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26/10/2018 Rebobinado del motor asincrónico

Rebobinado
del motor asincrónico

Por
Percy R. Viego Felipe*

Medidas para mantener la eficiencia


del motor asincrónico durante su
rebobinado

El desafío para cualquier empresa de reparación de motores, en la batalla actual por el


ahorro de energía, debe ser doble: reparar la máquina adecuadamente y demostrar a
los usuarios, mediante documentos y pruebas convincentes, que los motores reparados
mantienen su eficiencia operacional.

Numerosos estudios se han desarrollado para determinar el efecto que el rebobinado


tiene sobre la eficiencia del motor asincrónico de «jaula de ardilla». Estos estudios
identifican diversas variables que pueden impactar sobre la eficiencia en un motor
rebobinado, incluyendo la temperatura de quemado del núcleo, el diseño del devanado,
el tipo de rodamiento, el entrehierro y la resistencia del bobinado.

Las recomendaciones que se exponen en este trabajo son el resultado de esos


estudios, que han ratificado que la eficiencia, tanto de los motores estándar, como en
los de alta eficiencia, se puede mantener durante la reparación y el rebobinado. Esas
prácticas, que contienen valores fiables (basados en los datos disponibles) y
procedimientos adecuados, son aplicables a todo tipo de motor de baja tensión.

Debe prestarse atención a la prueba del núcleo, por sus características muy
específicas, el poco conocimiento que hay sobre ella y las precauciones que se deben
tomar al realizarla.

Programa de aseguramiento

Para asegurar la calidad debe comprobarse que los suministradores entreguen los
materiales y componentes solicitados. Debe medirse el alambre para asegurar que los
carretes están adecuadamente marcados. Hay que comprobar que el alambre y los
materiales aislantes tengan las dimensiones adecuadas.

También debe conservarse la documentación de las pruebas iniciales y, especialmente,


de la extracción de los devanados y de los ciclos y tiempos de cocido del horno.
Igualmente, el barniz debe probarse a los intervalos indicados por los productores.

Programa de calibración

Hay que calibrar los instrumentos por lo menos anualmente, mediante un servicio de
pruebas certificado. Para las pruebas de núcleo deben utilizarse instrumentos que lean
los valores efectivos reales («rms»), ya que las tensiones y las corrientes en los
ensayos pueden contener armónicos.

Prueba del núcleo

Los estatores de las máquinas deben ser probados, tanto antes como después de
extraerle el devanado, y reparar el núcleo (si esto último resulta necesario), para
asegurarse de que las pérdidas del núcleo no se hayan incrementado durante el
proceso.
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La prueba del núcleo o toroidal ha probado ser efectiva para detectar laminaciones en
cortocircuito en la estructura ferromagnética del estator. Ésta se basa en establecer un
nivel de inducción específico en el núcleo, energizando el toroide con una fuente
monofásica. Las corrientes circulantes inducidas en las laminaciones simularán las
pérdidas del núcleo que ocurren durante la operación normal, y calentarán el material
ferromagnético (Fig. 1). Las condiciones en que se encuentra el núcleo se determinan a
partir de su temperatura y de la potencia consumida.

Fig. 1. Esquema de la prueba del núcleo.

Para la prueba del núcleo se debe seleccionar una fuente, preferentemente de tensión
variable y de la misma frecuencia que la nominal del motor. Debe garantizarse que la
alimentación sea sinusoidal. Se requiere un termómetro, pirómetro, scanner infrarrojo u
otro aparato para leer temperatura. El procedimiento para el cálculo de los parámetros
del toroide y de los valores de las pruebas, se encuentran en la literatura especializada.
Los metros deben conectarse tan próximos al toroide como sea posible, con el objetivo
de reducir la influencia de las pérdidas en los cables de alimentación. La tensión debe
mantenerse constante durante toda la prueba.

El núcleo del estator comienza a calentarse una vez que el toroide ha sido energizado.
Si las laminaciones no están dañadas, las temperaturas superficiales se mantendrán
uniformes y usualmente se incrementarán de 5 a 10 °C en unos 30 minutos. Sin
embargo, la razón de incremento variará con el tamaño del motor.

Los defectos localizados en el núcleo se harán evidentes a partir de las mediciones de


temperatura durante la prueba. Las áreas dañadas, detectadas como puntos calientes,
se calentarán varias veces más rápidamente que las que están en buen estado. Los
puntos calientes cerca de la superficie pueden ser detectados en pocos minutos. Esos
puntos calientes en la parte interior del hierro pueden necesitar un tiempo del orden de
20 minutos para hacerse evidentes en la superficie.

Han de registrarse las temperaturas de núcleo, tanto al comienzo como al final de la


prueba, además de la temperatura ambiente (por si es necesario hacer correcciones) y
los tiempos transcurridos. Debe hacerse una medición frecuente de la temperatura del
núcleo con el objetivo de determinar rápidamente los puntos calientes. Tan pronto como
esos puntos sean detectados, es necesario detener la prueba para evitar averías
adicionales en el material ferromagnético. Deberán ser realizadas las reparaciones
necesarias y probar de nuevo el núcleo.

Se evaluarán los datos de la prueba para determinar si el núcleo está en buen estado, o
si resulta necesario repararlo.
El núcleo puede ser utilizado si las pruebas indican:
1. Mínimo incremento de temperatura en el núcleo.
2. No resultan prevalecientes los calentamientos localizados.
3. Las pérdidas por kilogramo se comparan favorablemente con los datos que aporta la
literatura, de la información ofrecida por el fabricante, o con valores tomados en núcleos
semejantes.

Los valores de pérdidas específicas variarán de 2 a 13 W/kg dependiendo del tipo de


material, del calibre de las láminas y del método de procesar el material ferromagnético.
En las máquinas modernas son usuales valores más bajos, es decir, de 2 a 3 W/kg.
Valores de hasta 6 W/kg pueden considerarse satisfactorios, si no hay forma de
compararlos. Se debe recordar que las pérdidas de la prueba representan solamente
las pérdidas en la culata.

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El núcleo deberá ser reparado si la prueba indica que una o las tres de las condiciones
siguientes están presentes:

• La temperatura del núcleo es alta o se incrementa rápidamente.


• Se detectan calentamientos locales elevados.
• Los valores de las pérdidas por kilogramo son altos o se comparan desfavorablemente
con otros valores de referencia.

La prueba que se realiza después de la reparación del núcleo se efectúa con la misma
tensión y frecuencia que la primera y, tan aproximadamente como sea posible, a la
misma temperatura ambiente. Es también importante estar seguro de que la bobina
utilizada en la prueba «posterior» duplica tan cercanamente como sea posible aquélla
usada en la prueba «anterior». Se registran las lecturas de los metros y las
temperaturas, y se calculan las pérdidas por kilogramo.

Se determina el estado del estator, comparando las lecturas de los vatímetros anterior
(W1) y posterior (W2) a la reparación. Si la relación W2/W1 no resulta mayor que 1,1, se
puede considerar que el núcleo es adecuado para rebobinar, suponiendo que también
cumple con los otros requerimientos que se explicaron anteriormente. Si la relación
W2/W1 es mayor que 1,1, el núcleo debe ser reemplazado.

Reparación o reemplazo de las láminas

Si resulta necesario reparar el núcleo, se deben separar todas las láminas en


cortocircuito. Cuando se vuelvan a apilar las láminas del núcleo, debe barnizarse una
de las caras de las chapas, curar el barniz a la temperatura recomendada y colocar,
entonces, los lados secados contra los no barnizados. Si las nuevas laminaciones
tienen que ser recortadas, puede enviarse una muestra al suministrador. Debe
asegurarse que las pérdidas en las nuevas laminaciones sean iguales o menores que
en las originales.
Es necesario eliminar las rebarbas de todas las laminaciones nuevas o reapiladas.

Evaluación del impacto

Si se pretende cambiar el devanado de concéntrico al imbricado («lap»), o viceversa, es


necesario evaluar con anterioridad el efecto que ese cambio tendrá sobre la eficiencia,
ya que esto puede afectar las pérdidas adicionales e incrementar la resistencia del
devanado. Hay que evitar los cambios que reduzcan la sección total de los conductores,
que incrementen la longitud media de las vueltas, o que de alguna manera afecten la
resistencia total del devanado. Las conversiones incorrectas pueden cambiar otras
características operacionales del motor, no solamente su eficiencia.

Cuando el devanado concéntrico es de dos capas, algunas veces es posible mejorar la


eficiencia mediante el cambio por devanado imbricado.

Medición y registro

Debido a que la resistencia es afectada por la temperatura, deben medirse y registrarse


tanto la resistencia como la temperatura del devanado y del local.

Es conveniente medir y registrar la corriente y la tensión en todas las fases. Las


tensiones en las líneas de un sistema de suministro eléctrico se alteran con la carga, de
manera que no se debe suponer que se mantiene siempre una determinada tensión.
Las altas tensiones provocan que la corriente sin carga aumente. Las tensiones
desbalanceadas causan que las corrientes sean también desbalanceadas en un
porcentaje mayor que el desbalance de tensión.

Si las corrientes están desbalanceadas, se intercambian los tres terminales del motor,
de tal manera que la dirección de rotación no cambie; y se prueba de nuevo el motor.
Se debe observar si el terminal de entrada con alta corriente se sigue correspondiendo
con la misma línea o no. Si se mantiene igual, el motor está bien. Si no, puede haber un
problema con la máquina. Se deben registrar y conservar todas las lecturas.
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Sobrecalentamiento del núcleo del estator

Los estudios demuestran que el efecto de la temperatura de quemado depende del tipo
de aislamiento de las laminaciones. Los materiales orgánicos tienden a

fallar a temperaturas inferiores que las de los materiales inorgánicos. La conclusión


obvia es que extraer los devanados del estator a una temperatura muy alta daña el
recubrimiento de las laminaciones. Esto causa cortocircuitos entre las laminaciones,
aumentado las pérdidas del núcleo. Por esta razón se debe utilizar un horno de pirólisis
controlado, y se recomienda que la máxima temperatura del núcleo no exceda los 360
°C para los materiales orgánicos y los 400 °C para los inorgánicos. Los núcleos más
nuevos pueden ser procesados con seguridad a temperatura más alta. Si hay dudas
sobre el tipo de material utilizado en un motor particular, y no se tiene información del
fabricante, debe emplearse temperatura más baja.

Para prevenir el sobrecalentamiento deben seguirse las recomendaciones de los


fabricantes de los hornos de pirólisis, al cargarlo. Diferentes diseños de hornos implican
diferentes procedimientos. No se deben apilar estatores uno arriba del otro o colocar
pequeños estatores dentro de los grandes. Estos hornos también deben estar
equipados con «sprays» de agua que se activen automáticamente en el caso de alguna
inflamación, o por si alguna temperatura excede la preestablecida. Las temperaturas,
que pueden variar dependiendo de la localización de los sensores dentro del horno,
deben ser adecuadamente monitoreadas.

Resistencia de los devanados

• Debe medirse cuidadosamente el calibre del conductor con un micrómetro antes de


remover la capa de barniz.
• Debido a que actualmente muchos fabricantes de motores utilizan alambre métrico, o
escalas intermedias a las convencionales, no deben usarse calibradores para
determinar el calibre.
• El total del área de los conductores no debe ser reducida.
• No debe realizarse ningún cambio en las vueltas efectivas de los devanados.
• Antes de extraer el devanado hay que medir cuidadosamente y registrar las
dimensiones de las bobinas: distancia interna nariz-nariz, paso, longitud de la bobina y
extensión de sus terminales.
• Es necesario contar las vueltas cuidadosamente, asegurándose de que el conteo se
realice en un grupo completo.
• Si se detecta la existencia de un número diferente de vueltas en las bobinas del
mismo grupo, hay que comprobar otro grupo buscando el mismo patrón.
• Cuando se confeccionen las bobinas de reemplazo hay que medir el alambre después
de que el primer grupo de bobinas ha sido conformado.
• Mucha tensión puede estirar el alambre, reduciendo su diámetro e incrementando la
resistencia y las pérdidas de cobre.

Otras medidas

• No utilizar llama para extraer el devanado o limpiar el núcleo. El calor descontrolado


degrada el núcleo, como ya se explicó, y comba las laminaciones.
• No emplear chorreado de arena para la limpieza del núcleo. Este chorreado, o el de
otros materiales duros, puede causar cortocircuitos entre las laminaciones si impactan a
ciertos ángulos. Las laminaciones en corto circuito incrementan las pérdidas del núcleo.
Hay que usar herramientas con materiales no metálicos, como rimas de madera dura.
• No cortocircuitar las laminaciones cuando se realice esmerilado o rellenado. Estos
procedimientos, si se realizan inadecuadamente, pueden causar cortos entre las
laminaciones, incrementando las pérdidas. Cuando se remueva el barniz de la
estructura del estator después del cocido, debe evitarse incrementar el diámetro del
estator o causar cortocircuitos en las laminaciones.
• No incrementar el entrehierro. Incrementar el diámetro del estator o recortar el rotor
aumenta el entrehierro. Esto produce una mayor corriente de magnetización y afecta

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adversamente las pérdidas.

* Ingeniero Electricista. Doctor en Ciencias Técnicas. Profesor Titular del Centro de Estudios de
Energía y Medio Ambiente (CEEMA), de la Universidad de Cienfuegos
«Carlos Rafael Rodríguez», Cuba.
e-mail: pviego@ucf.edu.cu

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