las que se llega por la observación de los sentidos
–empirismo- a enunciados o leyes generales), que se fundamenta en la noción de
probabilidad, así como David Hume lo planteó en su momento, es decir, la inducción no
puede conducir a generalizaciones o leyes que posean certeza.

Dicho de otra manera, cuantas más veces pudiera observarse la correlación entre dos
fenómenos mayores, habrá siempre la probabilidad de que pudieran repetirse, aunque
nunca podría demostrarse una relación causa-efecto entre ambos.

Adam Smith en su Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las


naciones, define la economía-política como: “una rama de la ciencia del hombre de
Estado o del legislador”, cuyo objetivo es asegurar “un ingreso abundante o la
subsistencia para el pueblo” como suministrar “un ingreso suficiente para los servicios
públicos al Estado o al interés común”.

Cabe destacar que para Smith al igual que para Marx, a quien abordaremos más
adelante, la economía política era parte de la filosofía, por tanto, sus leyes y categorías
tenían una naturaleza histórica que los obligaba a especificar en su marco de
investigación al contexto institucional (la política), es decir, ambos eran relativistas
metodológicos (Partiendo de la base de que los seres humanos orientan su percepción de
la realidad y su experiencia desde sus patrones socioculturales y que estos patrones
varían, es posible que personas distintas tengan principios, percepciones o valoraciones
diferentes).

David Ricardo, por su parte, pretendió acercar las leyes de la economía política a las
leyes analíticas de la física. Tomó como dado el contexto institucional y declaro, desde
una posición de absolutismo metodológico que las leyes de la economía eran leyes
universales y que la economía era una rama independiente y ajena a las ciencias sociales
y a la historia.

Esta concepción de las leyes económicas y de la economía fue el inicio de la separación


del pensar de la teoría económica en conjunción con la verificación de su propia historia
para acercarse al paradigma de que las leyes económicas (como declaró John Stuart
Mill) sujetas a la restricción ceteris paribus (permaneciendo el resto constante) se
cumplían en ausencia de causas perturbadoras concretas.

En conclusión, la combinación del método deductivo e inductivo (característicos de los


clásicos y de Marx) fue abandonado por Ricardo, quien emprendió otro camino en el
que imperó el método deductivo, facilitando así el cambio de paradigma hacia la
economía neoclásica tras la revolución marginalista.

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