Está en la página 1de 96

Abby Blake – Fire

1 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

AbbyBlake

Fire

Advertencia:
Este libro contiene escenas de sexo explícito y lenguaje adulto y puede ser
considerado ofensivo para algunos lectores.

Este libro contiene contenido explícito sexual, lenguaje gráfico y situaciones que
algunos lectores pueden encontrar censurables: prácticas de sexo m / m, m / m / f y
menage.

Por favor, guarde sus archivos con prudencia, donde no puedan acceder
lectores menores de edad.

Este libro es una obra de ficción. Si bien podría hacerse referencia a


acontecimientos históricos reales o ubicaciones existentes, los nombres, personajes,
lugares e incidentes son o bien el producto de la imaginación del autor o son usados de
manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas,
establecimientos de negocios, eventos, o lugares es pura coincidencia.

Acerca de la Autora
Abby Blake prefiere leer o escribir Romance sobre casi todo lo demás - excepto
tal vez el chocolate. La mayoría de los días se la puede encontrar corriendo para hacer
lo que hay que hacer de modo que pueda acurrucarse con su portátil y su último
puñado de héroes.

2 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Argumento:
Jack y Reece conocen a Christina desde la escuela secundaria, pero ella
nunca ha mostrado una preferencia por uno u otro. No queriendo arriesgarse a
destruir su amistad de toda la vida, ninguno de los dos ha confesado sus
sentimientos por ella.

Christina es la chica que nadie nota. Al menos eso es lo que ella piensa.
Ella está enamorada de Reece y Jack, pero la tratan sólo como una amiga.
Además, aparte del hecho de que ninguno tiene ideas románticas, ella nunca
podría elegir entre ellos si lo hicieran.

Pero un incendio forestal devastador y la trágica pérdida de sus hogares


pone de relieve a muchos de los vecinos lo preciosa que es la vida y lo
importante que es agarrar la felicidad que deseas. La relación que crece es una
que ninguno de ellos había pensado posible anteriormente, pero ¿va a
sobrevivir a la condena de las convenciones sociales más conservadoras?

Dedicatoria
Para mi marido que sabe que él es el hombre principal en todas mis
historias, incluso cuando hay más de un héroe.

3 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Uno

Christina pasó el día protegiendo su casa contra el ataque de las llamas.


El incendio forestal seguía ardiendo a varios kilómetros de distancia, pero el
viento impulsó trozos de hojas y ramas en llamas a su patio y sobre el techo de
su casa. Unos pocos encontraron hierba seca y esta ardió rápidamente, pero
hasta el momento, se las había arreglado para apagarlas antes de que se
convirtieran en un problema.

Durante los últimos días, había escuchado atentamente los informes de


noticias y avisos meteorológicos, asegurándose de estar informada de los
avances y la dirección del fuego. En esta zona, miles de hectáreas inaccesibles
de matorrales podían arder durante semanas antes de llegar a las casas pero
cuando llegaran a ellas, los residentes necesitaban estar preparados.

Su pequeña propiedad contaba con varios tanques de agua de lluvia y


una pequeña represa1 en la parte posterior. Había comprobado y revisado de
nuevo que la bomba de agua estuviera preparada y lista para funcionar si la
energía fallaba y el agua de la ciudad dejaba de fluir.

Llevaba su teléfono móvil en la cadera, la función de radio reproducía


música en su oído mientras esperaba a la actualización más reciente sobre los
incendios. Las autoridades esperaban que el viento diera la vuelta hoy, dejando
efectivamente su pequeña casa fuera de la trayectoria del incendio forestal. Sin
embargo, podía ver el humo, desde su ubicación, y permaneció bien preparada
para enfrentarlo si el fuego llegaba.

Este no era su primer viaje en este carrusel o tiovivo en particular. Los


incendios forestales eran una amenaza común en estas regiones, y ella había

1
Represa: En ingeniería se denomina presa o represa a una barrera fabricada con
piedra, hormigón o materiales sueltos, que se construye habitualmente en una cerrada o
desfiladero sobre un río o arroyo. Tiene la finalidad de embalsar el agua en el cauce fluvial
para su posterior aprovechamiento en abastecimiento o regadío

4 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
pasado muchas horas agotadoras y calurosas defendiendo su hogar contra el
ataque de las llamas y los incendios forestales en los últimos años.

La sudorosa, pegajosa y asquerosa sensación de trabajar con polvo, calor


y humo le eran muy familiares.

En estos días, ella no tenía el tiempo de ser voluntaria del servicio de


bomberos rural. Tener su propio negocio significaba que ya no podía despegar
en cualquier momento e irse durante días o semanas para luchar contra los
incendios, pero igual que la mayoría de los residentes de esta zona, estaba bien
informada y era capaz de quedarse a defender su propia casa.

Christina miró a la casa de al lado. Sus ancianos vecinos se habían ido de


crucero este verano, y Christina estaba más que dispuesta a mantener un ojo
sobre su casa también. También se sentía secretamente agradecida de no
necesitar preocuparse por que la pareja de ancianos sucumbiera ante el calor y
el humo.

Incluso ahora, cuando el fuego aún ardía a kilómetros de distancia de


ella, el ácido humo le picaba en los ojos y quemaba sus pulmones. Llevaba un
pañuelo sobre su cara, manteniéndola húmeda con agua para reducir la
cantidad de humo que inhalaba pero no acababa de detener el impulso de toser.

Sin embargo, Christina se sentía razonablemente contenta con las cosas


tal como iban de momento, así que se detuvo para estirar los músculos de la
espalda y beber un poco de agua. Los incendios forestales podían atravesar
todo en un minuto o en días, dependiendo de la temperatura, el viento y otra
docena factores, por lo que sabía que iba ser un día y una noche muy largos.
Mantenerse alerta e hidratada sería crucial.

Débilmente, oyó las sirenas de varios camiones de bomberos. Parecían


estar dirigiéndose hacia ella, y escuchó atentamente, tratando de averiguar la
dirección de la que venía el ruido. Ella casi aulló de sorpresa cuando entraron
gritando por la calle lateral a media milla de distancia, pero alejándose del
fuego.

Mientras se volvía para ver los vehículos, una ráfaga de calor la golpeó
en plena cara. Confundida por un momento, Christina se detuvo, apenas
comprendiendo la visión que encontró.

No se suponía que el incendio forestal estuviera detrás de ella.

5 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
El cielo se llenó de humo, el aire se tornó más caliente y arenoso que
cualquier otra cosa que jamás hubiera experimentado antes.

El sol apareció borroso en el cielo, mientras las llamas furiosas rugieron


hasta el valle detrás de ella. El calor, intenso como en unos altos hornos, robó la
poca humedad de su cuerpo.

La Tormenta de Fuego.

Estos eran los incendios que causaban la muerte. Los incendios tan
impredecibles, tan violentos, tan extremos que hasta los bomberos más
experimentados tenían pocas posibilidades de escapar de ellos. El miedo se
apoderó de ella, un vuelco de sus intestinos activó su instinto de supervivencia
y le gritó que huyera. Tratando de aspirar una bocanada de aire limpio,
Christina se tapó la boca y tosió mientras giró sobre sus talones, buscando la
salida, buscando refugio.

El pánico amenazó con hacerla caer de rodillas. Ya era demasiado tarde


para evacuar. Demasiado tarde para esconderse en su casa bien preparada. La
tormenta de fuego estallaría en su casa, devorándola lentamente. Ella solo tenía
un lugar al que huir.

Girando alrededor, buscando desesperadamente una salida, le pareció


oír un coche a toda velocidad entrando por la calle hacia ella. Ella apenas
distinguió los faros en la niebla, pero parecía estar moviéndose erráticamente,
como si el conductor hubiera perdido el control.

Q R

Jack maniobró el vehículo de tracción total por la calle. Había vivido aquí
toda su vida, pero nunca había visto algo como esto. La tormenta de fuego lo
devoraba todo, y se parecía como si todo el mundo estuviera en llamas.

6 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Movió el vehículo tan rápido como pudo, con la visibilidad muy baja a
causa del humo. Cenizas y otros restos llameantes se arremolinaron en el aire
turbio de color naranja con la mayoría de los edificios y los árboles ardiendo.

Casas que habían permanecido allí durante más de cien años pronto
serían sólo montones de escombros. Los árboles que habían crecido desde antes
de que James Cook pisara las costas australianas yacían aplastados a través de
las casas y vehículos, sus largas vidas truncadas.

Hasta ahora, él y Reece no habían visto a nadie más. Se habían quedado


para defender sus hogares, pero, al final, se vieron obligados a abandonar sus
esfuerzos. Derrotados, se habían montado en la camioneta que habían logrado
salvar sólo por aparcar en el centro de un campo desierto, recientemente
labrado y se dirigieron hacia la ciudad.

-¿Sabemos quién más quedó atrás? - Reece gruñó la pregunta con una
voz ronca y rasposa, un efecto secundario de la continua inhalación de humo de
los incendios forestales.

-Los Johnsons fueron evacuados ayer por la tarde. - incluso con las
ventanas cerradas, tenía que gritar por encima del ruido del fuego - Los
Kennedy y los McCormacks se quedaron, creo. Christina se habrá quedado.
Solía ser voluntaria con la RFS.

-Tenemos que pasar por su casa. - dijo Reece casualmente, como si


estuvieran yendo a ver a un amigo, y no viajando a través de una tormenta de
fuego para comprobar a una mujer a la que ambos conocían y amaban.

Jack oyó el temblor en la voz de su mejor amigo, sin dejarse engañar por
la relajada actitud australiana que Reece intentó proyectar.

Se dio la vuelta en la siguiente intersección, dirigiendo el camión hacia el


lugar donde la casa de Christina probablemente ya no estaría.

7 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Q R

Christina observó horrorizada, con un grito, chillando, buscando el


sonido, como el vehículo se salió fuera de control y se estrelló contra otro
vehículo abandonado en la calle justo en frente de ella. El motor continuó
rugiendo como si el conductor continuara apretando el pedal del acelerador.
Instintivamente, ella corrió hacia el coche. A través del humo denso, tropezó, se
dirigió hacia el lado del conductor y trató de abrirlo con el tirador. Un dolor
agudo cruzó por su mano cuando su piel se llenó con ampollas y se pegó a la
manija.

Apretando los dientes por el dolor, ella abrió la puerta y cayó hacia
adelante, tratando de encontrar al conductor. Con su mano sana, ella le buscó el
pulso. Nada. Moviendo la mano de nuevo, trató en vano de ver lo que estaba
haciendo, dónde estaba tocando. Todavía sin pulso. Ella retiró la mano,
dándose cuenta demasiado tarde estaba cubierta de cieno negro. No tenía idea
de lo que era y volvió a caer fuera del coche un poco desconcertada.

Unos brazos fuertes la agarraron por detrás, y una linterna brilló en el


coche. Incluso con la luz añadida, era difícil de entender lo que estaba viendo.
El conductor del coche parecía estar mirándolos con una sonrisa espantosa, la
cabeza colgando en un ángulo incómodo. La linterna reveló que el rostro estaba
severamente quemado y la piel parecía haber fundido el cuerpo
carbonizándolo.

El estómago de Christina vació su magro contenido sin previo aviso. La


persona detrás de ella rápidamente la apartó de la macabra escena.

El rugido sonó tan fuerte ahora que nada más se oyó, ni siquiera las casas
y autos que estallaron en llamas a su alrededor. Las líneas eléctricas estaban
ardiendo, escupiendo chispas en el aire.

El humo dificultó la respiración, y ella tosió continuamente. Sus ojos se


sintieron secos y arenosos, y encontró dificultades para cerrarlos. Realmente
nunca creyó en el infierno, pero temía estar a punto de vivirlo.

8 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Ella fue empujada y tirada en la cabina de una camioneta. Incapaz de
mantener los ojos abiertos y tosiendo con fuerza, apenas registró el vehículo
abriéndose paso en sus jardines de flores hacia la represa en el fondo de su
propiedad. Estaba totalmente oscurecido por el humo y el calor, y esperaba
como el infierno que quien guiaba el camión supiera a dónde iba.

Un momento después, el vehículo se detuvo, y unos brazos fuertes la


agarraron y la ayudaron mientras corrían. El frescor del agua inundó su ropa
mientras era arrastrada hacia el centro de la presa. Su visión se volvió borrosa.
Tosiendo con fuerza e incapaz de recuperar el aliento, se aferró
desesperadamente a la persona a su lado.

Dos conjuntos de brazos se envolvieron alrededor de ella, abrazándola


con fuerza, haciéndola sentir un poco más segura. Por egoísta que fuera la idea,
estaba contenta de no morir sola.

Q R

Jack mantuvo a Christina contra él, en un estrecho abrazo, vagamente


consciente de que Reece la abrazaba también. Ni siquiera la había visto junto al
coche accidentado. Se habían detenido para ver si el ocupante aún estaba vivo,
ni siquiera estaban mirando la casa de Christina. Encontrarla inclinada sobre el
conductor les había sorprendido casi tanto como el aspecto de la persona.

Las quemaduras del conductor eran tan horribles que Jack esperó no
volver a ver algo así de nuevo, aunque sospechaba que sería un tema recurrente
en sus pesadillas de muchos años por venir.

Pareció un poco más ligero ahora, el humo asfixiante un poco menos


espeso, y esperaba que el incendio forestal se alejara de ellos y no fuera
directamente hacia ellos. Habían dejado la camioneta en el centro del campo,
con suerte aislado lo suficiente para no ser consumido por el fuego, pero lo
suficientemente lejos de donde estaban agazapados en la represa por si lo

9 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
hiciera. Había visto docenas de incendios en esta zona, pero ésta era la primera
que había visto algo tan salvaje, tan impredecible, tan devastador. Parecía quien
quedara atrás tendría pocas posibilidades de escapar.

Dios, esperaba estar equivocado.

Él oró de nuevo porque todos sus vecinos y amigos hubieran


abandonado la zona con seguridad, sabiendo incluso mientras lo pensaba que
no iba a ser cierto. Todo había sucedido tan rápido que habían tenido suerte,
Reece y él, de estar en su camioneta. Si no hubieran decidido que sus
propiedades eran una pérdida total y que debían moverse bajando de la colina
en busca de vecinos a los que poder ayudar, podrían no haber llegado tan lejos.

Habían oído el rugido y luego sintieron el intenso y caliente viento del


fuego. Casi empujó el vehículo de la carretera. La visibilidad había caído a casi
cero, pero Jack había estado seguro de que reducir su velocidad sería una muy
mala idea, por lo que había acelerado por las calles, sólo frenando cuando
divisó las luces traseras en frente de él. Casi se había chocado con la parte
posterior del otro automóvil cuando chocó contra algo y se detuvo.

Acallando su propio instinto de supervivencia, él saltó de su tracción a


las cuatro ruedas, cerró de golpe la puerta con la esperanza de salvar a alguien
y corrió hacia el vehículo para encontrar a Christina ya tratando de ayudar.
Reece había acertado detrás de él con la linterna. Una mirada a la cara del
conductor en la luz de la linterna le había convencido de que si el pobre no
estaba muerto en ese momento, pronto lo estaría. La cara del conductor y el
cabello se habían quemado completamente, al igual que todo su cuerpo había
sido consumido por las llamas, y la piel estaba marchitada y dividida en la cara.
Las quemaduras horribles de esa magnitud habrían estado dentro y fuera.
Reece había pasado la linterna rápidamente por todo el interior del coche, Jack
observo con alivio que el conductor había sido el único ocupante y no estaban
contemplando los restos de una madre y sus hijos.

Habían agarrado a Christina entre ellos, impulsando la camioneta a unos


cientos de metros, y se han refugiado en la represa.

Estaba bastante seguro de que ella se había se quemado, pero no sabía


cuán mal. Ella se apoyó en él, pero podía sentirla todavía toser, por lo que se
tranquilizó porque no estaba inconsciente o muerta, y rezó un poco más fuerte
para que el fuego pasara de lejos.

10 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Q R

Se quedaron mucho más tiempo en la represa del probablemente


necesario, pero el shock había dejado a Christina inmóvil mientras veía su casa
y todo lo que tenía arder hasta los cimientos. Ni siquiera vio cuando cayeron
árboles sobre su coche, pero la madera aún ardía sobre él.

Llevaban en el agua un tiempo antes de darse cuenta de que no estaban


completamente solos. Dos pequeños canguros grises, se habían refugiado en el
agua también y habían tenido cuidado de darles un montón de espacio. A pesar
de la apariencia plácida del marsupial, como todos los animales salvajes, los
canguros podían ser letales cuando se sentían amenazados y eran capaces de
ahogar a los perros de ataque si los perseguían en el agua. Christina no tenía
ningún deseo de averiguar si eso era verdad.

Sus peligrosos compañeros habían salido del agua un buen tiempo atrás,
sacudiendo el pelaje de sus cuerpos y saltando hacia los escombros
ennegrecidos, sin ni siquiera un adiós, y aún así los tres humanos se habían
quedado en el agua.

Ella sintió que Jack y Reece le estaban dando un tiempo, dejándola


decidir cuándo moverse. Finalmente, encontró el coraje, y los tres se arrastraron
unos a otros desde el agua. La represa no era muy profunda, por lo que habían
estado todo el rato de cuclillas, medio sentados en el agua. Las rodillas le dolían
por el ángulo, pero al menos ella no había tenido que moverse en el agua todo
el tiempo.

El barro salpicó desde sus botas a cada paso que dio, esperó que al
menos uno de sus tanques de agua hubiera sobrevivido al infierno para poder
lavarse la cara y las manos y encontrar una bebida. Fuera del agua fresca, sus
dedos quemados palpitaron como el demonio, pero ella recordó haber leído en

11 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
alguna parte que el dolor era una buena cosa cuando se trataba de quemaduras.
Sin dolor significaba nervios dañados, por lo que prefería sentir dolor.

La deshidratación se estaba convirtiendo en un problema, pero había


resistido la tentación de beber el agua de la represa puesto que el agua no era
totalmente potable y era preferible una deshidratación leve temporal.

Teniendo en cuenta el estado de su coche, podrían verse obligados a


beber de allí antes del final del día, pero hasta que la situación no fuera crítica,
ella estaba dispuesta a pasar.

Los sonidos se sentían apagados, aparentemente amortiguados. El


rugido del fuego tenía un efecto temporal sobre la audición, algo así como el día
después de un concierto de rock. Sintió puro alivio cuando vio la camioneta de
Jack en buen estado y sonrió a los hombres a cada lado de ella. Entonces miró el
estado de su ropa y con tristeza tomó nota de que no iba a deslumbrarlos con su
aspecto, y se reprendió a sí misma por la vanidad tonta en la misma frase.
Estaba viva, y estaba con dos de los solteros más codiciados de la ciudad que
habían venido a rescatarla. Debería estar sonriendo.

-Mira lo que trajo el gato.

Ok, estaba claro que no eran el Príncipe Encantador.

-Gracias, Reece - de todas formas, ella le sonrió.

-¿Necesitas que te lleve? - preguntó Jack mientras se acercaba a su


camioneta - Estaba admirando el nuevo diseño de mi coche.

A pesar de todo lo que había pasado, a pesar de todo lo que había


perdido, se encontró riéndose de su observación.

-Gracias. Me encantaría dar una vuelta.

12 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Era casi surrealista. Estaban de pie en medio de un desierto quemado,
empapados, las botas llenas de barro, y hablando como si estuvieran en la barra
del bar.

Christina negó con la cabeza ante la típica situación Aussieness2.


Probablemente habían perdido todo, sin embargo, eran los mismos irreverentes
australianos que siempre habían sido.

Por eso ella casi dobló las rodillas cuando Reece la arrastró a sus brazos,
la apretó contra su duro cuerpo, y la abrazó con fuerza. Apenas la había puesto
en libertad antes de que Jack la reclamara, sosteniendo su cabeza apretada
contra su corazón mientras la sacudía ligeramente.

-Me alegra que estés bien.

Las palabras fueron bajas y tranquilas, apenas palabras en absoluto, pero


incluso a través de su oído embotado, se las arregló para entenderlas igual.

Varios minutos después de arrancarse el barro de las botas, ella se subió


a la camioneta. No se perdió el hecho de que Jack la distrajo mientras Reece fue
a revisar el coche quemado en la parte frontal de su propiedad. A pesar de
pensar en sí misma como una mujer independiente, estaba muy agradecida de
que la protegieran de esta manera.

La cara quemada del conductor probablemente la atormentaría durante


un tiempo muy largo, y realmente no tenía ningún deseo de volver a verla.

Jack la ayudó a subir al camión, seguía encontrándose torpe pero ya


estaba más estable, aunque el lodo sobrante entre los dedos de sus pies se
estaba secando rápidamente hasta formar una corteza dura. Daría cualquier
cosa por una ducha de agua caliente ahora mismo pero se conformó con un
sorbo de la botella de agua que Jack apretó en su mano. Estaba realmente
tentada en inclinar el agua sobre los dedos pegajosos de sus pies pegajosos pero
se aferró al suficiente sentido común al darse cuenta de que todavía no estaban
fuera de peligro.

2
Aussieness of the situation : extremadamente australiano, se define por una gran
cantidad de consumo de alcohol, deporte en el patio trasero, haciendo una barbacoa y con
un mayor consumo de alcohol.

13 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Encontrar más agua podría estar más lejos de lo que creían.

El interior de la camioneta parecía un poco más frío que la temperatura


exterior, y ella se deslizó en el centro del asiento con gratitud. Jack se subió al
asiento del conductor y Reece en el lado del pasajero.

-Necesitamos un médico para mirar la mano de Christina - Jack dijo


mientras ponía en marcha el camión.

-No es tan malo, de verdad. Puede esperar. Prefiero ver cómo están
nuestros vecinos primero - dijo, tratando de ocultar lo mucho que la maldita
cosa palpitaba.

Le dolía hasta el final del codo, pero había visto quemaduras mucho
peores. Jack empezó a negar con la cabeza, pero Reece la miró pensativo y dijo

- Vamos a girar más allá de las propiedades McCormack y Kennedy, y


luego vamos a ir a la ciudad - Reece sonó casual.

Christina se preguntó por su capacidad de permanecer tan tranquilo


cuando lo único que ella quería hacer era correr gritando. Las siguientes
palabras salieron fuera de su boca antes de que tuviera la oportunidad de
analizar el pensamiento correctamente.

-No estoy segura de que aún sea un pueblo. La tormenta llegó al valle, en
línea directa desde allí. Creo que probablemente hay que dirigirse al cuartel
general de SES3 o tal vez el hospital hacia el sur.

Tanto Jack como Reece se volvieron hacia ella, con una aturdida
expresión en sus rostros.

3
SES: abreviatura de State Emergency Service, Servicios de Emergencia del Estado.

14 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

-¿Crees que este fuego pasó por la ciudad?

Ella se encogió de hombros, no muy segura de nada en este momento.


"Ciudad" no describía realmente con precisión la pequeña colección de tiendas y
atracciones turísticas. Realmente no era más que un pub, algunas tiendas de
propiedad local, y un par de pensiones. Tenían una estación de policía, pero ni
siquiera estaba abierta en temporada baja. La ciudad entera era básicamente
una pequeña escapada turística y un lugar de encuentro para los pocos cientos
de residentes que vivían en las propiedades de distintos tamaños arriba y abajo
del lado de la montaña.

-Está bien, a los Kennedy primero.

Jack puso la camioneta en marcha y cuidadosamente la sacó alrededor de


los escombros que cubrían el camino. Tardaron una eternidad en recorrer los
pocos kilómetros hasta la propiedad Kennedy, el humo, los árboles caídos, y el
estado de los caminos dañados dificultando el viaje. El sitio de los Kennedy
parecía abandonado, por lo que continuó hacia donde los McCormacks.

Una vez más, encontraron la propiedad abandonada, pero en ambos


casos, los vehículos habían desaparecido, por lo que Christina rezó
silenciosamente porque las familias estuvieran en el lugar seguro más cercano.

Su decisión de ir a la ciudad se vio frustrada por un árbol caído sobre la


única carretera de acceso, por lo que Jack giró la camioneta hacia la carretera y
se dirigió a la sede central de los servicios de emergencia del Estado más
cercanos.

El humo aún flotaba pesadamente en el aire, incluso con las ventanas


cerradas a cal y canto los tres ocupantes se atragantaron con el aire seco,
tosiendo y dando arcadas de forma intermitente. Era difícil seguir la
conversación en estas condiciones, y los tres se quedaron en silencio mientras
Jack conducía a través de un paisaje ennegrecido por carreteras casi
irreconocibles.

15 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Todos los músculos del cuerpo de Christina gritaron pidiendo socorro.

Había estado tan tensa, tan asustada por tanto tiempo que el puro
agotamiento la reclamó, e increíblemente, casi se quedó dormida. La camioneta
se detuvo de repente, despertándola completamente.

Reece estuvo fuera de la cabina antes de que ella se diera cuenta de lo


que estaba sucediendo, pero la visión ante ella le hizo temer por él. Dos
vehículos estaban en el medio de la carretera. Los restos de los parabrisas y las
luces traseras rotas sembraban la escena. Los árboles caídos y ramas rotas
todavía ardían por todas partes.

Apenas capaz de comprender la destrucción Christina finalmente se dio


cuenta que el sedán pertenecía a los Kennedy. Sin pensarlo, ella corrió hacia el
coche y se inclinó por la ventana rota, esperando, rezando encontrar a alguien
con vida.

Pero los Kennedy ya estaban muertos. Ambos estaban cubiertos de


sangre y hollín, sus lesiones probablemente causadas por el accidente de coche,
pero el intenso calor del incendio forestal y la falta de oxígeno, probablemente,
también contribuyeron a su muerte.

Reece la apartó y luego la abrazó, diciendo en voz baja, palabras sin


sentido pero calmantes, no obstante. Él la meció en su contra por varios
minutos antes de que ella se diera cuenta de que el agudo lamento que llenaba
sus oídos procedía de su propia boca.

Ella pudo sentir a Jack abrazándose a ellos, manteniendo sus manos


alejadas de su cuerpo, y le tomó un momento recordar cual era la causa del
dolor físico que la golpeó.

-Nena, - retumbó una profunda voz junto a su oído - tenemos que


avanzar. Llevarte a un hospital.

-Pero debemos hacer algo. - podía oír la histeria en su voz - No podemos


simplemente irnos de aquí.

-Chris, cariño, se han ido. No podemos ayudarlos ahora. Se lo diremos a


las autoridades tan pronto como lleguemos allí. - dijo Jack con calma.

16 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Dos

Pareció que tardaron horas en llegar al hospital. Las carreteras que no


estaban dañadas o bloqueadas estaban llenas de coches, todos tratando de
dirigirse hacia la ciudad y al hospital más grande. Jack había agarrado un cubo
de la parte trasera de la camioneta, donde vertió agua fresca y limpia y e hizo
empapar su mano quemada. El agua ayudó un poco, pero cada sacudida de la
carretera enviaba el dolor corriendo hasta el codo y en el hombro.

Ella sacudió la cabeza, con lágrimas de nuevo, al pensar en los Kennedy.


Habían vivido en esta ciudad toda su vida e incluso han criado un par de hijos
aquí. Nunca habían tenido razones para creer que un incendio forestal podría
ser tan intenso, tan mortal. Los incendios forestales eran por lo general algo
predecible, y el lugar más seguro para los residentes estaba en sus propios
hogares. Año tras año, los residentes de la pequeña comunidad habían apagado
las brasas mientras caían, tomado refugio en sus casas mientras el fuego pasaba,
y luego empapaban cualquier punto del fuego que habían descubierto.

Así era como los incendios forestales en esta zona habían sido siempre.
Muy a menudo, cuando el fuego estaba cerca la ciudad, los voluntarios del RFS
acababan con el fuego antes de que pudiera llegar a los hogares. Literalmente
luchaban contra el fuego con fuego, y pasaban días y noches prendiendo
incendios controlados de modo que cuando el incendio forestal real los
alcanzaba, no quedaba nada para quemar.

¿Pero las tormentas de fuego? Las tormentas de fuego eran diferentes.

Los incendios forestales normales tenían llamas saltando de un lugar a


otro, ya fuera por la proximidad a las llamas o a las brasas, pero con una
tormenta de fuego, el calor era tan intenso que los árboles estallaban en llamas
antes de que las llamas reales se acercaran.

17 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Las historias de bolas de fuego y explosiones repentinas habían parecido
casi una exageración hasta que lo había visto con sus propios ojos.

Ella movió los dedos de los pies, la incómoda sensación de barro seco de
alguna manera se unió al dolor de su mano quemada y la pena nubló su
corazón. No había conocido a los Kennedy bien pero en una comunidad tan
pequeña, todo el mundo conocía a alguien que conocía a ese alguien. Echó una
mirada a Jack, notando la manera dura en la que apretó su mandíbula, y se
preguntó si él los había conocido mejor que ella, hasta que se le ocurrió que no
había reconocido el segundo coche.

-¿Quién estaba en el otro coche? - ella soltó las palabras antes de que
pudiera retirarlas, el tono de pánico de su voz hizo que su pecho se apretara, y
tosió dolorosamente contra su garganta dañada.

Unos brazos fuertes se envolvieron más duro a su alrededor, y Reece la


atrajo hacia sí. Realmente no la había soltado desde que ella subió al coche, y
estaba agradecida por su apoyo.

-No lo sé - dijo en voz baja.

Echó un vistazo a su cara, pero no pudo leer su expresión. Él respondió


jalando su cabeza contra su pecho, sosteniendo su cara contra su corazón.
Supuso que, aunque él no sabía quien había estado en el coche, la visión lo
atormentaba de igual forma en que los cadáveres de los Kennedy
permanecerían con ella.

-¡Maldición! - exclamó en un susurro Jack mirando a través del


parabrisas.

El tráfico no se había movido en quince minutos, y ahora parecía que no


se movía en absoluto.

18 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Un oficial de policía se abrió paso por la línea de los coches,
deteniéndose para hablar con cada conductor en el camino. Muchos daban la
vuelta con sus coches por el otro lado de la carretera y se dirigían de regreso
por donde habían venido.

Jack bajó la ventanilla cuando el oficial se acercó. Ellos, obviamente, no


eran los primeros supervivientes desaliñados que había visto porque sonrió
amablemente y les preguntó si había algún herido.

-Mi esposa se quemó la mano bastante mal, pero por lo demás, estamos
bien, amigo.

Ella casi rió ante su contestación indignada. Mi "esposa", realmente ella


sabía lo que él estaba haciendo. Él no iba a dejarla en el centro médico sin él a su
lado. Todo el pueblo sabía que ella había estado sola desde la muerte reciente
de su madre, y Jack se estaba asegurando de que Christina tuviera alguien en
quien apoyarse.

-Está bien. - dijo el policía - Hay un accidente bloqueando la carretera


más adelante. Conduzca lo más cerca que pueda, y luego aparque la camioneta
en el lado del arcén. - él miró más allá de Jack hacia Christina - ¿Va a estar bien
para caminar? La entrada del hospital está medio kilómetro más allá del
accidente.

-No hay problema. Tengo a mi maridito para llevarme. - ella sonrió al


oficial, agradecida por su ayuda, pero también avergonzada por la mentira.

La quemadura era dolorosa, el codo y el hombro le dolían, pero teniendo


en cuenta el alcance del fuego, probablemente sería el menor de los problemas
que el hospital estaría tratando hoy.

Reece besó la parte superior de su cabeza mientras aflojaba su agarre en


la cintura.

19 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
-Enseguida estaré con vosotros. - dijo las palabras con su característica
sonrisa extendiéndose por su rostro, pero Christina no se perdió la
comunicación sin palabras entre los dos hombres.

Muy probablemente, Reece iría a informar al policía sobre el accidente de


los Kennedy, y aquel en frente de su casa.

Jack intentó sonreír para tranquilizarla, pero el movimiento fue


incómodo y rígido, y no su expresión habitualmente fácil. Puso la camioneta en
marcha y avanzó poco a poco hasta que pudieron parar a un lado de la
carretera. Para el momento en que salieron de la camioneta, Reece los esperaba.

La corta distancia a pie hasta el hospital resultó aterradora. Alrededor de


ellos, víctimas del incendio forestal hacían poco a poco su camino hacia la
entrada de urgencias. Una pareja de ancianos ayudaron a un joven que cojeaba
hacia el hospital, un pie y las dos manos con quemaduras graves y obviamente
dolorosas. Una joven madre trató de calmar a sus dos niños aterrorizados
mientras buscaba en la multitud a alguien, posiblemente, a su marido, y
alrededor de ellos, las personas cubiertas de hollín ayudaban a las víctimas
heridas y desconcertadas del incendio forestal.

Un padre pidió ayuda mientras intentaba llevar a dos niños pequeños


con los pies quemados, con sus propios pies gravemente heridos. Jack y Reece
se volvieron hacia Christina, y parecieron poco dispuestos a abandonarla, pero
incapaces de no ayudar a alguien tan obviamente necesitado.

-Voy a estar justo detrás suyo.- dijo.

Ambos sonrieron tristemente antes de dirigirse directamente hacia el


hombre y su familia.

Christina se quedó cerca, sintiendo la necesidad de Jack y Reece de no


dejarla sola. O tal vez fueran sus propias emociones liando su cabeza, pero ella
tampoco quiso estar sola en este momento, y tener a sus amigos cerca pareció
más importante adelantar un par de minutos en la cola para la atención médica.

20 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Cuando se acercaron al hombre herido, Christina se dio cuenta de que
había una mujer cojeando detrás de él, sus pies también quemados y un bebé se
aferraba a su pecho. Ella había estado llorando, con la cara manchada de hollín
negro y churretes más limpios, donde las lágrimas habían lavado la suciedad.

-No sabíamos.- las palabras sonaron tranquilas pero al mismo tiempo


llenas de angustia - No sabíamos.

Christina trató de pensar en algo que decir, pero parecía incapaz de


encontrar palabras de consuelo en estas circunstancias. Ella envolvió su brazo
sano alrededor de los hombros de la mujer.

-Voy a intentar ayudar quitando algo de peso de sus pies. ¿Está bien que
sostenga al bebé?

La mujer asintió. Ella no podía ser mayor que Christina, tal vez sólo unos
pocos años más joven, sin embargo, allí estaba en medio de un desastre natural
tratando de proteger a sus tres hijos de corta edad.

-No lo sabíamos. El bebé ha estado llorando durante días - ella dijo las
palabras con dificultad, su garganta, obviamente, dolorida - Los informes de la
radio dijeron que el fuego iba en la otra dirección - se quedó sin aliento en un
sollozo - No lo sabíamos. - las lágrimas cayeron seguidas por el rostro de la
joven de nuevo.

Christina hizo lo único que pudo. Sostuvo la mujer más apretada y


continuó el lento progreso doloroso a la entrada de urgencias del hospital.

Jack y Reece cada uno llevaba un niño pequeño y ayudaron al padre a


caminar.

Mientras se dirigían más allá del accidente, Christina apartó los ojos,
incapaz de dar testimonio de más tragedia.

21 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Incluso la rápida mirada que había tenido del metal arrugado quedó
detrás de sus párpados. Más muerte, más destrucción, la agonía más dolorosa
para los supervivientes.

Cuando llegaron al otro lado del accidente, los coches estaban


estacionados al azar en todo el camino, por lo que fue necesario que ellos
bordearan alrededor de los vehículos. Fue lento, pero al tiempo, alcanzaron el
área de clasificación del hospital que se había establecido en el césped frente a
la entrada de emergencia. Casi todo el espacio estaba lleno de víctimas de
quemaduras, muchos en un terrible dolor, esperando que las lesiones más
graves fueran tratadas primero. Varias sirenas de ambulancias se oían en la
distancia.

Una mujer se acercó a ellos tan pronto como su pequeño grupo pisó el
césped. Llevaba una etiqueta con su nombre, aunque con los ojos todavía
borrosos a causa del humo, Christina no pudo leerlo.

-¿Qué edad tiene el niño?

-Casi seis semanas. - la joven madre respondió con voz tensa y áspera.

-¿Puedes caminar hasta la puerta de allá? - cuando la joven madre asintió


con la cabeza, la enfermera continuó. En cuanto a Christina, ella dijo - Tenemos
que evaluar a los niños primero. ¿Puede usted ayudar?

-Por supuesto.

La enfermera miró rápidamente por encima de los otros dos hijos, una
expresión de angustia cruzo su rostro momentáneamente antes de retomar su
máscara profesional. Con todo el sufrimiento pasando a su alrededor, parecía
bastante fácil olvidar que el personal médico también estaba afectado por esta
tragedia. Christina se encontró a sí misma maravillada ante la formación y la
profesionalidad que mantenían los médicos y enfermeras haciendo su trabajo
cuando sería mucho más fácil ceder a la desesperación.

Reece se acercó a ella.

22 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
-Vanessa. - dijo a la mujer a su lado -Tu marido quiere que os lleve a ti y
al bebé al hospital. Jack llevará a los niños. Llegaremos allí mucho más rápido.

La joven miró a su marido y luego asintió con la cabeza lentamente.


Reece se inclinó y fácilmente levantó a la mujer y al bebé en sus brazos,
entonces inmediatamente se dirigió hacia la puerta que la enfermera le había
indicado. Jack estaba a sólo unos pasos atrás, con la enfermera a su lado.

-Gracias. - dijo una voz tranquila.

Christina miró al hombre tratando de cojear hacia el mismo lado.

Ella envolvió su brazo sano alrededor de su cintura cuando Jack y Reece


volvieron. Levantaron el hombre entre ellos y se dirigieron de nuevo al
hospital, volviendo a su lado unos momentos después.

Christina sonrió a los dos, un poco sorprendida por la forma en que su


visión se nubló. Sus ojos se humedecieron, y el dolor de su cabeza desde hacía
un rato sentía se acentuó pero había estado tan involucrada con llevar a la
familia a un lugar seguro que no se había dado cuenta de lo mucho que su
cabeza realmente le dolía. Ella se encogió de hombros, abriendo la boca para
inhalar una gran bocanada de aire, pero se sintió mal de alguna manera, la
respiración que ella buscaba la eludió. Ella sacudió la cabeza y volvió a
intentarlo.

23 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Tres

A Reece no le gustó el color de Christina. Él realmente no lo había notado


bajo todo el hollín y cenizas, pero su piel estaba muy pálida, y sus labios
parecían tener un tono azulado anormal. Mientras él y Jack se acercaban, ella
negó con la cabeza, su cuerpo se balanceó al tratar de compensar la pisada
apoyándose de lado.

Apenas había llegaron a su lado antes de que sus piernas cedieran y se


desplomara. Reece la atrapó antes de que cayera al suelo, pero maldijo por los
codos cuando su mano lesionada quedó encajada entre sus cuerpos. Incluso
inconsciente, ella gimió de dolor.

Jack le ayudó a reacomodarla entre sus brazos, y luego se giró hacia la


puerta de la sala de emergencias, decidido a conseguir su ayuda inmediata. Una
enfermera se acercó a ellos rápidamente.

-¿Qué pasó? - gritó.

-Ella parecía estar bien, pero luego se desmayó. - Reece oyó el


desconcierto en la voz de Jack y lo compartió.

Momentos antes, Christina parecía perfectamente saludable a excepción


de la quemadura en su mano, y ahora, parecía a punto de morir. El pánico
amenazó con abrumarlo, pero él apretó los dientes y trató de concentrarse en las
instrucciones de la enfermera.

Reece llevó Christina al hospital atestado, tejiendo y esquivando entre


pacientes y personal para finalmente llegar a una silla libre. No había camas
disponibles, y la enfermera le indicó que se sentara en el sillón y mantuviera en
posición vertical a Christina para que pudieran conectarla a una máscara de
oxígeno.

24 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

-Parece que es por inhalación de humo, pero tendremos que esperar al


médico y, probablemente a los rayos X antes de que podamos estar seguros. El
oxígeno le ayudará - la enfermera levantó la mano quemada de Christina.

Los dedos se habían hinchado y ahora parecían salchichas rojas tratando


de dividir su piel.

- En su mayor parte, estas quemaduras no están tan mal. Ella tiene un


par de sitios que parecen quemaduras de grosor completo, pero el resto es
relativamente menor. Voy a cubrirla con un vendaje temporal hasta que el
médico le pueda echar un vistazo - tomó varios apósitos estériles y
cuidadosamente envolvió un vendaje por los dedos de Christina - ¿Tiene
dificultades respiratorias preexistentes o afecciones médicas?

Reece miró a Jack, observando la misma expresión de frustración que él


sentía en su propia cara.

-No lo sabemos. - dijo, sacudiendo la cabeza con disgusto.

Conocía a Christina desde hace mucho tiempo y siempre había planeado


llegar a conocerla mejor, pero su amistad nunca se había movido un paso más.
La enfermera jugueteó con los ajustes de oxígeno de Christina durante un
momento, y luego se fundió de nuevo en el caos que era la sala de urgencias de
este pequeño hospital regional.

Afortunadamente, en cuestión de minutos, el color de Christina mejoró,


sus labios dejaron el color púrpura, su piel cogió un tono más natural. Ella
pareció dormir plácidamente en sus brazos mientras esperaban a un médico.
Cientos de personas se trasladaron a través de la zona, una corriente
interminable de pacientes heridos y enfermos que necesitaban atención. Incluso
en medio de todo el ruido, las sirenas de las ambulancias todavía se oían
acercarse al hospital.

25 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Un niño gritó con todas sus fuerzas y el sonido penetró hasta el oído de
Reece, embotado por la experiencia con la furia del fuego. Un hombre mayor
arrastró los pies a través de la concurrida zona, con los ojos llorosos y su
columna vertebral inclinada, pero con una evidente determinación en cada paso
mientras cogió una botella de agua de un carro y regresó al lado de su esposa.
La gente se movía en todas direcciones, el área era una mezcla de borrones de
un gris apagado y movimiento.

Una niña se metió debajo de la cama junto a ellos, con el rostro surcado
de lágrimas, el miedo evidente en cada movimiento nervioso. Jack se alejó para
hablar con el ocupante de la cama y luego se sentó en el suelo y se dirigió a la
niña asustada. Con todos los mecanismos debajo, la cama médica era un lugar
inseguro para esconderse, y Jack pacientemente habló con la niña. Finalmente,
la convenció para salir. La niña subió a sus brazos, y sus delgados brazos se
envolvieron alrededor de la garganta de Jack a punto de ahogarlo.

Reece observó con asombro como su mejor amigo, un hombre que


consideraba un hermano, calmó a la niña y finalmente la dejó su dormida junto
a su madre en la cama. Reece y Jack siempre habían sido cercanos, pero hasta
este preciso momento, Reece no habría sido capaz de definir su relación. El
orgullo y el respeto por su mejor amigo lo inundaron al mismo tiempo que las
lágrimas nublaron su visión, cogiéndolo por sorpresa.

Él parpadeó rápidamente, el shock y la vergüenza manteniéndolo


inmóvil. Se había pasado la vida entera convenciendo a la gente de que era un
duro australiano, y ni siquiera una tragedia tan grande como este incendio
forestal iba a arruinar su reputación tan arduamente ganada.

Cerró los ojos, fingiendo dormir, notando con alivio que la respiración de
Christina parecía menos trabajosa, más fácil, y ella parecía haberse relajado en
sus brazos.

Q R
26 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire

Jack trató de permanecer cerca de Christina y Reece pero sin estorbar a


nadie. No fue una tarea fácil. Una enfermera cubrió la quemadura de Christina,
comprobó su respiración, y desapareció entre la multitud. Se sintió como si
hubieran pasado horas antes de que un médico finalmente se acercara a ellos. El
color y la respiración de Christina habían mejorado, dado que llevaba el
oxígeno, y ella había entrado y salido de la consciencia varias veces.

El médico usó un estetoscopio para escucharle el pecho durante un


momento y luego pidió a Reece ayuda para intentar despertarla. Reece miró a la
mujer que tenía en sus brazos.

-Chris, es hora de despertar. El doctor necesita hacerte algunas


preguntas.

La mujer en sus brazos abrió los ojos aturdida y rápidamente los cerró de
golpe contra la luz.

-Owww - se quejó en un ronco gemido que quedó amortiguado por la


mascarilla - ¿Puedo responder a las preguntas sin abrir los ojos?

-Por supuesto - dijo el doctor amablemente - ¿Cómo siente la cabeza?

-Como si tuviera una resaca asesina.

El médico se inclinó hacia delante, examinando y pellizcando la piel de


los brazos de Christina, y luego sonrió de modo tranquilizador. Jack sintió el
alivio atravesándolo.

-Chris, estás un poco deshidratada, por lo que vamos a ponerte una vía
en marcha.

27 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
El médico miró a Reece, sonrió, y luego volvió su atención de nuevo a la
mano de Christina. Desenvolviendo cuidadosamente el vendaje, examinó la
herida de cerca y luego preguntó

- ¿Algún otro problema médico que necesite saber? ¿Diabetes? ¿Asma?


¿Presión arterial alta o enfermedades del corazón? ¿Cualquier cosa que pueda
hacer que una quemadura como ésta sea algo más serio?

Ella negó con la cabeza, por lo que el médico cogió su historial médico e
hizo algunas notas rápidas.

-Su respiración parece estar mejor con el oxígeno, por lo que quiero que
mantengas la mascarilla por un tiempo más. En este momento, vamos a esperar
y ver cómo evolucionas las próximas horas antes de ordenar una radiografía.
Una enfermera vendrá dentro de poco para limpiar y volver a cubrir esta
quemadura. ¿Necesitas algún medicamento para el dolor?

Christina asintió con la cabeza con cansancio y dio las gracias al doctor.
Luego, el médico volvió su atención a Jack y a Reece.

-¿Tenéis algún problema médico alguno de los dos? - preguntó mientras


sostenía el estetoscopio en el pecho de Jack.

-No, sólo demasiado humo. - Reece respondió por los dos. El médico
rápidamente comprobó a uno y otro y asintió con la cabeza.

-Suena bien, por el momento. Hacedlo saber a alguien si eso cambia en


algún momento. - saludó a una persona zigzagueando entre la multitud y luego
se trasladó al siguiente paciente.

Una mujer se dirigió a ellos y les entregó una gran jarra de agua y tres
vasos desechables.

28 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Unos minutos más tarde, una enfermera le entregó a Christina algunas
medicinas, le aconsejó tragarse los comprimidos con agua en abundancia, la
dejó conectada a una vía intravenosa, y se fue tan rápidamente como todo el
resto del personal médico que habían visto. A los quince minutos, Christina
cayó en un sueño confortable. Señalando su intención a Jack, Reece se movió
con cuidado para poder bajar a Christina a una posición más cómoda. Ella se
volvió sobre su costado, con las rodillas dobladas por lo que ocupó todo el
sillón. Cogió una manta y con cuidado la deslizó debajo de su cabeza a modo de
almohada. Aparentemente incapaz de estarse quieto por más tiempo, Reece
habló con Jack brevemente antes de salir del hospital.

Q R

Sentado en el suelo junto a la cama improvisada de Christina, Jack le


tomó la mano lesionada y silenciosamente prestó su fuerza a la mujer dormida.
Reece había vuelto a la camioneta en un intento de aparcar en algún lugar
cercano al hospital. Había estado desaparecido por más de una hora, por lo que
Jack no creía que hubiera tenido mucho éxito.

Alguien había encendido un televisor colgado del techo en la esquina de


la habitación. Cuando la noticia alcanzó por primera vez a las cadenas de
televisión, Jack se sintió entumecido. Un sinfín de imágenes de destrucción
parpadeaba en la pantalla. Imágenes aéreas mostraban frentes de fuego
enormes y la destrucción total de muchos hogares y negocios. El número de
víctimas ya confirmados como mortales era asombroso y continuó aumentando
mientras miró la televisión.

Una mujer apareció en la pantalla, la ropa harapienta, con el pelo


chamuscado, y su cara cubierta de hollín y lágrimas. Lloró en silencio mientras
el entrevistador trató de hacer preguntas acerca del escape milagroso de su
familia y las lesiones horrendas de la tormenta de fuego.

29 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
La mujer apenas contuvo los sollozos mientras hacía todo lo posible por
responder, pero la entrevista en vivo terminó cuando el periodista ya no pudo
contener sus propias lágrimas.

Jack sintió un nudo en la garganta ante la evidente angustia de la mujer.


Sus vecinos, sus amigos, su ciudad entera, cada persona que él, Reece y
Christina conocían estaba afectada por esta tragedia. La comunidad en la que
habían crecido, donde habían vivido toda su vida, se había ido, no quedaba
nada más que un montón de hierros retorcidos y cenizas blancas y grises.

Todo lo que poseía ahora estaba en la camioneta. Y no era el único. Miles


de personas estaban ahora sin casa, sin nada más que la ropa sobre sus
espaldas, y aún así los incendios rugían, destruyendo todo, personas, hogares,
familias, pueblos y comunidades enteras.

Jack sostuvo la mano de Christina sobre su la mejilla, y, por primera vez


en su vida adulta, lloró.

Q R

Reece finalmente regresó de nuevo con la camioneta. Dondequiera que


fuese, alguien necesitaba ayuda. Había llevado a varias personas heridas al
hospital incluyendo una familia con cuatro hijos, todos ellos tenían quemaduras
de diferentes grados. El fuego no les había dado advertencia alguna, y que
habían tenido que huir repentinamente de su casa en llamas. Los niños estaban
angustiados y aterrorizados, y él había tenido dificultades para llevarlos sin
llorar él mismo. Seguramente, esto tenía que ser lo más parecido al infierno
sobre la tierra que una persona pudiera pensar.

Por último, él regresó a la camioneta y encontró una ruta menos tortuosa


hacia el hospital. Verificó la parte trasera de la camioneta para asegurarse de
que nada estaba ardiendo y se sintió aliviado al encontrar que el equipo de

30 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
camping y lo esencial que habían embalado estaba en bastante buenas
condiciones, tan solo un poco golpeado.

Había tardado casi tres horas, y cuando regresó al hospital, encontró a


Jack sosteniendo la mano de Christina y mirando a la televisión.

La devastación era total y absoluta. No quedaba nada en ningún lugar.


La vista aérea sólo mostraba ennegrecido metal y cenizas en polvo. Todo, todo
se había ido.

Y el número de muertos era asombroso.

La ira llenó de impotencia a Reece. Volvió a salir de la habitación del


hospital, al darse cuenta que tenía que hacer algo constructivo para conseguir
mantener su temperamento bajo control.

Resistiendo la tentación de poner su puño contra una pared, él se dirigió


hacia la multitud para ayudar a llevar más heridos al hospital.

31 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Cuatro

Estaba completamente rodeada por las llamas, girando, girando,


buscando desesperadamente escapar, su único compañero un cuerpo
horriblemente quemado y ennegrecido. La mitad de la cara había desaparecido,
por lo que los dientes sonreían con regocijo demente. Un brazo ennegrecido la
señaló acusadoramente. Ella sintió la intensidad del infierno, el calor de las
llamas, y gritó cuando cada centímetro de su piel y ropa se incendió.

El círculo de llamas a su alrededor cayó entonces, y los vio. Todos ellos.


Quemados, carbonizados, retorcidos más allá del reconocimiento estaban los
cuerpos de todos sus vecinos, todos sus amigos, cada persona que ella siquiera
había conocido.

Ella gritó y trató de cerrar los ojos, pero se dio cuenta de que sus
párpados se habían quemado, dejándola incapaz de protegerse a sí misma de
las imágenes horripilantes. Se puso de pie en medio de un paisaje lunar
ennegrecido rodeado de la escena grisácea, chillando de terror cuando las
llamas la consumieron.

Christina despertó de su sueño inducido dando un grito debido al dolor


que atravesó su garganta reseca y áspera. Tomó un momento para orientarse, y
entonces estuvo ridículamente agradecida por la voz ronca que le impidió gritar
en voz alta y despertar a Jack. Se había quedado encorvado dormido en el suelo
junto a ella.

Parecía completamente cubierto de hollín. Sus ropas estaban rotas y


sucias y el agotamiento estaba grabado profundamente en su rostro. Tenía el
pelo chamuscado y sucio y parecía que había pasado varias veces sus manos a
través de él.

Y le sostenía la mano lesionada de manera protectora.

Mirando a su alrededor, vio que estaba en un sofá que había sido


arrastrado de la sala de espera del hospital. Ni siquiera estaba segura de cómo o
por qué estaba allí.

32 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Su única certeza era que Jack y Reece la habían protegido en su momento
más vulnerable. Eran, probablemente, la razón por la que estaba viva.

-Es un placer verte despierta - dijo una voz profunda detrás de ella.

Ella sonrió un poco mientras una cara bonita entró en su borrosa línea de
visión. Tal vez no era capaz de verlo con claridad, pero reconocería la voz de
Reece en cualquier lugar.

Sus ojos se humedecieron al momento en que los mantuvo abiertos, y el


escozor finalmente superó su necesidad de ver, de mala gana, ella los cerró.
Podía sentir las lágrimas corriendo por su cara, e intentó secarlas con su mano
lesionada, lamentando su movimiento casi al instante.

El alivio del dolor que había sentido estaba empezando a desaparecer, y


por mucho que odiara tomar medicamentos, ella deseó tomar algunos ya. Su
audición todavía se sentía extraña, y el tubo de oxígeno por la nariz muy
incómodo. Sintiéndose más vulnerable de lo que podía recordar, ella estrechó
con más fuerza la mano que sostenía la suya.

Luego, otra voz profunda y suave la calmó. Jack le dijo que estaba segura
y que todo iba a estar bien. Fuertes dedos frotaron suavemente sobre el dorso
de su mano sana, y otra mano acarició la piel sensible alrededor de su tobillo y
la pantorrilla, animándola a relajarse un poco. Oyó la voz de una mujer
hablando en alguna parte cerca de ella, pero no pudo entender las palabras, y
luego se olvidó de lo que estaba tratando de pensar cuando una cálida oleada
de calma la envolvió, y se deslizó en el olvido.

Q R
33 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire

-Parece que estará dormida durante un tiempo. - dijo la enfermera


mientras comprobó la temperatura y la presión arterial de Christina - Tal vez
deberían tomarse un descanso, e ir a limpiarse. Me han dicho que los
voluntarios que están en la parte frontal del hospital sirven comida y reparten
ropa. Quizás podríais tomar algo de ropa para ella, también.

Ambos miraron a Christina mientras dormía pacíficamente, el sentido


práctico en conflicto con la terca emoción mientras cada uno de ellos decidió
qué hacer.

-Vamos. - dijo Reece, entendiendo la reticencia de Jack de dejarla sola en


un hospital con demasiados pacientes. - Estaré aquí para mantener un ojo en
ella.

Jack estiró las piernas frente a él, sintiéndose mucho más viejo de sus
treinta y dos años. Como para influir en su decisión, su estómago gruñó
ruidosamente. La enfermera sonrió amablemente.

-Yo diría que ella necesitará una talla L. - dijo ella amablemente.

Jack se puso en pie torpemente, sintiéndose descoordinado y tembloroso,


una sensación tan ajena a él que apretó los dientes y obligó a su cuerpo a
moverse. La ira alimentó sus movimientos, y de alguna manera encontró la
energía para salir del hospital a la luz del día.

El cielo parecía más sucio, más oscuro ahora con la calina de los
incendios forestales de cómo había estado varias horas antes, cuando por
primera vez habían llegado al hospital.

Siguiendo a la multitud, Jack se unió al grupo en espera de la comida en


la parrilla. Casi todo el mundo aún estaba cubierto de espeso hollín negro, y le

34 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
llevó un momento darse cuenta de que conocía a algunos de los que le
rodeaban.

Aliviado al ver que tanto él como Reece y Christina no eran los únicos
que habían escapado de su condenada ciudad natal, Jack pasó varios minutos
hablando con vecinos y amigos, tratando de obtener una indicación de si
alguien más había logrado sobrevivir.

Al ver a uno de sus vecinos moviéndose lentamente por el césped, se


apresuró para ponerse al día.

-Reg - llamó moviéndose detrás de él.

Su amigo más antiguo, tanto en edad como en años conocidos, se volvió


hacia él con el alivio y el placer escritos en su rostro.

-¡Maldita sea! Me alegro de verte, amigo.

Reg agarró la mano de Jack para sacudirla firmemente.

- Pensé que te había perdido. ¿Está Reece contigo? ¿Está bien? - al ver la
cara de emoción de Reg, Jack le apretó la mano con suavidad antes de soltarlo.

-Reece está bien. Está cuidando a Christina Andrews en este momento.

- ¿Christina? ¿La hija de Mavis Andrews? Pensé que alguien dijo que se
había mudado cuando Mavis murió, pero no estaba seguro. ¿Está bien?

-Ha inhalado humo y se quemó la mano, pero por lo demás, está bien.

-Eso es bueno - dijo Reg - Una persona más que sale con vida.

El anciano sacó una pequeña libreta del bolsillo de la camisa y añadió sus
nombres a la lista que había estado guardando. Mostró el resto de los nombres a
Jack. No era una larga lista, pero vio algunos nombres familiares, y aunque se
35 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire
sintió aliviado al ver que algunos habían sobrevivido, se preocupó más por los
que faltaban. Reg miró a su alrededor, pensativo.

-Están repartiendo ropa allí. Probablemente deberías ir y conseguir un


par de cosas mientras puedas. No te imaginas cuántas personas necesitan
ayuda.

Jack puso su mano sobre el hombro de Reg de modo tranquilizador.

-Gracias, amigo. El telediario está diciendo que nuestra ciudad ha


desaparecido. ¿Alguna idea de lo que vas a hacer ahora?

Reg lo miró con ojos rojos y llorosos.

-Creo que voy a visitar a mi hermana en el norte, mientras las cosas aquí
se solucionan. Oí a alguien decir que el ejército estaba montando tiendas de
campaña sobre el polideportivo, pero ir de camping simplemente no tiene el
mismo atractivo para mí en estos días.

Jack asintió, aliviado de que Reg al menos tuviera un lugar adonde ir. Se
había preocupado de que a sus ochenta y tres años de edad, tuviera que luchar
con su salud, mientras que intentaba recuperar y reconstruir el pueblo.

Agarró unos sándwiches, dos botellas de agua y una botella de zumo y


se dirigió a la zona donde los voluntarios estaban ayudando a los
supervivientes de los incendios forestales que no tenían nada más que la ropa
que llevaban puesta.

Agarró un cambio de camisa para sí mismo, una extra para Reece, y algo
de ropa para Christina, aliviado de encontrar ropa interior y artículos de
higiene personal que habían sido donados por un supermercado local.

36 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Un voluntario le ayudó a poner la ropa y artículos de higiene personal de
Christina en una bolsa de plástico y señaló un montón cada vez mayor de ropa
sucia y dañada, donde podía desechar su propia ropa dañada por el fuego.

Mantuvo sus vaqueros y botas, que estaban sucios pero no gravemente


dañados, pero descartó el resto, sabiendo que estaba más allá de salvamento.
Esperaba que las cosas que había guardado en la camioneta no estuvieran
dañadas. Sería agradable si había logrado salvar algunas de sus propias ropas.
Se sentía bien estar usando una camisa limpia, sin embargo, aunque fuera de
segunda mano.

Otro voluntario le había sugerido que agarrara un par de sudaderas y


una chaqueta del tamaño de Christina por si el clima se ponía más frío, ya que
tendía a hacer eso en esta época del año. Te ahogabas de calor de día, y morías
de frío a la noche, ese había sido el patrón de clima con el que había crecido
llegando a acostumbrarse, pero hasta ahora, no había apreciado realmente lo
fácil que resultaba ajustarse a la intemperie cuando tenías un vestuario
completo de ropa.

Se topó con algunos vecinos más y les señaló en la dirección de Reg para
que pudieran ser añadidos a su lista. Cuantas más personas supieran que había
una lista, más posibilidades tenían de conocer al menos quienes habían
sobrevivido.

Ansioso por volver a Christina antes de que ella se despertara, se dirigió


de nuevo al hospital. La televisión en el vestíbulo volvió a mostrar imágenes
aéreas de lo que quedaba de su ciudad, básicamente nada, sólo pequeños
montones de escombros cubiertos de ceniza blanca.

La escuela, la comisaría, el bar del pueblo, edificios declarados


patrimonio nacional que habían sobrevivido a innumerables incendios
forestales en los últimos cien años habían desaparecido. La esencia misma de su
ciudad natal había sido borrada, y Jack se preguntó si alguna vez podría
recuperarse tanta devastación.

Jack cerró los ojos cuando las escenas del accidente de coche de los
Kennedy destellaron en la pantalla. Las imágenes estaban grabadas en su
cerebro, y respiró profundamente mientras intentó tirar de sus emociones
alborotadas para controlarlas de nuevo. La ira inundó su sistema, pero de
alguna manera, su impotencia pareció aún más deprimente.

37 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Volviendo al pabellón donde Christina dormía en su cama improvisada,
saludó a la enfermera y luego instaló los paquetes entre el salón y la pared para
mantenerlos fuera del camino.

Se sentó de nuevo en el frío suelo, cerca de sus pies, y puso un brazo


protector sobre su pierna, notando que Reece había reclamado su mano
mientras él se había ido. Con cuidado, trató de ponerse cómodo, sin entrar en el
camino de nadie, y trató de dormir un poco.

Q R

Christina finalmente se despertó sin dolor de cabeza. Abrió los ojos


lentamente, no estaba dispuesta a correr el riesgo de que la luz sacudiera sus
ojos hipersensibles. Reece y Jack estaban todavía allí, uno sosteniendo su mano,
uno acariciando su pierna. Ella se arriesgó moviéndose un poco para obtener
una mirada más cercana. Se habían limpiado un poco, y parecían estar usando
ropa diferente, pero el cansancio aún sombreaba sus rostros. Sospechaba que,
como ella, habían pasado las últimas noches siguiendo los incendios forestales
locales, dispuestos a defender sus hogares si es necesario. No habían podido
hacer nada al final, sin embargo. El incendio que destruyó todo había venido
desde la otra dirección, un fuego como nunca habían visto hasta que cayó sobre
ellos.

Un voluntario se apresuró a entrar la sala repartiendo bocadillos y zumo.


Christina aceptó la comida y trató de sacar su mano suavemente sin despertar a
su agotado salvador. Pero se despertó de todos modos.

-Hola, hermosa - dijo Reece, mientras una pequeña sonrisa arrugó su


cara - ¿Te sientes un poco mejor?

38 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Ella asintió con cautela, una vez más reacia a moverse rápidamente por
temor a sacudir su cuerpo y que el dolor de cabeza regresara.

Una enfermera, al ver que estaba despierta, se apresuró a preguntar


cómo se sentía, rápidamente tomó los signos vitales de Christina, y luego hizo
una serie de preguntas.

Su última pregunta fue un poco desconcertante.

-Entonces, si le damos el alta hoy, ¿tiene a donde ir?

Christina negó con la cabeza, mirando a Reece para su confirmación.

-No se preocupe. - dijo Reece - nosotros nos ocuparemos de ella.

-Tendrá que ser capaz de volver al hospital para tener las quemaduras
controladas y cambiar el vendaje todos los días.

-No es un problema. - dijo Reece con confianza.

-Está bien. - la enfermera asintió con la cabeza - Voy a hablar con el


médico, y si él dice que está bien, te daré algunos medicamentos y las
instrucciones, y puedo sacarte de este lugar atestado enseguida.

Christina estaba deseando salir de esta cama improvisada. No era que el


sofá fuera incómodo. Era sólo que no estaba acostumbrada a dormir contra la
pared, y tratar de darse la vuelta había demostrado ser muy incómodo. Echaba
de menos su propia cama cómoda y sintió aflorar de nuevo las lágrimas cuando
recordó que todo lo que alguna vez había poseído se perdió.

Ella levantó la manta para evaluar exactamente lo que llevaba puesto,


sólo para darse cuenta que sólo llevaba una bata de hospital y ropa interior. En
esta etapa, ni siquiera podía estar segura de que fuera su propia ropa interior.
¿No era un pensamiento deprimente?

Reece debió haber sentido su preocupación, porque se puso de pie y sacó


un par de bolsas de plástico de detrás del sofá.

39 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

-Jack recogió esto para ti, así que él tiene la culpa si es del tamaño
equivocado, ¿de acuerdo? - dijo con una sonrisa contagiosa y feliz.

Christina levantó su mano sana para tomar las bolsas. Las colocó en el
suelo junto a ella y se empujó a sí misma hasta sentarse, y torpemente abrió las
bolsas para ver el contenido. Dentro había un paquete con ropa interior a
estrenar de algodón, un cepillo de dientes, pasta de dientes y jabón. En la otra
bolsa estaban los pantalones vaqueros, las camisetas, y sudaderas, todos
parecían ser de su tamaño. La ropa era obviamente de segunda mano, pero
estaban en muy buenas condiciones, y Christina nunca había estado más feliz al
ver un par de vaqueros y una camiseta en su vida.

-Pensé que te gustaría parar luego en un supermercado y ver si tienen


champú en los estantes y cualquier cosa que necesitemos durante unos días.

Fue entonces cuando Christina dio cuenta de que ni siquiera tenía su


billetera. No tenía su licencia de conducir, pasaporte, o tarjetas de crédito y no
podía acceder a sus cuentas bancarias sin alguna forma de identificación. Y, por
supuesto, no podía obtener una copia de su licencia sin mostrar prueba de
quién era ella. Ni siquiera tenía un miembro de su familia que pudiera dar fe de
que ella era quien decía.

La enormidad de la situación comenzó a apoderarse de ella, y estaba de


nuevo en el borde de las lágrimas cuando dos hombres fuertes y cálidos se
sentaron a ambos lados de ella y la abrazaron.

-Está bien, nena. - Reece susurró con dulzura - Nosotros nos


encargaremos de ti.

-Confía en nosotros, Christina. - Jack instó confiadamente -Todo va a


salir bien.

40 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Se sentía tan bien, poder contar con esto, tener a alguien en quien
apoyarse, además de ella.

Hacía seis meses, su madre había muerto dolorosa y lentamente de


cáncer, y Christina había mantenido la compostura, simplemente porque no
tenía a nadie que la levantara si caía. Había estado de pie sola en el funeral,
sintiéndose no lo suficientemente cercana a alguno de los amigos de su madre
para buscar consuelo y después de perder el contacto con cualquiera de sus
propios amigos.

Reece y Jack habían estado allí, pero en ese entonces, habían sido sólo
chicos que habían ido a la escuela con ella hacía mucho tiempo. A pesar de sus
ofertas, no se había sentido cómoda para aceptar la ayuda de ninguno de los
dos en ese momento. Ella se había topado con ellos con bastante frecuencia
desde entonces, pero siempre como amigos. Nada romántico había surgido.

Se sentía muy especial por tener esos dos hombres guapos cuidando de
ella ahora, así que se quedó a salvo y caliente en su abrazo mientras se relajó y
cayó de nuevo en un sueño confortable.

Q R

Varias horas después, flanqueada a ambos lados por sus apuestos


protectores, Christina salió del hospital. Le habían dado la medicación para el
dolor y antibióticos para protegerla contra la infección, lo que podría ser una
complicación grave con las quemaduras. También había recibido una charla
muy severa sobre lo que podía y no podía hacer en los próximos días. Sus
compañeros convencieron al médico de que estaba en buenas manos, y la
habían ayudado a vestirse, una experiencia nueva y embarazosa para Christina,
y luego la escoltaron de regreso a la camioneta.

En realidad no había pensado mucho en ello hasta ahora, pero la parte de


atrás de la camioneta tenía un área de almacenamiento grande que contenía los

41 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
elementos esenciales que Jack y Reece habían podido salvar antes de que
quedaran destruidos sus hogares.

-Nos las arreglamos para salvar todo nuestro equipo de camping, ropa,
herramientas de construcción, ordenadores portátiles, y registros financieros,
así que nos ha ido mejor que a la mayoría - dijo mientras sostenía la puerta
abierta para ella.

Los oídos de Christina se animaron ante la mención de los ordenadores.


Había abierto una tienda de eBay desde su casa, y había estado preguntándose
cómo iba a ser capaz de informar a sus clientes acerca de sus problemas por los
incendios y organizar reembolsos si fuera necesario. Eso asumiendo, por
supuesto, que fuera capaz de averiguar cómo acceder a sus cuentas bancarias
sin identificación.

-Así que, ¿a dónde vamos? - preguntó a los chicos cuando Jack la


depositó en el asiento del medio de la cabina de la camioneta.

-Pensé que deberíamos dirigirnos al campo de fútbol, ver que podemos


encontrar, y averiguar cuál es el plan para las actividades de socorro.

-Sip. No queremos ser dados como desaparecidos. - dijo Reece, sonriendo


torvamente.

-Y… - dijo Jack, mirando a Reece y luego rodando los ojos - …averiguar
cuándo podemos volver a casa para evaluar los daños.

Jack saltó al asiento del conductor, y Reece se subió por el otro lado,
deslizando su brazo sobre el respaldo del asiento y masajeando los músculos
tensos del cuello de Christina.

Ella apoyó la cabeza hacia delante un poco, cerrando los ojos para
apreciar mejor la sensación celestial. Jack inició la marcha y muy casualmente
deslizó su mano sobre su muslo, acariciando suavemente hacia arriba y hacia
abajo la parte superior de su pierna. Se sentía tan agradable ser el centro de su
atención que ella aplastó la pequeña voz le decía que era un error aceptar tales

42 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
caricias íntimas de dos hombres diferentes al mismo tiempo. En este momento,
se sentía bien, y no quería que se detuvieran.

El viaje hasta el polideportivo local tomó menos tiempo del que hizo falta
para aparcar la camioneta. Reece bajó de su asiento y mantuvo abiertos los
brazos para ayudarla a salir. Era difícil maniobrar con su mano fuertemente
vendada, y ella aceptó su ayuda con gratitud.

No perdió de vista la rapidez con que Jack reclamó su mano ilesa para
caminar con ella, y quedó un poco preocupada de quedar atrapada en medio de
una lucha de egos masculinos. Dio un rápido vistazo a Reece, relajándose un
poco cuando se dio cuenta de que estaba sonriendo hacia ellos y no mostrando
señales de celos.

¡Santo cielo! ¿Qué estaba pensando?

Ellos sólo estaban siendo protectores. La habían rescatado de un incendio


forestal donde lo había perdido todo, y ahora, se sentían responsables de ella.
Eso era todo. Sus toques acariciantes simplemente estaban destinados a hacerla
sentir más cómoda, nada más.

Ella los miró por separado. Ambos eran altos y delgados aunque Reece
siempre había sido un poco más musculoso en comparación con el estilo más
elegante, más atlético de Jack. El cabello de Jack se veía dorado, de color marrón
claro, por la luz del sol, pero era más un color rubio rojizo debajo de todo el
hollín, mientras que el cabello de Reece era mucho más oscuro, un color marrón
profundo con un toque de color caoba.

Ambos tenían características hermosamente robustas, magníficos ojos


líquidos, y unos labios hechos para besar. Sabía a ciencia cierta que nunca
habían tenido problemas para atraer a montones de mujeres.

Sí, pensó, como si pudieran desearme, a mí, a una mujer socialmente


torpe de veintisiete años de edad, demasiado alta y demasiado amplia para ser
considerada elegante o femenina. Estos chicos eran guapísimos, y ella era la
chica a la que nadie veía.

Por lo menos, pensó, en un bálsamo para su orgullo, ambos son más altos
que yo. Eso tenía que contar para algo. Mentalmente rodó sus ojos ante su tonto
pensamiento, tratando de dejar de lado sus pensamientos confusos y
concentrándose en asuntos más serios.

43 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Encontraron lo que parecía ser una zona central donde los voluntarios
trabajaban afanosamente para tratar de proporcionar la mayor asistencia a los
más necesitados. Christina se sintió como un poco como un fraude.

Claro, ella había perdido su casa y su negocio y todas las otras cosas
materiales que había poseído, pero al menos no estaba tratando de cuidar a
niños pequeños o hacer frente a la pérdida de un ser querido. Muchas de las
personas que la rodeaban habían perdido mucho más en el fuego que ella, y se
sintió aliviada y un poco triste al ver que ella había tenido tan poco que perder.

Su casa podía ser reconstruida y sus cosas reemplazadas, pero la pérdida


inesperada y violenta de un ser querido era una herida abierta que nunca
sanaría.

Ella miró a sus dos chicos, bueno, podía pensarlo todo el tiempo aunque
no lo creyera en serio, y sus miradas reflejaban sus propias emociones. Ninguno
de ellos parecía cómodo pidiendo ayuda cuando otros lo necesitaban mucho
más.

Se dirigieron a una mesa que mostraba un letrero escrito a mano que


decía "POR FAVOR REGÍSTRESE AQUÍ."

Jack se adelantó dando sus nombres, sobresaltando a Christina cuando le


preguntó por su número de móvil. Su teléfono había estado en su cadera
cuando saltó a la represa, por lo que Jack les dio su número como contacto e
hizo los arreglos para que pudieran establecer su material de acampar en el otro
extremo del campo de deportes, dejando a las familias y los más necesitados
quedarse con las posiciones más cercanas a las comodidades. Por último,
preguntó si alguien sabía cuándo podrían ser capaces de regresar a sus hogares
para evaluar los daños.

Nadie pudo responder a eso.

44 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Cinco

-Cuesta creer que es el mismo campo deportivo, donde solíamos jugar al


fútbol - reflexionó Reece mientras estaban sentados en frente de su tienda de
campaña un par de días más tarde.

Por todas partes se veían tiendas de campaña resistentes de varias


formas y tamaños, muchas de ellas proporcionadas por el ejército para ayudar a
tanta gente como pudieran.

-Recuerdo haber visto algunos de esos juegos cuando estaba en el


instituto.

Christina sonrió con cariño ante los recuerdos.

Habían sido buenos días. En ese entonces ella había estado rodeada de
amigos y de una familia cariñosa, y su futuro estaba lleno de sueños.

-Hey, nena, ¿por qué esa sonrisa triste? Debes estar recordando cuántas
veces Jack dejó caer el balón.

Jack arrojó el saco de dormir enrollado hacia Reece, apuntando a su


cabeza. Reece logró esquivar el misil y riendo añadió:

-Y él no era muy bueno haciendo pases.

45 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Jack rió con buen humor, y Christina se encontró relajándose un poco.


Sus risas llamaron la atención de algunos niños que estaban en la zona, y que
llegaron a ver de qué se reían mientras todos los demás parecían tan serios.

Christina observó con orgullo que los chicos agarraron una pelota de
fútbol y rápidamente juntaron dos equipos de niños para jugar un partido. Con
una pequeña sacudida de culpabilidad se dio cuenta de que estos niños estaban
probablemente sufriendo tanto como todos los demás pero sin la madurez o la
experiencia para comprender hasta qué punto sus vidas estaban a punto de
cambiar.

Reece y Jack parecían entenderlo y ahora ayudaban a estos niños a


sobrellevarlo un poco proporcionando un sentido de normalidad en medio de
tales circunstancias extraordinarias. Al mismo tiempo, daban a sus padres un
poco de espacio para hacer su propio duelo sin tener que esconderse de sus
hijos.

Mientras se sentaba y miraba el partido que crecía cada vez que otro
grupo de niños descubría la diversión, se dio cuenta de lo especial que eran esos
chicos realmente. La habían rescatado, se quedaron con ella en el hospital, y
ahora, se la habían llevado con ellos cuando no tenía otro lugar a donde ir y
nadie a quien recurrir. Asombrada por su abnegación, esperaba un día ser
capaz de devolverles su amabilidad y se juró a sí misma encontrar una manera.

Había estado un poco avergonzada aquella primera mañana en la tienda


cuando se había despertado pegada contra Jack. Él le sonrió con la expresión
confusa por el sueño, la besó castamente en la frente, y la atrajo hacia sí. Ella
había tenido una pesadilla de nuevo y había estado a punto de recordar algo,
pero rápidamente de nuevo se había dormido cuando unos fuertes brazos
habían tirado de ella en un fuerte abrazo.

Reece se había reído de ellos cuando se había despertado, lamentando


que haberse perdido toda la diversión. Despertar en los brazos de Reece a la
mañana siguiente fue aún más vergonzoso, pero ninguno de sus chicos parecía
molesto por su capacidad de dormir acabando en sus regazos.

Contenta de no estar causando un problema para su amistad, ella


todavía se sentía un poco fuera de equilibrio por la forma en que ambos
aceptaban su presencia con tanta indiferencia.

46 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Ella no había sido capaz de resolver sus propios sentimientos sobre
cualquiera de ellos, y cada vez que se convencía de que los tres compartían una
amistad platónica y nada más, uno de los chicos le lanzaba un brazo posesivo
sobre los hombros o la agarraba para un rápido abrazo, y ella estaba de nuevo
fuera de equilibrio.

El olor de la barbacoa pronto tuvo a los niños corriendo de vuelta con sus
padres, hambrientos y exhaustos, pero sonriendo por primera vez en días.
Muchos padres se acercaron a intercambiar un apretón de manos y unas
cuantas palabras con Reece y Jack antes de recoger a sus hijos para que
pudieran comer y se prepararan para la hora de acostarse.

-Tanto por un pequeño juego de fútbol - Jack trató de quejarse y luego lo


arruinó al sonreír extensamente.

Tanto él como Reece se veían más felices que lo habían hecho en días.
Tal vez incluso los adultos necesitaban tiempo libre de preocupaciones, pensó
Christina. Mañana, trataría de encontrar algunas actividades para los niños a
los que no les gustara el fútbol.

-Mejor iremos a lavarnos para que podamos a cenar algo - les sonrió
Christina.

-Tú quédate quieta - Jack ordenó cuando ella trató de levantarse de la


silla - Estaremos de vuelta en un par de minutos para acompañarte a cenar.

Ella sonrió, un poco más que entusiasmada con la idea de ser escoltada a
la cena por dos de los más guapos y generosos chicos que le gustaban de todo el
país. Lástima que la cena significaba una barbacoa creada por voluntarios y
probablemente iban a ser un par de salchichas en pan. Ella suspiró en voz baja.
Jamás pensó aborrecería la barbacoa. Resultó que estaba equivocada.

Perdida en sus propios pensamientos, Christina se sorprendió al


encontrar a Reece casi frente a ella en el momento en que ella miró hacia arriba.

47 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Tenía el pelo mojado y peinado hacia atrás de su rostro, y ahora llevaba
unos vaqueros limpios, botas y una camisa. Se veía tan guapo, tan delicioso,
que ella quiso levantar su cuerpo e inhalar al hombre. El pensamiento apenas
había fusionado en su mente cuando Jack entró en su visión, y ella pensó lo
mismo de él.

Señor, pensó, estoy perdiendo la cabeza.

Reece sonrió como si supiera exactamente lo que estaba pensando, y se


las arregló para delatarse al sonrojarse hasta el nacimiento del pelo.

Q R

Después de cenar, vagaron de regreso hacia su tienda de campaña juntos.

-Así que, nena,- dijo Reece cogiendo su mano ilesa, mientras caminaban
hacia la tienda - hemos estado apostando sobre los brazos en los que acabaras
esta noche. ¿Me puedes dar alguna pista?

El shock acabó en carcajadas cuando se dio cuenta de que estaban


burlándose de ella. Ella plantó una sonrisa descarada en su rostro y le guiñó un
ojo a los dos.

-Supongo que tendremos que ver.

48 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Jack se acercó por detrás, tirando de ella dentro de sus fuertes brazos
sobre su pecho.

-Tal vez puedas ser influenciada - él susurró en voz alta y luego pasó la
lengua suavemente sobre la concha de su oreja.

Ella se rió ante la sensación cosquilleante pero chilló un poco cuando otro
conjunto de brazos tiró de ella en un abrazo y comenzó a besar y mordisquear
su cuello. Riendo más duro ahora, Christina levantó sus brazos en señal de
rendición.

-Está bien, está bien, voy a tratar de mantenerme en mi lado de la tienda


esta noche – sonrió ella.

Dos caras guapas con expresiones idénticas la miraron fijamente.

-Tal vez, - dijo Jack - deberíamos simplemente abrazarte ambos mientras


duermes.

Christina se rió un poco nerviosa. Seguramente, ¿no lo dirían en serio?

-Suena como un compromiso justo para mí - estuvo de acuerdo Reece.

Más tarde, Christina no estaba segura de exactamente cómo, se las había


arreglado para conseguir que sus pies andaran lo suficientemente bien como
para llegar de nuevo a la tienda sin caerse. Su burla amistosa envió cohetes de
sensaciones disparándose por todo su cuerpo, haciéndola cosquillear con el
conocimiento de lo masculinos que eran ambos, de cómo ambos lograban
convertirla en mantequilla con sólo una mirada.

49 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Tomó una gran cantidad de fuerza de voluntad convencerse de que sólo
estaban bromeando a su alrededor y de que no iban realmente en serio.

Cuando regresaron a la tienda, Christina pasó rápidamente a través de


su ropa para agarrar la enorme camiseta que había estado utilizando como
camisón. Había perdido su timidez por cambiarse en frente de ellos cuando
Reece había señalado la forma en que ya habían visto la mayor parte de cuerpo,
logrando hacerla ruborizarse de pies a cabeza cuando la había felicitado por sus
hermosas tetas. Sólo Reece podía decir algo así y seguir tan tranquilo. Jack
asintió en acuerdo, y ella les había tirado una almohada a ambos. Era muy
difícil vestirse o desvestirse sin su ayuda de todos modos, por lo que la
modestia parecía fuera de lugar.

Reece la ayudó a sacar la blusa por los brazos mientras Jack desabrochó
el cierre de los vaqueros y los bajó hasta el suelo, sosteniendo su pantorrilla
suavemente mientras levantaba primero una pierna y luego la otra. Lanzó sus
vaqueros sobre la silla en la esquina de la tienda.

Habían hecho esto las dos últimas noches para ella, de manera rápida y
eficiente, dándole poco tiempo para estar avergonzada pero esta noche, la
mirada de Jack se detuvo en sus pechos lo suficiente para que sus pezones
sobresalieran con fuerza, pidiendo atención.

La mano de Reece recorrió lenta y suavemente arriba y abajo por su


pierna desde la pantorrilla hasta la rodilla, como para conocer su forma.

Christina miró a Jack un poco insegura. Él sonrió y la ayudó a ponerse la


camiseta.

-Eres tan hermosa. - dijo mientras se inclinó para rozar un tierno beso
contra sus labios.

Reece se levantó y le dio un abrazo rápido antes de ayudarla con su saco


de dormir. Un hormigueo la recorrió por todas partes y quedó un poco
avergonzada por estar tan excitada por esas sencillas acciones, Christina
torpemente se puso de lado. Momentos más tarde, Jack se instaló dentro del
saco de dormir delante de ella, apoyando la cabeza sobre una almohada para
sonreírle.

50 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Ella sintió a Reece detrás cuando se colocó sobre su costado y tiró de ella
hacia él, estilo cuchara. Incluso a través de dos sacos de dormir, podía sentir los
duros músculos de su pecho y el abdomen presionando contra su espalda.

Su respiración se aceleró cuando ella también notó la erección dura como


una roca que presionó entre sus nalgas.

Jack levantó una mano para apartar un mechón de cabello de sus ojos y
se inclinó para besarla suavemente. Ella en silencio gimió excitada, así que él
profundizó el beso, empujando su lengua suavemente en su boca y explorando
la cavidad caliente.

Reece la abrazó aún más estrechamente cuando Jack suavizó el beso y se


echó hacia atrás.

-Buenas noches, Christina - dijo con cierta melancolía - Duerme ahora.


Estaremos aquí si nos necesitas.

El cuerpo de Christina zumbó ante esa sensación, y no estuvo segura de


poder dormir en toda la noche. Nunca había deseado tan desesperadamente
algo de sexo, y allí estaba, llena de lujuria por los dos.

Si era sincera consigo misma, tendría que admitir que quería algo más
que sexo, pero no estaba de humor para examinar sus motivaciones.

De algún modo, sin embargo, acabó cayendo dormida y se despertó a la


mañana siguiente, aliviada por no haber tenido la pesadilla de nuevo.

En algún momento de la noche, ella había logrado darse la vuelta, y


ahora, ella yacía en cucharilla contra Jack y mirando hacia Reece.

Reece la observó mientras ella abrió los ojos.

-¡Buenos días! - susurró Reece mientras se inclinó para besarla en los


labios -¿Has dormido mejor?

51 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Sonriendo tímidamente, se dio cuenta de que había tenido la mejor noche
de sueño en días, quizás incluso meses. Envuelta a salvo y caliente en el capullo
de sus cuerpos, había dormido a pierna suelta por primera vez en mucho
tiempo.

El brazo de Jack se tensó un poco mientras la atrajo hacia su cuerpo y le


acarició el cuello.

-Buenos días. - suspiró en su oído - Estoy tan a gusto aquí que creo que
no voy a dejarte ir nunca. Te sientes maravillosa.

Aparentemente para probar su punto, él tiró de sus caderas hacia atrás


sobre su furiosa erección, moliendo su polla lentamente contra la carne suave
de su culo.

El cuerpo de Christina inmediatamente comenzó a tararear con


entusiasmo, y sintió reunirse la humedad entre sus muslos, los músculos de su
coño comenzando a palpitar.

-Ah, parece que estás disfrutando de eso. - dijo Reece mientras se inclinó
para besarla, empujando su lengua profundamente en su boca y enredándose
con la suya.

Ella gimió un poco, y Jack se inclinó para morder su oreja suavemente,


recordándole en un suave susurro que tenían que estar en silencio.

-Me encantan tus sonidos dulces, pero muéstrame lo que te gusta con tu
cuerpo.

Christina sintió abrirse la cremallera de su saco de dormir, el aire fresco


de la mañana por un momento enfrió su piel antes de que Jack regresara a ella,
aún dentro de su propio saco de dormir.

52 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Reece pasó sus manos sobre sus caderas y su vientre, empujando la
camisa arriba más allá de sus pechos y sobre su cabeza, ayudando
cuidadosamente a sacar de una sola vez su brazo lesionado.

-Son aún más hermosos de lo que recuerdo. - dijo mientras pasaba sus
manos sobre su cuerpo y sus pechos, los pulgares apretando los picos duros.

Jack continuó presionando su espalda sobre su erección mientras sus


manos recorrían sus piernas y culo, enganchó la parte superior de sus bragas,
empujándolas por sus piernas, y ayudándola a patearlas fuera.

Una turbación caliente se deslizó hasta su cuello cuando se dio cuenta


que ahora yacía a su lado, desnuda entre ellos, los dos hombres todavía en sus
sacos de dormir.

-Permítenos enseñarte lo bella que eres. - susurró Jack en su oído,


mordiendo suavemente la piel sensible en su cuello.

Tímidamente, ella asintió con su consentimiento.

Reece capturó de nuevo sus labios con los suyos, sosteniendo su


mandíbula firmemente en su mano grande, presionando su lengua para invadir
más profundamente su boca.

Las manos de Jack se movieron por su cuerpo, levantando una pierna


por encima dejando su coño abierto a sus atenciones. Sus dedos se enredaron en
sus rizos mojados, rodeando su clítoris con suavidad, antes de hundir uno en el
coño goteando. Ella chilló de alegría sorprendida y Reece empujó su lengua
más lejos en su boca, aún bromeando con los picos duros de sus pezones con
sus hábiles manos.

En cuanto Jack continuó empujando un dedo dentro y fuera de su coño


dolorido, Reece se deslizó más abajo por su cuerpo para tirar del pico rígido del
pezón hasta su boca. Rodó su lengua alrededor de la aréola. Ella gimió de
nuevo, pero encontró una gran palma que se apoderó firmemente sobre su
boca. Ella sonrió contra la mano y luego mordisqueó los dedos.

53 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Una pequeña carcajada malvada sonó justo antes de que Reece le
devolviera el favor y le mordió el pezón. Ella gritó detrás de su mordaza
improvisada, y rápidamente él calmó el dolor con su lengua.

Jack comenzó a hacer círculos sobre su clítoris con la otra mano cuando
varios dedos empujaron en su húmedo canal.

-Estás tan húmeda para nosotros, Christina. ¿Puedes sentir lo mucho que
tu cuerpo nos quiere a ambos?

Christina gimió en éxtasis detrás de las grandes manos de Reece que aún
la mantenían callada. Ella se movió rítmicamente contra las manos de Jack
ahora, luchando por la cima que parecía tan tentadoramente cerca. Reece
empezó a chupar con fuerza su pecho, llevando el mismo ritmo. Las
sensaciones combinadas sobre su coño y sus pechos y la emoción erótica de la
mano de Reece le recordaba poderosamente la necesidad de estar en silencio en
sus brazos, desesperada por el orgasmo que sabía que sólo ellos podían darle.

Las sensaciones fueron casi abrumadoras cuando sintió su cuerpo subir


más alto y más alto. El calor la atravesó, estallando en una ducha de
sensaciones. El orgasmo atravesó su cuerpo azotándola, y los brillantes colores
del arco iris estallaron detrás de sus parpados mientras ola tras ola de placer
robó su aliento. Poco a poco, su ritmo cardíaco volvió a la normalidad, y
completamente agotada, finalmente se quedó inmóvil en sus brazos.

Las fuertes manos la aferraron desde delante y por detrás.

-Vuelve a dormir ahora, amor – dijo Reece cuando la besó suavemente.

-Pero ¿qué pasa con vosotros? - preguntó ella, sintiéndose un poco


culpable.

-Dudo que pudiera estar en silencio, por lo que parece que tendremos
que esperar a otro momento.

54 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Jack asintió con la cabeza contra la parte superior de su cabeza mientras
la apartó en su abrazo.

-Duerme ahora, cariño - dijo, mientras Reece tiró del saco de dormir
sobre ella espalda.

Aún inundada por el letargo que venía de estar tan completamente


satisfecha, Christina trató de decirse a sí misma que lo que acababa de dejarles
hacer por ella era de algún modo incorrecto.

Todo lo que le habían enseñado sobre el amor y la vida le decía que dejar
que dos hombres le dieran placer al mismo tiempo no estaba bien, pero de
alguna manera, no podía convencerse a sí misma.

Se había sentido tan bien, tan natural, y ahora, se sentía tan segura y
protegida en sus brazos.

¿Cómo podía ser algo malo?

55 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Seis

Christina despertó varias horas más tarde cuando la luz de un nuevo día
que se filtraba se registró en su mente. Se sintió un poco decepcionada y quizás
un poco aterrorizada cuando se dio cuenta que estaba en la tienda sola.
Rápidamente, sacó la cabeza por la cortina de la puerta para buscar a Reece y a
Jack. Sabía que estaba siendo patética, pero después de lo que pasó anoche,
necesitaba la reafirmación de que todavía estaban alrededor.

Reece levantó la vista del libro que estaba leyendo, vio la expresión de su
rostro, y saltó rápidamente a sus pies. Ella respiró hondo para calmarse
mientras se dirigía hacia ella.

-Buenos días, dormilona. ¿Quieres un poco de ayuda para vestirte?

Christina asintió. Podía sentir la mirada de preocupación en su rostro,


pero no podía evitarlo.

-¿Dónde está Jack? - preguntó con un hilo de voz.

Reece sonrió con esa sonrisa diabólicamente hermosa que ella tanto
adoraba.

-¡Oh, cómo hieres mi ego masculino! - dijo dramáticamente, haciendo


como que recibía puñaladas cerca de su corazón.

Christina se encontró riendo a pesar de su malestar. Reece parecía capaz


de hacer siempre que se sintiera mejor, no importaba cuál fuera la circunstancia.

56 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Reece la empujó dentro de la tienda, sonriendo cuando Christina
retrocedió un poco. Demonios, él probablemente podría saber exactamente lo
que estaba pensando, la vergüenza y el arrepentimiento escrito por todo su
cuerpo sonrojado. Todavía estaba tan desnuda como había dormido, y él no era
capaz de apartar los ojos de ella.

Sabía que era más alta que la mayoría de las mujeres pero tenía lo que su
madre solía llamar "curvas generosas" en lugar del tipo de cuerpo de moda,
delgada como un palo y por el que se consideraba hermosas a las mujeres.

Reece se acercó a ella y cuando ella intentó retroceder de nuevo, la


empujó con suavidad pero con firmeza entre sus brazos. Metió la cabeza bajo su
barbilla y la sostuvo contra su pecho musculoso durante un momento. Ella se
sintió un poco rígida en un primer momento, la vergüenza y el miedo haciendo
estragos en su mente, pero pronto se derritió contra él.

Tirando hacia atrás un poco para poder ver su cara, dijo:

-Mucho mejor. No vuelvas a dudar lo especial que eres para los dos. Fue
maravilloso ver cómo te deshacías en nuestros brazos la noche anterior.

Cuando ella aún lo miró un poco nerviosa, se sentó en la silla y la sentó


en su regazo, instando la cabeza hacia adelante para poder presionar sus labios
en los de ella y demostrar bien su punto.

Sus grandes manos recorrieron su cuerpo sin ropas, arriba y abajo por su
columna vertebral, a lo largo de los globos de su culo, y a los lados de sus
pechos. Con un pequeño gemido, él profundizó el beso.

La giró cara a él, exhortándola a abrir sus piernas de modo que quedó a
horcajadas sobre su regazo, abriendo su ya goteante coño a sus dedos
inquisitivos. Su lengua y sus dedos trabajaron en un frenesí de necesidad y la
sintieron temblar en sus brazos, desesperada por su posesión.

-Bueno, parece que me he estado perdiendo toda la diversión.

57 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
La voz a sus espaldas la sobresaltó, y si Reece no hubiera estado
sosteniéndola de forma tan apretada, podría haber caído de plano sobre su culo.
Intentó moverse del regazo de Reece, pero él la abrazó con fuerza contra él, sus
dedos continuaron bromeando con la sensible carne. Ella miró por encima de su
hombro para ver a Jack que pudo sentir la vergüenza y la excitación escrita
sobre su cuerpo.

Jack caminó hacia ellos, tomó su cara entre sus grandes manos, y le dio
un beso muy intenso.

-Buenos días, cariño. - dijo mientras le pellizcó el culo - Tenemos una


sorpresa para ti. - al ver la mirada cautelosa en su rostro, añadió - Pero no
podemos dártela hasta que te vistas.

Trató de levantarse, a pesar de que sus dedos todavía rodeaban su


clítoris, pero Reece no soltó su agarre hasta que ella se derritió alrededor de sus
dedos, su cuerpo entero ahogado en calor líquido. Empujó la cara en su cuello,
ahogando sus gemidos cuando el orgasmo la reclamó y luego la abrazó
mientras trataba de recuperar el aliento.

Reece finalmente la ayudó a ponerse de pie, pero no antes de agarrar sus


dos pezones y bromear con ellos dándole pequeños pellizcos que casi la
tuvieron deslizándose al suelo en éxtasis de nuevo.

Jack agarró su ropa, y Reece sostuvo su cuerpo tembloroso erguido para


que poder ponerle las braguitas y los pantalones vaqueros, y luego Jack
encontró otra de sus camisas y ayudó a pasar su mano lesionada a través del
agujero del brazo.

El suave material se aferró a su forma, delineando claramente los


pezones erectos. Ambos hombres apreciaron la vista durante un momento antes
de sacudirse y volver a la tarea de ponerle sus zapatos y calcetines.

Parecía que hacía más frío hoy, por lo que a regañadientes la ayudaron a
colocarse una chaqueta que ocultó los pezones de su vista. Reece deslizó una
mano dentro de la chaqueta y pellizcó su pezón de nuevo con una sonrisa
maliciosa en su rostro.

58 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
-Está bien - dijo Jack - La primera parada, el hospital para que te
examinen, y luego te daremos tu sorpresa.

A pesar de los vestigios de deseo que todavía corrían por su cuerpo,


Christina se sintió ridículamente emocionada de tener una sorpresa, un poco
como una niña la noche antes de que llegara Santa Claus. El viaje al hospital
pareció tomar el doble de tiempo hoy, cuando en realidad era probablemente la
misma espera, ya que habían ido todos los días desde su lesión.

Finalmente, con su vendaje cambiado, se sentó en el asiento del medio de


la camioneta, intercalada entre los dos chicos que se habían convertido
rápidamente en una parte muy importante de su vida. El miedo y las dudas
sobre el futuro se deslizaron arriba y abajo por su columna vertebral, pero
empujó con firmeza esos pensamientos, decidida a disfrutar de su tiempo con
estos dos hombres especiales.

Cuanto más se alejaban del hospital, más entusiasmo sentía. Tiendas. La


oportunidad de comprar algo de ropa y ropa interior bonita y todo lo que había
dado por sentado, como el jabón y desodorante que prefería, y oh, sí, una
maquinilla de afeitar para sus embarazosamente velludas piernas.

Fueron con ella para solucionar lo de su licencia de conducir, para


responder oficialmente por su identidad, y luego la ayudaron para obtener
acceso a sus cuentas bancarias y reemplazar sus tarjetas de crédito. Ella retiró
un poco de dinero para poder hacer algunas compras y comprar lo esencial y
algo más de dinero por si más adelante lo necesitaba.

Creyó ver sorpresa y tal vez un poco de alivio en las caras de los chicos
cuando les condujo a unos grandes almacenes a comprar su ropa en lugar de las
boutiques y tiendas de ropa de mujeres.

Ella rápidamente seleccionó ropa práctica para acampar al aire libre, pero
logró colar un elegante camisón en el montón sin que los chicos lo vieran. Cogió
algo de ropa interior y trató de dirigirse a la sección de sujetadores, pero un
sólido muro de músculos inamovibles apareció en su camino. Tanto Reece
como Jack negaron con la cabeza hacia ella, negándose a permitirle coger uno.

59 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
-No lo uses, nena - murmuró Reece - ¿De todas formas cómo vas a
ponerte el sujetador sin nuestra ayuda?

Jack asintió con la cabeza.

Con un suspiro de derrota fingida y tratando de ocultar su sonrisa,


Christina se volvió hacia el departamento de artículos de aseo, complacida en
secreto de que prefirieran sus pechos libres.

Con sus compras terminadas, subieron a la camioneta y se dirigieron


más allá del pueblo. Jack sonrió a toda máquina mientras aparcó en el parking
de un motel. Volviéndose hacia ella con una sonrisa, le guiñó un ojo y le dijo:

-Pensamos que te gustaría alojarte en la ciudad esta noche. Nada de


pensar, cariño, un largo remojón en una bañera, camas reales, café, e incluso
luces que no necesitan pilas...

Christina le devolvió la sonrisa y luego se arrojó en sus brazos.

-Me pido primera para el baño. - ella se echó a reír y pasó por encima de
él para salir de la camioneta.

Él golpeó su culo mientras ella se retorcía, y mientras Reece hizo la


reserva y hasta que llegaron a la habitación, se sintieron alegres, sus problemas,
por el momento al menos, dejados de lado para otro momento.

Q R
60 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire

Reece disfrutó de la camaradería que los tres habían desarrollado en los


últimos días, y conocía a Jack lo suficiente bien como para saber que él también
lo sentía. Christina realmente era una persona increíble. Él la había visto con los
niños en el campamento. Gentilmente los animó a dibujar y pintar,
ayudándoles si querían y con entusiasmo elogiando sus esfuerzos. Incluso la
había visto hablar a un par de jóvenes presas de un ataque de llanto con
lágrimas por todo lo que habían perdido. De algún modo, esta mujer gentil los
ayudó a través de su dolor y miedo e hizo que acabaran hablando y riendo con
los otros niños al momento.

Y, por supuesto, ella tenía el culo más perfecto que había visto nunca, y
apenas podía esperar para coger un puñado de él mientras conducía su polla en
su coño caliente y húmedo.

Incluso ahora, tenía una seria erección que estaba haciendo difícil
concentrarse en otra cosa que no fuera conseguir desnudarla.

61 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Siete

Christina prácticamente bailó dentro la habitación del motel. Parecía una


habitación muy funcional con una cama grande en una esquina, una pequeña
cocina, y un arco que llevaba al cuarto de baño. El baño parecía bastante grande
en comparación. Tenía una ducha, bañera de hidromasaje y tocador con un
espejo ocupando la mayor parte de la pared del fondo. Era la primera vez que
Christina realmente tenía la oportunidad de ver su reflejo con una luz decente
desde los incendios y ella parpadeó con horror al mirarse. Su cabello estaba
quemado y ahora colgaba irregularmente sobre su frente. Su piel estaba
empezando a pelarse por las mejillas en donde había rojeces por el calor, y sus
ojos todavía se veían ribeteados de rojo y muy tristes.

¿Qué demonios habían estado mirando los chicos?

La habían hecho sentir tan hermosa, y en realidad habían mirado un


montón de mierda. Ni siquiera quería pensar en cómo se vería el vello de sus
piernas.

Reece entró en el cuarto de baño detrás, quitándose la ropa mientras se


movía hacia la ducha.

-Voy a tomar una ducha caliente y luego iré a conseguir algunos


suministros. Pensé que podríamos ir a cenar, o… - modificó rápidamente
cuando vio su mirada de consternación - …podíamos pedir algo al servicio de
habitaciones.

Ella se animó considerablemente con ese pensamiento.

-Me encantaría algo del servicio de habitaciones, siempre y cuando no


sea barbacoa.
62 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire
-No hay problema.

Reece le guiñó un ojo mientras empezó a bajar sus calzoncillos. De


repente ella se dio cuenta de que estaba allí de pie jadeando por él, realmente
esperando ver como se desnudaba, dispuesta a echar una mirada a su rígida
polla. Avergonzada más allá de cualquier creencia, Christina chirrió un adiós y
salió de la habitación rápidamente.

-Cobarde. - se rió él entre dientes cuando cerró la puerta.

Q R

Unos veinte minutos más tarde, Christina se dejó caer dentro del baño
caliente. El agua estaba probablemente un poco más caliente de lo que por lo
general le gustaba, pero se sentía tan bueno que quería remojarse durante un
tiempo. Ella apoyó la cabeza contra el borde de la bañera, dejando su brazo
lesionado en el borde para mantenerlo seco, y deseó que sus músculos cansados
se relajaran. Ni siquiera activó las burbujas. Sólo sentarse así ya era el cielo.

Un soplo suave de aire la alertó de que la puerta se abría. Christina miró


perezosamente a Jack con los párpados pesados.

-Oh, cariño, no me mires de esa manera. – Sentenció - o soy capaz de


olvidar por qué vine aquí.

Levantó una botella de champú y una taza de café.

63 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

-Échate un poco hacia adelante para que pueda lavarte el pelo.

Ella hizo lo que le pidió, y pronto, una taza llena de agua tibia en
cascada cayó sobre su cabeza y hombros. Otra taza de agua corrió por su rostro,
el agua cayendo a través de sus ojos cerrados.

El delicioso olor del champú que había comprado antes llenó el aire, y
luego unos dedos fuertes trabajaron en su cabello, masajeando y calmando el
cuero cabelludo, enviando un hormigueo por todo su cuerpo. Él sostuvo una
mano sobre sus ojos mientras enjuagó el champú, sólo para comenzar el
proceso de nuevo con el acondicionador. Cuando que Jack terminó, se sintió tan
relajada que casi había olvidado sus piernas peludas.

Una mano grande y cálida buscó en el agua y agarró suavemente su


tobillo, lo sacó de la bañera, y lo colocó sobre el borde. Christina lo miró
inquisitivamente y se preguntó si él también podía leer su deseo. Su coño se
había inundado con el agua caliente cuando él había sacado sus piernas, y la
deliciosa sensación estaba haciendo cosas deliciosas en su interior.

Ella trató de ocultar su excitación, pero supuso que debió fracasar


cuando la sonrisa de Jack se hizo aún más amplia.

-Compórtate, tentadora. - amonestó de nuevo - Voy a afeitarte las


piernas. Eso es todo.

Un poco avergonzada por este giro de los acontecimientos, Christina


trató de protestar, pero él la hizo callar antes de que las palabras salieran de su
boca.

-He encontrado la maquinilla de afeitar, entre otras cosas, en tus bolsas


de la compra y pensé que sería muy incómodo hacerlo sin tu mano derecha.
Ahora, ¿quieres que tus piernas estén afeitadas o no? Personalmente, a mí no
me importa en cualquier caso.

64 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Sonriendo con malicia, bajó la cabeza hasta el pie y comenzó a tomar


pequeños pellizcos mordiendo sus pies y luego lamiendo y chupándolos con su
boca.

Luchando contra la creciente necesidad y un sentido del ridículo,


Christina cerró los ojos y asintió. Nunca había estado tan excitada antes, y aquí
estaba este generoso ofrecimiento de este magnífico hombre para afeitarle las
piernas, simplemente porque ella quería hacerlo.

Todo su cuerpo tembló con necesidad todo el tiempo hasta que terminó
de afeitarle cuidadosamente las piernas desde el tobillo hasta el muslo interno.
Nunca se había dado cuenta de lo erótico que algo tan mundano como quitar el
vello podía ser cuando lo hacía la persona correcta.

-Está bien. - sostuvo una mano hacia ella - Es el momento de salir. El


agua ya debe estar fría ahora.

Christina se sonrojó de nuevo cuando se dio cuenta de que tenía razón.


Había estado tan absorta en sus movimientos seductores que no había notado
realmente que el agua se enfriaba. Aunque sabía que su temblor no tenía nada
que ver con la temperatura.

-Entra en la ducha rápidamente para que pueda aclarar cualquier crema


de afeitar que quede.

Christina hizo lo que le mandó, y Jack la mantuvo estable sujetándola


por el codo de su brazo herido mientras ella permanecía bajo el chorro caliente
de la ducha.

Satisfecho cuando se aclaró debidamente, Jack envolvió en una gran


toalla blanca alrededor de ella y la condujo a la habitación principal. Justo
cuando ella se sentó sobre la cama, la puerta se abrió, y Reece entró con un par
de bolsas de la compra en sus brazos. Él la vio sentada en la cama y sonrió
seductoramente.

65 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

-Entonces, ¿qué habéis estado haciendo mientras yo estaba fuera?

Preguntó con una expresión no tan inocente en su cara.

Dejó caer sus paquetes por la puerta y se acercó a la cama para sentarse
junto a Christina. El colchón se inclinó un poco, y ella cayó hacia su cuerpo
fuerte.

-Mmmm, me gusta el champú. - dijo mientras envolvía sus brazos


alrededor de ella.

Ella levantó una pierna ligeramente para mostrarle la extensión ahora sin
vello.

- Oh, y me gusta lo que has hecho con estas. - gruñó con picardía
mientras agarraba su pierna, levantando la rodilla hacia su cuerpo, dejando al
descubierto su coño palpitante para la ávida mirada de Jack.

Reece pasó la mano arriba y abajo por su muslo y pantorrilla, admirando


la extremidad todavía húmeda y recientemente sin vello.

-Ahora, esto es mucho más agradable. No hay nada que oculte tu piel
impecable y, oh, creo que es posible que hayas dejado unos pocos aquí. - dijo,
sonriendo ampliamente mientras frotaba la mano contra la sensible piel de la
cara interna del muslo, rozando suavemente sus dedos por los labios hinchados
de su coño.

Christina tuvo dificultades para respirar de nuevo. Se sentía como si


hubiera estado húmeda y queriendo a ambos durante días.

66 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Tirando la precaución lejos, Christina tomó una respiración profunda y
olvidó los prejuicios que la habían fastidiado durante días. Hizo señas a Jack
para sentarse en la cama junto a ella y trató de levantar la otra pierna sobre su
regazo. Cuando él se dio cuenta de su intención, la ayudó, dejando su coño más
expuesto a sus dedos suaves. Reece atrajo hacia sí su cabeza y metió la lengua
en su boca, la sensación deslizándose sobre ella cuando los dedos de Jack
encontraron su clítoris y lentamente hicieron círculos alrededor y alrededor sin
llegar a tocarla.

Cuando ella colapsó hacia atrás, ambos hombres la levantaron, uno de


ellos se ocupó de desenganchar la toalla, dejándola enrollada alrededor de su
cintura. La mano de Reece se deslizó por su pierna, moldeando su vientre suave
y hasta llegar a la copa inferior de su pecho. Inundada con la sensación,
Christina casi no se dio cuenta de que Jack se movió fuera de la cama hasta que
sintió su lengua empujando en su sexo expuesto.

Casi saltando de la cama por las intensas sensaciones, Christina tembló


violentamente, retorciéndose contra su doble asalto. Su orgasmo la cogió por
sorpresa, arrojándola contra la boca de Jack mientras éste lamió sus jugos. Reece
la abrazó mientras cabalgó la tormenta y luego suavemente la depositó en la
cama y la besó suavemente, con dulzura, ayudándola a través de la experiencia
más intensa de su vida.

El fuerte golpe en la puerta fue una interrupción no deseada. Su corazón


saltó hasta su garganta cuando se dio cuenta de que su posición actual se veía
muy claramente desde la puerta.

-Vosotros dos escondeos en el baño. - dijo Reece con un guiño. Él era el


único de ellos aún con la ropa puesta - Voy a recoger nuestra cena.

Sonriendo maliciosamente, Jack se puso de pie y apretó las piernas de


Christina en torno a él, levantándola entre sus brazos, la carne sensibilizada de
su coño frotándose contra la protuberancia dura dentro de sus vaqueros.
Christina gimió en voz baja ante la sensación intensa y luego chilló un poco más
fuerte cuando la mano de Reece golpeó su culo.

67 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Q R

Para cuando llegaron al cuarto de baño y cerraron la puerta, Christina se


apretaba contra la sólida y casi dolorosa erección de Jack, tratando en vano de
alcanzar la bragueta de sus pantalones vaqueros sin caer al suelo. Él la apretó
contra el tocador y trató de frenar el fuego creciente en su vientre.

Sus brazos temblaron mientras sujetó a Christina contra la superficie.


Tanteó con una sola mano la cremallera de sus pantalones vaqueros. Por
último, entre ambos, el chasquido se soltó, y su erección dura como una piedra
saltó libre. Estaba a punto de sumergirse en su calor acogedor cuando los
últimos vestigios de cordura gritaron por un condón. Rápidamente se apartó de
Christina, su movimiento repentino casi desequilibrándola y derribándola del
tocador.

Ella lo miró, la confusión y el dolor en sus ojos. Jack dio un paso hacia
ella y con cuidado la tomó entre sus brazos.

-Cariño, - dijo en voz baja, alisando el cabello lejos de sus ojos - no


tenemos condones aquí.

-¡Oh, infiernos! – susurró ella - Debería haber pensado en eso.

Fue un inmenso alivio que por lo menos uno tuviera el suficiente sentido
común para actuar de manera responsable y protegerla, pero aún temblaba de
deseo y vio el dolor grabado en su rostro mientras trataba de calmar su furiosa
erección.

Jack dio un pequeño paso hacia atrás para que ella pudiera poner los pies
en el suelo. En cuanto se puso de pie, ella maniobró con cuidado hacia el borde
de la bañera y lo empujó hasta sentarlo.

68 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Agarrando un par de toallas dobladas, ella las dejó en el suelo frente a él
y, bajando de rodillas, agarró su polla dolorida con su mano sana. Él se quedó
sin aliento ante la caricia inesperada mientras ella lentamente bajó la cabeza
hasta su barra sólida y lamió la gota de humedad de la punta. Ella lo miró a los
ojos, sonrió con malicia, luego bajó su boca hacia él, tomándolo lentamente
hacia la parte posterior de su garganta.

El gemido de Jack pareció estimular su entusiasmo, y ella comenzó a


chupar en un ritmo lento su polla hinchada. Él se sacudió un poco, empujando
accidentalmente su polla más profundamente en su garganta.

Trató de retroceder, pero ella tragó saliva a su alrededor, y él sintió su


presión controlada. Él gimió, y ella volvió a tragar saliva.

La puerta del baño se abrió de golpe, y luego Reece quedó detrás de ella,
empujando los dedos profundamente en su coño.

-Oh, nena, realmente necesito follarte. - gimió Reece detrás de ella - Por
favor, di que puedo.

Christina levantó su boca de la polla de Jack, haciendo un pop al romper


la succión. Mirando por encima del hombro a Reece, dijo tímidamente:

-Realmente me gustaría eso.

Reece salió rápidamente de la habitación, regresando momentos después


rodando un condón sobre su erección. Christina intentó mirarlo mientras
chupaba la polla de Jack una vez más y se retorció de emoción cuando Reece se
arrodilló detrás de ella y apretó su culo para que ella apoyara sus brazos sobre
las piernas de Jack dejando su coño en el aire.

Posicionándose en contra de lo que Jack sabía que era una apretada


vaina, Reece empujó lentamente en su interior. Ella se quedó inmóvil cuando
Reece estiró su carne sensible, su respiración se aceleró mientras la llenaba.

69 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Gimió alrededor de la polla de Jack, recuperando el ritmo cuando Reece
comenzó a moverse dentro y fuera de su cuerpo.

Jack comenzó a introducir su polla más profundamente en su boca


siguiendo el ritmo de Reece. El calor líquido se enroscó a través de cada
centímetro del cuerpo de Jack y su excitación alcanzo niveles insoportables
cuando Christina gimió una vez más. Su polla se hinchó un instante antes de
que su semen saliera disparado al fondo de su garganta.

Ella continuó chupándolo mientras él se ablandó en su boca, y luego


lamió amorosamente su miembro reblandecido con la lengua.

Jack alzó su cara suavemente de su polla y apretó su cabeza en el vientre,


ayudándola a mantenerse estable para Reece. Pasó una mano por su espalda y
bajo sus pechos, encontró el pezón erecto, y apretó y apretó mientras ella
jadeaba y se retorcía entre ellos.

70 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Ocho

Ella se contoneó cuando el placer rebotó y se deslizó por todo su cuerpo.


Reece golpeó su culo, cabalgándola con fuerza.

El explosivo orgasmo la llevó fuera de alcance, elevándola más y más


alto hasta que llegó Reece por debajo y agarró su clítoris, apretándolo con
fuerza. Un intenso placer-dolor estalló a través de ella, sacudiendo su cuerpo
violentamente. Reece dijo su nombre con voz ronca mientras ella lo sintió
hincharse y explotar dentro de su funda húmeda. Golpeó en su interior un par
de veces más antes de caer hacia delante, suavemente abrazándola y tirando de
ellos hacia las baldosas del suelo.

Las baldosas frías fueron un alivio contra su cuerpo acalorado. El fuerte


brazo de Reece la estrechó con fuerza en su contra.

-Por Dios, mujer. - él fingió un gruñido - No creo que vuelva a caminar


de nuevo.

Christina sonrió un poco aliviada, complacida de ser capaz de darle el


mismo nivel de placer que él y Jack le habían dado a ella.

Jack se puso de pie por encima de ellos y ofreció una mano para
levantarla.

-Vamos, vosotros dos. Es la hora de la cena - mientras la ayudaba a


levantarse la tomó en sus brazos y la estrechó con fuerza.

71 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Besándola tiernamente, recorrió con las manos suaves y tranquilizadoras
su temblorosa espalda

- Eres increíble. - le susurró al oído.

Rápidamente le lanzaron algo de ropa, y Jack le ayudó con el camisón


que había comprado ese mismo día. Era de un tono esmeralda profundo, de
seda y colgaba con recato hasta la rodilla, pero la tela resbaladiza cayó
elegantemente por sus curvas y suavemente enmarcó sus pechos.

Se sentaron alrededor de la mesa de la pequeña cocina y comieron los


alimentos que Reece había pedido. Parecía haber de todo en el menú, y todos
ellos se deleitaron con el gusto de la comida real, expresando su alegría con
cada nuevo plato.

Y, por supuesto, Reece también pidió postre, a todos ellos, mousse de


chocolate, tarta de chocolate y helado de chocolate.

Christina se rió con deleite. El chocolate era desde siempre su postre


favorito absoluto, y había lamentado en voz alta su ausencia más de una vez en
los últimos días. Sacó una cucharada de la mousse de chocolate, envolvió sus
labios alrededor de ella, y gimió. Ella cerró los ojos, agradecida de estar en el
cielo del chocolate.

Ambos hombres gimieron.

-Cariño, - dijo Jack, el dolor atando su voz - por favor, no hagas eso de
nuevo.

-¿Hacer qué? - preguntó inocentemente mientras se comía otra cucharada


de dulce chocolate en la boca.

-Eso. - dijo Reece sacándola de su silla y subiéndola a su regazo,


moviendo su culo contra su miembro hinchado.

-Oh. - ella sonrió.

72 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Jack tomó la cuchara de ella, la sumergió de nuevo en el bol, y le ofreció
otro bocado. Ella abrió la boca y lamió la cuchara con la lengua, sin apartar los
ojos del rostro de Jack. Reece la molió contra él de nuevo y levantó sus manos
con la palma sobre sus pechos palpitantes, chasqueando sus pezones con los
pulgares. La sensación se reunió en su vientre, combinada con el material
resbaladizo de su camisón y la erección revestida de algodón de Reece picó y
calentó su piel.

Jack dejó caer la cuchara y se acercó para tomar su rostro entre sus
enormes manos, lamiendo el chocolate de sus labios y luego hundiendo su
lengua en su boca achocolatada. Él se empujó profundamente en ella, la fuerza
de su deseo empujándola con más fuerza contra el musculoso cuerpo de Reece.

Con un gruñido, Reece se levantó, la tomó en sus brazos, y luego la dejó


en el centro de la cama. Ella se quedó allí jadeando, observándolos desgarrar su
propia ropa. Apenas tuvo tiempo de apreciar sus cuerpos magníficos y sus
pollas increíblemente duras antes de que ambos se estiraran sobre la cama, uno
a cada lado de ella, y comenzaron a besarla por todas partes. Sus manos se
deslizaron hacia arriba y abajo de su cuerpo sobre el resbaladizo material,
multiplicando las sensaciones, aprendiendo la forma y sus reacciones a sus
toques.

Ella podía sentir una dura polla pecaminosamente presionada contra


cada uno de sus muslos, y anheló mantener a ambos dentro de su cuerpo. Ella
chilló de sorpresa cuando Jack levantó sus piernas elevándolas en el aire y se
acomodó entre sus muslos. Empujó el camisón hacia arriba para exponer su
coño húmedo para su mirada entonces colocó su polla revestida con un condón
en su entrada y la miró. Jack no se movió. Simplemente se sentó en cuclillas
observando su cara. Esperando.

Ella intentó retorcerse sobre su polla, desesperada por sentirlo dentro de


ella, pero Reece la mantuvo inmóvil en su fuerte agarre hasta que, casi vibrando
con necesidad, Christina se dio cuenta de lo que estaba esperando.

-Por favor, fóllame. Te necesito.

Jack se hundió en su interior con tanta fuerza y rapidez que le tomó un


momento recuperar el aliento.

73 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Estableció un ritmo palpitante que probablemente la hubiera empujado
fuera de la cama si Reece no hubiera estado sujetándola contra su pecho. Más y
más rápido bombeó en ella, sosteniendo su mirada mientras encontraba su
clítoris y lo giró con sus dedos. En cuestión de segundos, su cuerpo se sacudió
debajo de él, inundando de crema su vagina y hacia abajo de la unión de su
culo. Y Jack aún siguió cabalgándola.

De repente, salió de su interior. Alzó su culo en el aire y untó un


lubricante frío contra su agujero oscuro. Sus músculos saltaron y pulsaron
mientras él empujó un dedo profundamente en la fruncida apertura rosada. La
sensación de ardor fue superada rápidamente por el extraordinario deseo que
tuvo a su coño inundado de crema que rodó cayendo sobre su culo.

-Eso es, cariño. - Jack cantó – Confía en nosotros. Cuidaremos de ti. - dijo
mientras empujaba la punta de su polla en el apretado agujero.

La sensación de ardor regresó diez veces, pero los nervios saltaron y


latieron con más fuerza, y los dedos de Reece encontraron su clítoris,
haciéndola estirar el cuerpo entero fuera de la cama de éxtasis. Jack se movió
dentro y fuera de su culo suavemente al principio y luego con más presión, más
velocidad, más demanda.

Del mismo modo Christina se acercó a la cima más alta, casi lista para
volar con su orgasmo, él una vez más se retiró de su cuerpo, dejándola
temblando de necesidad.

-No te preocupes, nena. - la tranquilizó Reece. - Estamos empezando.

Gimiendo, ella los dejó colocarla de manera que quedó acostada encima
de Jack pero frente a Reece. Jack empujó suavemente en su culo, murmurando
palabras dulces al oído mientras su cabeza colgó hacia un lado, una vez más, en
éxtasis.

Sintió las manos de Jack agarrar el interior de sus muslos, abriéndola


para Reece, ofreciéndole su hinchado coño mojado.

74 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Poniéndose un condón rápidamente, Reece se colocó entre sus muslos y
empujó suavemente en su interior caliente y húmedo. La increíble emoción de
ser llenada por los dos al mismo tiempo la hizo mecerse entre ellos,
retorciéndose por su completa posesión. Con cuidado, se construyó un ritmo,
Jack casi sacando su polla de su culo todo el camino fuera mientras Reece se
hundió en su coño y luego Jack empujando de nuevo en su culo cuando Reece
salía de ella.

Poco a poco, se movieron en su interior. Poco a poco, construyeron una


fricción. Poco a poco, la llevaron a una altura de deseo que nunca había
imaginado. Y sin esfuerzo, la retuvieron allí, retorciéndose en una reacción de
éxtasis, a la búsqueda de su culminación.

Con un gemido torturado, Jack empezó a moverse con más urgencia. De


repente, los dos estuvieron golpeando en ella, arrojándola sobre el borde hacia
un intenso orgasmo. Ella gruñó con sensaciones que ni siquiera imaginó
posibles golpeándola. Su cuerpo se retorció entre ellos, cada músculo
palpitando en reacción, inundando sus venas con el calor líquido, terminando
en llamas, y con un agotamiento absoluto.

Reece se inclinó hacia delante, capturando sus labios con los suyos, con
ternura besando su boca mientras tiraba de ella hasta quedar sentados y se echó
hacia atrás, sacando su polla reblandecida lentamente fuera de su palpitante
vagina.

La besó por un largo momento, ese dulce beso trajo lágrimas a sus ojos.
Entonces él ayudó a Jack volteándola hacia su lado para poder liberarse
suavemente a sí mismo de su culo. Ella rodó más lejos sobre su estómago,
agotada hasta el final de sus huesos.

-Vamos, nena. - dijo Reece cuando la levantó de la cama y se dirigió al


cuarto de baño - Vamos a limpiarte para que puedas dormir un poco.

Reece se metió en la ducha con ella, lavándola rápidamente y pasándola


a los brazos de Jack y a una toalla grande y suave. Jack guió sus pies
adormecidos hasta la cama y retiró las mantas.

75 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Se tumbó sobre el colchón suave, muy agradecida de no estar durmiendo
en su saco de dormir esta noche, y se instaló en una posición cómoda.

Jack se sentó a su lado, tocando delicadamente su pelo, separándolo lejos


de sus ojos y apartándolo de su rostro.

Reece salió del baño y se metió bajo las sábanas para tirar de ella contra
él, a modo de cucharilla. Ella se acurrucó en su cuerpo, necesitando su calidez y
tranquilidad.

Estaba casi dormida cuando sintió colocarse a Jack en el otro lado de la


cama, y ella se estiró para colocar un brazo posesivo sobre su pecho, su mano
apretada contra su corazón.

76 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Capítulo Nueve

Christina despertó en algún momento posterior, ubicada de forma


segura entre sus hombres. Ella se quedó mirando el techo mientras reflexionaba
en su interior sobre la situación actual. Le encantaba la forma en que la hacían
sentir, cómo podían convertirla con tan poco esfuerzo, y le encantaba la forma
en que su cuerpo respondía a ellos.

Parecía como si estuviera hecha para ellos y ellos para ella. Amaba sus
maneras de cuidarla y cuán generosos eran, no sólo con ella, sino con todos los
vecinos y amigos que se habían encontrado en el campamento. Le encantaba
todo lo relacionado con los dos.

Y, mientras ella estaba siendo brutalmente honesta consigo misma, bien


podía admitir que amaba a ambos con una A mayúscula, los amaba de todo
corazón, con el tipo de amor que conducía a bodas y bebés y envejecer juntos.
Era extraño cómo estaba tan segura de sus sentimientos después de años de
amistad casual y sólo conociéndolos íntimamente por un corto tiempo, pero ella
ya había compartido más con estos dos hombres que con cualquier otra persona
en su vida.

Sí, ella los amaba, pero ella los quería suficiente como para no decírselo.
Los amaba lo suficiente para dejarlos pensar que esto era sólo un poco de
diversión, una manera de desahogarse y reafirmar la vida después de la
tragedia de la semana pasada. Los amaba tanto como para no confesar que
amaba a ambos y que verse obligada a elegir entre ellos sería romper su
corazón.

Aun así, su corazón se rompió un poco cuando pensó en una vida sin
ellos, pero en silencio prometió que nunca les haría daño, y cuando llegara el
momento de que se fueran, no los detendría.

Empujándose más cerca, los sostuvo a su lado. Ellos sólo tenían unos
días para estar aquí juntos, y se encontró deseando que nunca acabaran.

77 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Q R

Ella despertó con una erección muy dura situada entre los globos de su
culo y otra varilla muy rígida frotándose contra su ya palpitante montículo.

-Bueno, hola, dormilona - Jack sonrió mientras cogía sus caderas para
molerse en su interior más plenamente en su contra - Pensamos que nunca
despertarías.

Reece le acarició el cuello por detrás.

-¿Quieres jugar? - le preguntó mientras le chupaba el lóbulo de la oreja


en su boca, mordiendo hasta que ella jadeó por el erótico placer-dolor.

Jack deslizó una mano por su cuerpo, hundiendo dos dedos


directamente en su coño húmedo.

-Mmmm, estás tan mojada. - gimió mientras miró por encima del
hombro a Reece.

-Creo que eso es un sí. - dijo Reece, momentáneamente deteniendo su


asalto al lóbulo de su oreja.

-Sí. - dijo ella con un gemido bajo - Por favor. - agregó por si acaso.

78 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Sintió un chorrito de lubricante frío en la unión de su culo, enviando
escalofríos por sus piernas en previsión de lo que estaba por venir.

Ambas cabezas romas tocaron en sus entradas al mismo tiempo,


haciéndola jadear con un poco de miedo. Seguramente, ellos no iban a embestir
en su carne tierna con ambas pollas a la vez.

Ella se estremeció de nuevo, sin saber si era por miedo o entusiasmo,


encantada ante el puro erotismo de que estar entre dos paredes sólidas de sexo
masculino mientras trabajaban su cuerpo en un frenesí.

Reece le susurró al oído una vez más.

-Está bien, nena. Confía en nosotros. No vamos a hacer nada para hacerte
daño.

Ella se relajó entonces, sabiendo que era cierto. Ninguno de ellos le haría
daño de ninguna manera. Ellos la habían llevado a un orgasmo alucinante una
y otra vez las últimas veinticuatro horas, había sentido el más completo,
absoluto y total agotamiento, pero nunca ningún tipo de dolor.

En cuanto ella se relajó, su cuerpo se derritió sobre ellos y ambos


empujaron en su interior su centímetro a centímetro desesperadamente lento.
Una deliciosa sensación de estar ensartada por ambos la dejó jadeante, tratando
de frenar el rápido aumento del deseo y su carrera hacia el orgasmo gritando.

Al mismo tiempo, ambos se enterraron hasta la empuñadura en su


cuerpo, ella no pudo contener la emoción cruda y la absoluta sensación de
pertenecer a estos dos hombres increíbles. Las lágrimas amenazaron con
aparecer, y ella cerró los ojos rápidamente para ocultar sus emociones.

Q R

79 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Jack se apartó, alejándose fuera de su cuerpo, agarrando su barbilla


mientras trataba de evaluar qué le pasaba. No creía que estuviera sufriendo,
pero no estaba dispuesto a arriesgarse a hacerle daño y comenzó a retirarse de
su coño.

Desesperada, ella alargó la mano y lo agarró por las caderas, tirando de


él con fuerza de nuevo hacia su cuerpo, sacudiendo de paso a Reece, quien
gimió con fuerza cuando su polla se empujó de nuevo en su culo y fue
absorbida de vuelta en una contracción del músculo.

-Christina, cariño...

Jack intentó preguntar qué le pasaba, pero ella cortó sus palabras
capturando sus labios con los suyos y chupando su lengua profundamente
dentro de su boca.

Movió su cuerpo entre ellos, lentamente al principio y luego con más


urgencia, más desesperación, más necesidad. El fuego corrió por sus venas,
transformándose en algo más fuerte y más débil al mismo tiempo, y acabó en
un placer increíble mientras todos los músculos de su cuerpo se apretaron en
espiral.

El orgasmo de Christina estalló sobre todos ellos, sacudiendo su cuerpo


en violentos espasmos y sacudidas contra él y Reece. Sin poder mantener
ningún tipo de coordinación, ambos sumergidos en ella, fueron incapaces de
detener sus reacciones mientras los músculos tensos de Christina les apretaban.

Su orgasmo pareció no terminar nunca, todo su cuerpo tembló


violentamente cuando la satisfacción silbó por la mente de Jack.

Justo cuando él pensaba que su cuerpo estaba satisfecho y empezaba a


relajarse, sus músculos se apretaron, y otro orgasmo golpeó a través de ella.
Jack sintió a Reece hincharse en su cuerpo, la sensación extra-ajustada causando
que ambos alcanzaran su clímax al mismo tiempo.

80 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Los tres se quedaron allí jadeando. Jack intentó aspirar oxígeno suficiente
para calmar el mareo y la caída libre que ese orgasmo increíble le había
producido. Sintió ablandarse en su cuerpo, pero se resistió a dejarla ir.

A juzgar por el hecho de que Reece tampoco se movía, probablemente


estaba sintiendo lo mismo.

-Cariño - Jack finalmente susurró - tengo que levantarme antes de que el


condón se derrame.

Q R

El temor la recorrió cuando se dio cuenta de que ni siquiera había


pensado en la protección, tan necesitada por ellos que había estado dispuesta a
correr el riesgo de sexo sin protección. Se estremeció un poco ante la auto-
revelación.

Nunca había sido del tipo arriesgado. Gracias a Dios sus hombres habían
estado pensando con claridad suficiente para ponerse los condones antes de
hacer el amor con ella.

Reece la sostuvo en sus fuertes brazos mientras Jack tiró suavemente de


su cuerpo, sosteniendo el condón para que no se deslizara fuera de su polla
reblandecida. Un momento después, Reece hizo lo mismo, deslizándose de su
culo y dejándola desolada.

Jack se inclinó y le dio un suave beso en la boca.

81 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
-Sólo danos un minuto para limpiarnos - dijo. Asegurándose que tenía
contacto visual, añadió: -Después, hablaremos.

Christina se sintió como una cobarde. Cerró los ojos, y otra vez, las
lágrimas picaron detrás de sus párpados. Ella los amaba tanto. Necesitaba a los
dos, y a los dos ansiaba hasta el mismo borde de la locura.

En menos tiempo de lo que esperaba, la cama se hundió a cada lado, y


ella se arrastró hasta quedar sentada contra el cabezal. Abrió los ojos para
encontrar dos intensos pares de ojos mirándola con atención.

-Está bien, nena. - dijo Reece cruzando los brazos frente a él – Escúpelo.

Observó a Jack rodar sus ojos ante la falta de tacto de su amigo. Reece
nunca había estado a gusto hablando de sentimientos, y los tres lo sabían.

Con un solo dedo, Jack guió suavemente el rostro de Christina hacia el.

-Cariño, ¿por qué lloras? ¿Te lastimamos?

El corazón de Christina dolió al pensar que ellos creían que le habían


hecho daño. Ella sacudió la cabeza con violencia negando hasta desequilibrar y
mover la cama.

Por suerte para ella, dos hombres muy capaces miraban por ella. Ella
aterrizó en el regazo de Reece mientras la arrastraba en su abrazo. Jack intentó
hacer su pregunta de nuevo cuando Reece la abrazó y besó la parte superior de
su cabeza en un gesto muy dulce y emocional.

-Cariño, ¿por qué lloras? Puedes contarnos cualquier cosa.

82 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Christina estaba empezando a sentirse un poco como un niño haciendo
pucheros, y comenzó a molestarle ser tan patética, así que hizo todo lo posible
para explicar sus lágrimas sin llegar a confesar que les amaba a los dos.

-Lo siento – comenzó - No quise preocuparos. Simplemente se sentía


increíble tener a los dos dentro de mí.

Todavía pensativo, Jack preguntó:

-Increíble, ¿cómo?

Christina lo miró y luego se movió para mirar por encima del hombro a
Reece, no muy segura de lo que querían saber.

-Increíble, ¿cómo? - volvió a preguntar Jack – ¿Increíble como wow, dos


pollas follándome a la vez? - sugirió con el disgusto claramente escrito en toda
su cara - ¿o increíble como Jack y Reece ambos amándome a la vez?

Bueno, eso era todo. ¿Debía mentir y hacer que lo que ellos sentían era
barato y sucio, o decir la verdad y correr el riesgo de poner fin a algo tan
maravilloso?

Debió vacilar un instante demasiado largo, porque Jack suspiró con


impaciencia y empezó a levantarse del lecho. El pánico revoloteó a través de su
pecho.

-No como dos pollas. - dijo ella, con la voz un poco quebrada – Sino
como dos hombres que me importan profundamente encontrando placer
conmigo.

83 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Los brazos de Reece se apretaron alrededor de ella. Jack se inclinó para
besarla en los labios en un tierno saludo. Tirando de ella, Jack miró de nuevo
por encima del hombro para hacer contacto visual con Reece. Ella sintió el
asentimiento de Reece contra su cabeza.

-¿Ese cariño profundo podría convertirse en amor algún día? - preguntó


Jack en voz baja.

Demasiado nerviosa para responder en voz alta, Christina asintió


cautelosamente, sin apartar los ojos de él. Su rostro se dividió en una enorme
sonrisa mientras Reece la giró en su regazo para besarla profundamente y muy,
muy a fondo. Cuando él la dejó tomar aire, dijo que la única cosa Christina no
había estado esperando.

-Te amo.

La mirada de Christina voló rápidamente a la expresión de Jack. Se veía


feliz. Muy feliz.

-Os amo a ambos. - le exclamó, aterrorizada de que Jack pudiera alejarse


y despejar el terreno para su mejor amigo.

Ella los amaba a ambos.

No podía vivir sin los dos, tan segura estaba ella de sus sentimientos.

Un instante colgó, congelado en el tiempo cuando Jack la arrastró del


regazo de Reece y la apretó contra su corazón.

-Te amo, también. - dijo simplemente.

84 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Q R

Varias horas más tarde, Christina se sentó en una silla de plástico en la


lavandería, mirando su ropa dar vueltas alrededor de la secadora. Sonrió para
sí misma cuando se dio cuenta de que su vida en los últimos días había sido
muy parecida a esa ropa.

No estaba segura de qué lado estaba, pero la vida simplemente la había


mantenido dando vueltas y vueltas. No estaba muy segura de cómo había
terminado aquí, enamorada de dos hombres que la amaban de vuelta, pero
estaba muy agradecida.

Después de la conversación, volvieron a hacer el amor y recordarlo trajo


de nuevo lágrimas a sus ojos. Habían sido tan cariñosos, tan cuidadosos, tan
suaves que ella había gruñido con frustración y tomado la iniciativa.

Sus dos hombres habían estado un poco sorprendidos, muy contentos, y


muy, muy satisfechos.

Jack debió haber visto la sonrisa en su cara porque la atrajo hacia él para
darle un abrazo y un beso que la hizo jadear y queriendo más. Unos momentos
más tarde, Reece entró por la puerta, la tomó en sus brazos, y también la besó
profundamente.

En cuanto la soltó, Christina se dio cuenta que tenían audiencia. Una


señora mayor sentada sobre la otra máquina la observó con los ojos
entrecerrados y una expresión agria en su cara. Avergonzada por ser el insecto
bajo el microscopio de la anciana, Christina trató de ignorar a la mujer, se
encontró alejándose un poco de los chicos, de repente preocupaba de lo que los
demás pudieran pensar.

Una mujer, dos hombres, ¿cuántas personas lo entenderían?

85 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Q R

Jack notó a la anciana mirando a Christina y vio la forma en que


Christina reaccionó. Él y Reece tendrían que llevarla de vuelta al motel para que
pudieran trabajar en algunos de los detalles de su relación.

Jamás había realmente pensado acerca de cómo otros podrían juzgar


injustamente a una mujer en una relación con dos hombres, pero él no quería
ver a Christina herida. Los tres necesitaban hacer algunos planes antes de
regresar al campamento.

Sólo podían quedarse una noche más en el motel, ya que las autoridades
habían estado organizando la vuelta a casa con autobuses para mañana o el día
después para transportar a los supervivientes de los incendios forestales hasta
sus casas para ver si algo aún quedaba en pie.

Todos estaban ansiosos por estar en el autobús para ver por sí mismos si
algo podría salvarse. No había ayudado ver las imágenes de televisión de la
zona. Con tantos edificios destruidos, había sido difícil de averiguar
exactamente qué área estaban mirando.

Q R

Tan pronto como hicieron la colada, Jack los empujó de vuelta al motel,
llamando por el camino al servicio de habitaciones para la cena nuevamente.

86 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Curioso por saber la causa de su comportamiento, Reece miró a su amigo
con recelo. Sabía que Jack actuaba así cuando estaba planeando algo.

Ya fuera su próximo trabajo de construcción, una fiesta o vacaciones, él


siempre era un poco hiperactivo. Reece tenía ganas de averiguar exactamente lo
que estaba planeando ahora. Se sentó a la mesa, entrelazó los dedos, y esperó.

Q R

Al ver la expresión de Reece, Jack se dio cuenta de qué estaba haciendo.


Atrapado en planificar el futuro, se le había olvidado de consultar con las otras
dos personas un futuro que les afectaría a todos.

Sonriendo feliz y un poco más relajado ahora, Jack tiró a Christina hacia
sus brazos, metiéndola bajo su barbilla y abrazándola.

-Cariño… - dijo suavemente - …tenemos que arreglar algunas cosas


antes de volver al campamento. Vi la forma en que esa mujer te miró en la
lavandería.

Ella se enderezó en sus brazos y sonrió con cierta tristeza.

-Estúpidos cotillas. - dijo Reece entre dientes, claramente perturbado por


el pensamiento de que Christina se llevaría la peor parte de la actitud de la
sociedad - Al parecer, en este mundo, dos hombres pueden golpear a la misma
mujer, pero una mujer no puede amar a dos hombres al mismo tiempo.

-Eso lo resume todo. - dijo Christina en voz baja, sonando derrotada.


87 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire

Jack la abrazó más estrechamente.

-Cariño, queremos protegerte. Tal vez deberías casarte con uno de


nosotros. - sugirió, mirando rápidamente a Reece para asegurarse de que estaba
con él en esto.

Reece asintió con entusiasmo. Christina se rió en voz baja y dijo:

-Entonces, ¿cómo lo decidimos? ¿Lanzamos una moneda o algo así?

Tirando fuera de los brazos de Jack, ella lo llevó a la mesa y se sentó con
Reece. Quiso agarrarlos a ambos con sus manos, pero con la mano lesionada
estaba demasiado torpe, así que se conformó con sostener la mano de Jack y
colocar su rodilla sobre la pierna de Reece debajo de la mesa.

-Vamos a pensar en esto por un segundo, ¿de acuerdo? Jack, si me caso


con Reece, no puedo mostrarte afecto en público, no me puedes presentar como
tu mujer, ni siquiera podrías reclamar a los hijos que tengamos.

Ella se sonrojó un poco con el pensamiento de los niños. No habían


hablado mucho acerca de nada de eso todavía.

- Y sería igual para Reece si me caso contigo. No es justo, no para


ninguno de nosotros.

Dos pares de ojos la observaron de cerca mientras consideraban sus


palabras.

88 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
-Así que, ¿cómo nos protegemos? - preguntó Reece, el desconcierto
claramente reflejado en su lenguaje corporal.

Encogiéndose de hombros un poco, ella simplemente respondió:

-No lo hacemos.

-¿Qué quiere decir “no lo hacemos”? - gruñó Reece, haciendo su mejor


imitación de hombre de las cavernas.

-Quiero decir… - dijo ella, mirándolo con severidad - …que no me


importa lo que otros piensen de mí, y no voy a dejar que ellos dicten a quién
puedo y no puedo amar.

Sorprendido por las suaves palabras de Christina, Jack se sentó muy


quieto en la mesa. Poco a poco, escogiendo cuidadosamente sus palabras, se
inclinó sobre la mesa y pasó los dedos ásperos y encallecidos sobre su rostro.

-Cariño, te quiero con nosotros lo suficiente como para arruinar tu


reputación. - señaló, sintiendo una sonrisa llena de asombro y admiración a su
fuerza de carácter asomándose en su cara - ¿Estás segura de que esto es lo que
quieres?

Ella asintió con confianza, y de repente, todo estuvo mucho más claro.
Jack asintió con la cabeza comprendiendo. Sí, ella los amaba a ambos, y no iba a
ocultarlo. Negar su amor lo corrompía, lo hacía menos de lo que era, y no iban a
dejar que eso sucediera.

89 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Epílogo

Más de un año después, ella alzó la vista de la computadora para


encontrar a dos hombres muy guapos sonriéndole ampliamente. Ella les sonrió,
sabiendo que su amor por ellos también brilló en sus ojos.

-Tenemos una sorpresa para ti. - anunció Reece muy serio.

Jack dio la vuelta para agarrar sus manos y ayudarla a salir de la silla.
Ella estaba embarazada de cinco meses, pero los dos hombres habían rondado
siempre sobre ella desde que lo habían descubierto. Los amaba tanto más por
ello, aunque a veces eso la enfadara.

Ella había estado trabajando en su ordenador contestando correos


electrónicos y enumerando sus existencias en eBay, con la misma empresa que
había estado desarrollando antes del incendio. Jamás sería millonaria, pero
pagaba las cuentas y le daba la capacidad de contribuir a los ingresos familiares.

Durante los últimos catorce meses habían estado viviendo en la única


caseta que sobrevivió al fuego. Recordaba muy bien el día que les habían
permitido volver a la montaña para inspeccionar los daños.

La devastación había ido más allá de la comprensión, e incluso los


informes de noticias de televisión no les habían preparado para la realidad.

Christina había perdido todo.

Nada más que cenizas y escombros permanecieron en la manzana donde


la casa de sus padres una vez había estado. Había sentido la pérdida con más
intensidad cuando se dio cuenta que no tenía ni siquiera una foto de sus padres.

Poco a poco, el autobús se había trasladado más arriba en la colina hacia


los acres donde habían vivido Reece y Jack. Ambos habían visto sus casas en
llamas, por lo que no esperaban ningún milagro, pero consiguieron uno
pequeño de todos modos.
90 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire
De alguna manera, uno de los cobertizos de menor tamaño en la
propiedad de Jack había quedado intacto. Sólo era del tamaño de un garaje
doble, y era simplemente una variedad de chatarra olvidada. Tenía, sin
embargo, un aseo, un lavadero, y una ducha al aire libre. Era el espacio
suficiente para que poder vivir básicamente cuando ellos reemplazaron la
electricidad con un generador.

Había sido el primer rayo de esperanza para la mayoría de los ocupantes


del autobús ese día, y muchos expresaron su sorpresa y humor irónico de que
este único cobertizo hubiera logrado sobrevivir.

De alguna manera, levantó los ánimos de muchos. Tal vez fue un poco
absurdo, pero al menos algo seguía en pie, algo permaneció incluso después de
que la madre naturaleza envió lo peor. Se había demostrado de forma pequeña
y simbólica que su ciudad una vez había existido.

Los chicos lo habían modificado un poco para hacerlo más habitable, y


ella había amado la proximidad que habían desarrollado viviendo en ese
pequeño espacio. La construcción de la casa ya estaba en marcha, y ambos
Reece y Jack le habían asegurado que estaría terminada mucho antes de que
llegara el bebé. A menudo pensaba que, a pesar de que había amado que los
tres estuvieran viviendo en una habitación, el bebé necesitaría más espacio.

Los tres se estaban construyendo una vida de casados, y ella pensaba en


ellos como sus maridos, porque eso es lo que eran en su corazón. Está claro que
era un arreglo inusual, pero estaba basado en los mismos principios de amor y
confianza que cualquier otro matrimonio.

Ella se dejó llevar a la casa parcialmente terminada, cada uno de sus


chicos tomándola de una mano. Ella había tenido suerte. Sus quemaduras
habían sanado sin infección, y las cicatrices no eran demasiado evidentes.

Había tenido que trabajar duro para conseguir que sus dedos
funcionaran correctamente, y los meses de ejercicios cuidadosos y órdenes de
los doctores finalmente habían dado sus frutos. Su mano se sentía casi de vuelta
a la normalidad.

Reece y Jack la llevaron a una puerta y, empujándola hacia delante un


poco, la animaron a abrirla. Más curiosa ahora, ella se adelantó y abrió la puerta
a lo que sabía sería el dormitorio principal.

91 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire
Cuando la puerta se abrió de golpe, su aliento quedó atrapado en su
garganta, y las lágrimas quemaron detrás de sus ojos. La habitación estaba lista
mucho antes de lo previsto. Sus maridos habían terminado el dormitorio
principal y el baño adjunto, un vestidor y una zona de estar.

Ellos también habían dejado suficiente espacio para una cuna de bebé y
un cambiador. La enorme cama king-size ya estaba en el centro de la habitación,
y habían amontonado en alto con una variedad de ropa de cama empaquetada.
Las lágrimas se filtraron a través de sus pestañas, y ella se limpió con
impaciencia.

- Estúpidas hormonas. - se quejó cuando Reece la atrajo hacia su pecho,


abrazándola a él y poniendo sus grandes manos sobre su vientre ligeramente
redondeado.

Jack dio un paso adelante para besarla suavemente.

-Cariño, hemos querido preguntarte algo.

Un poco sorprendida por la gravedad de su tono de voz, ella se alejó de


Reece y giró para mirar a los ojos a los dos. Ahora los dos estaban algo
nerviosos, parecía esperar a que el otro hablara. Arqueando una ceja, ella casi se
echó a reír cuando empezaron a mover sus pies, actuando como un par de
niños en la oficina del director.

-Sólo escupe lo que sea ya. - le ordenó a Reece con una amplia sonrisa.

-Nos preguntábamos... es decir, pensamos que... tal vez, si no te


importa... si considerarías...

Reece era el mayor charlatán que había conocido en su vida, y su


nerviosismo inusual estaba empezando a preocuparla. Ella miró a Jack,
suplicando con los ojos que le dijera lo que querían decir.
92 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA
Abby Blake – Fire

-Queríamos saber si que considerarías legalmente cambiar tu nombre y


tomar los nuestros, ya sabes, con guión, por lo de que el bebé debería tener el
nombre de sus padres.

Reece finalmente empujó las palabras y luego respiró aguantando la


respiración hasta que ella contestó. Mirándolos, alargó deliberadamente el
momento hasta estar segura de tener toda su atención y dijo:

-Él ya los tendrá.

Cuando su nerviosismo disolvió la confusión, finalmente se compadeció


de ellos y explicó.

-Cambié mi nombre la semana pasada en el juzgado. Estaba esperando el


momento adecuado para decíroslo. - se encogió de hombros y añadió: -Supongo
que eso es todo.

La levantaron lanzándola en medio de la cama, arrastrando sus paquetes


sobre el suelo, y luego los dos hombres yacieron de costado, mirando abajo.
Vestían sonrisas casi idénticas y torpes en sus rostros.

Ella sonrió feliz. Nada en la vida podía ser mejor que esto.

93 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

<< Esta es una traducción de El Club De La Rosa hecha por


fans y para fans. Te pedimos que no cambies ni modifiques nada,
piensa que el equipo de traductoras y correctoras se ha esforzado y
ha dedicado su tiempo para que personas de habla hispana podamos
disfrutar de estas maravillosas historias.

Es una traducción sin ánimo de lucro y desde aquí


incentivamos a todos nuestros seguidores para que compren libros de
estas autoras siempre que sus medios económicos lo permitan >>

94 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Abby Blake – Fire

Staff
Traducción y corrección

Portada

95 TRADUCCIÓN EXCLUSIVA DEL CLUB DE LA ROSA


Este libro fue distribuido por cortesía de:

Para obtener tu propio acceso a lecturas y libros electrónicos ilimitados GRATIS


hoy mismo, visita:
http://espanol.Free-eBooks.net

Comparte este libro con todos y cada uno de tus amigos de forma automática,
mediante la selección de cualquiera de las opciones de abajo:

Para mostrar tu agradecimiento al autor y ayudar a otros para tener


agradables experiencias de lectura y encontrar información valiosa,
estaremos muy agradecidos si
"publicas un comentario para este libro aquí".

INFORMACIÓN DE LOS DERECHOS DEL AUTOR

Free-eBooks.net respeta la propiedad intelectual de otros. Cuando los propietarios de los derechos de un libro envían su trabajo a Free-eBooks.net, nos están dando permiso para distribuir dicho
material. A menos que se indique lo contrario en este libro, este permiso no se transmite a los demás. Por lo tanto, la redistribución de este libro sín el permiso del propietario de los derechos, puede
constituir una infracción a las leyes de propiedad intelectual. Si usted cree que su trabajo se ha utilizado de una manera que constituya una violación a los derechos de autor, por favor, siga nuestras
Recomendaciones y Procedimiento de Reclamos de Violación a Derechos de Autor como se ve en nuestras Condiciones de Servicio aquí:

http://espanol.free-ebooks.net/tos.html

También podría gustarte