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Historia Constitucional Argentina

BOLILLA N° 1
1) Historia general: el concepto de historia en el sentido más amplio, es la narración de los hechos
humanos, este concepto contiene tres partes: la narración, elaborada en base a distintos
elementos; fuentes; y los hechos o acontecimientos ya ocurridos, producidos por el hombre.
Esta historia o narración de hechos humanos del pasado, está realizada por hombres, quienes
investigan y exponen los acontecimientos que ocurrieron a través del tiempo, que han tenido
importancia o repercusión colectiva para que la humanidad así lo considere.
La historia tiene la labor de recrear intelectualmente el pasado humano trascendente.
La primera forma de la historia ha sido la narración de los hechos ocurridos. Esta etapa avanza
hasta aparecer dentro de la narrativa el nexo de causalidad. Se analizan los hechos y se estudian
las influencias que ellos tienen sobre acontecimientos posteriores.
Hasta el siglo XIV perdura la noción del tiempo de la edad media, donde los historiadores hacían
cronología, sumando hechos cada año sin otra significación.
Con el renacimiento se quiebra esa concepción y los humanistas reflexionaron sobre el destino
humano.
En el siglo XVIII, la filosofía de la ilustración introdujo la razón como instancia definitoria de la
naturaleza humana.
Fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, el romanticismo instaló la razón en la historia.
Una segunda etapa, llamada pragmática o didáctica, referida a la concepción de la historia, busca
obtener el conocimiento del pasado humano como una experiencia aleccionadora para una mejor
orientación del accionar del hombre en el presente y con proyecciones hacia el futuro.
BOLLILA N° 2

1) Títulos de los reyes de Castilla y León a la dominación de las Indias. Teorías religiosas y jurídico-
políticas.
Los títulos de dominio, son los antecedentes legales que podrán justificar la conquista. Los títulos
invocados son de distinto carácter:
a) Desde el punto de vista religioso,
#se esgrima la propia palabra divina a través del versículo de Isaías, según el cual se profetizaba el
descubrimiento de tierras en donde abundaban el oro y plata.
#La esencia de la colonización como cruzada de tipo espiritual.
#la posibilidad de llevar adelante la colonización, con el objeto de incorporar a los indios la fe
católica.
b) Desde el punto de vista jurídico, el justo título como naciendo de un propio derecho originario
de conquista; se trataba de un derecho derivado de la ley natural, mediante el cual podría
obligarse al los indígenas a respetarlo.

Concesión Pontificia: el principio general señalaba que Cristo, hijo de Dios y Dios mismo, eligió a
San Pedro como pastor. Este poder extiende a los sucesores, los romanos pontífices, para
organizar y dirigir la iglesia universal. Por ese mandato podía repartir tierras en poder de los
infieles para propagar la fe católica. De allí que la iglesia podía despojar a los infieles de sus tierras
si no reconocían la fe católica.
Cuando Colón presenta el proyecto de viaje hacia el oeste del mar océano a la reina Isabel, la junta
de Salamanca tuvo opiniones diferentes. Prevaleció el criterio que consideraba lícito descubrir
nuevas tierras al dirigirse en esa dirección. Sostenían que el Tratado de Toledo reconocido por la
bula papal convenía que Castilla renunciaba al océano solo por debajo de Canarias contra Guinea,
pero no renunciaba con respeto al mar occidental de arriba de Canarias fuera de Guinea. O sea los
reyes de Castilla eran señores del todo el océan al norte y oeste de las Islas Canarias.
El rey de Portugal protesta, al regreso del primer viaje de Colón, invocando títulos de las bulas
papales de 1454-1456; ya que sostenía que Colón tocó tierra de sus dominios otorgados por bula
de Cristo II. Los reyes católicos, buscan justificación, el título legal que le dé a Castilla el mar al
norte y oeste de las Canarias, a través de una bula de Alejandro VI.

Opinión de Fray Bartolomé de las Casas: concebía la guerra solamente para el caso de oposición
violenta, pero nunca para que por medio de ella, recibieran los indios la fe católica. El padre,
desconoció el poder temporal invocado por el papado sobre los infieles para poder disponer de
sus tierras, razón por la cual no podían sustraérselas, quitarles el dominio y entregarlos a otros
príncipes. Sólo reconocía el poder temporal de papado en el orden al logro de los fines
espirituales, pero de ninguna manera para quitarles el señorío y dominio sobre tales jurisdicciones
a los indios. Desde un principio se manifestó contrario a la conquista de América por la fuerza.
Sostuvo firmemente la teoría general de la injusticia de la guerra contra los indios, porque no era
un procedimiento lícito para convertirlos al cristianismo.

Posición de Francisco de Vitoria: negaba poder universal temporal al papa, y aún para el supuesto
de tener tal poder, no podría trasmitirlo a los príncipes seglares. Considera ilegítimos los títulos
esgrimidos: el emperador no es dueño de todo el mundo y el Papa no detenta el poder universal
temporal; tampoco era razón para privar de los bienes a los indios, por el hecho de no haber
aceptado la religión católica.
Enuncia otros títulos a la dominación de Indias:
-el derecho de gentes, por el cual los españoles tienen derecho a entrar y permanecer en otras
regiones, basados en la comunicación natural, libertad de puertos y mares, mediante la ocupación
de las ciudades y el sometimiento, estos hechos se transforman en legítimos.
-el derecho de prédica de fe y de la divulgación del evangelio por parte de los cristianos, se
confiaba tal derecho a los príncipes españoles.

Bulas papales de 1493: dictadas por Alejandro VI


1) Intercaetera o bula de donación del 3 de mayo de 1493: les otorgaba todas las islas y tierras que
no se hallaran sujetas al dominio del algún otro príncipe cristiano, con plena, libre y omnímoda
juridicción. Per adolecía de una falta que era la de precisión geográfica, para determinar con
exactitud el alcance de cada una de las jurisdicciones.
2)Eximie devotionis del 3 de mayo de 1943: su objetivo era dota a los reyes católicos de una letra
pontíficia que les permitiera contener cualquier avance de las reclamaciones portuguesas mientras
se estudiaba la segunda intercaetera.
3) Intercaetera o bula de demarcación del 4 de mayo de 1493: se determina que la donación a los
reyes católicos era, de las tierras que se encontraban al oeste de una línea imaginaria que corría
de polo a polo, ubicada a 100 leguas al occidente de las islas Azores y Cabo Verde.
4) Piis Fidelium del 5 de julio de 1493: dirigida al vicario de la orden religiosa de los Mínimos, y en
ella se expresa que los reyes de España deseosos de hacer florecer y exaltar la fe católica en las
regiones orientales y en la Mar Océano, se había resuelto destinar a estas regiones a esos
religiosos con otros seculares y seglares, concediéndoles el Pontífice la más altas facultades,
licencia, potestad y autoridad para trasladarse y residir sin licencia de sus superiores. El contenido
de esta Bula fue el de la evangelización de los indios.
5) Dudum siquiedem del 5 de septiembre de 1493: Amplía la donación a todas y cada una de las
islas y tierras firmes, halladas o por hallar, descubiertas o por descubrir, que estén, fuesen o
apareciesen a los que navegan o marchen hacia occidente y aún el mediodía…. Etc. Esta bula viene
a demostrar que la línea de demarcación de Alejandro VI no fue un meridiano completo.

2) Instituciones españolas metropolitanas: el derecho político indiano constituye un sistema


orgánico de instituciones metropolitanas y provinciales destinadas al gobierno de las Indias. Su
organización política administrativa, fue un resultado empírico que a la vez iba ensayando
múltiples creaciones institucionales.
El rey: era la máxima autoridad. La corona era una entidad que personificaba a la monarquía y que
por lo tanto se distinguía del reino o Estado, integrado por el gobierno, el pueblo y los territorios.
La forma de gobierno de los reinos era la de una monarquía hereditaria, generalmente era
transmitida por testamento y a falta de éste, llamando al primogénito varón o a sus
descendientes. EL rey ejercía todos los poderes o funciones de estado; era supremo legislador y
podía sancionar nuevas leyes o reformar las existentes y establecer su interpretación auténtica. En
materia judicial tenía la atribución suprema en lo civil o criminal, pero no la ejercía en forma
personal sino por medio de consejos y demás organismos judiciales. Los monarcas ejercían una
función o un servicio público, eran Vicarios de Dios, puestos sobre la gente para mantenerlos en
justicia y verdad en cuanto a lo temporal. El deber del soberano era el mantenimiento de un orden
justo en la sociedad, a fin de realizar el bien común. El soberano podía ser depuesto si dejaba de
obrar con rectitud y de proceder con justicia.
Consejo de Indias: los reyes católicos tuvieron que crear desde los primeros tiempos una
secretaría especial debido al proceso expansionista surgido por las conquistas. Se crea un
organismo especial para las Indias, el Consejo Supremo, que es el primitivo consejo de Castilla. Se
designó como secretario para el despacho de Indias al arcidíacono Fonseca, obispo de Burgos,
quien fue llamado por Fernando en el año 1509 para presidir los asuntos referentes a Indias. El
cardenal Cisneros, estableció juntas periódicas, de carácter no permanente, que se llamaban
Plenum Concilium Indianum, que era un cuerpo de gobierno eclesiástico, militar y político.
Calos I, en el año 1517, creó la superintendencia para asuntos de Indias.
Entre 1519 y 1520 sucedió una disputa entre Fonseca y Fray Bartolomé de las Casas con referencia
al tema de la conquista, que terminó con el triunfo de las razones de las Casas; a raíz de ello se
designó en 1522 a Fray Gerónimo Loaysa para el gobierno de Indias y el 4 de agosto de 1524,
fundación efectiva del consejo, se encargó a éste la presidencia. Diferentes cédulas reales de
Carlos V, Felipe II y Felipe IV, determinan que el consejo residía en la corte. El consejo subsistió
hasta 1812, siendo suprimido por las Cortes de Cádiz.
Las funciones del consejo, tanto el gobierno político como el administrativo quedó a su cuidado,
era tribunal de última instancia en las diferentes direcciones, se ocupaba de todo lo atinente a
Indias, con subordinación solamente del monarca. Era un organismo colegiado, compuesto por un
presidente y 5 ministros, que a los efectos de las reuniones se dividían en salas. El consejo residía
en la corte, con los ministros y oficiales determinados por la ley. El presidente tenía la obligación
de determinar la categoría de los asuntos y repartirlos en salas, en caso de impedimento era
reemplazado por el consejo más antiguo; tanto el presidente como los consejos tenían rigurosos
impedimentos, no debían tener encomiendas de indios, ni negocios particulares en Indias, debían
guardar estricto secreto de las actuaciones del consejo, etc.
Tenían un canciller, quién tenía a su cargo el sello real; el teniente del gran canciller; un fiscal,
quién cuidaba la estricta aplicación de la ley y defender la jurisdicción; dos secretarios del consejo,
cada uno con dos oficiales mayores y dos segundos, tenían la obligación de intervenir en lo
atinente a los trámites administrativos del consejo; un tesorero; contadores de cuentas; un
alguacil mayor; tres letrados de cámara; un escribano; un cronista mayor.
El consejo tenía funciones legislativas; en asuntos eclesiásticos recibía en consulta las
disposiciones pontificias y atendía todo lo referente al ejercicio del patrimonio; funciones
administrativas; en materia judicial tenia funciones originarias y en grado de apelación, en los
negocios y materias de guerra, interviene el consejo en las juntas de guerra, formada por cuatro
consejero de cada consejo, la junta puede ser ordinaria o extraordinaria. El consejo interviene en
lo relativo al tratamiento de los indios.
Casa de contratación: en 1503 se funda la casa de contratación con asiento en Sevilla. Por
ordenanzas de Alcalá de Henares, se asignan 3 empleados para la atención de la casa. Fue el
primer cuerpo administrativo creado en España. Resulta ser el primer paso para el desarrollo de
un sistema administrativo tendiente a la fiscalización del comercio entre España y las Indias. Los
funcionarios de América que se comunicaban con la corona, debían enviar copias de sus notas a la
casa, en los asuntos de comercio y rentas, debiendo remitir a Sevilla lo ingresos o egresos de las
tesorerías coloniales. En 1584 se dispone que la casa tenga un presidente, 3 jueces oficiales,
tesorero, contados y factor, 3 jueces letrados, un fiscal.
En principio, se trataba de una simple casa de comercio, más tarde tiene por finalidad el estudio y
situación del mercado, la compra y venta de mercancías en cuanto ello fuera ventajoso para las
colonias. Luego se transforma en tribunal de justicia y junta económica.

3) Autoridades españolas en América:


-Adelantados: de carácter unipersonal. La institución tiene nacimiento en tiempos de la
reconquista española, en la lucha contra los moros y etimológicamente, resulta de adelantar,
llevar adelante. El adelantado firma con el rey las capitulaciones, contrato de naturaleza especial,
por el cual se compromete adelantar, para y en nombre del rey, sostener los gastos de la
expedición y de la conquista a su propia costa, promover la conversión de los indios y realizar
fundaciones, llevar adelante la empresa de conquista. El adelantado resulta al propio tiempo,
gobernador y ejerce el gobierno, tanto en la esfera política, administrativa y con facultades
militares. El ejercicio de su cargo no quedaba limitado en el tiempo y era de carácter vitalicio, en
ocasiones es hereditario. El primer adelantado fue Colón, quién recibió también, el título de
almirante, virrey y gobernador de las islas y tierra firme que había descubierto y las demás que
descubriere y al mismo tiempo se declara, en las capitulaciones suscriptas, que pasarían dichos
títulos a sus descendientes. En las capitulaciones se determinaba que el propietario de las tierras e
islas descubiertas eran de la corona y al conquistador se le entregaban varios títulos, entre ellos el
de adelantado, mediante el cual reunía todos los poderes en sus manos, incluyendo la jurisdicción
judicial, debiéndosele acatamiento y obediencia.
La institución desapareció al organizarse administrativamente las bastas posesiones de España en
América y precisamente al superarse la época de los descubrimientos.
Esta institución tiene, a través de las capitulaciones, un carácter mixto de empresa privada y
concesión estatal.
-Virreyes y capitanes generales: fueron los más altos funcionarios en América, eran la
personificación misma del rey y la caracterización más completa de estado español. Poseían el más
alto grado de autoridad y si bien gobernaban mediante instrucciones reales y a su vez daban
normas a las autoridades subordinadas a ellos; debían resolver por si mismos las cuestiones más
arduas y difíciles. Resolvían todos los asuntos, salvo aquellos que por ley les estaban
expresamente prohibidos.
Debían promover la conversión de los indios y proveían los oficios que no les fueran reservados al
rey, eran presidentes de las audiencias; estaban expresamente facultados para juzgar a los indios,
asesorados por un oidor o un letrado; tenían la administración de la hacienda; eran jefes de mar y
tierra.
Los virreyes eran capitanes generales de las provincias o territorios bajo sus distritos y también
gobernadores, tanto de sus distritos como de los territorios subordinados. Ejercían el cargo de
general de la armada o flota donde hicieren el viaje; podían castigar los delitos cometidos ante su
gobierno; tenían el derecho de perdón o indulto. Ésta amplitud de poderes se fue limitando.
Debían entregar a sus sucesores en el cargo, la documentación, cartas que los instruyeran en las
materias a su cargo, dejar proceder a las audiencias en los casos de justicia. No podían despachar
en problemas de esta índole provisiones con el nombre y sello del rey.
En un principio, los virreyes eran vitalicios, pero más tarde se limitaron sus funciones al término de
3 años, duración que después se elevó a 5 años.
-Gobernadores: se llamaba gobernador a todo el que ejercía la función de gobierno, desde los
virreyes hasta los mandatarios de las provincias subalternas.
El gobernador indiano constituye la figura más representativa del régimen establecido por España
en el nuevo mundo desde su organización definitiva en el siglo XVI, hasta la implantación de
intendencias a fines del siglo XVIII. EL título de gobernador iba acompañado de otros y
generalmente se otorga para realizar conquistas determinadas o para ejercer el mando de una
provincia ya constituida. Existían 4 categorías de gobernadores: 1-los virreyes eran también
gobernadores del distrito en el cual ejercían el mando directo. 2-los presidentes de las audiencias
pretoriales o subordinadas, gobernaban la provincia mayor sobre la cual tenía jurisdicción el
tribunal. 3-los gobernadores subordinados y capitanes generales que presidían una provincia
menor. 4-los gobernadores subordinados que ejercían su función en una provincia menor, bajo la
dependencia de cualquiera de los anteriores.
Tanto gobernadores como presidentes de las audiencias pretoriales precedían con amplia liberad
siempre que no tuvieran que cumplir instrucciones expresas emanadas del virrey. En los
gobernadores, se reunían facultades gubernativas, militares y judiciales, aunque les estaba
prohibido el manejo de la hacienda y el contralor de los oficios reales.
Duraban en su cargo 3 años en caso de personas establecidas en América y de hasta 5 años para
aquellos que debían trasladarse desde la metrópolis. En caso de muerte, eran inmediatamente
reemplazados por el teniente general de la gobernación.
4) Cabildo, origen y evolución. Composición y funciones: El origen de los cabildos es español, en
cuanto representan la autoridad local a la manera de los antiguos consejos, principalmente
castellanos.
Fundada una ciudad, cumplido el rito de la fundación habrá necesariamente un cabildo.
A los cabildos les faltaban garantías y era común la venta de los puestos concejiles. Los cargos se
adquirían y vendían, eran hereditarios y trasferibles, loa alcaldes y regidores no eran
popularmente elegidos. Les faltaba el elemento que los hiciera de extradición democrática.
Los cabildos tenían dos funciones primordiales, 1-justicia. 2-gobierno de la ciudad. En el primer
sentido eran tribunales de primera instancia en lo civil y criminal, y de sus fallos podía recurrirse
en apelación ante la audiencia. En cuanto al segundo, tenían el gobierno inmediato de la villa,
cumpliendo funciones que se acercan a las de las municipalidades, debían cuidar las rentas y de los
recursos de la ciudad. Los recursos se dividían en propios y arbitrios, los primeros se forman con el
patrimonio mismo de la ciudad, los segundos eran producto de diferentes gravámenes de distintas
ordenanzas.
El abastecimiento de la ciudad estaba a cargo del cabildo.
Para la elección de los cabildos donde no estuvieren vendidos los oficios, no podía ser elegida
persona alguna sin tener la categoría de vecino y la ley determinaba que, se entiende por vecino
aquel que tuviere casa poblada. Todos los oficios de cabildo y concejiles debían ser servidos por
propietarios. El hecho del domicilio. No provocaba la radicación, ni tampoco hacía adquirir los
derechos del habitante. Dos condiciones se requerían para obtener la categoría de vecino: poseer
solar de tierra y haber fundado familia. La categoría se basaba en el derecho de propiedad y en el
de familia y debía existir una radicación permanente y la inspiración en el padrón de la ciudad.
El cabildo estaba compuesto por alcaldes y regidores. Duraban en sus funciones un año. Los
alcaldes eran 2 de primero y segundo voto. En las ciudades principales se elegían 12 regidores y el
las demás ciudades 6. Las elecciones debían ser realizadas en las salas capitulares y no debían
efectuarse cabildos extraordinarios. Los alcaldes cumplían funciones judiciales y los regidores
funciones administrativas. Los alcaldes era los actuales jueces de primera instancia en lo civil y
criminal. Los regidores, intervenían en las cuestiones administrativas inherentes al cabildo.
El cabildo también designaba a un asesor de menores, defensor de pobres y a un protector de
naturales.
Los alguaciles mayores, eran funcionarios encargados de ejecutar los mandamientos de la justicia
e intervenir en la policía.
Hay dos clases de cabildos, abiertos y cerrados.
El Aferez real, era el encargado de pasear de pasear el estandarte real. Los procuradores, tenían la
misión de representar al cabildo ante las más altas autoridades. Su elección se realizaba por medio
de los regidores y únicamente en cabildo cerrado.
Los cabildos tenían facultades legislativas, pudiendo redactar ordenanzas.

Importancia en el derecho constitucional argentino:

Consulado: con el objeto de desarrollar el comercio se creó en Burgos (España) un consulado o


casa de tratantes, facilitando a sus miembros el transporte y colocación de sus mercaderías. La
administración de justica en lo comercial estuvo a cago de los consulados una vez que fueron
creados en América y sus fallos podían apelarse ante la audiencia que, a ese efecto, se constituía
en tribunal de alzada, integrado por, oidor decano y 2 oidores nombrados por él entre los
candidatos propuestos por las partes interesadas.
Las reformas introducidas por los borbones al dictarse el reglamento de libre comercio en 1778,
facilitaron el desarrollo del comercio en todo el continente, con la apertura de nuevos puertos. Por
real cédula de 1794, se creó el consulado en la ciudad de BS. AS., el cuál además de tener
funciones de junta protectora del comercio y de fomento económico, era tribunal en asuntos
comerciales y entendía además en todas las causas por delitos cometidos durante la navegación.

Audiencias: se ha hecho una división de las audiencias en virreinales, pretoriales y subordinadas,


con normas adecuadas para cada una.
Resultan el más alto tribunal de justicia en sus jurisdicciones, también instituciones con funciones
múltiples de gobierno, administración y hacienda. Asesoraban a los virreyes en los problemas de
gobierno, etc.
La audiencia estaba compuesta por un presidente, funcionarios o jueces llamados oidores;
alcaldes del crimen; fiscales; alguaciles mayores; relatores; escribanos de cámara; abogados;
receptores; procuradores; visitadores y jueces de bienes de difuntos. En la sede del virreinato, en
presidente de la audiencia era el virrey.
El presidente y los oidores formaban un tribunal colegiado que intervenía en última instancia en
juicios civiles o criminales; los fiscales en número de dos, uno para el fuero civil y otro para el
criminal, debían asistir a las audiencias, juntas y acuerdos extraordinarios, defendían los pleitos de
hacienda real, etc. Los alguaciles mayores, eran funcionarios encargados de ejecutar las
ordenanzas de gobierno; el teniente de gran canciller era el depositario del sello; los relatores
letrados designados por el presidente oficiaban como secretarios; los escribanos de cámara debían
certificar y dar fe de los actos de las audiencias; los auxiliares de justicia eran los tasadores del
proceso.

BOLILA N° 3
1) Legislación Hispanoamérica-características:
a-un causismo asentuado: se legisló sobre problemas muy concretos y se trato de generalizar, la
solución en cada caso adoptada, La esfera del derecho privado se tuvo que recurrir
preferentemente a las fuentes del derecho castellano, porque en las del derecho indiano apenas
se hallaban preceptos que supongan una verdadera innovación jurídica de la doctrina
tradicionalmente aceptada en la metrópoli.
b-una profusión legislativa: las sucesivas disposiciones dictadas por los diversos organismos pobló
de disposiciones el gobierno de indias. Existían disposiciones contradictorias.
c-una tendencia asimiladora y uniformadora: se intentó estructurar la vida de as indias con criterio
uniformador y tratando de asimilarlos al propio territorio metropolitano. Siendo una misma
corona los reyes de Castilla e Indias, las leyes y maneras de gobierno de los unos y de los otros
deben ser los más semejantes y conformes que se puedan.
d-una gran minuciosidad reglamentaria: los monarcas españoles pretendieron tener en sus manos
todo el gobierno. Pero como les era prácticamente imposible, tuvieron que otorgar a funcionarios
amplias facultades, buscaron un equilibrio de poderes entre los organismos más elevados del
gobierno.
e-un profundo sentido ético: y religioso: el fin religioso fue uno de los móviles que impulsaron su
política colonizadora, y esa actitud se reflejó ampliamente en las leyes de Indias.
F-vigencia de la costumbre: la costumbre tuvo gran importancia en la formación de algunas
instituciones. En América el derecho consuetudinario llegó a constituir todo un cuerpo de derecho
positivo.
g-supervivencia de instituciones aborígenes: las primeras costumbres jurídicas de los indios
aborígenes se hicieron respetar por el legislador español, siempre que no estuvieran en
contradicción insalvable con los principios básicos del pueblo colonizador.

Capitulaciones: eran los instrumentos jurídicos celebrados en forma previa a la empresa de


descubrimiento por parte de los adelantados y la corona. Se trataba de un contrato de naturaleza
especial, por el cual se comprometía a adelantar o conquistar nuevas tierras para y en nombre del
rey, sostener los gastos de la expedición y de la conquista a su propia costa; promover la
conversión de los indios y realizar fundación de ciudades, llevando adelante la empresa de
conquista.
Ordenanzas: son normas jurídicas. Se las llamaban así cuando eran de carácter general, aunque no
necesariamente destinadas a todas las provincias. No emanaban necesariamente del rey, pero
eran suscriptas a su nombre y a través de ellas se daban atribuciones a las instituciones para
dictarlas, aunque debían ser elevadas al monarca para su aprobación.
Reales cédulas: eran las más frecuentes y tenían como encabezamiento la fórmula “el Rey”, sin su
nombre, ni sus títulos.

2) Situación del indio: Los primeros indios llevados por Colón al regreso de su expedición fueron
vendidos, aunque se ordenó prestar fianza por ellos hasta que dicha venta fuera confirmada, pero
poco tiempo después, se ordenaba que tales indios fueran puestos en libertad. Luego se los
consideró hombres libres, vasallos de la corona de Castilla, aunque considerándolos personas
rústicas o miserables, necesitados de tutela o protección jurídica. En condición de vasallo debía
pagar tributos a la corona, gobernaban en sus comunidades mediante propias autoridades,
estaban exentos del servicio militar, etc.
Instituciones aborígenes subsistentes:
-Mita: la palabra mita significa turno. Consistía en ir dando laboreo de las minas a un grupo de
mitayos, provenientes de una tribu en la que su cacique, los había dividido de tal manera para el
cumplimiento de sus tareas, turnándose cada tres meses para evitar el desgaste físico agotador,
que podía llevarlos a la muerte.
De la mita minera, se pasó a la mita pastoril y agrícola, también a la de servicio doméstico. En
todos los casos tenían derecho a un salario fijado por los visitadores y debía pagárseles los jornales
de ida y regreso a sus pueblos.
Por las ordenanzas de Alfaro, el trabajo mitayo fue reglamentado con minuciosidad,
estableciéndose turnos de 40 días por año en el laboreo de las minas, jornadas de 8 horas,
especificaciones del salario y tipo de alimento que debían entregárseles.
-Encomienda: era un pacto feudal clásico y en virtud de él, los trabajadores de la tierra se
encomendaban a un señor a quién daban una parte de los beneficios del sueldo a cambio de la
seguridad de defenderlos en sus vidas y bienes. El señor mediante sus huestes guerreras debía
defenderlos y levantar su castillo, que debía servir de lugar de refugio ante las invasiones a que
estaban expuestos. Los miembros de una tribu, con su cacique y su propia organización eran
encomendados a la protección de un encomendero. En nombre de los indios, el protector de
indios, expresaba la presunta voluntad de éstos de trabajar en beneficio del español, debiendo
éstos como contraprestación velar por su instrucción doctrinaria y responder a su integridad física
y seguridad personal. En un principio las encomiendas fueron temporales, restringiéndose los
indios a la corona una vez vencido el plazo. Luego adquirieron carácter vitalicio, mientras no se
produjesen excesos por parte del encomendero, pero luego surgió la práctica de que los indios no
volviesen a la corona, sino que siguiesen para beneficio de la viuda y de los hijos del encomendero,
otorgándosele la encomienda por dos vidas, que luego son extendidas a tres.
-Yanaconazgo: era una institución auxiliar, mediante el cual, algunos indios a los que se
denominaba yanaconas o sin caciques, se los adscribía a algunas propiedades para el trabajo rural
en particular, trabajo que debían cumplir sin retribución alguna, ya que ésta institución tenía un
castigo para aquellos que no se sometían a sus caciques.
Las condiciones de las tareas que les eran encomendadas eran extremadamente duras. Los indios
yanaconas no podían desvincularse de las tierras a las que habían sido adheridos como cosas o
como bestias y en caso de que tales tierras pasasen a otro propietario, eran traspasados al nuevo
adquiriente o usuario, como cosa accesoria de la heredad.
-Ordenanzas de Alfaro: Francisco de Alfaro, fue un funcionario de la corona que con el título de
visitador recorrió especialmente el Tucumán y el Río de la Plata, dictando una serie de ordenanzas.
Estas ordenanzas ofrecen interés por la protección del indígena y su importancia radica en que
fueron aprobadas por la corona y posteriormente incorporadas a la recopilación de leyes de indias
de 1648. Las ordenanzas de Alfaro, datan de los años 1611 y 1612, y una de sus principales
disposiciones está referida a la forma de organizar las reducciones, disponiéndose que en cada
caso hubiera un alcalde y un regidor indígenas; tendrían el gobierno de sus pueblos quedando a su
cargo el repartimiento de las mitas.

BOLILLA N° 4
1) El siglo XVIII. Las nuevas ideas filosóficas, políticas y económicas: desde 1700, muerte de Carlos
II, sufre España una transformación política, tanto interna como externa. El siglo XVIII y los
comienzos del siglo XIX, aportan para Europa un período de gran actividad en diferentes órdenes;
el progreso de las ciencias filosóficas y físicas influye en la vida social y política de los pueblos; se
hace sentir la opinión pública; los príncipes comprenden a la necesidad de reformas; en lo
económico se pasa se pasa del artesano a la fábrica, la máquina reemplaza a la mano de obra,
creándose las nuevas formas del capitalismo (capitalismo industrial). La agricultura incorpora
nuevos cultivos. El aumento de la actividad económica y de la industria provoca el florecimiento
de nuevas materias; adquieren un gran desarrollo las ciencias matemáticas, físicas y naturales;
nuevas disciplinas adquieren su autonomía en estos siglos y en el orden filosófico dos escuelas: el
Enciclopedismo, nacido en Francia, da lineamientos, en el orden de las ideas, que posibilitarán la
Revolución Francesa. La enciclopedia fue una obra metódica, escrita por un grupo de científicos y
filósofos franceses de ideas avanzadas, un cuadro muy completo de las doctrinas políticas,
filosóficas y de ciencias matemáticas y de observación que pretendían subsistir con ventajas a la
ciencia y a las creencias medioevales, contra las que en parte se había levantado el Renacimiento.
Los hombres que aceptaron las ideas y trataron de aplicarlas al gobierno y educación de los
pueblos fueron llamados enciclopedistas. Y el Iluminismo, en Alemania, adhieren los monarcas que
se sienten impedidos a la realización de reformas políticas y sociales.

2) Teorías sobre el orden del poder: Suarez y Rousseau.


-Francisco Suárez: fue un sacerdote de la compañía de Jesús, nacido en Granada, España en 1548 y
falleció en el año 1617. Suárez desarrolló una teoría sobre el origen de la autoridad o del estado-
poder, tomando como base la tradición cristiana y considerando especialmente el momento
histórico en que vivió.
Para él, la sociedad responde a la naturaleza de las cosas, a la propia condición humana, que es
social o política y así es designio de Dios la existencia de la sociedad.
Toda sociedad necesita de un gobierno, pero ningún hombre tiene poder sobre otro, pues todos
nacen libres, por lo que los individuos se reúnen entre sí por libre decisión, respondiendo a la
necesidad natural de hacerlo y deciden darse una autoridad, un gobierno.
El derecho de gobernar reside en la totalidad de los miembros que integran la sociedad, el pueblo.
El origen de la autoridad, como de todos los derechos humanos es de Dios; pero Dios no la deriva
directamente al príncipe o monarca, sino que Dios la deriva al pueblo (organizado como
comunidad perfecta), y éste da la forma de gobierno que más le agrade y elige a los gobernantes
que desea.
El consentimiento, tácito o expreso, de los gobernados es el título que legitima el poder,

BOLILLA N° 8
1) Tratado de Pilar y Benegas:
-Tratado de Pilar: fue firmado por Sarratea, López y Ramirez el 23 de febrero de 1820 y ratificado
al día siguiente por la junta de Representantes de Buenos Aires.
Resultaron las condiciones previas a la firma del tratado: 1) la desaparición del poder central
encarnado en el Directorio; 2) la disolución del Congreso; 3) la formación de un gobierno (en
Buenos Aires) elegido popularmente.
Los caudillos sólo aceptaron firmar un tratado una vez cumplidas las condiciones. Pese a los
esfuerzos para sortear las condiciones impuestas, Buenos Aires debió ceder y Sarratea se apresuró
a firmar el tratado que se conoce con el nombre del Pilar.
La importancia de dicho tratado radica; a) en que sólo mediante el voto de la nación y
particularmente el de las provincias pactantes, se determinará el sistema de gobierno; b) que de
hecho ya se admite el sistema de federación; c) que la declaración debería realizarse por
diputados elegidos por la libre elección de los pueblos; d) que una vez elegidos tales
representantes deberían recurrirse en una especie de congreso constituyente, para la organización
de un gobierno central y fuera conducente al bien general.
El tratado tiene doce artículos. En el artículo 1° las provincias se pronuncian a favor de una
federación que de hecho admiten y a ese efecto se debería realizar una reunión en el Convento de
San Lorenzo de la provincia de Santa Fe, a los sesenta días contados de la ratificación de esta
Convención. -Contiene cláusulas que precisan el principio de nacionalidad, de federalismo y de
gobierno central-.
Para efectivizar estas resoluciones se conviene en el cese de las hostilidades y el retiro de las
tropas; regreso a sus provincias de los que hubiesen emigrado de una provincia a otra por
diferencias; reposición a los beligerantes al goce de sus propiedades y disfrute de prerrogativas
establecidas aún en el caso de haber tomado las armas contra sus comprovincianos. Olvido de los
hechos del pasado. Libertad de comercio de armas y municiones de guerra en las provincias
federales. Libertad de los prisioneros de guerra y restitución a sus provincias. Retiro del ejército de
los federales hasta pasar Arroyo del Medio. Ratificación de la convención en el término de dos días
por la Junta de Representantes.
También se establecía la determinación de responsabilidades por parte del gobierno directorial y
del Congreso, que habían provocado una guerra cruel y sangrienta. Por haber usurpado el mando
de la Nación. Por haber burlado la instrucciones de los pueblos que representaban en el Congreso.
Investigación de los hechos mediantes juicio público, con lo que se justificaba los motivos
poderosos que impidieron a los federales a declarar la guerra contra Buenos Aires. Auxilios para
resistir la invasión Lusitana de las provincias litorales.
En el tratado se resuelve enviar copia a Artigas, en su condición de Capitán General de la Banda
Oriental, se omite su condición de protector de los pueblos libres.
Con referencia a la navegación de los ríos interiores, determinaba:
a) se declaraba el principio de río cerrado, en los ríos Paraguay y Uruguay navegarían únicamente
los buques de las provincias amigas cuyas costas fueran bañadas por dichos ríos. Se impedía a
Buenos Aires clausurar sus salidas.
b) Acerca del comercio se reservaban las reformas que solicitaren las partes contratantes a la
decisión de los diputados en Congreso.
El pacto de Pilar se trataba de un Convenio tripartito entre las provincias de Buenos Aires, Entre
Ríos y Santa Fe. Esto dará lugar a la ruptura entre Artigas y Ramírez y a su enfrentamiento armado,
del que saldrá victorioso el último produciéndose así el ocaso del Protector de los Pueblos Libres.

-Tratado de Benegas: 24 de noviembre de 1820, suscripto por los representantes de los gobiernos
de Buenos Aires y Santa Fe puso fin a la guerra entre estas dos provincias y logró la pacificación de
ambas, permitiendo el afianzamiento de López gobernador de Santa Fe, por una parte, y del
gobierno de Martín Rodríguez, gobernador de Buenos Aires, por otra. Resulta también, un tratado
previo para el logro ulterior de un proyecto ambicioso de Bustos: la promoción de un Congreso en
Córdoba para organizar el país.
El tratado de Benegas se firmó mediante la gestión mediadora llevada a cabo por Bustos,
gobernador de Córdoba, en la estancia de don Tiburcio Benegas, en las márgenes del arroyo del
Medio.
Los doctores Mariano Andrade y Matías Patrón, diputados por Buenos Aires, y de la otra, Dr. Juan
Francisco Seguí y Pedro Tomás de Larrachea, diputados por Santa fe han acordado y convenido en
los artículos las cláusulas siguientes:
1°. Habrá paz, armonía y buena correspondencia entre Buenos Aires, Santa Fe y sus gobiernos.
2°. Se comprometen a promover la reunión del Congreso dentro de dos meses remitiendo sus
diputados a la ciudad de Córdoba.
3°. Será libre el comercio de armas, municiones y todo artículo de guerra entre las partes
contratantes.
4°. Libertad de los prisioneros.
5°. Son obligados los gobiernos a remover, en sus provincias, todos los obstáculos que pudieran
hacer infructuosa la paz celebrada.
6°. El presente tratado tendrá la aprobación de los gobernadores en el día y dentro de ocho
siguientes será ratificado por las respectivas honorables Juntas Representativas.
7°. Queda garante de su cumplimiento la provincia mediadora de Córdoba.
El tratado se transformaba en una victoria de Buenos Aires sobre el interior. También se trataba
de una verdadera alianza contra Ramírez.
Debe tenerse presente asimismo que en el tratado no se hacía referencia a Ramírez, por cuanto se
realizaba entre Buenos Aires y Santa Fe, resultando aquél un enemigo común. La actitud de
Ramírez contrariaba los intereses de ambas provincias. El tratado de Benegas implicó también,
una violenta ruptura de las estipulaciones del Pacto de Pilar, dejando aislado a Ramírez.
Tampoco se hace referencia al sistema federal de gobierno, lo que implicaba que el congreso
propuesto y al cual se comprometían a promover las provincias pactantes podría decidir la forma
unitaria de gobierno. Ni se habla del problema de la dominación portuguesa de una provincia, la
Banda Oriental, avasallada e invadida.
Este pacto aseguró tranquilidad a Buenos Aires que pudo así consolidar la obra del gobierno de
Martín Rodríguez y su ministro Rivadavia.

2) Congreso de Córdoba de 1812. Bustos y su gravitación política:


En marzo de 1820 comenzó la tarea para el logro de un Congreso general, a realizarse en Córdoba.
Con motivo de su mediación para poner fin a la guerra entre Buenos Aires y Santa Fe, que
culminará con la firma del tratado de Benegas, de cuyo cumplimiento Córdoba resulta garante.
Luego de intervenir activamente en la solución de diferentes conflictos entre distintas provincias,
comenzaron a designarse los diputados. Se firmaron varios tratados de paz o de alianza o se
emitieron instrucciones, en todas las cuales se sometía al Congreso la definición o solución de las
cuestiones pendientes.
Buenos Aires había designado sus diputados que integraron el Congreso en Córdoba, pero trató de
limitarlos en sus funciones mediante instrucciones de carácter público y privado que se les
otorgaran. Buenos Aires trató de desinteresarse de dicho Congreso, con el objeto de lograr su
extinción para volver a la situación anterior a la firma del Tratado del Pilar. Con ello no sólo quería
erradicar el Congreso de Córdoba sino favorecerlo en Buenos Aires para liquidar la posibilidad del
establecimiento de un gobierno de carácter federal.
Las instrucciones tendían a retardar la constitución del Congreso, mediante cuatro pasos o etapas
que podrían sistematizarse de la siguiente manera: 1° la oposición a todo sistema que no fuera el
de unidad; 2° para el caso de no obtenerse una concreta definición acerca del sistema de unidad,
se recurría a la posibilidad que cada provincia en particular podría tener para darse un sistema
independiente; 3° cada estado en particular tendría su representación conforme con la población,
por lo que se desechaba la igualdad de representación en el Congreso; 4° los diputados, para el
caso de optarse por la federación, reclamarían la reintegración de Santa Fe a la Intendencia De
Buenos Aires. A través de estas instrucciones, destruía cualquier intento de organizar un Congreso
y se limitaba la agenda del Congreso a punto sin importancia.
Se determinaba que los diputados sólo se limitarían a invitar a los de las otras provincias reunidas
en Córdoba para acordar algunos puntos formales, con los cuales el Congreso no tendría razón de
existencia. La Junta de Representantes dispuso luego de una discusión que abarcó varias sesiones,
que los diputados solamente acordarían lo siguiente: a) fijar la proporción de la población para
reglar el nombramiento de cada uno de los representantes en el Congreso general; b) adoptar y
publicar un método de elecciones que sirviera en todas las provincias para el nombramiento de
dichos representantes; c) designar el lugar donde deberían reunirse aquéllos, cuando las
provincias fueran invitadas para concurrir con sus respectivas representaciones para fijar el día en
que se instalará el Congreso; d) Buenos Aires decidía, optando por la vía más directa, acogerse a
las disposiciones del Tratado de Benegas (art. 2) que permitía el envío de diputados a Córdoba por
ahora hasta que en unidad elijan el lugar de su residencia futura.
El interior, por intermedio de Bustos, había pensado en un Congreso Constituyente; Buenos Aires,
por intermedio de Rivadavia, quería volver al sistema de pactos.
Se renovaban las argumentaciones con el preciso objeto de liquidar el Congreso de Córdoba.
El 1° de septiembre se emitió un manifiesto, firmado por el gobernador Rodríguez y su ministro
Rivadavia, proponiéndose a la Junta de Representantes: 1) limitarse los diputados a firmar los
pactos que expresamente se especifican, a saber: a) alianza ofensiva y defensiva con todas y cada
una de las provincias contra todo enemigo común; b) alianza para preservar la integridad del
territorio de las provincias contra potencias extranjeras; c) tratado de comercio libre y franco
entre las provincias; 2) la designación de agentes diplomáticos, de común acuerdo, para reclamar
en Europa y América el reconocimiento de la independencia; 3) el compromiso de las provincias
para formar el censo de sus poblaciones y declarar la proporción que debe reglar el nombramiento
de cada representante en el Congreso general; 4) organizar su gobierno interior, para luego de
ello, reunirse en Congreso General en el lugar que determine el Congreso de Córdoba; 5) una vez
resueltas las cuestiones, los diputados debían volver a su capital.
La Junta de Representantes en sesión de septiembre 4, revocó los poderes de los cuatro diputados
designados ante el Congreso a reunirse en Córdoba y se los limitó únicamente para celebrar
convenios con las demás provincias, solamente en cuanto a temas ya determinados por la
representación de Buenos Aires. Conforme con ello se suscribió un tratado de postas y correos.
Buenos Aires resolvió que para el caso de que las restantes provincias se reunieran en Congreso,
sus diputados debían retirarse y regresar a su provincia.
El Congreso no pudo inaugurarse.
Se reordenaba la situación en el litoral, lo que permitiría a Buenos Aires suscribir un Tratado, que
resultó punto de arranque de una política que culminaría con el predominio de la ciudad-puerto y
parte de la campaña, la llamada obra reformista de inspiración rivadaviana en el gobierno de
Martín Rodríguez y la convocatoria y reunión del Congreso 1824-27.

Tratado del cuadrilátero: fue firmado por los representantes de las provincias de Buenos Aires,
Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, el 25 de enero de 1882. Es un documento que lleva por fecha,
desde el 15 de enero hasta el 25 de enero. Como parte integrante del mismo, se firmó uno
reservado o secreto. El primero consta de 17 artículos, el segundo de 4.
Se trata de un tratado de paz, amistad y unión permanente entre las provincias signatarias. Se
establecía el reconocimiento de la libertad, independencia, representación y derechos de cada una
en pie de igualdad; es un pacto de unión contra la invasión extranjera, de auxilio para la defensa
común y una liga para afrontar los ataques a su integridad territorial. Fija los límites territoriales
provisorios de cada provincia hasta la reunión del Congreso General que los fijará definitivamente;
acuerda libertad al territorio de Misiones para formar su gobierno y requerir protección a
cualquiera de las signatarias. Establece la mediación para evitar conflictos armados y la guerra sólo
podía declararse con el consentimiento de todas las provincias contratantes. Concede la libertad
de comercio marítimo. Determina, con su actitud, la extinción total del Congreso de Córdoba
posibilitando, para el caso que llegare la oportunidad, la instalación de un Congreso, cursándose
las provincias las invitaciones pertinentes.
Por las cláusulas secretas se determina: 1) una alianza y liga ofensiva contra españoles,
portugueses o cualquier otro poder extranjero que invada la integridad del territorio nacional o
particular de las cuatro provincias signatarias; 2) Entre Ríos y Corrientes compensen a Santa Fe por
los daños causados a raíz de las campañas llevadas a cabo por Ramírez; 3) dicha indemnización se
estima en 1.000 cabezas de ganado vacuno y 600 caballos, para cada una, a entregar en el término
de dos años y en cuatro plazos de seis meses; 4) Entre Ríos se obliga a satisfacer a Santa Fe los
gastos de su expedición libertadora, regulados en 5.000 pesos, a pagar 1.000 en febrero de 1882 y
los restantes 1.000 cada dos meses, según estado de caja y juicio del gobernador; 5) correspondía
a Corrientes contribuir con 5.000 pesos a Entre Ríos por haberla beneficiado a raíz del
levantamiento del 23 de septiembre del año anterior, en plazos a convenir de 1.500 pesos cada
uno; 6) Entre Ríos y Corrientes quedaban obligados a remover todos los obstáculos que pudieran
perturbar la paz y la mejor armonía acordada.
El tratado no alude a la forma federal del gobierno; no llama a congreso general constituyente,
sino que deja librado a la oportunidad de instalarlo, formulándose en tal caso entre las provincias
pactantes, las invitaciones correspondientes. No hace referencia concreta al problema de la libre
navegación de los ríos, etc.
Es uno de los documentos menos claros y precisos.

3. Congreso de Buenos Aires de 1824: la idea de la reunión de congreso en Buenos Aires es la


resultante de la política, llevada a cabo por el grupo unitario y rivadaviano para intentar organizar
el país desde Buenos Aires. Las circunstancias favorecían la acción, excepto Buenos Aires que
había consolidado sus instituciones y preconizaba una política de pacificación, las demás
provincias no lograban la estabilidad y se debatían en medio de luchas generalmente por el
predominio del poder. Buenos Aires, se encontraba en situación privilegiada y ofrecía las
condiciones propicias para la reunión de una asamblea constituyente. Resolvió los problemas
institucionales mediante leyes que eran dictadas por una Junta de Representantes que se había
declarado extraordinaria y constituyente, y que al elevar la representación al número doble que el
que anteriormente poseía, otorgaba diputaciones a la extensa campaña bonaerense y a la
población patagónica mediante un diputado.
La ley del 11 de agosto de 1821 establecía el sufragio universal en la Provincia, mediante elección
directa de los representantes que debían completar la representación extraordinaria y
constituyente, siendo hábil para elegir todo hombre libre, natural del país o avecinado en él desde
la edad de 20 años o antes si fuera emancipado. Mediante estas resoluciones se determinaba que
las leyes emanadas de la Sala de Representantes tenían fuerza constitucional y eran emitidas por
representantes surgidos del voto universal.
Con la firma del Tratado del Cuadrilátero, implicaba el establecimiento de un período de paz en el
litoral y también el volver Buenos Aires a ser el eje motor de los intereses políticos litoraleños.
El 16 de agosto de 1822 la Junta de Representantes, autorizaba al gobierno para negociar la
cesación de la guerra del Perú, poniéndose previamente de acuerdo con los pueblos de la antigua
Unión y con los estados de Chile y Lima, con la adopción de todas las medidas pacíficas para
establecer la tranquilidad y orden en los pueblos de la antigua Unión. La política bonaerense era la
de gobernar pacíficamente en la Provincia y desde allí para el país, necesitando pacificar el
territorio nacional y acordar las bases para terminar por vía diplomática los conflictos externos.
Buenos Aires inició una política de acercamiento hacia los gobiernos y los pueblos de la Unión
Antigua, misión encomendada a Zavaleta, dirigiendo una circular a los gobernadores en la que
señalaba la necesidad de la reunión de todas las provincias en el cuerpo de una Nación
administrativa bajo el sistema representativo y cada una de ella entrará a un orden de paz
sostenido por los pueblos y los gobiernos.
La circular era obra de Rivadavia, que obraba como gobernador delegado de la provincia por
ausencia temporal de Martín Rodríguez.
En fecha de 27 de febrero de 1824, en ejercicio de la soberanía ordinaria y extraordinaria, dictó
una ley por la cual facultaba plenamente al gobierno para invitar a los pueblos de la Unión para
reunir la representación nacional, en el lugar que determinaba la mayoría de ellos. Todos excepto
San Luis que propuso como sede a Tucumán, votaron para que fuera sede del Congreso la ciudad
de Buenos Aires.
El Congreso se inclinó bajo mejores auspicios ya que todas las provincias enviaron a todos sus
representantes, instalándose el 16 de diciembre de 1824.

Ley Fundamental: En enero 23 de 1825 en Congreso dictó una ley fundamental, por la que se
declaraba soberano para entender en todos los asuntos relativos a la organización nacional y para
dictar una nueva constitución que debía ser aprobada por los gobiernos del interior. Hasta que
dicha constitución se promulgara, cada provincia continuaría con su gobierno y leyes propias. El
proyecto de la ley fue presentado por el diputado Francisco Acosta, de Corrientes, el 22 de
diciembre de 1825. El proyecto contaba con 18 artículos. Estos se referían a la denominación del
país que sería el de provincias Unidas del Río de la Plata en Sudamérica, las cuales se regirían por
sus propias instrucciones hasta la promulgación du la Constitución que dictare el Congreso
Nacional, reservándose el derecho de aceptar o repudiar la misma en la forma que acordaron,
quedando obligadas a la aceptación mediando la de los dos tercios de los habitantes. Se establecía
una firme liga para la defensa común, la seguridad de la libertad de las provincias, independencia
mutua, y general felicidad, obligándose a asistir a cada una de las demás contra toda violencia y
ataques hechos sobre ellas por motivos de religión, etc. Los ciudadanos libres de cada provincia
tendrían todos los privilegios de tráfico y comercio sujetos a los mismos deberes, imposiciones y
restricciones que sus habitantes de las otras. Se establecía la extradición de los criminales, los
fueros parlamentarios de los miembros del Congreso y se determinaban los límites de las
autonomías provinciales al establecer que el gobierno debía obtener el consentimiento de las
Provincias Unidas para la designación de embajadores, suscribir acuerdos, tratados, etc.
Se propiciaba en este proyecto la constitución de un poder ejecutivo que tendría a su cargo lo
referido a las relaciones exteriores, la guerra para la defensa común y los intereses de la Nación.
Atribuía al Congreso la facultad exclusiva para resolver las disputas sobre límites y jurisdicciones,
valor de moneda, pesos y medidas, el tránsito interprovincial y problemas relacionados con
indígenas.
La Comisión del Congreso redujo el proyecto a 8 artículos, por lo cual Acosta retiró el suyo
quedando el texto sancionado en la forma propuesta por la comisión.

Artículo 1°: Las provincias del Río de la Plata Reunidas en congreso reproducen por medio de sus
diputados y del modo más solemne, el pacto con que se ligaron desde el momento en que
sacudiendo el yugo de la antigua dominación española se constituyeron en nación independiente,
y protestas de nuevo emplear todas las fuerzas y todos sus recursos para afianzar su
independencia nacional, y cuanto pueda contribuir a la felicidad general.
Artículo 2°: El Congreso general de las Provincias Unidas del Río de la Plata es, y se declara
Constituyente.
Artículo 3°: Por ahora, y hasta la promulgación de la Constitución, que ha de reorganizar el Estado,
las provincias se regirán por sus propias instrucciones.
Artículo 4°: Cuanto concierne a los objetos de la independencia, integridad, seguridad, defensa y
prosperidad nacional es del resorte privativo del Congreso General.
Artículo 5°: El Congreso expedirá progresivamente las disposiciones que se hicieren indispensable
sobre los objetos mencionados en el artículo anterior.
Artículo 6°: La Constitución, que sancionare el congreso será ofrecida oportunamente a la
consideración de las provincias y no será promulgada, ni establecida hasta que haya sido
aceptada.
Artículo 7°: Por ahora, y hasta la elección del poder ejecutivo nacional, queda este
provisoriamente encomendado al gobierno de Buenos Aires con las facultades siguientes:
Primero: desempeñar todo lo concerniente a negocios extranjeros, nombramiento y recepción de
ministros y autorización de los nombrados.
Segundo: celebrar tratados, lo que no podrá ratificar sin obtener previamente especial
autorización del congreso.
Tercero: ejecutar y comunicar a los demás gobiernos todas las resoluciones que el congreso expida
en orden a los objetos mencionados en el artículo 4°.
Cuarto: elevar a la consideración del congreso las medidas que estime conveniente para la mejor
expedición de los negocios del Estado.
Artículo 8: esta les se comunicará a los gobiernos de la provincia por el presidente del Congreso.

Ley de Presidencia-Debates-Elección de Rivadavia: Esta ley se originó en un proyecto de resolución


del diputado Bedoya, por el cual se declaraba la necesidad de la instalación del poder ejecutivo
permanente, la comisión de negocios constitucionales presentaría las bases para la creación de
dicha magistratura, con las calidades que le correspondieran.
Varis fueron las objeciones, entre ellas, que la designación de un ejecutivo permanente era resorte
de la Constitución, que aún no había sido sancionada y que las atribuciones debían ser
determinadas por las provincias, por lo que consideraba que sólo podría darse el título de
presidente provisorio. Por otra parte, se señalaba que por ley de noviembre de 1825 se había
resuelto duplicar la representación de las provincias ante el Congreso, pero no todas las provincias
habían enviado aún a sus nuevos diputados, razón por la cual aprobar la ley en estas condiciones
sería una burla para las provincias ausentes.
La ley consta de 7 artículos. Determinaba que siendo oportuna y urgente la instalación del
ejecutivo nacional permanente, debería el Congreso nombrar a la persona que lo desempeñara, la
que sería elegida a simple mayoría de los diputados presentes. Si después de tres votaciones no se
alcanzara la mayoría simple requerida, debería circunscribirse la votación a los tres candidatos
más votados, excluyéndose al que tuviera menor número de votos y votándose por los dos
restantes. En caso de subsistir empate decidirá el presidente del Congreso.
El electo tendría el título de presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata con el
tratamiento de excelencia y los honores correspondientes al jefe supremo del Estado, durando en
el ejercicio de sus funciones el tiempo que estableciera la Constitución, el cual se computaría
desde el día en que se tomara la posesión. El presidente debía prestar juramento y se
comprometería a cumplir la Constitución que se sancionare, proteger la religión católica, defender
y conservar la integridad e independencia del territorio de la Unión bajo la forma representativa
republicana. Sus facultades serían otorgadas al gobierno de Buenos Aires como encargado
provisorio del poder ejecutivo nacional y las que ulteriormente se le acordaren.
Con la sanción de la ley se puso en marcha la institución de la presidencia de la república. En la
sesión del 7 de febrero se procedió a la elección con 38 representantes presentes. Bernardino
Rivadavia fue elegido presidente con 35 votos a su favor. Al día siguiente el Congreso recibió el
juramento de ley a Rivadavia.

Ley Capital: el 9 de febrero de 1826, al día siguiente de hacerse cargo de la presidencia de la


República, Bernardino Rivadavia, envió un proyecto de ley al Congreso, por el cual se declaraba a
Buenos Aires capital del Estado, se ampliaban sus límites que quedaban bajo la inmediata y
exclusiva dirección de la legislación nacional y del presidente de la República, se declaraban
nacionales a todos los establecimientos de la Capital, lo mismo que todas las acciones, deberes y
empeños contraídos por la provincia de Buenos Aires, organizándose una provincia en el resto de
ésta e ínterin quedaba su territorio bajo la inmediata dirección de las autoridades nacionales.
Esta pretensión de relegar a la provincia de Buenos Aires suscitó una profunda reacción que, por
contrapartida, consolidó otras formas políticas de oposición creándose un poderoso partido
federal en la misma.
El proyecto fue aprobado en general, con 24 votos a favor y 14 en contra.
Artículo 1°: La ciudad de Buenos Aires es la capital del Estado.
Artículo 2°: La capital con el territorio que abajo se señalará quedaba bajo la inmediata y exclusiva
dirección de la legislatura nacional y del presidente de la República.
Artículo 3°: Todos los establecimientos de la capital son nacionales.
Artículo 4°: Lo son igualmente todas las acciones, no menos que todos los deberes y empeños
contraídos por la Provincia de Buenos Aires.
Artículo 5°: Quedaba solemnemente garantido el cumplimiento de las leyes dadas por la misma
Provincia, tanto las que consagran los primeros derechos del hombre en sociedad, como las que
acuerdan derechos especiales en toda la extensión de su territorio.
Artículo 6°: Corresponde a la capital del Estado todo el territorio que se comprende entre el
Puerto de las Conchas y el de la Ensenada; y entre el Río de la Plata y el de las Conchas, hasta el
puente llamado de Márquez, y desde éste, tirando una línea paralela al Río de la Plata, hasta dar
con el de Santiago.
Artículo 7°: En el resto del territorio pertenece a la Provincia de Buenos Aires se organizara por ley
especial una provincia.
Artículo 8°: Entretanto dicho territorio quedaba también bajo la dirección de las autoridades
nacionales.
Sala del Congreso, en Buenos Aires, a 4 de marzo de 1826.
Alejo Villegas Manuel De Arroyo Pinedo, Secretario Presidente.
El poder ejecutivo promulga la ley el día 6, y el 7 comunica al gobernador de Buenos Aires, quién
de inmediato eleva los antecedentes a la Junta de Representantes. Pero en seguida el presidente
Rivadavia da otro decreto, anulando a la Provincia de Buenos Aires como entidad política.
Buenos Aires, marzo 7 de 1826.
En consecuencia de la ley sancionada por el Congreso General Constituyente en 4 del presente
mes de marzo, el Presidente de la República, declara:
Artículo 1°: Que el gobierno de la Provincia de Buenos Aires ha cesado en el ejercicio de sus
funciones.
Artículo 2°: Que dicha ley y esta resolución se circulen a todas las corporaciones, tribunales y jefes
de oficinas de dicha provincia, para que, dado a una y otra el más pronto cumplimiento, se pongan
a disposición del ministerio a que correspondan.
Artículo 3°: Que los ministros por los departamentos respectivos, impartan desde luego a dichas
corporaciones, tribunales y oficinas las órdenes que demande el servicio público.
Artículo 4°: Que el ministro de gobierno queda especialmente encargado de la ejecución de la
presente, que se publicará en el registro nacional.

4) Constitución 1826. Organización e importancia. Su rechazo.


La Constitución de 1826 está dividida en diez secciones con un total de 121 artículos.
-Sección primera, de la Nación y su culto: es para siempre libre e independiente, no será jamás
patrimonio de una persona o familia. La religión era la católica apostólica romana, a la que
prestaría la más eficaz y decidida protección, debiéndola respetar sus habitantes, sean cuales
fueren sus opiniones religiosas.
-Sección segunda, de la ciudadanía: eran ciudadanos, a) todos los hombres libres nacidos en su
territorio y los hijos de éstos, donde quiera que nazcan; b) los extranjeros que hubieren combatido
o combatieren en los ejércitos de mar o tierra de la República; c) los extranjeros establecidos en el
país desde antes de 1816 y que se inscribieran en el registro cívico; d) los que se establecieren
después de dicha fecha, que obtengan carta de ciudadanía. Los derechos de ciudadanía se
presidían: a) por la aceptación de empleos, distinciones o títulos de otras naciones sin la
autorización del Congreso; b) por sentencia que se impusiera infamante, mientras no se obtuviera
rehabilitación conforme a la ley. Y se suspende: a) por no haber cumplido 20 años de edad, no
siendo casado; b) por no saber leer ni escribir; c) por la naturalización de otro país; d) por el estado
de deudor fallido declarado tal; e) por ser deudor del tesoro público legalmente ejecutado sin
cumplir la deuda; f) por ser criado a sueldo, peón jornalero, simple soldado de línea, notoriamente
vago legalmente procesado en causa criminal, en que pueda resultar pena corporal o infamante.
-Sección tercera, de la forma de gobierno: la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma
representativa, republicana, consolidada en unidad de régimen y delega al efecto el ejercicio de su
soberanía en los tres poderes clásicos.
-Sección cuarta, del poder legislativo (capítulo 1° de la cámara de representantes; cap. 2° del
senado; cap. 3° de las atribuciones comunes a ambas cámaras; cap. 4° de las atribuciones del
congreso; cap. 5 de la formación de las leyes): estaba formado por un Congreso compuesto por
dos cámaras: de representantes y senadores. La de representantes se componía de diputados
elegidos directamente a simple pluralidad de sufragios en proporción de uno por quince mil
habitantes o fracción que iguale el número de ocho mil. Se determinaban las condiciones para
ejercer el cargo, debería tener 7 años de ciudadanía antes de su nombramiento, 25 años
cumplidos, un capital, profesión, arte u oficio útil y que no estuviera dependiente del poder
ejecutivo por servicio a sueldo. La cámara del senado estaba compuesta por senadores nombrados
por la capital y provincias, mediante el sistema de elecciones que se determina; deberían tener 36
años cumplidos. 9 de ciudadanía, capital o renta; habrían de durar 9 años en el cargo,
renovándose por tercios cada trienio. Correspondía al senado juzgar en juicio público a los
acusados por la sala de representantes. Ambas cámaras tenían atribuciones comunes, la
interpolación parlamentaria. El Congreso poseía atribuciones específicas.
El capítulo quinto de esta sección se refería a la formación y sanción de las leyes, que podían tener
principio en cualquiera de las cámaras. Aprobado un proyecto por una cámara se pasaba a la otra
para que, discutido, lo aprobara o desechara, no pudiendo repetirse el rechazo en las sesiones del
mismo año. Aprobados por ambas cámaras los proyectos pasarían al ejecutivo que, si los suscribía
o no los devolvía objetados en el término de 10 días tendrían fuerza de ley; caso contrario, al
devolverlos, deberían ser reconsiderados por ambas cámaras, con dos tercios de sufragios en cada
una, mediante votaciones nominales.
-Sección quinta, del poder ejecutivo (capítulo 1° naturaleza y calidades de este poder; cap. 2° de la
forma y tiempo de la elección del presidente; cap. 3° de las atribuciones del poder ejecutivo; cap.
4° de los ministros): sería desempeñado por un ciudadano con el título de presidente y con las
calidades exigidas para senados; duraba 5 años en el cargo y no podía ser reelecto a continuación.
El presidente del senado lo reemplazaba en caso de ausencia o enfermedad o mientras se proceda
a nueva elección por fallecimiento.
Las resoluciones del presidente debían ser autorizadas por 5 ministros secretarios (de gobierno,
negocios extranjeros, guerra, marina y hacienda).
Los ministros formaban el consejo de gobierno que asistiría con sus dictámenes al presidente. Los
ministros no podían tomar determinaciones por sí solos y eran responsables por su firma, en
concurrencia con el presidente.
-Sección sexta, del poder judicial (capítulo 1° de la corte suprema de justicia): era ejercido por la
Alta Corte de Justicia, tribunales superiores y demás juzgados establecidos por la ley. La Corte
estaba compuesta por 9 jueces y 2 fiscales, designados por el presidente de la República con
acuerdo del senado, deberían ser letrados con 8 años de ejercicio y 40 de edad, con las demás
condiciones exigidas para senador.
-Sección séptima, de la administración provincial (capítulo 1° de los gobernadores; cap. 2° de los
tribunales superiores de justicia; cap. 3° de los consejos de administración): se dividía en tres
capítulos, el primero referido al los gobernadores, el segundo a los tribunales superiores de
justicias, el tercero a los consejos de administración. El gobernador de provincia era un funcionario
bajo inmediata dependencia del ejecutivo, designado a propuesta en terna del consejo de
administración. Debía tener 30 años de edad y las condiciones requeridas para ser senador; se
encargaba de ejecutar en las provincias las leyes generales emanadas de la legislatura nacional, los
decretos del presidente de la República y las disposiciones particulares de los consejos de
administración. Se establecían tribunales superiores de justicia en las capitales de provincia que la
legislatura juzgara convenientes, los que conocerán en los recursos de los tribunales inferiores; se
compondrán de jueces letrados nombrados por el presidente de la República a propuesta en terna
de la Alta Corte de Justicia.
Los consejos de administración, eran organismos administrativos de fomento, policía interior,
educación primaria, obras públicas y establecimientos costeados y mantenidos por sus propias
rentas. Se componían de un número de personas no mayor de 15 ni menor de 7, elegidos
popularmente por nombramiento directo y funcionaban en las capitales de provincia.
Los consejos duraban en sus funciones 2 años, siendo reemplazados por mitades anualmente, no
recibían compensación por sus servicios y no respondían por sus opiniones, las que quedaban
libradas a la censura pública.
-Sección octava, de disposiciones generales: se determinaban las declaraciones, derechos y
garantías: los habitantes del Estado estaban protegidos en el goce de su vida, reputación, libertad,
seguridad y propiedad; los hombres eran iguales ante la ley; se determinaba la libertad de publicar
las ideas sin censura previa. Las acciones privadas de los hombres quedaban exentas de la
autoridad de los magistrados, nadie podía ser obligado a hacer lo que no mandaba la ley, ni
privado de lo que ella no prohíbe. También se declaran las normas generales referentes a lo que se
denomina el debido proceso y las garantías de defensa en juicio.
-Sección novena, de la reforma de la constitución: la constitución podía reformarse en todo o en
parte por el mismo organismo legislativo. La idea de reforma exigía el apoyo de la cuarta parte de
los miembros concurrentes: en forma ordinaria serían necesarias las dos terceras partes de votos
de cada una de las salas para sancionarse el o los artículos reformados. Si el ejecutivo disintiera,
reconsiderada la materia en ambas cámaras, se requerirá la concurrencia de las tres cuartas partes
por lo menos de cada una de ellas para sancionar la necesidad de la reforma, que se verificaría con
los dos tercios de cada sala. Verificada la reforma, pasaba al poder ejecutivo para su publicación y
en caso de ser devuelta, se exigía para la última sanción una mayoría de tres cuartas partes de
sufragios.
-Sección última, de la aceptación y observancia de esta constitución: debía ser presentada al
examen y libre aceptación de la capital y provincias por el órgano de las juntas, que en ellas
existan, o que se formen al efecto. La aceptación de las dos terceras partes de las provincias,
incluyendo la capital, sería suficiente para que se pusiera en práctica entre ellas, conservando
relaciones de buena inteligencia con las que retardaran su consentimiento, salvo el caso de
autorizar al Congreso especialmente para ello. Una vez aceptada se instalaría la primera
legislatura, jurándosela solemnemente en todo el territorio, debiéndose, luego de ello, atacar sus
disposiciones.
Es una constitución unitaria, centralista, absorbente, y no respondía a la realidad de su momento.
Esta constitución fue aprobada por el Congreso, aunque rechazada por las provincias, debido a su
forma unitaria del gobierno, y arrastrada en la caída del presidente Rivadavia a partir del tratado
de paz firmado con Brasil el 24 de mayo de 1827.

BOLILLA N° 9
1) Ley de 3 de julio de 1827 y posterior elección de Dorrego.
El 27 de junio de 1827, renunciaba el presidente Rivadavia, ante el rechazo por parte de las
provincias de sus planes unitarios. El congreso aceptó su renuncia.
El problema suscitado por la renuncia del primer mandatario determinó que varios señores
legisladores presentaran proyectos tendientes a solucionar el problema. En base a ellos se
sancionó la ley del 3 de julio, por la cual se organizaba el gobierno provisorio, se determinaban sus
deberes y facultades, se procedía a la reunión de una convención nacional y se dictaban
disposiciones generales referentes a la nueva administración.
Conforme con el artículo 1° de la ley se procedería al nombramiento del presidente de la
República, en calidad de provisorio, hasta la reunión de la convención nacional que también se
determina. Las funciones de ejecutivo provisorio quedan limitadas: a) a lo concerniente a paz,
guerra, relaciones exteriores y hacienda nacional; b) respecto al banco nacional las facultades
inherentes por ley de creación; c) dirigirá el gobierno de la ciudad y territorio de Buenos Aires
hasta la reunión de la convención; d) procederá a invitar a las provincias a la más pronta reunión
de una convención nacional, que podrá componerse de un diputado por cada una de ellas, en el
lugar a elegir. De acuerdo con la norma expresada se eligió al doctor Vicente López, quién reunió
45 votos. Si bien López renunció, el congreso rechazó la dimisión por 48 votos contra 3, iniciando
su mandato el día 7, con lo que podríamos denominar gobierno de coalición, en el cual estarían
representadas las diferentes tendencias: unitarias, federales, bonaerenses, en este último caso,
personas que querían volver a las instituciones de las cuales la Provincia había sido despojada.
Con referencia al Congreso, la ley determinaba que se abstendrá de tratar otros negocios que no
sean los expresados en el artículo 2 (paz, guerra, relaciones exteriores y hacienda nacional)
excepto en casos muy urgentes y quedaría disuelto en el momento que tenga conocimiento oficial
de la instalación de la convención. También recomendaba a las provincias la conservación de un
cuerpo deliberante hasta la instalación de un nuevo congreso.
En cuanto a la Convención Nacional, el ejecutivo provisorio procedería a invitar a las provincias a la
reunión de una convención nacional, que podrá componerse por ahora por un diputado por cada
una y cuyos objetivos serían: a) reglar su misma representación en sus formas y en el número de
sus miembros según las instrucciones que reciban de sus provincias; b) nombrar presidente de la
República; c) proveer cuanto estimen conveniente en las actuales circunstancias de la nación; d)
recibir los votos de las provincias sobre la aceptación o repulsa de la constitución o sobre diferir su
pronunciamiento hasta mejor oportunidad.
Pronunciamiento por separación de diputados, si las provincias se hubieren pronunciado sobre la
separación de sus diputados después de haber tenido conocimiento de la ley e insistieran en su
remoción, cesarían en el ejercicio de sus poderes.
Restablecimiento de la provincia de Buenos Aires, se determina que la ciudad de Buenos Aires y
todo el territorio de su antigua provincia se reuniría por los representantes que deja, en el modo y
forma en que lo hacía anteriormente, para deliberar sobre su carácter político y demás derechos,
según las actuales circunstancias y para nombrar su diputado para la convención nacional.
Guerra civil y guerra nacional, el presidente emplearía sus esfuerzos para hacer cesar la guerra civil
y se le recomendaba el gran objeto de la guerra nacional y la adopción de los medios más
enérgicos para que los pueblos concurrieran a ella del modo que demandare el honor nacional.

Elección de Dorrego: de conformidad con la ley del 3 de julio, se llamó a elecciones para
representantes a la Legislatura, conforme con la ley de agosto de 1821 y los representantes
nombrados por la ciudad y territorio de la Provincia quedaron convocados para la reunión del 3 de
agosto. EL 12 eligieron a Dorrego gobernador y capitán general de la Provincia; al día siguiente el
presidente decretó que Dorrego quedaría en posesión del cargo conforme con la ley del 23 de
diciembre de 1823. El 17 de agosto la Junta de Representantes removió a los diputados de la
provincia de Buenos Aires, los cuales abandonaron de inmediato el Congreso. Ante el alud de
acontecimientos López renunció y el Congreso se declaró disuelto, recomendando a la Legislatura
de Buenos Aires y su gobierno, la dirección de la guerra y las relaciones exteriores, el pago de una
deuda contraída para atender gastos nacionales y la negociación nuevos empréstitos.
De tal manera los intereses generales de la Nación, pasaron al gobernador de la provincia de
Buenos Aires Manuel Dorrego.
La política de Dorrego, intentaba la organización nacional, partiendo de tratados de amistad,
ayuda y confraternidad. La Nación se organizaba bajo un sistema federal. También se llamaría a
una convención nacional previa con visitas a la reunión ulterior de un congreso constituyente.
En esta política de tratados, para afrontar las contingencias de la guerra y consolidar la paz
interior, parecía ser proficua y concreta, atendía a las realidades nacionales.
Tratados interprovinciales:
A- Tratado entre Córdoba y Buenos Aires: celebrado en septiembre de 1827, es uno de los
tratados bilaterales con que se inicia la política de Dorrego de pacificación y unión en base a
estipulaciones o convenciones. Se establecía que las partes tenían como objetivos comunes: a)
asegurar la libertad y derechos de los pueblos; b) establecer sólidamente la paz interior de las
provincias; c) lograr una mutua cordialidad y confianza recíproca; d) sostenerse mutuamente; e)
establecer una igualdad de derechos entre ambas; f) defender las actuales instituciones de ambas
provincias; g) formar una nación con la base de todas las provincias; h) cooperar con la guerra
contra el emperador de Brasil.
Al mismo tiempo Buenos Aires se comprometía al nombramiento de dos diputados para la
Convención que se habría de reunir en Santa Fe o en San Lorenzo para reglar los negocios
generales del país, la que tratarán de hacer reunir el 1° de noviembre. Los diputados a la
Convención deberían llevar instrucciones para los siguientes objetivos: nombrar un ejecutivo
nacional provisorio para objetos de paz, guerra y relaciones exteriores; autorizarlo para los gastos
que ello demande con los fondos sobre el crédito común; dar bases al congreso constituyente a
reunirse; fijar la forma de gobierno, que debería ser federal; y proveer a la seguridad del país en
las circunstancias en que se halle a la firma del tratado. Ambas partes se comprometían a
organizar las fuerzas para la lucha contra el imperio de Brasil y Buenos Aires, especialmente al
refuerzo de sus efectivos.

B- La denominada convención de amistad y buena armonía celebrada por los gobiernos de Santa
Fe y Buenos Aires: celebrado en octubre de 1827, tendía a consolidar los vínculos de verdadera y
sólida amistad entre ambo, para la prosperidad y felicidad entre ambas provincias. Santa Fe se
comprometía a sostener los derechos y la libertad de la Provincia Oriental, obligándose a mandar
en su auxilio una división de caballería bajo las condiciones que establecían y a interponer su
influencia para la pronta reunión de la Convención.

C- El pacto de amistad entre Buenos Aires y Entre Ríos: celebrado en octubre de 1827, hace
referencia a la reorganización nacional, a la prosecución de la guerra contra el emperador del
Brasil, al logro de la evacuación del territorio oriental expulsaron a las tropas invasoras. Delegaba
en la provincia de Buenos Aires las relaciones exteriores, hasta tanto la convención u otro
organismo determinara quién habría de presidir la República. Aconsejaba la instalación de una
Convención nacional, prefiriendo ésta a un congreso constituyente, obligándose a conformarse
con la mayoría.

D- El pacto de amistad celebrado con la provincia de Corrientes: el 11 de diciembre de 1827,


determinaba el restablecimiento de la sólida amistad y confianza mutua entre ambas provincias.
Las partes se comprometían a la ayuda mutua y recíproca, a la protección de las actuales
instituciones, a la defensa de la integridad del territorio contra la agresión exterior. Se empeñaban
en reunirse en nación conjuntamente con las demás provincias y cooperar para dar el más rápido
impulso a la continuación de la guerra, comprometiéndose a sostener los gastos a prorrata con las
demás provincias y en proporción a su población.

Convención de Santa Fe: conforme con el pacto multilateral del 17 de mayo de 1827, las provincias
signatarias invitaban a las demás no coaligadas a formar un nuevo Congreso para constituir el país
bajo la forma federal de gobierno y los representantes llevarían mandato expreso en cuanto a
dicho tema, disposición con la concordaría la ley del 3 de julio de 1827, al determinar que el
ejecutivo nacional provisorio procedería a invitar a las provincias a la mas pronta reunión de una
Convención Nacional, que podía componerse de un diputado por cada una en el lugar que las
mismas eligieran.
De acuerdo con las estipulaciones acordadas por los gobiernos de Córdoba y de Buenos Aires de
fecha de 21 de septiembre de 1827, esta última se comprometía al urgente envío de dos
diputados para la Convención que tendría por objeto reglar los negocios generales del país y cuyo
asiento sería Santa Fe o San Lorenzo. Las instrucciones de los diputados eran taxativas.
Buenos Aires aceptaba la realización de una reunión en un lugar ajeno a ella, lo que significaba
eliminar roces y resquemores que la acción del Congreso de 1824-27 había provocado. La Junta de
Representantes de Buenos aires aceptó días después de ser firmada la convención (20 y 24 de
octubre de 1827) la invitación de Córdoba para concurrir a una Convención nacional a realizarse
en San Lorenzo, en Santa Fe o en el lugar que se designare, con la concurrencia de dos diputados,
elegidos conforme a la ley provincial, reservándose las bases con que los mismos concurrían a la
reunión. Las instrucciones de los diputados eran taxativas: a) nombrar un ejecutivo nacional
provisorio, para objeto de paz, guerra y relaciones exteriores; b) autorizar los gastos con los
fondos proporcionados por el crédito común; c) dar bases al congreso constituyente, que se
debería reunir en el tiempo que por la convención se designara; d) deslindar con precisión las
atribuciones y deberes del congreso constituyente; e) fijar la forma de gobierno, que debería ser la
federal y proveer a la seguridad del país en las circunstancias actuales. En este último artículo daba
los fundamentos de la Convención Nacional, entendiéndose dos pasos para su concreción; 1-la
reunión de la Convención para los fines expresados; 2-dar las bases al congreso que debería
reunirse a posteriori.
Las instrucciones sancionadas por la Junta de Representantes determinaban: a) la reunión en el
lugar que la mayoría determinara, aún cuando se señalaba como sede a Santa Fe o a San Lorenzo;
b) los objetivos de la reunión serían los comprendidos en los pactos, reservándose la aceptación o
rechazo de las estipulaciones emanadas de sus componentes; c) reconocería al Ejecutivo General
Provisorio nombrado por la Convención, en los asuntos específicos o sea guerra, paz y relaciones
exteriores, entendiéndose que en los demás la provincia quedaba en libertad para gobernarse por
sus propias instituciones o las que quisiere adoptar en lo futuro; d) el Ejecutivo General Provisorio
debería remitir a la Convención un reglamento acerca de sus atribuciones, que sería aprobado por
las provincias en cuanto no estuviera en colisión con las estipulaciones que éstas admitieran en el
seno del Cuerpo; e) al concluir su cometido la Convención debería determinar la autoridad que
autorizara al Poder Ejecutivo Provisorio para la ratificación de los tratados de paz con el Brasil; f) el
Ejecutivo Provisorio no podría hipotecar las rentas de algunas provincias, imponer derechos o
contribuciones ni disponer de las rentas propias de éstas; g) solamente el ejecutivo provisorio
podría afectar sobre la masa común para las atenciones generales, dentro o fuera de la República,
quedando separada su tesorería de las provinciales; h) las provincias debían concurrir con el
contingente de hombres y fondos conforme con su población, comprometiéndose la de Buenos
Aires a un doble aporte de fondos, ínterin continuarán la contingencias de la guerra; i) la
convención no tendría injerencia en los asuntos particulares de cada pueblo; j) la representación
provincial podía destituir a los diputados designados por la convención o el congreso; los
representantes debían seguir fielmente las instrucciones y en caso de duda consultarían a su
legislatura, no pudiendo tomar determinaciones hasta tanto recibieran la respuesta, bajo pena de
severa sanción.
La Convención Nacional se instaló en Santa Fe el 25 de septiembre de 1828,(con nueve provincias)
reunió solo nueve provincias. Se había resuelto su instalación con el número de diputados que
existieren, en cuanto se tuviera conocimiento oficial de haberse recibido los tratados de paz
celebrados entre la República y el Imperio de Brasil, debiendo concurrir los diputados de las
provincias que hubieran aceptado integrarla. El Cuerpo Nacional se había instalado por las
exigencias de las circunstancias y debían limitarse en lo posible a tratar los negocios de
indispensable urgencia.
Durante la primera etapa de la instalación del Cuerpo, debió enfrentar muchos problemas debido
a los conflictos entre Bustos y Dorrego que competían por organizar el país desde el punto de vista
de los intereses de sus respectivas provincias. El Cuerpo debió tomar decisiones importantes,
teniendo Dorrego la necesidad de confirmar los tratados preliminares de paz con Brasil.
La revolución del 1° de diciembre de 1828 modificó notablemente el panorama político y el
carácter del Cuerpo Nacional establecido. La muerte de Dorrego y el avance del ejército de Lavalle
provocaron la alarma, debiéndose tomar medidas pertinentes. Para ello, se acordó aprobar el
proyecto de ley presentado por el diputado Oro. Este proyecto fue aprobado el 19 de febrero de
1829 junto con otro proyecto de ley cuyo artículo 3 expresaba que la representación nacional
establecida en Santa Fe tenía intensiones de sostener con las naciones extranjeras las mismas
relaciones amistosas que había mantenido Dorrego como encargado de negocios generales. Pero
la debilidad del cuerpo nacional era evidente a pesar de que la figura de López había aumentado
su prestigio. Esto último acrecentó la influencia del gobernador santafesino sobre el Cuerpo
Nacional, que lo designó jefe de ejército que enfrentaría a Lavalle. El hecho de que López se
hubiera convertido en sustento del cuerpo quedó demostrado cuando se le rechazó al gobernador
su renuncia a la jefatura del ejército.
Sin embargo, la Convención, no trató los temas propuestos y resultó un fracaso. Se limitó a
aprobar la paz con el Brasil sin tomar ninguna medida de trascendencia a escala nacional.
Liga Unitaria: -La ceración de la Liga: con Paz en una posición estratégica como lo era en Córdoba,
se fue creando un aliga que llegó a reunir la mayoría de las provincias. El año 1830, sorprende a las
provincias agrupadas en dos grupos territoriales que se convierten en dos grandes ligas políticas:
la del interior, formada por el jefe de los unitarios, general Paz, y la del litoral, de esencia y
vocalización federalista. Ambas se encaminaban a la organización nacional; mientras el litoral
exige un congreso constituyente de carácter federativo, las provincias del centro y norte, bajo
coacción militar, evolucionan transitoriamente hacia el unitarismo y la centralización.
La Liga Unitaria se fue constituyendo mediante los siguientes pactos:
a) El pacto del 3 de abril de 1830, celebrado entre Córdoba y Mendoza: por éste, Mendoza
quedaba sometida a la acción de Córdoba, que la había ocupado militarmente; el gobierno
renunciaba y delegaba el mando político y militar a las 24hs de verificado el canje de las
ratificaciones debiendo hacerlo en una persona que no hubiera pertenecido activamente a los
gobiernos beligerantes, el gobierno de Mendoza debía otorgar una amplia garantía para las
personas refugiadas en los territorios limítrofes, disponiéndose la libertad de los presos por causas
políticas. Es un convenio de paz y amistad, firmado entre una provincia ocupante y otra vencida y
que debe, someterse a la vencedora, pero ello, constituye un antecedente de la reunión de las
provincias del interior bajo la égida de Córdoba.
b) El pacto celebrado entre San Juan y Córdoba el 16 de abril de 1830, También en un convenio
por el cual la primera quedaba sometida a la acción de la segunda, desligándose de los federales.
En su artículo 1° el gobierno de San Juan declaraba que el de Córdoba no le había inferido
perjuicios ni agravios, que había estado sometido a la autoridad de Quiroga y, al reconocer a la
Convención nacional, lo había hecho en la inteligencia de constituir ésta el gobierno central; por
los artículos siguientes se determinaba la vuelta de los desterrados, la libertad para emitir ideas
políticas diferentes; asimismo disposiciones militares y las contribuciones necesarias para afrontar
los gastos públicos, también la libertad de comercio entrambas provinciales. Por otra parte ambos
gobiernos se comprometían a conservar las mejores relaciones posibles y a auxiliarse
recíprocamente, sosteniéndose en independencia y libertad hasta que la reunión de un Congreso
Nacional fijara la suerte de la República.
c) La liga o tratado de paz, amistad y alianza ofensiva entre las provincias de Catamarca, Córdoba,
San Luis, Mendoza y La Rioja, del 5 de julio de 1830, no determina sistemas políticos, pero impide
a la organización constitucional de la República. Las 5 provincias firmantes expresaban que, ante la
terminación de la guerra, habían decidió continuar las relaciones amigables entre ellas, se ligaban
mutuamente en una firme alianza ofensiva y defensiva, para sostener los derechos de las mismas
contra cualquier enemigo que perturbara su libertad o seguridad; también procurarían mediar en
conflictos suscitados entre las provincias que no hubieran suscripto el tratado.
d) Conforme con el artículo 15 del tratado anterior, las mismas provincias celebraron un convenio
sobre comercio e intercambio. Este tratado, de fecha 6 de julio de 1830, crea un supremo poder
militar y estipula la celebración de un Congreso para la organización nacional. Este tratado tendía
a poner fin al comercio clandestino, para ello, se dispusieron medidas que las partes signatarias se
comprometían a cumplir: la extradición de una provincia a otra u otras se haría bajo las
competentes guías; se afianzarían los derechos de introducción en la plaza de destino, de
procedencia y de extradición; los gobiernos se intercambiarían noticias acerca de las guían
despachadas para las aduanas y se tomarían recaudos tanto para el debido cumplimiento del
articulado como en las ejecuciones mancomunadas y solidarias que comprenderían a los deudores
y fiadores.
2) Pacto federal de 1831. Contenido e importancia: se firmó el 4 de enero de 1831. Lo suscriben
José María Roxas y Patrón, por Buenos Aires; Domingo Cullen por Santa Fe y Antonio Crespo por
Entre Ríos. Corrientes se adherirá al Pacto por ley del 19 de agosto de 1831. El Paco consta de 17
artículos. En sus considerandos hace referencia a los tratados preliminares: a) el tratado preliminar
celebrado en Santa Fe el 23 de febrero de 1830 entre los gobiernos de dicha provincia y
Corrientes; b) la invitación con fecha 24 del mismo mes hiciera el gobierno de Santa Fe al de
Buenos Aires; c) La Convención preliminar ajustada a Buenos Aires el 23 de marzo anterior, entre
los gobiernos de dicha provincia y la de Corrientes; d) el tratado celebrado el 3 de mayo de 1830
en la capital de Entre Ríos entre su gobierno y el de Corrientes.
Los temas del Pacto son:
a) Pacto de unión permanente, paz y amistad: el Pacto ratifica y declara en su vigor y fuerza los
anteriores celebrados entre las partes, en cuanto estipulan paz firme, amistad y unión estrecha y
permanente, reconociéndose su libertad, independencia, representación y derechos.
b) Alianza ofensiva y defensiva: las provincias pactantes se ligan y constituyen una alianza ofensiva
y defensiva. Esta alianza se articula así: 1-resistencia a cualquier invasión extranjera; 2-esta
resistencia se ejercerá: cuando la invasión se realice en el territorio de cada una de las provincias
contratantes o en cualquiera de las otras que componen el estado argentino; 3-se obligan a
repeler no sólo cualquier agresión por parte de cualquiera de las demás provincias de la República,
sino la preparación que amenazare la integridad o independencia de los respectivos territorios; 4-
para el caso de ser atacada cualquiera de las tres provincias litorales en su libertad e
independencia por alguna otra de las que no entran al presente en la federación, las otras dos
provincias litorales la auxiliarán con cuantos recursos y elementos estén en la esfera de su poder;
5-igual procedimiento se adoptará ante el ataque de cualquier otro poder extraño, mediante el
auxilio de las fuerzas armadas. Se trataría de guardar la mejor armonía posible con todos los
gobiernos amigos.
c) Obligaciones recíprocas: el Pacto establece obligaciones a las cuales deberán sujetarse las
partes; 1° se comprometen a no oír, ni hacer proposiciones, ni celebrar tratado alguno particular
una provincia por sí sola con otra de las litorales, ni con ningún otro gobierno, sin previo
avenimiento expreso de las demás provincias que forman la federación; 2° se obligan a no rehusar
su consentimiento expreso para cualquier tratado que alguna de las provincias litorales quiera
celebrar con otra de ellas o de las demás que pertenecen a la república; 3° también las pactantes
se obligan a no dar asilo a criminal alguno que se acoja a una de ellas, huyendo de las otras dos
por delito, cualquiera q sea, y ponerlo a disposición del gobierno respectivo que lo reclamara
como tal.
d) Igualdad de derechos entre las pactantes: existe reciprocidad e igualdad de derechos entre las
provincias signatarias.
e) Derechos comunes recíprocos: los habitantes de las tres provincias litorales gozan
recíprocamente la franqueza y seguridad de entrar y transitar con sus buques y cargas en todos los
puertos, ríos y territorios de cada una, de ejercer en ellas su industria, con la misma libertad,
justicia y protección que los naturales de la provincia en que residan, bien sea permanente o
accidentalmente. Por otra parte, los frutos y efectos de cualquier especie que se importen o
exporten, no pagarán más derechos que si fuesen importados por los naturales de la provincia,
adonde o de donde se exportan o importan.
f) Nacionalidad de los gobernadores: Leyes de excepción. El artículo 11 manifiesta que teniendo
presente que alguna de las provincias contratantes ha determinado por ley que nadie pueda
ejercer en ella la primera magistratura sino sus hijos respectivamente, se exceptúa dicho caso y
otros de igual naturaleza que fueren establecidos por leyes especiales.
g) Adhesión de otras provincias al Pacto: cualquier provincia de la República que quisiera entrar en
la liga que forman las litorales, será admitida con arreglo a lo que establece la segunda parte del
artículo 1 de la Citada Convención preliminar celebrada en Santa Fe. Su admisión dependerá de: 1°
que su voto sea por el sistema federal; 2° que en caso de haberse manifestado por otra forma de
gobierno se dieren garantías bastantes de cambiar de política; 3° que en el acto de la adhesión se
contara con el expreso y unánime consentimiento de cada una de las demás provincias federales.
h) Comisión representativa: mientras dure el presente estado de cosas y mientras no se establezca
la paz pública de todas las provincias de la República, se designa una comisión representativa, bajo
la denominación de Comisión representativa de los gobiernos de las provincias litorales de la
República Argentina, con las siguientes características: a-composición: estará compuesta por un
diputado de cada una de las provincias litorales; b-Residencia: la comisión funcionará en Santa Fe;
c- designación de los representantes: serán elegidos al arbitrio de los respectivos gobiernos; d-
duración de las funciones: durarían el tiempo que creyera oportuno el gobierno de las provincias
que representan, pudiendo ser removidos cuando se lo juzgue conveniente.
Era competencia de la comisión representativa invitar a todas las demás provincias de la República
a reunirse en federación con las tres federales pactantes y llamar a un congreso general federativo
para organizar el país.
El pacto federal es el preexistente por antonomasia. El pacto debía ser considerado como
confederación pero en la práctica fue más bien federal. Durante 1831 otras 5 provincias se
adherían al Pacto (Corrientes, Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero, La rioja). En 1832 las
provincias habían adherido al pacto delegando las relaciones exteriores en lña persona del
gobernador de Buenos Aires. Este pacto permitirá a Rosas el dominio de las demás provincias, la
alianza con estas y el fortalecimiento aislado de Bs. As.
Su desnaturalización se produjo con: a-la disolución de la comisión representativa; b-a través de
un proceso de inconstitución y de sistemática oposición a la organización del país tal como el
mismo pacto la preveía; c-al retomar Buenos Aires el manejo de las relaciones exteriores y de los
asuntos de guerra, lo que significaba la continuidad de un status tradicional, con la absoluta
primacía de la provincia-ciudad-puerto; d-con la anulación, a partir del segundo gobierno de
Rosas, de toda connotación federal, mediante un proceso centralista.
Proyecto de Ferré: En las discusiones preliminares al Pacto Federal había dos representantes que
defendían distintas posiciones. Roxas y Patrón representantes de Buenos Aires que defendía los
intereses portuarios porteños y el gobernador de Corrientes Ferré que defendía lo que
consideraba legítimos derechos de los pueblos interiores. Ferré estableció luego de las
deliberaciones, tres puntos: 1-la permanencia de una representación de las provincias ligadas,
hasta tanto se organizase la Nación, con atribuciones determinadas; 2- esta misma representación
había de hacer lo posible para obtener la organización general del país; 3-la misma tendría que
arreglar el comercio extranjero y la navegación de los ríos Paraná y Uruguay.
La posición de Ferré rebalsaba los límites de un simple regionalismo litoraleño y se trasformaba en
la voz de las provincias del interior y la de las postergadas del Litoral. Atendía al problema
nacional; insistía en la necesidad de constituir al país en su totalidad y, por lo tanto, el Congreso
debía proveer a la organización federal.
El día 26 de julio, se presentó a la consideración de los representantes el proyecto de Ferré. El
proyecto comienza con una referencia a los antecedentes, que eran los tratados preliminares.
Seis temas fundamentales considera ferré en su proyecto: 1° que la fuente de la riqueza de todo
estado es el comercio y la industria; 2° que ambos tienen estrechas relaciones, tanto desde el
punto de vista interior como del exterior; 3° que es un derecho incuestionable el que tienen las
provincias al tesoro que se recauda de impuestos al comercio extranjero, en proporción al
comercio y productos de cada una; 4° que dar este tesoro a una sola provincia es sancionar la
ruina de las demás, para lo que no pueden ser autorizados los gobiernos contratantes; 5° que
reglar el comercio de conformidad con las dos anteriores consideraciones, es el grito unánime de
todos los pueblos de la antigua unión, y que nada es sólido, ni duradero sin este arreglo; 6° que se
deben tocar todos los medios de justicia y beneficencia pública para no concitarnos justos
enemigos y sí merecer la estimación, el respeto y las bendiciones de nuestros ciudadanos.
Las cláusulas del proyecto eran: art. 1, se constituían entre las provincias pactantes una alianza
ofensiva y defensiva, con el compromiso de ayudarse recíprocamente ante invasiones extranjeras
o de otras provincias. Art. 2, las provincias signatarias no podrían celebrar tratados entre sí o con
otro gobierno, sin previo avenimiento expreso de las provincias coaligadas; no tolerando que
personas desde su territorio ofendan a otras de la liga y comprometiéndose a guardar la mayor
armonía posible entre todos los gobiernos amigos. Art. 4, no se permitía el asilo por delitos, de
cualquier clase fueren éstos. Art 7, se crea una representación de un diputado de cada provincia,
representando a las provincias aliadas del Plata, con asiento en Santa Fe y con las siguientes
atribuciones (art. 8): a) hacer la paz y declarar la guerra; b) nombrar el general de ejército aliado,
que se formará en caso de guerra; c) determinar el contingente con que cada provincia deba
concurrir para la formación y equipo del ejército, como así el monto de los fondos que les
correspondiere; d) reglar el comercio exterior y la navegación de los ríos Paraná y Uruguay; e)
propender a la organización general de la República, entendiéndose con todos los gobiernos de
ella; f) declarar los artículos de comercio cuya introducción debe ser prohibida (art. 9). Loa
artículos de comercio cuya introducción debía ser prohibida serían los que produce y pueda
proporcionar el territorio de la República, declarándose puerto habilitado al de Santa Fe, aparte
del de Buenos Aires (arts. 10 y 13), y general al tesoro que en ambas provincias se recaude en la
calidad de impuestos al comercio extranjero (art. 14). Se expresa que los objetos de inversión del
fondo nacional serán: a-ocurrir a la defensa del territorio de la República en caso de ser invadido o
amenazado por algún poder extranjero; b-conservar la seguridad e integridad de las provincias
aliadas; c-el pago de la deuda nacional; d-pagar los empleados puramente nacionales; e-ocurrir a
los gastos precisos para mantener las relaciones exteriores (art. 16). En caso de suscitarse
cuestiones entre las provincias federales, que pudieran poner en peligro su estabilidad, se
incorporarán a la representación un diputado por cada provincia para dirimir la cuestión, debiendo
a las provincias acatar el fallo que, en consecuencia, será inapelable (art. 18). El tratado tendrá
duración hasta la organización de un gobierno general, a quien compete alterar, revalidar o anular
lo que en los cuatro poderes fuere ajustado (art. 19).
Rechazado el proyecto de Ferré, se resolvió la redacción de otros artículos en lugar de los números
7 a 17 del proyecto.
Posición de Roxas y Patrón: Roxas y Patrón fijarían una posición favorable a los intereses porteños.
Considerando la posición de privilegio que tenía Buenos Aires, su salida natural como puerto
único, el disfrute de una riqueza como la ganadera, era lógico suponer que a ella no le interesaban
los problemas económicos provincianos y resultaba natural que quisiera mantener el intercambio
comercial sin mayores limitaciones. Con referencia a la regulación del comercio y la navegación de
los ríos, Roxas y Patrón se opuso tenazmente a la posición sustentada por Ferré. Afirmaba que
Buenos Aires era la que pagaba la deuda nacional contraída en las guerras de la independencia y
en la de Brasil; sostiene los cónsules y agentes extranjeros; provee a la seguridad de las costas y
los ríos; afronta cuantiosos compromisos; sustenta las relaciones exteriores, etc. Según Roxas,
Buenos Aires vendría a mantener a las demás provincias, permitiéndoles subsistir e instaba a
aunar los esfuerzos en la producción agropecuaria. Según Roxas y Patrón se pretenderían dos
cosas a la vez: primera, que Buenos Aires no perciba derechos por los efectos extranjeros que
introducen a las provincias litorales del Paraná, y por consiguiente, a las del interior; y segunda:
que se prohíban o impongan altos derechos a aquellos efectos extranjeros, que se producen por la
industria rural o fabril del país. Conforme a ello, tales pretensiones estarían en contradicción con
los intereses generales de la República y particulares de las provincias entre sí.
Buenos Aires recurría a argumentos que se contradecían, ya que los derechos percibidos por su
importación no eran solamente pagados por sus propios consumidores, sino que se recargaban
considerablemente a las provincias; que pagaran en la aduana los cortos derechos que tienen los
frutos del país a su exportación, tampoco era argumento, ya que era conocido el hecho de mayor
costo de las mercancías tanto en la entrada como en la salida del puerto único en detrimento de
las provincias.
Roxas insistía en un hecho de suma gravedad: las rentas que en la aduana de Buenos Aires se
recolectaban por los consumos y exportación de frutos de las demás provincias, apenas bastaban
para cubrir lo que correspondía anualmente para pago de los intereses, pertenecientes al
empréstito con Inglaterra.
3) Rosas y la generación del 37. El movimiento romántico: la época (de Rosas) se caracteriza por el
predominio de un sistema, la Confederación, que se identifica con los gobiernos de Rosas en la
provincia de Buenos Aires y que ejercería incontrastable predomino en todo el territorio sin tener,
el rango de presidente o de ejercer el poder ejecutivo. Por lo demás, se asiste a la autonomía
económica y política en cada una de las provincias, pero al mismo tiempo se iría produciendo un
proceso de unificación que se acentuaría con el predominio absoluto de Buenos Aires. El
federalismo, tomado en su adecuación práctica tenía una doble finalidad: la de mantener la
autonomía económica y política para las provincias y la de defender la integridad política para la
Nación. Pero como el sistema conducía al aislamiento de las provincias, se fueron dando las
condiciones que permitirían la perduración de un sistema por un tiempo muy largo, a punto tal
que la Confederación, así estructurada y que fuera una excepción dentro de los regímenes
políticos de Latinoamérica, tuvo desmesurada duración. Dicho sistema no tenía nada que ver con
el federalismo doctrinario, tampoco con las pautas de una confederación.
Desde la firma del Tratado de Barracas, el 24 de agosto de 1829, podía ser considerado, Rosas,
virtual gobernador de Buenos Aires. En este tratado actuaba imponiendo condiciones y
designando gobernador en acuerdo adicional a la convención y desde entonces todos los actos de
gobierno llevarían su conformidad tácita o expresa. Su acceso al poder se producirá con la
restauración de la Sala de Representantes que lo designará gobernador.
Durante el primer gobierno de Rosas, Buenos Aires continuaría en su aislamiento. En este período
se fue fortaleciendo su poder mediante la ampliación de fronteras, y el ordenamiento interno de
la Provincia. En otros aspectos se fue elaborando la alianza con las provincias litorales y encarando
la lucha contra la Liga del Interior; también se haría frente a la larga crisis motivada tanto por el
mantenimiento de un estado en pie de guerra como por factores climatológicos. Al finalizar el
primer período de gobierno, Rosas podía dejar como saldo favorable la consolidación de las
fronteras y el establecimiento de estancias en lugares lejanos, el ordenamiento de la provincia, el
mantenimiento de las relaciones exteriores y la liquidación de la Liga del Interior, el
fortalecimiento del ejército de línea y de los cuerpos de milicia para mantener el orden. El 7 de
mayo el gobernador devolvía a los representantes las facultades extraordinarias.
Al término de su mandato, por ley del 5 de diciembre de 1832, Rosas, fue reelecto por la Sala de
Representantes de la provincia, conforme con la ley del 23 de diciembre de 1823, aunque sin
otorgársele facultades extraordinarias. Rosas, rechazó reiteradamente la designación, por 3 veces,
y al cabo de la última renuncia, la junta aceptó la dimisión, designándose el 12 de diciembre de
1832 al Brigadier General Juan Ramón Balcarce, gobernador y capitán general de la provincia.
La generación del 37: esta generación tendrá las corrientes ideológicas europeas del siglo XIX,
principalmente los principios de tradición y autoridad, pero adecuándolos a la idea del progreso.
Se la distingue de los anteriores movimientos por adoptar una nueva postura frente al proceso
histórico de la República y fijar un distinto planeamiento filosófico, político y económico de los
fenómenos sociales de la época. Ya desde el gobierno de Balcarce aparecen en Buenos Aires
pequeños círculos literarios, integrados por los hombres jóvenes de entonces que fundan en casa
de Miguel Cané una asociación de estudios históricos y sociales como culminación de todas esas
inquietudes. Posteriormente, Marcos sastre, secundado por un selecto grupo de la juventud
porteña, funda en su librería el Salón Literario, institución nacida en pleno gobierno de Rosas, 23
de junio de 1837, tuvo duración de cuatro meses. En el acto inaugural del Salón disertaron Marcos
Sastre, Juan Alberdi y Juan María Gutiérrez. Desde la sesión inaugural se estaba en presencia de un
debate acerca de una renovación cultural en el país y de tal manera, los planteos iniciales
esbozados en los tres discursos conducían a cinco ordenamientos básicos, correlacionados
solidaria e íntimamente: 1° estructuración de una cultura nacional; 2° difusión democrática y
popular de los bienes intelectuales; 3°conocimiento y estudio de la realidad social y material del
país; 4° integración realista con el movimiento de ideas y tendencias renovadoras vigentes en el
mundo y: 5° enfrentamiento activo de las tradiciones retrógradas. Disuelto éste, tiene lugar la
aparición de la Joven Argentina el 8 de julio de 1838, asociación que más tarde, al referirse su
fundación, el propio Echeverría la llama Asociación de Mayo. Un movimiento que tendía a superar
la antinomia entre unitarios y federales. Integraron esta generación, entre otros: Esteban
Echeverría, Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Marcos Sastre, Carlos Lamarca, Vicente
Fidel López, José Mármol, Bartolomé Mitre, José Barros Pazos, Carlos Tejedor, Miguel Cané,
Manuel Quiroga Rosas, Enrique Lafuente, etc. Esta asociación tuvo muy corta existencia debido a
los continuos ataques que el gobierno de Buenos Aires llevó contra sus dirigentes que, tuvieron
que emigrar del país. Lo más importante y perdurable de ella radica en las obras de sus miembros
(“Dogma socialista” de Echeverría, “facundo”, “Argirópolis” de Sarmiento, etc.).
Principios comunes de la generación:
a) Superación de la antinomia unitarios-federales: un rasgo característico de la generación fue el
intento de superar la pugna entre ambas facciones. Se trataba de una posición nueva en la cual se
tomaban los elementos inherentes a una y otra, mediante la fusión. Siendo inicialmente unitarios
muchos de los componentes, invocan los principios federales que habrían conculcados. Había, por
otra parte, la exigencia perentoria de volver a las cláusulas del Pacto Federal que no se cumplían,
dándose un ordenamiento conforme con ellas, considerándoselo ley fundamental de la Nación.
b) Proyección de las instituciones a través de la Constitución: en cumplimiento de los propios
pactos preexistentes se proyectaba la institucionalización del país mediante una Constitución
emanada de un poder originario para la organización de los poderes derivados. La constitución
obedecía a una necesidad histórica, luego de un largo período de inconstitución y resumiría las
experiencias dadas, no sólo en los aspectos formales, sino también en cuanto tomaría notas de
ambas tendencias: unitarias y federales.
c) Las tradiciones de mayo como fundamentación institucional del país: la revolución de mayo,
considerada como una verdadera revolución, se constituía en acta fundadora de la nacionalidad.
Mayo significaba lo opuesto a la colonia. Había una tajante separación entre ambas, y la sujeción a
los perjuicios coloniales impedía nuestra libertad: podíamos titularnos independientes pero no
éramos libres y quedábamos sujetos por las tradiciones coloniales que significaban el atraso y la
opresión, se trataba de una actitud semejante a la de las generaciones españolas liberales y
progresistas y la reproducción en escala nacional, del debate entre absolutismo y revolución, muy
característico del siglo XIX. Rosas, aparecería como anti mayo. La oposición se daría en estos
términos: restauración colonial vs. Revolución de mayo.
d) Búsqueda de una cultura nacional: la generación tiende a la búsqueda de una cultura nacional,
esta cultura sería enriquecida por el pensamiento y las corrientes artísticas, científicas y literarias
de la época. La afirmación de nuestra nacionalidad se daría con esa incorporación: por una parte,
con la efectiva integración de elementos y corrientes culturales, por la otra, con un concreto
desarrollo de la inmigración y de la colonización, que cambiarían y transformarían la sociedad de
bases coloniales.
e) Organización democrática del país por oposición a la dictadura: se trataba de oponer un
ordenamiento basado en las normas democráticas, en estado de derecho opuesto a la dictadura,
con el afianzamiento de las libertades públicas, la consagración de los derechos y garantías
individuales, la separación y equilibrio de los poderes constituidos.
f) La idea de progreso: la idea de progreso es aquí más historicista. El progreso devendría por
sobre la voluntad racional de los hombres, pero al mismo tiempo exige de quienes la propugnan
un acabado conocimiento de la realidad nacional. Esta concepción tiene una doble faz y las ideas
políticas nacidas de ella pueden devenir en tesis tanto reaccionarias como revolucionarias: así
Rosas y los hombres de la generación de mayo intentan una aproximación a la realidad concreta
de su momento, pero en el primer caso se trata de una adecuación a una realidad estática, en el
segundo más dinámica, por cuanto se la concibe como un proceso.
g) Partidos orgánicos por sobre las facciones: también se entendió que ni unos ni otros (unitarios y
federales) constituían partidos. Eran simplemente facciones. Había dos facciones, una, la federal,
vencedora; otra, la unitaria, vencida. En un comienzo no se hablara de la canalización de la opinión
a través de los partidos políticos, ya que se concebía uno que fusionara a todos y que
representaba el interés de la patria, más tarde se pensó en la existencia de partidos y de tal
manera comenzaron a delimitarse, actuando así contemporáneamente a la organización. Los
unitarios no siguieron actuando como tales, pero se reacomodaban en una realidad determinada;
los federales continuarían a través de Urquiza. En 1870, con la muerte de Urquiza, también
desaparecería de la escena el partido federal.
Sus intenciones fueron encomiables. Deseaban extirpar el desierto, borrar la anarquía, sacudir de
su letargo a una sociedad adormecida todavía en hondos prejuicios coloniales. El
entrecruzamiento de razas, la política inmigratoria, la occidentalización del país. Era necesario
transformar la realidad transformando para ello, hombres, cosas y principios de la nueva Europa.
La generación del 37 tuvo la clara visión del porvenir de la República. Alberdi y Echeverría, sus
máximos expositores, analizan en sus obras los elementos de unidad y de federación que laten en
le realidad nacional desde sus orígenes coloniales. Este análisis los lleva a concretar los principios
fundamentales sobre los cuales habrá que edificar la futura organización de la patria. En los
campos de Caseros triunfaría años más tarde la espada de Urquiza, pero en el terreno de las ideas,
al concretarse la Constitución, el pensamiento de aquellos hombres obtendría su triunfo
definitivo.
4) Segundo gobierno de Rosas. La suma del poder público y las facultades extraordinarias. Los
antecedentes históricos y el artículo 29 de la Const. Nacional: el 7 de marzo de 1835 la Sala de
representantes designaba gobernador y capitán general de la provincia por el término de 5 años a
Rosas. Pero por primera vez no se invocaba la ley del 23 de diciembre de 1823 para tal
designación. Y establecía la suma del poder público en la persona de Rosas. Ello significaba, lisa y
llanamente, no sólo dotarlo de facultades extraordinarias y legitimar lo que se denominaba el
lleno de facultades, sino depositar en su persona todos los poderes, desapareciendo de tal
manera, hasta el último atisbo de equilibrio o división de poderes, que se reunirían así en una sola
mano y sin contralor de ninguna naturaleza. Las restricciones a que hacen referencia los dos
incisos de artículo 2 de la ley (ley del 7 de marzo de 1835), no eran tales: debía conservar y
defender la causa nacional de la Federación, proclamada por los pueblos de la República. En el
primer caso, Rosas adhería a la iglesia católica sin fisura alguna. En el segundo, toda su política
había girado y giraría hasta el final de su ciclo en la defensa de la Federación, aunque una forma
muy particular; para él Federación significaba oposición al sector unitario, pero nada tenía que ver
con las fundamentaciones teóricas de dicho sistema. El ejercicio del poder extraordinario
conferido duraba todo el tiempo que a juicio del gobernador electo fuese necesario.
Rosas, pidió el voto de sus compatriotas, el plebiscito para convalidar la ley por la cual se otorgaba
la suma del poder público, sin tal requisito el poder que se le confiaba resultaría débil y expuesto a
vicisitudes que impedirían ejercerlo en toda plenitud para salvar la patria. El 23 de marzo,
conforme con los deseos de Rosas, se dictó un decreto por el cual se exploraba la opinión de todos
los habitantes de la ciudad con respecto a la ley del día 7 de dicho mes. En cada una de las
parroquias se debía celebrar una asamblea presidida por el juez de paz acompañado de 2 vecinos
designados por el poder ejecutivo, que funcionaría en las horas que se determinaban y durante
tres días (del 26 al 28); los alcaldes de barrio y sus tenientes estaban obligados a asistir a la
asamblea e invitar a todos los individuos hábiles que habitaren en sus respectivas manzanas a
expresar su opinión. Los concurrentes debían expresarse verbalmente acerca de la ley,
manifestando su conformidad o disconformidad. El voto era universal en el sentido de abarcar a
todos los hombres libres, naturales del país o avecinados, mayores de 20 años y menores si fuesen
emancipados; se llevarían un registro en el que constaba el nombre, domicilio y opinión del que se
presentara voluntariamente a emitirla. Dio por resultado favorable a Rosas. El 13 de abril tuvo
lugar la ceremonia del juramento. Rosas, pedía la subsistencia de la Sala de representantes,
aunque meramente decorativa, que permitía mantener el presunto poder legislativo. Por ley del
25 de abril se designaron los asuntos que en adelante debía atender la honorable sala. Solamente
se ocuparía de los que sometiera al juicio de los representantes el poder ejecutivo. Aunque la
suma del poder público le fue otorgada a Rosas por la legislatura de Buenos Aires, y en
consecuencia, sólo se referiría al ámbito de la provincia, cada una de las demás se regía por sus
instituciones, en la práctica su influencia se extendía en todo el país, ya que se le fueron dando
preeminencias, títulos y honores, así como facultades cada vez mayores en el manejo de los
asuntos de la Confederación. El 14 de abril de 1837 la Sala de representantes de Salta, reconoció a
Rosas, en su carácter de Brigadier y restaurador de leyes.
Por otra parte, las denominadas reacciones contra Rosas, que abarcaron diferentes zonas del país,
obligaban a una represión conjunta, en la que se utilizaba ya una fuerza nacional, aún cuando
aparecieran como tropas provinciales, por lo que, tanto el manejo de las relaciones exteriores
como en la dirección de guerra, sea interna o externa, correspondía a Buenos Aires la conducción
y la estrategia, tanto como el aporte pecuniario. Fue una época muy compleja, ya que en
numerosas ocasiones las luchas civiles se conjugaban con problemas de carácter internacional,
que culminarían con los bloqueos de Inglaterra y Francia.
Con referencia a las facultades extraordinarias, significaban, en los hechos, las propias de
momentos en que es necesario robustecer las del poder ejecutivo, por ejemplo, en casos de
rebelión interior, para restablecer el orden alterado y cuando los poderes ordinarios no resultaran
suficientes para ello. Las facultades extraordinarias fueron otorgadas desde los primeros
momentos de nuestra emancipación política, aunque bajo diferentes denominaciones. Existe una
graduación en cuanto al otorgamiento de las facultades extraordinarias: a-facultades tendientes a
robustecer el poder ejecutivo en mengua de los poderes legislativo y judicial, concedidas para una
determinada situación y con limitaciones tanto en el tiempo como en los actos de gobierno; b-las
facultades pueden ser taxativas o limitativas o simplemente enunciativas (estado de sitio); c-
también pueden ser de una gran amplitud, sin especificarlas taxativamente, dejando a criterio del
ejecutivo su ejecución conforme con las reglas de la honorabilidad y de la buena fe, pueden o no
tener expresamente determinado un límite de tiempo; d-en ciertas situaciones la concesión de las
facultades está limitada no solamente en el tiempo sino también sujeta a un contralor a posteriori
del poder que las concediera.
Artículo 29 de la Cont. Nacional: El Congreso no puede conceder al Ejecutivo Nacional, ni las
legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del
poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas
de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan
consigo la nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la
responsabilidad y pena de los infames traidores de la Patria.
Fue incluido en la C.N. como un freno a los despotismos sufridos por el país con la dictadura de
Rosas y la obsecuencia de las legislaturas al conceder facultades extraordinarias.
BOLILLA N° 10
1) Pronunciamiento de Urquiza. Tratados: 1850, Rosas, aparecía como gobernante indiscutido,
luego de vencer a sus adversarios y sofocar uno a uno los levantamientos y también como
defensor de los principios de la soberanía nacional frente al hostigamiento de dos grandes
potencias. Tanto la posibilidad de liquidar o corregir el antiguo orden como se sustituirlo o
reformarlo mediante la vía de la organización nacional, tendría que advenir de las filas del propio
sistema que se pretendía cambiar o modificar. Echeverría y Alberdi lo habían intuido; el primero se
dirigía a Urquiza enviándosele un ejemplar del Dogma, con una carta explicativa de las ideas en él
contenidas y señalaba al destinatario encargado de cumplir el programa esbozado; el segundo
realizaría un aporte mayor al fundamentar el ordenamiento constitucional del país a través de las
Bases y del Proyecto Constitucional.
Urquiza era gobernador de Entre Ríos, lo que significaba también su caudillo. Tanto su origen
como su actuación o se ascendencia, Urquiza tenía las calidades inherentes al caudillo. Además era
probado federal, y adherido al régimen confederacional en el modo y forma como se había
desarrollado desde el punto de vista del Pacto de 1831 y de la manera impuesta por el rosismo.
Urquiza llega a ser el más importante caudillo y hombre de gobierno del interior, y luego de Rosas,
la figura que cobraba relieves propios. Imponía su propio estilo a las gestiones de su provincia, que
progresaba a la par de sus negocios particulares. Rosas y Urquiza, adherían a un sistema basado en
determinadas empresas, pero el segundo les daría nuevas tonalidades, que lo acercaban al sentido
moderno. Tal como lo había previste Alberdi o Echeverría, Urquiza era uno de los más poderosos
caudillos, nacido bajo el régimen rosista, que no solamente era fuerte en su provincia sino que
tenía gravitación a través de la defensa de los intereses más significativos. Este gobernador había
celebrado con Corrientes el tratado de Alcaraz, en 1846, y Urquiza mandó a Rosas para su
ratificación, a lo que éste se opuso, y en cuyas cláusulas se determinaba el restablecimiento de la
paz, amistad y buena inteligencia entra las dos provincias, aunque contenía cláusulas secretas, en
la cual se obligaban a respetar el pacto Federal de 1831, modificando algunas de sus disposiciones,
como las relativas al silo de criminales, las de ayuda en la guerra, que no serían de aplicación en la
guerra en la Banda Oriental; y se declaraba la validez del tratado celebrado entre Corrientes y
Paraguay que contrariaba la política de Rosas. Unos de los antecedentes al pronunciamiento sería
un artículo del diario americano, “La Regeneración”, de enero de 1851, el cual tuvo repercusión
extraordinaria. Pese a la presiones quedó como expresión de la libertad de prensa que Urquiza
podía esgrimir en los límites de su provincia. El episodio llegó a provocar el retiro de la renuncia
presentada por Rosas a las facultades conferidas por las provincias. Pero Urquiza se apresuraría a
aceptarla. Ya con anterioridad Urquiza había enviado un circular, en la cual, concebía en términos
muy severos y enérgicos, se expresaba que, ante la imposibilidad de esperarse un cambio o
modificación racional en la política de Rosas, se había resuelto (Urquiza) ponerse a la cabeza del
gran movimiento de libertad con que las provincias del Plata debes sostener sus creencias,
principios políticos, sus pactos federativos, no tolerando por más tiempo el criminal abuso que el
gobernador de Buenos Aires había hecho de los altos e imprescriptibles derechos con que cada
sección de la república contribuyó por desgracia a favor de ese núcleo de facultades que el general
Rosas había extendido hasta el infinito, aconsejando a los gobernadores de provincia que no se
plegaran a sus gestiones.
El pronunciamiento es el documento por el cual el gobernador de Entre Ríos declara, en nombre
de la provincia, que es su voluntad reasumir las facultades delegadas en el general Rosas, para el
cultivo de las relaciones exteriores y la dirección general de los negocios generales de paz y guerra.
Se trataba de un acto inherente al pacto confederal, por el cual cada provincia gozaba de su propia
soberanía y que, a falta de un organismo central para objetivos generales, había delegado algunas
facultades al gobernador de Buenos Aires. El 1° de mayo fecha del pronunciamiento. Los cuatro
considerandos se refieren a la circunstancia por la cual se procedía al pronunciamiento:
-Primero: que la actual situación física en que se halla el Excmo. Señor Gobernador y Capitán
General de Buenos Aires do Juan Manuel de Rosas, no le permite por más tiempo continuar al
frente de los negocios públicos, dirigiendo las relaciones exteriores y los asuntos generales de paz
y guerra de la Confederación Argentina.
-Segundo: que con repetidas instancias ha pedido a la Honorable Legislatura de aquella provincia,
se la exonere del mando supremo de ella comunicando a los gobiernos confederados su invariable
resolución de llevar a cabo la formal renuncia de los altos poderes delegados en su persona por
cada una y todas las provincias que integran la República.
-Tercero: que reiterar al general Rosas las anteriores insinuaciones para que permanezca en el
lugar que ocupa, es faltar a la consideración debida a la salud, y cooperar también a la ruina total
de los intereses nacionales, que él mismo confiesa no poder atender con la actividad que ellos
demandan.
-Cuarto: que es tener una triste idea de la ilustrada y célebre Confederación Argentina, el
suponerla incapaz, sin el general Rosas a su cabeza, de sostener sus principios orgánicos, crear y
fomentar instituciones tutelares, mejorando su actualidad, y aproximando el porvenir glorioso
reservado en premio a las bien acreditadas virtudes de sus hijos.
Por el Artículo 1 del pronunciamiento se expresaba: que es la voluntad del pueblo entrerriano
reasumir el ejercicio de las facultades inherentes a su territorial soberanía, delegadas en el Excmo.
Señor gobernador y capitán general de Buenos Aires, para el cultivo de las relaciones exteriores y
dirección de los negocios generales de paz y guerra, en virtud del tratado cuadrilátero de las
provincias litorales del 4 de enero de 1831. Y por el artículo 2°: que una vez manifestada así la libre
voluntad de la provincia de Entre Ríos, quedaba ésta en aptitud de entenderse con los demás
gobiernos del mundo, hasta tanto que congregara la Asamblea Nacional de las demás provincias
hermanas, sea definitivamente constituida la república.
Para llevar adelante las finalidades del pronunciamiento, Urquiza aceleró la firma de pactos
internacionales. De tal manera se enfrentarían dos coaliciones: por una parte, Corrientes y Entre
ríos, conjuntamente con Uruguay y Brasil, formando la cuádruple alianza, en la cual las dos
provincias actuaban como estados soberanos; por la otra, una liga de las demás provincias de la
Confederación, reunidas alrededor de Buenos Aires. Ambas partes obrarían: a) Buenos Aires se
apresuraría a la aceptación del desistimiento de la renuncia de Rosas, con la finalidad de reunir la
mayor fuerza posible para enfrentar al ejército grande comandado por Urquiza. De tal manera se
dicta la ley provincial del 20 de septiembre de 1851, por la que se resuelve aceptar el
desistimiento de la renuncia que reiteradamente había dirigido a la Junta el gobernador Rosas: por
el artículo 2 de dicha ley se declaraba solemnemente que todos los fondos de la provincia, las
fortunas, vida, fama y porvenir de los representantes de ella y sus comitentes, quedan sin
limitación ni reserva alguna a deposición de su excelencia hasta dos años después de terminada la
guerra contra Urquiza y el Brasil; por el artículo 3 los representantes hacían suyas todas las
consecuencias, sean las que fueren, de la indicada declaración, exonerando de las mismas a Rosas,
ya que tanto la acción de Urquiza como la de Brasil no podría quedar impune y por los demás
artículos se decretaban honras correspondientes. Por otra ley de igual fecha se declaraba a
Urquiza incurso en crimen de alta traición y sus actos como violatorios al Pacto Federal. Por ley de
9 de diciembre se exonera a Rosas de la presentación de su mensaje y de otras obligaciones de
gobierno; b) entre tanto, Urquiza procedía a firmar sus alianzas con Corrientes, por una parte y
Brasil y Uruguay por la otra. También se ponía en contacto con las demás provincias de la
Confederación, con el objeto de lograr por lo menos su neutralidad.
El tratado de alianza entre Corrientes y Entre Ríos con Brasil y la República Oriental del Uruguay,
fue suscripto el 21 de noviembre de 1851. Conforme con sus cláusulas, los estados aliados
declaraban solemnemente que no pretendían hacer la guerra contra la Confederación Argentina,
ni coartar de cualquier modo que fuere la plena libertad de sus pueblos, en el ejercicio de los
derechos soberanos que deriven de sus leyes y pactos, o de la independencia perfecta de su
Nación.
Situación política después de Caseros: En la batalla de Caseros se concreta la caída del régimen
rosista. Luego de Caseros, Urquiza tendía desechar la guerra, intentando la conciliación, como ya
había hecho en Uruguay. Luego de afianzar el triunfo, ofreció el gobierno de Buenos Aires a
Vicente López y Planes, presidente de la cámara de justicia. Días más tarde López aceptaba el
gobierno provisorio. El 1° de mayo de 1852 era nombrado gobernador en propiedad. Tanto los
emigrados como los rosistas bonaerenses llegaban a integrar la Sala de representantes convocada.
Por otra parte, nacía lo que se ha denominado la Argentina del hombre de negocios y con ella
desaparecerían bien pronto los antiguos antagonismos. Urquiza, a la par de intentar un
ordenamiento institucional de Buenos Aires mediante autoridades de la misma y elecciones de la
Sala del gobernador, que devendría en propiedad y no provisorio, pensó en una conciliación y
acercamiento con las provincias de la Confederación, mediante acuerdos por los cuales
garantizaban a estas sus instituciones y la continuidad de sus gobernantes, a cambio del aporte de
todas en la organización nacional mediante el Congreso constituyente que habría de dictar la
Constitución del Estado. La misión tuvo pleno éxito. La Constitución de 1853 sería el coronamiento
de la obra.
2) Protocolo de Palermo. Contenido e importancia: el primer paso en el proceso de
constitucionalización fue dado por el denominado Protocolo de Palermo, por el cual se encargaba
a Urquiza la dirección de las relaciones exteriores y se designaba plenipotenciario para concurrir
en la formación de la comisión representativa, con el objeto de poner en movimiento las cláusulas
del Pacto Federal para la organización del congreso. El protocolo reúne los fundamentos y
conclusiones de la conferencia mantenida por los gobernadores de Buenos Aires, Entre Ríos,
Corrientes y el plenipotenciario de Santa Fe, en Palermo de San Benito. Se volvía a la situación del
Pacto federal, para el logro del cual se habían reunido las cuatro provincias que ahora firmarían el
protocolo y era indudable que a las conclusiones inequívocas a que se llegare tendrían que adherir
las demás provincias de la Confederación mediante pronunciamientos al modo y forma de los
efectivizados por las provincias signatantes. Se pretendía volver a las disposiciones del Pacto
Federal, que, tanto para los firmantes como para los adversarios al régimen rosista no se había
cumplido.
El protocolo de Palermo del 6 de abril de 1852 esta dado el fundamento jurídico de la organización
nacional. A partir del protocolo, el mandato histórico-jurídico de las provincias argentinas empieza
a cumplirse.
El mismo día de la firma del protocolo Urquiza designa a el doctor Luis de la Peña como ministro
secretario del ramo, pero habiendo sido nombrado para desempeñar la representación en el Brasil
fue reemplazado por el general Tomas Guido, asumió el cargo Vicente Fidel López. Con la creación
de este ministerio nacional, desaparecían así la cartera de relaciones exteriores de la provincia de
Buenos Aires. Si bien el protocolo del 6 de abril consolidaba el poder nacional ejercido a la sazón
por Urquiza, otorgándole el manejo de las relaciones exteriores, comprende este, que la tarea
preliminar de la organización debe moverse en torno de los caudillos- gobernadores.

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