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CARRERA : DERECHO

CICLO : IV
EL ABOGADO

DEFINICIÓN
La palabra abogado proviene del latín advocātus. Un abogado es un doctor o
licenciado en derecho que se encarga de la defensa y la dirección de las
partes involucradas en procesos judiciales o administrativos. También
puede brindar asesoramiento y consejo jurídico.

Es importante subrayar que existe un documento que se da en llamar


“decálogo del abogado” y que se trata de un conjunto de “mandamientos”
que se considera que debe cumplir a rajatabla todo profesional del Derecho.
Entre aquellas máximas se encuentran, por ejemplo, la de amar su profesión,
ser leal tanto al cliente como al adversario y también a la propia ley, luchar
por la justicia, trabajar duramente, tolerar y tener paciencia.

El abogado no sólo se encarga de defender los intereses de un tercero


durante un juicio. Una de sus funciones más importantes es la preventiva,
donde se ocupa de asesorar a sus clientes y de redactar
los documentos y contratos de forma tal que no se susciten conflictos
legales.

El abogado también puede ser un mediador extrajudicial, para evitar que un


problema o enfrentamiento se transforme en un procedimiento judicial.
Por lo general, quienes deben comparecer ante un tribunal tienen que contar
obligatoriamente con un abogado. El letrado supone una garantía de legítima
defensa para el involucrado en el proceso. Por eso, los escritos y
presentaciones judiciales se entregan con la firma de ambos, tanto del
cliente como de su abogado.
Aquellos ciudadanos que no cuentan con los recursos económicos para
abonar los servicios de un abogado reciben asistencia jurídica gratuita: se
trata de los abogados oficiales o abogados de oficio, que dependen
del Estado.

FUNCIONES DEL ABOGADO

Para ejercer la abogacía a título legal, en la mayoría de ordenamientos


jurídicos es requisito imprescindible haber cursado la carrera de Derecho
hasta alcanzar la Licenciatura o nivel equivalente. Además de ello es preciso
estar inscrito en un Colegio de Abogados.

En principio, no existe la especialización legal como tal, pues los abogados


lo son a título general. No obstante, en la práctica es corriente una
especialización de hecho. El abogado es un profesional cuyo objetivo
fundamental es colaborar en la defensa de la Justicia. Entre las funciones de
los abogados pueden distinguirse las que le son a título propio, es decir, las
actuaciones judiciales, de las funciones extrajudiciales: contratos privados,
compromisos, gestión de arbitrajes, etc.

No podemos olvidar que la principal función de un abogadoes la preventiva,


que se hace efectiva normalmente a través del asesoramiento legal. Es un
deber fundamental de todo abogado el informar a su cliente de todos sus
derechos legales y representarle en juicio. En la mayoría de procedimientos
judiciales es obligatorio comparecer ante los tribunales debidamente
asistido por un abogado, garantizándose así el derecho a la defensa a lo
largo de todo el proceso.
El abogado viene obligado a responder ante su cliente de todos los
perjuicios que le cause por malicia, negligencia u omisión, alcanzando esta
responsabilidad, tanto el ámbito civil como el criminal.

Es importante conocer que un abogado no puede representar a partes


opuestas (ya que lógicamente sus intereses también lo son), pero si que
puede actuar como árbitro entre ellas, y asesorar a ambas con arreglo a
derecho.

A modo de resumen y de un modo global, las funciones de un


abogado serían las siguientes:

 Defensa de los intereses de su cliente en todo tipo de procedimientos


judiciales, en el ámbito de cualquier jurisdicción.
 Negociación y redacción de cualquier tipo de contratos, ya sean públicos
o privados.
 Defensa de sus intereses en materia urbanística, actuando en caso que
sea preciso ante las distintas administraciones.
 Asesoramiento y actuación en todo tipo de operaciones inmobiliarias,
especialmente en caso de compraventa y arrendamiento de inmuebles o
fincas, mediante la redacción legar de los documentos y contratos
necesarios para llevar a cabo la operación legal.
 Asesoramiento fiscal y preparación de todo tipo de declaraciones y
obligaciones fiscales y tributarias.
 Actuación en materia testamentaria, mediante la redacción de
testamentos, particiones hereditarias, declaraciones de herederos sin
testamento, y los procedimientos judiciales que se puedan dar en esta
materia.
 Redacción de capitulaciones matrimoniales.
 Asesoramiento gestión de derechos en materia de propiedad intelectual e
industrial.
 Reclamación de todo tipo de deudas y obligaciones contractuales.
 Intervención en todo tipo de negociaciones laborales.
 Redacción de escritos y recursos que deban presentarse ante las
distintas administraciones en materia administrativa, así como defensa
ente imposiciones de sanciones o multas por parte de cualquier
organismo.
 Mediación en cualquier tipo de conflicto, ya sea laboral, empresarial,
vecinal, familiar, etc.
 Constitución, gestión y disolución de cualquier tipo de sociedad
mercantil o civil, así como asesoramiento en materia de derecho
empresarial.
 Intervención en calidad de árbitro en cualquier disputa o conflicto entre
empresas o personas.
 Reclamaciones a las compañías aseguradoras en el caso de accidentes,
ya sea a los responsables o a las administraciones.
 Reclamación y gestión de derechos y pensiones a la Seguridad Social, en
materia de desempleo, maternidad, incapacidades, jubilación, etc.

DECALOGO DEL ABOGADO

Se trata de diez “mandamientos” que según su autor, todo letrado debe


poner en práctica en el ejercicio de su profesión. Valga también este artículo
como homenaje al autor de este Decálogo del Abogado, el prestigioso
abogado y profesor uruguayo Eduardo Juan Couture Etcheverry, el cual
participó como conferenciante en numerosas universidades de Europa y
América, visitando ciudades como Sau Paulo, La Habana, Valparaíso, Lima,
París, Nueva York, Nueva Orleans, Roma, Viena, etc.

Veamos pues esos diez mandamientos del abogado:

Estudia.
El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás
cada día un poco menos abogado.

Piensa.

El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

Trabaja.

La abogacía es una dura fatiga pues está al servicio de la Justicia.

Lucha.

Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el


derecho con la justicia, lucha siempre por la justicia.

Sé leal.

Leal con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que

comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él
sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe
confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra
vez, debe confiar en el que tú le invocas. Intenta ser leal con todo el mundo y
todo el mundo intentará ser leal contigo.

Tolera.

Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada
la tuya.

Ten paciencia.

El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.

Ten fe.
Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia
humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como
sustituto bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la
cual no hay Derecho, Justicia, ni Paz.

Olvida.

La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu


alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti.
Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

Ama a tu profesión.

Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te


pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que
se haga abogado.

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