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El `Affaire' Sokal, el Ataque Posmoder-

nista a la Ciencia y la Impostura Intelec-


tual
por Edison Otero
[Publicado en Estudios Sociales [Chile], no. 100, Trimestre 2, 1999, pp. 9-38.]
http://www.physics.nyu.edu/faculty/sokal/otero.html

1 dríamos decir 'postmodernismo'), hace gala


de un acérrimo ataque a la razón y a la
Hace unos cuarenta y tantos años, el filóso- ciencia. Muchas expresiones de esta expan-
fo marxista Georgy Lukács se lamentaba siva tendencia tienen el claro perfil de mo-
de la expansión de las tendencias irraciona- da intelectual, con no poco frecuentes sig-
listas en la filosofía de su tiempo (Lukács nos de impostura intelectual. Para ser pre-
1953). En un texto titulado "El Asalto a la cisos, este irracionalismo de moda ha con-
Razón", denunciaba el irracionalismo filo- tagiado, en particular y principalmente, a
sófico (desde Schelling a Heidegger, pa- las humanidades y las ciencias sociales.
sando por Nietszche, Dilthey, Jaspers o
Max Weber) como la estrategia ideológica Luego de un par de décadas de este alegre
reaccionaria de la burguesía en contra del contagio, se ha producido una creciente
marxismo y el avance incontenible del co- reacción en diversos medios académicos,
munismo soviético. Convencido de la ver- una de cuyas expresiones es la publicación
dad última e incuestionable del marxismo de diversos textos de evidente impacto
concebía su denuncia como un esfuerzo en (Gross and Levitt 1994, Gross, Levitt and
la tarea de derribar el sistema capitalista. Lewis 1996, Koertge 1998, Sokal and
Pensado como un homenaje a Stalin, "El Bricmont 1998). Esta literatura reciente,
Asalto a la Razón" resultó ser un libro mili- producida por figuras destacadas de las
tante y unilateral, una pieza de museo apo- ciencias apellidadas 'duras' (físicos, mate-
logética de lo que terminó siendo una de máticos, biólogos, etc.), ha sido precedida
las experiencias criminales más chocantes por otra de carácter filosófico, característi-
del siglo. Si Lukács viviera hoy tendría ra- camente anti-relavista y anticonstructivista
zones de sobra para aumentar su inquietud (Stove 1982, Kolakowski 1992, Gellner
hasta el paroxismo. En muchos medios 1992, Bunge 1993, Holton 1994, Popper
académicos actuales, en Europa, Estados 1994, Laudan 1996). En honor a la verdad,
Unidos y Latinoamérica, un polifacético pueden rastrearse sus raíces en autores tan
neomarxismo, combinado con dosis varian- diversos como Bertrand Russell o Karl Jas-
tes de constructivismo, relativismo, de- pers, Stanislav Andreski o Pitirim Sorokin.
construccionismo, subjetivismo, orienta-
lismo New Age, feminismo, ecologismo, o A diferencia de otros abordajes, de difícil
estudios culturales (en una palabra, po- comienzo dada la sutileza conceptual de los

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temas, el nuestro tiene una ventaja clara a episodio ha generado en los últimos años.
su favor cual es la ocurrencia de un aconte- En muchísimo tiempo los medios académi-
cimiento que se ha convertido en un hito de cos franceses y estadounidenses no habían
la reacción contra las modas postmodernis- experimentado tal estremecimiento. Aun-
tas en los medios intelectuales. Tal aconte- que Sokal ha producido un sinnúmero de
cimiento ha sido denominado, de un modo polémicos artículos, lo sustantivo se halla
un tanto sensacionalista, como el `affaire contenido en "Impostures Intellectuelles",
Sokal', y ha sido capaz de generar un abul- un libro publicado en Francia en 1997, en
tado dossier de respuestas y contrarespues- coautoría con Jean Bricmont -físico teórico
tas. En 1995, Alan Sokal, profesor de Físi- de la Universidad de Lovaina, Bélgica. El
ca de la New York University, envió un año pasado, ha aparecido la versión inglesa
artículo a la revista Social Text. Esta revis- con el título de "Fashionable Nonsense.
ta gozaba a la fecha de un evidente presti- Postmodern Intellectuals' Abuse of Sci-
gio en el ámbito de los estudios culturales ence". Sokal y Bricmont dedican un capítu-
estadounidenses. Con el título de "Trasgre- lo distinto para cada uno de los autores ci-
diendo las Fronteras: hacia una Hermenéu- tados en la parodia original: Lacan, Kriste-
tica Transformacional de la Gravitación va, Irigaray, Latour, Baudrillard, Deleuze,
Cuántica", el artículo aceptado fue publica- Guattari, Virilio, además de intermedios
do al año siguiente, 1996, en el número 46- para Kuhn, Feyerabend, Bloor, Barnes,
47 de la revista. Lleno de sesudas y exper- Lyotard, etc.
tas consideraciones físicas, está sazonado
con enjundiosas citas de luminarias como Sokal y Bricmont sostienen que su libro
Jacques Derrida, Gilles Deleuze, Bruno tiene dos propósitos. El primero de ellos es
Latour, Julia Kristeva, o Jacques Lacan denunciar el abuso de los conceptos cientí-
(Sokal 1998, 212-258). ficos por parte de connotados autores:
"Mostramos que famosos intelectuales co-
Hasta aquí se trata de una historia común y mo Lacan, Kristeva, Irigaray, Baudrillard,
silvestre. Pero pasa a convertirse en una y Deleuze, han abusado repetidamente de
historia fuera de lo común cuando Sokal los conceptos y la terminología científica:
publica un segundo artículo denominado sea usando las ideas científicas totalmente
"Los Experimentos de un Físico con los fuera de contexto, sin dar la más mínima
Estudios Culturales", esta vez en la revista justificación, ...sea esparciendo jerga cien-
Lingua Franca, revelando que el artículo tífica entre lectores no-científicos sin nin-
anterior es una parodia, una pieza armada guna consideración de su relevancia o in-
intencionalmente con el propósito de poner cluso de su significado" (1998, x). En este
a la vista algunos rasgos imposturales de la caso, el dedo acusador apunta a una serie
literatura habitual en los estudios cultura- de prácticas intelectuales, muy extendidas
les. Sokal envía después un nuevo artículo entre los autores postmodernistas:
a la revista Social Text , con el título de "..mistificación, lenguaje deliberadamente
"Trasgrediendo las Fronteras: una Post Da- oscuro, pensamiento confuso, y mal uso de
ta". Como era previsible, dado el ridículo conceptos científicos" (1998, xi). El segun-
implicado, los editores se negaron a la pu- do propósito es enfrentar críticamente el
blicación de este trabajo. Fue incluído, sin relativismo epistemológico, "a saber, la
embargo, en el segundo semestre de 1996 idea (...) de que la ciencia moderna no es
en la revista Dissent Nº 43 (Sokal 1998, más que un 'mito', una 'narración' o una
268-280). No hace falta mucha imagina- 'construcción social' entre otras" (1998, x).
ción para inferir las reacciones que este A falta de un término mejor, estas expre-

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siones pueden ser consideradas como abierto cuestionamiento de la ciencia mo-
'postmodernismo': " una corriente intelec- derna ('occidental', 'falocéntrica', 'autorita-
tual caracterizada por el rechazo más o me- ria', etc.) va acompañado de un frecuente
nos explícito de la tradición racionalista de uso, aunque impostural, de los conceptos
la Ilustración, por discursos teóricos desco- de esa misma ciencia.
nectados de todo test empírico, y por un
relativismo cognitivo y cultural que consi- Reproduzcamos, y sólo a modo de expe-
dera la ciencia como nada más que una 'na- diente, algunos detalles del cuestionamien-
rración', un 'mito' o una construcción social to de Sokal y Bricmont a algunas figuras
entre otras" (1998, 1). postmodernistas, particularmente en lo que
dice relación con su uso abusivo y arbitra-
2 rio de los conceptos científicos.. De Jac-
ques Lacan dicen que "...al mismo tiempo
Sokal y Bricmont ponen a la vista algunas que proclama ser 'preciso', confunde los
de las tácticas usadas en este indesmentible números racionales y los números imagina-
abuso de los conceptos científicos: (a) uso rios. No tienen nada que ver los unos con
de teorías científicas acerca de las cuales, los otros" (p.25). Acerca de algunos des-
en el mejor de los casos, se tiene una vaga pliegues algebráicos de Lacan, afirman:
idea; (b) importación de conceptos desde "Sus 'cálculos' son pura fantasía" (p.26).
las ciencias naturales a las humanidades o Concluyen que resultan absolutamente ar-
las ciencias sociales sin la más mínima jus- bitrarias las relaciones que Lacan intenta
tificación; (c) despliegue de erudición su- establecer entre psicoanálisis y matemáti-
perficial, manejando términos técnicos en cas. Y ello, esencialmente, porque en las
contextos completamente irrelevantes; (d) páginas de Lacan no hay intento alguno por
manipulación de frases carentes de signifi- contrastar empíricamente lo que se dice:
cado, con exhibición de una verdadera in- todo se juega en citas y análisis de textos y
toxicación con palabras. Estas tácticas con- conceptos. A propósito de Julia Kristeva y
forman con frecuencia en la literatura sus reflexiones sobre el Teorema de Gôdel,
postmodernista casos evidentes de charla- sostienen: "Kristeva muestra que no en-
tanería. Por cierto, esta enumeración re- tiende los conceptos matemáticos que in-
cuerda las mejores páginas de Sorokin y de voca....Gôdel demostró exactamente lo
Andreski y actualizan otra vez el frágil lí- opuesto de lo que Kristeva pretende"
mite en el que se mueven las humanidades (p.49). Sokal y Bricmont no tienen apren-
y las ciencias sociales (1). De una parte, siones para decir que Kristeva trata de im-
está la vulnerabilidad política, esa que in- presionar a sus lectores con palabras fasci-
toxicó a las ciencias sociales en los años nantes que "..obviamente no comprende"
'60 y que dio argumentos a Popper para (p.48). En lo sustantivo, acusan a esta auto-
afirmar que una comprensión de la ciencia ra de no desarrollar esfuerzo alguno por
no podía fundarse en disciplinas con apego justificar la relevancia que ciertos concep-
errático a las normas de la competencia in- tos matemáticos -según ella sostiene- ten-
telectual (Popper 1970). De la otra, está la drían en la lingüística, la crítica literaria, la
vulnerabilidad linguística, esa tentación de filosofía política o el psicoanálisis.
reemplazar la falta de profundidad con jer-
ga y terminología vacías, merecedoras de En cuanto a Luce Irigaray, esta autora recu-
una mirada nominalista (2). Resulta para- rre con frecuencia a conceptos de la teoría
dójico, cuando menos, observar cómo un de la relatividad de Einstein y a la física
atómica. Para Sokal y Bricmont,

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"...desafortunadamente, su conocimiento de todo arbitrarios y, aún así, "...sea tomado
la lógica matemática es tan superficial co- en serio por los editores, los comentaristas
mo su conocimiento de la física" (p.117). y los lectores" (p.172). Virilio es, según
Irigaray usa, en uno de su textos, la expre- ellos, el ejemplo más perfecto de diarrea de
sión 'aceleraciones sin reequilibrios elec- la escritura.
tromagnéticos'. Nuestros críticos comentan:
"Esa expresión no tiene ningún significado Como puede apreciarse, la denuncia es di-
en física; es, enteramente, una invención de recta y precisa. No se refiere a cada uno de
Irigaray" (p.108). Por relación a Bruno La- los acusados en el total de su obra sino,
tour, reputado sociólogo de la ciencia, los exactamente, al uso negligente e incompe-
disparos de Sokal y Bricmont no son me- tente de conceptos y teorías científicas. So-
nos mordaces. El tratamiento que Latour bre el resto de la producción de cada autor,
hace de la teoría de la relatividad de Eins- Sokal y Bricmont no se pronuncian. Esta
tein es una expresión de los problemas a abstención es significativa: quiere decir que
los que se enfrenta un sociólogo cuando suspenden el juicio porque no se autocon-
intenta analizar el contenido de una teoría sideran competentes para pronunciarse. Se-
científica que no entiende muy bien. En ría una contradicción si lo hicieran, pues
una palabra, Latour malentiende. Y lo cen- ese defecto es precisamente el que ellos
tral, no tiene ningún fundamento suponer imputan a sus acusados: hablar sobre lo que
que los conceptos de la teoría de la relati- no saben y, en consecuencia, producir char-
vidad tengan alguna implicación para la latanería. Por otra parte, resulta no poco
sociología. Respecto de Braudillard, Sokal interesante advertir sobre la composición
y Bricmont detectan una variedad de con- de la muestra de autores elegidos por Sokal
fusiones científicas, particularmente en re- y Bricmont; ocurre que la mayor parte de
lación a la teoría del caos. Sus análisis caen ellos pertenece al mundo académico fran-
en el terreno de lo absurdo. Baudrillard usa cés. No es la primera vez que el dedo acu-
un lenguaje "pomposo y carente de senti- sador apunta contra la producción intelec-
do" (p.153). tual gala, particularmente en los ámbitos de
las humanidades y las ciencias sociales, allí
Gilles Deleuze y Félix Guattari, a su vez, donde se produce una ambigua zona de in-
emplean jerga pseudo-científica, llena de tersección de reflexión filosófica y literatu-
afirmaciones sin sentido, banales y confu- ra, lógica y estética (3). En 1993, Arthur
sas. Más aún, desarrollan "..mistificaciones Asa Berger había llamado ya la atención
sobre objetos matemáticos que han sido sobre la obsecuencia con que la investiga-
bien comprendidos desde hace 150 años" ción estadounidense en comunicación de
(p.165). Sobre Paul Virilio, Sokal y Bric- masas se dejaba impresionar por la autores
mont aumentan el tono de sus denuncias: franceses y europeos en general (Berger
"..lo que presenta como ciencia es una 1993). En términos más ácidos aún, Mario
mezcla de confusiones monumentales y Bunge había dicho lo propio años antes,
fantasías salvajes. Además, sus analogías definiendo el postmodernismo: "Es, sim-
entre la física y las cuestiones sociales son plemente ponerle nombre a esa gran fábrica
de la mayor arbitrariedad imaginable, de basura intelectual que hay en París, la
cuando simplemente no se intoxica con sus mayor exportadora de basura intelectual del
propias palabras" (p.169). Les sorprende mundo. Por eso ahí van, como moscas, to-
que Virilio copie conscientemente una dos los amantes de basura" (Serroni-
afirmación que manifiestamente no entien- Copello 1989).
de, desarrolle sobre ella comentarios del

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3 dense hacia mediados de siglo. Pero esta
desautorización no es el resultado de la
Abordemos ahora el esfuerzo de Sokal y comprobación confiable de lo que se afir-
Bricmont destinado a identificar los recur- ma sino de una inferencia a partir de un
sos que conforman la producción impostu- supuesto: la sociedad totalitaria (sociedad
ral de los autores seleccionados. En un de masas) es un hecho y lo seguirá siendo.
apretado resumen, estos son algunos de La consecuencia más inquietante de este
esos recursos: procedimiento consiste en la eximición que
los teóricos críticos se autoaplican de tener
1. Indiferencia, cuando no desdén, por que comprobar, demostrar o someter a con-
los hechos. trastación sus afirmaciones globales. Este
2. Indiferencia, cuando no desdén, por autoestatuto ad hoc resulta aún más arbitra-
la lógica. rio cuando se adosa a un cierto fundamen-
3. Erudición científica excesivamente talismo moral de curioso perfil, manifesta-
superficial e irrelevante. do en una diversidad de adjetivos limítro-
4. Uso extendido de jerga aparente- fes: "empobrecimiento del espíritu, indus-
mente científica. tria cultural corrompida, medios de comu-
5. Uso indiscriminado y arbitrario de nicación malignos, idolatría de lo vulgar,
la metáfora y la analogía. barbarie, antihumanidad, depravación de la
6. Estilo oscuro de exposición como cultura, corrupción del proletariado, horro-
signo de supuesta profundidad. rosa realidad del hombre masa, ciénaga de
7. Despliegue de generalizaciones ar- embrutecimiento espiritual, páramo des-
bitrarias. tructor de conciencias.." (Otero 1998, 92).

Dediquemos algunas consideraciones a es- Por ningún lado es posible hallar en la ar-
tos recursos; por ejemplo, la indiferencia gumentación 'crítica' el cumplimiento de
por los hechos. Este rasgo caracteriza cen- esa norma básica de cualquier elucidación
tralmente a la actitud llamada crítica, no en científica: el sometimiento de las afirma-
el sentido popperiano de la expresión -que ciones que se hacen al contralor de los
es sinónima de 'racional'- sino aquella ins- hechos, los datos, los antecedentes, las rea-
pirada principalmente en la teoría crítica de lidades. Con el propósito de no ser objetos
la sociedad, al estilo Adorno-Horkheimer. del mismo juicio a las afirmaciones genera-
'Crítico' es, en este contexto, un pensamien- les abstractas de los teóricos críticos, nues-
to opositor que sobrevive como una expre- tro juicio general puede ser sometido a eva-
sión moral única en el escenario de una so- luación específica. Un área de estudios en
ciedad totalitaria, hegemónica, que controla la que ha proliferado históricamente el esti-
meticulosamente a todos sus miembros. A lo de los teóricos críticos, y su consabida
tal grado opera esta dominación y está de indiferencia por los hechos, es la investiga-
tal manera introyectada que cualquier in- ción sobre los medios de comunicación;
tento por describirla y comprenderla vía diversos estudios consideran a la teoría crí-
testimonio de los sujetos miembros de la tica como una de las tradiciones que se ha
sociedad en cuestión debe ser desautoriza- desarrollado en el área, junto con la ciencia
do por principio; este argumento constituyó social de corte empírica y los estudios in-
la base de la postura negativa de los teóri- terpretativos. En un trabajo dedicado al te-
cos críticos frente a la investigación empí- ma, Fink y Gantz someten estas tradiciones
rica prevalente en la sociología estadouni- a un estudio de sus rasgos epistemológicos
y metodológicos, considerando variables de

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análisis como el tipo de hipótesis que se El desdén por los hechos tiene una implica-
formulan, la estructuración de las muestras, ción sustantiva que es necesario poner a la
la recolección de datos, el análisis de los vista: permite soslayar la norma de someter
datos, la verificación o la generalización. nuestras afirmaciones a los tests de la ob-
Con este propósito, examinan 253 artículos servación y el experimento. En suma, es la
publicados en 10 revistas estadounidenses pretensión de que existen juicios, postula-
especializadas en comunicación, con comi- dos o tesis que pueden eximirse de ser con-
té editorial. En relación a la variable 'veri- trastadas frente a la evidencia empírica. El
ficación', los autores concluyen: "En las corolario de esta pretensión es que, enton-
tradiciones interpretativa y crítica, casi to- ces, se puede decir cualquier cosa y se ha
dos los artículos (97 y 98%, respectivamen- abierto el camino para la más absoluta arbi-
te) no presentan verificación" (Fink y trariedad. A falta de justificación imparcial
Gantz 1996, 9). Algunas páginas más ade- y objetiva, valen el recurso a la autoridad o
lante, comentan: "No era de esperar que los a literatura que se reputa como sagrada,
estudiosos críticos utilizaran algún proce- sobre todo cuando se ha proclamado pre-
dimiento formal de verificación, y casi to- viamente la igualdad cognitiva de todos los
dos no lo hicieron. Esto encaja con la tradi- discursos -incluyendo el científico.
ción crítica porque la crítica, por su natura-
leza, es difícil de verificar. Cuando se apli- Nuestra alusión a la teoría crítica de la so-
ca una perspectiva crítica con el intento de ciedad como actitud inspiradora básica,
argumentar en pro del cambio, la verifica- puede respaldarse todavía más si se consi-
ción sólo puede ser dejada a aquellos que dera que exhibe algunos otros de los rasgos
están de acuerdo con esa perspectiva. identificados por Sokal y Bricmont entre
(...)Aquellos que están de acuerdo con la los postmodernistas. Uno de ellos es el
ideología del estudioso pueden verificar sus consignado en el número 6 de la enumera-
conclusiones, y aquellos que no están de ción: estilo oscuro de exposición como sig-
acuerdo no pueden" (1996, 12). no de supuesta profundidad. Tal es el juicio
que diversos escritos de Theodor Adorno le
Como puede apreciarse, la indiferencia an- merecieron a Karl Popper. Le parecieron
te los hechos que es uno de los recursos de tan faltos de sencillez, claridad y modestia
la literatura postmodernista tiene, entre sus que simplemente abortaban la posibilidad
raíces, el estilo especulativo y abstracto de de discusión seria. En lo fundamental, los
la actitud crítica de la Escuela de Frankfurt consideró ejercicios de trivialidad acompa-
(4). La ninguna referencia a los hechos está ñados de lenguaje grandilocuente (Popper
también expresada en el recurso a la utopía; 1997, 80). En un tono bastante más polé-
puede decirse que es su correlato. La crítica mico, Popper se refiere después a los escri-
a las sociedades existentes no es hecha a tos de Adorno sobre epistemología y filo-
partir de una experiencia social del pasado, sofía: "...podrían calificarse de mero char-
o contemporánea, sino desde el punto de latanismo" (1997, 84).
vista de la perfección: la sociedad perfec-
tamente justa, perfectamente igualitaria, Continuando con nuestro comentario a la
perfectamente solidaria. Lo importante a enumeración de Sokal y Bricmont, el re-
consignar aquí es que, con ese punto refe- curso de usar jerga aparentemente científi-
rencial, ninguna sociedad presente o pasada ca es la expresión de un hecho paradójico
resiste la comparación. que linda claramente con el procedimiento
de desdeñar la lógica. A nuestro juicio,
constituye una paradoja que, al mismo

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tiempo que se elabora un 'discurso' anti- concentrar toda la denuncia de Sokal y
ciencia, se utilice terminología y concep- Bricmont, en materia de impostura, en un
tualización científica para construir tipos de tema definitorio: el descenso de los están-
conocimiento supuestamente alternativos. dares de calidad en el trabajo intelectual en
Esto es lisa y llanamente un argumento de las universidades estadounidenses. Y, pue-
autoridad, lo cual expresa la tentación anti- de decirse sin peligro de contradicción, en
intelectual a la que cede todo el tiempo el todas las instituciones académicas en las
estilo posmodernista de argumentación. Por que el estilo postmodernista ha encontrado
otra parte, es notorio cómo este recurso re- eco en cualquier parte del mundo. Las uni-
produce una vez más el complejo de imita- versidades latinoamericanas, en general,
ción de las ciencias físicas, matemáticas y pueden ser integradas al mismo diagnósti-
biológicas que caracteriza a muchos espe- co. Es un hecho que la subvaloración arbi-
cialistas de las humanidades y las ciencias traria de la ciencia, las sospechas dirigidas
sociales. Ni un solo ejemplo de terminolo- a la racionalidad y la tesis de la equivalen-
gía científica es tomado de la sociología o cia cognitiva de todos los 'discursos' -la
de la antropología; los referentes preferidos ciencia, la religión, el mito, la superstición,
son la teoría del caos, la relatividad, la me- etc.- genera a corto andar el desate de todas
cánica de fluídos, la topología, la mecánica las normas de rigor y consistencia que se
cuántica,. No obstante, esta es, al mismo exigen de la reflexión seria. El oficio inte-
tiempo, la ciencia desautorizada como fa- lectual queda así vulnerable a sus peores
locéntrica, patriarcal y autoritaria. Y en el tentaciones, aquellas que lo acercan peli-
caso del más recurrido de los autores para grosamente a la charlatanería, de una parte,
la argumentación que reduce la ciencia a un y su inconsciente inserción en programas
discurso socialmente construído como políticos contingentes, de la otra. Entre la
cualquier otro, a saber Thomas S. Kuhn, ni impostura y su instrumentalización en el
uno solo de sus ejemplos de ciencia normal chantaje de la táctica política, la actividad
o de revolución científica es ubicable en el intelectual desfallece y pierde su capacidad
ámbito de las ciencias sociales (Otero de esclarecimiento.
1998). Ni qué decir que el propio Kuhn
desautorizó el uso abusivo de sus tesis por Una profunda inquietud sobre el fenómeno
parte del llamado Programa Fuerte de So- de la caída de los estándares de calidad del
ciología de la Ciencia. trabajo académico informa los plantea-
mientos de un libro precursor y antecedente
4 directo del texto de Sokal y Bricmont:
"Higher Superstition. The Academic Left
Según los autores de "Fashionable Nonsen- and Its Quarrels with Science", cuyos auto-
se", el discurso oscuro del postmodernis- res son el Profesor Emérito de Ciencias de
mo, lleno de juegos de palabras, tiene con- la Vida, Paul R. Gross, y Norman Levitt.
secuencias que no se pueden soslayar: ge- Profesor de matemáticas de la Universidad
nera deshonestidad intelectual, envenena Rutgers. Este libro data de 1994, y ha sido
parte de la vida intelectual, fortalece el an- reeditado recientemente (Gross and Levitt
ti-intelectualismo, produce una confusión 1998). Formando parte de una amplia co-
cultural que favorece el oscurantismo. Más munidad intelectual adscrita al sistema
en lo específico, provoca una tremenda académico estadounidense, los autores ex-
"...pérdida de tiempo en las ciencias huma- perimentan gran inquietud por la prolifera-
nas" (1998, 206). Es perfectamente posible ción de distorsiones y exageraciones acerca
de la ciencia, las que, según afirman, ame-

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nazan con envenenar la cohesión intelec- en tanto uno se familiariza con este cuerpo
tual necesaria para la sobrevencia de una de teoría, aparecen las unidades subyacen-
universidad que se respete. Así, les ha ocu- tes" (1998, 11). A la hora de identificar a
rrido "..encontrarse con libros que pontifi- los adalides de estos planteamientos anti-
can acerca de la crisis intelectual de la físi- ciencia, Gross y Levitt distinguen a los
ca contemporánea, cuyos autores nunca se constructivistas culturales -en versión an-
han complicado siquiera con un simple tropológica o sociológica-, los postmoder-
problema de estadística; ensayos que hacen nistas, las feministas críticas y los ambien-
referencias de conocedores a la teoría del talistas radicales, la mayor parte de ellos
caos, de autores que no podrían reconocer, ubicables en la izquierda política del mun-
y mucho menos resolver, una ecuación di- do académico, una mezcla que puede iden-
ferencial lineal de primer orden; andanadas tificarse en conjunto como 'estudios cultu-
sobre la tiranía semiótica del ADN y de la rales'. Por cierto, Gross y Levitt enfrentan
biología molecular por parte de estudiosos decididamente los planteamientos temáti-
que nunca han estado en un laboratorio re- cos de la postura anti-ciencia, al igual que
al, o preguntado cómo la droga que toman Sokal y Bricmont. Como se trata de un ni-
baja su presión sanguínea" (1998, 6). Como vel de debate con su propia lógica, le dedi-
podemos apreciar, está en juego aquí el caremos espacio un poco más adelante en
problema de la competencia intelectual. La este artículo; por ahora, deseamos respetar
acusación de Gross y Levitt está dirigida el tratamiento transversal del núcleo de
ante todo a autores que revelan falta de análisis hasta aquí: la impostura intelectual
idoneidad, puesto que hablan de lo que no y la caída de los estándares de calidad del
saben. Esto los desautoriza. Sin embargo, a trabajo académico. Bross y Levitt escriben:
Gross y Levitt les sorprende de sobremane- "Muchos humanistas, muchos historiado-
ra la expansión de este estilo impostural en res, una buena fracción de los sociólogos,
la literatura postmodernista, particularmen- un sorprendente número de filósofos -no
te en los cientistas sociales teóricos y en los saben virtualmente nada sobre la física" (p.
críticos literarios profesionales y, todavía 127); sin embargo, ello no les exime de lle-
más específicamente, en sus ataques a la var y traer una variedad de afirmaciones
ciencia y a los cánones de objetividad y que se dan por hechos pero que no son más
evidencia empírica. Les llama la atención que generalizaciones vacías y descontex-
la popularidad que este estilo engañoso lle- tualizadas. Por ejemplo, aquella tan recu-
ga a tener en las humanidades y las cien- rrida de que la visión causal y determinista
cias sociales y el formato temático que de la naturaleza simplemente se ha evapo-
adopta: "Cada practicante arma su arsenal rado; o aquella otra de que las metáforas
con partes y piezas polémicas favoritas -un juegan un rol fundamental en la construc-
poco de marxismo para enfatizar la estre- ción de las matemáticas; en lo central, se
cha alianza de la ciencia con la explotación trata de autores incompetentes en materias
económica, un poco de feminismo para de- científicas. Por ejemplo, Bruno Latour, de
latar el sexismo de la práctica científica, un quien Gross y Levitt afirman: "Su análi-
poco de deconstruccionismo para subvertir sis...de la naturaleza matemática de las teo-
la lectura tradicional de la teoría científica, rías científicas, y la invocación de la ma-
tal vez un poco de afrocentrismo para so- temática formal para expresarlas, es inge-
cavar la noción de que los logros científi- nuo y obtuso" (p.62). Un fenómeno que se
cos están inevitablemente ligados a los va- repite, pues, es la comisión de errores de
lores culturales Europeos. Las proporciones amateurs, y el intento de hacer pasar meros
y los énfasis varían de un texto a otro, pero, oropeles verbales como conocimiento ma-

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temático. Esta impostura va acompañada, matemáticas, medicina, antropología, psi-
paradójicamente como hechos visto, de un cología, ciencia política, ambientalismo,
virulento ataque a la ciencia moderna, a la etc. Estos enfoques específicos constituyen
que se considera falocéntrica, y asociada a un evidente enriquecimiento del debate a
los mecanismos de la dominación capitalis- nivel de especificación. Hay casuística va-
ta-racista-patriarcal; la alternativa es una riada y multifacética de la impostura aca-
actitud postmoderna (de la cual no hay no- démica, y hay también el ataque frontal a
ticias) capaz de reiventar la ciencia y la algunas tesis posmodernistas característi-
teorización misma y, por cierto, subvertir el cas; por ejemplo, aquella que distingue en-
orden social. Así, la crítica de la ciencia es tre la 'gran' ciencia, la que es instrumento
un proyecto político. Sólo que, en muchos de las oligarquías, y la 'pequeña' ciencia,
sentidos se trata de una excusa. Gross y también denominada 'alternativa', 'no-
Levitt hacen ver la estrecha correlación en- tradicional', o 'democrática'. Amén de pre-
tre un fuerte compromiso político y un de- guntarnos inútilmente por los logros y re-
ficiente background científico (p.238). Lo sultados sustantivos de la 'pequeña' ciencia,
decisivo es que el argumento político pro- resulta risible, por decir lo menos, hablar
cede a desautorizar de antemano el plan- de una ciencia 'democrática'. ¿Consistirá en
teamiento opositor potencial de los propios que todos, sin excepción, somos científi-
hombres de ciencia; como no son sino una cos? ¿O que todos podemos votar para de-
comunidad comprensible por el juego de cidir si una teoría tiene mayor poder expli-
los intereses que la mancomuna, sus opi- cativo que otra? ¿O que podemos acordar
niones no tienen valor cognitivo. Sólo que, un plesbicito para elegir lo que es conoci-
en tal caso, hay que probar que los proyec- miento? Sin lugar a dudas, todo esto es
tos políticos no se someten a la misma ló- demagogia sin más. En el ámbito de las
gica social. Lo que importa, en consecuen- afirmaciones gratuitas, Dudley Hersbach,
cia, es que este socavamiento de la ciencia Premio Nobel de Química, pone a la vista
implica la invitación a una política supers- la arbitrariedad de la feminista Susan Har-
ticiosa y fanática que, aplicada a las comu- ding para quien los Principia de Isaac New-
nidades académicas universitarias, amena- ton pueden ser considerados como un 'ma-
zan con su destrucción ante todo porque nual de violación', puesto que el científico
eximen a quien quiera de someterse a es- (hombre) obliga a la naturaleza (mujer) a
tándares comunes de seriedad intelectual. satisfacer sus deseos. Por su parte, Norman
Levitt denuncia una de las pretensiones bá-
El problema de los estándares del trabajo sicas de la impostura posmodernista, con-
intelectual es también el tema preeminente sistente en sostener que, puesto que la
en otro libro significativo: "The Flight from ciencia es un fenómeno sociológico o an-
Science and Reason", del que son editores tropológico, para hablar de ella no hace
Gross, Levitt y Martin W. Lewis, y que re- falta tener competencia en materias de me-
produce las intervenciones recogidas en un todología o de contenido de una ciencia en
encuentro del mismo nombre auspiciado particular; asi, pues, se requiere ser igno-
por la New York Academy of Sciences. En rante. El axioma podría formularse como
el texto aportan sus reflexiones figuras co- sigue: cuanto menos se sabe de una ciencia
mo Gerald Holton, Susan Haack, Mario cualquiera en particular, tanto más se puede
Bunge, Noretta Koertge, Robin Fox, Step- hablar de todas ellas en general. Un corola-
hen Cole, entre otros (1996). Un rasgo de rio de este axioma sostendría, en conse-
este libro es la denuncia de la anticiencia, cuencia, que el que sabe menos es el que
realizada desde diversas disciplinas: física, sabe más, o que nadie sabe más que el ig-

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norante. En fin, un planteamiento carente hay verdad objetiva, que todo vale, aque-
absolutamente de seriedad, además de ser llos que hacen pasar opiniones políticas por
una puerta abierta a la charlatanería. Por su ciencia y se comprometen en una erudición
parte, el profesor de filosofía Barry Gross postiza. No se trata de pensadores hetero-
identifica este tipo de impostura como uno doxos originales; ignoran o incluso desde-
de los rasgos centrales de las que llama ñan el pensamiento riguroso así como la
'brigadas anticiencia' y lo caracteriza como experimentación. Ni son Galileos incom-
la pretensión de poder desarrollar juicios y prendidos, castigados por los poderes a
análisis significativos acerca de un tema causa de proponer osadas verdades y méto-
técnico aunque uno sea completamente ig- dos. Por el contrario, por estos días mucha
norante sobre el. Afirma textualmente: "El baba y fraudes intelectuales están obte-
hecho es que las personas que no han sido niendo empleo, se les permite enseñar ba-
entrenadas en una u otra ciencia y no la han sura en nombre de la libertad académica, y
practicado son incompetentes para saber ven publicados sus detestables escritos en
cómo se la produce, como se la escribe, revistas y editoriales universitarias. Ade-
como se la anuncia en congresos o en re- más, muchos de ellos han adquirido sufi-
vistas, o qué es lo que cuenta como un éxi- ciente poder para censurar el estudio ge-
to. En ausencia de este conocimiento técni- nuino. Han instalado un caballo de Troya
co, estas personas tenderán a centrarse en en la ciudadela academia con la intención
aquellos aspectos de la ciencia que creen de destruir desde dentro la cultura auténti-
entender -los aspectos sociales" (1996, 83). ca" (1996, 96). Bunge distingue dos tipos
Se trata de una afirmación contundente. de enemigos de la verdadera razón de ser
Sostiene la existencia, entre los autores de una universidad: los anticientíficos
postmodernos, de una correlación entre la ('postmodernistas') y los pseudocientíficos.
ignorancia acerca de una ciencia en parti- Entre los anticientíficos, Bunge identifica a
cular y la tendencia a centrarse en las va- quienes hacen gala de existencialistas, fe-
riables sociales como variables fundamen- nomenólogos, sociólogos fenomenólogos,
tales. Como lo ha señalado agudamente etnometodólogos y feministas radicales. A
Susan Haack, sostener que el conocimiento estas últimas, les enrostra la falta de serie-
científico no es nada sino una construcción dad de sus tesis de que la razón y la expe-
social significa, a corto andar, pretender rimentación, los argumentos racionales y la
que las ciencias físicas (o naturales) han de contrastación empírica de las hipótesis,
subordinarse a las ciencias sociales (1996, constituyan 'armas de la dominación mas-
264). La sociología sería, en consecuencia, culina'. En lo que a impostura académica se
la ciencia paradigmática. Obviamente, si- refiere, Bunge indentifica como tal el uso
quiera por una consideración histórica, se de simbolismo pseudomatemático, el pro-
trata de una pretensión carente de bases babilismo subjetivo, el manejo negligente
sólidas. de la teoría del caos, el estilo de la sociolo-
gía postmertoniana de la ciencia, el racismo
Por su parte, en el libro que comentamos 'científico' y la tecnología feminista. Con-
solo someramente, Mario Bunge desarrolla cluye su ácida denuncia formulando una
un descarnado diagnóstico de la situación: Carta de los Derechos y Deberes de la
"Desde hace tres décadas o algo así, mu- Academia Intelectual; entre sus artículos se
chas universidades han sido infiltradas, incluye siguiente: "Todo cuerpo académico
aunque no tomadas todavía, por los enemi- tiene el deber de adoptar los más rigurosos
gos del aprendizaje, el rigor, y la evidencia estándares conocidos de estudio y conoci-
empírica: aquellos que proclaman que no miento" (1996, 111).

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El tema es otra vez la columna vertebral de ilustra a cabalidad la diseminación de un
un libro publicado en 1998 bajo el título de estilo impostural en el trabajo académico:
"A House Built on Sand. Exposing Post- "Lo que está en el corazón del tema provo-
modernist Myths About Science", editado cado por la parodia de Sokal, me parece a
por Noretta Koertge, especialista en filoso- mí, es esto: no la mera existencia de in-
fía de la ciencia. Se trata de una publica- competencia en la academia sino, más bien,
ción colectiva, que incluye entre otros a los esa específica forma suya que surge de
ya conocidos Sokal, Bricmont, Gross y Le- permitir que los criterios ideológicos des-
vitt. Convencida de que la solidaridad polí- placen tan completamente los estándares de
tica de corto plazo no puede sustituir a la conocimiento que ni siquiera las considera-
integridad académica, Koertge concibe esta ciones de inteligibilidad son vistas como
antología como un esfuerzo destinado a algo relevante para la aceptabilidad de un
elevar el nivel de la discusión crítica, nivel argumento" (p. 26). El cuestionamiento
que toda una literatura ha contribuído a de- generalizado e incansablemente repetido de
bilitar: "..verdadero carnaval de abordajes y los conceptos de 'realidad', 'objetividad' y
metodologías en el que encontramos a fe- 'verdad', convertido de interrogación inte-
ministas y marxistas de todo tipo, etnome- lectual lícita en evidencia inobjetable, ha
todólogos, desconstruccionistas, sociólogos revertido en la expansión incontrolada de
del conocimiento y teóricos críticos.." licencias para no dar cuenta de la coheren-
(1998, 3). El profesor de filosofía Philip cia, la consistencia, y la verificabilidad de
Kitcher, uno de los colaboradores de esta lo que se afirma. Si nada es decididamente
publicación, ironiza con la mezcla de refe- real, nada es claramente objetivo y nada es
rencias a la que nos habitúan los autores categóricamente verdadero, entonces cual-
postmodernistas: " Hay nuevas modas quier cosa es de algún modo real, objetiva
anunciadas en la alta costura Gálica. Mez- y verdadera para quien la formula. Eso es
clemos algo de Lacan, algo de Lyotard, ro- más que suficiente. Pero, criterios de esta
ciemos con Deleuze. Juguemos con Derri- naturaleza, tan laxos y carentes de exigen-
da. Tengamos redes del actor, cortes de cia, son la puerta abierta de la charlatanería
práctica, superficies dialécticas emergentes, la que oculta su incompetencia vistiéndose
discursos multivocalizados, poligénericos, de proyecto político democrático y multiét-
postfaloegocéntricos, transcategorialmente nico. Sólo que la introducción de categorías
sensitivos...Tengamos soluciones a los democráticas en materia de conocimiento,
problemas de la ciencia que nadie ha pen- amén de demagógica, puede convertirse en
sado plantear antes; en verdad olvidémonos un recurso para ocultar la incompetencia.
enteramente de la ciencia, desprivilegiemos Sin rodeos, la parodia de Sokal no tiene
los textos canónicos y revaloremos el con- como centro una cuestión política: su cen-
texto.."(1998, 44). tro es el problema de los estándares del tra-
bajo académico y la responsabilidad inte-
El profesor de filosofía de la U. de New lectual.
York, Paul Boghossian, desarrolla sus re-
flexiones a partir del caso Sokal y del Varios de los artículos contenidos en el vo-
hecho de que el grupo de estudiosos que lumen de Koertge apuntan, pues, a la de-
edita la revista Social Text haya podido nuncia de la incompetencia intelectual. Así,
aceptar la publicación de un artículo sin ser el profesor de ingeniería aeroespacial y ex-
capaces de juzgar su contenido manifiesto. perto en mecánica de fluídos Philip Sulli-
Esto que, según Boghossian, pudiera ser a van denuncia las afirmaciones de la profe-
primera vista algo simplemente anecdótico, sora de inglés Katherine Hayles, para quien

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el desarrollo de la mecánica de fluídos está La crítica de autores de relevancia menor
traspasado de prejuicios característicamen- en el pensamiento contemporáneo puede
te machistas. Sullivan expresa que Hayles, resultar eventualmente más convincente y
como mal entiende conceptos elementales menos irreverente que apuntar polémica-
de la física, distorsiona cada uno de los te- mente contra figuras cuya primacía en el
mas matemáticos y físicos que aborda, vol- debate epistemológico está fuera de toda
viendo carentes de sentido sus afirmaciones discusión y que, desde cierta perspectiva
(p.72). Por su parte John Huth, profesor de han sido los maestros fundadores, precur-
física de la Universidad de Harvard, pone a sores o propulsores de las posturas cons-
la vista una vez más el tratamiento arbitra- tructivistas y relativistas que hemos revisa-
rio que el sociólogo Bruno Latour hace de do someramente en los párrafos anteriores.
la teoría de la relatividad: "..un notorio Sin embargo, excepción hecha del debate
ejemplo de cómo las interpretaciones con- entre ellos mismos, no ha sido frecuente
fusas de los detalles de una teoría pueden conocer críticas hacia Kuhn, Feyerabend,
ser usados para extraer bizarras conclusio- Lakatos o el propio Popper desde perspec-
nes acerca de la naturaleza social de las tivas que no resultan tan distantes respecto
ciencias físicas"(p. 182). Bunge, Sokal y del estilo denunciatorio de los Sokal, Gross
otros ya habían convertido en un caso pa- o Koertge. Por esta razón, la producción
radigmático las andanzas 'relativistas' de intelectual del filósofo David Stove consti-
Latour, del que Huth sostiene que posee un tuye, sin lugar a dudas, una especie única
pobre conocimiento. Remata sus demole- (5). Stove no trepida en sostener que Pop-
dores análisis de Latour con el siguiente per, Kuhn , Lakatos y Feyerabend son filó-
párrafo: " Este tipo de interpretación equi- sofos irracionalistas de la ciencia y, cierta-
vocada de la teoría de la relatividad no es mente, relativistas. Pero, sea o no defendi-
nada nuevo y ha aparecido casi contínua- ble esta tesis, Stove tiene bastante que decir
mente desde la inception de la teoría. Dado sobre el estilo de estos cuatro pensadores
el vasto cuerpo de trabajo acumulado sobre de la ciencia; por de pronto, señala que han
Einstein, sus bases, sus inclinaciones filo- tenido la habilidad retórica de volver plau-
sóficos, su influencia (correcta o equivoca- sibles sus planteamientos irracionalistas
da) en algunos filósofos, los temas prácti- disfrazándolos apropiadamente. Entre los
cos acerca de cómo los físicos trabajan con recursos o artificios literarios de los aludi-
la relatividad, etcétera, es sorprendente que dos figuran el uso neutralizado de palabras
el artículo de Latour pueda pasar incluso un de éxito -como 'conocimiento', o 'verifica-
muy modesto umbral de discurso especiali- ción', por ejemplo- y el sabotaje de las ex-
zado en una revista dedicada a temas socia- presiones lógicas. En este segundo caso, el
les en ciencia" (p. 191). A su vez, la profe- procedimiento característico es el uso de
sora de filosofía Cassandra Pinnick disecta enunciados lógico-fantasmales. Stove
un estudio histórico de caso abordado por ejemplifica con el siguiente enunciado,
autores constructivistas, a saber la disputa análogo del usado por sus criticados: 'P en-
Hobbes-Boyle sobre el problema del cono- traña Q, según la mayoría de los lógicos
cimiento. Los autores, dice Pinnick, desco- antiguos, medievales y modernos'. 'P entra-
nocen antecedentes relevantes y, en conse- ña Q' es un enunciado lógico, pero la ex-
cuencia, inventan el tenor de un episodio presión 'según la mayoría de los lógicos..'
intelectual. Su lacónica conclusión es: lo sabotea. Comenta Stove: "..pero las im-
"Ninguna nueva filosofía (o sociología) de plicaciones lógicas están tan arteramente
la ciencia se obtiene de una mala historia" combinadas con las históricas que produce
(p. 237). la ilusión de que se ha formulado un enun-

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ciado lógico. Pero sólo se trata de enuncia- de estos propósitos que, como puede apre-
do lógico-fantasmal" (1995, 54). Esta con- ciarse, cruza como uno de los motivos cen-
fusión entre cuestiones lógicas y cuestiones trales del conjunto de la literatura similar.
históricas, con la sobredimensión de estas Nos proponemos ahora bosquejar la discu-
últimas, genera una extrema carencia de sión del argumento anti-ciencia en el pen-
rigor de los autores en materia de lógica samiento postmodernista; se trata de un
deductiva. Stove no trepida en calificarlos tema que igualmente se desplaza de manera
de superficiales. De Feyerabend dice que transversal en una variedad de publicacio-
su falta de seriedad es "grosera, abierta y nes. Dediquemos algún espacio, ante todo,
palpable" (1995, 161). De Popper dice que a reproducir las tesis centrales del argu-
es frívola su conversión de la actitud crítica mento anti-ciencia -identificable como
en una suerte de imperativo categórico de constructivismo social, como relativismo o
la actividad intelectual. En suma, Popper, como programa fuerte de sociología de la
Kuhn, Lakatos y Feyerabend han vuelto ciencia- susceptibles de ser extraídas del
plausible el irracionalismo mediante una escenario polémico pertinente.
serie de artificios literarios. En pasajes de
memorable ironía, Stove 'actúa' el estilo de Ante todo, el constructivismo social o cul-
cada uno de estos pensadores para explicar tural afirma que la ciencia es una narración
la ocurrencia de un mismo suceso en la his- producida por una cultura particular, la oc-
toria de la ciencia. En lo sustantivo, Stove cidental, así como hay otras narraciones
ha enfrentado un fenómeno que es bastante producidas en otras culturas. La pretensión
recurrente en la historia intelectual, a saber de la ciencia occidental de ser conocimien-
la consagración y popularización de ciertas to superior acerca de la naturaleza y la rea-
ideas y, más específicamente, de cierta lidad no se funda en nada sólido. Se trata,
terminología que se expande de manera principalmente, de convenciones acordadas
contaminante, induciendo además una suer- por los hombres de ciencia como expresión
te de impunidad de la que los divulgadores de sus intereses profesionales, políticos y
de estas ideas hacen uso. Seguramente, un sociales en general. El 'conocimiento' es la
caso absolutamente típico es el uso indis- ideología de los hombres de ciencia. En sus
criminado de la expresión kuhniana de 'pa- afirmaciones acerca de la realidad, la reali-
radigma', indiscriminación a la que le tiene dad misma no interviene en absoluto. El
sin cuidado reparar en la ambigüedad de su conocimiento científico, más bien, mani-
formulación inicial, reconocida por el pro- fiesta el carácter situado y culturalmente
pio Kuhn y puesta a la vista por Masterman determinado de sus productores. En conse-
(Lakatos & Musgrave 1970). cuencia, y desde el punto de vista cogniti-
vo, la narración científica no es superior a
5 otra cualquiera elaborada por otra cultura,
se trate del vudú, el budismo zen, la astro-
Recordemos que el texto referencial de So- logía o la mitología chilota. La ciencia es
kal y Bricmont se bifurca en dos direccio- fundamentalmente un hecho social, no un
nes: una, dirigida a la denuncia de la im- fenómeno cognitivo. Y es, además, un
postura intelectual en sus diversas manifes- hecho cuyo significado solo vale para las
taciones y estilos; la otra, apunta a defender condiciones específicas bajo las cuales ha
la ciencia de los ataques de una variedad de sido producido. No existe 'el' conocimien-
autores postmodernistas. Nuestro artículo to. Lo que hay son narraciones relativas a
ha expuesto muy suscintamente el primero culturas determinadas. Ninguna afirmación
puede tener, en consecuencia, valor cogni-

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tivo (o de verdad) transcultural, más allá de tructivismo es sólo una narración entre
los límites de sus condiciones de surgi- otras , ni mejor ni peor. Y en el caso de la
miento y producción. Desplazado el con- sociología de la ciencia en versión fuerte,
cepto de verdad, el lugar es ocupado por el su pretensión de ser 'la ciencia de la cien-
concepto de significado. La versión más cia' no pasa de ser una ocurrencia arbitraria
extrema de este planteamiento es el llama- y antojadiza. Y no hay modo de impedir
do 'Programa Fuerte' en sociología de la esta otra debacle. En cualquier de ambos
ciencia, una ácida reacción contra la socio- casos, se trata de un fraude. ¿Y que es esta
logía de la ciencia de R. Merton y sus se- pretensión sino, también, otra expresión
guidores, quienes, reconociendo la dimen- más de esas posturas radicales que asegu-
sión social e institucional de la ciencia, sos- ran constituir la palabra final y que florecen
tenían la importancia central de su dimen- cada cierto tiempo en la escena filosófica,
sión cognitiva; incluso más, sostuvieron el sosteniendo la inutilidad de todo el cono-
apego de los hombres de ciencia a valores cimiento anterior y proclamando el nuevo
como el universalismo, el carácter público 'organon', la explicación universal definiti-
y disponible del saber científico y el escep- va? A esta tentación cedieron en su tiempo
ticismo organizado, conformando un 'ethos' la escolástica medieval, la nueva lógica ba-
peculiar, distinto de cualquier otra institu- coniana, el cartesianismo, el positivismo
ción. Rechazando los planteamientos de lógico y el heideggerianismo, entre otras
Merton, los sociólogos del programa fuerte tendencias de omnipotencia autoproclama-
dan al conocimiento científico el carácter da (6). El filósofo australiano David Stove
de una construcción social en la que no enfrenta la pretensión autoreferencial del
juegan un papel relevante ni la racionali- constructivismo y de la sociología de la
dad, ni la crítica, ni la contrastación con la ciencia en los siguientes términos: "Los
realidad. De hecho, la realidad misma es autodenominados 'sociólogos del conoci-
una invención, un constructo generado por miento' son gente que ha tenido tal éxito en
la operación de eludir las variables socia- trascender las limitaciones cognitivas de su
les. propia 'situación de clase' como para estar
en posición de informar al resto de nosotros
Aunque el programa fuerte pretende ser que nadie puede nunca trascender las limi-
una 'ciencia' de la ciencia, esto es una na- taciones de su situación de clase" (1991,
rración superior, ello conduce a una con- 62). Sokal ha puesto esto también a la vis-
tradicción en los términos. En efecto, ¿có- ta; su argumento es que, en los hechos, pe-
mo puede una narración particular autocon- se a la tesis de la equivalencia cognitiva de
siderarse superior a otra? ¿Cómo puede una todas las narraciones y del sin fundamento
narración pretender tener la explicación de la petición de status privilegiado para
sobre otra narración? Si ello no es así, el cualquier de ellas, los sociólogos de la
programa fuerte escapa a la condición de ciencia pretenden que su comprensión del
narración. ¿Qué es entonces? ¿Acaso la conocimiento y la cognición es superior,
meta-narración de todas las narraciones por ejemplo, a la de los racionalistas o de
particulares? ¿Por qué habríamos de creerle los positivistas a los que critican. Para ser
a una narración más que a otra? Si así fue- atendida, la narración de los sociólogos de
ra, entonces hay un tipo de criterio que es la ciencia en su versión fuerte con respecto
superior a las narraciones particulares y a la ciencia debe pretender superioridad. Si
que permite leerlas desde fuera. Si acepta- no la tiene, entonces no hay que dedicarles
mos esto, entonces es la debacle del cons- más atención; pero, si la tiene, entonces
tructivismo. Si no lo aceptamos, el cons- caen en la misma pretensión que critican. Y

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hay todavía otra implicación de la postura tos superestructurales. La ciencia es, pues,
de los sociólogos de la ciencia en su ver- otro engendro alienado, conciencia inverti-
sión fuerte que es necesario enfrentar: si la da, un producto ideológico destinado a en-
comprensión efectiva y superior de lo que mascarar la lucha de clases, un servicio so-
la ciencia es sólo puede provenir de la so- fisticado -pero servicio, al fin de cuentas- a
ciología -como, de hecho, se pretende- eso la clase dominante. Así, pues, la teoría de
significa, lisa y llanamente, convertir a esta la evolución, la mecanica newtoniana, la
disciplina en la suma del saber, en la cien- teoría de la relatividad, la física cuántica, la
cia de las ciencias. A Karl Popper esto le tectónica de placas o la teoría del código
pareció del todo disparatado; hasta el más genético, resultan ser nada sino una manio-
mínimo sentido de las proporciones invita a bra política disfrazada de conocimiento. La
pensar que la sociología no tiene ni el peso denuncia de la ciencia es, en consecuencia,
específico disciplinario, ni la capacidad parte de la tarea de agitación social desti-
predictiva, ni las elaboraciones teóricas, de nada a provocar el cambio social. Newton,
cualquiera de las ciencias físicas, biológi- Darwin, Einstein, o Planck no son expre-
cas y matemáticas que el programa fuerte siones de creatividad e imaginación intelec-
pretende explicar (Popper 1970). Se trata tuales sino comparsas en la gran conspira-
de un monismo epistemológico difícil de ción destinada a extender un velo sobre la
sustentar, una versión alegre de aquella otra cruda realidad del choque de las clases so-
, de corte positivista, que creía poder redu- ciales. La ciencia no es, pues, sino otra ver-
cir todas las ciencias al modelo de la física. sión de la misma melodía: el poder. Pero,
Larry Laudan se ha expresado en los mis- vueltas más vueltas menos, esto es simple-
mos términos al respecto al afirmar que la mente marxismo y del peor: obtuso, sim-
ciencia es un proceso multifacético y que, plón y mediocre.
por tanto, puede ser estudiado desde distin-
tos puntos de vista. Lo contrario sería in- En un sentido bastante definitorio, el pro-
admisible: "Argumentar que porque la grama fuerte en sociología de la ciencia es
ciencia es una actividad social debiéramos una postura extrema que responde a otra
ver a la sociología como la herramienta postura extrema, aquella del internalismo
primaria para su investigación, es como extremo que reclama la irrelevancia absolu-
argumentar que dado que la sífilis es una ta de las variables sociales en el contenido
enfermedad social sólo o principalmente el y la forma del conocimiento científico. A la
sociólogo puede tener un conocimiento tesis de que la realidad natural es el contra-
científico de ella" (1996, 202). lor único del conocimiento científico, el
externalismo radical que es el programa
Consideremos otra vez, con ánimo de espe- fuerte responde con la tesis antípoda de que
cificación, la tesis de que el conocimiento la naturaleza juega un rol mínimo, si es que
científico no es más que una convención juega alguno. En este debate, la reflexión
producto de los intereses de los hombres de está atascada y atrapada en una situación de
ciencia. Estos intereses tienen que ver con maniqueismo intelectual, un abusivo 'todo
su clase social, con su asociación con el o nada', una apuesta que no acepta matices
poder político, con la hegemonía. Sin más ni especificaciones, otro ejemplo de esas
rodeos, esto es mecanicismo marxista dis- antinomias que, según Hegel, caracterizan
frazado. Gato por lievre. No es más que la cierto tipo de pensar que renuncia a la ra-
vieja teoría marxista de la ideología, que zón (7). Estamos en un callejón sin salida,
concibe una relación mecánica y determi- del que se sale solamente rechazando el
nista entre la base económica y los produc- tipo de apuesta que implica. La ciencia re-

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al, de hecho, ha de estar a medio camino tas se establecen apelando a cánones de
entre uno y otro extremo, y de formas que razón y evidencia.
hay que especificar en cada caso. Como lo
asegura Stephen Cole -que se llama a sí 5. Estos cánones de razón y evidencia tam-
mismo 'realista-constructivista' : "En vez de bién progresan con el tiempo, tal como lo
decir que la naturaleza no tiene influencia descubrimos no sólo más acerca del mundo
alguna en el contenido cognitivo de la sino también acerca de cómo aprendemos
ciencia, un realista-constructivista dice que acerca del mundo.
la naturaleza tiene cierta influencia, y que
la importancia relativa de esta influencia, Enfoque Socio-Histórico:
comparada con los procesos sociales, es
una variable que debe ser estudiada empíri- 1'. La ciencia es hecha por seres humanos,
camente" (1992, x). Kitcher ha plateando, a o sea, por seres cognitivamente limitados
su vez, la necesidad de hacer justicia tanto que viven en grupos sociales de complica-
al enfoque realista-racionalista como al en- das estructuras y largas historias.
foque socio-histórico (Kitcher 1998) (8),
respecto de los cuales desarrolla el siguien- 2'. Ningún científico llega al laboratorio o a
te contrapunto: terreno sin categorías y preconcepciones
que han sido formadas por la historia pre-
Enfoque Realista-Racionalista: via del grupo al que él o ella pertenecen.

1. En las áreas más prominentes de la cien- 3'. Las estructuras sociales presentes en la
cia, la investigación es progresiva, y este ciencia afectan los modos cómo la investi-
caracter progresivo se manifiesta en cre- gación es transmitida y recibida, y esto
cientes poderes de predicción e interven- puede tener un impacto en los debates in-
ción. trateóricos.

2. Estos crecientes poderes de predicción e 4'. Las estructuras sociales en las que la
intervención nos dan el derecho de preten- ciencia está incorporada afectan los tipos
der que los tipos de entidades descritos en de cuestiones que se consideran más signi-
la investigación científica existen indepen- ficativas y, a veces, las respuestas que se
dientemente de nuestra teorización sobre proponen y aceptan.
ellos y que muchas de nuestras descripcio-
nes son aproximadamente correctas. Sokal y Bricmont, considerando un caso
histórico de ciencia, sostiene que imposible
3. Sin embargo, nuestras pretensiones son soslayar el rol que los hechos juegan en el
vulnerables a la refutación futura. Tenemos conocimiento científico: "En orden a en-
el derecho de pretender que nuestras repre- tender el rol de la Naturaleza, considere-
sentaciones de la naturaleza son en lo grue- mos en siguiente ejemplo: ¿Por qué la co-
so correctas, al tiempo que reconocemos munidad científica europea llegó a conven-
que pudiéramos tener que revisarlas maña- cerse de la verdad de la mecánica newto-
na. niana, en algún momento entre 1700 y
1750? Indudablemente una variedad de fac-
4. Característicamente, nuestras concepcio- tores históricos, sociológicos, ideológicos y
nes en las áreas más prominentes de la políticos deben jugar un papel en esta ex-
ciencia descansan en evidencia, y las dispu- plicación -uno debe explicar, por ejemplo,
por qué la mecánica newtoniana fue acep-

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tada rápidamente en Inglaterra pero más meramente una creencia 'localmente' acep-
lentamente en Francia- pero ciertamente tada?" (1998, 88-9).
alguna parte de la explicación (y una parte
más bien importante) debe estar en el Parece haber consenso que el relativismo
hecho de que los planetas y los cometas constructivista anti-ciencia adviene con la
efectivamente se mueven (en un muy alto revolución provocada en la filosofía y la
grado de aproximación, aunque no exacto) historia de la ciencia a partir de la publica-
como lo predijo la mecánica newtoniana" ción, en 1962 de "La Estructura de las Re-
(1998, 90). Sokal y Bricmont afirman que voluciones Científicas", de Thomas S.
en los planteamientos constructivistas hay Kuhn y la obra complementaria de otros
una confusión básica entre la realidad, o la autores, entre los que destaca Paul Feyera-
naturaleza, y nuestras concepciones acerca bend (9). Esta revolución representa una
de la realidad o la naturaleza. Estas últimas, reacción contra la visión tradicional de la
por cierto, tiene una indesmentible dimen- ciencia, aquella que sobredimensiona el rol
sión de construcción. Pero no puede llevar- de la racionalidad en el desarrollo del co-
se el argumento hasta el límite de sostener nocimiento científico; hay cierto consenso,
que la realidad ella misma está construída. también, en que esta visión tradicional de
Conocemos, por ejemplo, el dramático la ciencia alcanza su formulación más lo-
cambio en nuestras concepciones del uni- grada en el positivismo y, más espececífi-
verso y de la posición de la Tierra en él, camente, en las tesis del Círculo de Viena.
acaecido en lo que llamamos la 'revolución La crítica del positivismo ha sido, en con-
copernicana', el paso de una visión geocen- secuencia, un rasgo predominante de la re-
trista a otra de carácter heliocéntrica; en volución epistemológica iniciada por Kuhn
esta segunda, la Tierra deja de ser el centro aunque, en justicia, tal crítica se había ini-
del universo y pasa a convertirse en un pla- ciado antes. Es con Kuhn que la crítica al-
neta entre otros en el sistema solar; ade- canza la forma de una revolución epistemo-
más, pasa de estar quieta a girar en torno de lógica pero cabe decir que el propio Kuhn
su propio eje y a trasladarse alrededor del no simpatizó con algunos desarrollos cuya
sol. Es a partir de Copérnico que sabemos paternidad o inspiración le fue atribuída;
de esta condición de la Tierra en movi- específicamente, tal fue su reacción frente
miento; lo que no puede sostenerse seria- el programa fuerte en sociología de la cien-
mente es que antes de Copérnico la Tierra cia: "Los intereses permanecen como el
no se movía. Ciertamente, no lo sabíamos, factor dominante que los practicantes del
pero se movía. En consecuencia, Copérnico nuevo campo emplean en su explicación, y
no ha construído una Tierra en movimien- los intereses que despliegan siguen siendo
to. Y, por cierto, desde el punto de vista de predominantemente socio-económicos. A
los contenidos de las afirmaciones científi- mí, con frecuencia el resultado me parece
cas, no puede argumentarse seriamente que un desastre" (Gross 1998, 115). No se trata
Ptolomeo y Copérnico constituyan narra- de una reflexión pasajera. Kuhn reiteró es-
ciones con idéntico valor cognitivo y que el tos conceptos en varios artículos y trabajos.
movimiento de la Tierra sea una conven- En 1992, sostuvo estar entre aquellos que
ción acordada por los hombres de ciencia encontraban absurdas las pretensiones ex-
en el laboratorio. Sokal y Bricmont pregun- plicativas de los sociólogos del programa
tan: "¿No es 'realmente racional' creer que fuerte; las calificó de "..un ejemplo de de-
la Tierra es (aproximadamente) redonda, al construcción insensata" (Cole 1996). Poco
menos para aquellos que tienen acceso a antes de su muerte, el propio Feyerabend
los aviones y a las fotos satelitales? ¿Es enfiló su conocido estilo polémico contra

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las posturas constructivistas por relación a ro, como sabemos, esto contradice la tesis
la ciencia que él mismo contribuyó a alen- de la igualdad de todas las narraciones.
tar décadas antes; en 1992, sostuvo que se Con todo el aprecio que los constructivistas
requería una mejor respuesta para explicar del programa fuerte tienen por Kuhn, sólo
cómo una empresa (la científica) tan de- una lectura negligente de la obra kuhniana
pendiente y determinada por la cultura, po- podría volverlos ciegos a un planteamiento
día pese a ello producir resultados tan sóli- sumamente dislocante contenido en ella; en
dos. Rechazó explícitamente los argumen- efecto, Kuhn sugiere abiertamente una cla-
tos constructivistas como cosa incompleta e sificación de las ciencias que incluye a las
incoherente, e impugnó su olvido de ins- inmaduras -que no han alcanzado la fase
tancias como la predicción y la tecnología. consensual paradigmática- y las maduras,
Identificó incluso entre los anticientistas a que ya la han alcanzado; en algunos casos,
movimientos místicos, profetas de la Nue- las llama preparadigmáticas y paradigmáti-
va Era y relativistas de todas las layas cas. En otros, las llama subdesarrolladas y
(1992, 28-32). En la última edición de su desarrolladas. Asegura también que las
emblemático libro Contra el Método, afir- ciencias maduras son menos vulnerables a
mó: "No es suficiente socavar la autoridad las influencias externas, lo que sí caracteri-
de las ciencias mediante argumentos histó- za a las disciplinas más rudimentarias. Sin
ricos: ¿Por qué habría de ser mayor la auto- duda de ninguna especie, incluye entre es-
ridad de la historia que la de, por decir al- tas últimas a las ciencias sociales (Kuhn
go, la física?" (1993, 271). 1982, Hoyningen-Huene 1993). Si es así,
esta clasificación de las ciencias desautori-
El tema de la supuesta superioridad de cier- za de plano la pretensión de que la sociolo-
tas ciencias apropiadas para el abordaje gía de la ciencia pueda erigirse en la 'cien-
postmodernista de la ciencia, en particular cia' de las ciencias.
de la sociología, conduce decididamente a
toda suerte de paradojas. Por de pronto es Asumiendo la importancia de esta linea de
sumamente llamativo que prácticamente la análisis y queriendo, a la vez, hacer algún
totalidad de los estudios de caso desarro- grado de justicia a los planteamientos cons-
llados por autores constructivistas tienen tructivistas, Stephen Cole ha sostenido más
que ver con las ciencias físicas, biológicas recientemente: "Mi trabajo en la sociología
y matemáticas; la cuestión obvia a pregun- de la ciencia me ha llevado a rechazar fuer-
tarse es por qué no se realizan estudios de temente la conclusión de que las ciencias
casos tomados de las ciencias sociales. Una naturales estén del todo construídas so-
respuesta consistiría en afirmar que el cialmente; pero mi vida en las ciencias so-
constructivismo no se aplica a las ciencias ciales me ha vuelto más sensible a la posi-
sociales, pero esa es una postura insosteni- bilidad de que estas ciencias sean las que
ble. Si se aplica a toda ciencia, ¿por qué estén, en verdad, del todo construídas so-
eximir a las ciencias sociales? Otra res- cialmente. La ideología, el poder, y las re-
puesta posible es que las disciplinas socia- des vinculares parecen determinar lo que
les no son ciencias. En tal caso, el cons- los cientistas sociales creen; la evidencia es
tructivismo -que eleva las variables socia- con frecuencia completamente ignorada.
les a la condición de categoría central- He comenzado recientemente a dedicarme
queda suspendido en el vacío. Una tercera a este problema en un artículo titulado 'Por
salida al entuerto es que se trataría de cien- qué la Sociología No Progresa como las
cias especiales, puesto que ellas son el fun- Ciencias Naturales'. El que la ciencia social
damento del programa constructivista. Pe- esté del todo o casi del todo socialmente

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construída ayuda a explicar cómo la visión nest Gellner, aunque no especifica-
constructivista social de la ciencia pudo da como lo proponemos aquí (Gell-
llegar a ser tan poderosa faltándole eviden- ner 1994, 48-53).
cia bien respaldada.."(1996, 284-285). 5. De nacionalidad australiana, funda-
dor de la Asociación Australiana de
Historia, Filosofía y Estudios So-
ciales de la Ciencia, Stove falleció
en 1994. Su competencia intelectual
Notas en materia de tradición filosófica,
su estilo crítico y su elaborada irre-
1. He examinado sumariamente los
verencia le aseguran un lugar pre-
planteamientos clásicos de Sorokin
eminente entre los pensadores po-
y Andreski en mi artículo "Materia-
lémicos de la segunda mitad del si-
les para una idea de impostura inte-
glo. Su libro El culto a Platón y
lectual", 1988. Además de estos au-
otras locuras filosóficas es una pie-
tores, se examinan otros hitos de la
za maestra del género crítico.
historia intelectual de occidente,
6. A estas tentaciones les viene como
cuyo centro es la denuncia de la
anillo al dedo la célebre admonición
impostura: Sócrates, Platón, Eras-
hegeliana; "Se da, es verdad, el caso
mo, Rabelais, entre otros. Entre los
de que aparezca, a veces, una nueva
hitos contemporáneos dignos de in-
filosofía afirmando que todas las
cluirse en una historia reciente de la
demás no valen nada; y, en el fon-
impostura, yo destacaría en particu-
do, toda filosofía surge con la pre-
lar la obra del filósofo ruso Alexan-
tensión, no sólo de refutar a las que
dre Zinoviev. En el ámbito de la sá-
la preceden, sino también de corre-
tira literaria del postmodernismo,
gir sus faltas y de haber descubier-
recomiendo a A.A.. Berger, 1997.
to, por fin, la verdad. Pero la expe-
2. Para una excelente examen de los
riencia anterior indica más bien que
planteamientos nominalistas, ver
a estas filosofías les son aplicables
Carré 1961.
otras palabras del evangelio, las que
3. Sobre el tema pueden consultarse, a
el apóstol Pedro le dice a Safira,
modo de ejemplo, las consideracio-
mujer de Ananías: "Los pies de
nes desarrolladas por J.G. Melquior
quienes han de sacarte de aquí están
(1988, cap.I), quien utiliza el con-
ya a la puerta". La filosofía que ha
cepto de 'literofilosofía'. Sin embar-
de refutar y desplazar a la tuya no
go, un retrato del estilo francés de
tardará en presentarse, lo mismo
hacer filosofía está agudamente lo-
que les ha ocurrido a las
grado por Jacques Bouveresse. El
otras"(1955, 22-23). En tono sarcás-
párrafo siguiente ilustra su juicio:
tico, le viene igualmente a la mis-
"En Francia, la filosofía es ante to-
mísima filosofía hegeliana, por cier-
do una disciplina literaria, en la que
to.
la calidad de la 'escritura' casi puede
7. Hegel denomina 'entendimiento re-
volver secundarios tanto el conteni-
flexivo' al estilo de pensamiento
do como la argumentación" (1989,
que se caracteriza por establecer an-
57).
títesis y que se ve llevado por ellas
4. La relación entre posmodernismo y
a dilemas insalvables. Ver Hegel
teoría crítica está sugerida por Er-

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1956, particularmente la Introduc- Cole, Stephen. Making Science. Between
ción. Nature and Society. Harvard Uni-
8. Similar planteamiento es seguido versity Press, 1992.
por el español Carlos Solís, recono- Cole, Stephen. Voodoo Sociology. Recent
ciendo la necesidad de atender tanto Developments in the Sociology of
a los abordajes en términos de ra- Science. En Gross, Levitt and
zones como a los abordajes en tér- Lewis 1996, 274-287.
minos de intereses (Solís 1994, 91). Feyerabend, Paul. Atoms and Concious-
Merton, distinguía entre la identi- ness. Common Knowledge, Vol. 1,
dad cognitiva de una disciplina y su Nº 1, London 1992, 28-32.
identidad social (1977, 5); otras ve- Feyerabend, Paul. Against Method. 3rd.
ces, se refiere a lo mismo con los Edition, Verso 1993.
conceptos de estructura cognitiva y Fink, Edward and Gantz, Walter. Content
estructura social (1977, 21). Analysis of Three Traditions of Re-
9. A propósito de detalladas y bien search in Mass Communication:
elaboradas críticas contra el relati- Social Science, Interpretive Studies
vismo, en sus versiones epistemo- and Critical Analysis. Journalism &
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