Está en la página 1de 1

El punto negro

Gerard de Nerval

Quienquiera que haya mirado el sol fijamente


Cree ver ante sus ojos volar obstinadamente
A su alrededor, en el aire, una mancha lívida.
Así, muy joven aún y más audaz,
Sobre la gloria un instante osé fijar los ojos:
Un punto negro ha quedado en mi mirada ávida.
Desde entonces, mezclada a todo como un signo de duelo,
En todas partes, en cualquier lugar donde se detengan mis ojos,
¡Veo posarse también la mancha negra! —
Pero ¿siempre? ¡Entre la dicha y yo, incesantemente!
¡Oh! es que sólo el águila - ¡ay de nosotros, ay! —
Contempla impulsivamente el Sol y la Gloria.

(Traducción de Tomás Segovia)

También podría gustarte