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EL POEMA DE LA CARCEL - Invictus, Nelson Mandela.

En la noche que me envuelve,


negra, como un pozo insondable,
doy gracias a Dios
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias


no he gemido, ni llorado.

Ante las puñaladas del azar,


si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos


acecha la oscuridad con su horror.

No obstante, la amenaza de los años me halla,


y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuan recto haya sido el camino,


ni cuantos castigos lleve a la espalda:

Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.

Willian Ernts Henley

INVICTUS (español)

Fuera de la noche que me cubre,

Negra como el abismo de polo a polo,

Agradezco a cualquier dios que pudiera existir

Por mi alma inconquistable.


En las feroces garras de la circunstancia

Ni he gemido ni he gritado.

Bajo los golpes del azar

Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas

Es inminente el Horror de la sombra,

Y sin embargo la amenaza de los años

Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,

Cuán cargada de castigos la sentencia.

Soy el amo de mi destino:

Soy el capitán de mi alma.

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