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RESUMEN
SUMMARY
In spite of that originally the stereotype concept is not in relation to age studies, it becomes on
the core for explaining old age rol. In gerontology literature, the stereotype traditionally has
been used to agree in the negative attributes of the old aged status. The validity of this argument
is not yet prove experimentally. In this paper we pretend to develop a realistic approach to the
variables witch settle this concept and how is it influence by them.
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Los estereotipos en los ancianos: un estudio empírico y sus resultados
1.- INTRODUCCIÓN.
Medio siglo atrás, Lippmann (1922) definió el estereotipo como una percepción
incorrecta, producida por razonamientos ilógicos y rígidos. Los estereotipos son creencias u
opiniones que no tienen dirección implícita, y son, necesariamente, negativos o positivos. Estas
tipificaciones, a pesar de su inconsistencia, ayudan a estructurar situaciones cotidianas para los
individuos. Permiten a las personas familiarizarse con situaciones u objetos desconocidos,
atribuyéndoles características que disminuyan su ambigüedad, para reducir su impacto en la
autopercepción y mantenerse bajo control.
Los tres criterios definidos por Lippmann (1922), son esenciales, y el empleo de uno de
los requisitos, sin los otros dos, implica una pérdida del concepto de estereotipo en si.
La edad cronológica, no es suficiente para definir a una persona como anciana, aunque,
obviamente, existe bastante relación. Entre los motivos de cambio del estatus de edad,
encontramos la pérdida de salud, la institucionalización, la jubilación, la pérdida de
independencia, la pérdida del cónyuge, etc., factores que contribuyen todos a la autodefinición
de viejo. El estereotipo de anciano es en ocasiones negativo, incluso para los propios ancianos.
Cada uno, individualmente, experimenta acontecimientos que no le permiten negar que es viejo,
y se empieza a aceptar una autodefinición negativa que afecta al comportamiento.
Consecuentemente, los ancianos adquieren un autoconcepto negativo. Este proceso puede
verse en el diagrama siguiente:
ESTEREOTIPO DE
OTRAS
ANCIANO
REFERENCIAS
POSITIVO-NEGATIVO
AUTODEFINICION
DE ANCIANO
INDICADORES
OBJETIVOS DE AUTOCONCEPTO
VEJEZ POSITIVO-NEGATIVO
N. Sáez, J. C. Meléndez, M. Aleixandre 77
Los ancianos tienen una pérdida de status, una reducción de contactos personales e
ingresos, y les rodea un clima social de temores y distancias. En Estados Unidos, el 95% de los
ancianos no se adapta al estereotipo de anciano. A pesar de todo, el estereotipo existe.
Las etiquetas sociales y estereotipos, son inherentes a la cultura y se asumen por los
miembros de la misma, incluyendo a los que soportan estas etiquetas. Si la propia autoimagen y
el comportamiento, son un retrato de este estereotipo negativo, el autoconcepto tiende a decaer,
y la autopercepción se convierte en un elemento negativo. A medida que decrecen ambos, uno
se encuentra disminuido para controlar el entorno. Los ancianos, por lo tanto, en estas
circunstancias, subestiman sus capacidades y se encuentran faltos de roles de desempeño.
Además, efectivamente, hay una reducción del control potencial sobre el entorno, y como es el
caso de los ancianos, esta autoimagen se reconfirma.
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Los estereotipos en los ancianos: un estudio empírico y sus resultados
COMPORTAMIENTO
ESTEREOTIPADO
PERCEPCIONES
DE LOS OTROS CAIDA DE LA
AUTOESTIMA
AUTOPERCEPCIONES
ESTIGMATIZACION
PERDIDA DE
ETIQUETAS
CONTROL
(ESTEREOTIPOS)
2.- OBJETIVOS
- de cuales son las variables propiciatorias para una mayor o menor asunción de
estas, y
Pensamos que es importante conocer qué grupos son los que perciben mayor número
de impedimentos a su alrededor, ya que esta percepción de la realidad que les rodea, va a afectar
al desarrollo de la vida personal y a su modo de relacionarse con el entorno individual.
Convertir las expectativas sociales en propias, va a determinar que el sujeto adopte un patrón de
vida no siempre adecuado a su propia actitud y deseos, lo cual puede tener como consecuencia,
una desadaptación personal ante el nuevo período evolutivo.
N. Sáez, J. C. Meléndez, M. Aleixandre 79
Las identidades de la edad son producto de las definiciones sociales; así, cada edad, tiene
unas implicaciones importantes en la identidad, porque éstas van unidas a estructuras sociales,
de oportunidades, recursos, etc.
La asunción del estereotipo de viejo, el cual por si sólo ya tiene connotaciones negativas,
implicará que el sujeto en su situación de crisis hacia el cambio, adopte patrones negativos que
significan una inadecuación psicológica. Este cambio, en aquellos sujetos que tengan
puntuaciones altas, denotará una inadecuada adaptación a la nueva situación, por lo que se
producirán diversos desajustes en el que debería ser un buen desarrollo personal y social.
3.- MÉTODO
4.- RESULTADOS.
A través del análisis de varianza hemos obtenido que en la variable edad, existen
diferencias estadísticamente significativas entre prejubilados y jubilados, con una probabilidad
de error del .004. Además hemos observado que las personas "jubiladas" encuentran un mayor
porcentaje (31.43) de limitaciones y estereotipos sociales, en comparación al último período de
la edad adulta, "prejubilados", (29.66). Pensamos que estas limitaciones y estereotipos negativos,
son parte de la realidad de los sujetos de ambos grupos, realidad, que además, al llegar el
momento de la jubilación, se hace todavía más palpable.
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Los estereotipos en los ancianos: un estudio empírico y sus resultados
El grupo de "hombres jubilados" con 31.71, es el que obtiene la puntuación más alta,
seguido del grupo de la "mujeres jubiladas", con un 31.27; en tercer lugar esta el grupo de "mujeres
prejubiladas" (30.68) y la puntuación más baja la obtienen el grupo de "hombres prejubilados"
(28.54).
con una media de 29.35. A través de la prueba de Scheffe, no se han encontrando diferencias
estadísticamente significativas entre los grupos.
Como se puede observar a partir de estas puntuaciones, los viudos, posiblemente debido
a su sentimiento de desprotección, encuentran que las limitaciones son mucho mayores, no así
el grupo de solteros, generalmente acostumbrados a realizar por si solos todas las tareas,
acostumbrados a la soledad de la propia casa, y que tienen un nivel de independencia y
adaptación superior a los demás grupos. Los viudos, al llegar el momento de la jubilación,
encuentran que su nivel de expectativas se reduce, produciendo un ascenso en la percepción de
las limitaciones y en la asunción de los estereotipos.
A nivel descriptivo, observamos como el grupo con la puntuación más alta, es el de los
"viudos jubilados" (32.10), seguido del de los "casados jubilados" (31.36); en tercer lugar, tenemos el
grupo de los "solteros jubilados" (30.94), en cuarto lugar, esta el grupo de los "solteros prejubilados"
(29.90), seguido del de los "viudos prejubilados" (29.67) y por último, el grupo de los "casados
prejubilados" (26.92).
Nos parece importante destacar la alta puntuación obtenida por los casados jubilados,
que además tienen la diferencia más alta con el grupo de prejubilados de su mismo nivel
(casados), diferencia que sin ser tan alta también es importante en ambos grupos de viudos. En
cambio, en los dos niveles de solteros no se da tanta diferencia. A través de las puntuaciones
obtenidas, podemos afirmar que es el grupo de viudos jubilados el que mayor percepción de las
limitaciones y estereotipos tiene, pero que el grupo de los casados, es el que mayor desajuste
tiene producido por la edad.
A nivel descriptivo ha sido el grupo de "jubilados que no saben leer ni escribir" los que han
obtenido la puntuación más alta (35.59), seguidos por el grupo de los "jubilados con menos de
primarios" (32.32). Después, encontramos cuatro grupos con puntuaciones muy cercanas, que
son "jubilados con primarios" (30.92), "prejubilados con menos de primarios" (30.90), "prejubilados con
primarios" (30.22) y "jubilados con bachiller" (30.00). Por último, tenemos los grupos de "prejubilados
con bachiller" (28.72), "prejubilados universitarios" (28.02), "jubilados universitarios" (27,26) y por último,
"prejubilados que no saben leer ni escribir" (17.83).
Nos llama la atención el grupo de prejubilados que no saben leer ni escribir, obtienen
una puntuación muy baja, en comparación con todos los demás grupos. Por el contrario, los
jubilados que no saben leer ni escribir, son el grupo que tienen la puntuación más alta; podemos
determinar así un claro desajuste entre las expectativas creadas y la realidad posterior.
La ocupación de amas de casa, ha sido una tarea relegada al hogar y con pocas
expectativas de futuro. Con una función puramente doméstica y de cuidado de los hijos, la
pérdida de los hijos, ha creado en ocasiones el denominado síndrome del "nido vacío". Además,
el progresivo deterioro al que se ve sometido el individuo, hace que estas funciones domésticas,
sean cada vez más difíciles de llevar a cabo, teniendo como consecuencia un efecto negativo
sobre la persona.
Por otra parte, el grupo de profesionales liberales y empresarios es el que percibe menor
número de limitaciones. Esto es debido posiblemente a que su trabajo, generalmente, les ha
ofrecido una gran riqueza de relaciones sociales y de desarrollo personal, por lo cual, la
jubilación no va a ser un impedimento para seguir manteniéndolas; además, la jubilación aparece
generalmente como un elemento de descanso, de ocio, no de limitación.
A nivel descriptivo, el grupo con puntuación más alta es el de "amas de casa jubilados"
(32.73), seguido del grupo "obreros jubilados" (31.66); en tercer lugar, está el grupo de "amas de casa
prejubilados" (31.55), en cuarto lugar, el grupo "empleados y oficinistas jubilados" (30.57), seguidos del
grupo de "profesionales liberales y empresarios jubilados" (30.03); en sexto lugar está el grupo de
"profesionales liberales y empresarios prejubilados" (29.64), seguidos del grupo de "empleados y oficinistas
prejubilados" (29.42) y por último, el grupo de "obreros prejubilados" (27.71).
Tal y como se puede observar a través de las puntuaciones obtenidas entre los diversos
grupos, existen muy pocas diferencias. Tan sólo destacar el grupo de obreros, en el que sí
existen diferencias entre las puntuaciones de ambos niveles de edad. Por lo que parece ser que
este grupo, al llegar el momento de la jubilación, va a sufrir un cierto desajuste, mayor que el
que pueda existir en los demás grupos.
En la variable frecuencia con que asiste al médico, las diferencias encontradas son
estadísticamente significativas, con una probabilidad de error del .001. Con respecto a las
puntuaciones obtenidas, es el grupo de "una vez a la semana" el que obtiene la puntuación más
elevada (34.81), seguido del grupo "cada quince días" (33.33), en tercer lugar tenemos el grupo
"una vez al mes" (31.66), y por último, el grupo "sólo cuando lo necesito" (29.93).
Como podemos observar, cuanta mayor frecuencia de asistencia al médico existe, mayor
percepción de limitaciones y estereotipos, existirán en el individuo. A tenor de las puntuaciones,
está claro que la asistencia desmesurada al médico, va a determinar que nuestra percepción de
las limitaciones sea mucho mayor. Además, asumir el estereotipo de anciano conlleva dicha
asistencia, adoptando un patrón de conducta estereotipada y, que como hemos comentando,
implica un aumento en la percepción de las limitaciones.
A nivel descriptivo, el grupo que ha obtenido la mayor media es el de los "jubilados que
asisten semanalmente" (36.36), seguidos de los "jubilados que asiste quincenalmente" (34.38) y de los
"jubilados que asisten mensualmente" (32.22). En cuarto lugar, tenemos al grupo de los "prejubilados
que asisten semanalmente" (30.88), y con puntuaciones muy cercanas, encontramos a los grupos de
"prejubilados que asisten mensualmente" (30.45), "jubilados que asisten sólo cuando o necesitan" (30.43) y
"prejubilados que asisten quincenalmente" (30.08). Por último, el grupo con menor puntuación es el
de los "prejubilados que asisten sólo cuando lo necesitan" (29.55).
Con respecto a estas puntuaciones, lo primero que observamos es que en los diversos
niveles de prejubilados, las diferencias son mínimas, mientras que en los niveles de los jubilados,
a mayor asistencia al médico, mayor percepción de limitaciones y estereotipos. Lo segundo es,
que para los niveles de asistencia semanal y quincenal al médico, existen diferencias en las
puntuaciones entre los prejubilados y jubilados. Produciéndose una fuerte subida en la
percepción de las limitaciones y estereotipos sociales de la jubilación, efecto que no se repite de
forma tan clara en los otros dos niveles de asistencia al médico.
Parece claro que el grupo que encuentre más limitaciones en el período de jubilación,
sea aquel que haya tenido una jubilación por enfermedad. Por una parte, es consciente de sus
limitaciones y de que éstas irán aumentando en los años siguientes; por otra, esta jubilación
N. Sáez, J. C. Meléndez, M. Aleixandre 85
implica un desarraigo con el grupo de trabajo, y con las propias relaciones sociales externas al
ámbito laboral.
A nivel descriptivo el grupo que obtiene la puntuación más alta es el de "jubilados con
jubilación por enfermedad" (35.61), seguido del de "jubilados anticipada" (31.95) y "jubilados obligatoria"
(31.90). En cuarto lugar tenemos el grupos de "prejubilados con jubilación por enfermedad" (30,76),
seguido del grupo "prejubilados obligatoria" (29.96) y "prejubilados anticipada" (29.47). Por último,
están los grupos de "prejubilados voluntaria" (28.67) y "jubilados voluntaria" (27.94).
Con lo que respecta a los demás grupos, decir que tan sólo en la jubilación por
enfermedad de los jubilados, se produce un claro incremento en la percepción de las
limitaciones y estereotipos, en comparación con el mismo nivel en prejubilados. En los grupos
de jubilación voluntaria y anticipada, las diferencias entre los niveles de edad son mínimas.
Tal y como se puede ver, una percepción insatisfactoria de la jubilación, determinará que
la persona tenga un mayor nivel en su percepción de las limitaciones y estereotipos sociales de la
jubilación.
Mientras que entre ambos niveles de edad con una alta satisfacción no hay casi
diferencias, en estos niveles con baja satisfacción existe un aumento de la percepción de las
limitaciones y estereotipos. Además, sus puntuaciones son superiores a ambos grupos de
satisfacción alta.
5.- DISCUSIÓN.
Podemos afirmar, que son los jubilados los que encuentran mayor porcentaje de
limitaciones y estereotipos sociales en lo que se refiere a la jubilación, frente a los prejubilados,
que obtienen puntuaciones inferiores. Parece claro que el grupo de los prejubilados, mantenga
unas expectativas más positivas frente a las limitaciones que encontrará, que los propios
jubilados, que están ya desarrollándose dentro del período evolutivo en concreto. Es por tanto,
importante, sabiendo que al llegar este momento se puede producir un ascenso en la percepción
de limitaciones y estereotipos, planificar la jubilación a priori, y concienciar a la sociedad de que
la jubilación como fenómeno social, es un período del ciclo vital más, con su problemática
propia y características, y que por ello no es mejor ni peor que otros períodos evolutivos, sino
distinto y con su propia idiosincrasia.
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Son además, las mujeres, las que encuentran un mayor número de limitaciones y
estereotipos sociales de cara a la jubilación, frente a los hombres, percepción que en ambos casos
se incrementa en el grupo de los jubilados. Elementos tales como las relaciones sociales,
desarrollo ocupacional y del tiempo libre, autoimagen, son condicionantes que afectan
sobremanera a las mujeres en su percepción de las limitaciones y estereotipos que sobre ellas
recaen.
Con respecto al estado civil, es el grupo de viudos el que frente a los casados y solteros,
mantiene un mayor índice de limitaciones y estereotipos sociales sobre la jubilación. Índice, que
en todos los casos, aumenta en el grupo de los jubilados. Son, además, los viudos, los que
muestran mayores diferencias entre la percepción de los prejubilados y la realidad de los
jubilados. Mientras que el sujeto viudo prejubilado, mantiene una serie de expectativas de
trabajo, de relaciones sociales, etc., cuando se jubila, estas expectativas se reducen a un campo
de actuación muy pequeño, convierte su rol de sujeto activo en pasivo, y sus relaciones sociales
quedan reducidas a un ámbito casi exclusivamente familiar. Esta reducción es desencadenada
por estereotipos sociales, que no permiten la consecución de nuevas relaciones, bien con fines
puramente sociales o matrimoniales.
Por otra parte, se produce una evolución en la que, a menor nivel de estudios, no sabe leer
ni escribir, menos de primarios, se dan las puntuaciones menos ajustadas para una adecuada
jubilación; es decir, los sujetos obtienen las puntuaciones más elevadas en cuanto a la
percepción de las limitaciones y estereotipos sociales de la jubilación, frente a los grupos de
estudios primarios, bachilleres y universitarios. Por otra parte, destacar que son los grupos de jubilados
universitarios y prejubilados que no saben leer y escribir, los que han obtenido las puntuaciones
más bajas. Curiosamente, este segundo grupo, al pasar a formar parte de los jubilados, obtiene la
puntuación más elevada en cuanto a las limitaciones y estereotipos sociales que perciben en la
jubilación. Es así como, de nuevo, la variable estudios aparece como un antecedente para el
adecuado ajuste a la jubilación, ajuste que en los niveles superiores de estudios, es más alto.
Es por tanto, importante, concienciar a la persona, y más al geronte, que el médico sólo
se debe de utilizar cuando realmente sea necesario, ya que una preocupación excesiva por la
salud, lo que hace es incrementar la percepción de las limitaciones que poseemos.
Por lo que respecta a la satisfacción que piensan que les va a proporcionar la jubilación,
podemos decir que aquellos sujetos que tengan una percepción de dicha satisfacción alta,
independientemente de pertenecer al grupo de los prejubilados o al de los jubilados, tendrán
niveles inferiores de percepción de limitaciones y estereotipos sociales de la jubilación, que
aquellos sujetos que mantengan que la satisfacción que van a obtener en la jubilación va a ser
baja.
Por último, cabe afirmar que aunque a nivel porcentual y general si que se observan
diferencias, la percepción de la jubilación como elemento limitador y estereotipado, no se da en
mayor grado en el grupo de los jubilados. Por el contrario, hemos observado que existen grupos
de prejubilados cuya puntuación, en cuanto a la percepción de estas limitaciones y estereotipos,
es más alta a la obtenida por algunos grupos de jubilados y que por tanto son grupos de riesgo a
la hora de tener una adecuada jubilación.
Por último decir que consideramos que aquellos sujetos que perciben mayor número de
limitaciones y estereotipos sociales en la jubilación, van a tener un ajuste más dificultoso al
entrar en el nuevo período del ciclo vital, y que más que unido al grupo edad al que pertenecen,
esta percepción va unida a diversas variables que hacen que el sujeto se encuentre dentro de un
grupo de riesgo para una inadecuada adaptación al periodo de la jubilación.
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6.- REFERENCIAS.
Sáez Narro, N. (1985): "La tercera edad: Un acercamiento teórico y algunas implicaciones". Ed.
Promolibro, Valencia.
Sáez Narro, N.; Aleixandre, M y Meléndez, J.C. (1994): "Actividad y tiempo libre en tercera
edad". Revista de Psicología de la Educación. (en prensa).
Sáez Narro, N.; Meléndez, J.C. y Aleixandre, M. (1993): "Preparación a la Jubilación" (págs.
167-215). En R. Rubio. y J. Muñoz. (Comp.): Gerontopsicología Social: Perspectivas Teóricas y de
Intervención. Edita: Diputación Provincial de Jaén.